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LA REVELACIÓN DE JESÚS
EN LOS ÚLTIMOS TIEMPOS
INTRODUCCIÓN AL MATERIAL
¿Cuál es el propósito de estudiar el libro de Apocalipsis?
Es importante entender que “Apocalipsis” significa revelación, es decir, ver sin velos.
En este libro, es el Padre quien nos revela a Jesús, Su gloria, Su plan y Su regreso.
Amado timonel:
Entendemos el desafío que conlleva enseñar y preparar cada lección de este material.
Por eso, queremos alentarte a que busques continuamente la asistencia y dirección del
Espíritu Santo. La última vez que se enseñó acerca de este libro para toda la Iglesia Pue-
blo Nuevo fue hace más de veinte años, y hoy entendemos que es el tiempo y la hora
para profundizar en el plan de Dios para sus hijos, previo al regreso de Cristo.
Nuestro deseo es que, a medida que avancemos en las lecciones y temáticas a lo largo
de este año, seas lleno de esperanza y fe; y tu barca encendida en pasión por Aquel que
ha de venir.
Estamos a tu disposición ante cualquier duda o inquietud que se presente. ¡Vamos juntos!
PARTE 2
Siete mensajes para la Iglesia
Lección 6 - Ap. 2:1-7 .........Volviendo al primer amor
Lección 7 - Ap. 2:8-11 ........Venciendo el temor
Lección 8 - Ap. 2:12-17 ......Rechazando falsas doctrina
Lección 9 - Ap. 2:18-28 .....Venciendo la inmoralidad sexual
Lección 10 - Ap. 3:1-6 ........Despojándonos de las obras muertas
Lección 11 - Ap. 3:7-13 .......Siendo fieles en tiempos difíciles
Lección 12 - Ap. 3:14-22 ....Luchando contra la tibieza
PARTE 3
Adoración Celestial
Lección 13 - Ap. 4:1-8 .........La revelación del Padre
Lección 14 - Ap. 4:9-11 .......Verdaderos adoradores
Lección 15 - Ap. 5:1-10 .......El título de la propiedad de la Tierra
Lección 16 - Ap. 5:11-14 ......Una declaración poderosa
PARTE 4
El plan de batalla de Jesús
Lección 17 - Ap. 7:9-17 .......Una gran multitud
Lección 18 - Ap. 8:1-5 .........El séptimo sello
Lección 19 - Ap. 11:15-19 .....El regreso de Jesús: La séptima trompeta
Lección 20 - Ap. 12:9-11 .....Los que vencen al diablo
Lección 21 - Ap. 15:1-4 ........Los juicios de Dios y el cántico de Moisés
PARTE 5
Regreso de Cristo y establecimiento del Reino eterno
(Pendiente segunda entrega)
INTRODUCCIÓN A LA PARTE 1
La revelación de Jesús
La visión que tuvo Juan nos muestra a un Jesús revelándose en toda su majestad y glo-
ria, como el Cordero que fue inmolado, y que hoy está sentado a la diestra del Padre.
Podemos entender por las descripciones que ya no tiene el mismo aspecto del ser hu-
mano que caminó sobre la Tierra, sino que se manifiesta totalmente en su belleza divina
y radiante, dejando deslumbrado a Juan que no es capaz de mantenerse en pie ante tal
revelación. Podemos ver que Juan estaba viviendo un exilio en la isla de Patmos, por
causa de Jesucristo, por haber permanecido fiel a Su verdad hasta el final. Aún en esa
condición, él estaba en constante comunión con el Espíritu Santo, mantenía una vida de
intimidad y adoración que lo llevó a tener esta poderosa revelación.
GRACIA: es mucho más que recibir un regalo inmerecido. Gracia es lo que necesitamos
apenas comienza el día y lo que debemos agradecer antes de cerrar nuestros ojos por
la noche. Gracia es lo que Jesús nos otorgó a través de su sacrificio.
- Gracia para recibir salvación (Ef. 2:4-5 - Ef. 2:8-9 / 2 Ti. 1:9)
- Gracia para recibir socorro (He. 4:16)
- Gracia para atravesar procesos difíciles (1 P. 5:10)
- Gracia para rechazar el pecado (Tit. 2:11-12 / Ro. 6:14)
- Gracia para ser perfeccionados (2 Co. 12:9)
Y la lista sería interminable. ¡Hermano, necesitamos pedir y experimentar esa gracia que
sólo Jesús nos otorga! Necesitamos correr a esa fuente de Gracia (Ro. 5:15).
PAZ: es mucho más que vivir sin problemas, es atravesar las tormentas sabiendo que
Jesús está en nuestra barca y nada lo toma por sorpresa. Paz es estar donde Dios quiere
que estemos y haciendo lo que él quiere que hagamos. Paz es que todo esté en orden
conforme a la voluntad de Dios y no la nuestra.
La definición de paz es Jesús durmiendo mientras el resto del mundo está desesperado
y sintiendo morir (Mt. 8:23-27). Seamos de los cristianos que descansen a los pies de
Jesús. Nuestro lugar está a su lado. No caminaremos desesperados y angustiados como
aquellos que no conocen a Dios (Mt. 6:31-32).
¡Estemos despiertos para lo que desvela a Jesús y dormidos para lo que Jesús está dormido!
(En el Salmo 2, vemos cómo las naciones, y más específicamente los líderes mundiales,
se rebelarán cada vez más contra los preceptos de Dios y contra Jesús, pero también
vemos cómo el Padre designará a Su Hijo como el Rey de reyes, quien aplastará a sus
enemigos una vez y para siempre en Su regreso).
Preguntas de reflexión:
¿En qué áreas has experimentado la gracia de Dios? y ¿cuáles son las áreas en las que
todavía te cuesta depender de Dios?
Hablando de la soberanía de Dios ¿estás descansando en ella, aun cuando no entiendes
lo que sucede alrededor?
¿Estás amando a las personas que te rodean y viendo el tesoro que hay en ellas como
Jesús lo hizo con vos?
REYES Y SACERDOTES
INTRODUCCIÓN
¿A qué hemos sido llamados? Cuando Jesús nos redimió al derramar Su sangre en la
cruz, nos hizo reyes y sacerdotes de Dios, hoy y por la eternidad. A veces es nece-
sario recordar que Dios nos encomendó tareas importantes y que vivir conforme a
Su voluntad es algo totalmente emocionante y que vale la pena. No solo hemos sido
llamados a ser “reyes y sacerdotes” hoy, sino también cuando Jesús vuelva a la Tierra.
¡Qué increíble! seremos reyes y sacerdotes de Dios por siempre (Ap. 5:10, 20:6)
Preguntas de reflexión
EL EVANGELIO ETERNO
INTRODUCCIÓN
Aquí encontramos una de las verdades más grandiosas de este libro: Todo ojo le verá.
Tal vez mucho tiempo vivimos creyendo que la segunda venida de Jesús sería un
evento secreto, oculto, que nadie lo vería llegar y de repente un día nos despertaría-
mos directamente en Su presencia. ¡Nada más lejos de la realidad!
Muchas veces a lo largo de la Biblia podemos ver que ese día veremos a Jesús apare-
cer en el cielo, tal cual como fue recibido cuando ascendió (Hch. 1:10-11, 1 Tes. 4:15-16, 2
Tes. 1:7). Será un evento público, a la luz del día, captará la atención de todo el mundo
y nadie podrá negar que Él es el Cristo, el hijo del Dios Viviente (Mt. 16:16).
1. Alfa y omega.
Estas son la primera y última letra del alfabeto griego. Dios es “Alfa y Omega, principio
y fin, el que es, el que era y el que ha de venir”. En esta declaración encontramos una
revelación que nos trae paz, y una promesa que nos sostendrá en los días difíciles. Que
sea “el Alfa y Omega, principio y fin”, nos llena de paz porque entendemos que Él ya co-
noce el inicio y el final de la historia, de nuestra vida entera, y está en control de todas las
cosas. (Ap. 21:6). En Éxodo 3:14 Dios le dice a Moisés “Yo soy el que soy”, manifestando
así su carácter eterno. No había ninguno antes y no habrá ninguno después de Él.
2. Evangelio eterno.
Que sea “el que ha de venir” nos deja la promesa de que un día lo veremos cara a cara,
en todo su esplendor, actuando con justicia y juicio pero lleno de amor, gracia y mise-
ricordia para con sus escogidos. (Ap. 11:17) Por mucho tiempo hemos hablado, compar-
tido, cantado acerca de Aquel que fue y Aquel que es (es decir, la obra de Jesús en la
cruz para redimirnos de nuestros pecados y todo aquello que Dios hace hoy), pero he-
mos omitido a Aquel que ha de venir. De hecho, para comprender lo que Jesús hizo en
la cruz debemos mirar el día en que Él vendrá, porque fue para ese momento que Él nos
rescató. Jesús pagó con su sangre una eternidad a Su lado debido a Su gran amor por
nosotros; gracias a Su sacrificio en la cruz, cuando Él vuelva, veremos Su rostro, y disfru-
taremos una eternidad de adorarlo. “Evangelio” viene del latín evangelium, que significa
“buena noticia”. ¡Qué importante es, entonces, contar la buena noticia completa! Dios
no solo nos amó tanto que envió a Su hijo a morir en una cruz por nosotros, y Él no solo
quiere que hoy lo amemos y vivamos siguiendo el ejemplo de Jesús, sino que todo esto
es la antesala para el día en que Él regresará a la Tierra para estar junto con Su Iglesia
eternamente, sin nada que se interponga.
3. El todopoderoso.
“Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la
voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso
reina!”
Apocalipsis 19:6
Preguntas de Reflexión
¿Cómo cambia tu manera de ver el sacrificio de Jesús en la cruz y tu manera de vivir el día
a día sabiendo que pronto Él volverá y vas a verlo cara a cara?
¿Crees que cuando lo veas cara a cara sabrás que diste todo lo que Él es digno de recibir,
o aún tienes que rendir cosas a Sus pies sabiendo que le debemos todo?
“El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de
oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has
visto, son las siete iglesias.”
En la próxima lección comenzaremos a hablar acerca de las siete Iglesias que se men-
cionan y cómo las siete hacen referencia a la Iglesia global de hoy. Ahí veremos cómo
algunas de ellas están tibias, perdieron el primer amor, toleran falsas doctrinas, etc., y el
hecho de que Jesús se mueve en medio de esos siete candeleros nos muestra que Él hoy
se mueve en medio de Su Iglesia, aun estando llena de imperfecciones.
Él la ama a pesar de su condición. Es interesante cómo los siete candeleros que repre-
sentan a las Iglesias son de oro; y eso tal vez nos muestra cómo Jesús no nos ve por
quiénes somos ahora y por nuestros defectos, sino que ve nuestro destino; ya nos ve
puros y limpios. Qué diferente sería si todos nosotros hiciéramos ese mismo ejercicio
con nuestros hermanos, y en lugar de ver lo que está mal en ellos, viéramos el oro que
Dios depositó en sus corazones y los impulsáramos para llegar a lo que Él diseñó para
sus vidas.
La Biblia compara el amor de Jesús hacia Su Iglesia como el de un esposo hacia su es-
posa. Nos dice que Él la sustenta y la cuida. “Sustentar” refiere a brindar alimento y re-
cursos necesarios para vivir, y “cuidar” nos habla de proteger. La iglesia le pertenece a
Cristo. Está conformada por personas, pero es de Cristo. El pagó el precio más alto para
mantenerla cerca de su corazón.
Jesucristo es el defensor de su iglesia, como un esposo con su esposa. Por este motivo
jamás deberíamos encontrarnos entre los que la critican y lastiman, porque sería una se-
ñal de que no estamos comprendiendo lo que la Iglesia significa para Jesús.
¿Qué hace Dios cuando ve a la Iglesia sucia? Se entrega a sí mismo para purificarla.
Y espera que hagamos lo mismo. A veces somos muy rápidos en ver errores en los líde-
res, en los ministerios y demás, pero no cultivamos la actitud de Cristo de entregarse por
Su Novia. Debemos tener presente que somos un Cuerpo, y si una parte de él se duele,
todos nos dolemos. ¡Debemos velar porque todo el Cuerpo esté sano! Solo podemos
transformar aquello que amamos y por lo cual nos entregamos. Amar es más poderoso
que juzgar cuando queremos transformar. Debemos amar a la Iglesia con el amor de
Jesús, el de 1 Corintios 13:
- El amor es sufrido: amar a nuestros hermanos muchas veces va a implicar hacer
cosas que nos cuestan.
- El amor no tiene envidia: cuando amamos la Iglesia Local donde Dios nos plantó, no
vemos la necesidad de compararla con otras.
- El amor no busca lo suyo: tal vez muchas veces podamos sentirnos incómodos y tenga-
mos que renunciar a nuestros propios deseos, pero aprenderemos a menguar para que
otros crezcan.
- El amor no guarda rencor: sabe perdonar todas las veces que sea necesario.
Y así la lista continúa. Jesús se entregó y se entrega por la Iglesia, y lo mismo estamos
llamados a hacer nosotros, amando lo que Él ama.
Preguntas de reflexión:
La última vez que criticaste a algún hermano/a o a la Iglesia en general (sea con palabras
o en tus pensamientos), ¿recordaste que eso es criticar a Jesús mismo ya que es Su
Cuerpo?
¿Hay algún hermano/a al cual crees que no has estado amando con el amor de Cristo?
¿Qué decisión práctica deberías tomar para seguir el ejemplo de amor y entrega de Je-
sús?
Texto de ministración:
Amados, amémonos unos a otros, porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, ha
nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es
amor. En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros: en que Dios envió al mundo
a su Hijo unigénito, para que vivamos por él. En esto consiste el amor: no en que no-
sotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó a nosotros, y envió a su Hijo en
propiciación por nuestros pecados. Amados, si Dios nos ha amado así, nosotros también
debemos amarnos unos a otros. 1 Juan 4:7-11
Nota al timonel:
Puede guiar a los hermanos a que sea un momento de rendir cuentas a Jesús en una
oración personal y tomar decisiones para amar a la Iglesia como Él la ama, y si es nece-
sario pedir perdón o perdonar y determinarse a solucionar temas con otro miembro de
la congregación
LA BELLEZA DE JESÚS
INTRODUCCIÓN
En este fragmento de la Biblia tenemos una descripción de Jesús en Su cuerpo glo-
rificado. Juan describe su apariencia, sus vestiduras, sus cualidades, y es interesante
cómo cada una de ellas tiene un significado que nos revela algo acerca de Su carácter
y Su persona.
“En efecto, Cristo no entró en un santuario hecho por manos humanas, simple copia del
verdadero santuario, sino en el cielo mismo, para presentarse ahora ante Dios en favor
nuestro. Ni entró en el cielo para ofrecerse vez tras vez, como entra el sumo sacerdote
en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena. Si así fuera, Cristo habría tenido que
sufrir muchas veces desde la creación del mundo. Al contrario, ahora, al final de los tiem-
pos, se ha presentado una sola vez y para siempre a fin de acabar con el pecado me-
diante el sacrificio de sí mismo. Y así como está establecido que los seres humanos mue-
ran una sola vez, y después venga el juicio, también Cristo fue ofrecido en sacrificio una
sola vez para quitar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, ya no para
cargar con pecado alguno, sino para traer salvación a quienes lo esperan.”
