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Antecedentes Histéricos Los Instrumentos Negociables en el Nuevo Cédigo de Comercio. Jaramillo Shloss, Esteban. Pontificia Universidad Javeriana. Editorial Temis, Bogota, Agosto de 1.974. Paginas 11 a 79. Seccién A Captruco T INTRODUCCION Antes de entrar a cxponer lo que hemos propuesto como tema central de esta primera seccién, conviene hacer unas cortas acleraciones a manera de “‘predmbulo”, las cuales deben’ tenerse presentes siempre en Is lectura de estz seccién, no solo por lo que ellas digan, sino por le que pretenden explicar, mis que justificar. EL objeto de esta primera secc! tos generales que informan la evoluciéa singular de una institu juridica de teascendental imporcancia ¢ interés: los instrument negociables 0 tivulosvaloves de contenido crediticio que, como ya se expuso, constituyen ef tema central de este trabajo. En otsae palabras: lo que perseguimos en este primer aparte es hacer ung historia general que nos oriente en Ia interpretacién del novedose articulado del Cédigo de Comercio (dect. 410 de 1971) en le relativo a los instramentos negociables que hoy debemos amar ex sentido amplio titulos-valores.de-contenidancrediticia (C. de is, G19 y S21), o también situs obligecionales, 0 titales de créditn en-semtido estrieto, pero sin olvidar que entre nosotros, por casi medio siglo, se les denomind instruntentos negociables no propiamente por un capricho terminoldgico del lezislador de 1923. ' l,de sefialar los Hines 2 Dr: uns TITUUas-yaLOnES EN exert La ley 46 de 1923 (ley de instrumentos negociables, como se la conoce entre nosotros), fue tomada de los modelos legislativos fen que se estructura el Hamado “sistema cambiario anglosajén”, apartindose de la tradicién colombiana en la materia, fundada en las disposiciones del C. de Co. de 1887, normas estas que tuvieron gran significado en los afios de 1865-1867, cuando el gran jurista argentino, don José Ganrict. Ocampo, las incorporé a suv obra ue, con algunas modificaciones, legs a ser el Cédigo de Comercio de la Repablica de Chile, y posteriormente el del “Estado soberano de Panams”, paca converiirse, con la reforma de 1887, en el Cb digo de Comercio terrestre de la Repiiblica de Colombia, pero que, después de treinta atios de vigencia, tales normas debfan set revisadas. Ast surgid la ley 46 de 19234, a cuyo amparo nacié tam bign una cradicién, un “sistema cambiatio”, si se nos permite de. *. fenémeno jutidico particularizado dentso de un contexto histérico diferenciado...” que como tal debe estimér- sele, asi como hay que tener en cuenta (y Io tendeemos) el Cé- digo de 1887, para un adecuado y completo anilisis de la moderna legislacién nacional Desde luego, de antemano reconocemas que la t2rea lizar es dificil y'dispendiosa, que presupone profundos conoci- mientos y experiencia sobre Ja materia, como sucede con todos los campos de la investigacién juridica; de ahi que sea dudoso el éxi: to de la tarex emprendida, pero por Jo menos intentaremos acet carnos al fin propuesto, en una modesta contribucién al estudio de la moderna legislacién comercial colombiana, que quizé pueda oftecerle alguna utilidad a quien generoszmente quieta ojeacla 1 La toy 46 de 1925 es, « no dudarto, hasia antes de 1971, ol eststuto fundamental que determina, indole su peculiar sentido, todo cl “sistema f2'quiem ae interese por estas materias la ley 45 eré_ objeto de. perma tette moncidn y eith on esto trabajo, lla exiga une dotiniein ‘aarea G2"ts fSrma corto Samos a tentariaDentzo de fas wstadiouos sr acoso ce como “ley de instrumentosnegoelables” 0 “ley” sobre. Insicumentos Inegoeiabies”siguiendo la. denominacién ‘que’ ella” trav en st edicion Stic revisida por el Consejo de Estado, hecha en ta Tmprenta: Nacional fitiun ‘wolemon que. eoxe todas tes loses “espedidas por) Cong Nacional en st lepissturn, de 1908" Pore evitar repetelones nm nos referiremos a ta ley 4@\de 1223 como ley, de. mstrumentos ties, © simptomente toy 48, a menos que en ef texto se haganrapeciica- ones o referencias distintas Em evanto St origen. no ya leyistativo. cine Sioctrinal, de la denomminacton “ley de instumesntar nogociles™ prove. ‘ent 'dat Gegeeno nortenmenieans’ (Phe nequtinhe hss-wments awh Mtaemoe a 8b em au lugar hacer xraanuceron B El derecho, més que Idgica, es historia. Es algo que se". -ha- ce y se renueva en nuestta conciencia sobre la base de las perennes exigencias del derecho mismo, la segutided y la justicia, que re ‘quiere ciertamente respeto a Ia autoridad y al precedente y sentido de la continuidad, pero, también libertad ¢ independencia de juicio y por tanto capacidad creadora y de sintesis...”