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Tomás Fernández García

Laura Ponce de León Romero

Trabajo Social individualizado:


metodología de intervención

social/ Servicios sociales Alianza Editorial


4. Diagnóstico social

Objetivos
Introducción
1. Definición del concepto de diagnóstico
2. Elementos principales del diagnóstico
2.1 La persona
2.2 La demanda
2.3 La institución
3. Contenidos del diagnóstico
3.1 Datos personales
3.2 Datos demanda-problema
3.3 Recursos institucionales disponibles
3.4 Datos de la comunidad
3.5 Pronóstico-valoración técnica
4. Protocolo para la realización del diagnóstico en la intervención individual
4.1 Recepción de la problemática del caso
4.2 Recopilación de información
4.2.1 Selección de las fuentes de información
4.2.2 Primera entrevista
4.2.3 Visita a domicilio
4.2.4 Entrevista de confirmación de datos
4.3 Diagnóstico profesional o valoración técnica
Resumen
Preguntas de revisión
Soluciones a las preguntas de revisión
Lecturas recomendadas
148 Trabajo Social individualizado: metodología de intervención

Objetivos

Con la lectura de este capítulo se pretende conseguir los siguientes objetivos:

• Definir el concepto de diagnóstico.


• Ubicar la fase de diagnóstico en el procedimiento metodológico del Trabajo Social
individualizado.
• Conocer los elementos principales del diagnóstico: persona, demanda e institución.
• Estudiar las características de los problemas sociales.
• Analizar el contenido específico del diagnóstico.
• Adquirir capacidad para estructurar y ordenar la información del caso dentro del
esquema diagnóstico profesional.
• Entender el diagnóstico como una valoración técnica que permite pronosticar la
situación social.
• Asimilar el protocolo de actuación para realizar un diagnóstico.
• Saber seleccionar las fuentes de información.
• Entender la importancia de la primera entrevista para la toma de información del
caso.

Introducción

Los trabajadores sociales siempre han tenido que enfrentarse y relacionarse con los pro-
blemas de cada época histórica. Con el uso de un método de trabajo y la obtención de
unos resultados científicos, han podido acercarse a su conocimiento y, posteriormente,
a su solución. En I 917, Mary Richmond, después de quince años recopilando notas y
documentos sobre casos sociales, se planteó la elaboración de una base común de cono-
cimiento que permitiera a los trabajadores sociales organizar la información imprescin-
dible para ejercer la profesión. Con este objetivo, la autora sistematizó la labor profesio-
nal, elaborando un método de trabajo que permitió el tratamiento de las dificultades
sociales a las que se enfrentaban miles de personas necesitadas en la época. Comenzó a
explicar este método por su fase inicial: el diagnóstico social, como así denominó a su
obra, fue clave para el desarrollo teórico del Trabajo Social.
El diagnóstico social es la primera fase del procedimiento metodológico, conformán-
dose como la base sobre la cual se irán superponiéndose las demás. Realizar un buen
diagnóstico supone asegurar el éxito de la intervención, si ocurre lo contrario, este error
se arrastrará a las fases siguientes con repercusiones directas sobre su efectividad. Por
ejemplo, ¿qué ocurre cuando el médico realiza un diagnóstico que no es el adecuado o
cuando el tratamiento asignado tampoco está adaptado a la patología del paciente?
¿Cómo puede reaccionar el paciente cuando esto ocurre? Para evitar las consecuencias
que anticipan estos interrogantes, el trabajador social debe ser consciente de la respon-
4. Diagnóstico social 149

sabilidad que asume en su intervención, y dedicar el tiempo y el esfuerzo necesario para


poder generar un diagnóstico que le asegure la mayor eficacia. Por este motivo es nece-
sario que el trabajador social tome conciencia de la relevancia que tiene la fase, centran-
do la energía inicial en una elaboración pormenorizada de sus contenidos y elementos
básicos. A lo largo de este capítulo se intentará ofrecer una guía práctica para abordar el
diagnóstico individual, explicando sus elementos y su proceso de elaboración.

1. Definición del concepto de diagnóstico social

El diagnóstico social podría ser definido como la recopilación de evidencias, para poder
extraer inferencias a partir de ellas. La recopilación de información se realiza durante
los primeros contactos entre los trabajadores sociales con el usuario, la familia y las
fuentes externas al mismo. Posteriormente, se realiza la comparación de la evidencia
tomada con las fuentes consultadas para proceder a elaborar la interpretación profesio-
nal del significado de los datos, que es lo que se denomina diagnóstico, con el objetivo
de llegar a una definición lo más exacta posible de la situación problemática y de la
personalidad del usuario. Resumiendo, es un proceso que comienza con la recopilación
de las evidencias, prosigue con su análisis crítico y la comparación de estas con los datos
reunidos a través de las fuentes seleccionadas y consultadas, y finaliza con su interpreta-
ción y la definición del problema. Por lo general, los trabajadores sociales denominan
«investigación social» a todo este proceso, como un elemento que forma parte del diag-
nóstico, basado en una laboriosa y meticulosa búsqueda de información, que permite
justificar la intervención profesional.

Actividad de repaso 4.1

Piense en la última vez que solicitó un diagnóstico o valoración en alguna faceta de su vida co-
tidiana. Por ejemplo, la compra de un coche, una avería en un electrodoméstico, un estudio fi-
nanciero, la declaración de la renta, una enfermedad, rehabilitación de la vivienda .. . ¿a quién
consultó? ¿Qué datos le pidieron? ¿Cómo se sintió? ¿Qué es lo que quería conseguir? ¿Qué obtu-
vo con ello? ¿Fue una experiencia positiva? ¿Aprendió algo? ¿Qué le ofrecieron? ...
Ahora medite qué es lo que cree que sentirá y esperará un usuario cuando le solicite al traba-
jador social apoyo y asesoramiento porque no puede hacer frente al pago de la hipoteca de su
vivienda.

Aplicando la definición médica de diagnóstico que ofrece la Real Academia Españo-


la al Trabajo Social, este se podría definir como «el acto de conocer la naturaleza de una
problemática social mediante la observación de sus síntomas y signos». El Diccionario
de Trabajo Social (Fernández et al., 2012) lo define como «una de las fases del método
150 Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

de intervención que utilizan los trabajadores sociales en su desempeño profesional. Su-


pone el esfuerzo de aprehender una realidad dinámica y cambiante, con la finalidad de
comprenderla y transformarla».
Coulshed y Orme (1998: 21) lo definen como «un proceso continuo, en el que el
usuario también participa, cuyo principal objetivo es conocer cómo las personas se re-
lacionan con su entorno para poder planificar acciones con el objetivo de mantener,
mejorar o cambiar una situación en la persona, en el ambiente o en ambos». Parker y
Bradley (2009: 13) se centran en resaltar la importancia que tienen la toma, el análisis
y la síntesis de los datos relativos a la descripción de los problemas y la identificación de
las necesidades. Para Espinoza (1985: 151), el diagnóstico consiste en reconocer sobre el
terreno en el que se pretende realizar la acción, los síntomas o signos reales y concretos
de una situación problemática. Paralelamente, supone la elaboración de un inventario
de necesidades y recursos.
El diagnóstico en el Trabajo Social individualizado se podría definir también como
«el procedimiento sistemático flexible y continuo que permite al trabajador social esta-
blecer un estudio pormenorizado de la situación problema, así como determinar la línea
de intervención futura» (Ponce de León y Fernández, 2011: 144).
Se podría decir que el diagnóstico social es una síntesis, interpretación y evaluación
de una situación social, suscitada a raíz de una solicitud, que lleva implícito el pronósti-
co del caso o la anticipación de las consecuencias futuras si no se realiza la intervención,
o la posible línea de evolución, si finalmente se acepta. El pronóstico indica las posibili-
dades de reversibilidad de la situación social que se estudia, los medios necesarios para
mejorarla y las posibilidades de atención desde los servicios con los que se trabaja.

Actividad de repaso 4.2

Cuando el profesional toma el expediente de un caso social de la sección de archivos de la insti-


tución y lo pone encima de su mesa ... ¿se podría decir que el trabajador social ha realizado el
diagnóstico social?

Solución
No, simplemente está recopilando los datos. El diagnóstico implica una valoración técnica de la
situación, que solamente puede ser realizada por un profesional, capaz de interpretar los datos y
realizar una reflexión razonada de la situación social y su pronóstico, utilizando la experiencia.

El objetivo del diagnóstico será doble; por un lado, aportar los elementos fundamen-
tales para explicar una realidad y, por el otro, programar una acción transformadora,
profundizando en los elementos estratégicos para actuar racionalmente sobre la realidad
que se pretende modificar (Aylwin, Jiménez y Quesada, 1976: 30). No solo se reúne la
información para producir conocimiento, sino también para generar la acción de cambio.
4. Diagnóstico social 151

Para Hamilton (1987: 219-243), el diagnóstico social es el estudio del medio ambien-
te del sujeto, de su situación cultural, social, pautas de adaptación, patologías asocia-
das, actitudes, áreas de perturbación, etc., relacionándolo con la problemática plantea-
da o la solicitud expresada. Lo denominó <~uicio diagnóstico», definiéndolo como una
configuración o un significado que deriva de la misma situación de estudio en la que se
realiza la interpretación de los factores interrelacionados, comprendiendo el entorno, la
persona, el trabajador social y la institución. Ofrece tres niveles diagnósticos: descripti-
vo (síntesis del problema o de la situación), causal (búsqueda dé las causas) y evaluación
(elementos personales y sociales de mejora).
Harris (1970: 139) lo define como «el pensamiento en la resolución del problema que
permite determinar la mejor manera en la que el trabajador social pueda ser útil al
usuario». Mediante el diagnóstico se llega a unas conclusiones que hacen referencia a la
naturaleza del conflicto, a su relación con los objetivos de la persona y, en definitiva, a
todo aquello que el usuario, el especialista y la institución puedan aportar para mejorar
o transformar la situación. Diagnosticar significa asumir la responsabilidad de pensar
conscientemente en lo que se siente, se experimenta o se conoce, con la finalidad de in-
tervenir de una manera razonada y meditada. El trabajador social deberá compaginar
este aspecto intelectual con el más empático e intuitivo para poder articular una re-
flexión consciente sobre el carácter del problema a resolver, las cualidades o atributos
del usuario, la relación de este con el profesional y, por último, los fines y medios dispo-
nibles. Resumiendo, el propósito del diagnóstico en Trabajo Social individualizado será
dirigir la capacidad del usuario hacia su propio autoconocimiento y el de su problemá-
tica, con la intención de apoyarle profesionalmente hacia la consecución de un cambio.
Se trata de identificar la naturaleza del problema, relacionándolo con el tipo de persona
que lo sufre, atendiendo al carácter íntimo de sus vivencias, a los recursos con los que
cuenta y a los medios disponibles de la institución. No se pretende establecer prescrip-
ciones de un tratamiento, sino indicar qué cabría esperar y qué se podría lograr, ofre-
ciendo una orientación general de la intervención. También se alude a la utilización de
diferentes tipos de diagnósticos, en función de las características de cada caso, pudién-
dose utilizar los siguientes (Harris, 1970: 144-150):

