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Ze page i Liliana Bodoc Cuando San Pedrc viajo en tren _ llustraciones de Valeria Docampo Ministerio de Educaci6n : SF Presidencia de la Nacion | Diveceion editorial: Lidia Mazzalomo Direceion literaria: Laura Leibiker Hdicion: Laura Linzuain Arte: Silvia Lanteri Vanesa Chulak Jol de Produceién y Preimpresién: Antonio Lockett Udicion grafic Correccién: Patricia Motto Rouco Iluseraciones: Valeria Docampo © Liliana Bodoe, 2008 © lidictones SM, 2008 Av. Callao 410, 2° piso AR Ciudad de Buenos Aires C1022 Pe dveton: noviernbre de 2008 Primera resmpresiéns abril de 2010 Sguncla retmpresién: abril de 2011 Tercera reimprestbnsabril de 2012 IN D78-987-573-194-3 Hecho el depdsito que establece la ley 11.723 Inpreso en la Argentina / Printed in Argentina Jest peemitida fa reproduceiéin total o parcial de este libro, ni sa Himamiento informatica, ni la er ten / Liliana Bodoe;coordinado dlirigido por Lidia Mi fe Laura Linz por Valeria Docainpo- 1d, 38 rimp » Biiconessi, 2015. : 48 pith 19x12 em, fryumision de ninguna forma-e | jor ctlquier otro medio, ya sea {xGnieo, mecinico, por Fotoco- | ye) eriniNe previo y por eserite tslaron clol eopyrighe, li 4, or teistro UW ot¥0s métodos, li oa 2 | EL BARCO DE VAPOR Liliana Bodoc Cuando San Pedro viajo en tren llustraciones de Valeria Docampo he) Hay un nino en Santa Fe. Se llama Lucas Rossi, yestd creciendo en la ley de la amistad. Aél le dedico este libro. "Todo estaba listo para que el tren ini- ciara el largo viaje. Las vias respiraron hondo, la locomotora buf6 como un ca- ballo de carrera que quiere ganarle al vien- to, cl maquinista se acomod6 la gorra de maquinista. Algunos pasajeros sonrieron. Otros ocultaron sus lagrimas detras de las mw manos que decian “Adiés”, “Hasta pron- to.” “No te olvides de mi”, “Voy a volver cuando el trigo madure”. El silbato hablé en su idioma. Y el tren partio... Nicanor tenia nueve afios. Y ese era su primer viaje. Ofelia, su mama, tenia ojos oscuros, un vestido claro con flores celestes. Y ese era su primer viaje. Ofelia y Nicanor dejaban el pueblo don- de ambos habian nacido. Ofelia, claro es- ta, habia nacido antes que su hijo. Ofelia naci6, crecié. Y cuando llegé a ser una hermosa joven de ojos oscuros, se enamoré. El pueblo entero, 0 casi entero, estuvo en aquella fiesta de casamiento. Todos bailaron hasta el amanecer. Y para que cl pueblo siguiera bailando, el ama- necer se dernoré en Legar. Después, nacié Nicanor. Y la vida, en el pequefio pueblo, siguié su curso. El pueblo se [lamaba San Pedro. Un lu- gar pequefo y enorme al mismo tiempo. Pocas casas y muchos Arboles. Pocas calles 10 Material de distribucién gratuita y muchos arroyos. Pocos autos y muchos, pero muchos pajaros. Cuando Nicanor estaba por cumplir nue- ve afios, San Pedro estaba por cumplir cien- to diez. Un pueblo de ciento diez afos cansado de pelear contra la dentadura de la gran ciudad, que le comia las orillas. Y le arrancaba pedazos enteros de tierra sem- brada y florecida. San Pedro se cans6. Entonces, sus hombres y sus mujeres tuvieron que partir a buscar suerte en otros sitios. Eso fue lo que hizo el padre de Nicanor, el esposo de Ofelia. Un hombre joven y fuerte que viajé a la ciudad de los grandes dientes. Llegd, encontré trabajo. Y ense- guida quiso que Ofelia y Nicanor estu- vieran a su lado. Por eso, ellos tomaron el tren que se alejaba de San Pedro. 