Está en la página 1de 17

II UNIDAD: JESÚS NOS ENSEÑA

EL CAMINO DEL AMOR.


Oración de la mañana
Semana del 10 al 21 de Julio

PLAN PASTORAL RODA, Bogotá


“HUMANIZANDO CON DIOS QUE ES AMOR”

Plan de Acción para la Pastoral Educativa


“7 colegios, 1 corazón”
Tema 5: Con Jesús, en camino a la verdadera felicidad
El objetivo de esta semana será descubrir esa forma de vivir que Jesús nos muestra en el Evangelio, como
un camino para ser felices, dichosos, ¡bienaventurados! Un camino por el cual podemos transitar teniendo en
cuenta lo que significa en nuestra historia hoy, a la luz de la Exhortación Apostólica GAUDETE ET
EXSULTATE (Sobre el Llamado a la Santidad).

NOTA: A continuación, se presenta el orden y la temática correspondiente para la oracion de la


semana. Usted como docente titular y con la ayuda de su representante de Pastoral en el salón pueden
realizar la oracion creativamente y adecuarlo a cada grado en el que se encuentra.
Lo que aquí se les presenta es material para que usted prepare este momento tan importante para la
semana, y para iniciar cada día, de acuerdo con lo que La Provincia de nuestra Congregación envía y
así, los 7 colegios Oblatos están en esta misma sintonía. Finalizando encontrara un anexo con algunas
ideas para la oración.

Introducción
Lunes 10 de Julio (Profesor Alvarito, por sonido)
¿Quieres ser feliz? Quizá es una respuesta obvia, ¡sí! El asunto es: ¿cómo? Todas las personas no
sólo queremos ser felices, sino que además, ¡nacimos para serlo! Pero, en la vida ocurren una y mil
situaciones que parecieran robarnos esa dicha a la que desde antes de nacer ya estábamos
predestinados.
Imagina que vas a cocinar algo llamado “Felicidad”, ¿qué ingredientes
pondrías? Seguramente agregarías cucharadas de ternura, actitud, disposición,
agregarías tazas de alegría, fortaleza, lucha, permanencia, agregarías litros de
amor, responsabilidad, oración …
Jesús, en su tiempo, como ahora, sabe que las contradicciones que pasamos los seres humanos
parecen alejarnos de lo que soñamos, pero Él, que sí conoce “la receta de la felicidad”, decidió dejarnos
escritos “los ingredientes”, que muy distintos parecen a los que nosotros incluiríamos: Él le agregó
pobreza, misericordia, llanto, hambre, sed, persecución… ¿Extraño, ¿no? Pareciera que la propuesta de
Jesús contradice nuestros deseos o la imagen que tenemos de la Felicidad, pero ¿acaso no sabe Él muy
bien, en qué consiste la verdadera Felicidad? Quizá el concepto que nosotros conocemos como
felicidad se parezca más a la propuesta que el mundo nos hace y que termina siendo pasajera.
Querámoslo o no, pasa por la cruz, la realidad, la verdad y el amor, que muchas veces duele, pero
purifica y fortalece.
El “menú de la felicidad” propuesto por Jesús, es llamado “las Bienaventuranzas”, también
conocidas como la “Carta Magna”, por ser como un “documento oficial” Así como Moisés subió al
Monte Horeb y ahí recibió las “Tablas de la Ley” es decir, los 10 mandamientos, también Jesús en el
Nuevo Testamento, sube al monte (cf. Mateo 5,1) y desde ahí pronuncia la nueva ley, ¡las
Bienaventuranzas! Pero piensa qué interesante, muchas veces nos hemos quedado sólo en las normas,
las leyes, los preceptos, aquello de “no puedes hacer, no debes…” y nos olvidamos de esa nueva norma
que Jesús nos mostró. Hagamos una prueba: ¿cuántos mandamientos te sabes? ¿Los mandamientos
son 10 pero cuántas bienaventuranzas son? ¿Cuáles bienaventuranzas recuerdas?
Durante estas dos semanas, estaremos hablando sobre Las Bienaventuranzas que Jesús nos ha
dejado como legado para la felicidad; por lo tanto, hoy escucharemos el Evangelio donde se habla de
ellas y durante la semana oraremos con cada una de las Bienaventuranzas desde un Documento que
expuso el Papa Francisco el 19 de marzo de 2018 “GAUDETE ET EXULTATE”, donde a partir del
numeral 65 hasta el numeral 94 describe como vivenciar las Bienaventuranzas desde nuestras
realidades cotidianas.
Ahora nos ponemos de pie y nos disponemos para escuchar el Evangelio que esta tomado de San
Marcos 5, 3-12

«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.


Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra
vosotros por mi causa.
Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos.

ORACION: (Para este momento, el docente puede finalizar con una oración espontánea y
coherente a la introducción que se está realizando).

1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino


de los cielos
Martes 11 de Julio
GAUDETE ET EXULTATE Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en
el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018) | Francisco (vatican.va)

A contracorriente

65. Aunque las palabras de Jesús puedan parecernos poéticas, sin embargo, van muy a contracorriente con respecto a lo que
es costumbre, a lo que se hace en la sociedad; y, si bien este mensaje de Jesús nos atrae, en realidad el mundo nos lleva
hacia otro estilo de vida. Las bienaventuranzas de ninguna manera son algo liviano o superficial; al contrario, ya que solo
podemos vivirlas si el Espíritu Santo nos invade con toda su potencia y nos libera de la debilidad del egoísmo, de la
comodidad, del orgullo.

