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Fuego Helado by Midhiel

Sinopsis
ThorXLoki.

Tras ser capturado, Loki debe comparecer ante la Justicia de


Asgard y Thor le ofrece un trato: casarse con él y dejar atrás sus
delirios de reinar. Pero Loki no desea renunciar al trono y menos
que menos, convertirse en su consorte

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Fuego Helado by Midhiel

Disclaimer
The Avengers son propiedad de Marvel Comics

Fuente
Slasheaven.com

Diseño, Edición y Formato


Eimi Romane

Nota
La autora comparte los siguientes seudónimos:
Hersent y Midhiel

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Fuego Helado by Midhiel

Prologó
Era fácil ser mentiroso, pero era complicado ser un buen mentiroso y Loki Odison lo
sabía. Por eso fingió alegrarse cuando su padre Odin, después de criarlos jurándoles que
no existían diferencias entre ellos, eligió a su hermano como su heredero.

Thor era el mayor y en siete de los Nueve Reinos, era ley que el primogénito llevara la
corona. En siete de los Nueve Reinos, no en Asgard.

Loki era el menor y un hijo legítimo, y tenía los mismos derechos que su hermano.

Por eso se fastidió y, fiel a su costumbre, camufló su estado detrás de una sonrisa. No en
vano sus amigos, mejor dicho, los amigos de Thor, lo apodaban el Príncipe del Engaño.
Si lo hubieran conocido tan bien como creían, tendrían que haber deducido que no dejaría
pasar tamaña ofensa y buscaría hacerse con el trono.

Sin embargo, los amigos de su hermano eran unos tontos, su padre estaba demasiado
ocupado en enseñarle a su primogénito a regir un reino, y Thor era un bonachón
convencido de que el mal únicamente existía fuera de Asgard. Solo su madre, Frigga,
parecía leer sus intenciones. Por algo se la consideraba en Midgard la diosa del hogar, y
en varias ocasiones aprovechó para abrazar a Loki y jurarle que lo amaba. Sí, Loki
sospechaba que ella lo intuía, pero no se echó atrás. Había jurado vengarse y convertirse
en el próximo rey de Asgard y siguió adelante con el plan.

*****
Al final, Loki fracasó. Arruinó la coronación de Thor, permitiendo que los Gigantes de
Hielo burlaran a Heimdall y entraran en Asgard, luego pactó con Laufrey y lo asesinó. Se
disponía a destruir Jotunheim, cuando Thor (¡siempre tan oportuno!) rompió con Mjolnir
el puente de Bifröst, y Odin llegó a tiempo para rescatarlos. Loki quiso demostrarle a su
padre que era digno del trono porque le había entregado la cabeza de su enemigo y había

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estado a un paso de destruir su reino. Pero no, Odin se negó y Loki decidió autoexiliarse,
arrojándose a un agujero gusano.

¿Qué fue de él allí dentro? ¿Qué mundos vio, que recorrió? ¿Cuánto sufrió y cuánto
conoció? Sólo Loki lo sabe. Más tarde viajó a Midgard para someterla y erigirse como rey
de ese mundo. Mas gracias a su hermano y sus amigos "The Avengers", nuevamente
fracasó.

Ahora acababa de llegar a Asgard después de un largo destierro. Tenía grilletes en las
muñecas y un bozal para impedirle pronunciar hechizo alguno.

Cuando él y su hermano aparecieron en el Puente recién reconstruido, Heimdall saludó


a Thor con una inclinación y lanzó a Loki una mirada de desprecio.

No era más un Príncipe de Asgard y estaba a punto de enfrentar un castigo equivalente


a sus crímenes.

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Capítulo 1: La Sentencia
A Loki lo intrigaba el comportamiento de Thor. No estaba furioso con él, no tenía ganas
de matarlo ni parecía desearle la mayor de las torturas. Solo estaba decepcionado.

No podía ser que después de toda la destrucción que había causado, ese fortachón
bondadoso lo siguiera queriendo. Ni siquiera eran hermanos de sangre. Sin embargo, con
una profunda tristeza, Thor lo acompañó hasta los calabozos, en las entrañas del palacio,
custodiados por dos guardias. Sin quitarle las esposas o el bozal, lo confinaron en una
celda con barrotes de cristal multicolor, que tenían el poder de absorber su magia. Loki
se dio cuenta cuando al entrar, sintió que su cuerpo se quedaba sin su energía especial
para crear sortilegios.

− Pasarás la noche aquí – le comunicó Thor en el tono más neutro que le salió, pero tenía
claramente la voz cortada. Loki notó que no lo llamaba como comúnmente lo hiciera,
"hermano" -. Mañana, a primera hora, el Alto Consejo se reunirá y Padre de Todos
decidirá tu suerte.

Loki lo miró fijo. No tenía ni podía objetar nada.

− Descansa – terminó Thor y con una media vuelta salió, escoltado por los guardias.

Loki los siguió con la mirada. De no tener el bozal, hubiera soltado una carcajada burlona.
Después de visitar Midgard su hermano se había convertido en un sentimentaloide
insufrible. Le ordenaba descansar cuando bien sabía que los dioses, como los llamaban
los hombres, no descansan, sólo meditan o permanecen quietos. Si Loki tenía ganas,
cerraba los ojos y dormía. Pero el sueño como necesidad solo se presentaba si estaba
enfermo. La enfermedad era un daño que podía ocurrirles esporádicamente a él y a su
gente, aunque su organismo no era tan vulnerable como el de los humanos.

Con las muñecas esposadas en el estómago, Loki se sentó en un camastro. No necesitaba


descansar. Cerró los ojos para pensar en la expresión de dolor de Thor. Recordó que ni

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aun cuando rompió el Puente de Bifröst y rogó a Jane que lo perdonara, lo había visto
con tanta angustia. Abrió los ojos y sonrió. Quizás, a pesar de su fuerza implacable, Thor
podía ser tan manipulable como un muñeco.

*****
Loki no durmió. Pasó las horas sentado en silencio, manteniendo la mente en blanco. Tal
como Thor se lo había prometido, dos guardias llegaron temprano para llevarlo a la sala
del trono. Con uno a cada lado, el ex príncipe transitó los iluminados corredores
resplandecientes de oro. A los costados, las columnas doradas ribeteadas con caracteres
rúnicos se alzaban hacia el techo inalcanzable y poblado de gemas.

Loki había crecido entre estos muros y no sentía nada parecido a la nostalgia de un hogar.
Su infancia y su juventud ya no formaban parte de sus recuerdos. No consideraba a Odin
su padre, ni a Thor su hermano porque su progenitor le había mentido sobre su linaje y
Thor había sido siempre la sombra que oscurecía su destino glorioso.

Loki pensó que si se deshiciera del bozal y los grilletes, podría usar su magia para destruir
el palacio con ellos adentro. Enviaría una lluvia de fuego y meteoritos gigantes y al caer
formarían cráteres de muchos metros. Pensó en un poderoso hechizo protector para
resguardarse mientras que su padre, su hermano y sus amigos caían fulminados. No era
mala idea.

Imaginó qué haría una vez que los hubiera destruido. Desde las cenizas, se levantaría
nuevamente como el rey de Asgard. Los ocho reinos restantes le temerían. Con su magia
y su astucia, podría desatar una guerra hasta coronarse único soberano de los Nueve
Reinos. Este sería un destino digno de Loki.

Finalmente llegaron hasta las puertas doradas, esculpidas con las legendarias batallas de
Asgard, que se abrieron de par en par para dejarlos pasar a la sala del trono. Resultaba
una ironía que la última vez que estuviera allí, fuera el rey de Asgard y hoy regresara
como un prisionero. Alzó la cabeza hacia la bóveda, que reflejaba un cielo estrellado como
no podía admirarse en Midgard, y observó los muros. Reconoció en ellos runas mágicas,

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dibujadas para contrarrestar su magia. Era obvio que pensaban liberarlo para que hablara
y habían tomado las precauciones del caso.

Inmediatamente uno de los guardias le quitó el bozal, mientras que el otro le abría las
esposas. Loki se acarició las muñecas aliviadas de la presión, y miró hacia el frente. El
Rey Odin estaba sentado en su trono, sosteniendo su báculo y en la cintura llevaba ceñida
su famosa espada, Nothung. Su único ojo estaba dirigido severamente hacia él. Loki no
se amedrentó como lo hubiera hecho en otros tiempos. A la derecha del trono, estaba de
pie Thor, con sus ropajes reales y Mjolnir empuñada en su mano. La capa roja le cubría
pomposamente los hombros. Loki sonrió al recordar a Tony Stark ridiculizándolo con
"las cortinas de su madre".

Escaleras abajo del sitial, estaban en fila los nueve nobles asgardianos, que formaban el
Alto Consejo. A pesar de sus miradas impenetrables, Loki adivinó que los nueve pedían
su cabeza.

Solo faltaba su madre. Era indudable que la pena de ver a su hijo menor (porque Loki
sabía que ella aún lo consideraba su hijo y él, no obstante, aún su madre) era una pena
demasiado grave para su frágil corazón.

Odin se puso de pie y golpeó el báculo contra el piso, provocando un estruendo que hizo
temblar las estrellas.

− Loki Odinson – dictó, regio y compuesto -, ex príncipe de Asgard, te han traído ante
mí para que seas juzgado por los crímenes que cometiste en tres de los Nueve Reinos:
Jotunheim, Midgard y tu propia casa, Asgard. ¿Qué tienes que confesar a tu rey?

Loki se hincó de rodillas en una pose que Thor interpretó como burlona.

− Majestad, con todo respeto, debo aclararle que mi nombre es Loki, simplemente Loki
– desafiante, miró a su padre y a su hermano -. Vuestro reino, Asgard, no es mi casa. Fue
un territorio donde habité durante años pero ya no forma más parte de mí. No tengo
herencia, puesto que mis genuinas raíces permanecieron ocultas por más de mil años. En
cuanto a los crímenes de los que se me acusa, no los considero como tales. El ataque a

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Jotunheim fue una acción de guerra. Destruir el reino que nos amenazaba era mi
obligación como rey legítimo. A Midgard llegué para gobernarla con justicia y rigor antes
de que sus primitivos habitantes se destruyeran entre ellos.

− ¡Eso es mentira! – interrumpió Thor, apretando el martillo con el puño cerrado -.


Sembraste destrucción y muerte por puro placer. Atacaste reinos que no te estaban
amenazando, sin darles tiempo a defenderse.

− ¡Es suficiente! – reprendió Odin con un golpe sonoro de su respetado báculo -. Loki
Odinson, así es tu nombre aquí, en Asgard, y así te seguiré llamando, no reconoces tus
crímenes. En cambio, nosotros sí reconocemos tu castigo. ¿Estás preparado para escuchar
tu sentencia?

Loki parpadeó y asintió solemne.

El rey continuó.

− Serás teletransportado hasta los confines del Universo, en el límite con la Nada, y allí
serás atado a tres bloques de piedra. Una serpiente se enroscará entre tus cabellos de
modo que su doloroso veneno gotee en tu rostro – dictaminó el rey -. Y en esta agonía
lenta permanecerás hasta Ragnärok. Que así sea – con otro golpe, asentó la sentencia.

Thor observó a su hermano con pena, pero Loki no demostraba aflicción alguna.

Odin recorrió con su ojo de cíclope la inmensidad de la sala y añadió:

− Sin embargo, Loki Odinson, en Asgard hay severidad, pero también misericordia –
hizo una pausa y bajó la cabeza para recordar cuando un exceso de ira lo llevó a desterrar
a Thor hacia Midgard. Era cierto que gracias a este castigo el muchacho había madurado,
pero sentía que, por el contrario, esta sentencia solo conseguiría que Loki se volviera más
vulnerable y violento.

− Padre – murmuró Thor, pidiéndole que continuara.

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Odin alzó la cabeza.

− Loki Odinson, tu futuro rey, Thor, me ha implorado clemencia y basándose en la


Antigua Ley, está dispuesto a conmutar tu castigo por medio del Sagrado Enlace de Oro.

− ¡Qué! – soltó Loki, perdiendo la compostura y se puso de pie -. ¿Aquella ley retrógrada
por la cual el rey puede salvar a un noble condenado eligiéndolo como consorte? Es una
locura – sonrió, descreído -. Thor ni siquiera es rey.

− Thor Odinson pronto será rey – contestó Odin -. Su palabra ya es tomada en cuenta en
el Alto Consejo. Ayer se presentó con la propuesta y admirados de su sacrificio, la hemos
aceptado.

Loki miró divertido a los nueve asgardianos, adustos y de expresión hermética. Pensaba
que estaban bromeando.

− Pues no acepto – observó a Thor con desprecio -. No estoy dispuesto a enlazarme con
él, Su Majestad.

− Pues lo harás – respondió el rey determinante -. No estás en condiciones de apelar la


sentencia. – hizo otra pausa -. Loki Odinson, esta misma noche te unirás a Thor, Príncipe
Heredero de Asgard, por medio del Sagrado Enlace de Oro, y renunciarás a tus
pretensiones como soberano de cualquiera de los Nueve Reinos.

− ¡Jamás! – clamó Loki, enardecido -. ¡No acepto el enlace, ni renunciar a mi derecho


legítimo!

− Tu derecho legítimo se acabó cuando decidiste autoexiliarte – contestó el rey sin perder
la calma -. No puedes desobedecer la orden, Loki. Esta misma noche se llevará la
ceremonia a cabo.

− ¡No! – estalló el ex príncipe e intentó usar inútilmente su magia -. ¡No me someteré a


él! ¡No renunciaré a la corona!

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− Loki, sé razonable – medió Thor -. ¿Prefieres que te confinen a la Nada y sufrir una
agonía interminable?

Loki lo miró desafiante, echando chispas de odio. Odin ordenó a los guardias que
volvieran a esposarlo.

− Serás confinado a recámaras especiales donde no podrás usar tu magia – continuó el


rey, mientras que su hijo menor luchaba desesperado por librarse de los guardias. Pero
eran guerreros expertos, más fuertes que él, y lo sometieron -. Tendrás vigilancia
permanente y cuando debas estar solo, se te colocarán el bozal y los grilletes.

Lo último que Thor vio, fueron sus labios esbozando una expresión siniestra antes de que
el bozal le cubriera la boca.

− Llévenlo a sus aposentos – ordenó Odin y los guardias empujaron al prisionero hacia
afuera.

*****
Thor entró en los aposentos de su madre sin anunciarse. Frigga entendió su estado y con
un gesto, indicó a sus doncellas que se retiraran. Las jóvenes salieron conteniendo risitas
cómplices, mientras observaban fascinadas a su príncipe.

− ¿Qué ocurrió, hijo mío? – suplicó la reina, extendiéndole las manos al quedarse solos.

Thor se las tomó, se arrodilló y las besó con cariño.

− La ceremonia será esta misma noche, madre.

− ¿Y Loki?

− No se lo tomó bien – confesó, apenado -. No sé qué le duele más, si tener que


convertirse en mi consorte o renunciar a la corona.

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− A Loki aún le duele haber sido vencido – contestó su madre sabiamente -. Pero esta
decisión es mejor que la tortura que el Alto Consejo había dispuesto. Fuiste noble y
valiente al sacrificarte por él así, Thor. Amas a esa joven midgardiana y renunciaste a ella
para librarlo de tan cruel castigo.

− El castigo hubiera desatado lo peor de él – reconoció el príncipe -. Aquí, en casa, a mi


lado, Loki podrá redimirse.

Frigga le sonrió.

− Espero que nunca te arrepientas de la decisión que tomaste, hijo. No podrás volver a
ver a Jane, ¿lo comprendes?

Thor asintió y le besó las manos de cuenta nueva antes de levantarse.

− Entiendo el sacrificio que hice, madre. Pero era la única forma de salvarlo.

Frigga asintió, reservándose lo que su percepción había descubierto. No en vano era


considerada diosa de la fertilidad, la familia y el hogar en Midgard. Thor había
renunciado a Jane Foster porque estaba enamorado de Loki.

Pero ni siquiera él lo sabía todavía.

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Capítulo 2: El Secreto
Thor entró en los aposentos de Loki y lo encontró aseado y vestido con una elegante
túnica verde con ribetes dorados. Llevaba el cabello atado en una cola baja, como cuando
era más joven, y el rostro despejado permitía que sus ojos verdes fulguraran como gemas.
Con su actitud protectora de hermano mayor, recorrió con la mirada el lugar y notó que
era cómodo. Se trataba de una habitación espaciosa con el suelo alfombrado de rojo
carmesí y las paredes de oro. Había dos armarios grandes, un escritorio con una silla
tapizada de verde y una cama de dos plazas con dosel de cortinas escarlatas. No tenía
ventanas ya que su consorte o no, Loki continuaba siendo un prisionero de Asgard, pero
una araña gigante colgaba del centro del techo para otorgar la suficiente luz. Había runas
mágicas dibujadas en las paredes y los cristales multicolores estaban colocados en
diferentes ángulos para anular su magia.

− ¿Qué opinas? – quiso bromear Thor -. Esto está mejor que la condena de las ataduras
en el fin del mundo y la serpiente envenenándote la cara.

− No tuve opción – respondió Loki fría y escuetamente.

Thor se volvió hacia los guardias.

− Quiero tener una palabra a solas con el prisionero.

− Sí, Alteza – obedecieron con una reverencia y le entregaron el bozal y los grilletes.

Thor los depositó sobre el escritorio.

− Tomé la decisión para salvarte, Loki – confesó -. Cuando el Alto Consejo comunicó a
Padre de Todos, tu condena, no pude tolerarlo y me arrodillé delante de él para pedirle
que autorizara el Sagrado Enlace de Oro entre nosotros.

