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TEXTO 5

Hay quien considera que la pena capital no es efectiva, argumento mucho


más peligroso de lo que, seguramente, muchos de sus defensores suponen.
Porque si vamos a las cifras, entonces tendremos que abolir las leyes que
castigan la violencia doméstica, ya que, según endurecemos la legislación,
dicha violencia parece crecer.
Con frecuencia se arguye el ejemplo estadounidense, en donde la existencia
de la pena de muerte coexiste con tasas de criminalidad relativamente altas,
como paradigma de la inutilidad de esta. Pero el argumento carece de fuste:
no sabemos cuáles serían las tasas de criminalidad de no existir dicha pena.
En cambio, en sentido contrario, cabría señalar el ejemplo de España, donde
los delitos eran mucho menores mientras hubo pena de muerte, que tras su
abolición. ¿El aumento de la delincuencia ha sido consecuencia únicamente de
la abolición de la pena capital? De ninguna manera. Desde luego que no.
En 1975 había en las cárceles españolas poco más de 7.000 reclusos. Hoy,
unos80.000, con unas leyes más laxas; aplicando los mismos baremos que
durante el franquismo, no sabemos cuál sería la población carcelaria, pero es
fácil suponer que la cifra de presos se incrementaría notablemente. En todo
caso, estamos hablando de una cantidad casi doce veces superior, un
crecimiento del 1 200 %, cuando la población solo se ha incrementado en un
20%.
Desde luego, la partida fundamental que explica el aumento de reclusos en
estas últimas décadas es el deterioro de la salud social; pero también, sin duda,
la dureza de la ley incide, aunque no podamos averiguar en qué porcentaje.
Con esto solo quiero significar que, con las cifras en la mano, puede
argumentarse en los dos sentidos.
Autor: Fernando Paz, 2/4/2018
(adaptación)
Tema, resumen, estructura, argumentos, tipología textual (tipo, modo de
elocución, funciones del lenguaje, rasgos lingüísticos,...) y elementos de
cohesión.

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