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La idea de que la materia está constituida por átomos surgió en la antigua Grecia de mano de Leucipo
y Demócrito al hacer públicas sus teorías filosóficas sobre la existencia de partículas indivisibles (átomos)
que constituían la materia.
En 1897 los experimentos realizados sobre la conducción de la electricidad por los gases dieron
como resultado el descubrimiento de una nueva partícula con carga negativa: el electrón.
Así supone que la materia es totalmente densa, sin oquedades, y que los átomos que la forman
están compuestos por protones y electrones en igual cantidad.
-
En 1918 el propio Rutherford consideró que los núcleos de hidrógeno (que habían sido
identificados en reacciones nucleares) deberían de ser una partícula fundamental que se
encontraría alojada en los núcleos de los átomos, proponiendo el nombre de protón para dicha
partícula.
El neutrón fue propuesto también por Rutherford en 1920, siendo identificado por J.
Chadwick en 1932 como producto de la reacción nuclear producida al bombardear núcleos de
berilio con partículas alfa.
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» Contradecía la teoría electromagnética de Maxwell. Según esta teoría una carga eléctrica
acelerada debería de emitir ondas electromagnéticas. Dicha emisión provocaría una
pérdida de energía que haría que el electrón describiera órbitas de radio decreciente hasta
caer sobre el núcleo. El modelo atómico de Rutherford era, por tanto, inviable desde el
punto de vista de la física clásica.
» No daba una explicación satisfactoria a los espectros atómicos.
El estudio de la estructura interna de los átomos se realiza habitualmente mediante técnicas en las
que las ondas electromagnéticas interaccionan con ellos.
La radiación electromagnética está compuesta por un campo eléctrico y un campo magnético
oscilantes que se propagan vibrando en direcciones mutuamente perpendiculares, es decir, ondas que
se propagan a la velocidad de la luz (c = 3·108 m/s)
La longitud de onda, distancia entre dos puntos en igual estado de vibración, se expresa mediante
el periodo, T (tiempo que tarda la onda en recorrer esa longitud) y la frecuencia, ν (número de longitudes
𝜆
que avanza en un segundo). Estas se relacionan mediante la siguiente expresión: 𝑐 = 𝑇 = 𝜆𝑓
El espectro electromagnético es un continuo formado por el conjunto de las radiaciones
electromagnéticas:
Radiación de cuerpo negro: Es la radiación electromagnética re-emitida por un cuerpo ideal que
absorbe toda la radiación que incide sobre él (cuerpo negro), estando en equilibrio termodinámico con
su entorno.
Tiene un espectro muy característico, inversamente relacionado con la intensidad, que depende
únicamente de la temperatura del cuerpo.
La teoría cuántica surge de la necesidad de explicar la radiación del cuerpo negro. Esa emisión no
podía explicarse utilizando las teorías clásicas del electromagnetismo propuestas por Maxwell, que
predecían un exceso de radiación a altas frecuencias (“catástrofe ultravioleta”).
Para explicar esta emisión de cuerpo negro, Max Planck tuvo que postular (en 1900) que la energía
no podía emitirse en cualquier cantidad sino en bloques indivisibles, porciones discretas, o cuantos,
cada uno con un valor determinado que depende de la frecuencia de la radiación:
f = frecuencia de la radiación
∆E = h f
h (constante de Planck) = 6,626·10-34 J·s
Esto significa que la radiación es discontinua y está cuantizada.
Un espectro no es más que la separación de diversas radiaciones sencillas que integran una radiación
compleja.
Los espectros atómicos se producen cuando una radiación electromagnética pasa a través de una
muestra de una sustancia química, o cuando dicha muestra emite la radiación. Al recoger esta radiación
sobre una pantalla aparecen rayas de color y zonas oscuras que son características de la muestra. Así,
por métodos espectroscópicos, de emisión o absorción, se pueden identificar los elementos químicos
que componen la muestra.
A finales de siglo XIX, observaron una serie de regularidades en los espectros atómicos. Descubrieron
que las longitudes de onda o las frecuencias de las rayas obedecían a una ecuación que se podía
obtener mediante un ajuste numérico de los datos experimentales.
