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Reglamento de La Ley de Recursos Hídricos. Artículos 109, 113, 115 Al 122
Reglamento de La Ley de Recursos Hídricos. Artículos 109, 113, 115 Al 122
CAPÍTULO III
Los cauces que han quedado inactivos por variación del curso de las aguas, continúan siendo
de dominio del Estado, y no podrán ser usados para fines de asentamientos humanos o
agrícolas.
113.1 Las fajas marginales son bienes de dominio público hidráulico. Están conformadas
por las áreas inmediatas superiores a las riberas de las fuentes de agua, naturales o
artificiales.
113.2 Las dimensiones en una o ambas márgenes de un cuerpo de agua son fijadas por la
Autoridad Administrativa del Agua, de acuerdo con los criterios establecidos en el
Reglamento, respetando los usos y costumbres establecidos.
115.1 Está prohibido el uso de las fajas marginales para fines de asentamiento humano,
agrícola u otra actividad que las afecte. La Autoridad Nacional del Agua en
coordinación con los gobiernos locales y Defensa Civil promoverán mecanismos de
reubicación de poblaciones asentadas en fajas marginales.
115.2 La Autoridad Administrativa del Agua autoriza la ejecución de obras de defensa
ribereña y la utilización de materiales ubicados en las fajas marginales necesarios
para tal fin.
Los estudios de las obras de infraestructura hidráulica mayor definirán las dimensiones de las
fajas marginales correspondientes, las mismas que serán habilitadas en la etapa constructiva del
proyecto.
La señalización en el lugar de los linderos de la faja marginal, previamente fijados por la Autoridad
Administrativa del Agua, se efectuará mediante el empleo de hitos u otras señalizaciones.
A iniciativa del Ministerio de Defensa y con la opinión de la Autoridad Nacional del Agua,
mediante Decreto Supremo refrendado por el Presidente del Consejo de Ministros se
determinarán las fajas marginales a reservarse para fines de defensa nacional.
120.1 En las propiedades adyacentes a las riberas, se mantendrá libre una faja marginal de
terreno necesaria para la protección, el uso primario del agua, el libre tránsito, la
pesca, caminos de vigilancia u otros servicios públicos, según corresponda.
120.2 En todos estos casos no habrá lugar a indemnización por la servidumbre, pero
quienes usaren de ellas, quedan obligados, conforme con el derecho común, a
indemnizar los daños que causaren, tanto en las propiedades sirvientes como en los
cauces públicos o en las obras hidráulicas.
Cuando las aguas, por causas propias de la naturaleza, arrancan una porción considerable y
reconocible de un terreno colindante con la faja marginal, el propietario perderá su derecho de
propiedad, si dentro de los siguientes dos años de ocurrido el evento no inicia las acciones
necesarias para su recuperación. En este caso pasa a formar parte del dominio público
hidráulico.
Cuando un nuevo cauce deje aislado o separados terrenos de un predio o éstos fueran inundados
con motivo de las crecientes de las aguas, dichos terrenos continuarán perteneciendo a su
propietario, cuando éstas se retiren.