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− Siempre tan compasivo – se mofó Loki -. Según tu visión, debo hincarme de rodillas
yo y agradecerte el haber sentido lástima de mí. Lástima es el sentimiento de los débiles
hacia los inferiores, Thor. Tú actúas como un débil, pero yo no soy inferior a ti.

− No lo hice por lástima – refutó el príncipe ofendido -. Lo hice por el cariño que te tengo.

Loki bufó burlonamente y se sentó en la punta de la cama.

− Se supone que debo estarte eternamente agradecido.

− No. Se supone que debes entender que esto es lo mejor para ti.

− ¿Qué dijeron los indescifrables del Alto Consejo cuando les arrojaste tu propuesta? –
preguntó Loki para variar de tema.

Thor sonrió al notar una chispa pícara en sus ojos verdes. Era la propia actitud que usaba
desde niño para indicarle que quería jugar con él. Se alegró pensando que de seguir así,
Loki sí conseguiría redimirse.

− No lo tomaron muy bien. En general, pensaron que me traicionarías en la primera


oportunidad para quitarme el trono.

− Oh – suspiró Loki, rodando los ojos -. ¿No hubo alguno que pensó que te agotaría por
las noches hasta conseguir darte un hijo para después asesinarte y tomar la regencia?
Tienes que admitir que sería un buen plan.

− ¿Un hijo? – repitió el príncipe anonadado -. ¿De qué estás hablando?

Los ojos de Loki chispearon, esta vez con una mezcla de picardía y malicia.

− ¿No lo sabes, Thor? ¿Padre de Todos no te lo ha dicho? El Sagrado Enlace de Oro


convierte al consorte del rey en un ser fértil, capaz de gestar a sus hijos. Se supone que
un soberano debe tener descendencia, ¿no?2

− No, no me lo dijo – susurró Thor, sin reponerse.

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− Típico de él, ¿no crees? Ocultar la información importante para su beneficio. Decir la
verdad a medias es mentir. A mí me llamaban el Príncipe del Engaño pero él se lleva el
premio. Así es, Thor. Esta noche, durante la ceremonia, me convertiré en un ser fértil y
mi cuerpo se preparará para darte los descendientes que necesites.

− No te preocupes, Thor – le cortó con un elegante ademán -. Para engendrarlos, tendría


que yacer contigo y eso jamás ocurrirá. Bien – se puso de pie, disfrutando de su expresión
de desconcierto -. Ahora que sabes lo que nos espera, te sugiero que vayas a ver los
preparativos de esta ceremonia tan anhelada. Yo te acompañaría gustoso pero ya conoces
las órdenes del rey sobre mi confinamiento.

− Espero que este no sea alguno de tus engaños – recriminó Thor, enojado.

− ¿Por qué no hablas con nuestro rey y te quitas la duda?

A pesar de la ira, Thor reconoció que el consejo era el adecuado y se despidió con una
inclinación.

− Hasta esta noche, Loki.

Loki le señaló con un gesto el bozal y los grilletes. El príncipe sacudió la cabeza.

− No, Loki. Confío en ti. Por eso decidí enlazarme contigo.

Loki sonrió. Thor era demasiado bueno y demasiado crédulo. Él solo tendría que saber
aprovecharlo.

*****
Más tarde, Thor entró demandante en el comedor real, donde sus padres almorzaban, y
se plantó delante de su progenitor.

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− Loki habló de volverse fértil con el enlace y que su cuerpo se adaptaría para concebir
a mis hijos. ¿Qué hay de verdad o mentira en esto, padre?

Frigga suspiró amargamente. Odin se puso de pie.

− Loki tiene razón – confesó el soberano sin inmutarse -. Un rey necesita herederos y su
consorte es quien debe proporcionárselos.

Thor se alejó, enceguecido.

− Entonces, no hubo salvación para él. ¡Cambiaste la condena del Alto Consejo por una
peor! ¿Qué sería más doloroso? ¿Que una serpiente le escupiera en la cara o que se viera
obligado a gestar y parir a mis hijos?

− No es así, Thor – intervino su madre con suavidad, mientras se limpiaba la boca con la
servilleta -. Loki solo gestaría a tus hijos si tú lo desearas. Es una opción, no una
imposición. Y de ser así, será una bendición para él como lo es para todas las madres de
los Nueve Reinos. Loki no está condenado y quizás, dar a luz a un hijo, sea un medio
para que alcance su redención.

Incrédulo, el príncipe se volvió hacia ella.

− ¿Por qué no me lo dijeron? ¿Por qué me lo ocultaron? ¡Me mintieron!

− Loki te está manipulando – expresó su padre con calma -. Quiere enfrentarte a


nosotros. Es su método, sembrar cizaña para separar a sus enemigos.

− Nosotros no somos sus enemigos – rebatió el joven, enojado.

− No lo somos pero él nos considera como tales – respondió el rey y tomó asiento.

Thor se volvió hacia Frigga.

− No quiero que Loki sufra con el enlace. Dime la verdad, madre. ¿El cambio de su
cuerpo le provocará dolor?

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− No lo sé, hijo – confesó con un suspiro -. Pero el enlace es lo mejor que le puede pasar.
Fue el medio por el cual se salvaron muchos nobles que los reyes de Asgard consideraron
inocentes o capaces de ser redimidos. Loki puede redimirse, tú mismo lo has dicho.

− Si más adelante deciden tener hijos, la posibilidad está – añadió Odin, alzando una
manzana verde de la fuente -. El Sagrado Enlace de Oro brinda todos los medios para que
puedan formar una familia. Por algo es sagrado.

Thor se pasó la mano por la cabeza. No era la imagen de Loki gestando a hijos lo que lo
perturbaba sino el engendrarlos con él. No se había planteado consumar el matrimonio
porque su objetivo no era consumarlo sino solo salvar a Loki. Para su alivio, el mismo ex
príncipe le había dejado en claro que no estaba en sus planes yacer con él. Tampoco en
los de Thor.

Pero si más adelante el pueblo se los reclamaba, ¿qué iban a hacer? Impulsivo como era,
tampoco se había planteado tal dilema.

Frigga notó su turbación y con una sonrisa, se le acercó para tomarlo de los hombros.

− Ya no quedan más que horas para la ceremonia, hijo mío. Te sugiero que vayas a
prepararte – le besó la frente -. Todo saldrá bien. Es la única manera de salvar a Loki.

Uno de los talentos que más admiraba Thor en su madre era su capacidad para sosegarlo.
Odin una vez exclamó que su esposa sería una excelente guerrera porque sabría
conseguir la paz enseguida.

− Así lo haré, madre – y con una reverencia a sus progenitores y soberanos, el joven
abandonó el comedor.

*****
Resultaba absurdo que Thor se preocupara de que el enlace lastimara a Loki cuando Hulk
ya se había encargado de golpearle como a un mísero gusano. Pero a sus ojos

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transparentes, uno era Loki intentando conquistar Midgard y otro era el prisionero
indefenso que una vez había crecido a su lado y al que aún quería.

Preocupado, el príncipe llegó hasta una de las tantas salas del palacio y se sentó en los
escalones, que daban a un balcón con una vista envidiable de la ciudad.

Tan ensimismado estaba que no sintió cuando sus amigos y compañeros de armas,
Fandral, Sif, Hogun y el simpático Volstagg, entraron.

− Bienvenido a Asgard, mi gran amigo – saludó Fandral, con un toque de sarcasmo y


entonces, Thor recordó que absorbido por la situación de Loki, ni siquiera los había
saludado al llegar la noche anterior.

− ¡Mis buenos amigos! – sonrió, poniéndose de pie -. Disculpen la falta de cortesía.

Intercambió estrechones de mano con Fandral, Volstagg y Hogun y con Sif, movimientos
de cabeza.

− No nos viste desde ayer y no imaginas los rumores que están circulando – exclamó
Volstagg en tono bromista, al tiempo que su manota golpeaba en la espalda de su rubio
amigo. Thor dio un respingo riendo -. Trajiste a Loki. Bien por ti. Pero se comentan cosas
que te harán machacar con Mjolnir a algunos cortesanos.

− Por suerte Mjolnir no está hoy contigo – añadió Sif, que a pesar de su seriedad también
quería bromear a veces.

− ¿Qué se comenta? – indagó Thor -. ¿Acaso que pienso casarme con Loki para salvarlo
del destino que decidió el Alto Consejo?

− ¡Eso mismo! – asintió Volstagg a las carcajadas.

Fandral también rió pero la guerrera y Hogun permanecieron serios.

Thor trató de sonar casual.

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− Es cierto, amigos míos – esperó a que sus mandíbulas azotaran el suelo y añadió -. Se
lo conoce como el Sagrado Enlace de Oro y es uno de los atributos consagrados al rey. Si
este considera que un noble fue ajusticiado inadecuadamente y no puede cambiar la
sentencia, o piensa que todavía lo puede enmendar, tiene poderes para solicitar este
enlace.

− ¿Eso quiere decir que te casarás con Loki? – preguntó Fandral horrorizado.

− Sí, amigo – asintió el príncipe -. Esta misma noche.

Sif se puso roja. Toda su vida había despreciado a Loki y toda su vida había estado
enamorada de Thor secretamente. Jane Foster no le había provocado celos en su momento
porque después de conocerla, el príncipe había roto el Puente de Bifröst y ya no podía
comunicarse con Midgard. Pero esta noticia pasaba a un nivel superior.

− No puedes casarte con él – balbuceó -. Él es nuestro enemigo. ¡Es un enemigo de


Asgard!2

− Está confundido y lastimado – contestó Thor -. Lo aprecio y quiero salvarlo.

Fandral le apoyó la mano sobre el hombro.

− Thor – habló en tono confidencial -. Sif, Volstagg, Hogun, yo, los cuatro, te hemos
apoyado siempre. Nuestras batallas heroicas fueron locuras, que pudieron haber
provocado Ragnarök. Pero esto es demasiado. Un enlace con Loki y además sagrado.
¡Estás loco!

− No lo anularás con un golpe de Mjolnir – terció Volstagg -. Estarás unido a ese demente
de por vida.

− ¿Y creen que no lo entiendo? – contestó Thor -. Es comprensible que les suene a una
locura pero es lo mejor para él.

− Te asesinará en la primera oportunidad – comentó Sif, enojada -. Te estás entregando


libremente a él como una víctima que quiere ser sacrificada.

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El príncipe los miró intensamente. Comprendía sus recelos.

− No espero que me entiendan, amigos, pero sí que me apoyen. Fandral, Hogun, Sif,
Volstagg, ¿están conmigo en esta?

− De ninguna manera, Thor – exclamó la joven y se marchó, enfurecida.

− Te estaremos vigilando para cuidar de ti, amigo – respondió Fandral, sin darle su
apoyo abiertamente.

− Yo también – se unió Hogun, asintiendo.

− Bueno – suspiró Volstagg, encogiéndose de hombros -. Si hay boda, habrá un digno


banquete, ¿cierto?

Thor se lo confirmó riendo.

− Gracias amigos – murmuró sinceramente, mientras abrazaba al trío por los hombros y
estos le golpeaban la espalda.

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Capítulo 3: Fuego Helado


Por la noche, la sala del trono estuvo lista para la ceremonia. Se le añadieron cortinas,
brillo, adornos, más luces y cristales multicolores aparte de las runas mágicas. En la
plataforma del trono, estaba ubicada una mesa con un cáliz y un pergamino enrollado.
La Corte entera, que constituía la "créme" de la sociedad de Asgard, se movía entre brillos,
vestidos glamorosos y túnicas de seda. Hogun, Volstagg y Fandral se encontraban en un
sitio de honor, cercano al sitial del trono, junto con el Alto Consejo. Sif había inventado
una excusa tonta para no asistir.

Los reyes llegaron diez minutos antes de las ocho y fueron acompañados a sus
respectivos lugares. Frigga se ubicó un escalón debajo de la plataforma, mientras que
Odin se sentó en el trono y desde allí fijó el único ojo en la entrada.

Puntualmente, a las ocho, las puertas doradas se abrieron y Thor recorrió la alfombra roja
en medio de aplausos y vítores. Respondía alzando Mjolnir y repartiendo sonrisas. Estaba
vestido con su ropaje guerrero y la capa bermeja, y en la cabeza, una diadema dorada con
pequeñas alas a los costados, que eran el símbolo de príncipe heredero. Se detuvo junto
a los escalones y observó a su padre, que seguía observando absorto la entrada.

No pasaron cinco minutos y las puertas se abrieron otra vez para dar paso a Loki, vestido
con una túnica verde y ocre, ceñida en la cintura y holgada en las piernas, calzas y botas
negras, y el cabello recogido en una cola baja. No tenía más adornos que un sencillo collar
de oro y un cinturón oscuro.

− Este sujeto es un misterio – murmuró Volstagg al oído de Fandral -. Con esa expresión
no sabes si está asistiendo a su propia boda, o a un funeral.

− Quizás esta boda no le siente bien – opinó su amigo.

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− ¿Qué prefiere, entonces? – preguntó Volstagg. Hogun le hizo un gesto para que se
callara -. ¿El castigo que el Alto Consejo le habrá preparado y que no habrá sido nada
placentero?

Fandral se encogió de hombros como toda respuesta porque ya Loki había llegado junto
a Thor y ellos estaban demasiado cerca.

Odin se levantó y golpeó el báculo para dar inicio a la ceremonia. Frigga subió los
escalones y se detuvo a su lado. Al ser una deidad del hogar, la fertilidad y la familia, era
la persona indicada para dirigir el enlace. Dos cortesanos subieron para poner la mesa a
su alcance. Ella miró a sus dos hijos, hizo un guiño cómplice a Thor y y le regaló una
sonrisa a Loki, antes de desenrollar el pergamino y leer solemne.

− Thor, Príncipe Heredero al trono de Asgard, y Loki Odinson, hoy os habéis reunido
para haceros uno en la Eternidad y el Infinito por medio del Sagrado Enlace de Oro – se
detuvo para dirigirse al mayor -. Vos, Thor, futuro Rey de Asgard, habéis escogido a Loki
Odinson libremente – otra pausa y miró al menor -. Vos, Loki Odinson, habéis sido
escogido por tu futuro rey y habéis sido librado de un castigo. ¿Ambos entendéis el
venerable alcance de esta ceremonia?

Los dos asintieron.

− Lo entendemos – repitieron al unísono.

Loki suspiró. Estaba convencido de que él lo entendía mejor que el ignorante de Thor, y
observó las runas dibujadas, que le impedían usar su magia y evitar el enlace.

Frigga alzó el cáliz y soltó su aliento dentro de él. Era el aliento de la unión familiar y la
fecundidad. Acto seguido, descendió los escalones para entregárselo a su primogénito.

− Con este vino sagrado, obtenido de las uvas que crecen en Valhalla, vuestros cuerpos
y vuestras almas serán uno y la fecundidad fluirá dentro de Loki Odinson. Bebedlo.

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Fuego Helado by Midhiel
Thor bebió y le pasó la copa a Loki. El vino sabía dulce y suave, y le dejó un dejo de miel
en los labios.

Loki observó el líquido con desconfianza. Sabía que una vez que lo bebiera, no habría
marcha atrás. Pero las runas seguían dibujadas en las paredes y los cristales estaban
ubicados estratégicamente en cada sector. No podía sentir su magia y huir de ese lugar,
atestado de los más destacados guerreros, era imposible.

Thor lo observaba apremiante. Finalmente, Loki mojó sus labios con el vino y bebió el
resto de un solo trago. Quedó unos segundos en suspenso, esperando una reacción, mas
no sintió nada y le devolvió la copa a su madre.

Ella regresó a la plataforma y anunció.

− Thor, futuro rey de Asgard, y Loki Odinson, ya sois uno. ¡Gloria a la eternidad de esta
unión!

− ¡Gloria! – ovacionó la sala completa.

De repente, Loki no se sintió bien. La cabeza le dolía y una sensación de náusea le subió
a la garganta. Sintió una mezcla punzante de calor y frío en el vientre como si un fuego
helado le devorara las entrañas. Se llevó las manos hacia allí y tan grande fue el dolor que
perdió el conocimiento.

Afortunadamente, los rápidos reflejos de Thor impidieron que azotara el suelo.

*****
Loki despertó horas después en su lecho con dosel, cuando una mano suave acarició su
frente sudorosa. Sentía un sabor a hiel en la boca y el fuego helado en el vientre se había
consumido, aunque un dolor mucho más tolerable persistía aún. Abrió los ojos y vio a su
madre sentada en la cama, a su lado.

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Fuego Helado by Midhiel
− ¡Loki! – exclamó Frigga y lo fundió en un alegre abrazo.

Todavía no habían tenido ocasión de estar a solas. Loki, tan reacio al contacto, esta vez
permitió que lo abrazara. Se llevó la mano al vientre y notó que estaba levemente
hinchado.

− Es parte de la transformación de tu cuerpo – explicó Frigga, mientras le acariciaba la


mejilla -. Los sanadores dicen que durará un par de horas más.

− ¿Cuánto tiempo estuve inconsciente? – preguntó el joven con la voz pastosa.

− Varias horas, hijo mío. Ya es medianoche. ¿Qué es lo último que recuerdas?

Loki se frotó la frente.

− La ceremonia después de haber bebido el vino. En ese momento no me sentí bien y


todo lo que recuerdo es un dolor insoportable en el vientre y luego, ya nada.

− Te desmayaste – aclaró su madre -. Afortunadamente Thor reaccionó a tiempo y te


retuvo en sus brazos. Podías haberte hecho daño si golpeabas el suelo.

