Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Markushevich
TEORIA DE LAS
FUNCIONES
ANALITICAS
Tome I
TEOPHH
AHAJIHTH^ECKHX (DVHKIIHII
TOM I IIA4AJIA TEOPMH
TEORIA
iD E L A S
FUNCIONES ANALITICAS
POR
EDITORIAL MIR
MOSCU
1970
CDU 517.5 = 60
Impreso en la URSS
Derechos reservados
J /a ucnaucKOM msuk *
PROLOGO Es sabido que las funciones analí
DEL ticas se emplean con frecuencia
en distintas disciplinas teóricas y
TRADUCTOR aplicadas: en la teoría analítica de
ios números, ecuaciones diferencia
les, geometría, hidromecánica, me
cánica celeste, etc. El conocimiento
de los principios fundamentales de
la teoría de las funciones analíticas
es una premisa indispensable en la
educación matemática moderna.
Actualmente esta teoría se ba de
sarrollado tanto que resulta difícil
abarcar en un solo libro todas
sus múltiples ramificaciones. Entre
las diversas obras que se han escrito
sobre esta disciplina, la «Teoría
de las funciones analíticas» de
A. I. Markushóvich posee una serie
de méritos particulares. En primer
tallar, abarca un amplio material,
dcdrtdo a lo cual se edita en dos
tomos. Por otra parte, es accesible
para aquel que no conozca aún
los elementos de la teoría de las
funciones de variable compleja y
desee emprender un estudio indivi
dual de la misma. Además, consi
deramos que es una de las obras
más completas y mejores de la teoría
on cuestión. Para poder compren
derla basta con tener los conoci
mientos que se exigen en los dos
primeros cursos de la Facultad de
Matemáticas de la Universidad.
Puede ser útil también para los
que preparan la tesis doctoral y
deseen especializarse en teoría de
funciones. Posiblemente, para al
gunos lectores esta obra servirá de
punto de partida para ampliar sus
investigaciones sobre algún tema.
El autor expone en este curso
tanto los elementos de la teoría de
las funciones analíticas como sus
secciones modernas. Las demostra
ciones de los teoremas y, en ge-
neral, las cuestiones más difíciles,
se analizan con todo detallo y de
manora muy razonada.
El libro contiene numerosos
ejemplos que, frecuentemente,
ilustran los temas que son objeto de
estudio. En muchos casos estos ejem
plos desempeñan un papel decisivo,
comprobando que el teoroma estu
diado pierde su valor en condicio
nes más moderadas.
Al final del segundo tomo y como
apéndice, se incluye un artículo del
mismo autor «Sobre la baso en el
espacio de las funciones analíticas».
Los enunciados y teoremas expues
tos f en él se deben también al
profesor Markushévich.
Al final de cada tomo se inserta
una amplia bibliografía sobre los
distintos problemas estudiados.
Esperamos que la edición espa
ñola de esta obra sea bien acogida.
Al final del primor tomo de la pre
sente edición española incluimos un
apéndice del traductor—«Seudopo-
linomios ortogonales»—en el que
so hace una generalización de los
polinomios de Legendro, expuestos
en el libro.
Quedaremos muy agradecidos
a todos aquellos que deseen dar
nos su opinión acerca de la traduc
ción.
E. Aparicio Bernardo
PREFACIO En el presente curso de «Teoría de
A LA las Funciones Analíticas» en dos
volúmenes se han recopilado las
EDICION lecciones dadas a lo largo de varios
ESPAÑOLA años por el autor en la facultad
Mecánico-Matemática de la Uni
versidad Lomonósov de Moscú.
Abarca con suficiente amplitud la
teoría de las funciones de una varia
ble compleia, incluyendo las
transformaciones conformes, inter
polación de las funciones por poli
nomios, elementos de la teoría
de las funciones armónicos y subar
mónicas, fundamentos de la teoría
de las funciones enteras y mero-
morfas, el concepto de superficie de
Riemann y prolongación analítica.
El lector que desee estudiar I09
importantes problemas de la teoría
moderna de las funciones analíticas
de varias variables complejas de
berá' consultar otros libros.
El autor espera que su obra será
útil para los que deseen estudiar
una de las partes más interesantes
del análisis clásico y de la teoría
de las funciones.
Es para mí sumamente grato que
a las ediciones en ruso, inglés
y chino venga ahora a sumarse esta
edición en uno de los idiomas uni
versales, como es el español.
Aprovecho la ocasión para ex
presar mi sincero agradecimiento al
traductor, E. Aparicio, por su esme
rada y competente traducción.
A. Markushévich
INDICE
CAPITULO PRIMERO
CONCEPTOS FUNDAMENTALES
§ 1. El objeto de la teoría 11
§ 2. Los números complejos 16-
§ 3. Conjuntos y funciones. Teoría de limites. Las funciones
continuas 24
§ 4. Conexividad de los conjuntos. Curvas y recintos 51
§ 5. El infinito. Proyección estereográfica y plano ampliado 68-
CAPITULO 8EOUNDO
LA DERIVABILIDAD Y SU SIGNIFICADO GEOMETRICO.
LAS FUNCIONES ELEMENTALES
§ i. La derivada. Condiciones de D'Alombert — Euler 85-
§ 2. Significado geométrico de la derivada. Transformación
conforme 06
r $ 3. Polinomios. Función exponenclaL Seno y coseno 103-
§ 4. Funciones racionales. Función homográfica. Geometría
de Lobachevski. Funciones trigonométricas 128>
§ 5 Funciones multiformes elementales 175
CAPITULO TERCERO
INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
§ 1. Curvas rectificables. Integrales 206
§ 2. Teorema integral de C&ucby 216-
$ 3. Integral de C&uchy. Fórmulas de Y. Sojotski 250
§ 4. Series de funciones y productos infinitos 271
§ 5. Series de potencias. Relación con las seríes de Fourler.
Desarrollo de una función analítica en serie do potencias 292
§ 6. Unicidad- ¿-puntos de una función analítica. Principio
del módulo máximo. Puntos singulares del elemento do una
función analítica 31 >
§ 7. Métodos de dosarrollo de las funciones en series de
potencias. Comportamiento do la serio de potencias en
la frontera del círculo de convergencia 347
JO INDICE
CAPITULO CUARTO
DIVERSAS SERIES. RESIDUOS. FUNCIONES INVERSAS
E IMPLICITAS
§ 1. Principio de compacidad v 380
§ 2. Serio de Laurent. Serios de Dirichlot. Teorema de Runge 392
§ 3. Puntos singulares aislados. Residuos. Principio del
argumento 416
§ 4. Aplicación de la teoría de los residuos al desarrollo de las
u ncionos en seríes. Interpolación 450
§ 5. Funciones inversas e implícitas 476
Apéndice del traductor 499
Bibliografía 502
Indice alfabético 507
CAPITULO
PRIMERO
CONCEPTOS
FUNDAMENTALES
§ 1. EL OBJETO DE LA TEORIA
1.1. La disciplina matemática que se expone en este iihro lleva
dos denominaciones: t e o r í a d e l a s f u n c i o n e s a n a -
l í b i c a s y t e o r í a de l a s f u n c i o n e s de v a r i a
b l e c o m p l e j a . Cada una de éstas está justificada.
Una función de variable realt definida en cierto intervalo (a, ó)
se llama a n a l í t i c a en un punto x„ de este intervalo, si en nn entorno
de esto punto la función se puede expresar en forma de la suma de
una serie de potencias convergente, dispuesta según las potencias
de x — x0:
a0-\~at(x — x0) + a2(x — x0)* + . . . + a„(x—x0)"-{- ..
Una función quo es analítica en cada uno de los puntos del inter
valo se llama analítica en este intervalo. Todas las funciones ele
mentales que se estudian en el análisis son analíticas en toda la
Tegión de su definición, a excepción, posiblemente, do algunos pun
tos. Por ejemplo, un polinomio Pm (x) = a0 4- axx + . . . + amxm,
la función exponencial ¿x, las funciones trigonométricas (son x
y eos x), son analíticas en todos los puntos, puesto que para cual
quier Xq subsisten los desarrollos:
¡>m (X) - p m ( * , ) + - (*—* ) + . . . + (x -x ^ r.
acotada, o sea,
|a„(2ó)n | < A r (* = 0, 1, 2, . . . ) • (1.2:4)
Acotemos ahora | / (h)(a;)| en el intervalo (ar0—ó, x0+ ó); apli
cando (1.2:3) y las desigualdades (1.2:4), obtenemos:
I/im(x)1< a i |o >I + 6 + J *.± 2M.i a»^i a»+ . . .
.. <fc!
M' (*+1)1 iV ¿ J (fc+2)! M'
(26)'* 1! (26)'*+‘ 21 (26)h+*
k \M 'r . , * + l (7~, (*+l) (* + 2) I , n
yrL1 ^ - ii“ \T+ ---- 2 !
2*6'* W+ ••J
MM' 11 __ iM\-{h+n .2 M f k\
“ 2'*6“ V 2/ 6k
Ahora no quoda más que poner 2M ' — M para obtener las desi
gualdades (1.2:1).
Demostremos que las condiciones del teorema son suficientes.
Sea / (r) una función indefinidamente derivablc en el intervalo
(*0 — ó, ar0 -h ó), y supongamos que se cumplen las desigualdades
(1.2:1). Escribamos / (z) según la fórmula de Taylor con el tér
mino complementario en forma de Lagrango:
/< * > » /(Zq) + L & l ( x - z 0) + . . . ■+/<(7 ^ | ^ ) X
y
Argz = argz-|- 2nn,
donde n recorre todos los números enteros (0, ± 1, zt 2, ...) .
Señalemos las relaciones:
|z | = ]/** + {/*,
lg (arg z) = - j - .
De esta última se puede sacar la conclusión que el arg z coincide
con uno de los valores de Arctg ~ . Designando el valor principal
de Arclg -y- , o sea, el valor comprendido entre - y y j (incluyendo,
posiblemente, este último), mediante arctg -7-, tendremos:
arg z = arctg -j£- , si X > 0,
arg * —n + arclg - j - , si x < 0, y > 0,
arg z — — ji —arctg — , sí * < o , y < 0,
n si x = 0, y > 0,
a r g í= T ,
a rg z = - f , si 3 = 0, y < 0.
Si
z = r (eos O i son <!>),
de aquí se deduce que
zn —r" (eos n<l>+ i sen n<I>);
para r = 1, obtenemos:
(eos U) -h i sen <D)n = eos n<S>-\- i sen
que es la f ó r m u l a d e M o i v r e .
El lector puede convencerse fácilmente de que la regla de ele
vación a una potencia (en particular, la fórmula de Moivre) con
serva su valor también para cualquier exponento entero m, si se hace
* •“ * y r m = - ^ .
X ( c o s -^ S l + ís e ii-^ -! -) =
Z» = | v A z \ [ C0S ~ T ~ “ vf— ] }
es equivalente a la anterior.
24 CAP. I CONCEPTOS FUNDAMENTALES
función compleja:
w = U +’iv=*ip(xt y) + ¿i|>(x, y) = f(z).
Por ejemplo, teniendo la ítinción do variable compleja
w = z2 —(x -f ly)z = z- —y - -h 2-rzj/,
tenemos a la vez también dos funciones reales de x e y:
u= x*1— yz y 2xy.
A las dos funciones reales: u —x 2—y2, v — correspondí*
la función de la variable compleja z = x-\- iy:
w = ti -j- iv — (x2—yz) -|- ¿e**+3v* = f(z).
listas observaciones muestran que toda la teoría do la función
de la variable compleja z se podría interpretar como la tooria de los
pares do funciones de dos variables reales x o y. A veces, utilizaremos
esta interpretación.
Do lo anterior so deduce que el concepto do función real de dos
variables reales es un caso particular del concopLo de función de
variable compleja. Del mismo modo, el concepto de función real
do una variable está contenido en el concepto de función de variable
compleja como un caso particular. Para obtenerlo, es suficiente
suponer que ol conjunto J£'estn situado en el eje real (entonces,
z = x) y que los valores de la función son números reales (w — u).
A continuación, hablando de funciones tendremos en cuenta tas
funciones do variable compleja.
3.2. Supongamos que E es el conjunto de todos los números natu
rales: 1, 2. 3, 4, . . /i, . . . Toda función uniformo definida en E
se llama s u c e s i ó n , y sus valores, términos de la sucesión.
Designóndolos mediante wl% wnJ . . do inodo que wn
corresponde al valor z ~ «, denotaremos la sucesión mediante el
símbolo {u?,,}. Si /ct, A:2, /í3i . . . es algún conjunto infinito de núme
ros naturales (distintos entro sí), los términos correspondientes de
la sucesión {zz>n} : wft\< wlt^ wit9..........wknt . . ., forman una nueva
sucesión {!*>*„} que, con respecto a la sucesión {u;n} so denomina
s u c e s i ó n p a r c i a l (o contenida en {«>„})• Así, por ejemplo,
U?l, , . . ., Wzh -I» • • •» Us2' ^4» M’é. Wg, . . ., !#2Jn • • •• ^ 1» ^*4»
u?u, . . ., wun . . . . son distintas sucesiones parciales de la suce
sión {irn}.
Sea z0 algún punto dol plano. Cualquier círculo que contenga
en su interior a este punto, se llama e n t o r n o del mismo. En
particular, todo círculo con centro en z0, se denomina entorno del
punto z0: | z — z0 J < p (p > 0).
El punto z0 se llama p u n t o d e a c u m u l a c i ó n d o
l o s u c e s i ó n {u>n}, si Parn cualquier enlomo dol punto z0
2tí CAP. J CONCEPTOS FUNDAMENTALES
cuales, sea este Z>2, contiene en su inlorior o cri sus lados un conjunto
infinito de términos de la sucesión. Dividiendo a éste en cuatro
cuadrados iguales obtenemos un nuevo cuadrado Z>3, que contiene
un conjunto infinito de términos de la sucesión (íig. 2). Continuando
estos razonamientos, hall aromos una sucesión de cuadrados encajados
• D, Dz zd Z>3 D4 => Ds => De => . . . => Dn => . . . *),
cada uno de los cuales contiene en su interior o en los lados un con
junto infinito de términos de la sucesión.
Sus proyecciones sobre los ejes x o y forman dos sucesiones de
segmentos encajados
rfj Z> rfj Z ) CÍj D . . . Z 2 d n Z2 . . . ,
ó ^ Ó h D Ó jD . . . r> 6n zd . . . ,
que se ciñen a los puntos i y ti, respectivamente. El punto £ per
tenece a cada uno de los segmentos dn, el punto ti, a cada uno do los
segmentos ón; por lo tanto, el punto £ = | + iq pertenece a cada
uno de los cuadrados Dn. Demostremos quo £ os un punto de acu
mulación de la sucesión {w„}. En efecto, cualquiera que sea el entor
no U: | z — £ | < p del punto £, os posible elegir n tan grande que
el cuadrado Dn esté completamente contenido en £/. Para esto es
suficiente exigir que la diagonal dol cuadrado sea menor que p.
Pero su longitud es, evidentemente, igual a , donde / es la lon
gitud del cuadrado D it y nuestra condición so cumplirá si < p.
Como Dn contiene un conjunto infinito de términos do la sucesión
{wn}, también U contendrá un conjunto infinito de éstos, do donde
so deduce que £ es un punto de acumulación de La sucesión {u?n}.
El teorema queda demostrado.
Una sucesión acotada {u?n}, que tiene solamente un punto de
acumulación z0, so llama c o n v e r g e n t e , y z0 so llama l í -
m i t o de la sucesión.
También se dice quo {u\,} converge a z0 (o hacia z0) y se denota
así: wn — z0 para /i-> o o (o, cuando n —>- oo), o bien, lim wn = z0.
n~*oo
Evidentemente, toda sucesión parcial {u>*n} do una sucosión
convergente {u>„} converge al mismo limite z0. En efecto,
es acotada, puosto que es acolada toda la sucesión {ü;,,}; por con
siguiente, (según el teorema 1) {u^} tiene al monos un punto do
acumulación. Poro los puntos de «acumulación para {w/tn} son a la
vez puntos de acumulación para {u>n}; por esto, {u>fcn} tiene sola-
se tiene,
s = lim (ii?t - 1 - ... + i¿*n) = a-\- ¿t,
n^oo
De las desigualdades
|»«|<|«»I.I y |U’n l < | u n l + |fnl
se deduce que la serio (3.4:1) es absolutamente convergente cuando,
y sólo cuando, son absolutamente convergentes las series (3.4:3)
y (3.4:4).
Hagamos una permutación arbitraria de los términos en la serie
absolutamente convergente (3.4:1). Se obtiene una nueva serie:
wni -f u>»a -f - - • + wnft + . . . , (3.4:6)
donde la sucesión niy n2, . . n ht . . . contiene todos los números
naturales y cada uno de éstos aparece una sola vez.Las series de
las partes reales e imaginarias do los términos de la serie (3.4:6)
tienen la forma:
uni + Un2H- • *• 4- “nh + . . • ,
vni + vni + • • • + *>»*+- • • .
y como estas serlos se obtienen mediante una permutación de los
términos en las series absolutamente convergentes (3.4:3) y (3.4:4),
ellas también convergerán hacia las sumas anteriores a y t . De
esto se deduce quo la serie (3.4:6) también converge hacia la suma
anterior s = a ¿t. Así, pues, on las series absolutamente con
vergentes de términos complejos es legítima cualquier altoración
de los términos.
Como la convergencia absoluta de la serie (3.4:1) significa la
convergencia de la serio (3.4:5) do términos reales no negativos,
cualquier criterio conocido de convergencia de las series de términos
no negativos se puede utilizar como critorio de convergencia abso
luta. Soñalomos, en particular, los criterios de D'Aleinbert y Cauchy.
Para la convergencia absoluta de la serie (3.4:1) os suficiente
que, comenzando desde cierto valor de rc, so cumplan las desigual
dades
| U>n+I | < 9 1 u;„ I (0 < í < 1)
( c r i t e r i o de D’A lc r a b o r t) o bien
V\ v>n I< q (0 < q < 1)
( c r i t e r i o do' Ca u c h y ) .
Este último criterio os más general, en el sontido de que, cumplién
dose el primero se cumple también el segundo, mientras que puede
cumplirse el segundo a pesar do que el primero no se cumpla.
I 3. C O N JU N T O S T F U N C IO N E S . T E O R IA D E L IM IT E S 37
n+p
*) La transformación (3.4:7), a que hemos sometido la suma 2 ak^h* 56
n+l
llama t r a n s f o r m a c i ó n do A b e l ; ésta es completamente análoga
a la integración por partes.
38 CA P. I CO NCEPTOS FU N D A M E N T A L E S
k i i »; i+ k i k i + k i i «í i +..*
•• • i+ ••• + | b'íii »íi + ••• (3.4:8)
§ 8. C O N J U N T 0 8 Y F U N C IO N E S . T E O R IA D E U M J T E S 39
w[w[^w[wi^-. . . -pu^u?;
OO a>
2 h—
m=-l 2 l «*!».
Desde el punto de vista de la proposición demostrada, esta serie
doble representa solamente una de las infinitas formas posibles de
expresión de la serie absolutamente convergente 2 wj-
3.5. Sea E un conjunto arbitrario de puntos del plano complejo.
Se dice que z0 03 un p u n t o d e a c u m u l a c i ó n p a r a
e l c o n j u n t o E (o del conjunto £), si cualquier entorno del
punto z0 contiene un conjunto infinito de puntos pertenecientes a E.
Es evidente que un conjunto que consta de un número finito
de puntos no posee puntos de acumulación. Comparemos entre sí
los conceptos de punto de acumulación de una sucesión y de punto
do acumulación de un conjunto. Supongamos que los puntos del
conjunto E representan los términos de una sucesión {u>„}. Entonces,
cada punto z0 que sea un punto de acumulación para el conjunto E ,
será también un punto de acumulación para la sucesión, puesto que
cualquier entorno del punto z0 contiene un conjunto infinito de pun
tos de E y, por consiguiente, contiene también un conjunto infi
nito de términos do la sucesión {u/n}.
Sin embargo, puede ocurrir que un punto zu perteneciente a E,
no sea un punto de acumulación para É, a pesar de quo represente
un conjunto infinito de términos distintos de la sucesión (wn}:
w¡ily u>h2* • • wkn* • • • Tal punto será un punto de acumulación
para la sucesión {u?n} y no lo será para el conjunto E. Como ejemplo,
es suficiente examinar la sucesión 0, 1, 0, 1, 0, 1, . . ., que posee
dos puntos do acumulación 0 y 1, mientras que el conjunto E que
representa los términos de esta sucesión consta solamente do dos
puntos 0 y 1, por lo cual no tiene ningún punto de acumulación.
Refiriéndose a cualquier conjunto £ , demostremos que un punto
z0 es un punto de acumulación para este conjunto siy y sólo si, existe
una sucesión {i¿v} de puntos de E y distintos entre sí, que converge
| 3. CONJUNTOS Y PUNCIONES. TEORIA DE LIMITES /»3
hacia z0:
lim wn = z0.
n-*.oo
A_
lim B
2-410. Z$E V (*)
(lo último, suponiendo que B=&0).
3.7. Examinemos ahora el concepto de continuidad de una
función de variable compleja. Si el punto de acumulación z0 de un
$ 3. CONJUNTOS Y FUNCIONES. TEORIA DE LIMITES 47
y
lim v(xy y) —v(x0t y0). (3.7:2)
*-*#0» V-*VO
De aquí se deduce que una función compleja / (z) es continua
en el punto z0 = x 0 4- ¿yo s*» y sólo si, las partes real e imaginaria
de / (z), consideradas como funciones de dos variables reales x e y,
son continuas en el punto (a:0l y0).
Señalemos las propiedades elementales de las funciones conti
nuas de variable compleja que se deducen de la definición.
Si / (z) y q> (z) son continuas en ol punto z0, las funciones / (z) ±
± 9 (z)» / (z) *9 (*) y “ pr (ésta última, suponiendo que <p (z) ^ U>
9 \z)
también son continuas on el mismo punto.
Supongamos ahora que / (z) es continua en el conjunto E en el pun
to zQy que sus valores w = f (z) forman ellos mismos un conjunto
infinito % para el cual w0 = f (zQ) es un punto de acumulación.
Sea, finalmente, q> (u>) una función definida en % y continua en ol
punto u;0. Demostremos que entonces la f u n c i ó n c o m p u e s
t a cp í/ (z)] =* F (z) es también continua en el punto z0. En efecto,
si (zn) es una sucesión arbitraria do puntos de E %convergente hacia
z0, la sucesión de puntos {u?n = / (zn)}, en virtud de la continuidad
de / (z), tiene que converger hacia el limito w0 = / (¿o)* Debido
a esto, la sucesión (wn) = 9 1/ (Z*)] = E (zn)}, en virtud de la
continuidad de <p (o?), tiene que converger hacia q> (u>0) — F (z0).
Así, pues, lim F (z) = F (z0), con lo que queda demostrada nuestra
z-+zo, zgE
afirmación.
48 CAP. 1 CONCEPTOS FUNDAMENTALES
3) A l c a n z a m i e n t o d e l e x t r e m o s u p e r i o r
(e i n f e r i o r ) d e l m ó d u l o . En el conjunto F existe al menos
un punto Z 0 (z0) tal, que en todos los puntos de F se cumple la desigual
dad \ f (z) \ < \ f ( Z 0)\ (|/(* > | > l / ( * 0) I)-
$ 3. CONJUNTOS Y PUNCIONES- TEORIA DE LIMITES 49
y, por consiguiente,
de donde
p(a',(li)—p(2, < D )< |z '-z |.
Cambiando do lugar en estos razonamientos z' por z, halla remos
p(z, (D)—p(z',<J>)«|z—z'|.
Por lo tanto
|p (* . 0>)— P ( 2 't Cl>)<|z — z '|.
y os suficionto tomar \z —z' |< ó ( e ) = e para tener también
|p(z. ® ) - p ( * '. ® ) |< « .
De la continuidad demostrada do la función p (z. <J>) se deduce,
en particular, que si z pertenece a algún conjunto de punios Ft
acotado y cerrado, la función p (z, O) también será continua sobre
el mismo y, por consiguiente, alcanzará en cierto punto za £ F su
extremo inferior
inf p (z, <í>) = p(z0, O).
Este último poseo la propiedad de que para cualquier par He
puntos z £ F y £6<D se tiene:
l«—s l > P ( z* ^)>P(2o» <&)■
Por otra parte, en virtud de las propiedades que ya conoiemc*
de la distancia píz©»^)» existe un punto tal. que
P (z0y — | 20 &>|*
El número hallado es, evidentemente, el extremo inferior de
las distancias entre los pares de puntos pertenecientes a los con
juntos F y <D, respectivamente. A la vez, nos hemos convencido
de que este extremo inferior es alcanzado por cierto par de puntos
z0 E F y £o € Esto número se llama distancia entre los dos con
juntos F y <!>. y se designa mediante p (Ft O):
p(F9 cD)= inf |z —£|=»inf p(z, tf>).
i£F.
En esta definición los conjuntos F y O desempañan exacta
monto un mismo papel. Por esto, podríamos cambiarlo* de sitio
(en la expresión):
p (Ff <\>) = p (O), F) = inf p (£, F).
t€‘P
s 4. CONEXIVIDAD DB LOS CONJUNTOS. CURVAS Y RECINTOS 5l
p ( /\ CD) = |z0—So|.
la magnitud p (Ft (D) se anula cuando, y sólo cuando, los conjuntos
F y O tienen al monos un punto común. E11 particular, si F y O
no tienen puntos comunes, so tiene: p {F, cj>) >. 0.
Fácilmonto se observa que, cuando F o O no son cerrados, o bien,
son cerrados pero no son acotados, el oxtromo inferior de las distan
cias entre los pares do puntos pertenecientes a F y <I>, respectiva-
monte, puede ser igual a cero incluso cuando estos conjuntos carecen
de puntos comunes. Como ejemplo es suficiente tomar por F el con
junto de los puntos de acumulación del conjunto d> no pertenecien
tes a tf) (si <D no es cerrado), o tomar por F el conjunto de lodos los
puntos situados en las asíntotas de una hipérbola, y por (1), el con
junto do puntos de la hipérbola misma.
No obstante, el lector demostrará sin dificultad alguna quo,
si F y <1> son conjuntos cerrados no vacíos y solamente uno do ellos
no es acotado, existe de nuevo un par de puntos z0 € E y £0 € tal,
quo la distancia entre z0 y £0 coincide con el extremo inferior de las
distancias entre todos los pares posibles de puntos z € F y £ £ O.
Por consiguiente, en este caso, el extremo inferior de las distancias
entre z £ F y £ g G> también será distinto de cero, siempre quo F
y no tengan puntos comunes.
FIG. 5
Está claro que todo punto del conjunto F es interior con respecto
de E %y además, junto con cada punto z0 £ F pertenece también al
conjunto E el círculo | z — z0 | ^ -- . En virtud de la observación
hecha al comienzo del presente apartado, el conjunto E mismo
pertenece al recinto G.
No quedo más que demostrar que E es uu conjunto cerrado. Sea
z’ un punto do acumulación del conjunto E y supongamos que {zn}
es una sucesión do puntos de E t convergente hacia z'. Como la distan
cia del punto al conjunto es continua, la sucesión de números
p (zn, F) converge hacia ol número p (z\ F), y como p (zn. F) ^
(debido a la definición del conjunto E), se tiene también: p (z\ F) <¿
De aquí so deduce que z' pertenece a E. Así, pues, el teorema
quotlu demostrado por completo. El numoro indicado p se puede
tomar igual a ~ .
c) Sea E un subconjunto abierto no vacio del recinto C, que posea
la propiedad deque cada uno de sus puntos de acumulación pertenecien
tes al recinto G, pertenece también a E\ entonces, E necesariamente
coincide con todo el recinto G.
5 4. C O X E X IY IP A D DE LOS CO NJU NTOS. CURVAS Y RECIN TO S 67
{ * . \ 21* ( t + t ) 2UI
eos<p = sen — , - ¡A , ^ ~ rR 7 F ’
<+ '«’ ( t + Í )
■ ~ *** 1-Ia—i
sen q> - —eos
■t+ i *!5.
se tien e
r - 2 1z I eos X 2x
¡*—eos <peos A = ... —
*+ 1*1» ^ + ^4-h 1
t| = eos q)sen a = 2 12 1suu X (5.2:2)
1+ M 2 **+*»+!
i
£ = **+**+ 1 *
Por otra parto,
1+ tg-
2 = tg^-^-----(eos X• - ¿sen X) ------ ------- — (eos k-\ i sen X)
t ^ o
5 -r sen ~ X) = eos <D (eos k ! i son X) =
(cos k i sen i — sen qp
' i-i '
de donde
(5.2:3)
Las fórmulas obtenidas resuelven por completo el problexnA do
la proyección estereográfica.
Do ollas, en particular, se deduce la p r o p i e d a d h o m o -
c í c l i c a de la proyección estereográfica: en esta proyección»
14 C A P. I C O N C E PT O S F U N D A M E N T A L E S
-b Ity U)IZJ ÍX (0l2~ Ir se dirá que ésta determina una curva conti
nua (esférica), ote.
Con si deremos una sucesión de números complejos {u,,}, conver
gente hacia el número a (propio), el cual os el afijo del punto A.
Si los números u^ son los afijos do los puntos Un, entonces A es un
punto de acumulación ele la sucesión {(/„} (y además el único).
Fácilmente se observa que el punto A \ que representa en la esfera el
punto a, es también un punto de acumulación (y además, el único)
de la sucesión de puntos de la esfera que representan los núme
ros nn.
Supongamos ahora que la sucesión de números compiojos {/>„}
pertenece a la clase impropia oo. Entonces, para cualquier M >■ O
los puntos Vn, que representan a los números vn en el plano, comen
zando desde cierto subíndice n > iV, estarán situados fuera del
círculo de radio M. Los puntos correspondientes V'n do la esfera so
situarán en el entorno del polo norte, limitado por el paralelo cuya
proyección sobre el plano es la circunferencia | z | = M. Do aquí
se deduce que el polo norte será el único punto de acumulación
para ciialquior sucesión do imágenes de puntos, que pertenezca a la
clase impropia.
Recíprocamente: toda sucesión de puntos de la esfera, para la
cual el polo norte sea el único punto de acumulación, representa
cierta sucesión de la clase impropia. Por cierto, todo esto se cleduco
de la relación (5.2:1) hallada anteriormente: | z | - tg ^ h y ) •
En efecto, para la sucesión {z„} la relación
lim | zn | = -J- oo
«-+UO
es equivalente a la relación
lim q)*—-£■.
ti-. \n *
De acuerdo a esto, aquí consideraremos e l polo norte
de la esfera como la imagen geométrica
del número impropio oo.
5.3. Ya vimos que mediante la proyección estereográfica se
obtiene una representación hiunívoca (o aplicación biyectiva) y con
tinua de la esfera, a excepción del polo norte, sobre todo ol plano *),
do modo que la esfera puede servir para representar los números
complejos propios igual que el pluno. La existencia en la esfera
im -S & Z ir r l & r
$ 5. EL INFINITO. PROYECCION ESTCREOGRAKICA. 7í>
y
+ H 'a) ( 1 - to)* + 2 (Sor-+ n o n 'K ' (1 - S o ) + C '« (s5 -M 8)
*'* + ¥'*
< l~ S o ) 4
Pero
S + T¿ —1 —£J y Éo£' + TioTi/ = —ío?/;
por consiguiente,
* ±y - (t-w *
g'«-<r») o -£n)«+;,> d -to )1 1 '*+**-*-?*
(i-W « - (i-Eo)* •
Considerando ahornados curvas y' y y¡ que pasen por el punto
M0 de la esfera y sus imágenes y y Yi en ©1 plano, que pasan por el
punto M0t para el coseno del ángulo a entre las curvas y y Yi en ©1
punto Al o hallamos:
c « « = ~ g a + ,;f ia .=s -
V*'*+»'* V*í’+»ía
_ !£'(!—£»)+ £'lol ISiU-Sol + titol-HV (i-td+C 'm i Ini O-^H-tino) _
(i-W * Vlí*+ni, +~Síi
(6*6>+ti'ti¡) (<-&>)»+(IA' + W1') Ci (i - so)
(i -&,)* VE's+n'í+t'* V s'H uP+ fc1
, (£oV,+rnn;)e, (>-to)+£,K(a-n!i)
0 - W* VT^+n^+í'* V 5¡*+n¡’+K*'
Pero = l —e , &)V+ »lo»)' — —Co£' y dtíl mismo modo,
Solí ‘I’ *lo^li = ~wli*
por lo tanlo
rtu, „ (rs; -rn'ni) (t - t o P - u ; f o - g j - r c i ( t o - t s m 's ; <t -s?.) ^
(i - w* V 6’*+■** ■+í'* v i ’•+'ni'+ tí*
S'Si+ti'niH-t'Ci = cosa'.
