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Malezas
La maleza, mala hierba, hierba mala, yuyo o planta indeseable es cualquier especie vegetal que crece de forma
silvestre en una zona cultivada o controlada por el ser humano como cultivos agrícolas o jardines.
Desde los comienzos de la agricultura, el hombre percibió la importancia de la interferencia causada por las
malezas sobre los cultivos e invirtió cuantiosos recursos y energía para combatirlas. Las malezas compiten con
los cultivos por:
Los nutrientes del suelo, el agua y la luz; hospedan insectos y patógenos.
Los exudados de raíces y/o filtraciones de las hojas pueden ser tóxicos para las plantas cultivadas.
Las malezas además interfieren con la cosecha del cultivo e incrementan los costos de tales
operaciones.
Las semillas de las malezas pueden: contaminar la producción. Estas reducen severamente el
rendimiento y calidad del cultivo.
Tipos de Malezas
Según su clasificación, tenemos cuatro tipos, y dentro de cada una de esas clasificaciones hay subtipos:
1) Por su duración:
Anuales: Cumplen su ciclo de vida en un periodo de 3 – 6 meses. Se reproducen solo por semillas y producen
gran cantidad de ellas.
Perennes: Rebrotan del mismo sistema radicular. Producen semilla, pero su principal medio de reproducción son
partes vegetativas.
Maleza parasita
La rotación de cultivos: es una de las prácticas más importantes en un programa de manejo integrado de
malezas ya que permite diversificar los modos de acción de los herbicidas empleados y el mejor
aprovechamiento de los recursos (agua, luz y nutrientes), favoreciendo así el efecto de la competencia del cultivo
sobre la maleza (control cultural). El monocultivo, por el contrario, incrementa la presión de selección sobre las
poblaciones y comunidades de malezas. Dentro de este tópico, la implementación de cultivos de cobertura o
puentes verdes son actores fundamentales en la lucha contra las malezas ya que contribuyen a limitar su
crecimiento y propagación.
La rotación de herbicidas con distintos modos de acción y la aplicación correcta de los herbicidas: tópico
incluye no solo a la tecnología de aplicación apropiada sino también la dosis correcta y el momento oportuno, de
modo de lograr el máximo impacto sobre la maleza con el mínimo impacto ambiental.
El monitoreo de malezas: esta práctica, cuando se realiza correctamente, permite conocer las malezas que
afectan a las distintas etapas del proceso productivo. El monitoreo permite identificar las malezas presentes, lo
cual ayuda a definir qué herbicidas son los más adecuados para el manejo y evitar su propagación.
Sembrar semilla de buena calidad, de origen conocido y libre de propágalos de malezas: el uso de semilla
certificada permite cumplir con esta premisa.
No sembrar sobre malezas vivas: Iniciar el ciclo de cultivos con el lote libre de malezas.
Limpieza de equipos: Limpiar la maquinaria que se utilice en todos los cambios de lote (cosechadora, partes
activas de sembradoras, implementos de labranza, etc.). Recordar siempre que el hombre, a través de las
prácticas agrícolas es uno de los principales agentes de dispersión de malezas.
Planificar las acciones: la planificación de las acciones tendientes al manejo de las malezas, permite contar
oportunamente con las herramientas de control más adecuadas. La misma incrementa las probabilidades de
éxito y reduce los costos de control.
Las malezas resistentes surgen a partir de mutaciones naturales y espontáneas que modifican alguna
característica de la planta que evita que el herbicida ejerza su acción normal.
Una mutación es una alteración en los genes de un ser vivo que generan cambios en sus
características. Se presentan espontáneamente y se pueden transmitir o heredar a la descendencia.
Actividades:
1) ¿Cómo se clasifican los daños ocasionados a los cultivos?
2) ¿Qué es una maleza y que daños puede causar al cultivo?
3) Nombre cinco atributos de las malezas.
4) ¿Cómo se clasifican las malezas según su botánica?
5) Describa tres componentes del Manejo Integrado de Malezas.