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, ISSN 0325-2221 de la Sociedad Argentina de Antropologia. T. XIV, N° 1, N.S. Bs. As., 1980 (UEVO TIPO DE ASA EN LA CERAMICA DEL NOROESTE ARGENTINO Lidia C. Alfaro y Margarita E. Gentile ‘prehispanico de la cuenca del rio Doncellas se encuentra a netros del caserio de Agua Caliente de la Puna, siendo su locali- fica entre los 22°45’- 93° Latitud Sur y 66°- 66°20’ Longitud 10 de un rectingulo imaginario de unos 35 por 25 kilémetros de lado. rallones bajos pero de laderas abruptas encierran una planicie en corren cauces temporarios que en los afios Iluviosos excavan a dar al rio Doncellas. orogrifica principal es Ia Sierra de Quichagua. resenta las caracteristicas generales del altiplano: gran ampli- re el dia y la noche, cielo limpido, Huvias escasas y concentra- La altura sobre el nivel del mar es de 3.900 metros. lores actuales viven del pastoreo y del cultivo, este ultimo en lt, Los andenes y cuadros, en cambio, nos dan Ja pauta de una lad agricola en épocas pasadas, Por otro lado, el arte rupestre de mente representativo en lo que hace a la vida humana en el cenas de caza, de pastoreo y de laboreo de la tierra con arados itaclla) (Alfaro, 1978). igaciones sobre la arqueologia de Ia zona emprendida por una |Alfaro) como continuacién de los trabajos del Dr. Casanova die- § que, ahora, nos permiten intentar una mayor aproximacién a la bre punefio prehispanico. el sector geogréfico sefialado més arriba se pueden localizar va- interés para el arquedlogo: cuevas y abrigos con arte rupestre y lenes y cuadros de cultivo antiguos, corrales y habitaciones aisla- giiedad sélo podra ser determinada en futuras excavaciones. ico lugar con concentracién de recintos es el que hemos deli- do “Yacimiento de la cuenca del rfo Doncellas” (Alfaro y Suetta, ido entre dos de los farallones citados. Ia excavacién sistemética del lugar (trabajo que se realizaba en las tumbas, que presentan distintas formas), se lo dividié es, Ia mayoria de ellos formados por recintos asociados que se = | (ee encontraban en un relativo buen estado de conservacién. Este hecho permitia conducir la investigacién con bastante seguridad, ya que se trataba de lugares que no habian sido excavados. EL trabajo de campo se levé a cabo abriendo cuadriculas y trincheras, de acuerdo al tamajio de los recintos, algunos de los cuales fueron exeavados total- mente. Las capas se bajaron siguiendo el método de “estratigrafia artificial” en niveles de 20cm de espesor. El yacimiento de la cuenca del rio Doncellas serfa un sitio de habitacién temporaria, estacional, asociado a una estructura ceremonial ubicada en un extremo del poblado aprovechando una elevacién natural del terreno que Jo limita hacia el Oeste. Desde este lugar se tiene la visién total del yacimiento hasta las margenes del rio Doncellas. Los recintos parecen cumplir funciones tinicas: los hay dedicados a co- cina con grandes fogones, ollas utilitarias y huesos de camélidos fragmentados; otro seria un taller de lapidario donde se encontré una estela a medio traba- jar, lascas y herramientas; en el “taller de tejedores” se encontraron apoyos de telar y bowls para hilar, Estos tiltimos son recipientes céncavos en cuyo fondo hay un asa que sirve para sostener, sin que se enreden, los hilos que pasan a través de ella (Alfaro y Suetta, 1976). Hay un depésito de material Iitico de uso agricola: palas, azadas, manos de mortero, etc., pero no se encontraron basurales y la presencia de capas esté- riles a profundidades medias no marcan cambios culturales sino tan solo la ausencia de gente en el lugar. En los farallones hubo entierros en casas-tumbas, de donde Casanova ex- humé abundantes elementos de madera para tejer, ademds de arcos, flechas y una estélica (Casanova, 1944) °. Estas piezas se encuentran parte en el Museo Etnografico (Buenos Aires) y en el Museo del Pucaré (Tileara, Jujuy). En las quebradas vecinas hay habitaciones dispersas sefialando un patrén de poblamiento no nuclear, propio de pastores-tejedores que practicaban una agricultura subsidiaria y que probablemente se reunian periédicamente para llevar a cabo determinadas tareas (tejer, tallar piedras para el centro ceremo- nial, etc.) por el sistema de Ja mita 0 trabajo rotativo. El contexto cerémico que corresponde a esta economia pastoril es variado. Predomina el trabajo tosco de Ja alfarerfa pero las formas son bien logradas. Las wmicas piezas autéctonas donde se vs6 decoracién pintada