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Estética I

Impartida por Ana García Varas

Diego Gregorio Lizán


2023-2024
Estética I | Diego Gregorio Lizán

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Estética I | Diego Gregorio Lizán

Índice

1. Estética y modernidad. Introducción. La autonomía de la estética

i. Lessing y la autonomía del arte


ii. La crítica de arte: orígenes y desarrollo
iii. Orígenes de la historia del arte moderna y su relación con la estética

2. La cuestión del gusto y el juicio estético

i. Universalidad y particularismo. Fundamentación externa o fundamentación en


el sujeto. Relativismos.
ii. Empirismo y estética.
iii. Crítica de la facultad de juzgar
iv. No conocimiento, universalidad y desinterés.
v. La belleza y lo sublime. La idea de genio.

3. Experiencia estética y creación artística como núcleos de explicación del mundo

i. Revolución social, revolución del arte. Estética prerromántica.


ii. El círculo de Jena. Lo sublime, el héroe y lo trágico románticos.
iii. Hölderling y la tragedia,
iv. La metafísica de la música: Schopenhauer, Nietzsche y Wagner.

4. Crítica, arte y modernidad

i. Baudelaire y lo moderno. Ciudad, cosmopolitismo y flâneur.

5. Arte y sociedad

i. Benjamin y las aporías de la modernidad


ii. La industria cultural y su crítica
iii. Adorno: estética y crítica social.

6. Giro icónico/pictorial y reinterpretación de la historia de la estética

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Tema 1: Estética y modernidad. Introducción. La autonomía


de la estética

Introducción

En el siglo XVIII la disciplina estética se hace autónoma, esto tiene múltiples consecuencias.
¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuál es el objetivo? Hoy en día los tratados de estética resultan muy
familiares, sin embargo, surgen en un momento histórico dado. Todo esto surge entorno al siglo
XVIII. Este periodo es la Modernidad. Por supuesto sí hubo escritos relacionados con la teoría
estética previamente, pero no emplean ese término o no le dan el sentido del que lo dotamos hoy
en día. Se habló sobre la belleza, sobre el arte, hicieron biografías de algunos artistas. Por
ejemplo, Platón o Aristóteles. También Plinio, Vasari o Bellori. Se abordaron temas relacionados
con los temas que hoy entendemos como estética, sin embargo, son respuestas fragmentarias
que en siglo XVIII se estructurará con mayor sistematicidad teórica. Son conscientes de que
hacen algo distinto a la ontología, epistemología, etc. En este siglo aparecen los textos
fundacionales de esta disciplina. Estos son: Estética de Baumagrten, La historia del arte en la
antigüedad de Winckelmann y El primero de los salones de Diderot. Estos libros aparecen en un
periodo de quince años, ¿Por qué? Estos tres textos marcan los tres espacios de la teoría estética.
Son textos fundacionales, sin embargo, no hablan de estética con la precisión deseada hoy en
día ni son los primeros en preocuparse por estas cuestiones. En Inglaterra destacan Addison y
Hutcheson.

¿Por qué surge en este periodo histórico? En la filosofía en el siglo XVIII se da un diálogo con
obras del pasado. También se dice, y más fundamentalmente, que se da una evolución con el
entendimiento del arte, de la historia del arte y de la critica del arte en ese tiempo. Permite que
se desarrolle el ámbito de la estética.

1. Lessing y la autonomía del arte

En el capítulo 9 del Laocoonte Lessing dice «Sólo quisiera dar el nombre de obras de arte a
aquellas en las que el artista se haya podido manifestar como tal, aquellas en la que la belleza
haya sido para él su primera y última intención.» Si se atiende a lo que atiende Lessing la mitad
de las obras del arte quedarían sin entenderse como tal. Dirá en cambio que lo que hace a un
objeto obra de arte no es su contenido artístico, es que sea bello. Hace hincapié lo paralelo del
arte respecto a la religión y a la necesidad de autonomía de la ciencia respecto a la religión.
Dentro del movimiento del arte hay algo que le exige volver sobre sus propias características.
Es la belleza que hay en sí, no lo simbólico en ello. Esto remite a una exigencia de autonomía
del espacio de lo estético respecto a aquello que simboliza. La idea de belleza es la categoría
central estética en este momento. Seguramente no se hubiesen dado estos cambios teóricos si el
arte no hubiera revalorizado las cualidades estéticas. Un énfasis en las cualidades visuales, pero
en general también sensible. El Rococó no es la mera continuación del Barroco. El Rococó
introduce cambios radicales. El Rococó enfatiza los adornos. De tan recargado que es abruma.
El Rococó se regodea en la sensibilidad. Esas cualidades sensibles de los objetos artístico no
son sencillamente medios para representar determinados significados, esos objetos tan
recargados con tanto énfasis en lo sensible no aluden sin mas a la gloria divina o a la grandeza
del monarca, sino que tienen valor por sí mismos dentro del Rococó. Los adornos de este estilo
no tienen un objetivo simbólico, sino que son valiosos por sí mismos, porque producen placer.
Producen placer al observarlos, al escucharlos y a otros muchos sentidos. Los jardines, que se