%. Antes de Hegar a una “teoria general” de las instituciones juridicas; de dar respues- ta aun anhelo innato de la mente humana; antes de aplicar el que pudigramos lamar, por se:lo asi, el metodo ldgico del derecho, basado en generalizaciones y abstracciones de clara estirpe raciona lista, cuyas profundas rafes histdricas las hallamos en la época de les codificaciones inspiradas fundamentalmente en las obras de dos de los més grandes juristas franceses (como Domar y Porsitr, cv yas ensefianzas son las bases mismas del derecho privado continen. tal) on influencias escolésticas y en la llamada escuela del derecho 1a tural; antes de. justificar y, por ende, crear conceptos jutidicos con Ja razn abstracta, inspirados en Ia inmensa fe que en ella mos; y, en fin, teorizar para luego deducir, es precisa poco de La historia es Ja maestra de la r22én; los esfuerzos de la ra- zén humana son siempre benéficos, pero serdn fecundos si van precedidos por Is historia. [_ generalizacién y_ conceptu: racional earecen de ese contenido que solo de la investiga térica. Toda ley, como materializacién de instituciones juridicas, tiene sus antecedentes, sus fuentes, y a su vez seiala una etapa que necesariamente implica relaciones con sistemas juridicos an teriores y posteriores. Como decia lguien muy acertadamente, “sale historia es © enveelve comparacida..."; aplicendo esta iméxima al derecho, © mis propiamente, al método para su estudio, es clato que pas que nos rige es pre supuesto necesario conocer el derecho anterior a ella, el sister que dentro de una continuidad temporal tige a un mism en [as mismas matetias, conocer los_principios esenciales en que cestin cimentados los ordenamicntos positives de ottos paises, en ‘que estes y aquellas normas han bebido su savia; asi, siguiendo proceso de los contrastes y la evoluciSn histérica, se’ llega a com. prender el espiritu de nuestra ley y el espititu de la civilizacién 0 2 Gino Gort, Bt eontrace, exposiciin genes, trad, de Jose Prenans Vuusu.t, Bareelone, Can Eaton! Rosch, G8, vol i 6 14 Dr: tos rirwos-vsuones 6 cextena, |i cual pertenece, sus peculiaridades y lo que ella tiene de comin con otros sistemas y, Jo més importante ain, las razones de est comunidad de principios. Esto nos demositaté, cuanto mis pro. fundicemos, que en realidad los sistemas estén muy cerca, tan in tmediatos, que en muchos aspectos debemos rendimos ante la evi dencia de Ja historia: as generalizaciones, las elucubraciones ted ricas, los incuestionables conceptos abstractos, lejos de engrande. cer el derecho, lo opacan y desvirtian Conforme a Jo expuesto, esta primera parte contiene un es tudio de historia jurdica, de anilisis del fenémeno histdtico, inte. grado por a evolucidn singular del derecho cambiario colombiano alrededor de uno de esos conceptes juridicos abstractos que no dicea nada por si mismos, pero que analizados en el orden de su contexto kistérico, sus fuentes y su desarrollo lepislativo, son fe cundos en consecuencias y plenos en contenido: los instrumentos negociables. Desetito a grandes rasgos el método histérico-comparativo que pretendemos seguir en esta primera exposicién, es importante hacer una segunds aclaracién fundamental como presupuesto qu informa toda esta seccién; el que se refiere « los principios del derecho cambiari universal Muchos autores —especialistas y no especialistas en derecho cambiario— afirman que hoy, en los sistemas jutidicos occidenta Jes, existen dos tendencias en materias cambiarias: la que encuen tra sus fuentes en ta Ley Uniforme de Ginebra y Ia que se conoce con el nombre de sistema cambiario angloamericano. Esta es una afirmacién simplista que desconoce el desarrollo histdrico del de recho cambiatio, 0, por lo menos, de las normas caimbiarias los BE. UU. o Inylaterra, cuestidn que inzentaremos demostrar fen este escrta, Estamos plenamente conformes con ls opiniéa del profesor mexicano Rag. Cervantes Anuntapa, quien alirma que los prin Gipios fundamentales del derecho cambiario son unos en todo el mundo, fundados ellos en tas disposiciones de In ley general ale ina de eambio de 1848: “. . .El genio de Enver se ha extendidy ilumineads el campo. juridico por todo el imbito tectestre Las diferencias de sistema son de detalle, y si hay algunas de fondo 3 Rade. Cumvaates Anuaiane, Tiewlos overacioner de erdite, & ad Mésieo, D. F, Editorial! Herren, S.A 1960 pat Berronwcetdn 15 como ereemos que las hay, son de minima cuantia y no es posible hablar de méttiples sistemas cambiarios desde el punto de vista de los principios en sentido estricto, Para ser consccuentes con esta hipstesis preliminar, si hablamos de sistema debe entenderse en el sentido de un fenémeno juridico actual, que tiene su peculiatidad histérica, sus propias fuentes y un espiritu propio que le ha infun: dido su propia historia, el cual aparece realizado al compararlo con ‘otros sistemas, Otra cosa totalmente distinta es que el derecho cambiario se haya desarrollado en sistemas diferentes, con tendencia a la vniversalizacidn; a este tltimo fendmeno nos referiremos en detalle (véase Infra) Como lo advierte el tratadista colombiano Sanin’ Eetteve Ri en su reciente obra, fundamentalmente son tres los sistemas concep= ie bon etlendidos, no pasar por alo use breves saotacones bing tasime si enemas en cuenta gue ean fe ‘conteato, de: stg documanto ws contundiey