Está en la página 1de 3

EL PAPEL DEL TRABAJO EN LA TRANSFORMACIÓN MONO EN HOMBRE

El trabajo desempeñó un papel crucial en la evolución de los seres humanos desde antiguos monos
antropomorfos. Los expertos en Economía política afirman que el trabajo es la fuente de riqueza, similar a la
naturaleza que proporciona los materiales para crearla. Sin embargo, el trabajo va más allá y es fundamental
para la existencia humana, llegando al punto de haber contribuido en gran medida a la transformación de los
monos en seres humanos a lo largo de la evolución. Durante este proceso, los antepasados humanos
desarrollaron la capacidad de caminar en posición erecta, lo que marcó un paso crucial en la transición de los
monos a los seres humanos. Los monos actuales aún pueden caminar erguidos en ciertas circunstancias,
pero su forma predominante de desplazamiento involucra el uso de sus manos y una postura semi erecta.

Durante la evolución, la posición erecta se convirtió en una norma y luego en una necesidad para nuestros
antepasados peludos. Esto llevó a que las manos desarrollaran una amplia variedad de funciones. Incluso
entre los monos, ya existía una división de funciones entre las manos y los pies, con las manos utilizadas
principalmente para recoger alimentos, construir nidos y defenderse. Sin embargo, la mano primitiva de los
monos, incluso los antropoides superiores, estaba muy lejos de la mano humana, que se perfeccionó a lo
largo de cientos de miles de años de trabajo.

A medida que nuestros antepasados se adaptaban gradualmente a nuevas funciones para sus manos durante
la transición de mono a humano, estas funciones eran inicialmente simples. Aunque algunos salvajes
primitivos pueden haber retrocedido hacia un estado más animal, todavía eran superiores en habilidades
manuales a los seres en el período de transición.

La mano humana es mucho más que un simple órgano de trabajo; es un producto de la evolución y el
resultado de la adaptación continua a nuevas funciones a lo largo del tiempo. Se destaca que esta evolución
no solo se debe a la actividad individual de un ser humano, sino que también implica un proceso hereditario
en el que las mejoras específicas en los músculos, ligamentos y, a largo plazo, en los huesos de la mano se
transmiten. de una generación a otra.

La importancia de esta evolución de la mano se refleja en su capacidad para realizar tareas cada vez más
complejas y diversas. Se menciona que, gracias a esta evolución, la mano humana ha alcanzado un nivel de
perfección que permite la creación de obras maestras como los cuadros de Rafael, las estatuas de
Thorwaldsen y la música de Paganini. En esencia, la mano ha adquirido una destreza excepcional que parece
casi mágica en su capacidad para dar vida a la creatividad humana. Lo que beneficia a la mano también
beneficia al cuerpo en su conjunto, y esto se basa en la "ley de la compensación del crecimiento". Según esta
ley, ciertas características o formas en partes aparentemente no relacionadas de los seres vivos están
vinculadas de manera misteriosa. Por ejemplo, se menciona que ciertos animales con glóbulos rojos sin
núcleo y una articulación particular entre el occipital y la primera vértebra siempre poseen glándulas
mamarias para alimentar a sus crías.

La evolución de la mano humana y el desarrollo del trabajo en la formación del lenguaje. Se argumenta que
nuestros antepasados simiescos vivían en manadas, lo que indica la necesidad de comunicación. Con el
avance de la destreza manual a través del trabajo, se ampliaron los horizontes humanos y se descubrieron
nuevas propiedades en los objetos. Además, el trabajo en grupo fomentó la cooperación y la necesidad de
comunicación.

Se compara esta explicación del origen del lenguaje con el comportamiento de los animales, señalando que
la mayoría de los animales no necesitan un lenguaje articulado para comunicarse entre sí en estado salvaje.
Sin embargo, cuando los animales son domesticados por los humanos, desarrollan la capacidad de
comprender el lenguaje humano y experimentan emociones como el apego y la gratitud. Se menciona que la
incapacidad de hablar se percibe como un defecto por estos animales domesticados.
Se ilustra esto con el ejemplo de los loros, que pueden aprender a hablar e incluso comprender el significado
de las palabras en ciertos contextos, como el uso de palabrotas o la solicitud de golosinas.

El trabajo y la comunicación verbal fueron los principales impulsos que llevaron al cerebro del mono a
transformarse gradualmente en un cerebro humano, más grande y perfeccionado. A medida que el cerebro
se desarrollaba, también se mejoraban los órganos de los sentidos. Se menciona que el desarrollo del
lenguaje está ligado al perfeccionamiento del órgano auditivo, y de manera similar, el desarrollo del cerebro
se relaciona con el perfeccionamiento de los sentidos.

Se destaca que el trabajo complementario un papel fundamental en el desarrollo de la mano humana y del
sentido del tacto. A medida que el cerebro y los sentidos se desarrollaban, también lo hacía la capacidad de
abstracción, discernimiento y conciencia. La sociedad, como un nuevo elemento que surgió con el ser
humano, impulsó aún más el desarrollo del trabajo y la palabra. Se menciona que pasaron centenares de
millas de años antes de que la sociedad humana quirúrgica de las manadas de monos, pero lo que distinguió
a la sociedad humana de las manadas de monos fue nuevamente el trabajo.

