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Todos los progresos de la cultura a través de los cuales se

educa el hombre tienen el fin de aplicar los conocimientos y


habilidades adquiridas para emplearlos en el mundo; pero el
objeto más importante del mundo a que el hombre puede
aplicarlos es el hombre mismo, porque él es su propio fin último.
El conocerle, pues, como un ser terrenal dotado de razón por
su esencia específica, merece llamarse particularmente
un conocimiento del mundo, aun cuando el hombre sólo constituya
una parte de las criaturas terrenales.
Una ciencia del conocimiento del hombre sistemáticamente
desarrollada (Antropología), puede hacerse en
sentido fisiológico, o en sentido pragmático. El conocimiento
fisiológico del hombre trata de investigar lo que
la naturaleza hace del hombre; el pragmático, lo que él mismo,
como ser que obra libremente, hace, o puede y debe hacer de
sí mismo. Quien cavile sobre las causas naturales en que
pueda descansar, por ejemplo, la facultad de recordar,
discurrirá acaso (al modo de Cartesio) sobre las huellas
dejadas en el cerebro por las impresiones que producen las
sensaciones experimentadas, pero tendrá que confesar que
en este juego de sus representaciones es un mero
espectador y que tiene que dejar hacer a la naturaleza,
puesto que no conoce las fibras ni los nervios encefálicos, ni
sabe manejarlos para su propósito, o sea, que todo discurrir
teórico sobre este asunto es pura pérdida. Pero si se utilizan
las observaciones hechas sobre lo que resulta perjudicial o
favorable a la memoria, para ensancharla o hacerla más
flexible, y a este fin se sirve del conocimiento del hombre,
esto constituirá una parte de la Antropología en
sentido pragmático.
Antropología en sentido pragmático (Alianza Editorial, Madrid 1991, p.7-8).
CONTEXTO IMMANUEL KANT

(Königsberg, Prusia, 1724-1804)

conocimiento científico de Newton, el racionalismo de Wolff y Leibniz, el empirismo


de Hume, la filosofía de Rousseau y el espíritu Ilustrado. Kant inaugura a partir de 1770
su fase crítica, que consiste en someter a la razón a una fuerte crítica que permita
delimitar sus contornos, establecer sus límites y rastrear sus condiciones de posibilidad.

-LA ILUSTRACIÓN-

El contexto histórico de Kant es sin duda el contexto de la Ilustración. El siglo XVIII,


conocido como la edad de la Ilustración, es la culminación de un proceso de cambio
originado con el Renacimiento, que consiste en el abandono de Dios como concepto
ordenador. En lugar de Dios, la Ilustración pone a la razón humana como centro y
fundamento del nuevo orden. Se trata del giro copernicano. Si Copérnico había
sustituido la Tierra como centro del universo, afirmando que ésta giraba alrededor del
Sol, la Ilustración, con Kant como uno de sus más importantes representantes, sustituye
a Dios como centro de la actividad humana, poniendo en su lugar a la razón como único
tribunal válido al que se referirán todas las cuestiones relativas al conocimiento, la
moral y la historia. La Ilustración, comprendida como un movimiento filosófico
inspirado en la liberación del hombre de todas sus ataduras religiosas, comienza en
Francia durante el reinado de Luis XV (1710-1774) quien heredó el reinado de su
bisabuelo Luis XIV y reinó desde 1715 a 1774. La Ilustración francesa tiene en
Voltaire, Montesquieu, Diderot y Rousseau (enemigo de Voltaire) a algunos de sus
máximos representantes. El espíritu de la Ilustración es recogido en la famosa
Enciclopedia francesa, también llamada Diccionario razonado de las ciencias, artes y
los oficios. Esta enciclopedia se presenta como un proyecto continuador del método
experimental y racional, un intento de fundamentar todo el saber humano a través de
la Razón, sin recurrir a la religión, a la superstición o el misticismo. Puede
considerarse a la Ilustración como una época privilegiada para el desarrollo de las
ciencias y la filosofía, una época en la cual se soñaba que el hombre podía librarse de
todas las ataduras apelando a su razón, que a través de medios racionales se podía
solucionar desde los problemas científicos hasta los políticos recurriendo a esa razón
que era, entonces, sinónimo de libertad y autonomía.

La Ilustración alemana, de la cual participó Kant, comparte con la francesa el método


analítico y crítico, la fe en la razón y el rechazo a la religión, la superstición y el
oscurantismo. Además, el reinado de Federico II, rey de Prusia, amigo de Voltaire y
partidario de la Ilustración, supone una aceptación política de los principios ilustrados
que provocará un fuerte desarrollo de la Ilustración en Alemania. Al modo de gobierno
de Federico II se le llamará Despotismo ilustrado.

