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CURSO DE
D erecho
P rocesal C ivil
C ostarricense
I
SEGÚN EL NUEVO CÓDIGO
D erech o
P ro cesal C iv il
C o s t a r r ic e n s e
1
SEGÚN EL NUEVO CÓDIGO
- PARTE GENERAL -
EDiNexo
ISBN 978-9930-539-13-2
Introducción! 17
Antecedentes sobre e! proceso civil t 2!
de Costil Rica i 2 1
Consideraciones generales / 2 1
E! Código Procesal Civil de 1990 2ü
Antecedentes históricos del Código Procesal Civil /43
Líneas filosóficas generales del Código Procesal Civil 50
Derecho procesal civil: su relación con el derecho procesal general
y con otras ramas del derecho! 5 1
Proceso / 5 1
Procedimiento l 51
Derecho Procesal Civil / 52
Estructura y organización jurisdiccional 52
Juzgado Civiles / 53
Tribunales Colegiados de primera instancia /53
Tribunales Colegiados de apelación civiles 53
Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia / 54
Estructura del Código / 5ó
Precisión terminológica / 57
Concordancia entre títulos y contenidos / 5S
La posición de la persona juzgadora / 5$
Eliminación de temas que deben regularse en Ley Orgánica ' 59
Principios del Código Procesal Civil 1 59
Aplicación de las normas procesales / óó
Sujetos procesales: derechos, deberes y potestades i 67
Competencia / 70
Consideraciones generales i 70
Elementos y criterios que determinan la competencia 71
Competencia Objetiva t 72
E! demento territorial 73
El demento cuantía 177
Competencia Subjetiva / 77
10
ti
12
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1S
17
Don Luís Paulino Mora como presidente de la Corte, con su visión futurista
brindó su apoyo incondicional. La calidad de esta normativa, no se hubiera
logrado, sin el sostén ilimitado de Don Luis Paulino y sin la constancia del
magistrado Rivas, Doña Anabelle León Fcolli, Don Orlando Aguirre Gó
mez, magistrados de la Corte Suprema de Justicia, brindaron sus aportes y
apoyaron incansablemente la propuesta. El abogado litigante Sergio Artavia
Barrantes, colaboró, como miembro de la comisión l evisora, en la revisión
final del texto elaborado por la comisión redaclom. El abogado litigante
Eduardo Rojas, en representación del Colegio de Abogados, fue un bastión
fundamental en la actividad de convencimiento a los diputados sobre las
bondades de la propuesta.
Mis excompañeros jueces civiles clamaron por su aprobación y cuando fue
necesario hicieron sentir su pensamiento, en las mismas barras de la Asam
blea Legislativa, en pro de la reforma. Los alumnos de licenciatura de la
Universidad de Costa Rica y los estudiantes de la Maestría en Administra
ción de Justicia de la Universidad Nacional y el Poder Judicial inspiraron
muchas de las ideas que aquí se exponen. Diputados de la Comisión de
Asuntos Jurídicos de la Asamblea Legislativa y asesores de los diputados,
impulsaron esta nueva legislación.
Seria injusto no destacar el apoyo que durante anos, sin distinción partida
ria, como debe ser. dieron las asesoras de la Asamblea Legislativa Deisy
Ospina, Emily Reyes y Claudia Arroyo. Ellas se constituyeron en la tabla
de salvación, en momentos en que parecía que el texto quedaría como un
antecedente puramente histórico. La lisia de personas que ayudaron seria
interminable y por ello pido disculpas por aquellos y aquellas a quienes no
nombré. Muchas personas, de una u otra forma, contribuyeron a hacer de
este Código una realidad.
Como todo tiene un precio, trabajar en la elaboración y promulgación de
un nuevo código y luchar por su aprobación en la Asamblea Legislativa
tuvo algunos costos políticos personales; aun así, la ganancia para el país es
invaluable y eso es lo que realmente importa. Aprendí muchísimo, de dere
cho. de política buena y de política mala, de perseverancia, de tolerancia y
de espera silenciosa. Todo requiere tiempo y las reformas procesales más.
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19
A quienes lean este libro les pido clemencia: se trata de un producLo humano
con defectos, que he preparado con la buena voluntad, con la que siempre
he tratado de actuar. Sueño que, con el tiempo, haya una importante, seria y
responsable producción jurídica, que enfoque detalladamente cada uno de
los temas que aquí se aborda. Aquí no lo pude hacer, porque este pretende
ser un curso básico, muy básico, aunque he tratado de remitir al lector a
bibliografía con la cual podría iniciar pura ampliar la perspectiva,
finalmente, algunas instrucciones y una promesa. Los números que apa
recen entre paréntesis, son los artículos del código que se refieren al tema
concreto. Cuando se utiliza el concepto tribunal, no se refiere a tribunal
colegiado, sino a cualquier tribunal unipersonal o colegiado: la idea es no
utilizar la palabra juez, salvo cuando sea indispensable, para ajustar la lec
tura al tema de género. Y la promesa, es que si Dios rjie presta vida y fuerza,
pronto saldrá a la luz la segunda parte del curso de derecho procesal civil
costarricense. Y esta vez, haré todo lo que esté a mi alcance para cumplir.
20
C onsideraciones generales
I Sien/ Carbnnel, Jcn ge h añasco, JI islona del Dcrcdiu Costarricense, Sun José, Edi
tonal Juricenín>, I9(J7, pág. I83 a 18?.
21
que Carrillo, que era uno de los pocos jurisconsulto* de aquel tiempo, inter
viniera en su adaptación.1
Para algún autor el Códigode Cami
elaborado para regir los destinos de la Confederación de Perú y Bolivia,
emitido por el doctor Santa Cruz en 1836,3 lo que sí es un hecho es que la
parte procesal se nutrió de las fuentes que Je suministraron las viejas leyes y
doctrinas españolas, que ya en España por esa época se tenían por anticua
das y engorrosas.4
En cuanto al funcionamiento de ese cuerpo legal, merece destacar que con
el transcurso del tiempo todas sus panes fueron reformadas, llegándose a
un punto en que no se sabía exactamente qué parte estaba vigente, lo que
ameritó su reimpresión mediante Decreto N° Ó del 23 de julio de 1858.
Pronto se inició una nueva ora'de enmiendas, que motivó la necesidad de
una nueva reforma genera!. Mediante Decreto N“ IX de lecha 28 de agosto
de 1882 se autorizó al Poder Ejecutivo para que encargara a una comisión
de jurisconsultos elaborar los Códigos Civil y de Procedimientos Civiles.5
En 1887, medíante Ley N'*13 de 25 de marzo se promulga un nuevo Código
Procesal Civil en Costa Rica, mismo que se elaboró con base en las leyes
de enjuiciamiento vigentes en la época en España. Ese cuerpo legal, aunque
aventajaba al que había sustituido, estaba plagado de deficiencias que per
mitieron que los procesos se dilataran debido a la existencia desmedida de
incidentes y recursos/
Algunos sostienen que ese código es obra óel jurista salvadoreño Isidro Menéndcz.
l>on Ricardo Jiménez Guardia sostiene que la hechura de esa obra le corresponde cit
su totalidad a Carrillo, Guier, Jorge brinque. Historia San José, lidiio-
rinl fusta Rica, 1968, pág. 118-1 a IIK8.
Momúfar. Histórica de( erica* citado por Guier, Ilistona
frocim
\-u
Cit,, pág. IE85
Guier, Historia del Do,Ob. Cil., pág. 1190,
erch
Gllier, Historia del Derecho, Ob. CU., págs. 1193 y 1209.
Guier, Historia del Daccht) Ob. Cil., pág, 120X. Señala este autor, que con este Có
digo apareció ert Costa Rita el sistema (ranees del recurso de casación, que sustituyó
al antiguo recurso llamado de súplica de ascendencia española y desaparecieron los
fueros especiales judiciales, especialmente los religiosos,
Igual que sus antecesores, d Código de 1887 fue objeto de numerosas en
miendas yparelies parciales, una de ellas fue la realizada en I933 que no lo
gró acabar con los defectos de la legislación procesal, que se manifestaban
en la lentitud y complejidad del proceso civil,7
Como consecuencia de su inope rancia, en 1035 se integra una nueva comi
sión. En 1937 se publicó un nuevo Código de Procedimientos Civiles refor
mado, que se mantuvo vigente hasta la promulgación del Código Procesal
Civil que estuvo vigente en Costa Rica desde el 4 de mayo de 1990. *
Del Código reformado en E937, aprobado en el Congreso en octubre de ese
ano y que entró: en vigor a partir del lJ de enero de 1938, se dice que ali
geró en mué lio los procedimientos, c introdujo al proceso civil costarricen
se innovaciones como las pruebas para mejor proveer, la su stand ación del
proceso para la indemnización por reparación civil en los juzgados civiles,
los notarios receptores de prueba, la mejora en el trámite de los juicios ar
bitrales, el llamado recurso de inconstitucionalidad y la creación del juicio
de cuantía mínima. 9
De lo expuesto en lineas precedentes, se debe destacar que en Costa Etica
existió un Código de Procedimientos Civiles casi centenario, que, aunque
con intensas reformas, se mantuvo vigente desde IKK7 hasta 1990. Su fuen
te inmediata lo fue la Ley de Enjuiciamiento Civil Española de 1855, tal
como lo admite la doctrina111y se destacó en las explicaciones que just itica-
ron su derogación.11
El Código de Pruccdimienlus Ci\ iles de I &í¡7 constaba de cuatro libros, que
no tenían denominación alguna* So curaderizó por su falta de coordinación,
carencia do un orden lógico en el tratamiento de las materias, el tribunal
2i
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29
11 Colegia da Abogadas de Cosía liica. j’rnwcfo thr Código Procesal Civil, Ob. Cit..
pág. 33.
23 Argüidas Salazar* OI man, £7 nueva Código Procesal ('¿vil Cvrt&iutidtídes. Di*po
siciones Generales* Tifulo prei ¡minan <* lv si ilia», San Jos é, Ivsíitia S.A„ Na 37* aña
4, 1990, págSr 4 a 8. Debe destacarte t|uc d Código Procesal Civil, no coniicnc una
exposición tic motivos.
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31
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último fue lo que intentó hacer el legislador de esa época, con los resultados
que ya sabemos.
Las reservas en relación con la implantación de la oral ¡dad, so observan en
las palabras do uno de los principal es, sino el principal redactor del Código
Procesal Civil de 1990, quien escribió: «..Jodo se sin caer cu
la fiebre reformista que a la larga sería más que beneficiosa y
por eso. siguiendo esa directriz. enel nuevo
instituciones que nohan ocasionadoen la y
motivo, su eliminaciónhabría sido contraproducente». J0
A la influencia ejercida por la doctrina citada, se sumaron los inconvenien
tes que se te señalan a la oral idad desde los tiempos de Ch inven da, lo que
sustentó la creencia del legislador costarricense de que la implantación de
la oral idad implicaba una erogación económica que en ese momento el país
no esLaba en condiciones de afrontar.11
No nos corresponde ahora, ni tenemos los medios para realizar los estudios
económicos y de organización básicos que se requieren para juzgar la de
cís ion del legislador. Bástenos por ahora decir, que se pudo aprovechar la
oportunidad para implantar la oral idad, al menos en algunos aspectos que
incidieran en el mejoramiento de la calidad de la justicia y no desecharla
casi absolutamente como en realidad se hizo. 1:3012
30 Argüe das Sa lazar, " iii nuevo Código Procesa! ", Oh. t'it., pág. 4.
31 Comentando las bases de trabajo para la redacción del Código Procesal Civil re
firiéndose concretamente a la oral idad, decía el redactor del proyecto: que
ici artilitiat! funcione&tmo carrespuade, e.s menester dotar ai sistema de todos tas
medios materiales y humanos yecsario, nuestro país
n Suficientemente
para ello».Aguedas S alazar, O Imán, Rápidos ármentenos y sugerencia* sobre tas
bases de trabajo paratíi Código procesal « Revista Judicial», Año 2, Nfl. 7. San
José, forte Suprema de Justicia, marzo 197JJ, p%. 49,
32 Para algún escritor costarricense, la jurisdicción ogran ¡i en Costa Rica licué aun mo
mia procesal y el proceso en dicha malcría está concebido cotilo un proceso eminen
temente oral- Artavía Barraníes, Sergio, t)i:rec:t¡tj lomo I, San José,
Pditorial Jurídica Ehipas S.A., Iúófi, póg. 6S. Por nuestra parle, consideramos que un
es ludio serio ai respeelo es una larca pendí e ule en nuestro país, que por Eos objetivos
de nuestro estudio no nos corresponde hacer aqrlí.
33
Sobre lia primera parto del Código* entre oirás de este servidor, puede verse nuestro
escrito: Curso de Detecho Procesa/ Civil Costarricense, Volumen J, Editorial Isolmn,
2011. También se encuentra doctrina sobre el Código de 19% en los escritos de va-
■fcr
ríos autores nacionales: üíman Arguedas Sala/ar Gerardo Parajdcs Viudas. Carlos
Picado Vargas, Sergio Artavia Barrantes y oiros.
34 La Ley Orgánica del Poder Judie ial (An. 216 a 223) regulaba el régimen disciplinan o
sobre las parles y sus abogados por faltas de respeio y consideración al tribunal o a Ja
parle contraría, estableciendo como sanción principal el sistema de dias mulla.
Ya en 1977. Alcalá-Zamora, se refería a que en Cosía Jíiea se había acentuado l;i ten
dencia a ampliar los poderes dd juez en d proceso civil, aún cuando, por extraño que
pareciera, no siempre los integrantes de la judicatura fo huyan acogido con simpatía.
" Haxes tic Trabajo... ", Ob. Cit., pñg. 30.
34
j(> Licbnum, i 'arico Tu 11io, Manual tic derecho procesal „(Traducción por Santiago
Sentis. Melcndo de tos tres volúmenes de la obra “ Manualc di tliriiio praeessuale
civile", publicada por DoU, A. í'ÜulVre fdtlorc -Milano, 1973. 1074, [976), lUicnos
Aires, 1980. pág. Ifí*). Nos referimos a las personas juzgadoras que aplican el pro
cedimiento para que ésle se desarrolle válidamente y termine a la mayor brevedad
posible, no a aquellos otros, que existen, que dignifican y exigen el cumplimiento de
requisitos superfinos para los fines del proceso.
35
37 I.os mismos ahogados litigantes consideraban que requerían una mayor capacitación.
Véase ;il i especio: Rojas Barquero, Evalúa t/e ación Código /V oa™ /
Civil..., Oh. CU., pág. 17.
38 Rojas Barquero," Evaluación de la aplicación dd Código Procesal Civil-, ”, Ob, Cit.,
pág, 3K.
36
39 Qui zá e! ej emplo por excelencia IO«tris t¡luy mi Ias repregu ntas. En co£n e Eaboga-
do lórmula la repregunta. Después de oírla, el juez decide si la admite o la rechaza, lo
une implica obviamente una decisión del juzgador, externada en forma oral, respecto
de la cual cafre la protesta formulada en ese rilo separado. (359)-
3(1 Se denom ir aba ptiwuícHciax a Ios ruso luc ¡ores de mero trámite; auto*, a aquel Ias q Lie
contenían un juicio va toral ivo o criterio del juez; atrios tía
Cuando decidían sobre excepciones o pretensiones incidentales que pusieran término
al proceso; y. sentencias las que decidían deludí i vamente las cuestiones debatidas
ni ed iante pronu Helamiento sobre la pretensión formulada cu la demanda. (Arl 153).
37
3fi
39
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47 Consideramos que no se trataba de una segunda distancia 1un iluda, porque las posi
bilidades que Lenta el tribunal de ordenar prueba Cfitu triuy amplias. Podía ordenar
prueba documental y confesional, cuando por causas no imputables al apelante no
hubiere podido practicarse loda o parte de la propuesta en primera instancia; lraían
dosc du hechos nuevos que importe excepción supervinrente' cji el caso del deman
dado ausente al que se fe fluya nom lirado curador y se apersone al proceso después de
la oportunidad ik ofrecer prueba en primera instancia: en el caso de hechos nuevos
o de nueva noticia; cuando ambas panes estuvieren de acuerdo con 1;. necesidad y
procedencia de la prueba. Además, toando ti tribunal lo enmaderara necesario, para
mejor resolver (Art. 575).
48 No fallan ejemplos en la legislación costarricense, de expedientes en los cuales un
tipo de incidente se ha IbrmuLudo seis veces o más. IJno do ellos es el incidente de
deserción. Como en Costa Rica, el plazo puraque opere la deserción es de tres meses,
algunos litigantes l'onmilnn un incidente do este tipo cada tres meses, lo que implica
el estudio del expediente aunque sea para redituarlo de plano.
41
4?
íl Sobre ííls ruilitiadefi procesales y I;j óíJíchEIiilI para determinar L existencia lIc ikjIní.íd
LLhsoluln en [a legislación costarricense ¡Hiede verse: Herrera Castro, ],ljís Guillermo,
Las nirfktmtexproc¿r$aÍLjs, San José, F:.diLurill3 Porvenir S.A,* IWO, p;ig. pág. 142
Para ello rjo es solución inEttímiLir los incidentes. Fu primer tirjiiir porque ptKlriun
formularlos nuevamente cuanta veces quieran y en segundo lugar parque el tener que
di uí3T una restitución que declara lu inadmisión y adornas notificar!^ imp-ic;i i lempo
y retraso para el proceso.
=0 Sobre e! proceso sumario véase nuestra obra: Ltfccivwx £k*recku Procesal Civj7+
Editorial Jurkenlro, San .losé. 20U7. Sobre el proceso ordinario* nuestro escrito; /Yu-
cv.io Ordinario Civil, Editorial ¿uricentro, San Jóse. 2015.
54 Sesión de Corte Plena No. 12. Adíenlo XXXI.
43
44
57 ILa comisión estuvo ime erada pur los cxmaijislrados Doctores Bernardo van der
Laat Echeverría (qdDg) y Jon-e Rojas Sanche/ y los Jueces Superiores de Trabajo
señores Víctor Ardón A cosía (t|d[J¡;) y Luis Femando Salozur Al varado, con partici
pación lato bien del Lie. Mauricio Castro, de la Asociación Nacional de Empicados
Públicos!
58 Informe rendido por dicha CoEitistón al Presidente de la Corte Suprema de Justicia d
2 I de diciembre de 2(H)4.
45
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47
octubre de 2011, donde consta la versión final del proyecto con las modifi
caciones incorporadas, Ese texto fije aprobado como texto base. En sesión
de trabajo realizada el 24 de enero de 2012 comparecimos en audiencia a la
Comisión de Asuntos Jurídicos la Doctora Anabelle León Feolli, entonces
presidenta de la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia, los doctores
Gerardo Parajeles Vindas, José Rodolfo León Día/, y este servidor.
En sesiones del 14 y 15 de lebrero de 2012, la Comisión recibió en au
diencia a los doctores Francisco Chacón Bravo y Olman Arguedas Salazar,
quienes te hicieron observaciones al proyecto.
En ese mes de lebrero de 2012 el proyecto fue consultado a la Procura
duría General de la República, al Registro Nacional adscrito al Ministerio
de Justicia y Paz, Colegio de Abogados de Costa Rica, Cátedra de Dere
cho Procesal Civil y de Derecho Comercial de la Facultad de Derecho de
la Universidad de Costa Rica, Asociación Bancada Costarricense, Bancos
Comerciales del Estado, Banco Popular y de Desarrollo Comunal, Unión
Costarricense de Cámaras de la Empresa Privada, Cámara de Propietarios
de Bienes Inmuebles de Costa Rica, Grupo Mutual A hijuela - La Vivienda,
Mutual Cartago, Asociación Movimiento Solidarista, Confederación Costa
rricense de Asociaciones Solidarista (CONCASOL), Defensa Pública, Aso
ciación Costarricense de la Judicatura (ACOJUD), Cámara Costarricense
de Corredores de Bienes y Raíces, Instituto Costarricense de Derecho Nota
da (ICODEN), Dirección Nacional de Notariado (DDN).
Mediante oficio N° SP-44-12 del 21 de lebrero de 2012 la Corle Suprema de
Justicia envió un nuevo texto para el análisis de los Diputados, La Comisión
Rodadora de la Corte Suprema de Justicia seguía conformada, como lo es
tuvo hasta el final, por los doctores Gerardo Parajeles Vindas, José Rodolfo
León Diaz y el suscrito. Además existía una Comisión Revisura integrada
por los Magistrados Anabelle León Feoli, Orlando Aguirro Gómez, Luis
Guillermo Rivas Loaiciga y Sergio Artavia Barrantes, que trabajaba con la
intervención de la comisión red achira.
El proyecto fue aprobado en primer debate el día 23 de Julio del 2013 y el
día 24 de Julio del 2013 fue enviado a la comisión de redacción. Una vez
votado el proyecto en primer debate, surgió un descontento en relación con
48
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Lina reforma procesal como la que nos ocupa no pócele carecer de objetivos*
porque éstos son los que le dan fúndamemo a la ardua labor que implica un
nuevo código, lisos objetivos deben responder a las razones por las cuales
se emprende la tarea de hacer una reforma.
Tratándose de la materia civil, no cabe duda que encuentran sustento en
la necesidad de adaptar la legislación a las necesidades de la vida moder
na. Con e| fin de facilitar el estudio de la nueva legislación quiero en esta
primera parle, hacer apreciaciones de carácter general sobre lo que podría
denominarse la filoso fia del nuevo código, con lo cual, pretendo recoger
algunos pensamientos e ideas generales que impregnaron La discusión sana
y respetuosa que tuvimos quienes participamos en la elaboración de esin
normativa.
Algunas de las ideas que aqui se expresan aparecen en la exposición de
motivos del Código, no porque las haya copiado de ese texto, al contrario*
ya las tenía escritas desde antes de que aparecieran por primera vez en uno
de los proyectos, incluso fueron publicadas en una revista jurídica muchos
años antes.í!>
Comienzo diciendo que para la redacción o adecuación de las normas sir
vieron de parámetro, fundamentalmente: El Código Procesal Modelo para
Iberoamérica; el Anteproyecto de Código Modelo de Procesos Colectivos
para Iberoamérica, el Código General del Proceso de Uruguay, la Ley de
Enjuiciamiento Civil de España 1/2001), el Código de Proceso de Brasil, el
Código Procesal Civil Alemán, el proyecto de Código Procesal Civil de El
Salvador y la doctrina que comenta toda esa normativa.S
O
Viiiyn y (llosOÍTa dd Proy^ lo de Código Procesal Civil, Kevisu Jvstljia, Año 2 1. No.
24Í-246.
SO
P roceso
Dice la doctrina procesal * que de proceso sólo se puede hablar cuando nos
referimos a esa construcción jurídica i]tie haced legislador, para que el ciu
dadano acuda ame los órganos jurisdicción al es en búsqueda do una solución
a un conflicto de intereses.
Se entiende que es una creación artificial, porque el legislador de eada pais
establece el proceso y los procedimientos que le parecen apropiados o ne
cesarios. En otras palabras, el proceso es una construcción jurídica que nos
dice como acudir ante los ri banales a pedir justicia, los derechos que tene
mos como usuarios del sistema judicial y lo que debemos hacer para obte
ner una solución al conflicto.
De acuerdo con la doctrina procesal, solo podemos hablar de proceso cuan
do nos referimos a la actividad que se realiza ante los órganos jurisdic
cionales60 y solo estamos ante un verdadero proceso cuando se respetan
los principios fundamentales del proceso, entre ellos los de contradicción e
igualdad.
P rocedimiento
51
tunda que ésta tenga, según el legislador. Esa es la razón por la cual existen
procesos con procedimientos muy sencillos y otros procesos con procedi
mientos menos sencillos (como el ordinario).
61 En materia penal, pnr ejemplo, en lu relativo a la acción civil resane ¡loria es aplicable
el Código Procesa] Civil.
62 Hs paradigmático, que ninguno de los otros códigos procesales regulen lo relativo a
los remates y pur ello, se debe acudir al Código Procesal Civil que es el que tradicio
nal mente lia conIciitcLu use H.:ni;i.
52
J uzg a d o C iviles
S3
63 Esta forma de finí e ion amíe ni» ya evístía a partir de la vigencia de la Ley de Cobro,
no obstante, no es lo tradicional en nuestra normativa procesal.
6-3 I.a única modificación que tiene este inciso es que se eliminó la referencia a procesos
abreviados, porque en la nueva normativa desaparece el proceso abreviado.
S4
55
56
PRECISION TERMINOLOGICA
Si el derecho procesal es una ciencia, los conceptos son los que la identifi
can. V aunque se quiera minimizar, la perspectiva científica es funda men
tal, porque es lo que hace la diferencia entre la aplicación “cor/igi
si ti fundamento de las leyes y la utilización de la legislación para los fines
sociales que ha sido creada. Por ello, se trató en lo posible de hacer una
normativa con precisión conceptual, utilizando los términos más reconoci
dos tamo desde el punto de vista gramatical como de la doctrina procesal.
Se pretendió eliminar la utilización de conceptos que siempre se han visto
como sinónimos y que la doctrina procesal moderna distingue claramente.
Se trata de evitar la confusión entre los conceptos proceso-procedímiento,
interprctac ión -va 1orac ión, ob Iigac ión-carga, ínm ed iac ión -ident idad IIs ic a
del juzgador.**
Para ajustar la nueva normativa a la perspectiva de género, en cuanto fue
posible se utilizó el termino "tribuna?* en lugar de juez o jueza. Asi. en la
lectura de las nuevas disposiciones, será necesario entender por tribu nal no
sólo el compuesto por tres o más personas, también recibe esa denomina
ción el órgano jurisdiccional unipersonal,17
Siempre que fije posible, se trató de mantener conceptos propios de nuestra
legislación y de nuestro país, si su desaparición no se justifica, finalmente,
se intentó eliminar redundancias, repeticiones y explicaciones.*57
57
58
F-!l dualismo legislativo procesal e\ i.sien te por muchos años, que se manifes
taba en que muchos temas estaban regulados en forma similar (no idéntica)
en la normativa procesal y en la legislación orgánica no podía mantenerse,
pues se dificultaba el entendí miento y el estudio. Por ello se trató de no
regular en el Código Procesal lo que corresponde a ley orgánica. Se omitió
entonces, por ejemplo* la regulación del régimen de sanciones diseipl¡tui
nas, competencia por materia y organización de tribunales. Fue determinan
te para esa decisión, la realidad ya sabida, de que lo organizativo es muy
cambiante debido a la evolución de la sociedad en cuanto a los aspectos
materiales* a lo que no debe supeditarse una normativa procesal, que se
pretende sea duradera.
Hablando de principios,es normal encontrar que la doctrina útil i/.a esc tér
mino con mucha ligereza, para darle esa denominación a ideas o reglas que*59
fiS Esnidios proc escitas, Editorial léenos, Madrid, I97S. pfig. 290 y 291.
59
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61
todos los artículos. Podemos decir que existen principios explícitos que son
tos que se enumeran y mencionan en la ley y principios implícitos que son
aquellos que no se identifican pero que se desprenden del articulado.
Tomando partido en la discusión existente en Ja doctrina procesal, sobre si
en un Código hay que hacer una lista de principios o basta con que ellos se
desprendan de todo el cuerpo normativo, esta legislación procesal mantiene
la idea, que ya tenían las versiones anteriores de citar algunos principios. No
obstante, se tuvo especial cuidado de no denominarlos principios procesa
les, porque no todos tienen esa connotación. Por ello, en cuanto principios,
se evitó calificarlos como procesales, pues muchos de los que se consignan
no lo son, de acuerdo con la moderna doctrina procesal. Sin embargo, como
parece conveniente insertar principios cuando se trata de una normativa
nueva, que cambia sustancial mente el sistema procesal civil costarricense,
se decidió denominarlos simplemente principios, en el entendido que se tra
ta de principios de esta normativa y no exactamente principios procesales.
Se incluyeron principios trascendentales que no estaban en algunas de las
versiones del proyecto, como los de igualdad procesal, debido proceso, bue
na fe y lealtad procesal. Además, se cambió el orden poniendo primero los
principios procesales indiscutibles y posteriormente los principios que son
discutibles como procesales pero que se refieren ai procedimiento.73
El principio de igualdad procesal,se incluyó en esta normativa, aunq
omitirse, la igualdad es consustancial al debido proceso y tal principio procesal
no es necesario mencionarlo. También influyó cu su mantenimiento, que esta
ba en el Código Procesal Civil anterior. Se estableció, ordenando que d tribu
nal debe mantener la igualdad de las parles respetando el debido proceso (2.1).
62
62
64
7b La Crase ,HtF/ m ew r jrríftJL-™ xi.rxititti*x" sl: intriuJiijo por cuerdo tiü Cune Pknan
adoptado el 22 de agosto de 20] I .
Anipli;im4;Tilcha o b r e d principio d e f u i b l i t i d u d , Y M ü e mieslru ¿ > b r t L 7c a r ia G e n e ra l
.\oht:r t'f Principio <A' Orttíidad, Ldikiriíil Juricertfro, Sun Josúk2U07h 73 y si
guientes. Por ln l ] i l u decimos ¿si nbra„ nos parece inunncLibihlc ackialrsienlc un
proceso eti el qitc lo general sea el seeretismo y la publicidad ln otue|K:íÓn
65
66
<37
Jíl La inclusión de uii4i disposición como esa es cuestionable y eso fue objeto de discu
sión, pues el derecho fundamental y genérico de acceso a la justicia ya consta en las
disposiciones constitucionales y por dio no era necesario repetirlo aquí. No obstante,
pensando que lo que abunda no daña se prefirió dej arló
te Ln una de tas versiones se establecía el derecho a asistencia jurídica gratuita. Rso se
eliminó en Sesión de Corle llena del 22 de agosto de 2011 atendiendo a las di fie ulin
des económicas de l;i época, Fs un tenia que queda pendiente. Pienso que eso deberá
regularse en una ley especial que come ni pie dicha asistencia en codas las materias y
con programas a nivel nacional, lat como se liaec en otros países como por ejemplo
en Francia y España.
S3 Deben destacarse en ese sentido las siguientes obras: Montero A roca Juan (coordina
dor), Proceso Civil c Ideología (libro en uOautüríuX Tiran! I.o Blandí. Valencia 200ó
y Al varado lidioso Adolfo. Guranfix/nr* Procesal versus prueba judicial oficiosa,
Editorial Juris, 2(H)Gr
68
69
COMPETENCIA
C onsideraciones genérales
Debemos advertir que en este aparte nos vamos a dedicar al estudio del
tema de la competencia, mismo que no se debe confundir con el de juris
dicción. La jurisdicción es el poder-deber conferido al Estado, para resolver
con Hielos de orden jurisdiccional entro los ciudadanos y entre éstos y el
Estado. Se confiere al Poder Judicial en los artículos 1 y 153 de la Cons
titución Política. Ese poder-deber se ejerce por los jueces del Poder Judicial
y por los árbitros. La potestad jurisdiccional comprende cuatro actividades
fundamentales: a) Adoptar medidas de seguridad o cautelares, b) Dictar las
resoluciones inlcrlocutorias. e) Resolver el conflicto, d) Hacer que se cum
pla lo que el juez ordena. La facultad de administrar justicia se adquiere con
el cargo a que está anexa, es decir, con el nombramiento. (Artículo 162 de la
70
Ley Orgánica del Poder Judicial). Esa facultad se suspende cuando el juez
os suspendido temporalmente en sus funciones. (Art. [62 de la l.ey Orgáni
ca del Poder Judicial y se pierde cuando el juez deja su cargo (Art. 162 de
¡a l ey Orgánica de! Poder Judicial).
La potestad jurisdiccional es única y se atribuye al Estado como un todo.
Como el Estado es una organización compleja formada por muchos órga-
nos, se ve obligado a distribuir el ejercicio de la jurisdicción. Esas reglas
que regulan la distribución del ejercicio de la jurisdicción entre los distin
tos tribunales, jueces y árbitros es lo que se denomina competencia. Decir
competencia es referirse a la forma en que se distribuye el ejercicio de la
potestad jurisdiccional. No a la forma en que se divide, porque la potestad
jurisdiccional no se divide: se distribuye su ejercicio.
71
C ompetencia O bietiva
72
El elemento territorial
73
Cuando la norma líate la salvedad de lo previsto para casos especiales, pretende res
petar lo que se disponga ctl disposiciones especiales de este código o de til ras leyes,
en cuanto a los procesos no contenciosos. Recordemos que al proceso no contencioso
hay remisiones en el Código Civil, en el Código de Comercio y en disposiciones
especiales.
74
75
88 Véase, que u diferencia de las personas no empresa rías, cuando la persona es empre
sario se le entiende ligada a una empresa que tendrá su actividad principal en algún
lugar, lugar que determinará la competencia para hacer realidad los principios que
¡mearan al de oral idad.
89 El criterio del tribunal amo el <)uc se hubiere presentado kí gestión por primera vez,
no es lo mismo, en este código, tju el criterio del que previno en el conocimiento.
El que previno un el conocimiento es lk| ulI tribunal que cursó el proceso primero.
Se estableció esa regla especial para simplificar el tema de ki competencia en estos
supuestos concretos,
76
E l ELEMENTO CUANTÍA
Durante mucho tiempo, la iden de los reductores (ue prescindir del elemento
cuantía para determinar la competencia del tribunal. Si se revisan las ver
siones anteriores a la de mayo de 2011, se notará que el demento cuantía no
aparece, En las últimas sesiones de estudio y redacción, se llegó a la conclu
sión que tal parámetro era indispensable para establecer la organización de
la jurisdicción civil y para racionalizar el gasto que implica la actividad de
impartir justicia. Se introdujo entonces la norma que establece, que cuando
el elemento determinante sea la cuantía, los procesos serán de mayor y de
menor cuantía, conforme a La estimación de la demanda (8.2). Entonces,
dentro del elemento cuantía, se incluyen expresamente dos criterios: mayor
y menor cuantía, pero la realidad es que son tres criterios y uno de ellos
no se consignó en esa disposición por inadvertencia involuntaria: menor
cuantía, mayor cuantía e inestimables. En otras disposiciones dd Código,
por ejemplo, en el articulo 69.1, referido al recurso de casación, se hace
referencia a los procesos inestimables,
[.a cuantía sigue siendo determinante en algunos casos para fijar honorarios
y gastos, para la admisibilidad de los recursos, para establecer la competen
cia en segunda instancia y hasta para establecer la forma de actuación de los
órganos jti ri sd icotona les.00
C ompetencia S ubjetiva
77
78
19
30
iinpo nimios electos en el ideal de justicia pronta. I:s de esperar que la juris
prudencia adopte las mejores soluciones para impedir tal comportamiento
dilatorio.
S uspensión de la competencia
B1
PÉRDIDA DE LA COMPETENCIA
93 Et Código Procesal Civil de I990. con un poco más de rigor científico decía: "Cuan
do haya sido decidido el proceso y ejecutada la sentencia."
82
Hay que tener claro que hiles supuestos ele pérdida de la competencia se
refieren ai caso concreto. Cuando se da una de las circunstancias previsteis
en la norma, el tribunal pierde su competencia para conocer de esc proceso.
Una cosa es perder la competencia y otra muy diferente perder la potestad
jurisdiccional.
Precisa reiterar que el estudio de esa normativa, debe partir de que en el
nuevo código procesal civil, se limita el auxilio judicial, desaparece el fuero
de atracción y desaparece la exclusa.