• Diagnóstico dinámico. Determina en qué consiste el problema y qué efectos provo-


ca, su posible solución, medios y alternativas. Abarca lo que se suele denominar
diagnóstico social y el diagnóstico actual de la funcionalidad del usuario. Intenta
evaluar la persona-problema-situación.
• Diagnóstico clínico. Se suele utilizar cuando se detecta que el problema radica en la
estructura de la personalidad. Intenta clasificar a la persona en función de su pro-
blemática. Comprende aspectos de la personalidad relacionados con el desajuste
del funcionamiento. No reporta nada acerca de la naturaleza de la situación psico-
social, pero se podría considerar un diagnóstico parcial a tener en cuenta en la
valoración, dependiendo de cada caso. Revela cuál es el problema de personalidad,
152 Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

indicando a grandes rasgos las necesidades y comportamientos que cabe esperar


que presente el usuario al solicitar el apoyo profesional. La delimitación exacta del
síndrome clínico la debe realizar el psiquiatra, pero el trabajador social puede co-
laborar con él para identificar los desajustes de personalidad generales y proceder
a la derivación más apropiada del caso.
• Diagnóstico etiológico o genético. Estudia las causas y el desarrollo de las dificulta-
des planteadas. En él se ofrece la historia del desarrollo de la persona que afronta

Actividad de repaso 4.3

Utilizando la clasificación de Harris, ¿qué tipo de diagnóstico sería el más adecuado para cada
caso práctico? Justifique su respuesta.
Caso l. Aurora no sabe cómo afrontar la vida. Tiene problemas con su famjlia y en el trabajo.
Desde la sección de personal han llamado para decirle que debe cambiar de actitud. Su familia
dice que siempre ha sido así, que a veces tiene un carácter fuerte y agresivo. En los once meses
anteriores, le han dado de baja por depresión en cinco ocasiones. Tiene miedo porque puede
perder su trabajo. No sabe qué hacer. Solicita asesoramiento al trabajador social.
Caso 2. Antonio comenta que no puede asumir los gastos del alquiler y que se está planteando
volver a casa de sus padres. Desde su separación, tiene que hacer frente a los gastos de las men-
sualidades para la manutención de los hijos y del colegio. Con el sueldo que tenía antes de la
crisis, se lo podía permitir, pero con el actual no llega ni a fin de mes. Sus padres le han ayudado
los meses anteriores, pero la situación es insostenible.
Caso 3. Carmen tiene mjedo. Su pareja la ha dejado y se siente insegura, no sabe qué hacer, tiene
temor a la soledad y al insomnio. Sus padres la enviaron a un internado cuando era pequeña.
Manifiesta que lo pasó muy mal porque se sentía sola y sin cariño. Las parejas que ha tenido la
han tratado mal, incluso uno de sus novios llegó a pegarla, pero dice que aguantaba por no estar
sola. Después de su último desengaño amoroso no quiere más hombres en su vida y se está plan-
teando la adopción.

Solución
Caso 1. Diagnóstico clínico: Aurora tiene un trasto rno de personalidad que debería ser tra-
tado.
Caso 2. Diagnóstico dinámico: se determina en qué consiste el problema y las posibles solu-
c10nes.
Caso 3. Diagnóstico etiológico: la causa de la situación actual de Carmen es el temor a la sole-
dad , fruto de una experiencia traumática vivida en el pasado que orienta la manera de compor-
tarse en el presente. Se siente insegura y necesita tener a alguien a su lado porque no soporta la
soledad. Este planteamiento ha orientando su vida hacia el mantenimiento de problemáticas
concretas. La solución es afrontar el temor y la inseguridad que le produce la soledad, y no ro-
dearse de personas para poder sentirse bien.
4. Diagnóstico social 153

y resuelve sus problemas. Tiene un sentido biográfico, que puede ser útil para anti-
cipar procedimientos durante el caso y la manera de actuar del usuario ante la
profundidad de sus problemas emocionales o comportamentales.

Con todos estos datos, se podría afirmar que el diagnóstico debería incluir las si-
guientes acciones: identificar el área y las fuentes de información oportunas, recopilar
información relevante, valorar la información, analizarla e intentar dilucidar un plan de
intervención (Wilson, Ruch, Lymbery y Cooper, 2008: 271).
El diagnóstico social tiene su propio significado atendiendo al contexto en el que se
realice, por lo que no existe un diagnóstico único e inalterable en el tiempo, sino que
se va completando, revisando, modificando y adaptando en función del devenir del
caso. La habilidad y destreza del profesional para su elaboración dependerá de la capa-
cidad de síntesis y análisis crítico para saber discernir entre lo importante y lo super-
fluo. Es un proceso inferencia), continuo, flexible, en permanente evolución, e influen-
ciado por las apreciaciones del profesional y por las valoraciones derivadas de la
situación de estudio. Por este motivo, algunos autores han debatido si esta valoración
profesional es un arte o una ciencia (Richmond, 1917; Reamer, 1993; Munro, 1998).
Otros alegan la necesidad de disponer de un contenido diagnóstico cerrado, para poder
reducir las situaciones sociales a estándares comunes, pero ello no permitiría la valora-
ción personalizada de cada situación, teniendo que descartar la información sobrante.
La aportación conciliadora de Parker y Bradley (2009: 3) lleva a manifestar que, en el
diagnóstico, la objetividad a través de los estándares prefijados, y la subjetividad de la
unicidad de cada situación, se mezclan con el entendimiento que el profesional hace de
sí mismo, de la institución y de las personas. En definitiva, el diagnóstico social es una
valoración crítica de una situación, realizada por alguien que tiene competencia para
juzgar profesionalmente diferentes casos (Parker y BradJey, 2009: 3). Watson y West
(2006) sugieren que la realización de un diagnóstico efectivo depende de una serie de
habilidades fundamentales relacionadas con la comunicación, la negociación y la
toma de decisiones, pero también con la organización, la sistematización y la raciona-
lización del conocimiento, que permitirá valorar la unicidad de cada situación social
valorada.

2. Elementos principales de diagnóstico

Para Helen Harris (1970: 142) el diagnóstico comprende un esquema triangular forma-
do por la naturaleza del problema, la persona y el propósito de la agencia. Otros autores
tienen en consideración el modelo de Saleeby (1996), que ordena los elementos del diag-
nóstico en función de las debilidades o fortalezas de la persona y del medio que lo rodea.
Según estas aportaciones, se consideran como elementos imprescindibles del diag-
nóstico la persona, la demanda y la institución.
Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

2.1 La persona

La persona ha evolucionado y crecido de manera diferente y única. Entender esta unici-


dad es la base sobre la que asentar el camino para afrontar eficazmente el problema. Por
lo general, las personas intentan cubrir sus necesidades, obtener satisfacciones, anular
frustraciones y, en definitiva, buscar un equilibrio o seguridad en su existencia; pero
cada una lo hace de diferente forma. Entender estas peculiaridades y respetar el valor
único de la persona acerca al profesional a la comprensión del caso.
Cuando la persona no puede cumplir estos objetivos solicita el apoyo profesional.
A la institución de trabajo pueden acudir personas que plantean problemas sencillos
o complicados, abstractos o definidos, generales o concretos, pero, en cualquiera de
estos casos, es la persona la que los experimenta, la que los interpreta y la que los pa-
dece; por este motivo, la atención del trabajador social estará dirigida hacia dos as-
pectos decisivos: cómo interpreta el problema y qué capacidad tiene la persona para
superarlo.
En un primer momento, la decisión de acudir al profesional es un punto interesante
de inflexión en la situación. La persona previamente habrá movilizado todos los recur-
sos disponibles para poder solucionarlo, pero ante su fracaso, y viendo que ya se han
agotado todas sus alternativas, decide buscar otras opciones: modificar su situación o
intentar buscar un cambio. En el usuario se mezclan sentimientos muy variados, por un
lado, el de frustración e indefensión, pero, por el otro, el de esperanza, mezclada con la
motivación para buscar otras salidas, y, en el fondo, la curiosidad y el interés por saber
cómo le pueden apoyar. La persona se siente vulnerable, amenazada y desequilibrada,
activando un mecanismo protector y de defensa, lo que puede dar lugar a situaciones de
bloqueo, angustia o tensión. Suele sentirse abrumada y con la capacidad de reacción
debilitada, desgastada o bajo mínimos, por lo menos temporalmente, hasta que apare-
cen nuevas expectativas capaces de renovar y reactivar su energía.
La motivación para el cambio es uno de los elementos que emergen tras la relación
interpersonal del usuario con el trabajador social, derivada principalmente por la cu-
riosidad y el interés hacia lo desconocido. Permite sustituir el abatimiento inicial por
la movilización en busca de un cambio. Pero si no desea cambiar, ni implicarse en la
intervención , difícilmente podrá continuar, porque el profesional no puede asumir
en solitario esta responsabilidad, sino compartirla con el usuario, que es quien tiene el
problema.
Las necesidades y los problemas no resueltos se corresponden con patrones o esque-
mas de comportamientos inadecuados para poder resolverlos. La personalidad será el
conjunto de maneras peculiares que tiene la persona de afrontar el medio en el que sub-
siste. Es el resultado de la unión entre el material genético heredado y el medio ambien-
te en el que se desarrolla. Engloba la naturaleza física, emocional e intelectual para
afrontar las experiencias vitales que le ofrece el entorno o que se buscan en el mismo. El
trabajador social debería leer la personalidad de la persona para analizar su estructura
4. Diagnóstico social 155

y funcionamiento, que hasta ahora le ha permitido adaptarse al medio. En la forma-


ción y desarrollo de la personalidad adulta influyen una serie de factores : el medio físi-
co, la herencia, el medio cultural y social, los grupos a los que se pertenece y, además, la
experiencia singular que da a la propia vida la persona (Sánchez, 2006: 15). La adapta-
ción está en la habilidad para emprender una acción interna o externa, adecuada y en-
caminada a resolver un problema, intentando conocer los hechos de la vida cotidiana,
así como los móviles que orientan las respuestas ante los mismos, los recursos de adap-
tación, las pretensiones y las aspiraciones.
El trabajador social debería estudiar cómo le afecta la naturaleza del problema, qué
sentimientos le provoca, cómo interpreta la situación, los motivos personales que orien-
tan el cambio y las soluciones que encajan dentro de su personalidad. El profesional
debería intervenir apoyando al usuario en la toma de decisiones, fomentando la capaci-
dad de meditar y pensar sobre los recursos adaptativos del pasado, presente y futuro ;
pero esta tarea es complicada porque los adultos no tienen la misma flexibilidad de
aprendizaje que tenían durante la infancia, sino que las respuestas adquiridas con el
paso del tiempo se convierten en esquemas rígidos, habituales y duraderos, que a veces
pueden resultar difíciles de modificar o cambiar, para sustituirlos por otros más cons-
tructivos o convenientes.