66. Volvamos a escuchar a Jesús, con todo el amor y el respeto que merece el Maestro. Permitámosle que nos golpee con
sus palabras, que nos desafíe, que nos interpele a un cambio real de vida. De otro modo, la santidad será solo palabras.
Recordamos ahora las distintas bienaventuranzas en la versión del evangelio de Mateo (cf. Mt 5,3-12)
«Felices los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos»

67. El Evangelio nos invita a reconocer la verdad de nuestro corazón, para ver dónde colocamos la seguridad de nuestra
vida. Normalmente el rico se siente seguro con sus riquezas, y cree que cuando están en riesgo, todo el sentido de su vida en
la tierra se desmorona. Jesús mismo nos lo dijo en la parábola del rico insensato, de ese hombre seguro que, como necio, no
pensaba que podría morir ese mismo día (cf. Lc 12,16-21).

68. Las riquezas no te aseguran nada. Es más: cuando el corazón se siente rico, está tan satisfecho de sí mismo que no tiene
espacio para la Palabra de Dios, para amar a los hermanos ni para gozar de las cosas más grandes de la vida. Así se priva de
los mayores bienes. Por eso Jesús llama felices a los pobres de espíritu, que tienen el corazón pobre, donde puede entrar el
Señor con su constante novedad.

69. Esta pobreza de espíritu está muy relacionada con aquella «santa indiferencia» que proponía san Ignacio de Loyola, en
la cual alcanzamos una hermosa libertad interior: «Es menester hacernos indiferentes a todas las cosas criadas, en todo lo
que es concedido a la libertad de nuestro libre albedrío, y no le está prohibido; en tal manera, que no queramos de nuestra
parte más salud que enfermedad, riqueza que pobreza, honor que deshonor, vida larga que corta, y por consiguiente en todo
lo demás»[68].

70. Lucas no habla de una pobreza «de espíritu» sino de ser «pobres» a secas (cf. Lc 6,20), y así nos invita también a una
existencia austera y despojada. De ese modo, nos convoca a compartir la vida de los más necesitados, la vida que llevaron
los Apóstoles, y en definitiva a configurarnos con Jesús, que «siendo rico se hizo pobre» (2 Co 8,9). Ser pobre en el
corazón, esto es santidad.

2. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la


tierra.
Miércoles 12 Julio
GAUDETE ET EXULTATE Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en
el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018) | Francisco (vatican.va)

«Felices los mansos, porque heredarán la tierra»

71. Es una expresión fuerte, en este mundo que desde el inicio es un lugar de enemistad, donde se riñe por doquier, donde
por todos lados hay odio, donde constantemente clasificamos a los demás por sus ideas, por sus costumbres, y hasta por su
forma de hablar o de vestir. En definitiva, es el reino del orgullo y de la vanidad, donde cada uno se cree con el derecho de
alzarse por encima de los otros. Sin embargo, aunque parezca imposible, Jesús propone otro estilo: la mansedumbre. Es lo
que él practicaba con sus propios discípulos y lo que contemplamos en su entrada a Jerusalén: «Mira a tu rey, que viene a ti,
humilde, montado en una borrica» (Mt 21,5; cf. Za 9,9).

72. Él dijo: «Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso para vuestras almas»
(Mt 11,29). Si vivimos tensos, engreídos ante los demás, terminamos cansados y agotados. Pero cuando miramos sus límites
y defectos con ternura y mansedumbre, sin sentirnos más que ellos, podemos darles una mano y evitamos desgastar energías
en lamentos inútiles. Para santa Teresa de Lisieux «la caridad perfecta consiste en soportar los defectos de los demás, en no
escandalizarse de sus debilidades»[69].

73. Pablo menciona la mansedumbre como un fruto del Espíritu Santo (cf. Ga 5,23). Propone que, si alguna vez nos
preocupan las malas acciones del hermano, nos acerquemos a corregirle, pero «con espíritu de mansedumbre» (Ga 6,1), y
recuerda: «Piensa que también tú puedes ser tentado» (ibíd.). Aun cuando uno defienda su fe y sus convicciones debe
hacerlo con mansedumbre (cf. 1 P 3,16), y hasta los adversarios deben ser tratados con mansedumbre (cf. 2 Tm 2,25). En la
Iglesia muchas veces nos hemos equivocado por no haber acogido este pedido de la Palabra divina.

74. La mansedumbre es otra expresión de la pobreza interior, de quien deposita su confianza solo en Dios. De hecho, en la
Biblia suele usarse la misma palabra anawin para referirse a los pobres y a los mansos. Alguien podría objetar: «Si yo soy
tan manso, pensarán que soy un necio, que soy tonto o débil». Tal vez sea así, pero dejemos que los demás piensen esto. Es
mejor ser siempre mansos, y se cumplirán nuestros mayores anhelos: los mansos «poseerán la tierra», es decir, verán
cumplidas en sus vidas las promesas de Dios. Porque los mansos, más allá de lo que digan las circunstancias, esperan en el
Señor, y los que esperan en el Señor poseerán la tierra y gozarán de inmensa paz (cf. Sal 37,9.11). Al mismo tiempo, el
Señor confía en ellos: «En ese pondré mis ojos, en el humilde y el abatido, que se estremece ante mis palabras» (Is 66,2).

Reaccionar con humilde mansedumbre, esto es santidad.

3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados


Jueves 13 de Julio
GAUDETE ET EXULTATE Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en
el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018) | Francisco (vatican.va)

«Felices los que lloran, porque ellos serán consolados»

75. El mundo nos propone lo contrario: el entretenimiento, el disfrute, la distracción, la diversión, y nos
dice que eso es lo que hace buena la vida. El mundano ignora, mira hacia otra parte cuando hay
problemas de enfermedad o de dolor en la familia o a su alrededor. El mundo no quiere llorar: prefiere
ignorar las situaciones dolorosas, cubrirlas, esconderlas. Se gastan muchas energías por escapar de las
circunstancias donde se hace presente el sufrimiento, creyendo que es posible disimular la realidad,
donde nunca, nunca, puede faltar la cruz.