om Ix felts th {Ge reminieoncias histiens hoy" superadae EL titulo X dal libro 2° del Cédigo de Comercio de 18ST s0 referia al ccontrato ya las latraw do cambio en dog capitulos separadan, divide ft segundo en dace seeciones, que contenian todas Ins reglamentaciones. de Tey prapias de la letra de eacibios su forma, su Vencimientay de law abit saetones del librador, del ervdoso ¥ sus efecto del librado y ia aceptncién fel titolo, el meat, el tenedar Tape al pag, el ° Fosaea, ote. Con esta estruetura eharamtonte detinida en Lt los, ge eta fa primers diferenciacion do. impoctanca, Hoy gia al eontrato de cambio es un eontrato on desuso, pero por ot objeto misma’ de esta seeeidn teneraos que detencenas en el. Asi a ‘HO dal" precitado C. de Co, to dafinta como una convenclOn por Is. cual Jas partes se oblige, mediante un valor prometido 9 entreyan, rte 0 sy cssionario legal clara cantidad Pagaro hacer pagar ata 0! ie 37 En cuanto a la funcién jucidica de est. nt In idica de este instrumento —k que en especial nos interesa—, ella era esttictamente probstoria, pues hacia constar la existencia de un contrato de cambio. Pormien afirma que el medio de ejecucién del consrato de cambio trayecticio, crm la letra; es decir, era un documento confesorio y no pasaba de db dinero en un lugar distinto ae a te aque ‘on que se celebra ta oo EI art. $89 del C, te Co. argentino de $859 10 doiiae eg fe Boro con motificacones que conviens menwonar’ 2) En ta ley argentina no se hace énfout on ta funoidu rene, ‘Solar ue caracteriaa unde lay eapeces We cami contest ee eect Nex es ms precisa que nuestro derogedo articulo, sot b) En In. disposciia “del C. de Co. argentino se meneiona tn orien saleza 9 puramente accidental en él..." ( G50 unloads Sea eS tg” ME 2 © is Prnato solemne o real —mas lo ditlmo—, puesto que ge "perforce pon Ia entroga de la orden wacsi'a o letra de ‘eambi meds pl se POF todos las medios de prucha admisibl Dae ee ae ee is ia ete es ond.aue debe ser pagada, el precio de ella {valor prometido' cntragean) 1c prucba establecid ‘Tucicial” ‘ley 165 de 1931, hoy dero- Bada), La slaridad det precopto na deja lugar a’ du cits a "isturonio de credtge aee 'e cambio, mo se prefeeciona. vs Es un contrato bilateral, oneroso, eonmuativo. y princinal, ‘ramos en aiseusiones juridicas trascendentates sobre. Qnlpal, No. ene Eeucones con ta tote tr 6 efondidas por docteinanter famosos, hen lncareale e plicables equivoras sobre estas cue funds et ttulo-cater, de content fun uowatn de roditcto, can ef eantrato We cambio En primer lugar, desde ef punto de vba histécieo estas relaciones 0 ‘riginan apenas em ‘una de las mivdalidades. det eambior a eens, yectlcio. La letra ‘era un inmedocable. Instrument, gue hacia nea a 38 Dr: vos rirmos-vatones ex oenera eso", Esta y no otra fue, a grandes rasgos, la misién de Ia letra en principio, frente a las transacciones econémicas de los pucblos me dievales, como documento exclusivamente notarial, que luego fue pasando a manos de los comerciantes, extendiéndose répidamente. Sus primeras reglamentaciones de ley aparezen en los afios 1243 con el Estatuto de Avifién, 1394 en Barcelona, y 1509 en Bolonia'®. En el siglo xiv de Ja era ctistiana aparece el antecedente de otro de los instramentos negociabtes: el pagaré. Se trata de la co- nnocida promissio ex causa canubii, esto €s, la confesion extrajudi cial y ante notatio, de ser sujeto activo de un crédito por razin del cambio, con ciertes garantias contra una persona determinada y le promesa formal de quien es deudor, de hacer el pago en dia ciere. A nadie escapa la extraordinaria coincidencia; el contrato de cambio y las figuras juridicas ideadas por los hombres pars hacer cada.vez més efectiva la institucién, encabezan In gencalogic de Ia categoria juridica cuyo estudio nos interesa, No debe olvider: se este hecho, que demuestra cémo no siempre las indagaciones histérices son estériles y corentes de sentido en ef andlisis de las instituciones de derecho. ceumplimiento de 1a funcidn trayecticia ode plaza 9 plaza que para al {Eaney, como Porter, cra esenelal en Ia ospeeic mis sada de. cambio, ‘En “styundo lugar, el acto juridico que implica Ia emisién do un titulo absteacto por eseneia como la letea de cambio, puede toner ou oF! fen et convunclones, contrator y aun en actos Juridleos unilaterales {Feros af eonerato de cambio. Histéricamente entances, la letra suid mo una necesidad del conteato en estudio, pera, pare. subsitir, ella no Tecesité de aquel, hasta el punto que fa letra, como dorumento de eredlte favanga cada vez tuis en su perfwexiontamienio jurtoieo.y practieo, mich: tras que el comtrato ge cambios considerado emo ui docurneRto Ata rinigo sin plngom sentido ni inaldad iat, sine. 2 ae! art, G de 1a ley 26 de 3822, cont idea ya expresids, al decir: tomb Jecutarse el ontrato de cambio por medio let jaso ordenade or meio ‘de. comunieacin, Dich chequé, ia Moran, el pogaré domiciado, Ge telegratos, el cable 0. cualQuier otro Nt fase se sujotam = las canvonciones