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LA HORA MILAGROSA

¿No has podido quedarte despierto


ni siquiera una hora?
(Marcos 14, 37)

“Oye mi clamor, mi Rey y mi Dios, porque te estoy suplicando. Señor, de madrugada


ya escuchas mi voz: por la mañana te expongo mi causa y espero Tú respuesta”
(Salmo 5, 3:4)

Comienza el día orando antes de iniciar cualquier trabajo; una oración que nos lleve no solo durante
ese tiempo sino también el resto del día a un encuentro espontáneo con el Señor, haciéndose real su
presencia(1) y conversando con Él.

Ora en actitud de apertura, “Señor, cámbiame”(2). Recuerda las veces que te ha ayudado en el pasado y
la certeza(3) de que te va a ayudar aún más en el futuro.

Acércate esperando su Amor(4). ¡Si pudiéramos comprender el plan que Dios tiene para cada uno de
nosotros nos detendríamos inmediatamente a evaluar de nuevo nuestras prioridades!

“Amado Padre Celestial, te pido que nos envíes el espíritu de oración. Haz que deseemos también la
salvación de todas las personas de este mundo. Ven Espíritu Santo sobre mí(5), quiero encontrarme con
Dios. Amén.”

Entre cada periodo de 5 minutos reza una oración breve.


1.- ALABANZA
“Bendice al Señor alma mía; que todo mi ser alabe su Santo Nombre”
(Salmo 103,1)

La alabanza proporciona una actitud mental provechosa al convencernos de que es absurdo manipular a
Dios. Reconocemos su autoridad; es Soberano, Creador y Todopoderoso, nos ama y ha enviado a Jesús
a morir por nosotros. Merece nuestra adoración.

Quienes alaban a Dios viven de fe y esperan de Él respuestas extraordinarias. Alabar a Dios aumenta
nuestra capacidad de crecer en el amor. ¡Alabemos a Dios en todas las cosas y que entre en nuestro
corazón!

Te alabo Jesús, Tú eres mi Vida, mi Amor.


Te alabo Jesús, Tú eres el Rey de la Creación.
Te alabo Jesús, Tú eres el Rey del Universo.
Te alabo Jesús, Tú eres el Rey de reyes.
Te alabo Jesús, Tú eres el Príncipe de paz.
Te alabo Jesús, Tú eres el Consejero maravilloso.
Te alabo Jesús, Tú eres la única Verdad.
Te alabo Jesús, Tú eres la Luz del mundo.
Te alabo Jesús, Tú eres nuestra Fortaleza.
Te alabo Jesús, Tú eres nuestra Rectitud.
Te alabo Jesús, Tú eres nuestra Victoria.
Te alabo Jesús, Tú eres mi Paciencia.
Te alabo Jesús, Tú eres mi Alegría.
Te alabo Jesús, Tú eres nuestra Sabiduría.
Te alabo Jesús, Tú eres nuestra Santificación.
Te alabo Jesús, Tú eres la Promesa del Padre.
Te alabo Jesús, Tú eres nuestro Redentor.
Te alabo Jesús, Tú eres el Salvador del mundo.
Te alabo Jesús, Tú eres el Buen Pastor.
Te alabo Jesús, Tú eres el Cordero que fue degollado.
Te alabo Jesús, Tú eres la Resurrección y la Vida.
Te alabo Jesús, Tú eres el Juez justo.
Te alabo Jesús, Tú eres el Principio y el Fin.
Te alabo Jesús, Tú eres la fuente, la guía y la meta de lo que existe.
Te alabo Jesús, Tú eres todo lo que necesito.
Te alabo Jesús, Tú eres todo lo que deseo.
Te alabo Jesús, Tú eres el más alto Dios.

Jesús amoroso, el más fino amante,


quiero en todo instante sólo en Tí pensar.
Tú eres mi tesoro, Tú eres mi alegría,
Tú eres vida mía, yo te quiero amar.

Oh Corazón dulce de amor abrasado,


quiero yo a tu lado por siempre vivir,
y en tus llagas santas viviendo escondido,
de amores herido en ellas morir.
3.- COMBATE ESPIRITUAL
“Revestíos con la armadura de Dios para
resistir las asechanzas del demonio”
(Efesios, 6,12)

Hay fuerzas espirituales negativas con poder para controlar nuestra vida y nuestra capacidad de ser
personas libres.

Colócate bajo el amparo del Señor y toma autoridad sobre cualquier poder del demonio.

Oración

Padre, gracias por mandar a tu Hijo Jesús para perdonarme y darme vida. Por mandar a tu Espíritu
Santo a guiarme y revestirme de tu poder. Padre Celestial, abre mis ojos para que vea tu majestad y tu
victoria a mi favor.

Me coloco a los pies de la cruz de Jesús, me cubro con su sangre preciosa y pido que nada interfiera
con el trabajo que el Señor quiere realizar en mi vida. Me pongo la armadura de Dios para resistir las
tácticas del demonio y sello a todos los miembros de mi familia, mis parientes y amigos en la sangre de
Jesucristo.