’V6'*+»t'*+C'* V5'*+t|'*+ f»
Aquí, evidentemente, a ' es el ángulo entre las curvas esféricas
Yi y YÍ ©n el punto Af9. Con esto queda demostrado lo que se afirmaba.
La representación (o aplicación) de una superficie (o de un recinto
sobre una superficie) sobre otra se llama c o n f o r m e si en ella
no varían (se conservan) los ángulos entre las curvas. Se puede decir
ahora que La proyección estereográfica de la esfera sobre el plano es una
representación (o aplicación) conforme.
La proposición demostrada permite sustituir la medición de los
ángulos entro las curvas de la esfera por la medición de los ángulos
entre sus imágenes en el plano, y viceversa. Consideremos, en partí-
§ 6. EL INFINITO 1’ROYECCION ESTEREOGRAFICA 81
cular. los ángulos formados por las curvas que pasan por ol punto
del infinito. En ol plano, tales curvas ( c u r v a s c o n t i n u a s
d e l p l a n o a m p l i a d o ) so representan en forma de proyec
ciones de las curvas esféricas que pasan por el polo norte.
Si l = qp (í), q = (t), í = X (¿)< ¿ son las ecuaciones
paraniétricas de una curva continua y de la esfera, la ecuación de
su proyección T tendrá la forma
. 6 <P(t>+ _ ,/.v
H T T — 1—x«>
La función / (i) está definida y es continua para todos los valores
de t del segmento la, ó], a excepción de aquellos valores t = t
para los cuales x (0 = 1 (y» Por consiguiente, [<p(í)l2 ■+■ l^ (f)l* ■“
= 1 — Ix (¿)12 = 0, o sea, <p (f) = ip (f) = 0). Pero, cuando t t,
ol punto de la curva y tiendo hacia el polo norte y, por lo tanto,
/ (í) -*• oo. Debido a esto, se puede definir / (¿) en todo el segmento
[a, ó], conservando la continuidad (en el sentido generalizado),
haciendo / (r) = oo.
Supongamos que, en general, se tiene alguna función z = F (í),
definida y continua en el sentido generalizado en el segmento la, b1
(que ahora puede ser infinito hacia uno o hacia ambos lados). En
tonces, las coordenadas (£, q, £) de los puntos de la esfera quo se
proyectan sobre z = F (t) serán, evidentemente, funciones de t,
definidas y continuas on la, bl en sentido ordinario (si el segmento
es infinito, por ejemplo, b = oo, estas funciones tendrán unos límites
determinados cuando t oo; pasando a otro parámetro: t' =
= arctg t, podemos reducir el problema al caso de un segmento
finito). De aquí se deduce que toda función z = F (¿), definida y
continua en sentido genoraiizado en un segmento [a, b\, determina
uno curva continua en ol plano ampliado.
Puedon servir de ejemplos: la recta z = (ai -f- P) 4- i (yt ■+• ó),
donde a 8 •+• y2 ^ 0 y la función z so hace igual a oo para t = oo; la
parábola, por ejemplo, z = ai2 4- + y) 4 * * 4 * ®)» donde
a 2 + ó8 0 y la función z se hace igual a oo para t = oo; la hipér
bola (por ejemplo, z = a + ? donde a 0, b # 0 , y la
función se hace igual a oo para t = 1). etc.
Dos curvas planas r t y r 2 forman un ángulo con el vértice en el
punto del infinito, si las curvas y que les corresponden en la
esfera (fi y r 2 son las proyecciones estereográficas de T[ y r¿) forman
un ángulo en el polo norte (es decir, poseen tangentes en este punto).
Por definición, el valor de este último ángulo se toma por valor del
ángulo entre las curvas l?i y T2 en el punto del infinito.
Consideremos, en particular, dos rayos rectilíneos y T2 que
partan de un punto M 0 del plano bajo un ángulo a. A ellos, en la
6-1190
82 CAI*. I CONCEPTOS FUNDAMENTALES
E= tg ( 4 2 )
(eos A— i sen A) = — — ------ ------------------ z
tg Í-J- + -2-J (cosA -fisen A)
LA DERIVABILIDAD Y SU SIGNIFICADO
GEOMETRICO.
LAS FUNCIONES ELEMENTALES
§ 1. LA DERIVADA. CONDICIONES
DE D’ALEMBERT — EULER
1.1. Sea / (2) una función (le variable compleja, definida y uniforme
en cierto conjunto E , y sea z0 algún punto do acumulación de este
conjunto, perteneciente al mismo. Formemos la razón do diferencias
/(*)-/(*<>)
Z—Zo
Evidentemente, ésta representa una función de z, definida para
todos los puntos del conjunto E, distintos de ¿o. Si existo el
límite
lim Ü íh -L M ,
x-vzo. *££ z~~z0
este se llama d e r i v a d a d e l a f u n c i ó n / (z) s o b r e
e l c o n j u n t o E en e l p u n t o z0 y s e designa mediante
Ve (20) ° más abreviadamente, / ' (z0). La función / (z) quo posee
i
derivada se llama d e r i v a b l e (o d i f e r e n c i a b l e ) o
m o n ó g e n a s o b r e e l c o n j u n t o / ? e n e l p u n t o z0.
En el caso particular, cuando E es un intervalo del ejo roo!
(finito o infinito), / (z) es una función de la variable real z — x, que,
on el caso general, toma valores complejos: f (z) = f (x) — q (r) 4 -
Hr ft|> (#)• Si (x) = 0, es decir, si los valores ae / (z) también son
reales, las definiciones dadas de derivada y derivabilidad coinciden,
evidentemente, con las definiciones ordinarias del cálculo dife
rencial. Siip (x)^feO, escribiendo en la forma y X — X T {**)-f
q
4- nj>' (x). Así, por ejemplo, si f (x) = a eos x + ib sen x %se tiene,
V (x) — — a son x - ib eos x .
Designando / (z) — / (z0) mediante A/ (z) (ol incremento de la
función) y z — z0 mediante A* (el incremento de la variable inde
pendiente), escribimos la condición de derivabiüdad así:
= /'(*#)-- « (*o. Aa),
donde e(z<), Az)—>>0 para Az—*0(z£tf). De aquí se deduce que el
incremento de una función derivable puede representarse en la
forma:
A/ (z) = ¿4 •Az 4- e (Zj, Az) Az (A = /'(z 0)) (1.1:1)
donde A no depende de Az y a Hondo a cero junto con Az.
Recíprocamente: toda función, para la cual el incremento puede
representarse en la forma (1.1:1) con las mismas condiciones res
pecto de A y e (z, Az), es una función derivable y su derivada es
igual a A . En efecto, de (1.1:1) se deduce que el límite
lim ■ (A z^z —z0; z£E )
existe y es igual a A . Por lo tanto, la representación del incremento
de la función en la forma (1.1:1), donde A no depende de Az y e
tiende a 0 junto con Az, es la condición necesaria y suficiente para
la dorivabilidad do la función. Obsérvese que de (1.1:1) se doduco
inmediatamente quo una función derivable en un punto z0 6 E es
continua en este punto (sobre este conjunto).
Designando Az medianto dz (diferencial de la variable indepen
diente) y .4-Az — í'e (z0) dz mediante df (z) — de¡ ( z ) (diforcncial
de la función), obtoneinos para la derivada la siguiente expresión
mediante diferenciales:
Ve (zo) =■*En=)
ái *
Aclaremos con un ejemplo el papel que desempeña en la defini
ción del concepto do derivabilidad el conjunto E sobre el cual se
toma la derivada. Supongamos primero que E es el eje real y / (z) =
= / (x) =-■ x. Entonces, la derivada Ve (x) existe para cualquier
x £ É y es igunl a uno, es decir, la función es derivable en todo el
conjunto E . Prolonguemos ahora la función / (x) a todo el plano
complejo E í% poniendo como antes / (z) = x. Evidentemente, esta
función es continua para cualquier z y coincide con la función inicial
cuando z £ E (es decir, cuando y = 0). La razón de diferencias es
aquí igual a:
/ (*)—/<gp) _ (-r—-Cp)
z — z0 ( x — x 0) i ’ i (y — Vo) *
§ 1. LA D E R IV A D A . CONDICIO NES D B D*ALEMBEBT— E U L E R 87
5. [ / | (a ) h (* ) • • • /n (2 )] - h ( Z) U ( 2 ) • . • / » ( 2 ) +
+ / . (2 ) / , (2 ) ^ (2) h (2 ) • • • / » - , (2 ) ^ •
e. — i / ( 2 ) r = « [ / (2)i"-i / ' w - 4 - ( * ’* ) =
8. ¿ f fi (2) 1 _
dz Lh (z) J 1/2<*)12
Aquí se supone que todas las funciones / (z), U (2), / 2 (z), . . .
son dorivables en el punto dado z del conjunto £ . En la regla 8,
se exige, además, que / 2 (z) sea distinta de cero.
9. R e g l a de d e r i v a c i ó n de l a s f u n c i o n e s
c o m p u e s t a s . Supongamos que la función w = f (z) es deri-
vable on uii punto z0 ¿ E y que u^0 = / (z0) es un punto de acumu
lación para el conjunto F de los valores que toma esta función en E.
Consideremos una función Z = <p (u?), definida en F y derivable
en el punto w0 sobre esto conjunto. Entonces, la función compuesta
Z — q) [/ (z)l es derivable on el punto z0sobre el conjunto E , y además,
dgip!/(*)] . dp^(w) dBf(z) <1. 2 :1)
dz dw dz
CAP. II la d e r iv a b il id a d . l a s f u n c io n e s e l e m e n t a l e s
ésta se anula para cada z ^ z0 tal que / (z) = / (z0)- Por consiguiente,
es suficiente establecer que esta relación posee un límite igual a cero
para cualquier sucesión {z'n} z0 tal quo / (zn) = wrn ^ u>o- Pero
entonces,
<P[/ (2n)l (/(*<>)) _ 9 <P(^o) Vn—ro
zn —r0 < —“"O zn“ *0
<pK)-<p(*o) / ( * ; ) - / (*o) ? <*g/(*) _ 0 a z^ z
V'n—W0 zn—*0 du> dz ^ 0*
Así, pues, bajo la hipótesis hecha, se cumplo la relación (1.2:1).
Supongamos ahora que existe un entorno del punto z0, en el
cual / (z) = w Wq para todos los puntos z pertenecientes a E .
Entonces, tendremos:
<P [ / ( * ) ) — <p í / f c o ) ! <p(cpp) Uf— U?q _
Z ----- Zq Uf----- U?Q Z------ Z q
<p(itf> — qp(ii?0) /(z) — / (zq) ^ dpy (u>) d Bf (x)
para z Zfl,
Uf----- Ufo z --- Zq dw dz
es decir, de nuevo obtenemos la relación (1.2:1).
10. R e g 1 a d e d e r i v a c i ó n de las funciones inversas.
Supongamos que la función w = / (z) establece una corres
pondencia biunívoca entre los puntos de dos conjuntos E y F %y
que la función inversa z = <p (w) es continua en F . Entonces, si / (z)
es dcrivable en el punto z0 6 E y Je (z0) ^ 0, la función inversa
z = cp (u>) también será derivable en el punto w0 = / (z0) € ^ y
(1.3:6)
Como
Ie I = | (a i + # 1) t («2 -f- ¿P2) 1<
Por el curso general del análisis se sabe que para que las funciones
u (*i y) y v (*» y) sean diferenciablcs, es suficiente quo existan
y sean continuas sus derivadas parciales: ^ ^ . Por esto*
para que la función / (2) — u 4- tv sea derivable, es suficiento que
existan las derivadas parciales ^ , quo éstas sean con
tinuas y que satisfagan a las ecuaciones (1.3:1).
Una función / (z), derivable en cada punto del recinto G, se lla
ma derivablo (diferenciable) en este recinto, o también h o 1 o -
m o r í a, o a n a l í t i c a (a veces, r e g a l a r ) . La denominación
bolo moría (semejante a entera, de las palabras griegas ó'Xo£ total,
entero, y p.opq>vj — forma) fue introducida por los alumnos de
Cauchy: Briot y Bouquet. «Con esta denominación señalamos —decían
ellos— quo ella (es decir, la función holomorfa —autor) es semejante
a las funciones enteras (es decir, a los polinomios.— autor), que
poseen las mismas propiedades en todo el plano». El significado del
vocablo «analítica», empleado anteriormente por Lagrangc y más
tardo por Woierstrass, y universalmente admitido en la actualidad,
se explicó en el § 1 del primer capítulo; su aplicación a las funciones
de variable compleja, que son derivables on cierto recinto, será
justificada en la exposición ulterior, cuando demostremos que
una función tal puede expresarse en un entorno de cualquier punto
del recinto en forma de suma de una serie de potencias convergente..
Por ahora emplearemos la denominación de «función analítica»
como sinónimo de la denominación «función de variable compleja,
derivablo (o diferenciable) en un recinto dado».
Como ejemplo, oxaminemos la función / (z) = e* (eos y -f i sen y),
definida en todo el piano. En esto caso,
it í'x eos //, v -ex sen y.
üu
- —ex sen y — do
do
~dx e eos y = óy Oy
Por lo tanto, se cumplen las condiciones (1.3:1) y la función
/ (z) es analítica cu todo el plano. Para su derivada, se tiene:
i ’ (*) •= -I-1 -fj|- ^ «* eos y -t- iex sen y — í (z).
En el ejemplo examinado al final del ap. 1.1, / (z) = x , u = x v
v ¡= 0, = 1, ~ = = 0 y no se cumplen las condiciones
de D’Alcmberl — Euler; . Ya se vio que esta función no
es derivable en ningún punto (sobre el plano).
| LA DERIVADA. CONDICIONES DE D’ALEMBERT — EULER 03
on este caso.
*1 iJ L - v
dx dy Oz
En muchos casos es importante que las condiciones para que
una función de variable compleja f (z) — u iv sea diferonciable
en un punto z =?£ 0 vengan expresadas en coordenadas polares:
94 CAP. II LA DKIUVABILIDAD. LAS PUNCIONES ELEMENTALES
y, por consiguiente,
/' (z) = -£ii -t- i -jL = (eos Cl)—i sen O) -|- i (eos <D—l son <D) ^
2
"ür i t mArgz , . m Arg z \ / mú) , . me1»\
" = | z ]_£ f e o s — — b ¿ s c n — -2-^1 = r n f eos—— 4- i son — J ,
Ou i m.<I> 1 Ou
dr « r+ eos ~h r 5üt»
dv m md> 1 Ou
dr n
sen r 0<H ’
•) Sobro las ramas uniformes de las funciones multiformes habla romos
más detalladamente en adelante, en el § 5 del presente capitulo.
96 CAI*. II LA DERIVABIUDAD. LAS PUNCIONES ELEMENTALES
a
del plano como un todo, alrededor del punto y = j en ol ángulo
Arg a , y a una dilatación de razón | a | con respecto de este punto.
Evidentemente, ésta es una transformación homotética con centro
en el punto 7 — de raz^n (o coeficiente de semejanza) | a |,
seguida de una rotación en ol ángulo Arg a alrededor del mismo
punto. Tal es la transformación conforme en el caso más simple.
Circunferencia
<le cada uno de los rayos rectilíneos que parlen del punto ó. La
dilatación de la longitud en el punto z en esta transformación es
igual a | L' (z) | = | | : | z — ó J® y también varía al pasar
de un punto a otro. Esta conserva el mismo valor en los punios para
los cuales la magnitud | z — 6 | es la misma, es decir, en los puntos
de cada circunferencia con el contro en el punto ó. En particular,
esta dilatación es igual a la unidad en cada punto de la circunfe
rencia y : J z — ó | = |-|-r | ad — be | ( c i r c u n f e r e n c i a i s o-
m é t r i c a d e l a t r a n s i o r m a c i ó n h o m o g r á f i c a); es mayor
que la unidad en el interior de y, tendiendo al infinito cuando
z tiende a ó, y os menor que la unidad en el exterior de y» tendiendo
a cero cuando z tiende al infinito (fig. 9).
2,4. Supongamos, como anteriormente, que c O y ad — be ¥=
=*=■ 0. Entóneos, evidentemente.
az —h
lim a cz+d
— i”? - °° lim rz -p d
3) es continua en el punto x = 0.
Aquí construiremos la función exponencial de variable compleja
J (z) = exp z, exigiendo el cumplimiento do las siguientes condi
ciones: ésta
1') está dofiuida unívocamente para todos los valores complejos
(finitos) de z, pavo los valores reales z — x toma también valores
reales y para x = 1 torna el valor e;
2') satisface al teorema de la suma
f(z, -z¿) = f(z,)f(zi)
para cualesquiera z{ y z%\
3') es diferenciable en el punto z — 0.
Do las condiciones 1') y 2') se deduce que / (O) 1. En efecto,
J (O)-/ (1) = / (1) =¿=O y, por consiguiente, / (0) •■= 1. Luego, saca
mos la conclusión de que / (z) 0 para todos los valores de z. En
efecto, / (z)-/ (— z) = / (0) = 1, de donde se deduce que / (z) ^ 0.
Aplicando 2') y 3'). obtenemos para cualquier z:
m W i„ _ ^ ;w
J.
1
1“
F!G. M
R esum iendo, en la transform ación del p la n o z m ediante la. fu n c ió n
w — e \ la fa m ilia de rectas p a ra lela s a l eje im aginario se transform a
en la fam ilia, de circunferencias con centro en el origen de coordenadas,
y la fa m ilia de rectas p a ra lela s a l eje re a l , en la fa m ilia de rayos
rectilíneos que p a rte n del origen de coordenadas.
Consideremos la región g formada por el interior de ia franja
rectilínea de anchura A, 0 < h 2ji, paralela al eje real. Supon
gamos que esta franja está limitada por las rectas: y — <f0 o y *-
= ipi (qij — <p0 =- h). De lo expuesto anteriormente se deduce que
la imagen de la región g en el plano w será la región d formada por
el ángulo de magnitud k con el vértice en el origen de coordenadas,
limitado por los rayos rectilíneos \Arg u? —<p0 -f- 2ka y Arg iv —
— -|- 2/ji (fig. 14). La correspondencia"'‘entro las regiones g y </,
establecida mediante la función w — exp z, es ahora biunívoca.
Para comprobur osto, es suficiente observar que solamente pueden
ser preimágenes de algún punto w de la región d los puntos in | w | -!-
-|- i Arg w, que se diferencian entro sí por los valores en la parte
imaginaria. Dos puntos de éstos están situados en una recta paralóla
al eje imaginario a una distancia múltiple de 2ji. Pero nuestra
franja h tiene una anchura no superior a 2ji, por lo cual, puede con
tener en su interior solamente una preimagen del punto w. Por lo
tanto, cada punto z £ g posee solamente una imagen y cada punto
8—11U9
114 GAP. II LA DER1VABILIDAD. LAS FUNCIONES ELEMENTALES
se corta con Jas rectas paralelas al eje real bajo un ángulo constante
igual a are tg a, y como al transformación os conformo, la espiral
logarítmica se cortará bajo ol mismo ángulo con las imágenes de
dichas rectas, es decir, con todos los rayos (fue partan del origen de
coordenadas, liemos obtenido la propiedad característica do la
espiral logarítmica.
Las transformaciones que se realizan mediante las funciones
w — (z — a)" y w “ oxp z experimentan cierta semejanza entre si.
Esta semejanza puede aclararse mediante la fórmula
e x p z = lim (l+ ^ y \
n->oo ' n•
cuya demostración proponemos hacer al lector como ejercicio.
Examinémosla transformación w — ( l + ~ ^ Iz — (—>1)1"
con relación a la cual la transformaición w = exp z es límite. En
¿ '¿i
que, por lo tanto, son válidas para cualquier valor real de x. Como
los segundos miembros de estas fórmulas están definidos para cual
quier valor complejo de z (z =¿- oo) y, evidentemente, son funciones
analíticas do s, leñemos aquí dos funciones enteras de z:
exp(í3) | i x|)( — í:) .. exp (/*) — exp ( — i z )
2 y 21 *
que para valores reales de z = x toman valores reales que coinciden
con eos x y sen x x respectiva intuito. Es natural que, por definición,
la primera do ellas se denote mediante eos z, la segunda mediante
sen z y que se llamen funciones trigonométricas principales — coseno
y seno de z:
c o <“ >+ «><-*•>. (3.0:1)
<wp[‘ ( * » - i- - y ) ] - l - c * p [ — « ( < a ! - r ) ] - 0 ,
o bien
exp |i (2<o ¡ ji)J - —1.
Por consiguiente, según la fórmula (3.0:2) i (2o> |- ji) — lo f — 1 | +
4- i Arg (— 1) — / (ai -h 2£ji). o sea, a» -- kn%y como eos to —
= eos 0 — 1, el número k es par y u> *= 2&ji.
De mi modo semejante se demuestra que 2n es también el perío
do primitivo de la función sen z.
Dediquémonos ahora a demostrar los teoremas do adición para
las funciones eos z y sen z, es decir, n buscar las relaciones existentes
entre eos (r4 + l ) y son (2, 4- z2)* de un lado, y coszj, eos z2,
sen Z\ y sen z2. de otro 1/idn (2, y z2 son unos números complejos
arbitrarios). Las relaciones pedidas se obtendrán como consecuencia
del teorema de adición para la función exponencial.
Sustituyendo en la fórmula (3.ü:2) z por zt -+■ z2, hallamos:
cos(z, \ 32)-t-í8ini(Z| ! Z2 ) = exp (i (2 | | z^)] =-
- oxp (iz x) •exp (izz) —(eos z x -- i sen 2,) (eos z2 \- i sen s2)
o Ilion, efectuando la m ultiplicación;
eos (Zt 4 z-j 4- i sen (zí 4 23) —
= (eos Z\ eos Zo—sen z, sen z¿) i (sen z t coa z2 I eos z { son Zg).
Poniendo aquí —zAy —z2 en lugar de zk y z2 y aplicando las
relaciones (3.0:3), resulta:
eos (2| 4" z¡¡) i se 11(Z| 4" z^) —
—(eos Z| eos Z2—son Zj sen z2) —i (sen zAco*s z* f eos z( sen z2).
Sumando y restando estas fórmulas término a término, obtendremos:
eos (Zj 4 Zj) —eos z, •eos z2—sen 2, •sen Zo, 1
, , „ . / (3.(>/i)
son (Zi 4Z2) —sen z, •eos Zo+coa Zj-sen z2. J
Estas fórmulas son fundamentales en la teoría de las funciones
trigonométricas. En particular, éstas contienen las denominadas
«fórmulas de reducción del urgumonto». En efecto, poniendo en
118 CAP. I I LA D E M V A B IL ID A D . LAS FUNCIONES E L E M E N T A L E S
F ia. 17
o bien
i~ -2ivt f 1 = 0, (3.7:3)
de donde
lj = w -fY w * — i ( / - 1 . 2 ) (3.7:4)
(ante la raíz cuadrada no ponemos el signo doblo, puesto quo esta
raíz misma posee dos valores). Evidentemente, el producto de los
números t% y U es igual a 1, por lo cual cada uno de ellos os distinto
de cero. Designando uno do estos mediante x y el otro mediante —,
obtenemos de (3.7:2) dos ecuaciones para determinar z:
oxp(íz) T(¥=0) y c x p (< z )-i-(=*=(>). (3.7:5)
Según el ap. 3.3, cada una de oslas ecuaciones posee infinitas
soluciones, que se expresan según la fórmula (3.5:2)
iz' ■= In | x | —i Arg t
y
iz” - in | Y | —i Arg Y = —(lo | t|- |- i Argx),
o bien.
z' = Argx—¿ ln |x | y ——(Argx — ¿ ln |x |), (3.7:6)
Hemos obtenido dos conjuntos infinitos de puntos, situados sobre
el par de rectas y = ± In | x |, paralelas al oje real. En cada una
de éstas los puntos vecinos z \ respectivamente zw, están situados
122 CAP. II LA DEIUVADIL1DAD. LAS PUNGIONOS ELEMENTALES
a la distancia 2ji unos do otros; además, para cada punto z't situado
e n la recta y — — ln | t |, existe en la otra recta y = ln | t | un
punto z" simétrico con z' respecto del origen de coordenadas (véase
la fig. 18, donde | t | < 1). Cuando w = rfc 1 las raíces t y i do
la ecuación (3.7:3) son iguales a ± 1. En este caso, ambas rectas se
confunden con el oje real y los dos conjuntos de puntos z' y zwtam
bién coinciden.
Resumiendo, la ecuación (3.7:1) siempre posee soluciones y el
conjunto de las soluciones siempre es infinito. De aquí se deduce,
en primer lugar, que la función w — eos z transforma el plauo finito
y¡ (*>
Z-2 f .', ¿ó Z>'
/ . -ln \r[
7 \> -^ i
k k Z-T Z-2
FIG. 18
valos de la forma (Am, (le -}- 1) n). El caso reprosoutado en la fig. 21,
que se caracteriza por que la base de la franja, al hacer la iransfor
(I)= 0 -
Si se aLribuyo a cada raí/, de la ecuación (4.1:3) el mismo orden
de multiplicidad que tiene esta misma raíz en la ecuación (4.1:4),
se puede afirmar, según lo anterior, que el numero total de raíces
de la ecuación (4.1:3), igual al número de ceros de la función F (z) =
= - ^ » tiene que coincidir con ol orden do esta última.
Poro, si n ;> /íí, el grado del polinomio P (z) — AQ (z) es igual a n
y, por consiguiente, el orden de la función F (z) también es igual
a n t es decir, coincide con ol orden de la función / (z). Cuando n =* m,
ol grado del polinomio P (z) — AQ (z) no es superior a n%y como el
grado del polinomio Q (z) es igual a n, el orden do la función F (z)
es igual a n, o sea, de nuevo coincide con el orden do la función
/ (z). Finalmente, si n <; m, el grado del polinomio P (z) — AQ (z)
es igual a m (A 0), y corno el grado del polinomio Q (z) también
es igual a w, el orden do la función F (z) es igual a m. Por consi
guiente, en este caso, el orden de la función F (z) también coincide
con el orden de la función / (z). Resumiendo, en todos los casos, los
órdenes de las funciones / (z) y F (z) son iguales, de donde se deduco
que el número total de raíces de la ecuación (4.1:3) en el plano ampliado
es igual para todos los valores A y coincide con el orden N de la jun
ción f (z).
Queda revelado, pues, que la conocida propiedad de los polino
mios de tomar cualquier valor A en un mismo númoro de puntos del
planu, igual al grado del polinomio, so extiende a cualquier función
racional sustituyendo el grado por el orden.
9»
132 C A P I I L A D E R IV A D IL 1 D A D . LA S F U N C IO N E S E L E M E N T A L E S
representémosla de la forma
_ a , be — atl
W c 1 c { ú Z -|- d )
Pongamos
m = Lj (z) = cz - d, 23 —A (z,) = —
y
w = Lr z (z,) a H1-----
/ v= — f,c—-— zj-,
entonces L(z) se escribirá en forma del producto de tres trans
formaciones:
Resolvamos la ecuación
CZ+ d, '
f 4. FUNCION HOMOORAFICA 141
c « —-2
^ue ser ig
a
1 - c *:t —
’3—*2
obtenemos:
m'
1.
de donde
w ~ A (z) * ~ z\ . z3
— zi
«—^2 23—z2
Esta es la función homográfica buscada, que hace corresponder
a los puntos zit z2 y z3 los puntos 0, oo y 1, respectivamente.
Supongamos ahora que u>i, w2 y w3 son unos puntos finitos arbi
trarios (distintos) y que w — L (z) es la transformación homográfica
que satisface a las condiciones:
L{z%
)^w u L ( z2) = w 2 y />(z3) = U'0.
Según lo domostrado, la función £ = A| (w) = ha
ce corresponder a los puntos irj, wz y w3 los puntos 0, oo y 1.
Debido a esto, la función AXL (z) hace corresponder a los puntos
Z|, z2 y za los puntos 0, oo y 1, es decir,
A1¿(2) = A ( 2 ) = ^ i 2;>—gj
z2’
De la relación
At¿-= A
so deduce que
A :l (A,L) = A71A.
$ i . FUNCION HOMOORAF1CA 143
o sea,
L — A~'A
(puesto que A 7 1 (A ,L ) = (A ^ A ,) L = UL = L).
Esta últim a rolación resuelve el problema, ya que las trans
formaciones A y Aj son conocidas:
A® = ’i A — » l . * 3
— UH
I—z2 z3 2 1^ ¿— * U>3—W2
Por cierto, para el estudio de la transformación w = L (2) es
mejor u tilizar directamente la relación:
A i L (2 ) = A (z),
de donde, después de su stitu ir L (z) por w, se deduce que:
A, (u>) = A (z),
o bien,
w\ _ ;ga—-1 _ (4.4:1)
M»— U>2 ’ « ’j — E0¿ z — Zo *^3 — ^ 2 ' \ ' */
¿_Z2 Z3—¿2
y se pasa al límite para
144 CAP. I I LA D E R IV A B 2L 1D A D . LAS FU N C IO N ES E L E M E N T A L E S
on una recta o circunferencia T'. Pero y pa9a por los punios zj, z2 y
z3; por lo tanto, T' posa por los puntos wtí w2 y w3, y como por tres
puntos no se pueden trazar dos roctas o circunferencias distintas,
T' coincido con T. Así, pues, w = L (2) satisface a todas las condi
ciones de la proposición enunciada.
Tome mas de nuevo unas rectas o circunferencias arbitrarias y
y T (distintas o coincidentes) y sea g una de las dos rogiones limi
tadas por la línea y, y Gt una de las dos regiones limitadas por la
línea É. Evidentemente), tanto una como la otra pueden ser un semi
pleno, el interior de una circunferoncia o el exterior de uua circun
ferencia. Elijamos una terna arbitraria de puutos z2 y z3 situados
las imágenes de los puntos del segmento 6). Pero, según el ap. 4.3,
L (g) es una do las regiones cuya frontera coincide con la imagen
de la frontera de la región g, es decir, con r = L (y). Como solamen
te hay dos regiones de éstas y una do ellas, G%contiene las imágenes
de los puntos de la región g, ésa es la imagen buscada de esta región g:
G~L{g). , ^
Aclaremos lo expuesto con un ejemplo. Supongamos que hay que
transformar conformemente ol seiniplano superior y > 0 en el
interior del círculo unidnd.
Para resolver el problema hagamos, por ejemplo, z± = —1,
= 0 y z3 = 1, de modo que el semipleno quede a la izquierda del,
observador que vaya por el eje real en la dirección de z¡ a z3 pasando
por z2, y elegimos también en la circunferencia unidad tres puntos:
u>Ay w2 y u>3, de modo que el interior del círculo quede a la izquierda
del observador que vaya por la circunferencia en la dirección de
W\ a w3 pasando por w2. Para mayor soncillez, se pueden tomar:
Wi = 1, w2 — i y Wz — —1. Entonces, la transformación liomogrú-
fica que cumple las condiciones Wj = L (zj) (j = 1, 2, 3), será
la buscada. Esta puede expresarse en la forma
u>— 1 . — 1 ~ l s + i . 1+ 1
w—i ¿ - * i
o bien
z = a J R -T=rB-x= L(U!)’
la cual a los puntos del eje real w t = —1, w 2 — 0 y w 2 = 1 hace
corresponder los puntos de la circunferencia T: zt = a — iR, z2 =
= a «+- R y 23 = a iR y, por consiguiente, transforma el eje
real en I \ La transformación inversa w = I r 1 (z) transforma T en
el eje real y a cada par de puntos 2 y z*, simétricos respecto de I \
hace corresponder un par de puntos w y w * %simétricos respecto del
eje real. Como w y w* se expresan por números complejos conjugados:
w = t y w* = I, se tieno, 2 — a — R \ o bien, z — a = R —
1—íi - i + í*
y z* — a = R . Multiplicando término a término estas dos
últimas relaciones, obtenemos:
(z— a) (z* — a) = R 2
CAP- II LA DKR1VAB1LIDAD. LAS PUNCIONES ELEMENTALES
o sea
(4.0:2)
z—a
De aquí se deduce: primero, que
Arg (z+— fl)= —Arg (z —a) a Arg (z — a)
y, segundo, que
| z* —a (|z —a | = 7?4.
