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2 LA EXPANSION EUROPEA DESDE LOS ORIGENES HASTA FINALES DEL SIGLO XV Frédéric Mauro ro de este capitulo es exponer al lector los rasgos caracterfsticos de la ex- europea en el mundo desde los origenes hasta 1492. Con ello se estable- Tinntes espaciotemporales, Europa es una creacién de los carolingios Er del imperio romano de occidente y de los principes de Moscovia a pare eo vemano de oriente. Con anterioridad no habia existido expansiGn Ja economia cerrada propia de la Alta Edad sean a Europa cerada sobre si misma. Naturalmente, antes y des- ie Carlomagno se crearon en todo el mundo otros imperios que practica- scnauista militar, la expansi6n comercial y la colonizacién de lejanos te- matt ocurre con los Arabes, los chinos y los mongoles. La expansion de winds alld de sus limites se inicia en el siglo Xi, preparada por su expan na Europa se «llena» de hombres y en el siglo xit se produce su rena arbano-_, pero también por la aventura de las Cruzadas que, en we aeron una guerra defensiva. Estos fueron los inicios. Pero existe um 3 en la Historia? on apalarse las principales fases de esa expansiGn europea? De 1200 a S primeros tanteos, con los lentos progresos de Ia navegaci(ny terminan Fan descubrimientos: es la fase de la «preexpansion>. De 1500 2 1873 fs formaciGn y a Ja decadencia de los grandes imperios coloniales. De 4 tiene lugar una nueva expansién europea, en parte «colonial». De expansiin se sustituye poco @ poco por ofTa, Como consecuen- Slonizacion», En términos generales esas fases sucesivas corres similares de la evolucién econdmica de Europa a partir de la Baja Le preexpansién es contemporénes del renacimiento urbano Y co, feran expansién colonial, entre 1500 y 1873, va unida al triunfo del arin cau, es decir, de wn sistema econdmico en que los sectores mis Tr produccién estén dominados por los comerciantes, sistema dt fedo por una politica mercantilista en que cl Estado interviene en el pe en funcién de sus intereses. La segunda expansion europea [eran parte por los avatarcs de la revoluci6n industria! y del nuevo saor el capitalismo industrial, en el que la gestidn y los beneficios porque no habia Europa; 50 FREDERIC MAURO de la produccién estén en manos de una clase de hombres nuevos, los industria~ les, distintos de los comerciantes. Por tiltimo, la nueva expansién que se esboza en nuestros dias se basa cn la nueva revolucién industrial y cientifica y en la nueva sociedad tecnocratica. Asi pues, las grandes etapas de la expansién curopea se ha- lan vineuladas a las grandes fases del capitalismo. Queda ademas la funcién de las dos variables exdgenas que han puesto de relieve los historiadores actuales: la de- mografia, cuyas variaciones, segiin la Sra. Boserup (Boserup, 1970), no son conse- cuencia sino causa de las variaciones econémicas; y el clima que, como es sabido, pasé entre 1200 y 1850 por una fase de enfriamiento, con el paréntesis de los afios de 1550 a 1650. :Favorecié este enfriamiento la economia mediterrnea y facilitd la acumulacién de los recursos necesarios para la expansion? Desde 1850, el reca- lentamiento de la temperatura ha ayudado mas bien a los paises de 1a Europa del Norte, cuyo papel en la revolucién industrial y en la segunda expansidn ha sido de primer orden. Para que pudiera producirse la expansion euopea, tenian que reunirse las condiciones necesarias: una economia y una demografia lo suficientemente vigoro- sas, un retroceso 0 por lo menos una interrupcin de las expansiones no curopeas, y las exploraciones, los descubrimnientos y, en su caso, las conquistas curopeas que abrieron el camino a la expansidn. EXPANSION EXTERNA ¥ EXPANSION INTERNA La expansi6n externa que estamos estudiando empieza por ser la prolongacién natural de lo que se ha convenido ex llamar expansi6n interna: en un espacio ce- trado un gas en expansién aumenta su presion antes de escaparse al exterior. Esta expansién interna es el resultado de una serie de grandes cambios geohist6- ricos y se traduce por una coyuntura de larga duracién de intensidad bastante fuerte. Los grandes cambios geohistricos El clinsa, repitamoslo, ha cambiado desde la caida del imperio romano. Desde el siglo V al X la Tierra se recalienta, al menos en occidente. Ello tiene dos efectos. En las regiones mediterréneas y subtropicales el clima se vuelve demasiado seco y la vida resulta demasiado dificil, lo que puede explicar la decadencia de la civi- lizacién romana y cl avance de los arabes hacia el Norte, en busca de zonas fres- cas. En las regiones nérdicas, la nueva temperatura mas alta hace que se fundan Ios hielos de los rios y de las costas, facilitando la navegacién (fue asf como los vikingos aleanzaton América del Norte) y, al contrario de lo que ocurre en el Mediterraneo, incrementando las cosechas y seguramente la poblacién. Esta fue la suerte que les tocé a los paises escandinavos, a los paises bélticos, a Escocia, a Irlanda, a Groenlandia, a Alemania septentrional y a Polonia. En cl siglo xi! se inicia un periodo de enfriamiento de larga duracién que persiste hasta mediados del siglo xix, con un recalentamiento pasajero entre 1550 y 1650. Durante esa época la economia y la demografia nordicas se hallan IER EXPANSION EUROPEA si defensiva. En cambio, en la Europa del Sur, la temperatura media disminuye anadamente y las precipitaciones aumentan, con lo que aumentan también ‘cosechas y el dptimo demogratico. Este periodo corresponde a la Reconquis- Ja Peninsula Ibérica y a la climinacidn de los musulmanes de Ja Peninsula 1a (Le Roy Ladurie, 1967). La tecnologia se transformé profundamente durante ese periodo. En agricul- ra el viejo sistema que databa del Neolitico experimenta una auténtica revolu- collera para el caballo que ahora, al menos en los suclos profundos, puede del arado de rueda y de reja metdlica, el hacha para talar en las roturacio- ‘el molino de viento y de agua, un uso més general de los instrumentos de o, la rotacién trienal de cultivos y la introduccién de muevas plantas. Todo que ya existia en 1200, experimenta en el siglo xut una enorme difusin: el dental es también el de un cierto apogeo ico (Duby, 1962). ‘Como ¢s de suponer, aparecen también muy répidamente las nuevas técnicas, ales del hilaco y del tejido en los talleres de los artesanos urbanos o rura- ‘e meluso en las manufacturas para las operaciones de aviamiento, es decir, el domestic system 0 el factory system en que el artesano trabaja para el ante que le financia. Al mismo tiempo vuelven a