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CUADERNOS DE LA CATEDRA
ESTRUCTURA SOCIAL Nº 4
2006
Adriana Chiroleu
Andrea Delfino
María Elena Nogueira
ISSN 2422-7870
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A modo de introducción
Las investigaciones de Max Weber en torno a los orígenes del capitalismo han
sido de gran relevancia para la Sociología y para la comprensión general de este
fenómeno que aún nos contiene. Esta premisa se revela en todas sus obras, en
donde los mayores interrogantes están alejados de la búsqueda de “causas” o de
lógicas causales en las realidades sociales y atienden más bien a la comprensión de
los fenómenos a partir de una lógica interpretativa que prevé desentrañar las
conexiones de sentido entre ellos.
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Kautsky, Lenin y Chayanov, constituyen los más claros referentes del marxismo agrario matizando
el planteo original de Marx.
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En alemán: Verein für Sozialpolitik .
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En este texto, Weber argumenta que la región llana de la Prusia oriental, tendría
en sus distritos rurales, algunos elementos sumamente diferenciales. Por un lado,
notables diferencias en la fertilidad de los suelos, y por otro, dos niveles de
estratificación, por tipos de población y por nacionalidades (Weber, 1984. Cursiva en
el original). Es en esta noción de nacionalidad que Weber orienta su argumentación.
La razón está en el plano de las diferencias más culturales que esto genera, en el
propio espíritu que la nacionalidad supone. El avance de los migrantes polacos en la
zona de frontera es la verdadera inquietud de Weber. Pero mientras este avance se
concretaba, “son los jornaleros alemanes quienes predominantemente emigran de
las zonas económicamente elevadas, mientras que los campesinos polacos son
quienes con preferencia aumentan su número en las zonas de bajo nivel” (Weber,
1984: 10. Cursiva en el original).
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Mariane Weber describe así este proceso: “Los terratenientes adquirían más y más tierras,
reemplazaban los viejos privilegios y pagos en especie de sus apareceros por salarios en dinero y
administraban las cosas pensando en el mercado y dejando así de ser una clase señorial patriarcal
para convertirse en una clase empresaria comercial, y destruyendo la antigua comunidad de intereses
con sus trabajadores” (1995:162).
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comportamiento individualista buscando “por encima de todo, ser ellos mismos los
artífices de su propia felicidad o de su desgracia” (Weber,1995:165).
Al basarse esta relación únicamente en el pago del salario por parte del
propietario, procurando éstos obtener los mayores márgenes de ganancia, y
sacrificando en ese sentido las condiciones de vida de sus asalariados, y la
percepción del mismo por parte del obrero, generalmente contratado por breves
lapsos para desarrollar tareas estacionales, se rompía toda una estructura patriarcal
que había servido de base a la unificación alemana y había generado una
comunidad de valores compartidos y un fuerte sentido de nacionalidad y de
pertenencia. Los trabajadores alemanes, preferían entonces emigrar del país o
dirigirse hacia los centros industriales en busca de mejores oportunidades, y su lugar
era ocupado por polacos y rusos que ingresaban por miles a través de la frontera del
Este, y muchos de ellos permanecían en esta zona de frontera que alguna vez había
pertenecido a sus pueblos de origen4. Estos asalariados eran preferidos por los
terratenientes por tener menores estándares de vida y por lo tanto pretensiones
salariales más modestas5.
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De la antigua Alemania al Este del Elba, que fuera colonizada primero por la orden teutónica y luego
por alemanes y holandeses, sólo las tierras hasta el Oder y el Neisse siguen siendo alemanas en la
actualidad. El resto forma parte de Polonia y de algunos de los estados que formaron la Unión
Soviética (Caravana,1990).
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El ingreso de extranjeros aceleraba y estimulaba la salida de los alemanes remanentes.
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para ilustrar la imposibilidad de que Alemania pudiera competir con las economías
emergentes de los países de ultramar por su grado de desarrollo y estructuración
social.
Recordemos aquí que el texto al que nos referimos fue construido en base a cartas y
notas escritas por un colono alemán afincado en Entre Ríos.
La organización laboral
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Es interesante observar cómo Weber refiere a los colonos con terminología propia de realidades
pre-capitalistas.
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En su famosa obra Economía y Sociedad, Weber define tipos ideales puros para las formas de
dominación. Entre ellos se encuentra este particular tipo de dominación, que supone que el origen de
la legitimidad está puesto en la santidad de ordenaciones y poderes de mando heredados de tiempos
lejanos (...) creyéndose en ella en méritos de esta santidad. En esta línea es que interpretamos el
caso alemán, ya que la obediencia al Junker está dada, por una parte, por la fuerza de la tradición y,
por otra, por su libre arbitrio encuadrado en los límites de esa tradición. (WEBER: 1968: 180 -181).
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En este tipo ideal, sin embargo, hay que distinguir algunos matices. Por
ejemplo, ¿en qué medida esta explotación puede efectivamente “valer como típica”?
Tengamos en cuenta que se refiere a un predio de tierra virgen, adquirido a plazos
por un colono carente de recursos, que había hecho el recorrido inverso a la gran
mayoría de los inmigrantes: esto es, había pasado del ámbito urbano al rural,
cuando el fracaso en este último fue, por lo general, la causal de radicación de los
inmigrantes en los ciudades, para el desarrollo de actividades secundarias y
terciarias.
Esto es, Weber utiliza el esquema de pensamiento que se presenta como fértil
para el análisis de la situación alemana en el abordaje del caso argentino,
independientemente de las verdaderas connotaciones que este último tiene y sobre
todo de los alcances del proyecto nacional de la Generación del 80. En este sentido,
la información propia de las colonias de Entre Ríos resulta propicia para comprobar
su hipótesis, aunque sólo constituye una versión esquemática, parcial e incompleta
de la situación en Argentina.
Con esta lógica, y si consideramos que la ciencia para Weber es, como dice
Aron (1976), un esfuerzo por comprender y explicar los valores a los cuales han
adherido los hombres y las consecuentes obras, no sorprende entonces el marco de
análisis por el que opta el gran sociólogo alemán a la hora de analizar los
fenómenos rurales. Creemos que así como en el análisis más general del
capitalismo, la lógica weberiana “complementa positivamente al marxismo” en
cuanto advierte nuevas significaciones en los procesos de transformación que no se
derivan directamente de la estructura, como también lo hace en relación a la
“cuestión agraria” que el capitalismo supone.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Staff:
Cátedra de Estructura Social
Adriana Chiroleu
Claudia Voras
Andrea Delfino
María Elena Nogueira
ISSN 2422-7870