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La Nación en Armas – Héctor Muzzopappa

La idea de la nación en armas subyace como supuesto de la ley Riccheri. Aunque


en el debate de esa ley hay intervenciones en las que se utiliza la expresión,
hemos notado que en el caso de algunas argumentaciones, como la del general
Capdevila, ellas están hechas en el sentido de la levée en masse de 1792 y de la
Grand Armée de Napoleón, mientras que las que promueven el proyecto de ley
se ubican dentro de las ideas de Colmar von der Goltz. Tal diferencia señala las
distintas situaciones históricas desde las que se razona.
El libro de von der Goltz, cuya primera y segunda ediciones en alemán son de
1883, conoce una tercera edición en 1884, de la cual fue traducida al castellano
en 1895.1
Hay que señalar, en primer término, que la traducción de la expresión no es
textual. El título original del libro es Das Volk in Waffen, “El pueblo en armas”.2
Para el contexto discursivo en el cual se ubica el libro, el idioma alemán ya había
establecido claramente la distinción entre pueblo y nación. 3 Podría conjeturarse
que la razón de esa traslación se inscribe dentro de la tradicional dependencia
española respecto de la cultura francesa, tan proclive durante esa época a
utilizar las traducciones francesas del alemán para traducir las obras de ese
idioma al español, pues la obra de von der Goltz fue traducida al francés casi
inmediatamente a su primera edición. 4 No encontramos otra razón para esta
traducción, aunque por el sentido implícito en la expresión tampoco podemos
afirmar que sea totalmente desacertada, ya que contiene en su significación
política el advenimiento del principio de nacionalidad en su moderna y
democrática acepción, el protagonismo del demos.
La expresión se mantuvo en la edición que 32 años más tarde realizaría la
Biblioteca del Oficial en la Argentina, 5 y que sería aquella con la que estudiarían
los oficiales argentinos, adoptándola, como en el caso de Juan Domingo Perón,
como un texto fundamental.6
1
La Nación en Armas. libro que trata de la organización de los ejércitos y de la guerra de
nuestro tiempo. Por Colmar von der Goltz. del Ejército Prusiano. TOLEDO. Imprenta y Librería
de la Viuda é Hijos de Juan Peláez. 1895 En adelante, LNEA, 1895
2
Cuando Clausewitz trata el tema, en el capítulo XXVI del Libro VI de Von Krieg lo titula
Volksbewaffnung. Y la primera frase afirma “La guerra del pueblo (Volkskrieg) en la Europa
civilizada es una fenómeno del siglo XIX.” Ambos términos son los utilizados a lo largo del texto.
3
Así en Fichte sus famosos Reden an die deutsche Nation, conferencias pronunciadas entre
1807 y 1808 con motivo de las invasiones napoleónicas.
4
BARON COLMAR VON DER GOLTZ. Commandant dans le grand État-Major allemand. LA NATION
ARMÉE. ORGANISATION MILITAIRE ET GRANDE TACTIQUES MODERNES. Traduit avec l’autorisation de
l’auteur par Ernest Jaeglé. Professeur à l’Ecole militaire de Saint-Cyr. Paris, 1884
http://gallica.bnf.fr/ark:/12148/bpt6k86519v
5
La Nación en Armas. Un libro sobre la organización de ejércitos y conducción de la guerra en
nuestros tiempos. Por Colmar Barón von der Goltz. Mariscal del Reino de Prusia. Müschir del
Imperio de Turquía. Sexta edición de la obra antigua y simultáneamente primera edición de la
nueva redacción, en base a las experiencias de la Guerra Mundial. Por Federico Barón von der
