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¿Por qué tres de los terremotos más violentos que han sacudido México en los

últimos 38 años han ocurrido en la fecha del 19 de septiembre? ¿Es un día maldito o
sólo una casualidad?
¿Qué probabilidad hay de que tres de los terremotos más violentos
que han sacudido México en los últimos 38 años hayan sucedido
un 19 de septiembre? Estamos hablando de tres de los sismos de
magnitud mayor a 7 que sacudieron la región mexicana en los
últimos años, ocurriendo todos en esa misma fecha, pero en
diferentes años: 1985, 2017 y 2022. Esta extraña coincidencia ha
conseguido que el 19 de septiembre se gane el título de “Día
Maldito” y que gran cantidad de personas asuman que es una fecha
que “atrae” a los terremotos.
Sin embargo, ¿qué hay de cierto en esas afirmaciones? ¿Es posible
predecir los terremotos? Pues bien, la respuesta es no: hasta día de
hoy la predicción de los sismos no existe y no hay ningún patrón
que rija su aparición. Y, de hecho, aunque el 19 de septiembre te
parezca entonces una casualidad de lo más increíble, para la ciencia
no es “tan extraordinaria” y tiene un porqué más que razonable.

SIN PREDICCIÓN
Los terremotos son fenómenos naturales que no se pueden
predecir. Es decir, no es posible saber cuándo van a ocurrir con
anterioridad, ni existen temporadas (y mucho menos días concretos)
en las que es más probable que ocurra un sismo.
Y es que, los terremotos son resultado del desplazamiento de una
placa tectónica, es decir, uno de los fragmentos en los que está
dividida la corteza terrestre, sobre otra. Estos trozos de subsuelo se
desplazan, normalmente, de forma lenta y controlada, estructurando
a la superficie del planeta y originando los continentes y los
diferentes accidentes geográficos. Sin embargo, hay ocasiones en
que las placas chocan y necesitan deslizarse por encima o por
debajo de otras, ocasionando movimientos más bruscos y dando
lugar a los terremotos.
Así, aunque han existido diversos estudios cuyo objetivo era
conseguir alguna herramienta previsora, los resultados no han sido
fructíferos y, a día de hoy, no existe ninguna manera de predecir
cuándo el movimiento de las placas tectónicas va a producir un
terremoto. Sin embargo, sí ha sido posible delimitar
geográficamente las zonas más propensas a sufrirlos,
identificándolas con las áreas situadas en los bordes de las placas.

UNA TIERRA DE SISMOS


Una de esas zonas tan activas en cuestión de sismos es México
donde, a diario, se pueden llegar a producir una media de cuatro
temblores. Se trata de un país situado en el contexto de cinco placas
tectónicas: la del Caribe, la del Pacífico, la de Norteamérica, la de
Rivera y la de Cocos. Por si fuera poco, las últimas dos se
encuentran sumergidas por debajo de la placa de Norteamérica, lo
que provoca que cualquier pequeño movimiento en ellas pueda
ocasionar un temblor en la superficie.
Según el Servicio Sismológico Nacional de México (SSN), entre
1900 y 2022, la región ha sufrido un total de 260.634
terremotos, siendo 86 de ellos de una magnitud mayor o igual a
7.0. De hecho, solo en el año 2022 se produjeron un total de 29.872
temblores de diferentes magnitudes. Esto significa que,
estadísticamente, un sismo de magnitud mayor a 7 asolaría México
cada año y medio, aproximadamente.
¿Y qué pasa si ahora calculamos la probabilidad de que un terremoto
de esos coincida en fecha con otros dos ya ocurridos? Pues que,
como ya te habrás percatado, la probabilidad es escasa: no alcanza
el 1%. Sin embargo, esto no es tan remoto como parece, y es que la
intuición está haciendo de las suyas, pues esta no es la mejor forma
de encarar el problema.

LA PARADOJA DEL
CUMPLEAÑOS
La paradoja del cumpleaños es una buena forma de ilustrar por qué,
realmente, esa probabilidad no es tan baja. Imagina por un momento
que reúnes a un grupo de personas y quieres encontrar a dos que
cumplan el mismo día. Quizás pienses que, para que esto ocurra,
debes conseguir un grupo muy grande de individuos, pero no:
con solo 23 personas, la probabilidad de que dos cumplan el mismo
día del mismo mes ya es del 50%. Y es que, piensa que
tendrías hasta 253 combinaciones posibles de dos personas, lo cual
hace que las posibilidades sean altísimas.
Sin embargo, si te centras en un solo individuo, el cual introduces en
el grupo de 22 personas y calculas la probabilidad de que cumpla el
mismo día que alguna de ellas, esta posibilidad
disminuye abruptamente, dado que estás fijando uno de los
extremos de la pareja: solo tienes 22 combinaciones posibles.

UNA CUESTIÓN DE AZAR


Pues se trata del mismo fenómeno que ocurre con los terremotos.
Así, si en vez de considerar la probabilidad de que dos terremotos
hayan ocurrido en la misma fecha que un tercero que acaba de
ocurrir, nos centramos en ver cuánto de posible es que, de 86 sismos
de magnitud mayor que 7, tres de ellos, sean cuales sean, coincidan
en fecha, el resultado es muy diferente: la probabilidad ronda el
50%. Algo que parece no tan descabellado, ¿verdad?
Así, el día 19 de septiembre, pasa de convertirse en una fecha
“maldita” y desafiante de las leyes de la naturaleza, a ser,
simplemente, algo de lo más lógico y razonable. Una vez más, se
trata de una cuestión de matemáticas, probabilidad y pequeñas
casualidades que, en realidad, no son tan extraordinarias.

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