Loki suspiró, pensando qué pensaría su madre de las veces que fue fuertemente golpeado
en Midgard.

− El banquete se suspendió – continuó Frigga -. Thor te trajo hasta aquí y los sanadores
te atendieron. Pensábamos borrar las runas y quitar los cristales para que sanaras por
medio de tu magia, pero ellos nos sugirieron que permitiéramos que el proceso siguiera
su curso natural.

El joven trató de sentarse. Su madre lo ayudó ubicándole cojines extras en la espalda.

− Gracias – murmuró Loki, aunque no era común en él agradecer.

Frigga sonrió.

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Fuego Helado by Midhiel

− Me alegra tenerte de regreso. Aquí, con nosotros, podrás sanarte, hijo. Eso es lo que
Thor más desea, lo que todos deseamos.

Loki no quería discutir con ella y por lo tanto, simplemente asintió.

La reina quiso creer que su Loki estaba siendo sincero y una vez más lo tenía de regreso,
y le apretó la mano apoyada en el colchón.

− Esto será difícil para ti y para Thor pero saldrán adelante. El vínculo que han elegido
es sagrado e indisoluble. Su poder es más visible en ti que en él porque tu cuerpo necesita
transformarse para dar vida. Sin embargo, la unión ha hecho que ambos se vuelvan uno.
No conozco el alcance total de este misterio, pero los dos sentirán cambios.

Loki se frotó el vientre. El dolor cada vez se disipaba más.

− Loki – susurró su madre y le tomó el rostro entre sus manos para que lo mirara -. Sabes
que contarás conmigo siempre, para lo que sea.

El joven asintió.

Oyeron golpes en la puerta.

− Ese es Thor – avisó Frigga y se dirigió a abrirle.

Loki hizo una mueca de fastidio, mientras trataba de recostarse nuevamente.

El príncipe entró y se detuvo a los pies de la cama. Todavía seguía vestido con el traje
guerrero y no se había quitado la diadema.

Frigga regresó con Loki para despedirlo con un beso.

− Los dejaré solos. Adiós, Loki. Es un regalo tenerte de regreso – al pasar junto a su
primogénito, le murmuró al oído -. Gracias – y salió.

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Fuego Helado by Midhiel

Thor esperó a que su madre cerrara la puerta y se acercó a la cabecera.

− ¿Cómo estás?

− Como si hubieran lanzado un hechizo de fertilidad sobre mi persona – bromeó Loki


con sorna.

Thor le observó el rostro. Aún se veían gotas de sudor pero su piel, sus facciones, todo él
brillaba como si llevara un enigma escondido adentro. Su madre ya le había hablado a él
también de los cambios que sentirían. Era extraño pero reconoció que Loki se veía
hermoso, no con la cándida belleza que lo había atraído en Jane, sino con la magia del
misterio. Tal vez era el poder fecundo que estaba concibiendo, o tal vez Loki siempre
había sido bello. . . más bello que Jane, más bello que cualquiera.

− ¿Por cuánto tiempo más seguirás mirándome como un estúpido? – Loki lo trajo a la
realidad con todo su sarcasmo.

Thor parpadeó y sacó un frasquito del interior de su ropaje.

− Los sanadores me dieron esto para que lo bebas. Es un somnífero para que descanses
y te recuperes.

Loki le quitó el recipiente y lo observó con suspicacia. Contenía un líquido ámbar


ligeramente espeso.

− No tienes nada que temer aquí – le aclaró Thor con suavidad -. Aunque no lo
consideres, Asgard es tu hogar y nadie te hará daño.

− Hablas por ti mismo – se mofó Loki, abriendo y oliendo el interior del frasco -. Se te
olvida que los nueve indescifrables del Alto Consejo decidieron una condena horrible
para mí y estoy convencido de que tus amigos hubieran aceptado gustosos atarme y
conseguir la serpiente, especialmente Sif.

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Fuego Helado by Midhiel
− Loki – sacudió el príncipe la cabeza.

− Es la verdad.

Thor se acomodó la capa y lo miró fijo para que leyera la sinceridad en sus ojos.

− Aquí estás a salvo porque yo voy a protegerte – pronunció con determinación -. No


me importa que pienses que te subestimo, o que me espetes que no necesitas mi
protección. Nadie te tocará un pelo, Loki, porque yo, Thor Odinson, futuro rey de Asgard,
no lo permitiré, ¿entiendes?

Loki quedó sorprendido.

− Ahora bebe, hermano – le pidió el príncipe y soltó una carcajada.

Increíblemente, el joven obedeció.

− ¿Se puede saber de qué te estás riendo? – reclamó, mientras estudiaba el frasco ahora
vacío.

− Ya no te llamaré más hermano – contestó Thor, sonriendo -. Ahora te llamaré esposo


mío.

Indignado, Loki le contestó arrojándole uno de los cojines en la cara. De haber podido
usar su magia, el futuro rey de Asgard habría terminado arrojado al agujero gusano más
cercano.

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Fuego Helado by Midhiel

Capítulo 4: Los Intrusos


Gracias al somnífero, Loki durmió toda la noche como un midgardiano. Thor pasó la
noche sentado a su lado, preparado para servirle en lo que necesitara pero su esposo no
despertó. Al llegar la madrugada, el Alto Consejo se preparó para la primera reunión y
Thor debió acudir en su calidad de príncipe. Se marchó antes de que su esposo despertara
y Loki no supo que había velado su sueño.

Recuperado después de tanto descanso, Loki abrió los ojos a media mañana y se encontró
con los dos guardias a los pies del lecho, inmóviles como rulos de estatua.

− Buenos días – saludó con sorna. Era molesto tenerlos todo el tiempo recordándole que
era un prisionero -. Será mejor que preparen el bozal y los grilletes porque hoy no pienso
quedarme encerrado.

− No habrá más bozal ni grilletes, señor – contestó uno.

Loki se disponía a salir de la cama cuando la noticia y el término "señor" lo dejaron de


piedra.

− ¿Perdón?

− Su Alteza así lo dispuso, señor.

"Ah, Thor, el bueno", pensó Loki aunque por dentro bien le agradecía el gesto.

− ¿Lo de "señor" también fue una orden suya?

− Sí, señor – respondió el otro guardia.

Loki salió de la cama y se percató de que lo habían acostado solo con una camisa y las
calzas. Por el bien de su flamante esposo, esperaba que hubieran sido los sanadores

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Fuego Helado by Midhiel
quienes le quitaran su túnica de ceremonias y no Thor. Al menos, tenía otra vez el vientre
aplanado y los dolores eran cosa del pasado.

− Necesito vestirme a solas, soldados – declaró el joven, mientras se dirigía a uno de los
armarios. Encontró colgadas muchas túnicas de diferentes gamas del verde, a cual más
exquisita, y adivinó enseguida que la elección había sido de su madre por el buen gusto.

Los guardias se retiraron a la sala contigua para darle privacidad.

Loki escogió una túnica verde oscura con apliques de plata y volvió a ceñirse el cinturón
oscuro. Acto seguido, llamó a los soldados.

− Quiero recorrer el palacio – ordenó.

Los guardias tenían la orden expresa de su príncipe heredero de vigilar y además servir
a su consorte, por lo tanto cada uno alzó un cristal multicolor.

− Ah – sonrió Loki con sorna -. Ya que no hay bozal ni grilletes, anularán mi magia con
eso. Buena idea.

Ya se disponían a marcharse, cuando Thor entró convertido en una tormenta y tifón


juntos.

− ¡Afuera! – gritó a los guardias, que lo obedecieron sin rechistar. Acto seguido, movió
la silla junto al escritorio y se arrojó en ella.

Loki lo estudió un rato.

− ¿Se puede saber a qué se debe esta entrada dramática en mis aposentos, Alteza?

Furioso, Thor volteó hacia él.

− No estoy para tu sarcasmo, Loki – golpeó el escritorio con el puño, volcando la pluma
y el frasco con tinta -. El Alto Consejo nos está presionando y Padre de Todos no dice
nada pero con su silencio los apoya.

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Fuego Helado by Midhiel
Loki se sentó en la punta de la cama, hecho un mar calmo tras la tormenta.

− Déjame adivinar – se puso en pose pensativa -. Por presionarnos a los dos debo
entender que te están reclamando un heredero.

− ¡Nos están reclamando! – corrigió Thor -. Llegué puntualmente a la sala del trono y
por primera vez leí en sus rostros que esos nueve se traían algo entre manos. Padre de
Todos abrió la reunión y allí mismo me soltaron el reclamo.

− Obviamente te negaste.

El príncipe asintió y se pasó la mano por el cabello.

− Sin embargo, dicen que es mi obligación como futuro rey resguardar el trono con un
sucesor legítimo – bufó -. Lo más ofensivo es que tienen razón. Tengo que darle a Asgard
al menos un heredero.

− En ese caso regresa a Midgard y visita a esa mujer, que te suavizó escandalosamente –
aconsejó Loki despreocupado -. ¿Cómo se llamaba?

− Jane no es mi esposa – rebatió Thor, enojado -. ¡Tú eres mi esposo y necesito hijos
legítimos!

− Pobre de ti – suspiró Loki, burlón. No era buena idea ridiculizar al dios del trueno
cuando estaba furioso, pero poco le importó -. Al elegirme, actuaste impulsivamente
como lo haces siempre. Aquí tienes las consecuencias: necesitas un heredero y estás unido
a mí por un enlace sagrado indisoluble. Mejor aclara a esos nueve que vayan pensando
en un nuevo linaje para la Casa de Asgard, o acepten algún bastardo tuyo.

Más enardecido, Thor brincó del asiento.

− ¿Crees que para mí es divertido lo que nos exigen? – lo señaló, acusador -. ¡Tú eres el
que tiene que darme hijos!

Loki se puso serio.

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Fuego Helado by Midhiel

− Escucha, Thor Odinson – demandó con autoridad -. No me entregaré a ti porque un


consejo de nobles respingados y reprimidos te obliga a tener descendencia. Es tu
problema como futuro rey, no el mío. Te recuerdo que generosamente me obligaron a
renunciar al trono.

− No la haces fácil, Loki – reprendió.

− ¿Acaso se suponía que esto sería fácil? Tú solo decidiste enlazarte conmigo y me
obligaste a hacerlo. Ahora, porque te exigen algo natural para un rey como tener
herederos legítimos, me acusas de complicarte las cosas – Loki se puso de pie,
comenzando a impacientarse -. Ayer te dejé en claro que no yaceré contigo. Puedo tener
toda la fecundidad del universo pero no me entregaré a ti – lo estudió de pies a cabeza -.
Y si osas hacerlo por la fuerza, lo lamentarás porque una violación sería peor que el
castigo que el Alto Consejo me había reservado.

− ¡Nadie habló de someterte! – gritó Thor -. ¡Estás tergiversando lo que digo como
siempre lo haces!

Loki regresó a la cama a sentarse.

− Solo te estoy dejando las cosas en claro. Desafortunadamente para los dos, este enlace
no puede romperse. Por lo tanto, tendrás que engendrar herederos en otra parte. No
necesitas viajar a Midgard. Sif estaría más que dispuesta a servirte.

Thor cerró el puño y solo la paciencia que le estaba teniendo, impidió que lo tumbara con
una bofetada.

− Fui un estúpido – soltó el príncipe, despectivo -. Un completo estúpido soñador. ¿De


dónde saqué la idea de que te redimirías? No tienes salvación y ahora estoy encadenado
a ti eternamente.

Imperturbable, Loki se encogió de hombros.

− No niegues que ayer traté de decírtelo.

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Fuego Helado by Midhiel
Perdiendo el control, Thor arrojó con furia la silla al suelo y se retiró a las zancadas sin
cerrar la puerta.

Loki llamó a los guardias. Ningún bruto fortachón, por más futuro rey que fuera,
impediría que disfrutara de un paseo.

*****
Thor se dirigió al campo de marte a entrenar. Entre estocadas y golpes a blancos
inanimados, trataba de canalizar la furia que sentía. No estaba furioso con el Alto
Consejo, ni con su padre, sino con Loki. ¿Por qué tenía que ser tan obstinado? Después
de todo, él lo había salvado de una condena peor que la muerte misma.

Al terminar la reunión se había marchado encolerizado con los nueve y con su padre,
pero su objeto de enojo cambió cuando entró a buscar el consejo de Loki, (porque era eso
lo que Thor, que a veces no sabía expresarse, había entrado a buscar). Su esposo tenía que
haberlo calmado y prometido que no aún pero sí en un futuro verían la posibilidad de
engendrar hijos juntos. Por el contrario, Loki, el Príncipe del Engaño, prefirió avivar el
fuego y sacar lo peor de él.

Lamentablemente Thor recién reconocía que Loki no cambiaría nunca. No había


redención posible para alguien tan egoísta y dañino. Sin embargo, Thor deseaba que
cambiara porque lo quería.

Tan furioso estaba que destruyó un muñeco de dos sablazos y cayó de rodillas. Tan
furioso estaba que lloraba. Odiaba a Loki y a su vez lo amaba. . . No, un momento. . . eso
era imposible. ¿Amarlo? ¿Cómo se podía enamorar de él?

Thor golpeó el suelo con sus puños y fue tal el estruendo, que pareció un golpe del báculo
del rey. No era posible. Loki era un sujeto merecedor de misericordia, él lo había salvado
por misericordia y cariño, mas no por amor. Thor estaba enamorado de Jane Foster. La
amaba a ella y sólo a ella, claro que sí.

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Fuego Helado by Midhiel
Parpadeó varias veces para quitarse las lágrimas y pensó en Jane. La vio hermosa,
menuda e inocente, y sintió ternura por ella. Ternura, mas no amor.

− Estoy enloqueciendo – murmuró -. No. ¡No! Jane . . .

Desesperado, sepultó la áurea cabeza entre las manos y lloró con más fuerza.

*****
Cuando reinaba la paz, el tiempo volaba en Asgard. Pero después de la discusión, no
había paz entre Thor y Loki y, sin embargo, las siete semanas pasaron como llevadas por
el viento. Tras la pelea, el príncipe no volvió a verlo hasta cinco días después, cuando una
ceremonia en la Corte los obligó a presentarse juntos. No se dirigieron la palabra. De a
ratos, Thor lo observaba de soslayo y Loki permanecía serio y rígido, simulando que no
notaba su presencia.

No era ningún secreto que la pareja no convivía. Esto se consideraba común ya que entre
la realeza se estilaba que cada cónyuge conservara sus propios aposentos. Pero se
esperaba que sin perder su espacio, intentaran engendrar un heredero.

En las visitas a sus padres, más frecuentes que a su consorte, Thor no tocaba el tema. Odin
no preguntaba y Frigga se mantenía en silencio.

Loki seguía sin sociabilizar con nadie. El Alto Consejo había dispuesto que su guardia
fuera renovada cada tres días para que no pudiera manipularla con sus engaños. A Thor
solo lo veía en las reuniones protocolares, esporádicas, densas y horriblemente aburridas.
Thor recordaba cuando de niños eran obligados a asistir y Loki siempre encontraba la
manera de crear un truco de magia divertido a espaldas de su padre y arrancarle a su
hermano una carcajada en el momento más solemne y de absoluto silencio. Esos tiempos
hoy parecían alejados por una eternidad.

Una mañana, siete semanas después, Thor y Loki regresaban juntos de una de ellas,
escoltados por dos guardias con los cristales multicolores. Caminaban por un pasillo

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Fuego Helado by Midhiel
desolado, cuando tres enceguecedoras luces azules aparecieron delante de ellos.
Instintivamente Thor alzó Mjolnir, mientras que Loki se ponía en alerta.

La luz se disipó para dar lugar a tres gigantes de hielo. En un parpadeo, los intrusos
arrojaron bolas de hielo contra los pechos de los guardias. Los soldados chocaron contra
la pared y quedaron inconscientes.

− Vinimos a buscar al genocida de nuestro pueblo – anunció el más alto, clavando los
ojos de sangre en el príncipe -. Entréganos a Loki, Thor, heredero de Asgard, para que
sea llevado a Jotunheim y juzgado por sus crímenes.

Con Mjolnir en posición de ataque, Thor se ubicó delante de Loki para defenderlo. Loki
aprovechó para quitarles a los guardias los cristales y arrojarlos lejos. Si iba a luchar,
necesitaba de su magia.

− Loki Odinson ya ha sido juzgado aquí, en Asgard, por todos sus crímenes y hoy es mi
consorte – informó Thor con autoridad.

− Entonces – contestó el gigante con una mueca cruel -, como consorte del asesino de
Jotunheim, también vendrás con nosotros y correrás su misma suerte.

Thor alzó el martillo para cargarlo de energía, pero Loki le ganó de mano y tumbó a uno
con un poderoso rayo mágico. Acto seguido, usó un hechizo cambiante para transformar
su túnica en su atuendo guerrero, incluidos la capa verde y el yelmo con cuernos.

El príncipe lanzó Mjolnir contra otro gigante. El martillo le golpeó y regresó al puño de
su amo. Pero el tercero, el más grande de los tres, empujó a Thor al piso con un manotazo
helado. El príncipe se apretó el costado con un gesto de dolor por la herida de frío.

En un suspiro, el gigante se plantó delante de Loki y sin darle tiempo a reaccionar, lo


sujetó de ambos brazos. Loki sintió que la sangre se le congelaba y su piel fue tiñéndose
de azul, mientras que sus ojos verdes mutaban en unos rojos.

