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ASPO - Historia Constitucional de Portugal
ASPO - Historia Constitucional de Portugal
CONSTITUCIONAL
DE IBEROAMÉRICA
tirant lo blanch
' Valencia, 2019 '
Historia constitucional de Portugal1
1. INTRODUCCIÓN
El constitucionalismo em Portugal cuenta con casi dos siglos de vida. Es—
cribir sobre la historia constitucional portuguesa a lo largo de estos casi
dos siglos es un ejercicio difícilº, susceptible de diversos acercamientºs y
perspectivas.
Podemos encontrar múltiples elementos de continuidad, en los que, a
pesar de las modiâcaciones de los textos dictadas por los ímpetus revolu-
cionarios, muchas estructur'as Cºnstitucionales se irían manteniendo intac—
tas, o podemos observar los sucesivos procesos de ruptura que, desde 1822,
fueran dando origen & nuevas constituciones.
4 Vid. A. C. BARTOLOMEU DE ARAÚJO, “As Invasões Francesas. e “a; & firmação das
ideias liberais, en _]. MATTOSO (coordinador), História. de Portugal, Vol. V, Lisboa.
5 Este hecho marca, segundo Gomes Canotilho, el inicio del movimiento constitucional
portugués. Vid. _]. GOMES CAN OTILHO, Dimito Constitucional e Doria da Cmtimiçãa,
Coimbra, 2000, pág. 127.
6 “Vamos a organizar un gobierno provisional que convoque a las. Cor-Les para hacer una
Constitución, cuya carencia-. es el “(origen de todos nuestrºs males”, -
636 ' ' A. Sor—“IA PINTO OLIVEIRA
2. Constitución “muinto”.
Tras la revolución liberal se procede, en 1821, ala elección de Cortes Gene-
rales, Extraordinarias y Constituyentes, de cuyos trabajos resulta la Consti-
tución de 1822, primera Constitución portuguesas, que fue aprobada toda—
vía antes de la independencia de Brasil y que se autoproclama Constitución
del Reino Unido de Portugal, de Brasil y de los Algarves.
La Constitución espaõola de Cádiz, de 1812, fue clara y está asumida
como la principal fuente de inspiración de la primera Constitución por—
tuguesa, aunque también sea muy visible la influencia de la Constitución
francesa de 17919.
Una diferencia existente entre la Constitución de 1822 y la Constitución
de Cádiz está en la inserción sistemática de los derechos fundamentales,
que la Constitución espaflola consagra en preceptos dispersos por su texto
mientras la portuguesa los prevê en su Título I, 10 que evidencia la relevan-
cia dada a los derechos de los ciudadanos, traducida también en el prota—
gonismo que da su colocación al principio de la Constitución, y siendo, en
Su contenido, evidente la influencia de la Constitución Francesa de 179110.
Los derechos fundamentales consagrados giran en torno de la tríada “li—
bertad, seguridad y propiedadm. -
7 Nota del traductor. Posible traducción de esta expresión es “Veinteaúista”, sin embargo
la asunción de la misma de autores como Sánchez Gómez (La Constitución de Cádiz y
Homncio del Castillo: legado de una época, Editorial Universidad Estatal & distancia, Acade-
mia de Geografía 6 Historia de Costa Rica, EUNED, San josé, 2011, págs. 46-50), nos
lleva al mantenimiento de la misma, aunque marcándola necesariamente en cursiva.
& Sobre la impórtancia de este momento y lá transición entre el período pre—constitu-
cional y el período constitucional, vid. P. BARBAS HOMEM, “Lei fundamental e lei
constitucional: a formação do conceito de Constituição. Contributo para uma história
do Direito Público”, en Estudos em Honra deRuy deAlbuquerque, Vol. 1, Coimbra Editora,
Coimbra, 2006, págs. 131 a 168.