Goltz coronel retirado. Tomo I. Traducción de la “Biblioteca del Oficial”, Buenos Aires, Luis
Bernard, 1927. Tomo II, 1930
6
Perón, J. D., “Significado de la Defensa Nacional desde el punto de vista militar”, Conferencia
del 10 de junio de 1944 en el Colegio Nacional de la Universidad Nacional de la Plata, Obras
Sin embargo, la edición de 1927-30, citada en los estudios militares argentinos,
no es la misma que editara en 1883 Colmar von der Goltz. Es diferente. No se
puede decir que es otra, pero tampoco es la misma. Aquella con la cual
estudiaron los jóvenes oficiales del ejército es la edición que realizó su hijo,
Friedrich von der Goltz, que ejerció como como profesor de Historia Militar y
Táctica entre 1907 y 1914 en la Escuela Superior de Guerra. 7 Según se consigna
claramente en la portada que citamos al pie, es una “primera edición de la
nueva redacción, en base a las experiencias de la Guerra Mundial”.
Este dato no es de menor importancia, ya que la redacción de Colmar von der
Goltz se sitúa dentro del ciclo de los acontecimientos bélicos delimitados por las
guerras napoleónicas y la guerra franco prusiana. Las acciones que se llevaron a
cabo en ese período proporcionaron la materia sobre la cual se elaborarían las
nuevas teorías y doctrinas sobre la guerra. Sin desconocer esas bases, la edición
de Friedrich von der Goltz está construida sobre la experiencia de la Gran
Guerra. El libro fue modificado íntegramente; cada capítulo ha sido reescrito,
destacando el nuevo saber que la experiencia de ese acontecimiento ha provisto.
Las bases conceptuales de Das Volk in Waffen de Colmar von der
Goltz
La obra de Colmar von der Goltz se inscribe dentro de la moderna teoría de la
guerra que reconoce sus orígenes, como ya hemos señalado, en la levée en
masse de 1792 realizada por la Convención, que supuso un hito en la
construcción de la democracia basada en el principio de la nacionalidad. Fue
continuada por los ejércitos de Napoleón. Los triunfos militares logrados con
esas fuerzas suplantaron a las tropas mercenarias y su ejemplo llevó a los
prusianos a una revolución en la teoría de la guerra y en la organización y
composición de sus ejércitos. La moderna teoría de la guerra se inscribirá, pues,
en el ciclo que arranca con las guerras napoleónicas y recibe nuevos aportes con
las guerras prusianas emprendidas entre 1864 y 1871.
Pero con la derrota de Napoleón y la Restauración se vuelve parcialmente al
modelo pre revolucionario; la conscripción continúa, pero imperfectamente
aplicada. Sin embargo, con la guerra franco-prusiana se produce un hecho que
—según Colmar von der Goltz—, renueva la teoría de la era revolucionaria: es la
guerra de resistencia que con fuerzas irregulares y restos del ejército francés fue
impulsada por León Gambetta desde el gobierno de la III a República. Aunque
derrotadas, esas fuerzas jaquearon y detuvieron al ejército prusiano en
numerosos combates.
La ciencia militar comenzó a investigar la guerra popular del ejército de
Gambetta inmediatamente después de finalizada la guerra; curiosamente se lo
hizo primero en Alemania que en Francia. Colmar von der Goltz publicó un
estudio en 1877, León Gambetta und seine Armeen, basado en los estudios
previos que el autor publicara entre 1874 y 1875 en los Preußische Jahrbücher.
Ese mismo año fue traducido al francés.