76. La persona que ve las cosas como son realmente, se deja traspasar por el dolor y llora en su
corazón, es capaz de tocar las profundidades de la vida y de ser auténticamente feliz[70]. Esa persona
es consolada, pero con el consuelo de Jesús y no con el del mundo. Así puede atreverse a compartir el
sufrimiento ajeno y deja de huir de las situaciones dolorosas. De ese modo encuentra que la vida tiene
sentido socorriendo al otro en su dolor, comprendiendo la angustia ajena, aliviando a los demás. Esa
persona siente que el otro es carne de su carne, no teme acercarse hasta tocar su herida, se compadece
hasta experimentar que las distancias se borran. Así es posible acoger aquella exhortación de san Pablo:
«Llorad con los que lloran» (Rm 12,15).

Saber llorar con los demás, esto es santidad.


4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque
ellos serán saciados.
Viernes 14 de Julio (Profesor Ricardo, por sonido)
GAUDETE ET EXULTATE Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en
el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018) | Francisco (vatican.va)

«Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados»

77. «Hambre y sed» son experiencias muy intensas, porque responden a necesidades primarias y tienen
que ver con el instinto de sobrevivir. Hay quienes con esa intensidad desean la justicia y la buscan con
un anhelo tan fuerte. Jesús dice que serán saciados, ya que tarde o temprano la justicia llega, y nosotros
podemos colaborar para que sea posible, aunque no siempre veamos los resultados de este empeño.

78. Pero la justicia que propone Jesús no es como la que busca el mundo, tantas veces manchada por
intereses mezquinos, manipulada para un lado o para otro. La realidad nos muestra qué fácil es entrar
en las pandillas de la corrupción, formar parte de esa política cotidiana del «doy para que me den»,
donde todo es negocio. Y cuánta gente sufre por las injusticias, cuántos se quedan observando
impotentes cómo los demás se turnan para repartirse la torta de la vida. Algunos desisten de luchar por
la verdadera justicia, y optan por subirse al carro del vencedor. Eso no tiene nada que ver con el
hambre y la sed de justicia que Jesús elogia.

79. Tal justicia empieza por hacerse realidad en la vida de cada uno siendo justo en las propias
decisiones, y luego se expresa buscando la justicia para los pobres y débiles. Es cierto que la palabra
«justicia» puede ser sinónimo de fidelidad a la voluntad de Dios con toda nuestra vida, pero si le damos
un sentido muy general olvidamos que se manifiesta especialmente en la justicia con los desamparados:
«Buscad la justicia, socorred al oprimido, proteged el derecho del huérfano, defended a la viuda»
(Is 1,17).

Buscar la justicia con hambre y sed, esto es santidad.


5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia.
Lunes 17 de Julio (Profesora Raúl Olarte, por sonido)
GAUDETE ET EXULTATE Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en
el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018) | Francisco (vatican.va)

«Felices los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia»

80. La misericordia tiene dos aspectos: es dar, ayudar, servir a los otros, y también perdonar,
comprender. Mateo lo resume en una regla de oro: «Todo lo que queráis que haga la gente con
vosotros, hacedlo vosotros con ella» (7,12). El Catecismo nos recuerda que esta ley se debe aplicar «en
todos los casos»[71], de manera especial cuando alguien «se ve a veces enfrentado con situaciones que
hacen el juicio moral menos seguro, y la decisión difícil»[72].

81. Dar y perdonar es intentar reproducir en nuestras vidas un pequeño reflejo de la perfección de Dios,
que da y perdona sobreabundantemente. Por tal razón, en el evangelio de Lucas ya no escuchamos el
«sed perfectos» (Mt 5,48) sino «sed misericordiosos como vuestro Padre es misericordioso; no
juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados;
dad, y se os dará» (6,36-38). Y luego Lucas agrega algo que no deberíamos ignorar: «Con la medida
con que midiereis se os medirá a vosotros» (6,38). La medida que usemos para comprender y perdonar
se aplicará a nosotros para perdonarnos. La medida que apliquemos para dar, se nos aplicará en el cielo
para recompensarnos. No nos conviene olvidarlo.

82. Jesús no dice: «Felices los que planean venganza», sino que llama felices a aquellos que perdonan y
lo hacen «setenta veces siete» (Mt 18,22). Es necesario pensar que todos nosotros somos un ejército de
perdonados. Todos nosotros hemos sido mirados con compasión divina. Si nos acercamos sinceramente
al Señor y afinamos el oído, posiblemente escucharemos algunas veces este reproche: «¿No debías tú
también tener compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?» (Mt 18,33).

Mirar y actuar con misericordia, esto es santidad.

6. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.


Martes 18 de Julio
GAUDETE ET EXULTATE Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en
el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018) | Francisco (vatican.va)

«Felices los de corazón limpio, porque ellos verán a Dios»

83. Esta bienaventuranza se refiere a quienes tienen un corazón sencillo, puro, sin suciedad, porque un
corazón que sabe amar no deja entrar en su vida algo que atente contra ese amor, algo que lo debilite o
lo ponga en riesgo. En la Biblia, el corazón son nuestras intenciones verdaderas, lo que realmente
buscamos y deseamos, más allá de lo que aparentamos: «El hombre mira las apariencias, pero el Señor
mira el corazón» (1 S 16,7). Él busca hablarnos en el corazón (cf. Os 2,16) y allí desea escribir su Ley
(cf. Jr 31,33). En definitiva, quiere darnos un corazón nuevo (cf. Ez 36,26).

84. Lo que más hay que cuidar es el corazón (cf. Pr 4,23). Nada manchado por la falsedad tiene un
valor real para el Señor. Él «huye de la falsedad, se aleja de los pensamientos vacíos» (Sb 1,5). El
Padre, que «ve en lo secreto» (Mt 6,6), reconoce lo que no es limpio, es decir, lo que no es sincero, sino
solo cáscara y apariencia, así como el Hijo sabe también «lo que hay dentro de cada hombre»
(Jn 2,25).