Actividad de repaso 4.4

Reflexione sobre algún esquema de aprendizaje propio, adquirido a lo largo de su evolución, que
le resulte en estos momentos difícil de modificar.

La persona no debe interpretarse desde la unidimensionalidad de la vida personal, se


debería reflexionar sobre la complejidad de las influencias que ejercen distintos aspectos
sociales, culturales, económicos y políticos. Otro aspecto al que se debe prestar atención
en el diagnóstico es la delimitación del rol social que desempeña la persona en la socie-
dad. Normalmente acude al trabajador social cuando por sí misma no puede resolver
sus necesidades o problemas, lo que la sitúa en una situación de inadaptación y desajus-
te en las funciones sociales asignadas para facilitar una vida equilibrada. Suele presen-
tar un esquema funcional que le resulta ineficaz porque le provoca trastornos, o bien
porque las circunstancias sociales coartan o debilitan su funcionamiento, debiendo es-
tablecer los requisitos de la función social desempeñada , sus exigencias y las variaciones
que se deberían producir para acabar con el conflicto.
En definitiva, el profesional necesita saber y conocer las inquietudes del usuario, qué
le gustaría hacer, qué esperanzas o ilusiones alberga, qué roles sociales quiere asumir o
cómo le gustaría que fuesen las cosas en el futuro. Se trata, en definitiva, de utilizar el
diagnóstico para analizar con el usuario el pasado, entender el presente y propiciar
cambios en el futuro.
156 Trabajo Social individualizado: metodología de intervención

2.2 La demanda

La persona necesita tener cubiertas una serie de necesidades a lo largo de todo su ciclo
vital. La necesidad se convierte en una tendencia natural, inconsciente, nacida de la
propia concepción. La necesidad es un estado objetivo de carencia que lleva implícito
un impulso motivacional de cambio que permita resolverla. Cuando la persona se ve
incapaz de cubrir sus necesidades suele acudir al trabajador social.
Cuando solicita apoyo al profesional, no suele plantear con objetividad lo que real-
mente le sucede. Los temores que emergen ante lo desconocido, y los sentimientos expe-
rimentados ante la situación, pueden producirle ciertas distorsiones a la hora de expli-
car lo que le preocupa. El profesional es una persona desconocida que irrumpe en su
intimidad y le genera temor, tensión y resistencias que le impiden expresarse con fluidez.
No sabe exactamente lo que le ocurre, pero sí se ha percatado de que algo no va bien,
percibe su problemática, pero no encuentra la manera de explicarla. Le resulta compli-
cado reconocer que ha fracasado y que necesita el apoyo de terceros, porque los senti-
mientos de vergüenza y los estereotipos asociados a adjetivos como «pobre», «fraca-
sado» o «desgraciado» suelen retrasar la solicitud, agudizándose la problemática y
minando la confianza en sí mismo. No solamente es difícil pedir apoyo, también lo es
aceptarlo. El profesional y el usuario deberán sortear estas actitudes iniciales y esclare-
cer la demanda que fundamentará el diseño de intervención.
En la mayoría de los casos se plantea una necesidad no cubierta, generando un pro-
blema, y el profesional deberá esclarecer la demanda o los puntos sobre los cuales van
a incidir las acciones. Ahora bien, ¿qué diferencia existe entre necesidad, problema y
demanda? La necesidad es la carencia de algo, el problema es la incapacidad de la per-
sona para reunir los medios suficientes para conseguir una situación de bienestar, y la
demanda es la delimitación de los elementos sobre los que el trabajador social estima
oportuno organizar su intervención. Estos tres elementos no tienen por qué coincidir.
En ocasiones, la necesidad planteada por el usuario no se corresponde finalmente con
la demanda del trabajador social. La elección del centro de atención del caso individual
estará marcada por tres elementos: lo que el usuario estima que necesita, lo que el tra-
bajador social valora que se debe solucionar y lo que desde la institución se podría
ofrecer.
Profesionalmente, resulta ineludible que el trabajador social centre su atención en el
binomio necesidad-problema a la hora de ftjar la demanda. Las principales característi-
cas que plantean los problemas sociales para delimitar la demanda se pueden observar
en la tabla 4.1 (Ponce de León y Fernández, 2011: 151).
El análisis de la problemática y el esclarecimiento de la demanda serán dos aspectos
decisivos en la elaboración del diagnóstico, porque la finalidad del profesional es facili-
tar el cumplimiento de necesidades, la superación de problemáticas, la restauración del
equilibrio y la evitación del malestar de la persona.
4. Diagnóstico social 157

Tabla 4.1 Características de los problemas sociales

• Son peculiares y únicos para cada persona.


• Tienen un efecto cascada. Unos inciden sobre otros y viceversa.
• Disponen de un carácter objetivo, explícito en la demanda.
• Disponen de un carácter subjetivo, que alude a la interpretación de la persona.
• Todo problema tiene solución, y cada solución depende de cada persona.
• Suscitan una sensación de desequilibrio y pérdida de homeostasis.
• Suponen una motivación hacia el cambio.
• Van acompañados de reacciones emocionales complejas.
• Son el foco de atención principal por parte del trabajador social.
• Son el punto esencial del diagnóstico social.
• Implican la movilización de recursos.
• Son sinónimo de dificultad.
• Son situaciones inestables y amenazantes, que requieren una decisión .
• Son el objetivo donde usuario y trabajador social depositan sus energías y su atención.

FUENTE: Ponce de León, L. y Fernández, T. (2011). Diagnóstico social. En T. Fernández (coord.), Trabajo Social
con casos (p. 151 ). Madrid : Alianza Editorial.

Actividad de repaso 4.5

Arturo tiene 87 años de edad y está enfermo de Parkinson. Hace dos meses murió su mujer. Va
solo a comer al centro de mayores. Su aspecto físico es descuidado. Un día decide entrar en el
despacho de la trabajadora social para solicitar apuntarse a un curso de informática avanzada
que se oferta en el centro. Dice que necesita entretenerse y tener la cabeza ocupada en aprender
cosas nuevas ... Se siente solo después de la pérdida de su esposa. Ella se encargaba de todo, pero
a él le cuesta asumir las tareas por su enfermedad. Sus hijos viven fuera y no pueden ayudarle.
En este caso, ¿cree que la necesidad planteada corresponde con la demanda con la que el tra-
bajador social abordará el caso?

Solución
En este caso, la necesidad planteada es un curso de informática para seguir aprendiendo, pero la
demanda es otra. Lo que realmente quiere es ayuda para poder realizar las tareas del hogar y
combatir la soledad. La trabajadora social le aconseja que, además de presentar la solicitud para
el curso, podría ver la posibilidad de poder gestionar el Servicio de Ayuda a Domicilio.

2.3 La institución

El apoyo profesional que se ofrece a la persona que plantea un problema se realiza desde
una institución o lugar de trabajo determinado, con unas características prefijadas. La
institución, ya sea pública o privada, dispone de normas, procedimientos y recursos, que
deben ser conocidos y estudiados por el trabajador social antes de realizar la intervención.
158 Trabajo Social individualizado: metodología de intervención

La institución es la herramienta principal para favorecer la superación de los proble-


mas, distribuyendo recursos y servicios. Suele tener una estructura, compuesta por un
organigrama, en la que se ordenan los puestos, funciones y tareas de los distintos profe-
sionales que lo conforman. Cada miembro ocupa un lugar profesional determinado,
con competencias y funciones específicas que deberán ser respetadas para facilitar la
coordinación y la comunicación interdisciplinar, evitando invadir los terrenos profesio-
nales y los límites temáticos que previamente hayan sido marcados. La estructura, las
normas y los procedimientos de una organización son los elementos que la conforman
y la ordenan, dando consistencia y seguridad a los servicios ofertados.
El profesional debe conocer todos los recursos ofertados y, además, debe estar en
sintonía con los valores y las directrices institucionales de la organización. Es importan-
te que esté identificado con la institución, pero que también mantenga una actitud críti-
ca que le permita generar mejoras en los servicios prestados. Los profesionales pueden
realizar sugerencias para conformar los programas y la política interior que mejor se
adapten a las necesidades que se hayan detectado en el transcurso de la labor institucio-
nal. Su competencia dependerá de la capacidad de sus integrantes, de la existencia o
ausencia de recursos, del ambiente que le rodea y de los resultados que se hayan conse-
guido que puedan avalar su continuidad. Cada profesional forma parte de la estructura
y contribuye a su mantenimiento.
La institución suele estar enfocada hacia áreas concretas sobre las que consigue espe-
cializarse por la acumulación de información y conocimientos en la materia, pero los
profesionales también adquieren la pericia y experiencia necesarias para poder com-
prender y atender los problemas. Las líneas de intervención desde la organización están
reflejadas en los procedimientos y normas a seguir, que deberán ser respetadas por sus
miembros para favorecer la coordinación y el cumplimiento de los objetivos, delimita-
dos y adaptados a la finalidad de la institución y de la profesión. Es necesario mantener
los propósitos institucionales y conservar el sentido social de la profesión para compor-
tarse éticamente en todas las actuaciones que se realicen .

