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ENTRONIZACIÓN DE LA BIBLIA

Monición

Hermanos: estamos reunidos como comunidad de discípulos del Señor, unidos por
una misma fe y una misma vocación. Queremos entronizar la Sagrada Escritura,
el libro que contiene la Palabra que Dios nos revela. Lo hacemos con veneración,
porque sabemos que detrás de cada página palpita Jesucristo, Palabra eterna de
Dios hecha carne y porque en ellas encontramos claramente el plan de Dios sobre
cada uno de nosotros. El Concilio vaticano II nos dice: “La Iglesia siempre ha
venerado la Sagrada Escritura como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo. Pues,
sobre todo en la Liturgia, nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el pan
de la vida que ofrece la mesa de la Palabra y del Cuerpo de Cristo” (DV, 21). Con
profundo amor, respeto y veneración, comencemos esta celebración.

Saludo del celebrante

En el nombre del Padre…, que la Palabra de Dios hecha carne en Jesús, habite
siempre en sus corazones para que sea luz y fortaleza en su camino hacia Dios,
que vive por los siglos de los siglos, amén.

Oremos

Padre, que te has dignado comunicarte con los hombres por medio de tu Palabra
hecha carne en Jesús, haz que tengamos gran aprecio por tu Palabra y nos
empeñemos en ponerla en práctica todos los momentos de nuestra vida. Por
Jesucristo, nuestro Señor.

Lectura

1 Timoteo 3,14-17

Reflexión: La Palabra y las palabras

Compromiso con la Palabra

Celebrante

Hagamos en estos momentos nuestra profesión de fe y nuestro compromiso ante


la Palabra de Dios que nos interpela siempre. No podemos quedar ajenos a esta
Palabra. Nuestra fe nos lleva a aceptar en nuestra vida esta Palabra que sale
siempre a nuestro encuentro. Por eso, los animo a dar una respuesta firme, con
nuestros labios y con nuestro corazón, a esta Palabra proclamada.

- ¿Se comprometen a tomar más en serio, a leer y estudiar la Biblia, donde está la
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Palabra de Dios?
- Sí, nos comprometemos.

- ¿Se comprometen a escuchar con atención la Palabra que se proclama en la


celebración de la Eucaristía y de los sacramentos?
- Sí, nos comprometemos.

- ¿Se comprometen a reflexionar y meditar la Palabra de Dios especialmente con


la Lectio Divina y a orar con ella y desde ella?
- Sí, nos comprometemos.

- ¿Se comprometen a confrontar su vida a la luz de la Palabra y a comportarse


según su mensaje?
- Sí, nos comprometemos.

- ¿Se comprometen a ser misioneros y servidores de la Palabra en el Seminario, en


la familia y en la comunidad cristiana?
- Sí, nos comprometemos.

Celebrante
Que Dios Padre, que nos envió a su Hijo, Palabra hecha carne, y nos envió a su
Espíritu para que nos ayude a entender su mensaje, los ayude con su fortaleza y
los ilumine con la luz de la Sagrada Escritura, para vivir siempre de acuerdo a la
voluntad de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.

Veneración de la Escritura
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La Palabra y las palabras


La Palabra creó el mundo.
Las palabras crearon Babel.

La Palabra dictó las profecías.


Las palabras mataron a los profetas.

La Palabra alumbró manantiales de agua en el desierto.


Las palabras sembraron los pedregales.
La Palabra guía al sabio.
Las palabras guían al insensato.

La Palabra es el poema de Dios.


Las palabras son la gramática de los hombres.

La Palabra dice todo.


Las palabras solamente hablan.

La Palabra mide las palabras.


Las palabras abusan de la Palabra.

La Palabra es perfecta.
Las palabras apenas son hermosas.

La Palabra llega al corazón.


Las palabras no pasan de la boca.
La Palabra convence.
Las palabras razonan.

La Palabra ilumina el camino.


Las palabras atrapan los pasos.

La Palabra es Verdad.
Las palabras son puntos de vista.

La Palabra es Jesucristo.
Las palabras somos nosotros.

(Rito Días, en revista BIBLICA; trad. del portugués)

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