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Trabajo 1.

Grupo 7

El boogaloo y la sociedad

Integrantes del grupo :


- Claudia Quevedo (20220745)
- Luciana Panduro (20220393)
- Mariana Rivero (20221356)
- Alessia Maldonado (20220647)
- Gabriel Bocanegra (20212029)

“We Like It Like That” es un homenaje a la música boogaloo y su impacto en la comunidad


latina. El documental se sumerge en este género musical que emergió en los barrios latinos de
Nueva York en la década de 1960 y que fusionó la música latina con elementos del soul,
rhythm and blues para crear un sonido alegre y contagioso que dejó una profunda huella en
las comunidades de inmigrantes latinos. A través de entrevistas con músicos, productores y
amantes del boogaloo, junto con material de archivo y actuaciones en vivo, el documental
explora la historia y la importancia cultural de este movimiento musical.

Es necesario recalcar cómo, desde sus inicios, los grupos migratorios en New York
experimentaron con diferentes estilos musicales y fusionaron elementos como los ritmos
afrocubanos y el soul estadounidense. Esto dio origen a un nuevo género musical que no solo
los identificó, sino que también unió a personas procedentes de lugares completamente
distintos, forjando una identidad compartida en toda la comunidad. De esta manera, este
género no sólo se quedó entre los creadores, sino que se difundió y se popularizó en casi todo
el estado, pues no importaban las clases sociales o dónde vivías, el boogaloo tenía un ritmo
tan “pegajoso” que todos lo bailaban y es así como en los espacios en donde sonaba este, no
existían diferencias, eran lugares alegres en donde lo que importaba era disfrutar, formando
parte representativa de la cultura. Como menciona Huerta Mercado, la popularización de las
prácticas culturales, no está dirigida al consumo de una élite o un sector en específico, sino
que esta sea accesible para todos. Además, debe ser producido y distribuido para llegar a una
gran cantidad de personas y reconocido de alguna u otra forma, ya sea de manera negativa o
positiva. Tal como lo fue el boogaloo, pues se producía en los barrios latinos y se tocaba en
vivo, en locales o espacios, incluso en las calles en un principio, donde la gente lo conoció y
lo empezó a disfrutar, no siendo difícil que se vuelva conocido por todo tipo de clases
socioeconómicas, étnicas o raciales, compartiendo bailes, cantos, letras, etc.
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Asimismo, Huerta aborda la cuestión de cómo se juzga la cultura y se privilegia a ciertas


formas de expresión sobre otras. El autor destaca cómo las personas con mayor poder
adquisitivo pueden llegar a utilizar términos como “huachafo” para descalificar las
producciones culturales de las clases populares principalmente debido a la percepción de su
estilo como algo "diferente" o "ajeno". Un ejemplo de esto es el uso de los colores
fosforescentes en los afiches de cumbia e incluso salsa. Esta diversidad cultural puede
interpretarse como una amenaza hacia “la buena cultura” o lo académico. La idea de que un
migrante pueda tener su propia forma de concebir lo artístico es, de cierta forma, impensable.
Especialmente, porque las élites denominan qué es buen o mal gusto y, definitivamente, la
cultura chicha y el boogaloo no entran dentro de su estándar. Esto no significa que no puedan
disfrutar algunas de estas expresiones; sin embargo, no son sinónimo de estudio o consideran
que no valen la pena. El boogaloo tiene mucho en común con la cultura chicha peruana. De
cierta forma son estilos musicales que le pertenecen a los sectores que emigran y son
populares entre todos ellos, y, a su vez, enfrentaron la crítica y marginación por parte de las
élites culturales y académicas.

Por otra parte, las canciones que se muestran en el documental representan la voz de miles de
latinos que buscaban su propia identidad. A su vez el mensaje que se muestra en las
canciones es de alegría y disfrute de la vida misma. Cómo se puede ver el lado positivo pese
a las adversidades que podían presentar como migrantes. La música en sí es su escape frente
a los problemas sociales de la época y las duras condiciones que tenían que afrontar. Por
ejemplo, en los inicios del boogaloo, el hit más conocido fue “I like it like that”, que ofrecía
una nueva mezcla musical y una letra bastante introductoria sobre lo que significaba el
boogaloo. Resaltan la influencia latina en la musicalidad, la convocatoria a un público activo
que se exprese con todas las partes del cuerpo al bailar esta canción y la importancia de
cantar con alma y sentimiento como característica del boogaloo. Más adelante, el tono de
seriedad varió a uno más comprometido socialmente. Si bien el goce y disfrute del género
eran representativos, el contexto sociopolítico de Estados Unidos condicionó el cambio de las
letras. Frente a los conflictos políticos y la falta de voz representativa en estas minorías
latinas y afroamericanas, la música se torna en el canal para poder reclamar frente a la
situación e injusticias del momento. La canción “Times are changin’” de Jimmy Sabater no
abandona el ritmo y la pasión características del género, pero el contenido lírico narra cómo
“los tiempos cambian” en EU por la Guerra con Vietnam. El rechazo hacia esta, y cómo
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pedían libertad para la gente, le da un importante peso al boogaloo en cuanto a la


