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Imaginemos el siguiente experimento.
Tenemos un barco navegando en el río, el cual tiene una ecosonda; esto es un
dispositivo para medir la profundidad del río.
La ecosonda consiste en un trasductor que emite un pulso sonoro, el cual viaja
por el agua, se refleja en la superficie del lecho, y vuelve hasta el barco, donde
es recibido por un receptor ubicado en el mismo dispositivo. Entonces en un reloj
ubicado en la cubierta, veremos el valor de profundidad del río.
El aparato lo que mide en realidad es el tiempo que tarda el pulso desde que
sale hasta que vuelve el pulso reflejado. El cálculo de la profundidad se hace
conociendo la velocidad de transmisión del sonido en el agua, la cual es
aproximadamente 1500m/s.
Si en lugar de tener un reloj de alta precisión la ecosonda tuviera una tirita de
papel (como los sismógrafos), considerando el tiempo = 0s al momento donde se
emite el pulso, lo que detectaría este receptor sería un pulso, es decir una
pequeña deflexión cuando la onda reflejada incide sobre el dispositivo.

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A medida que le barco va avanzando, se sigue midiendo, y entonces lo que
veríamos en distintas posiciones son pulsos ubicados en el tiempo que tarde la
onda en ir y volver, para cada posición. Si por ejemplo el lecho subiera (el río de
hace más somero), entonces el tiempo que tarda la onda en ir y volver sería
menor y el pulso se vería antes. Si por el contrario se profundizara, el tiempo
aumentaría. Al poner todas las “tiritas de papel”, es decir, los registros uno al
lado del otro, tendríamos un perfil como el que se muestra en la figura inferior,
que muestra la forma del lecho, pero en tiempo.

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Si ahora nuestro aparato emisor tuviera más potencia, deberíamos tener en
cuenta que en realidad no toda la onda se refleja en el lecho sino que siempre
parte se transmite hacia abajo (lo veremos al repasar leyes de Snell). Esta parte
transmitida viaja a su vez por el lecho y podría reflejarse en una segunda
interfase, por ejemplo la roca dura que hay debajo de la cubierta sedimentaria.
Esta segunda onda reflejada llegaría también al receptor, en un tiempo mayor, y
se vería en nuestro registro como un segundo pulso. Así si repetimos el
experimento en distintas posiciones, podríamos tener un perfil como el de la
figura inferior, que nos muestra cómo son las dos interfaces que estamos
estudiando, pero en tiempo. Esto es exactamente el tipo de registro que
obtenemos en sísmica.
Si quisiéramos ahora encontrar la profundidad de la segunda interfase,
tendríamos un problema, ya que la velocidad de transmisión de ondas sonoras
en el sedimento del río es desconocida para nosotros. Esto hace que sea
imposible convertir nuestro registro “en tiempo” a “profundidad” sin tener
información de la velocidad en los sedimentos, que del registro no puede
obtenerse.
Veremos que esta es una de las limitaciones de la sísmica, por lo que las
imágenes que obtendremos serán en general en tiempo.

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Aquí se muestra un registro sísmico comparado con el registro de la ecosonda
del ejemplo anterior. Lo que vemos es el mismo tipo de registro, sólo que existen
más interfaces porque estamos tratando de “ver” muchas capas dentro del
subsuelo, para lo cual obviamente emplearemos fuentes más potentes. En el
registro sísmico, a las amplitudes positivas se las pintó de negro para verlas
mejor.

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Una onda es una perturbación en la cual se propaga energía de un lugar a otro.
Existen numerosos ejemplos en nuestra vida cotidiana de ondas: la luz, los rayos
X, las microondas, las de radio (y todo el espectro electromagnético), el sonido,
las ondas que se generan en el agua, etc.

Según sea que necesiten o no un medio para propagarse, las ondas se clasifican
en mecánicas y electromagnéticas. Las ondas mecánicas NO pueden
propagarse en el vacío; el ejemplo clásico es el sonido, donde si colocamos un
timbre dentro de una campana de vacío el timbre no se escuchará. El sonido en
el espacio no se propaga. Las ondas que se generan en la superficie del aguas
cuando se arroja una piedra a un estanque, claramente no se producirán si no
hay agua. En cambio, todas las ondas que componen el espectro
electromagnético (EM) pueden propagarse en el vacío, o incluso en un medio.

La velocidad de propagación de una onda varía en función del medio en el cual


se propaga.
Siempre las ondas EM se propagan a la velocidad de la luz c=300000 km/s en el
vacío, y lo hacen a una velocidad menor en un medio.
En sonido se propaga a V~340 m/s en el aire, V~1500 m/s en el agua y a
velocidades mayores ~4500 m/s en una roca.

