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El laudo arbitral que dirimió el conflicto entre Concesionaria Ruta del Sol S.A.S.

y
la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) ha sido un paso importante para
abordar los problemas de corrupción y salvaguardar el interés público en
Colombia. La decisión del tribunal de declarar la nulidad absoluta del contrato se
basó en pruebas contundentes de objeto ilícito, causa ilícita y desviación de poder.

El fallo del laudo Arbitral se fundamentó en hechos de corrupción ampliamente


divulgados por la prensa y respaldados por condenas penales. Los pagos ilícitos
reconocidos por Odebrecht en el acuerdo judicial en el caso U.S. vs. Braskem S.A.
- Odebrecht, junto con las sentencias condenatorias locales contra funcionarios
públicos y el exsenador Bernardo Miguel Elías Vidal, fueron los antecedentes de
corrupción que respaldaron la declaración de nulidad absoluta del contrato.

Es alentador ver que se haya tomado una postura firme contra la corrupción y se
hayan aplicado las leyes correspondientes para proteger el interés público. La
nulidad absoluta del contrato es una medida justa y necesaria para garantizar la
transparencia y la selección objetiva en los contratos estatales.

En cuanto a los efectos económicos de la decisión, es importante destacar que el


tribunal aplicó las disposiciones legales pertinentes, en este caso, el artículo 48 de
la Ley 80 de 1993 y la Ley 1882 de 2018. Estas leyes establecen que, en caso de
declararse la nulidad absoluta de un contrato estatal, se debe reconocer el valor
actualizado de los costos, inversiones y gastos ejecutados por el contratista,
siempre y cuando estén asociados al desarrollo del objeto contractual y hayan sido
ejecutados para satisfacer el interés público.

El tribunal valoró y ponderó diversos dictámenes periciales para determinar la


suma que la ANI deberá pagar a la concesionaria, la cual asciende a $211 mil
millones. Esta cantidad representa la inversión y los costos efectivamente
incurridos por el contratista, sin que se le otorgue indemnización adicional.

Es importante señalar que el laudo también establece que estos fondos deben
destinarse al pago del pasivo externo del proyecto con terceros de buena fe,
incluyendo la banca, y que cualquier remanente podría ser entregado al contratista
que haya actuado sin dolo, mala fe o conocimiento de la ilicitud que condujo a la
nulidad.

Aunque es evidente que se han causado perjuicios considerables al Estado


colombiano debido a la corrupción, el laudo arbitral garantiza que el concesionario
no recibirá una indemnización adicional y solo se le reconocerá lo que haya
invertido en la obra de acuerdo con la prueba pericial.

Por lo que es evidente que el laudo arbitral representa un paso importante en la


lucha contra la corrupción en Colombia y en la defensa del interés público. La
declaración de nulidad absoluta del contrato y el reconocimiento de los costos y
gastos reales incurridos por el contratista reflejan una postura justa y equilibrada
que busca salvaguardar los recursos públicos y promover la transparencia en los
contratos estatales.

Por otro lado, una vez en firme el fallo del laudo arbitral, la Concesionaria Ruta del
Sol S.A.S, interpuso ante el Consejo de Estado en la Sala de lo Contencioso
Administrativo, Recurso de Anulación del Laudo Arbitral, donde es evidente a
firmar que la decisión que tomo el Consejo de estado en sentencia con Radicación
número: 11001-03-26-000-2019-00168-00(65136) de fecha, diez (10) de
septiembre dos mil veinte (2020), Consejera ponente: MARÍA ADRIANA MARÍN,
es fundamentada en una interpretación adecuada de las normas legales
aplicables. Por lo que, en primer lugar, es positivo que el Consejo de Estado haya
afirmado su jurisdicción y competencia para conocer y fallar el recurso de
anulación de un laudo arbitral en casos que involucren contratos estatales,
independientemente de la cuantía de las pretensiones y la participación de una
entidad pública o una entidad con funciones administrativas. Esto garantiza una
instancia de revisión adecuada y especializada para este tipo de controversias.

Además, la afirmación de que el recurso de anulación no constituye una instancia


adicional dentro del proceso arbitral y que su propósito es cuestionar errores
procedimentales, en lugar de debatir el asunto de fondo del laudo, es acertada.
Esto ayuda a mantener la finalidad del arbitraje como un medio eficiente de
resolución de disputas y evita dilaciones innecesarias en el proceso.
La afirmación de que el recurso de anulación procede únicamente contra laudos
arbitrales debidamente ejecutoriados, como excepción al principio de intangibilidad
de las sentencias en firme, también es razonable. Esto garantiza la seguridad
jurídica y la estabilidad de las decisiones arbitrales una vez que han adquirido
firmeza.

Asimismo, la decisión de rechazar de plano el recurso de anulación cuando las


causales invocadas no corresponden a las previstas en la ley es coherente con la
naturaleza restrictiva del recurso y contribuye a mantener la claridad y
predictibilidad del marco legal.

En cuanto a la cuestión de la citación de coadyuvantes para que manifiesten su


adhesión al pacto arbitral, parece adecuado que el Consejo de Estado haya
establecido que esto solo es aplicable a litisconsortes necesarios y no a
coadyuvantes. Esto evita complicaciones innecesarias en el proceso y se ajusta a
la naturaleza de las partes involucradas.

Finalmente, la posición del Consejo de Estado respecto al cómputo del término de


caducidad para pretender la nulidad absoluta de un contrato estatal principal y sus
adiciones o modificaciones parece coherente con la normativa aplicable. La
caducidad de la acción se rige por términos perentorios y objetivos, lo que implica
que no se tienen en cuenta circunstancias particulares como el conocimiento de
hechos ilícitos para contar el plazo de caducidad.

En general, la decisión tomada por el Consejo de Estado en esta sentencia parece


fundamentada en una interpretación adecuada de las normas legales y contribuye
a mantener la seguridad jurídica, la eficiencia del proceso arbitral y la estabilidad
de las decisiones

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