-ERA DE LAS REVOLUCIONES:

-Revolución de las 13 colonias (americana): 1763-1783. Declaración de


independencia (4 de julio de 1776) y Constitución (1787) la otra base de los derechos
humanos y de ciudadanía (derechos políticos y sociales).

-Revolución Francesa: 1789. Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano,


que abre el concepto de Ciudadanía a reflexiones contemporáneas como el sufragio
universal, los derechos no sólo civiles sino también políticos y, obviamente, los límites
de la soberanía y la división poderes.

LA REVOLUCIÓN FRANCESA

La Revolución francesa de 1789 es, en gran parte el resultado de la lucha, establecida


en los principios del republicanismo y en la defensa que hemos analizado en los
principales filósofos políticos modernos, de la afirmación de los derechos políticos
(naturales) de los individuos, considerados en su dignidad humana y en su soberanía
ciudadana, lucha potenciada por la Ilustración. Veamos algunos momentos importantes
para nuestra explicación de la Ciudadanía:

1º-En 1788, se produce en Francia la bancarrota de la nación dirigida por el rey Luis
XVI, iniciándose toda una serie de acontecimientos de rebelión popular que acabarán
con la toma de la Bastilla el 14 de Julio de 1789: Autoproclamación del Tercer
Estado como Asamblea Nacional.
2º Asamblea Nacional Constituyente (1789-1791): Estados generales se reúnen en
Versalles (5 mayo de 1789). Soberanía en el pueblo. Promesa de redactar una
Constitución. El 9 de mayo se nombra a tal efecto la Asamblea Nacional como
constituyente.

Objetivos:

-Acabar con la Monarquía Absoluta (no necesariamente con la Monarquía en un


primer momento, sino limitar el poder del soberano).

-Insurrección agraria ratificada por la Asamblea Nacional como supresión de la ley


de las servidumbres personales (feudalismo): trata de acabar con las relaciones feudales
fundadas en el poder opresivo del señor/ siervo.

-Acabar con los privilegios y el poder de la Iglesia: privilegios, diezmos, etc. La


Iglesia Católica pasa a depender del Estado. Habrá prisión y masacre de clérigos hasta
el Concordato de 1801.

-Se establece la Igualdad de los ciudadanos sin privilegios de clase: igualdad ante el
pago de impuestos, ante la Ley, ante el acceso a cargos públicos.

-Establecer una Constitución democrática (Republicanismo) por los miembros de la


Asamblea, representante de diferentes tendencias políticas más conservadoras,
moderadas o progresistas. El 27 de agosto 1789 se publica la Declaración de los
derechos del hombre y del ciudadano, preámbulo de la posterior Constitución e
inspirada directamente en la Declaración de Independencia de EEUU. La Declaración
se basaba en la defensa inviolable de los derechos naturales del ser humano y del
ciudadano, en la toma de la Soberanía por el Pueblo o Ciudadanía, sufragio, separación
de poderes, imperio de la ley y el Derecho. Los derechos fundamentales se establecen
sobre tres ejes: Libertad, Igualdad y Fraternidad.

Las dificultades para llevar a buen puerto la Constitución: la Asamblea estaba formada
por una sola Cámara y solo el Rey tenía derecho a veto (no podía eliminar una ley, pero
sí retrasar su aprobación). Al intentar bloquear el sistema, el Pueblo expulsa al Rey,
quien se refugia en París en Las Tullerías.

3 de septiembre de 1791 se aprueba la Constitución. El Rey posee el poder ejecutivo y


mantiene el derecho a veto (pero se pretende que sea una figura decorativa).
Monarquía Constitucional. La Soberanía está en manos de la Asamblea (Poder
Legislativo)

3º-1792: Nuevos vetos del Rey llevan a una segunda Revolución, al asalto a las
Tullerías y a la instauración de una República el 10 de agosto de 1792 y a la suspensión
de las funciones del Monarca. Prusia trata de ayudar al restablecimiento Monarquía.

4º-Convención republicana (1792-1795) y Reinado del Terror (1793-1794): Las


fuerzas más potentes son los Girondinos y los Jacobinos. Estos últimos unidos,
liderados por Robespierre y aliados con las clases menos privilegiados, los sans-
culottes establecen el reinado del Terror y la inclusión en una nueva Declaración del
hombre y del ciudadano (1793) el derecho exigido por las clases bajas, al sufragio
universal masculino. Se estima que entre 10 mil y 40 mil personas fueron ejecutadas
(guillotinadas) por actividades contra revolucionarias.