85. Es cierto que no hay amor sin obras de amor, pero esta bienaventuranza nos recuerda que el Señor
espera una entrega al hermano que brote del corazón, ya que «si repartiera todos mis bienes entre los
necesitados; si entregara mi cuerpo a las llamas, pero no tengo amor, de nada me serviría» (1 Co 13,3).
En el evangelio de Mateo vemos también que lo que viene de dentro del corazón es lo que contamina al
hombre (cf. 15,18), porque de allí proceden los asesinatos, el robo, los falsos testimonios, y demás
cosas (cf. 15,19). En las intenciones del corazón se originan los deseos y las decisiones más profundas
que realmente nos mueven.

86. Cuando el corazón ama a Dios y al prójimo (cf. Mt 22,36-40), cuando esa es su intención verdadera
y no palabras vacías, entonces ese corazón es puro y puede ver a Dios. San Pablo, en medio de su
himno a la caridad, recuerda que «ahora vemos como en un espejo, confusamente» (1 Co 13,12), pero
en la medida que reine de verdad el amor, nos volveremos capaces de ver «cara a cara» (ibíd.). Jesús
promete que los de corazón puro «verán a Dios». Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el
amor, esto es santidad.

7. Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados


hijos de Dios.
Miércoles 19 de Julio
GAUDETE ET EXULTATE Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en
el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018) | Francisco (vatican.va)

«Felices los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios»
87. Esta bienaventuranza nos hace pensar en las numerosas situaciones de guerra que se repiten. Para
nosotros es muy común ser agentes de enfrentamientos o al menos de malentendidos. Por ejemplo,
cuando escucho algo de alguien y voy a otro y se lo digo; e incluso hago una segunda versión un poco
más amplia y la difundo. Y si logro hacer más daño, parece que me provoca mayor satisfacción. El
mundo de las habladurías, hecho por gente que se dedica a criticar y a destruir, no construye la paz. Esa
gente más bien es enemiga de la paz y de ningún modo bienaventurada[73].

88. Los pacíficos son fuente de paz, construyen paz y amistad social. A esos que se ocupan de sembrar
paz en todas partes, Jesús les hace una promesa hermosa: «Ellos serán llamados hijos de Dios»
(Mt 5,9). Él pedía a los discípulos que cuando llegaran a un hogar dijeran: «Paz a esta casa» (Lc 10,5).
La Palabra de Dios exhorta a cada creyente para que busque la paz junto con todos (cf. 2 Tm 2,22),
porque «el fruto de la justicia se siembra en la paz para quienes trabajan por la paz» (St 3,18). Y si en
alguna ocasión en nuestra comunidad tenemos dudas acerca de lo que hay que hacer, «procuremos lo
que favorece la paz» (Rm 14,19) porque la unidad es superior al conflicto[74].

89. No es fácil construir esta paz evangélica que no excluye a nadie sino que integra también a los que
son algo extraños, a las personas difíciles y complicadas, a los que reclaman atención, a los que son
diferentes, a quienes están muy golpeados por la vida, a los que tienen otros intereses. Es duro y
requiere una gran amplitud de mente y de corazón, ya que no se trata de «un consenso de escritorio o
una efímera paz para una minoría feliz»[75], ni de un proyecto «de unos pocos para unos pocos»[76].
Tampoco pretende ignorar o disimular los conflictos, sino «aceptar sufrir el conflicto, resolverlo y
transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso»[77]. Se trata de ser artesanos de la paz, porque
construir la paz es un arte que requiere serenidad, creatividad, sensibilidad y destreza.

Sembrar paz a nuestro alrededor, esto es santidad.

8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de


ellos es el Reino de los cielos.
Viernes 21 de Julio (Cada director de curso con su grupo)
GAUDETE ET EXULTATE Gaudete et exsultate: Exhortación Apostólica sobre la llamada a la santidad en
el mundo contemporáneo (19 de marzo de 2018) | Francisco (vatican.va)

«Felices los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos»

90. Jesús mismo remarca que este camino va a contracorriente hasta el punto de convertirnos en seres que cuestionan a la
sociedad con su vida, personas que molestan. Jesús recuerda cuánta gente es perseguida y ha sido perseguida sencillamente
por haber luchado por la justicia, por haber vivido sus compromisos con Dios y con los demás. Si no queremos sumergirnos
en una oscura mediocridad no pretendamos una vida cómoda, porque «quien quiera salvar su vida la perderá» (Mt 16,25).

91. No se puede esperar, para vivir el Evangelio, que todo a nuestro alrededor sea favorable, porque muchas veces las
ambiciones del poder y los intereses mundanos juegan en contra nuestra. San Juan Pablo II decía que «está alienada una
sociedad que, en sus formas de organización social, de producción y consumo, hace más difícil la realización de esta
donación [de sí] y la formación de esa solidaridad interhumana»[78]. En una sociedad así, alienada, atrapada en una trama
política, mediática, económica, cultural e incluso religiosa que impide un auténtico desarrollo humano y social, se vuelve
difícil vivir las bienaventuranzas, llegando incluso a ser algo mal visto, sospechado, ridiculizado.

92. La cruz, sobre todo los cansancios y los dolores que soportamos por vivir el mandamiento del amor y el camino de la
justicia, es fuente de maduración y de santificación. Recordemos que cuando el Nuevo Testamento habla de los sufrimientos
que hay que soportar por el Evangelio, se refiere precisamente a las persecuciones
(cf. Hch 5,41; Flp 1,29; Col 1,24; 2 Tm 1,12; 1 P 2,20; 4,14-16; Ap 2,10).