Por consiguiente, los puntos 2 * y z están situados en un mismo rayo
que parte del centro de la circunferencia y se encuentran a tales
distancias del centro que ol producto de estas distancias es igual
al cuadrado del radio. Por estas dos condiciones, o lo que es lo mismo,
por la fórmula (4.6:2), se determina completamente la posición de
uno de los puntos z, z* siendo dado el otro, es decir, so detormiua la
transformación de inversión respecto de la circunferencia | z — a |=
= R.
De las igualdades (4.6:1) o (4.6:2) se deduce que la transformación
general de simetría se reduce a la realización consecutiva de una trans
formación lineal (entera o fraccionarla) y una transformación de sime
tría respecto del efe real.
Así. por ejemplo, la transformación de simetría rospecto de una
recta puedo expresarse en la forma:
Zl = a d -e -2i0(z —a) y z* = zit (4.0:1')
y la transformación de simetría respecto de una circunferencia,
en la forma
(4.6:2')
Como la transformación linoal es conforme y posee la propiedad
homocíclicn, y la transformación do simetría respecto del oje real
posee las mismas propiedades con la única diferencia de que, con
servando las magnjtudas de los ángulos, so cambian sus sentidos por
los opuestos, la transformación de simetría en el caso más general
posee también las propiedades indicadas. Precisamente, ésta es una
transformación conforme de segundo género y transforma las rectas
y circunferencias en rectas o circunferencias.
4.7. ilustremos con dos ejemplos la aplicación do la propiedad
de conservación de la simetría en las transformaciones homográficas.
E j e m p l o 1. Transformar conformemente el scmipluno supe
rior on el interior del círculo | | C 7? de modo que a un punto dado
del semiplano le corresponda ol centro del círculo: w = 0.
La función buscada, si existe, se anula para z — a : L (a) — 0.
Así, pues, ya conocemos ol cero z — a de la función L (z). Pero el
5 4 FUNCION HOMOORAFICA 151
I x—a l j x— a |
Hemos oblen id o que las imágenes de todos los puntos del eje real
están situados en la circunferencia | w | = | X |, de donde, en virtud
de la propiedad liomocíclica, se deduce que la imagen del eje real
es esta circunferencia.
Para obtener la transformación del somiplano en un círculo de
radio R se debe tomar | X | “ R. Queda indeterminado todavía el
argumento del número X. El significado geométrico de esta inde
terminación es completamente claro. El paso en la fórmula (4.7:1)
de un valor X a otro manteniendo invariable el módulo | X | « R
equivalo a la variación de los argumentos de todos los puntos en una
misma magnitud, es decir, a la rotación del círculo alrededor de su
centro w = 0. En tal rotación, el círculo se transforma on sí mismo,
su centro se mantiene en su sitio, y no se infringen las condiciones
del problema.
Si se quiere que el problema planteado posea solución única, es
necesario introducir una condición complementaria. Se puede exigir,
por ejemplo, que:
a) un punto dado del eje real x = so transforme en el punto
u' = 7? de la circunferencia, o
b) la derivada V (a) sea un número real positivo (geométrica
mente esto significa que las tangentes a las curvas que pasan por el
punto a no tienen que cambiar la inclinación al hacer la transfor
mación).
152 CAP. II LA DER1VABIL1DAD- LAS FUNCIONES ELEMENTALES
Por lo tonto,
(4.7:4)
se tione:
(4.7:6)
154 CAP. II LA DKRIVABILIDAD. LAS PUNCIONES ELEM ENTALES
<z) ‘
Fácilm ente se obsorva que, eligiendo vil la fórm ula (4.8:1) a y p de todas
las m aneras posibles, conservando Las condiciones | a | < /?, | p | = i?2,
o 1)lorio ¡nos toa&s las transform aciones hom ográficas posiblos dol circulo K
en sí mismo. En efecto, si w = L (z) es una do ellas, entonces ésta transform a
algún punto dol círculo z = a en su centro y, por consiguiente, según el ap. 4.7
Meno quo tener la forma (4.8:1).
Si Ai y A2 son dos transform aciones del círculo K en si mismo, su producto
A — Ai As posee la misma propiedad; del mismo modo, la transform ación
inversa a una cualquiera de las transform aciones (4.8:1) transform a el círculo K
en sí mismo, o soo, es una transform ación de la forma (4.8:1). De aquí se deduce
que todas las trunsfonnacionos posibles do la forma (4.8:1) (estando fijado
R ;> 0) forman un grupo. Designémoslo m ediante T\ éste es un subgrupo del
grupo de todas Las transform aciones homográficas. El grupo T adm ite una
interpretación geométrico adm irable; precisam ente se puede considerar como
i‘ l g r u p o d e l o s m o v i m i e n t o s d e l p l a n o e n l a g e o
metría de L o b a c h o v s k i .
Ai interior del círculo K lo llam arem os p l a n o d o L o b a c h e v s k i ,
a los puntos del circulo A, p u n t o s d o L o b a c h e v s k i y a los arcos
do circunferencias o a los segmentos de rectas, pertenecientes a A y ortogonales
a la circunferencia V: \ z | = R%r o c t a s d o L o b a c h o v s k i, o bien,
abreviadam ente: -plano, J£-puntos, «S?-rcetas. Por cierto, a continuación,
en lugar de j?-p u n to airem os sietnpro sim plem ente: punto. E stas denominaciones
quedan justificadas por el hocho de que entre el interior del círculo, sus puntos
y los arcos de circunferencias o segmentos de rectas indicados en la geom etría
de E lididos se verifican las m ism as relaciones que entre el plano, sus puntos
y rectas en la geometría do Lobachevski. Ante todo, en el X -plano se verifican
las siguiontes proposiciones (axiom as de H ilhort *)):
A x i o m a s do u n i ó n :
J|. Para cada dos puntos A y B siempre existe una J2?-recln quo pasa por
A y fí.
I2. Pura dos puntos A y B existe no más de una X -recta que pase por A
y R-
la. En cada i?-recta existen al menos dos puntos. E xisten al menos tres
punios no situados en una X -recta.
A x i o m a s de o r d e n :
TIi. Si j4, B y C son puntos de una J£-recta y B está situado entre A y C.
entonces B tam bién esté situado ontre C y A .
l í a - Si A y C son puntos do una j?-recta, existo al menos n n punto B tal.
ijuo C está situado entre A y //.
punto A 't siempre so puede hallar un punto B ' , y sólo uno, tal que ol segmenta
A'B ' sea Jg-congruonto al sogmonto AB.
I l l2. Si AD' = A 'B ' y AB m A ”B~. entonces A B' a A mB".
111a. Sean AB y BC dos segmentos de una Jg-recta a sin puntos interiores
comunes; senil luego A 'B ' y B'C* dos segmentos do esta misma o de otra Jg-recta
a , también sin puntos interiores comunes. Si en estas condiciones, AB s A 'B '
y BC 3 B'C', ontonces también AC m A'C'.
Antes de enunciar los otros dos axiomas de congruencia, demostremos los
axiomas que acabamos de formular.
Aludiendo a la demostración del axioma 11 Ilt designemos mediante C
uno do loa extremos del arco de circunferencia (o del segmento de meta) que
represéntala Jg-rccta a. Según ol ap. 4.7 so puede hallar una transformación del
círculo K on si mismo do modo quo lleve el punto A al centro O del círculo K
y ol punto C al punto R do la circunferencia F de este círculo (fig. 25). Como*
resultado, obtonemos un Jg-raovimiento L que transforma a en la Jg-recta d,
representada por ol diámetro del circulo situado en el eje real, y a la Jg-semi-
rrocta AC, on la ^-semirrecta OR.
Si AC contenía al segmento AB, la imagen B t = L {B) del punto B estará
situada en OR. Sefialemos on la Jg-recta a la semirrecta A'C' que ostá situada
hacia ol lado dado de A'. Sea L' ei Jg-mov imiento que transforma a' en d y
A'C' on OR, y sea B' el punto de la Jg-recta a* para el cual V (B1) *■ B t . Enton
ces, evidentemente, ol ¿-sogmonto A'B' estera situado en a' hacia el lado dado
de A ' y el Jg-mov imiento L~lL' transformará a7 en a y el segmento A 'B en AB-
Hay que demostrar también quo B ‘ es el único punto que satisface a las
condiciones del axioma. Pero, en cfocto, suponiendo que existióse otro punto
más Bm, situado en la semirrecta A 'C ' y tal quo el segmento A 'B ' fuese con
gruente a AB, existiría en la semirrecta OR un punto B2 ^ Bt (Bz = L' (£*)>
tal quo OBx = OBt. Do aquí, según la definición, so deduciría que existe un
§ 4. G E O M ETR IA DE LOBACHEVSKI 157
«ff-mov i miento A tai que OBz ■» A (OBi). (La consideración del conjunto
O B i%simétrico a 0 B Z respecto de) eje rea), es aquí superfina, puesto que OBz
coincide con OBz). Esto significaría quo w = A (i) soda una transformación dol
círculo K en sí mismo ta), que el segmento rectilíneo OB, se transformaría en
OB2 y, por consiguiente, ol diámetro situado en el oje real so transformaría en
<1 mÍ9mo. A priori existen dos posibilidades:
1) que el punto O so transformo on O y B% en B z\ entonces [según la fórmula
(4 8:1), donde a = 0 1 A (z) tiene que tener la forma
u>-*A(z) —^ - z ,
ángulo (A, k) tiono quo ser igual a lu suma de las medidas do los ángulos (A, l)
y (l, k) para cualquior semirrecta l quo parla del vértice del ángulo y estécon-
tonida dentro del ángulo.
El problema do la medida de loa ángulos se resuelve con una facilidad cu
ticular. Por medida del -ángulo (A, k) se toma la medida euclídea del ángulo
formado por los arcos de las circunferencias que ropresentan h y k. Evidente
mente, on esto caso se cumplen las condioionos 1 y I í 1 ; en lo que se refiere a la
condición I!f ésta también so cumple debido a la conservación de las magnitudes
do los ángulos en los ^-movimientos.
Consideremos ahora ln medida de los segmentos. La longitud euclídea del
arco de la circunferencia que representa el segmento AB también satisface a las
condiciones 1 y TU. Sin embarco, ésta no satisface a la condición 11, p u e s t o q u e
lo» ^-movimientos fa excepción de la rotación alrededor del punto O y r í e ln
transformación de simetría respecto del diámetro) hacen variar la longitud
euclídea. Para hallur una medida que satisfaga a lodus las tros c o n d i c i o n e s ,
apliquemos lu invariabilidad on los ¿'•movimientos do la razón doble de c u a t r o
puntos situados en cualquier recta o circunferencia euclídea.
Sean a y 6 los afijos de los extremos del segmento AB y sean a y (5 los
afijos de los extremos del arco de circunferencia que lleva este segmento. Elijamos
las designaciones para estos dos últimos puntos do modo que los cuatro puntos:
a, p, a y ó se sitúen on el arco de la circunferencia en el orden a, a, b y p. En
el -movimiento los puntos a, a, b y P se transformarán en nuevos p u n t o s :
a ', a \ b' y p \ ademas, los puntos a ' y P' so quedarán en la circunferencia
y no se alterará el orden relativo de los puntos a ', a \ b' y P' en el arco, en
el quo 9 e transformará ol arco inicial. No variará tampoco la razón doble (a, p.
— a a— a
6, a ) = bb— Demostremos que éste es un número positivo mayor
p * a-
que la unidad. Con este fin, hagamos coincidir, mediante un «^-movimiento,
la J£-recla quo Lleva el segmento AB con el diámetro d situado en el eje mol,
de modo que el punto a se traslade al punto O. Supongamos que, en esto cuso,
el punto a se transforma en R, entonces P se transformará en —R y el punto ó,
on un punto b' tal, quo 0 > bf >■ — R (esto último es consecuencia de la con
scrvaciónde la posición relativa de los puntos do la «S?-rcctacn el «S£-movimien-
to). Obtendremos: (a. p, b. a) = (« , - / ? , b \ 0) =
= jj, > 1, como so quería demostrar. Por lo tanto, la razón dóblela, p,
0. u) como medida del segmento AB poseo las propiedades I y II. No obstante,
fácilmente se observa quo no posee la propiedad aditiva 111. En efecto, pura
un punto C do afijo <r, perteneciente a AB, so tiene:
/ Ü x c — a a — a . 0 , . ó—a e—a
«x. P. *. : — p . (a. P. *. e - p r p : ~ {j
y por consiguiente
(a, P, ó, o)
b— a a — a / f - a a— g \ / b— a c — a ^
í - p : tí~ p " " l c - p : a- pj U - p : 7 ^ p r "
- ( a , P, e, «)-ía. P, ó, c),
o sos, la razón doblo (a, p. b, a) no es igual a la surna do las razones dobles
(a, p, e, a) y (a, p, ó, r), sino a su producto (que. por lo general, no es igual
a la suma).
Pero ahora está claro que se satisfacen todas las condiciones que se exigen
para la medida si se loma por longitud del segmento el logaritmo do la razón
UM) CAP. II LA DEHIVADILIDAD. LAS PUNCIONES ELEMENTALES
<lohle: ln (a, 0, 6 , a). En efecto, como (a, (5, 6 , a) > 1 , se tiene ln (a, 0, b, «)>
> 0. Por otra parte, ln (a, 0, a) no varía en los J£-movimiontos, pues esto
se cumple para (a, 0, 6 , a). Finalmente, para cualquier punto C perteneciente
al segmento Ai?, so tiene:
ln(a, p, 6 , a) = )n(a, 0 , c, a)-fln(cc, P, b, c).
Obsérvese que on nuestra definición de Jf-longitud de) segmento A B (o.
Jo quo es lo mismo, de Jg?-di$tancia entre los puntos A y B) los puntos do ln cir
cunferencia se pueden considerar como puntos del infinito del X -plan o, En efecto,
fijando on la J£-recta un punto A (a), hacomos al punto B {b) aproximarse
indefinidamente a p (o fijando 2?, hacemos que A se aproxime indefinidamente
a —a
a a). Entonces ln razón doblo (at p, ó, a) crecerá indoíini-
damonlo y, por consiguiente, la ¿^-longitud del segmento AB: ln (a, P, b, a)
(tenderá hacia -hoo.
Continuando la verificación do los sistemas de axiomas de Hilbert para
nuestro modelo de geometría de Lobachevski, omitimos por ahora el IV grupo
de axiomas (el axioma de paralelismo), pasando inmodiataroonto al último,
V grupo do a x i o m a s d e c o n t i n u i d a d .
V| (a x i o m a d e A r q u i m e d e s). Sea A t un punto cualquiera de
una Jff-recta, situado entre unos puntos A y B arbitran amento dados; tracemos
•los puntos A2 , As, A4, • • . do modo que el punto A x esté situado entre A y
A 2 , A 2 entro A x y A3, As entre A¿ y A4« etc. y además, que los segmentos A Ai,
A jA2, A 2A 3, A3 A4, . . . sean congruentes entre sí; entonces en la serie de pun
tos At, Á3 , Ait . . . siempre existe un punto An tal, que el punto B está situado
■entre A y An.
Para convoncorso de que este axioma es justo es suficiente observar que,
•on virtud do las propiedades II y 11T de la medida, la longitud del segmento
AAn os igual al producto de la longitud del segmento A A t por n. Por consiguien
te, la longitud ael segmento AAn crece indefinidamente junto con n y el punto
An tiende hacia uno do los extremos del arco que reprosonta la X -recta. Como
el punto B ostá situado entro A y este extremo, resulta que comenzando desde
cierto n en adelante ésto quedara sitando ontre A y An.
Como segundo axioma de continuidad, en lugar del axioma de Hilberl
do plenitud, tomaremos el axioma de continuidad de Cantor.
V2. Si on una X -recta existen dos sucesiones de puntos A ÍT A2t . . .. An,
. . . y 2 ?t, if2, . . ., Bni . . . tales que, cualesquiera quo sean p y q, Bq está
situado entro Ap y B» _i, y Ap entre Bq y Ap entonces en esta J£-recta existe
ai menos un punto C situado entre Ap y Bq para cualesquiera p y q.
Considerando esta proposición como un toorcma do la gooraotría ouelidea,
que expresa una propiodad dol arco do circunferencia que representa a nuestra
¿-recta, nos convencemos inmediatamente do 9u justeza.
Hasta ahora observábamos una semejanza completa do las dos geometrías:
la geomotría de Euclfdos y la de Lobachevski. Esta semejanza so expresaba on
quo todos los axiomas de unión (relativos a la geometría plana), orden de con
gruencia y continuidad se formulaban ignalmento on estas geometrías. De aquí
so deduce que todos los teoremas do la geometría ouelidea son válidos también
en la geometría de Lobachevski. La diferencia entre las dos geometrías se ma
nifiesta solamente al considorar los axiomas del IV grupo de la geometría eucli-
doa, procisamonto, el a x i o m a d o p a r a l e l i s m o . Este no se cumple
en la geometría de Lobachevski. Aquí, por cada punto A del X -p la n o , no situado
en la X-recta dada a , se puede trazar un conjunto infinito de X-rectas distintas
ue no tengan puntos comunes con a. Esta proposición queda clara con solo mirar
? afig. 28. Aquí, por el punto A se han trazado dos arcos Aa y AP, ortogonales
* la circunferencia J\ de modo quo cada uno de ellos posee un extremo común
i 4. GEOMETRIA DB LOBAC11EVSKI 1(M
FIG. 28 FIG. 29
PIG. 30
hallando la suma do todos los ángulos de estos últimos. Como tiene que resultar
un número menor quo 2n, do aqui obtenemos do nuevo una contradicción.
Resumiendo, como resultado de los -^-movimientos señalados, los X -
triángulos A B C y A \B XCX tienen quo coincidir, es decir, son congruentes.
Para la construcción do la geometría de L obachevski tiene gran importancia
el denominado á n g u l o d e p a r a l e l i s m o . Sea a una ¿?-rocta y A
un punto fuera de ella. Tracemos por A dos ^-p aralelas a a y una J£-porpendi-
cular a a (fig. 31). Las paralelas forman con esta perpendicular dos ángulos
en el punto A . Estos ángulos se llaman ángulos de paralelismo y dependen sola
mente de la -distancia del punto A hasta la J£-TOcta a (esta distancia se mide
por la ¿^-longitud ó de la perpendicular A B bajada de A a a). Para estudiar
el ángulo de paralelismo como función de ó —esta función 90 designa mediante
n (ó) — aplíquomos el ^-m ovim iento que lleva la ¿?-recta perpendicular a a
al diámetro d de modo quo el punto A se transforme en el punto A ' ■= O (fig. 32).
Entonces las .g-naralelas a a se transformarán en los radios de la circunferencia.
Do ln simetría del dibujo se observa la igualdad de los ángulos entre las J5-
paralelas y la perpendicular A 'B '.
Designemos mediante b' ol afijo dei punto B ' y sea, para fijar ideas, 6' > 0.
Entoncos, para la -distancia del punto A ' hasta la recta a', tendromos:
C= l n ( —i, 1, b’, 0 ) = U n ( * + J •
$ 4. GEOMETRIA DE LOBACHtSVSKI m
do dondo
1± ± / y b'
e « -i
i-b ‘
Tracemos por el punto fl' Ja tangente a la circunferencia unidad hasta su
Intersección con ol eje real en ol punto C \ Evidentemente, C’ será el centro do
la circunferencia cuyo arco representa lo X -recta n \ y C*jy p, su radio.
—y* 1 __
26' cb_c-6 sh 6 *
2
donde alió es el seno hiperbólico de ó. Definitivamente, del triangulo A ’$'C
hallamos:
n(4)-«retgfi^f-«K lgi¿í .
De aquí se deduce que el ángulo do paralelismo II (ó) está comprendido
entre 0 y :
La fórmula que acabamos de deducir para fl (ó) es básica para toda la geo
metría do Lobachevski.
Aquí no vamos a desarrollar más la geometría do Lobachevski, recomendan
do al lector que lea obras especiales +).
4.9. Entre las funciones racionales de grado superior al primero,
en el ap. 3.3 estudiamos la función de la forma w =* (z — a)n, donde
n es un numero natural (n > 1).
Detengámonos también en la función w = ~ (2 + = X(z),
que frecuentemente aparece en la resolución de diversos problemas.
Por todas las aplicaciones de esta función que N. Joukowski halló
para la aeromccánica (véase el cap. V)f se llama f u n c i ó n d e
J oukowski.
Evidentemente, ésta es una función de segundo orden
que satisface a la condición X(z) = X (-i-) . De aquí se deduce que cada
punto del plano w tieno en la transformación w = X (z) dos (no
más de dos) proimágenes Zj y z3, ligadas por la relación zLz2 =* 1. Si
una do éstas pertenece al interior del círculo unidad, la otra per
tenece a su exterior y viceversa. Por consiguiente, los conjuntos
de valores w — X (z) que se toman en el interior y en el exterior del
círculo unidad, tienen que ser iguales. Demostremos que la función
w a X (z), siendo continua (en el sentido genoralizado) en el dominio
| z | ^ 1 (o | z | > 1) y tomando distintos valores eu los puntos del
recinto | z | < 1 (o | z \ > 1), transforma biunívoca y continua
mente el recinto | z | <C 1 (o | z | > 1) en cierto recinto G del pla
no w. Para hallar la frontera T de esto recinto hay que hallar la ima
gen de la circunferencia unidad y : \ z | = 1. Pero, si
z = í»u f 0 < f < 2 n , entonces w = y (elt - | - e " u ) = co s ¿ (0 < ¿ < 2 n ),
entonces
W~Y [re<
<+T'e~“] =T(t+O 003 4 ( r - r) scn*
o bien
u = y (-^ -+ r) cosí, í>= —y r ) s e n í ( 0 < t< 2 n ) . (4.9:1)
Do aquí, eliminando el parámetro f, obtenemos:
V2
i —1- (4.9:2)
FIC. 33
®ss t ( * + 7 ) =M *)
obtenemos:
... t _**—2*4-1 _(*-!)* ..... *»+2 * + l (*+ !)*
w — l = ---- 5 ------------— • lü~r i --------2¡----- 2z •
de donde
w —1 t z —i \ 2
w + t ~ Vz - M / *
Fácilmente se observa que esta ecuación es equivalente a la
dada. Haciondo — —z' y —w’, hallaremos que la transfor
mación w = X(z) puede sustituirse por las siguientes:
FIO. 35
2 V Jt
F& --------• (4.10:2)
2 b# ik*
—m
Esta última expresión puedo escribirse así:
n
« o + S HaJ~ "->) cos iz + i <a¡— «-j) «en jz\
F ( í - ----- =-------------------------------------------
*0 + 2 eos fc + » sen k:\
w - m - S {t)’ ‘ = eí‘’
es decir, una función trigonométrica arbitraria es una función racio
nal de la exponencial. Evidentemente, toda función trigonométrica
es periódica, de período 2n. Por lo tanto, es suficiente estudiarla
en una franja cualquiera g: xQC x < o*0 ■+■ 2ji. En cada una de
las franjas
gh : x0 + 2á:ji J x < x0+ (2k -+- 1) n
esta función, debido a la periodicidad, tendrá un mismo comporta
miento. Supongamos que z describo la franja g (incluyendo en ella
la recta x = x0); entonces z¿ = iz describirá una franja z0 < y1 <
< aro 4- 2ji de la misma anchura 2ji, parallela al eje real. Por consi-
172 GAP. I I LA D B R IV A B IU D A D . LAS FUNCIONES ELEM EN TALES
FIG. 37
»t= V fc1 ( 0 0 S * ± S i+ Í 8 « a ± ^ ) .
Este último se obtiene de w0 mediante una rotaciói^ alrededor
del origen de coordenadas en el ángulo ; por consiguiente, el
12*
180 CAI* II LA DER1VAB1LIDAD. LAS FUNCIONT.S RLQMT5XTALIÍS
para tal punto se puede señalar un entorno del mismo que no conten
ga ningún punto ak\ entonces el recorrido a lo largo de cualquier
curva de Jordán cerrada 7, que pertenezca a este entorno y contenga
en su interior al punto £, conservará la rama elegida de nuestra función.
Así, pues, ningún punto finito 5, distinto do todos los puntos ak,
puede ser punto de ramificación para la función f (z).
Consideremos ahora un entorno tan pequeño de algún punto ah
que en él no estén contenidos otros {puntos: ait . . ak- 1%ak+u
. . ., am. Entonces, al recorrer una curva 7 que pertenezxa a este
entorno y contenga ak en su interior, el ángulo cpA variará en 2n,
mientras que los demás ángulos <pt, . . ., (ph_lt <pfc+1..........q)m,
volverán a tomar sus valores anteriores. De aquí se deduce que,
como resultado del recorrido de la curva 7, el argumento de la
expresión subradical que figura on Ja fórmula (5.3:2) variará en
2jiaÍT y por consiguiente, el radical (5.3:2) adquirirá el factor
COs Ti -1- i sen ^7*n
, que, evidentemente, es diferente de la unidad
cuando, y sólo cuando, a h no es múltiplo de n. Así, pues, cada cero
ak del polinomio P (z), cuyo orden de multiplicidad a* no sea un
número entero múltiplo de n, es un punto de ramificación de la
*) Todo esto se comprueba fácilmente en los casos más simples (por ejemplo,
cuando y es una circunferencia, una elipse o un polígono), y puede demostrarse
en ol caso más general.
184 CAP. II LA DERIVABIL1DAÜ- LAS FUNCIONES ELEMENTALES
(z)
FIG. 40
FIG. 4i
y
aa&^ exp (ap Ln q) = exp (afi In a -f 2mníaP),
donde Ar, J y m son números enteros arbitrarios, sacamos la conclu-
sión do quo entre Jos valores (a“)f* están contenidos lodos los valores
de aaP, pero en el caso general hay también otros valores- Para que
se cumpla la igualdad
desdo el valor 0 hasta oof cuando r varía desde 0 hasta oo. Expre
sando r mediante v y 0 de esta ecuación y poniéndolo en la primera
de las ecuaciones (5.7:2), obtenemos la ecuación do la imagen dol
rayo 0 =* const en la forma siguiente:
« —(i?—0) cotg0 ln , 0 < i>< oo. (5.7:3)
El lector se cerciorará fácil monte de que la ecuación (5.7:3)
ropresentn una curva, que posee la asíntota v = 0, que toda la
curva esta situada por encima de la asíntota. Si 0 < 0 ^ y , onton-
cí'S n croco desde —oo hasta oo, cuando v crece desde 0 hasta oo,
y si y < 0 < ti. entonces u crece desde —oo hasta el valor máximo
de Ln ( — £¿"e) “ *• que sc alcanza para v — 0 — tg 0, y después
decrece hasta —oo. En todos los cosos estas curvas ticnou dirigida
la convexidad hacia la derecha (fig. 44).
Consideremos a u en la ecuación (5.7:3) corno función de 0 paro
un valor fijado de v = v0 ( O < 0 < min (¿>0, jt)). Aplicando lo
s 5. FUNCIONES MULTIFORMES ELEMENTALES 205
INTEGRALES Y SERIES
DE POTENCIAS
B
- J (f [*(/). y (t)l*'(0+ ?(*<*). y(t))y' (/»*.
a
S = S * /( £ /.) ( * a +. - 2 a ) .
u=o
Cada término de esta suma es el producto del valor de / (2) en cierto
punto £* del arco ct* por la diferencia de los afijos de los puntos ini
cial y final do este arco. Introduzcamos para abreviar las siguientes
designaciones:
U (£a» tp i) — Uhy V (^A i 1]*) ~ 2-A+l x h~ Uh +i \ fh =
Entonces tendremos:
/ (Sa> " uh t **+1 ~ Vi = A** -+ iÁyh
y, por consiguiente,
n—i n—1
S = X /(£*) — 2 («*A+ it>A)(A**-^íAy») =
A—0 //—O
n-1 n—
= -M 2 j (^A^A-hWAAy*).
*-0 &-=0
del eje real, pero la función / (ar) es compleja: / (x) ~ u (ju) + iv (x),
obtenemos:
n—1
1) r fz ^ lim 2 — lim (z * —
(«a-m z0,
zh) ^ Zo)~Z —
Í IkcO
donde z0 es el punto inicial y Z, el punto final de la curva L.
En particular, si la curva L es cerrada, entonces Z = Zo y la
integral se anula:
{* -» •
n -1
/. n -1
» Vu i-'
donde L: z — a -}- r exp (W), () - < /,< 2ji, es una circunferencia
con el centro en a y de radio r, recorrida una vez en dirección posi
tiva.
Hagamos el cálculo por dos métodos distintos.
Para obtener una suma integral que sea lo más simple posible,
dividamos L en n arcos iguales por los puntos:
*o“ a + r, Z | = a + ri* x p (í--5 -) ,
n—1
S /(£ » ) (z»+1-z * ) =
*«•0
!L 8—A J „!!
Aquí Ó designa el segmento del eje real desde 0 hasta 2jt. Por lo
2.1
tanto, j dt ^ di = 2ji y, finalmente,
t> i!
J *&+««!„= {J
I* K
y como las expresiones que figuran bajo los signos de las intégralos
dobles, cu virtud de las ecuaciones de D’Alembert-fíuler, se anulan,
las integrales curvilíneas examinadas también son iguales a cero.
Por esta razón es también igual a cero la integral ^ / (z) dz.
No obstante, no nos quedaremos satisfechos con el resultado
obtenido y nos dedicaremos a domostrar el teorema de Cauchy en
la forma que se enunció anteriormente, es decir, sin exigir ni que
la derivada de / (2) sea continua, ni que la curva L sea do Jordán
y lisa a trozos.
2.2. L e ni a. Si F (z) es una función continua en un recinto G,
y T es alguna curva rectificable situada en este recinto, entonces para
cualquier e ;> 0 puede asignarse un ó tal, que para cada partición
de la curva F en arcos de longitud menor que ó, la poligonal respectiva
inscrita y estará contenida en el recinto G, y la diferencia entre las
integrales ^ F {z) dz y J F (z) dz será en su valor absoluto menor
v v
que t:
| J F (2) dz— Ij F (z) dz | < e.
r v
D e m o s t r a c i ó n . En virtud de la proposición h) del ap. 4.5
del primer capítulo, en el recinto G se puede señalar un conjunto-
acotado y cerrado E, para el cual Lodos los puntos de la curva T
■218 CAP- III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
HIG. 45
lia] lando ahora la integral do la función / (2) -—/ (£) —/' (£) (z— £)
a lo largo de la línea cerrada ¿ n, resulta:
J l / (« )-/(» -/* < 0 ( * - 0 l* -
Ln
= j j(z)<)z-f{Q J & -/'< Q j z d z - Í f ' ( t ) j * - [ / ( « ) * .
Ln Ln Ln Ln La
(2.3:6)
Aquí hemos aplicado el hecho de que las integrales \ dz y \ zdz
L í
son iguales a cero (véase los ejemplos 1) y 2) del ap. 1.3). Por consi
guiente, en virtud de (2.3:6), (2.3:5) y de la de igualdad (1.3:5),
obtenemos:
| ¡ í / ( * ) - / ( » - / ' (C)(«T 01
Ln La
= e --^ r-e £ . (2.3:7)
Como complemento a la desigualdad (2.3:3), donde los números
se acotaban superiormente por el módulo de la integral sobro
¿ n, hemos conseguido obtener la desigualdad (2.3:7), donde esto
módulo se acota superiormente por los números e - ^ . Confrontando
las desigualdades (2.3:3) y (2.3:7), deducimos que
A f<
o bien, haciendo a e tender a coro:
M < 0.
Pero M 110 puede ser menor que cero. Por consiguiente,
%
M —J £ / (2 ) dz| = 0,
0 120
A A A A A o j a d a • . -4n-1 Ao A q /i2 A j. . . A n -1Ao
(yo que, por lo demostrado, j = 0). Vemos, pues, que la iole-
AqAxAi Ao
gral sobre el conlomo de un polígono convexo de n lados resolta
ser igual a la integral sobre el contorno de un polígono convexo do
n — 1 lados. De aquí, reiterando este razonamiento unas cuantas
veces, sacamos la conclusión de que esta integral es igual a la inte
gral sobro el contorno del triángulo A 0An^2An^i%es decir, es igual
a cero. Por lo tanto, el teorema queda demostrado también par»
un polígono convexo arbitrario.
Examinemos el caso en que L sea una poligonal cerrada arbi
traria, que no se corte consigo misma y sea recorrida una sola vez.