Acumulación de procesos
Denominada en la doctrina como acumulación sucesiva por reunión do pre
tensiones. se entiende que estamos ame una acumulación de procesos cuan
do dos o más procesos pendientes pasan a sustanciarse en un sólo procedi
miento para ser resueltos en una misma sentencia. Dicho en forma sencilla,
un expediente se amarra al otro o en la actualidad, una carpeta tecnológica
se unirá a otra. Foreste medio se produce una acumulación de pretcnsiones
y su fundamento está en la economía procesal y en la necesidad de evitar
pronunciamientos contradictorios sobre pretensiones conexas.
La acumulación do procesos, por c! momento en que surge la necesidad
de hacerla, presenta mayores inconvenientes que la acumulación inicial de
pretensiones y os por ello por lo que la mayoría de las legislaciones regu-83
83
84
su observa otras de las manifestaciones del aumento de los poderes del tri
bunal, con La finalidad de que el proceso sea electivo.
EL momento procesal dispuesto para la procedencia de la acumulación, está
deten n¡ruido por la estructura procedí mental de ios nuevos procesos. Por
dio se dispone, que no procede si en uno de los procesos se hubiere señala
do para Ea audiencia de práctica de prueba o se ba dictado sentencia (8.5),9'1
Establecer como limite el señalamiento para Ja audiencia de práctica de
prueba, tiene una razón. Si no se establece de esa forma, se posibilita que
litigantes inescrupulosos soliciten la suspensión, el cambio o repetición de
audiencias, con solo pedir la acumulación, lo que no debe permitirse.
1.a acumulación de procesos de ejecución hipotecaria o prendaria, siempre
ha tenido inconvenientes. Debemos recordar las dificultades de tramitación
que propiciaba la acumulación, permitida en algún tiempo por la jurispru
dencia costarricense, entre ejecutivos hipotecarios y prendarios. Las difi
cultades eran de diversa Índole, desde el disímil tratamiento procesal queso
daba al hipotecario y at prendario, hasta los nuil tiples procedimientos que
debían darse a las liquidaciones de intereses y a la interpretación de las nor
mas dependiendo del título. La nueva normativa, permite la acumulación de
procesos de ejecución, sólo cuando exista identidad de causa (8.5); es decir,
ya no será posible, la acumulación de un hipotecario con un prendario, ni
por via de interpretación, pues no existiría identidad de causa. Lógicamente,
fa acumulación solo sería procedente, si no existe otra Ibrma de ordenar La
prclación en la ejecución, -es decir, cuando no sea posible remitir a Los de
más acreedores a hacer valer sus créditos al proceso ya establecido.
La acumulación La puede pedir cualquiera de las parles o el tribunal la pue
de decretar de oficio. Si es a gestión de parte o interviú ientes la solicitud se
presienta ante el tribunal que tramita e! proceso más antiguo. La gestión se
del)c acompañar de una copia de la segunda demanda, con indicación de su
estado procesal, y la fecha en que se le dio curso. El Erihutía] ame el que se
formule la solicitud debe resolver sin más trámite y si la acoge ordena traer
el otro proceso, para agregarlo al ya existente (8,5. párrafo 21-*}. A partir de
ese momento, formarán una unidad.*65
9‘f Si yíi se ha dictado sentencia en uno de los procesos, lo que procede es. alegar la es-
Cc[XL¡Vn de eosa ¡uügada o declararla de oficio, part evitar sentencias cünlradieLorias.
65
Litispendencia
El instituto de la litispendencia aparece ubicado deturo cid lema de la com
petencia (8,6) y eso tiene una razón. La litispendelicia es otra de Jas excep
ciones a las reglas generales de la competencia, aunque su efeeto no sea ta
remisión del expediente a oLro órgano jurisdiccional, sino la desaparición
del proceso más nuevo. Se produce este fenómeno cuando existen, en trá
mite. dos procesos idénticos. Debemos recordar que dos procesos son idén
ticos cuando son exactamente iguales los elementos de la relación jurídica
procesal: es decir, los sujetos, el objeto y la causa.
l.o cierto es que, existiendo otro proceso idéntico, el órgano jurisdiccional
carece de competencia para conocer del recién presentado y por ello no le
queda otra alternativa que darlo por terminado, sea de oficio o a gestión de
parte (8.6),
La demanda presentada ante tribunal extranjero, no produce litispendencia.
salvo disposición expresa en contrarío (S.ó). Se entiende que no se produce
el efecto de litispendencia, porque el proceso extranjero no puede conce
birse como idéntico al que existiría en Costa Rica, desde que el sustento
jurídico (que integra la causa) no es el mismo: en otras palabras, que no
seria extraño que en dos países se dicten sentencias contradictorias, por
aplicación de las normas de cada tina de Jas jurisdicciones.
86
Prórroga de competencia
87
88
Futro de ít tracción
Existen en nuestra legislación los denominados procesos universales, en
los que la finalidad es liquidar o distribuir bienes (concursos, quiebras y
sucesiones). Por lo general en dichos procesos existen muchos interesados
(acreedores) en relación con los mismos bienes. En esos casos, tradicio
nal mente, la legislación costarricense ha estimado indispensable que todos
aquellos que pretendan reclamar algún derecho en relación con esos bienes,
acudan ante el mismo tribunal. Por ello se ha regulado siempre lo que se
conoce en doctrina como fuero de atrDicho instituto identifica
fenómeno que se produce cuando, ante la existencia de un proceso universal
todos los demás procesos son atraídos por éste. Es decir, en el momento en
que un tribunal tiene conocimiento de la existencia de un proceso universal,
se declara incompetente y remite esc proceso concreto at tribunal que trami
ta el universal. La idea es que lo re lucio ruido con los bienes del deudor sea
decidido por un mismo tribunal que conoce a fondo la situación patrimo
nial. En el Código Procesal Civil de 1990, se regulaba cu los artículos 900
para el proceso sucesorio y 767 para el concurso y las quiebras, ruando se
daba esa atracción, las reglas generales de la competencia dejaban de tener
importancia para los procesos atraídos.
El nuevo código procesal desaparece el fuero de atracción en relación con
los procesos sucesorios al derogar el numeral 900 del Código Procesal Civ il
de 1990. Pero no lo elimina expresamente, tratándose de concursos o quie
bras. En este segundo caso (concursos y quiebras) no desapareció porque
las normas relativas a ese tema, específicamente el numeral 767 del Código
Procesal Civil de 1990 quedaron vigentes, a la espera de que se promulgue
Lina ley especial sobre quiebras y concursos.
I.a intención de los redactores de este código siempre fue eliminar el fuero
de atracción de nuestra normativa. Solo se logró [rutándose de procesos
sucesorios. Se entendió que durante su vigencia no tuvo ninguna utilidad y,
contrariamente, provocó retrasos innecesarios en la tramitación de los pro
cesos, como consecuencia del trasiego de expedientes de un tribunal a otro.
En lodo caso, d manejo de tal instituto sería muy difícil y de poca utilidad,
atendiendo a la nueva organización jurisdiccional civil. Los medios lec-89
89
C ompetencia internacional
46 Al respecto, véase: Vése ovi, Eduardo, Derecho Procesa! Civil Internacional, Edicio
nes Idea, Montevideo, 2000, páir. 24.
90
1:1 primer criterio que se adoptó es el del domicilio del demandado, es de
cir, licite tt competencia los tribuna les costarricenses, sí el demandado, cual
quiera sea su nacionalidad, estuviere domiciliado en Cosía Rica (11,1.1).
Dicha disposición, que ya existía en mies ira legislación procesal civil, pre
tende hacer realidad el principio de contradicción, es decir, que el accionado
no tenga di lie tillad es espaciales para ejercer su derecho de contradicción,
lo que se procura estableciendo la competencia en el lugar de su domicilio.
Partí evitar dificultades de interpretación se consignó la presunción legal de
que se presume domiciliada en Cosía Rica la persona jurídica extranjera que
tenga en el pais agencia, filial o sucursal, pero solo respecto de Eos actos o
contratos celebrados por ellas.
También es competente el tribunal costarricense, cuando la obligación debe
ser cumplida en Costa Rica {11.1.■?); cuando la pretensión se funda en un
hecho, acto o negocio jurídico ocurrido, celebrado o con efectos en el te
rritorio nacional (11.1.3); cuando las partes así lo han establecido contrac
tual mente, siempre que alguno de ellos sea costarricense y al mismo tiem
po exista algún criterio de conexión con el territorio nacional ( 11.1.4). I.a
referencia al criterio de conexión con el territorio nacional implica, que
tiene que existir alguna relación de los sujetos, el objeto o la causa, con el
territorio costa rr icense.
Es importante tomaren consideración que el artículo 135.1 dd nuevo códi
go. Lartihién se refiere a la competencia internacional. Dice que si una per
sona domiciliada en el extranjero dejara bienes Ctl Costa Rica y se hubiera
seguido proceso sucesorio en el exterior, serán válidos aquí las adjudicacio
nes y demás actos realizados, siempre que se haya tramitado por quienes
tengan derecho para hacerlo y se haya procedido can forme a las leyes de
aquel lugar.
Finalmente, d numeral 135. j establece que los acreedores de una sucesión
radicada en el extranjero podrán demandar en Costa Rica, cuando tuvieren
una garantía real o equiparada, el deudor hubiera renunciado válidamente
a su domicilio o se trate de ejecutar una sentencia obtenida en el domicilio
de la sucesión.91
91
92
93
hihihittn ■iíi
94
IflO Origina límenle en lu^ir ild coiwepio colegiados, estriba el de plurijvr anales. pen-
sánelo en tribunales que aunque no actuaran en l'nrma colegiada oslaba integrado por
varios jueces. En los últimos trabajas cem la comisión revisara se quilo pkir iperso
na tes y se dejó colegiados, lo que en mi criterio podría complicar la aplicación de la
norma. íkiy que entender que así se debe proceder cuando en un juagado haya carias
pursoriLLs j 11 ZgHÜCtoras atmi| cte ;jc1Úen en Iór11r j i.m¡ [íersona I
95
Recusación
l-'l concepto recusación, igual que el de inhibitoria, tiene en la nueva norma
tiva un sentido ligeramente diverso al que tenía en las legislaciones proce
sales anteriores. Ahora solo identifica c! procedimiento a seguir cuando una
de las parles alega una causal de impedimento, mediante el procedimiento
establecido.101
Recusar implica denunciar la falta de competencia subjetiva del tribunal,
por encontrarse en uno de los supuestos en que la ley considera que existe
un interes personal del juzgador.
La legitimación para recusar la tiene únicamente la parte o el ¡ntcrvinicnte
perjudicado o que pueda resultar perjudicado con la causal (14.1).
No es procedente la recusación del tribunal llamado a conocer de luía re
cusación. Si a un tribunal le corresponde conocer una recusación, no se le
podría recusar a su vez, para evitar que conozca de esa impugnación, pues
se crearía una cadena interminable de cucstionam ¡entos de la competencia,
atentatoria contra el principio de justicia pronta y cumplida.
lampoco es procedente la recusación en el cumplimiento de comisiones.11-
La disposición, además de sana, es lógica, porque quien actúa por encargo
se entiende que no decide nada. En esas circunstancias no se justifica que se
le cuestione la competencia.
Finalmente, el Código descarta la recusación en procesos o actos de mera
ejecución,101 Tal disposición tiene sentido, porque si la actividad del tribunal
se limita a la mera ejecución, no hay razón para que se permita cuestionarle
la competencia, desde que. se supone, no tomará decisiones que se puedan
ver afectadas por un interés persona.
101 Nuevamente, recontemos que untes la recusación incluía las causales y el procedi
miento. asi como La competencia pura conocer de tales cuestionan!¡cutos,
102 ¡¿so no es nuevo, d articulo 5? inciso 2) del Código Procesal Civil de 1990, negaba
toda posibilidad Je recusar cuando se trata del cumplimiento de comisiones,
103 f s lo que decía el articulo 55 inciso 3) del Código Procesal Civil de 1990.
96
1(14 Se parte de la bíSsC de que en tus (letes de mero ejecución ¿I tribunal, a postfr de (caer
impedimento, solo real ¡/a el acto material de cumplir con Lo ordenado, os decir, no
decido y si no lo hace, no podría afectar a la parlo que está en posibilidad do impugnar
la competencia subjetiva.
(05 Véase como so introduce una ospeoic do sumisión cu la competencia subjetiva. No
Se Utiliza el concepto de prórroga, pues la prórroga se refiere a la competencia por
territorio.
Í06 Estaríamos amo un supuesto de alegación sin pruebo, lo que es inadmisible en un
orden que pretende imponer ta seriedad en la impugnación de la competencia.
97
de justicia, que se encuentra entre los ideales que se exponen al inicio del
código.
Los momentos para alegar están claramente determinados. Puede interpo
nerse en cualquier momento antes del señalamiento para la única audiencia
en los procesos que solo tengan una o antes del señalamiento para la audien
cia preliminar cuando el proceso sea de dos audiencias (14,4),
Si ya está señalada la lecha para la audiencia, se deberá interponer al inicio
de la audiencia (14.4),
Se puede formular con posterioridad a la audiencia de prueba y antes de
sentencia definitiva, siempre que se ira Le de causas no conocidas o sob reve
nientes a la finalización de esa audiencia (14.4),
98
Procedimiento de ki recusación
99
Los peritos son recusables pues son determinantes en la solución del con
flicto. También lo son, los demó& auxiliares judiciales, cuando tengan deci
dida influencia en Indecisión (18 al (inal).
Como manifestación de la seriedad cotí la justicia, que es tina de las ideas
que inspiran a esta nueva legislación, se establece que los peritos desig
nados por acuerdo entre parles, no podrán ser recusados, salvo por causas
so brevi ni en les o ignoradas por las partes al momento de la escogerte ¡a (18).
1.a razón es clara, Si ambas panes escogieron al perito, se supone que valo
raron su idoneidad, de tal manera que no es posible que después de haberlo
recomendado, lo recusen. Siempre se debe dejar la posibilidad de que el
motivo de recusación surja después o que d proponente ignorara los moti
vos de impedimento al momento de su elección. Este cuso, para determinar
si el pe rúo o auxiliar es recusable, debemos remitimos a las causas de im-
pedimento establecidas para las personas juzgadoras, las que se aplicarán
según la condición que ostente el recusado (perito o auxiliar). No obstante,
se establecen causales especialmente determinadas para los peritos como
LUI A lendie ndu ni pr ilie ipió de uélites 11raciói i y pa ra hac ur rea Iidad üI p rinci pi n dlhj usr iciü
pronta y cumplida es de esperar que siempre sea posible.
I 12 Se p a n e ck la tu se úe que Linlc unu recusación un audiencia tkcEaradu ton lu^iir, se
coniiiuia la audiencia y utros jueces continuarán el proceso luaia su fimili/adón,
sin quu sl¡ suspenda ti i w\ cele el proccd imiento- Lógicamente la] mecanismo requerirá
un gran esfuerzo de Divinización. De indas lonnas cu de suponer que a esa altura dd
procedimiento, va a ser extraño que el tribuna] na se huya pinealadu de su incumpc-
1encía subjetiv a.
10Ü
C onflictos de competencia
101
102
SUJETOS PROCESALES
E:1 título que identifica a este apartado, es reflejo de que en un proceso in
tervienen muchas personas, ostentando diferentes posiciones, que cumplen
diversas funciones y que reciben diferentes denominaciones. Sin embargo,
la noción sujetos procesales, no puede entenderse en el sentido de que todo
aquel que intervenga en un proceso es sujeto procesal. No recibiría ese ca
lificativo el auxiliar que tramita el asunto, ni el traductor que ayudó a la
práctica de una prueba, ni el perito que informó sobre algún asunto extraño
al derecho; tampoco el testigo. Estas personas no serían sujetos procesales
porque no tienen vinculación directa con el resultado del 1¡ligio, son cola
boradores de la administración de justicia únicamente.
Desde vieja fecha, la doctrina ha entendido que sujetos procesales son el
juez, las partes y aquellas personas a las que se permite intervenir en un
1(13
La persona juzgadora
104
105
106
121 Ciippel leí Li. L i pntt v.s <>í ó si fu ti unn >eu tV crW n >tic ia tv ¡>ifr¿ ifn imciór? t iuw "
- ' í ’a/fun jii í ¿ne '. en '?■PriKicsti. Ideologías, Suciedad », ()b. t’i;., pág. 35t).
122 I miilieui Jii S c n k in JodielelI, I,cy Mu, 5IÜ3 de II) de íjitm dv 1073. Alcance Mu. 13
.: I;i f ¡ocv'liH d e lL- Icbren* i Ll [*> ; . artículos bU a X4.
10-/
12.1 La aplicación de esa Ley se viu obstaculizada por acciones de inconstitucional idad
y de amparo interpuestos por los mismos Funci únanos judiciales» al pumo que hasta
mucho tiempo después se comenzaron a realizar los primeros nombramientos y un
alto porcentaje (le los jueces se encontraban interinos,
12-1 En el año 2010 comenzó a Funcionar un sistema du preparación de abogados. El
número de escogidos fue de veinticinco personas. Las bondades de ese sistema de
penderá de la Formación que se les dé J o que estará supeditado a la forma y a los
profesionales que se encarguen de la formación.
125 En ese estado de cosos, to normal era que se comenzara a administrar justicia sin nin
guna experiencia, salvo la que se hubiere obtenido como abogado en ejercicio o como
escrihienie en un Despacho Judicial. A raíz de ello, también era corriente que quienes
querían ingresar ala carrera judicial comenzaran como meritorios-trabajando sin paga
r o n el íin de adquirir la experiencia que posteriormente les permitiera ser nombrados.
Actualmente, muclms de to>. jueces que están nombrados, fueron alguna vez meritorios.
108
L as partes
109
zar en el toma a esa valiosa obra. Estudios de Teoría General e Ilistona Jet Pruce-sn
{ I945-1972}, Universidad Autónoma de Mc\ico, Instituto de Investigaciones Jurídi
cas, México, 1974. pág. 279.
127 l!t Código l*r<n;cs;il Civil detía en su artículo 1(14; “Parte legitima es aquella que
alega tener una determinada relación jurídica eon la pretensión procesal”, Comu se
puede ver, esa norma se refiere a la parte desde d punto de vista activo, dejando de
lado la perspectiva pasiva.
110
111
A creditación de la capacidad de a c tu a r
112
A rraigo
[29 Se diee que pur simple alegación, porque nu será necesario ustublueer un ine¡denle:
pura olio. Recordemos l| lil- tal aspecto puede salir ¡i relucir cu LiltiursEt audiencia, con
lo cual bailará con que se exprese, se discuta y resuelva en Iomití mmcdiütELr
Ej O t 'mno lur V ah íd o un atras publicaciones, mita de una presunción 1í:±pl| lL’ que fue
nulificada, porque lo que llamamos notificación aiLtomáika tij siquiera es nulifica
ción. No Seda ese Litio llamado nolificocióny mucEio menos en forma automática. Se
(rain, se repite, de Lina presunción de nfiti litación.
T13
C u r a d o r pro cesal
114
131 Vov cjempk>+el Etnkuki 23 de h Ley de Nulificaciones No. dice: L'F.n caso de
Jos domicilios rey si mi y cune mullía I, si el cambio du domicilio ini se comunica y h
persona nu se localiza en el lunar original me ule señalado, esni cerrado cu Forma de
finitiva o es incierto, impreciso t> ine>¡is[c¡i[eHel nntificador asi lo hará constar y. sin
más trámite* se procederá ei nombrar curador procesal. H plazo torrera a partir de tu
aceptación del cargo. El curador procesal procurara comunicar n su representado ta
existencia del proceso.
132 Se hace la salvedad, poique si se csIljvjci'li en el caso de declarar la ausencia., el num-
brámienlo de represenlanle tendría que hacerse en el proceso dispuesto ;il efecto hque
se encuentra regulado en el articulo IS1 de este Código. Fl representante que se de
signa en el proceso de declaratoria de ausencia, es solo partí represe ni ¡.ir en el proceso
de duclamor ia de ausencia.
I33 Recordemos que para nombrar un curador se exigía demostrar que no tenía représen-
lame inserí lo, Iielíilaque ofrecer tres lesi ¡gozque lo hubieran conocido y que manifes
taran unte el tribunal que no lo htibian vuelto a ver y que desconocían donde estaba.
Eso significaba hacer un señal ¿interno para recibir a los les ti tíos, lo que atrasaba el
proceso.
115
116
P atrocinio letrado
134 Acluulnumlc esc curadur k dL'iipnr;i de l;i lislil qilc publ¡i’:i ^'rtódicamcnic la D ircc’
eión Ejecutiva,
135 No es deseabdlatín pensar que una. persona sa no quiera enin|*irectr al proteo y que
informada por medio de las publicaciones decida comiurccei por estar ineónforme
con el representante designado.
117
A bo g a d o director
116
A poderado [udiciai
119
en la versión final, por lo que habrá que esperar a ver lo que dirá la doctrina
y la jurisprudencia.
fin cuanto a los poderes especiales judiciales otorgados en el extranjero se
dispuso que se regirán por las normas de derecho internacional. Además,
se estableció que será válido el otorgado por cualquier medio que garan
tice su veracidad (20,4). Inicialmentc el proyecto decía que serían válidos
los otorgados ante Cónsul, notario público o autoridad encargada, siempre
que se diera fe en el documento, de la existencia y vigencia de la persona
representada y de] poder que ostentaba el compareciente, Cuando se trabajó
con la Comisión Revisora se lomó la decisión de incluir una forma aún más
genérica como la que aparece actualmente.
G estoría procesal
120
LEGITIMACIÓN
ui
137 Montero A roca, Juan y otros. Derecho Jurisdiccional II. Editorial Tirar» Lo Ulaneh,
Valencia 2000. págs, 70 a 78.
138 Recordemos que solo son parte, aquellos a quienes la sentencia ule ciará directamen
te, lo que distingue a lu parte de otros sujetos que intervienen en el procedimiento.
139 Al respecto, entre otros, véase: Montero A roca. Juan y otros, Derecho Jurisdicción a!
II, Editorial Tirar» Lo Ulanch. Valencia 200Ü. pájis. 70 a 7S.
122
123
142 Tomando en consideración que esta normativa tuvo pretcnsiones de ser ¡teñera!. di
cha disposición habría sido muy útil en el proceso laboral, donde, generalmente, a
medio camino se descubre que el trabajador no demandó a quien correspondía, sin
embargo, esa misma utilidad es predicable de la materia civil y en todo caso se podría
aplicar supletoriamente a toda otra materia en que no se regule dicho trámite.
124
S ustitución procesal
S u c e s ió n pro cesal
125
145 Si es lilisconsortc es parto. Como tercero podrá intervenir cuando su derecho sea
alegante en esa condición.
125
Litisconsorcio necesario
El litisconsorcio necesario es un supuesto de indebida constitución de fa
litis por legitimación incompleta, es dech, de luis subjetiva incompleta. Se
entiende necesario, cuando su existencia está determinada por una necesi
dad procesal.
La doctrina no es pacifica en cuanto a que necesidad pretende satisfacer tal
instituto. Se da cuando una de las partes necesariamente debe estar inle-127
127
grada por varios sujetos que están indisolublemente ligados por la relación
jurídica material. Precisamente porosa referencia a la relación jurídica ma
terial. aún cuando el litisconsoreio necesario está dispuesto por la ley, es
indiscutible que el legislador, para establecerlo en las normas parle de la
existencia de una relación material indisoluble.
Durante mucho tiempo la doctrina señaló, que la razón de la existencia de
esta figura estaba en la necesidad de evitar indefensión, es decir, garantizar
el debido proceso y para evitar que la sentencia afectara a quienes no habían
litigado. La doctrina moderna parece decantarse por el criterio, de que el li-
tisconsorcio pasivo necesario encuentra como único fundamento la utilidad
de la sentencia, es decir, que ésta sea eficaz y como consecuencia oponible
a quienes serán sus sujetos pasivos. Ya no se piensa en evitar indefensión
pues se dice, que la sentencia dictada sin la participación de un litisponsorte
no fe es oponible a éste y como consecuencia ninguna indefensión se le pue
de causar a quien no participó en el litigio. Tampoco es posible que la sen
tencia afecte a quien no participó en el proceso, porque en cuanto a dichas
personas tal sentencia es inopon ible.147*149Asi, la necesidad de integrar la litis
subjetivamente, satisface la utilidad de la sentencia, pues si en el proceso
participaron lodos los que debían hacerlo, la sentencia será oponible a todos
y por lo tanto eficaz.141.
La nueva normativa, sobre el Lema, sigue los pasos de su antecesora. Hay
litisconsoreio necesario, cuando por disposición de la ley o por la naturale
za de la relación jurídica material, la decisión deba hacerse en relación con
varias personas. En tal caso, éstas deberán demandar o ser demandadas en
d mismo proceso (22,1).
Se entiende que es por disposición de la ley, cuando ésta lo exige expresa
mente14'1y que lo es por la relación jurídica material cuando, para la utilidad
147 Ampliamente sobre el lema y sobre lo que él entiende Iti jurisprudencia española,
véase: González Gratula, Piedad, MI litisconsoreio necesario en el proceso civil, Edi
torial Contares, Granada, 19%.
14K Muy ilustrativa, sobre la idea que se tenía sobre el litiseonsorcio es la Sentencia nú
mero 72 <le 15 lloras del 3 setiembre 1982. de la Saín Primera de la Corte Suprema de
Justicia.
149 Por ejemplo, en el proceso hipotecario, en el que se exige demandar a quien consintió
en el gravamen (Articulo 167 del Código Procesal Civil).
128
129
Litisconsordo facultativo
El 1itiseonsorcio facultativo es una posibilidad que ofrece el legislador para
que se de una acumulación de pretcnsiones con fines de economía procesa!
y para ev itar sentencias contradictorias. Se establece la posibilidad de que
dos o más personas litiguen en un mismo proceso en forma conjunta, sea
activa o pasivamente, euando sus pretensiones sean conexas por su causa u
objeto (22.2).
Se limita a los supuestos de conexidad por la causa o el objeto, es decir que
las pretensiones de los colitigantes sean idénticas en cuanto al motivo o en
cuanto al fin perseguido, Atendiendo a hi celeridad que se pretende lograr
con los nuevos procesos, es de esperar que la integración del 1itiseonsorcio
facultativo sea una opción cuidadosamente analizada antes de admitirla por
la ampliación de la litis que con ella se produce.IS
O
ISO Resolución número >44-2000 del Tribunal Segundo Civil de San José, Succión
Segunda.
130
I ntervención excluyante
I ntervención adhesiva
tai
venir sin alegar derecho alguno, solo con el fui de coadyuvar a la victoria151*
de una parte, por tener un interés jurídico propio en el resultado (22,4).
El interés jurídico propio en el resultado, que exige la norma, como lo re
quería la legislación anterior, podría ser obtener un precedente jurisdiccio
nal que sirva de sustento a un proceso preexistente, existente o posterior.
También se podría pensar en obtener un procedente que evite la interposi
ción de un nuevo proceso o la terminación de otro existente. Aunque en la
práctica jurisdiccional civil se conocen pocos casos de intervención adhesi
va, es un instituto que podría dar algún problema, pues no se dice cuantos
interventores adhesivos pueden existir, lo que podría motivar la formula
ción de muchas solicitudes con tiñes meramente dilatorios.
Tomando en consideración su escasa trascendencia para el proceso, se per
mite que este tipo de intervención se formule hasta antes de la sentencia
de primera instancia (22.4). Si la solicitud de intervención se efectúa en
audiencia, previo emplazamiento a las partes presentes, debe ser resuelta en
ésta de forma inmediata. Si se hace fuera de audiencia, se debe tramitar por
la vía incidental.153
Cada una de las partes podrá llamar al proceso a un tercero respecto del cual
pretende una garantía ( 2 2 . 5 La norma es clara, confiere el derecho a am
bas partes y éstas lo pueden hacer valer cuando, mediante el redamo de una
garantía puedan obtener beneficios. Se entiende que el derecho de garantía
151 Precisamente por tratarse de una coadyuvancia pura la victoria de una parte, hay quie
nes piensan que es improcedente en procesos de ejecución pura, en que el derecho es
irutisculiblc y solo se está ejecutando, l:n esc sentido véase resolución 13 I5-2001 del
Tribuna! Primero Civil de San Jóse.
152 Recordemos que vía incidental es simplemente audiencia a la puric contraría, práctica
de prueba absolutamente indispensable y resolución inmediata.
153 Hn esos mismos términos estaba redactada esa parle en el artículo 109 del Código
Procesal Civil de E990P sin embargo, algunos tribunales entendían que era una fa
cultad establecida exclusivamente en beneficio del demandada. Véase al respecto
resolución No. -1^87 del Tribunal Segundo Civil, Sección Primera.
132
puede ser establecido por convenio1-1o por disposición de ley, en cuyo caso
es posible llamar a] garante al proceso.IíS
Quien invoque Ja llamada al garante, deberá demostrar su derecho de garan
tía con documento, y en la sentencia se deberá emitir pronunciamiento so
bre ta garantía exigida, la cual producirá, en cuanto al garante, la autoridad
y eficacia de cosa juzgada material.
La intervención del garante no confiere ningún derecho a la parte contraria
sobredi, salvo la responsabilidad relativa a costas. Obviamente, se entiende
que el garante incurrirá en costas en cuanto a la parle contraria, cuando, por
su intervención se ocasionen gastos.
La llamada al poseedor mediato, es otro tipo de intervención de terceros, au
torizada por ley, con fines de economía procesal. Se regula conjuntamente
con la lia toada al garante, únicamente porque el procedimiento para ambos
institutos es el mismo. Quien tuviere el bien en nombre ajeno, por ejem
plo un inquilino, siendo demandado en nombre propio, en relación con el
derecho de propiedad por ejemplo, deberá manifestarlo en la contestación,
a cuyo efecto dará los datos de identificación y domicilio del titular (pro
pietario) para que se le cite. Dicho instituto tiene como finalidad, que el
verdadero titular del derecho en discusión, es decir, el legitimado en la ro
133
PRETENSION PROCESAL
156 Recordemos que las funciones del Patronato Nacional de fa Inláiieia provienen de
lo dispuesto por el articulo 55 de la Constitución y que muchas de sus Tuneiones a
nivel judicial están dispuestas en su Ley Orgánica y en normativas especiales como
e l Código de la Nirte7 y la Adolescencia y el Código de Familia, hn cuanto a la Pro
134
13S
íitum)y la causa. Normalmente los sujetos son dos; 3a persona contra quien
se dirige la pretensión material (la procesal se dirige contra el Estado) que
será la paite demandada; y, la persona que deduce la pretensión que será el
actor. El objeto de Ja pretensión es el bien de la vida que solicita el actor;
la utilidad que quiere alcanzar con la sentencia, que puede ser una cosa o
conducta ajena. La causa se refiere a los hechos o al hecho fundamental en
que el actor funda su petición, por ejemplo, el incumplimiento del deudor.
Es el motivo que sustenta el reclamo ante el órgano jurisdiccional.
Si la característica fundamenta] de Ja pretensión procesal es que mediante
ella se reclama una cierta actuación del órgano jurisdiccional, es lógico que
la clase de pretensión varíe según la naturaleza de la actuación pretendida.
La doctrina formula varias clasificaciones de tas pretensiones. Algunos se
refieren a pretensiones de pura declaración de certeza, de condena, ejecuti
vas y cautelares.1*2 Guasp distingue entre pretensiones de cognición y pre
tensiones de ejecución, Entre las de cognición ubica las declarativas, las
constitutivas y las de condena. Entre las de ejecución sitúa las que denomi
na pretensión ejecutiva de dación y la pretensión ejecutiva de transforma
ción.1*3 Una pretensión es declarativa cuando en ella se solicita la simple
declaración de una situación jurídica que ya existía con anterioridad a la de
cisión, buscando sólo certeza. Se trata de una mera constatación, fijación o
expresión judicial de una situación jurídica ya existente. Esas pretensiones
declarativas pueden ser positivas o negativas. Es positiva cuando se pide
la declaración de un derecho (reconocimiento de la paternidad) y negativa
cuando se pide se declare ia inexistencia de una situación jurídica (nulidad
de un contrato). La pretensión es constitutiva cuando lo que se pide al órga
no jurisdiccional es la creación, modificación o extinción de una situación
jurídica. Se pretende, con ellas, que se produzca un estado jurídico que antes
no existía (resolución de un contrato). La pretensión es de cuando
se pide al órgano jurisdiccional la imposición de una situación jurídica al*163
Monroy Cabra, Marco Gerardo, principios cíe De re cito P ro cesa lC ivil. 3a. cd.. lío-
t (¡2
(■olá-Colombin, l ‘J8S, pig. I59. Consideramos que este autor incurre en una impre
cisión terminológica que no debería incurrir mi procesal lata, ni siquiera amparado en
la costumbre, pues en lustai de decir pretensiones, dice acciones,
163 l.iuasp. Derecho Procesal Civil, Ob. t ' i i . . pág, 207 a 210.
136
Escaneado con
Curso de Derecho Procesal Civil Coila rócense
A c u m u l a c ió n d e p r e t e n sio n e s
I6d Giiíisp, Derecha- Procesal Civil, ( )h. CiL, pág. 207 ¿i 210
líií l-.nire Hasoíros esta clusificiitiúii ¿s muy impf>tiati1ehparque cunsEiuiye la bww sabru
h que se establecieron las reglas de b L'ompciiznch por razón *lel lerrUoria du los
órganos j uri sd ite >nales civiles.
I óó Marón Palomino, Derecho Pnx't'jutl í 'ivi!, Ob. Cil_, |>óg. 208 li 2](J.
137
tonga una sola pretensión, sin embargo, nada se opone a que en un proceso
existan más de dos.
Atendiendo a la forma en que esa pluralidad se puede manifestar en un pro
ceso. la doctrina distingue entre varios tipos de pluralidad de pretensiones.
Se habla de pluralidad simplecuando en una demanda se formulan varias
pretcnsiones con el fin de que al demandante se le concedan todas simultá
neamente. (Por ejemplo, cuando se demanda la resolución de un contrato y
el pago de daños y perjuicios). Nos encontramos ame alterna
tiva cuando el demandante formula dos o más pretensiones, con el fin de
que el tribunal le conceda cualquiera de ellas. (Por ejemplo, el actor pide al
tribunal que el demandado le devuelva el inmueble o le pague el precio del
mismo).
También se refiere la doctrina y es muy común en la práctica, la pluralidad
eventual o subsidiaria. Ln este supuesto, el actor pide al órgano jurisdic
cional una pretensión principal y para el caso o eventualidad que la primera
sea denegada formula una segunda pretcnsión. Esta forma de pretender, ha
llamado la atención de alguna doctrina, principalmente porque da ia idea de
que el mismo pretendiente duda de la bondad de su petición principal. Tra
tándose de la pluralidad subsidiaria o eventual, para conceder la pretcnsión
subsidiaria será indispensable que la principal sea desestimada. Vale la pena
advertir, lo que se verá con detalle posteriormente, que la acumulación de
pretcnsiones puede darse por muchas razones, entre ellas, por la acumula
ción de procesos. Es decir, que no es lo mismo acumulación de pretensiones
y acumulación de procesos, aunque la acumulación de procesos sea un su
puesto, no el único, de acumulación de pretensiones.
La acumulación de pretensiones es un fenómeno procesal que surge como
consecuencia de la pluralidad de pretensiones. Consiste en una reunión de
dos o más pretensiones (no procesos) con el objeto de que sean ventiladas
dentro de un solo proceso. Su admisión legal y doctrinal se sustenta en ra
zones de armonía procesal y de economía procesal. Mediante esta figura se
pretende evitar decisiones contradictorias y unificar el tratamiento de varias
pretensiones entre las que existe comunidad de elementos para reducir el
costo de tiempo, esfuerzo y dinero que supondría ventilarlas por separado,
Su justificación fundamenta! se encuentra en ia comunidad de elementos.