− Así que eres uno de los nuestros – sonrió el gigante, mientras lo apretaba cruentamente
-. Eres un monstruo para los asgardianos y vives entre ellos. Eres un asesino para

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Fuego Helado by Midhiel
Jotunheim. ¿Por qué quisiste masacrar a tu raza, Loki, hijo de Laufey? Obsérvate, siente
el dolor. El corazón helado te duele porque hagas lo que hagas, intentes lo que intentes,
serás siempre un monstruoso gigante de hielo.

− ¡Eso nunca! – interrumpió Thor, arrojándole el martillo por la espalda.

El gigante se arqueó con un alarido y desapareció junto con sus dos compañeros. Sólo
tres manchas de líquido azul viscoso quedaron en el piso como evidencia.

Thor corrió hacia Loki, que aún seguía azul, y lo abrazó para calmarlo. Loki tardó en
reaccionar y, desesperado, lo empujó hacia adelante para quitárselo de encima.
Angustiado, se estudió las manos y los brazos cerúleos, y con una expresión de pánico,
miró a Thor y corrió hacia sus aposentos.

− ¡Loki! – lo llamó el príncipe, sin recibir respuesta.

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Fuego Helado by Midhiel

Capítulo 5: Monstruo
Thor avisó de los guardias caídos para que los atendieran y de la pelea para que se
iniciaran las investigaciones pertinentes, y corrió a toda prisa a las habitaciones de su
consorte. Abrió la puerta empujando lento y en silencio.

− ¿Loki? – susurró.

El joven estaba sentado en el piso junto a la cama, hecho un ovillo tembloroso, con los
brazos rodeando las rodillas y la cabeza sepultada entre ellas. Su piel había recuperado
su color y estaba vestido con su túnica. Thor observó la recámara convertida en un caos,
los dos armarios estaban abiertos con la ropa y pertenencias arrojadas por todos lados, el
escritorio y la silla estaban patas arriba, y las cortinas del lecho habían sido arrancadas.

− Loki – suspiró el príncipe y se le acercó con cuidado.

Loki continuó en la misma posición sin alzar la cabeza. Cautelosamente, Thor depositó
Mjolnir en el piso, y se inclinó de cuclillas junto a su consorte.

− Perdóname – pidió el príncipe, conmovido -. Perdóname porque juré que en Asgard


no te ocurriría nada malo y hoy no te protegí como debí haberlo hecho.

Loki alzó la cabeza y le clavó la mirada. Sus ojos volvían a verse verdes. Tenía lágrimas
en las mejillas, que Thor bien supo que eran de rabia.

− Por favor, perdóname – suplicó Thor.

− El gigante tenía razón – contestó Loki, con la voz trémula -. Soy un monstruo
condenado y nada cambiará mi destino.

− ¡No! – rebatió el príncipe -. No eres un monstruo. Eso fue lo que creíste, por eso quisiste
destruir Jotunheim y controlar la Tierra.

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Fuego Helado by Midhiel

− La destrucción está en mi sangre – respondió Loki con ira.

− Eres tan asgardiano como yo. Creciste con nuestras tradiciones. ¡Eres de Asgard!

Rabioso, Loki se irguió de un salto y se alejó de su esposo. Thor se puso de pie y lo siguió
por la habitación. Loki observó el desorden que había hecho y se detuvo en el centro,
mordiéndose los labios con furia.

Si había alguien que sabía lo que significaba perder los estribos era Thor. Llegó hasta su
consorte y con suavidad lo tomó de los hombros por detrás.

− ¡Déjame, Thor! – ordenó el joven, más enojado -. Soy un monstruo.

− No lo eres – negó el príncipe. Hizo una pausa y añadió con sinceridad -. Eres hermoso.

− Entonces, ámame – ordenó Loki.

De una sola maniobra, Thor hizo girar a su esposo para mirarlo de frente. Loki lo observó
con una mezcla de sorpresa y mucho dolor. El dios del trueno lo tomó de la nuca y le besó
la boca enérgica y fogosamente. En contraste con el frío que había sufrido cuando el
gigante lo tocó, los labios de Thor eran cálidos. Loki recordó la mezcla de fuego y hielo
que sufriera durante la ceremonia, y pensó que quizás esa sensación inexplicable al fin
cobraba sentido.

Thor hizo presión contra los labios de su consorte para separarlos, y con la lengua le
acarició los dientes. Loki le apretó la espalda para pegarlo a su cuerpo y el príncipe le
respondió empujándolo suavemente hacia el lecho. Rápidamente se sentaron en el
colchón y recién, entonces, terminaron el beso. Hicieron una leve pausa para mirarse a
los ojos. Se estudiaron las pupilas y en ambos pares, verdes y cerúleos, se leyeron una
ansiosa lujuria.

Thor tomó la iniciativa y se desabrochó la capa, que se deslizó hacia el piso, y se desanudó
los costados del peto. Loki dudó. Primero, porque aún la palabra "monstruo" lo perseguía

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Fuego Helado by Midhiel
y segundo, porque estaban a punto de entregarse mutuamente. Si consumaban su unión,
el Sagrado Enlace de Oro quedaría completamente sellado. Loki había meditado largo y
tendido sobre el asunto. Oficialmente había renunciado a sus pretensiones sobre el trono,
pero internamente guardaba la esperanza de que algún día se le presentara la
oportunidad de reclamarlo. Pensó que un hijo legítimo podía llegar a servirle. Pero
también razonó que si concebía uno le estaría demostrando a Asgard que Thor, el Alto
Consejo, el rey y especialmente Thor, otra vez, lo habían sometido finalmente. Loki era
demasiado orgulloso para permitir una humillación semejante.

Impaciente, Thor le acarició el cuello de la túnica para desabrochársela. Loki lo detuvo


retirándole la mano.

− Yo puedo con esto – admitió, y lenta y sensualmente se desprendió los botones de la


espalda.

Thor, más ardiente y experto en cuestiones de alcoba, terminó de desnudarse enseguida.


Cuando sus botas fueron quitadas y arrojadas contra la pared, recién Loki se había
deshecho de la túnica. Se quitó las calzas y luego las botas.

Una vez desnudos, el príncipe lo empujó con suavidad para que yaciera boca arriba en el
colchón y volvió a devorarle los labios con otro fervoroso beso, mientras sus diestras
manos de guerrero le acariciaban los muslos. Loki se acomodó con un respingo y sus
dedos largos se deslizaron por la espalda de su consorte, dibujando los surcos que las
heridas de guerra habían dejado allí. Desde mucho antes de rebelarse, a Loki le habían
intrigado las cicatrices de Thor y ahora al palparlas, su lívido se despertaba.

Thor estaba fascinado con su esposo. La silueta esbelta de Loki y sus movimientos ágiles
le recordaban la belleza y destreza de un felino. Sin embargo, aunque no tan trabajado
como el suyo, el joven poseía un cuerpo envidiable. Sus muslos se sentían firmes y
cálidos. El príncipe transportó sus manos a través de ellos hasta llegar a la ingle. Loki se
arqueó y sus pupilas se dilataron.

De repente, sonaron dos golpes a la puerta.

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Fuego Helado by Midhiel
− Su Alteza – se oyó una voz masculina -. El Rey y el Alto Consejo se hallan reunidos y
exigen vuestra presencia.

Con un suspiro resignado, Loki rodó los ojos. Con más resignación aún, Thor bajó la
cabeza, dejando que las puntas de su áurea cabellera rozaran el vientre desnudo de su
consorte.

− Debes marcharte – reconoció Loki -. Enseguida.

Thor le sonrió con cariño y le dio un beso ligero en los labios antes de levantarse. Se vistió
a toda prisa, esquivando los objetos arrojados por el piso, mientras que Loki permanecía
boca arriba en la cama, contemplándolo.

− Regresaré pronto – prometió el príncipe, doblando y acomodando la capa sobre su


brazo.

− Dudo que regreses pronto – contestó Loki con una mirada frustrada.

Thor le devolvió una sonrisa a modo de consuelo, y alzó Mjolnir. Abrió la puerta apenas
para que los guardias no pudieran espiar hacia adentro, y se marchó.

Loki no tardó en darse cuenta de que su esposo lo había dejado sin vigilancia. Podía ser
ésta su oportunidad de escapar de los cristales y usar su magia. Pero, en cambio, prefirió
acomodarse de lado en el colchón y permaneció mirando la pared. Por primera vez desde
que regresara, no tenía ganas de huir ni de destruir Asgard.

*****
El frustrado encuentro con Loki se le borró de la memoria, en cuanto Thor entró y vio los
rostros adustos del Alto Consejo. Estaban los nueve de pie, divididos en grupos de cuatro
y cinco, a cada lado de las escaleras, mientras que su padre se encontraba arriba sentado
en el trono. Lógicamente la reunión extraordinaria se debía a la invasión sorpresiva.

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El príncipe explicó cómo habían sido atacados y cómo se habían librado de los gigantes,
sin nombrar la transformación de Loki. También las razones que los invasores habían
aducido.

− El ex príncipe Loki fue el motivo – tomó la palabra uno de los consejeros y miró a los
otros ocho, que asintieron condescendientes -. Para los jotuns, fue un genocida y regicida.
Lo más desafortunado es que tienen razón.

Thor entrecerró los ojos como ranuras y apretó el martillo en su mano. Sin embargo, la
mirada de cíclope de su padre, que lo estaba observando, bastó para que guardara
silencio.

− Por la paz entre los reinos y la seguridad de Asgard – continuó el noble -, propongo
que el Rey Odin, Padre de Todos, como máxima autoridad, entregue a Loki al pueblo de
Jotunheim para que allí sea juzgado de acuerdo con sus leyes.

− ¡Eso jamás! – estalló Thor, sin contenerse.

Los nueve le lanzaron miradas amonestantes. Otro consejero tomó la palabra.

− Joven príncipe, después del ataque de vuestro consorte a este pueblo, vuestro padre y
rey hizo una tregua con el nuevo soberano. Una tregua que lleva tres años de paz y
prosperidad para Asgard. No podemos perderla por una sola persona.

− Una persona que cometió crímenes contra tres reinos – añadió uno más -. Lo que
Jotunheim reclama es justo. Asgard no puede permanecer indiferente.

− Entonces – amenazó Thor, echando fuego por los ojos -, que el Alto Consejo y el rey,
aquí presentes, sepan que para entregar a Loki Odinson deberán pasar sobre mi cadáver.

Profundamente disgustados, los nueve dieron un respingo. Odin se levantó del trono.

− ¡Paz! – exigió y su voz calló a todos. Con el único ojo, recorrió la sala y se posó directo
en su hijo -. No nos hemos reunido para determinar si los jotuns tenían o no un motivo
justo para invadirnos, sino cómo consiguieron burlar a Heimdall – volteó hacia los nobles

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a su derecha -. Ya no puede tratarse de un traidor asgardiano. No después de que se
reconstruyó el puente y el Guardián lo vigila conmigo constantemente. Usaron otro
portal, lo que significa que han recurrido a la ayuda de un ser más poderoso que ellos.

− Un portal creado con la magia de los elfos oscuros de Svartalfheim, ¿cierto, Majestad?
– opinó Loki.

Asombrado, Thor volteó hacia la entrada. Allí estaba su esposo, que se acercó lentamente
y se detuvo a su lado.

− Loki Odinson – llamó el rey con energía -. No se te había convocado a esta reunión.

− Majestad – contestó Loki. Se llevó la mano al pecho y se hincó de rodillas burlonamente


-. No he sido formalmente convocado pero estáis discutiendo sobre mí – lanzó una
mirada despectiva a los nobles y se puso de pie -. Al Alto Consejo claramente le molesta
la inmunidad que el Sagrado Enlace de Oro me ha otorgado. No necesito de mi magia
para saber que estuvieron discutiendo los términos para entregarme a los jotuns a cambio
de la paz de Asgard – se volvió hacia Thor y le preguntó por lo bajo -. ¿Tengo razón,
esposo mío?

− Venir fue un atrevimiento, Loki – murmuró Thor, indignado -. Desafiaste a tu rey y al


Alto Consejo.

Con una sonrisa socarrona, Loki miró a Odin.

− Disculpad el desacato, Majestad y miembros del Alto Consejo. Vine a entregarme


voluntariamente para asegurar la paz del reino.

Como en muy pocas ocasiones, los nueve quedaron perplejos e intercambiaron miradas.

Odin golpeó su báculo para restablecer el orden.

− No necesito tus imposiciones, Loki, hijo de Odin – reprochó el soberano -. No te


moverás de este reino, aunque me temo que tu vigilancia no es tan estricta como yo había

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ordenado – y lanzó una mirada admonitoria a su primogénito -. Como lo has dicho,
Svartalfheim está detrás de este ataque. Malekith quiere cobrarse venganza.

− Majestad – interrumpió Thor, con la mano en el pecho -. Si me autorizáis, me prepararé


para viajar a Svartalfheim y . . .

− No – Odin no lo dejó terminar -. No aún. Además de la magia de los elfos, Malekith


debió haber usado la fuente de otro reino, desconocida en el suyo, para crear el portal.
Hasta que no sepamos más, Asgard no tomará ninguna acción.

Como guerrero nato que era, Thor se mordió los labios para no retrucar. En otra ocasión,
hubiera desafiado a su rey y viajado a Svartalfheim, pero hoy reconocía lo sabio que era
su padre y prefirió obedecerle.

Sin nada más que discutir, la reunión finalizó y todos se retiraron.

*****
− ¿Malekith? – preguntó Fandral, maravillado -. ¿El rey de los elfos oscuros? ¿El
soberano de Svartalfheim?

− El mismo – afirmó Thor y miró a sus cuatro amigos -. Mi padre sospecha que usó los
poderes de otro reino para crear el portal.

− Si Svartalfheim si alió a Jotunheim, habrá guerra – consideró Volstagg, no muy


agradecido. Le encantaba pelear pero no le gustaban los daños colaterales, como las
pérdidas y el sufrimiento de inocentes -. ¿Qué fue exactamente lo que esos gigantes
pedían?

− A Loki – contestó Thor con un suspiro -. Deseaban llevarlo a Jotunheim para juzgarlo.

− Aunque me duela admitirlo, los jotuns tienen razón – juzgó Sif -. Loki mató a muchos
de ellos por puro placer, incluido su propio soberano.

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Thor sintió que se encendía.

− Deben saber que Loki se presentó espontáneamente en la reunión y pidió ser entregado
a cambio de la paz de Asgard.

− ¿Qué hizo qué? – interrogó Hogun, incrédulo.

Los otros tres creyeron que Thor bromeaba.

− Hizo eso, amigos – confirmó el príncipe con un orgullo que a Sif le dolió reconocer -.
Loki está cambiando.

− ¡Por favor! – protestaron los cuatro.

− No seas ingenuo, Thor – añadió Fandral -. Loki es un mentiroso natural. ¿Recuerdas


cuando Volstagg lo llamó el Príncipe del Engaño?

− No fui yo – se defendió el pelirrojo -. Fue Sif.

La guerrera se encogió de hombros.

− Me prometieron que me apoyarían, amigos – les recordó Thor, enojado -. Ven todo lo
negativo en Loki. Pero ahora es mi esposo y el Sagrado Enlace no fue en vano.

− También prometimos que te vigilaríamos – rebatió Fandral -. Loki siempre te tuvo


celos y no creo que un enlace, por más sagrado que sea, actúe con tanta rapidez.

− ¿Te estás burlando del enlace que ofició mi madre? – exclamó el príncipe. Los cuatro
le lanzaron miradas acusadoras -. No les pido mucho, solo que le den una oportunidad.
Una vez Loki peleó a nuestro lado. Fue uno de los nuestros. Las circunstancias lo
cambiaron pero aún hay esperanza en él.

En nombre de todos, Sif apoyó la mano sobre el hombro de su príncipe y le pidió con
mucha suavidad.

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− Sé realista, por favor. Estás tan enceguecido por salvarlo, que te sacrificaste y si crees
que él algún día lo comprenderá . . .

− ¡Basta! – estalló Thor, sacudiéndose -. ¡No me entienden! ¡Ustedes no lo conocen como


yo!

Dio media vuelta y se marchó furioso. Sus amigos permanecieron en silencio.

*****
Desde el balcón de la inmensa terraza, Loki contemplada la ciudad. Desde aquella
tremenda altura, que superaba a los edificios más altos de Asgard, podía vislumbrar el
puente multicolor de Bifröst y el portal esférico. Los dos guardias lo vigilaban a pocos
metros, con los cristales multicolores en las manos. Loki estaba convencido de que nadie
había creído en su ofrecimiento. Ni el rey, ni los nobles, ni Thor. Quizás Thor sí porque a
veces era demasiado ingenuo. Sin embargo, lo que desconocían todos era que el sacrificio
había sido genuino. Loki sí había estado dispuesto a ser canjeado por la paz. Después de
todo, odiaba Asgard y haberse convertido por imposición en consorte de su futuro
soberano significaba una vergüenza para él. No dudaba que el ajusticiamiento de los
jotuns hubiera sido cruel en extremo, pero también lo había sido la humillación a la que
lo habían sometido obligándolo a enlazarse. Si se dejaba aprisionar en Jotunheim, podría
olvidarse del matrimonio, de los asgardianos y de Thor especialmente. No entendía la
mezcla de sentimientos encontrados que el príncipe le estaba provocando desde que él le
pidiera que le hiciera el amor. Loki se lo había pedido porque al saberse un monstruo se
había sentido vulnerable y necesitaba que alguien le probara que todavía era digno de
ser amado.

Thor llegó a la terraza buscando a Loki. Los soldados lo saludaron y él caminó hacia el
enorme balcón para detenerse junto a su esposo, que no se dignó a voltear hacia él.