11 Ofelia abrié la canasta en la que traia algunos alimentos para el viaje. —Vamos a comer y vamos a dormir —dijo—. Porque el viaje es largo. Nicanor la escuché y entendié lo que su mama queria decir: “Vamos a comer y vamos a dormir porque el viaje es triste”. O dicho en otras palabras: “No debemos Ilorar”. I4 Era de noche cuando Nicanor abrié los ojos. El tren corria con el cielo a los cos- tados, Miré a la derecha... Su mama dor- mia con las manos cruzadas sobre los pliegues del vestido claro con flores ce- lestes. Mir6 a la izquierda... Un sefior con anteojos, sentado al otro lado del pasillo, dormia también. Nicanor se arrodillé so- bre el asiento para ver hacia atras. Todos los pasajeros que podia ver desde su sitio estaban durmiendo. {Seria que a todos los apenaba dejar San Pedro? Como su mami le habia dicho que no debian Morar, Nicanor se levanté de su asiento muy despacito. Sin hacer ningan ruido. Saludé a Ofelia, que se movid un poquito en suehos como si estuviese dan- dole permiso. Y empezé a caminar en di- reccién a la locomotora. La locomotora va adelante del tren. “Entonces —pens6 Nica- nor— la locomotora es el lugar més ale- jado de San Pedro”. # Un tren es un tdnel que avanza. Un tren es un dibujo que se pierde hacia el fondo de la hoja. Un tren es siempre un misterio... Nicanor tenia nueve afios y nunca antes habia viajado. Caminé bien agarrado de los costados, mirando a los pasajeros. Todos dormian. Algunos, hechos un ovillo. Otros, despa- rramados. Algunos, con la cabeza apoyada en el hombro de su acompafiante. Y ha- bia algunos que dormian con sus bolsos apretados contra el pecho. Uno de aque- llos pasajeros abrid un ojo cuando Nicanor paso cerca. El ojo vio que no habia peligro alguno. Y el pasajero siguié durmiendo. Nicanor avanzaba, con pasos tambalean- tes. El tren avanzaba con un ruido que pa- recia el derrumbe de miles de cacerolas y sartenes. Nicanor abri6é con mucho esfuerzo la puerta que permite pasar a la zona donde 20 Material de distribucién gratuita los vagones se enganchan, donde el piso es ammenazante. Y el paisaje es mas bello. Y continu. En el vag6n siguiente dormia un equi- po de futbol completo, con suplentes, di- rector técnico y hasta algunos hinchas... Eso se notaba porque todos tenian pues- ta la camiseta del club. Claro que no se trataba de un equipo importante. ;Ni na- da parecido! Los jugadores y sus camise- tas parecian salidos de un viejo metegol, descolorido por el sol de muchos vera- nos. Ninguno de ellos escuché el paso cauteloso de Nicanor. Es que seguramente estarian sofiando con una vuelta olimpi- ca y una copa de oro, que tuviera graba- do el nombre del club, el de ellos y el de sus novias. Nicanor atravesd todo el vagon. De nue- vo abrié la puerta con esfuerzo. Y de nuevo paso por la zona incierta donde el tren se une y se separa. En el vag6n siguiente habia muy pocos pasajeros. Entre todos, se destacé una an- ciana que estaba tan despierta como si hubiesen sido las cinco de la tarde en el umbral de su casa. Al principio, parecié que la anciana ibaa preguntarle a Nicanor adénde iba. Pero solamente le sonrié, Nicanor le dijo “Chau”. Y siguié hacia adelante. El tren también, cada vez mas lejos de San Pedro. 