138
139
140
141
ACTOS PROCESALES
171 En la versión Je setiembre de 20(16, se decía que era obligatorio utilizar el idioma
castellano. Se pensó que decir español era impreciso, desde que en España no solo se
habla castellano, sino otros como el Catalán. I:n la versión definitiva, igual que en el
código de ]‘W se dejó español, lo que mine;» ha dado problemas,
I 72 La suplencia gratuita es una previsión sana, pues es de esperar que en nuestra legis
lación se haga algún día una verdadera reforma de la justicia gratuita, aún en materia
civil. Además, es conveniente por la residuaiidad de este código procesal civil en
relación con otras materias.
112
C o n s t a n c i a d e r e c i b o d e g e s t i o n e s
A c t u a c i ó n p r o c e s a l p o r m e d i o s t e c n o l ó g i c o s
]?3 Aquí se consignan los aspectos mínimos que debe voittmicr una razón de recibida,
No se excluye lo posibilidad de que se consiguen oíros dalos. Tomando en cuenta que
muchos documentos se recibirán por medios tecnológicos, es im proceden le se na lar
lado la que debe contener el recibo, pues pondríamos, o los tribunales a incumplir la
norma. Lo relativa al recibo de documentos es una cuestión Je organización que no
Jebe establecerse con tanta amplitud en el código procesal,
17J La frase "cifír pasa fu recepción de prueba" 1a est
párrafo segundo del artículo 24.4. Lo relativo a la prueba era iunce esa rio porque está
contemplada en la primera parte de la norma.
143
F o r m a c ió n y r e p o s ic ió n d e e x p e d ie n t e s
144
[75 No dice el código cuates sean las consecuencias por m> presentar los documentos a
requerimiento del tribunal. Pienso que la consecuencia seria lomar en consideración
ta conduela omisiva de la parle como elemento de convicción ratilieanle de los oíros
elementos de prueba, conforme at numeral 41.5. Además, esa conduela podría ser
v¡«latóna de la buena fe procesal (2.3 y 4,2) que exige el código y podría constituir
un abuso procesal que permita al tribunal desplegar las sanciones procesales previs
tas (ó).
145
P u b l i c i d a d d e la s a c t u a c i o n e s e s c r it a s
146
L u g a r d e l a s a c t u a c i o n e s
147
T ie m p o he l a s a c t u a c i o n e s
I7f> La misiiui persona juzgadora dictaba la resolución y se aulolmbt litaba para actuar o
le habilitaba las horas a algún funcionario de su oficina. Aunque ello era una maní'
testación de la carencia de poderes deJ tribunal. en realidad la habilitación de horas
tenia la finalidad de que la parte contraria tuviera conocimiento de que la actuación se
bahía hecho en horas anión/atlas. ( ’laro, en ocasiones, la parte contraria sabia hasta
después de que se bahía actuado.
177 La norma tiene una finalidad clara, la de que en mi futuro baya tribunales que se
rmmtenuan en funcionamiento las veinticuatro horas del día,
148
A c t o s d e parte
El Código Procesal Civil de 201S regula en tinos pocos artículos unas dis
posiciones generales de actos de parle; no obstanic, se contemplan aquí
únicamente los actos de parle escritos. Ello es así, porque ías actuaciones
orales se regulan en la parte referida a las audiencias. En cuanto a los actos
de parte escritos, se estableció que las gestiones escritas deberán llevar la
lirma del gestionante, obviamente, autenticada por un abogado (27.1).
Cuando una persono no pueda firmar, firmará otra a su ruego y la firma del
firman Le a ruego deberá ser autenticada por un ahogado. En todo caso, el
imposibilitado para firmar, deberá estampar su huella digital, salvo que este
imposibilitado para ello (27.1). Durante la vigencia del Código Procesal
Civil de 1990, la huella digital había perdido toda utilidad en cuanto a las
actuaciones de naturaleza procesal. En la nueva normativa se introduce,
como una forma de evitar cuestionan! ientos posteriores, atendiendo a la
importancia de ciertos actos. De todas formas, la huello digital no está des-149
149
178 lisa disposición no estaba en la versión original del Código Procesal Civil, se in
trodujo en la Asamblea Legislativa, con el inconveniente de que al remitir a la Ley
Orgánica su consignó el número y [celta de esa Ley. Tal íidit imiento contraviene las
ideas que tuvimos los redactores de no haecr remisiones a leves específicas. Asi las
cosas, cuando se derogue la actual l.ev Orgánica del Poder Judicial, el código tendrá
una remisión incorrecta. Es de esperar que en la nueva Ley Orgánica haya regulación
sobre la forma de actuación por medios tecnológicos.
17Ó A pesar de la existencia de una disposición similar en el Código Procesal Civil, era
común ver expedientes en que, por su tamaño, las copias de los planos y otros docu
mentos se salían de los bordes del expediente, lo que dificultaba su manipulación.
150
150 lis cuestionable l|lic no su aricada hi gestión cuando Las copáis no sean trascendentes
para resolver lo pedido. Por ejemplo, cuando SC conteste la demanda y se presenten
como prueba copias ilegibles. I'n ese caso, debió establece] su como sanción la inuil-
ciiciu, en sentencia, de tales docLímenlos.
151 En algún momento dd trámite legislativo se introdujo la frase: "ftiro iu presentación
y conservación decapias. se puede utilizar cuatqu inedia
to innecesario, pimple ya existe previsión al respecto en el 24.4.
1S1
A c t o s d e l t r ib u n a l
152
1,^2 Este es dii adi [ámenlo que se «gregó en alguna |wric* i)d trámite legislativo que es
innecesaria pues el código tiene les previsiones pura la utilización de medios tecno
lógicos en lodos los ¡idos procesales, mulo vendo los de parle (24.4). J-I agregado es
cunClisó, pues la turma de la firma debe estar dispuesto por ley.
153
Notificaciones ju (riciales
Para Ja efectividad de los principios de audiencia y contradicción es indis
pensable que de lodos los actos procesales tengan conocimiento las partes
y los ¡ntervmientes, Por esa razón es necesaria la existencia de formas de
comunicación entre las partes, los interv mientes y el órgano jurisdiccional.
Tratándose de resoluciones orales, lo lógico es que se comuniquen oral
mente en el acto o audiencia en que se realizan. A ello se refiere la nueva
normativa, cuando dice que la comunicación de las resoluciones dictadas
en audiencia se hará en forma oral en el acto y se tendrán por notificadas en
esc momento (29.1). La disposición expresa del momento en que se tienen
por notificadas es trascendente para e! conten de los plazos y para evitar
con fusiones.
183 Ani cu Lis 186 a 193 del Cenligo Procesal Civil de I9TO,
154
IK4 Se pudría cuestionar que un as pecio utu procesal como las notificaciones se recule
en una ley es pedal, sin embargo, en nuestro medio, eso parece una medula prudente,
dada L:l existencia de un reclinen de notificaciones que atiende a ia idea de ser un
servicio común para todas las jurisdicciones.
J Puede verse nuestra nl>ru: Leyde Notificaciones Judiciales lid norial
Juricentro S.A., San José. 2<J(J9.
155
tendencia para los usuarios del servicio de justicia y para los operadores del
sistema jur isd iccional.
156
157
Formas de notificación
158
1S9
Procedimientos de notificación
Toda persona (física o jurídica) puede señalar al Poder Judicial una dirección
única de correo electrónico para recibir emplazamientos o resoluciones, en
cualquier proceso judicial en que deban intervenir. Esa fijación puede ser
modificada o revocada en cualquier momento por el interesado (Art. 3).
160
161
162
habilitado (30) y puede notificar dentro o litera do Costa Rica (An. 29), Es
requisito que el notario no terigir inlcrcs en el proceso (An. 31).
Quien pretenda que se notifique de esta forma de he comunicar al tribunal,
en forma verbal o escrita, el nombre del notario. El Juzgado acepta o recha
zo la designación. Si la rechaza debe fundamentar la resolución. Si la acepta
le entrega la documentación (ArL. 31). En el momento de la notificación el
notario delx; levantar un acta y de he devolver los documentos al juzgado
dentro de tercero día (Ari. 32). lil notario lo paga quien lo contrató y lo pa
gado no constituye costas (Art. 33).
163
164
Notificación en estrados
Notificación en el mostrador
1É5
Nulidad de notificaciones
PLAZOS
167
C l a s if ic a c ió n d e l o s p l a z o s
168
Son plazos legales lo que están establecidos por la ley y a los cuales de
ben ajustarse los jueces \ las partes. Por ejemplo, el plazo para establecer
recursos.
Los plazos judiciales son aquellos que concede el tribunal a falla de dis
posición expresa del legislador. También es judicial el plazo que concede
c! tribunal cuando el código establece un máximo y un mínimo. En ambos
casos, para establecer la duración, se deberá tomar en cuenta la naturaleza
del proceso, la importancia y las condiciones del acto. (30.4),169
169
Plazos convencionales son los que se clan las partes en casos muy excep
cionales- Por ejemplo, cuando piden al tribunal suspender el proceso por un
mes para llegar a un acuerdo extrajudicial.
170
Los plazos por días se entiende que han tic ser hábiles (30.5). Si el día final
del plazo o pane de el es inhábil, el plazo se entiende prorrogado hasta el
día hábil siguiente (30,5 pá. 3U),
Los plazos por años o meses, se cuentan según cf calendario, es decir, de
fecha a fecha {30.5 pá, 2"), Cuando el ordinal del día de partida no exista en
el mes de vencimiento, el plazo concluirá el último día del mes. Por ejem
plo: Se concede un plazo de un mes que comienza a correr el 30 du enero.
Como el mes de febrero no tiene 30 días, el plazo se vence d día final del
mes de febrero, dependiendo de los días que tenga ese año. La misma regla
se aplica si el plazo concedido es de años.
lin relación con este tema, hay que destacar, que durante la etapa de redac
ción se intentó eliminar los inconvenientes que existían en la normativa
anterior, en que no existia uniformidad en cuanto a los plazos. En el Código
Procesal Civil de 1990 se encontraban plazos de veinticuatro horas, tres
di as, cinco días, ocho días, quince días, treinta días, un mes y hasta cuatro
meses. Lsn idea no se mate nal izó pues el código establece plazos de dos,
ires, cinco, diez, quince, veinte y treinta días, dependiendo de !n que se esté
regulando. Hay cierta uniformidad, pues en la may orín de los casos los pla
zos son de tres, cinco y quince días.
Con precisión conceptual y técnica, en este código se utiliza eí concepto
"plazo" en su recto sentido, es decir para hacer referencia a un conjunto de
días o de meses, en cualquiera de cuyos momentos se puede realizar el acto
procesal.11,7Entre las clasificaciones de plazos que hace la doctrina procesal,
ki nueva normativa recoge la distinción entre plazos legales y judiciales,
perentorios y no perentorios y prorrogabas e improrrogables. Plazo legal
es el que expresamente señala la ley, como por ejemplo el que se dispone
para contestar la demanda. Plazo judicial es aquel que lija d tribunal por
falta de una norma que lo establezca, En la nueva normativa se aumenta la
incidencia de plazos judiciales, pues atendiendo al aumento de Eos poderes
deE tribunal que se propugna, en muchos casos se deja a la discreción del*1
3N7 Es Silbido C]UC Cornümnci He se USUn i ntlisl inLámenle 10S concepta >s‘ "plazu” y“tcnii i-
no" como si significaran lo mismo. Líi doctrina distingue ambos conceptea, enten
diendo l ] l l u catamos ante un termino cuando, para la realización de tai acto procesal
se señala luí Lita v hora determinados.
171
tribunal fijar el plazo en que se debe actuar. A los plazos judiciales se refiere
la nueva normativa al decir, que cuando este código fuere omiso cu cuanto
a la duración de un plazo, este será establecido por el tribunal, tomando
en cuenta la naturaleza del proceso, la importancia y condiciones dd acto
(30.4), Se entiende, además que estamos ante un plazo judicial, cuando se
confiere al tribunal la posibilidad de fijarlo, cuando d plazo deba establecer
se entre un máximo y un mínimo.1®*
Un plazo es perentorio cuando transcurrido, la actuación es ineficaz y es no
perentorio, también denominado ordenatorio, cuando aún transcurrido el
plazo la actuación que se realice es eficaz.Iífl La nueva normativa dispone
que el tribunal rechazará de plano toda gestión que se haga cuando hubiere
vencido un plazo perentorio y, además señala, que los plazos perentorios no
pueden ser reducidos ni prorrogados, ni aun por acuerdo de partes (30.2),
Un plazo es prorrogadle cuando, en circunstancias especiales puede am
pliarse y es improrrogable cuando en ninguna circunstancia se admite su
ampliación. En 3a nueva normativa, la regla de principio es que los pla
zos establecidos son improrrogables, salvo disposición legal en contrario
(30.1 lSe establece, que cuando se permita la prórroga, ésta deberá solici
tarse antes del vencimiento del plazo y lo que se resuelva sobre esa solicitud
carecerá de recurso (30.1).''HI
Todo lo anterior no contradice la disposición que señala que los plazos pue
den renunciarse, ampliarse o restringirse con el consentimiento de las par
tes, salvo disposición legal en contrario, Ls claro, que quien contesta una
demanda en los primeros días del emplazamiento renuncia al resto de ese
plazo, que tratándose de un plazo no perentorio éste puede ampliarse y que
m Se refiere a los supuestos en que el legislador dice que el tribunal fijará un plazo, por
ejemplo que no será mayor de tres días, ni mayor Je quince.
isy El plazo para contestar la demanda es mi plazo perentorio, además de ser legal, pues
una vez. transcurrido el plazo la contestación extemporánea l". ineficaz. I-.I plazo para
que el perito acepte el caigo es un plazo no perentorio, pues si se le previene que
acepte el careo en tres días y lo hace al cuarto, la aceptación es eficaz y debe admitirse
para no dejar sin efecto la prueba.
190 1.a re lerenda a la carencia de recurso es innecesaria, dada la forma en que se rejuda
d sistema do recursos en este código, en el que solo existo una norma en que so esta
blecen las resoluciones recurribles.
172
Iy 1 Este plazo de ve¡ nticuat ro lloras en l rí buna'les qne i ienen sus «lid ñas abiertas darante
ocho horas al día produjo muchos inconvenientes en otras tc^.¡skietoncs procesales,
pues ocho horas diarias, son en realidad tres días. Ese pla/n de veitil¡cuatro lloras
solo sería aplicable en relación con las parles, tratándose de oficinas que se man
tengan abiertas al público durante las veinticuatro horas. f>c indas formas, conviene
mantener la previsión, pues es de esperar que ese servicio continuo sea una realidad
generalizada airón día.
173
S uspensión de plazos
192 Hay que tomar en cuenta la |H>sib¡lidad que tiene la parte de presidiar la gestión en
oficinas comunes de recepción de documentos que tengan abierto al pública más
horas que la que permanecen abiertas las oficinas de tribunales.
193 Actualmente, al momento de recibir un escrito se le pone un sello con un marcador
electrónico en el que consta la hora y los minutos exactos en que so recibe, lo que
sirve para seguridad en el conleo d e los plazos.
194 Articulo JIM pá, 2” , cuya corrección se advirtió, pero inexplicablemente no se hizo.
174
175
176
17?
formación del jeto, que nace incluso válido pese al defecto. Dicha nulidad
relativa necesita ser declarada, pues el acto subsiste hasta que se declare, la
sentencia que la declara es constitutiva y no puede ser pedida más que por
la parte perjudicada.m En Derecho procesa! es posible negar la existencia
de la categoría nulidades absolutas, o por lo menos decir, que en el proceso
todas las nulidades son conval [dables y que hasta que no se declare la nuli
dad el acLo surte todos sus efectos,2*10
A diferencia de lo que establece la doctrina mayorílaria del Derecho Civil,
en Derecho Procesal todas las nulidades pueden ser convalidadas, de tal
forma que no es acertado decir que las nulidades procesales no pueden ser
convalidadas o que son insanables, para que dejen de surtir efectos y que en
todo caso los actos tienen que ser invalidados. Hay vicios de los actos que
deben ser declarados de oficio, pero np por su calificación, sino por el efecto
que producen si se mantienen: indefensión.
Tampoco sería totalmente cierto, que la nulidad en el proceso puede decla
rarse a petición de cualquier persona interesada, pues es sabido que en el
proceso intervienen y tienen derecho a impugnar solo aquellos a quienes
se les permite actuar por tener un interés legítimo. Bien lo dice la doctrina
que inspira estas líneas: en la rama procesal, más que los grados de nulidad,
interesa cual es el objeto (acto) viciado.-'"1Interesa la trascendencia del acto,
porque de su importancia surge la necesidad o no de invalidarlo.
Toda esa doctrina, es la que inspira a la nueva normativa. Como regla de prin
cipio y de primero, se establece la de la subsan ación. Se dice que los defectos
de los actos procesales deberán ser subsanados, siempre que sea posible (3I. I),
es decir, cuando no se cause indefensión. Se sienta como premisa básica, que
los actos procesales defectuosos se convalidarán y se tendrán por subsanados
cuando tío se hubiere redamado la reparación del vicio en hi primera oportu
nidad hábil (31,1). Se establece, entonces, la presunción de consentimiento
tácito cuando no se reclame la reparación del vicio en forma inmediata.*201
178
179
P r o c e d i m i e n t o p a r a r e c l a m a r la n u l i d a d
202 l-:l Código, j>or la Eucrzu tic la tradición eonserx ó la frase “vicios esenciales c insubsa
nables", In que constituye un error. Existen actos esenciales e insubsanables. Un vicio
es un defecto los defectos no pueden ser calificados de esenciales e insubsanables.
! 30
1B1
A l e g a c ió n d e n u l id a d c o n p o s t e r io r id a d a la se n t e n c ia
FIRME
203 l'l error en E;i denominación está en cnanto se k concebía como un recurso, condi
ción que no tiene, pues desde mi pumo de vista eiemilku procesal solo es rueurso
aquel medio de impugnación previsto para impugnar resolución que no han adquirido
firmeza.
182
204 l.a resolución quE aprueba el remate ve) mn h¡potcear¡o(í|Uie iisdi: ejecución), por ejem
plo, cumple las veces de la sentencia que ye tirela en los procesas de omine im lento.
183
205 Con L.'sa fórmula genérica se evita establecer un parámetro temporal concreto en el
cual se pueda .suspender d procedimiento. Con ello se amplían las posibilidades al
Juez, para suspender, cuando en et proceso no se practicó prueba en la que el princi
pio de inmediación sea trascendente.
2(Ki l-.l perjuicio a terceros se daria. por ejemplo, cuando las panes se ponen de acuerdo
para retrasar la solución del eonllielo para perjudicar a un tercero que adquiere un
interés en el resultado. Se afecta ai interés general cuando no se cumple d lili públieo
del proceso, que es la solución del conflicto.
184
P k e j u d i c i a l i d a d
207 1!;iy crisis procesales en el lema de las competencias, un la actividad procesal deí'uc-
ILiosa, etcétera, lo que se estudia al ver cada uno de esos lemas. Al respecto venimos
siguiendo a De la Oliva, Curso deDerechu Editorial Centro de Est
dios Ramón Arcees S.A., Madrid, 2004, pig. 542 a >61,
7OS De fa Oliva, Curso de DewhoPnnesid Oh. til... pág. $4.V
209 De la Oliva. Cursodvi >fi-ec/irt Pfoc'ü.'MfCivil, Oh. C’it., pág. $43.
IBS
210 Me refiero ¡t tos votos 300-2004,304-2004 y '12-2003 del Tribunal Civil de Hercdiu.
redactados por este servidor, integrando con los jueces Lie. Carmen blanco Mdén-
dc/. y Lie, llenry Madrigal Cordero.
211 Subjetivamente ligada, porque las ideas expuestas en esas resoluciones, fueron pos
teriormente publicadas cu mi escrito: Prcjmlic
interpretación que arm onice con el principio tie ju sticia premia cum plida, Revista
[v sí ilia, Afio Iy. No, 225-226, setiembre oetuhre 21105,
tae
212 Por ejemplo, si el tJetiio era de estafa, no era procedente la suspensión del proceso,
porque la decisión del proceso penal en ningún caso podía influir en el proceso civil.
213 Artículos 399 y 400 del Código Procesal Civil de 1991),
214 Articulo 202 del Código Procesal Civil de 1990.
215 De la Oliva Santos, Andrés y Diez-Picazo tiiméne/., Ignacio, Duret.ho
Pditonal Centro de Estudios Ramón Areccs S.A.. Madrid. 2000. pág 547.
137
188
21W Hay que reconocer que di cha interpretación se inspiró un doctrina extranjera que
referí unos, cilla que encentramos con sorpresa, una solución que nunca se nos había
ocurrido: López Blanco, Hernán Fahio, Instituciones tfe Derecho Civil Cu
lombiano. 5a etl. [editorial ABC, Bogotá, IWl, páy, 722}. En ese mismo sentido se
pronuncia la más nuluri/iula doctrina procesal español;: refiriéndose la derogada Ley
de Enjuiciamiento ( ' i v i ! u la Nueva l .eyde l ’nju ¡cimiento Civil 1/30(10, N'óus.c; He
la Oliva Santos, Andrés yDiez-Picazo Giménez, Ignacio, Derecho Procesal C
Ldilotial Centro Je Estudios Ramón Arcccs S.A., Madrid, 2000, pág. 5JO.
219 No tengo conocimiento de que alguna otra legislación contenga una disposición
igual. El Lúdiyo Procesal Civil Alemán en el articulo 149 permite la suspensión por
prejudicialidod. La Ley de Enjuiciamiento Civil espadóla 1/2000 establece la suspen
sión por prejudicial idad en los articules 40 y 5(59.
1139
190
ver sobre el objeto del litigio es necesario decidir acerca de alguna cuestión
que, asu vez, constituya el objeto principal tic otro proceso no penal pen
diente ame el misino o distinto tribunal, si no fuera posible la acumulación
de procesos,-2 el tribunal, de oficio o a solicitud de parle podrá decretar la
suspensión del curso de las actuaciones.223
A pesar de que el código, ajustándose a la doctrina procesal modemn, reco
noce la existencia de otros tipos de prejudicial idad. además de la penal, en
todo caso será necesario que ios tribunales hagan un riguroso examen sobre
la influencia que el otro proceso tenga en el civil, porque si esa influencia es
inexistente o escasa, no hay justificación para desplegar esos efectos nega
tivos para la justicia pronta.
■ JT J ] leíy que suponer que tampoco os pasible ti trotar Iilispcridenci a. porque, como sa
hornos, solo os procedente Iellitispendoncja cuando se imln do procesos idénticos, os
decir* can identidad di; piuría, objeto y causa. Fu esle caso, do prejudicial!dad, pnudo
tratarse de una sr>(a prelusión idéiiltea, culro varias.
223 En una de Jas versiones decía que ia suspensión do las aelunciones podía decretarse
"'en oí estado en que so hallen". Dichosamente, osa liase so eliminó porque daba lugar
a entender que el proceso se debía suspender inmediatamente dtripues de que so cons-
taiara la existencia de la cuestión prejudicial, loque implicaría volver a soluciones ya
superadas, según vimos oporuinamcnte.
T\1
k jj T Ln ocasiones la untura] cza de Ja gestión, icupido hacer proposiciones, Eor ejemplo,
cuando so aloga sobro aspectos que no requieren prueba, parque ésta ya consta en d
espediente.
191
La d em a n d a
192
Wí
LM Guasp, Derecho Procesal Civil, Tomo I, I99H, Ub. Cit. pág. 2K2. Lslc autor, admite
que la posición que ataca tiene razón en cuanto a que de hedió y ordinariamente,
demanda y pretensión se funden en un solo acto, pera que la simultaneidad temporal
de ambas actividades no equivale a Sil absoluta identidad.
Z-O Guasp, Derecho Procesal trivil, Tomo I. 1998, Oh, Cit, pág, 283. lisa concepción
de la demanda como acto de iniciación procesal, es lo que según el autor, diferencia
a la demanda del resto de peticiones instrumentales o decisorias, que en el proceso
pueden surgir.
:_t4 Chio venda, Giuseppe, tita inte tunes tic Derecha Procesal di
preces sítale civile). Volumen IH, (Traducción de la segunda edición italiana y notas
tle Derecho Español por ti. Gómez Grhanejti), Madrid, Edit. Revista de Derecho l'ri-
vado, 1940, p:ig.ó,
194
235 Couture, Eduardo, ! unik¡menio$ d e lÜLwr/rr* Procesal Q ' lmV, 4Al.¿., Editorial 15 de h
Hílenos Aires, 2002, pág. 58 y 72.
2 3 6 Lurca, Derecho Procesal Civil, Oh. Cit.. ptlg. 212.
237 Devis Echan día, Itemando» Compendio de derucho procesal ci\il¥Tomo I, 2¿ cd., lío-
gota, Edít, A E C , 1972, pág. 240, Un tse mismo sentido, Véscovi concibe a la deman
da como un ocio du mié iLición del proceso, un acto del procedimiento, que nonnal-
menie da comiendo al proceso y en el cual se ejerce el poder de acción y se deduce lo
pretensión , LtTeoría General t.."\ Ob. Cit. pág. 76*
:3S Así tos establecen: el Código C5cner.il de! Proceso de Uruguay, en su artículo 11 7.5, el
testo refundido de la I,ey de Procedimiento Laboral Española ( Real Decreto Legis
lativo 2/1995 de 7 de abril en su articulo SO.d ), la Ley Reguladora de la Jurisdicción
Contencioso Administrativa ( 29/ l99Hdc 13 de julio en su arlieulo 5ft.L), la Ley de
Enjuiciamiento Civil de 1881+ para el proceso verbal (Are. 72(1 i y el Real Decreto de
21 de noviembre de 1952 (An, 291, donde ^ regula el juicio de cognición.
195
estaremos ante una conducta sin finalidad, extraña a la esfera jurídica por
cuanto en ella, toda conducta -positiva u omisiva-, tiene que producir algún
electo, perseguir algún fin. Al órgano jurisdiccional solamente so recurre
cuando se pretende la declaración o tutela de un derecho; la causa eficiente
de esa comparecencia obliga a precisar la petición y esa concreción la cons
tituye precisamente la pretcnsión.239
Cuestión diferente, sería que el proceso iniciara con una solicitud en la que
aun indicando los hechos que motivan el conllieto, sólo se pretende el lla
mamiento del demandado, sin que se formule una pretensión, la cual se
realiza en un momento posterior. Esa gestión no es aún una demanda, sino
una solicitud para que se inicie un proceso, cuya demanda se completará
en el momento en que se formule la pretensión. Es decir, es un acto pre
paratorio pata, la formulación de la pretensión.240*24Ello nos permite afirmar,
que independientemente del momento en que se formule, lo que obedece
necesariamente al procedimiento establecido en la legislación procesal,24
la demanda tiene como requisito indispensable la pretensión. Sólo cuando
se haya formulado la pretensión existe una demanda, en virtud de la cual
el órgano jurisdiccional desarrolla su actividad. Antes de ello, aún cuando
se encuentre requerida la intervención de! tribunal, sólo puede hablarse de
actos preparatorios, para la formulación de la demanda,
Tanto la doctrina como la diversidad de legislaciones procesales, establecen
que la demanda debe contener aquellos elementos que permitan delimitar
subjetiva y objetivamente la materia sobre la que va a versar el proceso. J:
Para ello, se suele requerir la indicación del órgano jurisdiccional ante quien
se acude, la designación de las partes, una relación de los hechos que la
196
197
198
199
problemas que se debaten cu el juicio, sobre lodo en aquellos que son de una cuantía
importante. » Prieto-Castro, " Trabajos y orientaciones,..”, Ob. Cil., pág. 209.
251 Ejemplo de ello son los arts. 56 y 7S de la Ley 29-1998, de 13 de julio. Reguladora
de la Jurisdición Contencioso Administrativa.
252 Sostiene este autor, que los más coherentes códigos modernos, que han realizado el
principio de la oraiidad, no prohíben o bis partes presentar sus escritos de defensa, en
los cuales las argumentaciones jurídicas pueden ser expuestas. Cappcllctti, Mauro,
La ora!idad y ¡as pruebas en el proceso
do} , buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa-América, 3972, paos. 87 y SS.
20U
201
para la celeridad y eficacia del proceso. Por esa razón, se ocupa el legisla
dor de establecer su forma y sus contenidos (35.!). Se trata de uno de los
excepcionales actos ese ritos que se contemplan y el escrito debe contener
en jornia obligatoria la designación del órgano destinatario,25,1 el tipo y ma
teria jurídica del proceso planteado,-55 el nombre, las calidades, el número
de documento de identificación y el domicilio exacto de las partes. Cuando
la parle sea una persona física, se debe indicar el sitio exacto de residencia.
La demanda en el nuevo proceso civil costarricense es, entonces, una de
manda escrita, completa y formal. No existe la posibilidad de presentar de
mandas en forma oral: se debe bacer por escrito. La escritura le permite al
abogado exponer el easo con todo detalle láctico, legal y jurisprudencial.
Además, facilita concretar con mucho cuidado la pretensión.
La demanda es completa, porque a diferencia de otras legislaciones, no se
permite que se aleguen los hechos primero y que posteriormente se formule
la pretensión. Y es formal, porque se establecen una serie de requisitos que
se deben cumplir para que el tribunal la admita.
La exigencia tiene como finalidad que el proceso inicie en forma ordena
da, evitando discusiones posteriores en cuanto a defectos de la demanda,
que atonten contra Ea celeridad del procedimiento. Por esa razón, tanto los
abogados como el tribunal deben vigilar que se cumplan los requisitos, tal
como lo exige la ley.
El cumplimiento de los requisitos de la demanda es un contralor del resto
del procedimiento; no obstante, algunas de esas exigencias se deben ver con
cierta restricción, a fin no caer en excesivo formalismo y de garantizar a las
panes el acceso a la justicia.
A continuación analizaremos, en to trascendente cada uno de esos requisi
tos, que están contenidos en el articulo 35 del Código Procesal Civil.
La designación del órgano destinatario, el tipoy la materia jurídica del pro
ceso planteado (35.1.1}254
254 JV>r órgano destinaturio habría que entender ahora, Juzgado, Tribunal o Sala.
255 Aquí liabría que consignar ( ’ivil. salvo cuando usías disposiciones funcionen con
carácter genera! para otras materias.
202
203
256 Para Chiovcnda, en un jaan número de casos ambas teorías \ ienen a coincidir, puesto
que una imillilud de derechos no pueden ser individualizados sino medíanle indicacio
nes precisas dd hecho mismo de que han nacido. “ Instituciones...''. Oh. C¡t„ póg. 9,
20¿t
la pretensión que se eje re ite, para determinar los límites objetivos de ]a cosa
juzgada, el contenido necesario de la demanda y delimitar la prohibición
de modificar lo pedido,*25*57*Partidario de esta teoría es Wach, para quien, la
comunicación de la pretcnsión individualizada es obligatoria, pero no su
fundamento real, A pesar de seguir esta teoría, sostiene que, está en el pro
pio interés de la parte no omitir lina sustanciación de la demanda, porque
una demanda sin indicación suficiente de los hechos en que se funda, no da
la posibilidad de obtener la condena en rebeldía del demandado, circunstan
cia que basta para inducirá lodo abogado consciente, a que comunique los
hechos de la demanda y con esto prepare adecuadamente el debate oral,2íh
De acuerdo con la teoría de la sustanciación, es necesario indicar en la de
manda el fundamento de la acción, es decir, el hecho jurídico que ha dado
vida al derecho que se hace valer, lo que en un sentido más riguroso todavía,
esige que todas las circunstancias de hecho de que el actor vaya a servirse
en el proceso, se indiquen en la demanda, de tal manera que las deducciones
posteriores de un hecho no comprendido en ella significada modificación de
la demanda y por ello inadmisible.2-^
Por nuestra parte, entendemos que la demanda debe tener una relación de he
chos. en virtud de la cual, previa su comprobación, sea posible determinar la
procedencia o improcedencia de la pretensión. No podemos desconocer que
en ocasiones La pretensión deducida puede ser determinante. La relación de
hechos no puede ser igual, cuando lo que se pretende es el pago de una suma
de dinero proveniente de un titulo de crédito, que en aquellos casos en que
la redamación es por el pago de daños y perjuicios. Dependiendo del caso
concreto y de la naturaleza de la pretcnsión, la relación de hechos debe ser
suficiente, entendiendo por tal, que sea idónea para informar al tribunal y a
la parte contraria sobre la causa de b demanda. Así lo establece la doctrina
al decir que el contenido láctico determinante de la pretcnsión procesal no
necesita ser indefectiblemente completo, pero en todo caso ser mencionado
205
con suficiente alcance, para que el complejo de hechos pueda ser delimitado
de otros fundamentos de la demanda; ya que sólo así el tribunal y el deman
dado pueden saber, qué objeto litigioso debe ser sustanciado, es decir, qué
pretensión en el sentido del derecho procesal debe ser deducida.260261
Establecida la posición del legislador, respecto a la necesidad de una su
ficiente relación de hechos en cualquier tipo de demanda, se exige, ade
más, que esa exposición se realice obligatoriamente en una forma orde
nada, haciendo la debida separación y numeración de cada uno de los he
chos (35.1.3). Tal disposición es un acierto legislativo, pues esc detalle es
fundamenta i para la celeridad del procedimiento, porque facilita no sólo
la contestación de la demanda, sino también el estudio deí cortil icio y la
necesaria determinación de hechos negados o admitidos expresamente, lo
que es fundamental no sólo para la sentencia, sino también para la admisión
de prueba,201
La demanda es un relato. La parte aetora. que es la que ejerce el derecho de
acción con el fin de que el tribunal le conceda una pretensión, debe narrarle
al tribunal con mucho detalle todos y cada uno de los hechos relevantes.
!;l nuevo Código Procesal Civil exige que se haga una narración precisa,
que los hechos se expongan uno por uno, numerados y bien cspecilicados
(35.1.3). Ese requerimiento, no es un simple capricho del legislador, su in
cumplimiento tiene graves implicaciones. Es muy común que los litigantes
206
207
208
209
210
211
212
213
214
26£ lista di sposic iún es iráAccndtule en lod4 demanda en que se fcelam on i ntereses, pues,
solo podrán pedirse los t|ue presumí Neníenle se hayan producido leisia el día en 1)110
se presente la demanda.
21b
216
obedece a la realidad de que actualmente, casi rodos, por no decir todos, los
abogados trabajan en grupos.
Desde la perspectiva dei deber de colaboración con la administración de
justicia, es de esperar que todos los abogados nombren al menos un suplen
te, para que se logre el objetivo que pretende 3a nueva legislación.
A utenticación de abogado
217
2W Los artículos 270 y siguientes, especia luiente 272 y 273 establece la lomia de pago
■
lIc timbres, dependiendo del tipo de documento.
718
s>n pililo, incluida Ja imilla de ley. lis de suponer que si del pago corroclo de
los timbres depende Ja eficacia de la prueba documental, la prevención será
bajo apercibimiento de que si no se pagan, e] documento será ineficaz cuino
prueba de lo que pretende acreditar En todo caso, la prevención deberá
hacerse con una sanción establecida por la ley y no bajo apercibimiento de
inadmisibilidad, pues tal supuesto no se contempla.
D em anda d efec t u o sa
La demanda debe cumplir lodos y cada uno de los requisitos que establece
la ley y en dio se debe ser estricto, tanto por parte de los abogados como
por los tribunales. Cada uno de ellos tiene una finalidad y su jalla de cumpli
miento tiene como consecuencia el retraso de La solución. Por dio, si la de
manda no cumple los requisitos legales, el tribunal deberá puntualizar todos
efe una ve/ y ordenará su corrección en el plazo de cinco días (j5.4.pá. Io).