Las ondas también se clasifican en longitudinales P o transversales S según sea

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la dirección de perturbación paralela o perpendicular a la de propagación.
Ejemplos de ellas son el sonido (P) y las EM (S).

La frecuencia de una onda es la cantidad de ciclos por unidad de tiempo. La


longitud de onda es la distancia entre dos picos o valles sucesivos. Recordemos
que la longitud de onda, la frecuencia y la velocidad de una onda se relacionan
mediante V=f*L, y que el período T=1/f

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La ley de Hooke establece una relación entre la deformación que sufre un sólido
elástico ante una tensión aplicada.
Los materiales se pueden considerar lineales siempre que al ejercer sobre ellos
una tensión se deformen en forma proporcional a ella, y que una vez removida el
material vuelva a las mismas condiciones iniciales, es decir sin deformación.
Existe un límite más allá del cual, si al material se lo sigue deformando, ya nunca
volverá a su estado original y quedará una deformación permanente; es el
llamado comportamiento plástico.

Las ondas sísmicas que se propagan por la Tierra, lo hacen perturbando la Tierra
la cual se comporta como un sólido lineal; es decir, al pasar la onda las Tierra se
perturba, las moléculas de los minerales que componen las rocas oscilan
respecto a su posición de equilibrio, pero cuando la onda pasa las partículas
vuelven a su estado original sin quedar deformación permanente.

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El frente de onda es una superficie compuesta por todos los puntos del espacio
que tienen la misma perturbación en un instante de tiempo dado. Es una
representación geométrica de una onda, que permite fácilmente dibujarla en un
papel, incluso si la onda es tridimensional.
Por ejemplo, una fuente puntual que emite una onda genera una perturbación
que se propaga tridimensionalmente en todas direcciones; en un medio
homogéneo, el frentes de onda generado será esférico. Un diapasón recto que
se mueve sobre una cuba de agua generará ondas planas.

Si uno traza una recta desde el emisor de la onda en forma perpendicular a los
frentes de ondas, estas rectas se llamarán rayos e indican la dirección y sentido
de propagación de la onda. Son también muy útiles para representar
gráficamente una onda.

Una onda puede considerarse que se propaga en línea recta (y despreciar su


naturaleza ondulatoria) cuando las distancias recorridas y los objetos con los que
interactúan sean mucho mayores que su longitud de onda.

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El Principio de Huygens es una construcción práctica que permite ubicar un
frente de ondas en un instante posterior a uno conocido.
Establece que todos los puntos de un frente de ondas son focos puntuales
emisores de ondas. Entonces, después de un lapso de tiempo DT, estos focos
puntuales habrán emitido ondas con frentes esféricos, que avanzaron una
distancia igual a V*DT. El nuevo frente de ondas de la onda precursora se
encuentra haciendo la envolvente de todos estos frentes de ondas esféricos.
El principio establece que la interferencia constructiva se da sólo en el sentido
que avanza la onda, mientras que en el sentido contrario la interferencia es
destructiva, por lo que no se observa onda “volviendo” hacia atrás.
Cuando el medio es homogéneo e isotrópico, los frentes de ondas mantendrán
su forma; es decir, una onda esférica seguirá siendo esférica. Pero si las
propiedades de los medios varían espacialmente estos frentes se deforman, y el
principio de Huygens nos permitirá encontrarlos.

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El principio de Fermat establece que una onda que viaja de un punto A a otro
punto B en el espacio, puede hacerlo siguiendo múltiples caminos (figura a). Uno
de esos caminos será el que le insuma menor tiempo, pero no necesariamente
es el de la menor distancia (figura b). De todas formas, como los caminos son
muchos, se puede observar en un punto del espacio que una misma onda llega
varias veces.

Esto es particularmente importante en ondas sísmicas. Cuando una onda se


genera en un punto sobre o dentro de la Tierra, esta se desplaza por diferentes
caminos llegando a receptores ubicados sobre la superficie a distintos tiempos.
Analizar estos arribos nos permitirá obtener información de la estructura interna
de la Tierra.

En particular vemos la figura C una fuente que emite ondas y un receptor


ubicado sobre la superficie. Cuando dispara la fuente, salen ondas en distintas
direcciones que luego de recorres distintos caminos llegarán al receptor. El
tiempo al que llegue cada una dependerán del camino elegido y las velocidades
de propagación de la onda a lo largo de dichos caminos. Esto, en sísmica, podría
dar lugar a imágenes sin sentido geológico, como se ve en la figura d, que habrá
que corregir.

