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Pítica Primera
Pítica Primera
qué batallas, en sus guerras, (85) domados por el rey de Siracusa, (132)
sostuvo con esforzado aliento, cuando (86) que echó su juventud al mar, desde sus mismas (133)
recogió, con los suyos, en la palma (87) naves veloces, y salvaba (134)
de los dioses, la gloria que otro griego no cosecha, a Grecia de la dura servidumbre. (135)
(88) De los atenienses, por salario, tengo (136)
coronación soberbia de su poder. Ahora (89) el favor, cuando evoco a Salamina, y en Esparta, (137)
sigue el ejemplo de Filocteles, y hace (90) si cuento la batalla del Citerón: un doble (138) Habla
campaña en la que incluso el arrogante, (91) desastre para el medo de corvo arco; pero (139)
por fuerza, halaga su amistad.
Elemento: “Filoctetes, un griego” Tal dicen (92) antes ya habré pagado, en la ribera (140)
que a Lemnos fueron, en busca del arquero (93) de aguas limpias del Himeras, el tributo (141)
hijo de Peas, cuya llaga (94) del himno que, por su valor, los hijos (142)
seguía afligiéndose, unos héroes (95) de Dinómenes merecieron cuando (143)
que parecían dioses; mas el que arruinara (96) lograron doblegar al enemigo. (144)
la ciudad de Príamo, fue él: él puso término (97) /////
a las fatigas de los Dánaos: (98) No hables en vano; estrecha (145)
anduvo con un cuerpo débil, pero (99) en cifras el alcance de mucho: tendrá menos (146)
los hados eran suyos. (100) donde se fije la censura de los hombres; (147)
¡Que la divinidad a Hierón también mantenga erguido y el triste hastío embota (148)
(101) las esperanzas precipitadas. Aunque (149)
en el futuro, y dé sazón a sus deseos! (102) siempre la fama de la excelencia ajena (150)
Y ahora, Musa, permite que celebre (103) importunó a las gentes en lo oculto del corazón. (151)
con Dinómenes de la cuadriga el premio: (104) oh rey, ya que es mejor la envidia que la lástima, (152)
no es dicha ajena (105) no sueltes tú por ello tu noble afán. Dirige (153)
la victoria de un padre. ¡Ea, es ya tiempo (106) con timón justo al pueblo, y forja, en el yunque (154)
Elemento: “habla de Hierón, el héroe”
de hallar para el rey de Etna (107) de la verdad, tu lengua. (155) Habla
un himno que le agrade! (108) /////
///// Si una ruin chispa (156)
Para él fundó Hierón (109) se te escapa, la tendrán por grave (157)
esa ciudad, dándole fueros (110) pronunciamiento, por ser tuyo. Eres el árbitro (158)
de fábrica divina, conforme a los preceptos (111) de muchas cosas; y son muchos (159)
del cordel de Hilos. Quieren los descendientes (112) los testigos veraces de tus actos, buenos y malos.
de Pánfilo, y aun de los Heráclidas, que viven (113) Sigue (160)
bajo la sierra del Taigeto, siempre (114) en tu alegre talante, y si te importa (161)
permanecer en los mandatos (115) siempre gozar de estimación, no seas (162)
de Egimio, a la manera doria: prósperos, (116) fastidioso en el gasto. Da como el piloto, al viento
dejado el Pidno, reinan sobre Amicles, (117) (163)
y son vecinos renombrados de los Tindáridas de (118) la vela. Y no te enredes, (164)
blancos corceles, y echó flor la fama de su lanza. (119) amigo, en las astutas (165)
Elemento: “habla de Dinómenes, /////hijo de Hierón” ganancias; que solo el lustre de la gloria (166)
Tal sea también, oh Zeus sazón de todo, (120) /////
siempre el elogio que a súbitos y a reyes (121) que el hombre deja tras de sí, revela (167)
otorgue, junto a las aguas del Amenas, (122) a oradores y a poetas (168)
el veraz testimonio de los hombres. (123) la vida de los hombres idos. No perece, (169)
contigo, sí, el caudillo, (124) no, la virtud benévola (170)
delegando en el hijo, puede llevar el pueblo (125) de Creso. En cambio, una execrable (171)
a concorde sosiego, aún sin negarle honores. (126) reputación en todas partes cubre (172)
Concede, tú, te ruego, hijo de Cronos, (127) al despiadado Falaris, que en un toro (173)
que el fenicio y la ululación de los tirrenos (128) de bronce asaba sus víctimas; por eso en nuestras
ve queden, mansos, en casa, pues ya en Cumas (129) (174)
vieron tomarse su soberbia en llanto (130) casas las liras no lo quieren para dulce (175)
///// comunión con los cantos de los muchachos. Cierto:
por la flota perdida; tal sufrieron (131) (176)
“LELI” II-SEMESTRE: LITERATURA ANTIGUA
Píndaro de Tebas