93. Pero hablamos de las persecuciones inevitables, no de las que podamos ocasionarnos nosotros mismos con un modo
equivocado de tratar a los demás. Un santo no es alguien raro, lejano, que se vuelve insoportable por su vanidad, su
negatividad y sus resentimientos. No eran así los Apóstoles de Cristo. El libro de los Hechos cuenta insistentemente que
ellos gozaban de la simpatía «de todo el pueblo» (2,47; cf. 4,21.33; 5,13) mientras algunas autoridades los acosaban y
perseguían (cf. 4,1-3; 5,17-18).

94. Las persecuciones no son una realidad del pasado, porque hoy también las sufrimos, sea de manera cruenta, como tantos
mártires contemporáneos, o de un modo más sutil, a través de calumnias y falsedades. Jesús dice que habrá felicidad cuando
«os calumnien de cualquier modo por mi causa» (Mt 5,11). Otras veces se trata de burlas que intentan desfigurar nuestra fe
y hacernos pasar como seres ridículos. Aceptar cada día el camino del Evangelio aunque nos traiga problemas, esto es
santidad.

ANEXOS
MATERIAL DE REFUERZO y/o para complementar
Pueden utilizar algunos de los materiales que aquí se les presenta, pero tambien están en
la libertad de usar otros que vayan relacionados al tema del día correspondiente.

SECCION TRANSICIÓN
 Canto:
Motivar a los estudiantes para que esta semana puedan encontrar diferentes ingredientes para vivenciar la
FELICIDAD en sus familias y con sus compañeros. Puede usarse el siguiente canto UNA RECETA DE
PAZ:
https://www.youtube.com/watch?v=iY5ZSQPclco

 Videos:
Mostrar un extracto del siguiente video “LAS BIENAVENTURANZAS” a los(as) estudiantes a lo largo
de la semana, de modo que pueden ir comentando y actualizando cada una de las bienaventuranzas que
Jesús expresó al ser humano como el mejor modo para ser felices. Video disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=QBhSNngaoKI&t=82s

 Oración:
Oración: “Gracias Señor por enseñarnos que siguiendo tus consejos podemos ser felices, regálanos un
corazón lleno de amor, de paz y perdón, ayúdanos a parecernos cada día más a ti. Amén.”

Oración dirigida: Se dialogará con los niños(as): ¿Quién quiere ser feliz? ¡Póngase de pie! Pero ¿cómo
podemos ser felices? ¿Qué necesitamos? (Amor a Dios, alegría, paciencia, decir la verdad (no mentir),
agradecer, portarnos bien, hacer caso a nuestros papás…) Y, ¿sabían que hay niños y niñas como ustedes
que no viven felices? Muchos no tienen qué comer, qué vestir, dónde dormir… y viven tristes, por eso
hoy vamos a orar por cada uno/a de ellos/as. Se culminará invitando a los niños y niñas a que primero en
voz alta y luego bajito, repitan: “Jesús, tú nos quieres felices, abraza a todos los que hoy están tristes,
amén.”

Se sugiere hacer una oración y peticiones espontáneas en la que los niños expresen sus intenciones para
vivir y practicar hoy las bienaventuranzas que Jesús enseñó. Se puede responder a cada petición: “ Señor,
ayúdame a construir un mundo mejor.”

SECCION PRIMARIA
 Cantos:
Motivar a los estudiantes para que esta semana puedan encontrar diferentes ingredientes para vivenciar la
FELICIDAD en sus familias y con sus compañeros. Puede usarse el siguiente canto UNA RECETA DE
PAZ:
https://www.youtube.com/watch?v=iY5ZSQPclco

Reflexionar con el siguiente video/canto “Qué cosas me hacen feliz?”: https://www.youtube.com/watch?


app=desktop&v=H916qOTxaGQ
Se puede orar de forma creativa con el siguiente canto “Que canten los niños”:
https://www.youtube.com/watch?app=desktop&v=Fjp3R9Bc47Q
Se puede orar con el siguiente canto “Hacer un mundo nuevo” de Unai Quirós:
https://www.youtube.com/watch?v=j12KONOzEnQ
Orar con el siguiente canto, pidiéndole a Dios “Un nuevo corazón”, disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=8Vuf0mg61UE
Se puede mirar el siguiente canto/video para luego comentarlo con los niños acerca de la forma en que
hoy se vive la lucha por la paz “CANTO POR LA PAZ”:
https://www.youtube.com/watch?v=UkimP39EgA4&t=34s

 Videos:
Mostrar un extracto del siguiente video “LAS BIENAVENTURANZAS” a los(as) estudiantes a lo largo
de la semana, de modo que pueden ir comentando y actualizando cada una de las bienaventuranzas que
Jesús expresó al ser humano como el mejor modo para ser felices. Video disponible en
https://www.youtube.com/watch?v=QBhSNngaoKI&t=82s
Se mirará con los(as) estudiantes el siguiente video sobre “Las nuevas bienaventuranzas” y se comentará
con ellos(as), que cosas les hace felices: https://www.youtube.com/watch?v=1lSQWWimQ6I
Se puede mirar el siguiente video “ ?QUE QUIERE DECIR SER POBRE DE ESPIRITU?” para luego
comentarlo con los niños acerca de cómo ser pobres de espíritu según el Papa Francisco:
https://www.youtube.com/watch?v=p7NxkIiu00w
Mirar el siguiente video “EDUCACIÓN DEL CARÁCTER: JUSTICIA” para luego comentarlo con los
niños acerca de la forma en que hoy se vive el hambre y sed de justicia: https://www.youtube.com/watch?
v=RLOyUUqx0IQ
Mirar el siguiente video “APRENDER A TRATAR CON MISERICORDIA ES APRENDER DEL
MAESTRO” para luego comentarlo con los niños acerca de la forma en que hoy se vive la misericordia,
según el Papa Francisco: https://www.youtube.com/watch?v=4H1Khkfj-4A

 Oraciones:
Oración: “Gracias Señor por enseñarnos que siguiendo tus consejos podemos ser felices, regálanos un
corazón lleno de amor, de paz y perdón, ayúdanos a parecernos cada día más a ti. Amén.”