int fa avticulo B02 del. de Co." 1A tos tulosvatores eomo documentos, st ubicscién uy variadas elasfcaciones Ge este medio de prucba, el régime {2 Guanto tales documontor 20 conforma a la eoderns lilac SCulmiento civ, now roferiemos tin sozunda,socetin do esta printers Farts ‘cuando ‘hor ocupemor ‘de detinir juridicamente In “categoria, 0 Entidid de Tow titohos valores 16 RAG Coavanres Anustans. ob. cit, p46, mem. 2, bb TAPAS oe evoLvots 39 Con el cotter de los tiempos, las pricticas comerciales evo lucionaron y con ellas los medios ideados para regulatlas. La deno: rminada carta de aviso que ovorgaba el cambista, deja de ser un documento complemeatario de una acta ante notatio y se tras. forms en la cédula cambiaria, 1a cual contenia en si misma los elementos esenciales del contrato de cambio que antes constaban formalmence en la coutio Con las anteriores notas, Ja cambial todavia no es un titulo de crédito en cuanto a sus funciones econsmicas, pero se acerea mu- cho a él, méxime si recordamos ciertas fuentes histéricas que ha ban de especies de cuentas corrientes entre el emitente de la letra ¥ quien debe hacer el pago, es decir, las primeras manifestaciones téenicas de lo que hoy conocemos cén el nombre de erédito sobre el girado, 0 sean las relaciones entee gieador y girado que justifiean Ja emisién de la orden (mis propiamente titulo-orden) y que en c! lenguaje cambiario se llaman provisién. Aqui ta letra de cambio aparece como un aviso de cobro 0 giro radimentatio“entre comer. ciantes. in To que se refiere a! pagaré, Ie cause cambit desaperece yen el Renacimiento se generaliza Ie prictica de los pagarés por fausa le ntwo, 1h ae pede decrs, sctednlose mucho al con. cept moderno de lo que ¢s un pagaré En las anteriores lineas creemos haber resumido, sin ninguna pretensién exhaustiva, lo que fue el singular nacimicnto de la “economfa cambiaria 0 crediticia” y sus figuras propias, en la Edad Media. Peco no podriamos rcominat sin hacer mencion del tema apasionante de las relaciones, no siempre ejemplares, entre el d= recho candnico y las leyes comerciales, ante el incuestionable hecho de que aquel ordenamicnto contenia regulaciones conteatias al. cesenvolvimiento comercial. Este es un dato de a repercutid en el derecho cambiaria, y por eso nos detenemos gencialmente en él, valigndonos de documentos eclesifsticos pos clones pero ue costuyen valloss suiaes en el ttamiento WW Para te elabocaciin 9 plentsmiento do este sema dente @e tos tindesos que nos limita, not fe peveo recuie‘s dos precasas suatanse dlocumentates que" aunque de foeha posterior, contieneeiaporanees des icons celeste) teri goin on Seta fs focumentos.pontiticios ihluidos on ise Chas comps pepa-Benes ficis" XIV. mencionaros trocientemente on lines: postetionss, pot eel Se tmpone en estn nals una breve relaciin Mitricn tons Toetaneerecn 40 De tos riruLos-vstones EN GENERAL La trascendencia del planteamieato histérico a que nos rofe- rimos est relacionada fundamentalmente con el conttato de cam- Bio como wos modula del tuo 0 rene comer bjeo de interesantes debates doctrinales ¢ ideoldgicos en las postrime- ras de la Edad Media y en las primeras décadas de Ia Edad Mo- derna, 2 rafz de las ensefianzas protestantes, sobre todo las de CaLvino, quien entendié no estar prohibido el préstamo a interés sino cuando la tase de este alcanzaba proporciones lesivas, en com tra de la doctrina ortodoxa defendida por sedlogos y_canonistas exis, quienes condenaron toda forms de “pstaros de comer jo”, considerindolos usurarios, aunque este rechazo nunca fue ‘india yen i ee tica se introdujeron muktitud de distingos que impusieron la necesidad de prontas definiciones pont por los hendas repercusiones no solo juridicas sino morales y so sity deer etc pleas, sa), en el Como ya se dijo antes (véase nots 19 de esta seccida), en el Hove EAS, ponte deaceiemtae, el ops Henetion IY tly ung carta caciclica a todos les pastotes y ebispos italianos, conacid jones y recopilaciones de los documentos pc ica Vix Pervenit ("“de algunas cuestione 7 os sociales, recon mente de 1a obra Docirina pontificia, 2" ed. document coon Iios por Fenrareo ooeovet, Madehi, iblofees de Awinres. Cet (Be a'C), petra St . Ta'carts endetca Pie Parvum et gapa, Benedicto XIV gun fecha. Iv de novierbrt de 1145, 8 dor dean det saci esas se de "papa export sr nein Ia doctrine cata, sostene desde te patrittica durante toda la Edad Meal, ao for La el @ nae se eapa dioczsena, de 218, det papa Benedict 2; suntan: 3h al oe x ao fu Seda empath io dicimo, cota ey 6 seen Braras on evouveniee 41 Segiin traduccién que hacen Feverico Ropaicurz y Cantos Hoxaeete NUStz, catedriticos dela Universidad de’ Madtid); el precitado documento contiene un resumen en cinco canones fun: damentales de toda Ia posicién idcolégica de la Iglesia catslica en materias relativas a la licitud 0 ilicitud de la usura, con el fin de evitar que opiniones erréneas pudiesen causatle més dato del ya sufrido, sintetizando asf los preceptos de derecho candnico