Completas, Buenos Aires, 1997, Tomo 6, p. 535; esp. p. 540


7
Picciuolo, José L. Cnl, Historia de la Escuela Superior de Guerra, Buenos Aires, 2000, p. 109;
“Estudio introductorio” de Eduardo J. Vior a Goltz, C. von der Impresiones de mi viaje a
Argentina, Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2015
Von der Goltz escribió que la organización de la guerra popular de Gambetta no
fue en modo alguno ilusoria o incompetente. “Gambetta fue exitoso, a través de
su pura voluntad”, “en despertar una tierra desarmada” que resistió en una
lucha “que ocupó al ejército alemán durante meses y nos reveló fuerzas que
hasta ese día nosotros habíamos subestimado como experiencia ". 8 Von der
Goltz ve aquí una prueba de la energía colectiva, y de un hecho que constituirá
una de los principios fundamentales de Das Volk in Waffen: ha irrumpido un
nuevo actor en la historia, el pueblo, en el marco del surgimiento del
sentimiento de la nacionalidad.
En efecto, las guerras efectuadas con fuerzas mercenarias pertenecen al ciclo de
las guerras dinásticas, como las que se llevaron a cabo en el siglo XVIII, y cuyo
objetivo estaba determinado por la conquista de territorios parciales que
equilibrarían el poder de las monarquías continentales. Todo ello, en el marco
de una distribución territorial dinásticamente concebida. En las nuevas se hace
presente el impacto de la Revolución Francesa: son guerras de nación a nación.
Es la guerra moderna. El mercenario ha devenido conscripto que lucha por su
patria; en el servicio militar obligatorio se manifiesta la innovación que en
Prusia ha dejado como enseñanza la experiencia revolucionaria.
Von der Goltz supone que Gambetta deseaba “transformar al pueblo entero en
un ejército”, pues en seis semanas había creado “una fuerza de 180.000
hombres pertrechada con todo lo necesario”. Sus intenciones fueron, en algún
sentido, grandiosas. La nation armée que él erigió fue, aunque políticamente
absurda, técnicamente, una obra maestra. Fue efectiva en la tenaz defensa del
territorio patrio, aunque inadecuada para una rápida y decisiva acción ofensiva.
“Una vez que hubo activado esas significativas masas de tropas con enormes
sacrificios, en orden a levantar el país, el país pidió a su vez proseguir con
grandes fuerzas armadas, que recompensaran los sacrificios realizados. La
voluntad del pueblo se ha hecho presente.9 La argumentación de von der Goltz
está ciertamente en línea con la fórmula de Clausewitz, la guerra es la
continuación de la política por otros medios. Adicionalmente, von der Goltz
sostiene que es necesario cuidarse de desencadenar irresponsablemente las
pasiones del pueblo.10
Estos principios están en la base de la doctrina de La Nación en armas.

La edición original de La Nación en armas


En la presentación del libro, Colmar von der Goltz comienza afirmando que el
contenido de este libro no lo constituyen ni la táctica ni la estrategia; tampoco
del arte de la guerra. “Se trata aquí de la nación en armas. A la nación en armas
8
Goltz, Colmar von der, León Gambetta und seine Armeen, I, cit. en Gerd Krumeich “The Myth
of Gambetta and the «people’s war» in Germany and France”, 1871-1914”, en: On the road to
total war. The American civil war and the German wars of unification 1861-1871. Stig Förster
and Jörg Nagler. Cambridge University Press, 1997
9
En la breve biografía que antecede a la edición de 1927, el gral. von Mudra (pp. 14-16) afirma
que, a los conservadores ojos de sus superiores, estas ideas lo convirtieron “un reformador
molesto” y fuese separado del Estado Mayor. Más tarde Moltke lo reintegró.
10
Krumeich, “The myth of Gambetta and the 'people's war'…”, cit.
se dirige mi libro.”11 “El ejército prusiano será en el porvenir el mismo pueblo
prusiano en armas”. Tres grandes guerras [1864-1866-1871] cumplieron esa
promesa.
En la Introducción afirma que Clausewitz ha dicho todo lo que se podía decir
sobre la guerra. Su obra es perfecta. En consecuencia, nada se dice aquí sobre el
arte de hacer la guerra. Solo se pretende consagrar la atención al arte de nuestro
tiempo; sólo se trata únicamente de la actualidad. La guerra ha sufrido
mudanzas en su aspecto exterior debido al ferrocarril, el telégrafo y la mecánica,
que ha puesto en manos del soldado nuevas e inimaginadas armas. Lo que sirvió
para 1870 hoy ya no puede servir de modelo para el porvenir. Las grandes
potencias europeas han realizado cambios radicales en la organización militar.

