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La Neurosis Obsesiva Dialecto de La His
La Neurosis Obsesiva Dialecto de La His
E
Modalidad conceptual
Psicopatología
Cátedra II
Prof. Titular Fabián Schejtman
Facultad de Psicología
Universidad de Buenos Aires
Noviembre 2019
La neurosis obsesiva, dialecto de la histeria
El presente trabajo contiene algunas reflexiones que podrían continuar aquella fugaz apuesta
de Freud con respecto a la neurosis obsesiva, presente en varios momentos de su elaboración,
al caracterizarla como un “dialecto del lenguaje histérico”. Intentaré hacer hincapié en
distintas apreciaciones que conduzcan a la ilustración de las soluciones obsesivas de lo que
podría definirse como propiamente histérico, es decir, las modalidades obsesivas de
responder a la sexualidad o a la pasividad frente a la pulsión. El resultado de esto no es una
situación ni mejor ni peor que en la histeria, pero sí diferente en cuanto a los cuerpos que
restan de esas operaciones, y lo que nos interesa es pensar por qué una puede pensarse como
“redoblamiento” de la otra. A lo largo de este desarrollo, iré desplegando aquellos pasajes
freudianos que han servido como puntapié para esta investigación, junto con algunas
reflexiones que adjuntan el pensamiento de J. Lacan, a modo de articular ambas líneas.
1
Freud, 1909, p.179-181
castración y hacia el padre (en épocas edípicas como temor a la mutilación del miembro):
“toda neurosis obsesiva parece tener un estrato inferior de síntomas histéricos (...) Quizás en
la neurosis obsesiva se discierna con más claridad que en los casos normales y en los
histéricos que el complejo de castración es el motor de la defensa, y que la defensa recae
sobre las aspiraciones del complejo de Edipo” (Freud, 1925, p. 108-109). Esto ilustra la
defensa de la posición pasiva frente a la pulsión -como en toda neurosis-, pero en este caso
respondiendo con una posición activa, además de la maniobra típica de salirse de la escena
(corporalmente) para quedar suspendido en el plano del pensamiento y la consciencia.
Por lo tanto, estar en posición pasiva en relación a la pulsión podría resolverse mediante el
disfraz activo que controla el cuerpo (a la vez que lo unifica), obturando al cuerpo agujereado
por la irrupción de una cantidad: “...el síntoma conversivo histérico -como uno de los
fenómenos de cuerpo fragmentado-, en contraposición con la unidad y fortaleza del yo
obsesivo. De este modo, en el primer caso el sujeto padece la fragilidad del cuerpo que pierde
su unidad al recortarse una función (...) mientras que en el otro, el sujeto queda atrapado en la
rigidez de la ilusoria unidad de su fortaleza yoica” (Godoy y Schejtman, 2010, pág. 74).
Vale la pena recordar el comentario en el historial del Hombre de los Lobos (1914) acerca de
las perturbaciones intestinales: “Por fin discerní el valor de la perturbación intestinal para mis
propósitos; ella representaba el pequeño fragmento de histeria que regularmente se encuentra
en el fondo de una neurosis obsesiva. Prometí al paciente el pleno restablecimiento de su
actividad intestinal...conseguí que su incredulidad se expresara francamente, y tuve luego la
satisfacción de ver disiparse su duda cuando el intestino empezó a ‘entrometerse en el
trabajo’” (p. 70). A través de la conmoción de algo referente al cuerpo y a las molestias
intestinales, Freud logra cierta histerización del paciente obsesivo, “atrincherado en su
indiferencia”, generando la cesión de su pensar dubitativo.
Me gustaría mencionar finalmente, aquello que Freud agrega en Análisis terminable e
interminable: dos temas que dan “guerra al analista”, que dan cuenta de la diferencia entre los
sexos. Para el caso del hombre menciona “la revuelta contra su actitud pasiva o femenina
frente a otro hombre...puesto que presupone la castración” (p. 252-51). Explica que la “roca
de base” de toda neurosis tiene que ver con un estrato biológico que condiciona toda
actividad psíquica, lo que ilustra la típica “desautorización de la feminidad”, que constituye
“una pieza de aquel gran enigma de la sexualidad”. Podemos aprovechar esta cita para
acercar el basamento rocoso orgánico a la irrupción pulsional en el cuerpo como núcleo
traumático inamovible en ambas neurosis, pero revertido en la obsesión a través de la
actividad, la obturación imaginaria y la consciencia-de-sí.
Bibliografía