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Introducción

El texto que presentamos a continuación no es más que un breve reconocimiento panorámico de los
elementos centrales del razonamiento justificatorio judicial. Este tema viene provocando creciente
interés tanto en académicos como en operadores del sistema jurídico, entre quienes los jueces
cumplen un rol de trascendencia singular.

La vida del derecho no solo es aplicación de la lógica, sino sobre todo del poder persuasión de la
argumentación, llamada "nueva retorica". Posteriormente, autores europeos y latinoamericanos han
desarrollado una "teoría estándar de la argumentación jurídica", que ha sido difundida en lengua
castellana por el profesor de filosofía jurídica de la Universidad de Valencia, Manuel Atienza.

Siendo el interés por este tema relativamente reciente, ello explica que no se haya introducido como
catedra en las Facultades de Derecho latinoamericanas. Sin embargo, su vigencia e importancia
practica es indudable y convoca el interés de todo operador legal, y entre ellos, el de jueces y
fiscales de diversos distritos judiciales del país.

El presente modulo Razonamiento Jurídico, incluye un texto orientador para el estudio de temas
relativos al razonamiento factico, el razonamiento normativo, la interpretación del derecho y la
comunicación de las decisiones judiciales. Adicionalmente, cuenta con el respaldo de lecturas
complementarias que profundizan los aspectos más relevantes del Razonamiento Jurídico, así como
casas prácticas que servirán para aplicar los temas abordados. Los invitamos al estudio de este
material, convencidos que, a través de su lectura, los operadores judiciales encontraran un
instrumento valioso que ampliara y enriquecerá su cotidiana labor.
CONCEPTO

El razonamiento justificatorio es la capacidad de calificar jurídicamente hechos que generan


controversias legales con la finalidad de resolverlas sobre bases jurídico-objetivas con validez legal,
1ogica y racional.

De manera natural, se ha considerado que la solución de controversias ha transitado por diversas


etapas, que van desde la autocomposición de los conflictos, esto es, el arreglo de las propias partes
en conflicto, llegándose a extremos como el dominio de la parte más fuerte sobre la débil, hasta La
heterocomposicion, que implica La actuación de un tercer órgano, imparcial con relación a las
partes en disputa, que asumiendo la representación del Estado moderno, "soluciona" el conflicto
sometido a la jurisdicción de los jueces.

Dicha "solución" ha sido cuestionada por quienes, desde una perspectiva alternativa de la solución
de controversias, han sostenido que el "modelo de la adjudicación" consistente en que "uno gane y
el otro pierda", no soluciona realmente los conflictos, sino que simplemente los "zanja", establece la
verdad o la razón legal de una de las partes en detrimento de la otra.

Sea como fuere, parece claro que, en nuestras sociedades, la racionalidad del Estado no llega a
satisfacer plenamente y tal vez nunca pueda hacerlo- las expectativas de la diversidad de grupos
sociales que coexisten en cada país. Por ello, el rol que debe cumplir el servicio judicial, en la
perspectiva de un sector publico atento a la satisfacción de las necesidades de la población en
general, supone la definición de la incertidumbre jurídica generada por cada conflicto, mediante una
lúcida y transparente utilización de las herramientas del sistema legal.

El proceso y el efecto de razonar reciben el nombre de razonamiento. Razonar, por su parte, es la


actividad de la mente que permite producir, organizar y estructurar conceptos para llegar a una
conclusión. Jurídico, por otro lado, es aquello que resulta conforme al derecho (lo establecido por la
ley).

El concepto de razonamiento jurídico refiere al proceso mental que sigue los principios del derecho
para interpretar y/o argumentar algo en función de las leyes. Para esta clase de razonamiento, la
persona debe apelar a la lógica y a la dialéctica. El razonamiento jurídico, por tanto, lo que intenta
es encontrar una solución ante un conflicto surgido, por medio de las aplicaciones de unas normas o
leyes, que esté, por supuesto, debidamente justificada y argumentada para así evitar desacuerdos.
DE LA VISION LEGALISTA-DOGMATIVA A LA JUDICIALISTA-CRITICA. LA
IMPORTANCIA IUSFILOSOFICA