Padre, enséñame las partes de mi vida en las que Satanás mantiene ataduras. Reniego del espíritu de la
ira, indiferencia, orgullo, falsedad, etc. Señor Jesús, lléname con tu amor para reemplazar el temor, de
tu alegría para eliminar mi tristeza.

Rechazo las tentaciones del demonio y sus promesas vacías. Rechazo toda apertura a lo oculto,
adoraciones falsas y artes mágicas y rompo cualquier transmisión de esos maleficios a través de mis
antepasados.

San Miguel arcángel, defiéndenos en la batalla; contra las maldades


y las insidias del diablo sé nuestra ayuda. Te lo suplicamos,
vuelve a lanzar al infierno a Satanás y a los demás
espíritus malignos que vagan por el mundo.
4.- ENTREGA
“… que se haga Tu voluntad y no la mía”
(Mateo 26,42)

Lo mas importante en la vida es decir “sí” a Jesús de todo corazón y después permitir que el Espíritu
Santo trabaje ese “sí” para que Dios reine en tu interior.

Oración

Padre amado, me entrego a tí con todo mi corazón y con toda mi alma. Entra en mí de manera más
profunda.
Abro todos los lugares secretos de mi corazón ¡Entra Jesús! Te recibo como mi Señor y Salvador.
Espíritu Santo, tráeme una conversión profunda a Jesucristo.
Entrego mi salud, mi familia, mi trabajo, mis recursos, mi manejo del tiempo, mi presente, pasado y
futuro, mis éxitos y fracasos, mi comprensión de cómo deberían ser las cosas y no como son, mis
temores y debilidades, mis promesas cumplidas y las no cumplidas.
Recibe Señor mi libertad, mi voluntad y mi memoria. Tú me lo has dado todo y a tí te lo devuelvo.
Dame tu amor y tu gracia, eso es suficiente para mí.
5.- INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO
“…vais a recibir una fuerza, la del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros,
y seréis mis testigos … hasta los confines de la tierra”
(Hechos 1,8)

Pide la presencia real del Espíritu Santo en tu vida. Su efecto es la experiencia tangible del amor de
Dios. Fe, amor y obras. Bondad y entrega. Sal de ti para ceder tu puesto a Dios y a los demás con actos
de caridad realizados con profunda humildad.

Oración

Ven Espíritu Santo. Dame fuerza para abrirme a tus dones y crecer como cristiano. Sólo con tu poder
puede dar fruto mi vida, envuelta en el don más grande que es el amor.
Limpia mis heridas del pasado, mis sufrimientos y traumas aún vivos. Gracias por traer el bien para
cubrir el dolor y recordarme que Jesús ha estado siempre llenando el espacio entre el amor que recibía
y el que necesitaba.
(1) Espíritu Santo, ven, ven,
en el nombre del Señor.
(2) Acompáñame, ilumíname, toma mi vida.
¡Espíritu Santo, ven!
(3) Santifícame, transfórmame cada día.
¡Espíritu Santo, ven!
(4) Resucítame, conviérteme todos los días.
Glorifícame, renuévame,
¡Espíritu Santo, ven!

La vida sin amor… te hace duro.


La fe sin amor… te hace fanático.
El trabajo sin amor… te hace esclavo.
El apostolado sin amor… te hace extraño.
La amistad sin amor… te hace interesado.
6.- ARREPENTIMIENTO
“Si nuestra vida es Luz, y si andamos en la Luz, como Él está en la Luz,
estamos en comunión unos con otros, y la sangre de Jesús
nos purifica de todo pecado”
(1 Juan 1,7)

El pecado bloquea el flujo del amor de Dios, pero por el arrepentimiento nos levantamos de nuevo. El
sacramento de la penitencia es un regalo si nos confesamos con profundidad y de corazón.
Cuanto más te abres al Espíritu Santo mejor ves las partes de tu vida donde no reina Jesús. Realiza un
examen y pide al Señor que te revele los pecados por reconciliar. No busques todos tus pecados, solo
deja que el Espíritu Santo te guíe.

Oración

Padre amado, me arrepiento de todas las formas en que te he ofendido y te pido la gracia de un corazón
profundamente arrepentido.
Muestrame las maneras en que he bloqueado el paso de tu amor. Perdóname por las veces que no he
escogido la vida. Perdona mi falta de fe en tu bondad y amor por mí.
Me arrepiento en especial de ... pido perdón por cada vez que he herido a otras personas, de cualquier
mentira, decepción ... por desatender a un hermano, por mi frialdad, mis envidias y juicios a otros. Por
no recibir el amor en la forma en que me fue ofrecido y por guardarme expresiones de amor.
Traigo ante tí áreas de mi vida que me avergüenzan, hábitos personales, culpas secretas. Padre amado
¿qué más he de traer a tu presencia?.
Por esas ofensas, imploro tu perdón.
7.- PERDÓN
"Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros,
para que también vuestro Padre del cielo os perdone a vosotros"
(Marcos 11,25)

El Espíritu Santo no nos deja “tranquilos” con nuestras relaciones rotas ni espera que perdonemos por
nuestras propias fuerzas. Él, según le dejemos actuar, lo hará a través nuestro.
El perdón comienza con una decisión, las emociones vendrán luego. La oración trae a la memoria la
rabia enterrada, la amargura y el resentimiento que ha de ser reemplazado por el perdón.
Permite al Espíritu Santo traer a tu mente situaciones o personas específicas.