Actividad de repaso 4.6

Piense y medite sobre la siguiente cuestión: ¿podría ocurrir que los objetivos profesionales de una
organización fueran diferentes a los de la profesión? Analice el siguiente ejemplo:
Un trabajador social es contratado por una asociación sin ánimo de lucro, que ha recibido una
subvención económica para coordinar un campamento de verano para niños en situaciones de
exclusión. Cuando el trabajador social planifica la actividad, se encuentra con que el único ob-
jetivo de la asociación es abaratar el coste del presupuesto para conseguir mayores ganancias
económicas. Se contratan solo dos monitores para 75 niños, no hay presupuesto para talleres, las
instalaciones no reúnen las condiciones higiénicas adecuadas y el presupuesto para la alimenta-
ción es insuficiente. Se denuncia la situación ante los organismos pertinentes y los profesionales
se niegan a trabajar bajo esas condiciones.
4. Diagnóstico social 159

3. Contenidos del diagnóstico

La teoría y el conocimiento acumulado guían el diagnóstico para ubicar los aspectos


más significativos de la realidad, que serán la base y la fundamentación de la acción.
Para Aylwin, Jiménez y Quesada (1976: 32), los aportes mínimos del diagnóstico se-
rían:

• La caracterización de la unidad de trabajo, es decir, la persona en su dimensión


interna y en su relación con el entorno que la rodea.
• La identificación de los principales problemas existentes y sus relaciones.
• La especificación de los recursos.
• La jerarquización para ordenar los problemas en función de su gravedad o los cri-
terios que se determinen.
• El estudio de los problemas que se van a abordar.
• EJ pronóstico para el problema, si no se interviene.

Teniendo en cuenta los tres elementos anteriores (persona, demanda e institución), se


hace necesario describir el contenido básico del diagnóstico durante la intervención in-
dividualizada, según Sánchez (2006: 154-158), Guinot (2008: 145-169) y Ponce de León
y Fernández (2011: 152-158).

3.1 Datos personales

Se reúnen datos relativos a:

• Formato de inicio de la intervención: llamada de teléfono, derivación de otro orga-


nismo, denuncia ...
• Identificación del usuario: nombre y apellidos, DNI, fecha y lugar de nacimiento,
género, estado civil, domicilio, teléfono de contacto y correo electrónico.
• Fuentes de ingresos: sin ningún tipo de ingresos, perceptor de ayudas económicas
institucionales (renta básica, ayudas de emergencia, ayudas puntuales u otras),
desempleo (prestación o subsidio), trabajo (nómina o ingresos anuales), patrimo-
nio personal y/o rendimientos (cuentas corrientes, bonos, acciones, rentas, alquile-
res, intereses, plazos fijos, etc.), pensiones (asistenciales, contributivas o no contri-
butivas en menores de 65 años), prestación familiar por hijo a cargo, incapacidad
temporal, pensión SOVI, pensión mutua privada, prestaciones económicas por si-
tuaciones de dependencia, pensión de separación, apoyo económico de familiares
o amigos, becas, ingresos atípicos (lotería, premios, herencias, donaciones), ingre-
sos de economía sumergida, actividades marginales (prostitución, mendicidad,
delincuencia), entre otras.
160 Trabajo Social individualizado: metodología de intervención

• Competencias y habilidades sociales: competencia social (capacidad para comuni-


carse y relacionarse socialmente, para expresar sus emociones y sentimientos, para
resolver conflictos). Competencia cognitiva (habilidades de autoobservación y de-
terminación de necesidades, capacidad de anticipación, realización de previsiones,
organización, planificación, conocimiento y utilización de recursos, manejo y con-
trol de impulsos, consciencia de capacidades y limitaciones, capacidad de análisis
de la realidad con objetividad, facilidad para el proceso de atribución de causali-
dad, capacidad para pedir y aceptar ayuda, receptividad hacia los consejos y fun-
cionamiento adecuado de los procesos cognitivos). Competencia instrumental
(capacidad para conseguir los logros que se proponen, por ejemplo, encontrar vi-
vienda, buscar o mantener el empleo, organizar el tiempo libre, hacer amistades,
usar los recursos comunitarios, moverse con soltura en las gestiones administrati-
vas, afrontar crisis, capacidad para seguir los tratamientos, etc.).
• Aspectos psicológicos/motivacionales/existenciales: estudio de las capacidades cog-
nitivas de la persona. Posibles deterioros o patologías asociadas. Análisis de su
experiencia vital, hechos relevantes en su vida, acontecimientos traumáticos, episo-
dios depresivos, crisis, etc. Este apartado intenta analizar la evolución y el plantea-
miento vital del usuario, estudiando el nivel de motivación, la capacidad para el
cambio, el estilo de vida y la proyección futura del proyecto existencial.
• Convivencia personal-familiar: red de apoyo familiar (disponibilidad de apoyo conti-
nuado, fragilidad en los vínculos familiares, apoyos puntuales, carencias de vínculos
familiares, abuelos en rotación familiar). Desajuste convivencia! (adecuada convi-
vencia, situaciones de vulnerabilidad, unidad de convivencia incompleta, separacio-
nes, divorcios, rupturas, orfandad, familias monoparentales, hospitalización, ingre-
sos residenciales, ausencias prolongadas, fallecimientos, embarazos precoces,
familias prematuras, incapacidad de control de conductas del menor, historial de
desestructuración, miembros vulnerables en las familias). Conflictos relacionales
(relaciones positivas, sin conflictos, carencia de relaciones, imposibilidad de diálogo,
discusiones frecuentes, faltas de respeto, duplicidad de órdenes, conflicto de roles,
conductas autoritarias, rechazo entre los miembros, falta de coordinación de tareas,
manipulación, abandono físico y emocional, expulsión del hogar, fugas, menores
acogidos, desprotección, maltrato físico/material/económico/emocional, incumpli-
miento del pago de pensiones, reproches, abusos sexuales, agresiones, exposición a
hábitos dañinos, drogas, corrupción, explotación, familias con conflictos violentos
y tensión continuada con intervenciones policiales). Organización de la vida coti-
diana (puede ser buena o, por el contrario, encontrarse desestructurada, con falta
de hábitos de alimentación adecuados, escasa higiene corporal, vivienda descui-
dada, suciedad acumulada, descuido en las tareas y horarios, ausencia de progra-
mación, distribución del presupuesto desorganizado, mala administración econó-
mica, sin reglas, sin horarios, sin control ni supervisión, sobrecarga en algún
miembro, etc.).
4. Diagnóstico social 161

• Ajuste psicoafectivo: dificultades asociadas a la capacidad intelectual, el deterioro


cognitivo, la edad, el fracaso afectivo, respuestas psicosomáticas, la sexualidad, la
identidad sexual, trastornos de conducta alimentaria, control de impulsos, com-
portamientos antisociales, tendencia al aislamiento y la soledad, inseguridades,
temores, ingesta de sustancias tóxicas, estados de ánimo alterados, ansiedad, de-
presión, trastornos de comportamiento, etc.
• Aceptación social: la persona se puede sentir aceptada y valorada socialmente, sin
problemas de rechazo, con integración social en la que ejerce sus derechos, su par-
ticipación y libre expresión de opiniones. Pero también pueden existir hechos que
aluden a acontecimientos en los que la persona sintió rechazo, inhibición del con-
tacto o agresiones, con dificultades de inserción social motivadas por disfunciona-
lidad familiar, institucionalismo, etnia, religión, cultura, inmigración (legal o ile-
gal) , toxicomanía, adicciones, discapacidad , enfermedad, conductas delictivas,
delincuencia, discriminaciones por razón de edad o sexo, modelos de vida alterna-
tivos (okupas), prostitución, mendicidad, orientación sexual, etc.
• Historial de problemas y resoluciones: en este apartado se analizarán los diferentes
problemas a los que la persona ha hecho frente a lo largo de su ciclo vital y la ma-
nera de hacerlo, por ejemplo, afrontándolo con seriedad y compromiso, eludiendo
responsabilizar a terceras personas, con abatimiento, abuso de alcohol, con ansie-
dad, depresión, estrés, psicosomatización, pérdida de sueño, consumo de drogas,
alteraciones en conductas alimentarias, etc.
• Vida laboral: ocupación. Empleo: estudio de la historia laboral, capacitación, mo-
tivos de despido, prestaciones, cotización, contratos establecidos (sean legales o
verbales), haciendo especial hincapié en la situación laboral en el momento de la
demanda. Trabajo estable o esporádico/temporal. Trabajo por cuenta ajena, por
cuenta propia, actividad laboral sumergida, condiciones laborales, deficiencias y
precariedad en el trabajo, categoría laboral inferior a la titulación , explotación,
horarios abusivos e impago de nóminas, etc.
• Motivación al empleo: interés hacia la búsqueda de empleo. Falta de motivación.
No se tiene disponibilidad para trabajar y frecuentemente se rechazan o abando-
nan ofertas de trabajo.
• Formación académica-educación-cultura: estudios realizados (persona analfabeta,
sin estudios, enseñanza obligatoria, titulación no reconocida, estudios secunda-
rios, ciclo formativo ocupacional, título medio o superior, formación en el extran-
jero no homologada, idiomas). Inquietudes culturales (lectura de periódicos y li-
bros, programas de televisión , noticias, visita a museos, exposiciones de arte,
manualidades, poesía, pintura, arte ...).
• Capacitación profesional: titulaciones disponibles, experiencia laboral , cualifica-
ción y previsiones futuras.
• Vivienda: disponibilidad de vivienda familiar estable o de larga estancia, vivienda
compartida, sin vivienda («sin techo»), vivienda ocupada ilegalmente, infravivien-
162 Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

