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LA CALLE DEL CRIMEN

¿Qué pasó en La calle del crimen, para que todavía siga conservando su famoso y fúnebre
nombre hasta nuestros tiempos? Gabriel García Márquez lo sabía, en Barranquilla había
una 'Calle del Crimen'. Él vivió allí, sin saber de quién fue la sangre que bautizó ese sector
en el que también buscaban prostitutas durante los años 50.

Pero en la Barranquilla de hoy, nadie da cuenta de por qué se llamó así y mucho menos de
su ubicación exacta; en un breve recorrido por las calles aledañas a la Plaza San Nicolás,
nos encontramos con ‘Manolo’, con su diente de oro y su ropa manchada por el atareado
día que ha tenido en el centro, un vendedor de plátano que lleva más de 50 años
recorriendo todo el centro de Barranquilla.

Escarbando en su memoria y buscando historias de la famosa calle, nos menciona que “era
apenas un joven vendedor de gallina guisada ambulante”, las vendía a los borrachos y a las
prostitutas que yacían en ese lugar. “En esa calle atracaban, mataban entre otras
atrocidades”.

De inmediato iniciamos la búsqueda de más información sobre tan impresionante lugar.


¿Qué habría ocurrido ahí para que contrajera tan fúnebre y terrorífico nombre? De
inmediato nacieron las dudas.

Rebuscando en las profundidades de la internet, nos topamos que autoridades de la materia


como Gabriel García Márquez y su colega Plinio Apuleyo Mendoza comentan en una
conversación (recogida a manera de libro en ‘El olor de la guayaba’):

“Apuleyo Mendoza : Calle cercana a la plaza san Nicolás. Ubicada en la calle 32 entre las
carreras 39 y 40.

Gabriel García Márquez: —La calle del Crimen, claro. Yo vivía allí, en hoteles de paso que
son los mismos hoteles de las putas. El cuarto costaba un peso con cincuenta por noche. A
mí me pagaban en El Heraldo tres pesos por columna, y a veces tres más por el editorial.
Cuando yo no tenía el peso con cincuenta para pagar el cuarto, le dejaba en depósito al
portero del hotel los originales de La hojarasca. Él sabía que eran para mí papeles muy
importantes. Mucho tiempo después, cuando y o había escrito y a Cien años de soledad,
entre las gentes que se acercaban a saludarme o a pedirme autógrafos, y o descubrí al
portero aquel. Se acordaba de todo.”

Como se puede evidenciar, la cuadra llamada la calle del crimen la cual se fija hoy en el
imaginario popular queda entre las carreras 39 y 40. Pero esta mención solo fue un
abrebocas de lo que fue y significó esa calle en aquella época.

Nos adentramos en el edificio de la Aduana para ver qué más podíamos encontrar para
darle respuesta a todas las dudas que nos surgían, pero la respuesta fue negativa, por
temas de clima y horario, se nos fue imposible adentrarnos a la hemeroteca.

Para no quedarnos con las dudas y encontrar posibles recuerdos en el imaginario público,
decidimos volver al centro a la calle de los hechos, y encontramos otra historia que según
nosotros cobra mucho más sentido.
Menciona el señor Juan: ‘’cuentan que la calle se llama así porque por allá en los años mil
novecientos y pico, un señor de origen libanes que por ahí vivía, asesinó a sus tres hijos y a
su esposa, y luego se suicida’’. Quedamos sorprendidos porque menciona recordar el
nombre de aquel libanes que habría cometido tan terrible acción, dice haberse llamado Azik
Nabik.

Como el ‘Señor Juan’ y el ‘Señor Manolo’ hay muchos transeúntes del centro que rumoran
diversas historias que según ellos sucedieron en esta calle, es una total lastima no haber
podido ingresar a la hemeroteca. Recolectamos toda la información posible, y aún los
interrogantes quedan abiertos.

Sin duda es un caso que nos transmite mucha curiosidad y queremos terminar de entender
y resolver. ¿Será que Azik Nabik bautizó esta calle? ¿Será que solo era una calle de vivaz
vida nocturna? Lo que haya sucedido en esa calle solo nos enseña la lluvia de historias que
tiene barranquilla escondida entre sus habitantes y sus calles.

Por:

Cristin Camila

Gustavo Torres

29/10/2022

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