º Una comparación entre la Constitución espaâola de 1812, la Constitución Portuguesa
de 1822 y la Cºnstitución francesa de 1791 se contiene en P. FERREIRA DA CUNHA,
Para uma História Constitucional do Direito Português, Coimbra, Almedina, 1995, págs.
308-313.
lº Sobre las discusiones en la Constituyente sobre este punto específico, Vid. C. NEVES
DE ALMEIDA, “Os Direitos Fundamentais nas Constituintes de 1821/1822”, en Revista
da Faculdade de Direito da Universidade de Lisboa, Vol. XXX, 1989, págs. 411—448, y 1990,
págs. 313 y ss.
" Se debe tener siempre presente que el sentido de “prºpiedad” poco tiene que ver con
su sentido corriente actual. En el primer constitucionalismo, el derecho de propie—
dad comprende y absorbe todos los derechos del hombre, o, mejor dicho, es origen
y fundamento de todos ellos. Como afirmaba Antonio Luiz Seabra, autor del primer
.
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Código Civil, “A propriedade. Philosofla do Direito”, “las ideas del mío “y el tuyo son
un corolario necesario de la percepción de nuestra existencia, por la simple razón de
que somos susceptibles de sentimiento, de acción y de percepción: y si concebimos la
idea de propiedad, es porque la Naturaleza nos dotó de una propiedad inevitable, la
de la nuestra propia persona. (. . .) Esta propiedad recibió en todas las lenguas una de-
nominación especial; Se denominó libertad, palabra mágica, potencia irresistible, que
es el primer sentimiento del hombre salvaje, y el sumo bien del hombre civilizado”, M.
LOPES ROMÃO, “Direito Nátural e direitos naturais na consagração constitucional
(1729-1822), em Estudos em Honra de Ruy de Albuquerque, Vol.. II, Coimbra, Coimbra
Editora, 2006, pág. 32].
lª Claramente reveladores de este cuadro de princípios son los artículos 26º y 27º para el
principio democrático; el art. 3'2º, para el principio representativo; y el art. 30º, para el
principio de la separación de poderes. Sobre estos principios, vid. ]. GOMES CANO—
TILHO, Direito. . ., Op. cit., págs. 129-130. Para un análisis más detallad—o sobre la sepa-
ración de poderes en la Constitución de 1822, vid. M. MELO ROCHA, “A Separação
dos Poderes nas Constituições Portuguesas do demo-liberalismo (De. 1820 a 1926)”, em
Estudos em Hommage": ao Prof Doutor A. Fm Convz'a, Boletim da Faculdade de. Direito da
Universidade de Coimbra, Coimbra, 1991, págs. 1596-600.
13“ Víd. M. CAETANO, Manual de Ciência Política e Direito Constztumnal, Vol-.. 11, 3ª edição.,
Coimbra Editora, Coimbra, EBL-págs. 11-17. . - .
“ Sobre esta opción constituyeinteJ... Miranda, Manual. ..., op. cit-'.. “?:-. 257—258.
6.38 . ASouTo OLIVEIRA _ ª
4. La Constitución de 1838
La tercera y última Constitución portuguesa del siglo XIX es, indiscutiblez—
mente, la que ostenta menor importancia. Es, una vez más, producto de
una ruptura, la de la Revolución de septiembre de 1836. Fue influenciada
por las dos Constituciones portuguesas anteriores,. de las cuales pretendiõ
ser una especie de síntesis—ºº. No fue otorgada por el monarca,. pero fue una
Constitución pactada entre éste y la Naciónºª.
ºª Todavia hay quien seâala entre las fuentes insPiradoras & la Carta Constimcional fran-
cesa de 1830 y a l a Constitución belga de 1831.
25 ]. MIRANDA, Manual.", op. cit., pág. 237.
ªº M. MELO ROCHA, “A Separação...”, op. cit., pág.-;- 616.