Hebreos 4:24-28
Jesús vino como nuestro Sumo Sacerdote ya que se ofreció a sí mismo como sacrificio,
y lo hizo una sola vez, abriéndonos camino a Dios por medio de Él. Con una sola ofrenda,
nos hizo perfectos y santos ante Dios. La sangre de Jesús ya venció sobre nuestros ma-
yores pecados, sobre nuestras tentaciones, sobre aquello que tanto nos cuesta rendir.
“Así que, hermanos, mediante la sangre de Jesús, tenemos plena libertad para entrar en
el Lugar Santísimo, por el camino nuevo y vivo que él nos ha abierto a través de la cor-
tina, es decir, a través de su cuerpo; y tenemos además un gran sacerdote al frente de
la familia de Dios. Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena segu-
ridad que da la fe, interiormente purificados de una conciencia culpable y exteriormente
lavados con agua pura.”
Hebreos 10:19-22
No hay maldad lo suficientemente grande como para que la sangre de Jesús no pueda
dejarnos limpios como la nieve (Sal 51:7); solo debemos sacar todo a la luz y arrepentir-
nos (reconocer el pecado y dar un giro en la dirección contraria).
¡Podemos acercarnos a Dios con confianza gracias a la obra de Jesús!
“Sus ojos como llama de fuego” Esto nos habla de que Él lo ve todo, no hay nada que
podamos esconderle, y que siente un deseo tan apasionado y ardiente por nosotros,
que nos imparte su deseo de destruir todo lo que obstruye Su amor en nuestras vidas.
Cuando miramos los ojos de Jesús, somos atravesados por Su amor y no nos importa
quedar completamente expuestos ante Él, porque queremos estar cerca. Él es amor,
pero fuego consumidor (Heb 12:29), en Su celo por nuestra vida está dispuesto a con-
sumir todo lo que nos separe de Él. Muchos no logran experimentar una transformación
profunda y verdadera en sus vidas porque no se exponen a que Dios consuma todo lo
que está corrompido en su interior.
Él no solamente intercede por la iglesia, sino que la recorre con sus pies de bronce. Sabe
en qué cosas debemos ser corregidos y continúa examinando nuestro corazones, (Sal.
139:23-24) a la luz de Su verdad y Su santidad.
“Su voz como estruendo de muchas aguas” La voz de Dios trae orden al caos. Tiene el
poder para restablecer el orden en las naciones y por la eternidad.
Ésta trae orden a nuestras vidas; sacude y derrumba todo aquello que no estaba construi-
do sobre la roca que es Cristo, pero deja lo inconmovible, lo que fue construido en Él.
Preguntas de reflexión
¿Qué cosas te hacen sentir que NO puedes acercarte al Padre? ¿Cómo cambia eso aho-
ra, sabiendo que Jesús ya pagó por todo y es el Sumo Sacerdote que intercede por vos?
¿Estás dejando que Jesús te mire y consuma todo lo que está mal en tu interior? ¿o te
estás escondiendo de Su presencia?
Hoy es un buen día para que la voz de Dios sacuda nuestra vida y quede en pie lo incon-
movible, es decir, Jesús. ¿Estás listo/a?
INTRODUCCIÓN A LA PARTE 2
Siete mensajes para la iglesia.
En el primer capítulo vimos cómo Jesús se revela a Juan y le da a conocer algunos atribu-
tos de su persona: su gracia y su paz, su eternidad, su poderío, su autoridad y su belleza
entre otros. En esta segunda sección nos enfocaremos en los mensajes que Juan recibió
de parte de Jesús para las siete iglesias que estaban en la región de Asia (Ap. 1:11). De la
misma manera que hoy entendemos que las cartas del apóstol Pablo a los corintios, a los
efesios, a los gálatas o a los filipenses, son mensajes que podemos tomar y aplicar para
toda la Iglesia de Cristo hoy, el mensaje a las siete iglesias que encontramos en Apocalip-
sis también tiene perfecta vigencia y validez para nosotros. Pensemos en esto: si somos
capaces de aceptar y recibir las enseñanzas que Pablo dejó en esas cartas, ¿cuánto más
deberíamos oír un mensaje que fue directamente dictado por Jesús? Los capítulos 2 y 3
forman una hermosa declaración de amor de parte de Jesús a Su amada Iglesia. Vamos
a leer que constantemente las está animando, fortaleciendo, afirmando sus obras y su
fe, y corrigiendo sus errores.
Al estudiar cada uno de estos mensajes, debemos enfocarnos en dos cosas importantes:
- Las iglesias de Asia tenían los mismos problemas que podemos encontrar hoy entre
nosotros, y aun así vemos que Jesús se mueve en medio de ellas, las ama y decide en-
tregarse a sí mismo para restaurarlas, purificarlas y perfeccionarlas.
- Jesús tiene en mente el estado final de la iglesia, no su condición imperfecta hoy.
Él conoce el final desde el principio y puede ver a una iglesia pura, sin arruga y sin man-
cha que sale a recibirlo como una novia vestida para el día de su boda.
Con estas bases, trataremos de resaltar un cierto “patrón” que se repite en cada una de
las cartas:
1) Revelación. Cada vez que Jesús inicia una de las cartas, da a conocer un nuevo atri-
buto de su persona. De esto podemos aprender que antes de cualquier otra cosa, Él
quiere revelarse a nuestra vida en todo su esplendor, quiere que lo conozcamos más en
profundidad.
“El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”.
Iglesia de Éfeso:
1. Revelación: “el que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los
siete candeleros de oro” Jesús sostiene a los líderes de cada Iglesia, representados en
las siete estrellas que tiene en Su mano. (Ap. 1:20) Esto significa que Él los ayuda tierna-
mente (Sal. 20:6).
2. Afirmación: “Yo conozco tus obras…” Aquí comienza una lista de “buenas obras” reali-
zadas en la Iglesia de Éfeso. - No soportaban la maldad - Tenían discernimiento espiritual
- Defendían la verdad exponiendo falsas doctrinas - Eran sufridos y pacientes - Habían
trabajo arduamente y sin desmayar por amor al nombre de Jesús ¿A quién no le hubiera
gustado congregarse en una iglesia de estas características? Pareciera que a esta con-
gregación no le falta nada, pero no olvidemos que Dios no mira lo que mira el hombre.
Dios sigue mirando nuestro corazón. Y Jesús hace una declaración implacable, “Has
dejado tu primer amor”. A Jesús podemos entregarle muchas cosas, pero Él busca sólo
una, y es nuestro corazón. Tu servicio puede ser diligente y sincero, pero si lo haces lejos
de una relación genuina con el Padre y el Hijo, por medio del Espíritu Santo, tu “hacer”
está incompleto.
3. Exhortación: “Has dejado tu primer amor” Jesús los corrigió por haber perdido su
primer amor en medio de sus obras y diligencias ministeriales. Ellos incrementaron sus
labores y trabajo, pero disminuyeron su amor para con Jesús. Nuestra labor ministerial
debe fluir desde la fuente del amor y la intimidad. En Mateo 24:12 Jesús dijo que en los
últimos tiempos, a causa de la maldad el amor de muchos se enfriará. El pecado y la mal-
dad crecerán a un nivel tan alto que sólo aquellos que hayan cultivado su primer amor
por Dios no serán corrompidos y confundidos.
a. Recuerda de dónde has caído: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepién-
tete, y haz las primeras obras;” Ellos habían caído del amor ferviente que una vez tuvie-
ron por Jesús. El Señor los estaba invitando a recuperar su posición original delante de
Él. Jesús nos está guiando al arrepentimiento de todo activismo meramente religioso y
nos invita a realizar las primeras obras. Cuando Jesús nos llama a volver al primer amor,
puede estar invitándonos a aquel tiempo en que recién lo habíamos conocido, pero no
necesariamente se refiere a que volvamos a aquello que antes vivimos con Él. Tal vez te
des cuenta que desde niño/a siempre asististe a la Iglesia , pero nunca estuviste en ese
“primer amor” con Jesús; serviste, oraste, te congregaste, pero no te enamoraste de Él
ni viviste la vida de intimidad que Él desea. Pero Él nos invita a volver al diseño original,
donde Él es el primero en nuestra vida y nada más toma Su lugar, donde ni aún el minis-
terio o las “buenas obras” pueden desenfocarnos de mirar Sus ojos de amor y disfrutar
Su presencia y quién Él es.
b. Arrepiéntete o apagaré tu luz “pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero
de su lugar, si no te hubieres arrepentido” Jesús les advierte que les apagará la luz, es
decir, les quitará el candelero. ¿Cuántas congregaciones hoy seguirían funcionando aún
sin el Espíritu Santo? Lamentablemente, muchas. Los edificios pueden sostenerse de es-
tructuras humanas de trabajo. Sin embargo, la iglesia no es una empresa o un edificio, es
un organismo vivo creado para funcionar a la luz del Evangelio. Estamos diseñados para
que la vida y la luz de Cristo corran por nuestras articulaciones y ministerios. Luz también
significa “entendimiento”, la iglesia que vive en el primer amor, es una iglesia entendida
en los tiempos que no es confundida o arrastrada por las corrientes de pensamiento de
este siglo.
“Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de
la vida.”
Juan 8:12
“¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti!”
Isaías 60:1
4. Recompensa: “Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en
medio del paraíso de Dios”. Podemos ver en la Biblia que cuando Jesús vuelva, la Tierra
será restaurada a su diseño original, como lo fue en el Edén (Is. 11:6-9). Aquellos que ha-
yan permanecido en el primer amor podrán comer del fruto de dicho árbol, que traerá
vida, salud, sanidad; serán alimentados con el mejor fruto. (Ap. 22:1-2)
Preguntas de reflexión
¿Cuáles son los síntomas de una persona que ha perdido su primer amor? Pueden
compartir testimonios y experiencias.
¿Te olvidas muy seguido del “por qué” de tu servicio a Dios?
¿Qué acciones prácticas podemos tomar para volver al primer amor?
VENCIENDO EL TEMOR
INTRODUCCIÓN
El mensaje de Jesús a la Iglesia de Esmirna es un mensaje de aliento; Él no tiene nada
en su contra, simplemente quiere prepararlos para los tiempos difíciles que han de
venir.
Iglesia de Esmirna:
1. Revelación:
“El que estuvo muerto y vivió” Jesús revela diferentes facetas de Su persona, pero cada
una de ellas con un propósito. Se revela como “el que estuvo muerto y vivió” a quienes
habrían de sufrir persecución y tribulación. Jesús es el primero en resucitar de la muerte,
y tiene el poder de levantarnos y librarnos de nuestros enemigos. Él tiene la última pa-
labra en nuestra vida y nuestra muerte. Más adelante en esta lección veremos cómo en
los últimos tiempos la Iglesia sufrirá una mayor persecución y los tiempos serán cada vez
más difíciles, pero Jesús nos da la paz de que es Él quien decide nuestros días, y que si
es Su voluntad que entreguemos nuestra vida por Él, igualmente resucitaremos con Él.
2. Afirmación: “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico)”
Nuestros conceptos de riqueza y pobreza son muy diferentes a los de Dios. Tal vez a
nuestro parecer no tenemos lo suficiente, tanto en lo material, como lo intelectual, o in-
cluso lo espiritual. Puede que no tengamos la casa más linda y cómoda, o que no haya-
mos podido terminar nuestros estudios, o que creamos que no somos lo suficientemente
usados por Dios; pero Dios no fija su mirada en donde nosotros lo hacemos. Él ve la ri-
queza en el corazón; ve nuestra humildad, nuestro perdón, nuestra mansedumbre, nues-
tro amor. De igual manera funciona al revés; puede que tengamos las mejores cosas en
lo material, que tengamos buenos estudios y que nuestro ministerio sea visible y de alto
impacto, pero si no cultivamos un carácter conforme al de Jesús, no habrá riqueza en
nosotros. Es importante que hoy sepamos distinguir qué es lo que el Cielo ve como ri-
quezas, y dónde vale la pena que invirtamos nuestro tiempo y nuestras energías; todo lo
terrenal desaparecerá, pero podemos hacer tesoros en la eternidad (Leer Mateo 6:19-21).
“y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.” Ha-
bía muchos que decían ser judíos, pero con su estilo de vida negaban la fe en Jesucristo
y sus palabras. Las apariencias no funcionan con Jesús “El testigo fiel”, y él hace esta
diferenciación entre los verdaderos creyentes y los que dicen una cosa pero hacen otra.
3. Advertencia: “No temas en nada lo que vas a padecer”. Seguir a Jesús no significa que
nuestra vida será fácil y libre de problemas. Vimos en las primeras lecciones que Él es
quien nos llena de gracia y paz. Esta paz no es como la puede dar el mundo (Jn. 14:27),
esta paz no representa la ausencia de problemas, sino la promesa de que aún en medio
de esos problemas, Él está en control de todas las cosas. Jesús sabe los tiempos que se
aproximan y los alienta a que no se dejen llevar por el temor, que Su perfecto amor echa
fuera el temor (1 Jn. 4:18)
“He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados,
y tendréis tribulación por diez días” Dos aclaraciones importantes de esta porción. En
primer lugar, Jesús vuelve a afirmar que nuestra lucha es contra el diablo. La lucha de la
iglesia siempre será contra huestes de maldad y el infierno mismo, jamás será contra per-
sonas de “sangre y carne” (Ef. 6:12). En segundo lugar, muchos afirman que esos “diez
días” se refiere a diez períodos de intensa persecución contra los creyentes por parte de
diez emperadores romanos, entre los años 63 al 313 D.C.
b. “El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte.” La primera muerte es la física,
por la que todo ser humano pasa, y tiene que ver sólo con su cuerpo físico. La segunda
muerte es la del alma y el espíritu, una separación eterna de Dios (Ap. 20:14). Eso es lo
que significa la segunda muerte, y por la que ningún creyente pasará. Algunos ni siquiera
sufrirán la primera muerte (física) porque son los que verán a Jesús volver. Debemos vivir
con el sentir de que somos esa generación que verá a Cristo regresar.
Preguntas de reflexión:
¿Qué cosas nos hacen sentir temor? Meditemos nuevamente en el pasaje de 1 Juan 4:18
y dejemos que Dios nos perfeccione en Su amor.
¿A qué cosas nos aferramos, o qué voz decidimos oír cuando nos invade el temor?
Jesús nos dice “no temas en nada lo que vas a padecer”. No está mal sentir temor al
encontrarnos con alguna situación, pero no debemos dejar que nos invada y tome con-
trol de nosotros, sino entregar todo inmediatamente a Él y escuchar Su voz diciendo “no
temas en nada, mi perfecto amor hace huir todo temor”
Iglesia de Pérgamo:
1. Revelación: “El que tiene la espada aguda de dos filos”. Los gobernadores romanos
se dividían en dos clases: los que tenían el derecho a llevar la espada, y los que carecían
de ese privilegio. Los que tenían el derecho de la espada, también tenían el derecho y el
poder decidir entre vida o la muerte; lo que significaba que su palabra era la sentencia
definitiva, que se ejecutaba en el lugar y el momento. Cuando Jesús dice que es Él quien
tiene la espada aguda está diciendo que en su boca está la capacidad y el poder de
destruir lo falso. La espada está en Su boca, sus palabras son certeras, justas y afiladas
(Vs. 16).