− Fue valiente y estúpido lo que hiciste hoy – el príncipe rompió el silencio -. Muy
valiente, Loki.

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Loki sonrió para sus adentros. Eso significaba que Thor sí le había creído.

− Valentía y estupidez – contestó el joven con la mirada puesta en lontananza -. Recuerdo


cuando esas dos cualidades te describían a la perfección.

− ¿Sí? – bromeó el príncipe y lo miró -. ¿Cuáles cualidades consideras que me


describirían ahora?

− Ingenuidad extrema y estupidez extrema – contestó Loki y los dos rieron.

− Te dejé solo, sin custodia – recordó Thor -. Sin embargo, no usaste tu magia.

Loki no respondió y siguió observando la ciudad. El príncipe le atrapó la barbilla y lo


hizo girar para que lo mirara de frente. Thor necesitaba creer en su consorte. Los dos
podían salir adelante juntos y hasta darle a Asgard un heredero. Pero además, necesitaba
a Loki porque una oleada de sentimientos lo devoraba cada vez más. Esperanza, fe,
convicción y amor, amor por Loki.

− Eres hermoso – le repitió Thor y trasportó los labios hacia los suyos.

Pero Loki volteó y se alejó de la terraza.

− Buenas noches, Thor – se despidió e hizo un gesto a su guardia para que lo


acompañara.

El príncipe lo observó marcharse, mientras una sonrisa astuta nacía en sus labios. Cuando
se alejaba, notó la manera en que Loki temblaba ligeramente, como si el beso rechazado
lo estuviera perturbando.

No parecía más el frío Loki. Tal vez, sí estaba cambiando.

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Capítulo 6: Magia
Loki pasó la noche sentado en el borde de la cama, recordando a Thor. No quería pensar
en él y buscaba distraerse imaginando qué haría de tener la oportunidad de conquistar
Asgard. Pero después de haber rechazado semejante oportunidad para usar su magia esa
mañana, tuvo que admitir que sus deseos de conquista sonaban obsoletos.

Loki se negaba a sentir por su consorte más que resentimiento. Tenía que odiarlo como
odiaba Midgard y Jotunheim. Sin embargo, todavía lo exaltaban el calor de sus manos
sobre sus muslos y la pasión de sus besos aquella mañana. Thor era un tonto pero era un
tonto bueno y demasiado apuesto. Tenía un cuerpo espectacular, el porte de un rey y
unos ojos azules que transmitían la más pura inocencia. Más que una imposición, Loki
debía reconocer como un honor consumar el enlace con alguien así.

De repente, sintió calor en la entrepierna y al bajar la mirada, descubrió para su


vergüenza, que pensar en las caricias y el aspecto de su legítimo consorte le había
provocado una erección. Sin otra explicación a su guardia más que una orden a secas, se
dirigió a darse un baño helado en el mayor de los silencios.

*****
Por la mañana, Loki ordenó a su guardia que lo escoltara hacia el campo de marte porque
sabía que Thor entrenaba allí cuando no tenía obligaciones. Entró soberbio, seguido de
los dos soldados que transportaban los cristales.

Volstagg y Hogun estaban entrenando y se codearon con discreción al verlo. Loki pasó a
su lado, ignorándolos olímpicamente.

El campo inmenso estaba dividido en distintos sectores, según los ejercicios que los
guerreros requirieran, y el joven subió a una atalaya para escudriñar cada grupo pero no
encontró a su esposo.

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Al bajar, vio que uno de los entrenadores se le acercaba.

− ¿Dónde está el príncipe Thor? – le preguntó Loki.

− Su Alteza, el príncipe Thor, está dentro del palacio reunido solo con Sif – respondió
Volstagg a sus espaldas.

El joven volteó rápidamente y vio a los dos amigos de su esposo observándolo en pose
desafiante, con los brazos cruzados en el pecho y las piernas separadas. Podía oler una
mentira a kilómetros de distancia y no le costó darse cuenta de que el gigantesco pelirrojo
lo estaba engañando. Alzó una ceja, con aire despectivo.

− En ese caso, avísale cuando termine que yo lo estoy buscando. Buenos días – y se alejó,
escoltado por su guardia.

− No era necesario que le mintieras – reprochó Hogun cuando Loki estaba lejos.

Volstagg se encogió de hombros.

− Sif le cayó mal siempre porque la muchacha es difícil de manipular y fue divertida su
expresión cuando imaginó a su consorte con ella. Además, es el Príncipe del Engaño.
¿Crees que se comió el cuento?

− En absoluto – contestó Hogun -. ¿Pero realmente tienes idea de adónde fue Thor?

− Para nada – admitió el pelirrojo y con una palmada a la espalda de su amigo, le indicó
que siguieran entrenando.

*****
Loki estaba furioso y perplejo consigo mismo. Por un segundo, el imaginar a Thor con Sif
le produjo celos irrefrenables. Entró en el palacio, más ansioso de lo que había salido, y

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enfiló hacia la biblioteca real. Tenía que distraerse imperiosamente y la lectura había sido
toda la vida su entretenimiento favorito.

La biblioteca era una sala larga y ancha como un pasillo, atestada de estantes que llegaban
hasta el techo. Había libros, pergaminos y manuscritos, que se remontaban a diez mil
años atrás hasta nuestros días. Por algo se la consideraba la biblioteca más selecta de los
Nueve Reinos. En el centro, se encontraba el área de lectura, donde abundaban mesas
acompañadas de cómodos sillones. Loki pasó horas leyendo sentado en uno de ellos. El
bibliotecario era un anciano sabio, que lo conocía de niño, cuando Loki se encerraba allí
para leer, a diferencia de su hermano y amigos, que podían pasar un día entero en el
campo de entrenamiento. El anciano se alegró de verlo y le puso a su alcance cada
volumen que solicitó. Por orden del rey, el joven tenía acceso a casi todos los temas, a
excepción de la magia y las artes bélicas.

Los guardias permanecieron dentro de la sala, junto a la puerta, y depositaron los cristales
en el suelo de mármol oscuro.

Loki no hizo siquiera un alto para comer. Ya cayendo la tarde, dos criados llegaron a
buscarlo. El joven cerró el libro y se puso de pie.

− Señor – se presentaron con una reverencia. Sonaban y se veían preocupados -. Vuestra


madre, la Reina, requiere vuestra presencia en el ala de la curación.

El ala de la curación era el sector donde se llevaba a los enfermos. ¿Acaso su madre había
enfermado? Sin perder la parsimonia, Loki indicó con un ademán a su escolta que lo
siguiera y tras agradecer los servicios del bibliotecario, se marchó con ellos.

Al llegar a las puertas del ala, el joven comprendió que Frigga no era la enferma porque
fue ella quien salió presurosa a recibirlo.

− ¡Hijo mío! – suspiró la reina, visiblemente preocupada, mientras lo fundía en un abrazo


-. Entra, entra. Eres tú el único que con tu magia puede salvarlo.

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− Madre – respondió Loki con suavidad, mirándola a los ojos -. Explícame qué ocurre.
¿Quién está enfermo? ¿Qué pasó?

− Tienes que entrar conmigo – repitió la reina y le estiró el brazo para llevarlo adentro -
. Los sanadores no pueden hacer nada con su medicina. Se necesita algo poderoso y
rápido, como tu magia. Thor está herido – sollozó.

Loki no necesitó saber más y se dejó trasladar. Recorrieron un extenso corredor lleno de
puertas e iluminado de un blanco níveo y resplandeciente, hasta una pequeña habitación
al fondo. Frigga abrió y entró detrás de su hijo. En el interior se hallaban tres de los más
prestigiosos sanadores del reino, preparando pociones y discutiendo gravemente. En el
centro, se encontraba una cama y Loki reconoció a Thor inconsciente en ella. El príncipe
respiraba trabajosamente, como si algo le obstruyera los pulmones, y tosía roncamente.
Tenía el torso desnudo solo cubierto por una larga sábana blanca y el rostro, lleno de
magullones. El cuello y la boca estaban salpicados de sangre.

− ¿Qué ocurrió? – murmuró el joven consternado.

− Thor salió hoy temprano en una misión hacia otro reino con Fandral y Sif. Tu padre se
negó decirme hacia dónde, pero acaban de regresar los tres. Sufrieron un ataque
sorpresivo, según me contaron sus amigos que trajeron heridas leves, pero Thor – sollozó
-. . . Thor quiso ponerlos a resguardo y se llevó la peor parte.

− Majestad – intervino uno de los sanadores -. El tiempo apremia.

La reina se dirigió a los guardias.

− Dejen los cristales afuera – les ordenó -. Mi hijo necesita de su magia.

Los soldados asintieron respetuosamente y salieron de la habitación.

Frigga volvió a tomar la mano de su hijo menor y lo acercó al lecho. Loki observó a Thor
con una mezcla de angustia y ansiedad, mientras sentía cómo con los cristales ya alejados,
la magia se iba formando dentro de él. Pensó en un hechizo potente de sanación, que

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había utilizado para curarse varias veces durante su exilio, y quitó la sábana con cuidado.
Thor tenía una herida profunda en el costado derecho, justo a la altura del pulmón. Loki
se sintió lleno de energía mágica y apoyó ambas manos sobre el pecho de su consorte.

Pasaron apenas unos segundos y el príncipe comenzó a convulsionar. Los sanadores


quisieron aproximarse preocupados a la cama pero la reina se los impidió.

− Él sabe lo que hace – les murmuró, confiada.

Loki cerró los ojos para concentrarse y presionó el pecho, aumentando las convulsiones
y la tos. Una energía azul, semejante a la del Teseracto, fluyó de las yemas de sus dedos
y penetró en la piel expuesta de Thor. El príncipe dejó de sacudirse y permaneció inmóvil.

Frigga observaba a sus hijos en expectante silencio. Finalmente, Loki abrió los ojos y
apartó las manos. Apenas las alejó, Thor tosió con fuerza, abrió los párpados e intentó
reincorporarse.

Los sanadores junto con la reina se aproximaron con rapidez. Uno tomó el pulso del
príncipe, otro le tocó la frente, mientras que un tercero le buscaba la herida, que
mágicamente había desaparecido.

Thor parpadeó varias veces hasta que los apartó bruscamente y se sentó sin dejar de toser.
Su madre lo abrazó.

− ¡Thor! – exclamó Frigga, llorando y riendo -. Estás curado. ¡Qué susto nos diste!

Thor la observó sin comprender. Lo último que recordaba era un gusano gigante, que
abriendo sus fauces de afilados dientes, se les venía encima. Él apenas había tenido
tiempo de empujar a Fandral y a Sif, cuando sintió que uno de los colmillos se le clavaba
en el costado.

La reina le acarició la frente.

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− Tus amigos te trajeron agonizando, hijo. Ni siquiera sabían si soportarías la
teletransportación. Los sanadores no podían hacer nada. La herida era demasiado
profunda y yo pensé en Loki – volteó hacia su hijo menor -. Loki utilizó su magia y te
devolvió la vida.

Thor se volvió fascinado hacia su consorte. Loki asintió.

− Le diste un buen susto a nuestra madre, Thor.

− Gracias, Loki – murmuró el príncipe.

− Apenas te quedan cortes en la mejilla y la frente – avisó Loki, y en tono bromista añadió
-. Pero supongo que los sanadores eficientes sí podrán con ellos.

Los sanadores le lanzaron miradas antipáticas, que lo hicieron reír. Frigga se acercó y lo
abrazó, profundamente agradecida.

− Puedes engañar a todos, Loki Odinson – le susurró al oído -. A todos, menos a mí.
Tienes un corazón de oro. Lo sé, hijo mío. Lo supe siempre.

Loki le devolvió el abrazo.

− Si ya no me necesitas, regresaré a la biblioteca, madre.

Frigga lo liberó. Loki se despidió de Thor con un asentimiento y salió. Afuera los guardias
lo esperaban.

El joven volvió a sumergirse en los libros, tratando de olvidar lo que había ocurrido.
Salvar una vida había sido el primer acto de bondad que realizara tras tres años de
crímenes y traiciones. Lo intrigante para Loki era que hacer el bien se sentía liberador y
lo satisfacía. No podía creer que estuviera sintiendo eso.

*****
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Los sanadores decidieron que Thor pasara la noche en la habitación para observarlo, pero
pasadas las doce, el príncipe los intimó a dejarlo solo y en paz. Se sentía completamente
curado y no quería que lo examinaran como a un objeto extraordinario. Además, como
pocas veces, necesitaba dormir y el sueño no tardó en acogerlo.

Entretanto, afuera de la recámara de Loki, los dos soldados de turno montaban guardia.
Por la hora calculaban que su prisionero tendría que estar en silencio y por eso les llamó
la atención el ruido desde el interior del cuarto.

− ¿Señor? – preguntó uno detrás de la puerta.

Pero Loki no respondió. Los guardias intercambiaron miradas y decidieron entrar.

− ¿Señor? – repitieron, empujando la puerta.

Observaron la alcoba nuevamente ordenada, y vieron a Loki durmiendo plácidamente


en su lecho. Con todo lo que había vivido ese día no les sorprendía que el sueño lo hubiese
vencido.

− Observa aquel cristal caído en el suelo – le murmuró uno al otro -. Hay que ubicarlo
sobre la mesa. Y aquel otro no debería estar a los pies de la cama.

Entraron a acomodarlos, dejando la puerta abierta. Con una sonrisa astuta, Loki se
apareció en el umbral y tras observar a los soldados incautos y a su doble en la cama, se
marchó.

*****
Thor despertó al oír unos pasos familiares acercándose a su lecho. Volteó sin erguirse y
vio a Loki, que se le aproximaba con una mirada insinuante. Antes de que el príncipe
abriera la boca, su esposo le indicó silencio y se le acostó encima.

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Thor estaba tan anonadado que no supo reaccionar. Loki le acarició el cabello, mirándolo
directo a los ojos.

− Te preguntarás cómo llegué a tu lado. Fácil, mientras mis guardianes estaban


distraídos, cambié los cristales multicolores por unos comunes, marqué las runas con
signos para anularlas, y así pude usar mi magia para engañarlos y dejar mi alcoba.

− ¿Por qué lo hiciste? – preguntó Thor intrigado.

− Por esto – contestó el joven y con un chasquido de sus dedos, se desnudó él y al


príncipe completamente. Acto seguido, lo besó ardientemente y Thor no opuso
resistencia. Se acariciaron los muslos y los vientres y cuando sintieron que la virilidad se
les encendía, el príncipe rodó en el colchón para quedar encima de su consorte.

− Siempre tan posesivo – bromeó Loki -. ¿Quieres entrar dentro de mí?

Sin responderle, Thor se arrodilló entre las piernas de su esposo y con las manos
apoyadas en el colchón, descendió la cabeza y recorrió con la lengua la punta de su nariz
de Loki, sus labios, su mentón y su cuello. Con los ojos cerrados, Loki inclinó la cabeza
hacia atrás y dejó escapar un suave jadeo. El príncipe continuó repartiéndole besos en el
pecho y en los hombros. Eran acuosos y breves, como caricias suaves y a la vez efusivas.

Thor alzó la mirada un momento para observar su reacción. Loki se veía embelesado,
manteniendo los párpados cerrados y respirando hondo. Su pecho se elevaba y descendía
con vehemencia. Con tal aliciente, el príncipe siguió trazando con la lengua el recorrido
a través de su vientre, su ombligo y se detuvo en sus genitales. Hizo una pausa, encantado
con el ritmo cardíaco de su esposo que aumentaba y disminuía cada vez más ligero, e
introdujo el miembro erecto de Loki en su boca para humedecerlo de caricias.

Loki liberó un jadeo y se arqueó, invadido por excitantes sensaciones. Ya no se sentía un


cautivo enlazado a su peor enemigo, sino un consorte recibiendo el amor de su otra mitad,
en una consumación tan mística como apasionada. Thor siguió acariciándolo suave y
jugosamente hasta hacerlo llegar al clímax. Alejó la boca, mientras que Loki liberaba su
semilla, y luego le selló los labios, enmudeciendo su respiración entrecortada con nuevos
besos. Después se apartó para contemplarlo.

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Loki fue serenándose y abrió los ojos. Tenía las pupilas dilatadas.

− ¿Estás listo para que te penetre? – preguntó el príncipe.

Loki, tan locuaz, esta vez solo pudo responder asintiendo.

Thor se arrodilló delante y le separó las piernas. Loki alzó las caderas y su consorte mojó
el índice con la saliva para lubricarle el ano. Primero insertó un dedo, despacio y con
movimientos lentos al sentirlo listo, introdujo un segundo y finalmente un tercero. Con
cada uno, Loki cerraba los ojos y ronroneaba con disfrute. Cuando Thor sintió la abertura
dilatada lo suficiente, acomodó su propio miembro en ella y lo empujó con suavidad.
Loki se arqueó con un apagado quejido. Su esposo se inclinó para tranquilizarlo con otro
beso.

Cuando el príncipe se sintió acomodado, comenzó a moverse lentamente. Sus labios


seguían capturando las mejillas y boca de su consorte. Fogoso y con jadeos más
prolongados, Loki lo abrazó y con sus dedos le presionó la piel de la espalda. Thor se
sacudió más y más ligero dentro de él a medida que la excitación le ganaba. Finalmente
el gozo estalló dentro de ellos y con un gemido de placer, ambos soltaron sus simientes.
Thor esparció la suya dentro de Loki. De a poco, la respiración excitada de ambos se
normalizó y el príncipe quitó con suavidad su miembro del ano. Se sentó a un lado y
quitó la sábana para que pudieran limpiarse con ella.