que Tigieron en toda la Edad Media y Ia Edad Moderna. Estos cinco pre- ceptos fundamenteles son 1) Definicién canéniea de la usura como todo lucto que ex cede por la sola razén del mutuo, esto es, sin que concurran otros titudos extrinsecos que doten de causa licita cl conteato, ln centided lada en mutuo. IL) Rechazo expreso de Jas ensefianzas de CaLvino en su “Carta a Ecolampadio”, afirmandose que ni la cantidad del lucto ni el hecho de ser el mutuario poseedor de bienes de fortuna o no, son elementos que doten de licitud lo que en si mismo es pecsiat oso y execrable. Es un atentado contra claros preceptos de just cia conmutstiva que origina desplazamientos pattimoniales injustos y que obligan a. restitui. IIT) Ta Iglesia catéliea no descanoce que ul lado del mutvo puedan existir otros titulos extrinsceos que legitimen el beneficio sobre lo dado en mutuo, como el contrato de renta o el préstano practicado por los monies de piedad, contesios estos que’ también dieton origen a controversias importantes. IV) Definiciéa canénica de la accién ix rem verso recono- ciendo todo su dimbito contractual, consistente en observa siempre el equilibrio patrimonial ea todo contrato, nc solo ct mutuo, de to la obligacién de restituét por quien se beneficie de V) Como conclusin, el papa ordena a los fieles observadores de las ensefianzas de Cristo, definidas por quien es su tinico y legitimo intérprete desde la ‘Ciétedra de San Pedro, que en cada contrato, en conciencia y diligentemente, se examine si hay 0 no justos titulos que wn el lucto sobre cantidades prestadas En las docttina ecle 9 comercial z interés, se confirman textos ‘scrituras, ensefianzas contciliates anteriores, textos pontificios de Alkjandro VII, Inocencio XT, y opiniones autorizados doctos en detecho eanénico y derecho civil 42. De us rirvkosvatones es eee Hasta aqui no aparece muy disfana la relacién de lo anterior con nuestro tema; tendremos que recurtit a otro texto pontificio para aclarar fa idea, Se trata de documento De synodo diocesana del aiwo de 1748, incorporado en las obras del papa Benedicto XIV, al cual ya nos hemos teferido en este trabajo. (Véase nota 19 de esta seccién). En este escrito se vuelve a confirmar Ia doctrina de la Iglesia en materia de usura, especialmente originada en el contrato de mu: tuo, y se indican con mayor exactitud las fuentes ideolégicas de ‘esta doctrina, ubicadas fundamentalmente en la Patristica y en los textos de las Sagradas Escrituras”. En el num. x del cap. tv se reafirma el pontifice en las ensefianzas de la encfclice Vix Pervenit Sobre estos aspectos generales de la vsura en el mutuo no velve: mos; nos interesa ante todo ef ap. v, relative a algunos contratos objeto de “sospecha de usura”, de cémo y en qué casos ellos son ‘0 no licitos a la Iuz de los sagtados cénones Estos conteatos, que en el fondo son o aparentan ser un mu tuo, y de allf el problems y las objeciones ideolégiess, son: 1) El préstamo practicado for fos montes de piedad, que ‘eran prenderias surgidas en Italia a fines del siglo xv (Pers 1450, segin el papa Benedicto XIV), euyas operacianes ran: en recibir a citulo prendario bienes mucbles, entregindose dine: 10.0 trigo y sefaléndose un tétmino de cestitucién. En caso que el deudor incumpliera, los divectores del monte de piedad vendian los bienes y del precio se deducta b prestado, mis un lucro como contraprestacida de Ia obligacién de conservacidn 0 resttucién cargo del establecimiento en referencia. papa Leén X, el 10 Concilio de Letrén en 1515, declaré licitos estos estableci- mientos y Tas operaciones que constituyen su empress. Antes de iones ponies $e dieron sl recto, todas ellas de gran valor jucidico y moral. _ pee) El segundo contrato se refiere a la Hamada compra de réditos censusles, censo o contrato de renta cn sus dos modalida- des: censo real y censo personal. Para muchos escritores medievales. fue siempre una usura disfrazada, _ Iniciaimente, el contrato que fos textos mencionados an cortrata de rents, consistié en que una persuna comprabe 2% De synoio dacesans, documentos pontifieios (wfase nota anterior p. 33 838, ims, Wes Xt i Bares me avourcits 1B dliance el pago de un capital en dinero, los frutos de un bien pro. ductivo, inmueble, cierto y nominalmente designado. Es este el censo real. El llamado censo personal es Ie adquisicidn de un de- echo por el comprador, que implica la obligacién correlative del vendedor y de sus heredcros de pagar una suma cierta como con: secuencia de su profesién, arte u oficio. Es bajo esta modelided donde se ve més clara la similitud con el mutuo y se explica Ja “sospecha de usura”. En cuanto a la primera categoria 0 forma del contrato de renta, fue casi undnime la opinién sobre su licitud, Durante Jos primeros aitos del Renacimicnto varios pontifices ma. nifestaron su conformided con esta idea". En realidad, Ins mayo. res controversias giraron alrededor del llamado censo personal y de las condiziones requeridas para eliminar posibles. tachas Estos requisitos, que