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El boom de la construcción bajo el franquismo, por

José Luis Orella - F.N. Francisco Franco

FNFF

José Luis Orella

La Razón

En las estadísticas oficiales, entre los años 1961 y 1973 se construyeron en España
3.347.768 viviendas, sumando otras 358.460 en 1974 y añadiéndose 374.391 en
1975

El intenso cambio producido por la apertura económica causó profundos cambios en la


sociedad española, al emigrar de forma masiva del campo a la ciudad. Aquel fuerte
incremento poblacional urbano para trabajar en las industrias recién fundadas, demandó
inmediatamente miles de viviendas para aquella población que atestaba las ciudades y
levantaban barrios de chabolas en los alrededores de los grandes centros urbanos. Hasta aquel
momento, la construcción de vivienda no había sufrido ningún tipo de estímulo, y el
régimen de alquiler junto con las pensiones seguía siendo el mayoritario en las ciudades. Pero la
llegada de centenares de miles de jóvenes en busca de los trabajos que el desarrollo industrial
iba proporcionando, planteaba a corto plazo la necesidad de nuevos barrios
residenciales, y a medio, la demanda de servicios sanitarios, sociales y educativos.

La política de construcción de vivienda se verá canalizada a través de los diferentes planes


nacionales. El I Plan Nacional de la Vivienda (1944-54) no pudo cumplir los objetivos
programados por insuficiencia presupuestaría, pero también por la antiguada normativa
decimonónica todavía vigente, que regulaba el crecimiento urbano, como eran las leyes de
Ensanche y Extensión de 26 de julio de 1892 y de Saneamiento y Mejora Interior de
18 de marzo de 1895. Con aquel cuello de botella jurídico y el insuficiente apoyo económico,
el II Plan Nacional de la Vivienda (1956-60) no podrá tampoco superar el tercio de los objetivos
prometidos en el plan. Se hará necesaria una profunda reforma a través de la Ley sobre Régimen
del Suelo y Ordenación Urbana de 1956, que ayudará a regular el Régimen Urbanístico del suelo,
exclusivamente por parte de la administración, con competencia para regular el suelo conforme
a la función social de la propiedad. El suelo será clasificado en urbano y rústico, al
primero se le asignará un valor comercial, y los beneficios de la renta urbana se convertirán en
ganancias para los propietarios, convirtiendo la promoción de viviendas en un rentable negocio.

El III Plan Nacional de la Vivienda (1961-75) preveía la construcción de 3.713.900


viviendas para cubrir las necesidades de viviendas. La conversión de suelo rústico en urbano
será espectacular. Entre 1961 y 1976 se construirán más de cuatro millones novecientas mil
viviendas, según Mario Gómez-Morán en Sociedad sin vivienda.

Rótulo del Ministerio de la Vivienda durante el franquismo


Rótulo del Ministerio de la Vivienda durante el franquismo ARCHIVO

Fundación Foessa, Madrid, 1972, en las estadísticas oficiales, entre los años 1961 y 1973, se
construyeron en España 3.347.768 viviendas, sumando otras 358.460 en 1974 y
añadiéndose 374.391 en 1975; en definitiva, en esos doce años, las cifras se elevaban a
4.080.619 viviendas. Tal vertiginosa tasa de construcción se justificaba por el fuerte apoyo del
ejecutivo a la edificación, mediante el incentivo de la construcción a la vivienda protegida
oficialmente. Si ciframos el número de edificios destinados a vivienda familiar por décadas, nos
encontramos con el aumento progresivo de los centros mayores e inferiores a 10.000
habitantes. Con respecto a las plantas, son dominantes las de una y dos, pero el resto
inician un aumento que triplica el número de edificios con seis o más plantas. El momento de
hacer dinero ha llegado, y un edificio con más plantas permite aliviar la presión demográfica
demandante y aumentar los beneficios del promotor.