El código le exige al tribunal puntualizar todos los defectos en una misma
resolución, precisamente para garantizar que una vez subsanados, se ini
ciará el procedimiento. Con eso se evita, to que sucedía con la legislación
anterior, que los tribunales prevenían un requisito, y después otros, lo que
tenia como consecuencia ta dilación indebida del proceso.
Si la prevención no se cumple cu el plazo establecido, el tribunal deberá de
clarar la inadmisibilidad de la demanda y ordenar su archivo. Se introduce
Lina disposición que tiende a facilitar ei derecho de accionar, que no estaba
en la legislación anterior: en casos excepcionales, cuando sea evidente la
intención de la parte de subsanar los defectos, por única vez, se podrá hacer
una segunda pro vene ión (35.4.pá. 1J1). Se contempla aquí el caso de procesos
complejos, donde a pesar de la intención de En parte de cumplir lo preveni
do, se comete un error de escasa trascendencia o se deja de cumplir con algo
entre mucho rio lo prevenido. Fu tafos casos, en que el actor ha realizado
una gran labor para acumular gran cantidad de documentos, no se justifica
declarar inadmisible la demanda por falta de un requisito mínimo. En reali
dad, dicha norma es un ejemplo del aumento de los poderes del tribunal y de
la idea de facilitar el acceso a la justicia, que propugna Lu nueva normativa.
Si a pesar de que la demanda es defectuosa el tribunal le dio curso, el de
mandado. dentro del emplazamiento, puede pedir que se corrijan los defec-214
214
D eMANIJA fMPHOPQNIBLE
270 Coülurc, Eduardo, LundanurtiUvult: Derecho Procesal Civil, j Jcd. (postuma), Edicio
nes Depuhiiu [ilíones Aires, 1990, pág 105 y lOh.
220
27! En c I proyecto de] cod igo, versión sol iembre de 2006, articulo 37,2.6, se coni em pl aba
Jj posibilidad de que o! demandado alegara lo relativo a la demanda improponible
vía excepción procesal. t-,n la versión final se reestructuró el lime ionamiaiio procedí -
mental, estableciendo la posibilidad de que se alegue en cualquier estado de! proceso,
lo que le podría mayor electividad a dicho instituto.
221
222
223
224
225
M o d if ic a c ió n o a m p l ia c ió n d e la d e m a n d a
274 En realidad lo que se hoce es incorporar en la normativa una interpretación que desde
vieja lecha hacían los tribunales, pero que no estaba tan el aro en las legislaciones
procesales anteriores. Véase al respecto resoluciones £02 de 1984 del Tribunal Se
gundo Civil, Sección Primera y 220-1086 del Tribunal Primero Civil, que inspiraron
la normativa de iW ll.
220
EMPLAZAMIENTO
227
que hay emplaza miento cuando el tribunal concede plazo para contestar la
demanda, para presentar algún documento o cumplir algún requisito. Como
es de suponer, durante el curso del procedimiento se conceden muchos em
plazamientos y la actividad de los sujetos procesales, generalmente está
sujeta a plazos. En esta parte nos interesa funda mental mente c! emplaza
miento que se da con la notificación de la demanda, es decir, el efecto que
se produce con la notificación de la demanda al accionado,
l;l emplazamiento se da, por el tribunal, si la demanda es admisible; es de
cir, si no se está en alguno de los supuestos en que ésta puede ser rechazada
de plano. Si la demanda es admisible, se le confiere al demandado el plazo
que se dispone para cada tipo de proceso para que conteste la demanda,
indicándole la forma en que debe hacerlo y las consecuencias en caso de
omisión (36,1).
Ei e c t o s d e l e m p l a z a m ie n t o
226
229
CONTESTACION DE LA DEMANDA
730
277 Hay que recordar que cu un estado de rebeldía, solo es posible lencr por ciertos los
hechos, si no existe en el expediente prueba cti contrario que desvirtúe En historia del
demándame.
j 7 n Con (¡Liasp. consideramos conn1opos ¡ción, t uaJqui e r en frentam ietilo a la pretcnsión
del actor, en ti tras palabras, es el aeto, lu declaración de i ultimad por la que el sajelo
pasivo de la pretcnsión solicita del jllcz, trente al actor, lu desestimación de la actua-
Ciún pedida por «¿Le. Derecho Procesa! t i vil. Tomo JT I99H, Ob. t'il. p:íg. 1 19 221.
27 V «La demanda es, pites, el vehículo Jornia! a través del cual ejercí laníos la acción ton
ca el demandado». Cortés Dumíngucv, et,a(„ DctccIio Procesal Civil, 1997, Ob. Cit.,
pág. Hit).
231
212
211
23-1
íí F.l demandado puede ¡illannrsches decir, aquietarse de forma cola! con Ju.s términos
un que urscá concebida la demanda y. pot consiguiente, aceptar como existente la pre
tcnsión del ador Conús Uommfiue?., et.nl.pDerecho l 3n*ccwl Civil, I397hí ib. Cu.,
pág. IÍÍ9.
290 Insi.sóinus en que, cxisEcn mayores posibilidades de demanda y procesos bien es
tructurados* en iiqneilos sistemas un que Lr\isit; la obligación-deber del tribunal* du
revisar la demanda anlc>; de díirk el tramite qu<1 le corresponda.
2‘)| Navarro Gal le I, i.a optysiL'ión mí suplico. Ob. Cíl, pág. 143.
2i)2 IIn ki Ley di1 Knjuiciamicnio Civil Españolase reunía el alljiiaink-mo en el articulo
154! f ter cernís) y en el artículo 41 del Decreto de 21 de noviembre du 1952 (proceso
de cognición). Para la doeirina+ d régimen del allanamicnTO regulado en diuha Ley.
es siempre un meconismo indirecto de terminación del proceso* cu cuanto impone
al juez la necesidad de Liictar una sentencia* bien sea condenatoria, bren del signo
235
que sea. cuando se tratan Je violare defraudar preccpios de carácter público. Cortés
Domínguez, et.al., D& vdtv Prua*t í l Ci vi l , l l>97, Ob. CU., págs. 324 y 325.
Asi lo estabUsan el artículo 41 dol Decreto de 2 1 de noviembre de t D52. que regu
laba el juicio de cognición, líl articulo 304 del Código Procesa! Civil de Costa kica,
establece que si el demandado se allanare el juez dictará semencia sin más trámite,
salvo que sospeche que hay un fraude procesal, en cuyo caso ordenará la práctica de
las pruebas.
235
237
228
298 Alvaro/ Sacrisláll, Ei juicin ara! en ef frmee¡abara!. Oh, ( ’it,, pac, 117,
299 .Sánchez Pego, ('oitw
n
tu
riM
'a lasatieras hshnndrs, la nueva
miento Laboral. Rdersa, Madrid, l c>90, lomo XI ti. vol. I, |iág. 7| >,
300 Mulero Mamila no, La oposición a ¡a ,tíenOh. Cil.. pág. 16.
301 Además de señalarlos inconvenientes de lacontesteción dral, se proponen solucione!»
como: □} fijar un breve plazo para La contestación; b) que el plazo para contestar la
demanda corra una vez realizado el señalamiento para el juicio, con la única exigen
cia que se presente con una antelación de 3 a 5 dias respecte de la fecha señalada para
239
Desde mi punto de vista, no soto por tos ineón venientes que se señalan por
la doctrina supracilada, muchos de los cuales pueden obedecer a defectos de
configuración del sistema o a la actitud de3 órgano jurisdiccional, considero
que el procedimiento debe tener un orden estricto, sin que propugnemos el
mero proced imenta Iís mo. La oral idad tiene como principios informadores,
la inmediación, la concentración y la publicidad, que no sufren menoscabo
cuando la contestación es escrita, La existencia de una demanda escrita y
una contestación oral, no constituye desigualdad entre las partes, siempre
que, en ambos casos, no se limiten las posibilidades de alegación y existan
los medios materiales para una adecuada documentación de las actuaciones.
La oralidad, como se vio oportunamente y como lo acepta la doctrina, debe
combinarse con la escritura en algunos casos y la contestación es uno de
ellos. La contestación, al igual que la,demanda, constituyen aetos proce
sales básicos para el resto del procedimiento, de tal manera que en ambos
casos nos inclinamos por la escritura, mediante la cual se logra la precisión
necesaria para que desde el inicio queden fijadas las bases de la discusión.1"'
La minuciosidad, el detalle y la presentación de los documentos, facilitan
la comprensión del caso y permiten la concentración del procedimiento.
El peligro de que la contestación sea más rica en oposición y en excep
ciones, no existe sólo en una contestación escrita, existe también en una
contestación oral, dependiendo de la forma en que se configure lega Intente
el procedimiento y de la actitud que asuma el tribunal en la dirección de la
audiencia. La contestación, al igual que la demanda, salvo en procesos de
escasa entidad, requiere precisión, estudio del caso y asesoría profesional,
para brindar al tribunal y a la pane contraria una explicación razonable de
la posición que adopta el demandado y de las razones que la fundamentan.
Se trata de un acto en el cual, se encuentra inmerso como en ningún otro el
principio de defensa, por lo cual, es necesario que sea debidamente docu
mentado, Si no existen suficientes e idóneos médicos técnicos de grabación
de las palabras, del sonido y de la imagen, el acto judicial en el cual se for
mule la contestación podría convertirse en una larga audiencia, en la cual,*502
240
Til? Sobre la existencia de lal sistemo nos dice la doctrina;« La contestación de la doman
da debe Henar los mismos requisitos establecidos para la demanda y puede hacerse
(intímenle en la primera audiencia. Sui embargo, puede también presentarse por es
crito «hasta en el momento de la primera audiencia » (Art. 204, párrafos | “ y ).
Acnirre (iodoy, Ou
ntt'ho Prettc.\a lCivil e O b Cit.. pág. 20.
241
Las excepciones
242
?f)N Hay que recordar que durante la vigencia del Código de Procedimientos Civiles (an
terior a 19LJ(>J, las excepciones se clasificaban en perentorias, que e¡au en realidad ex
cepción es malcría les o de lóndo y dilatorias, que eran excepciones procesales tam
bién existían Las denominadas mixtas, que eran algunas materia Les y oirás procesales
y que pm lian oponerse en cualquier Oteme lito lia si a antes de que estuvieran citadas
Las parles pañi dictar sentencia de se anuda instancia que correspondía en ese tiempo
a la Sala Civil, porque no existían los tribunales chiles,
300 Algunos Códigos recogen como excepciones malcríales ta de prescripción, pago y
otras. Sin embargo esas lillas siempre sdn incumple tas, pues hay tantas excepciones
como derechos existen. Asi, excepción de contrato no cumplido, exccpiio doli, ex-
ceptio mala ñdei, para citar solo algunas.
?43
244
Momento y forma
L L I I L J para
245
246
RECONVENCIÓN
247
24B
322 No siempre SC ha penilitido que se irstigíl ni proceso, por vjj de reconvención ¡i quien
no sea actor. Algunas legislaciones como la Ley de Enjuiciamiento Civil española de
ISKI no lo permitían. Asi lo señalaba Cortés Domínguez, cuando «I relercrirse a la lo
gisIavión española decía: « ¡ .a r e c o n e c ta ió » e s
alguien ítislinlo a las persa mis(¡iteforman p a rtea pues
neí-onvetti'ivn es siempre demandacon tm i SSl'S de i 99 i, 2
febrer a de i 992 y ÍJ Je ttuteo de i 992)#. Cortés Domínguez, el.al., Derecho Procesal
Civil. 1997, Ob. C il.. p á e 193,
32? El articulo 30S del Código Procesal Civil de 1990, establéela: <«□ demandado podrá
reconvenir al actor, pero únicamente en d eserito en el que conteste la demanda, y
podrá i raer ¡si proceso como reconvenido a quien no sea actor...».-
324 Aguine (¡odny, Derecha Procesal Civil tle, O b. C il., pág. 21.
325 Señala tiuasp. que ese t;s el sistema que He sigue ers el derecho español, aunque reco
noce que a pesar del silencio de la ley « es evidente que la pretensión del demandado,
por lo mismo que constituye un caso de acumulación, tendrá que ser compatible cotí
el objdn inicial deI proceso; compatible no sólo materialmente, .sino también proce
so! mente CU cuanto a la competencia ilél juez y a la naturaleza del procedimiento,.,».
DerechaProcesa! Ctrif, Jomo I, | L J9N.OI>. t.’it., pág, 2"^.
249
250
251
RÉPLICA
FALTA DE CONTESTACIÓN
Si el demandado no contesta la demanda se pone cu [a condición que la
doctrina procesal denomina rebeldía. Con el nuevo código procesal civil no
es necesario dictar una resolución que declare la rebeldía, cotilo se exigía
durante la vigencia del Código Procesal Civil de 1990.113 El estado de rebel-30*
252
333 Por ejemplo, en el proceso civil norleamcneano, salvo contadas excepciones, el de
mandado declarado en rebeldía o tíc/n iiIr,mi puede incorporarse al proce
no alegue una excusa válida para rehuir d La falla de coiilesiación precluye
el derecho de defensa y desde ese momento se úeilcrt por admitidos los heetios alega
dos por el ador c u su demanda. Hachmaier Winier, Lorena, La rebeldía e!proceso
civil norteamericano y S
l. erv icio de Publicaciones-facultad de Derecho, Ma
espafm
drid, pág. S>.
253
CONTESTACIÓN EXTEMPORÁNEA
ALLANAMIENTO
254
'Ift Hs importante destacar que estas referencias ¡ti orden público y a derechos indispo
nibles, aparecen en este código, como consecuencia de que esta normativa pretendía
ser general, es decir, api ic ah le a carias materias no penales 11ami lia, laboral, agrario,
etcétera). Aunque termino siendo un código procesal para la materia civil, se conser
varon esas disposiciones porque loque abunda no daña y hasta podrían ser útiles en
alíiún caso concreto.
2SS
LA PRUEBA
La c a r c a d e la p r u e b a
tt
j
n Una sanción de esta naturaleza se encuentra contenida en el articulo 83.2 de la Ley
j 7
de Procedimientos Laborales de I.spaiiu. misma i|ue sanciona con tener por desistida
la demanda, si el actor no comparece al juicio oral.
33R Calamandrei, Instituciones de derecho procesal civil.... Vol. I, Oh. Lit„ pág, 9 1Ji
339 par ejemplo, la obligación alimentaria, cuyo principal afretado generalmente es ana
persona menor de edad.
256
E l o f r e c im ie n t o d f la p r u e b a
Al tema del ofrecimiento de la prueba nos referimos cuando anal i/amos los
escritos de alegaciones, demanda, contestación, reconvención, réplica, et
cétera. La regla general, entonces* es que siempre que se nos permita hacer
una alegación, será posible ofrecer y entregar prueba, salvo que expresa
mente se deniegue esa posibilidad.
34(1 Solí» to n o oii lycmplo, recordcnuis que tu u3 CYxjigotlc Comercio existe reguIlición
de la prueba de las f]j>tracima mercaruijes y se establecen presunciones legales que
podrían modificar (la aljama manara llI rí sitan a general (le carga probatoria t|Ue lujuí
<[i establece. De toda.1; lom as la prc\ isián es sana. Se justifica, aún mas, 4i se toma en
considerarían que esta normativa, es de aplitadóri supletoria a otras materias.
257
lili relación con este lerna existe mucha confusión conceptual, misma que
se ha extendido a nuestro medio y que se observa en no pocos escritos. So
lemos decii', siguiendo doctrina que estudiamos hace muchos años, que por
el hecho de que en la ley se haga una lista de medios probatorios, estamos
ante un sistema de pruebalega/. Con una visión crítica y replanteándon
los conceptos, hay que concluir que lodo sistema probatorio jurisdiccional
es legal desde que iodos los aspectos que comprende el tema de la prueba
están amparados en la ley. Si no se entendiera que la prueba es legal, habría
que concluir que es ilegal y lo que es ilegal no encaja en el tema (le la prueba
judicial. En definitiva, el concepto de legal es cuestionable desde
todo punto de vista. Lo que sí debe admitirse es que hay sistemas procesales
en que se hace una lista taxativa de medios de prueba admisibles y en otros
el tema de los medios de prueba se regula en forma amplia.
El concepto pruebalegal es impreciso y además, se presta a confusión con
el que sí es un sistema: el de pruebatasada, que veremos cuando
mos de la apreciación de la prueba,” 1En las legislaciones en que se establece
una lista de medios de prueba, es normal que la doctrina y la jurisprudencia
se cuestionen''1-' si la lista de medios de prueba señaladas en la ley, es luxa-
341 Debemos cuidamos aquí, de caer en d error, señalado por la doctrina, de contundir lo
que se conoce como sisteme d>- prueba legal, en el cual la ley fija los medios proba
torios admisibles en eJ juicio, con el de tanja legal, que es aquel en que se regula el
valor de convicción de cada medio probatorio. Devis l-.diandia, 1temándo, Estudios
¿te DerechoPiacesaLTomo II, Bogotá, 19X0, pág. 459.
342 Según alguna d o e tn n a española, en este país los a rtíc u lo s 1215 del Código Civil y
57S de la Ley de I.-njii id amiento Civil, establecen taxativamente los medios probato
rios admisibles. Hilo ha suscitado problemas para introducir otros medios probatorios
modernos y obligó al T rib u n a l Constitucional y al Tribunal Supremo a disciplinar
la entrada de los mismos. Vicente Díaz, Matilde. Denxhu Tomo I. 2J ed.
actualizada, Barcelona, Ld. Coyve S.A., 1993, pág. 9-X.
25fl
"'4.1 J r] relación con esa discusión, Morón Palomino opbia que debe favorecerse |;.i admi
sión de pupila con la ayuda del melado analógico snhre indo bajo la inspiración
del artículo 24,2 di? la Constitución Española, que reconoce el derecho n útil Car los
medios de prueba pertinentes partí la defensa, entre los cuales, no deben ser excluidos
los rtlútlenlú5 medios probatorios. ^Derecho PrMe.tút Civil. Oh. f u pá¡¡, 2S5.
344 I,oíble, t ’rvceso Civil/Hernán, Ob, Cil. pág. -48, Véase eoinn se introduce otro con-
cepio aún más impreciso, el do “prueba eslriela”.
145 Montero A roca, Juan, ¿o prueba e n e l procescivil, 2* ed., Madrid, Edi
S.A., 1WB, pág.73.
34(í Montero A mea, Lap in ch a en e l procesa civil. Oh. Ck., p;tg. 74.
2S9
Esa distinción cutre medios y fuentes*17de prueba, sirve al autor, para sos
tener que el problema no está en determinar si los medios o las fuentes
son numeras clausus o apenas,sino en cómo introducir una nueva
en el proceso por alguno de los medios regulados en la ley/'"1Tal como se
desprende de la doctrina analizada anteriormente, el problema está en la
normas que rigen Jos medios de prueba, es decir, en si la regulación de un
medio se hace pensando en una única fuente de prueba o si esta se realiza
pensando en la inclusión de nuevas fuentes. Ello nos lleva a la conclusión
a que llega este autor y que compartimos, de que lo conveniente es regular
algunos medios de prueba en forma amplia, para que la introducción de
nuevas fuentes no presente los inconvenientes que se batí suscitado y que
denuncia la doctrina.
El nuevo Código Procesal Civil toma en consideración esa perspectiva doc
trinaria. No se abandona la idea de establecer una lista de medios de prue
ba admisible: no obstante, se regulan en términos amplios para que exista
concordancia con un sistema procesal informal, práctico y útil. Se enlistan
como medios de prueba admisibles: declaración de parle, declaración de
testigos, dictamen de peritos, documentos e informes,*”1reconocimiento ju
dicial, medios científicos y tecnológicos (41.2). Como norma de cierre, y
aquí se expresa la amplitud y flexibilidad de la normativa, se establece que
es admisible cualquier medio probatorio no prohibido (41.2), Con ello, se
deja abierto el sistema procesal a cualquier otro medio probatorio que surja
como consecuencia de la evolución de la humanidad.
Siguiendo a la doctrina expuesta, se parte de la idea de que en esos medios
probatorios que se enlistan pueden incluirse fuentes de prueba no previstas
expresamente. Se ajusta el sistema procesal costarricense, a las enseñanzas
547 i:l amor pone de manifiesto que la distinción enirc fuentes y medios de prueba se
debe a Camclutli y su desarrollo a Sentís Melcndo. Montero Artica. en el
proceso civil, Ob. Cíl., pág, 70,
348 Montero Artica, La prueba en el procesa civil. Oh. Cu,, pitu. 74.
349 J.a doctrina judicial española lia venido entendiendo que a los informes no se les
puedo dar valor de prueba confesional eonn> algunos lian pensado, sitio u to más de
prueba documental. Motero Manglano, Carlos (Director) y otros. La prueba de con
fesión judicial, «Cuadernos de Derecho Procesal Laboral», Madrid, Mcgniw-f lili/
inieramericana de España, S.A.U., 1999, pac. 40,
260
La admisión de la prueba
261
353 Ll interrogatorio escrito para tos testigos ñie eliminado en Costa Rica por el Código
Procesal Civil de 19S*>. Siendo obligación de las partes Inmudar la demanda y ia con
testación en párrafos separados y debidamente numerados, las partes están obligadas
a indicar sobre que hechos declararán ios tcsligos, lo cual sirve de base al juez para
formular su interrogatorio.
354 La necesidad <lc que el juez lame los mcdnkis que hagan posible el completo esckire-
cimknEo del litigio, ordenando pruebas de oficio, viene poniéndose de manifiesto por
la doctrina, desde hace varias décadas. Baur, lTriE/, Liheruiizución y socialización del
proceso civil. « Revista de Derecho Procesal Iberoamericana^, Nü2-3, 1U72H325 v 32fi.
262
355 fisie criterio lúe adtipiado per la Ley de Enjuiciamiento Civil Española 1/2001) en el
articulo 282.
356 Manifestación de que d juez no dehe quedar alado a la prueba ofrecida por las par
les. cuando esiá seguro de necesitar algún tipo de prueba para resolver el [¡ligio, es
i]ue, una parle de los ¡ucees españoles admite la necesidad de tencT Capacidad para
acordar, desde ia admisión, alguna prueba que las parles ru> han propuesto. Consejo
General del Poder Judicial, LifiwBlimt-a tie iu Justicia. Oh. Cit.. pag. 44.
357 IEay que tener presente que esa lite la opción admitida por el legislador costarricense,
pues cuando se redactó el Código estaba en SU apogeo la discusión doctrinaria entre
ia leona del "gEiríui ti sino procesa!" uue propugna ha por negar la posibilidad de que
el tribunal ordenara pruebas de oficio y la teoría de la “socialización n puhlici/aeión”
que decía todo lo contrario.
263
2&4
L a p r á c t ic a de la p r u e h a : G e n e r a l id a d e s
26 5
266
el cual, los intervi nienics deben omitir acciones que aten ten contra la bús
queda de la verdad.
Tal como lo señala la doctrina, si no partimos de la base de concebir e!
proceso judicial como una contienda ordenada por las reatas de la buena fe,
difícilmente podremos conseguir los efectos pretendidos, porque el interés
general al cual éste sirve, se ve burlado cuando las partes lo utilizan con
propósitos fraudulentos, o se persiguen resultados ilegales.ÍM
Tratándose de un nuevo orden procesal, es razonable que en el código se
diga claramente que es responsabilidad exclusiva de la parte proponente
ofrecef y presentar sus fuentes probatorias (41.4.1). Lógicamente, para la
presentación se establece la posibilidad de pedir la colaboración del tribu
nal. por ejemplo, para obtener órdenes, citar testigos y peritos u ordenar
■
sM Reacciona usté autor contra la doctrina t|uü chillando los derechos individuales, ha
bí;! de] derecho a la mentira en d proceso* como su p re m o homtrnajc a la litu-nad rmn
a costa de U\ moralidad del proceso. Gome?, de Liarlo González. rcrnnndu, ftstnnAic-
civti al ditrcchx) pt-octrwí fAbtjgaciü y Proceso}, F.d., Oviedo, l-.dit, F'nruni S.A.,
1995+págs, 2J33 y 224.
D eb er d e v e r a c i d a d y j u r a m e n t o
Durante el siglo XVIII y a inicios del XIX la doctrina procesal isla discutió
ampliamente, el problema de introducir en las leyes procesales civiles un
deber de buena fe, especialmente el deber de las partes de decir verdad.34-
Proccsalistas comoAdolfWach, Richard SchmidL, Pitra Calamundrei yKn-
rico Rcdcnti, se opusieron a la introducción de un deber de tal naturaleza,
considerándolo como un instituto inquisitorio y contrario a la libre dispo
sición de las parles, un instrumento de contra la parte en el
proceso civil.
Manifestación de esa corriente de pensamiento en España es la posición
de Sorra, quien sostiene que ni jurídica ni moralmente puede existir en el
proceso dicho supuesto deber de veracidad, que de ser recogido y aplicado
podría suponer un serio obstáculo para el principio de igualdad de las partes
que debe presidir Lodo proceso. Sostiene, que de acogerse ese principio,
sería de peor condición la parte que lo cumpliera que la que lo infringiera,
considerando que sólo en un mundo ideal, en que todos los ciudadanos de
clararan la verdad, aun cuando esta pudiera suponerles un grave perjuicio,
podría admitirse un deber de veracidad. Por último entiende, que si se admi
tiera ese deber entonces sobraría incluso el proceso, que podría quedar re
ducido a alegaciones y sentencia, ante la ¡nneeesariedad de proponer prueba
de unas afirmaciones que, por definición, no podrían ser inexactas.1'*1'
A pesar de la discusión existente, la doctrina y las legislaciones mostraron
abiertamente la tendencia a afirmar la oportunidad y la conveniencia de
que exista un deber de verdad de las panes en el proceso civil,*1’ señalando
que esta obligación de común rectitud puede ser impuesta como regla de3657
365 Un deber de este genero era conocido cu el proceso clásico romano, y en ei medioevo
sobrevivían cierto* institutos corito el jusfurantinm mVic, que estaban dirigidos
a impedir a la parte comportarse de mala fe respecto del adversario. Cappellctli, £7
ptxvesn ct vil en elderecho comparado(Tradu
Buenos Aires, Ediciones Jurídicas Europa-América, 1972. pág, 80.
366 Serra Domínguez, Manuel, L ilteralizudón y socializ proceso « Re
de Derecho Procesal », Nü. 2-3 de 1972. pág. 543,
367 Cappelteíti, El proceso civil en el derecho comparado, <>b. Clt., pág. 81.
268
cuntí neta procesa!, sin temor Je eoluear en situación embarazosa a las con
ciencias honestas,345*
Esa tendencia se observa en el Código Austríaco de 1895, en la ZPO ale
mana a partir de una modificación ocurrida en 1935 y en el Código Federal
Sui/.o,i6,f El mismo Código Procesal Civil costarricense de 1989, estable
cía (Arí, 98,3) como uno de los deberes del juez, sancionar cualquier acto
contrario a la dignidad de iu justicia, la lealtad, la probidad y la buena Je,
lo mismo que sancionar el fraude procesal.368*370 Desde un punto de vista pu
ramente ético, no se puede negar que aquellos que participan en un proceso
están obligados a actuar con veracidad, como consecuencia de un deber que
podríamos llamar natural de actuar de buena fe; sin embargo, desde el pun
to de vista jurídico, ello tiene algunas connotaciones teóricas, que algunas
legislaciones regulan con bastante amplitud.371
El legislador costarricense optó por establecer el deber de veracidad (4 1.4,2),
lo que es plausible, pues parece indiscutible, que siendo la justicia un bien
de interés público, las partes tienen en el proceso un deber de colaboración.
269
Inmediación
372 MI "deber de lealtad y probidad1al que la doctrina lia coueehido como aspecto de
la "publiciwciótr o “ murali/iiciOn “ del proceso , es aquel que obliga a las partes
a no alegar hechos que sepa que SOH falsos ;s rio negar hechos que sepa que son
verdaderos.
270
575 Monlcru Artica, L¿\ prut’hti cu c!proceso civil Oh Cil., p;ig. JÓ2.
271
ti nuevo código procesal civil se preocupó por resolver estos tres aspectos.
Descarta que la prueba sea practicada por otras personas que no sean aque
llas que van a dictar sentencia. El artículo 2,7 ordena que las pruebas deben
ser practicadas por el tribunal que dicta la sentencia. Se entiende que la vul
neración al principio de inmediación, constituye una grave y trascendente
violación al debido proceso (72.1.11),
Y en cuanto al auxilio judicial (comisionar para practicar prueba) lo prohíbe
expresamente, al disponer que los tribunales podrán requerir el auxilio de otros
órganos jurisdiccionales y autoridades en los casos expresamente establecidos
(9.2), He acuerdo con todas las disposiciones legales del código, pedir auxilio
judicial para practicar pruebas, contraviene el principio de inmediación.
C oncentración
272
Aprovechando toda usa experiencia que nos trac la doctrina, el nuevo código
ordena que la prueba .se practique en una sola audiencia. No obstante, para ajLis
tar la non na i3e principio a la realidad, se dispone que si no es posible en un solo
día, se prorrogará la audiencia en días inmediatos y consecutivos, En todo caso,
hay que procurar recibir la mayor cantidad de prueba por dia, estableciendo
cual habrá de practicarse en cada señalamiento (41.4.3). Como una concesión
a la estrategia probatoria de las partes, se establece que estas podrán disponer
d orden de la declaración de sus testigos, regla que pudría facilitar esa labor.
O rden en la p r á c t ic a d e la s p r u e r a s
273
G E N E R A L I D A D E S S O U K E LA H O R M A D E L I N T E R R O G A T O R I O
.176 F,n ta pciiúllimu versión de! codieo, se estableció la posibilidad de rechazar premun
ías que tuvieran fines meramente dilatorios c inconducentes. Eso m> apareció en la
versión final, aunque por un error de imprenta quedó la palabra dilatoria a la par de
pretensión, lo que es solo eso, un error de imprenta.
27 A
27S
doctrina, poro dicha propuesta no fue admitida por Iris restantes miembros de última
comisión revisora. .Asi las cosas, quedó totalmente prohibida la pregunta sugestiva,
aun en el rantrainicmopturío.
4X1 lisa es La doctrina que se desprende del numeral 42.2 del nuevo Código.
}x: Cuando se discutía la reforma, se propuso establecer que el retiro del declarante se
hiciera s¡ el juzgador lu consideraba conveniente. La comisión redaetora estimó que
era mejor mantener la fórmula propuesta, para no dejar la decisión únicamente a cri
terio del tribunal, dándole a las partes la posibilidad de invocar la calificación de la
situación y pedirle al tribunal el retiro, quien será, cotilo debe ser. el que decidirá.
276
277
P r á c t ic a d e p r u e b a en el l u g a r d e l o s h e c h o s
278
D e c l a r a c ió n d o m i c i l i a r i a
279
N o m b r a m ie n t o de in t é r pr e t e s
T r aslado e i n c o r p o r a c i ó n de p r u e b a s
280
fWí Recordemos que si queremos reí elimos .|3 eshidiu <lc I,lpruclxi e:i Leíminos gcuério is
luy que hablar de apreciación, operación mental que incluya otras dos; Ul3ii[c.rprL,L:i-
eióu y la valoración. Sobre diciiü disiinción siguiendo a Sentís Mdundo y a Monkro
Aroca, véase nuestro [rebajo: 'fioríu OVwra/.Wwv ci rríncipiv skr Oratuíüd, Ldito
nal Juri centro. San Jóse, 2007, pág, 249 y ss.
3B7 Delgado PeflaTNelson, AnáiiHv juridio* y jurisprudencial ¿fc Ivprueba iraxfotfodv,
Rotatorio do] Congreso Panameño de Dofecho Procesal, Instituto Colqnibo-Pauiame
fio de Derecho Procesal, 2006, pá^;. 150.
Refiriéndose al proceso nos dice Montero Aroca: ILEs el único inslrumcnlci para el
ejercicio de U poleslad jurisdiccional, la cual no se real i/a fiiera del proceso i\ tjiclin
de nlra tbmia, la jurisdicción sólo actúa por medio de] proceso o bien j'uej ii del pro
ceso no se ejerce jurisdicción.11 Montero A ruca, Jniin, El proceso no lienc natural e/a
jurídica «Ensayos de Derecho FVocesa! í_,'iv,i]>h. J.M. Bocsch EdilorS.A., Barcelona,
] 99ónpág. E64.
3 SÓ Deei mos uci Ii na c Ión o reLatí ti zac ion, po rque, com o v urem os, e s pos ible trnsladai pme
bu ya utilizada o prueba que nunca io LUe.
281
390 I menderuos que ni Ja celeridad ni el menor costo económico son ¡i mili dad es en sí
mismas. Ambas son en realidad, eventuales consecuencias de la economía procesal.
Delgado Peña, Olí. Cit„ pág, 149,
391 Alguna doctrina se limita a señalar la unidad como una de las razones que respalda el
traslado de prueba, sin embargo, no se explica en que sentido se entiende el concepto
unidad. Delgado Pena, Oh. Cit., pág. 149.
392 Sobre el objeto de Ja prueba véase: Montero Aroea, Juan. Ím Prucha
civil, 2a ed., Madrid, l-'dil. C.'ivitas S.A., ! 998, pág.34 a 5 I.
393 Por ejemplo que el testigo haga una relación de hechos diferente.
394 Porque el testigo falleció, por ejemplo.
395 Mensaje propiciado por la normativa procesal, que integra, en definitiva, todo d con
cepto de justicia.
282
3% Artículo 14? del Código General deL E’rneeso de Uruguay, Ley 15982 de 18 de octu
bre de 1988.
397 Artículo 185 itel Código Procesal Civil de Colombia,
398 Recordemos que un os lo mismo proceso y procedimiento. También tengamos pré
senle que desde una perspectiva científica solo es proceso el que se realiza por una
a litoridad jllri sd icd o nal para impartir justicia. Lo que se realiza en otras sedes, disci
plinaria o administrativa n<> puede recibir la denominación de proceso, sitio de proce
dimiento pitra y simplemente.
399 Sentencias de Casación de las 16:15 horas del 25 de agosto de 1959; de 14:45 horas
del 19 de octubre de 1962; y, 14:5(1 horas del S de marzo de 1974.
203
284
285
I n e v a c u a g il id a d
A preciación de la pruiiha
286
400 Se utiliza el término apreciación porque es más general. lie acuerdo a la moderna
doctrina procesal la apreciación incluye los dos aspectos la valoración y la inler-
prefación de la prueba \ por ello ese concepto es más exacto. Sobre el tema véase:
Montero Arpea, Juan. 1.a l’meba en el proceso civil, 21 ed,, Madrid, lidil. Civitas
S.A., 1098, págs..307 a j 10.
40 i Montero Amea. Laprueba enel proceso t'ñ'i'A Oh. Cil.. p
287
*102Poní Coulure. ct sistuiiui de libre convicción, es aquel en que la ley permite oJ juez,
como ocurre en e! jurado crin]¡mil, juzgar los hechos sin necesidad de fundamentar
racionalmente sus conclusiones, sin servirse de dáñenlos de convicción que apare
cen en el proceso, padiendo utilizar su saber privado y sin acudir a los medios nor
males de valoración de la prueba. Cnulure, Eduardo, Extintios de Derecho Procesal
Civil, Tomo II. y edr, Huellos Aires, 1979, pagr 221.