Con los ojos radiantes, Loki también se sentó. Todavía respiraba profundo. Su esposo
comenzó a limpiarle los genitales con la sábana. Mas, de solo sentir que lo volvía a tocar,
Loki lo enredó en un nuevo abrazo y lo empujó para que yaciera sobre él. Ambos rieron,
cómplices y divertidos.

Entre risas, Thor lo contempló. No era esta su primera relación sexual y sin embargo, Loki
le había provocado sensaciones que no había sentido antes. Entonces, comprendió que
ésta había sido la primera vez que lo hacía con alguien que realmente amaba. ¿Amar?
Thor lo contempló en silencio y se preguntó cómo nunca antes se había fijado lo bello,
inteligente y fascinante que era su esposo. Quiso confesarle que lo amaba pero lo conocía
lo suficiente para comprender que quizás a Loki no le gustara que fuera tan sentimental.

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Con sus manos todavía enredadas en el cuello de su príncipe, Loki lo observó también.
Visitando mundos a los que los asgardianos jamás tendrían acceso, había conocido toda
clase de gente, monstruos y criaturas. El rencor que cargaba en su exilio le había impedido
enamorarse. Había visto gente bella, y con algunos había tenido relaciones, pero con
nadie había formado un lazo más allá de algún encuentro casual. Con Thor era diferente.
Además, nadie podía reunir las condiciones de su consorte impuesto: un joven apuesto,
bondadoso, valiente y generoso. Mal que le pesara, ahora Loki tenía que reconocer que
la imposición había valido la pena. Pero era demasiado cerrado y demasiado orgulloso
para admitirlo de buenas a primeras.

Thor lo besó, suave al principio y apasionado después. Cuando separaron los labios, el
príncipe volteó hacia la ventana y vio que amanecía.

− ¿Quieres que te acompañe a tu recámara? – preguntó, sentándose en el colchón.

Loki rió, interpretándolo como un chiste, aunque su esposo hablaba en serio.

− Conozco el camino – y felino y ágil, saltó de la cama -. Oh, disculpa, no podemos


permanecer así – volvió a reír y realizó un hechizo para devolverle la ropa y vestirse él
mismo.

Thor le atrapó la mano.

− Esta no será la primera y única vez.

Enigmático, Loki le sonrió.

− Hasta pronto, Thor.

El príncipe lo liberó y el joven se marchó, sigilosamente.

Thor se echó boca arriba en la cama y con las manos cruzadas en la nuca, cerró los ojos
para saborear mentalmente el encuentro. Los sanadores llegaron diez minutos después y
tras revisarlo, lo autorizaron a abandonar el ala.

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Capítulo 7: La Noticia
Los guardias no descubrieron el engaño de su prisionero. Loki se había tomado el trabajo
de dibujar unos signos diminutos junto a las runas y los cristales inofensivos eran
idénticos a los mágicos. Sin problemas regresó a su lecho y a las pocas horas, se levantó
como si nada hubiera ocurrido. Pasó la mañana en la biblioteca y la lectura lo ayudó a
despejar la mente.

Al mediodía Thor en persona entró a buscarlo.

Loki cerró el libro y se puso de pie, mientras intentaba que el saludo le saliera casual.

− ¿Cómo te encuentras, esposo mío? Veo que mucho mejor.

Thor se detuvo a una distancia prudente, ni muy alejado ni muy cerca. Su consorte sonrió,
sabiendo que lo hacía porque ardía de ganas de tocarlo.

− Estoy completamente restablecido – contestó el príncipe -. Vengo a buscarte porque


padre quiere verte.

− ¿Te refieres al rey? – cuestionó Loki, alzando una ceja.

Thor asintió.

− Necesita de tu ayuda.

Loki se intrigó. Observó a los guardias, que sostenían los cristales creyéndolos genuinos.

− Está bien – aceptó finalmente.

A duras penas, Thor ahogó la risa al ver a los soldados poniéndose en posición para
escoltarlo con los cristales falsos. Estaban lejos de imaginar que el joven ya había

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recuperado el control de su magia y sólo se estaba divirtiendo con ellos. Recordó que era
la misma actitud bromista que Loki tuviera de niño y una vez más se alegró de los
cambios que estaba teniendo.

Seguidos por los guardias, los esposos se dirigieron al sector del palacio reservado para
el rey. Odin los recibió en una sala. Sentada en el sofá, Frigga lo acompañaba y se levantó
a saludar a sus hijos.

Los guardias se retiraron para dejarlos solos y después de que cerraron la puerta, el rey
señaló a su hijo menor.

− Están confiados en que pueden anular tu magia pero sabemos que esos cristales no les
sirven.

Loki quedó de una pieza y Thor rió, mientras que, incrédula, Frigga miraba a uno y otro
hijo.

− Padre lo sabe todo, Loki – explicó el príncipe.

Loki no respondió.

Odin los invitó a pasar a una sala contigua, donde había una mesa servida para cuatro.

− Me gustaría que compartiéramos el almuerzo – propuso el Padre de Todos.

Thor y Frigga miraron a Loki, que sin contestar, corrió una silla y se sentó junto a la mesa.
Satisfechos, el rey ocupó la cabecera, su esposa se sentó a la derecha y Thor y Loki, a la
izquierda.

− Coman lo que deseen – autorizó Odin -. Loki, hijo mío, esta es la humilde bienvenida
a la familia.

− Yo no formo parte de la familia, Majestad – contestó el joven con tranquilidad. No


sonaba ofensivo y ni siquiera intentó levantarse.

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Odin juntó las manos sobre la mesa.

− No te consideras mi hijo porque no llevas mi sangre. Sin embargo, sí consideras a la


reina tu madre y te muestras más dócil con Thor. Bien – suspiró con resignación y se echó
hacia atrás -. Entiendo que el problema es conmigo. Yo fui quien te trajo de Jotunheim y
te arranqué de tus raíces – miró al joven directo a los ojos -. Para mí, siempre serás mi
hijo, Loki.

− Ocultaste mi herencia a todos porque yo te avergonzaba – respondió Loki -. Me


consideras tu hijo de la boca hacia afuera pero en tu corazón todo el tiempo sentiste que
educabas a un gigante de hielo.

− Loki – reprendió Thor y miró a sus padres. Ambos estaban callados. Su madre
mantenía la cabeza baja y su progenitor había cerrado el puño.

− En mi corazón eres mi hijo, no un gigante – replicó el rey tras una pausa -. Siento no
haber sabido transmitírtelo. Me duele lo que sientes, Loki, pero no puedo forzarte a
cambiar de parecer. Me consuela que al menos hayas aceptado unirte a esta mesa. Quiero
que hoy los cuatro compartamos un almuerzo familiar

Loki solo lo miró y luego buscó comida para servirse. Era su manera de decirle que estaba
de acuerdo en compartir el momento.

Aliviados, Thor y su madre lo imitaron.

Cuando finalizó el almuerzo, el rey indicó a los jóvenes que lo acompañaran a otra sala.
Allí los tres se sirvieron una bebida refrescante y se sentaron en sillones cómodos.

− Hijos míos – comenzó el rey tras un prolongado silencio, sólo quebrado de a ratos por
los sorbos que cada uno bebía -, la invasión de anteayer fue perpetrada por los jotuns con
la ayuda de Malekith y una fuerza poderosa y desconocida de otro reino – hizo una pausa
mientras que Thor asentía y Loki sostenía la copa entre sus manos -. El portal ya ha sido
localizado. Lo encontraron herméticamente cerrado no muy lejos de donde ustedes

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Fuego Helado by Midhiel
sufrieron el ataque. Los expertos han tratado de determinar el origen de esa fuerza sin
resultados. La magia nueva que irradia el portal escapa a nuestro conocimiento. En
ninguno de los Nueve Reinos existe una capaz de crear tal potencial de energía y por eso
se necesita la ciencia de alguien que conozca el Universo completo, más allá de la frontera
de los Nueve Reinos y sepa de sortilegios.

Thor observó a su esposo, que continuaba bebiendo tranquilo.

− Requieren de mi ayuda – observó Loki.

Odin asintió.

− Si decides ayudarnos, te autorizaré el acceso completo a la Biblioteca Real y se pondrán


a tu disposición los científicos y todo el material que solicites. La situación es desesperada
y el tiempo apremia.

− No lo dudo – contestó Loki con sorna -. Tuvieron que recurrir a su peor enemigo.

− Loki – le llamó Thor la atención como otras tantas veces.

− Considero nuestro peor enemigo al ser que está empleando esta magia extraña y se
unió a Malekith – respondió el rey -. No a ti, hijo.

Loki alzó la copa para observarla en una actitud que fingía indiferencia.

− Supongo que madre fue la que te propuso mi nombre.

− De hecho, fui yo quien pensó en ti cuando los científicos llegaron con el reporte – terció
Thor -. Sin embargo, padre me dijo que ya pensaba proponértelo antes de llamar a los
expertos, exactamente después de aquella reunión del Alto Consejo que interrumpiste,
sólo que no sabía si aceptarías en ese momento.

− ¿Por qué se supone que aceptaría ahora? – interrogó Loki, jugando a ser difícil, y miró
intensamente a su consorte -. ¿Qué pudo haber ocurrido para que yo cambie de opinión?

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Fuego Helado by Midhiel

Thor le lanzó una mirada reprobatoria. Entendía perfectamente lo que estaba sugiriendo,
que él le había confesado a su padre que la noche anterior habían consumado finalmente
el enlace y por eso ahora Loki les prestaría ayuda. Thor se sintió ofendido y herido.
¿Cómo su esposo podía considerarlo tan estúpido?

Loki rió y, serio, volteó hacia el rey.

− Lo aceptaré con la condición de que los cristales y las runas sean removidos de mi
recámara y de cualquier habitación que frecuente dentro del palacio. Si voy a estudiar esa
fuerza, necesito emplear mi magia.

Thor observó a Odin, que se tomó su tiempo para contestar.

− De acuerdo – congenió el rey finalmente -. Los cristales y las runas serán removidos
pero no tu guardia personal. Ayer nos enseñaste un gesto importante al salvar a tu esposo
y te has ganado mi confianza.

Loki no se sintió tocado con el cumplido.

Terminaron de beber los tres en silencio y el rey dispuso que esa misma tarde su hijo
menor comenzara a trabajar. Después volvieron al comedor con Frigga para concluir el
encuentro.

Al regresar a las habitaciones, escoltados por los guardias, Thor observó a su esposo de
soslayo. Loki no mostraba emoción alguna, como si nada extraordinario le hubiera
sucedido en el almuerzo. Sin embargo, estaba tan ensimismado que ni siquiera parecía
notar la presencia del príncipe.

− No te fue nada mal – Thor no soportó más y rompió el silencio -. Volverás a emplear
tu magia y tienes la oportunidad de servir a Asgard.

− Yo no soy esclavo de nadie – contestó Loki a secas.

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Fuego Helado by Midhiel
− Imaginé que dirías eso porque te cuesta entender que un verdadero soberano no está
por encima de su pueblo, sino que vive para él con la dedicación de un esclavo – replicó
el príncipe -. Estás cambiando, Loki, y todos lo notan. Ya ves que padre. . .

− Thor – interrumpió Loki seriamente -. Padre de Todos no me quiere, tan solo me


necesita como me necesitó cuando me robó de Jotunheim.

Thor suspiró con amargura.

− Me duele que te encierres y te niegues a reconocer el corazón de las personas. Padre te


pidió disculpas en el almuerzo y sufre porque te lastimó sin tener la intención. Esto nos
sirve de lección a los dos para entender que Padre de Todos no es perfecto. Cometió un
error contigo, Loki, y ya no sabe qué más hacer para que lo perdones.

Loki se detuvo y con él los guardias a sus espaldas.

− ¿Sabes por qué asistí a este almuerzo? – preguntó a Thor cortante -. Porque tú me lo
pediste y no creas que te estoy devolviendo el favor de anoche. Tanto madre como tú se
esfuerzan porque yo cambie y decidí que si voy a vivir el resto de mi vida aquí, encerrado
en Asgard, puedo cambiar un poco de actitud. Pero de ninguna manera esperen ella o tú
que yo perdone a Padre de Todos. Ha sido un tirano, un manipulador y un
descorazonado conmigo. Para él, no fui más que uno de sus tantos trofeos de guerra, no
me salvó la vida porque yo lo enternecí, me salvó la vida porque pensó que le sería útil
en el futuro. De la boca hacia afuera, me llama hijo. De la boca hacia adentro, me considera
– observó a los guardias que no tenían por qué saber su secreto doloroso -. Sabes bien lo
que me considera.

Loki continuó caminando y los soldados lo siguieron. Thor suspiró y sacudió la cabeza
áurea. Tenía la esperanza de reunir a la familia pero también debía respetar los tiempos
de su esposo. Loki estaba progresando y no había que presionarlo. Al menos, ya no se
mostraba frío con él y lo más importante, la relación después del enlace prosperaba.

Thor no debía exigir demasiado.

61
Fuego Helado by Midhiel

*****
Por la noche, antes de cenar, Thor se preparó para darse un baño con apenas una toalla
blanca atada a su cintura. Se palpó el costado, donde debía sentir la espantosa cicatriz del
colmillo de la bestia. Pero la piel estaba tersa, sin rastros de la herida. Sonrió, recordando
a su esposo. Después del almuerzo se habían separado para que Loki pudiera estudiar el
portal y el príncipe pasó el resto del día en el campo de entrenamiento. Ahora ardía de
ganas de verlo, de tocarlo, de besarlo y de penetrarlo. Pero antes le había prometido a su
madre que cenaría con ella. Se preguntaba si Loki estaría pensando en él con la misma
pasión, si también estaría planeando hacerle el amor esa noche y si podía concentrarse en
el estudio de la magia porque Thor había pasado la tarde entrenando sin poder sacárselo
de la mente. Nunca antes había sentido por alguien la obsesión desesperada que sentía
ahora por Loki. Con Jane había sido diferente, ella le había gustado pero no había llegado
a enamorarse.

Sin perder la sonrisa ni la imagen de su consorte, entró en el baño. Le habían preparado


el ambiente con velas y esencias aromáticas.

Mientras se estudiaba nuevamente el costado frente a un espejo, oyó un burbujeo extraño


en la tina y al acercarse a observar, vio que las aguas formaban un remolino. En cuestión
de segundos, la figura desnuda de Loki emergió y se recostó en la bañera con las largas
piernas separadas y los codos apoyados en el borde.

− Supuse que después del arduo entrenamiento, te bañarías para cenar con madre –
explicó Loki en un tono insinuante.

Sin vacilar, Thor se quitó la toalla y se metió en la tina. El movimiento del agua al
acomodarse creó un sonido relajante. El príncipe se ubicó encima de su consorte y el solo
acariciar su piel, lo excitó hasta la erección. Con una sonrisa taimada, Loki le envolvió el
cuello con los brazos y lo sumergió con él para que gozaran juntos de un momento de
deleite antes de que llamaran a Thor para la cena.

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Fuego Helado by Midhiel

*****
No fue esa la última vez que hicieron el amor. Thor enseguida comprendió que Loki,
astuto y pícaro, adoraba presentársele donde él menos lo esperaba. Ahora que podía
utilizar su magia con total libertad, usaba y abusaba de distintos trucos para
sorprenderlo. Era el factor sorpresa, además de la presencia del príncipe, lo que
despertaba su libido. Así, sin que nadie lo supiera, se encontraron y amaron en los lugares
más recónditos del palacio. Una vez, Loki llegó a la audacia de aparecérsele cuando Thor
se cambiaba de ropa en los vestuarios del campo de entrenamiento a pocos metros de
Fandral. Claro que con su agilidad, enredó al príncipe entre sus brazos y se metieron
juntos en un armario. Fandral jamás se enteró. En otra ocasión, después de una reunión
en el salón del trono, se escondieron detrás de un cortinaje y por un pelo, se salvaron de
que uno de los consejeros más remilgados los pescase en pleno acto.

Al cabo de dos meses de apasionantes encuentros e intenso trabajo en la biblioteca,


finalmente Loki determinó el origen de la fuerza mágica que había intervenido en la
formación del portal. Hizo unas últimas anotaciones, cerró el libro y cuando intentó
ponerse de pie, sintió un intenso mareo que lo obligó a arrojarse en la silla de cuenta
nueva. Los guardias se le acercaron.

− Estoy bien – mintió el joven para quitárselos de encima. Pero una nueva oleada de
náuseas le subió a la garganta y sintió la cabeza a punto de estallarle. Puso los ojos en
blanco y se desplomó sobre el escritorio, perdiendo la conciencia.

El bibliotecario se acercó ligero para auxiliar a un guardia, mientras que el otro salía a
buscar a los sanadores. Estos no tardaron en llegar y el consorte del príncipe fue
trasladado al ala de la curación.

*****
Loki estaba esperando un hijo de un mes y la noticia le cayó como un balde de agua
helada. No resultaba un anuncio inaudito ya que después de tanta pasión con su esposo,

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Fuego Helado by Midhiel
era lógico que los encuentros dieran su fruto. Sin embargo, Loki se sintió mal, perdido,
confundido y desesperado. Pero no en vano era el Príncipe del Engaño y escondió su
malestar detrás de una sonrisa falsa para no alertar a los sanadores.

Cuando estos se marcharon, Thor entró envuelto en un torbellino de felicidad y quiso


abrazarlo. Loki no se dejó tocar y retirando su sonrisa, le confesó escuetamente.

− No quiero un hijo, Thor.

El príncipe quedó tieso, sin saber cómo reaccionar. Loki era críptico pero esto ya pasaba
el límite.