Uno de los profundos cambios efectuados será el aumento del régimen de propietarios. Si
a nivel rural ya era normal, y en 1960 el 70,6 % eran propietarios, mientras un escaso 22,2 %
eran alquilados; diez años después los propietarios habían ascendido a 72,4 % y los alquilados
habían descendido a la mitad, un escaso 11,5 %. En el mundo urbano, donde el alquiler siempre
había sido mayoritario, y en 1960 todavía era dominante con un 63,5 %, mientras los
propietarios escasamente llegaban al 30,2 %. En 1970 los alquileres urbanos se habían hundido
a un 32,7 %, mientras el régimen de propiedad ya superaba el 52%. No cabe duda que la
política iniciada por los ministros de la vivienda, José Luis Arrese, José María
Martínez Sánchez-Arjona y Vicente Mortes de convertir a los españoles en dueños
de sus casas había dado resultado.

José Luis Arrese


José Luis Arrese ARCHIVO

El instrumento de parte de aquella edificación tendrá su origen en la Obra Sindical del Hogar
(OSH) que nació en el seno de la Delegación Nacional de Sindicatos. De 1939 a 1953 la OSH
construyó 21.739 viviendas; y con la aplicación de los planes sindicales de la vivienda de 1955 al
1957 se logró aumentar a 56.000. Aquellas viviendas eran en el caso de los poblados de
absorción muy elementales en servicios y en calidad, pero cumplieron la misión a corto
plazo de reducir el chabolismo. Pero la política constructora de viviendas particulares
tendrá un espectacular aumento con la creación del Ministerio de la Vivienda, por Decreto Ley
de 25 de febrero de 1957, que agrupó al Instituto Nacional de la Vivienda INV, la Dirección
General de Arquitectura y Urbanismo, y la Dirección General de Regiones. La nueva Dirección
General de la Vivienda, acogió al INV, dirigida por Vicente Mortes, quien será el tercer titular de
este ministerio.

Vicente Mortes Alfonso


Vicente Mortes Alfonso ARCHIVO

El flamante ministerio será quien tenga que aplicar el Plan Nacional de la Vivienda de
1961, que debía extenderse hasta 1976. La espectacular política constructora se iniciará en ese
momento con la construcción de polígonos de viviendas de patrocinio público y del privado, en
el que intervinieron incluso las propias grandes empresas, deseosas de asentar cerca de sus
factorías a las familias de sus trabajadores, el 80 % de la vivienda protegida debía tener entre 50
a 100 m2.

La llegada de Vicente Mortes en 1969, será la edad dorada de la construcción. Nacido en


Paterna (Valencia) en 1921, de origen humilde, estudió ingeniero de Caminos, donde fue elegido
representante de sus compañeros en el SEU. Durante su tiempo de estudios vivió en el Colegio
Mayor Moncloa, del Opus Dei, donde conoció a parte de los primeros miembros de la Prelatura.
Perfeccionó sus estudios en Bélgica y fue nombrado director de una empresa constructora en
Valencia. En 1957, fue nombrado director general de Vivienda con José Luis Arrese y
jefe nacional de la Obra Sindical del Hogar. En 1960, será el general Vigón, ministro de Obras
Públicas, quien le llame a su lado para ser director general de Carreteras. Su labor le llevará a
ser, tres años después, subsecretario del ministerio. López Rodó lo convencerá en 1965 para ser
su segundo, como comisario adjunto del Plan de Desarrollo.

La nueva periferia
La nueva periferia ARCHIVO

Su lucha contra la subida del precio del suelo le llevará a ser nombrado ministro de Vivienda.
Durante su periodo, fue el momento de construcción de mayor número de viviendas, llegando
a más de 300.000 cada año hasta 1975, y cuando se aprobaron el Decreto-Ley de
Actuaciones Urbanísticas Urgentes, la Reforma de la Ley del Suelo, se actualizaron los planes de
las Áreas Metropolitanas de Barcelona y Madrid, y se creó, por un lado, la ciudad de Tres Cantos
y por el otro, el Museo Dalí en Figueras. Bajo su dirección, la industria de la construcción
en 1970 tenía un peso del 5 % del PIB y del 10 % de la población activa, que fue
aumentando en el futuro con el boom de los noventa.

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