son las umas en el estilo “Puna Tricolor”, vasijas subglobulares de base plana y borde evertido con un gollete ancho que permite, en algunos casos, disefar una cara de ojos “en grano de café”, nariz curva proporcionada y hasta ore- jas formadas por un pegote discoidal perforado. Sobre el ecuador se ubican las * Paredes Candia registra en 1954 en la comunidad indigena de Ucurefia, Cochabamba, Bolivia, el uso de un “arco” de madera de chachacoma (Escallonia Mutis?) con una cuerds gruesa de tripa de cabra u oveja (bordo) empleado en la fabricacién del “sombrero ovején”. ‘A los vellones cortados se los “mete al arco” tres veces, es decir, se hace vibrar el Bordo con una pieza de madera torneada (broche) mientras se echa la Jana por encima; de esta forma se deshacen Ins hebras y quedan separadas las limpias de Ins sucias. Esto expli- carla el gran niimero de arcos encontrados en Doncellas asociados a elementos de textileria, To cual significaria el uso miltiple del arco, ya que no esté descartada su funcién como instramento musical. -42— Frouna 2 Ficura 4 Ficura 3 1 (Izquierda}, Sector 1, Cuadri 5 digmetro 19 om. Fic, 2, S . Altura 23 cm; didmetro 18 cm. Fic. 8 (Derecha), Santa Rosa de Tastil; Salta, Pieza No 310, segistro 03-01-70. Puco con asas verticales abiertas y restos de decoracién santamariana, Altura 7 em; diimeto 14 cm. Fic. 4 {Izquierda), Museo del Pucard, Tileara; Jujuy. Sala Puna, Witrina II, yasija con un asa vertical abierta, Altura 22cm; didm # Yacimiento del ro Done vasija con asas vertical recinto 1, vasija con w ro 20cm. —a= ‘asas acintadas horizontales. El espacio entre el gollete y el ecuador, marginado por anchas lineas negras, esta dividido en tridngulos cuyo interior est lleno de gruesos puntos blancos, negros u ocre, en niimero de cuatro a seis. Estos lunares estdn pintados luego de la coccién de la vasija. Piezas de este estilo se ballaron en Queta, Rinconada y Doncellas (Alfaro y Suetta, 1976). Las influencias de Ia Quobrada de Humahuaca estin representadas por las formas y decoraciones tpicas del Tilcara Negro sobre Rojo y Hormillos Negro sobre Rojo. Las relaciones con cl altiplano boliviano estén también presentes pero a través del hallazgo (lamentablemente aislado} de dos vasos de plata dorada de estilo Tiwanaku (Rolandi de Perrot, 1974). ‘Testimonio del Perfodo Colonial es el entierro de un nifio en posicién extendida que sostiene entre sus manos una cruz hecha de ramitas (Ottonello de Carcta Reinoso, 1973). Volviendo a la ceramica, hemos exhumado algunas piezas poco lama- tivas que, si bien no pasaron desapercibidas, hasta ahora no fueron estudiadas particularmente por otros investigadores. Se trata de piezas, como dijimos, de factura tosca pero formas arménicas que presentan como distintivo dos pequetias asas ubicadus sobre la linea ecua- torial que se proyectan suavemente hacia arriba, sin Ileger a unirse a la pared de la vasija. Las hemos denominado asas verticales abiertas (Fig. 1}. También se hallé otro vaso, pero con una sola asa del mismo estilo diri- gida hacia abajo (Fig. 2}. En el primer caso la vasija estaba asociada con entierro de pérvulo con ajuar, restos de madera, calabaza, palas liticas y huesos de camélidos; en el segundo las asociaciones eran con entierros secundario de adulto on uma, platos de ceramica negra y dos menbixes. La posible funcionalidad de tales asns, que se encnentran muy bien ad- heridas al recipiente, descartando as! la hipétesis de un mero adorno, nos Nevé a revisar Ja bibliografia especializada. Krapovickas (1958 - 59, Fig, 5) ilustra un ejemplar similar al de nuestra Fig. 1 afiadiendo que se trata de “otra variedad de ollas, peculiar de Ja Puna’, Esta pieza la ubicé en el Museo Etnogréfico (Buencs Aires) procedente le Queta, y leva el ntttiiero de registro 44- 1538, Serrano (1969) publicé también una pieza que se encuentra en el Insti tuto de Antropclogia de Tucumén, procedente de Zérate, en esa provincia, Ja adjudica a la cultura Lerma. Segin este autor “las umas mas caracteris ticas, de esta cultura [Lerma] son de forma ovoide, provistas de dos apéndic libres a manera de asas” pero esta afirmacién no ha sido apoyada por la revi sin de las colecciones del valle de Lerma, sitio tipo para esta cultura, En Museo de Arqueologia de Salta no encontramos ningin ejemplar con las teristicas que sefiala Serrano. Es de notar también que este autor tampoco refiere el tamafio de la pi el tipo de cerdmica ni su contenido o asociaciones. Heredia (1974) en el resumen de su tesis ilustra entre los fragmentos que no hay piezas enteras— correspondientes a su fase Santa Barbara, un abierta que suponemos vertical por su posicién en la Fig. 6, L (Santa Bétl ‘Alisado). eld Ficura 6 Ficura 8 eo de Pucari, Tilcara; Jujuy. Sala Puna, Fic. 5 (Izquierda), vitrina III. Vasija ‘Pequelias asas verticales abiertas. Altura 27 cm; didmetro 20 cm. Fic. 6 (De- ha), vitrina V. Vasija con un asa vertical abierta y otra acintada horizontal. ‘Altura 22 cm; diémetro 20 em. ‘Fics, 7 y 8, posible funcionalidad de las asas verticales abiertas. =45- Heredia considera al Santa B4rbara como una fase de Candelaria V, vin- culada a la cultura Santa Maria (Perfodo Tardio). Santa Barbara y Candelaria son sitios préximos entre si, ubicados ambos en el limite de las selvas occidentales con el Area yalliserrana. En el Museo de Sitio de Tastil, Salta, encontramos una vasija semiesférica de labios evertidos (N° 310, registro 03-01-70) que tiene dos asas verticales abiertas, asimétricas, y restos de pintura negro sobre blanco que la vinculan a la decoracién santamariana (Fig, 3). Los motivos estén bastante deterio- s de dicho estilo. Cigliano (1973) no publica esta pieza ni describe el tipo de asa, aunque si se refiere a vasijas morfolégicamente iguales y con la misma decoracién (Lam. X). El contexto cultural tastilefio es el de pastores de Puna con un tipo de cerdmica tal vez mas elaborado que el de Doncellas pero en todo caso, en conjunto, se trata de un mismo nivel cultural: uso de arco y flecha, trabajo de metal con formas simples y utilitarias, tejidos bien elaborados, ete. Posteriormente, revisando las colecciones del Museo del Pucard, Tilcara, Jujuy, hallamos las piezas que se ilustran a continuacién (Figs, 4, 5 y 6); no esté indicada la procedencia exacta de ninguna de ellas no obstante estar ex- puestas en las vitrinas II, III y V de la sala “Puna”, Uno de los vasos presenta la particularidad de poseer dos tipos distintos de asas colocadas diametralmente opuestas: una acintada horizontal y otra vertical abierta. En otro vaso (Fig. 5) las asas son pequefios apéndices cénicos que no Iegan a tener el tamafio de las asas verticales abiertas anteriormente descritas. Esta misma caracterfstica presentan las vasijas de los tipos cerdmicos Ordi- nario Rugoso y Ordinario Simple publicadas por Lorandi para Santiago del Estero (Lam. 3, 4A y 4C), que a pesar de su morfologia colonial aparecerfan asociadas a Sunchituyoj y Averlas, correspondientes a los Perlodos Medio y Tardio respectivamente (Lorandi, 1974). Una primera sintesis de los datos obtenidos hasta ahora nos informa: — que el tipo de asas verticales abiertas se encuentra asociado a contextos culturales tardios, — que las asociaciones no corresponden a una misma cultura sino que apa- recen relacionadas con las de la Puna, con Santa Maria y Candelaria V (Heredia). — tampoco aparecen estas asas asociadas a una forma de vasija determi- nada o tinica. — el drea de dispersién abarcaria desde el borde de las Selvas Occidentales hasta la Puna. — estas asas no representan un porcentaje elevado dentro de los mate. riales ceramicos que aparecen en los distintos yacimientos. Teniendo en cuenta lo expuesto aqui proponemos como hipétesis de tra- bajo la posible funcionalidad de las asas verticales abiertas ilustradas en las Figs. 7 y 8 También se puede sefialar una posible vinculacién de este tipo de asas con las similares modeladas de los guaranies (Serrano, 1966). Aqui podriamos agregar las vasijas con apéndices cénicos que cita Loran- di para Santiago del Estero y si incluyéramos entre los datos 1a vasija hallada por Cigliano en Famabalasto, Catamarca (Cigliano 1956-57, Fig. 6, pieza N0 —46-— nta caracteristicas de decoracién propias de Santiago del Es- »asas que podrian marcar una etapa intermedia en el desarrollo lemento que venimos considerando, podriamos proponer dos ci a desarrollo: el Litoral y la Puna, con un punto medio en las dentales. abierto, entonces, el camino a Ia investigacién de migraciones entre estas Areas usando como indicador este tipo de asas, entre hallazgo en sitios escalonados entre los puntos seiialados ten- problema a resolver seria determinar la direccién de esas mi- | interinfluencias culturales. Buenos Aires, Diciembre 1981. BIBLIOGRAFIA “1978. Arte rupestre de la cuenca del rio Doncellas (Prov. de Jujuy). de la Soc, Arg. de Antropologia, XII, n.s., pp. 123-146. 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