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Cristo
Cristo
Cristo
2023
“Soló Cristo.”
(Solus Christus)
“Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí”, Juan
14: 6
INTRODUCCIÓN:
Hemos llegado a la cuarta Sola, una enseñanza que, al igual que las demás
Solas, forma parte de la columna vertebral de la fe cristiana: Solo en Cristo hay
salvación. La palabra de Dios lo dice de esta manera: “Este Jesús es la PIEDRA
DESECHADA por vosotros LOS CONSTRUCTORES, pero QUE HA VENIDO A SER
LA PIEDRA ANGULAR. 12 Y en ningún otro hay salvación, porque no hay otro
nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos” (Hch
4:11-12).
Esta verdad es consistente con las palabras de Juan 14:6, y que forman parte
de una larga conversación que los discípulos tuvieron con el Señor la noche
antes de la crucifixión. Ese último momento debió de haber sido una noche
pesada y llena de confusión. La confusión entre ellos es reflejada por la
pregunta de Tomás en el v. 5: Señor, si no sabemos adónde vas, ¿cómo vamos
a conocer el camino?, a lo que Jesús responde con su afirmación de que Él es
el camino, la verdad y la vida. Él llevó a Tomás a hacer la pregunta que produjo
esta respuesta que Tomás y los demás necesitaban conocer. Ahora bien, ¿qué
nos estaba enseñando Jesús con estas palabras? Veamos cada una de estas
afirmaciones, y cómo se relacionan a Solus Christus.
I. Yo soy el camino
a). Antes de la caída, Adán tenía acceso a la presencia de Dios; pero al pecar
se desvió, y él y nosotros, sus descendientes, perdimos el camino de regreso.
Aunque Adán conocía dónde estaba Dios, él perdió el "mapa" para regresar.
En el proceso, Satanás vino y cambió todos los letreros de las carreteras y
colocó múltiples nuevos letreros que dicen: "Moralidad", "Filosofía",
“Superación personal”, “El poder de tu mente”, "Tu mejor esfuerzo", y a todos
les colocó debajo el sub-título “Hacia Dios”. Pero ninguno de ellos podía llevar
a Dios. Lo único que puede ayudarnos es una persona que haya venido de allá,
que conozca el camino y nos lleve hasta allá; y esa persona es Jesús (Juan 3:13).
b). Se cuenta que en una ocasión un viajero contrató un guía para que lo
condujera a través de un área desierta. Cuando llegaron al comienzo del
desierto, el viajero vio que toda la arena lucía igual, y que no había huellas por
ningún lugar. El viajero preguntó: "¿Dónde está el camino para transitar por el
desierto?", a lo que el guía le respondió: Yo soy el camino. Así ocurre con Jesús.
a). Todos los demás caminos prometen llevar al hombre a Dios, pero le
mienten y le engañan. Cuando Adán calló, él cayó, porque creyó una mentira;
y desde entonces él perdió su habilidad de diferenciar la verdad de la mentira.
b). Esta es la razón por la que los descendientes de Adán hemos creído tantos
engaños. Por tanto, para Cristo decir la verdad no iba a ser suficiente, porque
nosotros no sabríamos cómo diferenciarla de la mentira. De ahí que Cristo no
vino solo a decir la verdad, sino a encarnarla, para que nosotros que no
sabemos discernir la verdad del error, podamos encontrarla en su persona.
b). Cuando Dios creó a Adán y a Eva, en medio del huerto había un árbol del
cual ellos no podían comer. ¿Recuerdan el nombre del árbol? “El árbol de la
vida y el árbol del conocimiento del bien y el mal”, (Gn.2:17). El primer Adán
perdió la vida al desobedecer; ahora en el segundo Adán el hombre recobra la
vida.
Es increíble cómo en el huerto del Edén Dios le prohíbe a Adán y a Eva comer
del árbol de la vida, pero ellos decidieron comer. Sin embargo, en el NT, Cristo
se ofrece como el pan de vida, como el árbol de la vida del cual todos podemos
comer, pero el hombre no quiere comer de Él.
Pudiéramos resumir lo que hemos dicho hasta ahora de esta manera: Cristo es
el camino que hay que seguir. Él es la verdad encarnada que tenemos que creer.
Él es la vida que tenemos que vivir. El único camino, pero no el más transitado
-Mientras que Confucio dijo: Yo nunca dije que era santo. Jesús preguntó:
¿Quién me acusa de pecado? (Juan 8:46) ¿Y la respuesta fue? Nadie.
-Mientras que Mahoma dijo: Si Dios no tiene misericordia de mí, no tengo
esperanza. Cristo dijo: El que obedece al Hijo tiene vida eterna (Juan 3:36).
-Mientras que Buda dijo: soy alguien en búsqueda de la verdad. Cristo dijo: Yo
soy la verdad (Juan 14:6).
CONCLUSIÓN:
Confucio enseñó por unos veintidós años. Mahoma por un tiempo similar.
Buda enseñó unos veinticinco años. Entre los tres enseñaron casi setenta años.
Jesús enseñó sólo por tres años, pero ningún otro personaje de la historia ha
impactado el curso de la civilización como lo hizo este hombre en tres años de
enseñanza y dos mil años de impacto. Confucio murió divorciado; Mahoma
tuvo 11 esposas y muchas concubinas, a pesar de que el Corán solo permite 4;
Buda abandonó a su esposa y a su hijo. Sin embargo, Cristo murió sin pecado.