HISTORIA DE LAS NEUROCIENCIAS

Antecedentes en culturas antiguas

La “trepanación” fue la primera técnica de intervención cerebral para tratar alteraciones de

conducta, consistía en agujerear el cerebro para extraer espíritus malignos y representó
intentos primitivos de neurocirugía y primera apreciación de la relevancia del cerebro para el
funcionamiento del cuerpo. Los egipcios son la fuente de registros más antigua sobre la
relación entre el cerebro y la conducta, consideraban que pensamiento, emociones y voluntad
(“alma”) residían en el corazón. En prácticas funerarias, desechaban al cerebro insertando
barra metálica en el cráneo por la nariz, girando la barra hasta que el tejido se volvía líquido,
drenándolo por la nariz hacia afuera. Aplicaban la trepanación. Imhotep abordó
funcionamiento del cerebro y otros órganos casi sin recurrir a explicaciones mágicas. Se le
atribuyen las primeras descripciones de suturas craneales, meninges y líquido cefalorraquídeo,
y las primeras correlaciones objetivas entre conducta y tejido nervioso. El Papiro de Smith fue
el primer registro que apoyó la noción de que el cerebro controla al cuerpo con descripciones
erróneas de casos médicos como el de un hombre con herida en el lado izquierdo de la cabeza
que desviaba el ojo izquierdo y arrastraba el pie derecho. En la actualidad sabemos que la
relación entre cerebro-cuerpo es contralateral. En Grecia, Platón afirmó que la cabeza es la
parte del cuerpo más cercana al mundo de las ideas. Alcmeón de Crotona afirmó que el
cerebro es el asiento del alma. Aristóteles retomó tradición egipcia, afirmó que el corazón es el
órgano mejor equipado para contener el alma, el cerebro enfría la sangre cuando el corazón se
calienta por las pasiones del alma. Hipócrates, en su teoría de los cuatro humores, consideró al
cerebro (receptáculo de flema) como el asiento del alma. Se le atribuye la primera referencia
sobre una alteración cognitiva, en el Corpus, donde habla sobre pérdida del lenguaje y
reconoce el papel del cerebro en esa incapacidad. Antes de teorías neurocientíficas hubo
proto-teorías sobre la mente, postulados que oscilaban entre lo científico, filosófico y religioso.
La “hipótesis ventricular” (proto-teoría más popular) consideraba que la base anatómica del
alma eran los ventrículos, cavidades por donde circulaban espíritus que creaban la experiencia
emocional y mental. Da Vinci (siglo 19) rellenó ventrículos con yeso y pudo reproducirlos en su
forma primigenia. En la actualidad, se sabe que contienen líquido cefalorraquídeo.