no es del caso tratar de analizar, fueron resumidos por san Pio V en su constituciéa Cum onus del 14 de febrero de 1568, donde se prescribid ante las leyes candnicas el contrato de censo personal con rescrvas y salvedades. En efecto, se dispuso que en aguellos hugares donde existiesen usos y costum bes contratios, se admitiese el controvertido contrato, y aun ef catélico rey de Espaia, Felipe I, solicité al papa la no’ vigencia de estos preceptor all 3) Por éltimo, el escrito de Benedicto XIV se refiere a los con tratos de cambio y' modalidades de este, no siempre muy claras y hoy dia completamente anacrénicas. Del contrato de cambio, tal como lo conocemos en nuestras leyes, ya hablamos con amplitud; por lo tanto, seria indtil repetir concepios. {Véase nota 16 de esta seccién) Ante los ojos de los canonistas, el cambio es una permuta o tun mutue de dinero, con alguna utitidad 0 provecho del cambisea ¥, por consiguiente, tildado por algunos de usurati desmedida avaricia de quienes se dedicaban a estas actividades, decir, también fue incluido dentro de las operaciones “sospechos: de usura”, lo cual impuso una necesaria definicién doctrinaria En realidad, el contrato de cambio, en sus modalidades cli sicas de cambio ‘menudo 0 manvel, cuando se cambian moneds de diferentes especies, © el cambio local 0 cambio trayecticio ¥ el cambio por letras —siguiendo la clasificacién no. muy exacta jurt 2 Se trata de los pontitices Mar respecto puede Verse De synodo di Hinde, tv del capitulo Y, Calisto Ht y san Pi convo, ab. cil, (tase le 0p 14 De tos rirovoe-vauones en ceNERAL dicamente que trae el documento papal—, no hay propiamente usura en Ja tilidad que licitamente obtiene el cambista, porque «sta no tiene por nico titulo o causa el mutuo, sino ott0s titulos legitimos. El problema radica en simulaciones de contratos de cam- bio (convencién aparente) que ocultan mutuos donde st hay usura y tiene vigor la prohibicién canénica del préstamo a interés, lo ‘mismo que en artificiosas figuras como la del cambio oblicuo y otras semejantes, que no son objeto de una definicién y que en 1738 el cardenal Mareclo de Aste, obispo de Ancona, definié como “meros encubrimientos de Ja usuta”. Realmente, es en estas in: trineadas operaciones donde hay que entrar a buscar la usura”. Todo lo escrito con anterioridad sintetiza, con base en docu mentos, ia posicidn candnica frente a figuras juridicas cuyo desa arollo nos interesa pars este teria, demostrindonos cSmo hasta bien avanzado el siglo xvitt la Tglesia Catdlica aiin se mostraba reacia a aceptar précticas comerciales de vieja data. Pero la conclusién, so- bre la que quisiéramos hacer mayor hincapié, es la que se refiere al origen de muchas operaciones come tales, pero que no siempre est Es claro en los textos pontificios que estamos analizando con sin detenimiento, ver cémo muchas entidades de derecho ausgic ron de précticas cuyo objeto era evadir preceptos de derecho ca rdnico, Esta también es una fuente histérica para el estudio de instituciones comerciales, que nos muestran cémo no siempre 5 indtil ojear normas de aquel ordenamiento que muestran influen: cias reciprocas entre ambos derechos. Para solo cicar algunos ¢jem: plos que nos interesan, bistenos recordar el cambio oblicuo, el PEL Y'S2 Dice ol docamenta fe obliewo™ eapeloca y ait spre Sento Padce Ticio por eJemplo, necesita mil eseudos de oro, s® los pide « ontae a di rmutuo'@ Cay, ct ceal ncostumbrado los negocios 9 aur hero por estos rodios, se resiste la petiein de Tieio, & quien for raza al mutuo no puede exigirle nada; peto puesto que Ticio Wisster te 9ere- flan det siguionte modo “Ticin recibe de Cayo en mutuo log referidos mil escadas sin toric a Cayo auda saber la eantsgnd rveibidn en mutos mae pasa earn sar a Cayo ef dafio que sufrr a faiz dol mutuo, lo siorie. para te Sea do dl misiso 0 de otro una-cantidad equivatente de. dinero taediante tin contrato do cambio Y para iediensia af nezuei,obligindose al misino tiempo ‘Tielo a pagar a Cayo hasta Ia-cestitueion del mutun to que por foalin. del ea i mado shies toms Sse dinero de un camnbints Eranas 6 rrouevis 45 censo personal, la letra gitada ficticiamente a owo, aparentando un cambio que oculta usura, etc, No podiamos terminar este punto sin haber esbozado el tema de las reaciones del derecho comer y el eancake ch sop cambiatios, como un pasa histtico importante en ef camino que pretendemos seguir y que no ha sido siempre estudisdo por auto es y comentarisas, quienes se obnubilan ante una aparente “sepa racidn absoluta”, desconociendo hechos y datos que, si se quiere permitirfan escribir Ia historia de las relaciones entre ambos orde. namientos, no todas las veces 1an separados y opuestos come se pretende afirmar. €) Los principios modernos y su evolucién doctrinal a partir ind 7 wcidn doctrinal a part Es en el siglo xvut cuando la letra de cambio se convierte en un titulo circulante. Las necesidades del comercio determinan Ia fencién propia de estes titulos, cual es la de permit