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HISTORIA – CUARTO GRADO

Estudiante: ___________________________________________________________________ Sección: __________

TEMA 20: Motivos e importancia del uso de ARMAS ATÓMICAS contra Japón por parte de Estados Unidos (P3 – 13)
Competencia Construye interpretaciones históricas.
Propósito de Aprendizaje Explica los motivos e importancia del uso de ARMAS ATÓMICAS contra Japón por
parte de Estados Unidos a partir de evidencias diversas y el planteamiento de hipótesis,
utilizando términos históricos.
Evidencia de Aprendizaje Pregunta de respuesta abierta.

Fuente A: Extracto del libro “El siglo de la revolución. Una Historia del Mundo desde 1914” (2017), del
historiador español Josep Fontana. Quien fue correligionario del Partido Socialista de Cataluña.
En política internacional, la opinión norteamericana propugnaba un aislacionismo que partía de considerar un error
haber intervenido en la Primera guerra mundial, y planteaba todo tipo de medidas para impedir que pudiera volver a
ocurrir algo semejante. De ahí que Roosevelt tratase de mantenerse al margen de pactos y negociaciones
internacionales de cualquier tipo. Obligado a buscar apoyos para las leyes sociales, hubo de aceptar medidas que le
forzaban a una neutralidad restrictiva ... Con el comienzo de la Segunda guerra mundial el presidente hubo de sostener
una durísima campaña hasta conseguir que se aprobase, en noviembre de 1939, una nueva ley de neutralidad que
permitía la venta de armas pagadas al contado, con la condición de que se transportasen en buques de los propios
países compradores (cash and carry). Mientras tanto, Roosevelt se preparaba por su cuenta para una guerra que
estaba convencido de que acabaría implicándoles. Sus jefes militares sostenían la idea, que se demostró equivocada,
de que todo lo que importaba para la guerra futura era la aviación, de modo que el presidente inició en mayo de 1941
un programa de construcción de bombarderos en que se producían quinientos al mes. Tuvo, sin embargo, el buen
sentido de hacer caso también de la opinión discrepante de George Marshall y permitir que se dedicasen recursos a la
formación de fuerzas de tierra. Fue también por entonces cuando, en respuesta a la preocupación de Albert Einstein,
que temía que los nazis desarrollasen un arma basada en la desintegración del átomo, aceptó realizar fuertes
inversiones en los inicios de un proyecto científico que conduciría a la producción de la bomba atómica…El proyecto
Manhattan, que movilizó a ciento cincuenta mil científicos y costó dos mil millones de dólares, permitió crear la bomba
atómica, el arma más poderosa de todos los tiempos. Se sigue debatiendo en torno a las razones que motivaron su
lanzamiento sobre Japón. Alguien tan cercano a Truman como el almirante W. D. Leahy aseguró en sus memorias que
los japoneses estaban decididos a rendirse con anterioridad. En todo caso, la justificación dada por Truman de que la
primera bomba se había lanzado sobre Hiroshima porque era una base militar, con el fin de evitar muertes de civiles, no
servía para justificar el lanzamiento de la segunda sobre Nagasaki, ni podía ocultar que la inmensa mayoría de las
muertes causadas por las dos eran de civiles.
 ¿Qué tan importante fue el papel del presidente Roosevelt para cambiar la postura del “aislacionismo”
norteamericano? ¿De qué manera continuó dicha política el presidente Truman?

Fuente B: Extracto del libro “El siglo de la revolución. Una Historia del Mundo desde 1914” (2017), del
historiador español Josep Fontana. Quien fue correligionario del Partido Socialista de Cataluña.