De las hipótesis hechas se deduce que ésta es una curva de Jordán;
por esta razón se puede hablar do su interior que, como el recinto G
es simplemente conoxo, tiene que pertenecer o G. Demostremos que
el interior de la poligonal L puedo descomponerse en polígonos
convexos. Con este íin, observemos que un polígono convexo se
224 CAV. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
caracteriza por completo con que cada uno de sus lados puede pro
longarse en línea recta por cualquiera de sus dos vértices respectivos,
sin caer on esta prolongación en el interior del polígono. Por el
contrario, entre los lados de un polígono no convexo tiene que haber
alguno cuya prolongación caiga en el interior del polígono. Prolon
guemos cada uno de tales lados de uno o de los dos métodos posibles
dentro do L hasta que nos encontremos de nuevo con L*(i\g. 47).
De osta manera, el polígono inicial quedará descompuesto en un
número finito de polígonos, cada uno de los cuales será convexo
/
¿
no. 4&
Si
n ir
O X \ \ ~ ‘ t
A (-X ) 0 B (+ R rx
FÍO. 49 FIG. 50
F (%) = <p [/ (z)|, donde f (z) = iz* y <p (?) = De aquí, según
las reglas do derivación de una función compuesta, se deduce que
F (z) es derivable en todo el plano y = 2izeu*. Por consi-
guiónto, puede aplicarse el teorema integral de Cauchy.
Tomemos por circuito de integración la linea L de la fig. 49.
Esta consta del segmento OA del semieje positivo, de longitud R
(R es un número positivo arbitrario), del arco AB de la circunferen
cia de radio R con el centro en el origen de coordenadas y dol segmento
BO de la bisectriz del primer ángulo coordenado. Por lo tanto, el
ángulo AOB es igual a . Debido al teorema integral de Cauchy,
la integral ^ es igual a cero:
í
f ( e<t*d£-t- j e^dCH- J =
L OA ABDO
Pero ? en OA es igual al número real £, por lo cual, d? = d | y
230 CAP. r n INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
En AR, £ = /? (eos qp-{ / sen q>), donde q> varía desde 0 hasta ,
por lo cual
^ R* (eos 2<p | i sen 2qp) (0 < 2 q )< -^ J ,
di R ( —sen qp 1eos qp) d<p ~ iR (eos qp+ i sen qp) dqp
y
SI
J 2 (/2) = ^ di = | exp (ítf* (eos 2<p+ i sen 2qp)] iR (eos <p-(- i sen <p) dqp.
Ali ü
Finalmente, en ¡SO, $ —p (eos 1sen -J- j , donde p varía
desde R hasta 0, por lo cual
Íz —p2 ( eos i sen -^*) = íp8» di ®- ( eos -J- t i son dp
y
u
J\ (R) — f ^ c-*># (eos -| i sen ) dp —
no r?
it n
-- — ( e o s ~ i- ¿ s e n ^ e~p%d p
e~f1* d p .
— — — (1 -| ¿) (
h c
Al hacer crecer indefinidamente a R , J¿(R) tenderá al límite
_ «y, ^__ r/ t__
— — (1 -f 0 ^ — pue s t o q u e ^ dp=— ^
o o
*') En efecto,
n h
(a)
\.w el cuadrad'» ron t>l centro cu el origen de r.<< rdcnodiis, cuyos Jados,
de longitud a 27?, son paralelos a los ejes (le <*•«ordenadas, inveníamos un
circulo k y circunscribamos un circulo K. Entonces, como la función subin-
togral es (lositiva
k n
Jj J j fi -v-+
¿'i < dí y rfl|f
fc -U —li K
§ 2 T140(02MA INTEGHAL DE CAUCHY 231
Domos iremos que Jz(R ) —►O cuando 7?—►oo. Para esto, acote
mos el mñdtilo | (/?) |. So tiene:
7r.4
| Jt ( t t ) | < 7? ^ | oxp |/7?4 (eos 2q>-f- i süji 2«pl | • | eos 9 i son 9 1íAp.
(1
Aquí
| oxp | iíi2 (eos 2<p-|- i sen 2<p)] | = exp ( —/?2son 2<p)
y | eos 9 i sen <p| —1; debido a lo cual
n
4
| J 2(/f) | < R ( exp ( —R ’ sen 2<p) </<p.
i
Pero sen 2q> > • 2<p para O 2<p < «y *).
o b i e n , s u s t i t u y e n d o l a s c o o r d e n a d a s c a r t e s i a n a s r o e U n g u l a r e s £ y ») p o r l a s
p o la r e s p y <f y a p l i c a n d o l a f ó r m u l a ( a ) , t e n d r e m o s :
2n n It 2 ií il 1 '2
\ ^ f p c /p ch |» 4 ^ ^ <T í ^ dp dij.
<1 íi I Oü
E fe c tu a n d o la in t e g r a c ió n y e x t r a y e n d o la r a íz c u a d r a d u d o to d o s lo s m ie m
b r o s d e la d e s ig u a ld a d , liu íla n in s :
n
1 »,i <> 2 j « **d£ < / « ( l - f - * * * ) .
d e d o lid o
H co _
liiuu 2 j c ~ í 2 dl--= \ ñ o ^ = .
H~+
* ) IL n e f e c t o , l a f u n c i ó n } (a ) — a d e c r e c e e n e l in te r v a lo ^ 0 , 4J- J ,
p u c s L o q u e ¡“ u d o m a d a
a to s a — sen a e o s a ( a — Ig a ) . 4(
/ ' (a )
a* a* *
c u a n d o 0 « a <' n P o r e s to m is m o /(a )> -/^ -y J si o
son a Ü , o b ie n
a .*1
so n a a ^ 0 < a < - y j .
G * U d e s ig u a ld a d s e c o n v ie r t e e n ig u a ld a d p a r a a - U y a — - y .
232 GAP. I I I IN T E G R A L E S Y 8 E R IE S D E P O T EN C IA S
Por consiguiente,
n /4 exp ( —
|/ ,< / f ) |< * J e x p (—
o ---1 Ri
* i - e - R1
“ T
te donde se doduce que
lim Jz(B) = 0 .
Consideremos, finalmente,
R R
J ](/?) es £ J eos + i | sen £*
es decir,
2. La i n t e g r a l
+R
—- —e*®1 £ e~Xx* [eos (2kax) —i sen (2Xax)] dx.
Finalmente, sobre DA
5 = —R + iy (a > y > 0 )i t 2 = R 2— 2R iy — y2 y d£ = ¿dy;
231 CAP. I I I IN’TEQRAI*ES Y SER IE S DE POTENCIAS
por lo tanto
I)
j *-**■* <*C= j' oxp | — X (U* _ 2R iy — V2)! i dy =*
DA O
u
= — i j oxp 1— X(R- —y 2)\ oxp (21iiyX) dy.
o
Supongamos ahora que R crece indefinidamente. Entonces las
intégralos J 2 y «/* tenderen a coro. En efecto,
a a
| y , | < j | exp [ — X (/í2 — y»)I I j esp ( — 2¡B\y) \ dy — J «-Adw-**) ¿j,.
)> 0
Cuando R > a . t obtenemos:
a
| J-¿ | < | exp [ — X (R* — <x*)] d y = a exp í — X(R 2— ot2)J —> 0 (R —* o o ) .
obtenemos:
o sea,
+ao
1
j e-*** eos (2X.clt) d x — ] / y -
oo
3. Tin i n t e g r a l
oo
^ Cn.l S
n c
FIO. 01
] / , _ ( _ * j i.* p )|-| j [exp (ir eos tp —r sen <p) —1J d<p < jte,
o sea,
lim J k — — — ni.
r-0
J i l S . = / l + / í + / 9+/ t = o1
deducimos de ésta que: J t -\-J3= —/ s— o bien, aplicando las
•expresiones para / , y / 3 señalados anteriormente:
2.
23b CAP 111 INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
H
Designando lim f — cuya existencia hemos demostrado,.
jí-»» J fe
>1 i—>o r oo
mediante j obtenemos: 2/ J —ni, o bien,deíini-
u b u
tivamente
jT '-t-f •
2.5. liemos demostrado el teorema integral para las fundónos
analíticas en Jos recintos simplemente conexos. Fácilmente se obser
va qiio este teoroma no se extiendo sin reserva alguna para los recin
tos que no son simplemente conexos. Examinemos, por ejemplo,
la función f (z) - , derivable para cualquier z ^ (). Aquí se puedo
tomar por recinto G todo el plano finito, excluyendo del misino
el origen do coordenadas. Evidentemente, G no es un recinto sim
plemente conexo, puesto que el interior de cualquier circunferen
cia y con ol centro en el origen de coordenadas, perteneciente a G, no
pertenece completamente a G. Por otra parte ^ ^ d z — 2ni =j¿= 0
(ap. 1.3, ejemplo 3).
Sin embargo, con ciertas restricciones impuestas a las curvas,
ol teorema integral puede nplicarso también a los reciritos G que
no son simplemente conexos. Supongamos, en primer lugar, que L
es un triángulo pertonecicnte al recinto G junto con todos sus puntos
interiores. Entonces, para cualquior función / (z) uniforme y analí
tica en el recinto G (que no es simplemente) conexo) son aplicables
a la integral \ f (z) dz lodos los razonamientos del ap. 2.3, b) y,
¿
por consiguiente, ^ / (z) dz — 0. Llegaremos a la misma conclusión,
L
con referencias al ap. 2.3, c), cuando L sea una poligonal cerrada
arbitraria perteneciente a G tal, que todos los recintos poligonales
$ 2. TEOREMA INTEGRAL ÜE CA1TC1IY ’>W
FIG. 32
fe—2 fe—i
Pero para todos los puntos ¿£0, se tiene:
|/( í) —/ ( z ) |< e ;
por consiguiente,
111/< « )-/« )* |
_y-( t ) - F ( « ) _ / ( z ) i . 6 P.Ó
(sec?)
£ -* ,w l IS -* I T í^^ sT -
Como e es arbitrario, de la última desigualdad se deduce que
lira * = / (2), es decir F‘ (z) ■=/ (z),
Entonces tendremos:
<p' (z) = 0)#( z ) ~ /( z ) s ü .
ir>*
2 44 CAP. 111 INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
J f{z)dz = f ( t ) . (2.7:1)
*0
Pero esta vez la función F (z) será multiforme (puesto que sus
valores, por lo general, variarán conjuntamente con el camino de
integración). Cerciorémonos de que en cualquier recinto g simplemen
te conexo, perteneciente a G, se pueden elegir ramas uniformes y con
tinuas de la función (2.7:1), que serán en este recinto diversas primi
tivas de / (z) y, por consiguiente, se diferenciarán una de otra en
constan tes aditivas. Con este fin, fijemos uno do los valores de F(z)
en cierto punto zt f g, es decir, fijemos un camino de integración L
que una z0 y t\ en el recinto Gt e integremos después/ (z) sobre todas
las curvas rectificables / posibles, que unan dentro del recinto g
ol punto zt con lodos los punios posibles de este recinto. Obtendre
mos el valor de F (z) en la forma
f (z) = j / (z) | í(z)dz
Hagamos
j f(z)dz = <p(z).
I
Entonces tendremos una rama uniforme de la función F (z) en ol
recinto g de la forma siguiente:
* < * > = ! /(» )* + * « . (2-7:2)
t.
Entonces tendremos:
/, ±ny y y
y obtenemos:
f (z) = ln 2 ± 2nni.
Aquí n os diferente de cero; si se Loma por L alguna curva recti
ficable de J urdan cerrada del recinto G que no contenga en su interior
J1(fo
ni origen de coordenadas, entonces a la integral \ puede aplicar-
L
d z
Y
Í = 0. A sí, pues, como
dz
5— puede resultar cualquier entero m últiplo
248 CAP. m in t e g r a l e s y s e r i e s d e p o t e n c ia s
j iL = L n s (26g)-
1
Aquí vemos que todos los valores de Ln z en cualquier punto z
del recinto g puedoa obtenerse integrando la función -7- a 1° largo
de las curvas correspondientes del recinto G, que se diferencian entre
sí por la cantidad y dirección de recorridos alrededor del origen
de coordenadas.
En este ejemplo los puntas de la parte negativa del ejo real
pertenecían a la frontera del recinto g y por esta razón se excluían.
Sin embargo, en lugar del recinto g se podría haber tomado el recin
to g' cuya frontera es, por ejemplo, la parto no positiva del eje
imaginario: y ^ 0, x — 0. pudiendo repetir los razonamientos
precedentes. De nuevo obtendríamos el conjunto de ramas uniformes
z
do la integral J y • (lu0 coincide en g' con todas las ramas uniformes
i
del Ln z. En otras palabras,
z
j — = L ll2 (2 64'')-
I
En osle caso los puntos de la parte negativa del eje real serán
puntos interiores del recinto g' y no se excluyen.
liemos verificado ahora que en cualquier punto finito dol pla
no z, distinto del origon de coordenadas, todos los valores de Ln z
puerlon ohlenorso en forma de la integral do la función y , tomada
sobre cierto camino rectificable que una los puntos 1 y z. Por lo
Unto, La multiplicidad del logaritmo encuentra su significado cu la
multiplicidad de la integral, que puede tomar diferentes valores
a lo largo de distintos caminos que unan i con z.
§ 2. TEOREM A IN T E G R A L DE CAUCHY 249
A todo lo dicho hay que agregar aún que todas Jas ramas uniformes
2
}I * - ! *L + > ■ * .
donde L es una curva rectificable cerrada arbitraria del recinto G%
que pasa por el punto 1. Para obtener lo quo se afirma hay que demos-
dz
Í y , para cualquier curva rectificable cerra
i-- I
b AaH A
i
AltbC A
5 4+ í
ACcD A A D üE A A E cA
j q>M = 5
¿ vp
o bien,
¡ w - í W ' <»•**>
L vp
La fórmula (3.1:1) quedará demostrada si conseguimos verificar
la relación
j = 2m7(z). (3.1-.3)
VP
i *
/«-¿íw- vp
Como la ecuación de la circunferencia y„ es
C= z-j-pe<e (0 ^ .0 < 2 n ),
§ 3. in t e g r a l de cauchy . fo rm ulas de y . s o jo t s k i 253
<»•*«
r r
Consideremos la diferencia
J ± f _ t (i — + ( / — / Q a ~ ! - f . . . + t» + i — {„ + j ) «.
2 n íjlV'«' ÍH4-Í (/_/!)«-!
(/-A )1 “b
i'
ni h i»-*+...+r¿n+
" 2nt ¿n+a ( < _ * ) n + |
(3.2:5)
En nuestras condiciones
2 / ? > |* |= .|£ —z |> 5 , 2 / * > |í - * |H C - * 'l > & -
Supongamos que ji = max | q>(£) | y que % as la longitud de T;
r
de (3.2:5) obtenemos:
| „n>(, + * ) - ^ » ( ; > - ^ (s)| <
n l|h | (2fl)"+2(2rt)» + 3(2fl)’>+ . . . + ( n + 1 ) ( 2 « r ,
^ 2n ^ §añT3
Pero, evidentemente, el segundo miembro tiende a cero cuando
h —>0. Por consiguiente,
Jim -F<*+‘*(z):=l|>(z) = (n2ni
+ 1)1 r <Ht)¿C
h-+o h Jr (£-On+2 ’
con lo cual se termina la demostración.
Del teorema demostrado se deducen unas consecuencias impor
tantes:
a) Toda función de variable compleja, analítica en un recinto 6',
es infinitamente derivable en este recinto.
En efecto, soa / (z) una función analítica en el recinto 0\ supon
gamos que z0 es algún punto, de este recinto y que y es una circunfe
rencia con el centro en el punto z0, perteneciente al recinto G conjun
tamente con todos sus puntos situados en el interior de y .
Aplicando a / (z) y a y la fórmula integral do Cauchy, obtenemos:
J
V
¿^7^- (3.2:11)
256 CAP. I I I IN T E G R A L E S Y S E IU E S DE POTENCIAS
« = 1, 2, 3, . . . se tiene:
|r > (0) |< « ( ii +1)I.
En el caso particular, [cuando /W = -y4r7 ( esla función es
analítica en el círculo unidad, y para ella M (p)= t ^_p ) , median
te un cálculo directo obtenemos:
r , ( * ) - ÍIz ^ S fi y /"" (0 )= «!.
La importancia do las desigualdades de üauchy consiste en que
permiten señalar cotas para las derivadas do una función analítica
(no importa quo soan elevadas) basándose en el solo conocimiento
del valor máximo del módulo de la función M (p).
Fijando p < A on las desigualdades (3.2:9), escribámoslas en
la forma
my \j<n. {2) | ^ Y m Jp)
V p •
Como lirn ¥ Al (p) = l 9 de aquí so deduce que
n -» o o
ti.*., y «i p
(la notación lim designa, como ordinariamente, el límite superior
de una sucesión do números reales).
Como en esta desigualdad en lugar do p so puedo tomar cual
quier número positivo menor qno A, pasando al limito cuando
p -*■ A obtenemos:
A ^ ÍIiñ y ^ ir ^ U .< i . . (3.2:10)
Esta desigualdad, denominada d e s i g u a l d a d do C a n -
c h y - H a d a ma r d , muestra quo la magnitud A, que depende
do los valores do las derivadas de la función analítica en un punto
del recinto &, está ligada con la distancia A desde esto punto z hasta
la frontera del recinto. Esta ligazón se oxpresa en que el número A
no puedo sor grande allí dondo A os grande, es decir, donde la fron
tera del recinto de analiticidad dista mucho dol punto z. En parti
cular, para las funciones enteras, es decir, para las funciones quo
son analíticas en todo el plano, donde el único punto frontera del
recinto oatá en el oo, A = oo para cualquier punto del plano y, por
consiguiente, ~ = 0. Por esto, para las funciones onteras, en cual-
$ 3. IN T E G R A L D E C A U C H Y . F O R M U LA S D B Y . S O JO T flK I 259
TI— | Ti— I
= S I f / ' (S) d* ¡ < mnx | / ' (z) I S j t d*I <• max I / ' (*> l £•
¿— » Zj 1 i- r O Zj
17*
260 GAP. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
Por otra parte. Ja integral ^ <1>[/ (z)] / ' (z) dz puede representarse
i
n —1 *7+1
en la forma ^ ] O (/ (z)] / ' (z) dz%y, por consiguiente,
o
n—1
2 <1>(“>j) (u>Mi — Wj)— \ O) 1/(z)] / ' (z) dz =
0 7,
n —I *7+1
= S S -0>[/(2)l>/'(Z)dZ.
» t,
Con una partición del segmento [a, 0] suficientemente menuda,
todas las magnitudes
max 10> [/ (*,)]—<D[/ (a) 11
‘jm tj+ i
se pueden hacer menores que cualquier «. Haciendo luego la
notación A/ = max | / ' (z) |, obtenemos:
JL
71—1 *7*"1
tienden al límite
j <*>[/(*)]/' (3) dz,
cuando la partición del curva T disminuye indefinidamente.
De aquí se deduce la igualdad (3.2:11).
3.3. Aquí nos dedicaremos aí problema de los v a l o r e s f r o n l o r a
de la integral de tipo Cauc.hy. Los resultados fundamentales reforontes a esto
fueron obtenidos por ol matemático ruso Y. Sojotski en el año 1873 *). Esta
cuestión, en las hipótesis más generales respecto de la curva (que se supone rec
tificable) y de la función (que se supone suroable en el sentido de Lobesgue).
so estudió en los trabajos de V. Gólubiov y Priválov ••).
En las obras do Musjelishvili y su escuela so han tratado las aplicaciones
de la integral do tipo Cauchy a los problemas de mecánica y sobre todo a la
teoría de la elasticidad ***).
Supongamos primero que F (e ) = ~ ^ £ ^ - cs vnn integral de Cauchy
Entonces, en el recinto g que es interior a la curva L, F iz) coincide con f (z).
la cual es analítica en todos los puntos de un recinto G que contiene a L y a g.
Por esto, si (o es algún punto de L , ontonces F [z) — f (z) tiende al limite j (¿ )
cuando z tiende a y, por el interior do L. En el exterior a L la integral de Cauchy
so anula (véase el ap. 3.1). Por esta razón, cuando z tiendo al punto t 0 mantenién
dose un el exterior de la curva /,, la integral de Cauchy tiende al limito cero.
En resumen, para la integral de Cauchy, en cada punto de la curva L
existen valores fronlora, iguales a j (£o) por el Lntorior a L c iguales a 0 por el
exterior a L.
Consideremos ahora la integral do tipo C a u c h y bajo
Ya
o sea.
J_ f = J _ f ti h lS ..
2.1# J £—- 2jií J £ — z
AH AtD
| 3. INTEGRAL n « CAÜCIÍY. FORMULAS DE Y. SUJOTSKI 203
' 2ju J
1SSLS. ’
v
no varía si on lugar del arco Alt se oíectúa la integración sobro el arco de
la circunferencia AbB,
Así, pues, en el recinto gj so tiene:
1 (3.3:1)
2ni j
Y+AbJi
donde y' so obtiene de y eliminando ol arco A B .
Pero y' H“ AbB e® curva rectificable (que puede no ser do Jordán) y,
por consiguiente, la integral (3.3:1) es una integral do tipo C&uchy que, on
virtud del ap. 3.2, tiene quo representar una función analítica O, (i) en cualquier
enlomo del punto £ 0 que no contenga puntos de la curva y' AbB\ en ios pun
tos de este entornó que pertenecen a gi% como muestra la igualdad (3.3:1).
<T>i («) coincide con F (2 ). Por consiguiente,
lim F (;)= lim <1>, W = ® ,(w ) = 4 - \ M I S .(3.3.2)
y-rAbu
Dol mismo modo, para los puntos del rocinto gz portemos escribir:
1_ <pK)d£ (3.3:3)
F (s) = 2ju
í
donde la integral do tipo Cauchy que figura un ci segundo miembro representa
011un e n t u m o de £<, una función analítica. <t>2 (2 ) quo coincide con F (2 ) 011 los
puntos de oste e n lo m o pertenecióme» a gt .
De aquí so deduce que
lim F (2 ) = lim tf>, (s) = a >3 (£0) =
1 (3.3:4)
2jlí í 1 “ to
V'+AaB
Por lo lunto, queda demostrado que existen dos valores frontera do la
iulegral do tipo Cauchy on un punto arbitrario L> de la curva rectificable y so
han hallado sus valores (3.3:2) y (3.3:4). Uno de ellos, ol que correspondo al
caso on que z tiende a por el recinto gt contiguo al arco AB cu y hacia la
izquierda según la dirección de integración, lo llamaremos valor frontera de
la izquierda, y el otro, valor frontera do la derecha; los designaremos mediante
F¡ (to) (3.3:2) y FD (£<>) (3.3:4), respectivamente.
Do las fórmulas (3.3:2) y (3.3:4) se deduce que
Fj V(í)dí 1 f
t —r 2jií i Í-Eo *
A bÜ -A aD
Debido a las hipótesis bochas, la integral obtenida es una integral de
Cauchy, formada par a la función 9 (z) y la circunferencia C. Según la fórmula
integral de Cauchy, su valor os Igual a 9 (£<,). Resumiendo,
P i (ío )— Fd (Ío)= <P (So). (3-3:5)
que es lo quo se afirmaba.
2d4 CAP. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
1 c10¿ rtO
S -2S7 i 2'
AbB
y la fórmula (3.3:4):
o
eiOid0
,to 2'
A afí ji
2n J I £-£o
[o.üj
[O. ÜJ [a, ti
Por la hipótesis, lim - ~ ,b0 = | X' (*0) | & 0 de donde se deduce quo
s-*®o 1*—*0 I
— | > Y 1 ^ M 1 Para I te — I < P? si K — £© I > P. entonces
-— —|> « 7 -. Así. pues, 1 I e > 0 para todos los puntos £ £ y.
• “ *0 1. * , 1 8—tfol
De aqm se doduco que
b
l-ár S ti
/l>.—gp)Q
K, (¿ - \a —(a —g0
. )q
,a
a
cuando a y b-^SQ. Por lo tanto, la integral (3.4:2) es absolutamente con
vergente.
Considerando la integral de Upo Cauchy
' « - - á r JY - f S - *
representémosla en la forma
Ftz)=-—1— f ¿r-\__L_ f JLÍsSLdt (3.-'.:3).
w 2 nl J £—* 2zii ) £—x ^
V Y
y domostremos que
, ir i r s S k z s M ^ i'' (3.4:4).
i-to 2m J C— i ^
Aquí se supondrá quo z tiendo a £ 0 manteniéndose on el interior do un ángulo
arbitrario g-0, de magnitud menor quo 2 0 < n , con ol vértice en el punto £o
y cuya biseotm coincide con la normal a la curva en esto punto. El modo en
quo z tiende a £o se caracteriza diciendo que ztiends por caminos no tangentes
a y». En particular, quoda satisfecha esta condición cuando el punto z tiende
a ¿o por la normal a y. Fácilmonto so observa quo on un entorno del punto £<>
suficientemente pequeño ningún punto de la curva y cnorá en el interior do un
ángulo fijado g$9 (y tampoco en el interior del ángulo opuosto al mismo)* En
efecto, supongamos lo contrario. Entonces tiene quo oxistir una sucesión de
puntos £n = X (íft) € Y. situados en el interior de g0o (o en el interior del ángulo
opuesto al mismo) que convergorá a £0- Se puodo suponer también que (s„ )r
es convergente, es decir, que Ü m ^ = s \ de donde se deduco que lim £* =
n-fOo n-froo
m GAP. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
= X (#'). Pero, por otra parlo, lim £n = £ 0 = X ($o); como y tina curvando
n-*-oo
Jordán (y &> os distinto do sus oxtrcmos), saoamos la conclusión do que *' = <0-
Por lo tanto, las direcciones do los vectores £* — tiouon que londor a la
dirección tangente en el punto £o y, por consiguiente, todos estos vectores no
pueden quodarso on el interior del ángulo g^ .
Sea 0 un número quo satisface a la condición O < 0 < | - ; fijemos 00,
0 <: Oo < -rp y consideremos un entorno 1 1 — £o | < p tal que ningún punto
FIC. 50
ángulo opuesto al mismo), y sea go.p 1® parlo del ángulo gQ que pertenece al
•entorno indicado. Prolongando y desde el punto £ 0 on dos direcciones hasta los
primeros puntos A y 2? do intersección con la circunferencia | z — z0 | = p,
so oblicuo un arco
<rp=l*o—«'• *o+ »,,lc: v-
Evi den tómenle, para cualosqulora puutos a^lTe, p y E€<*p. tumi rumos:
\\ < co*<* (0o—0)
t -—b I
(fig. 50), por lo cual.
V
So-*
< |tet § í <p <o—«p<^o>i
(S-*) <C-£o)
Y-Op
’fi
$ 3. IN TEG RA L DE CAUCJ1Y. FORMULAS DE 7 . 8 0 J0 T S K I 267
v-»„
de donde, para todos los puntos z su Lición tomen lo próximos a £<> resulla;
<i < —. Así, pues A < e para todos los puntos a suficientemente próximos
a £o y p e r t e n e c i e n te s a # o ,p , e s d e c i r , q u e d a d e m o s t r a d a l a r e l a c i ó n (3.4:4)
p a r a e l ca9o o n q u o s t i e n d a n £o por c a m in o s n o ta n g e n te s a y.
Consideremos ahora la segunda do las integrales del segundo miembro de
la igualdad (3.4:3). Evidentemente, ésta os una integral de típn Cauchy con
una función constante y, por consiguiente, analítica <p(£) (* q> (£o)). Además,
representa q> (Co) Lo , dondo P os ol punto inicial y Q el punto final
de la curva y. No obstante, no utilizaremos esta última observación, pero apli
caremos los resultados del procedente apartado, según los cuales
1 <Hso)dC 1 *P(Co) (3.4:5)
// (to) 2ni Id (wo)
s
v'+yilí)
2 ni
V '+ A o D
t-to
v'
quo designaremos mediante •)•
_________ v
*) Obsérvoso quo, en general, la integral f es divergente.
2m J t — W)
y
La notación 30 *ia admitido solnmcnto para designar ol limite
V
(3.4:10), cuya oxistencia se ha establecido. Este limito se llama v a l o r
principal do l a intogral ^ (en ^ sentido de
v
Cauchy).
| 3 INTEGRAL 1)13 CAUCHY FORMULAS DB Y .SOJOTSKI 2<W
Asi, pues, obtenemos definitivamente:
j <5®¿k,+4',’(ío’
v
De aqui y de la fórmula (3.4:8) se deduce que
+' ( 4r - J <3-5:l>
Si c—* 0. se tiene:
iini [ - ^ 2niF (z0), SF dx dy=*
F.—
+0 Z----0 0zQ
y, por consiguiente,
F(z)dz y 1 f F (z) dz
F (*o> í —ía “ J 2jW 1 ; —zq
* -i Vj
al igual que /" (zp). os continua junto con sus derivadas pardillos de primer
orden on el recinto A y
a r i (* r #f i . , n
--- — l l - p - - —— <¡x ,íy =
a ,r
\F
. , af
(Ü0) — (*o)J = -= - .
dxQ L 11 J d* *—2o 1 da0
dc0den
Cuando (20) os una función analítica on el recinto A, la derivada formal
^ r - s ú y la fórmula (3.5:2) se convierte en la fórmula integral de Cauchy:
Os
F ( Z) dz y r F(:)dz
2—«0 ^ J 2—Zq
r *=« V/
I 4. SERIES DE PUNCIONES Y PRODUCTOS INFINITOS 2711
= | J [/( a ) - 5 „ ( a ) |d z |< - |- A = e
Zh € F tales qm>
| / ( Z h) — ¿>'„h (z * ) I > K„. (4 .1 :1 2 )
j f (z) d z^ 2 j /*(*)dz-
v 0 v
Lns integrales í f(z)dz y ^ /„ (z) dz pueden considerarse como
V V
(unciones de z, generalmente multiformes (véase el ap. 2.7);
* ¿
^ f(z)dz y § f„(z)dz.
zq *9
Para separar sus ramas uniformes en el entorno U: | z — z, | <. p
de algún punto z, del recinto G (se supone que esto entorno junto
con su frontera | 2 — z, | = P e*té contenido en el recinto G).
efectuaremos todas las integraciones desde el punto z0 hasta el
punto z, sobre una mismo curva rectificable y x perteneciente al
g V SERIES Ulí PUNCIONES Y PRODUCTOS INFINITOS 277
n 4-1 21 zi n 4-1
278 CAP. n i i n t e g r a l e s y s e r i e s dr p o te n c ia s
|2
n -f 1 í |
con lo cual queda demostrada la convergencia uniforme de la serie
en cualquier círculo cerrado contenido en G.
z
En el caso particular en que todas las intégralos j f h (z) dz sean
*0
funciones uniformes en el recinto C, de lo demostrado so deduce que
la serio
ce i
2 $ /* <*)dz
0 }q
es uniformemente convergente en el interior del recinto G, si la
OD
serie 2 /* (z) uniformomente convergente en el interior del mismo,
o
T e o r e m a de W o i e r s l r o s s s o b r e l a s s e r i e s
uniformemente convergentes de f u n c i o
n e s a n a l í t i c a s . Si ¿os términos de una serie
/o(z) “f“/i (2) •••-!- ín (2) -h • • *i (4.1:1)
uniformemente convergente en el interior del recinto G, son funciones
analíticas en este recinto, entonces la suma de la serie f (z) también
es analítica en el recinto G.
Además, las series
C (*) + / í ’ ( * ) + . . . + r«M( * ) + .... (4.1:13)
que. se obtienen de la serie (4.1:1) derivando ésta término a término k
veces, también convergen uniformemente en el interior de G y representan
en el recinto G las derivadas de h~ésimo orden de la suma de la serie f (3).
Sea z0 un punió arbitrario del recinto G y sea y una circunferen
cia de radio p con el centro en ol punió z0. perteneciente a G junto
con su interior. Evidentemente, os suficiente demostrar todas
las proposiciones del teorema para los puntos del entorno l 7:
| z — z0 | < ~ dol punto 30. Supongamos que £ designa un punto
arbitrario situado en y y que z os un punto arbitrario de U. Pingamos
en (4.1:1) z — £ y multipliquemos todos los términos de la serie
por 2ni(g_S)ft+i (k — 0, 1, 2, . . .). 9 Obtenemos:
00
*1 /(O k\ Mfc)
s 4. SERIES DE FUNCIONES Y PRODUCTOS INFINITOS 271)
V 0
J L f /( P « _ V /*> (z\
2.tí ) (t—i ) u r 2 j ;n W'
v ' o
r w - 2o /?*(«)■
No queda inás que demostrar la convergencia uniforme de esta
serie o, lo quo oslo mismo, de la serie (4.1:15) en este mismo entorno.
