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El Corazón de la Rosa

Lo único que se requiere para este ejercicio es una rosa fresca y un lugar silencioso. Los entornos
naturales son lo mejor, pero una habitación tranquila también sirve. Empieza mirando al centro de la
rosa, a su corazón. Una rosa es muy parecida a la vida: encontrarás espinas por el camino, pero si
tienes fe y crees en tus sueños acabarás cruzando las espinas para llegar al corazón de la flor.
Sigue mirando la rosa. Fíjate en su color, textura y diseño. Saborea su fragancia y piensa únicamente
en el objeto que tienes ante ti. Al principio notarás que otros pensamientos te distraen. Es el síntoma
de una mente mal entrenada. Pero no te apures, porque la cosa mejorará en seguida. Vuelve tu
atención al objeto en que estás fijándote; tu mente no tardará en volverse fuerte y disciplinada.

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