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Gobierno y Política en España
Gobierno y Política en España
ESPAÑ A
Juan Montabes
1. Precedentes del sistema político. Los cleavages de la
Españ a contemporánea
Las fuertes fracturas ideoló gicas o claveages del sistema político españ ol son explicables por
precedentes histó ricos. Los claveages son estudiados de los sistemas de partido y partidos políticos en sí. Son los
que condicionan el surgimiento de otros partidos políticos y el comportamiento de voto.
Por ejemplo: “centro/periferia, estado/iglesia, rural/urbano…”.
Hay muchos más claveages históricos a lo largo de la historia de España… Como Estado vs Iglesia, o
Iglesia vs Laicismo. Como conclusión, hay un huevo de divisiones que hicieron a España ingobernable, y que
al final terminó con la democracia del S.XXI.
El proceso de la transició n fue gradual y pacífico, no habiendo un modelo claro en la transició n. Dicho así,
muchas corrientes actuales muestran aná lisis conspirativos sobre la todavía presencia del franquismo, viéndose
esto en las izquierdas. Y segú n dice, en la época actual va aumentando la crítica respecto a esta etapa.
Los pactos producidos se debieron a las presiones internacionales y a la correlació n desfavorable de las
fuerzas en el interior estatal franquista.
Esta negociació n de los reformistas del gobierno de Suá rez con los opositores supuso un paradigma
ú nico, que fue digno del estudio de muchos investigadores, pues se llegó a la democracia desde los mecanismos
del Estado franquista.
2.2. El reformismo
Bá sicamente, Suá rez sustentó el poder y las élites franquistas siguieron sus demandas, ya que un ligero
maquillado del franquismo sin Franco era inviable (dictadura muy personificada). Hubo má s tensió n con la
legalizació n de los partidos comunistas, y el referendum de la democracia supuso un voto del pueblo para una
reforma dejada al poder político de Suá rez.
Destacar que la ley de Amnistía del 77 fue esencial para el desarrollo democrá tico.
Nunca pudo formarse un gobierno provisional de amplia coalición democrática liderado por la
oposición para convocar una Asamblea constituyente, ni se plasmó una “acción cívica democrática” de
masas a tal efecto (“huelga nacional” en terminología del PSUC-PCE). Por tanto, cambió el régimen (no fue
una ficción), pero con actores y medios bien diferentes a los suspiciados por la oposición.
Los resultados de las primeras votaciones del 77 fueron lo suficientemente buenos como para auspiciar
la Constitució n del 78. En liderzago del UCD, se llegó a un acuerdo híbrido con AP y la izquierda e
independentistas.
Eso sí, no se permitió la caída de la Monarquía ni la destrucció n del unitarismo del Estado.
Todas las pegas a la reforma; como la amnistía, la memoría histó rica del franquismo, que no se votó la
monarquía y no se reconoció autodeterminació n, son críticas que no son el fiel reflejo de lo que fueron las
negociaciones y su complejidad.
La amnistía fue obligatoria para evitar el revés de la oposició n, la monarquía fue debatida y admitida de
forma parlamentaria en Europa, la memoría histó rica fue permitida por la UCD a pesar de todo y la
autodeterminació n no fue un tema de interés general por aquel entonces (no tanto como quizá s ahora).
Montabes señ ala de elitistas, cupulares, delegativas y tacticistas a la izquierda de aquel entonces por
dejarse someter a Suá rez, mostrando las luchas de poder que reinaban. Por lo que el PSUC-PCE y PSOE tuvieron
una mala fama a principios de la democracia. Só lo sobrevivió el PSOE gracias a Gonzá lez.
Aú n así, gracias a la participació n de estos en las reformas se fomentaron unas moderadas políticas para
la transició n. El problema es que se asentó el pragmatismo y la moderación en los partidos de izquierdas
por igual.
En general, que el PCE se fue a cagar porque quisó su legalizació n má s que otra cosa, a pesar de las otras
políticas reivindicadas en la transició n.
Este modelo transitorio, el de Españ a, fue modélico para otros países de América Latina, Países de
Europa Central o de Oriente, pues fue muy pacífico.
Según señala el libro, el problema de la democracia actual es posterior a la transición, pero que no
es una cuestión reformista. De hecho, señala la partitocracia como algo, aparentemente, no muy negativo.
6. El gobierno
«El gobierno es una de las piezas de un complicado equilibrio entre parlamento, burocracia
administrativa, grupos representativos de intereses sociales, partidos, expertos en cada campo específico,
opinió n pú blica y, si se quiere, los organismos internacionales de diverso tipo con influencia en ciertas políticas y
medidas nacionales.»
-1. En “minú scula”. Entendido como un elemento diná mico del Estado; pues no só lo son los diferentes
poderes constitutivos, sino que lo entendemos como las diversas instancias y actores políticos que
interfieren y conforman el proceso político.
-2. Conjunto de instituciones estatales. El conjunto de los tres poderes del Estado: judicial, legislativo y
ejecutivo. La forma en la que estos tres interactú an entre sí se denomina forma de gobierno.
-3. En “mayú scula”. Gobierno referido al poder ejecutivo, el término utilizado en éste tema. Segú n la
forma de gobierno, nos encontramos con la conformació n del Jefe del Estado, el Primer Ministro, el
Presidente del Gobierno, el Consejo de Ministros, etc.
Se le atribuye al gobierno:
Para fortalecer la estabilidad de los gobiernos, se dificulta el cese del gobierno como consecuencia de
una moció n de censura y se limitan en extremo los poderes atribuidos al Jefe del Estado para evitar una bicefalia
en el ejecutivo.