La guerra acabó en una rendición incondicional (con matices en Japón, donde se respetaba la continuidad del
emperador). Era lo que Roosevelt había propuesto en Casablanca y lo que los tres grandes reafirmaron en su reunión
en Moscú en octubre de 1943, donde decidieron además que se castigaría a los dirigentes nazis y japoneses por sus
crímenes de guerra, y que se crearía una Organización de las Naciones Unidas… Harry S. Truman sucedió a Roosevelt,
que había fallecido en abril, y Clement Atlee reemplazó en el curso de las negociaciones a Winston Churchill, que se
hallaba presente al inicio, pero que hubo de retirarse cuando fue derrotado en las elecciones británicas de aquel mes de
julio. El clima de cordialidad que había existido en las reuniones celebradas en la época de Roosevelt no volvió a
aparecer. No era tan sólo una cuestión de personalidades; en realidad, si nos guiamos por lo que escribió en estos días,
Truman se entendía bien con Stalin y confiaba en los soviéticos. No puede decirse lo mismo de Churchill, que antes de
concluir la contienda había ordenado la preparación de planes para una nueva guerra contra la Unión Soviética, en la
llamada «operación impensable». Truman consiguió en Potsdam la confirmación de la entrada de la Rusia soviética
en la guerra contra Japón, que era su principal objetivo, pero británicos y norteamericanos se negaron a aceptar que las
elevadas reparaciones que los soviéticos pretendían recibir de Alemania salieran también de las zonas occidentales que
iban a controlar. Nunca tomaron en cuenta que los costes que los rusos habían asumido en la guerra, tanto en vidas
humanas como en destrucción de sus recursos, eran superiores a los de todos los demás juntos, vencedores y
vencidos. Truman les negó además el crédito que solicitaban, mientras se lo concedía a los británicos. En realidad, eran
muchos los que pensaban, como el mariscal Alan Brooke, que el hecho de que los rusos hubieran de realizar un duro
esfuerzo para recuperarse era una garantía de que se mantendrían débiles durante muchos años.
En Japón, en cambio, los norteamericanos no aceptaron interferencias. Aunque existiera un Consejo aliado, el control
del país quedó en manos del general MacArthur, quien, al frente de unas fuerzas de ocupación que llegaron a los
cuatrocientos mil hombres, actuaba como un virrey, como se pudo ver cuando impuso a los japoneses una constitución
en cuya elaboración no se les permitió participar. Los intentos de realizar reformas democratizadoras cesaron además
en 1947, cuando el inicio de la guerra fría cambió el clima político, y se dio prioridad a alentar la restauración
económica, apoyándose en los zaibatsus. Georges Kennan, que fue enviado a Japón para reestructurar su economía,
escribía en su diario: «No estoy de acuerdo en que insistamos en pedir a los japoneses la promesa de ser democráticos
y respetar los derechos humanos, cuando me consta que no tenemos intención alguna
 “El clima de cordialidad que había existido en las reuniones celebradas en la época de Roosevelt no
volvió a aparecer” ¿En qué medida estás de acuerdo con esta afirmación?, ¿Cuál fue la postura
económica y política de MacArthur frente a Japón?

Fuente C: Artículo publicado en el diario online CNN “¿Por qué EE.UU. arrojó bombas nucleares sobre
Hiroshima y Nagasaki?” (6 Agosto, 2023), por el periodista norteamericano Ryan Browne.
El 6 de agosto de 1945, Estados Unidos lanzó la primera de dos bombas atómicas sobre la ciudad japonesa de
Hiroshima, matando a más de 70.000 personas al instante. Una segunda bomba siguió tres días después sobre
Nagasaki y mató a 40.000 más. Estados Unidos sigue siendo el único país que ha utilizado una bomba atómica en una
guerra. La guerra nuclear marcó el final de la Segunda Guerra Mundial y un capítulo devastador en la historia mundial.
Esto es lo que necesita saber sobre los ataques.
El bombardeo: En 1945, Hiroshima tenía entre 300.000 y 420.000 personas, según el Departamento de Energía y el
sitio web de la ciudad de Hiroshima. El entonces presidente Harry S. Truman autorizó el ataque a Hiroshima. El
bombardero B-29 de EE.UU., el Enola Gay, lanzó la bomba nuclear, con nombre en código "Little Boy", el 6 de agosto
de 1945.
¿Por qué lo hizo?: Los científicos estadounidenses que trabajan en el Proyecto Manhattan habían probado con éxito
una bomba atómica en julio de 1945, después de la rendición de la Alemania nazi en mayo.
Truman había encargado a un comité de asesores, presidido por el secretario de Guerra Henry Stimson, deliberar si se
debía utilizar la bomba atómica contra Japón. Sam Rushay, el archivero supervisor de la Biblioteca Presidencial Harry S.
Truman en Independence, Missouri, dijo a CNN: "En ese momento hubo un amplio consenso entre los miembros del
comité en apoyo de la decisión de atacar. Stimson fue muy firme en cuanto a que se debía utilizar la bomba".
