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MONICIÓN DE ENTRADA

Querida familia: Hoy es para todos nosotros un día especial,


porque reunidos en torno a la mesa del Pan y la Palabra,
celebramos la Solemnidad de nuestro hermano Francisco de
Asís, PATRON DE NUESTRA IE, A demás Hoy nuestros
estudiantes, de nuestras comunidades, por primera vez,
participaran de la mesa de los cristianos recibiendo a Jesús en
el Sacramento de su cuerpo y de su sangre. Toda esta semana
hemos estado remarcando la figura de un Francisco de Asís
solidario con la marginación, con sus hermanos y con la
Creación. San Francisco de Asís es uno de los santos más
representativos de la cristiandad, quien, con un
desprendimiento total de sus bienes, dejó un día su casa,
abandonó la herencia que le pertenecía para seguir a Cristo.
Pobre y humilde, recibe el mandado del Señor: “reconstruye mi
Iglesia”, y así lo hizo. Mostremos nuestra humildad y sencillez,
reconociendo nuestra fragilidad humana y dispongámonos a que
Dios actúe en nosotros en esta santa misa. CANTANDO:

Monición a la primera lectura (Eclesiástico 50,1-7.)

Aunque el texto que escucharemos, del libro del Eclesiástico, se


refiere a Simón, el sumo sacerdote, hijo de Onías, se aplica
perfectamente a san Francisco de Asís, llamado por Dios a
reconstruir la Iglesia. Escuchemos.

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro del Eclesiástico 50,1-3. 7.


Simón, hijo de Onías,
fue el sumo sacerdote que en su vida reparó la Casa,
y en sus días fortificó el santuario.

El echó los cimientos de la altura doble,


del alto contrafuerte de la cerca del Templo.
En sus días fue excavado el depósito de agua,
un estanque como el mar de ancho.

El cuidó de su pueblo para evitar su ruina


y fortificó la ciudad contra el asedio.

¡Que glorioso era, rodeado de su pueblo,


cuando salía de la casa del velo!
Como el lucero del alba en medio de las nubes,
como la luna llena,
como el sol que brilla sobre el Templo del Altísimo,
como el arco iris que ilumina las nubes de gloria.

Palabra de Dios.

Monición al salmo responsorial (Salmo 15)

San Francisco de Asís hizo suyo el salmo 15. Y porque sabía


que el Señor era el lote de su heredad, supo renunciar a los
bienes materiales y confesar al Señor «Tú eres mi bien».
Pongamos también nosotros nuestra confianza en Dios diciendo
todos:

Salmo responsorial: Salmo 15, 1-2a y 5. 7-8. 11


R. Tú, Señor, eres el lote de mi heredad.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;


yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa;
mi suerte está en tu mano. R.

Bendeciré al Señor, que me aconseja,


hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor,
con él a mi derecha no vacilaré. R.

Me enseñarás el sendero de la vida,


me saciarás de gozo en tu presencia,
de alegría perpetua a tu derecha. R.
Monición a la segunda lectura (Gálatas 6, 14-18)
En su despedida de la Carta a los Gálatas, San Pablo insiste en
que la salvación la encontramos en Cristo crucificado, todos, sin
distinción alguna. Es en la cruz de Cristo que debemos gloriarnos,
así como lo hizo san Francisco de Asís.

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Gálatas 6,


14-18
Hermanos:

Dios me libre de gloriarme si no es en la cruz de nuestro Señor


Jesucristo, en la cual el mundo está crucificado para mí, y yo
para el mundo.

Pues lo que cuenta no es circuncisión o incircuncisión, sino una


criatura nueva.

La paz y la misericordia de Dios vengan sobre todos los que se


ajustan a esta norma; también sobre el Israel de Dios.

En adelante, que nadie me venga con molestias, porque yo llevo


en mi cuerpo las marcas de Jesús.

La gracia de nuestro Señor Jesucristo esté con vuestro espíritu,


hermanos. Amén.

Palabra de Dios.

Monición al Evangelio (Mateo 11, 25-30)


La gente sencilla, como san Francisco de Asís, gozan de un
privilegio especial para Dios. Pensando en las virtudes de san
Francisco de Asís, preparémonos para escuchar esta Buena
Noticia, cantando primero el aleluya.
Lectura del santo evangelio según san Lucas (22, 14-16. 19-20)

Llegada la hora, se sentó Jesús con sus discípulos y les dijo:


«He deseado enormemente comer esta comida pascual con
ustedes, antes de padecer, porque les digo que ya no la volveré
a comer, hasta que se cumpla en el reino de Dios». Y, tomando
pan, pronunció la acción de gracias, lo partió y se lo dio,
diciendo: «Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes.
Hagan esto en memoria mía». Después de cenar, hizo lo mismo
con la copa, diciendo: «Esta copa es la nueva alianza, sellada
con mi sangre, que se derrama por ustedes». PALABRA DEL
SEÑOR.

Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 25-30


En aquel tiempo, exclamó Jesús:

—«Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has


escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has
revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor.
Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que
el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el
Hijo se lo quiera revelar.

Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os


aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y
humilde de corazón, y encontraréis vuestro descanso. Porque mi
yugo es llevadero y mi carga ligera».

Palabra del Señor.

HOMILÍA………………………………..

MONICIÓN ANTES DE ENCENDER LA VELA

Sacerdote: Queridos niños y niñas, este Cirio Pascual que hoy


encuentra encendido delante del Altar, representa a Jesús
resucitado. En el día de su bautismo, Jesús empezó a iluminar sus
corazones. Por eso el sacerdote entregó a sus papás y padrinos
una vela que significa la luz de Cristo. A lo largo de estos años
ustedes han ido conociendo en qué consiste ser cristianos y
amigos de Jesús. Ahora ustedes mismos van a recibir esa Luz,
para decirles a todos que Cristo es la Luz que ilumina nuestra vida
y nos enseña el camino para llegar al cielo.

Monitor: En este momento algunos padrinos y madrinas van a


pasar a encender las velas del Cirio Pascual y pasarán la luz a
todos los niños y niñas.

RENOVACIÓN DE LAS PROMESAS DEL BAUTISMO

Sacerdote: Queridos niños y niñas, cuando eran pequeños, sus


papás y padrinos prometieron en su nombre que ustedes
renunciaban al mal, al egoísmo y a la mentira y que iban a seguir a
Jesús y sus enseñanzas. Hoy que ya son más grandes y se
encuentran aquí porque quieren recibirlo por primera vez en la
Comunión, los invito a que todos juntos renovemos las promesas
de nuestro bautismo y hagamos personalmente la profesión de
nuestra fe católica.

Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a luchar contra el pecado,


que se manifiesta entre otras cosas en el egoísmo, la envidia, la
venganza y la mentira? Todos: SÍ, ESTOY DISPUESTO.

Sacerdote: ¿Están ustedes dispuestos a perdonar a quienes los


ofendan, a amar incluso a quienes no los quieren bien, a ayudar a
quienes los necesitan, aunque no sean sus amigos? Todos: SÍ,
ESTOY DISPUESTO.

Sacerdote: ¿Creen ustedes en Dios, Padre Todopoderoso, ¿creador


del Cielo y de la Tierra? Todos: SÍ, CREO.

Sacerdote: ¿Creen ustedes en Jesucristo, su Único Hijo, Nuestro


Señor, que nació de Santa María, Virgen, murió, fue sepultado,
¿resucitado de entre los muertos y está sentado a la derecha del
Padre? Todos: SÍ, CREO.
Sacerdote: ¿Creen en el Espíritu Santo? ¿Señor y Dador de Vida?
Todos: SÍ, CREO.

Sacerdote: ¿Creen ustedes en la Santa Iglesia Católica, en la


comunión de los Santos, en el perdón de los pecados, en la
resurrección de los muertos y en la Vida Eterna? Todos: Sí, creo.

Todos: Esta es nuestra fe. Esta es la fe de la Iglesia, que nos


gloriamos de profesar en Jesucristo Nuestro Señor.

ORACIÓN UNIVERSAL

Oremos hermanos, al Padre, por estos niños y niñas que hoy por
primera vez participan plenamente del Banquete del Señor, y por
todo el pueblo de Dios.

Oración de los fieles


PRESIDENTE: Imitando a san Francisco de Asís, hombre
totalmente entregado a Dios, renovemos nuestro corazón por
una adhesión cada vez más radical a Cristo y dirijamos a Él
nuestra oración diciendo todos:

ALABADO SEAS, SEÑOR JESÚS.

1. Por la Iglesia, para que también hoy haya santos y


santas que, siguiendo el ejemplo de san Francisco de
Asís, le ayuden a renovarse continuamente para que sea
luz del mundo y sal de la tierra. ROGUEMOS AL SEÑOR.

2. Por los hombres de ciencia, para que no hagan de su


saber un diafragma que los separe de Dios, sino que
alaben al Señor por las capacidades que han recibido y
que, puestas al servicio del bien común, pueden llegar a
ser medios y recursos para la edificación del Reino de
Dios. ROGUEMOS AL SEÑOR.