2. Afirmación:
a. “Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás” Pérgamo era
una ciudad muy pagana. En la cima de la ciudad habían construido un trono para el dios
Zeus. Pérgamo era un cuartel general para la oposición satánica y base de religiones fal-
sas, en clara oposición a la fe cristiana. En medio de toda esta opresión la iglesia servía y
levantaba el nombre de Jesús, llegando a pagar un precio muy alto por seguirlo.
b. “Retienes mi nombre y no has negado mi fe”. Jesús resalta el valor y la pasión de esta
iglesia al no negar Su nombre frente a la persecución (“ni aún en los días en que Antipas
mi testigo fiel fue muerto entre vosotros”, vs. 13). Recordemos que en Mateo 10:32 Jesús
dice “Por tanto, todo el que me confiese delante de los hombres, yo también le confesa-
ré delante de mi Padre que está en los cielos. Y a cualquiera que me niegue delante de
los hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos”
3. Exhortación:
Permite falsas doctrinas que son de tropiezo (Vs. 14-15). A pesar de la fidelidad y valor
que demostraba la iglesia de Pérgamo, estaban cometiendo un grave error al permitir
que algunos creyentes retuvieran la doctrina de Balaam y la doctrina de los nicolaítas.
Las falsas doctrinas que más confunden a la iglesia no son las que proclaman enseñan-
zas opuestas a la Palabra, sino justamente lo contrario, estas falsas enseñanzas son muy
similares a las verdaderas. Los “Nicolaítas” interpretaban mal la doctrina de la gracia de
Dios, y la tomaban como un permiso para cometer todo tipo de pecados, sosteniendo
que igualmente serían perdonados. (Gá. 5:13; Ro. 6:1-7) La doctrina de Balaam consiste
en poner tropiezo a los hijos de Dios, comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y cometer
fornicación. El Apóstol Pedro nos advierte de los falsos maestros que se levantarán para
confundir a la iglesia.
“También entre ustedes habrá falsos maestros que encubiertamente introducirán herejías
destructivas, al extremo de negar al mismo Señor que los rescató. Esto les traerá una
pronta destrucción. Muchos los seguirán en sus vergonzosas prácticas, y por causa de
ellos será difamado el camino de la verdad. Llevados por la avaricia, estos maestros los
explotarán a ustedes con palabras engañosas”.
2 Pedro 2:1-2 (NTV)
Actualmente hay personas que ejercen su mala influencia al tratar de persuadir a los cris-
tianos de que no hay nada de malo en adaptarse prudentemente al mundo, a no ser tan
“radicales, ni tan fanáticos”. Amado hermano ¡No hay un punto medio para quien sigue
a Jesús! O vivimos para satisfacer nuestros deseos personales, o vivimos muriendo cada
día para que Cristo nazca en nosotros.
Verdad sin Gracia es legalismo. Pero Gracia sin Verdad es libertinaje. Jesús exhortó a
Pérgamo porque había “licuado” el mensaje del verdadero evangelio, que está basado
en una rendición continua a Jesucristo y a morir a las pasiones de nuestra carne. No co-
metamos el mismo error. Vivamos una vida de radical entrega a Dios y ejercitemos nues-
tros sentidos espirituales para detectar las falsas doctrinas que nos quieran confundir.
4. Recompensa:
a. “Al que venciere, daré a comer del maná escondido” El maná fue el alimento divino
que tuvo el pueblo de Israel en medio del desierto. Esta recompensa de “maná escon-
dido” es ser alimentado de los misterios profundos de la Palabra de Dios en este siglo y
también en el siglo venidero, recordando que está escrito “no sólo de pan vivirá el hom-
bre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Dt. 8:3). Nuestra recompensa es
comer Su palabra y vivir en Su verdad.
Preguntas de reflexión:
¿Reconoces que te has tomado licencia para pecar confiando en que Dios te iba a per-
donar de todas formas? Hoy el Señor nos da una oportunidad para experimentar un
arrepentimiento genuino.
¿Cuáles son las características de alguien que lleva un estilo de vida radical por Jesús?
¿En qué aspectos necesitas ser más determinado/a?
¿Sabías que Dios te va dar un nuevo nombre en la eternidad? ¿Todavía seguís anhelando
el reconocimiento temporal de las personas?
Iglesia de Tiatira:
1. Revelación:
“El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llamas de fuego y pies como bronce bruñido”.
Los ojos de Jesús pueden liberar juicio y/o impartir amor. O libera “fuego de gracia” o
“fuego de Juicio”, todo depende de nuestra respuesta hacia Él. De la misma manera en
que podemos cauterizar una herida en la carne (sellarla para evitar que siga el sangra-
do y se infecte) exponiéndola al contacto con algo al rojo vivo, los ojos de Jesús como
llamas de fuego son capaces de posarse sobre una herida en nuestro corazón y “cau-
terizarla”, evitar que esa herida continúe causando dolor y se corrompa. Alguien que
lucha con la inmoralidad sexual tiene una herida abierta que necesita ser cauterizada por
Jesús. ¡Hoy puede ser el día de tu sanidad hermano/a! Los pies como bronce bruñido
nos hablan de juicio. En el tabernáculo de Moisés, tanto el altar donde se sacrificaban los
animales como así también muchos de los utensilios, eran de bronce puro. A medida que
el holocausto ardía, eran perdonados los pecados del pueblo.
De este atributo podemos resaltar dos cosas: Jesús ya fue sacrificado en la cruz para el
perdón de nuestros pecados, y así mismo será Él quien desate el juicio de Dios sobre el
pecado de este mundo en el día de Su regreso.
2. Afirmación:
“Yo conozco tus obras, y amor, y fe, y servicio, y tu paciencia, y que tus obras postreras
son más que las primeras” Jesús una vez más está reconociendo la labor y las buenas
obras de la iglesia, que han ido en aumento con el paso del tiempo. De aquí podemos
aprender que no estamos llamados a buscar el reconocimiento del mundo, los aplausos
o las alabanzas de las personas son vanas, pasajeras y vacías. Sin embargo vemos que
Jesús está constantemente afirmando y reconociendo las obras de su Iglesia. Pero eso
no es todo, veremos que el amor, la fe, el servicio y la paciencia no son suficientes si es-
tamos permitiendo el pecado en nuestras vidas.
¿Cuál es el arma más poderosa para salir del estado de inmoralidad sexual?
Bueno, la respuesta está en Santiago 5:16 “Por eso, confiésense unos a otros sus pe-
cados, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es poderosa
y eficaz.” Hay cargas que son demasiado pesadas para que las llevemos solos. Hay
situaciones de las cuales salimos pidiendo ayuda. Hay poder en la confesión. Confesar
es prender la luz voluntariamente para recibir ayuda y alcanzar libertad. Por eso te invi-
tamos a que busques a un líder timonel, pastor, o referente espiritual al cual le puedas
confesar tu lucha, y poder orar juntos durante este proceso de libertad.
4. Recompensa:
a. “Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las na-
ciones”. La recompensa de autoridad sobre las naciones nos habla de una posición de
reyes y gobernadores sobre la Tierra, la cual es una de las tantas promesas de Dios para
con nosotros. Cuando Jesucristo regrese y el Reino de Dios sea establecido sobre la Tie-
rra, reinaremos juntamente con Él sobre las naciones para restaurar todas las cosas a su
diseño original (Lc. 19:11-27; Ap. 3:21; Ap. 5:10). Todo lo que hoy hacemos, afecta nuestra
eternidad. Hemos obtenido la salvación por gracia y no por nuestro propio mérito, pero
algunos tendrán mayores recompensas que otros en el regreso de Cristo, según cómo
hayan invertido su vida. Si hoy somos fieles en lo que Dios nos ha entregado, Él nos
pondrá sobre mucho más. Esto lo vemos en Mateo 25:23; un capítulo que contiene tres
parábolas acerca del tiempo de la venida del Señor.
Jesús se promete a sí mismo. Él se ofrece como recompensa para todos los que venzan
el pecado, la inmoralidad, y la manipulación de Jezabel. En semejante recompensa que-
da expuesta la gran batalla que tenemos por delante como Iglesia, para erradicar los há-
bitos vergonzosos y pecaminosos desde la raíz. Recuerda, la inmoralidad no sólo afecta
tu vida en la Tierra, sino también tu eternidad.
Preguntas de reflexión:
¿El Señor está mostrando algún área de inmoralidad o pecado que debas sacar a la luz?
Debemos pedirle a Dios que nos muestre la raíz de ese hábito, para cortar con todo lo
que viene a matar nuestro propósito en Dios.
Si estás siendo atacado/a es porque el enemigo conoce lo que portas y lo quiere des-
truir. ¡Pero hoy es día de libertad!
Iglesia de Sardas:
1. Revelación:
“El que tiene los siete espíritus de Dios, y las siete estrellas” Las siete estrellas, como
antes vimos, representan a los líderes de la Iglesia. Los siete espíritus, por otro lado, nos
hablan del Espíritu Santo en distintos aspectos, y esto podemos verlo en Isaías 11:2:
“El Espíritu del Señor (1) reposará sobre él: espíritu de sabiduría (2) y de entendimiento
(3), espíritu de consejo (4) y de poder (5), espíritu de conocimiento (6) y de temor del
Señor (7).”
Este versículo está hablando de Jesús cuando vuelva a la Tierra a reinar sobre ella (todo
el capítulo 11 nos habla de esto). Así como el Espíritu Santo opera en Jesús, quiere ope-
rar en nosotros. Es el Espíritu de Dios quien nos da la sabiduría y el entendimiento para
caminar en la voluntad del Señor, quien nos aconseja en todo momento, quien nos da el
poder para vencer las obras de Satanás, quien nos revela y nos da conocimiento de la
persona de Dios, y quien nos llena con temor de Dios para que podamos caminar hon-
rando Su persona y siendo conscientes de que Su presencia está con nosotros a cada
momento (aun cuando hacemos cosas que lo entristecen, ¡Él no se va! pero sí se duele.)
2. Exhortación:
a. “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto”. De lo que
Jesús está hablando en este versículo, es de aquellas veces que servimos por inercia,
por obligación, habiendo perdido el propósito, la pasión, el deleite, las expectativas. Es
un servicio que no viene de una relación de amor con Dios. ¡Qué fácil es caer en eso! Y
a la mayoría nos pasa en algún punto. Para otros parecemos “vivos”, ven en nosotros
corazones dispuestos, serviciales; pero en verdad estamos muertos porque lo hacemos
desconectados de la Fuente de Vida.
“Quiero que demuestren amor, no que ofrezcan sacrificios. Más que ofrendas quema-
das, quiero que me conozcan.”
Oseas 6:6
c. “y afirma las otras cosas que están para morir; porque no he hallado tus obras per-
fectas delante de Dios”. ¿Qué cosas comienzan a morir cuando vivimos trabajando en
obras muertas? Lo primero que muere es nuestro temor de Dios. El temor de Dios no
sólo nos hace personas sabias (según proverbios); también nos hace conscientes de la
presencia de Dios. Perdemos el temor de Dios cuando nos olvidamos para quién vivimos
y a quién servimos. Cuando muere el temor de Dios, junto con él se muere la integridad
y la intimidad. Nuestras obras deben ser perfectas; pero debemos tener en cuenta que
el concepto de “perfección” de Dios es muy diferente al nuestro. Con obras perfectas,
Dios se refiere a que nazcan de nuestro amor y nuestra comunión con Él, y que todo lo
que hagamos sea con base en Su Palabra; debemos procurar amoldar nuestra vida a
ella, ya que ese es el verdadero éxito (aunque tal vez no lo parezca para el sistema de
este mundo) (Ro. 12:12)
Nota: En Apocalipsis se le da mucha importancia a este libro de la Vida. Hay seis referen-
cias más acerca de este libro de la vida Apocalipsis. 13:8; 17:8; 20:12 y 15; 21:27; 22:19. Habla-
remos más detalladamente sobre este “Libro de la Vida” especialmente cuando lleguemos
al capítulo 22.
Preguntas de reflexión:
¿Cómo está tu relación con el Espíritu Santo? No olvides que Él es una persona y per-
manece siempre en ti, por lo tanto lo expones a todo lo que ves, oyes, tocas, piensas y
haces. ¿Estás cuidando Su corazón?
¿Qué es lo que te impulsa a servir? ¿Estás siendo movido por tu amor a Dios y las perso-
nas, o solo te estás moviendo por costumbre y obligación?
¿Qué cosas en tu vida espiritual están a punto de morir? ¿Qué cosas descuidaste por
cargar con obras muertas? (Temor de Dios, santidad, integridad, intimidad, oración, me-
ditación en la palabra, etc.)
Iglesia de Filadelfia:
1. Revelación:
a. “Esto dice el Santo, el Verdadero”. Estas son tal vez dos de las cualidades que más
conocemos de Jesús, pero aun así Él vuelve a recordarle a la iglesia que es digno de su
fidelidad, que es el Dios verdadero y por el cual realmente vale la pena atravesar mo-
mentos difíciles.
b. “el que tiene la llave de David”. Jesús tiene las llaves de la autoridad sobre todo lo que
Dios ha prometido en relación al trono de David (Is. 9:7, Lc. 1:32-33). Por ejemplo, Él tiene
las llaves para abrir o cerrar puertas o posiciones de autoridad.
c. “El que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre”. Nadie más que Dios puede des-
hacer lo que Él ha hecho; nadie puede ir contra Su voluntad. Él es quien hace lo imposible
al abrir caminos en nuestra vida a los que jamás habríamos llegado por nuestra propia
cuenta. De igual manera, Él es quien cierra nuestros procesos, nuestras heridas, nuestro
pasado, y nos sana y restaura al punto que, si realmente exponemos y rendimos todo a
Su luz, ni siquiera Satanás puede volver a atacarnos en esas áreas.
2. Afirmación: “Aunque tienen poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado
mi nombre”. Dos cualidades de la iglesia que sale triunfante de las pruebas se encuen-
tran aquí: guardar la Palabra (significa leerla, creerla, aprenderla y vivirla) y no negar Su
nombre, recordando las palabras de Jesús en Mateo 10:32-33.
“Por tanto, todo el que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré
delante de mi Padre que está en los cielos. Pero cualquiera que me niegue delante de los
hombres, yo también lo negaré delante de mi Padre que está en los cielos”.
3. Exhortación:
“Retén lo que tienes para que ninguno robe tu corona”. Jesús les advierte que estén
alerta y que no permitan ninguna falsedad espiritual que pudiera llevar a la pérdida de
las recompensas que ya habían ganado previamente. Las recompensas eternas pueden
perderse (2 Jn 1:8).
4. Recompensa:
a. “Te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para
probar a los que moran sobre la tierra” Esta recompensa nos habla de que Jesús nos
protegerá aún en los tiempos más difíciles. En Juan 17:15 vemos que Dios no pretende
que no pasemos por ninguna prueba, sino que nos promete que, al pasar por ellas, nos
guardará.