403 Devis Echandía, Estudios..* . Ob.Cit.* pág. 457.
404 Dice A [sina, que la expresión reatas de (a sana criden, se usó pur primera vez al
sancionarse d Reglamento para el Consejo Real de España en LK46, Señala además
que no es un concepto uniforme en la doctrina, porque, para Couiure la sana critica se
configura como una categoría intermedia entre el sistema de prueba legal y el de libre
convicción. En su criterio no es un sistema intermedio* sino que exige en primer lugar
que el juez aplique la regla legal y en ausencia do oslas, el juez apreciará las pruebas
según su criterio, pero no en forma arbitraria, sino con sujecdón a los principios de
ia lógica y las máxima* do la experiencia. Alsina, ” Tramita 7enrico práctico... Ob.
Cib, pág. 127 a 130
405 Devis r.chandja. " Estudios... ", Ob.Cil.. pág, -45H.
28S
4tífc Dcvís t'chüiKlki, " Estudios. " Ob. C il¿ Pág. 460.
407 De vis Lcliandh,11 stidk«
E... Oh. Cit,, Pág. 4(i2.
40fí Kisch. Etcnsc¡Uti\finilxtlurius tic tlcrccho Madrid, Edil, lievistíi J l:
Derecho Privado, (94(J, pág. 2(K5.
409 Cappclltlli, El proceso Civil cuei derechocomparado, Oh. Cit., pau
mismo scntidi»; Sdionkc, Derecha tJmee,vil (Jb. Cit., 47.
4 Ia rtintine, í'.hryFí/f A'iVí'/ifi /’mos*;/ üvi/, Tomo II. Olí, Cit., p¡i¡;. Sí
lw
2M
411 Valencia Mirón, InmuJucción al Derecho Procesal, Ota Cita pág- 3í)9r fin ese m is m o
sem illo ; G ó m e z de l.iaño, twr*HÍuccidn al Derecho Procesal O h . r i t a pág, 244.
412 Desdi- hace algún tiempo, algún» d o ctrin a advierte sobre la percepción de a lg u n o s
signos de creciente evolución del método de “ libre valoración", hacia el método qu e
se denominada “ valoración eienlifica de las pruebas. Morales Augusta, Lo justicia
caire dos épocas, Oh. 07.. pág. 2b.
4 1j En relación con d proceso español. Montero A m a . La prueba en el proceso civil,
Ota Cita pág. 316 y 317.
414 Cappclfcui» Mauro. E l proceso civil en el derecho compartido, (Traducción de San
tiago Sentís Melendo), Buenos Aires» Ediciones Jurídicas Uuropa-América, 1972,
pág. S4).
415 Capdlctii, Ltt oralidad y las pruebas,... Ota Cita pág. JW. Señala esic amor t|ue el
sistema de la prueba kgal en relación con las pruebas a constituir \:í las que deben
recibirse en d proceso que no son documentales ) sólo se justifica como expresión
de un aniicuado ordenamiento procesal escrito, pero no en cambio en un coherente
ordenamiento procesal oral.
290
416 Dice Pairen tpio un d proceso ante d tribunal de las Ajinas Je Valencia, coexisten d
sistema de prueba tasada con el de libre apreciación. " F.t T r ib u m i t i a s
Ob. C’il. pag. 433.
417 t ’appelletti, Un ídolo falso: I I Código de 1C
J43( Balance de un Trcintenio ). e n » Pro
ceso, Ideologías, Sociedad » , Ob C íe., pág, 7-89,
291
Toda osa doctrina está implícita en d nuevo código procesal civil, tanto, que
el legislador se cuida de nu matricularse eon un sistema de valoración de los
que identifica y clasifica la doctrina. No se hace referencia a sana critica, ni
a prueba legal, ni a libre convicción, ni a íntima convicción. Se utiliza una
fórmula clara y descriptiva. "Laspruebas se apreciarán en su t
conforme a criterios de lógica, experiencia,correcto
to humano;salvo texto legal que expresamdisponga tina re
ciación di versa. "(41,5), Véase que se utiliza d concepto "apreciarán", ac
tividad en la que se incluye la interpretación y la valoración. La referencia a
que deben apreciarse en su totalidad, es un mandato, para que al dictar sen
tencia se tome en consideración toda la prueba, no solo aquella que permite
al tribunal sustentar la solución que ofrecerá. El concepto ciencia debe verse
ett sentido amplio, incluyendo lógicamente la ciencia del derecho, tanto d
sustantivo como el procesal. Por cualquier eventualidad y para que la norma
sea completa, se deja la posibilidad de que en algún caso o en algún proceso
o en alguna materia, se establezca alguna regla de apreciación diversa.
Finalmente, atendiendo a los principios de moralización, buena fe y cola
boración con la administración de justicia, que son pilares fundamentales
de la nueva normativa, se establece la posibilidad de que la conducta de las
partes durante el procedimiento pueda constituir un elemento de convicción
ratificante de las pruebas, Se introduce así. una presunción legal relativa,
según la cual la parte que tiene una actitud obstruccionista en d ámbito pro
batorio, pretende esconder un hecho que es como lo relata la parle contraria
y lo evidencia el resto de la prueba.
D e c l a m a c ió n d e parte
292
418 Su uruiundu que un hecho es personal, miando la p a r t e lia tenido un papel protago
nice en ellos. De la Oliva Santos, Andrés y Diez'Picazo Giménez Ignacio,
Procesal Civil.¿V proceso t i e declaración conforme u la Ley 7 tic
de Enjuicmrmcnlv ivl,Madrid, Edil. Centro de Hsludios Ramón A reces S. A... 2000,
C
pág. 315.
293
294
que declare una vez sobre determinados hechos. Ello es consecuencia de los
principios de preclu&ión, concentración y responsabilidad que están inmer
sos en la nueva normativa. Si ya la parte compareció y no se le preguntó lodo
lo que era de interés de la contraria, la preguntante asume las consecuencias.
Hay que destacar, que la limitación a una nueva declaración se refiere a los
mismos hechos, de tnl manera que si al proceso de introducen hechos nuevos
sí es posible obligar a la parte que ya declaró, deponer sobre esos hechos
nuevos. Entender lo contrario implicaría eliminar la prueba de declaración
de parte para probar hechos nuevos ingresados al litigio legalmentc. En caso
de un nuevo interrogatorio, la parte contraría, debe estar vigilante para que,
con el pretexto de preguntas nuevas, no se vulnere tal derecho.
La diferencia entre declaración de parte sobre hechos personales y declara
ción de parte sobre hechos no personales, tal como se concibe en la nueva
normativa, manifiesta sus principales electos prácticos en la eficacia pro
batoria. Si lo que se admite soei hechos personales, sea en forma expresa o
tácita, se permite que el tribunal los presuma como ciertos (42,2). Se habla
de presunción, aún cuando la admisión del hecho sea expresa, porque exis
ten supuestos en que aún cuando la parle responda afirmativamente no es
posible tener por cieno el hecho. Tal es el caso que el proceso verse sobre
derechos indisponibles, que el declarante no tenga facultades para confesar
en representación o que las demás pruebas que constan en el expediente
contradigan evidentemente la realidad sobre el hecho declarado.
La admisión tácita del hecho personal se puede presumir cuando la parte
no comparece sin justa causa, no llega a la hora señalada, rehúsa declarar,
responde en forma evasiva o no lleva consigo documentos de apoyo cuando
son necesarios. Aún existiendo esa presunción de admisión tácita del hecho
personal, tampoco es posible tenerlo por cierto sí se trata de derechos in
disponibles, si e! declarante no tiene facultades para confesar o si la prueba
que consta en el expediente imposibilita tener por cierto ese hecho (42.2).
Hay que tener claro que la presunción es que el declarante respondió afir
mativamente. Tener por cierto el hecho depende de que esa respuesta afir
mativa, tácita o expresa, sea suficiente, Cuando sea posible tener por cierto
el hecho, con esa respuesta afirmativa (expresa o tácita), surge el producto
denominado confesión, que, según la dicción de la misma normativa, cons-
295
439 l-n la versión setiembre de 200ti, su d e cía que esc mismo efecto tendrán las afir
maciones espontáneas contenidas en los escritos judiciales presentados si proceso.
Oporltiriíiincnte mam ¡estamos nuestras reservas en relación con esa nonti a. que se
refiere a escritos ju d ic ia le s , o lv id a n d o que estamos en un sistem a o ra l en q u e dichas
manifestaciones pueden darse también oralmente.
296
D E C L A R A C I Ó N DE TESTIGOS
430 Se entiende que la declaración es anticipada cuando se practica untes de! momento
que procedí menta ImeiHC corresponde, (aprueba anticipada es genera luiente prepa
ratoria de un proceso que se va a presentar ti se practica ni inicio del prneesu p o r
razones de urgencia.
421 De la Oliva Santos, Andrés y Diez-Picazo Giménez, ítmaeio, Derecho Procesal Ci\if.
f-l p ro ce so de tícela ración c o n fo rm e a la l.cy l/2(H>0de 7 tic enero de Enjuiciamiento
Civil. Madrid, Edil, C e n tro de E stu d io s Ramón A ro c e s S .A ., 2000. pág. 3 IN.
422 Se estableció como general la edad de doce años, pues la l.cy número 7:570, denomi
nada l.ey de Justicia Penal Juvenir, establece esa edad |taru otorgar lea los menores la
posibdidad de ser sujetos de esa ley. Dice el ariiculo 1 de esa normativa: “Serán su
jetos d e e s i u ley toda* Jas ta. que
u
perm
años y menos de dieciochoaños al momende
como delito o íraveióu
ctn c el C ódigo o leyes especiales"
297
298
Sustitución de testigos
299
solo procede en casos excepcionales. Esa restricción en relación con los tes
tigos admitidas tiene como finalidad evitar el cambio de señalamientos para
audiencia como consecuencia de la sustitución de testigos, pues la parte con
traría tiene derecho a conocer con antelación sobre la persona que declarará
en el proceso,423
En los procesos en que exista audiencia preliminar, la sustitución del testi
go ofrecido se resolverá en esa audiencia. En cuanto a los testigos que ya
fueron admitidos, se podrá solicitar y resolver basta en la audiencia de paté
tica de prueba (43.3,pá.P). Se entiende que si la sustitución de un testigo
admitido se pide y se permite en la audiencia de práctica de prueba pueden
darse dos situaciones. Que la parte contraría lo conozca y manifieste su
anuencia a que el testigo se recibido en esa misma audiencia o que la parte
contraria haga valer su derecho de investigar al Lesligo, en cuyo caso deberá
suspenderse la audiencia para otro día, dando un plazo razonable a la parte
contraria. A ello se relicre el Código al establecer que siempre que se admita
la sustitución de testigos, el tribunal adoptará las medidas necesarias para
asegurar el derecho af contradictorio {43.3.pá.3!’),
En los procesos de única audiencia, sea que la sustitución se refiera a tes
tigos ofrecidos o admitidos, la solicitud se podrá realizar antes de la fina
lización de la audiencia oral y se tramitará y resolverá en ésta (43,3,pá 2").
Igualmente, si la parle contraria lo exige, será necesario, darle oportunidad
de investigar al testigo para determinar su idoneidad (43.3.pá.3").
P l i Á C T I C A D E L A P RUE IÍ A T E S T I M O N I A L
423 Esto es algo a lo que en ocasiones se le da poca trascendencia. Uno de los aspectos
¡I evaluar de tul testigo es su conocimiento, la lítenle de su conocí miento (razón de
ciencia) y l;is c ircu n sta n cia s cti que obtuvo la información. Si la parle contraria no
tiene tiempo para inv estigar al raspéelo, se p ro p ic ia que cualquier personase presente
a declarar sin posibilidad de ser cuestionada eficaz me me.
300
G a r io s
301
El nticvo Código Procesal Civil dispone que si los testigos incurren en gra
ves contradicciones, el tribunal, de oficio o a petición de parte, puede acor
dar que se sometan a un careo (45..1). También se puede disponer, en razón
de las respectivas declaraciones, la celebración de careo entre las parles y
alguno o algunos testigos. La solicitud de careo debe hacerse al finalizar el
interrogatorio y, en ese caso, deberá advertirse al testigo que no se ausente
para que dichas actuaciones puedan practicarse a continuación.
La solicitud debe hacerse al finalizar con la primera declaración, pues si
no se hace en ese momento y tas contradicciones se dan con lo que diga
el segundo, es probable que ya el primero se haya retirado, con lo cual se
frustraría el careo, Eso seria aplicable lanío en caso de testigos como de
declaración de parte.
La práctica del careo requiere una intervención preponderante del tribunal
para determinar, conjuntamente con las partes, las contradicciones sobre tas
que versará esa actividad concreta. No se trata de que los declarantes repitan
lo dicho, sino que se aclaren las versiones en esos aspectos concretos.
I n d em n iz a c ió n a i os t es t ig o s
302
P rueba hericiai
303
304
Duran Le la ti iseus iüi t del proy ce tu se ti i/fl la SÍguíeme |>íOpuesta "S tria recomen* lable
estudiar Ja posibilijad 4c rotular la Fijación tic honorarios con base en parámetros que
se ajusten al valor real Je! trabajo realizado, o bien se establezcan ajustes periódica-
incnlc. para evitar los problemas actuales di CUL i n i o a l rechazo de pe ríe tas. J)chc Han
equiparse 'as i aritos con las de los colegios profesionales, o rebajarse de ules un por
centaje razonable, pero no como sucede actualinenie. I>ebc determinarse si la cuantía
del proceso es ci parámetro idóneo para realizar cálculos en la actualidad, por Lodos
los problemas que ello encierra.” La comisión rodadora, aunque estimó que se trata
Je una ctieslión muy importante, consideró improcedente incluir esos aspectos en Ea
normal iv ;i procesal, pues se trata de disposiciones Je tipo orgánico que no deben estar
en un código procesa!.
305
306
diez días puede ser suficiente para realizar el informe, pero, puede no serlo.
Esos solí los aspectos que deberá tomar en cuenta el tribunal, para decidir
si el señalamiento para la audiencia complementaria lo hace dentro de los
veinte días o lucra de ese plazo. Para ello el código establece que, cuando
se justifique, puede existir un plazo mayor entre Ea audiencia preliminar y
la complementaria (102.5). En todo caso, si aún no se ha practicado prueba
personal, no hay ninguna vulneración al principio de inmediación que es el
pilar fundamental de la nueva normativa.
Si se trata de un proceso de única audiencia, el procedimiento de la prueba
pericial varia sustancial mente. Podríamos seguir dos procedimientos. Pri
mer procedimiento: Señalar para la audiencia, realizar las actividades que
sea posible, admitir la prueba pericial, nombrar al perito y prevenir el de
pósito de los honorarios, En ese caso, se debe suspender la audiencia ora! y
señalar para su continuación, tomando en consideración el tiempo suficiente
para que el experto haga su labor. Aunque el código establece que el plazo
máximo de suspensión es de 10 días (50.3.pá.2a), tal exigencia solo es tras
cendente cuando se afecte al principio de inmediación. En tal caso, si no se
ha practicado ninguna otra prueba, no hay inconveniente en suspender la
audiencia por un plazo mayor. Seguir este primer procedimiento implicará
no practicar prueba que se pueda ver afectada por el principio de inme
diación. antes de que se rinda el informe pericial. Será necesario tener ese
cuidado, porque la prueba pericial está sujeta a muchas vicisitudes, como
puede ser que la parle que propuso la prueba no deposite los honorarios y la
otra parle mantenga el interés en su práctica.
Segundo procedimiento: Como consecuencia tic la flexibilidad proeedimen-
ta! que contiene el nuevo código, se prevé que el tribunal ordene la práctica
de prueba antes de la audiencia única (103.3,pá.l'>). Esa es una posibilidad
tratándose de prueba pericial. En esc caso, si dei análisis de la demanda y
contestación se nota la necesidad de la prueba pericial, con mayor razón
sí ambas partes la solicitaron, el tribunal puede, en una misma resolución
escrita, señalar para la audiencia única, admitir la prueba pericial, nombrar
al perito, prevenir el depósito de los honorarios y conceder un plazo para
que el experto rinda el dictamen. Lógicamente el señalamiento para la au
diencia debe tomar en consideración que el experto debe rendir el dictamen
cinco días antes del dia señalado para la audiencia í44.3,pá.2n). En ese caso.
307
rendido el informe cinco días antes de la audiencia, como tiene que ser, las
partes no tienen que esperar que se le ponga en conocimiento. Lo que deben
hacer es solicitar al tribunal el expediente o copia del informe y estudiarlo
para llegar preparados a la audiencia, En la audiencia se les conferirá au
diencia sobre la pericia y en el momento del análisis podrán hacer valer sus
derechos. Véase que la audiencia se les confiere para que digan lo que ten
gan que decir, no para que en ese momento comiencen a estudiar la pericia.
Deben llegar a la audiencia con Ea prueba estudiada. Y tal como lo dice el
código, deben comparecer con todas las pruebas ofrecidas y que pretendan
proponer (! 03.3 ,pá. 1").
La nueva legislación procesal acentúa la responsabilidad del perito. Si no
rinde el dictamen en el pla/.o de ley o no lo amplía cuando alguna de las
partes lo pida y el tribunal lo ordene, pierde los honorarios y debe pagar los
daños y perjuicios causados. La mismas consecuencias tendrá si no compa
rece a la audiencia oral, cuando sea citado (44,3,pá,3").
Como contrapartida a la responsabilidad que le incumbe, se establecen una
serie de medidas que pretenden garantizar la efectividad de su labor. Se dispo
ne que las parles están obligadas a prestarle auxilio al perito en cuanto sea ne
cesario; y, en caso de negativa a colaborar, el experto puede pedir al tribunal
la adopción de las medidas pertinentes. Entre esas medidas, de acuerdo con
las circunstancias, podríamos pensaren un allanamiento, la captura de un ve
hículo, etcétera. Tales medidas lo serán sin perjuicio de las consecuencias que
se derivan de la carga Je la prueba, por ejemplo, cuando una parle ofrezca una
prueba pericial y después la misma parle se niegue a colaborar con el experto.
Nada más concordante con un proceso influenciado por la oral idad, que
el dictamen pericial sea examinado en la audiencia oral, Lo regla será, en
tonces. que el informe se analizará en la audiencia, con intervención del
tribunal y de las partes. Además, debe comparecer el perito. 1:1 experto no
estará obligado a asistir, solo cuando las partes y el tribunal lo estimen in
necesario (44.4). Es de esperar que la ausencia del perito sea excepcional,
porque hasta el momento de la audiencia, no es posible saber la postura que
adoptarán las partes frente al informe. Otra posibilidad es que antes de la
308
D ictámenes o in f o r m e s e s p e c ia l e s
309
V e r if ic a c ió n de e s t a d o s e c o n ó m i c o s , f in a n c ie r o s y
RENDICIÓN DE CUENTAS
P rueba d o c u m fn t a l
310
monto. Hostil! esta perspectiva solo es documento aquella cosa mueble que
pudiendo tener utilidad probatoria puede ser trasladada al tribunal.42943012
Otra concepción más estríela exige la escritura para que se pueda hablar de
documento, de modo que por tal se entiende la incorporación de un persa-
miento por signos escritos, sean estos usuales o convencionales, independien
temente de la materia o soporte en que estén extendidos lo signos escritos.414
Además de las expuestas en lineas precederles, la doctrina identifica una
posición intermedia, que considera como documento todo objeto material
representativo de un hecho de interés para el proceso, representación que
puede obtenerse bien mediante la escritura, bien por lodos los demás me
dios representativos (fotografía, fonografía, cinematografía, planos, disque-
tes), siendo importante no la grulla, sino la representación,'111
%
429 Guap, Jaime, Derecho Procesal Civil, Tomo I, 4a cil, Revisada y actualizada por Pe-
dro Aragoneses, Madrid, f-.dit. Civilas, lf)9N, pág. 362.
430 Gómez Orbanejs, diado por Montero Artica, Juan, t.a prueba en el proceso civil. 2a
ed. Madrid, lidii Civitas S.A., I998, púg. H4.
4 3 1 Seilala Montero Aroca. de quien venimos siguiendo las ideas que se expolien, que
esa es la lesis sostenida por S em Domínguez en España, y pnr Carne luti i eti Italia.
Montero Aroca, Juan, J.a prueba en el proceso civil, i>b. Cit. Pag. 144.
432 Aquí se ñola una concepción del autor, influenciada pnr la legislación española, se
gún la cual, una Ibnna de representación que no sea ese rila, n o es documento. Mon
tero Aroca, Juan, L.a prueba en el Procesó Civil. Ob. Cit.. pág. 145 y 14(i.
311
fecha se puede establecer por oíros medios probatorios* pero advierte que la
eficacia probatoria del documento puede sufrir graves perturbaciones cuan
do no se puede terminar la fecha.
III Código Procesal Civil costarricense de 1990 daba una definición de do
cumento que se ajustaba a la posición intermedia.433435Comenzaba diciendo
que eran documentos los escritos, los impresos, los dibujos, los cuadros, la
fotografías, las fotocopias, las radiografías, las cintas cinematográficas, los
discos y las grabaciones magnetofónicas. Terminaba diciendo que, es docu
mento todo objeto mueble que tenga carácter representativo o declarativo.
Se apartaba nuestra legislación de aquellas doctrinas según las cuales se
entiende por documento solo lo que se representa por medio de la escritu
ra. Usía claro que desde entonces en nuestra legislación procesal se sigue
un criterio amplio del concepto de documento lo que no puede menos que
aplaudirse y mantenerse en la nueva legislación.
El Código Procesal Civil costarricense de 1990, siguiendo la clasificación
tradicional de la doctrina, distinguía entre documentos c instrumentos. Res
pecto de los documentos hacía una subclasificación entre documentos pri
vados y documentos públicos. No se daba una definición Je lo que debía
entenderse por documento privado, de lo que tuvo que ocuparse (adoctrina,
señalando que tenían esa condición cuando procedían de simples particu
lares/11 Sí se daba en la legislación derogada una definición de documento
público, entendiendo por tal, aquel que es redactado o extendido por fun
cionarios públicos, según las formas requeridas y dentro del limite de sus
atribuciones/'* Además se definía como instrumento público, la escritura
otorgada ante notario público, asi como cualquier otro documento al cual se
la ley le diera expresamente ese carácter/'* 1.a nueva legislación sigue esos
mismos lincamientos conceptuales, que se conservan por tradición y porque
su utilidad es indiscutible.
312
Documentos públicos
313
3H
315
tos documentos elaborados o firmados por ellos y aquellos ele los que hayan
tenido acceso o conocimiento (45.3.pá.2°).
Se establece una regla de apreciación muy importante: el reconocimiento
de la firma que consta en el documento, salvo objeción, implica acepta
ción del contenido. Además, se dispone que el contenido del documento
podrá ser expuesto a reconocimiento aunque eí documento no este firmado
(45.3.pü.3°).
Exhibición de documentos
La exhibición de documentos tío es un medio de prueba específico. Es una
forma de tratamiento de la prueba documental, para regular su incorpora
ción al proceso. El tribunal puede, se entiende que de oficio o a petición de
los contendientes, ordenar a las parles la exhibición de documentos, infor
mes, libros o cualquier otra fuente probatoria, si están bajo su dominio o
disposición. Para ordenar esa exhibición es necesario que tos documentos
se refieran al objeto del proceso, sean comunes a ambas partes o puedan
derivarse conclusiones probatorias para quién lo solicita (45.4.pá.ln), To
das esas restricciones pretenden evitar el abuso del proceso, para obtener
información que solo atañe a quien tiene bajo sti poder los documentos. El
tribunal puede ordenar esa exhibición ante el perito, cuando así lo pidan las
partes o lo solicite el experto para los (íncs de la pericia (45 Apa. Io).
Con la finalidad de identificar al documento que se pide exhibir, con fa pe
tición de exhibición la parte solicitante podrá aportar una copia o reproduc
ción del documento, pero si no lo tiene en su poder debe indicar en términos
concretos su contenido {45.4.pá.2").
La exhibición es obligatoria y en la resolución que la ordena se debe adver
tir al requerido, que su negativa permitirá atribuirle valor a la copia simple,
a la reproducción o a la versión del contenido del documento y se podrá
tener como confirmación de la exactitud de las afirmaciones de la parte
contraria, respecto del contenido del documento o del hecho que se quiere
probar (45,4.pá.3°), Se dan aquí los efectos de la rebeldía a la exhibición, en
beneficio de quien la pidió, lo que encuentra sentido en el deber de coonera-
316
Impii^nación de documentos
317
442 (taua la legislación derogada: A rtíc u lo 2ó4.- Kal,sedad de documento en sede civil.
I.a falsedad de un documento sólo podrá sor declarada por el ju e z c iv il, en los siguien
tes casos: 1} Cuando la pretensión penal se hubiere extinguido pnr prescripción. 2}
Cuando hubieren muerto los autores o cóm plices del delito. !>) Cuando no aparezcan
responsables de la falsedad. Un estos casos, si el documento se hubiere presentado en
la demanda o reconvención, la prueba de la falsedad se ofrecerá en la contestación o
en la replica. F,n los demás casos, en el incidente de presentación. E n uno y otro caso
la ral sedad se decidirá en l;i sentencia definitiva. A rticu lo 397.- Falsedad de docu
mento publico en sede c iv il. La falsedad de un documento o instrumento público sólo
podrá sur declarada por el juez c iv il en tos casos d d artículo 294, cuando es un ¡ere
extinguida por prescripción !a acción pemil» o cuando, establecida no pudiere juzgar
se por haber muerto los actores o cóm plices del de!do, o por no aparecer responsables
de la falsedad. En estos casos,, si el documento se hubiere presentado con la demanda
o reconvención, la prueba de la falsedad se ofrecerá en la contestación o en la réplica;
si fuere presentado después, se hará en el incidente de presentación, F,n uno y otro
caso la falsedad se decidirá en la sentencia defin Una.
318
319
In f o r m e s , e x p e d ie n t e s y d o c u m e n t o s
F e c h a c ie r t a d e l o s d o c u m e n t o s p r iv a d o s
Fecha cierta quiere decir “fecha indudable”, en otras palabras: que según
la ley, la fecha que tiene ese documento se presume cierta. Se trata de una
presunción relativa, que como tal, admite prueba en contrario. La lecha de
un documento privado surte efecto generalmente entre quienes participaron
en la relación jurídica material de la que proviene. En cuanto a terceros, la
320
fecha del documento es cierto según lo que dispone la ley. Según nuestro
ordenamiento jurídico, un documento privado tiene fecha cierta a partir del
instante que se realiza algunos de los hechos designados por La ley, para
establecer el momento en que el documento fue emitido.1,1’1
Siguiendo a la legislación anterior, el nuevo código {45.8) establece que la
fecha cierta de un documento privado se debe contar respecto de tercero,
cuando se verifique tino de los siguientes hechos: la muerte de alguno de
los firmantes; la presentación del documento ante cualquier oficina pública
para que forme parte de un expediente con cualquier fin; y, la presentación
del documento ante un notario, a fin de que autentique Ea fecha en que se
presente. Además so establece una regia general, que es aplicable a quienes
no tienen la condición de parles materiales en el contrato o convenio: si cj
tercero al tiempo de contratar, tuviera conocimiento de la existencia del do
cumento, no podrá rechazarlo con eí pretexto de que no se haya en uno de
los tres casos anteriores (45.ií).
R eíCONOCIMILNTO JUDICIAL
44 j t’.ii sentido similar Bren es Córdoba, Alberto, Trinada de las Obi igac iones, [idilnrial
Juriecnlnp. San .losé, ]49Ú, pgg. 135
44a Racordemos que pueden ser no sim pIes testigos, sino, les tigos es pe nos.
322
R fC O N O C IM IF N T O D F PFR SO N A 5
ttl
R econstrucción he hechos
M edios c ie n t íf ic o s
32 A
P rueba a n t ic ip a d a
325
3?6
327
AUDIENCIAS ORALES
A s i s t e n c i a a las a u d i e n c i a s y e f e c t o s o í la
INCOMPARECENCIA
328
tq al redactar la nueva normativa; sin embargo, se optó por asumir las que se
consideraron adaptables a nuestra idiosincrasia y a nuestra realidad.
Se establece como regla general para las parles el deber de asistencia, lis-
tas deben comparecer a las audiencias personalmente o representadas por
abogados con facultades para conciliar (50.2.1). Es notorio, ante la imposi
bilidad de obligar a las parles a comparecer personalmente, el legislador se
conforma con !n asistencia de un abogado con facultades para conciliar. En
otras palabras, las partes pueden no asistir y en su lugar debe comparecer
un apoderado. Atendiendo al principio de inmediación, la solución no es
la mejor, porque Jo ideal es que estén las parles, pero la realidad oh liga a
adoptar esa solución.
La exigencia de poder con facultades para conciliar, tiene como finalidad
■
329
In a s i s t e n c i a a la a u d i e n c i a p k e l i m i n a k
330
zón de ser en algunas ideas fundamenta ies. El Código Procesal Civil, sigue
siendo la normativa general en derecho procesal; es decir, que es aplicable
en otras materias. Con esa vocación de normativa general se redactó ese ar
tículo* pues en ciertas materias se disputan temas que se refieren a derechos
indisponibles (c! estado civil, la filiación, etcétera), sobre los cuales puede
no ser admisible la confesión como prueba. En todo caso, como no es des-
cartabíc que en materia civil se dispute sobre derechos indisponibles (daños
al ambiente, por ejemplo), se conservó esa disposición, que podría ser muy
necesaria. En definitiva, entonces, solo si no es obligatorio practicar prueba,
se dicta la sentencia de inmediato.
Si a la audiencia preliminar no asisLe ninguna de las partes, se debe tener por
desistido el proceso sin condenatoria alguna (50,2.2. pá. final). Esa norma
parle de la premisa, que sí ninguna de las paites asiste al acto fundamental
del proceso que es la audiencia oral, es porque no tienen interés en este, por
lo cual su subsistencia no se justifica. Y se decidió que tal disposición se
adopte sin condenatoria alguna, para facilitar los arreglos entre las partes,
acuerdo que se puede manifestar claramente no asistiendo a la audiencia oral.
I n a s is t e n c ia a la a u d ie n c ia de prueba
331
I n a s is t e n c ia a la a u d ie n c ia en l o s i -k o c e s o s d e a u d ie n c ia
ú n ic a
332
I n a s is t e n c ia u e la p e r s o n a j u z g a d o r a o in t e g r a n t e del
TRIBUNAL
P osposic ió n de a u d ien c ia s
333
No basta alegar caso fortuito o fuerza mayor, salvo que se trate de hechos
notorios, será indispensable comprobar el impedimento. Lo que se pretende
en todo caso, es que la realización de una audiencia judicial no se suspenda
por cualquier motivo.
El caso fortuito tiene como eje de 11ni torio la im previ sibil idad, por esa razón es
determinante que el litigante, antes de que se produzca el acontecimiento haya
actuado con la diligencia debida, es decir, debe actuar con diligencia, sabiendo
que tiene un señalamiento pendiente. Sí a pesar de tal diligencia, se mantiene
la imprevi sibil idad, estaremos ante un supuesto de caso fortuito y es de rigor
hacer un nuevo señalamiento. Pero si el hecho no fue previsto, porque no se
tuvo la debida diligencia, hay que entender que es culpa del interesado por ne
gligencia y por ello se excluye que estemos ante un supuesto de caso fortuito.
Partiendo de la base que la fuerza mayor es un evento, que aunque sea pre
visible es inevitable,J4> es razonable que si se acredita que sucedió un hecho
que impidió n pueda impedir la asistencia o realización de la audiencia, esta
se pueda posponer.’4*
Fuera de esos supuestos, nada más se estima suficiente para suspender la
audiencia, pues en todo caso, está previsto que las partes deben contar con
abogados principales y que éstos tienen la posibilidad de nombrar sustitutos.
S u s p e n s ió n de a u d ie n c ia s
448 Sobru los conceptos caso fortuito y fner/a mayor desde el punto de visia sustantivo
véase: Tero/. Vargas, Víctor* Principios de Responsabilidad Civil Exiraconiractual,
Departamento de Publicaciones del Instituto Nacional de Seguros, San José, 1984,
pájjs. 106 y 107. Si una parte licué una audiencia, el deber de diligencia le impone
tomaren consideración cualquier imprevisto que pueda tener para llegara ¡a sede del
tribunal. Si no tiene esa diligencia, no es posible que teniendo un imprevislo alegue
caso fortuito para pedir curo señalamiento.
-149 Imaginémonos que varios dias antes de la audiencia suceda un terremoto que álcete
grave mente a una de las panes, imposibilitando su asistencia. F.s lógico que la au
diencia tendrá que suspenderse.
334
335
cosas, la citación a otra audiencia solo será procedente cuando haya iniciado
Ea práctica de la prueba y se haya practicado prueba que se pueda ver afée
la da por el transcurso del tiempo. Si eso no se da, es posible conservar la
audiencia, a pesar de que haya transcurrido el plazo previsto legalmente, No
es aventurado decir, que esc límite al plazo de suspensión no se aplicará, o
se aplicará muy excepcional mente en audiencias preliminares, pues en ese
tipo de audiencias, será infrecuente la práctica de prueba. Recordemos, que
la afectación fundamental al principio de inmediación se da cuando existe
posibilidad de que el tribunal olvide percibido en la audiencia oral.
Dice el código, que las audiencias no se pueden suspender, ni posponer, por
la ausencia de los abogados (50,3. pá. 4o). Eso disposición se fundamenta
en que los abogados y las partes tienen la posibilidad (20.2) de designar
abogado sustituto, de tal manera, que si por alguna razón no puede asisLir el
abogado titular, puede enviar al sustituto.413
Se dice, como regla de principio, que la superposición (tener otras audien
cias en otros tribunales) de audiencias a las que deban asistir las partes o
sus abogados, no es causa de justificación de las ausencias (50.3,pá.4"). Esa
regla general tiene una excepción: que si la superposición de audiencias
se pone en conocimiento del tribunal dentro de los tres dias siguientes a la*452
336
L a d ir e c c ió n d e la a u d ie n c ia
1)3 La doctrina distingue entre poderes de dirección formal y puderes de dilección mate
rial. Los primeros se ..... i fi están cuantiad juez fija términos, prorroga plazos, cunee-
de n ruiira la palabra. Los segundos se manifiestan cuando se ordena la acumulación,
desücumulación y archivo de procesos. K isd i, \V., de D&vehit Pm ccsit
C ivil, (Traducción de la -red. Alemana), 3a. ed., Madrid, f-.dii. Revista de D cree lio
Privado, |*)32, pág. 13*) y 140.
4"'4 Al respecto véase: Llilin Edgardo. n dv tÍL.tL'ftifjffñtirsv en
dit'itilí'.'i",Editorial y Librería Jurídica Amaliü M. Fernández, Montevideo, 200).
337
Debo explicarle a los asistentes sobre los fines de la audiencia y las activida
des que se van a realizar en ella (50.4,pá.2°). Se entiende que es una breve
explicación, muy breve, para que sepan en términos generales que es lo que
se va a hacer Y hay que explicarlo en términos sencillos y comprensibles
para todos los presentes, evitando la utilización de conceptos jurídicos que
los presentes pueden no entender.
Con el lin de asegurar que la audiencia se llevará dentro de los límites de
respeto y consideración, el tribunal debe hacer las advertencias legales que
correspondan (50Apá.2°), incluso adelantándoles las posibles sanciones
que podrían recibir si incurren en conductas indebidas.
Debe mantener el orden en los interrogatorios evitando la formulación de
preguntas impertinentes. Para evitar que se viole el principio de oral idad,
conviene evitar la lectura innecesaria de textos y documentos. Debe cuidar
que el debate se realice con moderación, evitando que se alargue con di
vagaciones que no tengan que ver con lo que es objeto de discusión. Debe
cuidarse de no coartar el derecho de defensa (5£).4,pá,211)'
Debe mantener el orden y velar por que se guarde el respeto y la considera
ción debidos, usando para ello las potestades de corrección y disciplina que
le confiere la ley. Aquí el concepto ley debe entenderse en términos genera
les, por lo que serían de aplicación las disposiciones de la Ley Orgánica det
Poder judicial.'1'' Se le establece la posibilidad de retirar el uso de la palabra
o de ordenar el abandono del recinto a quien no se ajusten las instrucciones
que haya dado (50,4,pá,2°).