− ¿Se puede saber qué sucede contigo? – reclamó Thor tras una pausa en la que trataba
de asimilar la reacción de su esposo.

− No quiero un hijo, Thor – respondió Loki y permaneció sentado en la cama, con los
brazos cruzados sobre el pecho -. Esto fue demasiado repentino. No estoy preparado.

− Es una de tus bromas retorcidas, ¿cierto? – preguntó el príncipe, negándose a creerle.

Loki sacudió la cabeza.

Thor se paseó en círculos por la habitación como fiera enjaulada.

− Te gusta jugar con los demás pero esto llegó demasiado lejos – se detuvo y, furioso, lo
miró de frente -. ¡Estás jugando con mis sentimientos! ¡Esta es una trampa tuya para
dejarme como un estúpido delante de todos! ¿Qué es lo que te propones? ¿Cómo . . . cómo
puedes decir que no quieres un hijo mío, nuestro? ¿Qué piensas hacer?

Loki se encogió de hombros.

− No lo sé. Sólo sé que no lo quiero. No estoy preparado.

− ¡Mi paciencia tiene un límite! – gritó Thor, fuera de sí.

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Fuego Helado by Midhiel
− Supongo que tú sí estás preparado para recibir un hijo – suspiró su esposo.

− ¡Claro que lo estoy!

En silencio, el joven se levantó de la cama y permaneció de pie, observándolo.

− ¿Lo estás, oh poderoso Thor? – preguntó Loki con desprecio -. ¿Estás preparado para
educar al heredero legítimo de Asgard? Seguro que lo imaginas como un adorable
asgardiano, que se robará tu corazón, el de madre y el de todo el pueblo. Lo educarás
para convertirlo en el mejor rey. Desde su nacimiento, será el orgullo del reino. Estos
sueños pasan por tu cabeza. Pero dime, ¿qué ocurrirá si en lugar de un bebé nace un
gigante de hielo?

− ¿Qué estás diciendo? – demandó el príncipe, confundido.

Loki suspiró profundo y cerró los ojos para concentrarse. Su piel se tiñó de un azul
violáceo. Finalmente abrió los ojos, que se volvieron rojos como la sangre.

− No soy asgardiano y puede que mi hijo tampoco lo sea.

Thor parpadeó. Emocionado, se acercó a su consorte convertido en gigante de hielo, lo


tomó de los hombros y a pesar del frío punzante que le provocó el contacto, no lo soltó.
Le clavó la mirada azul, sincera y húmeda.

− ¿Estás pensando que yo sería capaz de rechazar un hijo tuyo y mío? ¡Maldita sea, Loki!
Nazca como nazca, será nuestro hijo, lo amaremos, lo protegeremos y pobres de los
miserables que intenten lastimarlo. Sea gigante o asgardiano, el que le niegue su derecho
al trono conocerá el golpe de Mjolnir. Cuando te elegí como mi consorte, sabía a quién
estaba eligiendo. ¡No soy un bruto inocente! Te elegí porque quise elegirte, con tus
defectos y virtudes, y juré protegerte porque te reconozco como mi consorte legítimo y el
único con quien deseo engendrar a mis hijos. Si el niño o niña es parecido a mí,
bienvenido será, y si es parecido a ti, lo amaré el doble, el triple, porque te amo más que
a nadie.

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Fuego Helado by Midhiel
Loki quedó de una pieza. Thor sintió que el frío en sus dedos se apagada y la piel cerúlea
fue destiñéndose suavemente. Loki parpadeó varias veces hasta que sus irises volvieron
a verse verdes.

Thor lo presionó contra él y lo besó deliciosamente. Loki le respondió abrazándolo del


cuello y acariciándole la espalda. Cuando se separaron el príncipe notó que el joven
estaba llorando. Avergonzado, se secó los ojos.

− Malditas hormonas, como leí que dicen en Midgard – sonrió Loki.

Thor lo tomó de la barbilla y con una sonrisa enternecida, lo besó de cuenta nueva.

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Capítulo 8: Lo Desconocido
Un embarazo asgardiano duraba siete meses. Pero este niño solo tenía la mitad de la
sangre de Asgard y por lo tanto, el tiempo de gestación resultaba incierto. Loki se lo
planteó a su esposo más tarde, ya instalados en la recámara del joven. Thor seguía tan
fascinado con la noticia que solo atinó a tomarlo de los brazos y depositarle otro beso. Un
gesto que en otro tiempo a Loki le hubiera resultado patético pero al que ahora respondió
con una sonrisa ligera. El príncipe no cabía en sí de la alegría porque tendría finalmente
un heredero. Loki todavía no se reponía de la sorpresa y ya no sentía tanto miedo, y su
dicha lo contagió.

Los reyes llegaron para felicitarlos. Emocionada, la reina abrazó a Thor con cariño y a
Loki con más fuerza. Al apretarlo contra su cuerpo, percibió instantáneamente los
temores del joven por su origen y el del bebé, y el alivio que Thor le había dado.

− Será un hijo hermoso y sano – le aseguró al oído -. Una adorable mezcla tuya y de Thor.
No tienes nada que temer porque sea como sea, tu padre y yo lo amaremos.

Se separaron y Loki la miró interrogante. Su madre le acarició la mejilla y se apartó de la


cama.

Odin felicitó a Thor, apoyándole la mano en el hombro, y a Loki con un asentimiento de


cabeza, pero no se acercó al lecho. Dispuso que en tres días se diese el comunicado oficial
en la Corte y se homenajease al heredero con un banquete. Cuando se preparaba para
despedirse para continuar con sus funciones, Loki le confesó.

− Majestad, antes de desmayarme descubrí el origen de la fuerza que creó el portal.

Odin volteó hacia él y parecía más interesado que en la noticia del niño.

Loki pidió a Thor la libreta con las anotaciones, que había ordenado traer de la biblioteca
para enseñársela.

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Fuego Helado by Midhiel

Esta vez el rey sí se acercó a la cama, mientras que Thor tomaba solícito a su madre del
brazo para acompañarla afuera. Al salir y cerrar la puerta, el príncipe se disculpó.

− Lo siento, madre. Hubieras deseado permanecer más tiempo y sé cuánto te molesta


cuando asuntos de Estado, que pueden esperar, interrumpen momentos familiares.

Frigga sacudió la cabeza.

− No, hijo. Está bien. Es el momento adecuado. Esta es la manera que encontró Loki de
demostrarle a tu padre que desea cooperar y compartir un momento con él.

− Es increíble lo mucho que Loki está cambiando – confesó Thor con alegría.

− Loki te necesita más que antes por los cambios que está sintiendo y sus temores –
advirtió Frigga sabiamente. Su hijo asintió -. Al abrazarlo, percibí el torrente de
emociones que están luchando dentro de él: ansiedad, expectativas, resignación porque
su orgullo le reprocha haber aceptado el enlace, alegría que le cuesta expresar, y temor
por el aspecto que tenga el bebé y un eventual rechazo público.

− Eso ya me lo ha dicho – recordó Thor.

− Y lo consolaste – añadió su madre con una sonrisa -. Loki necesita demostraciones de


cariño. Aún no se acepta a sí mismo porque se considera tu sombra y un jotun rechazado
más que un miembro de la casa real de Asgard. Lo amas y él necesita saberlo de forma
constante con distintos gestos.

− Todo el tiempo me preocupo por su bienestar – confesó el joven resignado -. Cuido de


él, trato de que se sienta cómodo, busco que no esté solo y soy muy afectuoso.

− No lo dudo.

− ¿Qué más puedo hacer, entonces?

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− Debes recurrir a más gestos – contestó Frigga -. En Midgard aprendiste lo románticas
que pueden ser las personas con aquellos que las atraen. Utiliza sus métodos. Puede que
Loki aparente sentirse molesto y te espete demasiado sentimentalismo, pero en el fondo
se sentirá amado y reconfortado. Piensa en esa clase de gestos midgardianos Thor.

El príncipe asintió, conforme con la propuesta.

*****
Odin se ubicó en una silla junto al lecho. Loki se acomodó algunas cobijas en la espalda
y le pasó la libreta. El rey la hojeó sin entender el significado de la mayoría de los números
y los símbolos. Leyó las runas al pie de página (frases escuetas o palabras sueltas) sin
encontrarles sentido alguno.

− ¿Y bien, hijo? – lo apremió -. ¿De dónde proviene esa fuerza?

− Como ya lo habían deducido, no proviene de ninguno de los Nueve Reinos, tampoco


de los mundos materiales más allá de las fronteras. Esta fuerza es la más poderosa,
destructiva y sobrenatural que existe –Loki hizo una pausa para aumentar el interés -.
Proviene directamente de Hela.

− ¿Hela? – Odin no ocultó la sorpresa y temor -. ¿Malekith se unió a Hela y están


ayudando juntos a Jotunheim?

− Así me temo.

Odin se frotó la frente con actitud cansada. Hela era la diosa del Inframundo, a su morada
llegaban las almas de aquellos que no habían muerto en batalla sino por enfermedad, o
muerte natural, y se convertían en sus desgraciados esclavos. Pocos la habían visto y
habían sobrevivido para contarlo y la describían como una mujer, mitad hermosa y mitad
putrefacta, manipuladora y poderosa como ningún otro ser. Existía la leyenda que
cuando Hela prestara su ayuda, exigiría a cambio la llegada de Ragnarök, para llevarse
la mayor cantidad de almas esclavas de los Nueve Reinos.

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Fuego Helado by Midhiel
Loki entendió lo que el rey pensaba.

− Una de las teorías del inicio de Ragnarök, es el nacimiento de un niño de sangre real –
opinó el joven y se apoyó la mano en el vientre plano.

Asombrado, Odin lo miró.

− No puedes asociar esa teoría incomprobable con la llegada del heredero de Asgard.

− ¿Por qué no?

− Loki – suspiró el soberano, sacudiendo la cabeza -. No crees problemas donde no los


hay. Con esta noticia tenemos suficiente. Habrá que estudiar distintas medidas. ¿Estás en
condiciones de exponer esto en una reunión con el Alto Consejo?

− Claro que sí.

− De acuerdo – concordó Odin, levantándose -. En pocas horas, convocaré a una urgente.


Loki – lo miró a los ojos -. Ni Thor ni yo permitiremos que seas entregado a los jotuns.

− No creo que llevando al heredero, ni el rey ni el príncipe lo permitan – replicó Loki


secamente.

Odin se detuvo, apoyando las manos en el respaldo de la silla.

− Sabes que lleves heredero o no, ni Thor ni yo permitiremos que te canjeen. Si solo
pudieras confiar más en nosotros – suspiró y se mantuvo en silencio.

− Asistiré a la reunión cuando se disponga – cortó Loki, sin ganas de escucharlo -.


Gracias por la visita.

− Te mandaré llamar – se despidió Odin y salió cerrando la puerta.

70
Fuego Helado by Midhiel

*****
Un par de horas más tarde, Loki expuso su teoría ante el rey, en la sala del trono, rodeado
de los nueve consejeros, los dos científicos más prestigiosos de Asgard, y Thor. Lo
escucharon atentamente y cuando comprobaron que las pruebas eran irrebatibles,
ninguno pudo esconder la ansiedad por el futuro que se avecinaba.

Ahora entendían que el ataque de los jotuns reclamando a Loki no había sido más que
una excusa para exponer su poder. Su verdadera intención salía a la luz: demostrar a los
asgardianos que Hela era su aliada.

La noticia no tranquilizó a nadie. Los científicos buscaron distintas formas de refutar el


estudio de Loki pero el trabajo resultó infructuoso y finalmente admitieron que de haber
tenido más tiempo y más conocimientos de magia, habrían arribado a la misma
conclusión que el joven. Thor habló de viajar a Jotunheim para reclamar una audiencia
con su rey, pero Odin le negó la autorización. Entonces, mientras Loki rodaba los ojos
ante su insistente estupidez, propuso visitar el Inframundo para pedir una tregua a su
diosa.

Esta vez Odin ni siquiera se molestó en rechazarle el viaje y fue el mismo Consejo el que
de forma unánime le negó la propuesta.

− ¿Qué medida vamos a tomar? – reclamó Thor molesto.

− Por el momento, ninguna acción directa hacia ellos – replicó el rey -. Ustedes – se
dirigió a los científicos -, recolectarán todos los datos referidos a Hela. No es mucho lo
que se sabe de ella, pero nuestra biblioteca es la más completa y encontrarán suficiente
material. El Alto Consejo conmigo, seguirá debatiendo en base a la información que
ustedes nos alcancen. Tú, Loki – se volvió hacia su hijo menor -, investigarás por tu parte
sobre Ragnarök. Sé que sabes del tema pero necesitamos que amplíes tus conocimientos.

− ¿Ragnarök? – musitó uno de los consejeros y en su rostro se dibujaba el mismo espanto


que en sus ocho compañeros y los científicos.

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Disfrutando enormemente de tal expresión, Loki tomó la palabra.

− Saben que lo que la diosa del Inframundo más ansía es la llegada de Ragnarök para
conseguir la mayor cantidad de almas. En Midgard, donde ingenuamente nos consideran
divinidades, llaman a Ragnarök "El Ocaso de los Dioses". Hasta esos ignorantes
comprenden que se trataría del final de todos, incluidos los dioses, o sea nosotros mismos.

− Pero para que se desate deben ocurrir una serie de eventos – intervino uno de los
consejeros -. Una sería la batalla final, que se explica con la alianza de Jotunheim y
Svartalfheim contra nosotros. Pero además, se necesita la sangre de un niño recién nacido
de una Casa Real.

Instintivamente Loki se apretó el vientre y por un segundo pensó que por toda la magia
del universo no permitiría que nadie, dios o mortal, le quitara una sola gota de sangre a
su hijo. Thor sintió lo mismo y notó su gesto. Con una mirada cariñosa, le atrapó la mano
para demostrarle que estaban juntos en esto. Pero Loki odiaba las demostraciones de
afecto en público y le apartó bruscamente la mano.

Odin observó a sus hijos con su único ojo y anunció.

− El Príncipe Thor y su consorte, Loki de Asgard, están esperando un hijo. La noticia se


hará pública en tres días por medio de una ceremonia, por lo tanto, apelo a su discreción.

Los consejeros miraron a los jóvenes y en sus rostros adustos no se pudo leer ni decepción
ni aprobación. Los científicos asintieron obedientes a su soberano.

El rey dio por finalizada la reunión y los convocó al Alto Consejo y a Thor para el día
siguiente.

Ya afuera, el príncipe acompañó a Loki a sus aposentos.

− Los nobles fueron discretos al no hacer comentarios sobre Ragnarök y el niño – dijo
Thor para romper el silencio mientras caminaban. Volteó para observar a los dos guardias

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que los seguían lo suficientemente alejados para no oírlos -. Una sola opinión al respecto
y les golpearía a los nueve con Mjolnir en la mismísima sala del trono.

− No me sorprende tu brutalidad – contestó Loki a secas.

− Sería una brutalidad necesaria – se defendió el príncipe -. Es una estupidez asociar a


nuestro hijo con el niño necesario para desatar Ragnarök – lo miró de soslayo -. Tú sí lo
pensaste y me asombra.

− Por supuesto que lo pensé – replicó Loki -. Los hechos, mal que nos pesen, son
concluyentes: Hela se alió a Jotunheim y Svartalfheim mientras tú y yo nos enlazábamos.
Más tarde los jotuns nos invadieron con su poder y cuando lo compruebo, me entero al
mismo tiempo de que concebí un hijo. No puedes llamar a esto meras coincidencias.

− ¿Estás diciendo. . .? – comenzó Thor enfadado.

− Me estoy basando en la evidencia, Thor – interrumpió Loki y se detuvo para


enfrentarlo -. Quizás sea una estupidez, así lo espero, pero lo que sí lo es innegablemente
fue tu propuesta de viajar para desafiar a la diosa del Inframundo. ¿Qué crees que podías
hacer? ¿Atemorizarla con un golpe de tu martillo todopoderoso?

− No fue una estupidez – contestó el príncipe herido -. Fue un modo de buscar la paz.

Loki rió burlonamente.

− Como pacificador eres un fracaso, esposo mío.

− ¿Cuál sería tu propuesta para evitar la guerra? – reclamó Thor, más enojado.

− Enfrentarme a Hela definitivamente no – replicó el joven con soberbia y siguió


caminando.

− Me asombra porque no hace mucho tiempo, tres años para ser exactos, tú me hubieras
acompañado – espetó el príncipe.

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− Tres años atrás no me hubiera enlazado contigo y menos que menos, estaría esperando
un hijo tuyo.

− No, pero me acompañarías al Inframundo, hasta te ofrecerías para engañar a Heimdall


– rió Thor, ahora divertido -. Vamos Loki. Pareciera que te olvidaste que en otro tiempo
fuimos compañeros de batalla, peleamos juntos, nos protegimos y defendimos juntos. Lo
estoy pensando y tienes razón, viajar al Inframundo suena un tanto estúpido pero es la
única opción que existe en este momento. . .

− ¡No vuelvas a pensarlo siquiera! – cortó Loki.

Thor quedó de una pieza.

− ¿Por qué te molesta tanto si. . . ? – se dio cuenta y su rostro se iluminó -. Temes que
algo malo me suceda. Sí, como aquella vez cuando madre te llamó para que me salvaras.

Loki miró al techo y parpadeó. Había dos cosas que detestaba más que nada: una,
demostrar sus sentimientos y dos, que Thor le ganara una discusión.