“No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”
La palabra “guardar” que se utiliza en dicho versículo, viene del griego “téréo”, que sig-
nifica “proteger”, y es la misma palabra que se utiliza al mencionar la recompensa a la
Iglesia en este capítulo de Apocalipsis. Es en las pruebas donde nuestro carácter es for-
mado al de Jesús, y donde somos pasados por el fuego que nos purifica; pero debemos
gozarnos en medio de la tribulación, ¡porque confiamos en que Jesús ya venció!
(1 P. 4:12-13; Mal. 3:2-3; Jn. 16:22b)
b. “Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de
allí”. Ser nombrado como una columna o pilar representa una posición de honor y auto-
ridad (Gá. 2:9). Esta recompensa implica una posición de autoridad en el Reino de Dios
cuando sea establecido físicamente sobre la tierra.
Preguntas de reflexión
¿Qué puertas crees que Dios ha abierto y cerrado en tu vida? ¡Siempre es una buena
oportunidad para agradecerle!
¿De qué manera has negado a Jesús con tus acciones en este último tiempo? ¿Y de qué
maneras lo has confesado?
¿Reconoces en tu vida alguna recompensa de parte de Dios por haber permanecido fiel
en la prueba?
Iglesia de Laodicea:
1. Revelación:
“El Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios” Un testigo fiel
es aquel que testifica o dice lo que oye de parte de Dios sin importarle complacer al
hombre. Dios es digno de toda credibilidad. Si hay alguien digno de confianza, si hay al-
guien digno de crédito y en el que podemos reposar confiados, ese es Jesucristo. Él es
el testigo fiel, sólo el Señor puede verlo todo, revelarlo todo, y contarlo todo. Todo lo ve
desde el principio, porque Él es el principio de la creación de Dios. Jesús afirma su iden-
tidad de testigo fiel y verdadero porque la exhortación que viene a continuación, quizás,
sea una de las más duras de escuchar. No obstante, como iglesia debemos confiar en la
veracidad de sus palabras.
2. Exhortación:
a. “Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! Por
cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca” Por experiencia sabemos
que uno vomita aquello que ingirió con placer, pero después de un tiempo, eso que nos
gustó comer es rechazado por nuestro estómago. Esa metáfora es la que usa Jesús para
hablar de los cristianos tibios. Es fuerte, pero tiene sentido. Estamos escondidos en Cris-
to (Col. 3:3). Jesús nos hizo parte de su organismo, nos dejó entrar en él, pero cuando
nuestra conducta y carácter comienzan a ser incompatibles con su interior, las cosas se
ponen feas, en todo sentido. La tibieza comienza con la independencia de Dios, cuan-
do creemos que no tenemos necesidad de Él. Esa tibieza genera que haya en nosotros
demasiado pecado para disfrutar a Dios, y demasiado de Dios para disfrutar el pecado,
y no permite que nos decidamos completamente por Jesús. Vivir en tibieza nos impide
seguirlo; nos impide vivir el verdadero Evangelio, ya que no nos estamos negando a no-
sotros mismos.
c. “Te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico...” El oro
en la Biblia siempre representó un elemento “divino”, inalienable y muy valioso. Comprar
oro significa pagar el precio de cultivar una fe auténtica anclada en Cristo (1 P. 1:7). Cuan-
do esto sucede, el carácter de Cristo comienza a crecer en nosotros. Pero esto tiene
un gran precio, que los que anhelan vencer la tibieza, deben estar dispuestos a pagar.
Todas las virtudes del carácter de Cristo se pueden resumir en dos: Mansedumbre y
humildad. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde
de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mt. 11:29). Ser como Cristo no es
gratis, debemos pagar el costo (con procesos) para adquirir Su mansedumbre y Su hu-
mildad, dos cosas de las que carecía la Iglesia de Laodicea.
d. “...Y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu des-
nudez;” Esto simboliza santidad y pureza. Las vestiduras blancas representan a Cristo
manifestado en nuestro ser por medio del Espíritu Santo. Jesús nos aconseja pagar el
precio de una conducta santa. Quizás hoy debemos tomar decisiones para comenzar a
caminar en integridad, pero vale la pena (He. 12:14). Jesús cubrió nuestra desnudez en la
cruz del Calvario, ese día se terminó la vergüenza y la culpa y a cambio fuimos vestidos
de santidad y pureza.
“Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre glorioso, les dé el Espíritu de sabi-
duría y de revelación, para que lo conozcan mejor. Pido también que les sean iluminados
los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la rique-
za de su gloriosa herencia entre los santos”
Efesios 1:17-18 (NVI)
Jesús quiere que seamos sanos de nuestra ceguera espiritual, ¡Él desea que podamos
verlo! Y también quiere que cerremos los ojos a las riquezas de este mundo y podamos
ver aquellas que Él nos ha dejado, que son eternas. Debemos pagar un precio para que
nuestros ojos sean abiertos, y ese precio es nuestra comunión e intimidad con el Espíritu
Santo; Él es quien nos revela a Jesús.
f. “Sé, pues, celoso, y arrepiéntete.” Los celos en la Biblia están relacionados con el fue-
go (Cnt 8:6). Por lo tanto, la invitación de Jesús es a arder.
La exhortación de Jesús a que salgan de la tibieza no es una exigencia, sino una tierna
invitación a mayores niveles de intimidad, comunión y revelación. Él nos invita a ser dili-
gentes y esforzarnos para salir de nuestra tibieza.
3. Recompensa:
a. “Yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cena-
ré con él y él conmigo.” En muchas ocasiones hemos usado este versículo para referirnos
a inconversos que deben abrir su corazón para recibir a Cristo, sin embargo, Jesús le
está hablando a la iglesia. Él está en la puerta, y espera que la abramos para poder tener
comunión e intimidad (Cnt. 5:2). ¡Él desea sentarse a la mesa con nosotros! Pero pacien-
temente espera a que le demos permiso, y sólo podremos hacerlo cuando decidamos
salir de nuestra condición de tibieza para seguirlo por completo. Él dice: Entraré a él, y
cenaré con él, y él conmigo. Esto nos habla de comunión, de comunicación, y de interac-
ción con Jesús. El “cenar”, indica el alimentarse de la Palabra de Dios, llegar a conocer a
Jesucristo más íntimamente, personalmente.
b. “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido,
y me he sentado con mi Padre en su trono”. Esta es una recompensa que recibiremos
en la eternidad: sentarnos con Jesús en el trono (Ap. 5:10, 20:4-6). Jesús les prometió a
los apóstoles que ellos comerían y beberían con Él y se sentarán con Él sobre tronos (Mt.
19:28; Lc. 22:29-30).
Preguntas de reflexión
¿Crees que estás respondiendo al llamado de Jesús a negarte a vos mismo, tomar tu
cruz y seguirlo?
La salvación es un regalo, pero comprar oro, colirio y vestiduras blancas tiene un costo.
¿Estás dispuesto a pagar el precio de que Cristo sea formado en tu vida?
¿En qué áreas de tu vida detectas que te “independizaste” de Dios? ¿Luchas con una
tendencia a la autosuficiencia como la Iglesia de Laodicea?
¿Qué decisiones debemos tomar hoy para salir de la tibieza?
INTRODUCCIÓN A LA PARTE 3
Adoración celestial.
Llegamos a la tercera sección de este estudio, y ahora nos encontramos con un nuevo
nivel de revelación. A partir del capítulo 4, Juan experimenta una visión mucho más glo-
riosa y abrumadora, puesto que es trasladado directamente a la presencia misma de
Dios, delante de Su trono, donde puede ver el escenario que se vive en el Cielo desde la
eternidad. Podemos encontrar una descripción del trono del Padre, rodeado de adora-
ción y alabanzas, de seres vivientes y de tronos, de relámpagos y truenos. En el capítulo
1 vimos que Juan tiene una revelación de la persona de Jesús, pero en esta sección ten-
dremos la revelación de la persona del Padre, y de su gloriosa presencia. Es importante
en este punto volver a recordar los criterios que nombramos al principio del material:
Debemos hacer énfasis en aquellos temas sobre los cuales la Biblia es clara y explícita,
y no tratar de enredarnos en cuestiones sobre las cuales no hay mucha base. De esta
forma no perderemos el rumbo ni el propósito del estudio. También recordemos que la
Biblia se interpreta con la Biblia; de aquí en adelante estaremos leyendo la descripción
que Juan pudo hacer (con su entendimiento humano y limitado) acerca de dinámicas
celestiales, divinas y tal vez más allá de algún razonamiento lógico. Pero podemos con-
fiar en que Dios conoce nuestra mente y nos dejó explicadas las cosas que Él consideró
necesarias. Por lo tanto, si la Biblia no dice lo que significa, simplemente significa lo que
dice. Veremos algunas veces que el ángel le da una explicación a Juan acerca de lo que
está pasando, y otras veces simplemente tendremos que aceptar que lo que se describe
es literalmente como está escrito, así sea la descripción de un evento o de una figura. El
propósito de esta sección apunta a estudiar algunos aspectos de la gloriosa presencia
de Dios y tratar de encontrar atributos de Su persona que nos lleven a un conocimiento
más profundo de Su corazón. También veremos una figura de Jesús siendo exaltado y
reconocido como el único digno de desatar los juicios de Dios sobre la tierra. Leemos en
Filipenses:
“Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre
todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están
en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo
es el Señor, para gloria de Dios Padre”
Filipenses 2:9-11
En este pasaje, el apóstol Pablo se adelanta y nos lleva directamente a lo que está ocu-
rriendo en Apocalipsis 4 y 5, donde finalmente toda criatura en el cielo, y en la tierra y
debajo de la tierra dobla sus rodillas y entrega toda la gloria al Cordero:
a. Su aspecto
La gloria del Padre está representada en las piedras preciosas. La gloria de Dios brilla
como una piedra de jaspe cuya luz es proveniente de Él, y más radiante que la de un dia-
mante (Ap. 21:11). La cornalina, la cual es una gema o piedra rojiza, representa el corazón
de Dios y su deseo encendido y ardiente para con nosotros (Dt. 4:24).
b.Su misericordia: La misericordia de Dios está representada por el arco iris. Después del
diluvio universal se transformó en una señal de fidelidad, misericordia y pacto (Gn. 9:13-
16). ¿No es asombroso que el Dios de toda la tierra haya colgado en su “oficina” celestial
un arco iris? Ese es nuestro Padre, quien promete y recuerda sus promesas. Y el arco iris
es una promesa de misericordia que él cumple todos los días hacia nosotros. (Lm. 3:22-
23; Sal. 104:8; Hab. 3:2)
El honor que Dios les da a estos 24 ancianos, es permanecer entronados con Su autori-
dad. Y ¿Cómo impacta este deseo del Padre hoy en nuestras vidas? Existe un principio
espiritual fundamental: para tener autoridad, debemos vivir bajo autoridad. Así es como
funciona la autoridad en el reino de Dios. La autoridad espiritual es posesión única de
Cristo (Mt. 28:18), y es compartida con Su iglesia mediante el cuerpo de Cristo (Ef. 1:22-
23). Por lo tanto, cuando nos “auto-amputamos” del cuerpo de Cristo, alejándonos de
La Iglesia, perdemos esa cobertura espiritual que Él Padre reservó para todos los que
se someten al señorío de Cristo. Para vivir en autoridad, debemos vivir conectados al
Cuerpo. Y más específico aún, vivir en sujeción a los líderes que el Señor puso para que
pastoreen con amor y dedicación nuestras vidas.
Preguntas de reflexión
¿Cómo es tu relación con el Padre? ¿Sabías que podes conocer Su corazón por medio
del Espíritu Santo? (1 Co. 2:10) Jesús no nos dejó huérfanos, rogó al Padre para que nos
envíe al Espíritu Santo y podamos conectarnos a Su corazón (Jn 14:16-18)
¿Hoy estás necesitando oír la voz del Padre hablando a tu vida? Simplemente dispone-
te a abrir las Escrituras y escuchar lo que tenga para decirte.
¿Estás dispuesto/a pagar el precio de una vida en santidad para permanecer ardiendo
de amor en Su presencia? (amor por Él y amor por el prójimo).
VERDADEROS ADORADORES
INTRODUCCIÓN
La adoración celestial nos deja principios espirituales de lo que significa vivir una vida
de completa rendición a Dios. Encontramos plenitud cuando descubrimos que pode-
mos adorarlo no solo en los momentos en que cantamos a Él sino cada día, con cada
decisión que tomamos, y que Él es digno de ser adorado en todo.
“El hijo honra al padre, y el siervo a su señor. Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi
honra? y si soy señor, ¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros,
oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué hemos menospreciado
tu nombre?”
Malaquías 1:6 (RVR 1995)
Más adelante, en este capítulo, Dios reprende a los sacerdotes de despreciar Su nom-
bre al ofrecer como sacrificio animales robados, ciegos y enfermos. Incluso les dice
que preferiría que cerraran las puertas del templo para que esos sacrificios no fueran
ofrecidos.
“Ustedes dicen: “Es demasiado difícil servir al Señor” y consideran un fastidio mis
mandamientos—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—. ¡Imagínense! ¡Están presen-
tando animales robados, lisiados y enfermos como ofrendas! ¿Debo aceptar esa clase
de ofrenda de ustedes?” pregunta el Señor. “Maldito sea el tramposo que promete
dar un carnero selecto de su rebaño, pero después sacrifica uno defectuoso al Señor.
¡Pues yo soy un gran rey—dice el Señor de los Ejércitos Celestiales—, y mi nombre es
temido entre las naciones!”
Malaquías 1:13-14 (NTV)
A veces nos olvidamos que nuestro Dios es un gran Rey, y Él es temido entre las nacio-
nes. Olvidamos Su santidad, Su dignidad. Él es digno de nuestra mejor adoración; no
solo de nuestras canciones y oraciones, sino de nuestra honra hacia Él cada hora del día,
cada día. ¿Cuántas veces menospreciamos a Dios al ofrecer “animales robados, ciegos
y enfermos”? ¡Él es digno de mucho más que eso!
También Dios es digno de toda gloria. Es interesante estudiar, según la Palabra, de qué
manera damos la gloria a Dios. Para esto, podemos ir a Juan 15:
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. Él corta de mí toda rama que no
produce fruto y poda las ramas que sí dan fruto, para que den aún más. (...) Cuando
producen mucho fruto, demuestran que son mis verdaderos discípulos. Eso le da mu-
cha gloria a mi Padre.”
Juan 15:1-2,8
Damos gloria a Dios cuando llevamos mucho fruto, y para llevar mucho fruto debemos
ser “podados”. ¿De qué manera nos poda el Padre? por medio de las pruebas. De esa
manera Él purifica nuestro corazón, y así crecemos en amor, gozo, paz, paciencia, etc.
(Gá. 5:22-23). De esta manera, podemos decir que damos la gloria a Dios cuando pasa-
mos por pruebas. La próxima vez que nos encontremos en medio de un momento difícil,
triste o confuso, recordemos que le damos la gloria a Dios al pasarlo fielmente, con obe-
diencia. Es importante identificar cuáles son las pruebas que estamos atravesando y qué
es lo que Dios quiere que aprendamos de ellas.