Se creó una ley en el 97 que obligó a la ú nica formació n en el Gobierno del Presidente, Vicepresidente/s y
los Ministros.
Esta pluralidad limitada quiso establecer los siguientes principios sobre el funcionamiento del gobierno:
-1. Colegialidad en la formació n de la voluntad gubernamental: supongo que será una homogeneidad
ideoló gica de los miembros del gobierno y con los planes del presidente.
-2. Preeminencia de la figura del Presidente del Gobierno o principio de la direcció n presidencial.
-3. Solidaridad en su responsabilidad ante el parlamento.
6.1.1. El presidente
La representació n del ó rgano colegiado queda tremendamente ampliada por la posició n de
preeminencia de goza del Presidente con respecto al resto de los miembros:
Se habla de mociones de reprobación para condenar a un ministro, pero no tiene capacidad de hacerlo
dimitir, ya que la responsabilidad política es del presidente (ministros só lo tienen responsabilidad civil, penal o
administrativa). Algo así ocurrió con lo del aceite de colza.
Como ya dije, toda la responsabilidad la debe asumir el presidente del gobierno, quien puede ser
sometido a mociones de censura.
También se les da un fuero especial, por lo que será n juzgados por la Sala 2 del Tribunal Supremo de
justicia.
Los secretarios se consideraban parte del gobierno, pero la Ley del Gobierno de 1997 los excluye y los
transcribe como ó rganos superiores de la Administració n General del Estado que colaboran y apoyan al gobierno.
Los secretarios son, digamos, figuras político-administrativas que responden a lo piden los ministros,
para así gestionar las cuestiones de cada departamento.
Como dato interesante, se puede decir que los secretarios vienen a ser viceministros. Es decir, que tienen
cierta autonomía cuando el Gobierno se encuentra preso, como ocurrió con el golpe de Tejero. Gracias a los
secretarios de Estado, la revelión no llegó a nada militar porque había una gobernanza establecida.
En resumen, los ministros están sujetos de lo que diga el Presidente, pero estos son los que
desarrollan los programas en su amplia complejidad. Los cargos bajos son los secretarios, y también
ejecutan los programas para ponerlos en desarrollo.
Segú n Bar Cendó n, la delimitació n se establece por el principio de la decisión. En términos políticos, el
Gobierno quedaría formado por:
“Aquel conjunto de ó rganos donde se adoptan las decisiones fundamentales que conforman la política
general del Estado y que dirigen su ejecució n”.
El Complejo de la Moncloa es un conjunto de ó rganos conocidos que están para asesorar y guiar las
decisiones del Presidente del Gobierno. Entre estos ó rganos tenemos:
-1. Proporcionar al Presidente y/o Vicepresidente informació n necesaria para el correcto ejercicio de sus
funciones.
-2. Asesorar en todos los asuntos que sean requeridos por ambos cargos.
-3. Facilitar al presidente la coordinació n de la acció n gubernamental a partir de aná lisis de los planes de
acció n de los distintos departamentos ministeriales.
-4. Como clausula general, realizar todas las actividades encomendadas por el presidente.
-Decretos leyes. Son normas con rango de ley que las Cortes Generales dotan de extraordinaria y
urgente necesidad. Son disposiciones legislativas provisionales que deben ser revisadas hasta los 30 días en el
BOE. Só lo se logra su aprobació n con la mayoría simple del Congreso de los Diputados, por lo que es un acto de
legislació n por parte del ejecutivo. De todas formas, no puede entrar en materia de leyes orgá nicas, lo que digo en
el pá rrafo de abajo.
Segú n la Constitució n art. 86.1… Queda prohibido que los Decretos leyes afecten a las competencias de
las Autonomías, a las libertades y derechos de los ciudadanos, el derecho general electoral o el ordenamiento de
las instituciones bá sicas del Estado.
Con esto ha habido grandes abusos, lo que llama DECRETAZOS.
-Decretos legislativos. También gozan de rango de ley y tampoco pueden influir en reserva de ley
orgá nica. La diferencia, es que es legislado por el senado, y después es aceptado o rechazado por el ejecutivo. Es
un proceso má s lento pero má s adecuado, ya que evita errores o problemas en su complejidad y tecnicismos.
También se utiliza para refundir un conjunto de leyes.
Por otro lado tenemos las normas de rango reglamentario → Reales Decretos y Ordenes Ministeriales.
Digamos que las normas con fuerza de ley permiten una normativa amplia, mientras que las
normas de tipo reglamentario tiene menor potestad pero sirven para concretar la actuación legal, lo que
dota de mayor maniobrabilidad para cada caso administrativo. Ninguna tiene poder en materia orgánica.
6.5. Tendencias de presidencializació n
En palabras del libro:
«El Presidente ha adquirido una preeminencia que podríamos decir que ha ido má s allá de las propias
previsiones constitucionales. Por ello, distintos autores han calificado nuestro ejecutivo como de
presidencialista.»
«Se forma ante el Gobierno un tipo de proceso político y parlamentario “simplificado en exceso; carente
de toda vida política, reducido las má s de las veces a una participació n técnica en las comisiones y muda, de
adhesió n, en las votaciones.”»
En general, hace crítica al mandato imperativo del presidente al resto de las Cortes Generales. La
Constitució n lo prohibe, pero parece ser que lo pasan por el forro:
-Artículo 67.2: Los miembros de las Cortes Generales no estará n ligados por mandato imperativo.
Se habla de una adjudicació n representativa de las diferentes comunidades en el senado, por lo que
cumple una regulació n legal adaptada a la ideología de cada regió n…