Pero si en y se cumple la desigualdad
1/(0 —£ » (O I< e Par» n > N ( t) .
'¿ m CAP 1JI 1N TK U H A LES Y S E IU E S D E 1'O T IiN O lA S
entonces pura Lodos los puntos z$U y jaira los misinos valores
de «, se tiene:
n o di ki r / J (C) d i
v
a>-z)k+' So 2.Tí Jv
I V [ HO-SniQ k\
di < T i l 2*!»-
| ¿ni J 2n
en todos los puntos del conjunto E, se dice que la familia {Fx (2)} es
uniformemente convergente en E cuando t tiende a p. Si ( tn) es una
sucesión de valores del parámetro que converge hacia p, entonces,
en virtud de esto definición, la sucesión { / ^ (3)} será uniformemente
convergente en E. Su función límite F (z) no depende do la sucesión
{t„} que so haya elegido. En efecto, si
| / ’ (z) —J-\n (z) I < -y para « > A 'f
y para otra sucesión {tí,} la función límite es F* (z)t de modo que
IF* (3) — Ft^ (z) | < para /i>AT2,
g 4. SERIES DE PUNCIONES Y PRODUCTOS INFINITOS 283
H - et 5 i*©H*
Lx‘~ Lt' lt
2H4 CAÍ» III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
uniformemente en E. En cíoclo:
|| Fn+p (z) | | /*n (2) || -V>| /' n+p (2) —P „ (z) |
Por otra parle, si <f>(z) os una función acotada 011 valor hIimi-
hito en E:
|0 ( z ) |< iV / (z £E),
y la sucesión (4.2:1) es uniformemente convergente on R, entonces
la sucesión {CP (z) P'n (z)} también es uiLiformemento convergente
en E.
En efecLo, si en el conjunto E para «>AT(e) se verifica
la desigualdad
I (2) Pn (2) | <C -jj- »
•entonces en este conjunto par» las misinos ra>A ; (e) se verifica
también la desigualdad
10) (2) f n+n (z) - <i>(z) /\,(Z ) |< — M t
Supongamos, finalmente, que las funciones de la sucesión (4.2:1),
uniformemente) convergente en E, estén acoladas uniformemente
en valor alisoiulo en E:
\Fn (*)\<M (z££), n = 0, 1, 2, . .
Entonces las sucesiones {fA« (z)!'*} (A es un número natural) tam
bién convergen uniformemente en E.
En efecto,
1 1 ( *) ] " - [A» (3)1" I - I ( * ) - > ’« (*)l ( l f ' n+p (z))'-' +
+ [K+P(z)|"-M /M 2)|+ ...
• • . -r |^b (í)!"1 *} | < kM h 11Fn+p (z) —/',i (z) |.
Por lo tanto, si
| (2) - f„ (2) | < - *k t pura n > N (e).
-se t ie n e
11Fn+p (r)|" —1/’„ (2)]* I< « para ri > A’ (e),
1011 lo cual queda establecida la convergencia uniforme de la suce
sión
{!/'«(*)]*}.
La acotación uniforme de los módulos do las Junciones que for
man una sucesión uniformemente convergente, siempre tiene lugar
286 GAP. 111 INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
ti
Cuando el límite lim \] uh no existe o existe y os igual a cero
n~»oo í
(siendo los factores distintos de cero), so dirá que el p r o d u c t o
i n f i n i t o os d i v e r g e n t e .
Evidentemente, para la convergencia del producto tiene que
cumplirse la condición necesaria:
lim un = 1.
n-*qO
fw
En efecto, si lim ri uh = u =£ 0, entonces liin u-n = lim ^ — = 1.
n-voo J 1 «-.oo n->oo
I S ln 1 1 4 | = ln| (1 +i>/,) | }
y
! 21 arg (1 4 v*) = Arg„ |f j (1 + v A)]]
0 1
n
son convergentes (aquí Argn [[[ (i + designa ol valor dol argu
mento , dado en ol primer miembro de la igualdad); por lo tanto»
n
converge también la sucesión + *>*)!, y además, hacia un
límite u que es distinto de cero, es decir, el producto infinito os
convergente. Recíprocamente: si éste es convergente
n (i 4 vh) = » =j&o,
i
entonces existe el límite
l*m I I 1 1 4 v* I = I w | 's4*0,
n-*oo |
oo
y, por consiguiente, la serie es convergonte. Además*
i
(véase ol ap. 3.3 del cap. primero), tiene que existir una sucesión
de valores
n n
A rS [fí ( 1 4 t>*)I = 2 arg (1 4 oh) + 2xp„ = q>„,
que converge hacia uno de los valores dol Arg u (^n son números
oo
enteros). De la convergencia del producto infinito M (1 -r vh) se
28h CAI»- HJ INTEGRALAS V SERIES DE POTENCIAS
deduce que lim (1 -+• i>*) = 1, por lo cual, para k > N, se tiene:
Jt-»oa
|arg (1 •+ i>*) | < n
>'
|<pA+1—q>*|= |arg(l + i;,,+1)-|- 2n(ji*t) —p*)l>2nIP*-.i—(t*| —n.
Por otra parla, lim (q>»+} — <p*) == 0 . De aquí se deduco que los
h-»oo
números enteros no negativos | jin+t — p* | tienen que anularse
«comenzando desdo uno de ellos» es decir» = pM+ i — . . . ■■■■=• |n.
Por osla razón» no sólo es convergente la sucesión {<pn}, sino también
la sucesión
n
l<p« — 2jifin = 2 j a r g ( l - p ^ ) l *
i
«o
es decir, la serie 2 arE (1 + ^a) convergente.
i oo co
Kn resumen, ambas series 2 I 1 P v* I y 2 arg (1 i- vk)
i i
•convergen, es decir, conveige la serie 2 ln (1 t Vh), con lo cual
i
se termina toda la demostración.
Observando la identidad
Observando que
ln ( l + i>*) = t>*— ••■ = »* ( l — T ~ + “f — • • • )
Este se llama c í r c u l o d e c o n v e r g e n c i a do l a
s e r i e d e p o t e n c i a s y su radio R = , radio do conver
gencia de la misma. Los casos A = o o , y A = 0sc pueden considerar
como casos límites. En el primero de ellos el círculo de convergencia
se reduce a un punto z0 y su radio R es igual a coro. En el segundo,
el círculo do convergencia se oxtiondo a todo el plano, de modo que
se puede considerar que su radio es igual a oo. Llamando en los tres
casos al número R radio de convergencia de la serie de potencias, el
contenido de la fórmula de Cauchy-Hadamard puede expresarse
por la fórmula
= (5.1:2)
Esta última se llama f ó r m u l a d e C a u c h y - H a d a
ma r d .
Ho aquí la demostración del teorema. Consideramos tres casos:
a) A = oo. En este caso, para cualquier z z0 existirá un
conjunto infinito de valores n = nh%para los cuales
> r a > T- ^ r
Pero de aquí se deduce que | (z — z0)n* | > 1 y en ningún punto
z z0 se cumple la condición necesaria para la convergencia de la
serie (5.f :i): lim afi (z — z0)n = 0. Por lo tanto, cuando A = oo,
n-koo
la serie (5.1:1) converge solamente en el único punto: z = z0.
b) 0 < A < oo. Tomemos primero un punto z en el interior del
1 02
círculo | z — z0 | < — y sea | z — z0 | = , donde 0 < 0 < 1
(en el punto z = z0 la convergencia de la serie es evidente). Como
> A, todos los valores de yr \ an | , comenzando desde
uno de ellos en adelante, tienen que ser menores que Por
esta razón, comenzando desde cierto /i, los módulos de todos los tér
minos do la serie (5.1:1) satisfacen a la desigualdad
| fl/»(z —Zo)n | < 9n,
y como la serie 1 + B . . . -f- 0n 4- . . . es convergente, la serie
(5.1:1) sorá absolutamente convergente en todo punto z situado en
ol interior dol círculo | z — z0 | <
Supongamos ahora que z está situado en el exterior de este círcu
lo. Entonces A > ^ ^ y, por consiguiente, existirá un conjuntp
204 C A P . I I I I N T B O R A 1 /E 9 T S E R IE S DE P O T E N C IA S
a) S » V . b) c) S - - * n, d) S " ! * ”
1 1 1 1
son iguales a: 1, oo, 0t respectivamente.
En muchos casos resulta conveniente determinar el radio de
convergencia de una serie do potencias mediante el cri terio de D’Alom-
bcrl. Así, on el ejemplo b) el módulo de la razón de un término al
(1 1 \n -h —1 | z | y, por consiguiente,
limite e | z | cuando n tiende al infinito. Do aquí se deduce que la
serie es absolutamoato convergente si I z I < y cs divergente si
|z| 1 , cs decir, sil radio de convergoncia cs igual a — 1.
*1 lim 1 / 4 r - - T T ^ l
fe-vc© V *! **
y el radio de convergencia es igual a 1. El módulo de la razón de un
I Z12^4*1
término al anterior es, en este caso, igual a — y, por consi-
guíenlo, tiendo a coro si | z | < 1, y tiendo al infinito si | %| > 1.
De aquí que el radio de convergencia do la serie es de nuevo
igual a 1.
A continuación consideraremos las sorios de potencias para las
cuales ñ > 0, os decir, A < oo. De la igualdad de Cauchy-Hadamard
lim | ün | = -7T-
n-foo **
sacamos la conclusión de que para cualquier e > 0 ( e < /?)
|g » l< P*ra n > N (e ) (5.1:3)
si /í < oo, y
|a rt| < e n para /i>jV (e) (5.1:4)
si II — oo.
296 CAP. U I IN T E G R A L E S Y S E R IE S DE P O T E N C IA S
que, ovi den temen te, roprosenta una serio de potencias con el radio
de convergencia igual a uno, no converge uniformemente en el círcolo>
unidad, es docir, on su círculo do convergencia.
5.2. Coma la serie de potencias
+ (* — * o H - • • • + a „ ( z — z „ )n 4 - . . . ( 5 .2 :i>
es una serie de funciones analíticas uniformemente convergente en
el interior del recinto Ki \ z — z0 | < R (R >■ 0), puede aplicarse
el teorema do Weierstrass del ap. 4.1. Por consiguiente, la suma
/ (z) de la serie de potencias es una función analítica en el círculo
K y su derivada de ordon cualquiera k puede obtenerse derivando
término a término la serie (5.2:1):
/ m (Z) = fc!a* + (k + 1) k . . . 2«*+, (z—z¡>) -f-
•+- . . . 4-n(n — 1) . . . (n— k-\~\)an(z — 2o)n^L-h . . . (5.2:2>
Haciendo aquí z = z0i resulta
? k'{z0) = k\ah,
de donde
= (*= 1, 2.........n, .. .)• (5-2:3)
Evidentemente, las fórmulas obtenidas son válidas también
para k = 0, lo cual se obtiene inmediatamente do la serie (5.2:1>
para z = z0. Poniendo en la expresión (5.2:1) los valores bailados
de los coeficientes, tendremos:
/(*) = / (Zo) + - ^ r p '( z —Zo) + • .. (* -« é )-+ • • • (5.2:4)
La serie que figura en el segundo miembro se llama S e r i e d e
T a y l o r do la función / (z). Por consiguiente, queda demostrado
que toda serie de potencias es la serie de Taylor para su suma / (z).
Supongamos que las sumas de dos series de potencias
Aq + Aí (z — Zq) + ^l2(z”' zo)t “l“ • • • ~\~An (z—2o)n“p • *• (5.2:5)
y
— Zq) + /?2 (z —Zo)*4 • • . - Bn (z —z0)n . . . (5.2:0)
con los radios positivos de convergencia y /?2* coinciden en un
entorno del punto z0, es decir,
A q+ A i (z — Zo) + A2 (z — Zo)a-h • - • =
= B q -\~ ( Z ----Z q) 4 - B 2 ( z — z 0) * 4 - . . . ,
si | z—z o jC r. Designando con F (z) el valor común de estas series,,
tendremos según las fórmulas (5.2:3):
Aa= B a=.F{z0), ¿ , = £ , = £ ^ 2 1 ......... A n= B n = * •*
298 GAP. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
en serie
A<mq ( ) -'-Atfi (i ) h . . . -Mn<p« (z) + . . .
z
0 SOS,
-/lo = /?o*
De aquí se deduce «pie
A I (Zn —“¿o) ~h -^2 (*n —zo)2 . . . = ZíI (Zyt — Zq) -f- B%(z„--Z(>)2-j- . . .
para n —1, 2, 3T__y como z„ ^ resulta
A I H~ >42 (Z/1 — 2o) 4 " • •• = 4* ^ 2 (?n — 20) 4 -
y, por consiguiente,
wi)0
^ (z — z0)n ( z — zj)m d e p ,n+B i (n—m)
[
Su]>ongamos que p satisface a las condiciones: 0 < p <C R (•/? es
el radio do convergencia de la serie). Como la serie de potencias es
uniformemente convergente en la circunferencia | fc — z 0 | = p,
situada en el círculo de convergencia K> en la misma circunferencia
también será uniformemente convergente la serie
/( O < T r S í m - * 0 ( T 1^ ) " 1+ - . . + « » ( C - * o r ( T = 5 3 m+ . - -
$ 5. SER IES 1>E POTENCIAS. RELACION CON LAS S ER IES DE FO U R IER 3 03
- 4 j | 2 a» ( * - * r r <,8“
2n n n
^ 2 «¿» C( í - t f de = 2 Ia-n|V M-
k .m a ii l 0 0
(Todas las integrales, correspondientos a k ^ m y son nulas)
En resumen,
2n n n
¿
j 1 2 - z«)mr d« = 2 1 * . i*p,m-
D O 0
Suponiendo aquí p < /? , pasemos a límites para n —>oo . Como
la sucesión
12 (z —•Zo)mj
304 CAP. I I I INTEGRALES Y SERIES DB POTENCIAS
¿ 5 i/<z°+p*,e)is <®=
n
= lim d0 = lim 2 I am |2Pím.
n >oo n-°° o
De aquí se deduce, en primer lugar, que la serio I |“Pam
i>
es convergente y, en segundo Lugar, que su suma es igual a la
2n
integral ¿ j | /(*) |J dO:
Q
00 2 n
—-¿r J \ H H + pe,9)\*d 6 . (5 . 3 :4)
O u
Esta relación os análoga a la igualdad do Parseval en la teoría
de las series de Fourier. De la relación (5.3:4) se deduce que la inte
gral
2IX
¿ J |/(*0 + P‘,e) |l <».
o
quo representa el valor medio del cuadrado del módulo de la fun
ción analítica f(z) en la circunferencia [z —z0| —P. ** una fun
ción no decreciente de p. Por consiguiente, siompro existe el limito
(finito o infinito)
2ji
lim j I / (z0-f pe10) |J dO.
o bien,
J i (?) p™-1?4(m-'> ®p¿ef®¿0 —0,
0
y, finalmente.
2ai
0= 2 ^ Í (»>!)• (5.3:6)
por consiguiente!
f ¡ |« n |!p»n <[JW(p)]*. (5.4:1')
0
Suponiendo que para cierto n = /io>0 y para p, 0 < p < j R ,
en las desigualdades de Cauchy se verifica la igualdad
o bien
\am \*l>*n»= \M (p)l»t
de la desigualdad (5.4:V) sacamos la conclusión de que todos los
coeficientes an para son iguales a cero, listo significa
que la serio de potencias se reduce o uno do sus términos ci^z™» y,
por consiguiente.!
I(z)=<in«zn\
En resumen, exluyondo ol caso en que la serie de potencias
se reduzca a uno de sus términos (los coeficientes de todos Los demás
términos son ceros), en las relaciones (5.4:1) las desigualdades
siempre son estrictas. En particular, para n -- 0, resulta
| «o | = | / {zn)\<MU>), sj f ( z ) ^ a n<
es decir! el principio del módulo máximo en su forma definitiva
para la suma de la serie do potencias.
Como las derivadas de una función analítica pueden expresarse
según las fórmulas del ap. 3.2 en forma de integrales
F 'M -S S 5 «><*>’
IC—*0l=P
para los coeficientes de la sorio de potencias se verifican también
las siguientes expresiones integrales:
“"=2H7 5 ( Í ^ T ^ (« = 0 . 1 . 2 , . . . ) . (5.4:2)
/ ( £ ) = 2i)% » ( £ - 2 o r .
uniformemente convergente en la circunferencia | ¿ o - p! por
—1 1 *
o integremos término a término sobre la circun íc-
8 5. DESARROLLO DK UNA FUNCION ANALITICA EN SERIE DB POTENCIAS 809
¿7 5 2 *'«¿1 5 « - « é T - - 1* - (5.4:3)
Poro
f (g — zt>)n» -n“ l j p w* - n - l e(» » -n -1 )iep tfie ¿ í;0 = ¿pm-n j e(m-n) iOJ 0 ;
y 0 U
r-
dondo M (p) = max | / (£) | y | z — z0 | < p. Pero, evidentemente,
en el segundo miembro figura el término general de una serie numé
rica convergente (una progresión geométrica con Ja razón ■~ ^<
< 1), de dondo so deduce la convergencia uniforme de la serie consi
derada. Por este razón, el resultado de la integración término a tér
mino de esta serie tiene que coincidir con la integral de la suma do
la serie, y obtenemos:
—z„)n. (5.d:3)
o
(Obsérvese que la frontera del recinto O puede reducirse al único
punto del infinito. En este caso se debe suponer que A es infinito).
Empezando a demostrar el teorema, tomemos un punto arbi trario
z £ K y describamos una circunferencia y con el centro en 30‘
f 5. DESARROLLO DE UNA PUNCION ANALITICA EN SERIE DE POTENCIAS 311
V
Para ol>tenor do aquí una serie de potencias de z — z0í conside
remos -— como la suma de una serie geométrica de razón f
v,—» “0
| ^ 3 ^ r| - T <r
la serie (5.4:0) converge uniformemente en y (respecto de 5 € V)-
También convergerá uniformemente la serie obtenida de (5.4:0)
al multiplicar ésta por la función (£) la cual está acotada ou
valor absoluto en y, es decir, la serie
i /O _y> * /(O (5.4:7)
2ní s ” ZJ Jjü (£—r0)*+i (^-2o)n.
312 CAP. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
(5.4:8)
V 0
donde
n 2JT.Í J (£ — 2*)u +a ni
(5.4:9)
i,' z “ 2 1— .
0
La distancia A desde el punto z0 = 1 basta la frontera del recinto
<? es igual a uno. Debido u esto, el desarrollo obtenido puede utili
zarse para | z — 1 | < 1. Sustituyendo aquí z — 1 por z, so obtiene
la serie de potencias pora ln (1 -r i) que es convergente para | z | c
< 1:
co
ln (1 + z) —2 ( — "X" ( I * I < 1)-
0
La función ln (1 + z) es la rama uniforme de la función Ln (1 z),
definida por la condición (ln (1 + z)|z^ 0 = ln 1 = 0 en el recinto
€ cuya frontera es la parte del eje real: x — 1, y = 0.
§ 6. UNICIDAD. A-PUNTOS DE UNA PUNCION ANALITICA 315
* w ■= S
o
Como en el ejemplo anterior, este desarrollo es válido para
| z — i | < 1. Sustituyendo aquí z — i por zt se obtiene el desarro
llo de <p (z -b 1) en serie de potencias de z. Empleando en lugar de
q> (z -|- i) la designación ordinaria (1 -f z)° (entendida corno la
notación de la función uniforme exp (a ln (1 4- 2)1 en el recinto C),
rosul tíi:
fl>(*o) - t-jr*-
Recíprocamente: ai so sabe que para cierto natural k la finí-
f /-\_
ción qp (z) — — —es analítica en un entorno del punto z0» y su
(z—H)h
valor en el punto z 0 (definido como lim ^ „ a ) es diferente do
' 2->*0 *<*) '
coro, entonces z0 os un ^1-pnnto do f (z) do ordon k.
En efecto, do hi relación
•= <p(z) = «,, alt+ i(z— z„>-¡ . . . K -< |)(3 « )¥ = 0 ).
se deduce quo
/ (2) =- A -f a,, (z — Zo)" + (2 — Zo)*1*1 + . . .
en un entorno del punto z0 y, por consiguiente,
A = f(* o),
y, además, (para k > 1):
r (* o )« . . . =/'*-•> (*o) r o
soli de nuovo / Tun conjunto cerrado arbitrario de puntos dol recin
to G\ calculemos la cantidad de A -puntos de la función / (z) A%
pcrleiiecicnlos a / \ contando cada uno de ellos tantas veces cuanto
indique su orden de multiplicidad. Como on F hay un número finito
de A -puntos y el orden de multiplicidad de cada uno do ellos
también es finito, el resultado del cálculo será un número finito.
Todo lo dicho respecto de los ^1-punlos es aplicable, indudable
mente, al caso particular importantísimo en que A — 0 .
Los 0 -puiilos de la función analítica f (z) se llaman, abreviada
mente, c o r o s de la misma. El lector comprobará fácil mentó que
las definiciones do órdenes de multiplicidad de los ceros do un poli
nomio o, en general, do unu función racional arbitraria, admitidas,
en el álgebra y utilizadas aquí on eJ ap. 4.1 del segundo capítulo,
concucrdan con las definiciones gonerales dadas anteriormente.
Obsérvese que, para todo A ^ oo, los A -puntos de la función
/ (z) son ceros de la función / (z) — A . Por esta razón, cualquier ley
general establecida para los ceros de las funciones analíticas, subsisto
también para los A -puntos de las funciones analíticas, donde A es
un número compiojo arbitrario.
320 CAP. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
' oo
aquí se deduce que el producto [J /* {z) es uniformemente convergente
i
en el interior del recinto G y, por consiguiente, representa en ol mis
mo una función analítica j (2). La función f (z) se anula en aquellos
puntos, y sólo en aquéllos, en los cuales se anula al menos una de
Las funciones/* (2), es decir, en los puntos del conjunto E .
Obsérvese que, si z0 £ E y la suma de los órdenos de multiplicidad
do oate punto, considerado como un cero de las funciones respectivas
fk (2) (k = 1, 2, . . .), es a 0, entoncos z0 es un cero de orden cc0 de la
función / (2). En efecto, si n0 ^ 1 designa un número natural tal
que ninguna de las funciones /* (2) se anula en el punto z0 para k >
> n0, entonces, representando / (z) en la forma
/ -ÍJ
m
i a m «05+1 / * w .
no
nos convencemos de que £|/*(z) es una función analítica que posee
Oo
un cero de orden ao, en el punto z0, mientras que [J /* (z) es una función
«0+1
analítica que no so anula en este punto. De aquí se deduce que
z0 es un cero de orden a 0 de la función f (2).
Cuando los ceros de cada función /* (z) son conocidos, por ejemplo,
cuando fh (z) tiene la forma
fk(i) = (z — Zh)gk(z),
donde gh (2) es una función analítica que carece de ceros, el desa
rrollo de / (2) en el producto infinito
(el número de tales rayos es igual a p). Entonces, los vectores quo
representan cío y ap (z—z0)p son paralelos y llevan uno misma
dirección, do donde
I « o + a p ( z - Zo)" 1 = | « o H - 1 « P ( z — z«) I’’-
Supongamos que z está tan próximo a z0 en el rayo elegido que
| a p+ , (z — z„)™ + apt, (z — Zo)p+s + . . . | < 4 - 1 * — z, |p.
los ceros del polinomio P (z). Por esta razón, la frontera de Ep consta
de uno o de unos cuantos, pero no más de n, continuos que son fronte
ras de recintos simplemente conexos.
Evidentemente, en cada punto cxtorior a Ep tiene que verificarse
la desigualdad | P (z) | ;> p. En efecto, suponiendo que en cierto
punto Z|, oxtcrior al conjunto E 0, se verifica la igualdad | P (zj)
= p (la desigualdad | P (zt) | C p queda excluida, puesto que,según
la definición, todos los puntos para los cuales | P (z) | < p pertene
cen a entonces en virtud de que P (zj) ^ 0, por lo cual el módulo
| P (z) | no puede tener mínimo en el punto zlt tendríamos que en un
entorno arbitrariamente pequeño del punto zt habría puntos on los
cuales | P (z) \ < | P (z¡) | = p, es decir, habría puntos pertenecien
tes a E pt Pero esto es imposible, puesto que Zj es un punto exterior
a Ep. Por lo tanto, en ol interior de E p se tiene: | P (z) | < p, en la
frontera de E p: \ P (z) | = p y en el exterior a E p: | P (z) | > p.
La frontera del conjunto E 0, es decir, el conjunto de todos los
puntos del plano que satisfacen a la condición
i p w i - p.
se llama i o m n i s c a t a . Designando los ceros del polinomio
P (z) mediante zÍB z2» . . zn (los ceros múltiples se escriben aquí
tantas veces como sean sus órdenes de multiplicidad), se puedo escri
bir P (z) en la forma
P { z ) = a n (z — zO . . . (z —zn);
por consiguiente, la condición que define la lemniscata toma la
forma siguiente:
[ z - z j ... |z - z n|= ^ = r\
Así, pues, la lemniscata puede definirse como el lugar geométrico
de puntos del plano para los cuales el producto de las distancias
hasta n puntos del plano st, . . ., zn (algunos de estos puntos pueden
coincidir entre sí) es una cantidad constante.
Los puntos Z|, . . zn que figuran en esta definición (los ceros
dol polinomio P (z)), se llaman f o c o s d e l a l e m n i s c a t a ,
y el númoro r, r a d i o d e l a l e m n i s c a t a ; la curva misma
se llama lemniscata con n focos de radio r.
Cuando n = 1, resulta el caso particular más sencillo:
|z —z,| = r;
evidentemente, ésta es una circunferencia de radio r con el centro
en el único foco zt.
Si n = 2 y z1^ z 2, resulta una lemniscata con dos focos:
| z - z , | | z — z,| = r!.
328 CAP. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
a) 3¿L
|Z| —22| < T ’ b) --F * ®) T < |z,—i2| < 2 1
|í l —22]
Obsérvese que la lemniscata con dos focos lleva también la de
nominación de ó v a l o d e C a s s i ni , y su caso particular para
| íi -*2| 42-, l e m n i s c a t a d e B e r n o u l l i .
a) (£T>
b)
® b)
FIG. 50
evolución de la forma de la lomniscata en dopendencia del valor
del radio para el caso de tres focos (no situados en una recta).
Detengámonos en una aplicación más del principio del módulo
máximo, que desompeña un papel importante en los problemas de
transformación mediante funciones analíticas.
L e m a d e S c h w a r z . Sea f (z) una función analítica en el
circulo K: | z | < R; supongamos que se anula en el origen de coorde
nadas y satisface en este circulo a la desigualdad
\f(z)\<M ( M C oo). (6.2:1)
Entonces en cualquier punto del circulo K se verifica la desigualdad
i/(«)I<tt I*I (6-2:2>
y %además,
(6.2:3)
i/'(0)i<4-
$ 6. PRINCIPIO DEL MODULO MAXIMO 331
o bien
/ ( í ) = T eto*'
Con esto se termina la demostración del lema de Scliwarz.
£1 loma de Schwarz tiene un significado geométrico sencillo.
De él se deduco que si w = f (z) es una función analítica en el círculo
K\ | z | < R t y la imagen / (K) de este círculo está contenida en el
círculo | w | < M y siendo el punto w — 0 la imagen del punto z = 0,
entonces la imagen / (k) de cada círculo cerrado k : | z | <; r cuyo
radio sea A, = -jj- veces menor que el radio del círculo K , estará
contenida en el círculo cerrado ( w | cuyo radio es k veces
menor que M. Además, la imagen de algún punió z0 situado en la
circunferencia | z | = r puede caer on la circunferencia —
solamente cuando la transformación sea de la forma (6.2:4), es decir,
conste do una rotación alrededor del origen de coordenadas y una
dilatación respecto del mismo en k veces.
6.3. Consideremos una función cp (z) analítica en un círculo
K : | z — z0 | < R (R <C oo). A tal función llamaremos e l o m e n t o
(se sobrentiende elemento de la función analítica). Los puntos que
están situados en la circurferencia T: ]z — z0 | = /?, los dividiremos
en dos clases (a priori, cada una de las clases puede ser vacía):
1) a los puntos t 6 L que poseen un entorno : 1z — 5 | < p.
en ol cual existe lina función analítica ijv (z) que coincide con cp (z)
cu la parte común de los círculos K y u \%llamaremos puntos r o -
g u i a r e s del elemento dado;
2) a los puntos de F que uo poseen tal entorno llamaremos puntos
s i n g u l a r e s del elemento.
Por lo tanto, la definición do punto singular es do carácter nega
tivo. Estos son los puntos frontera del círculo K quo no poseen nin
gún entorno en el cual se podría hallar una función analítica que
s6 PUNTOS SINGULARES DEL ELEMENTO DE UNA PUNCION ANALITICA 333
coincidiese con q> (2) en los puntos que son comunes a este entorno
y al círculo K .
Do la definición de punto recular se deduce que si £0 € T es un
punto regular, entonces todos los puntos del arco de circunferencia V
que está situado en el interior del entorno correspondiente
también son regulares. En efecto, para tal punto £ se puede tomar
por Ur cualquier círculo con el centro on £, contenido en U y por
función (2), la misma función (z), que, siendo analítica en
Ufrj coincidía con q>(2) en todos los puntos que son comunes a U
y K. De aquí, en particular, se deduce que, si existe un punto
regular, entonces existe también un conjunto infinito de ellos. En
contraposición a esto, el punto singular puede ser único.
Obsérvese que cada punto z' £ K posee la propiedad característica
de un punto regular, pues para él existen un entorno U2' (se puode
tomar cualquier entorno del punto 2' que esté contenido en K) y una
función analítica en Ut» (la función misma q> (z)), que coincide con
<p (z) en todos los puntos comunes a UZ' y K (es decir, en UZ')- Por
esta razón, a todos ios puntos del círculo K los llamaremos también
puntos regulares del elemento q> (z).
Aclaremos los conceptos introducidos en un ejemplo sencillo.
Sea K el círculo unidad y <p (z)~ f—j . Para todo punto £ situado
en la frontera del círculo K, es decir, en la circunferencia unidad,
y distinto de la unidad, existe un entorno U^: | z — £ | c | 1 — £ \
y en el mismo una función analítica ip; (z) = j — ; que coincide con
<p (z) en los puntos que son comunes a i y a , Por lo tanto, cada
punto de éstos £ es un punto regular del elemento <p (z).
Verifiquemos que el punto 1 es un punto singular del elemento.
En efecto, en caso contrario existiría en un entorno U de este punto
una función analítica i|> (z) que coincidiría con <p (z) = en
los puntos del recinto d que es la parte común de U y K . Pero enton
ces tendría que existir y ser finito el límite:
l¡mi|>(z) = l¡m - r r r = ij>(<).
z-+1 1 *
z£d z£ d
FIG. 00 FIG. Gi
K T
nr ' I ' ^'1+1 (^t —*o)
, f*—-1) (" l 2) (Z, — Z0) 2 — . (n - 0 , 1 ,2 ___ ).
^ -------T2------
Según el teorema do Caucliy, la serie do potencias obtenida es con
vergente en el. círculo | z — zt | <; A. donde A es la distancia desde
zl hasta T. es decir, A — 11 — | z{ — z0 Por lo tanto, la serio
(6.3:3) es convergente en el interior do una circunferencia y con el
centro en el punto z,, que es tangente a la circunferencia T en el
punto £. Calculomus el radio de convergencia de la serio (6.3:3).
Según la fórmula do Cauchy-Iíadamard, se tiene:
r 1
¡TmY \ bñ |
TI—f JO
entorno £7t del punto £, la cual coincidiría con <p (z) en los puntos del
entorno U\ situados en el interior do K. Pero entonces esta mis
ma función coincidiría con la suma de la serio (6.3:3) en los puntos del
entorno Ug situados en el interior do y , es decir, £ no sería un punto
singular para la serie (6.3:3).
Así, pues, si
i
A = .r t — ,z, —z*\ = r
a-r-x>
el punto £ es singular para <p (2). Demostremos que si A ¥= r, es
decir, si A < r , el punto £ es regular para q>(z).
En efecto, ©n este caso la suma do la serie (6.3:3) representa una
función (z), que es analítica en el entorno Z7.; del punto £ y coincide
con cp (z) en la parte del círculo que está situada en el interior
de y (fig. 02). Pero <p (z) y if (z) son funciones uniformes analíticas
en la lúnula que representa la parte común de los círculos í/* y K.