Generalmente, cuando se presentan varios abogados representando a una
de las partes, pretenden participar todos. El código sale al paso de esa si
tuación y evita esc tipo de discusiones. Dice claramente, que si a una parte
ta acompaña más de un abogado, solo puede intervenir uno por declarante
(5<).4.pá.3,v)- Es decir los abogados pueden distribuirse entre ellos, que uno
actuará en el testimonio de tal testigo y el otro en el testimonio de otro testi
go. Y en las demás actividades, deben decidir a quien le corresponde actuar.45
455 I)ebemos recordar tjue en los artículos 2 1ó y siguientes de In Ley Orgánica del Poder
Judicial se establece un capitulo denominado: “Del régimen disciplinario sobre las
partes y sus abogados” .
338
D o c u m e n t a c i ó n de la s a u d i e n c i a s
1.a forma en que se regula este tema, encuentra su antecedente cti la Ley de
Enjuiciamiento Civil de España del año 2000, normativa que establece una
serie de posibilidades atendiendo a la realidad de que no siempre se tienen
ios medios tecnológicos. En ocasiones, tío están a la disposición, como por
ejemplo cuando la prueba se practica en lugares de difícil acceso, donde no
hay fuenles de energía.
El Código Procesal Civil establece, como principio general, que en las au
diencias, las actuaciones orales se registrarán en so pone apto para la gra
bación y reproducción del sonido y, si fuera posible, también de la imagen
(50.5.1). Esa es la visión positiva que tiene la normativa, se parte de la base
de que existirán. Sin embargo, con conciencia de la realidad, de que en oca
siones posiblemente no se lenga la forma de grabar imágenes, se establece
que se documentará sólo el sonido. Ya sea que se grabe solo la imagen.
339
340
45íi Recordemos, que en algunos casos i a suspensión de la audiencia por más de diez
dias. implica citar a una nueva comparecencia.
341
342
343
D eliberación
.344
34S
C onciliación
459 Montero A roca. Juan, el. al.. Derecho Jurisdiccional II. 91 eiL Valencia, Tirant l.i>
Idandi, 2000, pág. 144 y 145,
346
347
464 En similares temimos. sobre c¡sle Lema víase nuestro escrito hhbravoso y Eficfvs jVf-
gaiivos de la Conciliación Inimprocesaf en eíproceso civil do Owfo Rica", Revista
Ivslitia. 175-176, juliu-agoslu 2001, pág. 35 a 41.
465 Señala Muñoz Sabalé, que* puesto que la conciliación se intenta ante el prnpin juc/
de la causa, nunca sera posible soslayar el nesgo de prejuzgamientos y mas o me
nos veladas coerciones, (al como perfectamente conocen los abogados laboral islas
españoles. "*Cf?ttsidcraciom\s sobre fu coniparei'em'ttt previa en al metun-
Revista Jurídica de Catalunya. N», 1, Haredona, 1985,
466 Gómez de Liftño-Gonzálcz, Femando, El proceso civil L Oviedo, Edil. Formo S.A.,
1W0. págr 122.
467 Serra Domínguez* Mirmel. Observaciones eriLieas sobre d proyecto de reforma ur-
gentc de la Ley de I-Ajuiciamiento civil, justicia, 1982, No. IV, págs. 304 y 305.
348
349
Por nuestra parte, con la doctrina que asi lo entiende, estimamos superadas
o superables las objeciones que formula la mayoría de la doctrina contra los
actos de conciliación intraprocesal, en cuanto entienden que se afecta la im
parcialidad del tribunal. La solución de confiarlas en todo caso, a personas
fuera del proceso, atenta contra la inmediación’71y elimina la posibilidad
de que en el seno de un proceso se intente la composición del litigio, lo
que constituirla un retroceso inaceptable en nuestro estado actual de civi
lización. En otras palabras, sin perjuicio de que existan organismos y fun
cionarios dedicados a la actividad conciliadora, siempre es necesario dejar
abierta esa posibilidad dentro del proceso.
No parece conveniente que las personas juzgadoras propongan proyectos
de conciliación, es decir, que mediante el estudio del caso ofrezcan una o
varias soluciones a las partas, para que estas escojan cutre ellas, porque eso
implicaría adelantar las posibles soluciones que adoptaría el tribunal. Lo
que sí conviene es establecer, en la ley, las posibilidades de actuación de la
persona juzgadora, mediante la utilización de técnicas de negociación.
Intentar la conciliación por parte del tribunal, no significa ofrecer solucio
nes de acuerdo al caso, mucho menos ejercer presión sobre las partes. Con
una buena preparación, el tribunal podría realizar Jas actividades necesarias
para propiciar el acuerdo entre las partes, sin necesidad de comprometer su
imparcialidad.
Es preciso recordar que no todo derecho es conciliable. Conciliar implica
disponer del derecho que se redama o defiende en el proceso, siempre que
este derecho sea de los que tienen el carácter de disponibles.
De lo que se (rata, en definitiva, es que la actividad de conciliación no se
limite a la simple expresión «t¡itctlun debidamente exhortados para lle
guen a unacuerdo (¡ue de par terminado el litigio», porqu
ha demostrado su fracaso.
La asistencia de las partes a la audiencia, es otra de las dificultades a la que
se enfrenta la conciliación. Lina de las razones por la que en algunos países*472
350
fracasa el ir lento tic conciliación, es porque la asistencia tic las panes a la nu
il iene ia no es obligatoria, La legislación procesal se limita a enunciar que los li
tiga nics deberán comparecer por si mismos* sin establecer n ing una consecucn-
cia directa. Tampoco se establecen mecanismos para asegurar su presencia.
351
477 Denominada E.cy de Resolución Alterna de Candidos y Promoción de Iti Paz Social,
publicada en la Gaceta No. 9 del 4 de enero de 1998, Rige a partir de su publicación.
478 Previsión semejante existe en el Código General del Proceso de Uruguay, que en
su artículo .742.7 seríala: “l-as manifestaciones del Tribunal en esta audiencia y en
cuanto ordenadas al cumplimiento de las actividades previstas, en ningún caso signi
ficarán prcjiízgamiento."
47*1 Así lo entendió d Tribunal Segundo Civil Sección Primera, cuando sellaIó que no
es motivo de nulidad la no celebración de la conciliación, si ésta fue debidamente
convocada. Re solución No. 125 de 1992.
180 Universidad de Costa Rica. lit. al.. NecesiJai!tic un nuevo Cotillo Procesal C¡ijí'.
Revista de Ciencias Jurídicas No. 36 Ob. C’it. pág. 133 y 134.
3S2
ilos, ni punto que lít ausencia de cualquiera de dios significa ha que no había
conciliación. Solo se permitía la inasistencia de las panes si se hacían repre
sentar por un apoderado especial pana d acto o generalísimo sin limite de
suma (con poderes de disposición), No obstante, no se es (abloc ia ninguna
consecuencia por la inasistencia de las partes.
A diferencia de la legislación italiana, en 3a cual encontró gran parte de
su inspiración, en Costa Rica la conciliación se estableció, históricamente,
como una etapa obligatoria en el procedimiento. A pesar de la normativa,
en la que no solo se eximió de responsabilidad a la persona juzgadora por
las manifestaciones que hiciera en La audiencia y se señaló expresamente la
posibilidad de que formulara propuestas de arreglo. Ja conciliación no tuvo
el éxito esperado. Bastaba hacer un superficial estudio en juzgado civil de
mayor cuantía de San José, para determinar que a ln hora y fecha señalada
para la conciliación las partes no asistían y cuando se presentaban lo hacían
para aparentar estar abiertas a un arreglo, aunque en el fondo eso no era
cierío. En muy pocos casos, se llegaba a la solución del conflicto por esta
vía. Las razones del fracaso se encontraban en la falla de cu llura concilia
dora de los litigantes y la inasistencia de los interesados por culpa de una
legislación que no acentuaba d deber de la colaboración de las partes con la
administ ración de juslicia,” 1
La dificultad de la conciliación in Ira proceso en Costa Rica, estaba en que,
alentando contra el principio dispositivo que rige en el proceso civil, se
obligaba a los litigantes a superar una etapa que en muchos casos no que
rían y se obligaba a los tribunales a realizar un señalamiento que en muchos
casos sabían que seria ineficaz. Se olvidaba que existen casos que son in
conciliables y se desconocía la realidad de que una persona juzgadora con
un poco de experiencia, es capaz de prever con algún grado de probabilidad
4}t 1 EI ari icttlo 314 <fcl Cód igo Procesal C ivi l esl ah ieec que p¡int 1le va r a eu bo I» cu-nci I r;t-
ciórt es necesaria la presencia de las parles y sus ahogarles, la ausencia de cualquiera
de elfos impide la conciliación y las partes pueden Itaeerse representar por un apode
rado es pee i.il p a r a d acto, e ene ral istmo sin líem e de sum a, sin e n d u re n , no establece
la obligación de que asistan las partes por sí o por apoderado, ai la obligación do e|uc
asistan los abogados. tíenerotm enie, cuando no fallan iodos, falta uno y la concilia
ción mi se realiza después de estar paralizado eE proceso por un señalam iento de tros
o más meses.
353
Conciliación extrajudicial
Dispone la nueva normativa, que la conciliación se puede realizaren forma
exlrajudictal, antes o durante el proceso, según lo que al efecto dispone este
Código y las leyes especiales (51,1). Se regula asi la conciliación extraju
dicial antes de iniciado el proceso y la conciliación exlrajudiciat una vez
iniciado el proceso. La referencia a leyes especiales, lo es, actualmente y
funda ni en tal mente, a la Ley de Resolución Alterna de Conflictos, que regu
la, como ya vimos, el tema de la conciliación en términos generales.
Que el acuerdo de conciliación sea extrajudicial, no significa ausencia de in
tervención de una autoridad reconocida por el Estado y no debe confundirse4823*
482 Viéndolo bien, un plazo de tres meses, prorrogablc por euros tres meses más es un
plazo excesivo, que podría no ser concordante con tos plazos en que se pretende im
partir justicia en el nuevo orden normativo.
483 11ay que deeir, que la cohióIÍHcíóti extrajudicial se reguló en este Código, por insis
tencia del cxmngistrado Rolando Vega Roben, con quien tuvimos que reunimos, los
redactores, para tal efecto.
354
Conciliación judicial
355
Después de que las partes han llegado a un acuerdo conciliatorio, éste debe
ser examinado por el tribunal (5 1.2.pa.6n y 51.3) para determinar si está a
derecho y no quebranta normas de orden público o alcanza derechos indis
ponibles o irrenunciables (51.3).
356
4N4 Cuando su redactó d código procesal có ¡I. se pulsaba en la posibilidad de crear tri
bunales especializados en ejecución. Esa ¡dea nunca se descartó ni se ha descartado y
el legislador debió lomar esa previsión.
357
TR A N S A C C IÓ N
La transacción es una forma extraordinaria de solución de conflictos, aun
que el código entienda, siguiendo nuestra tradición, que es una forma de
terminación del proceso.4"' Es una de las formas que establece nuestra legis
lación sustantiva para terminar diferencias de carácter patrimonial. A ello se
refiere el artículo 130" del Código Civil cuando dice que toda cuestión este
o no pendiente ante los Tribunales puede terminarse por transacción.
Dicho convenio se rige por las reglas generales de los contratos (1368 del
Código Civil en adelante C.C.) y si hay pleito pendiente, una vez realizada,
se puede presentar al tribunal firmada por los interesados o a su mego, me
diando la respectiva autenticidad con arreglo a la ley (1371 C.C.),
4K5 Hay que reiterar que el proceso lio siempre termina. existe la eventualidad de una
etapa de ejecución.
35 B
R e n u n c i a p f l d e r e c h o
359
dará por terminado cuando la renuncia del derecho sea procedente (53), Si
la renuncia es parcial, es decir en relación con uno de varios de los derechos
reclamados, el proceso debe continuaren relación con lo no renunciado.
El que renuncia debe ser condenado, por el tribunal al admitir la gestión, al
pago de las cosías y daños y perjuicios ocasionados a la parte contraria y no
puede promover nuevo proceso por la misma causa u objeto (53), La conde
natoria es imperativa y se rodea de todas esas sanciones para evitar abusos
con la actividad jurisdiccional, Se pretende evitar la aparente renuncia de
un derecho que ni siquiera ha sido reconocido, con la finalidad de evitar una
condenatoria en costas. La imposibilidad de interponer otro proceso por el
S atisfacción extiíaprocesal
360
liV I P O S lU lü D A D S O U K tV L N ID A U t L P R O C E S O
4Xíi ! „s plausible que d legislador haya aprovechado la oportunidad, pant ¡rioluir normas
que regulen esas sitiiadones que.íc presentan en la practica y que los jueces nr» tienen
cuno resolver por taita de pre\ isioucs normal ivas. Sobre el lema, con amplitud. \éa-
361
I;) causa. Entendiendo por causa el motivo que suscitó el litigio, si la causa
desaparece no se justifica mantener el proceso. Un ejemplo de ello seria un
proceso ele divorcio en el que la adora y demandado expresan que hubo
reconciliación y perdón. Si no solicitan dar por terminado el proceso, corres
ponde al tribunal declararlo de oficio, pues ya no tendría causa para emitir
una sentencia, d) por imposibilidad del efecto jurídico que se trata de
constituir. Imaginémonos que alguien presenta una demanda pretendiendo
única y exclusivamente que el accionado por sus condiciones personalísimas
le pinte un cuadro.™ La circunstancia do que el demandado quede en con
diciones ii si cas o mentales irreversibles que le impidan cualquier actividad,
dejaría sin objeto al proceso, pues la pretensión en esas condiciones es impo
sible. Véase, que aquí no ha desaparecido el sujeto, lo que desaparece es d
objeto, por imposibilidad de condenar al dertumdudo a pintar el cuadro. Sea
que d tribuna] lo aprecie de olido o que lo haga ver alguna de las panes, se
debe dar por terminado el proceso mediante resolución razonada y cada una
de las partes deberá soportar los gastos propios del proceso fenecido.
El tribunal puede llegar a la conclusión de que existe imposibilidad dd
proceso, de oficio o a petición de parte (55). Si es a petición de parle, será
necesario que de la gestión conceda audiencia (emplazamiento) a la parte
contraría, parí) que exprese lo que estime pertinente. Si lo aprecia de oficio,
debe dictar una resolución razonada (55) estableciéndolo y la parte hará
valer sus derechos mediante los recursos previstos legal mente.4'’1
Declarada la imposibilidad dd proceso, por resolución firme, cada una de
las partes soportará los propios gastos del proceso fenecido (55). Tal dispo
sición encuentra, su fundamento en que la imposibilidad es sobrevenida y se
trata de aspectos que las parles no podían prever.
D esistimiento
Estamos ante un desistimiento, cuando aquel que tiene la condición de actor
manifiesta expresamente su decisión de no continuar con d proceso. Es una
490 Supongamos* para liarla sentido a] caso* i|iit la parli: rcminuij exprésaimnn¡c a Lnial-
*|uitr LimJciiH su&imiEiva ;i[ pago du daños y ptrpuitioi.
491 Adühnttimis* qLikrlj rtsuiumOn i\\n¿ ponu fin al proceso fw imposibilidad ^obrov^ni-
t í a del p r o c e s o 1 iuitL- a p c h n j i ó t s { t í 7. v i ! ) .
363
consecuencia del principio dispositivo: asi como tos litigantes tienen !u po
sibilidad de demandar, o de oponerse también tienen la de no continuar con
eí proceso o de retirar la oposición. No obstante, esa libertad, no es absoluta.
Tomando en consideración que el proceso es un cúmulo de responsabili
dades, el legislador regula el tema para evitar que se afecten derechos sin
consecuencias para el sujeto que causa el daño y decide no continuar.
Hay desistimiento mientras exista lirispen den cía, es decir, mientras haya
incerlidumbre sobre la bondad o no de ta pretensión. Una vez que hay sen
tencia definitiva, no existe desistimiento (56,i).
El desistimiento puede ser pardal. Se puede desistir de alguna o algunas de
las pretensiones (desistimiento objetivo) o de alguno o algunos demandados
(desistimiento subjetivo) (56.1). Como es lógico, no se puede desistir de
alguna o algunas de las partes cuando estemos ante un supuesto de litis-
consorcio necesario, porque el proceso quedaría sin uno de los pilares fun
damentales pam su subsistencia: la constitución subjetiva de la litis (56.1).
El nuevo código admite, como nu lo hacia d anterior, que se desista de la
oposición (56,1), con lo cual un demandado podría allanar el camino para la
estimación de lu demanda en beneficio del actor.
El desistimiento tiene una regulación especial tratándose de un proceso con
creto: el proceso ordinario. Se justifica dicha especialidad porque el ordi
nario es un proceso plenarii/92 cuya sentencia tiene autoridad y eficacia de
cosa juzgada material. Como consecuencia de esas características, el legis
lador piensa en la posibilidad de que el demandado tenga un interés legítimo
en que se continúe et proceso y se dicte una sentencia definitiva que evite
posteriores litigios. Por ello, en este tipo de proceso, si el desistimiento se
pide después de la contestación (56. l.pá.2'1) es indispensable la aceptación
de la parte contraria. En algún momento se pensó en exigir la aceptación
de Ja parte contraria después de la notificación, fundamentalmente, poique
a partir de esc momento se dan los electos del emplazamiento, no obstímte,
esa idea no tuvo acogida, ante 3a incerlidumbre de si el demandado contes
taría o no.
.164
3ÓS
366
367
3ú8
369
370
tildar, extingue el proceso, es decir, se tiene por terminado (57.2). Pero, ade
más, el legislador costarricense ha optado por dar un efecto especialmente
grave a la declaratoria de caducidad: se tiene por extinguido cualquier de
recho adquirido con la interposición o notificación de la demanda y rccon-
veneióm (57,2), La solución podría ser cuestionable desde la perspectiva
de la conservación de los derechos. Con esa disposición, la notificación
de Ea demanda que se declaró caduca no tendría efectos interruptores de la
prescripción, lo que parece desconocer que esa notificación es un género
de interpelación judicial notificada y que como tal debería tener efectos
interruptores de la prescripción, según lo que señalan las normas sustanti
vas sobre interrupción de la prescripción. Yo habría preferido eliminar esc
efecto de la norma, por su extrema gravedad, pues permitiría la prescripción
de un derecho que la parte reclamó y que no consolidó como consecuencia
de la caducidad.
371
RESOLUCIONES JUDICIALES
4*>5 En ¡ticuna tk las. versiones Jet proyecto .se propuso que si había demanda y conlradc-
inüiicb y el proceso se declaraba caduco como consecuencia de la inercia de ambas
panes, se resolvería sin sanción en costas. Esa solución, sin que nos percatáramos,
fue eliminada en alguna parte del trámite les»«dativo.
372
P l a z o para d ic t a r p r o v id e n c ia s y a u t o s
-»96 Recordemos tu vieja discusión sobre si una resolución que rechazara una excepción
de prescripción era mito o auto- semencia. Se decía que si se acogía la proscripción
era auto-sen lene ia, pera si la denegaba era un auto, Eso trajo muchas discusiones \
votos salt ados cuando se trató Je establecer el plazo para recurrir y a la hora de ad
mitir el recurso de casación.
497 I■!mesia parte rui se establece el plazo para di ciar las sentencias. La introducción de la
oralidad en el procedínuenm obliga a regular el tema de la emisión de la sentencia >
so pla/.o, atendiendo a las posibilidades que podrían existir sobre la formas íle dictar
sentencias en sistemas influenciados por la oral idad.
373
A d ic ió n , a c l a r a c ió n y c o r r e c c ió n de a u t o s
Kl Código regula en loma a separada este tema en relación con los autos y en
relación con las sentencias. En lo que respecta a los amos lo encontramos en
el artículo 5S-3 y en cuanto a las sentencias en el artículo 63, La naturaleza
de ambos pronunciamientos justifica una regulación separada. Sobre la sen
tencia, estudiaremos oportunamente. No dice el código, como lo expresaba
la legislación anterior, en qué supuestos procede la adición y la aclaración.
Hay que entender, siguiendo la doctrina que se ha venido dando en nuestro
país, que Eli adición procede cuando se omite resolver sobre alguna petición
concreta. Y la aclaración, por su parte, cuando una resolución contenga con
ceptos o disposiciones poco claros.
La posibilidad de que los autos, sean orales o escritos, ameriten una adi
ción, corrección o aclaración, no la descartó el legislador. Por ese motivo el
nuevo código conserva disposiciones para ello. En cuanto a los autos que
se dicten oralmente, mi adición, aclaración o corrección se debe gestionar y
hacer en la misma audiencia (58,3). En otras palabras, una vez concluida la
audiencia, cualquier solicitud en ese sentido sería extemporánea. Así debe
ser, porque de lo contrario se permitiría volver a una actividad de la audien
cia cuando ésta ya concluyó.
En lo que se refiere a ios autos escritos, pueden ser aclarados de oficio, antes
de que se notifique la resolución o a instancia de parte realizada dentro del
plazo de tres dias (58.3).
Cuando se pida, el tribunal debe resolver en el plazo de veinticuatro lloras
(58,3),
,S¡ se omite resolver acerca de una petición concreta, se puede pedir ver
bal mente al tribunal que subsane la omisión y se confiere a los tribunales,
el poder-deber de corregir los errores puramente materiales en cualquier
tiempo (58.3. Se debe entender que un error material es aquel, que al sub
sanarlo no tendrá como electo la modificación de lo resuello. Atendiendo a
3/4
R e s o l u c i o n e s EN TRIBUNALES u n i p e r s o n a l e s
R eso lu cio n es e n t r i h u n a i fs c o l e c t a d o s
37*
((i0J .pá. T). En otras palabras, que el poder judicial deberá tomar las dispo
siciones que sean necesarias, para que en lodo caso el funcionario que parti
cipa en una audiencia intervenga en la emisión de la resolución final, sea que
haya renunciado o se haya jubilado. Con mayor razón tendrá que hacerlo,
si es trasladado de puesto o tiene que dejarlo por alguna situación análoga.
Se dispone, previendo situaciones de otra naturaleza como las delictivas
o de otra índole, que estarán imposibilitados de participar, quienes fueren
suspendidos o hayan dejado su cargo por otros motivos (60, l.pá, 1
En e] caso que después de la audiencia se imposibilite alguno de los miem
bros del tribunal, de tal manera que no pueda asistirá la discusión y votación,
se establece que los restantes miembros deberán tomar las medidas perti
nentes para realizar la deliberación, incluso, trasladándose al lugar donde
se encuentre el integrante imposibilitado o utilizando medios tecnológicos *
que permitan la decisión. Es sorprendente la importancia que el legislador
concede al principio de inmediación y el sentido de responsabilidad con el
que se regula el tema. Ciertamente, hay supuestos en que un integrante, se
ve imposibilitado (por ejemplo, tísicamente), para asistir a la votación. En
ese supuesto, el legislador prevé la posibilidad de superar la limitación de
traslado para que la resolución se dicte en beneficio de la persona usuaria y
por economía procesal.J,,H
Si no es factible integrar al imposibilitado, se deberá decidir el caso por los
demás que hubieren asistido a la audiencia, si pueden formar mayoría. Si no
es posible formar mayoría entre los que subsisten, será necesario proceder
conforme a lo dispuesto para la discordia (60,1 ,pá,2“) que veremos seguida
mente, a lo cual nos remitimos. La posibilidad de que dos de los integrantes
puedan dictar una resolución, sin la participación del tercero es no solo no
vedosa, sino atrevida. Es una medida extraordinaria para evitar afectación
al principio de inmediación y consecuentemente a Ea calidad y eficacia de
la justicia. Ls procedente, si hay coincidencia total ente los dos integrantes
posibilitados sobre todos los puntos objeto de pronunciamiento. En caso
de que no exista concordancia absoluta entre los dos integrantes se debe49
49S Cuando lie tenido que tl¡ir alguna charla, para ejemplilicur, me gusta decir e imaginar
a ios otros dos miembros del tribunal deliherando sentados m una silla a La par de La
cama de un hospital.
376
D e l ib e r a c ió n , v o t a c ió n y r e d a c c ió n de las r e s o l u c io n e s
377
Para que haya resolución es necesario el volo conforme de la mayoría tic todos
los miembros, sobre cada uno de los punios objeto de pronunciamiento (60.2).
Cuando la resolución tenga varios extremos que dependan unos de otros, el
haber votado negativamente en los primeros, sobre los cuales haya habido
mayoría, no será motivo que autorice al integrante que así hubiere votado,
para dejar de concurrir con su opinión y voto a la resolución de los demás
(60,2.pá.l"). Se regula aquí un supuesto interesante, que vale la pena ejem
plificar para mayor claridad. Un integrante salva el voto porque considera
que en un proceso hay falla de legitimación del actor. La creencia de que
existe falta de legitimación, le podría llevar a concluir que no debe inter
venir en lo que resta por resolver, por ejemplo sobre Ja prescripción. En lili
caso, la ley expresamente le señala todo lo contrario, aunque según su crite
rio el actor no tiene legitimación, debe votar lo relativo a la prescripción. Es
decir, tendrá que involucrarse, porque la ley lo obliga, en un tema que desde
un punto de visla estrictamente técnico no debería.
Corresponde al informante la elaboración, es decir, la redacción de la reso
lución (60.2.pá,2rt). Si el informante, que es a quien corresponde redactar,
no está conforme con el voto de mayoría, la redacción le corresponde a otro
de los integrantes que asuman la posición de mayoría.^
Si alguno o algunos de los integrantes, no están de acuerdo con el voto de ma
yoría, debe salvar su volo en forma razonada. El volo salvado debe estar redac
tado dentro del plazo establecido para la redacción de la resolución. Si el voto
disidente no se elabora en el plazo señalado, se tendrá por no puesto de pleno
derecho, sin que se afecte lo resuelto (60.2.pá.2'’). El código no lo dice expre
samente, pero no parece existir inconveniente en que el integrante disidente
redacte su voto, aún después de \ encido el plazo, aunque siempre se tendrá por
no puesto. En ese caso, el voto salvado constituirá un documento doctrinario.
D iscordia
En la votación puede suceder que no se alcance mayoría sobre algún punto
sometido a debate. En ese caso se debe elaborar y suscribir la decisión sobre
■JW Ksa es una situación muy común en tribunales, colegiados. Durante muchos años, en
algunos ta práctica fue determinar n quien corresponde la redacción por sorteo, con
dados. Lo mejor es establecer un rol para tina adecuada distribución del trabajo.
378
379
LA SENTENCIA
500 Gltasp, Derecho Procesa! Civil, Tumo [, I99N, Ob. Cil. p:ig. 477 y 478. Entienden a
la sentencia como un ítem que emana del órgano jurisdiccional, medíanle cE cual se
decide la causa » ¡Huno sometido a su cono un liento, entre otros: C'ouluru, " Fumiu-
tnenias.,. ", O h . C i l . , |iág. 217.
501 Montero Aroca, el. al.,. DerechoJurisJiccionut //, Oh. t il,, páy, 34().
3S0
502 Cortés Domínguez, ut.al.. tícm-tm procesal Civil 1997. <.)h. CLl., pási. 3U0.
503 Señala Cuasp, cotí acierto, que las llamadas sentencias intcrlocutorías. no son real
mente (ales, sino resoluciones judiciales de otra clase, a Las que, puf las razones que
sea, se les quiere revestir de las modalidades solemnes de una sentencia, como ocurre
en el derecho positivo español. Derecho Procesal Civil, Tomo I, 1WX, Oh. Cit.Tpág.
4 SU.
504 La doctrina alemana denomina sentencias de fondo, a aquellas que deciden sobre la
pretensión de la demanda y semencias procesales, a las que sólo deciden sobre cues
tiones procesales, en especial sobre la admisibilidad de la demanda, Además se liaec
Ja distinción entre sentencias definitivas y semencias inlerlocutorias. Definitivas son
aquellas contra las que no cabe ningún recurso. Son inlerlocutoriax los que resuelven
sobre cuestiones procesales previas que nunca concluyen el procedimiento pero vin
culan al tribunal y son recurribles conjuntamente con la sentencia. Le ¡lile. Procese
Civil Alem
án,Üb. t il., pág. 322 a 324.
505 I I C’ódieo Procesal <’icil de Costa Rica ( Arl. 153),1 identilica a las resoluciones como
-IT V
381
506 (.'otiüirc, EtiuiiamenUis liei derechoprocesa! civil. üb. t’il., p.ig. 305 a 3
autor, en todas esos ideas existe la noción común Je que la sentencia constituye un
proceso de individualización, de especificación > de actuación de la norma legal.
507 (iuasp. Derecho Proceso! CiwV.Tomo [, 1008, Oh. Cit., pág, 480.
50X M o r ó n P a lo m in o , Derecho Proceso! ivl, Ob. C il . , p á g s. 32S a
C
362
el razono míenlo iónico no puede empezar por el hecho, pues dio significa
ría una labor inmensa para poder llegar más tarde a la conclusión de que o
bien el hecho no entra en el supuesto de hecho de la norma, o que la no riña
lal como ha sido planteada la demanda no existe.JÍN
Para Montero Aroca, en primer tugar se debe determinar, en abstracto, la
existencia de la consecuencia jurídica pedida; posteriormente, buscar, en
concreto, la existencia de esa consecuencia jurídica; a continuación verifi
car la existencia de los hechos afirmados; posteriormente, realizar la sub-
sunción de los hechos en la norma jurídica; y, finalmente, buscar la conse-
eucncí a jurídica,*1" La determinación en abstracto de la existencia de la con
secuencia jurídica pedida, implica precisar si en el ordenamiento jurídico
en general, se encuentra amparada La pretcnsión del actor; porque de no ser
así, lo procedente es rechazarla sin continuar el razonamiento. La búsqueda
en concreto de la consecuencia jurídica solicitada, significa cuestionarse
si existiendo concordancia entre los hechos (suponiendo que .sean ciertos)
y |o pedido por el actor, esa pretensión es ¡imparable por el ordenamiento
jurídico.
La determinación de la existencia de los hechos afirmados, obliaa a ve-
rificar cuales de esos hechos por verdaderos o por estar amparados a una
presunción de verdad, sustentan onu las pretcnsiones formuladas, Para ello,
se debe hacer una valoración de los hechos alegados y una valoración e
interpretación de las pruebas aportadas. La subsunción de los hechos en la
norma jurídica, exige determinar si esos hechos constituyen el supuesto que
la norma regula. Por ultimo, establecida la concordancia entre los hechos
reales y la previsión contenida en la norma, debe el tribunal establecer la
consecuencia jurídica.?LI
Desde nuestro punto de vista, la formación interna de la sentencia, tal como
se estudia en la doctrina que se analiza, constituye básicamente el razona
miento que debe seguir el tribunal en esa labor, sin embargo, ello no signi
fica, como lógicamente no podría Serio, que en lodo caso deba seguirse ese
orden. La necesidad de determinaren primer lugar y en términos generales5091*
509 Í7nrt£s Domínguez, Der¿r¿:ho Prttrcsai Civil, ] W7, Oh. rit.. págA^4.
510 Mortero Amea. el. ¿sl.,r Dervi'ho Jurisdiccional II. Ob. CiL.r p¿gs.!>44 li .'47.
5] 1 Montürü AmuuhcL <il., D&vclin Jurisdiccional fít Ob. 0¡L, p;igs. }44 ¡i .:47.
3&3
La e s t r u c t u r a e x t e r n a d e la s e n t e n c i a
384
514 Por Kcal Cédala de 23 de junto dü 177S, Carlea NI prohibió a la audiencia y a Ion
demás jueces de .Via[Jorca la práctica que hasta talonees observaban de motivar las
semencias, (jarrina, Carlos y Loiente» Mana, fu La motivación lux
sentencias { Castilla. Í489-E$¡iafia x185 en « La vinculación del Juez a
Anuario de l a E acuitad d e Derecho de I Universidad Autónoma de Madrid, V I .
jl
385
valorar !a prueba, sino, hacer una ponderación legal del valor asignado a
ésta y de aquellos hechos que por disposición legal carecen de la necesidad
de demostración, como los hechos notorios, evidentes o amparados en una
presunción. La exposición de las razones jurídicas y de hecho, obliga at
tribunal a hacer una relación, una elaboración mental, que 1c permita deter
minar en base a que normal iva y a que hechos es posible admitir o rechazar
la pretensión. Finalmente, la existencia de una parle dispositiva, le obliga a
tomar una decisión, que, en principio, debe ser concordante con lo pedido
por las partes y con el resto de la elaboración mental ya realizada.
Desde nuestra perspectiva, no concebimos, actualmente, un sistema pro
cesal en el cual, el tribunal no esté obligado a realizar en la sentencia una
relación de hechos probados,ín como tampoco seria aceptable que al exter
nar los fundamentos de la decisión, se limite a expresar que realizada tina
valoración conjunta de la prueba, loma esta o aquella decisión. Fsa forma
de expresar la valoración conjunta de la prueba, tal como lo señala la doc
trina "es unaciara manifestaciónde l dede la sen
en cnanto que, en /validad.lavaloración
a tina falta de determinación de los motivos que han al
órgano judicial a la valoración de certezade unos determi
Para atender al fin de la estructura extema de la sentencia, que es satisfa
cer eí derecho y la necesidad de fiscalización de la reflexión del tribunal,
es necesario que ésta se exprese con claridad, a lili de que quienes acuden
en búsqueda de una solución jurisdiccional, entiendan los términos de la
decisión. Con ello se evita, lo que denuncia la doctrina, que muchas veces,
en que no es posible saber si la pretensión fue acogida o no o, en el peor de516*
516 Se dice que, un principio, porque la congruencia ha perdido la radien ti dad que lia
tenido históricamente.
^17 Eli España a partir de la promulgación de la Ley Orgánica 6.' 14J85 (Se 1 de julio, <lcl
Poder Judicial, la práctica, la jurisprudencia y alguna doctrina admite que la LOPJ
derugó el artículo 372 de la LliC de 1X81, y que por ello no es necesario hacer una
relación de hechos probados en las sentencias civiles. I.a LfiC de 2000, ha terminado
con esa discusión, al exigir en su articulo 20(>.2 la obligación de consignar hechos
probados.
51X Cortés IKnninguc/., ei.al.. Derecho iJrócese! í Vi 1W7, ( ib, CiL., pág. 3U7, Para este
amor, en España la corruptela de la valoración conjunta de la prueba ha sido elevada
a doctrina jurisprudencial.
386
las casos, no se sube que fue lo que el tribunal resolvió, lo que trae iiieon-
venientes cuando se trata de ejecutar la sentencia. Ello implica, preparación
del tribunal y cuidado en la terminología.5,v
La s e n t e n c ia e n l o s p r o c e s o s i n f l u e n c i a d o s p o r la
O R A LID AD
3&7
521 F.l razonamiento es propio de t¡¡ Hacinación interna de la sentencia, mismo que se
manifiesta en el esfuerzo mental que realiza el juez: peno también es propio de la es-
tructura externa, porque de nada servirla que el juez haya realizado mi ¡irán esfuerzo
mental, si éste no es perceptible al externar el pronunciamiento.
522 Un sistema asi existe en la legislación procesal penal de (.'osla Rica. El Código Pro
cesal Penal, Ley N‘. 7594 de 10 de abril de 1996, en vigor a partir del l de enero de
1998, basado en la maliciad, en su articulo 364, en lo que nos interesa, establece: «
La sentencia será redactada y firmada i timedí ala me Ule después de la deliberación.