da, albergues, centros de admisión, viviendas cedidas temporalmente, extrema ur-


gencia (desahucio, embargo, vivienda en ruinas, incendio, inundación, robo). Esta-
bilidad de la vivienda (sin cambios, con cambios, sin domicilio fijo). Condiciones
de habitabilidad (hacinamiento, condiciones adecuadas, deterioros, inhabitabili-
dad grave para vivir, insalubridad, humedades, olores, falta de ventilación, parási-
tos, suciedad, falta de agua potable, presencia de animales, sin barreras arquitec-
tónicas, sin ascensor, con barreras arquitectónicas que dificultan la movilidad).
Equipamiento (dispone de cocina, nevera, lavadora, baño, teléfono, mobiliario
básico, agua corriente, agua caliente, WC, electricidad, calefacción). Ubicación
(zona del barrio, deterioro de la zona).
• Gastos de la vivienda: préstamo o alquiler, agua, gas, electricidad, comunidad, telé-
fono, Internet, seguros ...
• Otros gastos: sin gastos extraordinarios, emergencias sociales, gastos de bienes
básicos, como la alimentación, que no pueden verse cubiertos, gastos extraordina-
rios que sobrepasan los ingresos familiares (libros escolares, comedor, medicamen-
tos, prótesis, sillas, muletas, servicios dentales ... ).
• Salud/discapacidad/dependencia: hábitos adecuados relacionados con la salud (ali-
mentación variada, sueño y ejercicio físico). Enfermedades que padece o ha pade-
cido, estado actual de salud, consumo de medicamentos, tratamientos, evolución,
historial médico, consumo de drogas, certificado de minusvalía, enfermedad fisica-
mental-sensorial-psíquica, abuso de sustancias, ludopatía, comportamientos adic-
tivos, grados de dependencia, cuidadores, programas específicos, cuidados especia-
les, desarrollo de actividades básicas e instrumentales, dificultades de movilidad,
atención permanente, operaciones, historial familiar de enfermedades, etc. En este
apartado se podrán analizar los resultados de las escalas de valoración técnica o
test apropiados para cada situación.
• Escolarización: cumplimiento del proceso de escolarización. Rendimiento escolar,
problemas en el colegio, participación en actividades extraescolares, problemas de
actitud, dificultades de aprendizaje, trasgresión de normas, agresiones, fugas, con-
ductas disruptivas, dificultades de atención en el aula, limitación intelectual, pro-
blemas de conducta alimentaria, conductas delictivas, hiperactividad.
• Vinculación social: participación y relaciones sociales. Redes informales (amigos,
compañeros de trabajo, vecinos, relaciones derivadas de participación en activida-
des lúdicas o deportivas, participación derivada de otros grupos). Aislamiento so-
cial (relaciones frecuentes con grupos marginales, ausencia de relaciones sociales
no familiares, pasa mucho tiempo en soledad , desarraigo, internamientos, falta de
autonomía, sectas, fobias, bandas ... ).
• Ocio y tiempo libre: lugar de esparcimiento, aficiones, intereses, tendencias, activi-
dades de recreo preferentes ...
• Información de recursos: conocimiento de recursos disponibles, posesión de infor-
mación útil y adecuada sobre servicios sociales, sanidad, educación, vivienda,
4. Diagnóstico social 163

pensiones, prestaciones, asociacionismo, voluntariado, grupos de autoayuda, dis-


ponibilidad para dirigirse a ellos y posibles dificultades de acceso.

3.2 Datos demanda-problema

En esta parte del diagnóstico se profundizará en los siguientes aspectos:

• Necesidad-problema. El usuario expondrá la necesidad y el problema. El profesio-


nal esclarecerá la demanda, delimitando cuál es la dificultad y qué obstáculos im-
piden alcanzar la resolución. Entre los principales problemas se pueden destacar
los siguientes (Northen, 1982):

- Economía insuficiente y escasos recursos sociales: ingresos económicos por


unidad familiar bajos, carencias materiales, ausencia de empleo, impagos ...
- Bajo nivel de conocimiento, formación y experiencia en general , así como
falta de habilidades y competencias desarrolladas a lo largo de la vida.
- Reacciones emocionales de estrés, asociado a un momento puntual de su
ciclo vital, que sobrevienen de manera inesperada causando graves conse-
cuencias que provocan una situación de crisis.
- Enfermedades o situaciones de dependencia que requieren una intervención
especializada. Se deberán estudiar las afecciones físicas, psíquicas, sociales y
emocionales del enfermo y el entorno familiar.
- Rupturas o pérdidas de relaciones, entre las que destacan separaciones, di-
vorcios, encarcelaciones, institucionalizaciones ... Suelen provocar cambios
y alteraciones en la vida de las personas, que originan sentimientos de sole-
dad, abandono, tristeza, culpa, resentimiento ...
- Insatisfacción en las relaciones sociales. La calidad y la cantidad de las rela-
ciones sociales pueden ser deficitarias, lo que puede dar lugar a alteraciones
en la personalidad del usuario.
- Conflictos personales. Frecuentemente desarrollados en el seno familiar, por
problemas de comunicación y entendimiento, que muestran tensiones.
Acontecimientos con amigos, compañeros de trabajo o vecinos que pueden
deteriorar la situación de la persona.
- Conflictos culturales. Derivados del enfrentamiento entre diferentes cultu-
ras, generándose episodios de rechazo y prejuicios que dificultan la convi-
vencia.
- Conflictos con organizaciones formales. Derivados de la convivencia con
otras instituciones, como pueden ser la escuela, los hospitales, las residencias ...
- Mal funcionamiento familiar. Produce la disfuncionalidad de la familia , que
comienza a no cubrir sus necesidades básicas.
164 Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

- Dificultades ligadas a los cambios. No todas las personas tienen la misma


capacidad para asimilar los cambios y se pueden bloquear. De esta situación
se pueden derivar problemas psicológicos como la ansiedad o el estrés.
- Falta de madurez en la asunción de roles. La persona puede no asumir su
responsabilidad ante la vida, eludiendo la toma de decisiones o la resolución
de problemas concretos que le impidan posicionarse en un rol personal y
social.

• Baremo del problema. Se indaga en el significado, interpretación e importancia que


se le otorgan al problema. Se trata de analizar cómo la persona experimenta su
realidad y cuáles son los sentimientos suscitados ante la problemática.
• Relación causa-efecto. Se estudian los factores causantes de la situación, así como
aquellos factores positivos o negativos que ayudan o dificultan la resolución del
problema.
• Historial de soluciones. Se analizan los intentos y esfuerzos realizados hasta el mo-
mento en la resolución de la problemática.
• Expectativas de solución. Se vislumbra lo que el sujeto espera conseguir con la inter-
vención, intentando ser realistas, fijando objetivos aplicables con las expectativas.
• Motivos por los que acude a la institución. Este punto es importante para determi-
nar el grado de implicación y de motivación en el establecimiento de la relación
profesional.
• Afectados por el problema. Se estudia qué personas se ven implicadas o a quiénes
afecta el problema.
• Delimitación y duración en el tiempo. Se delimita cuándo empieza y desde cuándo
perdura.
• Significado cognitivo del problema. Se estudia cuáles han sido las diferentes inter-
pretaciones del problema y los sentimientos derivados de las mismas.
• Factores relacionados con la mejora o el empeoramiento del problema. Se enuncian
las debilidades y fortalezas del contexto para la superación.

3.3 Recursos institucionales disponibles

Se analizan la capacidad y los recursos disponibles de la institución, en relación con el


problema planteado, y los recursos externos que se podrían movilizar a través de la
misma.

• Listado de recursos disponibles. Se seleccionan los que sean acordes con la proble-
mática.
• Análisis de los requisitos. Se establece la correspondencia de los recursos a la situa-
ción del usuario.
4. Diagnóstico social 165

• Periodicidad. Se delimita el tiempo y la duración de los recursos, plazos de resolu-


ción, tiempo necesario para la tramitación ...
• Datos de contacto y personal de referencia. Se añaden aquellos datos necesarios
para poder mantener la coordinación de los servicios.
• Coordinación institucional. Se establece relación con otros profesionales que pudie-
ran estar implicados en la resolución del problema.

3.4 Datos de la comunidad

Se añaden los siguientes apartados:

• Ubicación y características geográficas. Emplazamiento, denominación de la loca-


lidad, demografía, datos censales ...
• Datos sociodemográjicos. Estructura de la población por edades, tasa bruta de na-
talidad, tasa bruta de mortalidad, tasa neta de inmigración, tasa de crecimiento
natural, tasa de crecimiento demográfico, tasa global de fecundidad, tasa bruta de
reproducción, relación de personas por vivienda, tasa de pobreza, tasa de paro y
tasa de escolarización.
• Equipamientos e infraestructuras disponibles. Transportes, empleo, industrias, co-
merc10s ...
• Servicios Sociales. Protección social, ayuda de emergencias, centros, organizacio-
nes no gubernamentales, asociaciones ...
• Aportaciones políticas y líneas de intervención presentes y futuras. Organismos bu-
rocrático-administrativos, entidades gubernamentales, aportaciones legales, parti-
dos políticos, Presupuestos Generales del Estado, planes ...
• Sensibilización y participación ciudadana. Movimientos vecinales, asociaciones de
barrio, reivindicaciones, plataformas de movilización ...
• Espacio urbano disponible. Hacinamiento urbano (densidad de población por kiló-
metro), espacios de ocio (metros cuadrados de zonas verdes por habitante) ...
• Adecuación de las viviendas. Características principales de la zona. Media de per-
sonas por vivienda, porcentaje de viviendas con baño, número medio de electro-
domésticos por domicilio, porcentaje de viviendas con jardín o terraza, calefac-
ción, etc.
• Barreras arquitectónicas de la zona. Análisis de las principales dificultades para
personas con movilidad reducida o dependientes.
• Degradación del medio fisico. Espacios peligrosos o de riesgo, como, por ejemplo,
pasos a nivel, fábricas abandonadas, número de edificios en ruinas, cruces peligro-
sos, vertederos, escombreras, contaminación de aguas, vertidos ...
• Salubridad del medio fisico. Niveles de contaminación atmosférica, fuentes de rui-
do estresantes y contaminación acústica.
166 Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

3.5 Pronóstico-valoración técnica

Esta parte del diagnóstico implica una reflexión profesional sobre toda información
recopilada con anterioridad. Su descripción permitiría:

• Elaborar un juicio técnico.


• Anticipar lo que podría ocurrir si finalmente la intervención no se lleva a cabo.
• Delimitar los elementos importantes y decisivos sobre los cuales se cimentará el dise-
ño de la intervención, si se decide aceptar la asistencia técnica del trabajador social.

La toma de la información es necesaria, pero tiene sentido y significado cuando el


profesional la interpreta y valora, utilizando su experiencia y los conocimientos teóricos
adquiridos, para establecer el pronóstico de la situación social, con intervención o sin
ella, y determinar las preferencias de actuación.
El profesional deberá usar toda la experiencia acumulada de casos similares para
poder anticipar las dificultades que se pudieran plantear para cada tipo de demanda,
incorporando el análisis del momento y la situación social que envuelve al tratamiento,
para anticipar dificultades y encontrar la manera más efectiva de abordarlos. Por ejem-
plo, si la demanda del caso es encontrar empleo, hay que ser consciente de la dificultad
añadida de encontrarlo en plena crisis económica.
Los datos del diagnóstico adquieren significado práctico con el pronóstico, ya que se
analizan en base a todo el conocimiento adquirido por parte del profesional, y en base
al análisis del momento histórico, económico, político y social en el que interviene, lo
cual permite anticipar los resultados con cierta garantía de éxito.
El contenido de la valoración técnica o del pronóstico debería contener los siguientes
elementos:

• Jerarquía de demandas-necesidades. Ordenadas por urgencia o por dificultad .