En tercer lugar, Dios es digno de nuestra gratitud. Incluso en medio de esas pruebas que
nos hacen crecer, incluso cuando no entendemos, Él desea encontrar en nosotros un
corazón agradecido, y aun nuestra gratitud no solo la expresamos con palabras sino con
nuestro amor hacia Dios y hacia las personas.
“Sean agradecidos en toda circunstancia, pues esta es la voluntad de Dios para uste-
des, los que pertenecen a Cristo Jesús.”
1 Tesalonicenses 5:18
2. (Vs. 10) Postrarnos y echar nuestras coronas delante del trono de Dios.
Cuando nos postramos ante Dios, reconocemos Su majestad, dignidad, santidad, sobe-
ranía, y todos Sus atributos. Al postrarnos nos volvemos intencionalmente vulnerables
ante Él, reconociendo que nada podemos hacer más que entregarnos. Qué hermoso es
doblar nuestras rodillas para adorarlo, pero de igual manera lo es el vivir postrados en
nuestro corazón; ¡de nada serviría inclinarnos físicamente sin inclinar nuestro corazón!
Rendir nuestras coronas a Sus pies es rendir todo mérito, todo reconocimiento, y todos
nuestros logros, reconociendo que todo viene de Dios y todo vuelve a Él. (1 Cr. 29:14;
Ro. 11:36) Es interesante que la Biblia dice que cada vez que los seres vivientes decla-
ran “Santo, Santo, Santo” (lo cual hacen día y noche), los ancianos rinden sus coronas.
¿Cómo es esto posible? Podemos interpretar que cada vez que ellos rinden sus coronas,
el Padre vuelve a coronarlos, para que nuevamente puedan rendirse. Cada vez que ren-
dimos a Dios nuestras coronas, Él vuelve a darnos de Su favor y Sus misericordias para
que nuevamente podamos darle la gloria; ¡es algo continuo! (Sal. 103:4)
3. (Vs 11) Comprender que todas las cosas fueron creadas por Él y por Él existen:
Mencionamos que la adoración a Dios no es solo la música; la verdad es que Dios ha
creado muchos medios por los cuales podemos adorarle y darle la gloria de maneras
creativas.
-La adoración es el arte de expresar nuestra devoción a Dios. Toda acción, expresión de
arte, actitud, carácter o relación que le dé gloria a Dios es una forma de adoración. David
fue un precursor en el arte de mover el corazón de Dios, ya que usó todas sus habilida-
des y las alineó detrás de ese objetivo supremo.
Muchas personas expresan su devoción a Dios por medio de la danza, la música, el di-
bujo. Otras lo hacen con su integridad y honestidad en los negocios. Otras con su humil-
dad y paciencia en su trabajo. ¡Todo lo que hacemos es una oportunidad de demostrar
cuánto lo amamos!
-La adoración es un medio para acercarnos a Dios y un canal de transformación (Stg.
4:8; Sal. 51:17); nos abre una puerta directa a la intimidad con el Padre. A través de ella
somos transformados a Su imagen y Él nos revela los secretos de Su corazón (Sal. 25:14;
2 Co. 3:18).
-Más que adoración, Dios busca adoradores (Jn. 4:23). La adoración debe ser el fruto de
un corazón que lo anhela intensamente. En el Nuevo Testamento, la adoración está fun-
damentada en la relación con Dios más que en actos litúrgicos o sacrificios (incluyendo la
música). Dios no quiere nuestros actos; Él quiere nuestro corazón rendido y apasionado.
Preguntas de reflexión
¿Ya habías pensado en que la adoración a Dios va mucho más allá de la música o las
artes?
¿Crees que has estado honrando a Dios con tu obediencia? ¿Crees que hay coherencia
entre las canciones que cantás y tu conducta de cada día? No olvides que cada día es
una nueva oportunidad donde las misericordias de Dios se renuevan (Lm. 3:23); si nunca
lo habías hecho, ¡comenzá hoy a adorarlo a Él con todo lo que hacés!
Para anhelar adorar a Dios cada segundo del día, debemos conocerlo íntimamente y
enamorarnos de Él. Tomá cada día un tiempo para meditar en Su Palabra, en quién Él es,
para orar y para escuchar Su voz. Pronto vas a estar tan enamorado y tan agradecido a
Él que tu mayor deseo va a ser agradar Su corazón. ¿Estás listo?
1. (Vs. 1-2) ¿Quién es digno? El libro, o el rollo, que está en la diestra del Padre, repre-
senta la autoridad sobre toda la Tierra y la creación; contiene el plan de batalla que Dios
tiene preparado para terminar con el pecado sobre la Tierra, para destruir a Satanás y
redimir la creación a su diseño original. El hecho de que esté protegido con siete sellos
nos habla del valor de ese rollo, y de que no es para que cualquiera pueda leerlo. En
un momento Juan se angustia porque no se encontraba a nadie digno de abrir el rollo
y leerlo (vs. 2-4). Podríamos imaginarnos, sin temor a pecar, que en ese momento se
encontraban en la presencia de Dios todos los grandes héroes de la fe (Abraham “el
amigo de Dios”, David “un hombre conforme al corazón de Dios, Enoc quien “caminó
con Dios”) y ¡ninguno de ellos fue hallado digno! Es tan sagrado y sublime el plan, que ni
siquiera pueden mirarlo o leerlo ¿quién tiene la autoridad para gobernar toda la Tierra?
¿quién tiene el poder, la sabiduría y la habilidad de juzgar a los que están corrompiendo
la Tierra y detener la maldición sin violar el libre albedrío de los seres humanos? ¿quién
posee la humildad y a la vez la capacidad de ejecutar esta tarea y asumir el rol de go-
bernar la creación para que nunca más se vuelva a corromper?
2. (Vs. 3-5) Nuestro consuelo está en aquel que venció. En medio de ese escenario,
un anciano le dice a Juan “No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de
David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos” (vs 5). La divinidad y la
autoridad que Jesús obtuvo al vencer a la muerte en la cruz lo convierten en el único
digno de abrir ese rollo, y ejecutar el plan de Dios para restaurar la Tierra. Juan ve a un
“Cordero como inmolado”, rodeado con el Espíritu de Dios (vs 6). Estos dos aspectos
de Jesús, como León y como Cordero, nos hablan de poder y valentía, pero también
de mansedumbre y humildad. Vemos que Jesús tiene la valentía de ejecutar el plan de
Dios, pero también la humildad de una vez más interceder por la humanidad y prote-
ger a los santos de los juicios que están por desatarse. Para soltar los acontecimientos
de juicios que veremos en Apocalipsis 6 al 18, solo Jesús tiene la habilidad de abrir los
sellos y desatar los juicios de Dios. Jesús juzga el pecado para que el amor y la justicia
puedan incrementarse en la Tierra. Los juicios de Dios exterminan y remueven todo lo
que obstruye su camino con la motivación de frenar el avance del amor en la Tierra. La
amabilidad de Jesús y sus juicios no son contradictorios entre sí, pero a la vez son parte
de las dos caras de la misma moneda de Dios (Ro. 11:22).
4. (Vs. 9-10) Redención en la Tierra y posición eterna de los hijos de Dios. Hemos escu-
chado muchas veces que mediante el sacrificio de Jesús en la cruz fuimos redimidos del
pecado, comprados a precio de sangre para Dios. Pero tal vez no tenemos muy en claro
dónde nos posiciona este sacrificio. ¡Fuimos hechos reyes y sacerdotes, no sólo para
ejercer la autoridad espiritual sobre la tierra hoy (como vimos en la lección 2.1 “Estable-
ciendo el Reino de Dios”) sino para gobernar cuando Su Reino se establezca físicamente
sobre la tierra! ¡Amado hermano/a la eternidad con Dios no será en una nube en el Cielo,
sino sobre la Tierra, reinando sobre la creación completamente restaurada, como lo es-
taba en su diseño original!
Preguntas de reflexión
“...que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las
riquezas la sabiduría, la fortaleza, la honra la gloria y la alabanza. Y a todo lo creado,
que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las
cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la
alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos”
Por todo lo que HIZO, HACE y HARÁ, JESUCRISTO es digno de nuestra fe, pasión y
devoción. ¡Vale la pena seguir a Jesús! Y cuando los acontecimientos finales se desa-
ten, esta verdad tomará relevancia como nunca antes.
1. Poder.
Jesús es digno de tomar el poder, esto es, la potestad para hacer algo. Él es el único
que tiene el poder para tomar el rollo y desatar los sellos, el único que tiene el poder de
desatar los juicios de Dios sobre la Tierra para eliminar la maldad y el pecado.
Así como Jesús tiene poder por la autoridad que el Padre le ha entregado (Mt. 28:18; Jn.
17:7), también nosotros tenemos poder por medio del Espíritu Santo (2 Ti. 1:7). Cuando la
Biblia dice que tenemos espíritu de poder, amor y dominio propio, no nos está hablando
de tres cosas desconectadas entre sí. Por el Espíritu Santo tenemos el poder para con-
trolarnos a nosotros mismos y hacer la voluntad de Dios en lugar de seguir los deseos
de nuestra carne, y así, al obedecer a Dios, le amamos (Jn. 14:21).
2. Riquezas.
A Dios pertenecen todas las riquezas, y por medio de Jesucristo decide suplir lo que
necesitamos, ya que a Él ha dado de su poderío sobre todo lo creado.
“Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas rique-
zas que tiene en Cristo Jesús.”
Filipenses 4:19 (NVI)
3. Sabiduría.
Salmos 51:6 nos muestra que en el secreto con Dios encontramos sabiduría. Muchas
veces entendemos la temporada que estamos atravesando, pero no sabemos qué ha-
cer en esa temporada, ahí es cuando entra en acción la sabiduría que el Señor nos da.
Cuando pasamos tiempo con Jesús adquirimos sabiduría para lo que está por venir, por
medio del Espíritu Santo.
La sabiduría es algo que debemos buscar y procurar, ya que es mucho más valiosa que
todos los bienes materiales. Nada de lo que podamos desear se compara con ella (Pr.
3:15); y quienes la adquieren reciben largos días, riquezas y honra (Pr. 3:16).
(Para profundizar un poco más, leer el Apéndice II: Sabiduría)
4. Fortaleza.
Jesús tiene toda la fortaleza; nadie puede vencerlo. En Su regreso, Él derrotará a Sus
enemigos con la espada que sale de Su boca; Él solo los derribará (Is. 63:2-6; Ap. 19:21).
Así como Jesús tiene la fuerza para vencer a Sus enemigos, nosotros encontramos en Él
la fuerza que necesitamos. Filipenses 4:13 dice “Todo lo puedo en Cristo, que me forta-
lece”. Es importante prestar atención a eso; no dice que todo lo podemos “con” Cristo;
sino “en” Él. Encontraremos en Jesús la fortaleza que necesitamos, siempre y cuando
permanezcamos en Él. Y, ¿qué es permanecer en Jesús? Es andar como Él anduvo (1 Jn.
2:6); es decir, imitar su vida de obediencia, humildad, mansedumbre, y crecer en el fruto
del Espíritu Santo (Gá. 5:22-23).
5. Honra.
Jesús es digno de recibir toda la honra. Sabemos que le damos honra cuando oramos,
cuando expresamos nuestra devoción con palabras, cuando cantamos y demás, pero es
importante tener en cuenta que también honramos a Jesús al amar y servir a otros (Mt.
25:35-40). De igual manera, cuando deshonramos a las personas, estamos deshonrando
a Jesús mismo (Mt. 25:42-46). Incluso en la honra hacia los demás encontramos conse-
cuencias eternas en ese mismo capítulo de Mateo: para quienes honran, la herencia del
Reino (vs. 34). Para quienes no, el fuego eterno (vs. 41).
Nos engañamos a nosotros mismos cuando creemos que honramos a Jesús pero no
amamos a quienes están a nuestro alrededor (sean nuestros líderes, nuestros pares o
personas bajo nuestro liderazgo).
6. Gloria.
Toda la gloria pertenece a Jesús, y siempre lo hará. Ya hablamos en la lección 14 acerca
de cómo damos la gloria a Dios, que es pasando fielmente nuestras pruebas.
Colosenses 1:27 nos dice que Cristo en nosotros es nuestra esperanza de gloria. Gracias
a la obra de Jesús en la cruz, y a que ahora Él habita en nosotros, tenemos la esperanza
de que pronto le veremos cara a cara (1 Cor. 13:12; Ap. 22:4) y por siempre le adorare-
mos y reinaremos con Él (Ap. 5:10). Hoy, nuestra carne no soportaría la gloria totalmente
descubierta de Dios, ¡es demasiado para nosotros! Pero, cuando Él regrese, nos dará
un nuevo cuerpo glorificado con el cual podremos estar junto a Él y contemplarlo para
siempre (Fil. 3:20-21).
Nuestra esperanza no está en este mundo, en el dinero, en las relaciones, en los títulos.
Claro que todo lo que Dios nos da es bueno, pero sabemos que nuestra verdadera es-
peranza está solo en Jesús. En Él somos sanados, restaurados y redimidos, y sólo en Él
está nuestra plenitud.
7. Alabanza
Una de las palabras más utilizadas en los Salmos para “alabanza” es halal, que significa:
“celebrar a alguien delante de los demás” (Sal. 35:18; 56:4; 63:5; 69:30) ¡Somos hijos ce-
lebrando que Papá está en casa!
Dios es digno de una alabanza suprema (Sal. 145:3), es decir, más que excelente. La ala-
banza es una herramienta poderosa. Cuando celebramos a Dios, esto causa un efecto en
Su corazón, y si Él está feliz ¡nosotros somos fuertes! (Neh. 8:10). La alabanza produce un
ambiente de fe e influencia sobre nuestros hermanos, y es un arma de liberación espiri-
tual de los poderes de las tinieblas (Sal. 69:29-33; 113; 147).
Preguntas de reflexión:
¿Cuál de estos aspectos de Jesús necesitas que se manifieste en tu vida con mayor in-
tensidad?
Hablamos de honrar, ¿De qué forma práctica podrías honrar a alguien esta semana?
Puede ser un detalle o un mensaje sencillo para hacerle saber que valoramos su vida y
su servicio.
Pensando en la sabiduría, ¿Hay decisiones que debes tomar en este tiempo? ¿Ya le pe-
diste sabiduría al Señor? Recordá que en Su presencia encontramos respuestas.
1. (Vs 9-12) Características de la multitud: Esta multitud son los creyentes que se man-
tuvieron fieles hasta el final. En los versículos siguientes nos detendremos más en esto,
ahora repasemos algunas características.
- “una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas naciones y tribus y pueblos
y lenguas”. Esta forma de describir a los fieles de Dios la encontramos en reiteradas
ocasiones (Apocalipsis 5:9, 11:9, 13:7, 14:6, 17:15). En la eternidad comprobaremos que el
rebaño del Señor está compuesto por muchas naciones, tribus y lenguas. Esto amplía
nuestra visión del Cuerpo de Cristo. Una forma sana de salir de nuestro individualismo es
orar por nuestros hermanos en las naciones, por la Iglesia de Jesús en la Tierra, ya que
un día estaremos todos juntos.