3. A la intercesión de san Francisco confiemos nuestra


nación y todos los que están llamados a gobernarla,
que, siguiendo el ejemplo del santo de Asís, se
preocupen por los pobres y se comprometan con la
promoción de las regiones en las que más se sufre a
causa del desempleo y de la inestabilidad
económica. ROGUEMOS AL SEÑOR.

4. Por todos nosotros, para que, imitando las virtudes de San


Francisco de Asís, seamos capaces de desechar todo
aquello que nos impide acercarnos de lleno a
Dios. ROGUEMOS AL SEÑOR

5. Por los padres de familia, de los que han participado en


las primeras comuniones y bautizos, para que vivan
siempre la fraternidad y la unión en Cristo. ROGUEMOS AL
SEÑOR

6. Por los que no te conocen, para que puedan tener la suerte


que hemos tenido nosotros de ser tus amigos. Y Por
nosotros que hoy recibimos a Jesús por primera vez, para
que le sigamos siempre con alegría. ROGUEMOS AL
SEÑOR.
7. Por cuantos formamos la Iglesia, para que sigamos
alimentándonos con el Evangelio de Jesús. Y Para que
nuestros familiares ausentes en este día obtengan las
bendiciones de Dios. ROGUEMOS AL SEÑOR.

Presidente: Padre, haz que, siguiendo el ejemplo de san Francisco,


aprendamos a maravillarnos por el don de la creación y a alabarte
por todos los prodigios que obras en la vida de cada hombre. Por
Cristo nuestro Señor. -Amén.

Presentación de las Ofrendas


Como san Francisco de Asís dejó todos sus bienes materiales
para seguir a Jesús, junto al pan y el vino, ofrezcamos también
nuestro desprendimiento de todo aquello que nos separa de
Dios.
1. CIRIO: Señor, esta luz representa tu propia vida en medio
de nosotros. Te pedimos que ilumines nuestro andar y que
mantengas siempre encendida la llama de tu amor en nuestros
corazones.

2. FLORES: Recibe, Señor, estas flores, símbolo de la belleza


de tu creación, pues con sus colores y aromas nos hacen sentir
tu presencia amorosa.

3. BIBLIA: Señor, te presentamos esta Biblia, nuestro


alimento espiritual. En ella nos apoyamos para creer y vivir en
esperanza. Con ella te ofrecemos nuestro deseo de cumplir tu
santa voluntad cada día

4. CESTA DE PRODUCTOS:

Señor, te ofrecemos estos productos que nutren y dan vida,


sustento de muchas familias y que lo llevamos a otros como
señal de caridad y amistad, haz que nunca nos falte como tu
gracia y tu bondad.

5. CESTA DE FRUTAS:

Te ofrecemos estas frutas que irradian tu obra creadora de


amor a los hombres, los cuales no solo alimentan, sino que
también nos deleitan. Hoy simbolizan el esfuerzo de estos niños
y jóvenes, en aceptar que el Señor se da a nosotros para que
nosotros nos demos a los demás

6. PAN Y VINO:

Señor, te ofrecemos el Pan y el Vino, que nos comunican tu


gracia y amistad. Son signos del sacrificio de tú cuerpo y sangre
como manjar espiritual del alma. Que sean para nuestros niños,
todos los aquí presente y el mundo entero Pan de vida y Vino
de salvación

COMUNIÓN.
A la gente sencilla Dios le revela grandes cosas. Con un corazón
sencillo y humilde, acerquémonos a recibir a Jesús eucaristía.

DESPUES DE COMULGAR
Agradezcamos al Señor por toda su obra creadora, por este
alimento perfecto que hoy hemos recibido. Desde el interior de
nuestro corazón, con alegría y sinceridad digámosle:
AQUÍ ESTAMOS, SEÑOR
Para ser reflejo de tu amor y de tu paz
Llevando al mundo esperanza
e ilusiones a los hombres que no la tienen
Aportando coraje donde exista debilidad
y caridad donde surja la pobreza
Tu Reino, donde reine la injusticia
y tu vida, donde hable demasiado la muerte
AQUÍ ESTAMOS, SEÑOR

DESPEDIDA
El Señor nos envía con la fuerza de la Eucaristía y nos confía
una misión. A nosotros corresponde el trabajo y la dedicación
para que se cumpla en el mundo el plan de Dios Padre. Somos
enviados como Él fue enviado; vivamos como Él vivió. Nos
despedimos cantando: DEMOS GRACIAS

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