Como éstas coinciden en la parte de la lúnula que está rayada en el
dibujo, según el teorema do unicidad, ip (z) coincide también con
tp (z) en toda la lúnula. En resumen, ©n este caso el punto £ es regular
para «p (z).
22*
340 CA P. I I I . IN T E G R A L E S Y S E R IE S D E PO T E N C IA S
o la desigualdad
A< -
lun " (-i)l
Tí—
*30 n!
Como ilustración del criterio obtenido demostremos el siguiente
t e o r e m a de P r i n g s h e i m :
re
t—oo V »!
s 0. P U N T O S S IN G U L A R E S D E L E L E M E N T O D K .U N A PUNCION A N A L IT IC A 341
Así, puos. ol con junio de los punios singulares de la fu lición <p (z)
es denso en toda la circunferencia unidad. De aquí que en esta circun
ferencia no hay ningún punto regular del elemento ip (z), es decir,
todos los puntos £, | £ | = 1, son singulares.
Lo más admirable es que esta circunstancia no es un obstáculo
para que la serio de potencias dada sea absoluta y uniformemente
convergente en el círculo unidad cerrado y su suma <p (z) sea una
función infinitamente difcrenciable on el conjunto | z \ ^ 1 (en
particular, en todos los puntos singulares). JSii efecto, para \z | ^ 1,
se tiene;
1 •{-**
/“ * « = 5i / ? » «
y
(71:2)
1
Aquí ^ f {kn (z0) es el coeficiente de (z — zo)k cn el desarrollo
do Taylor de la función fn (z), y /<*> (z0), el coeficiente de (z — 20)*
en el desarrollo de Taylor de la función / (z).
Por consiguiente, los coeficientes de Taylor de la suma de una serie
00
uniformemente convergente de funciones analíticas 2 fn W se obtienen.
sumando los coeficientes de Taylor homólogos (o sea, los coeficientes de
una misma potencia (z — z0) \ tomados de los desarrollos de cada, una
de las funciones f n (z).
líe aquí dos ejemplos. Consideremos primero la suma do la serio
re>
__ -n
1
Los términos de esta serie son funciones de z, analíticas en el círculo
00
unidad, y la serie 2 03 un^ 0rincmüní'0 convergente en el inte-
1
rior del círculo unidad. 12n efecto, si E es un conjunto cercado de
puntos de este círculo y ó > 0 es La distancia desde E hasta la cir
cunferencia unidad, entonces para cualquier punto z £ E, so
tiene: | z | 1 — ó -= p < 1; por consiguiente, | izrpi | < <
a>
< . y como la serie 2 08 convergente (ésta es una progre
sión geométrica de razón j>), la serie dada también será unifor
memente convergente en E , os decir, será uniformemente convergente
en el interior del círculo unidad. Para determinar ol coeficiente de
zk en el desarrollo de Taylor de F (z), por lo anterior, hay que sumar
* 7 METODOS DE DESARROLLO DI-' LAS FUNCIONES ÍM9
(í) (z) “ 2 •
i
2s
La función es analílica en todo el plano, menos en los
punios z — zt nn, donde se hace oo. Por consiguiente, cada uuu de
estas funciones es niiAlílicn en el círculo | z | <C ji. Demostremos que
la serie dada es uniforiikemente convergen le on el interior de este
círculo. En efecto, si | z -«£ p, donde /» <: ji. se tiene:
| 2z I , 2 p ^ 2p \ 2fi 1
| z-—r¡tn* j ' n^2—pa — "?/i*.T« pa 1
y como en el segundo miembro ha resultado el término general de
c*>
una serio convergente (la serie 2í?» cs converÉ?entc)» lo serie
CT?
~2 si k 0H imi,nr: k = 2ft - i -
Así, pues.
«(*> - 2
q- i
Esta os la serie de potencias buscada. Esta serio tiene que ser conver
gente en el círculo | z | < n , puesto que la función 0) (z) es analítica
en este círculo. En el punto z -- n, para cada término de la serio
obtenemos la desigualdad:
S 1 -r2i-i , 1 v
(n«)*y * jt n^ij " n '
n««l I
do donde se deduce quo no so cumple la condición necesaria de con
vergencia, y la serie es divergente. Por lo lauto, el radio de conver
gencia do la serie obtenida es igual a Jt.
Supongamos que / (z) viene expresada qii la forma
(7.1:3)
donde
tp (z) —otf, -|- gcíZ-f CI2Z2 ■• • •+■Qb,zn *L ...» | s | <C c (7.1:4)
y
F { w ) ~ A 0 1 A ¡ ( w —o^) A ‘¿ (iv— a 0)2 | - . . - — A m ( w - « 0)m - r • * •
O o |< /?, (7.1:5)
donde los coeficientes de las series de potencias para <p (z) y F (u>)
son conocidos. Como en estas condiciones <f (z) —►a 0 para z 0,
se puedo señalar un número p, 0 < p <1 /, tal que el módulo
g 7. METODOS l>E DESARROLLO DE LAS FUNCIONES 351
/ w - a u p m i - - 1 - - ( 4 - & + 4 > - ■• •) -
8 l 2 24 • * * * ) 10 V 2 )
Limitémonos a calcular los coeficientes do las primeras potencias,
hasta la sexta inclusivo. Entonces, evidentemente, los términos no
escritos puoden ser desechados, puesto que todos olios figurarán
solamente en la formación de los términos de la serie que contengan
potencias de z mayores de la sexta. Se tiene
/ S2 =4 v2 2e / Z7 \3
V T “ 2 T“t’ "3 24 ' ’ *' ’ IT
por consiguiente,
/ / Ni t / 2* 2* , 2« \ 1(2* s« .
/ ( z) —1 —Y •) —T ( t —'5T'r
1 /2« \ . 2*
16 \ 8 ••. ) + •• •—1 4 06 57ÜU
3!
En el ejemplo dado, donde q> (z) —•^ , se puede evitar la
realización inmediata del producto de las series, observando que
para | z < | 1:
(2+ 2* + * » + ...) * = ( — ) ‘ = * (i =
—2" *[ 1 + l z ^ Ü Í g l l ) zS-i- , . . + k— J k + n- r>z- _ . . . J ,
y como
*(fc-M) . . . ( * + « — 1) ( t - L « - l ) ( H » - 2 ) . . . (<H 1) /k+n—t\
I»! (*—í)i l k—\) ’
resulta:
+ [ 7 ^ + ( n7 1)7 ^ ■ t■
C{jbt -T CjÓq— •
f0&24-Ci¿>, 4 cJb0=-a2, (7.2:fi)
n 4- 1 ecuaciones es igual a
b<f) 0 .... 0
Ó |Ó 0 0 ... 0
b 2b t bo .. . 0 = o,
6 „ 6 „ . -1b n- 2 •..6 0
y, por consiguiente.
600 0 .. . Co
Mo 0 .. . a,
b^bx bo . • <H (7.2:8)
(a i — bieo) (* — «) + <«2
— b*co) (* — «)* - K . . + (a n — &nc,>) (z — a ) n + . . .
______ b u C i(t — a ) -I-_______ h ic iC t — o ) * - K . .« f b n - i c i <i — a ) w - K . .
( a a — bjCo— bjC j) (x — . . + (an — bncg — b n - i c i ) (z — o ) w - K . .
(« n — bfiCg — bn_ i c i — . . . — b |C n _ i) (* — a ) n + . . .
$ 7. METODOS D E D E SA R R O L L O D E LAS FUNCIONES 357
1 i t
//! { n - 1)! ' o
1 1 0 ... 0
2!
1 1 ... 0
“3f 2!
1 1 1 (n=
(* = 1, 2 , 3 , . . . ) .
TT 3! 2! . .. c>
i 1 1 1
(n + l)! n! 2!
Los números *:„n\ se llaman n ú m e r o s de B c r n o u l l i y se
designan inedia uto /?„:#„ = cnnl.
Mediante estos númoros se expresan simplemente los coeficientes
de muchas relaciones importantes. Para calcularlos se tienen las
fórmulas: B0= c0•0! = 1,
1
1 0 . .. 0
2!
1 l
1 .. 0
31 2!
= = (_ !)» « ! 1 1 1
.. 0
(n 1, 2, 3, . . . ) .
ir 31 2!
i 1 1 1
(» t W n! (n -I)l • • * 2!
(7.2:10)
Por cierto, el cálculo de los números de Bernoulli es más cómodo
efectuarlo sucesivamente, empleando la fórmula (7.2:9). De ésta
obtenemos:
JS2= - t - B o - B i - i ;
En resumen,
« o = l, Zí,.= - - i , » 2= i - , /?3- 0 .
« i= ° *
Demostremos que t o d o s l os n ú m e r o s do D e r n o u 1 1 i
de s u b í n d i c e s i m p a r e s m a y o r e s q u e l a i n i d a d s on
iguales a cero:
^2/í+i ~ 0 (k —1, 2, 3, .. .)•
Para demostrar esto, sustituyamos z por —z en el desarrollo
■*+Tf 21 (7.2:12)
30 0 CAP. III INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
obtenemos
—*x _ zt2
ZeZ_____________D Di Lh 9«
Lí2 *hJ ,-3 .
V’
<?-*—1 (<?-* — 1)** «*—i “ T T 2 ^ 2! 2 31 23 “í” ' * ’ »
o bien, restando esta última relación de (7.2:12),
-f?z B'jjk±i_ 7í/<+l
^ —| (2A+1) f ...
De aquí, Ufándose mi la unicidad del desarrollo en serie de poten
cias, se deduce que:
2 £ j = — 1 , B b= B b — . . . -= /?2A^i = . . . — 0 ,
como se quería demostrar.
Aplicando la propiedad demostrada de los números de Bernoulli,
se puede escribir el desarrollo (7.2:12) en la íorma;
de donde
. i 2 iz
z cote z = iz ----:----- .
t g z = 2 ( - l ) » - » ^ * ? ^ , 1* * » *»-«. (7.2:17.)
1 “ (* _ l r + T r “ ‘á ‘+ • • • ) ( * • “ ■§■ •■•)
§ 7. COMPORT. DE LA SERIE DE POTENCIAS EN LA FRONTERA 3G3
de donde
¿V
21 ^ 21 —0;
Eq E2 i Ek
41 ^ 2 ! 2 ! + "4T
E2
GI 4T2T + "snr
se c z = 2 ( - l ) ' * . | £ * r z’ \ (7.2:18)
lt
Esta es convergente para \z Los números do Euler E2*, que
figuran en el desarrollo, se determinan cúmplelo me ule pur las
condiciones:
E0 = i f E0-|- ^ 2 ) B24- ( ^ ) E kA- . . . -y- ( 2n _ 2 ) Bzn-2 -L 0
(w « = l, 2, 3, . . .). (7 .2 :1M)
7.3. Aquí estudiaremos algunas cuestiones ligadas con el comportara ¡en to
de una serie de potencias en la frontera del círculo de convergencia. Los ejem
plos más sencillos do series con el radio de convergencia = 1 muestran que
en la frontera dol circulo de convergencia la serio puede sor divergente en cada
364 GAP. n i INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
«o-l (w-Co>-r•••+«*(C-to)M
- «1 + •••
con el radio finito de convergencia R y con el punto do convergencia £(,
l£| — se reduce al indicado mediante la transformación lineal entera
z> ^ oQ
Si—wo *
El primer resultado cu esto sentido, por el tiempo y su Importancia,
pertenece a Abel.
S e g u n d o t e o r e m a d e A b o l. S i la serie de potencias
«o + ajz-l- .. . -í-a/tzn- |- . . . (7.3:1)
es convergente, en el punto frontera del circulo de convergencia 1 = j, entonces,
si el punto 1 del círculo unidad tiende al punto 1 por el interior de cualquier ángulo
g(j do magnitud 20 c n con el vértice en el punto z = i , el cual es simétrico
respecto del efe real, la suma de la serie de potencias f (2 ) tiende a un lim ite
tju* es igual o la suma de la serte en el punto frontera, és decir,
Ms)-2¡«*<l-sí‘>+ S
1) n+l
O-3:3)
donde n es un número natural fijo.
El primer término del soguudo miembro tiende a cero cuando 2 tiende a 1.
T’or lo tanto, para demostrar el teorema os suficiente cerciorarse que el segundo
| 7. COMPORT. DE LA SERIE DE POTENCIAS EN LA FRONTERA 365
1^0 ,» bJ fcoa0 , e
¿í ‘" ■ o -- > K — g- + ' 3< y -
*+i
Fijando un n^>iV(e) y tomando después 6 (e) de modo que para
o
ol leiidromos de (7.3:3):
logarítmica (— l)n“* •— .
2
i
Demostremos, ante todo, que esta serie converge en cada punto
de la circunferencia unidad, distinto de — 1 .
Para esto apliquemos el teorema del ap. 3.4 del cap. primero.
Haciendo nfc= ( —l)*4-*eih* y &* = -£•, tendremos:
i * i i JL i i i \ n ,i ( n + l |9 ■ «
12 * H 2 < - . '“ I - I --------1< 7 7 ^ 7 ■
o 2
3r,g GAP. ¡11 INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
~ lIl <+P
n n
I| lV / l 2 1~n P I n'2
Sea P' un número real que satisfaga a la condición P > P ' > —1. Entonces,
para «>JV(P'>, tendremos:
< 2 (f l-P ')
y, por consiguiente.
> .„ < /i- 2 Í ± S + 2 ^ =
1 + 5 1 ,'
i \i-i-r
n
o bien
, „ n,+p'
<■ (/l+i)i+p'
. .j. 14-fl' —l1^*
♦) Como
1 \-<1+fn 14-p' 4-
1-
(<+¿) =
c<pHUWIt*<M
+1|*+l-
Do aquí quo la sucesión de los coeficientes | ( * j j* de la «'rio binomio 1 con-
vorgo a cero si P = lie a > — 1.
Cuando p >■ 0, el número p', que está sujeto u la única condición — 1 <
< |i' <. p, se puedo tomar positivo.
2o (:F”e=,¡v0 ,+t)a-
Si «t0= —1, obtenemos, que lim (t-|-z)a = 0. Para e10——1 (—n < 0 < n ) ,
i-»-i
se tiene:
Iln> (1 -f *)“ = (1 + «,0)a=exp |a ln (t + í ‘ ° ) 1 =-
= ( 2 w s | - ) ° ( eos ^ + í sen ^ ) .
Por consiguiente,
0
4 )-
En particular, si a es un número real, separando las partea real o ima
ginarla, obtenemos:
Dol método do obtención do estas series so deduce que ellas son absoluta
y uniformemente couvorgentes en el segmento [0 , 2 a].
La proposición reciproca al segundo teorema do Abel no es justa. En efecto.
OP
2 » K I
lim —---------- = 0 . (7.3:7)
m-»oo m
p.
En efecto, para cualquier e > 0 tendremos que tener n \a n \ para
n>AT(e). Fijemos un n —no que satisfaga a esta condición y hallemos una
S-I-I
cota para —■——------ cuando m > n0 dol siguiente modo;
m no m no
2 "i i
—-——----- < c para m > max i JV (e). A/},
de donde so doduco la relación (7.3:7).
Examinemos el módulo de la diferencia
D n oo
Sea m \ am | y f adem ás,----- —------ < para m > M (b); entonces para
n > M (e), de la relación (7.3:8) deducimos que
n oo
S ' ,‘™
= T [* <‘-*)+ i T = t] < T ['* “ - x> + ■
Por consiguiente, paro 1— y n > A /(e ):
O
de dondc.se deduce que existe el límite
n
lim ^2
n-*-oo lim / (\ 1—4")
a h = n-»oo n/
O
cx>
o sea, la serie 2 ak es convergente (y su suma es igual a A),
o
24*
372 CAP. HI INTEGRALES Y SERIES DE POTENCIAS
2 c -u ~ ^ .
l
cuyos coeficientes tienden a cero y la suma In (1 -+- z) tiene el único punto sin
gular z 1=9 — 1. Y, en efecto, cu la pág. 367 so domostró quo la serio logarítmica
os convergente on todos los puntos de la circunferencia unidad, a excepción dol
punto z =* — 1. Para la serio geométrica cuya suma cs ¡B^al * ^_s y,
por consiguiente, todos los puntos de la circunferencia unidad, a excepción del
punLo z — 1 , son regularos, el teorema, evidentemente, no es aplicable, puesto
§ 7. COMPORT, DE LA SERIE DK POTENCIAS BN LA FRONTERA 373
todos los puntos del circulo A' y todos los puntos del arco o son interiores.
(Compárese con los razonamientos del ap. (i.3, donde el papel del arco 0 desem
peñaba la circunforonda entera).
Definamos en el recinto A una función (2 ), haciéndola igual a / (2 ) en los
puntos del circulo K e igual aij:- (2 ) en los puntos de los entornos (j\ . La función
obtenidaqv (z) será uniforme y imuülíca en el recinto A. Como ésta coincido con
/ (r) en a , su serie de potencias coincido con 1a serie (7.3:1).
A continuación hablaremos precisamente de la función 1 (2 ) y de ia serie
de potencias misma (7.3:11. Designando con p > 0 Ja d isi unció desdo a basla
la frontera dol recinto A (esta frontera incluye una parte do la circunferencia
unidod), tomemos en la circunferencia unidad dos puntos £t y £2 . 1)0 situados
en el arco 0 y separados do sus extermos próximos cn-£- ; entonces el arco £iÍ2
pertenecerá en loramente al recinto A y contendrá al arco o. Tracemos los radios
0£t y a y prolonguémoslos fuera de la circunferencia unidad en la longitud .
Unamos, finalmente, sus extremos mediante un arco de circunferencia, obten
dremos un sector circular 02tza (flg. 05) que, como se deduce de su construcción,
está enleramcnto situado en el recinto A y contiene en su interior al arco o.
00
Nuestra tarea consisto en demostrar que la serio ^ <inzn converge uni Tor
il
memento en el orco o. Demostraremos esto estableciendo a la voz que la suma
374 CAP. III in t b o r a l e s y s e r i e s d e p o t e n c ia s
donde
<P/» (*) =tM») — (« 0 + «!*+ ••■ + «n*n)-
00
n+l «+l
Observando que
co
S IM"-n-1= — 'i j t . I*—Cil“ i —1*1 y l*-t*l<2.
n+ 1
obtenemos:
| ton (3) | < 2e' para n > JV' (e).
Examinemos ahora | <ú„ (z) | en el intervalo fax (o en k*.j. Dosignemos el
radio 1 + -jj-del arco del sector modiunte i?. Observando que | z — £1 I —
= 11 | — 1 , | x — k I < I * I + I £* I < 2 J? y designando con M el max | (2)l
| 7. COMFORT. DE LA SERTE DE POTENCTAS EN LA FRONTERA 375
en el conjunto de todos los puntos del sector» para n > *V (e'), tendremos:
+(*>—2 ¡a**k
K , W l = | --------j r S ---------< * - t i ) ( * - t í ) [ <
u N(e')
Tomando AT^e') > (e') > N (e') de modo que el primer sumando det
segundo miembro do la desigualdad sea menor que e' para n >JV z (£')' oblo-
nomos:
(-— -+ l)
Obsérveso que on el punto z » 0 , <nn (2 ) tiene ol valor i£z (igual al
llm<t)n (;))r do modo que Jo>n (0 ) | =»| <*n+i | < e' pura n > A r {e') y en los
t-+0
Íauntos
frontera
y **=£2 , tún (z) so anula. Por lo tanto, en lodos los puntos do
del sector, para «>AT 2 (e')t so tiene:
l < M ; ) l < ( - ^ + l ) e ' = max-{2e', (2/?+i)e', ( — + <) «'} •
En virtud del principio dol módulo máximo, esta desigualdad se verifica
también en los puntos del arco o. Pero
* (*)—2 ahtk
- — prr¡— ti) (*—£¡)
y en los puntos dol arco cr el módulo 1 <¡>n (2 ) | satisface a la desigualdad
n n
I «>n (*> l = | * « - 2 a*lfc 11 i - 5 . I U - í i l > 11 ( * ) ~ 2 a**'11 ( 1 ) * ’
o o
de donde
n
2 (:)-«+»••
0
En la pág. 308 se demostró quo lim ( ^ ) ^ O si Re a > — 1 . Por esto
twa> •
razón, la serio binomial ti eno que converger en todos los puntos do la circun
ferencia unidad quo son regulares para su suma (1 4 ~ z)a, o seo, en todos los
puntos z = r*® ^ — 1 . La convergencia es uniformo en todo arco do la cir
cunferencia que no contenga al punto « = 1 ni en su interior, ni como uno do
sus extremos.
Obsérvese que dol hecho de quo los coeficientes do una serie de potencias,
con el circulo unidad de convergencia, tiendan a coro y de quo la serio sea uni-
funne monto convergen lo on algún arco de la circunferencia unidad, no se deduce-
ni mucho monos que los puntos de este arco sean regulares. Esto nos muestra
v JÜL
ol ejemplo do la soric Z para la cual, como ya se vio (púg. 340). todos
l 2fc>
0
los puntos de la circunferencia unidad son singulares.
8 7. COMPORT. DE LA SF.R1K DE rOTJOTCIAS EN LA FRONTERA 377
^ . | 9 |< |s e n i p |< |q ) |.
2
k p ( ‘i0) l > — T ^-
Ü1
2
Esta desigualdad es válida también para 0 = 0, puesto que gp (1) = p. Evi-
dentemento, para cualquier punto £« = existe un número entero A0, 0 <
2
< * 0 < p — lt tal que ol punto z — t p £© portenece al arco do la circun
ferencia unidad para el cual | arg z | , Para esto valor ¿0, obtenemos:
I*p (* p ÍoO - ^ - p-
Por consiguiente,
¡nhi
ni/uc | gp (e p ¡q | > -£• p.
k-=o. 1, .. ., v—* **
Formemos abora para cada númoro natural /> ol polinomio
r / „ { i ) = e P W + ^ e p í* p =)+
!» 2 , 2n l p - l ) f
+ * 2' lt p ( e ~ p * ) + . . . + » l" - « p f p ( e p p).
Como gp (t) contiene términos con potencias de z desde cero basta p — I „
zfgp (e p z) contiene términos con potencias de 1 desdo p hasta 2p —■i, . ,
~ 2 ti(p —i) t
z<p-in>gp (e p 2) contieno términos con potencias do 1 desde (p— líp*
,T78 CAP. i n INTEGRAUE8 Y SERIES DR POTENCIAS
2 «»*"• (7.3:11)
0
Como llm fxJl = 0 (| a n | — -^ 7 3 , donde p es un número natural que croco
7WOJ yP
Indefinidamente junto con n), la serie (7.3:11) es convergente cu el interior del
circulo unidad. Demostremos que ella es divergente en todo punto de la circun-
00
feroncia unidad. Supongamos lo contrario, y sea convergcnto la serie
o
donde | £ | = i. Entonces tiene que ser convergente también la serie
4 2nm i
2 — • +*-«•;»’*,<•"~ o,
lí¿ p< 0 0 , 0-vTn<rp * p
§ 1. PRINCIPIO DE COMPACIDAD
1.1. Como ya so sabe, de una sucesión arbitraria de puntos {zn}
siempre se puedo extraer una sucesión parcial convergente {zll#i}.
No obstante, el límite de esta última puede sor un numero impropio,
es decir, infinito. Para que el límite siempre sea finito es suficiente
exigir que la sucesión {z„} esté acotada. ¿Se verifican proposiciones
análogas para una siicosión arbitraria de funciones {/n (z)}, analí
ticas en un recinto G? ¿Es posible afirmar, por ejemplo, que cual
quier .sucesión tal contiene alguna sucesióa parcial de funciones
uniformemente convergente en el interior del recinto G (la función
límite, según el teorema de Weierstrass, tiene que ser analítica
en el recinto G)? Unos ejemplos sencillos muestran que para una
sucesión arbitraria de funciones analíticas puedo no existir tal suce
sión parcial.
Consideremos, por ejemplo, la sucesión de funciones: z, 2z, . . .
. . nz, . . . en el círculo unidad. Esta convcrgo hacia coro si
z = 0 y hacia oo si z =?¿= 0, y cada una de sus sucesiones parciales
posee las mismas propiedades. Tomemos también la sucesión do
funciones z, z2, z3, . . zr‘, . . . en el círculo | z | < 2. Esta
converge uniformemente hacia coro en el interior del círculo unidad
y bacía el infinito cuando 1 <C | z | <1 2. Por consiguiente, cual
quier sucesión parcial do la misma posee las mismas propiedades.
Evidentemente, en cada uno de los ejoinplos indicados no existo
ninguna sucesión parcial que sea uniformemente convergente en el
interior dol recinto correspondiente (en el círculo | z | < 1 en ol
primer ejemplo, y en el círculo | z | < 2 en el segundo ejemplo).
Diremos quo un conjunto infinito de funciones E (o una suce
sión de funciones), analíticas en un recinto G, es c o m p a c t o
en este recinto, si cualquier sucesión de funciones {/„ (z)}, pertene
cientes a E %posee una sucesión parcial (z)} que es uniformemente
§ 1. PRINCIPIO DE COMPACIDAD 381
tal, que para ella converja también hacia un límite finito la suce
sión de los coeficientes de (z — z0)m.
Supongamos que ya se han formado las sucosiones (1.1:5) para
cualquier natural m, extraigamos de éstas una s u c e s i ó n d i a
g o n a l , formada por las funciones que ocupan el m-ósimo lugar
en la sucesión de índice m. Obtendremos una sucesión
/vi(2)» /v2(z)» •••» /vm(2)» •••» (1.1:6)
donde se ha hecho vm= »JJl) y
/vm(*) = ^o%w> -h (*— * 6 ) + . . . + ¿ i y (* — Zo)* + • • •
Evidentemente, (1.1:6) es [una sucesión parcial de la sucesión
inicial {fn(z)}. Además, para cualquier entero no negativo k t todas
las funciones (1.1:6), comenzando desde la (k+ l)-ésima fun
ción /v , pertenecen a la sucesión parcial
+!>(*)» /»£+«>(*)• •••* /„(k+i|W» -
Por consiguiente, para las funciones (2.1:6) son convergentes las
sucesiones de los coeficientes para cualquier número entero
fijo no negativo k. Hagamos
lim A(k m) = Ah,
7íl-*00
2 1 » (* )" < * ■
Entonces, debido a los desigualdades (1.1:2) y (1.1:7),
no+l no+1
y, por consiguiente, para | z —z 0 | < P » tendremos:
oo
I / v m (« ) ■ - / <*) | | 20
= m
> - A " ) (* “ |
<
7*0 OL 09
2 M »m>—•4»lPB< - y -
ü
Por consiguiente,
l/v „« -/(* )l< « ( I * — * o | < P . m > m 9).
384 CAP- IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
en todos ios puntos del conjunto F y para todos nh >■ N. Pero esto
.conlradico al hecho de que los valores | /„ (z„n | son arbitrariamente
i 1. PMN’CIi'lO DF¡ COMPACIÜALl
paro éste
p (zo>r) = íim p(«, r) > -i-
z-+*> v
Está claro que si v es sufi cien tómente grande (v > v 0), todos
ios conjuntos Fy no son vacíos; además, Fy+\ zd Fv(v = 1 , 2, . . .)
y, finalmente, todo conjunto cerrado F c G pertenece a todos los
>VI comonzando desde cierto v en adelante (si la distancia desde F
hasta la frontera del recinto G es igual a p > 0 , entonces os sufi
ciente tomar -i- < p para que sea F c Fy), En otras palabras, {Fy}
es una sucesión creciente do conjuntos cerrados que aproximan a G
por el interior. Extraigamos de {/* (z)) una sucesión parcial {/M^ (z)}
quo sea uniformemente convergente en Fit extraigamos luego de
\]n' (z)} una sucesión parcial {/^ (z)} quo seo uniformemente
convergente en F2, etc. Resultan unas sucesiones parciales {/„£»*) (*)}
(m = 1 ,2 , . . .), de las cuales, cada una (correspondiente al índice
m) está contenida en la anterior y converge uniformemente en Fm.
Evidentemente, la sucesión diagonal
/ nfi (z)» * ■• •• /«í»7
m*) (2)» * ' *
está contenida en {/n (z)} y para cualquier natural n todos sus tér
minos, comenzando desde f n(m) tu (z), pertenecen a la sucesión parcial
{/non) (z)}. Por lo tanto, la misma converge uniformemente en
cualquier conjunto Fm y, por consiguiente, converge uniformemente
en el interior del recinto G (puesto que, como se observó anteriormen
te, todo conjunto cerrado F a G está contenido en Fn para m sufi
cientemente grande). En resumen, cualquier sucesión de funciones
Un («)} conjunto E contiene una sucesión parcial que es unifor
memente convergente en el interior del recinto G. con lo cual se ter
mina la demostración del teorema de Montel.
En una serie de cuestiones de la teoría de funciones se introduce
un concepto más general que el concepto considerado aquí de com
pacidad.
Diremos que una sucesión de funciones {/n (z)}, analíticas en
un recinto G% c o n v e r g e uniformemente hacia
el i n f i n i t o e n ol i n t e r i o r d e l r e c i n t o G,
si para cualquier conjunto cerrado F c: G y para cualquier número
positivo M , existe un número N = N (A/, F) tal, que en todos los
puntos del conjunto F y para cada n > ¿V = N (A/, F) se verifican
las desigualdades
6 1. P R IN C IP IO DB COM PACIDAD 387
\F ( z , w ) \ ^ M n (x) para z £ E y
En estas condiciones, según lo anterior, las integrales
f (z, ir) dw — ¡t (z)
i*'
loprcsentan funciones analíticas en el recinto G.
Supongamos, finalmente, que estas integrales son absolutamente
convergentes para x oo, es decir, que para lodo z £ G existe jin
límite finí te F (z, i/,1) | dst y la función
| | F (2, Í ) |d /< i4 - f a | = + ,
Y «» (*-**)*•
—oo
o, lo que es lo misino,
X «, (Z-Zor =-
—a. V-*to—n
X “>■(>-*»)“■ (2.1:5)
existe un N (e) tal, pue para v ;> N (e) y p >» iV (s) se cumple la
desigualdad:
I—
2oo «I» (*—*o)“ —-2n «n (* —*»)“ I < *■
s r S ■ ¡ r r S ^ r * - 2 ' m 5 (‘ — r * - * -
V — 00 y
J
IV Tr*
-T -f • <2-1:11>
J3e aquí que esta última serie puede integrarse término u término
.sobre IV- Resulta:
03
•¿ rj (2-1:13)
iV d
donde
" » V ! T iS & r ( » - M .2 ....) . (2.1:0)
•V
Así, pues, la primera do las integrales del segundo miembro
de (a igualdad (2.1:11) la hemos desarrollado en una serio convergente
de potencias no negativas de z — z0.
Refiriéndonos n la segunda integral del segundo miembro de la
398 CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
de modo que
ahe »a*—<**_! (* -« + ir n + 2, ...):
400 CAI». IV DIVERSAS SERIES RESIDUOS
Nh-i
Sol ( = -H+i «'-«Y
J J — J-0
'•Ir
( 2 . 2 :6)
suma de la serio
1
tiene que poseer período 2ni. Incluso esta condición necesaria no es suficiente:
respocto do una función cualquiera / (*), analítica en un seiniplano Re * > C
y que posea en el mismo el periodo 2 n¿, so puedo afirmar solamente que ésta
es dcsarrollable en una sorio ae la forma
s
— oo
/‘ O - f¡ «ní”,
—03
o bien, volviendo a lo variable 2 :
/<*)“ f¡ *n*~n*.
Hasta ahora no dijimos nada do la convergencia absoluta do la serio^de
Oirichlet en el caso goneral.
Demostremos qno «i la serie (2.2:1) es absolutamente convergente en un punto
80 = £0 + iy oí entonce» esta .v rie c.% absoluta y uniformemente convergente en el
xemtplano x z 0-
En efecto, si x > x0, entonces
ane“ Kn* 1= | a,i* -* "20 | | e~Xn <*“ *«> | -=| one ^ n2° | e ~ Xn <*-*•> < | aue - K”** |.
Entonces tendremos:
^71. ■nk*l
\u„ t '* I= K J « >* -1 .
1 nk
En resumen» la condición necesaria para la convergencia de la serie (2.2:1)
no se cumple en ningún punto ¿i perteneciente al semí plano x < A. Por con-
siguiente, la serie de Dirichlet es divergente en este semiplano. Hemos obtenido
que A-<A=*C. Confrontando los resultados obtenidos, hallamos finalmente que:
yf = C = A.
La fórmula (2.2:11) queda establecida.