florecer y se perfeccio- Js viejas tradiciones aztesanales del trabajo del cuero, del metal, de la pie- de la madera y de las construcciones navales (Wolf y Mauro, 1960). Por mo, cl aumento de las cantidades producidas permite el desarrollo del comer ¥, en particular, de las técnicas comerciales, ambito en el que Venecia, céle ya por las técnicas de construccién nautica de su arsenal, hace gala de un so innovador. Fn Venecia es donde nace la contabilidad por partida doble. Y ‘alli donde aparece la letra de cambio y el billete a la orden con sus accesorios ‘eval, el endoso y el descuento. Es también en la ciudad de los Dux donde se Srrolla por primera vez, en sustitucién del préstamo a la geuesa, un sistema 10 de seguros maritimos y donde se conciertan los primeros contratos de Sedad o de comandita. Venecia se halla en relacién con los distintos mercados ‘occidente y con las ferias cuyos pagos periddicos son obras maestras de técni- ebancaria, técnica que Venecia y los demas puertos de Europa perfeccionan a Jergo de los siglos. Todo esto existia antes del Descubrimiento de América por Gesstsbal Colén; el siglo xv1 s6lo aportard una novedad: un cambio de escala en ién de todas esas técnicas, en su divulgacién (Wolf y Mauro, 1960; He- 1963). El mimero de seres bumanos aumenta también, geacias a la mejora de la seultura en superficies mas amplias obtenidas por roturacién. Hacia 1350, Scidente alcanza su poblacién optima, habida cuenta del estado de las técnicas, hombres se alimentan mejor y, por consiguiente, son mas fuertes. Por otra dominan mejor la fuerza animal y la energia del agua y del viento. El sisze- cristiano e imperial, la organizaciéa feudal y sefiorial moderada por la Igle- elespacio que las Cruzadas oftecen a los individuos turbulentos y la relativa @ que reina en Europa, coneurren a incrementar el ntimero y el bienestar de los mes humanos. Se puede asi, relativamente, afirmar que es un placer vivir en la France en tempos de San Luis. Pero Europa se ha convertido en un mun- 52 FREDERIC MAURO go «repletor. Un nuevo crecimiento de 1a poblaciéa origina jnevitablemente un gesbordamiento, Una expansion més alla Polos mares 0 hacia el Estee gis posi- thle un Drang nach Oster, 1, aversion del moviraiento 4° ge inicio en tiem pos del Bajo Imperio Romano? La respuesta cS negativa; més adelante veremos por qué. Sin embargo, hacia 1350 Jas cosas cambian. En 4328 ha comenzado lo ane ands tarde se Hamars Goer de los Cien Afios, entre Francia ¢ Inglaverca. Eo 154g estalla la famosa «PEE ‘Negra que duraré dos anos, El golpe, terrible, tarda mucho en curarse. “Veamos Catalufa. El punt de partida del gran oflu- jo: 1333: ‘el mal any primer (el primer mal afio). Entre el apogeo que representa in del siglo xu y el punto ‘mas bajo de comienzos del xv, el descenso es del orden de mas de 2.2 1. Frabré que esperar al siBlo sewn para que se reconstlTay tun tejido comparable- ‘Conocidas son las ‘apasionadas discusion’s que en Francia se produjeron ef. torn & Tr eitaacion de las partoquies 7 tas familias en 1328- Sid abanico sazonable, de ent 12.5 y 15,6 millones. Peto ot 1328 Francia se recupera dificilmente de Ta terrible hambruna de 1315-1317, Ja primera del tris- te siglo xiv. El nivel de finales del siglo 2011 fue censiblemente mejor. Veamice la Provenza como territori> onatanre: 70.000 hogares Ot 1315, 30000 en 14715 130.000 en la epoca de Expilly (1765). Habida Beenta de una reduecion bastante constante de los hogares, &" 7 Jacién con Ia disociacion de Ja gran familia agnd- fea, no se vuelve a nivel Gel siglo x1 hasta fines del siglo XVI 0 incluso comies- vioe del XV. Dicho brevemen’>> la poblacioa de la Cristiandad aislada del Me rrecedneo y ofientada Hala WI Norte tiene, a mediados del siglo Xu, un nivel sensiblemente ‘comparable al que Oe nd ene} mismo espacio 2 mediados del siglo xvi. Una ‘Cristiandad latina de 40 2 45 millones de almas con densidades de 2530 habitantes Por Tulémetro cuadzado y nunca inferiores a 56 en ka perife- ria. Abi radica su suctter (Chaunu, 1969 78-79). ‘Asi pues, el punto de partida demografico “je la expansion se sittia mis bien a mediados del siglo Xl aue 3 ‘mediados del XV. Pero wbijyso, a mediados de este Tirimo, los secursos nO e3" ovalmente adaptados 2 [a poblacidn. Recordeme aqui ta teoria de Ta Sea, oserup citada anceriorments (Boserup, 1970 78-79). F. normal que los hombres traten de mejorar mmarchandose de su tierra. BI siste- re economico que resulta je esta evolucion meleiple se basa en tres tipos de es iructuras: a), Lavieia organizacion feudosefiorial creada en | ‘Alta Edad Media @ pat cir de la evillar carolingia ave onvierte en el seftosio (en el que el régimen Se Tonal regula las relaciones centre el sefior ¥ SUS campesinos) y tambien & partir Mil vasallaje, que eseablece 98 jecarquia y ua solidaridad protectora entre los gefiores hasta el supremo * berano, rey o emperador, pp) _ Las estructuras mtesanales que desde los eqaorios, donde existe una A resania doméstica, transoniten ésta 2 [as ciudades, creand© jntercambios entre ciudad y el campo ‘tircundante. El puro artesang que trabaja sole 0 con ayuda ide unos cuantos companieros 7 aprendices posee herramientas, no maquina’. No were, pues, necesidad de INVENT Y, por tanto, taznpoco dae pedir prestado. Bl ppeéstamo con interés sélo sirve a los disolutos Pare pagar sus deudas 0 pare con- Fraer otras: es inmoral- Fl pequefio comerciante ¢ también un artesano- LA EXPANSION EUROFEA 53 ¢} Las primeras escructuras capitalistas aparecen con el progreso técnico, que obliga a los artesanos a pedir prestadas a los comerciantes maquinas y materias Primas y a recabar de ellos salida para sus productos, con lo que caen bajo su tute- la, origindndose asf una separacién entre la posesién de los medios de produccién y la fuerza de trabajo. Esta clase de los comerciantes se enriquece y, mediante la compra de tierras, se apodera tambiéa de una parte de la producciéa agricola, Por Sltimo, domina los astilleros navales y los transportes maritimos gracias al présta- mo a la gruesa, ala comandita y a los seguros maritimos. Tras su eclipse fendal, las realezas nacientes se apoyan en esa clase y con ella recrean el Estado. Una coyuntura de larga duracién bastante destacada Aparte de las roturaciones, del incremento de las subsistencias y de la poblaci6n, y de la expansién de las ciudades, y antes de la expansion de Europa mas all de sus limites, el desarrollo del comercio interno en esa misma Europa puede constituir tun buen criterio de la coyuntura econémica