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1. La Constitución de 1911
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compete nombrar a los ministros y su cese. Por otro lado, sus funciones, de
cara a la intención constituyente originaria, deben ser funciones ese-ncial—
mente representativas.
La función ejecutiva debería pertenecer a los ministros, existiendo en-
tre ellos un Presidente del Ministerio, responsable de la coordinación de
las políticas sectoriales, en los términos del artículo 53º de la Constitución.
Los ministros respondiam políticamente ante las Cortes.
;
El principio democrático está vigorosamente afirmado en la Constitu-
ción de 1911, que terminó con el sufragio censitario. Aunque en la misma
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se defendiese en teoria el sufragio universal, este no vino & ser consagrado,
pues persistió la exclusión de mujeres y de analfabetos del ejercicio de de-
recho de voto.
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La I República Portuguesa marcó un periodo político de enorme inesta— L
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,
bilidad política y, & pesar de su corta vigencia de quince aí'los, fue expuesta
& cinco revisiones Cºnstitucionales. La memoria de este régímen parlamen- ;,
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tan'o conturbado habría de marcar negativamente la evolución del sistema
.
político en Portugal a l o largo de todo el siglo XXªº.
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2. El período autoritario
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El golpe de Estado de 28 de mayo de 1926 dio origen a um periodo de dic-
tadura militar que duró hasta 1933, ano en que fue aprobada por plebiscito
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la Constitución de 1933.
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El día 19 de marzo de 1933 fue efectuada una consulta popular en la
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que les fue preguntado & los portugueses: “gAprueba la Constitución Po-
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lítica de la República Portuguesa?” Es, sin duda, una ironia que la única
Constitución portuguesa que fue objeto de consulta popular fue la que Ã'
33 _]. MIRANDA, Manual... ,op. cit., pág 291. Reconocien-do la inspúación del Derecho
Constitucional germânico, también M. CAETANO, Constituiçõas Portuguesas, 7“ edição,
.
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64.4 A. SOMA PINTO OLIVEIRA
Lisboa/São Paulo, Editorial Verbo, 1994, pág. 108; Ídem, Manual..., op.- cit., pág. 83.
34 Sobre las particularidades del corporativismo portugués, M. LUCENA, A Evolução do
Sistema Cmpomtivo Português —I— O Salazan'smo, Lisboa, 1976.
35 Para mayores desarrollos sobre las alteraciones introducidas en el sistema, M. REBE-
LO DE SOUSA, 0 Valor..., op. cit., págs. 66-72.
35 M. LUCENA, A evolução..., op. cit., pág. 115.
377 F. SÁ CARNEIRO, As Rwssões Comtitudônais da Comtúmçãa Política de; 1933, Pºrto,
1971. ' º .
IV. CONSTITUCIONALISMO DEMOCRÁTICO
-
1.- La versión miginaria de la Constitución de 1976
..
El día 25 de abril de 1974 se pfoduce en Portugal un golpe militar que de-
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rribó el régimen autoritario que se había instalado el 28 de mayo de 1926.
El símbolo de la Revolución de abril son los claveles rojos, que los Ciudada-
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nos ofrecían & los militares que estaban en las calles y que éstos colocában
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en los caíiones de las escopetas.
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Se inició entonces un proceso revolucionario en la que el mismo dia 25
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de abril se anunció em comunicado la intención de “promover elecciones
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generales de una Asamblea Nacional Constituyente, cuyos poderes, por su
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representatividad y libertad en la elección, permitam al País escoger libre—
.
mente su forma de vida social y política”.
_
Estas elecciones vendrían & producirse un afio después de la Revolución
.
y, en el desarrollo de las mismas, se inician los trabajos de la Asamblea
_
Constituyenteªª.