Charles Maier, profesor de Historia en la Universidad de Harvard, dijo que, si bien era posible que Truman tomara otra
decisión, dijo: "Hubiera sido difícil de justificar ante la opinión pública estadounidense por qué se prolongó la guerra,
cuando se disponía de esta arma". "Parecía ofrecer una solución mágica que potencialmente podría ahorrar mucho
dolor", dijo a CNN. Maier, que enseña un curso sobre la Segunda Guerra Mundial, dijo que Japón no estaba dispuesto a
rendirse incondicionalmente y existía la preocupación de que una demostración de armas no habría sido suficiente. Tal
demostración habría sido detonar un arma nuclear en una zona no habitada, pero observable, para obligar a Japón a
rendirse, un enfoque que se vio favorecido por un grupo de científicos y por el secretario asistente de Guerra John
McCloy, de acuerdo con Rushay. Añadió que Truman y sus consejeros militares temían una "invasión muy costosa" en
Japón. "La experiencia reciente en las batallas de Iwo Jima y Okinawa era muy costosa en términos de bajas
estadounidenses y japonesas, a pesar de la destrucción de la fuerza aérea y la marina japonesa," dijo Rushay. "Había
una creencia generalizada entre los planificadores militares estadounidenses que los japoneses lucharían hasta el
último hombre".
Maier dijo: "Los ataques suicidas son hoy bastante comunes, [pero] en el momento, el uso por parte de Japón de
ataques kamikazes suicidas había tenido un fuerte impacto psicológico en los militares de alto rango de Estados Unidos
quienes consideraban que el país entero se movilizaría para defender las islas". "El ejército de EE.UU. no estaba
dispuesto a decir que podía ganar la guerra sin la bomba", agregó. Maier dijo que algunos historiadores han especulado
que la posibilidad de la entrada de la Unión Soviética en la guerra ayudó a estimular la decisión de llevar la guerra a un
final rápido mediante el uso de la bomba atómica. Rushay dijo que Hiroshima fue uno de los cuatro objetivos potenciales
y que Truman dejó en manos de los militares decidir qué ciudad atacar. Hiroshima fue elegida como blanco debido a su
importancia militar. Nagasaki fue bombardeada unos días más tarde. EE.UU. sigue siendo el único país que ha usado
armas nucleares.
¿Cuál fue el resultado?: Al menos 70.000 personas murieron en la explosión inicial, mientras que aproximadamente
70.000 más murieron a causa de la exposición a la radiación. "El total de muertos en cinco años puede haber alcanzado
o incluso superado los 200.000, debido al cáncer y a otros efectos a largo plazo", según la historia del Departamento de
Energía sobre el Proyecto Manhattan. EE.UU. dejó caer otra bomba sobre Nagasaki, Japón, el 9 de agosto de 1945,
matando a 80.000 personas. Japón incondicionalmente acordó aceptar los términos de la rendición el 14 de agosto.
¿Qué dicen los críticos? La devastación causada por el bombardeo llevó a muchos a criticar la decisión. En su libro de
memorias de 1963, "Mandato para el cambio", el expresidente Dwight D. Eisenhower criticó el uso de las bombas
atómicas, diciendo que no eran necesarias para forzar la rendición de Japón. Maier dijo que los bombardeos de
Hiroshima y Nagasaki "lograron llevar a que el emperador japonés interviniera con un ejército dividido y abogara por una
rendición". Sin embargo, agregó que Japón puede haber estado dispuesto a poner fin a la guerra con condiciones como
mantener el emperador. En 1958, el Ayuntamiento de Hiroshima aprobó una resolución de condena a Truman por
negarse a expresar remordimiento por usar las bombas atómicas y por seguir promoviendo su uso en una situación de
emergencia. La resolución dijo que los residentes de la ciudad "consideran su deber sublime ser la piedra angular de la
paz mundial y ninguna nación del mundo nunca debería permitirse repetir el error de utilizar las armas nucleares".
La resolución califica la postura del expresidente como una "deshonra grave cometida contra el pueblo de Hiroshima y
sus víctimas caídas."
La defensa: Truman respondió a la resolución de Hiroshima escribiendo una carta al presidente del Consejo, diciendo
que "el sentimiento de la gente de su ciudad es fácil de entender, y yo no estoy de ninguna manera ofendido por la
resolución". Sin embargo, Truman hizo hincapié en la necesidad de la decisión haciendo referencia a cómo EE.UU.
había sido "apuñalado por la espalda" en el ataque a Pearl Harbor que llevó a cabo Japón y dijo que la decisión de
utilizar las dos bombas nucleares salvó la vida de 250.000 soldados aliados y 250.000 japoneses ayudando a prevenir
una invasión.