de larga duracion=Es ese desarrollo el que hace que Euzopa pase del crecimiento de la produccién y el consumo a su explosion mas alld de sus fronteras. La fase A de 1200 a 1350, fase de la prosperidad, se caracteriza por el desa- rrollo del comercio maritimo y del comercio terrestre intraeuropeos. La evolucién del comercio maritimo pasa por dos etapas. Durante largo tiempo los espacios maritimos costeros de Europa estan aislados unos de otros, bien a causa del retraso técnico de la navegacién, bien como resultado del avan. ce musulmin que, extendiéndose por toda la Peninsula Ibérica y el Sur de Italia, separa cl Mediterrdneo occidental a la vez del Atlantico y del Mediterréneo oriental. El enfriamiento del clima en el Norte de Europa, que bloquea durante largo tiempo los puertos con el hielo, desemperia también de cierta manera el mismo papel. En ese periodo cada espacio maritimo, cada mar es un pequefio Mediterraneo que vive replegado sobre si mismo y unido a los demas por las Tutas tezrestrest esa dualidad y las rupturas que origina constituye un freno para el comercio maritimo. En una segunda fase la Reconquista de Espaiia, las Cruza- das que sustraen a los 4rabes la llave de! Mediterraneo y el progreso de las técni- cas maritimas y nduticas permiten desarrollar las relaciones maritimas entre los distintos «mediterrineos» de Europa. Dos imperios comerciales dominan por entonces sabre los demés: el italiano y el aleman El imperio comercial italiano, esencialmente de los venecianos y los genove- ses, ejerce un papel de considerable importancia fuera de Europa. Pero, incluso en Buropa, las naves italianas penetran mas 0 menos en todas partes. «...[.a Reconquista castellana de Andalucia, durante la primera mitad del siglo xi atrajo cada vez mis a las naves del Mediterraneo hacia las costas del Atlantico, primero a Cadiz y Sevilla y mas tarde a La Rochelle, Southampton, Londres, Sluys (el puerto de Brujas) y otros puertos del Mar del Norte. Ya en 1277 las ga~ leras del genovés Benedetto Zaccaria, almirante, mercader e industrial célebre en todo el levante, ponian rumbo hacia Inglaterra; y en 1281 una galera de Mallor- ca echaba el ancla en ese pais. En 1291 el mismo Zaccaria, ahora al servicio del rey de Castilla, bartia los tltimos vestigios de la bartera musulmana en las Co- 54 FREDERIC MAURO lumnas de Hércules aplastando la flota marroqui en el estrecho de Gibraltar. A comienzos del siglo xiv los municipios de Génova y de Venecia organizaron una sed de convoyes que debian recorrer el Mediterréneo y el mar Negro con escalas preestablecidas y horarios regulares, en 1a que se incluia una linea que comuni- caba con Flandes e Inglaterra. Hasta alli Hegaba la penetracién méxima hacia el Norte de un imperio comercial que iba de Londres y Brajas a Ts'inancheu y Pe- kin» (Lopez, 1962: 299). El imperio comercial aleman es mas tardio, pero desempefia en el Norte un papel simérrico al del imperio italiano en cl Sur. En efecto, mas alld de Gibralrar, los italianos tratan de transportar s6lo mer- caderias lo suficientemente valiosas para que sus galeras sean rentables. Fl vino y la sal de Francia y de Portugal viajan en modestos veleros de cabotaje pertene- cientes a estos paises. Mas al Norte se repite el mismo fendmeno en lo que atafie al arenque, al stockfish, a la mantequilla, a la madera y al grano. Con estos vele- ros la ruta maritima es cuatro veces més lenta que la de tierra. Esa ruta maritima la fueron colonizando poco a poco los alemanes que Ilegaron hasta Londres al Oeste, Bergen al Norte y Novgorod al Este. Las ciudades libres alemanas Se apro- vechan de la debilidad del mundo escandinavo para imponerse en la region. Al Este aprovechan el avance de los caballeros teutonicos que fundan Riga en 1201. Estas ciudades saben ponerse de acuerdo para dominar. Pero la «Liga hanseati- car s6lo se constituye oficialmente en 1369, incorporando ademas a Colonia y a otros puertos fluviales del Rin. Liibeck seguia siendo la capital de la Liga gracias asu situaci6a en la zona que unfa por tierra el Mar del Norte con el Baltico. Vemos asi el papel que durante largo tiempo desempeiis el comercio terres trey aunque s6lo fuera para unir entre si los espacios maritimos locales. La nave y el agua se convirtieron con gran rapidez en los medios de transporte nas réipi- dos para las mereancfas pesadas, a condicion de pagar el precio necesario y de no dejarse retrasar por las peripecias del cabotaje; en cambio, el comercia terres- tre permite evadir los pasos maritimos en poder del enemigo. Este comercio ne duda en utilizar los sios e, incluso cuando sus instrumentos quedan reducidos a la rueda y al lomo de las caballerias, transporta con bastante facilidad las mer- cancfas no pesadas y de gran valor. En las montafias, ademas de las caballerfas, hay que contar con el hombre mismo que transporia en oro el mismo valor que un mulo teansporta en plata. Por otro lado, el comercio terrestre exige menos capitales. La distincién entre artesano, comerciante, detallista y mayorista no es muy neta. Los riesgos son menores que en el transporte por mar. No obstante, en el siglo xii hubo modestos negocios familiares que se convirtieron con el tiempo en grandes com- paiifas. Citemos, en 1260, a Salimbe Salimbeni, miembro de una de las mayores compaaias de Siena, que regala a su patria 118000 libras sienesas para ayudar a sufragar los gastos de la guerra contra Florencia y se compromete a entregar una nueva cantidad un poco después. Pues bien, la suma que abona en 1260 equivale al triple del valor estimado de los bienes mobiliarios ¢ inmobiliarios del dus verieciano Riniero Zeno a su muerte, riquezas que provenian esencialmente del comercio maritime. Se trata sdlo de un ejemplo, pero significativo, de la impor- tancia del comercio terrestre. LA EXPANSION EUROPEA ss Estas rutas terrestres trazan en la Europa de la Baja Edad Media una ver- dadera reticula. Particularmente importantes son ciertas encrucijadas; las «fe- rias» periédicas, con sus «pagos», adquieren una importancia continental y politica, Asi ocurre con las famosas ferias de Champaiia, centros de influencia econémica, pero también politica y cultural. «Aqui, a lo largo del eje que une las dos regiones econémicamente mas avanzadas de Europa (Italia y Belgica), desembocan las rutas procedentes de los valles del Rédano y del Rin y pasa el Sena con sus principales afluentes. La catedral de Reims sirve de marco a la co- ronacién de los reyes de Francia. La Gorte de Troyes se perfila tras los poetas agrupados en un principio en torno de la condesa Maric de Champagne, hija de Leonor de Aquitania, y mas tarde en torno al extravagante y simpatico Thi- baut IV, que era también poeta. Luego hay una constelacion de centros meno- res donde se producen lanas y telas célebres. Pero aun ms célebres son las fe- rias que, organizadas seis veces al afio en las cuatro ciudades vecinas (Provins, ‘Troyes, Lagny y Bar-sur-Aube), duran en realidad casi todo el afto... Esas ferias seguirdn siendo durante largo tiempo el eje de los intercambios entre el Norte y el Sur de Europa, més 0 menos durante todo el siglo xin, hasta que la victoria definitiva de las rutas exclusivamente maritimas entre el Meditezrdneo y el Mar del Norte las condene a la decadencia y a la desaparicin» (Lopez, 1962: 309-310). De 1350 a 1500. Esta magnifica expansién econémica —juna fase A que dura nada menos que tres siglos!