Oración dirigida: Se dialogará con los niños(as): ¿Quién quiere ser feliz? ¡Póngase de pie! Pero, ¿cómo
podemos ser felices? ¿Qué necesitamos? (Amor a Dios, alegría, paciencia, decir la verdad (no mentir),
agradecer, portarnos bien, hacer caso a nuestros papás…) Y, ¿sabían que hay niños y niñas como ustedes
que no viven felices? Muchos no tienen qué comer, qué vestir, dónde dormir… y viven tristes, por eso
hoy vamos a orar por cada uno/a de ellos/as. Se culminará invitando a los niños y niñas a que primero en
voz alta y luego bajito, repitan: “Jesús, tú nos quieres felices, abraza a todos los que hoy están tristes,
amén.”

Se sugiere hacer una oración y peticiones espontáneas en la que los niños y niñas expresen sus intenciones
para vivir y practicar hoy las bienaventuranzas que Jesús enseñó. Se puede responder a cada petición:
“Señor, ayúdame a construir un mundo mejor.”

 Textos bíblicos:
Jesús sube a la montaña a dar una enseñanza. Si Jesús hubiese vivido en nuestra época… ¿desde qué lugar
nos hablaría? ¿Alguna red social? ¿Cuál? ¿Qué nos diría respecto a cómo ser felices hoy? El texto dice
que había un “gentío”, hoy ¿cuántos seguidores tendría Jesús? ¿Le haríamos caso a su Palabra? Se leerá el
texto Mateo 5, 1-12:

Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se reunieron a su
alrededor. Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo:
«Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Felices los que
lloran, porque recibirán consuelo.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los compasivos, porque
obtendrán misericordia.
Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios. Felices los que son
perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando por
causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias.
Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien
saben que así persiguieron a los profetas que vivieron antes de ustedes.
Jesús nos enseña el camino para ser felices y una de las maneras de serlo es unirnos a las personas en sus
alegrías y tristezas. Reflexionar el texto bíblico Romanos 12,15-18:

Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No
busquen grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios. No devuelvan a nadie mal por mal, y
que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones. Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos.

De forma creativa orar con Mateo 25,31-46 (sobretodo comentar lo que a ellos les llame la atención de
este texto):

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de
Gloria, que es suyo.
Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor
separa las ovejas de los chivos. Colocará a las ovejas a su derecha y a los chivos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del
reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes
me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su
casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me
fueron a ver.»
Entonces los justos dirán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te
dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos
enfermo o en la cárcel, y te fuimos a ver? El Rey responderá: «En verdad les digo que, cuando lo
hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.»
Dirá después a los que estén a la izquierda: «¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha
sido preparado para el diablo y para sus ángeles! Porque tuve hambre y ustedes no me dieron de comer;
tuve sed y no me dieron de beber; era forastero y no me recibieron en su casa; estaba sin ropa y no me
vistieron; estuve enfermo y encarcelado y no me visitaron.»
Estos preguntarán también: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero,
enfermo o encarcelado, y no te ayudamos?» El Rey les responderá: «En verdad les digo: siempre que no
lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí.» Y éstos irán a un
suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.»

Para ser felices, necesitamos cuidar el gozo que nos da Dios y revestirnos de “armas espirituales”, por ello
leemos el texto Efesios 6,11-17:

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no
nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y
sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. Por eso pónganse la armadura de
Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.
Tomen la verdad como cinturón, la justicia como coraza; tengan buen calzado, estando listos para
propagar el Evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las
flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o
sea, la Palabra de Dios.
SECCION SECUNDARIA
 Oraciones:
Oración dirigida: Hacer alguna de estas preguntas al estudiantado: ¿Qué es lo que te hace feliz hoy?
¿Cuánto te dura esa felicidad? A veces creemos que la felicidad llegará a nosotros cuando seamos…
hagamos… nos den… tengamos… pero en realidad la felicidad verdadera no se aparta, sino que nos hace
libres, plenos y eso sólo lo da Dios. Pidamos por tantos jóvenes que hoy no se sienten dichosos por vivir,
no se sienten amados por el Señor o por los demás y démosle gracias por su amor para con nosotros.
Terminar con la canción “Soy feliz” de las Siervas, disponible en https://www.youtube.com/watch?
v=CUX7rOCVTYk

 Textos bíblicos:
Jesús sube a la montaña a dar una enseñanza. Si Jesús hubiese vivido en nuestra época… ¿desde qué lugar
nos hablaría? ¿Alguna red social? ¿Cuál? ¿Qué nos diría respecto a cómo ser felices hoy? El texto dice
que había un “gentío”, hoy ¿cuántos seguidores tendría Jesús? ¿Le haríamos caso a su Palabra? Se leerá el
texto Mateo 5, 1-12:

Jesús, al ver toda aquella muchedumbre, subió al monte. Se sentó y sus discípulos se reunieron a su
alrededor. Entonces comenzó a hablar y les enseñaba diciendo:
«Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Felices los que
lloran, porque recibirán consuelo.
Felices los pacientes, porque recibirán la tierra en herencia.
Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Felices los compasivos, porque
obtendrán misericordia.
Felices los de corazón limpio, porque verán a Dios.
Felices los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos de Dios. Felices los que son
perseguidos por causa del bien, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Felices ustedes, cuando por
causa mía los insulten, los persigan y les levanten toda clase de calumnias.
Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo. Pues bien
saben que así persiguieron a los profetas que vivieron antes de ustedes.

