“QUIEN TIENE EL ESPÍRITU SANTO LO TIENE
TODO, NO LE HACE FALTA NADA”
En la experiencia vocacional a lo largo de nuestra
formación, quizás hemos puesto en cuestionamiento
nuestras capacidades para misionar, en ocasiones
hemos juzgado que no estamos preparados para
asumir diferentes campos donde el evangelio debe ser
predicado con fuerza y alegría, al igual notamos que
en el contexto en que nos encontramos la exigencia es
cada vez mayor y que la preparación ha de tomarse
con responsabilidad para contrarrestar los grandes
males que van apareciendo en nuestras comunidades y
en el mundo.
Aunque esta inseguridad pueda aparecer, en nuestro
corazón está el espíritu misionero de salir y extender
con la experiencia de fe el Evangelio de nuestro Señor
Jesucristo. Basta reconocer que no habrá nunca
evangelización sin la acción del Espíritu Santo, que
gracias a ese apoyo la Iglesia crece alentando cada
corazón a la conversión y haciendo nuevas todas las
cosas.
Que la fe de la Iglesia la vivamos a plenitud y
permitamos que el Espíritu nos mueva para que se
cumpla la palabra de Dios “no os preocupéis de qué
vais a hablar; Porque no seréis vosotros los que
hablaréis, sino el Espíritu Santo”
Sin el Espíritu Santo,
Dios está lejos,
Cristo permanece en el pasado,
el Evangelio es letra muerta,
la Iglesia una simple organización
la autoridad sería dominación,
la misión una propaganda,
el culto una evocación
y el actuar cristiano una moral de
esclavos.
Pero con la presencia del Espíritu,
el cosmos se eleva y gime en el
parto del Reino,
Cristo resucitado está presente,
el Evangelio es potencia de vida,
la Iglesia significa la comunión
trinitaria.
la autoridad es un servicio de
liberación,
la misión es un Pentecostés.
Ignacio IV Hazin