En efecto, el trabajo central de los juristas a lo largo de la historia poco ha cambiado en lo esencial,
ellos nacieron a los fines de resolver dudas y problemas jurídicos a los ciudadanos o autoridades.
Básicamente su trabajo fue responder acerca de lo que le correspondía a cada una de las partes en
conflicto, o, dicho de otra manera, establecer si cierta conducta estaba obligada, prohibida o
permitida por el derecho. Ese fue el servicio que los juristas brindaban para el bienestar o bien
común, pues su contribución era que cada uno conservara lo suyo y se saldaran las deudas, de ese
modo la justicia podía favorecer una sólida paz social. Es obvio que se necesitaron distintos tipos de
juristas, además del abogado que solventaba dudas o daba consejos a sus usuarios, o del profesor
que enseñaba el derecho, también fue necesario que alguien con autoridad dijera imperativamente el
derecho (iurisdictio). Pero si bien esencialmente no hubo a lo largo del tiempo demasiados cambios
sobre el sentido y finalidad intrínseca del trabajo del jurista, sí se dieron notables cambios sobre el
modo en que se fue prestando. Ello no puede sorprender, pues si se supone a modo de ejemplo que
el derecho está todo contenido en la ley, el jurista debe reducir su búsqueda de respuestas a lo
establecido en la misma, pero si el derecho es más que la ley, se abre un campo más variado y rico
para el trabajo jurídico.

Ahora, al trabajo del jurista tendríamos que llamarlo de otro modo, dado que la “interpretación” ha
quedado asociada a aquel Estado que se forjó a partir de la Revolución francesa e imperó
pacíficamente hasta después de la Segunda Guerra Mundial. En la cultura jurídica generada en
respaldo de aquel EDL, se entendía y se enseñaba que la interpretación identificaba el trabajo del
jurista, en tanto consistía en aplicar la ley luego de haberla interpretado y descubierto en ella “la”
respuesta buscada. Pero hoy los juristas somos conscientes que frente a la pregunta del usuario,
vamos al derecho vigente (no solo a la ley) y es casi seguro, si estamos ante un auténtico “caso”,
que encontraremos más de una respuesta, por eso debemos escoger una de ellas y luego viene la
delicada, específica y central tarea de argumentar a favor de la que pretendemos que prospere o se
consienta.

Esa posibilidad de encontrar más de una respuesta en buena medida está ligada a que la
Constitución se ha reconocido como fuente del derecho, y en ella hay básicamente principios,
valores o derechos humanos que tienen esa capacidad potencial de generar respuestas en manos de
juristas preparados para ello.
La tarea interpretativa tiene asignado como objeto específico desentrañar “el” sentido que estaba en
la norma legal en donde se subsumía el caso individual. Por eso reiterémoslo no se trataba de
“crear” derecho sino de aplicarlo, y a tales fines la interpretación del mismo. Para llevar adelante
ese cometido, solo se necesitaba conocer las normas en donde el jurista encontraría la respuesta que
debía brindarle al problema jurídico que lo convocaba

En definitiva, frente al problema jurídico concreto para el que es llamado el jurista, este
normalmente identificará en el derecho vigente más de una respuesta jurídica, y su trabajo consiste
en escoger una de ellas, para luego argumentar o dar razones a favor de la misma. Cuanto más
familiarizado esté el jurista con esas nuevas “fuentes de derecho”, habitualmente reconocidas en la
Constitución o en los Tratados de Derechos Humanos, en mejores condiciones estará como para ir
descubriendo nuevas y mejores respuestas jurídicas. Un jurista que solo conoce el derecho
contenido en las normas, está más limitado que un jurista principialista a la hora de prestar sus
servicios profesionales. Especialmente la jurisprudencia constitucional actual es una inequívoca
prueba del carácter controversial y variado que conlleva el derecho

Así igualmente se comprueba que aquel trabajo del jurista que llamábamos “interpretación” hoy se
presenta de otro modo, o sea por medio de la “argumentación”.

EL RAZONAMIENTO JURIDICO COMO RAZONAMIENTO PRACTICO

La razonabilidad practica es en realidad razonabilidad en la decisión, en la manera de adopción de


compromisos, en la elección y sobre la ejecución de proyectos y en general en el accionar,

Las razones justificatorias deben ser razones completas: una razón completa está constituida por el
conjunto de premisas no superfluas de un razonamiento práctico válido. Junto a esta, están las
razones operativas y las razones auxiliares: una razón operativa consiste en la premisa de deber ser,
que en sí misma podría constituir una razón completa para alguna acción; una razón auxiliar
consiste en un juicio fáctico que indica un medio para satisfacer una razón operativa

El conocimiento jurídico no está abocado como el teórico sino que es practico en tanto tiene por
objeto dirigir el comportamiento humano y, así también la interpretación jurídica es la
interpretación practica por excelencia, no tiene como fin la de tomar sentido auténtico de la norma
en vista a su contemplación intelectual, sino más bien la determinación de la regla de
comportamiento, es decir aquel que interpreta un texto legislativo de manera amplia, y que no solo
se pretende expresar lo que el autor de dicho enunciado menciona o haya querido decir.

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