Jesús nos enseña el camino para ser felices y una de las maneras de serlo es unirnos a las personas en sus
alegrías y tristezas. Reflexionar el texto bíblico Romanos 12,15-18:
Alégrense con los que están alegres, lloren con los que lloran. Vivan en armonía unos con otros. No
busquen grandezas y vayan a lo humilde; no se tengan por sabios. No devuelvan a nadie mal por mal, y
que todos puedan apreciar sus buenas disposiciones. Hagan todo lo posible para vivir en paz con todos.

De forma creativa orar con Mateo 25,31-46 (sobre todo comentar lo que a ellos les llame la atención de
este texto):
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria rodeado de todos sus ángeles, se sentará en el trono de
Gloria, que es suyo.
Todas las naciones serán llevadas a su presencia, y separará a unos de otros, al igual que el pastor
separa las ovejas de los chivos. Colocará a las ovejas a su derecha y a los chivos a su izquierda.
Entonces el Rey dirá a los que están a su derecha: «Vengan, benditos de mi Padre, y tomen posesión del
reino que ha sido preparado para ustedes desde el principio del mundo. Porque tuve hambre y ustedes
me dieron de comer; tuve sed y ustedes me dieron de beber. Fui forastero y ustedes me recibieron en su
casa. Anduve sin ropas y me vistieron. Estuve enfermo y fueron a visitarme. Estuve en la cárcel y me
fueron a ver.»
Entonces los justos dirán: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te
dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero y te recibimos, o sin ropa y te vestimos? ¿Cuándo te vimos
enfermo o en la cárcel, y te fuimos a ver? El Rey responderá: «En verdad les digo que, cuando lo
hicieron con alguno de los más pequeños de estos mis hermanos, me lo hicieron a mí.»
Dirá después a los que estén a la izquierda: «¡Malditos, aléjense de mí y vayan al fuego eterno, que ha
sido preparado para el diablo y para sus ángeles! Porque tuve hambre y ustedes no me dieron de comer;
tuve sed y no me dieron de beber; era forastero y no me recibieron en su casa; estaba sin ropa y no me
vistieron; estuve enfermo y encarcelado y no me visitaron.»
Estos preguntarán también: «Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, desnudo o forastero,
enfermo o encarcelado, y no te ayudamos?» El Rey les responderá: «En verdad les digo: siempre que no
lo hicieron con alguno de estos más pequeños, ustedes dejaron de hacérmelo a mí.» Y éstos irán a un
suplicio eterno, y los buenos a la vida eterna.»

Para ser felices, necesitamos cuidar el gozo que nos da Dios y revestirnos de “armas espirituales”, por ello
leemos el texto Efesios 6,11-17:

Lleven con ustedes todas las armas de Dios, para que puedan resistir las maniobras del diablo. Pues no
nos estamos enfrentando a fuerzas humanas, sino a los poderes y autoridades que dirigen este mundo y
sus fuerzas oscuras, los espíritus y fuerzas malas del mundo de arriba. Por eso pónganse la armadura de
Dios, para que en el día malo puedan resistir y mantenerse en la fila valiéndose de todas sus armas.
Tomen la verdad como cinturón, la justicia como coraza; tengan buen calzado, estando listos para
propagar el Evangelio de la paz. Tengan siempre en la mano el escudo de la fe, y así podrán atajar las
flechas incendiarias del demonio. Por último, usen el casco de la salvación y la espada del Espíritu, o
sea, la Palabra de Dios.

 Cantos:
Se pedirá por la paz en el mundo, por lo que, al iniciar esta jornada, se pondrá este canto “UNA
PLEGARIA DE PAZ” (Athenas), pero antes, se pedirá al estudiantado que mientras suene, vayan
pensando en cuáles países o lugares hoy hace falta la paz: https://www.youtube.com/watch?
v=FAQS6s_Ff-0
Se escuchará el canto del Evangelio con el audio o video “ EL SERMON DEL MONTE“ (Cristóbal Fones
SJ), “en criollo”, pidiendo al estudiantado que piense ¿con cuál bienaventuranza se quedan para poner en
práctica esta semana? Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=wHW_22JVrC8

 Para profundizar en las Bienaventuranzas:


Según la división de las bienaventuranzas propuesta en la distribución de la semana, se pueden ir
trabajando según corresponda al día. Se propone al(a) docente trabajar la bienaventuranza del día y
comentarla en la oración, para ello puede:
 Leer la bienaventuranza, comentarla con el estudiantado según la realidad actual.

 Realizar algún comentario al texto de la siguiente página web o bien, las preguntas sugestivas
que aparecen en ella: PASTORAL BIBLICA JUVENIL
https://www.bibliaparajovenes.org/files/u1/documentos/RBG/PBJ-Bienaventuranzas.pdf (de la
página 3 a la 10 según la bienaventuranza correspondiente al día).

 Videos:
Se invitará al estudiantado a pensar las bienaventuranzas no desde lo literal o sólo desde las palabras
concretas de Jesús hace más de 2000 años. Por ello, motivémosle a descubrir en el HOY, cómo ser
dichosos según Dios, con este video “LAS BIENAVENTURANZAS HOY” disponible en:
https://www.youtube.com/watch?v=jcSmqTCVjl4

Canto “Himno de la JMJ 2016” https://www.youtube.com/watch?v=adhG4m4-diE para rescatar y


trabajar sobre la Misericordia (dependiendo del tiempo que haya quedado disponible, se puede poner
hasta el minuto 3:15 por ejemplo, más o menos).

Se invitará al estudiante a imaginar que el Papa Francisco les hace una llamada o les envía un audio por
WhatsApp con las palabras que escucharán en este video “EL PLAN DE ACCION: LAS
BIENAVENTURANZAS Y MATEO”: https://www.youtube.com/watch?v=DThx2HCllag Se les puede
hacer las siguientes preguntas: piensa mientras escuchas, ¿qué sientes? ¿Con qué frase te quedas? Jesús
nos ha invitado a vivir la justicia, pero vivimos en un mundo lleno de injusticias. ¿Podemos los cristianos
hacernos ciegos ante esas realidades o qué hacer? ¿Cómo estamos “licuando la fe” hoy?