la cireulaciSn, trasferencia 0 negociacién de los bienes en forma ripida, cierte 3 segura, trasformindolos en instcumentes circulantes de gran valor pata los comerciantes. Fs un paso trascendental cn las vatiaciones de la funcién propia de los titulos de crédito que se conercta en vances que alate procurenos sine + ordenanza francesa de 1673, conocida como L’Edit de Colbert, promulgada por el rey Luis XIV, cuyos principios fueron seguidos bien de cetca por las Ondenanzas te Bilbao, vigentes entre norotros aun avanzada nuestra vida independiente, recogié esta trasformacidn, por la cual “.. Is letca dejé de ser un instrumento de cambio, para tasformarse efectivamente en un medio de pao aunge en Is doctrine continu firme iz idea de ver en la tun contrsto de trasporte de dinero de un lugar a otro..." A ella se Ilegs a través de importantes avances jutidicos que hoy constituyen pilares fundamentales del derecho cambiatio. Vedmos los répidament 1) La letra es al ctisico titulo de crédito que debe ser gido por un procedimiento més simple y pricticn que la ne sib vil de exits. Poa ello se esablc Hier fe de ¥ se reglaments ef endoso, que ya en Italia era practicado y habs sido reglamentado en Venccia en 1539. ° 2 Leon Posse ARDOLEDA, ob. ei. 9 mi 46 De Los TIrULos-Lones EN Cesena, 2) Aparece In eldusula de valor 0 cléusule valutaria que sctualmenie, en sentir de importantes autores, no tiene rx2n de set, pero, como lo enfatiza el doctor Posse. ARDOLEDA, es un acon: tecimiento histérico de singular importancia en el desarrollo del derecho cambiario. (Véase I nota 10 de esta seecidn). Fue por medio de esta cléusula como juridicamente surgié Ia diferencia- cin entre el verdadero instrumento cambiario y los mandatos de ago, y fue alli, segin lo dice RipeRt con toda su autoridad, donde se distinguid a letra por su propio valor independiente del con: trato de cambio™ 3) Se reglamenta la aceptacién cn los tisulos-érdenes, con Jo cual ef tomador, frente al girado-zceptante, tiene ln certeza de ‘que el instrumento'va a ser pagado, c—4) Surge ast en sus primeros rudimentos lz autononia de los derechos que sobre el titulo poscen los titulares, teristica de todos los titulos, mediante fa norma de Ix inoponibil ded de excepciones por el deudor respecto de otras. partes en el titulo 0 ajenas al réwlo mismo que pue: Ademés, se refuerza el valor de fa letra en términos de segurid: y eerteza a través de a “solidatidad 0 mancomunidad cambiaria” de los distintos. suscriptores. c—5) En cuanto 2 la cléusula al portador, ella no fue objeto de reglamentacion en la ordenanza francesa, pero ya era de vie data en les précticas comerciales europeas. Aparecié en el siglo xv y fue regelada por los estatutos de Bolonia y Lucca, Los anteriores, a grandes rasgos, son los avances legis! ‘que constituyen ¢l marco juridico ‘dentro del cual naci yolerno concepto de Ix funcidn de la letza y en general de les ls de donde parte un nego proceso doc:riaa! que piidiera Hamsrse “nacimiemto del moderno derecho cami rio”; en esta intensa labor legislative y de docttina se inspiran todos ios principios que hoy orientan universalmente el derecho cartular. Es en [a primera mitad del siglo xtx cuando el genio del jurista alemén Enver concibe fa idea del titulo y a obligaeiéa siracios, idea que inspira tods su obra y aun la ord lemana de cambio de 1848; a sus compatriotas, los juristas Tio1 y Lape, les cupo la gloria de dar forma definitiva a toda una 2 Georoes Rirent. ob cit. tm, ps 146, nlm. 1728 Eranas me mvawverds ™ teoria de los tiulos-valores, sistematizada y expuesta mente por autores y especialistas italianos. ) Los “sistemas cambiarios” Vistos brevemente los avanzados principios de la ordenanca de Luis XIV, conviene hacer ahora un ligero anilisis de los desa. rrollos jutidicos a que estos principios dieron otigen en Europa Continental, pars euliinat con un'somera examen de los puntos fundametales que caractetizan el sistema cambiario anglosajén L. El “sistema continental” —Para el estudio de este aparte nos refetiremos tinicamente a ln evolucién y desurrollo juridico en Francia, Alemania, Espafa e Italia, por ser ef que mayor influencis tiene en el proceso de formacién del derecho cambiario colombiano ‘en sus etapas més importantes d)—1) Francia —El Cédigo de Comercio de Napoleén, de 1807, siguié muy de cerca el sistema de Ia otdenanza francesa 4 que ya hemos aludido en lineas anteriores. Mancuvo la idea de ln remrite de plece, es decir, la ligazin estrecha entre el contrato de cambio y la letra, principio que ins pird a los jutistas Franceses hasta In expedicisn de li ley del 7 cle junio de 1894, en que fue abolida la necesidad de la funcidn sca vecticia, de plaza a plaza, de la letra de cambio, En lineas generales, hasta 1935 el sistema francés rechazaba las ideas de la “abstraccién en los titulos”, caracteristies del siste ma alemén; solo en virtud del decretoley del 30 de octubre de 1935, se introdujeron en las leyes internas francesas las dispost ciones y principios de