Oración

Padre amado, decido perdonar a todas las personas en mi vida, incluyéndome a mí mismo. Me perdono
por todas mis faltas, por no ser perfecto y me acepto como soy. Tomo la decisión de dejar de criticarme
y ser mi peor enemigo.
Perdono a mi madre y a mi padre por cualquier negatividad y falta de amor. Perdono a mi cónyuge por
todas las heridas en nuestras relaciones. Perdono a mis hijos por los dolores que me han causado. Hago
las paces con ellos. Bendícelos Señor.
Perdono a hermanos, hermanas, familiares y amistades por cualquier abuso y falta de amor. Perdono a
quienes conviven conmigo en mi trabajo, en el presente y en el pasado. Bendícelos Señor.
Perdono todas las injusticias, fuentes anónimas de dolor y sufrimiento en mi vida. Te pido la gracia de
perdonar a las personas que más me han herido y pido tu especial protección para todas y cada una de
ellas.
9.- ESPERA QUE EL SEÑOR TE HABLE
"Descansa en el Señor y espera en Él"
(Salmos 37,7)

"Mis ovejas conocen mi voz … "


(Juan 10,27)

Los pasos anteriores te han traído hasta aquí. Centrado en el Señor, has silenciado tu mente, tu corazón
está abierto y tu conciencia clara. Dios es amor y desea comunicarse ansiosamente, más de lo que
nosotros queremos escucharlo.
Permanece en silencio interior. ¿Cómo te anima?, ¿cómo te dirige?.
"Habla, Señor, que tu siervo escucha".
10.- INTERCESIONES
"Ante todo, te recomiendo que se hagan … oraciones, súplicas
y acciones de gracias por todos los hombres"
(Sal 37,7)

Ofrécete al Espíritu Santo para que te indique por quién orar. Levántalo hacia el Señor. "Señor, ¿qué
necesita esta persona?. Te pido que el deseo de Tu corazón se cumpla en su vida".
Intercede por los que no tienen a nadie que pida por ellos, por los enfermos, por tus enemigos y por las
almas del purgatorio.
Reza para que las oraciones de los demás también sean contestadas.

Que mediante la intercesión de nuestra Santa Madre María,


por medio de los arcángeles san Miguel, san Gabriel y san Rafael,
nuestro buen Dios torne humildes los corazones de los orgullosos,
fortalezca los corazones de los que tienen miedo,
consuele los corazones de los que sufren,
libere los corazones de los oprimidos,
ilumine los corazones de los engañados
y sane los corazones de los que odian.
Amén.
11.- PETICIONES
"Acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para alcanzar
misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro"
(Hebreos 4,16)

Habitúate a pedir por todo durante el día. Así edificas una relación confiada con el Señor que hace la
petición más fácil cuando hay necesidades serias. "Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se
os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y todo el que busca, encuentra; y al que llama se le abrirá…"
(Mt 7, 7:12)
¿Te dominan temores que necesitan ser alejados? ¿Dificultades con una persona? Elevar al Señor tus
metas a corto y largo plazo.
12.- ACCIÓN DE GRACIAS
"Y darán gracias al Padre, que nos ha hecho dignos de recibir nuestra
parte de la herencia reservada a los santos en su reino de luz"
(Colosenses 1,12)

Oración

Gracias por la gracia de descansar en tu entendimiento y no en el mío. Por darme un espíritu de


sabiduría y mantener mi corazón fijo en tí.
Gracias por atraerme a la oración y darme hambre de tí. Por la alegría de la entrega, del
arrepentimiento y del perdón. Por los frutos que el Espíritu Santo trabaja en mí como la paz, la ternura
y el control de mí mismo.
Gracias por levantarme cuando caigo, alejar el desaliento y romper el dominio de hábitos pasados. Por
tu bondad que me sigue a dondequiera que voy. Por tus ángeles que me protegen en todos mis caminos.
Gracias por abrir mis ojos a las necesidades de mis hermanos. Abre mi corazón para amar a los heridos
y a los perdidos, mis labios para hablar de tu amor.
Gracias por aquellos que me han ayudado en mi camino hacia tí.
Gracias por otorgarme un precio alto y crearme con un gran propósito. Por abrirme las puertas del
cielo.
Gracias por el regalo de mi vida, así como es.
Gracias por el mejor regalo de todos, tu hijo Jesús. “Sí ¡gracias a Dios por su don, que nadie sabría
expresar!. Oh Dios, tus caminos son santos, ¿qué Dios es tan grande como nuestro Dios?”.
Señor, dame tu bendición y que tu luz brille en mí.

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