- “estaban delante del trono y en la presencia del Cordero”. Esta es quizá la recompensa
más grande y transformadora de nuestras vidas hoy. ¡Un Día estaremos delante del tro-
no de Dios y del Cordero!, podremos adorar al Señor con los ojos abiertos y disfrutar de
Su presencia eterna. Que nuestra vida gire en torno a ese día. El que sabe hacia dónde
va es efectivo hoy. Posicionar nuestra mirada en la recompensa nos hace efectivos en la
Tierra (trabajo, profesión, ministerio, familia, relaciones, etc).
- “vestidos de ropas blancas, y con palmas en las manos”. Estos fieles no llegan a la pre-
sencia de Dios cansados, quebrados, con vestiduras rotas o sucias, todo lo contrario;
¡llegan victoriosos! Las ropas blancas y las palmas en las manos simbolizan victoria. Son
creyentes a los cuales Dios ha sacado de sus luchas, pruebas y tribulaciones (1 Co. 4:8-
9). Jesucristo es el gran Salvador, el gran Libertador de Su pueblo. La liberación que
Jesucristo ofrece no libra a la persona de los problemas, sino que la guía y conduce, en
medio de los “valles de sombra y muerte”. Seguir a Jesús no hace que nuestra vida sea
más fácil, sino más victoriosa. ¡Porque Jesús venció, nosotros somos vencedores!
2. (Vs. 13-14) ¿De dónde vienen? Vienen de atravesar la Gran Tribulación, que se da an-
tes del regreso de Cristo (Mt. 24:21-22). Podemos decir que en medio de las pruebas y
juicios de la tribulación habrá un gran avivamiento sin precedentes y miles de almas se-
rán ganadas. Estas personas se negaron a adorar al anticristo (1 Jn. 4:3) y a otros falsos
dioses (Mt. 24:24; Mr. 13:22); ahora están ante el trono de Dios. El ángel comparte esta
visión a Juan para infundir esperanza en medio de los juicios. No todos los que “vencen”
lo harán a través del martirio. Sin embargo, sin lugar a duda, al igual que la Iglesia primi-
tiva, debemos estar dispuestos a ser fieles hasta la muerte.
- “y el que está sentado sobre el trono extenderá su tabernáculo sobre ellos”. No habrá
templo en la Nueva Jerusalén (Ap. 21:22), ya que la ciudad entera será un santuario de
adoración lleno de la Presencia manifiesta de Dios. Dios morará con su pueblo (Lv. 26:11-
12; Ez. 37:27; Ap. 21:3).
- “Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno”. Esto
nos da luz acerca de las necesidades y sufrimientos que tuvieron que atravesar los que
permanecieron fieles al Señor. Se presume que sufrieron penalidades extremas para
mantenerse firmes en la fe. No conocemos el tiempo exacto del cumplimiento de esta
visión, pero sí podemos estar seguros que el Cordero es digno de nuestra permanencia
aún en medio de dolores y sufrimientos. Muchos ante el dolor abandonan la fe; nosotros,
seamos de los que perseveran hasta alcanzar el premio. (2 Pe. 3:17; Mt. 24:10; Lc. 8:13; 2
Tes. 2:3)
- “porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará”. Bajo el perfecto lide-
razgo de Jesús seremos sustentados eternamente. El Pastor perfecto (Jesús) no per-
mitirá que suframos hambre, sed, calor o tristeza. Él es nuestro pastor en esta vida y lo
seguirá siendo por la eternidad (Is. 35:10; 25:8; 51:11).
- “los guiará a fuentes de aguas de vida”. Tomaremos gratuitamente de las fuentes y ríos
en la Nueva Jerusalén celestial (Ap. 22:1, 22:17; Jn. 4:14; 7:38-39). (Ver también Is. 49.10;
Jer. 31:9)
- “y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”. Los sufrimientos provocarán mu-
chas lágrimas. Con gran sacrificio, a causa de su fe pudieron pasar a través del período
de la Gran Tribulación, por la Gracia de la sangre del Cordero, en cuya presencia ahora
se encontraban. Esta promesa nos alcanza a nosotros hoy. Jesús enjugará cada lágrima
que hayamos derramado a lo largo de nuestros procesos. Cuando estemos delante de
Él y se nos revele Su dignidad, nos daremos cuenta que todo valió la pena, que Él siem-
pre fue digno de nuestra entrega y fidelidad.
Preguntas de reflexión
Al principio de Apocalipsis 7 nos encontramos con los 144.000 sellados del pueblo
de Israel. Hemos apartado una sección del apéndice para hablar de esta nación y
de los planes de Dios para con Su pueblo de Israel. (Apéndice III: Israel)
EL SÉPTIMO SELLO
INTRODUCCIÓN
En el apéndice se puede ver la apertura de los seis sellos, y las consecuencias que
conllevan. En esta lección nos centraremos en algunos aspectos importantes de la
apertura del séptimo sello. Es un evento clave porque ahora el rollo ha sido revelado y
comienzan los ataques de Dios contra Satanás. Con este suceso se producirá uno de
los mayores movimientos de oración y clamor de toda la historia. Cielo y tierra estarán
unidos en una sola intercesión para preparar los juicios que están por suceder.
Algo que vale la pena estudiar en la Palabra es de qué manera hacemos que nuestra
oración sea efectiva. Escribimos algunos puntos en el Apéndice VI: Oración efectiva.
Preguntas de reflexión:
- ¿Orás constantemente? Además de orar por tus temas personales, ¿has estado orando
por lo que está en el corazón de Dios? Es importante conocer qué es lo que Él desea
hacer en el mundo entero y en cada situación para poder orar conforme a Su voluntad.
- ¿Considerás que estás velando y manteniéndote sobrio, o has estado un poco dormido
y embriagado por este sistema?
“sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según
sus propias concupiscencias”
(2 Pedro 3:3)
La tendencia hacia los últimos tiempos es la siguiente: La iglesia será cada vez más igle-
sia, y el mundo será cada vez más mundo. Ya no habrá lugar para grises ni líneas borro-
sas, los que quieran permanecer firmes en Cristo tendrán que aferrarse a Él con todas su
fuerzas, orando, clamando, intercediendo, permaneciendo unidos y amándose los unos
a los otros.
Pero, ¡Amado hermano! ¡Aleluya! El Salmo 2 no termina ahí, sino que nos cuenta toda la
historia. Por encima del amotinamiento de las naciones, el Señor está en control y aún ¡se
ríe de la situación! (vs. 4). Al final Jesús será levantado por el Padre como Rey, Señor y
dueño absoluto de todos los confines de las tierra (vs. 8), y los desarmará como el alfa-
rero a una vasija de barro (vs. 9). Por lo tanto, no debemos de temer el creciente rechazo
hacia Dios y su Iglesia, pues como termina diciendo este Salmo (vs. 12):
Bienaventurados todos los que en Él confían
3. (Vs. 18b) Jesús viene con galardón. Los Santos son recompensados cuando Jesús
aparece en el cielo (Is. 40:10, 62:11; Mt. 16:27; 2 Ti. 4:1-9; Ap. 22:12). Jesús vuelve con re-
compensas en sus manos para todos aquellos que permanecieron en Su amor y en Sus
palabras. La vida es corta, la eternidad es larga, aprovecha tu vida para fortalecer tu
eternidad. Salmo 90:12 (NTV) dice: “Enséñanos a entender la brevedad de la vida, para
que crezcamos en sabiduría”. Aunque somos eternos, nuestros días terrenales están
contados. Si logramos ser conscientes de ello, creceremos en sabiduría y estaremos
construyendo para la eternidad. En aquel día nuestras obras serán probadas por el fue-
go y sabremos con qué material construimos en la tierra (1 Cor. 3:13). Todo lo que haga-
mos en esta vida, procuremos hacerlo con material “eterno” para recibir recompensa del
Señor (1 Co. 13:4).
4. (vs 19) El templo de Dios. ¡Que glorioso momento viviremos a Su regreso! El templo
en el Cielo será abierto. En el lugar santísimo donde Dios mora en gloria Juan pudo ver
“el arca del pacto”, esto nos muestra que Dios es un Dios de pacto. El lugar Santísimo
es abierto en cumplimiento del Nuevo Pacto de Redención por medio de Jesús. Que el
templo de Dios sea abierto en aquel día, nos muestra Su propósito redentor. Desde el
principio, todo lo que Dios buscó fue cercanía con el hombre, eso es lo que representa
el arca en la presencia de Dios.
Preguntas de reflexión
- ¿Sentís que estabas dormido/a al regreso de Cristo? ¿Cómo crees que debe vivir un
cristiano que es consciente del regreso de Cristo?
- ¿Estás construyendo en tu vida con materiales eternos? ¿O vivís para alcanzar sólo
logros terrenales y pasajeros? Recordemos juntos lo que dice 1 Co. 3:12-14.
- ¿Reconoces una tendencia a buscar lo que el mundo considera “éxito”, aunque sabes
que es pasajero?
La lista sigue... ¡Qué preciosa sangre la de Jesús! Y derramó hasta la última gota por
amor a cada uno de nosotros. Literalmente salvó nuestras almas, y nos libró del enemigo
para siempre. Cuando vivimos bajo el rociamiento de Su sangre ¡la victoria está asegu-
rada!
“Sin embargo, todo aquello que para mí era ganancia, ahora lo considero pérdida por
causa de Cristo. Es más, todo lo considero pérdida por razón del incomparable valor de
conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a
fin de ganar a Cristo y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que procede
de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios,
basada en la fe. Lo he perdido todo a fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que
se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a
él en su muerte. Así espero alcanzar la resurrección de entre los muertos.”
Filipenses 3:7-11 (NVI)
Estamos listos, sabemos cuáles son las armas de nuestra milicia (2 Co. 10:4-5), cono-
cemos el plan del enemigo, pero también sabemos que Jesús tiene una agenda que
contiene Su plan de batalla y ¡Su victoria incluye nuestra victoria! No somos de los que
retroceden en la Fe (1 Ti. 4:1; 2 Pe. 2:21; Mt. 24:10; 2 Pe. 3:17; 2 Tes. 2:3).
Preguntas de reflexión
- ¿Cuál de las tres armas que presentamos para vencer al enemigo necesitas reforzar en
tu vida espiritual?
- ¿A quién le testificarás esta semana acerca de lo que Jesús hizo, hace y hará? Muchas
veces cuesta testificar de Jesús ¿Porque crees que sucede esto? ¿Cómo lo podemos
transformar en un estilo de vida?
- ¿Sentís que el enemigo está golpeando tu vida? Es un buen momento para aferrarte a
la victoria que alcanzamos una vez y para siempre en Cristo Jesús. No sólo está vencido,
sino que pronto será destruido para siempre.
b. Celebrar la liberación de la esclavitud (Ex. 15:3-5). Como ocurrió con las plagas de
Egipto, los juicios de Dios no son una manifestación de resentimiento o ira injustificada.
Cada juicio de Dios a lo largo de la historia ha significado libertad para su pueblo. A tra-
vés del profeta Oseas, Dios expresó Su amor inquebrantable por Su pueblo, a pesar de
la idolatría.
El juicio es una expresión del amor de Dios que persigue el propósito de desposar a su
pueblo y guiarlo a la intimidad máxima para que conozcan Su amor. Su propósito no es
destruirnos, sino desposarnos.
Los desiertos revelan lo que hay en nuestro corazón. Como ocurre con los juicios, cuando
atravesamos desiertos tendemos a pensar que Dios se olvidó de nosotros, pero resulta
ser todo lo contrario. Los desiertos también son una expresión de la bondad de Dios, y
los debemos atravesar escuchando todo lo que Él hable a nuestros corazones.
c. Profetizar la entrada triunfal a la tierra prometida (Ex. 15:13-18). Moisés fue un precursor
para el pueblo de Israel. Su propósito fue guiarlos hacia la libertad de la opresión egip-
cia. Un precursor va delante, es alguien que abre caminos nuevos, inexplorados, para
que los que vienen detrás de él puedan atravesarlo con más facilidad. Nuestro llamado
como “amigos del Novio” (Jn. 3:29) es preparar el camino para el encuentro de la Novia
(la Iglesia) y el Novio (Jesús). Estamos llamados a preparar a la Iglesia para las Bodas del
Cordero. Como Juan el Bautista fue precursor de la primera venida de Jesús, nosotros
somos precursores de Su segunda venida. ¡Somos los que preparamos el camino man-
teniéndonos despiertos hasta Su regreso! (Mt. 25:1-13).
Fuimos llamados a cantar estas verdades, Dios nos reclutó para ser portavoces del men-
saje más transformador de toda la historia.
¡El tiempo de la canción se acerca y hay una Novia que preparar!
Preguntas de reflexión
- ¿Tenemos una tendencia a creer que nuestros logros son por méritos personales?
¿O le atribuimos a Dios cada una de nuestras victorias, como lo hizo Moisés?
- ¿Creemos por momentos que Dios nos ha olvidado porque no entendemos Sus proce-
sos? Los desiertos que vivimos hoy, como los juicios que sufrirá la tierra, son producto de
Su bondad y Su celo por la humanidad.
- Somos La Novia de Cristo, pero también tenemos la tarea de ser los “Amigos del Novio”
que preparan a La Novia ¿Estás dispuesto/a a abrazar el desafío de preparar a la Iglesia
para el regreso del Amado?
- Recordatorio: Una Iglesia que no espera el regreso de Cristo, es como una novia que no
espera el día de su boda.
Para escribir este material y el apéndice, nos hemos nutrido de los estudios que hemos
realizado, de materiales del Instituto MiSion, de concordancias bíblicas, de diferentes
libros, y, por supuesto, primeramente de la Palabra. Solo hemos escrito de aquello que
consideramos que tenemos una base bíblica muy explícita.
Entendemos que hay diferentes posturas acerca de unos cuantos temas que aparecen
en el libro de Apocalipsis pero, una vez más, recordemos que lo principal y en lo que
todos coincidimos es en que debemos mantener nuestros ojos fijos en Jesús, quien era,
es, y está por venir.
Índice temático
¿Qué es lo que contiene este rollo que Juan puede ver en la mano derecha de Dios?
Como vimos en la lección 15, ese rollo representa la autoridad total sobre toda la tierra,
que el Padre le da a Jesús (representado por el Cordero) para ejecutar lo que llamare-
mos “El plan de batalla de Jesús”. Este plan consiste en una serie de acontecimientos
que serán desatados sobre toda la tierra con el fin de terminar con el pecado, destruir
el reino de Satanás y llevar a la mayor cantidad de personas a reconocer a Jesús como
Señor.
Un principio clave que nos ayudará a entender mucho mejor el proceso de los juicios sin
perder el propósito es el siguiente: Los juicios de Dios tienen como fin eliminar todo lo
que obstaculiza su amor. Dios utilizará los medios menos severos para llevar al mayor nú-
mero de personas al nivel más profundo de su amor, sin violar el libre albedrío de nadie.
La intención de Dios, desde el principio de la creación, siempre fue habitar junto con el
hombre y disfrutar de una comunión íntima y directa. Sin embargo el pecado inundó la
creación y produjo una separación que a Dios le duele, y hará lo necesario para restaurar
esa relación a su diseño original. Vemos a lo largo de la Biblia los distintos “movimientos”
que Dios hizo para acercarse al hombre y que éste se acerque a Él.