Enseguida, el tribunal se constituirá nuevamente en la sala de audiencias, después
de ser convocadas verbal mulle las parles,. I£l documento será leído en voz alta por
el seerelario ante quienes comparezcan... (.'liando por la complejidad del asunto o lo
avanzado de la hora sea necesario deferir la redacción de la sentencia, en esa oportu
nidad se leerá tan sólo su parte dispositiva y uno de tos jueees relatará sintéticamente,
al público, los fundamentos que motivaron la decisión: asimismo, anunciará el día y
la hora para la lectura integral, la que se llevará a cabo en el plazo máximo de los cin
388
524 Ln A Si:ni ¡mi lI !a publicación de ki sentencia se realiza mediarle una lempira pühlkíi
de la |iar(e dispositiva* pero la lectura di: los fundamentos de la sentencia, qLie desde
luego deben £\Mir redaelndos por estrilo, qLsedu a disensión del Tribunal. Leíble,
Pmr.&jto Civil lemán, Oh. Cit.T|>ág,
525 Fn la legislación de Espilla, pueden considerarse procesos influenciados por la uti
lidad los siguientes; El proejo abreviado de la Ley R e g u la d o r a de la Jurisdicción
ConletlduSü Admi rustrid va; el proceso ordinario laboral- los procesos verbal, cogn i
ción y menor cuantía de la I,ey de Knjutei ándenlo C iv il de 1SS h el proceso ordinario
y el verbal de la iiue\ü Ley de Enjuiciamiento Civil de 2000,
526 Desde ya, aunque sobre ello volvamos cu el imímenlo correspondiente debe criticar
se di e ba dispo s ie ion en e uan Lo, pod r ia si gn i Jtear q ue se dése: Etna euaíqu ter posi bi Iidud
de Ljne el juez dicte semencia inmediatamente en la audiencia, salvo que la (raiga
redactada, lo que parece i neón ven tente.
390
527 Ello está permitido en la ZPO alemana < 7»13 a párr. I oración 2 ). Leíble, Proceso
Civil Alemán, Ob.Cit,, pdg. 233.
52S Asi lo dispone el articula 203 ik'l Código General del Proceso i1c Uruguay.
391
i$ 2
G e n e h a l id a ü e s s o c h e la f o h m a d e e m is ió n y c o n t e n id o
DE LA SENTENCIA
3<B
Cuando no soa posible emitirla en el acto oralmente, se debe dictar por es
crito dentro de los cinco dias siguientes (61.1 ,pá.2°). En procesos muy com
plejos se debe dictar por escrito dentro del plazo de quince días (61.1 .pá.3°).
En esos casos, a pesar de que se permite dictarla en ese plazo amplio, se
exige que de ello se míenme a las partes, es decir, que se les diga a las par-
Les que se dictará en ese plazo y se les explique las razones. Se trata de una
norma que atiende al buen servicio, para que las partes queden informadas
sobre el plazo en que se dictará la sentencia y las razones para ello. Es in
ri ispensa b 1e pregu nlaníos:
La s e n t e n c ia q u e se d ic t a f u e r a DEL p l a z o p r e v is t o
LEGALMENTE
535 Por ejemplo, en el 113 del Código Procesal Contencioso Administrativo. Es i;iE la
importancia que se da en esa normativa al tema, que el numeral 137 inciso e} del
mismo cuerpo le<yd establece como motivo de casación: " i i u i h s r e g i a s
previstos enel este Código paro la deliberafa
u fa reduce'ion del taifa en sus elementos esenciales'.
394
395
3%
yun sitio objeto cié debate (61.2). En otras palabras, los tribunales se deben
pronunciar sobre las alegaciones y propuestas de las partes contendientes,
sin omitir pronunciamiento sobre ningún aspecto.
Se introduce además, el principio de congruencia, según el cual, en prin
cipio los tribunales no pueden conceder más de lo pedido. Se dice que, en
principio, porque seguidamente hace una excepción: "salva disposición
contrarío'’. En esta parte, el código hace referencia a la idea moderna de
relatividad de la congruencia, que de alguna forma se asume en este códi
go, Dicha teoría moderna sustenta, en lo fundamental, que la congruencia
no debe verse de una forma rígida, pues la experiencia ha enseñado que
en ciertos supuestos existen necesidades insoslayables de flexibilixarla. .Se
dice: "Nopuede extrañar,pues, que unte situaciones excep
cionales el respecto irrestricto a lacongruencia deha ante la in
cia de otros principios procesalescuya más valios
en el caso" Igualmente, se ha expresado: "En este
de congruencia)está en crisis ya quecotí las de la ind
oficio, la reclamación def pago de los frutos, ha venido siendo
depuesta suautoridad."^
En principio, entonces, los tribunales no pueden conceder más de lo pedido,
salvo disposición legal en contrario558 y no pueden comprender otras cues-5367*
536 Do tos Santos. Mítbel. Los \alores en el proceso civil actual y la consecuente necesi
dad de re formular los principios procesales, en J.A. 2001-77. Citado por W. Pcyrano.
Jorge, La Flcxibilizacíón de la congruencia en sede civil. Cuando se concede judi
cialmente algo distinto de lo requerido por el justiciable, en 'd’rmeipio.s Procesales»,
Tomo I, pág. 240 y 241.
537 Parra Quijano, Jairo. El Enturo del proeeso civil, en Libro de Ponencias de las X V
Jomadas iberoamericanas de Derecho Procesal, pág. 463. Citado por W. Pcyrano,
Jorge, La Ftexibilzacióndetu congruencia en civil. Cuando .ve
almente(ligo distinto íte ¡o requerida p ar icitíhh:, en "Principios Procesales»,
Tomo I, p,ig. 241.
53S Una disposición legal cu contrario la encontrarnos, por ejemplo, en d articulo 62.1,
que le ordena al tribunal, aún sin que la parte to hayn pedido, determinar las adecua
ciones hasta la sentencia, cuando condene al pago de cantidades determinadas de
dinero.
397
íiones que las demandadas, con excepción de aquellas para las que la ley no
exige iniciativa de parte (6 1,2).aw
El contenido de las sentencias, está determinado por la estructura exter
na que ha dispuesto el legislador (61.2), Además de los requisitos propios
de roda resolución judicial, las semencias deben tener un encabezamiento,
una pane considerativa y otra dispositiva. Eí encabezamiento debe contener
como mínimo la dase de proceso, el nombre de las parles, sus representan
tes y sus abogados. Se dice, como mínimo, porque no hay inconveniente en
hacer constar otros detalles que posteriormente se consideren importantes,
Durante la vigencia de la legislación anterior, las sentencias tcnian un aparte
denominado “resultandos”. El nuevo código modifica la estructura externa
de la sentencia, de tal manera que no exige que tenga esa parte con esa
denominación.* No obstante, d contenido de lo que ames tenía esa deno
minación no desapareció, se trasladó al inicio de la parte considerativa, me
refiero, concretamente, a la síntesis de las alegaciones, pretensiones y ex
cepciones do las partes.
La parte considerativa, es La parte, digamos, reflexiva del pronunciamiento.
Es el momento en et que se hace un análisis de todo el conflicto. Por ese
motivo, para garantizar Ea formación interna de la semencia, el código exige
que tenga, los siguientes apartados.
Una síntesis de las alegaciones y pretensiones y mención de las excepcio
nes opuestas (61.2.1). La idea deí legislador es que la sentencia refleje un
estudio detallado de los escritos de alegaciones de las partes. Re trata de
que el tribunal haga un resumen breve de las principales alegaciones, de las
pretensiones formuladas y de las excepciones opuestas. Ese resumen breve,
funda me nial mente tratándose de las pretensiones y excepciones constituirá
la ruta que deberá seguir el tribunal a la hora de emitir el lallo.
Las sentencias de segunda instancia y casación deben incluir un breve resu
men de los aspectos debatidos en la resolución impugnada y de los alegatos
de los recurrentes (óL2,pá, final).
5!»y L.a ley no exige iniciativa de parte tratándose, por ejemplo, ce la condena en eoslas,
que se debe disponer tic ulicio cni toda resolución que le ponía tin al proceso (73.1).
398
399
CONDENA
400
401
¿102
I n v a r ia e íiiid a d , a d i c i ó n , a c l a r a c ió n y c o r r e c c ió n df
Es una idea radical, que los tribunales no pueden revocar sus propias sen
tencias. Seria contraproducente, que después del análisis que el legislador
ha previsto que se haga, el mismo tribunal que la dictó se desdiga y resuelve
en un sentido diferente. Lógicamente, ct superior jerárquico sí puede revo
car una semencia del inferior jerárquico.
El código asume esa idea. Los tribunales no pueden revocar, ni modificar
sus sentencia (63,pá.l°), Lo que si pueden hacer, es aclarar cualquier pro
nuncian iemo oscuro o contradictorio (aclarar) o suplir cualquier omisión
sobre algún punto discutido en el litigio (adicionar).
403
404
COSA JUZGADA
AOS
La cosa juzgada tiene un aspe cío negativo y otro positivo: negativo porque
impide volver a emitir pronunciamiento sobre un con nielo o punto ya de
cidido; positivo, porque le brinda a las partes seguridad jurídica, de que la
discusión no puede ser rea b¡ orla .M1
La cosa juzgada tiene su principal manifestación, en que si después de un li
tigio se presenta otra demanda idéntica a la que ya fue objeto de juzga mien
to, el demandado puede alegar cosa juzgada y por esa vía impide que se
dicte otra scnlcncia, que incluso podría sor contradictoria con una anterior
que está firme. Es evidente el interés público que tiene este instituto, desde
la perspectiva de la necesidad de evitar sentencias contradictorias.
541 A l respecto, ampliamente, De la Oliva, Derecho Prüivsai C ivil, Oh. Lit,, pág
487.
542 IJe ia Oliva, Derecha Prini'sal ivl,Uh. Gil., p:tg. 4SX.
C
543 1‘arajcleü Viudas, Gerardo, Curta /tu Derecho so / C ivil, volumen
[uves ti (raciones Jurídicas S.A., Selii José, 2000, pdg. 104 a 108.
406
semencia debe tener efecto de cosa juzgada material. Entenderlo de otra for
ma implicaría tener un sistema de justicia, en que después de una discusión
muy amplia, se permita que un conflicto se analice y resuelva dos veces y
en dos procesos, atentando contra la seguridad jurídica y la justicia pronta.
tratándose de cosa juzgada eform
al,l pensamiento legislativo es diverso.
Ese efecto se le asigna a las sentencias que se dictan en procesos limitados
en el conocimiento y por lo tanto limitados en la discusión. El ejemplo pa
radigmático es el proceso sumario. Como se trata de un proceso en que la
pretensión es concreta y las defensas muy limitadas, su sentencia tiene efec
to de cosa juzgada formal, es decir, que lo decidido en ese proceso sumario
puede ser objeto de análisis y resolución en un proceso plcnarto (ordinario).
El sistema podría ser cuestionable, pues tratándose de procesos sumarios, se
permite que un conflicto se analice y resuelva dos veces y en dos procesos,
lo que puede atentar contra la seguridad jurídica y la justicia pronta. Ese
cuestionan!ionio, si se hiciera, de acuerdo con la experiencia sería injus
tificado. pues no ha sido tradicional que se presente un proceso ordinario
para cuestionar lo resuelto en un sumario. Posiblemente se considere muy
aventurado ir a otro proceso cuando ya un tribunal ha señalado que una de
las partes no tiene la razón.
C o s a ju z g a d a en r e l a c ió n c o n l o s a u t o s
407
C o s a J u z g a d a e n el n u e v o c ó d i g o p r o c e s a l c i v i l
545 F.s normal que después de fracasar cu un proceso sumario, se píeseme un ordinario
y se pida como medida cautelar la suspensión de la ejecución de lo resucito cu el su
mario. El legislador sale ni paso para evitar que ta nueva de ni amia sea una maniobra
para suspender la ejecución, vedando esa posibilidad.
4Q8
Cuando Lina resolución llega al estado de cosa juzgada, dice el código, hace
indiscutible, en otro proceso, la existencia o no de la relación jurídica juzga
da (64). Esa afirmación hay que entenderla de la siguiente manera: sí se trata
de una sentencia en estado de cosa juzgada material, no es posible discutir
en otro proceso la existencia o no de la relación jurídica ya juzgada. En esc
caso, no es posible, se repite, porque la sentencia del proceso ordinario pro
duce cosa juzgada material. Sí se trata de una sentencia en estado de cosa
juzgada formal, no es posible discutir el mismo conflicto en un proceso del
mismo tipo. Por ejemplo, si se dicta la sentencia en un proceso sumario, no
es posible discutir lo mismo en otro proceso sumario. Pero, si la sentencia se
dicta en un proceso sumario, si es posible discutir en un proceso ordinario
la existencia o no de la relación jurídica que fue analizada en el sumario.
La nueva legislación establece, como la anterior, que. para que se den los
efectos de la cosa juzgada es indispensable Ja identidad de sujetos, objelo y
causa {64), Es decir, que solo es posible invocar cosa juzgada para evitar un
nuevo proceso, cuando el lin (objeto) que so persigue en el proceso nuevo
es idéntico al anterior y el motivo (causa) del nuevo proceso es el mismo del
proceso anterior que ya tiene sentencia firme.
El tribunal puede declarar la existencia de cosa juzgada de oficio, es decir,
sin que ninguna de las partes lo pida (64). Eso encuentra razón en el inte
rés público de evitar que se dicten sentencias contradictorias en procesos
idénticos.
Dice el nuevo código, que los efectos de la cosa juzgada, se limitan a lo
dispositivo de la resolución (64). Esa idea limitativa de los efectos de la
cosa juzgada, se fudamenta en la concepción que se tiene sobre las reso
luciones. La resolución es un todo que de acuerdo a su estructura externa
tiene varias partes. Pero el pronunciamiento es en realidad lo que se dice
en Ea parle dispositiva o por tanto. Es por esc motivo que se exige que en la
parte dispositiva se emita pronunciamiento sobre lodo lo que ha sido objeto
de debate. Con esa concepción se evita que se invoque cosa juzgada por lo
que un tribunal haya dicho en la parte considerativa, pues si se permitiera,
se abriría el camino para que simples manifestaciones, incluso ¡Relevantes
de un tribunal, impidan un nuevo proceso, lo que alentaría contrae! derecho
constitucional de acceso a la justicia.
409
M o d e r n a s t e n d e n c i a s s o r r e ei i n s t i t u t o d e l a c o s a
JUZGADA
f110
411
MEDIOS DE IMPUGNACIÓN
549 Hniers, Juun Carlos Revisión tfc tet cosa juzgcuta, t.itirL-ULi I;d¡it*ra Mátense SRL>
l lJ77, pig. 172. Ciladu por Líindoni ÍJdsll Anud. 1.a casa juzgada: valar absoluto
o relativa* en XVNl Jurn:jiLs Iberounieritaníts W Jumiidis Uruguayas do Derecho
PructsaL Fundación Culium l Inivi^jtarín, Uruguay, 20ÜI, pdg. 4H2.
550 Mufliere» Aroca+Juan, c elIhDerecha Jurisdiccional 11 (Proceso Civil. Conforme a la
e .
nueva Ley de Lnjuiriaimejslu Civil) „ C J:| ed,hValcncin, Edil- Tirunl lo blnnch. 20(10,
págSH 390 y 397.
551 En ví;c scjh[ido: l.dFk1, F w trv x a ( 'ivfl Ah.'uu'tt?, (Jh. CÍL,t páirs, y 3^1,
412
El s is t e m a de d o b l e in s t a n c ia
-113
Si el poder de la justicia emanaba del soberano, lo lógico era pensar que las
decisiones de aquellos en quienes se delegaba su ejercicio no siempre eran
justas, lo que obligó a propiciar y admitir un recurso ame el rey. Así, la bús
queda de una justicia superior, más favorable, determina el nacimiento de la
denominada doble instancia,SíJ
Entendemos que nos encontramos ante un sistema de doble instancia, cuyo
ejemplo lipico es el denominado recurso de apelación, cuando existe posi
bilidad que mediante Ja impugnación de las resoluciones dictadas por los
tribunales de primera instancia, estas sean revisadas por tribunales de una
instancia superior,S5S
Este sistema, no sólo propició e hizo necesaria la introducción de la escri
tura en los procesos jurisdiccionales, sino que, su funcionamiento se en-
euentrrfestrechamente ligado a esa forma de comunicación. En los sistemas
procesales escritos, la doble instancia tiene la importantísima función de su
plir las deficiencias que existen cuando los hechos y las pruebas se aprecian
basándose en las actas y en los escritos. La extracción de la verdad material
a través de la lectura de un voluminoso expediente escrito, a cuya formación
el tribunal que dicta la sentencia generalmente no ha contribuido, implica
una ardua labor de interpretación y de análisis que excede la capacidad de
una sola persona, lo que justifica que varias revisen lo resucho.
Al día de hoy, la doctrina no es pacifica en cuanto a la conveniencia o no de
Ea segunda instancia. Quienes se decantan por este sistema, se sustentan en
que la posibilidad de interposición de recursos no sólo sirve a los intereses
de Jas partes, sino también al interés general de un sistema jurídico eficaz
414
415
416
El s i s t e m a de im p u g n a c ió n en l o s p r o c e s o s
<117
41S
419
420
que se precie dü moderna, no puede dejar sin solución. Hs cierío que el es
tablecimiento dd sistema de la ornlidad, implica de por sí, una limitación
al recurso de apelación, cuya primera manifestación, según se vio unte nór
mente, es la llamada apelación diferida tratándose de las cuestiones interlo
cutor! as.w Pero tratándose de la sentencia, no parece admisible un sistema
procesal en el cual no exista una segunda oportunidad de revisión.
Es evidente, que la segunda instancia desentona con los principios de la
ornlidad,. por la razón fundamental, de que sólo el tribunal que ha estado en
relación inmediata con las pruebas es quien tiene los suficientes elementos
para valorarlas, fin una segunda instancia, tul como se dijo anteriormente,
para que el superior haga una correcta apreciación (interpretación y valora
ción) de la prueba, sería necesario reproducir Lodo el juicio, jo que atentaría
contra celeridad, que precisamente se pretende conseguir con la oral idad.
Es debido a esa problemática, que alguna doctrina propone limitar el cono
cí miento en la segunda instancia a las cuestiones de derecho, sin embargo,
esa solución podría objetarse diciendo que es contraria a los ideales del sis
tema de la oral idad, dado que le da preponderancia al derecho que al hecho,
cuando precisamente ese sistema está estructurado hacia la humanización
de Ja justicia.
El problema permanece latente, porque frente a un error del tribunal en la
apreciación de los hechos, el justiciable quedaría desprotegido, salvo, que
se establezca la presunción de qiee los tribunales minea extraerán conclusio
nes erróneas de los elementos probatorios, lo que es irreal.
421
422
575 Este sistema responde al modela recogido en los parágrafos JÜ2 y 4X5 de la /V O aus
triaca, es Jet ir, til de apelación limitadu. M orón Palom ino, Derecho /Vocear/
O b .C il. pág. 359.
574 La doctrina es Concordante en que el rectirso de suplicación, al igual que el de ca
sación, ch un recurso extraordinario. I n ese sentido; Alonso Oka, Manuel,
p ro cesa l Je! IT
rabjo,V ed-, M adrid, E d il. C iv ila s. 1999, pág- 319. Espinosa C a
sares, Ignacio, Técnica Je! Recurso Je pL ampión a. Editorial Aranzad
u
S
S.A., I99S, pág. 64. Montero A roca, Juan. ¿tí proceso 4a ed.
E d il. Hostil. Barcelona, 1997, páj¿, 255, Mortoya Melgar, Alfredo, ei. al.,. Curso
pnn-fifiniii'nm 4
fcibar!-, '1ed.. M adrid, I! el i C. Tecnus, ]9 L>5. pág. |69.
575 P a n la doctrina laboral, el m otil o determinante de la aparición del recurso de supli
cación liie reducir la lardan a i en la suMauci.ieión de los recursos de casación en sisun-
tos i]ite ca rocían de gran importancia cual ilativa o cuamitaiiva. González Vdasco,
Jesús, T¿>s recursos comrct ías sentencias ¡abrjes, l’ uhli cae iones del Real C olecto
de España, Polonia, 1976, pág. ó.v
423
424
Toda esa doctrina, y mucha más que no es posible citar por razones de tiem
po y espacio, que se ha expuesto paro ampliar el panorama del lector, fue
tomada en cuerna para el diseño de los medios de impugnación en el código
procesal civil de 2018, aunque, ciertamente, solo se adoptaron las mejores
soluciones.
El lema de los recursos tiene un orden que va de lo general a lo particular. Se
establecen una serie de disposiciones generales entre las que encontramos
la laxad vi dad de los medios de impugnación, legitimación para impugnar
renuncia del derecho a impugnar, electos de la impugnación sobre los pla
zos, motivación de la impugnación, prohibición de reforma en perjuicio,
ejecución provisional, desistimiento de la impugnación y lo relativo a las
providencias. Se entiende que esas disposiciones generales son aplicables
a cada uno de los recursos, en cuanto fueren aplicables. Seguidamente se
regula detalladamente cada uno de los tipos de recurso, Ese es el mismo
orden que vamos a seguir en esta exposición.
T a x a t iv id a d d e l o s m e d io s d e im p u g n a c ió n
■125
solo a los medios para impugnar resoluciones. Deja de lado otros medios de
impugnación, como los incidentes. Eso se refleja cuando dice que son me
dios de impugnación la revocatoria, la apelación, Ea casación y la revisión
(65.1). Si se observa con cuidado, vemos que solo contempla dos recursos
ordinarios (revocatoria y apelación), uno extraordinario (casación) y la revi
sión que no es un recurso, sino una demanda de impugnación de sentencias
firmes. No se refiere ai medio de impugnación, que nn es recurso, llamado
incidente y que está regulado en otra parte del mismo cuerpo normativo.
L e g it im a c ió n pa r a im p u g n a r
R e n u n c ia a l d e r e c h o d e im p u g n a r
Así como una persona puede impugnar un acto procesal por tener legiti
mación para ello, puede renunciar a ese derecho. Esa es una consecuencia57
577 Precisamente, en la elapa de análisis dd proyecto con los jueces civiles, una de las
preocupaciones que externaron era que se permitiera a un tercero establecer recurso
de revocatoria. Se extrañaba esa posibilidad porque en Costa Rica, iradicionalmcttc.
a tos terceros solo se les tía permitido apelar. Al final, el código quedó con esa dispo
sición general nn referida a ningún recurso coiu-felo, cuestión que tendrá que delinear
la jurisprudencia. Queda entonces la interrogante: ¿pueden los terceros plantear cual
quier tipo de recurso?
426
Quien se vea competido por una resolución a realizar algún acto procesal,
podría pensar que interponiendo un recurso ganará tiempo. Para eliminar
cualquier sorpresa o malentendido en perjuicio de los litigantes, el código
señala con claridad, que la interposición de los recursos no interrumpe ni
suspende los plazos concedidos por la resolución impugnada, para la reali
zación o cumplimiento de (os actos procesales (65.4). En otras palabras, si
una resolución ordena hacer algo, el recurrente debe cumplir con lo orde
nado en el plazo establecido, a pesar de que haya impugnado, Si se espera
a que se le resuelva la impugnación y cumple posteriormente, la gestión
resultaría extemporánea y por lo tanto ineficaz. Tal regulación constituye
en el fondo, una forma de desmotivar Ja impugnación con fines dilatorios.
M o t i v a c i ó n d e la i m p u g n a c i ó n
42 7
428
429
de apelación, para que el órgano de alzada pueda resolver con plena compe
tencia, Las censuras delimitarán la actuación del juzgador de segunda ins
tancia, en este punto, como lo regula el articulo 565 del Código Procesal
Civil al decir que: "El superior no podrá, por lo tanto, enmendar o revocar
la resolución en la parte que no sea objeto del recurso, salvo que la varia
ción, en la parte que comprenda el recurso, requiera necesariamente modi
ficar o revocar otros puntos de la resolución apelada", (El subrayado no es
del original). Es claro, así, que el superior ejerce su competencia en función
del ruego específico del recurrente, quien al expresar los motivos de incon
formidad, fundamentando con ello su interés en apelar, delimita el control
que debe llevarse a cabo sobre lo decidido por el juez de primera instancia,
lo cual corresponde con la tesis moderna orientada hacia tina apelación li
mitada. en donde la revisión del primer proceso se realiza bajo estrictos lí
mites. El Tribunal Supremo Español, por ejemplo, ha señalado que la ape
lación tiene como finalidad comprobar la exactitud o inexactitud de los re
sultados obtenidos en eí proceso. En la nueva Ley de Enjuiciamiento Civil
Española, del 6 de enero del 2000, este tema se encuentra resuelto en forma
muy concreta. Como en el proceso no se pueden introducir asuntos nuevos,
fuera de las excepciones o limites calificados, en segunda instancia la acti
vidad revisora debe limitarse a las mismas pretensiones, oposiciones, prue
bas y conclusiones. La doctrina reciente referida a dicha Ley (Bonet Nava-
no (Angel). Los Recursos en el Proceso Civil, Madrid, La Ley-Actual idad,
S.A., 2000, p. 111) explica el contenido de la decisión del superior otorgado
por las partes para definir un cierto ámbito de conocimiento, en función del
mandato expreso del artículo 465,4, en punto a que e! fribunal deberá pro
nunciarse "... sobre los puntos y cuestiones planteados en el recurso y, en su
caso, en los escritos de oposición, o impugnación". Desde esa perspectiva,
un examen oficioso de la sentencia impugnada, no sólo desbordaría tas atri
buciones del tribunal de alzada, sino que afectaría Ja competencia, libertad
y autoridad del juez, de primera instancia, pues aunque el recurrente no tome
la iniciativa de exponer tos motivos por los cuales, a su juicio, le desfavore
ce lo resuelto, podría modificarse a capricho del superior, quien se sentiría
con absoluta libertad de explorar cada detalle del asunto, limitándose tan
solo con la prohibición de reformar en perjuicio, pero esta prohibición, en
su correcto sentido, debe entenderse íntimamente relacionada con la irnpo-
430
bien, como principio general de los recursos, está cí deber del órgano de
alzada de limitar su competencia a lo expresamente combatido, ya que ella
deriva de la impugnación, por ello se le señala como recurso en relación.
Siguiendo cí principio de legalidad procesal, la doctrina más generalizada
critica la tesis minoritaria de otorgarse a sí misma una competencia mayor
deí análisis del asunto, más allá de fo recurrido, porque en esc caso sería
desbordada. La competencia precisa la otorgan los reproches; consecuente
mente, el superior no puede entrar a conocer sobre ámbitos no rogados. En
Costa Rica, el proceso sigue el principio dispositivo. Las pretcnsiones, las
oposiciones, el ofrecimiento de pruebas, las conclusiones son patrimonio
exclusivo de las partes. El principio inquisitivo es d opuesto, propio de los
sistemas autoritarios y dictatoriales, donde el juez, dispone sohre tos alcan
ces de la pretensión, las posibilidades de las oposiciones (incluso defen
diendo a una de las partes, bajo el argumento de la defensa al más débil), y
disponiendo de prueba no ofrecida por las partes para la determinación de
una cierta “verdad real" impuesta por el interés público. Democráticamente,
cada ve/, se sostiene más la necesidad de fortalecer el principio dispositiva,
apoyando al más débil de la relación procesal a iravé.s de diferentes meca
nismos, pues el sustento fundamental del juez es la imparcialidad, por tal
razón no puede variar las pretensiones y, en principio, disponer de prueba
4l\
distinta a la ofrecida por las partes. Existe hoy la corriente denominada “(ja
ra nti sino Procesal" (en América Latina encabezada por Adolfo Al varado
Velloso) cuya tesis os repudiar todo sistema procesal autoritario. El primer
resultado se encuentra en materia penal donde se pasó del sistema inquisiti
vo al acusatorio. Otro tanto se intenta hacer en todas las materias distintas a
la penal, fundainentalmente desarrollando el principio del Derecho Romano
Judex secundum llegata et probata partium decidero debet, el cual tantas
veces ha citado nuestra Salado Casación. Ello implica que el juez sólo pue
de resolver, en el caso de ta apelación, sobre lo alegado por las partes y no
le es dable pronunciarse sobre algo diferente.” - (Lo anteriores un resumen,
casi textual de lo dicho por la Sala Primera de la Corte Suprema de Justicia
en Resolución No, l95-f-02 de las dieciséis lloras quince minutos del veinte
de febrero del año dos mil dos, criterio seguido por el Tribunal Segundo
Civil, Sección Segunda en sentencia No. 385 de las 9:50 horas del 28 de
setiembre de 2001, ambos órganos jurisdiccionales, amparados en lo resuel
to por la Sala Constitucional en sentencias números 5798-98 y 1306-99).”
J7S
432
Ejecución provisional
D esistimiento de la im pu g n a ció n
433
P r o v id en cia s
434
(65.9). La razón du esto última disposición, es evitar que tino parte intere
sada en lo di loción del procedimiento cuestione todas las providencias y
que por cada uno de esos o ucs liona miemos d tribunal tengo que emitir un
pronunciamiento. Admitir esa posibilidad es ir contra la seriedad del IiLigio
y permitir d irrespeto al tribunal.
R ecurso de revocatoria
■135
E l R E C U R S O DE A P E L A C I Ó N
436
57(> nivel intenuctotial, se acusa a alguno; países limnoanieri canos ser veneradores
a
du la segunda instancia. Se dice que a Ion tribuna les de primo a i usencia lesyustaque
el superior revise ct trabajo y a los de segunda insume in, ks, parece que cu vjruid
de su mayor cminoimientny entegnrííi deben revisarle Lodo ;lJ inferior
ÍRO Durante la LÜscusnm del proyecto, a un grupo do perdonas ju/guJoras no k pareció
la eliminación del reunirse de apelación en cuanto a Ihs senkueus de los procesos
L>rt1niLLrÍLh;i de mayor cuantía, Aleaban que ira necesaria la exisicnda de segunda ins
tancia de acuerdo con i a Convención Americana de Derechos Humanos. Tal criterio
fio varió la idea del Código, pues la Sala ConstilLrciunul l!c Costa Rica, lia Pialado
que dicha Convención sóto esige la existencia de la segunda instancia para los pro
ceros penales y no para los civiles. La -Sala CoristilucionaE, en sentencias 64E J2-IW3
y ú375-lt>'J4 expresó qLic en cnanto a resoluciones apelables, el articulo 8,2 inciso h)
de La Convención Americana de Derechos Humanos, solo se aplica en materia penal.
Con ese Criterio coincide La doctrina procesal y hasta el Tribunal Supremo Español,
expresando, cu lo que respecta a las resoluciones apela Liles, qüc se Lraln de una cucs-
4.37
A p e l a c ió n de a u t o s
lió» (fe politieu legislativa, por lo que el legislador es libre de limitar los recursos o
incluso elimiikirlrts. ulendicitdu a los intereses enjuego.
43f?
Eso su entundía en el sistema escrito, en que las partes pocas veces se re
unían a debatir. Ahora, mediante el proceso por audiencias, muchas de Jas
cuestiones álgidas del proceso podrán ventilarse en las comparecencias. En
realidad, de acuerdo con la doctrina, la introducción de la o ral idad, justifica
la limitación del recurso de apelación en cuanto a los autos, al extremo que
algunos piensan incluso en un proceso en única instancia.5,11
En la nueva normativa procederá ct recurso de apelación únicamente contra
las resoluciones que expresamente se disponga (67.1). Se elimina Ja pro
blemática existente durante la vigencia de! Código Procesal Civil de 1990,
en que era particularmente difícil determinar que autos eran apelables. Se
simplifica el sistema, enumerando todos los autos impugnables mediante
apelación cu un solo artículo (67,3). Lo que no esté en esa norma, no tiene
apelación y será innecesario buscar en las demás disposiciones.
I lacer esa lista, implicó un análisis concienzudo y de tal ludo de todas y cada
una de las resoluciones que tenían apelación durante la vigencia del ( ’ódigo
Procesal Civil, excluyendo en esta nueva normativa, todas aquellas que ya
no merecían conservar dicha forma de impugnación. Por ejemplo, una de
las resoluciones que no tendrá apelación es La que rechaza prueba, lu que
provoca estupor entre quienes desconocen el nuevo sistema procesal. No
comprenden que ya no se justifica darle apelación a una resolución que ?>c
dieta en presencia de las partes, después de que éstas conjuntamente con
el tribunal lian determinado los hechos controvertidos y como consecuen
cia habrán discutido y ponderado la necesidad y utilidad de cada medio de
prueba propuesto. Tampoco se comprende que si se le da apelación a la
resolución que rechaza prueba, que se dicta en la audiencia preliminar, esa
sería tina causa constante de suspensión de audiencias pura que el superior
conozca el recurso. Y La solución en este caso no os la apelación diferida,
porque ta apelación diferida, como lo veremos oportunamente, solo funcio
na en la audiencia de práctica de prueba. Por ello, en los sistemas procesales
influenciados por la oral ¡dad, bien concebidos, no es común que se admite
apelación de la resolución que rechaza prueba.
439
440
441
442
443
de nulidad es una medida grave, razón por !a cual la doctrina y este mismo
código restringen tal decreto. Desde esa perspectiva, nada más justificado
que darle apelación a tina resolución que disponga una sanción tan dañina.
Por el contrario, la resolución que deniegue una solicitud de declaratoria de
nulidad, no tendrá apelación.
Emita pronunciamiento sobre el fondode un , salvo que
la nulidad(67,3.12). El incidental es un proceso. Se presume que el pronun
ciamiento sobre el fondo de un incidente se reliere a un aspecto trascendente
del proceso. Por ese motivo se establece la posibilidad de recurrido en ape
lación. Se excluye el supuesto en que se deniegue la nulidad para ser conse
cuentes con el inciso 11 del articulo 67,3, Y es que la resolución de fondo de
un incidente de nulidad rechazado no puede ser apelable, porque el sistema
influenciado pfir la oral idad no lo permite, Muchos incidentes de nulidad se
resolverán en las audiencias orales y si se da la posibilidad de apelar de las
resoluciones que se emitan rechazando esas solicitudes de nulidad, algunas
con fines puramente dilatorios, las audiencias serán interminables.
Diponga la entregadel inmueble por falta pago de dif
ler [67.3. 13). lin la nueva normativa se establece la posibilidad de que en un
proceso que involucro el pago de rentas, se prevenga al demandado el pago
de las rentas posteriores, mientras se tramita el proceso. Si el demandado no
paga las rentas posteriores o no paga las diferencias de alquiler, procede el
desalojo en forma inmediata (104.4). Una resolución con esos efectos debe
tener apelación y asi lo entendió el legislador.
Se pronuncie sobre la fijaciónde (h
ra67.
on
la retribución por la prestación de un servicio. En este caso se refiere a cual
quier tipo de honorarios (peritos, curadores, al buceas, etcétera). Dada su
trascendencia, el legislador ha querido conceder recurso de apelación a la
resolución que se pronuncia sobre tul fijación. Y cuando se dice que procede
contra la resolución que se pronuncia sobre tal aspecto, se quiere decir, de
la resolución que admite o rechaza la fijación. Lógicamente, es recurrible,
además, cuando no hay conformidad con el monto fijado. Pero no toda re
solución que se pronuncia sobre honorarios tiene apelación. El código ex
cluye la posibilidad de recurrir en apelación, los autos que se dicten sobre
‘144
445
recurso tic apelación.4” El nuevo código procesal civil toma partido en esa
discusión y señala claramente que es apelable la resolución que resuelva
sobre la remoción del albacea. Se entiende que anle una solicitud, sea que
se acoja o rechace, lo que se resuelva es apelable. Y si la remoción se dispo
ne de oficio, el pronunciamiento es impugnable en apelación. Es claro que
privó el derecho del albacea cuestionado a que su separación sea analizada
por una instancia superior.