2.3. Sea E un conjunto infinito de puntos arbitrario, cuyos puntos son
todos de acumulación para E (E e s u n c o n j u n t o d e n s o e n si).
Diremos quo una función / (a), definida y uniforme en E y es l o c á l m e n l o
a n a l í t i c a e n E, si para cada punto *0 6 E existe una serio de potencias
OD
2 an (* — *o)n y entorno U0 tales, quo en todos los puntos do E pertenecien
do
tes a U0, la función f (z) se expresa en forma de una serie
0
Cuando E es un recinto, ol concepto de función localmente analítica coin
cide con el concepto de función uniformo y analítica en ol recinto.
Como ejemplo, consideremos una división del plano en cuadrados A,, Á2, . ..
.. An , . . . con Los lados paralelos a los ejes de coordenadas y de longitud
igual a uno; supongamos que E es el conjunto de los puntos interiores de todos
estos cuadrados. Entonces, haciendo f (z) = i n para z £ An , obtenemos una
función que os Localmento analítica en E.
Sea B = O un conjunto abierto arbitrario. Si es conexo, entonces O es
un recinto; $i es dcsconoxo, ontonces O consta do un conjunto finito o numerable
de recintos que carecen de puntos comunes dos a dos. Consideremos alguna
división del plano en cuadrados iguales, con los lados paralelos a los ejes coor
denados, tal quo el origen do coordenadas sea el vórtice de uno de el los. Tome
mos solamente aquellos cuadrados que pertenecen a O junto con los ocho cuadra
dos adyacentes al mismo. Los puntos situados en el interior de los cuadrados
elegidos, los puntos do los lados que son comunos a dos cuadrados de esto tipo
y los vértices, comunes para cuatro cuadrados, forman un conjunto abierto O'
tal, que O* cz. O (fig. 6 8 ).
Supongamos quo la longitud del lado del cuadrado do la división es igual
a —- . Designemos con On la intersección del conjunto O* con el cuadrado
—3n < x < 3n, — 3n < y < 3". _
On es un conjunto abierto acotado tal, que On cz O. La frontera del conjunto
On consta de un número finito de curvas corradas de Jordán rectificables, cada
una de las cuales está formada por un número finito do segmentos rectilíneos.
Además, evidentemente, se cumplen las siguientes propiedades:
1 ) On junto con su frontora está situado en el interior de On +f;
2 ) para todo conjunto corrado acotado P, F c 0 , se puede bailar un número
positivo N (F) l-al, que para n ^ N (P), F cz On .
Expresando estas propiedades, airemos que {(?„} os u n a s u c e s i ó n
c r e c i e n t e d e c o n j u n t o s a b i e r t o s q u e a p r o x i m a n n O.
406 CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
/ (r), mientras que las integrales análogas sobre las fronteras de las demás
FIO. G8
componentes CV+i serán iguales a cero.'Sumándolas todas estas conjuntamente
obtenemos la igualdad (2.3:1). Demostremos que para un e ;> (I arbitrario so
puede hallar para la integral (2.3:1) una suma integra) tal
convergente hacia el mismo. Aqui y son los puntos inicial y final, respec
tivamente, del arco <j* pertenecionio a la división de r m+t. Generalmente,
coincido con pero esto no ocurre cuando o^ y 0 *4.1 pertenecen a distintas
| 2. TEOREMA DB KUNGB 4Ó7
curvas que forman r m+i (no olvidemos que r„ ,+i puede ser un ronjunlo desco-
qoxo). l ’a n que la sucesión de las sumas integrales sea uniformemente conver
gente en Om es suficiente, según el teorema do Vital!, que esta sucesión esté
uniformemente acotada en el interior de Om-t-t* Pero esto, verdaderamente, es
así. puesto que para cualquier conjunto cerrado F c= #„,+«, se tiene:
k=9] *
dundo M tn-t = m ar | / (z}| on l\»+ti Ó (F) os La disluncia desdo F hastA r m+i
y Lm+* os la longitud do Pm+1. Por esta razón, para lodo c > 0 se puede hallar
un N (*) Inl, que para n N (e) cada una de las sumas integrales consideradas
se puede lomar por 5<m+A) (a, e) en la desigualdad (2.3:2).
Haciendo e — em, e™ -► 0 para m o o , oblondreinos una sucesión do
(unciones raciónalos ó’|Tn+1> (z) *» S<m+l>(*, quo converge uniíorincmonlo
hacia / (z) orí cada conjunto cerrado (A — 1, 2, . . .) y que, por consiguiente,
converge uniformemente hacia / (z) en el interior de O. En resumen, obtenemos
el siguiente teorema:
Para cualquier conjunto abierto O y para cualquier función uniforme f (z),
localmente analítica en Ü%existe una sucesión de funciones racionales Rn (e) =
= »Stn+l‘ (z) que converge uniformemente hacia / (z) en el interior de O.
L e m a . Sea F un conjunto cerrado acotado y £, un punto situado fuera de F,
P iz)
Sea R (z) una función racional con el tínico polo en £: R (z)—------ —— (ol grado
(s—SV*
dei polinntnio P (z) no os superior a k). Si el punto ¿ pertenece al mismo recinto g,
adjunto con F%al cual pertenece también el punto £, entonces para cualquier e > 0
se puede construir una junción racional fl (z): R (z) - P(t) (ol grado do
(a -¿ r
P iz) no es superior a A) tal que | /? (z) — /? (z) | < e (1 ( f),
Para demostrar esto, unamos los puntos ^ y j en el interior de g por una
curva continua y y designemos por p, p :> 0. ln distancia entre y y F. Dividiendo
y en arcos o¡%oa..........cm, cuyos diámetros sean menores que ip y designando
los puntos de división mediante =■ £• £i, • • - - 5 . formemos una fun
ción racional
(a —£)** L V*—±i) J
(el grado de P A(z) no es superior a k-\~ nxk — k = nAk). Para z £ F , tendremos
1«i (s)~n <t) 1=1 h (.) j [1 _ 11<
tal componente es una curva cerrada do Jordán perteneciente a una de Las com
ponentes dol conjunto O. Por lo tanto, cada punto do la frontera f n + 1 del con
junto On +t, y, en particular, cada punto ^ (n+1), puede unirse mediante un arco
de Jordán que no tenga puntos comunes con On , con un mismo punto ) situado
fuera del circulo | z | < Rn que contiene a ()n (íig. 69). Aplicando el loma a las
funciones racionales
A /(tL<n+l))
2- — ñ - 7 (fc-i. 2....... *«•«'>
< 4 < P Z| ■+■ p2 ) se desprendo que | — zj \ < max (p^, pz ). Sea, por ejem
plo, max (p^, pr^) — pXj. Entonces ol círculo Kz. : | 2 — zl | < pt¡ contiene
en su interior a zj y, por consiguiente, también un conjunto infinito do puntos
de P. Las sumas do las series de potencias, dispuestas según z — t x y z — zJf
coinciden en el conjunto de puntos socalado y, por consiguiente, coinciden
también en toda la parte común de los círculos K2 y Kz . En resumen, las
00 * ^
series de potencias T! fl5A) (z—¿j)h 0 = 1 ........... p), q»c representan a la fuñ
ico
ción / (z) en sus círculos correspondientes, determinan en O* una función uni
forme analítica que coincido con / (:) en P. Si O' es la unión de recintos simple-
monto conexos, sin puntos comunes dos a dos, entonces no queda más que aplicar
el teorema do Rungo al conjunto O' y a la función / (z). Supongamos que entro
las componentes dol conjunto O' hay recintos múltiplemonte conexos. La fron
tera del conjunto Of consta de una cantidad finita p de continuos, sin puntos
comunes dos a dos y situados en el recinto G. Tomando un punto en cada uno
de ellos —sean éstos Ctt £a< • • •. íp — unamos los puntos
con por el interior dio G mediante arcos do Jordán y t..........Vp-i* Entonces,
O* — O* H (Vi • • • ■+■ Yp*i) = O será un conjunto abierto, que contiene-
a P, cuyas componentes serán recintos simplemente conexos sin puntos comunos
(fig. 70). No queda más que agregar quo P c: O c. 0 \ y nos encontramos en
condiciones de aplicación del teorema de Rungo.
'i1U CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
sola mentó traslaciones del plano z en Jas magnitudes respectivas nh) se pueden
aproximar en cualquier recinto s¡mplómenlo conexo cualesquiera funciones
analíticas.
Para la construcción, consideremos todos los polinomios posibles con
coeficientes cuyas partes reales e imaginarias sean todas números racionales.
Evidentemente, el conjunto de lodos estos polinomios es numerable, de modo
que puede disponerse en forma de una sucesión: (lln (z)}.
Consideremos ahora una sucesión de círculos cerrados Knm . | z — n* | < n.
Estos no tienen puntos comunes y cada uno de ellos, para n >• 1, osló contenido
en el anillo circular
('* -!)» + < « — 1 )* + <»— 1 ) + t < | z | < «* + «» + « + I.
Tomemos ttliora un polinomio arbitrario Pj (z); suponiendo que ya está definido
el polinomio A ,., (*) (/i > 1), definiremos el siguiente polinomio Pn (z) median
te ol teorema de Runge, de modo que se cumplan las siguientes desigualdades:
para | * | < <r»- l)» + < i> - 1 )» + ( » - t ) + 1 .
Sea G un recinto acotado arbitrario, simplemente conexo y q> (z), una {un
ción analítica en eí mismo. Según ol teorema de Rungo, existe una sucesión
de polinomios (pm (z)}, uniformemente convergente hacia q> (z) en ol interior
de G. Pero, para cada polinomio pm (z) se puedo señalar un conjunto infinito
de poLfnomios II (z) con coeficientes cuyas partes reales e imaginarias son núme-
ros racionales, quo satisfacen a la desigualdad
FIO, 72
género, se dice que en ningún sitio tienen v a l o r e s f r o n t e r a radi a-
1e s).
Sea
0 < r0< r t < . . . , < r n < .... limrn«=l.
Definamos los conjuntos abiertos:
* © < l* K 'o ).
Sji
(<■1< I * I < ri y I arg * I < - j - . o bien '» < I * I <
< r 4 y |a rg i|> -5 -) ,
y
I Pzn-1 (*)—1 | < <rt. 1 para t £ BZn~i;
y
\ p 2 n (i)\< £ ¡ñ Pu™ z í Bt /»•
+ | J >2 n - l ( * ) - l | = | 2 [ ^ W - ^ W l k
2n—1
CD
+|/W*>-n< j«=2n—
2 1-4r+isk-áek
*
donde z £ /72 „-i» y a la condición
00
Por lo tanto, cuda función i (z), uniformo y analítica en el anillo circular, pm*iU»
expresarse en la forma siguiente:
Xn~|*ri
/ (* )^ lim R(z) -- lim y (z —z0)>.
n^nn i
donde
ün==2ñí Í (£—*o)n+1 ^ (n = Üí ± 1 , ± 2, . . .),
Vp
y YP es una circunferencia de radio p, O < p < R> con el centro en
el punto z0. El desarrollo (3.1:1) puede utilizarse también cuando
z0 es un punto regular. En este caso, la serie de Laurent se convierte
en la serie de Taylor, y se tiene: a = a _2 = • • • = 0 .
Demostremos la siguiente proposición fundamental.
T e o r e m a . Para que una función f (z), uniforme y analítica
en el recinto D\ O <C I z — z0 | <¿ /?, sea regular en el punto z0, es
necesario y suficiente que exista un entorno U del punto z0 en el cual
f (z) esté acotada en valor absoluto.
D e m o s t r a c i ó n . Supongamos que el punto z0 es regular
para / (z). Entonces, on cierto entorno del punto z0t f (2) coincide
con una función \|> (2) que es analítica on este entorno. Tomando el
entorno U do modo que éste quede situado junto con su frontera
on el interior del recinto donde \p (z) es analítica, y teniendo en
cuenta que esta última es por lo tanto continua, hallaremos quo existe
un M <a 00 tal, que
|/( * ) = | + M I < ^ . ZÉ¿7.
Por lo tanto, queda demostrado que la condición del teorema es
necesaria.
Demostremos ahora que es suficiente. Supongamos que existen
un entorno U del punto z0 y un número positivo M < 00 tal, que
| / (z) | < M para todos los puntos z£U .
* 3. P U N T O S S IN G U L A R E S A ISL A D O S 419
0 9ca-
Consideremos aquí solamente los coeficientes de las potencias
negativas de z — z0, o sea, supongamos que n < 0. Evidentemente,
cuando p tiende a cero (con la única condición de que O C p C f?),
obtenemos;
an = 0, para n = —1, —2, —3 , . . .
Así, pues, la serie do Laurent se convierte en la serie de
Taylor:
/<*) = *o)\
0
de donde se deduce que / (z) coincide en el recinto D con una fun
ción que es analícica en un entorno del punto z0 (con la suma de la
serie de potencias hallada), es decir, el punto zwes regular para / (z).
Del teoroma demostrado se deduce que, para que z0 sea un punto
singular aislado de la funoión / (z), es necesario y suficiente que en
cualquier entorno del mismo no esté acotado el módulo | / (z) |,
es decir, se cumpla la condición
lim |/(z) |= oo. (3.1:2)
t-*to
De aquí que, a priori, hay dos posibilidades para el comporta
miento de / (z) en un entorno de un punto singular aislado:
a) liin / (z) — oo;
Z r-* t 0
b) no existe ningún límite (ni finito ni infinito) de la función
/ (z) cuando z tiende hacia z0.
Cada uno de estos casos subsiste en la realidad.
Hagamos / (z) = , donde n es un número natural.
Evidentemente, esta función es analítica para 0 < | z — z0 | y
lim / (z) = oo. Por lo tanto, en este ejemplo se verifica el caso a).
F IG . 7 3
Un punto singular aislado z0 de carácter uniforme, para el cual
se cumple la condición a): lim / (z) = oo, se H am aco lo d o l a
. f u n c i ó n a n a l í t i c a , En el segundo capítulo ya nos encon
tramos con los polos de las funciones elementales.
Un punto singular aislado z0 do carácter uniforme, para el cual
se cumple la condición b): lim / (z) no existe (ni finito ni infinito),
se llama p u n t o s i n g u l a r e s e n c i a l d e l a f u n
ción.
* ) E l d ib u jo h a s id o a d o p ta d o d e la s « T a b la s d e fu n c io n e s » d e J a h n k e y
Em do.
$ 3. PUNTOS SIN G U LA RES AISLADOS 421
la forma
1 (z) = a-A (z — 2o)"fc+ • • • + « -1 (*—*o) H- (z — ^o) -+■ * • • ♦ (3.1:3)
donde a .h ^ 0.
En efecto, sea z0 un polo de la función f(z) de orden k . Entonces
para leñemos que tener en este punto un coro de orden k , de
donde
l = /lt ( í- % ) ‘ + 4 , ( * - « O f * 1+ ^A 0,
en cierto entorno del punto Zo- Por lo tanto,
^o)ri (3.1.4)
La serie de potencius A h 4* A h+X(z — z0) 4- • • • representa una
función analítica que no so anula en cierto entorno del punto z0
(puesto que A h ^í= 0). Por esta razón, la función — --—¡----\------——
es analítica en un entorno dol punto z0 y admite un desarrollo de la
forma a0 -+■ cct (z — z0) + . . donde a 0 = -j- 0. Poniendo esta
última serie en la fórmula (3.1:4), obtenemos para f (z) el desarrollo:
} (z) = ao(z —z0)-* + a, (* —*»)■*“ + . . . (oo^O).
el cual, on virtud de la unicidad del desarrollo en serie de Laurenl.
ropresonta el desarrollo de Luurent de La función / (z). Este coincide
con (3.1:3) salvo las designaciones (a* = a*.*, n — 0, 1, 2f . . .).
Asi, pues, la condición del teorema demostrado es necesaria.
Domostromos ahora que ésta os suficiento. Supongamos que / (2).
posee en un entorno del punto z0 un desarrollo de la forma (3.1:3),
donde a^k ^ 0. Escribiéndolo en la forma
,()“ <*-*)*
sacamos la conclusión de que
TW = **” a-K+a-fi+i ’
_/i__2
P (z) ------A : ------------------ (* - 0 Uh
¥ u' (t) «y1*11(£)
M A*!
donde (£ ^ ) ^ 0 y q><fc»(£) =^0. De esto so deduce que F (z) tiene
on el punto £ un polo do orden k — Z si k > Z, y un punto regular
si k ^ Z; además, esto último será un cero de la función F (z) de
orden Z — k si k < Z.
b) Si / (z) y <p (z) son dos funciones que no tienen en el recinto G
otros puntos singulares más que polos, entonces su suma, diferencia,
producto y cocionte (este último se forma solamente cuando
<p(z)^0) tampoco tienen otros puntos singulares más que polos.
En particular, consideremos la diferencia de estas funciones
/ (z) — <p (z), y sea £ un punto en cuyo entorno los desarrollos de
Laurent de las funciones / (z) y 9 (z) tienen la forma
obtenemos el desarrollo:
/ («) —<F<*) = «o —*>o+ (a¡ — b,) (z—£) + . . . ,
de donde se deduce quo £ es un punto regular para /(z) —q>(z).
Consideremos ahora la función
— <v>
respectivamente, (en el último caso, un conjunto infinito de coefi
cientes an de potencias negativas de £ es diferente de cero), la fun
ción / (z) = ^-i-J admitirá en un entorno del punto del infinito
un desarrollo de Laurent de la forma
/ (z)=r at-\~a.xz-l + a„2z~iJr . -. ! a^tz~n^ ..
/ (z) —ahzh -f- . .. ¡-aiZ + ao — a_,z"A-f- . . ( ^ = ^ 0)
/ (z) = I! ««*"
^ JO
según que este punto sea regular, polo de orden k o punto singular
esencial (en el último caso, un conjunto infinito do coeficientes de
p o t e n c i a s p o s i t i v a s de z es diferente de cero).
Por lo tanto, la relación entre el carácter del punto con respecto
a )fi función y el desarrollo correspondiente do Laurent resulta ser
aquí igual que en el caso de un punto finito, cambiándose sola
mente los papeles que desempeñan las potencias positivas y negati
vas. Do acuerdo a esto, la parto principal del desarrollo de Laurent
en un entorno del punto del infinito es ol conjunto de términos
de potencias positivas, mientras que la parte regular es el conjunto
de términos de potencias no positivas.
Ya sabemos que se puede distinguir un punto regular, un polo
y un punto singular esencial para £ = 0 sin examinar el desarrollo
correspondiente de Laurent, sino averiguando solamente cuál do las
tres posibilidades tiene lugar:
1) /* (£) está acolada en un entorno del origen de coordenadas;
2) el limite de /* (£), cuando £ tiende a cero, es infinito;
3) cuantío £ tiende a cero, la función /* (£) no tiene ningún
límite, ni finito, ni infinito.
| 3. RESIDUOS 433
- s « **•
Fácilmente se comprueba que esta fórmula conserva su valor tam
bién cuando el orden de multiplicidad del polo es menor que k.
-H»
Ejemplo 1. Calcular la integral ^ F (j;), dxt donde F (x)
—>oo
es una función racional: F (x) = , que no tiene polos en el
eje real y tal, que el grado del denominador Q (jr) es al menos dos
unidades mayor quo el grado del numerador P (x).
Consideremos el circuito de integración representado en la
fíg. 74, donde BCA es una semicircunferencia de radio R con el
centro en el origen de coordenadas. Tomemos el radio R tan grande,
de modo que todos los polos de la función F (z) situados en el semi-
9 3. RESIDUOS 437
Por consiguiente,
-,-rn
j F (x)dx —
<2g+l) ~ (2 p + i ) - 2 i
= ri —a
( cotg \ —e r J
2r - - n- —cotg
^ 2r 1 *)
Observando que la función subinlegral es par, obtenemos:
{ ^ = ^ - ( c o tg w - cotg - n).
0
Si r = 2n y q = p -J- n {p <C n), la última fórmula toma la forma
*2P n
l-h-r*" r/x = - sen 2/>t 1
ln
E j e m p l o 2. Sea O (z) una función analítica, a excepción
de un número finito de polos, en un recinto que contenga ai semiplano
superior cerrado (excluyendo el punto del infinito). Si ella no tiene
polos en el eje real y tiende a coro cuando z tiende a oo en ol semi
plano superior, entonces para cualquier p, :> 0 es válida la fórmula
oo
^ [««*<*0» (*) + e-M«*cD ( _ x)| rfx = 2ni 2 Rcs le*1'® (*) I.
8 3 . R E S ID U O S 439
donde la suma se extiende a todos los polos do la función <I> (z) situa
dos en el sciniplano superior.
Tomando el mismo circuito de integración que en el ejemplo 1,
obtenemos:
ii
\ cw^xli (¿r) d x+ f (2) dz = 2ni 2 Hcs (2)!*
-R DOA
El ¡junaos el radio fl tan grande, de modo que todos los polos de la
función e^ír <J> (3), pertenecientes al semiplano superior (éstos coin
ciden con los polos de la función <P (2)), estén situados en el inte
rior del circuito de integración.
Demostremos que en estas condiciones
iiin f £»*<*<!) (2) dz = 0.
lÍ^ mRCA
En efocto,
| / n | = | j c W ( z ) dz I =
' bca
n
—| ^ exp {\iíR eos q>—ja/í sen <p) O (i?***) iRe{* d<p | <
o n
< J r ! 1®*»» I (D(Re**) IR dtp.
U
Según la condición, raax | CP(Re1*) | == e (i?) —►0 para R —* 00.
0 9 i- n
Por lo tanto,
n
|/„ | < e ( ) J R Re~*Rt*»<* dtp=
l)
Jt
2 2 2_
= 2e(i?) j Jie-pnecnti dip <; 2e (R) J Re n >iR'pdtp =
s eos tur
aa4-xa dx = ni t^ai
x sen ¡ix
Res a*+ 2* ne-*"
2a
TÍC-*»a
*
íO a*+ xa dz = n Res
ZM«i a*+ *a 2
“ ~ — a ¡ [<P I a Ü + • ’ • 1 7+7T T = z — aj • • • 1=
tt/p (a>)
z ai
Los términos no escritos contienen potencias superiores de
z — ay. En particular, después del término que contiene (z — aj)~l
tiene que figurar el término independiente del desarrollo de Laurent,
después, el término que contiene z— ay, etc. De aquí se deduce que
z = aj es un polo simple de la función F (z), cuyo residuo es igual
a a j<p (ay). Este residuo puede ser igual a cero, si <? ( ) = 0; en este
caso, en la realidad, el punto ay no es un polo de la función F (z).
Consideremos ahora algún polo bj de la función / (z). En un
entorno del mismo se tienen los desarrollos:
<?(*)=?(& ;)+••• .
f ( z ) - A = d - t j { z - b j f ,i' + . . . .
de donde
-M
obtenemos:
n
= 2 P<«J>“ 2^< & * > • (3.5:1>
442 CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
J 27 W ± a dz - 2 « A - 2 PA. (3.5:2)
r i-i i-i
es decir» la integral resulta ser igual a la diferencia entro la suma
de los X-puntos do 1a función / (z), situados en el interior de I\ y la
suma de los polos de esta función» situados en el interior de I\
b) 9 (z) = 1. En este caso obtenemos:
(3-5=3)
r j-i
es decir» la integral resulta sor igual a la diferencia entre el número
de .4-puntos de la función f (z), situados en el interior de T, y el
número de sus polos, situados en el interior de T.
Si A — 0, entonces los A -puntos serán ceros de la función f (z).
Designando con N la cantidad de ellos que hay en el interior de T
y con P t el número de polos que tiene la función / (z) en el interior
de T, hallamos:
r (3‘5:4)
La integral que figura on el primer miembro se llama r e s i d u o
l o g a r í t m i c o de la función / (z) respecto del circuito T (obsér-
g 3. PRINCIPIO D1SL ARGUMENTO 443
r
- U n | / M + ¿<l>oi}= ° '¡ ; <Do •
Por consiguiente, según la fórmula (3.5:4),
N = . (3.5:5)
Esta relación expresa el denominado p r i n c i p i o del
argumento.
La diferencia entre la cantidad de ceros y polos de la función f (z),
comprendidos en el interior de una curva cerrada I\ es igual a la varia
ción del Arg / (z) al recorrer el punto z el circuito Y en dirección posi
tiva, dividida por 2n.
Señalemos también la interpretación geométrica de la proposi
ción obtenida. AJ recorrer el punto z la curva cerrada Y en dirección
positiva, el extremo del vector w = / (z) describirá una curva cerra
da r \ Designemos con v la cantidad de vueltas completas que da el
vector w en torno del origen de coordenadas en el recorrido indicado.
Convengamos en contar cada vuelta con +1, si se efectúa en direc
ción positiva, y con —1, si so efectúa en dirección negativa. Entonces,
para la variación de Arg / (z) obtenemos la magnitud 2nv, de donde
se deduce el siguiente enunciado del principio del argumento:
444 CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
se tiene
I <P(z) I < I / (z) I-
Por consiguiente, según el teorema de Rouché, la función / (z) 4-
4- 9 (z) = z8 — 4z8 4- za — 1 tiene on el interior de la circunferen
cia | z | = 1 tantos ceros cuantos tiene la función / (z) = —4z5.
Pero esta última tiene un cero de quinto orden en el origen de coorde
nadas y, por consiguiente, el número de ceros que tiene en el cír
culo unidad es igual a 5. Por esta razón, la ecuación z8 -^4z8 4-
-f z2—1 = 0 tiene cinco raíces en el interior del círculo unidad,
es decir, tiene cinco raíces cuyos módulos son menores que la unidad.
E j e m p l o 2. Demostrar que la ecuación
a0+ axeos 6*4-a2eos 2(14- • •« 4- un eos nú = 0,
donde 0 < ü0 < fl| . . . < On, tiene 2n raíces distintas en el inter
valo 0 < ú < 2n. Además, la ecuación dada no tiene raíces imagi
narias.
m CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
y, por consiguiente,
flo f^ i eos 4 . . . 4 an eos utf —
= £~n (flu4 - • • • 4-Gi£n“A4 2-flot*14 OiS1**14* • • • <*«??")•
Si £j, £2, • • •» ítn son los coros del polinomio que figura en el
segundo miembro, entonces todos los ceros del polinomio trigono
métrico que figura en el primer miombro satisfacen a la condición
( / = 1, 2.........2n).
De aquí se deduce, ante todo, que la cantidad de ceros reales distintos
del polinomio trigonométrico considerado en el intervalo (0, 2ji)
no es superior a 2n. Como ya se había demostrado que existen no
monos do 2n ceros reales distintos de este polinomio en el intervalo
(0, 2ji), el número total de ellos es igual a 2n. Obsérvese que los
módulos de los números £> = ex1yJ son todos iguales a 1; por lo tanto,
entro los coros del polinomio trigonométrico dado no puede haber
ninguno imaginario.
E j e m p l o 3. Sea cp (t) una función do variable real, positiva,
continua y creciente en ol segmento [0, II. Consideremos la integral
i
[ <p(t) eos zt dt.
o
Basándose en la otaervación hecha en el ap. 1.2 (pág. 388), a ésta
se la puede considerar en cualquier recinto acotado del plano como
448 GAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
/»(*>= 2 4 -* ( t )«*■£-*•
femO
o bien
Res / (z) + . . . + Res / (z) -f Res / (z) = 0.
í —'*1 z=»*n r« c o
El loorema queda demostrado.
En particular, este teorema es cierto para cualquier función
racional, puesto que una función racional tiene solamente puntos
singulares aislados de carácter uniforme (precisamente, polos).
Obsérvese quo el residuo de una función respecto dol punto
del infinito se determina mediante el coeficiente de uno de los
términos do la p a r t e r e g u l a r del desarrollo de Laurent,
mientras que el residuo respecto de un punto finito so determina
modiante el coeficiente do uno de los términos de la p a r t e p r i n-
c i p a 1 (es menester recordar que el conjunto de las potencias nega
tivas del desarrollo de Laurent representa la parte regular para el
punto z - oo y la parle principal para un punto finito). Do aquí se
deduce que el residuo respecto del punto z = oo puede ser distinto de
cero, incluso cuando este punto no sea singular, es decir, cuando es
regular, mientras que el residuo respecto de un punto regular finito
siempre es igual a cero. Así, por ojemplo, para la función { (z) -i-
cl punto z = oo es regular (es un cero de primer orden). Sin embargo,
aquí Res / (z) = —1 0.
2=00
o sea.
1 f /(£)<£
/ w = S e *(2) + 2aí l i - ,
^ c,‘(í)
ción —>__z (z está situado en el interior do C) pasee las mismas
propiedad os y en el punto do! infinito tiene un cero al menos de
segundo orden. Por esta razón, su residuo respecto del punto del
infinito es igual a coro, y, por consiguiente,
S a o
lK rÍT = r-^ -° '
do dondo
n i ) - y On O
i f n tu z i f -
-&T ) T = f — S T . ------- — *------^
n
Pero la función / (£) — 2 @k (t) cs analítica en todos los puntos
o
interiores a C\ por lo cual, a la última integral se la puede aplicar
la fórmula de Cnuchy, obteniendo:
/O -S ^ O
1 f /<£><*£ _ 1
2nt ,1 £--2 '¿,11 * - / < * ) - 2 c*w .
n
es decir, resulta la fórmula (4.1:1).
Supongamos que existe una sucesión do curvas cerradas recti
ficables de Jordán {Ctn) que no pasan por los polos do la función
/ (z), dmide cada una de las curvas {Cm} está contenida en el interior
de la siguiente (Cm+i) y cuyas partes interiores, para m suficiente
mente grande, contienen a un círculo dado cualquiera | z | < /?,
cumpliéndose para las curvas Cm la siguiente condición:
lim t r /(;)<£ - 0 . 0.1:2)
M->OO 2 n í J £ — *
i) J
í=0
- s <«p+■• ■+<">*•
G *
- s "*<»>•
j-0h=0
donde F\(z) son polinomios de grado no superior a p:
J \ (2) = X(,#>+ A l"z+ . . . 4- Atf’z*. (4.1:8)
En resumen, la fórmula (4.1:7) puede escribirse en la forma
n
/(* )= S
A l G*<*) + y,*<‘) l + - K r /?
í <4-1;9)
Sustituyendo aquí C por Cm y, por consiguiente, n por nm,
aplicando la condición (4.1:5), obtenemos que c! término comple
mentario de esta fórmula
J_ f USL
'¿ni \ £ — z di
^m
Por consiguiente,
1 1 | eos ( ± t o n + i y) \ \ eos iy | ch y
En los lados de los cuadrados, paralelos al eje real, se tione:
z=*x ± iinn1 y, por consiguiente (véase la fórmula (3.6:11), cap.
CAP. IV D I V E R S A S S E R I E S . R E S I D U O S
segundo).
I SGC2 | = ___________1
| eos (x ± intn | sii mn
l)c estas desigualdades obtenemos pora la integral \ |sec£|<&
, ., ci»i
la siguiente acotación:
- i¡... f s — í= ü ;— + y. — — i.
7=1 i*—(2/ —
Hcinos obtenido ol desarrollo de sec z en serie
<2;—Da (4.2A)
S0C2= ^ (~ i y
;~t
Del método do obtención de esta serie (un caso particular de la
fórmula (4.1:3) con la condición (4.1:4)) so deduce que ella es unifor
memente convergente en cada círculo | 2 | <C 7? (además, para hablar
de la convergencia de la serie se deben excluir de la misma unos
cuantos primeros términos, que tienen polos en el círculo dado).
2) D e s a r r o l l o d e cotg z. Tomemos por Crfl los contornos
de los cuadrados con los centros en el punto z = 0 y con los lados
pándelos a los ejes de coordenadas y de longitudes (2m + 1)
Entonces, en los lados de los cuadrados, paralelos al eje imaginario,
t =fc ("» + 4") n + iy.
y, por consiguiente,
eos ití] son (/y) etf — e~'J
I COtg 2 | = c<« [ty) cV.f r'J < I-
sen £± (ai i -i-) a + ty]
En los lados de los cuadrados, paralelas al eje real,
z = z ± i (/n4 ít,
y, por consiguiente, (véase la fórmula (3.6:11) del cap. segundo),
co s^d z i ) *] ch
| cotg z | =
sen dfc i (w -}- -y J Jij Sil (m -f- i-J n
i_|_eH2»..+l>« 1—e~ en+ i
4 58 CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
- .i™ [ i + 2 ( T Í r + ^ s r ) ] - r + 2 (t - i-i-kn O*
fc*=l
(4.2:2)
$ 4. APLICACION DE LA TEORIA DE LOS RESIDUOS 450
1
integrémosla término a término a lo largo de una curva arbitraria L
que parta del origen de coordenadas y no paso por los puntos kn
(k — ± 1 . ± 2 , . . .). Obtenemos:
j ( c o t g 2 - ^ ) d Z= 2 L n ( - ^ i - ^ ± í - ) = 2 ¡ L . i ( l — ¿ L ) .
o I 1
donde en el sogundo miembro figuran unos valores de los logarit
mos completamente determinados; precisamente los valores de lus
integrales correspondientes:
de donde
senz = z ( l . (4.2:3)
1
Hemos obtenido el desarrollo de sen z en producto infinito.