Se les invitará a mirar el video “QUE ES LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA II”:


https://www.youtube.com/watch?v=I9IzKxeCRjw (Ya que el video lo que propone es un curso de
Doctrina Social, lo cual no nos interesa en este momento, se verá con los estudiantes sólo del 0:20 al
2:55).
Se pedirá al estudiante que escoja una o dos de las diapositivas que se presentarán en este video sobre
“Las nuevas Bienaventuranzas”, las cuales comentarán al finalizar el mismo:
https://www.youtube.com/watch?v=1lSQWWimQ6I

Cuando una persona está convencida de lo que cree, es capaz de dar la vida, aunque eso le implique
sufrimiento, persecución o dificultades. ¡Eso hicieron los mártires! Hombres y mujeres que entregaron
con gozo su vida como prueba de su fe, hasta las últimas consecuencias. Este video ¡Viva Cristo Rey! Es
un canto con las imágenes de la película “Cristiada” que relata la persecución de la Iglesia en México en
la Guerra Civil de 1917, donde murieron 12 mártires de la fe, entre ellos el joven San José Sánchez del
Río, de 13 años: https://www.youtube.com/watch?v=YrgOiOzFIEo

 Madre Margarita Diomira Crispi:

- En 30 segundos, vas a pensar: ¿a ti qué te hace feliz?


- Toma otros 30 segundos para contestar: ¿cuáles son tus riquezas hoy?

- Ahora veamos este texto que Madre Margarita Diomira escribió en su Cuaderno 2, el 3 de junio de 1915:

«¡Oh mi Hostia de Amor! Yo te adoro y sobre todo te adoro y amo mirarte, mi felicidad es contemplarte y
mi gozo es poseerte, mi riqueza es amarte. ¡Ah, amarte es mi cielo!»

- ¿Qué semejanza o qué diferencia encuentras entre la felicidad y la riqueza de Madre Margarita y la tuya?
- ¿Eso es porque ella es una “santa”? ¡No, los santos son seres humanos como tú y yo!
- Pidamos con la oración por la pronta beatificación de ella, que interceda por nuestras necesidades. “Santísima
Trinidad, gracias te damos…”

 Reflexiones:
Jesús nos invita a ser felices según su estilo, que es muy diferente al que nos dice la sociedad. Para la
oración, se puede hacer una comparación preguntando al estudiantado: ¿qué considera la sociedad que es
ser feliz? ¿Cuánto dura esa “felicidad”? Y conversar sobre la propuesta de Jesús. Si da tiempo, comentar o
proponer de forma creativa al estudiantado que “si una bienaventuranza los pudiera describir, ¿cuál sería?
Y si usted tuviera que escribir una bienaventuranza con sus palabras, ¿qué diría?”

Se escogerán algunas de las bienaventuranzas de Mons. Vicente Zaspe (quizá unas 5) que están a
continuación y se pide al estudiantado que después de leídas las que el(la) docente escogió, escriba cuál
número les llama más la atención:

“Bienaventuranzas de la juventud”
Autor: Mons. Vicente Zaspe

1. Bienaventurados los muchachos y las chicas que hacen de la vida una ofrenda, un deber y una obligación.
2. Bienaventurados los muchachos y las chicas que deciden su futuro orando, consultando y reflexionando.
3. Bienaventurados los muchachos y las chicas que postergan su noviazgo hasta consolidar su voluntad, disciplinar su
afectividad y madurar su inteligencia.
4. Bienaventurados los muchachos y las chicas que optan por una carrera o un oficio para servir mejor a la
comunidad.
5. Bienaventurada la juventud que se enamora de Cristo y quiere proclamar ese amor.
6. Bienaventurada la juventud que sufre cuando la Iglesia y el país padecen, y se alegra cuando la Iglesia y la patria
triunfan.
7. Bienaventurada la juventud que trabaja por la paz y la que tiene sed y hambre de justicia.
8. Bienaventurada la juventud que busca primero el Reino de Dios y lo demás lo considera añadidura.
9. Bienaventurada la juventud orante, penitente y eucarística.
10. Bienaventurada la juventud que prefiere perder el ojo, el brazo, el pie, si ese ojo, pie o brazo es ocasión de pecado.
11. Bienaventurada la juventud que es fría o caliente, porque la tibia será vomitada por el Señor.
12. Bienaventurada la juventud que, como María, se hace esclava de la Palabra del Señor.
13. Bienaventurada la Iglesia que cuenta con semejante juventud, porque el Señor hará grandes cosas con esa juventud.
14. Bienaventurada la Patria que cuenta con una juventud recreada porque renovará su cultura, sus valores, sus
instituciones, sus cuadros sociales, sus líneas de pensamiento, sus fuentes inspiradoras, y sus modelos de vida y
recuperará así su identidad nacional y cristiana.
15. Felices ustedes, los jóvenes con alma de pobres, porque de ustedes es el Reino de los cielos.
16. Felices ustedes los jóvenes que ahora sufren, porque serán consolados.
17. Felices ustedes los jóvenes que ahora son incomprendidos, insultados y hasta odiados por la causa del Hijo del
hombre, porque les espera una gran recompensa en el cielo.
18. Felices ustedes los jóvenes que proclaman la grandeza del señor.
19. Felices ustedes que se alegran en Dios el Salvador, porque a ustedes los miró y amó Aquel que es poderoso.

Felices ustedes, porque ha obrado con los jóvenes cosas estupendas Aquel cuyo nombre es santo y cuya misericordia se
extiende de generación en generación.

También podría gustarte