representación y activismo político que podía ofrecer, dándole esa versatilidad e importancia
que hicieron del género tan importante para darle voz a los que no la tenían en el plano
público

Con respecto a los problemas que afrontó el boogaloo en la industria musical, los dueños de
las disqueras percibieron al boogaloo como una amenaza para los otros géneros musicales
emergentes, por lo que conspiraron para acabar con el movimiento. Las disqueras se
aprovecharon del éxito que tenía el boogaloo y firmaron a artistas jóvenes e inexpertos con
contratos abusivos, lo cual les permitía obtener una parte desproporcionada de las ganancias
generadas por la música de los artistas y tener un mayor poder sobre su carrera. Asimismo,
algunas disqueras intentaron redirigir la atención hacia otros géneros más comercialmente
rentables pagando a las radios para que dejaran de tocar música de boogaloo. Esta práctica
limitó significativamente la exposición y la difusión del boogaloo en la radio, lo que a su vez
afectó su popularidad y su capacidad para llegar a un público más amplio. Por último, la falta
de promoción adecuada por parte de las disqueras y las promociones que hicieron para que no
contrataran a las bandas de boogaloo, sacaron de la industria musical a los artistas emergentes
del ritmo. Todo esto contribuyó al declive del género a medida que avanzaba la década de
1970. A partir de ese año, la salsa ganó popularidad y se convirtió en el género favorito de la
comunidad latina. La disquera “Fania Records” consolidó la industria de la salsa,
especialmente en New York, lo cual tuvo un impacto significativo y terminó desplazando al
boogaloo de la industria musical.

Por último, desde nuestro punto de vista, lo que más nos impresionó del documental es cómo
los DJ y figuras de la industria musical contemporánea encuentran una fuente inagotable de
inspiración en el icónico boogaloo, revitalizando y compartiéndolo con las generaciones más
jóvenes. Es fascinante ver cómo grandes artistas utilizan estos ritmos para crear éxitos
actuales, como la canción de Pete Rodríguez, "I Like It Like That", que se convirtió en un
sample en la exitosa canción de Cardi B. Este fenómeno demuestra cómo el legado del
boogaloo sigue vivo e influye en la música contemporánea. Asimismo, pese a que el género
fue "asesinado" por otros comerciantes de la industria y dejó de sonar, es impresionante ver
cómo los exponentes del género tienen la oportunidad de volver a tocar en público años
después, reconociendo su trabajo e influencia después de tanto tiempo permitiendo su llegada
a nuevas generaciones. Esto revive la esperanza de volver a hacer lo que les gusta y lleva la
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música de artistas talentosos como Joe Bataan, Johnny Colon y Pete Rodríguez a un público
que, a pesar de ser de otra época, igual logra admirar su trabajo y la herencia cultural que han
dejado para estas nuevas generaciones. Por último, fue bastante emocionante saber que pese a
al término del boogaloo y fin de las carreras musicales de varios representantes, algunos aún
decidieron dedicarse a la música. A pesar de no hacerlo profesionalmente, Johnny Colon,
trabajó como profesor de música en su comunidad e influenció y apoyó a muchos jóvenes
desde los ocho años. Y resultó bastante sorprendente saber que uno de estos fue Marc
Anthony, quien es hoy en día un importante exponente de la salsa a nivel internacional. Esta
representación musical que se logró en Estados Unidos, gracias al apoyo constante de estos
exponentes que mantienen viva la cultura latina entre las calles de otro país, resulta
importante para mantener la identidad de las generaciones, que no se olviden de dónde vienen
y se sientan orgullosas de triunfar con su herencia cultural histórica pese a la marginación que
puedan recibir.

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