• Sistematización del material reunido, para ordenarlo en función de una línea de
intervención futura.
• Análisis de los factores que pueden influir en la intervención, ya sean amenazas o
fortalezas.
• Delimitación de los efectos de posibles soluciones.
• Afianzamiento de los ejes de actuación.
• Anticipación de los resultados y la evolución del caso, con o sin intervención.
• Realización de un análisis de la situación social en la que se desarrolla el diagnóstico.
• Análisis de la situación actual de los recursos disponibles (plazas disponibles, pla-
zos de admisión, requisitos .. .).
• Conocimiento de las directrices políticas y organizativas de las instituciones con
las que se trabaje, para anticipar posibles escollos profesionales y facilitar la coor-
dinación.
4. Diagnóstico social 167

4. Protocolo para la realización del diagnóstico


en la intervención individual

La fase inicial del método comprende los siguientes aspectos (Sánchez, 2006: 145): ex-
plicación del rol de los participantes y del procedimiento a seguir, análisis de la deman-
da, programación de la investigación, enumeración de los problemas y las necesidades
detectadas, dimensión de los síntomas de los problemas, determinación de los elementos
(persona, problema y otros sistemas), jerarquización de los problemas, establecimiento
de un contrato y límites de tiempo para la intervención.
Si se condensan los elementos anteriores, el diagnóstico puede organizarse en tres
etapas: recepción de la problemática del caso, recopilación de información y realización
de la valoración técnica.
Por lo general, el diagnóstico comprende tres o cuatro entrevistas, una de ellas se
suele realizar en el domicilio, aunque este número depende de la complejidad de cada
caso. Hay veces que con una entrevista es suficiente, pero en otras se deben realizar más.
El protocolo ofrece una alternativa consensuada, formada por una serie ordenada de
procesos, o de pasos a seguir por el trabajador social para la elaboración del diagnóstico
social, respetando la finalidad y los principios fundamentales de la profesión.

4.1 Recepción de la problemática del caso

Supone la primera toma de contacto con la problemática de la persona. Desde ese mo-
mento, el trabajador social puede comenzar a establecer las primeras hipótesis de tra-
bajo que, a lo largo de la intervención, se podrán verificar o refutar. La información
que se puede tomar en esta etapa preliminar debe ofrecer pistas para enfocar la prime-
ra entrevista. Por ejemplo, no es lo mismo atender un caso social cuando la persona
decide llamar por sí misma, consciente de que necesita apoyo, que atender un caso de-
rivado por otra institución o por denuncias de terceros. Evidentemente, la motivación
del usuario en cada caso será diferente, y la forma de entablar y comenzar la relación
también. Se deberá analizar si el caso comienza por decisión propia del usuario o si es
impuesto, si se siente en la obligación de asistir. Ambas opciones son dispares y requie-
ren de diferente tratamiento, por ello, el profesional debe cuidar con esmero y delicade-
za la bienvenida y reflexionar sobre posibles inconvenientes que pudieran surgir en el
inicio, para así poder dar forma al primer encuentro, para que sea lo más grato posible,
ya que establecer un clima cordial y de entendimiento asienta las posibilidades de rea-
lizar un buen diagnóstico. Si desde el principio la persona se siente incómoda con la
recepción, o no se siente bien recibida, mantendrá una posición distante difícil de tra-
tar, entorpeciendo la toma de información porque suele ponerse a la defensiva. El reci-
bimiento marca el desenlace posterior de la relación interpersonal y, si es adecuado
desde el comienzo, se podrán evitar situaciones incómodas o posibles negligencias. Las
168 Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

formas que tiene el usuario de entablar el primer contacto con el profesional podrían
ser las siguientes:

• Acude en persona para solicitarlo porque siente que así podrá agilizar los trámites
y conocer la institución. Sabe lo que quiere y se muestra diligente hacia ello.
• Llamada telefónica solicitando el servicio. No conoce los trámites a seguir e inten-
ta disponer de información previa para saber cómo conseguir lo que desea.
• Aconsejado por otras personas. No siente la necesidad de acudir, sino la incertidum-
bre de hacer algo que le han dicho que sería interesante y que le puede venir bien.
• Por casualidad. La persona ha visto un anuncio de los servicios y quiere saber qué
le pueden ofrecer.
• Por terceras personas preocupadas ante la situación y que acuden para explicar
cómo se encuentra una persona, que es todavía ajena a la intervención.
• Por derivación de otro organismo o profesional. En este caso puede ocurrir que la
persona venga obligada, reticente y desconfiada.

Dependiendo de cada caso, la motivación, resistencias, actitudes y esperanzas serán


diferentes. Por lo general, en los dos primeros casos, cuando la persona decide acudir
por iniciativa propia, resulta más fácil y fluida la recepción de la demanda. En los otros
casos, la bienvenida suele ser más distante y fría.

4.2 Recopilación de información

En esta fase, el profesional comienza a recopilar todos los datos necesarios para la inter-
vención (el contenido general ha sido enunciado con anterioridad en el tercer apartado),
utilizando las técnicas diagnósticas explicadas en el capítulo 8, entre las que se pueden
destacar la entrevista y la observación.

4.2.1 Selección de las fuentes de información

La principal fuente de información en Trabajo Social individualizado es la persona,


pero también se pueden utilizar otras fuentes:

• El grupo familiar.
• Parientes más cercanos.
• Profesionales relacionados con el caso (trabajadores sociales, psicólogos ... ).
• Instituciones de acción social (albergues, centros, residencias ... ).
• Fuentes médicas (médico de cabecera, trabajador social del ambulatorio, hospita-
les, médicos, residencias, servicios especiales, valoraciones, informes, centros de
salud mental ... ).
4. Diagnóstico social 169

• La escuela (profesores, cuidadores, directores ... ).


• El trabajo (compañeros, antiguos empleadores ... ).
• El vecindario (vecinos, porteros, personas conocidas de la zona ... ).
• Funcionarios públicos (policía, abogados .. .).
• Otras fuentes externas (comerciantes, sacerdotes u otras instituciones que pudie-
ran estar vinculadas en el caso).
• Fuentes documentales (partidas de nacimiento, certificados, escrituras, empadro-
namiento, registros, declaraciones de Hacienda, impuestos, pagos, denuncias, etc.).
• Material bibliográfico que pueda ser útil consultar para el caso.
• Llamadas de teléfono, cartas, faxes, emails, chats, etc.

Actividad de repaso 4. 7

Analice qué tipo de fuente está utilizando la trabajadora social y si le puede ser útil para el diag-
nóstico del caso social.

La trabajadora social se dispone a visitar a Maruja, una mujer mayor. El portero de la finca se
presenta y le pregunta a qué piso se dirige. La trabajadora social le aclara los motivos de su vis-
ta. El portero comenta:
- La situación de Maruja es muy complicada, los vecinos están enfadados con sus gritos y
quieren denunciarla. Ha perdido la cabeza, hace meses intentó suicidarse y sube a casa con gen-
te extraña. ¡Cualquier día va a pasar algo grave con esta mujer! Los hijos se han desentendido de
ella. ¡Tienen que hacer algo para ayudarla!

Solución
Selección de fuente de información: vecindario, el portero. Posteriormente, la trabajadora social
tendrá que valorar la situación en la que se encuentra Maruja, para lo cual no solamente tendrá
en cuenta estos comentarios, sino que buscará una base médica y social para fundamentar su
diagnóstico.

4.2.2 Primera entrevista

La primera entrevista es decisiva para el desarrollo del caso, porque supone el primer
contacto con el usuario y la construcción de los cimientos de una comprensión mutua.
En ella, el profesional intentará hacer una primera aproximación para conocer cuál
podría ser la problemática del caso o la demanda, pero también deberá conseguir la
implicación, vinculación y participación del usuario, motivándolo a la reflexión y expli-
cación de la situación que le preocupa o atormenta.
La creación de un clima cordial, agradable y de confianza permite que la persona
vaya sintiéndose cómoda y escuchada, lo que favorece la información. La privacidad y
70 Trabajo Social individualizado: metodología de intervención

la conversación pausada facilitan la distensión del momento inicial, pero existen otros
elementos que pueden alterar el desarrollo de la primera entrevista, como la naturaleza
de la intervención (p. ej. , no es lo mismo la gestión de un servicio de ayuda a domicilio
que la elaboración de un informe pericial), el origen de la solicitud (p. ej., una deriva-
ción institucional o una decisión propia), el lugar en el que se realice (un despacho afa-
ble o una sala diáfana grande), las condiciones que la rodeen (p. ej., ruido o interrupcio-
nes) y la experiencia del profesional (por lo general, la pericia del trabajador social
donde mejor se suele valorar es durante la primera entrevista).
En la primera entrevista se suelen preparar dos cosas importantes: por un lado, la
posibilidad de seguir recabando información y, por el otro, el establecimiento de una
relación interpersonal con la que poder cumplir los objetivos que se estimen oportunos
para el cambio. No existe un modo único para realizar la primera entrevista, ni es con-
veniente llevar un guion de preguntas cerradas desde el inicio, es mejor que la persona
decida lo que quiere contar y, en función de sus aportes, ir completando la información
restante, especialmente la relativa a los datos personales y de contacto. Se evitará tomar
notas y apuntes delante del usuario para que no se sienta intimidado, y tampoco es re-
comendable intentar conseguir todos los datos en una sola entrevista, es mejor no ago-
biarle con muchas preguntas y racionadas por sesiones, respetando los ritmos de la
persona.
Al comienzo de la primera entrevista, el comportamiento del usuario suele ser con-
fuso, por lo que el trabajador social debe ser cauteloso al elaborar las conclusiones
iniciales. Posiblemente se muestre ansioso ante la nueva situación y ante un desconoci-
do, ofreciendo una versión de su identidad lo menos parecida a la lógica. Por ejemplo,
la persona puede no dejar hablar al profesional porque quiere aprovechar la situación
para descargar su ansiedad o, por el contrario, puede callarse porque los nervios no le
dejen articular palabra ... cada situación es única y el trabajador social deberá enfren-
tarse a ellas con cautela e inteligencia, sorteándolas de la mejor manera posible. La
ansiedad inicial ante lo desconocido, y el miedo a ser valorado o juzgado, es lo que
hace que la persona muestre resistencias iniciales a expresar lo que verdaderamente le
preocupa; por vergüenza, temor, miedo, rabia, ira, etc. , por este motivo, conocer, anti-
ciparse y manejar los sentimientos del usuario puede ser de gran ayuda para facilitar
el intercambio de información. En ocasiones, la demanda no se corresponde con la
necesidad planteada, ni con el recurso solicitado, pero la primera entrevista puede ser
una excelente aproximación y una buena manera de acercarse a un posible objetivo.
Desde el comienzo de la entrevista el profesional deberá elaborar conclusiones provi-
sionales, que podrá ir descartando a lo largo de la misma durante el transcurso del
caso.
Resumiendo, se podría decir que los objetivos de la primera entrevista serían:

• Escuchar al usuario con atención.