"Como el personal ejecutivo que ordenó el lanzamiento de la bomba, creo que el sacrificio de Hiroshima y Nagasaki era
urgente y necesario para el bienestar prospectivo de Japón y de los aliados", concluyó Truman.
¿Cómo se sienten al respecto los estadounidenses y japoneses? Una encuesta de 2015 del Pew Research Center
encontró que sólo el 14% de los japoneses pensaba que el bombardeo fue justificado, mientras que el 79% dijo que no
lo era. Una encuesta de Gallup realizada inmediatamente después del bombardeo en 1945 encontró que el 85% de los
estadounidenses aprobó la decisión de Truman. Sin embargo, la encuesta de Pew el año pasado encontró que la
proporción de estadounidenses que creen que se justificaba el uso de armas nucleares contra Japón había caído al
56%.

 Examina ¿Por qué EE.UU. arrojó bombas nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki?

Fuente D: Extraído del libro “El Significado de la Segunda Guerra Mundial” (1991), del historiador Ernest
Mandel, economista, historiador y político alemán de tendencia marxista.
Existen actualmente pocas dudas de que el lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima y Nagasaki estuvo
motivado por consideraciones más políticas que militares. Contra lo que se dijo en su momento, no desempeñó
ningún papel en la reducción de bajas de los EE UU: Japón ya estaba a punto de rendirse. Si su propósito era ayudar
al desesperado intento de la camarilla de Tokio de dominar la resistencia de última hora a la capitulación entre los
militares reaccionarios, entonces pudo haberse mostrado el poder de la bomba probándola en una isla deshabitada. El
general MacArthur declaró de forma categórica: «[a finales de abril de 1945] mi estado mayor pensaba de forma
unánime que Japón se encontraba a punto de su hundimiento y de su rendición. Incluso ordené diseñar los planes “para
una posible ocupación pacífica” sin nuevas operaciones militares [...] Japón estaba reducido a cenizas, los mejor de su
ejército y de su armada ya habían sido derrotados, y sus territorios estaban ahora a merced de las incursiones aéreas y
de la invasión». La horrenda matanza de un cuarto de millón de seres humanos fue llevada a cabo sin otro
propósito que el de una demostración política de fuerza, dirigida mucho más a los aliados de los EE UU,
particularmente a la Unión Soviética, que a Japón. Este fue el mayor crimen contra la humanidad en una guerra en
la que no hubo pocos. Una detallada, a veces conmovedora, narración de lo que sucedía en Japón antes del
lanzamiento de las bombas atómicas, de las proposiciones de paz que ya estaban en marcha, y de la absoluta falsedad
de la tesis del «riesgo de un millón de americanos muertos» (argumentada de nuevo por Nixon), se publicó en The Day
Man Lost: «Durante la noche, cuando el resto de la gente se hacinaba hambrienta en viviendas destruidas por los
bombardeos, los que estaban en el poder se divertían en lujosos banquetes, en fiestas que a menudo se convertían en
orgías. No es sorprendente que el yamatodamashi [el sentido común del pueblo japonés; NdE] estuviera perdiéndose.
Esta creciente desmoralización del pueblo era lo que principalmente preocupaba al príncipe Konoe quien temía que si (o
cuando) Japón perdiera la guerra, las masas se dirigirían al comunismo como una panacea. La única forma de
conservar el (antiguo e imperialista) sistema [...] era terminar la guerra de la forma más rápida y menos dolorosa
posible». En el momento en que fue lanzada la bomba atómica sobre las ciudades japonesas, los americanos ya
habían explicitado, para conocimiento propio y también (si era pertinente) para el de sus «amigos» durante la guerra, los
tres postulados básicos de su política hacia el derrotado Japón: que la ocupación de la tierra firme japonesa sería un
asunto puramente americano; que la potencia ocupante conservaría al Emperador como un «símbolo de autoridad»; y
que un Japón favorable a los EE UU era necesario para impedir la presencia soviética en Asia. Como en Europa
occidental, también en el Lejano Oriente los EEUU buscaron prevenir cualquier transferencia de poder a la resistencia
local: la Orden General nº 1 garantizaba que el hundimiento del poder japonés en Corea, Filipinas, las Indias Orientales
Holandesas e Indochina no beneficiaría el resurgimiento nacionalista ni de la izquierda comunista. Sin embargo, ya que
sólo una ocupación real garantizaba la realización de los objetivos americanos, los EE UU hicieron la paz con las
arcaicas fuerzas del colonialismo o del conservadurismo corrupto para restaurar el deseable status quo ante bellum, el
cual se encontraba en sus últimas horas por todas partes. La política global de Washington en el Lejano Oriente se
encontró con escasa oposición por parte de Moscú y fue la revolución china la que alteró decisivamente el
equilibrio geopolítico en Asia en contra del designio de los EE UU. (p.233)
 Sobre la detonación de las bombas atómicas “fue llevada a cabo sin otro propósito que el de una
demostración política de fuerza, dirigida mucho más a los aliados de los EE UU, particularmente a la
Unión Soviética, que a Japón” ¿En qué medida estás de acuerdo con esta afirmación?
