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Nombre: Carmen Desiré Juárez García Matricula: 2966806

Nombre del curso: Expresión literaria Nombre del maestro: Gerardo Martínez

Modulo: 2 Actividad: 8

Fecha: 18/03/2022

Érase una vez dos niños llamados Hansel y Gretel, quienes vivían con su padre leñador y su
madrastra cerca de un apestoso bosque. La situación de la familia era precaria, vivían con
mucha escasez y apenas tenían para alimentarse.

Una noche la cruel madrastra le sugirió al buen leñador que se encontraba atormentado
pensando que sus hijos morirían de hambre. – “Debemos abandonarlos en el bosque, ya no
hay suficiente comida. A lo mejor se encuentran a alguien que se apiade y les dé de comer”.

Al principio el padre se opuso rotundamente a la idea de abandonar a sus hijos a la merced


del bosque. – “¿Cómo se te puede ocurrir semejante idea mujer? ¿Qué clase de padre crees
que soy?” – le respondió enfadado.

A lo que ella le contestó –Mira a tus hijos, son unos palos

La mujer que estaba dispuesta a deshacerse de la carga de los niños, no descansó hasta
convencer al débil leñador de que aquella era la única alternativa que le quedaba.

Los niños no estaban realmente dormidos, por lo que escucharon junto a la puerta de su
habitación toda la conversación. Gretel lloraba desconsoladamente, pero Hansel la consoló
asegurándole que tenía una idea para encontrar el camino de regreso.

A la mañana siguiente cuando los niños se disponían a acompañar a su padre al bosque


como hacían a menudo, la madrastra les dio balde con agua con hielos para el camino, pues
hacía mucho calor. Así fue como los niños siguieron a su padre hasta la espesura al bosque,
sabiendo que este los iba a dejar allí. Hansel iba detrás, dejando caer pedazos de hielo para
marcar el camino por el que debían regresar a la casa.

Cuando llegaron a un claro, el padre les dijo con una tristeza profunda. – “Esperen aquí
hijos míos, iré a cortar algo de leña y luego vendré a buscarlos”.
Hansel y Gretel se quedaron tranquilos como su padre les había pedido, creyendo que tal
vez había cambiado de opinión. Se quedaron profundamente dormidos hasta que los
sorprendió la noche y siguiendo la luz de la luna, intentaron encontrar el camino de regreso.
Pero por más que buscaron y buscaron no lograron encontrar los pedazos de hielo que
indicaban el camino, ya que por tanto calor se derritieron.

Estuvieron toda la noche tratando de buscar el camino para regresar a su cabaña, pero con
cada paso se alejaban más. Pensaban que iban a morir de hambre cuando encontraron a un
pajarillo blanco que cantaba y movía sus alas, como invitándoles a seguirle. Pero tenían
tanta hambre que decidieron cazarlo e intentaron tirarle unas rocas para que cayera, Hansel
fue a buscar unas cuantas rocas mientras que Gretel se subió a un tronco para alcanzar más
al pájaro, vio una roca e intentó agarrarla, cuando la alzó se dio cuenta que en realidad era
un sapo y por el susto lo aventó y como Hansel no estaba tan lejos, le cayó en la cabeza y
empezó a gritar, mientras que Gretel se reía.

Unos minutos después, llegó una viejita y trataron de explicarle todo lo que había sucedido,
ella los llevó a su casa y para su sorpresa estaba construida completamente de dulces. El
tejado, las ventanas e incluso las paredes estaban recubiertas de jengibre, chocolate,
bizcochos y azúcar.

De inmediato se abalanzaron hacia la casita y mientras mordisqueaban todo lo que podían,


la viejita les dijo que les haría de comer, pero en realidad se trataba de una bruja malvada
que usaba aquel hechizo para atraer a los niños y luego comérselos.

Una vez adentro fue muy tarde para Hansel y Gretel, quienes no lograron escapar. La bruja
decidió que Gretel le era más útil en las labores domésticas y a Hansel se lo comería luego
de engordarlo, porque estaba muy delgado. Lo metió en una jaula donde lo alimentaba a
diario y como estaba media ciega, cuando le pedía que le sacase la mano para ver si había
engordado algo, Hansel la engañaba con un hueso.

Pasó el tiempo y la bruja finalmente se aburrió, por lo que decidió comérselo así mismo. Le
ordenó a Gretel que preparara el horno para cocinarlo y se le ocurrió un plan para ayudar a
hansel. Mientras la bruja estaba distraída viendo si el horno estaba lo suficientemente
caliente, Gretel aprovechó la oportunidad para liberar a su hermano, pero la bruja se dio
cuenta y agarró un palo enorme y empezó a moverlo con la intención de pegarle a Hansel o
a Gretel, decidieron esconderse mientras que la bruja seguía tratando de pegarles para
buscar la salida, pero la viejita estaba cerca de la salida, así que decidieron esconderse bajo
un mueble mientras la viejita estaba buscándolos, así que crearon un plan para huir.
Hansel dejó de estar escondido y fue directo a la salida para que la viejita lo persiguiera,
mientras que Gretel estaba intentando prenderle fuego a la casa, Hansel gritaba
desesperadamente porque ya estaba cansado y lo único en lo que pensaba era en que cómo
era posible que la viejita tuviera mucha energía, unos segundos después Gretel empezó a
gritarle a la viejita para que se metiera a su casa y cuando se metió Gretel salió por la
ventana la dejaron encerrada, y la casa empezó a quemarse, así que decidieron huir

Ya iban tranquilos, cuando comenzó a llover y todo el fuego se apagó y Hansel y Gretel
sintieron mucho miedo, la viejita salió enojada y empezó a tratar de buscarlos, pero no la
iban a dejar vivir porque podía pasarle lo mismo a alguien más, así que decidieron llamar
su atención y ella empezó a perseguirlos hasta llegar a un puente colgante y ellos cruzaron
y se escondieron, cuando la viejita ya estaba a la mitad, decidieron empezar a mover el
puente para que la viejita se cayera y como estaba tan viejo, se rompió y la viejita cayó a un
río y murió.

Los niños siguieron caminando y de lejos vieron su casa y a su papá afuera, con inmensa
alegría los niños encontraron a su padre, que no había pasado un día sin que se arrepintiera
de lo que les había hecho a sus adorados hijos. Les contó que los había buscado por todo el
bosque sin cesar y que la madrastra había muerto. Les prometió que en lo adelante se
esforzaría por ser un mejor padre y hacerlos feliz.

Los niños antes de salir de la casa de la viejita, se agarraron cosas de valor que tenía y los
dejaron caer a los pies de su padre y le dijeron que ya no tendrían que pasar más malos
momentos. Y fue así como vivieron felices y ricos por siempre, Hansel y Gretel y su padre
el leñador.

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