In Ley Uniforme de Ginebra, de 1930, desa pareciendo con ello sustanciales diferencias que ‘individualizaron Es muy importance anotar que la docttina y ta j cia francesas, inspiradas en ef C. de Co. de 1807) ima 1955, una indeleble huella en el sistema italiand; ademés, de Co. italiano, con algunas salvedades en materias eambiarias contenidas en disposicién de 1933, promulgedo en 1882 pia del francés de 1807, hasta la expedicién del mode de 1942 (16 de marzo) El anterior es el émbito y alcance del que en derecho cambiatio se conoce como sistema francés, cuya caracteristice peculiar consiste en que el valor considerado como relacién causal fundamental, era 48 De us Ttrouas-estons EX ceteRa tuna de las condiciones de la letra, (Véase a este respect la nota 4 del capitulo 1) d—2) Alemania—Como ya lo hemos anotado, es realmen. te en Alemania donde se originin los fundamentos’ del derecho ‘ambiario moderno, mediante los estudios de Enverr, que culmi nan con su obra cn 1839, ampliamente difundida y explicada por otros juristas alemanes posteriores inspirada en las ensefianzas de Ia “escuela de Holanda”, encabezada por Hemecctus y cuya decisiva influencia también deja honda huella en la evolucién y formacién del sistema angloamericano. En fa actualidad, ningtin autor discure que el fundamento de la moderne tcoria de los titulssvalores, tan magistralmence difundida por jucistas italianos, se encuentra ‘en el intrineado y a veces dificil pensamicnto alemée, La Conferencia de Pstados Alemanes reunida ea Leipzig labors en el sito de 1848 la famosa Ordenanza de cambio, inspi ada toda ella en la obra del benemétito jurista antes mencionado. mente, en Ia Conferencia de Nuremberg de 1861, esto fueron incorporados en ef Cédigo de Comercio gen pata todos los Escados alemanes, Cédigo que después fue el de Imperio Austroingaro. Aquella obra legislativa fue objeto de amplia difusién internacional, ya que se lx ineorporé en fas leyes incernas de paises como Suiza, en 1881 y 1911, en Bulgaria en 1897, en Japon en 1890, y también en Porwgal y Rumania Este amplio desarrollo legislativo delimita Io que se conoce como “sistema cumbiario continental”, que no es sino el conjunto de princinios juridicos contenides en ta ley alemane, por los la Tetra se coavierte en b “ con lo cual, y pura siempre, la letta se cambio; se pone de manifiesto, aun en el mismo texto legal, que la esencia de la letra, o mi juridica, esta determi ada por su funci ia, facilitindose In ‘negociabilidad del documento, por ejemplo, a través del reconocimiento del en doso en blanco, Por ilkima porcenca sistema francés—, consagza e ie Ia provisidn y la “chi lacidn escacial o imprescindlb lets de cambio®. % Rab Ceneastes AnUMAMA, oh. cit, p48, ©) Etaeas oe ewou.vetin 49 Con las anteriores referencias creemos haber dado une visién, mds 0 menos exacta sobse fa Ordenanza alemana de 1848,-que sin lugar # dudas es uno de los hitos histéricos de mayor trascendencia ‘en la materia que se estudia, d—3) Espa —Es muy {recuente escuchar y observar émo « Espafia se Ia incluye con visién simplista dentro del sistema fran és cuyos fundamentos hemos descrito; el derecho comercial espa fol tiene su propia historia, y sus juristas una mentalidad bastante difcrenciada sobre Jos titulos-valores y sus funciones jutidicas y econdmicas, de la que es caracteristica en Francia, evidencidndose csia independencia en el derecho combiario espanol . Una de las primetas compilaciones de précticas cambiarias spacece en el famoso estatuto de Barcelona, de 1394; la ordenanza sobre cambios, de Enrique IV dada en 1544, conviene tenerla en cuenta; también la constante actividad bancaria. y comercial de los dos mis grandes monarcas.espaitoles de todos los tiempos: Catlos Ty Felipe T, Ja cual dio ly nana en 1552; pero, sobre todo, merecen especial mencida las cordenanzas espaiiolas ‘de Bilbso, cuyas primeras versiones datan de 1459 y 1511, versiones que fueron recopiladas y revisadas pau latinamenite gracias a la labor de uno de los mis famosos tribunales consulates de Europa en Ia paca del Renacimiento: “La Casa de Contratacién’, creada por Carlos 1, tatea que dio origen a las Ordenanzas antiguas, confirmadas por cédula real de 1560 y de las cuales surgieron las nuevas ordenanzas de Bilbao (1737), promull gadas por el rey Felipe V, cuyos capfeuios xm y xa¥_contienen importantes reglamentaciones sobre letras de cambio, vales, libran- terior, es clato que hay un sistema carn paiiol ajeno al francés, inspitado aquet por Ia necesidud de hacer de Ia letra de cambio ‘un titulo de erédito 7, separado de ia mecénica coneepcién del cambio trayecticio. Para muchos, no hay duda que la docttina y jurisprudencia oaitoles supieron distingsir jusidicamente entte f mento independiente, y ef contzato, es decic, Ia diferencia entre lo que hoy en esttieta teorfa se denomina relacién cami cl titulo misino, y le relacién fundamental o subyacente 2% Jose Towacio Nawess2, ob tp. 19. nim, 12

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