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huelen, tienen un gran valor en esta época. Esas cualidades producen un deleite valioso en sí
mismo. Esa propia materialidad produce un deleite en sí mismo. En ese momento también se da
una eclosión del erotismo. Todo esto es un placer que nace en los sentidos, en lo sensible. Este
es un placer especifico sensual que sin embargo no se agota en los sentidos. Es un placer que
conecta con ciertos aspectos del espíritu y otros intelectuales. Es aquel espacio que vincula la
sensibilidad con el espíritu o lo intelectual. Un placer a medio camino, un placer que legitima un
nuevo espacio autónomo, que no responde a otros ámbitos, sino cuyo valor está dentro.
La autonomía del arte corre paralela a la autonomía del conocimiento científico respecto a los
prejuicios religiosos. Sucede a la par que la autonomía del comportamiento civil respecto a la
moral establecida como uno de los factores del desarrollo de la Modernidad. En especial es
interesante ver como esa autonomía no se produce sólo teóricamente, sino que va de la mano de
la propia técnica artística.

La crítica del arte también tiene un proceso fundamental en ese proceso de autonomía. Hay
cierta crítica de arte que surge de la mano de los salones. Los salones se realizan a partir de
1725 en el Salón Carré del Louvre. Tienen su origen en una exposición realizada para
conmemorar la academia real de pintura y escultura, una institución creada por la monarquía
francesa y destinada a poner de manifiesto la gloria de la monarquía y a poner de relieve la
preocupación del rey por las artes. Esta institución fue creada para promocionar y como uno de
los pilares del poder del rey. Es uno de los elementos de la fabricación de la imagen del monarca
en un importante del libro sobre el siglo XVIII La fabricación de la figura del monarca. Una de
las consecuencias de la creación de esta academia es la aparición de los salones, que son
exposiciones que se realizan periódicamente. Los salones fueron entonces una institución real y
continuaron siéndolo hasta la revolución. Sin embargo, su producción va más allá de los límites
de la monarquía francesa. Los salones limitaron considerablemente el poder de los gremios y de
las cofradías en el mundo del arte. Los gremios y cofradías eran restos de una sociedad feudal
que tenían difícil encaje en la monarquía centralista francesa. Esa academia real de pintura y
escultura prácticamente decidía qué se pintaba. Centralizaba el poder anteriormente más
distribuido en distintos gremios. El salón tiene también consecuencias que van más allá. La
primera de ellas es que los salones crean un público que disfruta contemplando y valorando las
obras expuestas. Los salones crean un público al que le es permitido acceder a algo a lo que sólo
podía acceder un pequeño grupo. Aunque si bien es verdad que este público no era sólo
cortesano, no todo el mundo podía acceder. Fundamentalmente se abre a la burguesía. Lo que
caracteriza al público entonces es que disfruta con el arte. No sólo vamos a ver un cuadro,
cuando lo vemos lo valoramos. El arte es algo con lo que nos involucramos. Decidimos si nos
gusta o no.
Otra consecuencia más de los salones es que el salón propone tendencias. Excita el juicio, por
ello promueve tanto la información como la crítica. Ambos aspectos son muy importantes. El
salón selecciona estilos frente a otros. Nacían a sí las primeras porto modas artísticas. De esta
manera entonces tenemos una primera forma de democratización de lo artístico, por lo menos en
la recepción del arte. Los salones cobran impulso a partir de 1751. Año en el que se establece
una bianualidad de estas exposiciones. Se trata de una ceremonia real que se abre el 25 de
agosto, el día de San Luis, cada 2 años. Tiene tanto éxito que las academias comienzan a
celebrar sus propias exposiciones, algo que también intentan los gremios y cofradías, sólo que
con menos éxito. El salón del Louvre fue el salón más exitoso.

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