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Universo oscilante

hipótesis propuesta por Richard Tolman,


en la que se propone que el universo sufre
una serie infinita de oscilaciones

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verificabilidad.

El universo oscilante es una hipótesis


científica propuesta por Richard Tolman,[1] ​
la que se propone que el universo sufre
una serie infinita de oscilaciones; cada
una de las cuales inicia con un Big Bang, y
termina con un Big Crunch. El universo se
expande por un tiempo, antes de que la
atracción gravitacional de la materia
produzca un acercamiento, hasta llegar a
un colapso y sufrir, seguidamente, un Gran
Rebote. Es un modelo cíclico en el que
cualquiera de los modelos teóricos
cosmológicos en los que la historia del
universo describe una cadena
interminable del ciclos auto-sostenibles,
por ejemplo, una cadena de Big Bangs y
Big Crunchs.

Un nuevo modelo cíclico es el modelo


basado en la cosmología de branas sobre
la formación del universo, derivado del
anterior modelo ecpirótico. Se propuso en
2001 por Paul Steinhardt de la Universidad
de Princeton y Neil Turok de la Universidad
de Cambridge. La teoría describe un
universo emergiendo hacia la existencia
no sólo una vez, sino en repetidas
ocasiones a través del tiempo. La teoría
podría explicar por qué una misteriosa
cosa repulsiva de energía conocida como
la "constante cosmológica" está
acelerando la expansión del universo, que
es de varios órdenes de magnitud menor
que la predicha por el modelo estándar del
Big Bang.

Se propuso en 2007 un modelo cíclico


diferente basándose en la noción de la
energía fantasma por Lauris Baum y Paul
Frampton de la Universidad de Carolina del
Norte en Chapel Hill.

Teoría
En la década de 1930, los físicos teóricos,
en particular, Albert Einstein, consideró la
posibilidad de un modelo cíclico para el
universo como una alternativa a la del Big
Bang. Sin embargo, el trabajo de Richard
Tolman reveló que estos primeros intentos
fracasaron debido al problema que la
entropía encumbra, que según la
mecánica estadística, esta aumenta
debido a la segunda ley de la
termodinámica.[2] ​Esto implica que en
sucesivos ciclos el universo crece más y
más en cada ciclo. Y extrapolando hacia
atrás en el tiempo, los ciclos antes de
convertirse en el presente ciclo eran
menores y más cortos, y en un punto hubo
un ciclo iniciado por un Big Bang, no
pudiendo eliminarlo de la teoría cíclica.
Esta situación siguió siendo
desconcertante para muchos, hasta las
primeras décadas del siglo xxi cuando la
recién descubierta energía oscura sembró
una nueva esperanza para la cosmología
cíclica. Una posible solución a este
problema podría encontrarse en la materia
oscura.[3] ​
Si bien esta teoría fue aceptada durante un
tiempo por los cosmólogos, quienes
pensaban que alguna fuerza debería
impedir la formación de singularidades
gravitacionales conectando el Big Bang
con un anterior Big Crunch, las
singularidades matemáticas que
aparecían en los cálculos eran el resultado
de la idealización matemática, y serían
resueltas por un tratamiento más
cuidadoso. Sin embargo, en los años 1960,
Stephen Hawking, Roger Penrose y George
Ellis mostraron que las singularidades son
una característica universal de las
cosmologías, incluido el Big Bang, sin que
puedan ser evitadas con ninguno de los
elementos de la relatividad general.

Teóricamente, el universo oscilante no se


compararía con la segunda ley de la
termodinámica; la entropía aumentaría en
cada oscilación de manera que no se
regresaría a las condiciones anteriores.
Sostiene que la fuerza gravitatoria del
universo sería capaz de formar su
expansión.

El modelo Steinhardt–Turok
En este modelo cíclico basado en la
cosmología de branas, rival del modelo
inflacionario, dos láminas tridimensionales
o 3-branas colisionan periódicamente.
Según esta teoría la parte visible del
universo de cuatro dimensiones
representa una de esas branas, quedando
la otra brana oculta a todas las fuerzas de
la naturaleza excepto la gravedad. Cada
ciclo consiste en que cada una de las
branas dentro de un espacio-tiempo
tetradimensional y separadas por una
dimensión espacial muy corta y seis
enrolladas chocan con cierta periodicidad
creando condiciones parecidas a las del
big bang del modelo inflacionario.

Según la teoría, después de millones de


años, al aproximarse el final de cada ciclo
la materia y la radiación se diluyen a casi
cero debido a una expansión acelerada del
universo alisando las dos branas pero con
pequeños rizos o fluctuaciones cuánticas
aún presentes que imprimirán en el
próximo choque con no uniformidades
que crearán grumos o cúmulos que
generarán estrellas y galaxias.

Este modelo tiene la ventaja sobre el


modelo inflacionario en que cada colisión
no es el comienzo del universo y resuelve
el problema del horizonte, monopolos
magnéticos y de planitud de otra forma
más lenta, debido a que antes del choque
ya las membranas y su fuerza entre ellas
(energía oscura) imprimirían
características de antemano en el próximo
ciclo dándole su homogeneidad (isotropía)
y su geometría euclidiana (plana) como en
nuestro universo.

Este nuevo modelo evade el efecto de la


entropía que se observaba en el modelo
de Tolman pero no evade la probabilidad
de que las fluctuaciones cuánticas
irrumpan un ciclo, doblando una brana
sobre la otra, atascando el modelo. Esto
provocaría que no se sigan los ciclos
indefinidamente. Aunque se propone que
estos ciclos pueden ser indefinidos
mientras que la solución sea un atractor.
Además, al igual que la inflación cósmica,
es sabido que mientras el carácter general
de las fuerzas (como en el modelo
ecpirótico, o como la fuerza entre branas)
requiere de fluctuaciones del vacío, ahí
todavía no hay un candidato entre la física
de partículas. Aún la teoría es altamente
especulativa y aún no se comprende
exactamente lo que sucede al colisionar
dos branas. Incluso la misma teoría M es
todavía controversial entre los físicos.

Vida en un universo oscilante


Del mismo modo que se ha especulado,
hipotéticamente, con las posibles formas
de vida existentes en un universo en
expansión eterna, también se ha hecho lo
mismo con formas de vida existentes, en
los momentos finales de un universo en
contracción (durante los estados iniciales
de dicha contracción). Incluso, ya
avanzada esta, y gracias a la tecnología
que pudieran desarrollar para adaptarse, a
las condiciones existentes entonces,
dichos seres vivos no serían muy distintos
a nosotros (al menos en el sentido de
estar basados en el carbono y en que su
metabolismo lo sea en reacciones
químicas) y, como en el primer caso,
dichas formas de vida serían radicalmente
distintas a nosotros.
Como podría afectarnos esa
teoría.
El Big Crunch que existe en el universo
oscilante es altamente peligroso si se
comprime hasta donde nos ubicamos,
existe la posibilidad de que nosotros
también nos comprimamos pero no se
puede confirmar esto.

Véase también
Cosmología Cosmología de
cíclica conforme branas
Eterno retorno Universo
Inflación cósmica ecpirótico

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