• Establecer el entendimiento como base para la posterior interacción.
4. Diagnóstico social 171

• Conseguir indicios sobre otras fuentes de información que ayuden a comprender


mejor las dificultades y las posibles soluciones.
• Comenzar el proceso de autoayuda, aunque solo sea con la influencia positiva de
una escucha activa y una conducta comprensiva.

4.2.3 Visita a domicilio

La visita a domicilio es la ocasión para poder corroborar parte de la información reuni-


da durante la primera entrevista. Con la excusa de pedir o comprobar algún documen-
to, se puede planificar una visita a domicilio. La principal ventaja con respecto a la
primera entrevista es que la persona se encuentra en su medio natural, con lo cual su
tranquilidad será mayor. En el diagnóstico, la visita al domicilio sirve para comprobar
que los datos aportados por el usuario se corresponden con la realidad.

Actividad de repaso 4.8

Lea detenidamente este caso y reflexione sobre la importancia de la visita domiciliaria.

La trabajadora social se dispone a visitar a Encarna, una mujer mayor que estuvo la pasada se-
mana en el centro de Servicios Sociales para solicitar el servicio de ayuda a domicilio. Comentó
que su casa estaba limpia, y que con un día a la semana sería suficiente. La trabajadora social
decide realizar una visita a domicilio, comprobando que la casa es antigua, está descuidada y
sucia, decidiendo finalmente poner más servicio del solicitado.

4.2.4 Entrevista de confirmación de datos

Después de la primera entrevista y la visita a domicilio, es conveniente realizar una ter-


cera entrevista para poder completar las lagunas informativas del diagnóstico del caso,
por ejemplo, para comprobar justificantes de pagos, aportar documentación nueva,
asegurar que la información reunida es adecuada y aceptar o rechazar algunas de las
hipótesis que hayan sido planteadas a lo largo de la toma de la información.
Si se estima oportuno, se puede citar alguna fuente de información externa al usuario
que pueda aportar información relevante para el caso, por ejemplo, algún familiar, pa-
riente cercano o persona allegada.
Es interesante que después de esta entrevista se cotejen los datos ofrecidos que hagan
referencia a otras instituciones sociales, para valorar si estos son verdaderamente rele-
vantes para el diagnóstico del caso. Si así fuera, el trabajador social deberá ponerse en
contacto con ellos y cotejar la información facilitada por el usuario.
172 Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

4.3 Diagnóstico profesional o valoración técnica

La toma de la información adquiere significado profesional cuando el trabajador social


reflexiona sobre su contenido, elaborando una valoración técnica en la que quedarán
constatados los años de formación y la experiencia acumulada. La valoración se deberá
entrelazar, por un lado, con la explicación detallada de la situación social y, por el otro,
con el pronóstico de si se decide no continuar con la intervención. El diagnóstico con-
cluye cuando se interpretan los datos recabados.
Durante todo el proceso del diagnóstico, es importante que el usuario tenga una ac-
titud colaboradora y participativa para esclarecer la situación social, así como intentar
encontrar las causas de las necesidades. Entender la problemática no solamente atañe al
trabajador social, sino también al usuario. Este punto de conexión inicial es interesante
para afianzar la adherencia al cambio y potenciar la motivación para llevarlo a cabo.
Para facilitar la valoración técnica en Trabajo Social, en la actualidad se está trabajan-
do en el diseño de una herramienta de diagnóstico de situaciones de exclusión social, en
el que están participando la Universidad de Castilla-La Mancha y la Universidad de La
Rioja. Esta herramienta pretende registrar la presencia/ausencia de factores de exclusión
a lo largo del ciclo vital de las personas, detectando los elementos de cambio necesarios
para superarlos. Estos instrumentos de medición son de gran utilidad diagnóstica. Casti-
lla-La Mancha es la segunda comunidad autónoma en contar con este instrumento,
después del País Vasco. En el número 121 del Boletín Oficial del País Vasco de 26 de junio
de 2013, en el Decreto 353/2013, de mayo, de Ficha Social y del instrumento de diagnós-
tico social del Sistema Vasco de Servicios Sociales, aparece en un documento de cincuen-
ta páginas con todos los elementos e indicadores para un diagnóstico en Trabajo Social.
Se recomienda su lectura en el siguiente enlace: https: //www.euskadi.eus/bopv2/
datos/2013/06/ 1302907 a.pdf.

Resumen

El diagnóstico social es la primera fase del método en el Trabajo Social individualizado.


Se define como un proceso sistemático, flexible y continuo que permite al profesional
establecer un estudio pormenorizado de la situación problema, así como determinar la
línea de intervención futura. Está compuesto por tres elementos fundamentales : la per-
sona, el problema y la institución en la que el trabajador social ejerce sus funciones. El
contenido del diagnóstico se puede dividir en cinco apartados: datos personales, deman-
da, recursos disponibles, datos de la comunidad y pronóstico. El protocolo para la ela-
boración del diagnóstico comprende los siguientes pasos: recepción de la problemática,
recopilación de información, selección de las fuentes de información, primera entrevis-
ta, visita a domicilio, entrevista de confirmación de datos y, por último, valoración téc-
nica del caso.
9. Principales técnkas y documentos en Trabajo Social individuaUzado 303

1. Técnicas de diagnóstico

Generalmente las técnicas de diagnóstico se emplean con el objetivo de facilitar la valo-


ración inicial del caso o diagnóstico. Son técnicas gráficas que resumen y ordenan los
datos reunidos por el profesional en la primera parte del método, facilitando el acceso y
el análisis de la información de una manera rápida y eficaz.

1.1 Genograma

Es un árbol genealógico específico que representa la posición que ocupa el usuario en su


estructura de parentesco, explorando las diferentes relaciones establecidas entre sus
miembros en el momento de la evaluación diagnóstica (Wilson, Ruch, Lymbery y Coo-
per, 2008: 286).
La información básica que suele contener es el nombre, sexo, edad y parentesco de
los miembros de la familia, aunque dependiendo de las características del caso, se puede
ampliar la información con los datos que el profesional estime oportuno resaltar (p. ej. ,
enfermedades, accidentes, muertes, separaciones, fechas, etc.). Frecuentemente se suele
incorporar el mapa de relaciones familiares para describir cómo es la comunicación
entre los miembros de la familia (véase la figura 9.2). Por este motivo, la técnica se suele
utilizar en la terapia familiar o cuando se decide aplicar el modelo sistémico durante la
intervención .
El uso de las técnicas visuales, como el genograma, tiene la ventaja de facilitar una
visión anticipada de los datos del caso de una manera comprensible, fácil y rápida de
entender, reduciendo a una simple imagen gráfica el contenido de varias hojas del expe-
diente (Parker y Bradley, 2009: 41).
No existe un formato estandarizado para su elaboración, por este motivo se reco-
mienda incorporar al gráfico una leyenda en la que se explique el significado de los
símbolos empleados. Por lo general , se suelen utilizar cuadrados para representar a los
hombres y círculos para representar a las mujeres, también se suele destacar el núcleo de
convivencia bordeando sus integrantes con un círculo. Para la descripción de las relacio-
nes familiares se pueden usar distintos tipos de conectores de unión entre los miembros
(p. ej. , si están distantes se utiliza una línea de puntos, si están aliados, dos líneas rectas
paralelas ... ). En la figura 9.1 se expone el contenido básico utilizado en Trabajo Social
para la elaboración de un genograma.
En el siguiente caso práctico se aplica la simbología de la figura 9.1 para elaborar el
respectivo genograma:

Antonio (47 años) se separó de Teresa (47 años), su mujer, hace dos años. Posteriormente, cono-
ció a María (40 años). Son pareja de hecho desde hace un año. Han decidido adoptar una niña
de cuatro años, a la que han puesto de nombre Ana. Miguel, de 20 años de edad, es hijo de
304 Trabajo Social individualizado: metodologia de intervención

Figura 9.1 Simbología utilizada para las leyendas del genograma

□ Hombre
o Mujer

◊ Sexo desconocido

t Fallecimiento
1
o Aborto espontáneo

1 Aborto provocado

Hijo adoptado
0------0
Pareja casada
o o Pareja no casada

Ruptura, separación, divorcio

Mellizos (geme los no iguales)

Gemelos iguales

Usuario identifi ca do

Núcleo de intervención

Relaciones cordiales

Rela ciones tirantes

Ruptura de la co muni cació n

Alianzas

•••• Distantes

Oposición mutua agresividad

Comuni cació n dirigida a un mi embro


familiar

Comuni cació n mutua

FUENTE: Fernández, T. y Ponce de León, L. (2012). Trabajo Social con Familias. Madrid: Ediciones Académicas
(p. 263).
9. Principales técnicas y documentos en Trabajo Social individualizado 305

Antonio y Teresa, pero vive con su padre y con María, porque lo decidió personalmente cuando
cumplió la mayoría de edad. No se lleva bien con su madre, con quien apenas mantiene contac-
to. Los cuatro viven en la casa de María y existe buena comunicación entre ellos, aunque Miguel
apenas interactúa con Ana. En estos momentos, el problema es Teresa, la exmujer de Antonio.
Durante el matrimonio tuvieron mellizos, pero el hermano de Miguel murió al nacer, convir-
tiéndole en hijo único. Desde la separación, Teresa ha estado consumiendo drogas y reciente-
mente ha estado detenida por tráfico de estupefacientes. Antonio ha intentado ponerse en con-
tacto con ella para solicitarle el divorcio, pero se encuentra en paradero desconocido. Viendo
cómo está la situación, ha decidido visitar de nuevo a la trabajadora social del centro de Servi-
cios Sociales para solicitar asesoramiento, porque hace años participó con ellos en el proceso de
mediación.

Figura 9.2 Ejemplo de genograma

SEPARACIÓN HACE DOS AÑOS


CONSUMO DE DROGAS
PRISIÓN

FUENTE: Elaboración propia.