Resuelva deforma definifiva sobre lade cue
Código contempla varios supuestos de rendición de cuentas (abogados, al-
bacoas, curadores, etcétera). En lodos esos supuestos, para la rendición de
cuentas se debe seguir el procedimiento previsto legal mente {147) y al final
el tribunal tendrá que emitir un pronunciamiento decidiendo si las aprueba
o no. Esa resolución es apelable, como debe serlo, por su trascendencia pura
los derechos de los contendientes.
Deniegue la reapertura del proceso sucesorio (67.3.21). Después de ter
minado un proceso sucesorio es posible sll reapertura (por ejemplo, porque
aparecieron otros bienes) (134.1), Si la solicitud de reapertura es denegada,
tal resolución es apelable y así debe ser. En realidad, se trata de una denega
ción al acceso a la justicia y una disposición como esa debe ser revisada en
otra instancia, como es Ja línea general de este código.
Se pronuncie sobre la adjudicacióntransmisión acto sucesorio
en el extranjero(67.3,22). El reconocimiento de un acto del proceso suce
sorio que se realice en el extranjero, es un pronunciamiento de gran trascen
dencia porque determina la adjudicación de bienes de la persona fallecida
(135). Eso justifica, como lo entendió el legislador, que tenga apelación lo
que sobre ello se resuelva.
Deniegue la ejecución provista(67.3.23). Una de las novedades que tie
ne el Código Procesal Civil es un moderno sistema de ejecución provisio
nal. generalmente, sin necesidad de caución (147). Garantizar el funciona
miento idóneo de esc sistema, empieza por asegurarle a b parle interesada
el acceso a ese mecanismo de ejecución. Desde esa perspectiva, una resohi-
5X3 Fn ese SLüilidn plicátil verse entre muchas otras, resoluciones 777-20 U) y 81U-2U10
del Tribnrtísl Primero Ci\ ¡I <fe San José.
4á6
447
448
«9
585 Durante la redacción del proyecto un grupo de jueces civiles propuso eliminar el
concepto trascendente. Lj Comisión Rodadora no lo estimó conveniente, pues la
450
A p ela c ió n diferida
introducción de esc concepto tiene como fin a lid a d evitar que con cualquier gestión
intrascendente se atrase el procedan iettU>.
451
4S2
til recurso de apeloción, como lodos sabemos, os d medio que ha. establecí’
do la doctrina y las legislaciones para impugnar resoluciones que no están
firmes. Una de las características funda mentales de ese tipo de recurso, es
que d expediente se remite a una secunda instancia superior jerárquica,
para que revise lo resuelto por h persona juzgadora de primera instancia.
En relación con el recurso de apelación la doctrina ha tenido dos gratules
preocupaciones: garantizar la idoneidad de las resoluciones y disminuir los
electos negativos que produce, en d procedimiento y en la celeridad de la
justicia, el trámite de una apelación.
Durante Ja vigencia del sistema de la escritura esas eran las dos preocupa
■
ciones de la docLrina y de los legisladores. Hoy con la introducción de la
oral idad se introduce una tercera inquietud: ¿Cómo garantizar el derecho
a la segunda instancia, cuando es necesario, sin afectar el desarrollo de las
audiencias orales? Hay que reconocer que seria muy dañino para la celeri
dad de! procedimiento y para hacer realidad el principio de justicia pronta
y cumplida, que cada vez que una de las partes este en desacuerdo eon una
resolución judicial, en la audiencia oral, pueda establecer recurso de apela
ción. Aún más grave serta, que como consecuencia de ese recurso se abra
una segunda instancia, con remisión del expediente a otro órgano jurisdic
cional de superior categoría.
Con La finalidad de superar esa dificultad surge el instituto de la apelación
diferida que tiene como antecedente el articulo 340 de! Códice Di Proccdu-
ra Civile italiano.
Siempre que se expone sohrc un instituto científico se intenta dar una defi
nición, Tengo la idea, de que el ensayo de conceptos debe tener como finali
dad darle al lector o al oyente una ubicación primaria y básica sobre lo que
se va a tratar. Es asi, porque el eon oe imi en Lo de un instituto solo se logra
una vez que se han estudiado todas sus características.
Para dar una idea de cómo concebirlo, cito textual mente lo que dice el Có
digo General del Proceso de Uruguay, que conceptúa al diler¡miento como
un efecto de cierto tipo de apelaciones:
*51
A5A
45S
456
457
juzgadora olvide lo percibido cri la audiencia. Es por esa razón que ese ar
tículo dice, que si la apelación se formula en la audiencia de pruebas no se
suspende la audiencia, salvo que la resolución le ponga fin al proceso y si
el aspecto recurrido no tiene efectos suspensivos la apelación se tendrá por
interpuesta en forma diferida. La redacción de la norma es correcta, si la re
solución que se dicta le pone fin al proceso y se formula apelación, lo que se
produce es una suspensión de la audiencia, al menos hasta que se resuelva la
apelación, porque si esa resolución es confirmada lo que se da es la termina
ción del litigio, pero tal terminación es una eventualidad. Si la resolución no
tiene efectos suspensivos, lo que se da es tratamiento de apelación diferida,
pues el proceso puede continuar a pesar de la existencia de la impugnación.
No sobra decir, porque la legislación parte de esa base, que aún la apelación
diferida, debe ser fundamentada al momento de su interposición, bajo san
ción de rechazo de piano ante esa omisión (65.5),
Tratándose de procesos en los que la sentencia no tiene apelación, no es
procedente la apelación diferida. Si la sentencia no tiene apelación lo que
tendrá es casación, en cuyo caso, la propuesta legislativa le permite a la
parte afectada que al impugnar la sentencia mediante el recurso de casación,
haga valer la inconformidad, si to alegado constituye motivo de casación.
El disímil tratamiento se justifica en que los procesos que gozan del recurso
de casación serán conocidos en primera instancia por tribunales colegiados,
respecto de los cuales se entiende que constituyen mayor garantía de obser
vancia del debido proceso.
456
A p e l a c ió n e»o r i n a d m i s i ó n
459
5R6 En l:i legislación uruguaya se admite ¡a apelación por inadmisión aunque se trate de
un supuesto Je apelación con efeelo dilerido. (Articulo 262 del Código General del
Proceso).
5H7 Estableciendo que el recurso de apelación por inadmisión se puede presentar ante ei
mismo tribunal que denegó» el recurso, lo que se pretende es raed llar el acceso a los
recursos cuando legalmente procedan. Con ello se evita lo que sucedía durante la
' igencia del Código Procesal Civil de I9V0, que una pane que tramitaba un proceso
ordinario en Liberta debía hacer un gran esfuerzo para plantear una apelación por in
admisión en el IVihunal Segundo Civil de San José, Pe todas Jórmas, la presentación
ante el mismo tribunal que denegó el recurso propicia la inmediación característica
de un proceso mil tiene indo por la oral idad.
4Ó0
461
La s e g u n d a in s t a n c ia
46?
RECURSO DE CASACION
4ó<1
Ja Ley sokre curación civil de JÜ7S y en Itt I-LC de IS>¡ J reformada recientemente en
1984 y en 1992.
591 Ortclts TDerecho I*rocesut C ivil,, Qb. C Li_s púg. >ófl.
592 Ortclis r Derechu /'m-cvW Civil., Ob. Cii.„ psíg. íúO.
59.1 Ltaelrina (jue compartimos se manifiesta muyorícariumunU; contraría [ti ímmk'itimiim-
in Je la láse de admisión del recurso dé casación >misma que su considera inútil y
L|ue sololéTiia ¡ujitilkíicióii iiúdiibiénle cumulo su repartid l¡i admisión y lu decisión
del reLtjrsn un Jivur^is S;ikis del hihuial Supremo. R*ta fasu earecc actualmente de
iodo sentido porque eonlrilutye llretardar, en ki mayoría du lo* ulisos, la decisión de
los recursos de eusaeióu. Serra. El recama de cusución en el Anteproyecto, Ob. CiL,
465
Desde la perspectiva que ¿i nosotros nos interesa, quizá una ele las caracterís
ticas esenciales del recurso de casación en España, que se mantiene, sea su
limitación a los errores producidos en d enjuiciamiento jurídico de la pre
tensión y de las defensas de fondo hechas valer por las partes, es decir, sólo
permite denunciar errores de derecho,''* Consideramos que esa limitación y,
por tanto, exclusión de tas cuestiones procesales de este recurso, constituye
una restricción a la alegación de defectos procesales con fines meramente
dilatorios, lo que permitirá una mayor concentración del procedimiento.
La exclusión del análisis de los errores de hecho en el recurso de casación,
a pesar de constituir una característica que atiende a la naturaleza de este
recurso, tiene efectos sobre la inmediación en el procedimiento de primera
instancia. Si en una primera etapa el proceso se ha tramitado con inmedia
ción y en la segunda este principio se ha respetado; en casación no existe
posibilidad de inobservancia de la inmediación que se tuvo anteriormente,
pues no es posible aquí, variar la relación Táctica proveniente de la senten
cias anteriores. Por esa razón, ni siquiera cuando en la segunda instancia se
ha vulnerado el principio de inmediación, el recurso de casación propicia
esa infracción, por cuanto en éste prevalece la relación fáctiea contenida en
la sentencia objeto de su conocimiento.
La principal manifestación de ora ¡idad e inmediación en el procedimiento
del recurso de casación en España es la vista, sin embargo, su celebración
es una eventualidad casi descartada. En primer lugar, se dispone la potestad
del tribunal de casación de decidir lo que considere conveniente para la
mejor impaitición de justicia en relación con su celebración y, en segundo
lugar, ésta sólo es obligatoria si lo solicitan todas las partes (4X6.21'), lo que
alguna doctrina considera una desacertada regulación.w
En síntesis, se puede decir que el recurso de casación en España, a partir de
la Ley de Enjuiciamiento Civil 1/2000, atiende al principio de concentra
ción, es respetuoso de la inmediación contenida en el procedimiento en sus
etapas anteriores y sólo contiene una eventual vista como manifestación de
oral ¡dad y posibilidad de que se dé la inmediación en su tramitación.594
466
46?
468
469
C a u s a l e s del r e c u r s o d e c a s a c i ó n
470
(i00 Duran te el análisis y validación del proyecto de código procesal civil, un grupo de
personas juzgadoras de la jurisdicción civil recomendó: "Eliminar lo al
471
472
473
601 L{> relativo a la apreciación de la prueba es Kmprocesal que está regulado en el arti
culo d 1.5 del Código Procesal Ch ¡I.
474
602 Véase como al quebranto de la cosa juzgada se le da un tratamiento similar a las cau
sales de orden procesal, pues se exige que ese aspecto se haya alegado oportunamente.
475
P r o c e d im ie n t o d e l r e c u r s o d e c a s a c ió n en el C ó d i g o
P r o c e s a l C iv il
476
mativa establecí; que debe hacerse ante el tribunal que dictó la resolución
recurrida (69.3). El cambio encuentra sus lento, en que 3a presentación del
recurso ante la Sala no implicaba ninguna ventaja. SÍ las partes querían
presentarlo por escrito y personalmente, las obligaba a desplazarse grandes
distancias, lo que implicaba una incomodidad y una dificultad de acceso a
la justicia. Una ve?, presentado el recurso ante la Sala, se iniciaba toda una
tramito logia que incluía pedir el expediente al tribunal de primera instancia.
De ahora en adelante, el recurso se presenta ante el Tribunal que dictó la
resolución que se impugna, el que se limitará a remitir el expediente físico
o digital a la Sata de Casación. La Sala de Casación realizará el estudio de
admisibilidad que corresponde.
No dice el Código que deba presentarse por escrito, pero tomando en cuen
ta el plazo que se da. no hay duda que tiene que ser de esa forma; en otras
palabras, que no está prevista la presentación de recursos de casación en
forma oral. H! legislador, atendiendo al tecnicismo que rodea al recurso
de casación, ha preferido que ese medio de impugnación se formalice por
escrito. Y el concepto escritura debe verse en sentido amplio, incluyendo la
utilización de cualquier tecnología moderna de documentación.
L1 plazo para presentar e! recurso es de quince dias (69.3), a partir del día
inmediato siguiente a aquel en que quedó notificada la resolución a todas
las partes (30,5).
477
603 579# de 1998 y 1306 de 1999 tic la Sala Constitucional y 195 de 2002 de la Sala
Primera de la Corte Suprema de Justicia.
473
479
La resolución im
pugnada,noinfante esfe de recurso (69.5.3), Como
vimos oportunamente, no todas las resoluciones son susceptibles de impug-
nación mediante el recurso de casación. Desde esa perspectiva, constatado
que se interpone dicho recurso contra una resolución que no es de las pre
vistas por el legislador para ser cuestionada por este medio, el rechazo do
plano se impone.
No se expresan con claridad y precisiónlas (69.5.4).
Este código exige que al interponer el recurso, so expresen los motivos con
cretos constitutivos del fundamento de Ea casación, expuestos en forma or
denada, clara y concisa (69.4.3). La ausencia de expresión clara y precisa de
las infracciones acusadas, supone que se haya presentado un escrito, tan mal
redactado, que es imposible, para la Sala, saber tos motivos por los que se
interpone el recurso. Aunque el nuevo recurso de casación no es formalista,
atendiendo al principio dispositivo y a la idea de congruencia recursiva, no
es admisible que la Sala de Casación se vea obligada a interpretar un escrito
(mal redactado) para suponer cuales son los motivos. Y eso no es posible,
porque mediante la interpretación de un escrito de impugnación, se cae en el
peligro de afectar a la parte contraria, dando por cuestionados aspectos que
quizá no fueron objetados.
Se omite fundamentarlo juridiemnente(69.5.5). La mención de las normas
de derecho infringidas o erróneamente aplicadas (69.4.2), es un requisito
del recurso de casación. Si el recurso no se fundamenta jurídicamente, sig
nifica que no se indican las normas legales que lo sustentan. Si es asi, será
imposible un análisis jurídico del recurso. En esas circunstancias, el i echazo
de plano debe ser inminente.
Tratándose de una nulidad procesal no sea de las previstas como causal,
no sea reclamada ante el tribunal correspondiente, o no se haya interpuesto
recurso contra lo resuelto al invocarla (69.5.6). El código establece una lista
de causales procesales que vimos oportunamente (69.2). Si se fundamenta
el recurso de casación en una causal que no es de las expresamente señala
das se debe rechazar de plano. Esta es una regla que deja muy poco margen
para el análisis de admisibilidad. Si se tuvo la oportunidad de reclamar un
motivo de nulidad y no se hizo, el recurso debe ser rechazado de plano. Si se
alegó La causal, el tribunal de primera instancia resolvió y la parte interesada
480
íitló Rivcro Sánchez, Juan Marcos, Ley General de Arrendamientos Urbanos y Suburba
nos comentada, Luiciones Jurídicas Arete, 1999, pág. 19 y 20,
bOíi ftivero Sánchez, Üb, t u,, pac. 19 y JU.
431
482
Una vez que el expediente ingresa a la sala do casación, ésta debe resolver
sobre la admisión del recurso, St lo admite, de oficio o a solicitud de parte
y siempre que lo estime pertinente convoca a una audiencia oral (69.7,2).
Véase que la audiencia oral no es un trámite ordinario. Es, si se quiere, ex
cepcional, pues la Sala solo ordena su realización de oficio si lo estima per
tinente. Incluso, si lo pide una parte o ambas, solo convoca a audiencia oral
si lo considera necesario. En otras palabras, que la convocatoria a audiencia
oral no depende solo de que las partes lo pidan, sino de ío que la Sala estime
necesario. Tal forma de regulación tiene una explicación. El señalamiento
para audiencia oral puede constituir un mecanismo para dilatar el procedi
miento. de tal forma que si la Sala entiende que esa actividad es innecesaria
puede prescindir de ella, evitando así desperdicio de tiempo y esfuerzo.
Tratándose el de casación de un recurso extraordinario, limitado a las cau
sales ex presumen te señaladas, ta admisión de prueba en esta instancia tiene
carácter restrictivo y excepcional. Unicamente es posible admitir prueba
que sea estrictamente necesaria para resolver los puntos objeto de impugna
ción. cuando no se haya podido ofrecer o practicar en primera instancia por
causas ajenas a la parte. La Sala solo puede ordenar prueba de olie io cuando
sea indispensable (69,7.3).
Cuando se realice audiencia oral ésta debe ser presidida por el integrante
relator. La asistencia del recurrente a la audiencia oral, cuando iiavu pedido
su celebración, es fundamental para sus intereses. Es así. porque la ausencia
injustificada de la parte recurrente que la pidió, implica que la Sala tenga
por desistido tácitamente el recurso.
La audiencia debe iniciar con la identificación del proceso, la mención de
las parles iníervinientes y la indicación de la forma como se va a desarrollar
la audiencia. El presidente debe dar la palabra, en primer lugar, a la parte
recurrente, indicando el tiempo durante d cual hará su exposición, debe
requerirle que lo baga de forma ordenada en cuanto a cada uno de los vicios
acusados.
!,n Sala no debe permitir la lectura de escritos, ni documentos, salvo que se
trate de citas de pruebas o de textos legales o doctrinarios, que pueden ser
leídos únicamente en lo conducente.
A&3
434
4S5
48Ó
REVISION
a»7
438
P rocedimiento df la revisión
4B9
490
SENTENCIA DE LA REVISIÓN
491
.G a s t o s of f u n c i o n a r i o s y e m p l e a d o s judiciales y o t r o s
AUXILIARES
lil Código Procesal Civil establece una regla de principio: ningún servidor
judicial podrá recibir remuneración o retribución de las partes por el desem
peño de su función. Tal disposición se entiende perfectamente tratándose de
servidores judiciales que son empleados o funcionarios del Poder Judicial.
Permitir que además del salario reciban remuneraciones o retribuciones, es
abrir el camino a la corrupción. No obstante, el legislador tiene conciencia
que en ciertos supuestos es indispensable que a los funcionarios o emplea
dos judiciales se les pague el transporte, el hospedaje y hasta la alimenta
ción para ia realización de actuaciones judiciales. Con el nuevo código ello
será muy común, tomando en cuenta que los tribunales se pueden desplazar
a cualquier lugar del país para la vigencia del principio de inmediación. Kn
tal caso, el tribunal debe fi jar un monto prudencial y prevenir su depósito
a las partes antes de la celebración de la actuación judicial, con indicación
expresEi de la cantidad correspondiente a cada empicado o funcionario ju
dicial (74),
Tratándose auxiliares judiciales externos, que no son empleados judiciales,
como los ejecutores, peritos y otros auxiliares judiciales, se dispone que la
Corle Suprema de Justicia reglamentará lo relativo a sus honorarios (74).
492
D ietas y c a st o s de testig o s
H onorarios dc a b o ca d o
493
494
pagarle al abogado una suma mayor, ht parle contraria no tiene que pagar
esa suma cuando sea condenada en costas, sino la que diga la ley y el decre
to correspondiente.
Convenio deCuota Litis. Es una modalidad de fijación contractual. La parte
y su abogado acuerdan que de lo que se obtenga el abogado recibirá un por
centaje. Este es un contrato que Ja doctrina antigua veía con matos ojos por
el interés personal que asume el abogado con el caso concreto. Su licitud
es una de las grandes preocupaciones de la doctrina. Quizá por esa razón el
código comienza diciendo, que es lícito el convenio de cuota litis entre el
abogado y su cliente, siempre que no exceda det cincuenta por ciento (50%)
de lo que, por todo concepto se obtenga en el proceso respectivo (76.5). Se
preocupa el legislador, para evitar abusos, de señalar que esc porcentaje
comprenderá hasta el proceso de ejecución de sentencia, de cualquier na
turaleza que este sea, en el caso en que el profesional supedite el cobro de
sus emolumentos al triunfo de la demanda u otro resultado favorable que
las partes determinen.
En cuanto a los requisitos del convenio, éste debe constar por escrito. Se
dehe disponer sobre et modo cómo se han de repartir o asumir los castos,
garantías o los resultados adversos del proceso. F.s nula cualquier estipu
lación que conceda mayores beneficios a favor del abogado aún por inter
medio de terceros y la cesión que se haga con la finalidad de permitir el
ejercicio ilegal de la profesión de abogado (76,5. pá. Io).
El abogado que renuncia sin justa causa no puede cobrar suma alguna. Si
la separación se da por imposibilidad legal o material, o por decisión uni
lateral del cliente, antes de que el proceso concluya, el abogado o sus cau-
sahabicntes tienen derecho a una retribución proporcional a la contribución
del profesional en la obtención del resultado favorable que, en definitiva, se
alcance (76.5,pá,2°). Dicho honorario se debe liquidar una vez concluido
el proceso o definida la situación jurídica de la cual dependía el honorario
de éxito. Cuando se suscriba con varios abogados se deben establecer las
obligaciones de cada uno, el porcentaje estipulado se distribuirá proporcio
nal mente entre ellos o conforme a lo pactado y la separación de uno de los
abogados no implica terminación del contrato, salvo disposición en contra
rio (76,5 ,pá,2*'),
495
496
C o st a s
Se entiende por costas, los gastos en que incurren las partes como conse
cuencia directa e inmediata de la tramitación de un proceso jurisdiccional.
Se consideran costas (73.1) los honorarios de abogado, la indemnización
de! tiempo invertido por las parles en asistirá los actos del procedimiento en
que es necesaria su presencia y los demás gastos indispensables del proceso
(fotocopias, honorarios de perito, dietas de testigos, etcétera).
El código procesal civil de 1990, hacía distinción expresa entre costas per
sonales y costas procesales. El nuevo código no contiene un artículo que los
identifique expresamente, pero mantienen la distinción, liso se puede ver al
final del artículo 76.4 en cuanto relaciona la fijación de honorarios de abo
gado cotí las costas personales. En definitiva, es posible seguir entendiendo
que las costas personales son Jos honorarios de ahogado que la parte tuvo61
611 -Se rompe con Iíi erudición costarricense, se^ún la cual, la resolución filial d d inciden-
ie de cohio de honorarios lenta hasin reeurso de casación.
497
C o n d e n a en c o s t a s
E x e n c ió n d e c o n d e n a en c o s t a s
f*l 2 Asi lo ciilelidiu el derogado articulo 226 del Código Procesal Civil de 1990,
613 Si hay que notificar a un demandado en España, no parece un gaslo indispensable pa
garle a tm notario para que v, ¡aje Imvta esc paisa practicar la notificación, si «posible
hacerlo medíanle el Cónsul de Cosía Rica en ese país.
498
C o n d e n a en c o s t a s en c a s o s d e p l u r a l id a d s u b je t iv a
499
GARANTÍAS
óM Medíanle Ley 7709 de 2t) de ndubre de 1997, se derogaron Los aníeulos 284 y 285
Hne s.T- releríuti |L hi garantía de cestas, que ya venía siendo cuestionada desde la
perspectiva constitucional. Por error, olvidando que tas garantáis no solo se refieren
lI eos Las, derogaron el artículo 2X6, que aquí se rescata en lo fundamental,
6] 5 99 de 1992 del Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda.
6 Ib 315 do 1992 del Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda,
617 3-56 del Tribunal Segundo Civil. Sección Primera.
61» 1X2 de 1989 del Tribunal Segundo Civil, Sección Segunda
619 11 de 1995 del Tribu nal Segundo Civil, Sección Primera.
500
nos, hagan difícil su oobro, El tribunal debe disponer lo necesario para l)liij
la garantía se mantenga por todo el tiempo que la vigencia sea necesaria, es
decir, debe exigir garantías que subsistan durante la pendencia del proceso.
Finalmente, establece que la exigíbilidad de la garantía no podrá ser en
ningún caso mayor a un año plazo; en otras palabras, que la garantía debe
ser cxigible en un plazo máximo de un año y si transcurrido ese plazo el
proceso no ha terminado, se debe proceder a su revalidación o sustitución.
En lo que se refiere a la garantía hipotecaria, solo se admite cuando sea
de primer grado y sobre bienes inscritos (75,pá,2), Para ello es necesario
presentar un avalúo del inmueble, realizado por un profesional idóneo y de
mostrar que el bien está libre de gravámenes y anotaciones. FJ avalúo que se
presente debe detallar la ubicación, Ea extensión y la naturaleza del inmue
ble y una relación de todo lo que en él exista. La hipoteca debe otorgarse
a nombre del juzgado respectivo, con vencimiento condicionado al evento
garantizado y un interés de mora igual a la tasa básica pasiva vigente en el
Sistema Bancario Nacional en el momento del otorgamiento.
Si en algún momento la garantía estuviera en riesgo de perder su eficacia
{por prescripción por ejemplo), el tribunal dispondrá su renovación o sus
titución, bajo apercibimiento de ejecutarla inmediatamente o de dejar sin
efecto las medidas o beneficios garantizados (7ó.pá.2u).
TUTELA CAUTELAR
501
P rincieales c a r a c t e r í s t i c a s d e las m e d i d a s c a u t e l a r e s
Aunque la doctrina procesal señala muchas otras y cada autor entiende que
es posible ampliar la lisia, las principales características que se reconocen a
la Hílela cautelar son:
Provisionatidad. No son disposiciones judiciales definid vas^ sino provisio
nales, Las resoluciones que las disponen, nunca tendrían autoridad y efica
cia de cosa juzgada (no serán inminables).
Accesoriedad. IJe acuerdo con nuestra legislación (77), el proceso cautelar,
puede ser instaurado antes o en el curso del proceso principal, pero siempre
formará parte de este,
Prevenfividad. bise carácter se observa, en cuanto tienen como fin impedir
que el demandado realice actos que imposibiliten o di fien lien la efectividad
de la sentencia (78).
Responsabilidad, Las medidas cautelares se decretan bajo la responsabili
dad de quien las lia solicitado (77). Así lo dispone el Código procesal civil
al señalar que sal\o disposición expresa en contrario, estas se decretarán
bajo ]a responsabilidad de la parle que las solicitó (77). Precisamente, para
disminuir los daños y perjuicios que se puedan causar, en algunos casos se
exige rendir una garantía (SO).
im tw n ten ia lid ú d . Nunca son un fin en sí mismas, están supeditadas a Ili
emanación de una resolución definitiva suyos frutos aseguran preventiva
mente. Su fin inmediato es asegurar la. eficacia práctica de la resolución
definitiva.
Temporalidad.Sus electos están limitados en el tiempo. Su duración está
limitada, como máximo a la duración del proceso.
Variabilidad,Eslán expuestas a ser variadas por el tribunal de acuerdo con
las circunstancias (81).
Proporcionalidad. Para la adopción de las medidas cautelares debe ponde
rarse el derecho de quien solicita la protección cautelar y el de quien se verá
afectado por esa medida. Por ello, las medidas que se ado píen deben ser
proporcionales con el presunto derecho reclamado o que se va a demandar.
502
P resupuestos p a r a la a d o p c i ó n d e las m e d i d a s
CAUTELARES
No basta que una parlo solicite la adopción de medidas cautela res. Para
pedirlas y para decretarlas es indispensable que se cumplan ciertos presu
puestos que justifiquen su decreto,
A p a r i e n c i a t i c b u e n d e r e c h o {F u m a s )
Caución (garantías)
503
derechos de otra persona. Como garanda para los danos que una medida de
esta naturaleza pueda causar, en algunos supuestos, que veremos oportuna
mente, se exige el rendimiento de una garantía.
504
CAUTELARES
Como regla general, las medidas cautelares solo se pueden disponer a so
licitud de parle (77). Que solo se dispongan a solicitud de parte tiene dos
razones: la influencia del principio dispositivo, según el cual los tribunales
no actúan de oficio en intereses privados y la idea de responsabilidad de
quien solicita las medidas emite lares.. No obstante, lomando en cuenta que
pueden existir supuestos en que haya un interés público, se introduce una
excepción: salvo disposición expresa en contrario (77). Kn otras palabras,
se deja la salvedad de supuestos en que una disposición legal permita la
adopción de medidas cautelares de oficio (sin gestión de parte). Esa salve
dad encuentra su razón de ser en que este código pretendía ser un código
procesal general aplicable a todas las materias y por ello contiene muchas
disposiciones amplias, que podrían ser útiles en otras materias como familia
o laboral, por ejemplo.
Se puede pedir la adopción de medidas cautelares, antes de iniciar el proce
so, es decir, antes de la presentación de la demanda. Y también se pueden
solicitar en cualquier tipo de proceso, durante el procedimiento (77), en-
SG5
506
S07
SÜ8
lJyr:i t; vi lar discusiones futuras, Eli nueva normativa se preocupó por esta
blecer, en una disposición legal, el destino específico de las condenas por
monto lijo. Dispone, que en los supuestos en que este Código establezca la
obligación de rendir una garantía por monto fijo, ésta se debe hacer efectiva
a favor del afectado como indemnización mínima, sin perjuicio de que el
afectado reclame por dichos extremos una suma mayor (S5.pá3u).
M e d id a s c a u t e l a r e s t íp ic a s o n o m in a d a s
Corno vimos opon unamente, en la parte general de este tema, medidas cau
telares lipicas o nominadas, son aquellas que el legislador no solo identifica,
sino que las regula con cierto detalle. Vamos a ver cada una de ellas.
Embargo preventivo
El embargo ei> una medida cautelar, mediante la cual se incautan bienes. Ksa
incautación se puede realizar mediante dos procedimientos. La anotación
en d registro respectivo, cuando se trata de bienes muebles o inmuebles
inscribibles y la traba forma] del embargo cuando se trata de bienes mue
bles no inscribibles e inmuebles no inscritos. El embargo de un bien, es un
presupuesto indispensable para constituir un derecho a favor del acreedor
embargante, que le permitirá posteriormente pedir el remate de ese bien.
La doctrina distingue entre el embargo que es preve ni ívo y el que es ejecu
tivo. ti embargo es preventivo, en todo caso, cuando el derecho no lia sido
declarado mediante resolución lirme. El embargo es ejecutivo cuando el
derecho ha sido declarado. De hecho, tm embargo preventivo se transforma
cu ejecutivo, una vez que el derecho ha sido declarado.
Hn general puede ser objeto de embargo cualquier bien mueble o inmueble.
No obstante, d artículo 984 Jd Código Civil señala aquellos bienes que no
pueden ser afectados por una medida de esa naiuraleza/'-' Además de esas*509
62 3 ARTÍCULO 9üí4_- No pueden persei] ni nse, por ti ingím ae recdor, y en cou.wcuenci a no
podrán ser embargados ni ¡¡ecuestnidos en fnnna alguna: I) Lo?* múridos, en la parle
que el Código de Trabajo los declare inembargables- 2) Las jubilaciones, pensiones
y beneficios sociales del deudor y Jas pensiones aJimenlieias. E! menaje de easa
del deudor, artículos de uso doméstico y ropa necesarios p;ir¿i Uso personal de él, de
sij cónyuge y de los liijos dependientes que con él vivan, 4) Los libros, máquinas y
509
útiles necesarios para la profesión u olido tlel deudor. 5) l.os útiles e instrumentos del
artesano o agricultor, en cuanto sean necesarios para su trabajo individual y el de los
hijos que mantiene, ó) Los alimentos que existan en poder del deudor, en la cantidad
necesaria para el consumo de s i iramilia durante un mes. 7) Los derechos puramente
personales como el de uso y habitué ión y cualesquiera otros bienes que el deudor
haya adquirido a titulo gratuito bajo la condición de que no pueden ser perseguidos
por deuda, salvo las mejoras que provengan de su industria. No obstante, los bienes
indicados cu los incisos ,i), 4), y ?). pueden ser perseguidos por el respectivo acreedor
prendario, stemprc que el comíalo de prenda se encuentre debidamente inscrito; pero
los indicados en el inciso 3) sólo podrán perseguirse por el precio de su adquisición
cuando éste se hubiere efectuado a plazo. (Asi reformado por el articulo I*1de la Ley
V 6159 de 25 de noviembre de IV77). NOTA; 1.a Ley General de Prenda No.5 del
5 de octubre de I*341. en d articulo 4 de su Capitulo X “Disposiciones Transitorias",
adiciona el presente artículo en cuanto a la posibilidad de perseguir, por parte de
acreedor, ciertos bienes que allí se indican, siempre y cuando el contrato de prendase
encuentre debidamente inscrito).
S10
511
í*24 DLez-l’ieazo Giménez, loriado y otros. Derecho Procesal Civil. Ejecución Porzosa,
Procesos Especiales, Editorial Ceniru de HUidios Ramón Anjees S.A., 2000, pág.
3‘>3 y 3‘M.
512
S13
514
625 Ln t:i legislación española |727 inciso 10 de la LEC 1/2000), solo tiene que acreditar
que representa entre un 1% y uti 5%.
(>2(> Dicz-Pi cazo, Oh. Ci i,. pág- 397.
SIS
P r o c e d im ie n t o d e las m e d id a s c a u t e l a r e s
S1G
517
íj2S Asi justifica la doctrina la existencia de una normativa procesal internacional. Vés-
cnv'i, Eduardo, Derecho Procesal Civil Internacional, Ediciones Idea. Montevideo,
2000, pág. 10,
518
629 Vúscovi, Enrique, Derecho l'roccsat Civil Internacional, O h , t il,, pág. 13.
630 Véscovi, Ob. Cii., pies. 20 y21.
631 Vcscovi. Oh, t il.. pác.13.
519
Ef i c a c i a df sentencias y l a u d o s e x t r a ñ a r o s
520
521
A uxilio judicial in te r n a c io n a l
522
la ley procesal extranjera, estaríamos frente a una rama del derecho de ca
rácter territorial. .Sin embargo, el principio no es absoluto, pues existe, aun
que excepción al mente, posibilidad de aplicación extraterritorial de la ley
procesal. Normalmente los exhortos y cartas rogatorias, una ve/, llegados
al estado requerido, se tramitan conforme a sus leyes y normas procesales.
No obstante, se admite que, a solicitud del órgano jurisdiccional requirente
(el que hace la solicitud de auxilio), se pueda otorgar al exhorto una tra
mitación especial o la observancia de ciertas formalidades adicionales o
procedimientos especiales en la práctica de la actividad solicitada. Claro,
tal tramitación especial o formalidades adicionales, no se podrán aplicar,
si son incompatibles o contrarias a la legislación del estado requerido, o de
imposible cumplimiento por este.4,35
Recibida la solicitud de auxilio judicial internacional, la Sola correspon
diente deberá realizar el estudio de admisibilidad correspondiente. Sí es
procedente su tramitación debe ordenar que se cumpla lo solicitado. Para tal
electo, debe ordenar que se notifique a los interesados y adoptar las medidas
necesarias para garantizar el debido proceso y el electivo cumplimiento de
lo solicitado ( IOO.pá.21').
Finalmente, se introduce una disposición muy necesaria: las Salas solo tie
nen competencia para tramitar cartas rogatorias de órganos jurisdiccionales
( I00.pá.2"). Y se dice que esa disposición es muy necesaria, porque cons
tantemente llegan a la Sala solicitudes de auxilio judicial de instituciones
que no tienen la condición de órganos jurisdiccionales. Hay que tener pre
sente que el servicio que presta d Poder Judicial es el de auxilio judicial Jo
que excluye trámites que no tengan ese calificativo.
615 Véscovi, Ob. C.'il., pág. 77. Véase tilinta menta Imentc: Ar(. 10 tic la Convención ln-
teramencana de Lxhorios y (.'arlas Rogatorias y los an¡culos 5 y í> c.le la Convención
Intcramcncana sobre Recepción de Pruebas en el extranjero.
523
■ * EDiNexo