Pero en el Capítulo I señalará cuál es el cambio determinante. Es el que se ha


hecho patente con la experiencia del ejército de Gambetta: los pueblos ahora
toman parte en las decisiones de la guerra. En Francia cuando [en 1871] cayó el
Imperio, el pueblo mismo decidió sostenerla hasta el último extremo. “La
colisión de los intereses conduce a la guerra, pero las pasiones de los pueblos,
independientes de aquellos, deciden hasta qué extremo han de llevarse. Las
guerras”.12
En consecuencia, en las actuales circunstancias debe existir una perfecta
vinculación entre la vida militar y la vida social, de modo tal que ésta resulte lo
menos perjudicada posible y que la militar pueda obtener de aquella cuantos
recursos le sean útiles.
El primer paso dado hacia ese objetivo es el servicio militar obligatorio. Pero si
la nación entera y no solo los ejércitos toman parte en la guerra, es necesario
extender el conocimiento de la guerra fuera del ámbito del Ejército; porque ese
conocimiento corresponde, y no en último término, al elemento encargado de
la defensa de la nación.13
Hoy ya no es necesario el concurso de los mercenarios. El amor a la patria los ha
reemplazado. El servicio militar obligatorio es el que corresponde a los Estados
modernos, constituidos por sociedades que prestan a cada uno amparo y
ventajas, y que tiene el derecho de exigir iguales sacrificios. Es la organización
militar que corresponde a los países civilizados. 14 “Toda buena organización
militar presenta siempre, profundamente grabado, el sello del carácter
nacional.”15 El servicio militar16 proporcionó masas de hombres y la posibilidad
de multiplicarlos y nacionalizó el reclutamiento de soldados.
A este cambio lo han acompañado cambios estructurales: la nueva política
estatal de financiamiento; el moderno arte de los negocios ofreció el recurso de
los empréstitos y abrió el crédito de la nación, sustituyendo el tesoro del Estado;
junto con este, los cambios tecnológicos en las armas y los transportes:

11
“Volk in Waffen es una expresión— agrega— que fue pronunciada por nuestro monarca el 12
de enero de 1860”. Hasta esa fecha fue rey Federico Guillermo IV de Prusia (1795 — 1840 —
1861).
12
LNEA, 1895, p. 8
13
LNEA, 1895, p. 4; subrayado por von der Goltz
14
LNEA, 1895, p. 23
15
LNEA, 1895, p. 24
16
La traducción española dice “las quintas”; “quinta” en España era un sorteo en el que se
quintaba (se escogía una quinta parte) de los ciudadanos elegidos para incorporarse a las filas
militares.
El ferrocarril que no existió en el período napoleónico facilitó la concentración de las
masas combatientes, suprimiendo interminables preparativos que precedían a la guerra;
resultó de la mayor importancia la preparación para la guerra durante la paz y el paso de
la paz a la guerra, la movilización. […]
Este es el camino por el que hemos llegado a constituir ejércitos reuniendo todas las
fuerzas de la nación, educándolas en la paz para la guerra con el recurso de cuantos
medios proporcionan la inteligencia, la riqueza y el comercio, y a dotarlos de una
organización tal que en el tiempo más corto posible pasen desde la paz al pie de guerra. 17

El servicio militar obligatorio, la irrupción de las masas populares, las nuevas


condiciones del financiamiento de la guerra, las nuevas armas, la guerra de
nación a nación (en donde la nación y el ejército son uno) y la noción de
movilización configuran los principios de La Nación en Armas. Es necesario
destacar que el impacto de la Revolución Industrial no aparece en toda su
dimensión; solo se la registra aisladamente, con la aparición de nuevas armas y
en la introducción de los ferrocarriles, que han revolucionado el concepto de
movilización, el pasaje de las condiciones de paz a las de guerra.