— va seguida entre 1350 y 1450 por una fase B cuyas causas son diversas. Las malas cosechas que se vuelven cada ver mas fre~ cuentes a partir de 1315, dando lugar a periodos de escasez 0 de hambre por lo menos regionales, no son el Gnico elemento de explicacién posible. Las cosechas parecen ser especialmente malas en los paises del Norte, seal de un enfriamien- to de las temperaturas que favorece mas bien a los paises mediterréneos. Poste- siormente, a comienzos del siglo x1v, la demografia parece estancarse. El cambio de sentido de la curva demografica que de ello resulta va acompaiiado de toda una serie de dificultades que conocen muy bien los demégrafos. La Guerra de los Cien Afios (1328-1453) y la pandemia de la Peste Negra, que en algunas re- giones reduce la poblacién en un 60% (1348-1350) y se prolonga con subitas re~ currencias hasta el primer cuarto del siglo xv, son otros dos factores capitales de la decadencia econémica. De todos modes, conviene matizar tan sombrio panorama; asi, Italia, mas urbanizada, suirié menos de la peste: quizds también la evolucién climérica la protegia mejor contra ésta. Por otro lado, la industria sufrid menos que la agri- cultura. Pensemos en el éxito de las paiierfas inglesas 0 flamencas comparadas con las florentinas. «De idéntica manera, el sector terciario, el de los transportes y los negocios, no sufre en parte alguna, salvo en Francia, una depresién acen- tuada y general. En primer Ingar, el mismo comercio de los productos agricolas, que se aproveché del saneamiento de las estructuras y de los procedimientos agricolas; es cierto que las transacciones cerealeras se redujeron, pero las del vino y los productos ganaderos conocieron afios muy provechosos. En lo que respecta al gran comercio, aumenta el tonelaje de las naves y en el siglo XVI hace su aparicién en el Norte Ja urca. El ntimero y la envergadura de los bancos 56 FREGERIC MAURO. aumentan y, junto a los bancos privados, fragiles a causa de la falta de papel ne~ gociable, nacen los bancos piblicos...» (Forquin, 1977: 325). Hacia 1450 la recuperacién es manifiesta y general. La prosperidad de los negocios saca partido de la paz, impulsa la difusién de los medios de pago y fo- menta las empresas maritimas dedicadas a buscar el metal precioso para las mo- nedas ya insuficientes y tierras para una poblacién que vuelve a crecer. Fs la Epoca en que Inglaterra, expulsada de Francia, ha de renunciar a sus ambiciones continentales y se vuelve lentamente hacia las empresas lejanas y en que el final de la Reconquista ibérica empuja a la Peninsula hacia una Conquista. Pero aqui nos encontramos de nuevo con una expansién de Europa fuera de sus propios limites que no ha dejado de manifestarse desde 1200. LAS EXPANSIONES NO EUROPEAS Fuera de Europa, cada una de las tres grandes partes del mundo experimenta importantes movimientos de poblacién relacionados con la creacién, el desarro- Ilo y la decadencia de grandes imperios. En Asia: la expansién mongol ‘A comienzos del siglo xm Mongolia es un espacio vacfo de 35 millones de kiléme- tros cuadrados con una poblacién de dos millones de habitantes. En torno a ese vacio estén en crisis las grandes civilizaciones tradicionales. La India se halla divi- dida on dos partes como consecuencia de la invasion musulmana que aleanza y conquista Bengala, ocupéndola completamente en 1202, Pese a sus divisiones, los musulmanes progresan hacia el Sur de la peninsula, doncle chocan con los reinos indfgenas que ofrecen tenaz resistencia, pese a las diferencias que los oponen. También China pasa pot un proceso de desmembramiento. La dinastia de Jos Song ha renunciado a controlar el Norte y vive apaciblemente asentada en su capital-museo de Hang-Cheu dedicada al Arte, a la Estética y a la Metafisic: ‘A su vex, el Norte esté ocupado por los Kin que, aiio tres aio, amplfan su domi- nio y Ilegan incluso a amenazar a Hang-Cheu. Hacia 1250, el territorio chino tiene media docena de capitales. Esta doble decadencia libera al resto de Asia de la dominacién de India y China. Es la época en que florecen los diversos reinas de la Peninsula Indochina y, en particular, el imperio jemer con Suryavarman II (hacia 1112-1152), Quien se debe la construccidn del célebre templo de Angkor Vat, y Jayavarman VII (fines del siglo xn), el gran modernizador del pais. Insulindia sigue dividida en tres grandes reinos. Y, pese a las rivalidades intestinas, gracias a la severa dis- ciplina del shogunato, nuevo sistema politico, Japén pasa por una era de prospe- ridad que durara hasta fines del siglo xu. Asi, India y China, las dos grandes ci- vilizaciones matrices, dan nacimiento a varias civilizaciones filiales, algunas de las cuales apazecen como una armoniosa mezcla de ambas herencias. En esas condiciones se produce en el siglo xin! la conquista del Gran mongol, Gengis Kan. A pcimera vista, nada hacia prever que a partir de las poblaciones LA EXPANSION EUROPER 57 nomadas bastante pobres y frente a las ticas ivilizaciones musulmana, hinds y hina, un jefe de bandas iba a ser capay de constituir un sistema continental po. deroso. Desde hacta siglos los nomadas se Contentaban con saquear regular y brutalmente a las poblaciones sedentarins due vivian en las fronteras de los espa tendons £¢ movian. Aun asi, a veces némadas y sedenrarhe acababan por en- tenderse. Adems, algunos jefes nomadas se serioe atraidos por los placeres y el s kitat, combatié a los tértaros, ‘on cuando su hijo tenia s6lo nueve afios, La viuda y los hijos quedaron en la miseria. Tamudjin, ese era el nombre tet futuro Emperador, con- disidentes, primero las mis cercanas y después Inn demés, yen 1207 termina