1.2 Mapa de relaciones

Es una técnica propia del modelo sistémico que se utiliza en terapia familiar. Representa
gráficamente las relaciones y la comunicación entre los miembros de la familia. Se usa
para diagnosticar la situación familiar, pero también puede convertirse en un indicador
específico de evaluación, porque permite analizar la situación antes, durante y después
de la intervención familiar sistémica (véase la figura 9.3).
306 Trabajo Social individualizado: metodología de intervención

Figura 9.3 Mapas de relaciones familiares. De izquierda a derecha, antes, durante


y después de la intervención individualizada

Actividad de repaso 9.1

Utilizando el significado de la simbología de la figura 9.1, realice la descripción de la información


de los distintos mapas de relaciones y comente su evolución. Los usuarios son I, Iván (marido);
M, Micaela (mujer) y T, Tomás (hijo).

Solución
Antes: Incomunicación en la pareja. Iván tiene una relación conflictiva con su hijo Tomás. La
relación de la madre con el hijo es inexistente.
Durante: Se establece una alianza entre lván y Micaela, las relaciones entre padre e hijo siguen
siendo conflictivas, pero el hijo comienza a dirigirse a su madre.
Después: Mejora la relación padre e hijo, manteniéndose la alianza entre los cónyuges. La madre
de momento prefiere no dirigirse a su hijo para incentivar la comunicación con el padre.

1.3 Ecomapa

Es una técnica gráfica que reúne información del medio social que rodea al núcleo bási-
co de convivencia, pudiéndose considerar como un resumen esquemático de los apoyos
sociales que tiene la familia. Es considerada una técnica diagnóstica que pertenece al
modelo ecológico, porque representa el suprasistema familiar, es decir, microsistema,
mesosistema, exosistema y macrosistema.
Según Mattaini (1993), la información que suele contener es diversa: datos básicos
del núcleo de convivencia (nombre y edad), relaciones en el trabajo, actividades e intere-
ses personales, hobbies, participación en asociaciones formales, focos de apoyo o de es-
trés en contextos sociales (entre personas o en los sistemas comunitarios), utilización de
recursos sociales (asistencia económica, salud pública, escuela, seguridad social, servi-
cios sociales, etc.) y recursos informales de apoyo (familia extensa, relaciones sociales,
amigos, vecinos, grupos de autoayuda, etc.).
Los ecomapas son fáciles de construir. En la parte central se dibuja el núcleo de con-
vivencia y se rodea con un círculo. Posteriormente se irán colocando en torno a él otros
9. Principales técnicas y documentos en Trabajo Social individualizado 307

círculos que representan los apoyos sociales que tiene la familia. En cada círculo añadi-
do se especificará el nombre de la persona, grupo social, asociación, entidad, miembro
de la familia, vecinos, amigos, recursos sociales ... con los que la familia mantiene cone-
xión positiva o negativa. A continuación, se unen estos círculos a los miembros de la
familia a los que hagan referencia, mediante el uso de conectores, que indicarán si la
relación es tenue, fuerte, normal o estresante (Parker y Bradley, 2009: 49). Los círculos
se suelen colocar más cerca de los miembros de la familia cuanto mayor sea la frecuen-
cia de la relación de apoyo establecida, y se alejarán cuanto menor sea. En la figura 9.4
se puede observar un ejemplo de ecomapa.

Figura 9.4 Ejemplo de ecomapa

___,. Comunicación dirigida hacia


/VV Relación tirante
=== Relación cercana
~ Comunicación mutua

FUENTE: Elaboración propia.

1.4 Mapa de redes

Estudia individualmente las redes sociales de cada miembro de la familia. En el círculo


central, y más pequeño, se coloca el nombre y la edad de la persona. A partir de él, se
irán dibujando círculos concéntricos divididos en varias secciones: núcleo familiar, otros
308 Trabajo Social individualizado: metodologfa de intervención

miembros de la familia, trabajo/escuela, clubs/organizaciones, amigos y vecinos. Tenien-


do en cuenta estas secciones, los elementos ecológicos se irán distribuyendo y colocando
más cerca o más lejos del centro, en función del mayor o menor apoyo y proximidad
social hacia la persona.
Se considera una técnica perteneciente al modelo ecológico, que puede servir para
complementar la información facilitada por el ecomapa, porque aporta información
específica para cada miembro en función de una distribución concéntrica, pero sin la
utilización de conectores. Siguiendo el mapa de redes de Whitaker (1992), se establecen
cinco círculos concéntricos. El primero significa relaciones intensas; el segundo, relación
diaria; el tercero, relación frecuente; el cuarto, relaciones esporádicas, y el quinto, escaso
contacto. En la figura 9.5 se puede apreciar un ejemplo de mapa de redes.

Figura 9.5 Ejemplo de mapa de redes

AMIGOS HOGAR

VECINOS
OTROS
FAMILIARES

SERVICIOS
OFICIALES TRABAJO/ESCUELA

CLUBS/ORGANIZACIONES

FUENTE: Elaboración propia. Basado en Sheaford , W. S. y Horrejsi, C. R. (2003). Techniques and guidelinesfor
social work practice. Nueva York: Allyn and Bacon (p. 259).
9. Principales técnicas y documentos en Trabajo Social individualizado 309

1.5 Culturograma

Es una de las últimas técnicas incorporadas al repertorio del diagnóstico junto con el
genograma y el ecomapa, con los que está estrechamente vinculado. Según Congress
(1994), la técnica comenzó a utilizarse en el estudio y comprensión de la diversidad cul-
tural. Como su propio nombre indica, el culturograma ayuda al trabajador social a en-
tender el significado y el impacto de la cultura sobre la vida de los integrantes de la fa-
milia. Es una importante herramienta para descubrir las posibilidades, potencialidades
y sensibilidades culturales de los usuarios.
El culturograma consta de diez apartados que Congress (1994) ha dividido en cuatro
áreas para facilitar su estructuración:

A. Comunidad:

1. Tiempo de permanencia en la comunidad.


2. Situación de legalidad.
3. Motivos de traslado.

B. Familia:

4. Hábitos saludables.
5. Lenguaje y comunicación en el hogar y en la comunidad.
6. Impacto de traumas o problemas familiares.

C. Permeabilidad:

7. Racismo y signos de discriminación.


8. Contactos con instituciones culturales, religiosas y hábitos de apertura.

D. Valores:

9. Educación y trabajo.
10. Familiares, poder, mitos y reglas.

En la figura 9.6 se muestra el esquema gráfico de la técnica con el contenido de cada


bloque temático. La información incorporada en cada casilla puede unirse mediante
conectores al miembro de la familia al que haga alusión.

Actividad de repaso 9.2

Siguiendo el esquema gráfico de la figura 9.6, elabore el culturograma de su famili a.


310 Trabajo Social individualizado: metodologfa de intervención

Figura 9.6 Esquema del contenido del culturograma

Tiempo
Situación Motivos
de permanencia
de legalidad del traslado
en la comunidad

Edad
Lenguaje hablado
de los miembros
en la familia
en el momento
y en la comunidad
de la inauguración

Contacto con
Salud
las instituciones
Hábitos saludables
culturales
Creencias
y sociales

Educación Impacto de Vaca cion es


Trabajo traumas y crisis y eventos
Valores familiares especiales

FUENTE: Parker, J. y Bradley, G. (2009). Social Work Practice. Assessment, planning, intervention and review.
Glasgow: Learning Matters (p. 53).

1.6 Diagrama de flujo


Permite visualizar rápidamente la evolución de la familia, analizando sus acciones: Jos
eventos más destacados, las crisis, los acontecimientos vividos y sus repercusiones. La
información facilita la comprensión de la situación actual del caso, porque describe su
evolución pasada, determinando las decisiones que habría que tomar en el futuro (véase
la figura 9.7).

1. 7 Cronograma o linea del tiempo


Es una representación pictórica de los eventos y acontecimientos relevantes de la vida
del usuario, ordenados de manera cronológica. Generalmente se representa un resumen
esquemático de las principales problemáticas de la familia, a qué miembros afectaron,
cómo se solucionaron y qué efectos pudieron derivarse de las mismas. Es una técnica
perteneciente a los modelos existencialista y fenomenológico.
Se puede representar en formato tabla o en formato de línea del tiempo (Collins
et al., 2007). En la figura 9.8 se muestra un ejemplo.

Actividad de repaso 9.3

Elabore una línea del tiempo para representar los acontecimientos más importantes que han te-
nido lugar a lo largo de su vida.
9. Principales técnicas y documentos en Trabajo Social individualizado 311

Figura 9.7 Ejemplo de diagrama de flujo

Mayo de 1986. Se traslada


Conoce a Marta.
Manuel abandona con un amigo
Deciden irse
el hogar familiar ~
al barrio de Moncloa
a vivir juntos.
para independizarse. para estar cerca de
1989
Trabajo fijo la universidad. 1986

Se marcha
l
Comienza Despido
a vivir al barrio
el consumo del trabajo.
de Embajadores.
de drogas. 2005 2004
1989
l
Le detienen Estancia Separación de
por tráfico en prisión la pareja: 2008.
de drogas. 2006-2008. Fin del alquiler
2006 Mueren sus padres Embajadores
i
Ingreso Albergue Prestación RMI. Intento
San Isidro. Sin hogar. de suicidio .
2009 2008 2008

FUENTE: Elaboración propia. Basado en Parker, J. y Bradley, G. (2009). Social Work Practice. Assessment,
planning, intervention and review. Glasgow: Learning Matters (p. 57).

Figura 9.8 Ejemplo de línea del tiempo


1950 1955 1970 1980 1991 1998 2001 2007 2012

1 1 1 1 1
Boda Primer Separación Empleo Jubilación Muerte de su hijo Rotura cadera Caída Ingreso
1 matrimonio hijo Teleoperadora en accidente de Ingreso Accidente residencia
tráfico. Depresión hospitalario doméstico

FUENTE: Elaboración propia. Basado en Collins, D., Jordan, C. y Coleman, H . (2007). An introduction to Fami/y
Social Work. Belmont, CA: Thomson Brooks/Cole.

2. Técnicas para el diseño de intervención


Se relacionan con el diseño, la planificación o la programación, porque facilitan la con-
secución de los fines y objetivos que se persiguen durante la intervención, dentro del
calendario establecido.

2.1 Gráfico de Gantt


Es una técnica gráfica y sencilla que se puede utilizar para visualizar las partes de la
programación diseñada, y controlar su ejecución, adaptándola a un calendario prefija-

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