La edición de Friedrich von der Goltz y sus cambios


En el Prólogo a su transformada reedición Friedrich von der Goltz comienza con
una sentencia categórica: “Han cambiado fundamentalmente las condiciones
bajo las cuales apareció por primera vez La Nación en Armas.” Y agrega que
plantearse la reedición de la obra implicaba preguntarse si ello se justificaba. 18
En la Introducción fundamenta esta afirmación.
Los fundamentos conceptuales de la guerra del ejército alemán de 1914 se
asientan en los estudios de Alfred Schlieffen, que se basó en Moltke, discípulo
de Clausewitz, y en Paul von Hindenburg.
1. Un nuevo período de evolución o un cambio de época
Pero con la Gran Guerra hemos asistido a un cambio sustancial, un cambio de
época. Clausewitz escribió su libro en una época muy distinta a la nuestra. Ni
siquiera Schlieffen pudo intuir el cambio que aconteció con la Primera Guerra
Mundial.

Si se observa el pasado, parece que la historia de la guerra desde 1792 hasta 1914,
exclusive, forma un conjunto uniforme, al que imprime su sello el concepto de ejército
formado por la nación entera y la conducción de la guerra que busca la decisión por
acciones rápidas y potentes, tal como Napoleón las realizó por primera vez [;] pero con
la guerra mundial hemos entrado en un nuevo período de evolución, cuyos primeros
asomos aparecen en la ruso-japonesa.
Únicamente a este nuevo período de evolución, es decir, a la guerra moderna está
dedicado el siguiente libro. 19

17
LNEA, 1895, p. 20
18
LNEA, 1927, p. 46
19
LNEA, 1927, pp. 51-52. Yo subrayo
2. Los cambios esenciales que definen la nueva época.
La guerra ha cambiado porque han cambiado estructuralmente las condiciones
políticas, sociales y culturales. Ante esto se hace necesario explicar por qué la
victoria estuvo fundada en factores que antes se tachaban de secundarios, y no
por la conducción de un gran Capitán.
Las razones son las siguientes:

A. Las dimensiones, las proporciones, la escala que se hace presente en la


estructura del Estado-nación expresan un cambio sustantivo en la historia. En
primer lugar, las proporciones. En ninguna de las grandes campañas, desde
Alejandro a Napoleón, el número de hombres puesto en movimiento fue tan
grande como en la Gran Guerra Mundial. Jamás hubo tantas naciones
enfrentadas en lucha. Jamás tuvo la guerra tan enorme extensión. Jamás se
extendieron sus efectos sobre todo el globo terrestre.
Todas estas fueron consecuencias de la evolución de la humanidad en la
segunda mitad del siglo XIX, que ha creado grandes Estados, en los que las
naciones [los pueblos] asumían por sí mismos la dirección de sus destinos. De
esta manera en la Gran Guerra Mundial los gobiernos pudieron apoyarse “más
que en cualquier otra época, en la suma de las fuerzas, existentes en sus
pueblos.”20 Este protagonismo de los pueblos no nace con la Gran Guerra;
comienza con la Revolución Francesa, se objetiva en la leva en masa y prosigue
con la creación del servicio militar obligatorio en donde ese protagonismo se
patentiza. Pero en ese proceso se consolida un cambio sustantivo: la primacía
del principio nacional por sobre el dinástico. Friedrich hace explícito un
fenómeno que en Colmar estaba subyacente: con “la obligación personal de
defender la patria […] [e]l pensamiento nacional se había despertado”.21

B. El Estado ha dejado de ser la única dimensión. Ha irrumpido la sociedad


civil. Cultura, economía, sociedad, política constituyen diferentes dimensiones
cualitativas, cada una de las cuales concurre al conjunto con su contribución. Es
el poder nacional constituido en el marco de la Revolución Industrial.
Tal vez el aspecto más importante de la nueva perspectiva que adopta Friedrich
von der Goltz es el que se inscribe en aquel paradigma que Saint Simon definió
como el fin de la sociedad militar y el advenimiento de la sociedad industrial. En
la sociedad militar el conjunto de la convivencia humana se reducía a la
primacía de los guerreros; de allí que el Estado fuese la única entidad
reconocida y teorizada. Con el advenimiento de la sociedad industrial asistimos
al nacimiento de la “sociedad civil”, en los términos que fue conceptualizada por
Hegel y desarrollada por Marx.22 Ello implica el reconocimiento de la dimensión
económica y social que, aunque aún subordinada, ha adquirido entidad.