-POSICIÓN POLÍTICA DE KANT FRENTE A LA REVOLUCIÓN

La posición política de Kant frente a la Revolución francesa siempre fue positiva


y conectada con el mismo proceso de Ilustración, pero con respecto a las
Revoluciones en general (en época de legalidad y paz) y, sobre todo, del Terror
su posicionamiento es ambivalente y depende de los textos tenemos
afirmaciones, absolutamente contrarias o expresiones favorables. Vamos a ver,
en primer lugar, un texto de Robespierre donde justifica el Terror en el contexto
revolucionario; luego veremos el famoso texto donde Kant se sitúa a favor del
Terror como fase necesaria dentro de la Revolución francesa en concreto y,
finalmente, un texto de Kant contrario a la Revolución y la violencia:

1º-DISCURSO DE ROBESPIERRE (1794) en la Asamblea Nacional donde


justifica el uso del Terror revolucionario en febrero de 1794 y lo define como el
despotismo de la Libertad contra la Tiranía.

Para fundar y consolidar la democracia, para lograr el reino pacífico de las


leyes constitucionales, debemos poner fin a la guerra de la libertad contra la
tiranía y atravesar con seguridad la tormenta de la revolución. Ese es el
objetivo del sistema revolucionario que ha promulgado. Su conducta, entonces,
también debe estar regulada por las tormentosas circunstancias en que se
encuentra la república. Y el plan de su administración debe resultar del espíritu
del gobierno revolucionario, combinado con los principios generales de la
democracia.

¿Cuál es el principio fundamental del gobierno democrático o popular…? Es


virtud ... La virtud republicana puede considerarse en relación con el pueblo y
en relación con el gobierno; es necesario en ambos. Cuando sólo el gobierno
carece de virtud, queda un recurso en la virtud del pueblo; pero cuando el
pueblo mismo se corrompe, la libertad ya se pierde ...

De todo esto deduzcamos una gran verdad: la característica del gobierno


popular es la confianza en el pueblo y la severidad hacia sí mismo ...

Si la fuente del gobierno popular en tiempo de paz es la virtud, la fuente del


gobierno popular en la revolución es a la vez virtud y terror. La virtud sin terror
es fatal; el terror sin virtud es impotente. El terror no es otra cosa que justicia:
pronta, severa, inflexible. Es, por tanto, una emanación de virtud ... una
consecuencia del principio general de democracia aplicado a las necesidades
más urgentes de nuestro país.

Se ha dicho que el terror es el principio del gobierno despótico. ¿Se parece


entonces su gobierno al despotismo? Sí, como la espada que brilla en las manos
de los héroes de la libertad se parece a las de los secuaces de la tiranía. Que el
déspota gobierne con terror a sus súbditos brutalizados; tiene razón, como
déspota. Somete al terror a los enemigos de la libertad, y tendrás razón ... El
gobierno de la revolución es el despotismo de la libertad contra la tiranía ...

La sociedad debe protección solo a ciudadanos pacíficos. Los únicos


ciudadanos de la República son los republicanos… los realistas, los
conspiradores son sólo extraños o enemigos. Esta terrible guerra de la libertad
contra la tiranía, ¿no es indivisible? ¿Son los enemigos de dentro los aliados de
los enemigos de fuera? Los asesinos que destrozan nuestro país; los intrigantes
que compran las conciencias que sostienen el mandato del pueblo; los traidores
que los venden; los panfletistas mercenarios contratados para deshonrar la
causa del pueblo, matar la virtud pública, avivar el fuego de la discordia civil y
preparar la contrarrevolución política mediante la contrarrevolución moral ...
son todos esos hombres menos culpables o menos peligrosos que los tiranos a
quienes sirven."
2º IMMANUEL KANT SOBRE LA CONEXIÓN ENTRE ILUSTRACIÓN Y
REVOLUCIÓN.
Podemos observar en Kant un cambio en su consideración de la Revolución antes y
después de la Revolución francesa. Antes de 1790 sus escritos sobre el terror y la
revolución son contrarios a ella, y se derivan de su ética rigorista, basada en el deber y
su concepción del Derecho, a partir de las cuales, asume que estos fenómenos
revolucionarios siempre son sinónimos de caos social.
A partir de 1790 podemos observar en los escritos kantianos un cambio: en textos como
La paz perpetua (1795) o El conflicto de las facultades (1798), Kant enlaza
Revolución, Progreso e Ilustración y justifica en cierta medida el Terror revolucionario
siempre como un paso previo o estado provisional para alcanzar la Paz perpetua en línea
con su concepción teleológica y cosmopolita de la Historia que conduciría al
republicanismo en el interior de cada estado y a un Derecho cosmopolítico, que, con
los mismos principios del republicanismo, generaría una confederación lo
suficientemente inclusiva de estados como para que no pueda regresar la guerra y la
violencia e impere la Paz y la concordia entre los pueblos. Este objetivo histórico sería a
donde nos conduciría la naturaleza, establecida para nosotros según esos fines, y va
unido a Ilustración y al Republicanismo inherente este último al acontecimiento de la
Revolución francesa.