El espectro del átomo de hidrógeno fue el primero que se
interpretó, por ser el más sencillo. Se comprobó que la colocación de
sus líneas espectrales obedecía a la ecuación empírica propuesta en
1888 por Johannes Rydberg:
λ, longitud de onda de cada línea
1 1 1
= 𝑅 ( 2 − 2) R (cte de Rydberg) = 1,097 · 107m-1
𝜆 𝑛 𝑚
n y m, niveles atómicos → m > n
Estas líneas están agrupadas en series, cada una con el nombre de
su descubridor.
En 1913 Niels Bohr propone un modelo atómico planetario para explicar la estabilidad de la materia
y los característicos espectros de emisión y absorción de los gases. En él los electrones giran en torno
a un núcleo central con las restricciones impuestas por tres postulados:
Conclusión: Las órbitas que describen los electrones al girar en torno al núcleo están cuantizadas, es
decir, solo están permitidas ciertas distancias radiales. Por lo tanto, la energía de la órbita depende de
n.
Nº cuántico n 1 2 3 4 5 6 7
Capa K L M N O P Q
Cuando se resuelve el modelo de Bohr expresando la energía como suma de la potencial electrostática
y cinética e igualando la fuerza electrostática a la centrípeta, se encuentran unas expresiones
matemáticas para el radio de las órbitas posibles y su energía en función del número cuántico n:
ℎ2 1 2𝐾2 𝑚𝑒 4 𝜋2
𝑟 = 𝑛2 ( ) 𝐸𝑇 = − ( )
4𝜋2 𝑚𝐾𝑒 2 𝑛2 ℎ2
Donde Z es la carga del núcleo (número de protones), q es el valor de la carga del electrón (protón),
me la masa del electrón y h la constante de Planck. Como en las expresiones anteriores solo aparecen
constantes universales (aparte de Z y n), y Z es constante para un átomo dado, el radio es proporcional
a n2. También la energía es proporcional a 1/n2.
1
𝐸 = −𝑏 𝑏 = 2,18 · 10−18 𝐽
𝑛2
La energía total es siempre negativa para un electrón en órbita (tiende E = 0 cuando n tiende a ∞).
Si se comparan átomos de distintos elementos, para un mismo valor de n, el radio es inversamente
proporcional a Z, y la energía es proporcional a Z2.
Con lo anterior, el espectro del átomo, es decir la radiación emitida o absorbida cuando el electrón
pasa de una órbita ni a otra nf, cumple:
ℎ𝑐 𝑚𝑒 𝑍 2 𝑞4 1 1
∆𝐸 = 𝐸𝑓 − 𝐸𝑖 = ℎ𝑓 = = 2 2 ( 2 − 2)
𝜆 8ℎ 𝜀𝑜 𝑛𝑖 𝑛𝑓
» Mezcla principios de la física clásica y de conceptos cuánticos sin una justificación convincente.
» Solo es aplicable a átomos con un electrón.
» Sólo considera órbitas circulares.
Una posterior modificación de Sommerfeld, incluyendo la posibilidad de órbitas elípticas
introduce un segundo número cuántico, l, llamado número cuántico secundario o azimutal que
puede tomar valores enteros entre 0 y n-1.
» Los espectros observados son más complejos que los predichos por el modelo de Bohr.
Cuando se usan instrumentos de alta resolución se ve que la mayoría de las líneas espectrales
son múltiples. Además, bajo campos magnéticos intensos, las líneas se desdoblan en múltiples
componentes (efecto Zeeman), lo que indica que existen estados con igual energía en ausencia
de campo magnético, pero distinta energía cuando existe un campo magnético.
Por ello se debió incluir un tercer número cuántico, llamado magnético, m. Los valores
permitidos de m, que debe ser un número entero, van desde m = -l, hasta m = +l. Hay (2·l + 1)
valores posibles de m para un l dado.