Esta fue la primera Constitución portuguesa,. en la que la base territorial
del Estado estaba circunscrita al “territorio históricamente defmido en el
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continente europeo y los archipiélagos de las Azores y de Madeira”. Ya ha-
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bía sido reconocido el derecho de las antiguas colonias a la independencia
.
por la Ley 7/74, de 27 de julio. Se adhirió al principio de la unidad del Es-
.
tado éon salvaguarda de la autonomia del poder local y con reconocimien—
to de un estatuto de mayor autonomia para las regiones ultraperiféricas de
las Azores y de Madeira.
El 2 de abril de 1976 fue aprobada la Constitución de la República Por-
tuguesa de 1976, que entró en vigor el 25 de abril del mismo afio. La “cons-
trucción de una sociedad sin clases”, la “transición para el socialismo”, ex-
presadas en los primeros artículos de la Constitución, formam parte del
programa constitucional y se 'proyectan, de um modo particular, en la Parte
II dela Constitución dedicada a l a “Organización Económica”.
El texto constitucional aprobado prevê una nueva organización del po-
der político, en el que, al lado de órganos con legitimidad democrática,
persiste el Consejo de Revolución, como órgano de soberania compuesto
exclusivamente por militares, con funciones “de Consejo del Presidente de:
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Derechos del Hombre“. Esta norma inspiraría después la Constitución
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espafiola de 1978, que llevó más lejos esta “amistad con el Derecho Inter— ..
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nacional” en la interpretación de las normas de derechos fundamentales, 'É 37
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también los tratados y acuerdos internacionales sobre las mismas materias Fbã
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Derecho Internacional“. “1
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“ Sobre el origen de esta norma, se constata que ésta constaba en el proyecto presentado
por un partido político de inspiración demócrata—cristiano, el Centro Democrático y
Social, y, en palabras de Freitas do Amaral, líder de ese mismo partido durante los tra—
bajos de la Constituyente, fue “un precepto que me acordé de proponer”, Vid. D. FRE-
ITAS DO AMARAL, A Transição para a Democracia -— Memórias Políticas II (1976—1982) ,
Lisboa, 2008, pág. 29, nota 1. Sobre el alcance de la norma, vid. P. Otero, “Declaração
Universal dos Direitos do Homem e Constituição: & inconstitucionalidade de normas
constitucionais”, en 0 Direito, 1990, pág. 603 y ss; ]. BACELAR GOUVEIA, “A Decla-
ração Universal dos Direitos do Homem e a Constituição Portuguesa”, en Novos Estudos
deDz'reito Público, Lisboa, 2002, págs. 44 y ss; A. S. PINTO OLIVEIRA, 0 Direito de Asilo
na Constituição Portuguesa, Coimbra, 2009, págs. 158 y ss.
42 Véanse como ejemplos la Constitución de Colombia y de Perú. Sobre esta tendencia,
vid. A. DULITZKY, “La aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los
tribunales locales: un estudio comparado”, en M. ABREGÚ y C. COURTIS (eds.), La '
aplicación de las tratadas sobre los derechos humanos por los m'bunales locales, Buenos Aires,
2007, nota 25, págs. 41 y 42.
43 El primer proyecto articulado de revisión constitucional es autoria de Francisco Sá-
Carneiro y está publicado en Uma Cºnstituição para, os Anos 80 - Contributo para um
Medo de Revisão, Dom Quixote, Lisboa, 1979. Vid. también de BARBOSA DE MELO,
CARDOSO DA COSTA 6 VIEIRA DE ANDRADE, Estudo 6 Prºjecto deRamãa da Consti—
tuição, Coimbra, Coimbra Editora, 1981.
648 A. Som PINTO OLIVEIRA
“ª Para un análisis del impacto de esta revisión en la organización del poder políticº en
Portugal, vid. A. ARAÚJO y A. MACEDO DE ALMEIDA, “A Revisão Constitucional de
1982. Apontamentos para a história do semipresidencialismo português”, em Estudos
em Mmória da Coml/Mm Artur Maurício, Coimbra Editora-, Coimbra, 2014, págs. 77-
122.