por dominar la totalidad de Mongolia, Se hace entonces proclamar Kan supremo (Qahan), organiza un verdadero Estado con tar ejézcito y emprende la conquista de los paises sedentarios. Muere en 1227 ts haber creado un vasto impetio que & xtendia desde Pekin hasta cl Volga. Su sucesor, Ogodlai, lo extiende aun més, Scupando un nuevo trozo de China, Corea y la Persie oriental. Sus tropas entra. Fa Er ecoreia, Armenia, Rusia meridional, Ucrania, Polonia, Moravia, Bulga- Ha, Hungria y Croacia hasta la costa del Adcidtion La muerte de Ogodai y jas dispuras entre sus sucesores los obligaron a retroceder hasta el Volyga. Los sucesi. os herederos del Gran Kan trataron de extendeas Por el Lejano Oriente, sin Gorsesuirlo. De todos modos, el conjunto mongol sigui6 sometido al Gran Kan, Ge on adelante tesidi6 en China. Pero los kanes que regian cada provincia se vol. weton poco a poco muy independientes (Auboyes, 1964, 320-322), En Africa y en Oriente Mediox el Islami En el momento en que el imperio mongol comienva 4 declinar (siglos xiv-xv}, ef Islam evoluciona y recobra nuevas fueteas transformando a todos los paises de 58 FREDERIC MAURO. los paises de Africa al Norte del Sahara, Al Sur de ese Mediterraneo de arena en {que los mecanismos de los intercambios se asemejan mucho a los de un espacio maritimo, el Africa Negra, aunque sin mantenerse inmovil, apenas experimenta transformaciones cuya repercusin en el exterior pueda tener alguna importan- cia; en términos generales, dos grandes areas culturales se reparten ese mundo negro: el area sudanesa, al Este, donde viven bellas razas de ganaderos mas bien némadas, de espititu orgulloso e independiente, los primeros que se convierten al Islam; y el area banea al Oeste y al Sur, hombrecitos sedentarios y pacificos orientados hacia la agricultura y que siguen siendo fetichiscas. Oposicion ésta que aqui s6lo esbozamos y que habria que matizar considerablemente. El Islam anterior, el de los siglos x4, xt y xiMl, pasa por periodos de lucha y de retroceso como consecuencia de la anarquia que reina en la primera mitad del siglo xt, Pero a través de esas dificultades, se vislumbran va las dos fuerzas poli tieas que van a restablecer el orden en este turbado mundo: al Oeste los berebe- res y al Este los turcos. «En los confines del Sahara y del Sudan vivian los bere- beres, némadas recientemente convertidos al Islam. Hacia mediados del giglo x1 algunos misioneros los convirtieron en un grupo de austeros fandticos que libra- ban contra los negros paganos la tradicional Guerra Santa. Residian en conven- tos fortificados, los ribat, de donde les viene su nombre de almourabitum «las gentes del ribat» de donde viene nuestra palabra «almordvides». Fue fécil con- vencerlos de que fueran a limpiar lo que los juristas naikitas del Magreb les pre- Sentaban como focos de depravacién: en pocos afios conquistaron Marruecos y la mitad occidental de la actual Argelia. Luego, los llamaron a Espafia aquellos que se sentian inquietos por la debilidad y los compromisos de los principes mu- sulmanes frente a la Reconquista cristiana, Era el momento en que, por cl lado cristiano, el espiritu de comprensién entre las confesiones, que atin encarnalva el Cid en Valencia, daba paso a la intransigencia de los caballeros de mas alld de Jos Pirineos, los mismos que iban a lanzar la «Cruzada de Oriente». Entre 1086 y 1110 lo que quedaba de Ia Espafia musulmana, la mitad meridional de 1a Pe- insula desde la desembocadura del Tajo a la del Ebro, era a su vez. unificada por los almoravides. Con ellos se instalé la dictadura malikita, fiel observante de ja letra del Derecho y de la Teologia; y también se desperté la Guerra Santa con- tra los cristianos y, en el interior, la intolerancia contra los mozérabes...» (Ca- hen en Crouzet, 291-292)! ‘A mediados del siglo xn la dinastia de los almordvides fue sustituida por la de los almohades de origen marroqui, bereber también, que conservé el poder hasta mediados del siglo Xu. Esta dinastia correspondia mejor a las aspiraciones religiosas de las masas que el juridicismo malikita de los almordvides; en efecto, gus fandadores, Ibn Tumart y Abdelmunin, introdujeron de nuevo en su imperio tina visi6n mistica del Islam. Con esta liberacion del malikismo, la Espafia mu- sulmana alcanza entonces su apogeo. A su vez, la civilizacién andaluza permite el florecimiento de la cultura judia, cuyas colonias espaiiolas son ahora las mas bri- Bl Malikismo, del jurista Malik (siglo vin), es una doctrina juridiea que tuvo éxito en Espa fay Africa del Norte LA EXPANSION EUROPEA 59 llantes de la Didspora. A partir de ellas se organiza una nueva Diaspora en todo el mundo occidental, De este modo, judios y musulmanes son, junto con los eru- zados, los vectores de la cultura asidtica y oriental hacia la Cristiandad latina. El apogeo del occidente musulmén se produce hacia 1200. Después viene la decadencia, como resultado de los golpes de la Reconquista. En el Este, las cosas cambian también por efecto de las invasiones turcas. Desde hacfa tiempo los principes musulmanes de Oriente Medio rechitaban sus ejércitos entre los escla- vos turcos. Pero én el siglo x, los reinos esteparios turcos del Asia central entran en contacto con los musulmanes, por conducto de los mercaderes y los misione- ros, ¥ se convierten en gran mimero al Islam, seducidos por una civilizacién su- perior, asi como por la costumbre de la Guerra Santa, que les permitia sarisfacer su aficién a las correrias. Una vez convertidos en musulmanes, los turcos no podian ya ser reducidos a esclavitud. De ahi la idea de hacer que emigraran poblaciones enteras para ser- virse de ellas militarmentes algunas de esas poblaciones adquirieron pronto gran importancia: los gazndvidas, que llegaron a islamizar el valle del Indo, y los seleticidas, que fueron pronto los mas poderosos de todos. Para ellos, la Guerra Santa es antes que nada la reunificacién del Islam desgarrado por la anarquia y las herejfas. Una ver. realizada la operacién, habia atin que dar empleo a unos ejércitos inquietos, avidos de saqueo y aventura. Nada mAs cmodo que volver- los contra el imperio bizantino, heredero del antiguo Imperio de Oriente, que, en las [ronteras occidentales de los turcos, se descomponta ante sus ojos. No obs- tante, a fines del siglo x1 el gran imperio turco seledicida se dividié en cuatto principados: Irak, Siria Irén y Asia Menor. Este iltimo era quizas enronces el mas préspero. En él renacen las ciudades y el comercio se desarrolla. Pero los turcomanos, expulsados