Las manadas de monos se contentaban con consumir alimentos disponibles en la naturaleza, mientras que el
ser humano comenzó a elaborar instrumentos para cazar y pescar, lo que representó un cambio significativo
hacia una dieta mixta que incluía carne. El consumo de carne proporcionó al organismo humano los
ingredientes esenciales para su metabolismo, lo que acortó procesos digestivos y permitió una vida más
activa y consciente y que el consumo de carne contribuyó de manera significativa al desarrollo del cerebro
humano y que, a pesar de que en la historia de algunos pueblos se menciona el canibalismo, esto no tiene
relevancia en la discusión sobre la importancia del consumo de carne. en la evolución del ser humano.

El consumo de carne en la alimentación fue fundamental para el avance de la humanidad, ya que permitió
dos avances clave: el uso del fuego y la domesticación de animales. El primero agilizó la digestión al permitir
que los alimentos fueran ingeridos medio digeridos, mientras que el segundo aumentó la disponibilidad de
carne de manera regular. Además, la domesticación de animales introduce la leche y sus derivados como una
fuente de alimento valioso. Estos avances liberaron al hombre y le permitieron adaptarse a diferentes climas,
expandiéndose por todo el mundo.

El cambio hacia climas más fríos impulsó la búsqueda de vivienda y ropa para protegerse del frío y la
humedad, creando nuevas esferas de trabajo y separando al hombre de los animales. La cooperación entre la
mano, el lenguaje y el cerebro permitió a los humanos realizar tareas cada vez más complejas y alcanzar
objetivos más altos. Se diversificaron las actividades, incluyendo la agricultura, la fabricación de tejidos, la
metalurgia, la alfarería y la navegación. Surgieron comercio, oficios, artes, ciencias, naciones y Estados.
Aparecieron el Derecho, la Política y la religión como reflejos de la sociedad en la mente humana.

El progreso de la civilización se atribuyó principalmente al desarrollo cerebral, lo que llevó a una concepción
idealista del mundo. Esto ha dominado el pensamiento humano desde la antigüedad y ha dificultado la
comprensión del papel del trabajo en la evolución humana, incluso para los materialistas darwinianos. En
última instancia, el trabajo fue un papel esencial en el desarrollo humano, aunque la influencia idealista ha
ocultado esta verdad durante mucho tiempo.

Los animales, aunque modifican el entorno natural con su actividad, no lo hacen de la misma manera que los
seres humanos. Estas modificaciones, aunque involuntarias, afectan a la naturaleza y a los propios animales.
Por otro lado, se destaca que la influencia del hombre en la naturaleza es intencional y planeada, con el
propósito de lograr objetivos premeditados, como la agricultura y la cría de animales. Como las cabras en
Grecia y los cerdos en Santa Elena, han tenido un impacto en el medio ambiente. Además, se resalta que los
seres humanos han trasladado plantas y animales de un lugar a otro, lo que ha alterado la flora y la fauna en
continentes enteros. También se menciona que, bajo la influencia humana, las plantas y los animales criados
en condiciones artificiales han sufrido modificaciones significativas. Destaca que lo único que pueden hacer
los animales es utilizar la naturaleza exterior y modificarla por el mero hecho de su presencia en ella. El
hombre, en cambio, modifica la naturaleza y la obliga así a servirle.

No dejarse llevar por el entusiasmo ante las victorias humanas sobre la naturaleza. Aunque al principio las
consecuencias parecen ser las previstas, a menudo surgen efectos imprevistos que pueden anular las
ventajas iniciales. Se mencionan ejemplos históricos, como la tala de bosques en Mesopotamia y los Alpes,
que resultaron en la aridez de las tierras y la destrucción de la industria lechera. También se hace referencia a
la difusión de la patata en Europa, sin conocer sus efectos negativos como la escrofulosis. Y el dominio
humano sobre la naturaleza no es como el de un conquistador sobre un pueblo, ya que los humanos son
parte de la naturaleza.

A lo largo de miles de años, la humanidad ha aprendido a anticipar las consecuencias naturales de sus
acciones en la producción, pero ha tenido dificultades para comprender las implicaciones sociales más
lejanas de esas acciones. Se mencionan ejemplos como la crisis de la patata en Irlanda en 1847 y la invención
de la destilación del alcohol por los árabes, que tuvieron efectos sociales significativos no previstos en su
momento. También se destaca que la creación de la máquina de vapor en los siglos XVII y XVIII tuvo un
impacto social profundo al concentrar la riqueza en manos de una minoría y privar de propiedad a la
mayoría, lo que llevó a la lucha de clases. Se sostiene que, a lo largo de la historia, se ha aprendido a
comprender gradualmente las consecuencias sociales indirectas de las acciones en la producción.

Sin embargo, para ejercer un control efectivo sobre estas consecuencias sociales, se necesita una revolución
que transforme el modo de producción existente y el orden social vigente. Se señala que los modos de
producción anteriores no prestaban atención a las consecuencias a largo plazo y que la propiedad comunal
de la tierra dio paso a la división en clases y al antagonismo entre las clases dominantes y oprimidas. El texto
concluye que el modo de producción capitalista actual se centra en la ganancia inmediata y que es necesario
un cambio radical en el sistema para abordar las consecuencias sociales más amplias de la producción.

La Economía Política clásica y su enfoque en las consecuencias inmediatas de las acciones en la producción y
el intercambio. Esto refleja el sistema social de la burguesía, donde los capitalistas buscan beneficios
inmediatos y no se preocupan por las consecuencias a largo plazo. Se menciona un ejemplo de plantadores
en Cuba que queman bosques para obtener abono, sin preocuparse por las consecuencias ecológicas a largo
plazo. Este enfoque en resultados inmediatos puede llevar a consecuencias sociales y naturales negativas a
largo plazo, como la concentración de riqueza en manos de quienes no trabajan y la desposesión de los
trabajadores.

También podría gustarte