20
LNEA, 1927, p. 52
21
LNEA, 1927, p. 77 Subrayado en el original
22
Hegel, Filosofía del Derecho §§182-256; Marx, Contribución a la Crítica de la Economía
Política, Prólogo; Cohen y Arato, Sociedad civil y Teoría Política, México, 2000
Esta transformación es la enseñanza fundamental que la Gran Guerra ha
introducido en la teoría militar alemana. La guerra ya no es una actividad que se
desarrolla en la dimensión exclusiva de los guerreros; se despliega sobre toda la
sociedad que ahora no constituye una dimensión meramente pasiva. No hay un
solo actor en la guerra, el ejército, que es el Estado; han emergido otros.
En consecuencia, el militar debe ser un conductor integral, y ello supone saber
actuar sobre los procesos de la sociedad civil. Friedrich traspone la frontera de
lo político identificado exclusivamente en la esfera del Estado y aborda
explícitamente la esfera de la economía. Cuando Colmar von der Goltz trata la
cuestión económica lo hace desde el punto de vista del financiamiento de la
guerra. Tratando en Plan de Guerra (IV, 4), y ante la pregunta de dónde extraer
“un gran pensamiento director”, Colmar contesta a la pregunta ““de la situación
militar y política”;23 Friedrich le agrega a esas variables la “económica”.24
El militar ya no puede ser un hombre limitado a las tareas de la guerra; “Junto
con la movilización propiamente militar, se procede ahora a la movilización
económica, la industrial y la financiera.” El comandante de la región debe
hacerse cargo no solo de lo militar, sino también de las fábricas, comercio,
bancos, agricultura, minería, prensa y teatro. Por lo tanto debe ser un hombre
de vastos conocimientos generales y de experiencia en el mundo.25
La experiencia de la Gran Guerra, muestra que el factor económico, junto con la
prensa y la operación del enemigo sobre la población se agregan a los objetivos
de la guerra al combate militar: la guerra se ha hecho integral.
La consecución del objetivo de la guerra —como nos demuestra especialmente el
ejemplo de la Entente en la Guerra Mundial— ya no se busca hoy exclusivamente en
medios militares, sino también en medidas de índole económica y puramente espiritual.
A la par de la conducción de la guerra por medio de las armas, aparecen ahora desde el
principio la guerra comercial y la propaganda [con el objetivo] de minar la voluntad
guerrera de la nación enemiga”.26

Así, pues, será necesario preparar la guerra económica, tanto ofensiva como
defensivamente, en igual forma que las medidas puramente militares. Así como la base
para las últimas es el conocimiento de la organización y concentración de la fuerza
armada enemiga, del mismo modo los preparativos para la guerra económica deben
basarse sobre un conocimiento minucioso de las condiciones en que se halla la vida
económica del estado adversario.27

C. La Revolución Industrial ha mundializado el conflicto.


Anteriormente limitadas al territorio europeo, las fuerzas económicas se han
desplegado sobre el mundo, en un proceso de intercambio entre materias
primas y productos industriales, fundando un nuevo perfil económico. Lo que
antes era un enfrentamiento entre ejércitos —una dimensión limitada y
manejable, concebible dentro de los términos del enfrentamiento bélico
tradicional— ha devenido en un enfrentamiento entre grandes masas —una
23
LNEA, 1895, p. 183
24
LNEA, 1927, p. 283
25
LNEA, 1927, p. 100
26
LNEA, II, 1930, p. 304
27
LNEA, II, 1930, p. 305
dimensión fuera de la escala tradicional, inmanejable en términos meramente
militares, que requiere otra concepción.
En el período anterior a 1914 no solo se han producido fenómenos en la
naturaleza de la guerra, sino que ha obrado en igual forma en el sentido cultural,
social y económico.
El portentoso progreso de la técnica e industria, con el consiguiente aumento del
bienestar y de la población en numerosos países del viejo y nuevo mundo, la necesidad
de obtener víveres en el extranjero, en cambio de los productos industriales, para los
millones de habitantes que de otro modo sufrirían hambre, ha creado aquella densa red
que el comercio y el tráfico mundial habían tejido alrededor del globo terrestre. De este
modo se entrelazaron entre sí los destinos de las naciones de una manera hasta entonces
no sospechada.28