hacia el Oeste por los mongoles, se infiltean en la region formando hordas cada vez més numerosas e inasimilables. Las dificultades y las sublevaciones que de ello se derivan debilitan al sultanato de Rum, es decir, las antiguas provincias romanas de Asia Menor. Y en 1243 los mongoles le impo- nen su protectorado. Volvemos a encontrarnos aqui con Ja formacidn de ese in- ‘menso imperio mongol de que hablabamos antes. Rudo fracaso para los pueblos drabes que de este modo se ven sometidos a los barbaros venidos del Este y del Norte. «Parad6jicamente, es el Egipto gobernado por semibarharos.importados de los mercados de esclavos del mar Negro el que ahora ofrece refugio a las espe- ranzas y es el centro de Ia civilizacién de todos los paises arabes. Los mamelucos imponen en el pais la dictadura de su ejército, a menudo dividido, explotando duramente a la poblacién indigena, Sin embargo, este ejército conserva para Egipto y, en ocasiones, para Siria una unidad, una solidez y una regularidad ad- ministrativa que muchos Estados vecinos le habrian envidiado...» (Cahen, 513). Un nuevo ayatar, tras varias peripecias viene a turbar el Oriente Proximo antes que concluya el siglo xIV, dislocando definitivamente el imperio mongol. Se trata del avance de los timirides, de donde surge la figura legendaria de Tamerlén. El episodio fue posible gracias a la descomposicin del Asia central mongola, que dio el poder a los turcos. En el Jorezin un mongol convertido en turco, TimurLenk (Timur «el Cojo» 0 Tamerlin), bestia sanguinaria pero gran capitan, agrupé en torno suyo un ejército fanatizado. En los dltimos afios del 60 FREDERIC MAURO siglo x1v, recorri6 a la cabeza del mismo el antiguo imperio mongol, desde la Rusia central hasta la India del Norte y desde Asia Menor hasta los confines de China, devastando todo lo que encontraba a su paso. Establecié su capital en Samarcanda, donde trat6 de desarrollar las Letras y las Artes para celebrar su poder. Sus hazaiias adquirieron pronto un cardcter legendario en los ejércitos de los iranios, los drabes y los cristianos. En 1402. vence en Ankara al Sultin oto- mano, Pero, al contrario que Gengis Kan, ao construye nada duradero. Tras su muerte en 1405, sus descendientes, los timdrides, perdieron sucesivamente todas sus posesiones. ¥ silo por azar pudo fundar uno de sus descendientes durante el siglo xvi el Imperio unificado del «Gran Mongol» en la India. ‘Acabamos de aludir al sultan otomano. Hora es de hablar del nuevo imperio que, bajo la autoridad de este personaje, conquista el Asia Menor, los Balcanes y el Oriente Proximo. En efecto, a fines del siglo xin se constituyen en el Asia Me- nor occidental, que seguia siendo bizantina, varios principados turcomanos, en Jos que influia fuertemente el espiritu de Ia Guerra Santa. Precisamente en esa época es cuando los emperadares bizantinos suprimieron las inmunidades fisca- les de los colonos-soldados que en esa «frontera» se encargaban de defeftder al imperio. De ahf que casi todo el territorio asiatico que de éste dependia cayera répidamente en manos de los jefes turcomanos, que no dudaban en practicar in~ cluso la guerza de corso en las islas del archipiélago y en las costas de la Grecia continental, Entre ellos figura Osmédn, que capitaneaba el grupo de los otoma- nos, establecido cerca del mar de Marmara, en una situacion estratégica de primer orden, a partir de la cual el jefe y sus sucesores conquistaron met6dica- mente la peninsula y se aprovecharon de las rivalidades entre latinos y bizanti nos. Al terminar el siglo xiv estaban ya instalados en la mitad occidental de esa peninsula y en gran parte de los Balcanes. En 1453 se apoderaron de Constanti- nopla y a finales del siglo xv eran duefios de toda el Asia Menor. A finales del si- glo XVI ocuparan Irak, Siria y Bgipto. Este nuevo poder atemoriz6 a la cristiandad y ésa serd una de las razones de la politica de Carlos V en el siglo xv: superar el Cisma provocado por la Refor- ‘ma y reconstruir la union, para hacer frente al Islam amenazante. En América: el imperio de los altiplanos, el «vacio» de Jas lanuras No vamos a abordar el problema de los origenes remotos de las poblaciones pre colombinas venidas de Asia, especialmente a través del estrecho de Behring, las islas Aleutianas y Alaska, aprovechando las variaciones climaticas, pero en parte venidas quizas también de Polinesia a través de las islas del Pacifico y de Austr Iia por el continente antartico. Fsas poblaciones comienzan a llegar a América al vez 35 000 afios antes de Jesucristo. Tienen que vencer un espacio dificil e in- ‘menso que las afsla. La lentitud de su desarrollo se debe a que pierden el contac- to con el Viejo Mundo, asi como a las distancias que las separan, lo que Jes im- piden aprovecharse de los mutuos progresos. De ahi su zetraso tecnolégico: no conocen ni el ganado mayor, ni la rueda, ni la béveda, ni la ciencia nautica, lo que contrasta con el estado avanzado de sus conocimientos cientificos, incluso a veces de sui reflexion metafisica. Otro rasgo caracteristico las diferencias enor- LA EXPANSION EUROPEA él mes que existen en el tiempo y sobre todo en el espacio entre estas civilizaciones, desde las culturas mds primitivas de sociedades tribales elementales hasta los grandes imperios politicos. Pero la paradoja radica en que no son obligatoria~ mente los mas avanzados en materia de tecnologia los que van mas lejos en la es- fera de la Ciencia desinteresada o de la Filosofia. Asf, los mayas pertenecen a la Edad de Piedra y, sin embargo, no sdlo organizaron un enorme imperio, sino que ademas nos han dejado algunos de los mas bellos monumentos de piedra que conocemos, una eseritura y una ciencia astronémica, es decir, tn conjunto de logros que podemos considerar superiores a los de los aztecas que, por st parte, pertenecen a la Edad del Cobre, y por lo menos iguales a los de los incas, a los que se clasifica en la Edad del Bronce. Citamos deliberadamente estos tres imperios ya que, tal vez.con los chibchas de Colombia, son los tinicos que sobresalen verdaderamente durante nuestra Baja Edad Media del conjunto continental del Nuevo Mundo. Pues bien, se ob- servara que estos imperios se formaron en los altiplanos tropicales y en las tie ras frias o templadas de la América intertropical. En las otras regiones, y en particnlar en las llanuras pero también cn las montafias templadas frias, el clima parece demasiado rudo o demasiado caluroso y el desaffo de la navuraleza, se- gtin las palabras de Arnold Toynbee, es