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Historia cmzimonáz de W 649 ª
noção]
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No se prevê en la Constitución portuguesa el amparo constitucional
para la defensa de los derechos fundamentales. La única puerta por la cual
los ciudadanos pueden acceder al Tribunal Constitucional es por la vía del
recurso de constitucionalidad. g
.
dos o tres normas Cºnstitucionales, como así aconteció en 1992; otras, sin
.
embargo, han sido de carácter más extenso. Ninguna, en cualquier caso,
tuvo una relevancia comparable a l a revisión de 1982.
;
Determinantes para estos procesos de revisión constitucional fueron
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casi siempre las evoluciones & nível internacional. Así, el proceso de ad-
ª
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hesión de Portugal a la Comunidad Económica Europea, que se consu-
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mó en 1986, sería determinante para la revisión constitucional de 1989,
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esencialmente dirigida para la liberalización de la economía exigida para
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la integración en el mercado común europeo con libertad de circulación
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de trabajadores, de bienes, de servicios y capitales. La evolución del pro-
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yecto europeo para una unión de naturaleza política, iniciada en Maas—
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tricht en 1992 determinó la revisión constitucional acaecida en ese aflo.
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En 2001, fue, esencialmente, el Estatuto del Tribunal Penal Internacional
...
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10 que motivó una revisión constitucional, aunque en la misma también
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se modiâcaron algunas materias relativas a la Unión Europea y, puntual—
-: a
mente, algunos derechos fundamentales. En 2004, la Carta de Derechos
Fundamentales de la Unión Europea y la expectativa —no consumada—
a.
dela adopción de una Constitución Europea también estuvieron entre los
“.
factores que motivaram la revisión acaecida en ese afio, aún cuando no ;
viene & construir y ahondar la Unión Europea”, que nunca se hizo efectiva.
.
45 La cuestión de las normas sobre las autonomías regionales de las. Azores. y de Madeira
fue también de relevancia fundamental en este proceso de revisión constitucional.
Vid., sobre éstas,j. MIRANDA, “A autonomia legislativa das r e g i s autónomas após a
revisão constitucional de 2004”, en Scientia Iun'dica, 2005, p. 201 y siguientes.
550 , _ * A. Som. PINTO OLIVEIRA
V. CONCLUSIÓN
Alo largo de casi dos siglos: en las constituciones escritas, Portugal experi—
mentó diferentes fórmulas de organización del poder político, oscilando
entre un parlamentarismo más radical y regímenes de menor vocacíón par-
lamentaria. El sistema actual, de vocación parlamentaria, aunque atenua-
do por la elección directa de un presidente de la República, es igualmente
el resultado de experiencias de parlamentarismo radical no muy exitosas.
En materia de justicia constitucional, si bien formalmente Portugal apa-
rece como pionero del control judicial de la constitucionalidad de las le-
yes, consagrado desde 1911, en realidad el sistema sólo funciona desde la
década de los aâos 70 del siglo XX, en un sistema que combina elementos
del modelo difuso (denominado americano) 0 del modelo concentrado
(denominado austríaco) de control de la constitucionalidad. Sólo desde
la década de los 21505 80 se ha ido creando un órgano constitucional, un
Tribunal, dedicado à dirimir litígios de naturaleza jurídico-constitucional.
Desde entonces, el sistema no ha sufrido ninguna reforma de relevancia.
La actual Constitución Portuguesa representa el exponente máximo de
una tendencia de la Historia Constitucional de Portugal hacia la puesta en
valor de los derechos fundamentales de los indivíduos a través de catálogos
Cºnstitucionales extensos, que han ido cambiando, naturalmente, a l o lar-
go del tiempo, reflejando la Cºncepción vigente en cada momento sobre
la dignidad de la persona humana, pero que snempre han dedlcado & los
derechos un lugar relevante.
|
V. BIBLIOGRAFIA BÁSICA
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