Desde el pacto con Noé, pasando por Abraham, Isaac y Jacob, Moisés y otros grandes
héroes de la fe, Dios fue moviéndose, preparando el escenario para la primera venida de
Jesús. Con el sacrificio de la cruz, Satanás fue derrotado y se le puso fecha de vencimien-
to a su reino sobre la tierra; aunque hoy sigue operando y tratando de sumir al hombre
en el pecado, el enemigo sabe que le queda poco tiempo.
Creemos que estamos a las puertas de la segunda venida de Jesús. Podemos darnos
cuenta por las señales que Él mismo dijo a sus discípulos que pasarían antes de Su venida
(Mt. 24, 25, Mr. 13). Este evento sacudirá la tierra, será visible desde todas las naciones y
sumergirá a la creación entera en un proceso de purificación y restauración completo. A
este proceso se lo conoce como “La Gran Tribulación” (Mt. 24:21). Dios quiere restable-
cer Su Reino en la Tierra, pero primero debe exterminar todo rastro de pecado de ella.
Los juicios que comienzan al desatar el primer sello son los primeros siete de los 21 even-
tos descritos en Apocalipsis. Todos y cada uno de ellos tienen el propósito de debilitar el
reinado de Satanás y convencer a la mayor cantidad posible de personas de que Jesús
es el único camino a la salvación.
En el capítulo 6 Jesús comienza a abrir los primeros seis sellos, dando lugar al desarro-
llo de seis eventos, que se nombran a continuación:
1er sello: Ap. 6:2 “Y miré y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba tenía un
arco; y le fue dada una corona, y salió venciendo y para vencer”. En este jinete se nos
presenta al anticristo. Es una falsa imagen de Jesús, con el poder de engañar a muchos
y llevarlos a adorar a Satanás. Una interpretación de esto es que inicialmente el anticris-
to será una figura política, surgirá como un líder que prometerá paz y seguridad (1 Tes.
5:3), pero luego se manifestará como “el hijo de la perdición” (2 Tes. 2:3) y revelará sus
verdaderos planes.
2do sello: Ap. 6:4 “Y salió otro caballo, bermejo; y al que lo montaba le fue dado po-
der de quitar de la tierra la paz, y que se matasen unos a otros; y se le dio una gran
espada”. Podemos entender de aquí que se producirán conflictos bélicos terribles lue-
go de la manifestación del anticristo (Dn. 9:27). Una guerra mundial con derramamiento
de sangre, que quita la paz de la tierra. Notemos que “le fue dada” autoridad; una vez
más vemos a Dios permitiendo que pasen estas cosas, sin perder el control absoluto.
3er sello: Ap. 6:5-6 “Cuando abrió el tercer sello, oí al tercer ser viviente que decía: Ven
y mira. Y miré, y he aquí un caballo negro; y el que lo montaba tenía una balanza en la
mano. Y oí una voz de en medio de los cuatro seres vivientes que decía: Dos libras de
trigo por un denario, y seis libras de cebada por un denario, pero no toques el aceite y
el vino”. La balanza en la mano del jinete habla de un desequilibrio en la economía. Esto
traerá hambre y crisis en las naciones, un desenlace lógico luego de una guerra mun-
dial catastrófica.
4to sello: Ap. 6:8 “Miré y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por
nombre Muerte, y el Hades le seguía; y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de
la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la
tierra”. El cuarto sello causará la muerte de la cuarta parte de la población mundial.
Por la espada (guerra), por hambre mortandad (enfermedades y pestilencias) y por
las fieras de la tierra, la Muerte dará un fuerte golpe a la humanidad. Podemos ver que
cada sello da lugar al siguiente: Guerra, crisis económica, hambre y enfermedades,
muerte.
5to sello: Ap. 6:9-11 “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que
habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y
clamaban a gran voz diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, no juzgas y
vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blan-
cas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completa-
ra el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habrían de ser muertos
como ellos”. Estos mártires que están a los pies del Padre claman por la justicia de Dios
sobre los que los persiguieron. Vemos cómo en este tiempo los que murieron por pre-
dicar el evangelio se pondrán a interceder para acelerar los juicios que están por venir.
Sin embargo se les dice que “descansen” un poco más de tiempo, porque todavía falta
llegar otros mártires. Esto nos habla de que una de las tendencias de los últimos tiem-
pos será que habrá un número sin precedentes de hombres y mujeres muriendo a cau-
sa del evangelio. Pero una vez más, ¡esto tiene que suceder! Dios tiene contado incluso
el número de creyentes que darán su vida por Él, demostrando que continúa en control
de todo.
6to sello: Ap. 6:12-14 “Miré cuando abrió el sexto sello, y he aquí hubo un gran terre-
moto; y el sol se puso negro como tela de silicio, y la luna se volvió toda como sangre;
y las estrellas del cielo cayeron sobre la tierra, como la higuera deja caer sus higos
cuando es sacudida por un fuerte viento. Y el cielo se desvaneció como un pergamino
que se enrolla; y todo monte y toda isla se removió de su lugar”. Esta es la descripción
de un trastorno físico de magnitud global; terremotos, eclipses, montes e islas que son
removidas. Sin dudas toda la tierra será sacudida, y los hombres se llenarán de temor
al ver estas cosas. Huirán y se esconderán, rogarán por escapar de la ira de Dios y del
Cordero (vs. 15-17). Finalmente termina con esta pregunta: “¿Quién podrá sostenerse
en pie cuando llegue ese día?”. Apocalipsis 7 inmediatamente responde esta pregun-
ta. Más adelante veremos la estrategia de Dios para proteger a sus escogidos durante
estos sucesos.
SABIDURÍA
ISRAEL
Sabemos que si Dios ama algo, también nosotros debemos amarlo; y entendemos que
Dios tiene un amor intenso por Israel.
“Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que salga
como resplandor su justicia, y su salvación se encienda como una antorcha.”
Isaías 62:1
“Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera. Porque también yo
soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. No ha desecha-
do Dios a su pueblo, al cual desde antes conoció. Digo, pues: ¿Han tropezado los de
Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación
a los gentiles, para provocarles a celos. (...) Y si su transgresión es la riqueza del mundo,
y su defección la riqueza de los gentiles, ¿cuánto más su plena restauración? Porque a
vosotros hablo, gentiles. Por cuanto yo soy apóstol a los gentiles, honro mi ministerio,
por si en alguna manera pueda provocar a celos a los de mi sangre, y hacer salvos a
algunos de ellos. Porque si su exclusión es la reconciliación del mundo, ¿qué será su ad-
misión, sino vida de entre los muertos? Si las primicias son santas, también lo es la masa
restante; y si la raíz es santa, también lo son las ramas. Pues si algunas de las ramas
fueron desgajadas, y tú, siendo olivo silvestre, has sido injertado en lugar de ellas, y has
sido hecho participante de la raíz y de la rica savia del olivo, no te jactes contra las ra-
mas; y si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti. Pues las ramas,
dirás, fueron desgajadas para que yo fuese injertado. Bien; por su incredulidad fueron
desgajadas, pero tú por la fe estás en pie. No te ensoberbezcas, sino teme. Porque si
Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bon-
dad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la
bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también
serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues
poderoso es Dios para volverlos a injertar. Porque si tú fuiste cortado del que por na-
turaleza es olivo silvestre, y contra naturaleza fuiste injertado en el buen olivo, ¿cuánto
más éstos, que son las ramas naturales, serán injertados en su propio olivo? Porque no
quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a
vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya
entrado la plenitud de los gentiles; y luego todo Israel será salvo, como está escrito:
Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto
con ellos, cuando yo quite sus pecados.”
Romanos 11:1-2b, 11-27 (RVR 1960)
“Por lo tanto, recuerden ustedes los gentiles de nacimiento —los que son llamados “in-
circuncisos” por aquellos que se llaman “de la circuncisión”, la cual se hace en el cuerpo
por mano humana—, recuerden que en ese entonces ustedes estaban separados de
Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin es-
peranza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, a ustedes que antes esta-
ban lejos, Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo. Porque Cristo es nuestra
paz: de los dos pueblos ha hecho uno solo, derribando mediante su sacrificio el muro
de enemistad que nos separaba, pues anuló la ley con sus mandamientos y requisitos.
Esto lo hizo para crear en sí mismo de los dos pueblos una nueva humanidad al hacer la
paz, para reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo mediante la cruz, por la que
dio muerte a la enemistad. Él vino y proclamó paz a ustedes que estaban lejos y paz
a los que estaban cerca. Pues por medio de él tenemos acceso al Padre por un mismo
Espíritu. Por lo tanto, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino conciudadanos de
los santos y miembros de la familia de Dios,”
Efesios 2:11-19 (NVI)
Gracias a la caída de Israel hemos alcanzado salvación, pero Dios los levantará nueva-
mente. Como Iglesia, tenemos un papel clave en la restauración de este pueblo; debe-
mos clamar e interceder por su salvación. En Isaías 62:6-7, Dios declara que ha dispuesto
centinelas que día y noche van a clamar hasta que Israel sea restaurado. ¡Esa es nuestra
tarea!
En Mateo 23:39, nos encontramos con una advertencia de Jesús hacia los líderes judíos:
“Y les advierto que ya no volverán a verme hasta que digan: “¡Bendito el que viene en el
nombre del Señor!”” Con esto, podemos interpretar que Jesús no volverá hasta que el
pueblo judío clame por Él, y nuestra tarea como Iglesia es provocarles a celo predicán-
doles el Evangelio. ¡El Mesías que ellos esperan es el mismo que nosotros esperamos!
Simplemente ellos no saben que Él ya vino, y ellos mismos lo crucificaron. Leamos los
siguientes pasajes con atención:
“que, si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios
lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Ahora bien, ¿cómo invocarán a aquel en
quien no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán
si no hay quien les predique? ¿Y quién predicará sin ser enviado? Así está escrito: “
¡Qué hermoso es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!”
Romanos 10:9,14-15 (NVI)
Claro que conocemos estos versículos, pero es interesante prestar atención al contexto;
Pablo está hablando específicamente del pueblo de Israel. ¡Qué difícil para ellos recono-
cer y confesar que Jesús, el hombre a quienes colgaron en una cruz, es el Señor, el hijo
de Dios! Pero tenemos la tarea de anunciar a ellos el Evangelio de Aquel que Era, que Es
y que Vendrá.
En el Salmo 122:6 nos encontramos con una promesa para aquellos que deciden amar a
este pueblo: “Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman.”
Cabe aclarar que no se supone que debemos amar a Israel como nación política o cultu-
ral; no necesariamente debemos estar de acuerdo con sus leyes o costumbres. Estamos
llamados a amar a Israel como pueblo escogido de Dios, que aunque apartado y endu-
recido, Él desea restaurar y atraer nuevamente a Su corazón.
LA ORACIÓN EFECTIVA
La Biblia es muy clara en varios versículos acerca de cómo podemos asegurarnos de que
nuestra oración sea efectiva; es decir, oída y respondida por Dios. Las siguientes son
solo algunas de ellas:
- Crecer en carácter: Para que nuestra oración sea efectiva, tenemos que permanecer
en Dios y Sus Palabras en nosotros (Juan 15:7). Permanecer en Él, es andar cómo anduvo
Jesús (1 Juan 2:6). La manera en que Jesús anduvo fue básicamente practicando el fruto
del Espíritu Santo, que refleja su mismo carácter (Gálatas 5:22-23).
- Pedir en el nombre de Jesús (Juan 14: 13) y conforme a la voluntad de Dios. Conoce-
mos la voluntad de Dios por medio de Su Palabra. Toda oración con base bíblica, es una
oración con respuesta segura.
- Ser una persona justa (1 Pedro 3:12; Proverbios 15:8b). También la Biblia está repleta de
las características de una persona justa, sobre todo en el libro de Proverbios. Algunas de
ellas son:
- Habla cosas que traen vida (Proverbios 10:11), sus palabras instruyen a muchos (10:21)
- Habla con sabiduría y bondad (10:31-32)
- Busca hacer lo bueno (Proverbios 14:9)
- Examina su propia conducta (Proverbios 21:29)
- Se aparta del mal de manera radical (Proverbios 16:17)
- Piensa con rectitud (Proverbios 2:5)
- Guía a otros por el buen camino (Proverbios 12:26)
- Da sin escatimar (Proverbios 21:25-26)
- Está atento a los más débiles (pr 29:7). Te animamos a seguir profundizando en la Bi-
blia acerca de cómo llevar adelante una vida justa a los ojos de Dios; hay muchos tesoros
escondidos allí.
- Obedecer a Dios (1 Juan 3:22, 9:31).
- Orar con fe, y que esta esté respaldada por obras (Marcos 11:22-24)
- Aplicar el temor de Dios (Malaquías 3:16)
El dragón (vs. 12:3): Se menciona varias veces y es siempre simbólico de Satanás. Ap.
12:9 nos deja bien en claro que toda referencia a un dragón o serpiente antigua apunta
a Satanás mismo.
“Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Sata-
nás, el cual engaña al mundo entero”
La bestia o primera bestia (vs. 13:1): Esta bestia también es descrita por Daniel (Dn. 7:7,
7:24) y es una simbología del anticristo. Al contrario tal vez de la creencia popular, Sata-
nás y el anticristo son dos figuras distintas. Este personaje será completamente humano,
pero estará totalmente controlado por Satanás y tendrá toda su autoridad (vs. 13:2). Su
propósito es llevar a la mayor cantidad de personas a adorarlo a él, y al diablo (vs. 4). El
anticristo será un líder político mundial muy influyente, que hará alianzas con diez nacio-
nes poderosas (vs. 17:12-13), introduciendo al mundo un sistema político/religioso/econó-
mico que ofrecerá paz y seguridad, pero será realmente una estrategia para confundir al
mundo y sumirlo en un estado de embriaguez espiritual (más adelante veremos que este
sistema es llamado “el sistema de Babilonia, la gran ramera”).
La otra bestia (vs. 13:11): Este es otro personaje aparte de los dos primeros. Varios versí-
culos lo nombran también como falso profeta. (Ap. 13:11-17, 16:13, 19:20, 20:10). Este tam-
bién será un hombre con la autoridad de Satanás (vs. 12); tendrá la capacidad y el poder
de hacer maravillas y señales para asombrar a los hombres (vs. 13,14) a fin de llevarlos
a adorar al anticristo. Con este fin, es que podemos leer en el vs. 16 que el falso profeta
obligará a todo el mundo a colocarse la “marca de la bestia”. Hay abundancia de afirma-
ciones acerca de esta marca, la mayoría de las cuales son lamentables mentiras, lo que
no es sino otro punto a favor del engañador. En este estudio queremos ser muy sobrios
y temerosos de Dios a la hora de hablar temas que puedan generar controversia, por
lo que simplemente nos apegaremos a expresar lo que la propia Palabra explícitamente
describe. Abordaremos con más detalle estos versículos en el Apéndice IV: “Marca de la
bestia”.