Cualquier perturbación en ese complejo organismo debía hacer sufrir a los


pueblos que forman parte de la civilización o están cerca de ella. “Eso explica la
participación de toda la humanidad en el acontecimiento bélico, en un grado
hasta entonces desconocido.”29
D. La guerra abarcó no sólo nuevos continentes, sino también nuevos conceptos
en la conducción de la guerra.30 Un factor fue el perfeccionamiento de las
armas, que indujo a cambiar las tácticas del enfrentamiento. Ello llevó a un tipo
de guerra en donde ya no podía ser posible una batalla decisiva. Además el
perfeccionamiento en las técnicas de las armas motivó que las luchas se
desarrollaran de un modo muy distinto. Ambas condiciones produjeron, en
lugar de un rápido desenlace de los acontecimientos, esa larga lucha llamada
guerra de posición. Aquí surgió la nueva estrategia: lo que no se podía
conseguir por un solo golpe se buscaba conseguir por medio de golpes más
pequeños. La estrategia del aniquilamiento fue sustituida por la estrategia del
desgaste,31 que se desplaza hacia toda la sociedad.
E. En la Gran Guerra se hizo patente el carácter integral de la guerra moderna
Finalmente, la estrategia ya no se dirigió solo hacia un ejército, sino hacia la
estructura del Estado-Nación, que es al que hay que derrotar y, dentro de él, al
ejército. El hambre del pueblo decidió su derrota. No hay en ella una sola batalla
decisiva como Jena para el derrumbe del Sacro Imperio o Sedán para el
Segundo Imperio francés.
Alemania fue estrangulada por una gigantesca Cannae,32 política, económica y
moral, que no lo hizo sólo con el ejército, sino con toda la nación. En
consecuencia, la guerra contra Alemania fue pues política, económica y moral.
La guerra sigue siendo definida en los términos de Clausewitz, hacer que el

28
LNEA, 1927, p. 53
29
LNEA, 1927, p. 53
30
LNEA, 1927, p. 54; (yo subrayo)
31
LNEA, 1927, p. 61 Subrayado en el original
32
Se refiere a la batalla de Cannae (o Cannas), librada entre romanos y cartagineses en 216 a. C;
su característica es la táctica del doble envolvimiento por las alas. Esta batalla inspiró el plan
ideado por Alfred von Schlieffen, con el que se invadió Francia en la Gran Guerra. Pero el triunfo
francés en la primera batalla del Marne (septiembre de 1914) puso fin a ese plan.
enemigo se someta a nuestra voluntad, pero bajo otras formas. Pero estas otras
formas son las definen los caracteres de la guerra post 1918.
Las leyes fundamentales de la guerra son eternas —aunque cambien sus formas.
Pero, en las formas, precisamente, reside el gran cambio que Friedrich von der
Goltz trata de reconocer.
Los principios desarrollados por Friedrich von der Goltz en su edición de La
Nación en Armas, que se constituirá en texto canónico para la formación
estratégica de los oficiales argentinos, tiene el significado de sintetizar y
conceptualizar la experiencia, no solo militar, sino también política, económica
y social sobre la Gran Guerra, dando lugar a una nueva doctrina. Ello implica el
inequívoco ingreso del ejército en la conciencia de las condiciones integrales del
siglo XX, fundamentalmente del industrialismo, su fundamento, la Revolución
Industrial y sus consecuencias sociales que, vistas desde la Defensa nacional
adquirirán una potencia que transformarán la perspectiva desde la cual
pensarán la política nacional.
Ello se hizo manifiesto en la línea editorial y en las ideas que orientan las
contribuciones de los oficiales en la Revista Militar durante más de dos décadas,
y que desarrollamos en el Capítulo IV.

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