22 Finalmente, Nicanor [legé a la locomo- tora. El lugar prohibido para los pasajeros, para la sombra de los pasajeros... Un lugar que grita “;Fuera!”, “No pa- sar!”, “jDeténgase de inmediato!”, “;Algese 0 le pongo una multa!” EI guarda vio a Nicanor y se puso de pie con cara de “\Fuera!”, “jNo pasar!”, “\Deténgase de inmediato!”, “;Aléese o le pongo una multa!”, — (Qué haces aqui, muchacho? —pre- gunto el guarda. —Viajo en tren... —respondié Nicanor. Como el guarda no sabia si reir o enfu- recerse, decidié esperar un poco antes de hacer alguna de las dos cosas. — Vaya con la noticia! Todos estamos viajando en tren —el guarda se acomodé la chaqueta—. Te estoy preguntando por qué estas aqui, en la locomotora. —Porque mi madre, que se llama Ofelia, me dijo que no teniamos que Llorar. El guarda empezo a pensar que, quiza, no debia ni reir ni enfurecerse. —A ver... Explicate mejor. Nicanor crey6 que, antes de contestar, también debia acomodarse la ropa. Estir6 su remera rayada. Y hablo: —San Pedro queda para alla —sefialé hacia el final del tren— y nosotros nos vamos para el otro lado —sefialé hacia adelante—. Mi mama esta triste, por eso 25) quiso dormirse rapido. Y como yo me des- perté antes de dormirme, me puse a ca- minar por los vagones. jAh...! ;Ah...! jAb...! El guarda acaba- ba de entenderlo todo. —Con raz6n el tren pesa demasiado, y avanza lento —dijo, Y agregé—: De tan- to en tanto, viajan personas como ti y tu madre. Son personas que llevan... Sabes qué llevan? jLlevan su pueblo entero co- mo equipaje! Y aunque el tren es fuerte no puede cargar con un rio, campos sem- brados, amaneceres enteros, un sol y un cielo. Porque las personas como ustedes llevan hasta el cielo de su pueblo. Y eso, mi querido muchacho, es muy pesado. 2 é > 26 « ad + > > # Nicanor supo que aquel hombre tenia raz6n. Y pensé que debia pedirle discul- pas por el atrevimiento de llevar tantas co- sas en un tren. Sin embargo, antes de que pudiese abrir la boca, el guarda continué hablando. —Pero no te preocupes —dijo—. Las personas como ustedes suelen volver de visita. Al principio, muy seguido. Luego, cada vez menos. Y puedes estar seguro de que, en cada viaje, cargan menos pueblo con ellos. Un dia se dejan olvidado el rio. Al viaje siguiente ya no quieren cargar con los campos. Luego dejan el amanecer. Y asi, un buen dia, solamente Llevan un po- co de ropa en sus valijas. Nicanor supo que, en esta ocasién, el guarda se equivocaba. 29 ey Material de dist Los trenes y los afios siguieron pasando; pasaron cinco, diez, veinte, cincuenta... y ahora eran Nicanor y su nieto los pasaje- ros del tren. Todo estaba listo para que se iniciara el largo viaje. Las vias respiraron honda, la locomotora bufé como un caballo de ca- rrera que quiere ganarle al viento, el ma- quinista se acomod6 la gorra de maquinista. Algunos pasajeros sonrieron y otros ocul- taron sus lagrimas detras de las manos que decian “Adiés”, “Hasta pronto”, “No te ol- vides de mi”, “Voy a volver cuando el tri- go madure”. El silbato hablé en su idioma. Y el tren partido... 43 Muchas veces Nicanor y su nieto ha- bian realizado el viaje de ida y vuelta en- tre San Pedro y la gran ciudad. Les gustaba hacerlo cada verano. Eso si... Los guardas protestaban cuan- do los veian subir, porque entonces el tren se ponia pesado y avanzaba muy lento. Es que Nicanor siempre se llevé consi- go el pueblo entero. Con rio, campos, ama- neceres. Con cielo y todo. 45 NICANOR Y SU MAMA SE MUDAN A LA GRAN CIUDAD. DEJAN SAN PEDRO, EL | PUEBLO DONDE SIEMPRE VIVIERON. MIENTRAS EL TREN EN EL QUE VIAJAN AVANZA LENTAMENTE. NICANOR PIEN- SA EN LAS COSAS QUE DEJO ATRAS. | ~HABRA GUARDADO EN SU EQUIPAJE TODO LO QUE QUERIA LLEVARSE? INFANTIL Y JUVENIL, POR LAS QUE HA: AECIBIDO VARIOS PREMIOS NACIONALES E INTERNACIONALES. EN 2008 GANO EL. PREMIO EL BARCO DE VAPOR CON SU, NOVELA EL ESPEJO AFRICANO, PUBLICA- DAENLASERIE ROJADE ESTACOLECCION. A PARTIR DE 7 ANOS

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