 ¿Por qué un Japón favorable a los EE UU era necesario para impedir la presencia soviética en Asia?
Fuente E: Extracto del libro “Por el bien del imperio. Una Historia del mundo desde 1945” (2011), del historiador
Josep Fontana. Quien fue correligionario del Partido Socialista de Cataluña.
Truman no le habló abiertamente de la bomba a Stalin, sino que el 24 de julio, al cabo de una semana de haber recibido
las primeras noticias de su prueba, se limitó a comunicarle que los Estados Unidos disponían de una nueva y poderosa
arma, y se sorprendió cuando Stalin ni siquiera mostró curiosidad por el tema, del que estaba en realidad bien
informado. Lo que el dirigente soviético hizo fue ordenar que se acelerasen las investigaciones atómicas rusas, que
dirigía Igor Kurchatov, y que se apresurase la entrada en la guerra contra Japón, que se adelantó al 8 de agosto,
temiendo que los norteamericanos quisieran apresurar el fin de las hostilidades para excluirle de las negociaciones de
rendición y de la posterior ocupación de Japón, como en efecto hicieron. A iniciativa de Truman se redactó una
proclamación, firmada por los Estados Unidos, Gran Bretaña y China, que el día 26 de julio se dio a conocer por radio,
en que se intimaba a los japoneses a la rendición, amenazándoles con una «inmediata y total destrucción». La
exclusión de la Unión Soviética de la firma de este documento, que se justificaba por el hecho de que todavía no estaba
entonces en guerra contra Japón, nacía de la preocupación norteamericana por dejar a los soviéticos fuera de las
negociaciones de paz en el Pacífico, una vez hubiesen cumplido con su papel de acelerar el fin de las hostilidades
invadiendo Manchuria… En 1949 la Operación Dropshot proyectaba la destrucción de cien ciudades soviéticas
mediante el empleo de 300 bombas atómicas, que eran ahora mucho más potentes que las que se habían lanzado
sobre Japón. Las causas fundamentales de este enfrentamiento hay que buscarlas en la voluntad de los Estados
Unidos de construir un mundo que funcionase de acuerdo con sus reglas, que se quería legitimar con la
pretensión de que eran las únicas que garantizaban el progreso. Un mundo en el cual tendrían no solo un dominio
económico —salían de la guerra habiendo doblado su capacidad productiva, mientras todos los demás participantes lo
hacían muy mermados—, sino también una hegemonía militar indiscutida, reforzada con el monopolio de la bomba
atómica, que «custodiarían en nombre de toda la humanidad», como dijo Truman en septiembre de 1945. Esta
situación debía quedar asegurada por el llamado Plan Baruch, presentado el 14 de junio de 1946, que proponía crear un
organismo internacional para inspeccionar y controlar todas las actividades nucleares, capaz de garantizar que
ningún otro país podía construir una bomba atómica; solo tras haberse asegurado de ello se ofrecían los Estados
Unidos, en fecha indeterminada, a destruir su propio arsenal nuclear. Este plan, que consagraba el monopolio
norteamericano de las armas atómicas, fue rechazado por la Unión Soviética, como era previsible. La visión del
mundo que pretendían establecer los norteamericanos se basaba en la convicción de la superioridad del «modo de vida
americano», de que su componente religioso era una garantía de su ventaja moral sobre «el comunismo ateo».
 La importancia que tuvo el uso de las armas atómicas es que dio inició a la era atómica, la carrera
armamentista, y el establecimiento de Estados Unidos como superpotencia. ¿En qué medida estás de
acuerdo con dicha afirmación?

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