demasiado violento para que pueda ha- ber una respuesta humana eficaz. En estas inmensas regiones, cubiertas 0 no de selvas dificilmente penetrables, reina a menudo el vacio 0 la presencia de una poblacién dispersa que vive de la recogida de frutos silvestres, de la pesca, de la taza y de una agricultura mas que radimentaria, actividades de rendimiento de masiado débil para que no requieran el nomadismo y la existencia de vastos espacios. Pero, incluso suponiendo que estos sean indispensables para la supervi- Yencia de los seres humanos en condiciones técnicas tan rudimentarias, cabe pre- guntarse si el conjunto americano no era todavia hacia 1300.0 1400 demasiado vyasto para las poblaciones que contenia. En cambio, los grandes imperios representan zonas de densidad importante, en las que se producen movimientos de expansién muy parecidos a los del Viejo Myndo en la misma época ‘Los mayas ocupaban en ese espacio maritimo que podemos ya llamar el «Mediterraneo americano» una regiGn tropical correspondiente al Sur del México actual (Chiapas, Yucatan, istmo de Tehuantepec), a Guatemala, salvo su costa del Pacifico, al Oeste de Honduras y a Belice. La civilizacién maya se desarroll6 en esas regiones, aislada del resto de América, aproximadamente desde el arto 3000 a.n.e, Los mayas se agrupaban en ciudades, como los griegos de la Bpoca Clisica, que a veces se reunian en federaciones. La poblacién total alcanz6 posi- blemente los 15 000.000 de habitantes Tras un periodo Premaya (3000-353 a.n.e.) y un petiodo de Elaboracién Cultural (353 a.n.c.-317 n.e.), los mayas entraron en la Hamada era del Imperio ‘Antiguo 0 Epoca Clisica (317 n.c.-937 n.e). El apogeo de esa época se sitia en el siglo vin. Luego, el mundo maya empieza a declinar y las ciudades son abando- hadas unas tras ofras. La gran regién maya habia sido el Oeste del Petén central. En el siglo x se produce un renacimiento maya y la creacion del Nuevo Imperio de la época «Posclésica> (387-1697). Desde el Sudoeste se infiltr6 una nueva po- 62 FREDERIC MAURO. blacién, los itzd, que fandaron Chichén Tizé (986-998). En Mayapan y en Uxmal se instalaron mexicanos asimilados a los mayas (987-1007). Fllos czearon la liga de Mayapén, que disiruté de gran prosperidad. La guerra civil de 1194 da el po- der a Mayapén y a sus reyes, los Cocom. Pero posteriormente, los demas jefes mayas se sublevan y saquean Mayapan. Es el comienzo de la desintegracién que se ve complicada por toda clase de azotes: huracanes de 1464, peste de 1480, se- quias catastréficas y, por iltimo, epidemias de viruelas aportadas por los euro- peos en 1511-1516, De todos modes, los mayas iban a resistir a la penetracién espafiola hasta la batalla de Tayasal, el 13 de marzo de 1697. ‘Los aztecas habfan creado hacia 1500 un imperio que se extendia por gran parte del México actual, al Norte de la regién maya, Todo el Noroeste estaba ocupado por poblaciones salyajes que los espafioles confundirén con los térmi- nos generales de . Hay pues que abandonar la idea de que, antes de la Ilegada de los espafioles, los amerindios eran poblaciones pacificas que podian darse el lujo de unos cuan- t08 sacrificios humanos porque no hacfan [a guerra. Las causas de esos imperia~ lismos deben buscarse sobre todo en las variaciones de densidad demografica que existian en el espacio y en el tiempo y que, como en Europa, desempefiaron un papel capital en las invasiones, las migraciones y los imperios. Pues bien, segdn los célculos de la llamada Escuela de Berkeley, gracias al maiz esas densidades ha- bian acabado por alcanzar en los altiplanos indices muy clevados. Esto concuerda con los cdlculos de otras experts que atribufan al conjunto de América una po- blacin de 90 a 112 millones de habitantes, de los que 60 millones se los reparti- an por mitades el México central y el Peré (S4nchez Albornoz, 1973: 55). El fendmeno de la expansién tiene, pues, caracter general y un andlisis com- parado nos mostraria que las causas, las formas y las consecuencias de esa ex- pansion son a menudo las mismas de uno a otro continente y de un siglo o un. milenio a otro. La expansi6n europea hay que insertarla en ese gran movimiento planerario. Fs verdad que va a desempefiar un papel privilegiado. Pero ¢quién pdtlia decirlo en 1492, cuando Cristobal Colén descubrié sin saberlo América? LA EXPANSION EUROPEA ANTES DE LOS GRANDES DESCUBRIMIENTOS Desde finales del imperio romano, Europa tiene que suftir las invasiones y la ex- pansién de los demas pueblos, en vez de extenderse ella misma. Pero poco a poco reacciona a ese desafio exterior y, antes de la fecha trascendental de 1492, lo hace esencialmente en tres direcciones. La conquista del Atlintico norte por los vikingos Durante la Alta Edad Media, la Peninsula Hscandinava se aprovech6 del recalen- tamiento del clima, Su situacién predisponia a sus habitantes a las aventuras ma- ritimas. En efecto, con sus drakars exploran las costas de ese «Mediterraneo» del Nozte que forman el Canal de la Mancha, el Mar de Irlanda, el Mar del Norte, el Mar Blanco y, naturalmente, el Baltico. Los primeros asentamientos escandina- 64 FREDERIC MAURO vos en Groenlandia datan del siglo x. El descubrimiento de Vinland, un trozo de la costa de América entre la peninsula de Gaspé y e] Sur de Massachusetts, debié de producirse a mas tardar hacia el afio 1000, quinientos afios antes del viaje de Cristébal Colén. También parece que llegaron con sus naves a Terranova y La- brador. El repliegue del «imperio» vikingo en los siglos xm y xIV se explica segu- ramente por el cambio de clima, con el enfriamiento propio de la Baja Edad Me- dia y de la Epoca Moderna. De la Reconquista a la Cruzada a) La Reconquista La Reconquista de la Peninsula Thérica contra los infieles es fruto de una cola- boracién entre los estados cristianos del Norte de la peninsula, Cataluiia, Ara- g6n y Castilla, y los caballeros de Francia, borgofiones, champafieses y norman- dos, Gracias a ellos se organizan pequefios ejércitos que hacen la guerra por temporadas —la algarada— contra los musulmanes, cuya dominacién se habia debilitado mucho desde la conquista érabe. Al comienzo se trata mis Bien de expediciones de reconacimiento y de saqueo. Pero pronto se procede a conquis- tar y organizar territorios enteros: el frente militar es un frente de colonizacién. La Iglesia admite esta «Guerra Santa» que devuelve a los cristianos lo que les pertenecfa. La Reconquista parece que fue més dificil en el Este que en el Oeste. Sélo en 1063 se lanza la primera expedicin militar