Este desarrollo se obtendrá de nuevo en el cap. séptimo, partiendo
de unos razonamientos más generales.
400 CAI*. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
cosec z — lim 2 ( - 0*
lim 2 — -!■ » 2
m~>*>7=—fW+l
Sustituyendo / —I por /p, obtendremos:
m-l
coscez-, lim 2 1XTÍT=
rn—^o /tta—m i
‘‘ í™ [ ^ H " ^ + T M + ( T ^ + T T & r)------- 4
- f + S í- V -a J
obtenemos*.
•m
sec2 — 2 ( ~ ( 2 /- 0 *
**—(2;—
Z*m
= 2 ( - l ) '- 2 r „n
0 [(2/-D -J-J
Aquí, los coeficientes de potencias impares son iguales a cero,
mientras que el coeficiente de z3m (m = 0, 1, 2, . . .) es igual a
2(-i)J-* /_2\2m+t (_ i)>-i
|"(2y |) j i l 2,n+1 ~ l n ) (2/ —•i)*nr+i
L Vn / (2/—l)8m+1
Así, puto,
0
donde E^ son enteros, denominados números de Euler (£0—
— 1. E*=5, Es— —6 1 ,...) . Comparando los coeficientes
de ambas series, obtenemos las igualdades:
oi 2 ^ (—IV"1 _ , aun E2m (m = 0, 1, 2, ...)
L Vn ) (2/—l)®m+I ^ ' 72wjr
$ 4. APLICACION DE LA TEORIA DE LOS RESIDUOS 463
y, en particular:
(—tp-1 ¿o n n
2 21 — 1 ~ 2 2 4
E2 / ji \ 3 _ na
(2 /- I)* “ 2*2! \ 2 i ■" 32
I
00
S (-l)^ 1 Ei t n \5 5its
< 2/ — 2-41 3 IRS» ’
c o i * * - 4 - - S ( • 7 = j r + -7qFJ5r)
Para cada término de esta suma se tiene el'siguiente desarrolla
de Taylor:
_ L _ + _ > ______ J ^ L _ + v (_ d - . =
z — in ^ z + jn //* ) * + 1 ^ Zi ' f
= _ 2 2 i!H ( |* |< « / ) .
" fía)*"1 1
Por lo tanto, los coeficientes de potencias pares de z en el desarrollo*
de Taylor de la función cotg z ----son iguales a coro (lo cual se
observa inmediatamente, puesto que esta función es impar), mientras
que los coeficientes de potencias impares z2m~'t se expresan en forma
de series:
oü
2
-2 Zi
y (/n)am
—1 - = nvm ¿¿ ( m - i , 2, ...)•
f=l 7
l-’or consiguiente,
Qü
cotg z Z2"1' 1.
404 CAP. IV-* DIVERSAS SERIES KI?SII»UüS
« * « * * ~ r~ S
»/l*nI
Comparando Jos dos desarrollos so deduce que
2 Y J ( 4y / í - l 2>n_
„2»1 Zj ,i*n ' * (2m)|
*-l '
Como el primer miembro do osla igualdad es positivo, ol segundo
también tiene que sor positivo, es decir, (—l),n“,Z?2m "> 0. Do aquí
se deduce que los números do Hernoulli tí.ltn (m = 1, 2, 3. . . .)
lienoii que alternar do signo ^ya so vio en el cap. 3, ap. 7.2, que
7=1
2 _L — J h - (2n)* - '1*
7* — 2 -0 ! — IMS ’
11« - - ¿ r í L% w-8:i>
V
donde y es una curva corrada rectificable de Jordán cualquiera, situada en o
recinto C junio con su parte Interior, la cual contiene en su parte interior lo
n
punios z,, . . . . zm. En efecto si <0 (s) = 2 resulta
o
m (z) o_____________
Í-Z - fc -x
- - 11 T A l (É + X) + • • - 4 A n ( C " -i 4 - . . . 4 - 2” - 1) -=
- -I, -|-.d^-‘- ...4- A nt " - i + (Ai + A ¿ + . .. -MaC”-*) *4- ... 4
... | Bo{í)*n-l>
donde £n..i(t). fín-2 (£)» •••» #o(£) son polinomios respecto de £, cuyos grados
coinciden con sus índices. Por consiguiente, IT (z) se puede exprosar en la forma
donde
siguiente:
r, M i r no t r /(;) *><;>-*><*)
,f w —s r .1 Trr^ t - ' ^ r ) W — s~
V
_ t r /(o «u) ... (4.3:2)
2n< .1 £—* fc>Q *
v
o bien, finalmente
/?(z)-.o(z) r / (S) «*; (4.3:2')
J t-c i^ T
Evidentemente, la ¡nlegrul
/(£)
1 f /(£) « _ f f üíiLrf-
2ju J £—z <•»(£) " 2ni J ; - r
v v
es una integral de tipo Cauchy y, por consiguiente, representa una función
analítica en el interior do y. Como co(z) = (z—Z|)a * . . . (r —-m)am. Ja función
Jt(z)
— =(s—5,)“* ... {z—zj-l)Uj- [(z —zj+i)i7+1
f (O
. . . (z — *w)°w — <«>O
2ni JÍ t - *
V
es analílira en un entorno del punto zf (o incluso en toda la parle interior u y).
Cor esta razón, z = zj es para l< (s) un cero do orden <Xj al menos, y. posible
mente, do orden superior. Pero esto significa que
«<*,>-o , . . . /t(I' 11 {zj) o.
es derir,
/ (>/) —H (,-j)........ t Wj n '“ # ‘\s j) I / - ) , 2 ..........«,).
Asi, pues, liemos hallado el polinomio de interpolación (4.3:1) de grado
no superior u n — 1 que resuelve el problema plantearlo. En virtud ae la obser
vación hecha anteriormente, ésto es el único polinomio de grado inferior a n
que satisface a las condiciones del problema.
En fórmula (4.3:1), que proporciona ci polinomio de interpolación, y la
fórmula (4.3:2), quo expresa la diferencia / (s) — n (*). es decir, que propor-
s 4. INTERPOLACION 467
cioini ol t é r m i n o c o m p l e m e n t a r i o R (z) d o l o f o r m u l a
do i n t e r p o l a c i ó n
f(*) = H (z)+ R (z),
so 1loman f ó r m u l a s d e H e r m i t e .
4.4. Ilustremos la importancia do las fórmulas obtenidas en unos cuantos
ejemplos.
i) Supongamos primero que m = 1. rio vnnrio que solamente so tiene un
punto rio interpolación i t de orden ot, n. Se trata de buscar ol polinomio
ÍL (z) — /n^j (s) de grado no superior a n — i que satisfaga a las condiciones:
<n-l <*l) = / 0 ¡ l ) . C - l < * . ) = / ' (=1>. • • •. C - l " (5 ,)= /< " -* > (í,).
En el raso considerado <i>(z) = <i>„ (z) —(z—zj)*1 y la fórmula (4 3:1) nos da:
* r fO < e -Sl) " - ( a- Str
hi-l (*) JV 4 -;
Pero
( t - í |) n l-z
-* U ¿— 'i ) " - 1 i - C - í t ) " - * • • • + ( * — s i ) ’, - , l =
1 I i
(4.4:1)
í —'l (C-5i)*2 (-—*i) H---- tt-5 |)n
Obtenemos:
J f < p ) / | : — ¡i |
I «»(*)!<- 2ji p—
- 1 jz
5 -—zt
1 ,1| V
\ p ) ’
Como — ! c i, resulta que Rn (z) tiende a coro cuando n — oo,
do donde so obtiene de nuevo que la sucesión de polinomios de Taylor {',,-1 (*)}
30*
41$ CAP. [V DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
S & ' S ’- S
hm=i H ^=o|
liamos oblimido el polluomio de interpolación do Lagrancc do grado
n —l. El término complementario do la fórmula de interpolación correspon
diente tiene la forma:
n i) to„(z) ( 1. 1 :0)
t - z toTSy <*l-
v
El comportamiento del mismo para n 0 0 do pondo de la relación entre
!n distribución de los puntos de interpolación (z») en el interior del recinto
•G y ol carácter do la función / (z).
3) El polinomio de interpolación de Lagrauge puede escribirse de otra
forma. Transformemos la expresión
_ 1 ton (£) —con (=)
* ton (£)
■que. como ya sabemos, representa un polinomio en z de grado n — 1 .
Para, n — t se tiene:
* (£— — —*i) i
6 4. INTERPOLACION m
Consideremos la diferencia
1 mt (t)—<*>a(*)
6k —Oft+!—a^ —
^a-i-i (£) <■>*<£) í —*
«>*+1 (£)=(£—z*+i) (C) y
tt>h+i (*)-={*— «*(*).
esta diferencia puede representarse en la forme siguieuto:
f. (s—zft-n)(£)—(*—sf r + i) ( g) —(C—*a+i) toh (p-MS—¿/<+i) <*>*(z) ________
*"■ «a+i (£)<£-*>
(t—*)<«>»(*) <**(*)
(£><£-*> ” «k+i(S) ‘
n—1
Haciendo ó0 = a i = - ^ — = — ^ r - , formemos la sumo 51 4* (C);
b—z\ (feJ k=0
obtenemos:
■4—
¿tu )t fcl**((í)
7(gL - ¿i (* = 0, 1, 2 ...).
pura cualquier 3 ¡Moma río puntos zit r*; ríen1(diremos que entonces,
no [/(*); Si........ zh, zh^il* (4.4:12)
iM (P
L 11 e f e c t o , d e b id o » Jn h ip ó t e s is b o c h a , so t i oí 1 0 :
— 2n¿
_ __ !_ _ _ _ L_ r /(D jr . _ i_ f /«> d,
^ +| - - | 2IT4 J / W ( C - 3 i) . . . « - * * + ! ) • 2rtl J U)fc+, ( P
Y V
como se quería demostrar, nuciendo también
1 f /( t)rf í _ 1 f /(O -,
“S H T j ■ ^ T ’- “2 í í r J rfí" / ( - l ) “ A l / * s ^-
Y Y
representamos el polinomio de interpolación río Ncwton (4.4:8) en la forma
n—i
¿u-t(*) — 2 Aíli/(s); zt, ..., iA+l|ü)fe(2).
/i—u
De acuerdo a esto, lu serie de interpolación río New Ion loma la forma
siguiente:
{k— \, 2, Haciendo
(s—zt) ... (z—zm)= i/ (r),
472 CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
se tiene:
V |:)= (í" rl)1' *•* (z- ‘2m),' = MOF’»
yv por consiguiente.
Ímp-l (*)— \n (0l"-(9 001"
Transformemos la expresión
1 MOIp- 19 001"
I«(S>F
dol modo sig u len to :
1 mO)»—M»)!" .
lííOI*' C-*
i Vd )-V(:)
_ lí(Olp S -s {lí (O l'^ + lí (W-*1<‘>+
|7(«)1,>~1 1
+ . . . t............
( 5 W1- '} = — í ( 0rtrr----
—»<*) [ fl rl — fiJSP’-
?(*) r. - -
[9(01" í
I v n t o n c ’s I c n d r e m c s :
p -i
9(0—9 (¿) ^ l 9 (-)ln. (4.4:13)
Up-t < í ) - S ~ éü | Í9 (Oln+I
lista se llama s e r i o d e i n t e r p o l a c i ó n d e J a c o b i.
En resumen, toda función / (i), analítica en el interior de la lemniscaia A'V
■con los focos zi% . . zmi puedo desarrollarse en sene de Jacobi ( i /i i U i ) , la cual
converge uniformemente en el interior de A(Jj.
Uecordemos quo q (z) — (t — zt) . . . (a — zm) y
M—i
^ 2a/ J (; - í a ) n+1 ** 1
_ ( - D " /<-'■>
■donde
, . i , , «(«a — i) . . . |„ * _ (* — t)*](« + fc) , m
?u> -1. Xi =-a (« -r i), Xh ^ —i------ i----- jfci ----- (* ^ 2>-
En particular, itaciciulo - t ——'2 — a> bailaremos que toda función /( s )t
lem ñisca U A„o:
nnalítiea en el interior de la lemniscatu A<>0:
(s~-a) (z+ a) J=(>3 ,
so desarrolla en serie:
fi») (z-i-,¡) — f ( — u) (z — a)
/(*> = 2a
, ^ (3*—a*) « \ h [,_ l)fc /..-i» ( ,) ( ,.} . i . p f « ) -
Zj «! (2a)nA-i Zl ,*¿u)k
lí=i //—u '
2= * « ) ] .
$ 4. INTltFlF (ILACION 475
( a - 1 - 1 ) . . . (2n — i)2n
(t+ o 2 <-*>" nVP* /n, : <i < í
i
02
i por , en el interior <le la lem ñisca lo | | a |2 se tiene
. . .
i i —prpí <*■
Por consiguiente.
(X-
a {n t) ... (2n —1)2«
dh h - 2 <-»>n «!2an
i
donde el signo en el primer miembro se déla* elegir do modo que para z — ± a
resolte la unidad; por esta razón, en el recinto limitado | K ) r la Icniniscata y que
contieno al punto —a (una mitad del «ocho»), se debe tomar el signo menos,
y en el recinto limitado por la lenmiscnta y que contiene al punto a (la otra
miliul del «ocho»), el signo más. Del desarrollo obtenido se deduce que
<|HC
Haciendo max | /' (5) I = Ai, bailaremos que el módulo del término
v
general do la serie obtenida no es superior en los puntos de Ja circun
ferencia y al número — ^ ' w~^wo[ ^ d0 <jon(|c Sü deduce que la
serie es uniformemente convergente en y y puede integrarse término
a termino. Poniendo oste desarrollo en la fórmula (5.1:2), obtenemos:
'( O S
n — (i
donde
<’h - * ^ 0 y *>1.
Consideremos oí círculo K: \z —Zol^Cpo* on el cual se verifica
Ja relación
| , (z —z„) + «;,t2 (z —z0)s -| • • • M M») | < K l-
Entonces, en este enlomo, para z=¿=z0, so tiene:
|/( s ) — i¿\,| = |z — Zof‘ l<U-f ‘k ( z ) \ * \ z — z«|"l|a/<| — I M * ) |) > 0 ,
es decir, / (z) no toma el valor ic^ cu los puntos dislinlos de Zq.
Introduzcamos ahora la función
[>
Como A(z) es analítica en el círculo A' y cu éste so cumple la
desigualdad j ~ —-|< C l, osla función pasee en esto círculo una
rama uniforme analítica \|>(z), que se expresa por la fórmula
2= + S ^TT ^ (IX(í)í'*>t«.
n —1
■donde
x(S) = — —•
°k <5~ío><HÜ l/(ü-/(*o))"r
_1_
Observando que ¿ = (u?—w0) h es una función /c-forme de w, la
cual es analítica para sacamos la conclusión de que la
función z = <p(u;), inversa con respecto do (5.2:1), es una fun
ción /¿-forme de w%analítica en un entorno x del punto w0, a excep
ción del mismo punto w0. En este entorno, ésta se expresa por una
serio dispuesta según las potencias fraccionarias de w — w^:
oo n
z - s» ^ S (5-2:5)
n= 1
Si en el entorno indicado x del punto w0 se traza'algún radio,
entonces la función l — (w — ivqY* tendrá en el recinto quo se
oblicuo de x excluyendo los puntos pertenecientes a este radio,
k ramas uniformes analíticas. A cada lina de ellas la corresponde una
rama uniformo y analítica determinada de la función z — <p (u>)
(5.2:5).
A un recorrido 1-ple del puuto w por una circunferencia con el
centro en wQ1c corresponderá el paso de una de las ramas de (tv — u>0)*
a otra y, debido a esto, el paso de una de las ramas de la función
z — «p (w) a otra. Como resultado do un recorrido A:-plo alrededor
i
dol punto w0, cada rama de la función {w — u>0)* pasará a sí misma;
por esto, también cada rama.de la función z = <p (n?) pasará a sí
S b PUNCIONRS 1NVKHSAS K IMPLICITAS 481
= i + 2 a” (n +«I1V>-l
31—1 I»#
482 CAP. IV DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
y
<p ( w ) == w -h 2 ^ ^ n fi= 2 a n —^ ¡ )n ~ w n+i
1 0
E je m p lo 2. Polinomios de Legendre. Sea
* = 2 í = í = / ( 2>
Aquí
*o = *. “'o = 0, X ( « ) = y ^ = !^ .
y, por consiguionto, según la fórmula (5.1:8), en cierto entorno
dol punto w = 0 tiene que verificarso ol desarrollo
(w )= t + 2 in -3 ? ^ <5-3:1>
26
Si, por consiguiente, | iv | < , donde 0 <C 0 < 1, entonces,
| a nwn | < 0n,
de donde so deduce la convergencia uniforme de la serie.
Teniendo esto en cuenta, derivemos término a término la sorie
obtenida respecto de t , manteniendo w fijo. Resulta:
llmm1
Por otra parto, de la ecuación propuesta se puede expresar
fácilmente z = <p(u>) mediante las funciones elementales. Se tiene:
f x i —"j/l—2tw+ u>*
* = » ( “>)=— — s — z — .
s 5. F U N C IO N E S IN V E R S A S E IM P L IC IT A S 483
<5-3:2'
el cual es uniformemente convergente respecto do t en cualquier
círculo 1 í | c J? y respecto de w en ol círculo correspondiente de
radio suficientemente pequeño. Para determinar el radio de conver
gencia de la serie para un valor fijado t =* í0, es suficiente observar
que la función que figura en el primer miembro de la igualdad sigue
siendo analítica en un entorno del origen de coordenadas mientras
en este entorno no haya puntos en los que se anulo la expresión sub
radical. Para los puntos indicados tieno que verificarse la igualdad
Pero es sabido (véase el ap. 4.9 del segundo capítulo) quo la función
/ = y (**+■—) transforma el interior del círculo | w | < p < 1
en el exterior do la elipse Efi con los focos ±1 y los semiejes
Y 4" ----p) * Si el punto ¿o esta situado en la
elipse E (en el caso en que t0 está situado en el intervalo (—1, +1)
del eje real, se debe tomar p 0 “ 1), entonces, para todos los w per
tenecientes al círculo | w | < p0, los valores t = -i- (u> + i )
estarán situados en el exterior de la elipse E0q y, por consiguiente,
no puede verificarse la igualdad t0 = 4") * resumon»
la función , — * ---- es analítica en el interior do la circunfercn-
y i —2fu>+u>2
cin | w | = p0 <C 1, cuya imagen en la transformación t —
= 0a elipso EPi}) pasa por el punto t0. En el interior
de esta circunferencia es convergente la serie de potencias que hemos
obtenido.
Los coeficientes de la serie son funciones del parámetro Como
(£2 — 1)" os un polinomio en £ do grado 2nt (t2 — l)n también
31*
484 CAP. IV. DIVERSAS SURTES. RESIDUOS
(<3- e ^ § 5 ^ + ^ r - - n (« *-■<)l>» (0 -= «•
Esta es una ecuación d iferencial lin ea l do segundo orden,
a la cual satisface Pn (0 *
b) Derivando término a termino el desarrollo (5. 3:2) respecto
do 10, obtenemos:
------£ = — r =. 2 "*» W 1•
(1—2/10 I-»*)5
De aquí que
<X)
------ — -----J- == (1 - 2tw W*) 2 nP*<0 «/"■* =
(1—2/W+U/»)* ',='
- />, (í) + 2 |P I ( l ) - í J > , (01 w +
OP
+ 2 l(» + i) P «+t (i) - 2ntP» (I) +
n=2
+ (/»— 1) W*.
5 f. PUNCIONES INVERSAS 12 IMPLICITAS 485
---- — — T= (f - w) 2 p * w w" -
(1—2/w-fu*)* B—0
no
- 1 4 itPt (í) - 11 w
S [i/>„ (t) - P„_, (01
«—2
Comparando Jos coeficientes de potencias iguales irn en los
desarrollos obtenidos de la función ------—- ----------- j-,hallaremos:
(I —2tu>i-ir»)2
P, (0 - C 2P2(0 —3^1 (0 -r 1 ~ 0.
{n 4-1) P*+i (0 - (2n + 1) tPh (l) 4 n/V , (I) - 0 (« > 2).
Estas relaciones permiten calcular los polinomios de Lcgendre uno
tras otro.
He aquí los polinomios do Legendre de grados inferiores:
/>fl(0 = i, />,<») = *. Pi[i) =?4 lL’ ^(0 = ^ 4 ^ .
...
c) Señalemos, finalmente, la propiedad importante do orlogo-
nal idad de los polinomios de Legetidrc, que se expresa por las
relaciones siguientes:
•H
\ P„ (t) P„x (/) di - 0, si n=fé*m.
y, por consiguiente,
8=
min l/(*)l = 7 ^7 = *(<>).
l* -5 r"
No queda más que elegir j» do modo que 6 (p) tomo el valor
máximo. Igualando a cero la derivada logarítmica de ó (p), obtenemos
la ecuación:
o bien e2** -- 4»
P P— *
de donde se puede deducir que p — 1,1997... < 4 r •
Para esto valor, ó (p) verdad era monto alcanza el máximo, igual
„ ] / > - i = 0.61)27... = 6.
En teso meo, si x — . el desarrollo (5.3:4) es convergente
para | w | < 0,6627. Se puede demostrar que el valor hallado do
6 coincide con el radio tío convergencia de la serie (5.3:4).
5.4. Los resultados oh ton ¡dos al resolver ol problema de inversión de series,
pueden considerarse como casos particulares do los teoremas de las fuiicionos
implícitas. El final de este capitulo está dedicado a estos teoremas.
Previamente daremos unas nociones sobro las funcione* annlíticus do dos
variables, limitándonos solamente a lo más imprescindible.
Consideraremos una función F (r, w) do dos variables complejas z y w,
uniforme y continua respecto del conjunto <lo las variables paro z £ O y w £ /?,
(loado (¡ y O son dos recintos pertenecientes a los planos z y u>. respoctivalúente.
Diremos <(uo óstn es analítica en el recinto de cuatro dimensiones C X />*).
si Ja función /•’ (z. «*o> es analítica en el recinto C para cudn u>0 f D, y lu fun
ción F (z„, w) es analítica en el recinto /) par» cada * 0 c G.
Par» precisar. sil ponga 111os que C y O son recintos simplemente conexos,
y C y P son dos curvas cerrada* rectificables de Jordán, pertenecientes a (.! y /J.
nvqvc ti va men le.
Consideremos la integral rciteradu do segundo orden:
/ *’(£, T) dx
(;-2)(T —«>) '
donde 2 está situado en el interior ríe C y w, en ol interior de 1 ', y cada
uno de los circuitos se recorre en sentido positivo.
Entonces, observando que según la fórmula integral
r
*) Es de cualro dimensiones porque cada uno de sus puntos so determina
por cuatro numeres reales: las partes real e imaginaria de la variable z y las
parles real e imaginaria de la variable w. La notación x designa el producto
do dos conjuntos, es decir, el conjunto de lodos Jos pares de elementos posibles,
tomados cada elemento de uno do los conjuntos dados.
$ &. FUNCIONES INVERSAS 15 IMPLICITAS 48!>
Estas fórmulas muestran que las derivadas parciales do F (z, ic) no depen
den del orden do derivación. Además, cada una de las derivadas patríales os
continua en el recinto que representa el producto do las partes interiores de las
curvas C y 1\ En efecto, si M = itiax | F (£. x) | en C X T, | € — i | ^ r
y | u-*' — w | ** p son dos círculos cerrados situados dentro de C y F, respecti
vamente, H es el mayor diámetro de las curvas C y T y, filialmente, ó |> 0 )
es la menor de las dos distancias cutre | *' — %[ =. r \ C y | \v* — w \ — p v F,
entonces, para *' y w* pertenecientes » ios círculos indicados, si* verifica la desi
gualdad
■dk+nip dh+mp u,) i
| dzh Úw'n dzh áw*1 |
H m JL | r r p ( t - z ' ) 1* ' < T — jg * )" * -* -* — ( S — g ) * » « ( t - i p ) " * - ! d i dx |
’,Jl2 'C xr *' ; (£— s),t+l(T— w r + i f c — aV*+»(T— w’T '*+1
• * lw l I f C F r (£ -;')* + * M|
+
’ 4313 I ) I ^ *)*»+» ( t — u?)m+‘ ( £— i a ' r +1
(x-o;)^! f g - »')*+«-(;-s)fc+tl "i d%
(£ — Z)'t+l (T— U»)™*1 { í ~ 2') h+l ( t — »')«»+! J *
khnl M Rk+1p (w + 1) (k + 1 ) ltk
loog C long r.
4ji* ¿2&+*in+-f
490 CAP. 1Y. DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
1 _ y Vi (z—z0)fe{ut—iab)m (5.4:3)
(£_,) (t-u,) ZJ^ (t—ip<j)m+i
•dundo ios términos de la serio obtenida, en virtud de su convergencia absoluta,
so pueden escribir en cualquier orden.
Como para z y w lijos, cuando £ y x recorren las circunferencias I 5 — *o I =
= r y | t — f^ 0 | a p, los módulos de los términos de la última serio conservan
valores constantes, esta serie es uniformemente convergonto respecto do £ y t
Í r so puede integrarla término a término. Poniendo el desarrollo (5.4:3) en la
órmula (5.4:1), donde C y T designan las circunferencias | £ — z0 | = r y
i x — wo 1 ™ p, e integrando, hallamos el desarrollo:
^(£iT)d£dT
*<*.»)= S S -
*= 0 m=0
¿JJ (£ -* o
cxr
) * +1 (x -tfo ) ™ * *1
(z—*o)h Kw—*o)m-
(5.4:4)
f &. FUNCIONES INVERSAS E IMPLICITAS 491
F <* •»= S t t [ S
A—0 m—o
- m5cO
, L Úft=0 V Z & * 1' - ‘‘l’- - '
Evidentemente, las expresiones entre corchetes representan las derivadas par
ciales de la función F (z, w)\
éi S -y4;V"“’
V*
(r,r':r>l
mi111 í z está fijado en el círculo cerrado |¿ —20 |<^.r') es igual a la suma
2/1 • . . *2*_2
donde ¿m = (í ) son Jas sumas de potencias que, romo se rio anteriormente,
representan funciones analíticas de z en el entorno considerado.
De aquí se deduce quo el teorema de las funciones implícitas puedo apli
cara* o cualquier punto zLpara el cual D (z,) ^ tO y fl cualquiera de los valores
respectivos wj (zj) (/ — 0 , 1 , . . . . k — 1 ).
A priori hay dos posibilidades: D (2 ) es 0 y D (z) 0. En el primer caso
110 podemos basamos directamente en el te o re m a do las funciones im plícitas
pam ningún par de puntos z, wj (2 ). En el segundo caso se puede señalar un
entorno del punto z0 tan pequeño, en el m al D (2 ) v 0 en Lodos los puntos,
a excepción del punto mismo x0. Para cualquier punto zt de este entorno todas
las raíces Wj (2 ,) ( 7 — 0 , 1 , . . . . k — 1 ) serón distintas, y on el entorno del
z, tondjemos k funciones analíticas wj (z) (que son oh ramas uniformes do
fnmnlo
función w (s)) que satisfacen n la ecuación dada y toman los valores (ri),
1
resjH»ctivamonte, para 2 =» 2 |.
Aquí nos limitaremos a estas observaciones. A continuación (véase el cap.
octavo) sr* haré un estudio mus detalJiido, ligado con el estudio de las funciones
algebraicas. Ahora ilustraremos la teoría que acabamos de exponer en un ejemplo
sencillo. cuando k = 2 , es decir,
F(z0l u>o)=0 , áJF(¿o. Q'o) u 0*F (20, wQ) ^
ÚUf0 fol *■
Para mayor sencillez. Lomemos zq —w0 = o (sustituyendo z por 1 ' + ^
y w i>or uf -|- 1r 0 resulta precisamente esto caso). Entonces. según el teorema
preparatorio de Weiorstrass, la ecuación F (*, u>) = 0 será equivalente a la
«Iguiente:
Aq^ + A i (z)u;-|-uí2 — 1>,
donde A 0 (*) y A t (z) son funciones analíticas en cierto entorno del punto 2 - o:
I* | < r\
Para z = 0 esta ecuación tiene que tenor unn raíz doble, igual a cero, por
lo cual.
/1o(O) = 0 y ^i(0)-0.
l£l discriminante do la ecuación se obtiene eliminando w entre la* dos
ecuaciones:
Aq (r)+ ylj (z) w-|-ic*= 0
¿t(s> +2«>-0,
y tiene la forma
[ » + y / l 1(«)], =Ü,
»i,2(*)~ — ~ V-D(2>.
donde cada rama u>j (2 ) y 1 0 2 (2) correspondo a una rama determinada de la raíz
Y D { z). En lo que se rofiere al comportamiento de w(z) en el origen de co
ordenadas, aquí son posibles dos casos, según quo el origen do coordenadas
sea un cero do orden par o impar de la función D (z).
En el primor caso, el desarrollo de D (z) llene la forma
D (2 ) = a 2 mz*«+ o 2 i n + t 2 + . ..( a * * * 0).
de donde
Vo(»>=V<*jm(,» + ...)
.12—1199
20
408 CAP. IV. DIVERSAS SERIES. RESIDUOS
U»(j) =r - i - A i ( « ) + (sTO-f-. . . ) .
SE UDOPOLINOMIOS ORTOGONALES
satisfagan a la condición
51 , , . , v r; , * , f 0 si
x En (í) Em(-1) ^ —| . (2)
l 1 81 71=a m. w
Obsérvoso que las condiciones de ortogonalidad de los soudopo-
linomios (1) quedarán aseguradas si
1 n
^ ( 2 «A.»**'1) xh+ ^dx= 0, q = 0, i, « —1. (3)
0 k=6
Después de integrar resulta el sistema de ecuaciones
V afl‘n 0f (7= 0, 1, . . 71— 1y (4)
,tf ¿ 1+**+ V I-t
del cual se hallan los coeficientes a*,w dol seudopolinomio En{x).
Con oste fin, consideremos las funciones racionales
S 1-}-Xah, »
*+•*+ *
gnJ*n (*)
C?n+i (*) (5)
donde
Pn ( z ) ^ f> + ... y <?„+,(*)- n (* + X» + l + *)
/fa=0
soi) polinomios ordinarios de grados n y /i + l, respectivamente,
n
v e,>=' 2] atrn- Entonces, en virtud do (4),
^«(X^) —0, <7= 0, 1, •••! IZ— 1,
por to cual
n—I
/*„(*)= I I (z-X*).
*«í>
Par» determinar am, n (0 < m < n) multipliquemos ambos miembros
de (5) por z-i-l + 'c-j-Xm y pongamos después z = —1 —x —Xm;
entonces tendremos:
Hagamos ahora
l«)
“ " ' " J i , ! + * + * » + *" ~ 1 '
Similarmente a (5) se puede obtener también la identidad
/i __ _
^ ak. n____ ” Pn (g)
F. Principio de compacidad
M o n l e 1 P., Familles nórmalos do fonctions analytiques, Paria. 1927.
Elsgolz L.
ECUACIONES D IFEREN CIA LES
Y CALCULO DE VARIACIONES
Este libro so debo al profesor L. Elsgolz, doctor en ciencias
íisico-mAtcmálicas; está dedicado a Ins ecuaciones diferencía
les y cálculos de variaciones.
El autor exam ina las ecuaciones diferenciales de prim er
>orden y de orden suporior, sistem as de ecuaciones diferen
ciales, teoría do la estabilidad, ecuaciones de derivadas
parciales de primor ordon, métodos de variaciones on los
^ róblenlas con lím ites fijos, problemas de variaciones con
raites móviles, condiciones suficientes del extrem o, proble
mas de variaciones del extremo complejo y métodos directos
-en los problem as de v ariacio n es.
E stá d estin ad o para los e s tu d ia n te s do las facultados fisico
m atem áticas do Jos centros de enseñanza superior y especia
listas que csludi&ü los probiomns do m atem áticas indicados.