Habiendo presentado esas tres figuras, ¿por qué hablamos de una “Falsa trinidad”? En-
tendemos que cada paso que el enemigo da es una mera imitación de la creación de
Dios, y la Santa Trinidad es una de las realidades más gloriosas de esa creación. Los tres
juntos, Padre, Hijo y Espíritu Santo funcionan de forma perfecta, cada uno cumpliendo
su rol, honrándose respectivamente uno al otro, en constante comunicación y trabajo
conjunto, manifestando un poder inigualable. Satanás desde el principio quiso ser como
Dios, y por eso fue arrojado del cielo. En su intento por traer confusión al mundo y lle-
narlo de pecado, vemos que también se forma un grupo de tres personajes con roles
“análogos” a los de la Trinidad:
Satanás como falso Padre, el anticristo como falso Hijo y el falso profeta como el falso
Espíritu Santo conforman una falsa trinidad que trabaja a su vez en conjunto para traer
perdición al mundo, confundir a los hombres y quitar sus ojos de Jesús. El anticristo afir-
mará ser Dios y exigirá que toda la tierra lo adore mientras trata de afirmar su autoridad
sobre las naciones. Algunos se resistirán (Dn. 11:40) y él buscará eliminar a cualquiera que
se niegue a adorarle. Podemos ver que es una mera imitación de Jesús cuando se lo ve
aparecer montando un caballo blanco (Ap. 6:2). Este jinete es el mismo anticristo, trayen-
do guerra y destrucción a su paso. Más adelante vemos que el verdadero Jesús aparece
montando un caballo blanco (Ap. 19:11), preparado para luchar contra el anticristo y sus
ejércitos. También podemos ver un intento de imitar los planes de Dios al intentar que
todos sus seguidores tengan su marca, o su sello (Ap. 13:9); anteriormente Dios ya había
tenido esta idea, vemos en el cap. 7 cómo el Padre protege a sus siervos con un sello en
sus frentes (Ap. 7:3). La marca conocida como el “666” (vs. 13:18) no es sino otro deses-
perado intento de Satanás de quedarse con todos los que pueda.
Estas actividades no sorprenden a los seguidores de Jesús; Él mismo advirtió que en
el último tiempo se levantarían falsos profetas que llevarían a cabo señales (Mt. 24:24),
y Pablo admitió que el hombre de pecado (anticristo) realizaría este tipo de señales (2
Ts. 2:9). Es por esto que queremos remarcar la importancia de conocer en profundidad
a la verdadera Trinidad. Lo que confunda a los hombres el día de mañana no será una
ideología totalmente distinta a la de Dios, ¡sino una extremadamente similar! ¡Un bille-
te falso es prácticamente idéntico a uno verdadero! Una simple vista nos dirá que son
iguales, la única manera de diferenciar el falso es estando en permanente contacto con
el verdadero. De la misma manera, para poder reconocer el obrar de Satanás y su falsa
trinidad, necesitamos estar más que nunca en contacto íntimo con Dios, con Jesús y con
su Espíritu Santo.
Si algo de todo esto que hablamos produjo en vos aunque sea un mínimo rastro de duda,
de temor o inseguridad, hagamos una pausa, tomemos un momento para ojear el final
de la historia, y recordar que Dios tiene el control en todo momento. Vayamos al capítulo
20.
“Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde esta-
ba la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los
siglos”
Apocalipsis 20:10
LA MUJER Y EL DRAGÓN
MARCA DE LA BESTIA
Según vimos en el Apéndice V – “La falsa trinidad”, el anticristo será una hombre natural
100% humano pero dominado por completo por Satanás. Tendrá su misma autoridad
y poder, será un líder mundial muy influyente que formará alianzas con varias nacio-
nes para proponer un único sistema religioso/político/económico que ofrezca la solución
total a las guerras, el hambre y la inseguridad. Este pacto dará inicio a un período de
tiempo que la Biblia llama “falsa paz y seguridad” (Mt. 24:9-14), y que ya hemos visto lo
que en realidad representa, una estrategia para confundir a la humanidad y sumirla en el
pecado. En medio de este tiempo, Ap. 13:16-18 nos habla de una marca, que el anticristo
colocará en la mano derecha o en la frente. Este tema ha sido muy discutido a lo largo
de décadas, y con este estudio no pretendemos tener la respuesta definitiva, sino arrojar
un poco de luz a lo que realmente dice la Palabra sobre este tema.
1. Una marca. Los versículos son claros en este sentido, se trata de una marca grabada
sobre el cuerpo, en la mano derecha o la frente. Han surgido teorías variadas acerca de
chips electrónicos, vacunas y conspiraciones de gobiernos para controlar las mentes
pero lo cierto es que nada de eso está en la Biblia. Por lo descrito sobre el final del vs. 18,
se puede asumir que estará explícitamente asociada al número 666.
2. Comprar y vender. Será obligatorio que todos la tengan para hacer transacciones
económicas. ¿Qué implica esto? Aquellos que se rehúsen a adorar al anticristo y llevar
su marca pasarán tiempos difíciles, puesto que irán en contra del “sistema universal” de
compra/venta y probablemente no podrán acceder tan fácilmente a productos de nece-
sidad básica.
3. No pasará inadvertida. Mucho se ha debatido acerca de si esta marca podría ser im-
puesta a alguien sin su consentimiento, o a través de algún engaño. Sin embargo, a la
luz de los versículos entendemos que cada persona tendrá la facultad de decidir portar
esa marca o no. Esto será una declaración de lealtad al anticristo, y de adoración a su
imagen. Aquellos que voluntariamente decidan no ser marcados, serán considerados
enemigos del sistema y sufrirán persecución con la total aprobación del gobierno.
4. Eventos previos. Según las profecías bíblicas, hay muchas cosas que tienen que pa-
sar en el mundo antes de que se manifieste la verdadera naturaleza del anticristo y se
imponga la marca. Específicamente la Biblia habla de dos eventos muy notorios y evi-
dentes que podemos tomar como criterios. El profeta Daniel habló de un evento llamado
“abominación desoladora” (Dn. 9:27, 11:31, 12:11) que se produciría en un templo en Jeru-
salén; Jesús hace referencia a este evento mientras habla a sus discípulos acerca de los
últimos tiempos (Mt. 24:15) y el apóstol Pablo nombra este evento como “la apostasía”
(2 Tes. 2:3). Todas estas referencias apuntan a un evento totalmente visible que aten-
tará en forma directa contra Dios, y resaltará al anticristo como nuevo dios. Al día de la
fecha (2020) no existe tal templo en Jerusalén, sino que en su lugar hay una mezquita
musulmana (La cúpula de la roca), por lo que podemos tomar como referencia estos dos
eventos: La construcción de un tempo judío en ese preciso lugar geográfico, y el evento
conocido como “La abominación desoladora”.
A continuación dejaremos un sencillo cuadro para ayudarnos a esclarecer este gran mis-
terio, con el fin de no caer en confusiones ni debates sin fundamentos
Hasta ahora hemos estudiado los primeros eventos que conocemos como Juicios de
Dios, y que tienen como propósito aumentar la presión sobre la tierra para llevar a la ma-
yor cantidad de personas a rendirse ante Jesús, sin violar su libre capacidad de decidir.
Recordemos que los juicios de Dios no son una muestra de su ira, sino de su profundo
amor. El Cordero desató ya los siete sellos que cerraban el rollo, y ahora se dispone a
ejecutar el plan de batalla que está escrito en él. Vemos en el cap. 8 que luego de abrir
el séptimo sello, el cielo hace silencio en preparación de lo que está por suceder (vs. 1)
y Juan ve siete ángeles, dispuestos a tocar siete trompetas. En este punto volvemos a
recordar uno de los criterios iniciales de estudio: La Biblia dice lo que significa, y significa
lo que dice. En lo que refiere a esta parte, los juicios de las trompetas son: literales (no
simbólicos), futuros (todavía no han sucedido) y secuenciales (suceden uno después del
otro).
Las primeras cuatro trompetas son actos sobrenaturales de Dios y destruyen los recur-
sos naturales del imperio del anticristo (Ap. 8:6-12), afectando áreas naturales (árboles,
césped, mares, ríos, cielo), suministros alimenticios (vegetación, agricultura, carnes, in-
dustria pesquera) y suministro de agua, luz y calor (sol, luna, estrellas).Su propósito es el
de destruir los recursos que proporcionen todo tipo de vida, sin que puedan traer muer-
te a los humanos de manera directa.
1ra trompeta: Ap. 8:7 “El primer ángel tocó la trompeta, y hubo granizo y fuego mezcla-
dos con sangre, que fueron lanzados sobre la tierra; y la tercera parte de los árboles se
quemó, y se quemó toda la hierba verde”. Un evento sobrenatural es desatado a través
de una tormenta que quema los árboles y el césped. Un tercio de la vegetación mundial
es quemada. La destrucción de toda la hierba verde traerá como consecuencia la rápida
muerte del ganado en general y, por tanto, el fin del suministro de alimentos básicos.
2da trompeta: Ap. 8:8-9 “El segundo ángel toco la trompeta, y como una gran montaña
ardiendo en fuego fue precipitada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en
sangre. Y murió la tercera parte de los seres vivientes que estaban en el mar, y la tercera
parte de las nave fue destruida”. Un gran objeto ardiente, semejante a una montaña, cae
en el mar causando la destrucción de la vida marítima, el suministro alimenticio e indus-
tria pesquera. Un tercio del mar se convierte en sangre.
3ra trompeta: Ap. 8:10-11 “El tercer ángel tocó la trompeta, y cayó del cielo una gran
estrella, ardiendo como una antorcha, y cayó sobre la tercera parte de los ríos, y sobre
las fuentes de las aguas. Y el nombre de la estrella es Ajenjo. Y la tercera parte de las
aguas se convirtió en ajenjo; y muchos hombres murieron a causa de esas aguas, por-
que se hicieron amargas”. Una estrella, semejante a un asteroide, llamada Ajenjo, causa
el envenenamiento del agua potable (ríos y manantiales). Un tercio del agua dulce se
vuelve amarga.
4ta trompeta: Ap. 8:12 “El cuarto ángel tocó la trompeta, y fue herida la tercera parte
del sol, y la tercera parte de la luna, y la tercera parte de las estrellas, para que se oscu-
reciese la tercera parte de ellos, y no hubiese luz en la tercera parte del día, y asimismo
de la noche. Y miré, y oí a un ángel volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ¡Ay,
ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están
para sonar los tres ángeles!”. Disminuye la luz, el calor, la agricultura, la navegación, etc.
Un tercio del sol, luna y estrellas son oscurecidos. Los tres “ay” refieren al incremento
de los juicios finales que destruirán completamente al anticristo y sus estructuras, para
guiar todo al desenlace final.
Los juicios de las dos trompetas finales son más intensos, y están diseñados para que
directamente aflijan a la raza humana con tormentos prolongados (Ap. 9:5), causando
finalmente la muerte de un tercio de la población mundial (Ap. 9:15, 9:18). Lo más impor-
tante que nos muestra esta sección es que estos juicios tan terribles deberían provocar
un decidido arrepentimiento, pero sin embargo aún habrá gente que no cederá ante Él
(vs. 9:20-21).
5ta trompeta Ap. 9:1-4 “El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del
cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del abismo, y
subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el
humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y se les dio poder, como
tienen poder los escorpiones de la tierra. Y se les mandó que no dañasen a la hierba de
la tierra, ni a cosa verde alguna, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no
tuviesen el sello de Dios en sus frentes”. Langostas demoníacas que atormentan a los
que no tienen el sello de Dios por cinco meses. Estos son creyentes judíos de los últimos
tiempos que aceptaron a Jesús como su Mesías. Todos ellos provienen de las doce tribus
de Israel (visto en Ap. 7:4-8 y 14:1-5). Los 144.000 siervos de Dios nos dan una imagen
de la victoria. Reciben un sello protector antes de que Dios golpee la tierra, el mar y los
árboles. Durante las plagas de Egipto, Israel recibió una marca protectora en sus puertas
que salvó a sus primogénitos. El principio de Gosén habla de Dios protegiendo a su pue-
blo del juicio (Ex. 8:22-23, 9:4-6, 26; Sal. 91; Ez. 9:6; Sof. 2:3).
Apocalipsis 14:4 aclara que este número de judíos convertidos, son “primicias” (los pri-
meros de muchos). De aquí interpretamos que podemos despejar la duda de que solo
ese remanente sea la totalidad de los judíos salvos en los últimos tiempos. Este número
podría ser interpretado literalmente, como un grupo de primeros judíos que vencen la
tribulación, siendo protegidos y por sus acciones son recompensados o destacados en-
tre muchos. Otros lo interpretan como que el número es simbólico y representa miles de
judíos de cada tribu (más de 12.000). Y están quienes creen que ese número simboliza
un remanente de la victoria que experimentarán judíos y gentiles durante la tribulación.
Lo importante y claro en la Biblia es comprender que un gran número de judíos va a ser
salvo en la tribulación, que luego todo Israel que esté vivo en ese momento reconocerá
a Jesús como Mesías (Ro. 11:12-16) y que multitudes de gentiles de toda lengua, tribu,
pueblo y nación también serán protegidos y salvados durante la tribulación. Habrá una
protección celestial sobre los hijos de Dios que estén vivos durante este período.
6ta trompeta Ap. 9:13-16 “El sexto ángel tocó la trompeta, y oí una voz de entre los
cuatro cuernos del altar de oro que estaba delante de Dios, diciendo al sexto ángel que
tenía la trompeta: Desata a los cuatro ángeles que están atados junto al gran río Éufra-
tes. Y fueron desatados los cuatro ángeles que estaban preparados para la hora, día,
mes y año, a fin de matar a la tercera parte de los hombres. Y el número de los ejércitos
de los jinetes era doscientos millones. Yo oí su número.”
Un ejército de 200 millones de demonios a caballo es liberado (Ap. 9:13-21). Ellos mata-
rán a un tercio de la raza humana (los que no tengan el sello de Dios en sus frentes). Esta
es una muestra impresionante de la misericordia de Dios para despertar a los no creyen-
tes antes de que se vayan al infierno eterno. A esta altura de la historia lamentablemente
el tiempo de arrepentimiento se está acabando, ya que el próximo evento a ocurrir será
la séptima trompeta, que conlleva al desenlace final de la historia: la consumación del
misterio de Dios (para muchos, el arrebatamiento tan anhelado de la Iglesia).
Antes hablamos acerca de que, aún con todo lo que estará ocurriendo en la tierra, una
gran parte de los hombres seguirá rechazando a Jesús. Esto podemos verlo en el vs. 20
“Y los otros hombres que no fueron muertos con estas plagas, ni aun así se arrepintie-
ron de las obras de sus manos, ni dejaron de adorar a los demonios, y a las imágenes
de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera, las cuales no pueden ver, ni oír, ni
andar; y no se arrepintieron de sus homicidios, ni de sus hechicerías, ni de su fornica-
ción, ni de sus hurtos”.
De todo lo comentado hasta ahora es vital que podamos enfocarnos en el amor que Dios
manifiesta con cada uno de estos juicios. ¡Él quiere que todos sean salvos! Pero la resis-
tencia de muchos a aceptar la salvación, en cierta manera lleva a Dios a desatar estos
eventos, con el fin de hacerlos entrar en razón y llevar su corazón al arrepentimiento. Con
el cumplimiento de estas seis trompetas, el escenario está ahora preparado para el más
grande acontecimiento de la historia hasta ese momento. La séptima trompeta anunciará
la llegada del Rey, del Juez y del Esposo anhelado. Veremos esto en la lección 19.