organizada en direccién al valle del Ebro y Zaragoza no cae en manos cristianas hasta 1118, En cambio, el rey de Castilla ocupa Coimbra ya en 1064 y Toledo en 1085. La Cristiandad sufre cierto retroceso con la llegada al poder de Ia dinastia de los almoravides entre los musulmanes. Pero se trata solamente de un momento de tregua y cl avance se reanuda, para no cesar hasta la toma de Granada por Fernando e Isa- bel en 1492. Pero hay otra reconquista que no debe olvidarse: la del Sur de Italia. Los normandos, que habian creado un verdadero imperio en el Atlantico norte, colo- nizando Inglaterra y la provincia francesa que leva su nombre, no vacikan en ir a hacer fortuna al Mediterraneo. Para ello alquilan sus servicios en la parte sur de la Peninsula Italiana, que se reparte entre los duques lombardos del Apenino, los gobernadores bizantinos de la costa, las cindades mercantiles auténomas y, por til- fimo, los arabes que ocupan Sicilia. Uno de esos normandos, Robert Guiscard, diri- ge un pequefio ejército organizado y aguerrido, crea en Calabria y en las Pullas un Estado que le convierte en vasallo del Papa en 1059 y toma Bari en 1071, ex- pulsando asi completamente de Italia al imperio bizantino. Ayudado por su her- mano Roger, expulsa poco a poco a los musulmanes de Sicilia, cayendo Palermo en sus manos en 1072. Fl emperador bizantino se casa con su hija y sus posesio- nes se extienden hasta Durazzo y Corfi. El resultado es importante para oc dente, que ahora tiene expeditas las comunicaciones con oriente. Venecia y el ‘Adriético no son ya las tinicas vias del comercio con Levante. La pirateria berbe- risca retrocede y Pisa, Génova, Barcelona y Valencia ven abrirse vastas perspe tivas para su comercio. LA EXPANSION ROPEA 65 6) La Cruzada No vamos a plantear ayui el problema de los origenes, las earacteristicas y los efectos, positivos o negativos, de ese movimiento de la Cruzada que aparece re- trospectivamente y que, para los contemporaneos, fue como la prolongacién na- tural de la Reconquista, Tras el gran movimiento musulmén que hizo replegarse Europa hacia el Norte, con la ayuda del clima, en la Baja Fdad Media, este gran movimiento cristiano, ayudado también por el clima cuya evolucién habia cam- biado de sentido, hace que Europa sc vuelva hacia el Sur. Diremos aqui la Cru- zada en vez de las Cruzadas, ya que la numeracion de los historiadores tradicio- nales parece un tanto artificial. En realidad, a partir del momento en que Urbano TI predicé en 1095 la «primera» Cruzada, ¢ incluso antes, si se piensa en las peregrinaciones eamuyns & ov o8o1q ap ‘esaaeutad Bf squemp oquow tundos ‘epnzed ej uo 7BpT uo anioureprumn vor as edesa eisy “Puy sepuy SF] “O-1PUY OtE990 Te “eOHFY ap pype spui “sonptto> anb oontEa70 «Oyo» wea [2 laep 89 “exo 2[qop FI ap owaItreNO;D90}10d Jap x] so edeia wien ey edoia bu ¥] 2p soi soaiue ap sour eiUIO4] “seis00 se] ap solo] seu eye us 2885000 2p au [9p ORTOP uel UA & eaL9JcoURE UpiDE|NDN9 e ap onguyy jap Sousur Of rod omuayimisoues wong un ap asamboa vduia wrz0z00 e| ‘Sond soy “stipe sopmaney se] ap offyzesauos a “1 “HOU PAIAP| OP Zh SO] B SosvO Soy ap ofous [a ue “oUON Te Ant Ja809 anb key $20 “Moma onb eX ‘sozeres so] ap seu opoumgour ja uo uOIsmout epunjord eun Los “mreide Anu empe(Suys wun sewape zenipear ap vaso v ‘]eai0g ottezaa |p autres wep sxjana 9] 4 ‘ouoio uo sand opuanred ozseur arquiaiaou anita “ousDIAu) U9 Sed 25 PPE BL anb 2p uorotpuoa v “eutjoq e] 2p uorezan esowad & eff1e | urs ataisod sa fentessuoo ope] ap musta Ja 0 edod us oars j2 uo “eauE, ap oy[os 4 [eBnuog anua eyona 4 epr ap afera 1q “souorseysa se] eiadsa1 aiqesuadsip ut aiuourennjosqe 89 BIO “sousaye SoauaIA soy ap uot! Fy Uo Jenue wamno uess £1 9P ‘aainb 26 1s *0 elajduioo fo, e| ap eyez 25 inby “uO [a eIsey (sgbI “9rbT) PuOe] euIaIg ap easo9 e vprsed 294 eM EzUaNUOD vdera Bianiay ey “uowesa Jambyens wa asiaz10003 apand anb ‘ouron: p ‘alduns ny0q e| ap exem os nby “suautepidys aauen 38 “(ppp T-fEht) PIA Ov Te zOpelog oqed jap ‘edea ypundias yj ‘ewajqoad 2350 oujonsayy “Poqsr] easey “2asg [2 oguuns Soave sey ajuaUtersamp eaay] anb a3 “WayHODEAUOD P| PaseY “YOqIas9 9p Ope Tap oaUaLA ‘SoIsife So] ap aun & *sasanBna od so] ueysap owoD Py1O4 ¥| ‘ojnoI> Weal fa xezen anb deq “oquo [a reanbueay 8p sandsap “saajoa wand 4 teas00 vf ap asuelaje anb Avy “eurentio9 aauatsi0> auony fun zod opipusyep “topelog ogza Jp rvanbuesy exed ‘epnsape fsoular soy a1uaut Ihe une Teayjun zapod ered epejosap opeyseniap vuvize:(es vaso vp A apiresdl op {ESRUEP $9 ELsUEIsIp v] aub ws tozsJ24 un wusaou as sopelog oq fo APaNbueNy tepod vivg “zupne Souate o spur afezoqes un v eau as opoa onb ua soanuea 2p ase] un aP 1e 8S “(HE $T) 1OPelog OGeD [> EIgop as anb us oauoWIoM je (¢]41) EInao ap Eulod E] ap ea edvia vraumad ey» muNeYD aniig a2eq selja 9p anb tot “MST Pe Goo soUOUIpIUaIO. “sepIoouOD arg wos ajdriad 2is9 op svdeya se] “voulns ep o(duad yo ‘«o|duads oaane jap us 320 Ip 89 ais “IETES [9 JeausoAOD ap eapr v 1Ye aq -eumLIeUT e| [7 “se4oauOD so] uLIuasardor sojpourea ap 6 ¥adOUN3 NOISNYexa v4 | 70 FREDERIC MAURO modo de la navegacién a vela, Para conseguir ese dominio se han necesitado tres cuartos de siglo de esfuerzos...» (Chaunu, 1969: 129-132). Quedan asi abiertos los caminos a la vez hacia el Sudoeste, es decir, hacia las Américas, y hacia el Sudeste, o sea, hacia el océano Indico y Asia. Quedan asf superados los terrores que embargaban el alma de los marinos acerca de los ex- tremos de la Tierra, Ahora se comprende perfectamente el sistema de los vientos atlanticos. La brdjula, el astrolabio y las tablas de navegacién permiten derermi- nar mds 0 menos exactamente la posiciéa de la nave en la inmensidad del mar. La nao y la carabela sustituyen con ventaja a la galera y a sus derivados frente a las olas del océano. Los europeos se muestran avidos de saber lo que ocurre mas alld del mar y los Estados recobran una paz y una prosperidad relativas. El terre no esta expedito para los grandes descubrimientos Pero lo mas impoctante es que al alcanzar la Costa del Oro, en el golfo de Guinea, los portugueses captan Ia corriente de metal precioso y de esclavos que atravesaba el Sahara hasta Africa del Norte y Europa. Utilizando una expresién de los gedgrafos, puede hablarse realmente de un «fenémeno de caprura». Sdlo persiste una corriente derivada hacia Bgipto. En 1482 se erige la fortaleza de San Jorge da Mina, centro de estos nuevos traficos. Y a Lisboa llega el oro que finan- cia la expansién. -

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