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Las leyes de Snell establecen las relaciones angulares entre las ondas reflejadas
y transmitidas que se observan cuando una onda incide en una interfase.
La onda reflejada lo hace con el mismo ángulo que la onda incidente, mientras
que la onda refractada o transmitida lo hace cambiando su dirección en función
de las velocidades de propagación que tenga en los dos medios.
El ángulo de la onda transmitida será menor o mayor al de la onda incidente si la
velocidad del medio 2 es menor o mayor a la del medio 1.
Los ángulos siempre son medidos con respecto a la normal a la interfase.

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Las leyes de Snell establecen que cuando una onda incide en la superficie de
separación de dos medios en donde se propaga con distintas velocidades, esta
onda sufre dos fenómenos: en parte se refleja y en parte se transmite. La
proporción de cuánto se refleja y cuanto se transmite estará dada por las
velocidades y densidades de los dos medios.

En forma general, cuando la onda incidente es compresional (tipo P), e incide en


forma oblicua en una interfase, se generarán 4 ondas nuevas, dos reflejadas y
dos transmitidas, una P y otra S en cada caso. Las proporciones de energía que
se lleva cada onda nuevamente dependerá de las propiedades acústicas de los
medios, es decir, densidades y velocidades. Sólo que ahora las impedancias que
se pueden definir son dos para cada medio, la impedancia P y la impendancia S.
Las ecuaciones de Zoeppritz establecen justamente que amplitud tendrán cada
una de esas cuatro ondas emergentes, y junto con la Ley de Snell generalizada,
nos darán las direcciones de propagación de las mismas.

Estas ecuaciones son de muy difícil resolución exacta, por lo que en la práctica
se emplean muchas aproximaciones para trabajarlas.

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En el caso simple en que la incidencia sea normal, es decir el ángulo de
incidencia sea 0°, las ecuaciones de Zoeppritz se simplifican y sólo habrá una
onda reflejada y otra transmitida del mismo tipo P. Las proporciones de energía
de cada una pueden calcularse en forma simple a través del coeficiente de
reflexión y el coeficiente de transmisión, determinados por las impedancias
acústicas de ambos medios.

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Imaginemos la situación de dos capas donde la inferior tiene una mayor
velocidad de transmisión de ondas que la superior. Según la segunda ley de
Snell, el ángulo con que se transmitirá será mayor que el de incidencia.
Imaginemos que aumentamos el ángulo de incidencia progresivamente; el
ángulo de transmisión aumentará también. Existe un ángulo de incidencia para el
cual el ángulo de transmisión es de 90°; a dicho ángulo se lo llama crítico. Si la
onda incide con un ángulo mayor al crítico, entonces ya no podrá transmitirse
sino que se refleja totalmente. A este fenómeno se llama reflexión total interna.

En ese caso, imaginemos una fuente puntual en superficie que emite un frente
de ondas esférico. Uno de los infinitos rayos que salen incidirá en la interfase
con ángulo crítico; este rayo se transmitirá a la capa 2 con un ángulo de 90°. Es
decir que viaja en la interfase, dentro de la capa de abajo, con la V2. A su vez,
según principio de Huygens, cada punto de esta onda es una fuente puntual
emisora de ondas, las cuales se propagan hacia arriba a la capa de V1 como
ondas esféricas. Si hacemos la envolvente de esas ondas, tendremos que se
genera una onda plana que asciende por la capa de V1 a superficie. Esta se
llama Head-wave, y es la única onda que se refracta que es capaz de volver a
superficie.
Si en superficie colocamos receptores, éstos verán que la onda llega con una
velocidad igual a V2, la velocidad de la capa inferior.

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Refracción:
La onda refractada viaja por la interfase a V2
Los puntos de la interfase se comportan como emisores de un frente de ondas
plano que viaja con ic hacia la superficie (head wave)
Los receptores reciben la onda a V2

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Si en superficie colocamos receptores, éstos verán que la onda llega con una
velocidad igual a V2, la velocidad de la capa inferior.
Además llegará también una onda directa desde la fuente hasta los receptores.
Los tiempos de viaje de cada onda están dados por las relaciones a la derecha.

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• Reemplazar V2=V1/sen ic entre el paso 3 y 4 (recordar Sen ic=V1/V2 )

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Cuando la interfase no es horizontal (paralela a la superficie), entonces la onda
refractada que vuelve a superficie lo hará a una velocidad aparente que no es
igual a V2, sino que será mayor o menor a V2, en función de cómo buza la capa.
Como esto a priori no se conoce, lo que se hace como regla general es hacer el
perfil y contraperfil y medir las velocidades. Si son iguales, entonces la interfase
es horizontal. Si son distintas, será que existe buzamiento, y es posible calcular
la V2 y el ángulo de buzamiento con estas mediciones.

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