Surge en 1925 como resultado de los trabajos realizados por Werner Heisenberg, Erwin Schrödinger,
Max Born, Paul Dirac y otros. Explica de forma satisfactoria la constitución atómica y la formación de los
enlaces químicos, además de predecir una serie de fenómenos físico-químicos que posteriormente se
comprobaron de manera experimental.
Describe un átomo con un núcleo con protones y neutrones alrededor del cual se encuentran los
electrones, no en posiciones fijas, sino en estados de energía. Así estos electrones tienen una
determinada probabilidad de encontrarse en ciertas regiones del espacio, no pudiendo definir con
exactitud su posición en un momento determinado.
Esto lleva al concepto de orbitales, que sustituye al de órbitas. Un orbital será la región del espacio
donde hay una determinada probabilidad de hallar un electrón. Son los estados energéticos.
Consiste en que el comportamiento de los objetos cuánticos no puede ser descrito considerando
a estos como partículas u ondas, sino que tienen una naturaleza dual.
A partir de experimentos de difracción de electrones, Louis de Broglie fue el primero que propuso
la siguiente hipótesis:
Toda partícula de masa m, moviéndose a una velocidad v, tiene asociada una onda (de
materia) cuya longitud de onda, λ:
ℎ𝑣
𝐸 = ℎ𝑓 = 𝜆 ℎ
𝑣
ℎ 𝜆 = 𝑚𝑣 2 𝜆=
𝐸 = 𝑚𝑣 2 𝑚𝑣
Heisenberg planteó el estudio de las partículas siguiendo el criterio de que no es posible conocer
el valor exacto de una magnitud sino un valor probable con una incertidumbre debido a que el
propio proceso de medición perturba el objeto de estudio.
Formuló el principio de incertidumbre que enuncia que es imposible medir simultáneamente y
con absoluta precisión el valor de dos variables conjugadas (posición x y momento lineal px, o
energía y tiempo, o en general cualesquiera magnitudes tales que su producto sea una acción, es
decir que venga dado por unidades J·s).
El principio de indeterminación o incertidumbre cumple las relaciones matemáticas:
ℎ ℎ
∆𝑥 · ∆𝑝 ≥ ∆𝐸 · ∆𝑡 ≥
4𝜋 4𝜋
Siendo ∆x la incertidumbre en la posición y ∆p la incertidumbre en el momento lineal en la
dirección x; ∆E la incertidumbre en la energía y ∆t la incertidumbre en el tiempo.
El principio de incertidumbre de Heisenberg implica que, aunque se especifiquen todas las
condiciones iniciales, no es posible predecir el valor de una cantidad con total certeza, dando así
paso a una interpretación probabilística de la mecánica cuántica.
Schrödinger, desarrollando la teoría de De Broglie, considera al electrón como una onda e intenta
obtener la correspondiente ecuación.
En 1925 propone la llamada ecuación de onda para un electrón que describe su comportamiento
en el átomo de hidrógeno.
electrón. Las energías también se corresponden aproximadamente con los valores del modelo de
Bohr para el átomo hidrogenoide (un átomo con un solo electrón).
Una manera de dar sentido físico a los orbitales atómicos consiste en calcular la distribución de
probabilidad de encontrar el electrón alrededor del núcleo y trazar una superficie tal que en su
interior exista una gran probabilidad de encontrar al electrón (pongamos un 90%). Obtendremos
de esta forma una representación muy útil de "la forma" de los orbitales.
Orbitales s (l =0).
El electrón se sitúa alrededor del núcleo
en una zona con simetría esférica.
Orbitales p (l =1)
La máxima probabilidad de encontrar al electrón se
localiza a lo largo de los ejes coordenados para cada
uno de los orbitales: px, py y pz correspondientes a los
posibles valores de ml = -1, 0. +1
Orbitales d (l =2)
Existen cinco orbitales degenerados, ya Orbitales f (l =3)
que para l=2 el número cuántico Existen siete orbitales degenerados, ya que
magnético puede tomar cinco valores para l=3 el número cuántico magnético
distintos: ml = -2, -1, 0, +1, +2 puede
tomar siete valores distintos:
- ml= -3, -2, -1, 0, +1, +2, +3