Veamos, primero, el célebre texto que le valió a Kant el epíteto de “viejo jacobino” es
de El conflicto de las facultades (1798):

“La revolución de un pueblo bello lleno de espíritu, que hemos visto realizarse en
nuestros días, podrá tener éxito o fracasar, puede, quizá, estar tan repleta de miserias
y crueldades, que un hombre bien pensante, que pudiera esperar ponerla en marcha
por segunda vez, no se decidiera a un experimento de tales costos: una revolución tal,
digo no obstante, encuentra en los ánimos de todos los espectadores –que no están
ellos mismos involucrados en el juego- una tal participación en el deseo, que rayana
con el entusiasmo incluso si su exteriorización resulta peligrosa; tal, en suma, que no
puede tener otra causa que una disposición moral del género humano.”

Sin embargo, hay muchos otros textos en los que niega que la Revolución, la violencia
insurreccional de un pueblo o la desobediencia civil puedan ser aceptables dentro de la
sociedad civil, ya que socavan sus bases. Por ejemplo, en un texto de 1793, titulado
Sobre el tópico: Esto puede ser correcto para la teoría, pero no vale para la práctica
afirma Kant:
“Toda resistencia al supremo poder legislativo, toda instigación de los súbditos a que
expresen violentamente descontento, toda provocación que haga explotar una rebelión,
es el crimen más grande y más digno de punición en una mancomunidad, porque
destruye sus mismísimos fundamentos. Esta prohibición es absoluta. Y, aun cuando el
poder del Estado o su agente, el jefe del Estado, haya violado el contrato original al
autorizar al gobierno a actuar tiránicamente y, por esta razón, haya, a los ojos del
súbdito, perdido el derecho a legislar, el súbdito no está sin embargo autorizado a
oponer resistencia”.

A diferencia de Fichte [quien en 1793 publica Contribución a la rectificación pública


del juicio popular sobre la Revolución francesa, donde realiza una defensa sin
parangón del Terror y, en general de las posturas más extremistas de la etapa llamada de
la Convención republicana (1792-1795) y de la Etapa del Terror (1793-1794), yendo
más lejos que los propios girondinos al considerar que un solo individuo tiene derecho a
impugnar el pacto social.] Kant no consideraba que existiera el derecho a impugnar el
pacto social establecido por Ley y Derecho inviolables en el poder legislativo, al que
llama supremo. Estamos lejos de derecho a la Desobediencia civil del americano Henry
David Thoreau (1817-1862),

LECTURAS

1-Respuesta a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración? (1784).

Concepto de Ilustración. Ilustración y Revolución.

2-Idea de una historia universal en sentido cosmopolita (1784).

Sobre todo, desde la Cuarta frase (La insociable sociabilidad del ser humano) a la
Octava. En este texto Kant aporta también su postura ante el debate acerca del Contrato
Social dejando claro, desde el principio el carácter hipotético (no histórico) o simbólico
tanto del concepto de Estado de Naturaleza como del concepto de Contrato social.

En Kant la cuestión de la sociabilidad del ser humano se halla a medio camino entre la
postura aristotélica de la sociabilidad natural del ser humano y la visión antropológica
pesimista de Hobbes que advertía del carácter egoísta, violento y malvado del ser
humano (que Kant sintetiza con el concepto de “insociable”.

3-Para la paz perpetua. Un esbozo filosófico (1795).

Fin de la humanidad y de la historia (que prolonga las tendencias naturales haciendo


perfectibles nuestras disposiciones naturales) es alcanzar el cese definitivo de la Guerra
y la conquista de la Paz perpetua como objetivo del Estado civil y de la
confederación de Estados regidos por los principios del republicanismo.

Además, uno de los principios fundamentales de este proyecto de Paz Perpetua es el


Derecho cosmopolita y Hospitalidad universal.

4-Principios metafísicos del Derecho (1797)


Es la Primera parte de la Metafísica de las costumbres (actualmente existe, también,
como una publicación separada): Segunda Parte. Sección primera: “Del derecho de
ciudadanía”; Sección Tercera: “Derecho cosmopolítico”.

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