Thor bajó la cabeza para esconder su sonrisa, sin añadir nada. Loki se preocupada por su
seguridad, lo que significaba que lo quería. Thor no había tenido antes la oportunidad de
comprobarlo. Se hacían el amor con mucha pasión, sí, pero el príncipe se había
preguntado si el frenesí provenía del amor o solo de la ansiedad de Loki por alcanzar el
clímax. Sin embargo, esta preocupación por no dejarlo enfrentarse a la diosa escapaba a
la búsqueda de un orgasmo. Loki lo protegía y no deseaba que ningún daño le ocurriera.

Llegaron a los aposentos en silencio. Los guardias permanecieron afuera y Thor entró
para despedirse. Mas apenas cerró la puerta, Loki lo enredó en sus brazos y lo besó con
ansioso apetito.

No demoraron en terminar desnudos en la cama.

*****
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La terraza desde donde se admiraba el Puente de Bisfrost estaba desierta. Loki podía
escuchar el eco de sus pasos mientras subía uno por uno los escalones hacia el balcón. Le
fascinaba este lugar desde niño. Se recordaba a sí mismo de pequeño cuando apenas
conseguía apoyar el mentón sobre la barandilla para observar el puente. Le había
excitado viajar y conocer los otros reinos desde que tenía uso de razón. Quería conocer
personas nuevas, hacerse de amigos y ser respetado por gente que lo estimase por lo que
era. Quería vivir en un sitio donde las figuras omnipotentes de su padre y de su hermano
no lo eclipsaran. Ahora recién Loki comprendía por qué deseaba tanto conocer mundos
nuevos, en el fondo, lo que siempre había anhelado fue sentirse amado y aceptado por
una familia.

Era irónico que renunciando a su orgullo y planes de grandeza lo hubiera conseguido.


¿Pero había renunciado finalmente al trono? No lo sabía a ciencia cierta porque era tal el
caudal de emociones encontradas que no podía pensar con claridad. Estaba enamorado
de Thor y quería protegerlo, aunque se negaba a admitirlo. Loki consideraba los
sentimientos como signos de debilidad y sometimiento. Amar a alguien significaba
entregarse en cuerpo y espíritu, algo que no deseaba hacer. Sin embargo, en su corazón
temía que ya lo estuviera haciendo.

− La vida es una contradicción constante – susurró su madre a sus espaldas. Loki sonrió,
pocas personas podían sorprenderlo sin que él las oyera antes y Frigga era una de ellas -
. Toda tu vida luchaste por sentirte amado. Digo sentirte porque siempre lo hemos hecho,
sólo que no podías reconocerlo.

Cuando Loki volteó para refutarle, ella lo silenció apoyándole el índice en los labios.

− Por primera vez te sientes querido y protegido – continuó la reina -. ¿Por qué te
empeñas tanto en negarlo?

Loki no le contestó.

Frigga se ubicó junto a él y observó el puente. A ella le había preocupado que su hijo
menor deseara tanto conocer otros mundos porque sabía que no lo hacía por un afán

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hacia lo desconocido (Loki era un intelectual, no un aventurero) sino para encontrar allí
algo que le faltaba en su propia casa. ¿Y qué podía buscar afanosamente un niño si no era
el amor de una familia?

− Recorriste muchos mundos buscando lo que anhelabas – prosiguió ella suavemente -.


Pero solo lo hallaste al regresar a casa.

− Hela y el nacimiento de mi hijo podrían desatar Ragnarök – interrumpió Loki para


cambiar de tópico.

Frigga sonrió ante su treta inocente.

− Los sentimientos son un terreno desconocido para ti pero no significan debilidad, sino
valor y entrega, Loki. No sigas huyendo – y con este consejo, dio media vuelta y se alejó.

El joven permaneció un rato más en el balcón y regresó a su alcoba.

*****
Tres días después se realizó el anuncio de la llegada del heredero. La familia real estaba
sentada en la plataforma, mientras que los nueve consejeros se encontraban a los pies de
los escalones. Odin estaba regio en el trono, su esposa elegante en una silla alta a su
derecha y sus hijos a la izquierda. Loki estaba vestido con una túnica verde oscuro de
gala y calzas negras. No llevaba cinturón para mostrar su estado aunque aún el vientre
no le hubiera crecido. Los reyes y el príncipe estaban vestidos con sus mejores ropajes y
tras el anuncio, Thor tomó a su consorte de la mano, se levantaron y acercaron a la
muchedumbre, que los ovacionó a pleno.

Más tarde tuvo lugar el banquete. Esta vez, Loki permitió que su esposo lo consintiera en
público y Thor fue lo suficientemente sutil para no incomodarlo. El joven solo asentía
ligeramente cuando el príncipe le apretaba la mano o le susurraba algo al oído pero en
ningún momento lo rechazó. Además, sabía que las miradas estaban puestas en ellos y la
Corte esperaba verlos en buena relación.

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En el momento del brindis, Thor se puso de pie, alzó su cáliz y declaró que esta era la
jornada más feliz de su vida. Al sentarse, Loki le murmuró "mentiroso" y ambos rieron
discretos y cómplices.

Thor no sabía si la acusación se refería al día que hicieron el amor por primera vez o el
día que supo que serían padres.

− Me refiero a ambos momentos – le contestó el joven -. Esta noche no es más que un


asunto protocolar. Odin es el que realmente disfruta de esta ceremonia.

Thor miró a su padre de soslayo mientras bebía un poco de vino.

− Quizás después del banquete podríamos convertir esta jornada en la más dichosa.

− Eres insaciable – recriminó Loki con falso reproche.

Thor rió y le apretó la mano. Loki sintió que el toque lo encendía y comprendió que con
público o sin él, se sentía a gusto con la presencia y cariño de su esposo.

En otra mesa, Fandral los observaba con suspicacia. Al terminar de comer, se acercó a Sif,
que permanecía de pie junto a una columna, observando a la pareja.

− ¿Qué piensas del Príncipe del Engaño, ahora que va a dar un heredero a Asgard? –
preguntó el guerrero.

Sif contestó secamente.

− Es eso, que es el Príncipe del Engaño. Embaucó al bueno de Thor como otras tantas
veces, tendrá un hijo y seguramente como premio, Odin le devolverá su título y derechos
de príncipe de Asgard. Cuando lo consiga, quién sabe de lo que será capaz para que
finalmente se nombre rey al niño y él pueda convertirse en su regente.

− Se comenta que Loki le salvó la vida a Thor hace un par de meses, cuando lo trajimos
malherido.

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Fuego Helado by Midhiel

La joven bufó con desprecio.

− Si no lo salvaba, ¿con quién iba a engendrar al necesario heredero? Entiendo que la


reina y Thor lo estimen porque una vez lo consideraron de la familia, pero ¿cómo Odin,
el Padre de Todos, ¿puede estar tan ciego? Loki está esperando la ocasión para
traicionarnos. Concebir un hijo fue una jugada astuta y el primer paso.

− ¿Qué podemos hacer nosotros? – cuestionó Fandral, intranquilo.

− Solo esperar atentos – contestó Sif -. Y proteger a Asgard y a Thor, porque cuando más
seguro se sienta, Loki mostrará sus verdaderas intenciones.

Fandral observó a la pareja, tratando de descubrir en Loki algún vestigio de su verdadera


naturaleza, pero como siempre, el joven resultaba un misterio indescifrable.

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Fuego Helado by Midhiel

Capítulo 9: MIdgard
Era difícil sentirse amado cuando uno había creído toda su vida no haberlo sido. Eso le
ocurría a Loki. Al principio notó que tras hacer el amor, Thor permanecía acariciándole
el pelo o contemplándolo con una mirada de éxtasis que sobrepasaba la pasión que
habían vivido instantes antes. Solía acariciarle el vientre, que una semana exacta después
del anuncio había comenzado a crecerle, y terminaba besándolo suave y cariñosamente.
Tampoco escatimaba momentos para decirle que lo amaba.

Primeramente, Loki se sintió desbordado con estas demostraciones de afecto hasta que
una noche, dos meses después del anuncio del niño, Thor cerró los ojos acostado a su
lado. Loki se incorporó de costado, con el codo apoyado en la almohada y, fascinado, lo
besó. Thor abrió los ojos con sorpresa porque no había sido el beso apasionado, antesala
del acto sexual, sino el beso afectuoso de un esposo a su amado. Los dos simplemente se
sonrieron sin decirse nada.

Otro día, terminada una ceremonia, volvían escoltados por los guardias y Loki le apretó
la mano. Un gesto cariñoso que Thor devolvió presionándole el toque.

Ahora almorzaban y cenaban juntos. Por las tardes, los jardineros podían encontrarlos
paseando entre los árboles del jardín real, que se asimilaba a un bosque, y conversando
entre ellos. Por las noches dormían ya en el lecho de uno, ya en el lecho del otro y Loki,
que se consideraba a sí mismo individualista y defensor de su espacio propio, más de una
vez deseó que se mudaran juntos pero nunca dijo nada.

Thor siempre había admirado la inteligencia de Loki, pero antes, enceguecido por la
soberbia, no había sabido apreciarlo como se lo merecía. Ahora que sobre sus hombros
pesaba la responsabilidad de ser el próximo rey, se abría a su esposo y le comentaba
asuntos de Estado que bajo la óptica de Loki, adquirían otro cariz. Sospechaba que Odin
no estaría de acuerdo con tanta confianza hacia quien no hacía mucho se consideraba
enemigo del reino pero a Thor poco le importaba. Así el joven antiguamente exiliado, hoy

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gozaba de la intimidad y confianza del príncipe y esto aumentó su autoestima y lo ayudó
a mostrarse más abierto.

Frigga se encargó de preparar la nursery. El príncipe o princesa tendría a su disposición


un equipo de niñeras, cocineros, guardias y doncellas. Sin embargo, Loki quiso que
trasladaran la cuna a su alcoba y que ambientaran la nursery en una habitación aledaña
a la suya. Más que contenta con esta demostración de instinto maternal, la reina dispuso
que se siguieran las órdenes de su hijo y fue así como madre y retoño trabajaron juntos
para preparar la recámara del bebé.

Sin llamarlo exactamente instinto maternal, Loki sintió que estaba cambiando. No solo su
cuerpo se transformaba y desarrollaba, sino que su mente comenzó a centrarse en el
nuevo ser que estaba albergando. Fue gradual. La primera vez que notó que el vientre le
crecía al desnudarse frente a su esposo, se molestó. Estaba orgulloso de su agilidad y
esbeltez y saber que en los próximos meses la incomodidad le ganaría, le provocó
frustración y enojo. Thor no ayudó. Se sintió tan dichoso de verlo crecer, que saltó de la
cama, le apoyó ambas manos sobre el estómago ligeramente abultado y al ver su
expresión de descontento, comentó.

− Te quejas por siete meses de embarazo cuando en Midgard las mujeres soportan
nueve.

Loki rodó los ojos y se sentó en el colchón, desconcertando a su consorte.

− Tienes que entender que estos cambios, en especial la transformación de mi cuerpo,


me molestan – confesó el joven, muy serio -. Si vuelves a bromear, te mataré.

Thor soltó una carcajada, que se apagó cuando Loki se levantó, se calzó la túnica y
abandonó la alcoba para no regresar en toda la noche.

Solo cuando el príncipe se disculpó a la mañana siguiente, aceptó volver.

Con el correr de los días, Loki sintió que el amor hacia su bebé aumentaba junto con su
vientre. Primero fueron ganas de protegerlo, tomando las precauciones para que se

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desarrollara saludablemente y varias veces se encontró acariciándose el abdomen o
apretándoselo de forma protectora. De a poco fue sintiendo afecto, mucho afecto, tanto
por Thor como por el niño. Disfrutaba más que nunca pasar el tiempo con su esposo, no
necesariamente teniendo relaciones, tan solo permaneciendo juntos.

Loki al fin experimentaba el significado de una familia y la advertencia de su madre


"Recorriste muchos mundos buscando lo que anhelabas. Pero solo lo hallaste al regresar
a casa," cobró sentido por completo.

La palabra Ragnarök seguía en el aire y nadie en la Corte se atrevía a pronunciarla en voz


alta como si su sola mención desatara un maleficio. El peligro de Hela seguía latente y
Loki se empeñó en investigar y mantenerse alerta.

Thor, por su parte, preparado para defender a su pueblo, estaba dispuesto a dar la vida
por su familia. Con la llegada de un hijo, se volvió más protector, a veces asfixiante, y
aunque Loki ahora comprendía que su protección efusiva significaba mucho cariño, tuvo
que ponerle límites.

También estaba el tema del período de gestación. Los jotuns tenían un período de diez a
once meses y Loki ya estaba resignándose a llevar un largo embarazo. Sin embargo,
Frigga les explicó que el tiempo variaría de acuerdo al desarrollo del niño y aunque no
tenía registros de gestaciones de híbridos, era probable que el bebé naciera en un
promedio de siete a nueve meses.

Podría decirse que el joven matrimonio llevaba una vida tranquila.

Una mañana Thor estaba entrenando con Volstagg cuando un estruendo hizo temblar el
suelo del campo. Enseguida entendieron que el ruido provenía de Bifrost y temiendo una
invasión, ambos corrieron a los establos y salieron galopando por el puente multicolor.
Varios soldados los secundaban.

En la entrada, el príncipe desmontó de un brinco con Mjolnir en alto. Se acercó con los
demás a Heimdall y vio que sostenía a un hombre inconsciente, vestido con una
armadura roja y dorada.

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− ¿Stark? – se preguntó Thor sin creérselas. Bajó el arma y se acercó a ayudar al guardián.
Entre los dos depositaron al vengador sobre el piso de arco iris y el joven le quitó el casco
para que respirara -. El aire de Asgard es similar al oxígeno de Midgard – explicó, más
para sí mismo que para el resto.

− ¿Este sujeto es un midgardiano? – preguntó Volstagg, que se les había acercado.

Thor asintió.

− Es amigo mío. Tony Stark, filántropo, millonario, playboy y en sus ratos libres se
convierte en Ironman – explicó -. Ayúdenme, hay que llevarlo al palacio.

Heimdall lo miró directo a los ojos.

− Vino a pedir ayuda – le susurró -. Mis ojos no pudieron distinguir mucho pero algo
extraño está aconteciendo en su reino.

Thor frunció el ceño y cargó al midgardiano en brazos. Lo acomodó en la montura, brincó


él detrás y tras jalar las riendas, volteó el rumbo hacia el palacio. La comitiva lo siguió
con más preguntas que respuestas.

*****
Había sufrido una descompensación por el viaje pero los sanadores supieron atenderlo y
al cabo de algunos minutos, volvió en sí. Grande fue la sorpresa del locuaz Tony Stark
cuando despertó en una cama asgardiana, desnudo y rodeado de hombres con túnicas
extrañas, en una habitación del ala de la curación. Tal fue el asombro que se quedó
literalmente sin palabras.

Thor se abrió paso entre los sanadores para llegar hasta el lecho.

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− Dios mío – suspiró Tony a media voz cuando al fin vio un rostro amigo -. Temí que
Jarvis hubiera errado las coordenadas y me hubiera enviado a cualquier otro mundo.

− ¿Cómo llegaste hasta aquí? – interrogó Thor.

Tony observó a los sanadores y les sonrió amistosamente.

− Ellos – los señaló con cautela -. Ellos sólo. . .

− Te curaron, Tony – explicó el príncipe -. Son sanadores, médicos en Midgard. Llegaste


desestabilizado por el viaje – notó que su amigo observaba su desnudez y añadió -.
Tuvimos que quitarte el traje. Lo hice con un golpe de Mjolnir, pero la armadura no se
arruinó y te permitirá regresar a tu casa.

− Perfecto – asintió Tony, más tranquilo -. Espera a que los otros sepan que me
desnudaste con un golpe de tu martillo de la suerte. Mejor no – sacudió la cabeza -. Que
no lo sepan nunca, será nuestro secreto – bufó, mientras acomodaba las ideas -. Banner
diseñó este traje conmigo para que pudiera venir y junto con tu amada Jane y el doctor
Selvig, crearon un portal tridimensional para traerme, no me preguntes qué hicieron para
trazar el rumbo hasta aquí.

Thor sintió una punzada al oír la mención de su "amada Jane". La científica no significaba
más que un recuerdo querido para él.

Justo en ese momento entró Loki, atraído por las noticias que corrían de la llegada de un
extraño. Estaba vestido con una túnica verde holgada, que cubría su vientre de seis meses.
Tanto él como Stark quedaron confundidos al verse cara a cara. Claro que Loki era un
maestro engañando y lo disimuló detrás de un rostro de hielo, mientras que Tony no
podía disimular el asombro.

− ¡Este es Loki, tu hermano! – exclamó Stark -. El que casi destruye la Tierra con su
ejército de extraterrestres. ¿Lo tienes suelto? ¿Acaso no iban a juzgarlo y darle una
condena ejemplar? Mira que entre nosotros, después de que ustedes dos se fueron,
apostamos qué castigo iba a recibir. Yo aposté la laceración hasta deformarle el cuerpo.

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− Un placer volver a verlo, señor Stark – saludó Loki con toda su hipocresía -. La última
vez que nos vimos me destruyó la espalda después de darme un tiro.

− Sí, claro – respondió Tony en el mismo tono -. Fue después de que me lanzaste por la
ventana a mil metros de altura. Muchas gracias.

Thor decidió intervenir y estrechó a su esposo con un brazo protectoramente.

− Loki es mi consorte, Tony. Nos casamos al llegar a Asgard y hoy está esperando a mi
hijo y futuro heredero del reino.

La expresión vacua del inteligente Tony Stark lo dijo todo.

Loki se apoyó una mano sobre el vientre y al ver que ninguno hablaba, intervino.

− ¿Qué te trajo a Asgard?

Tony parpadeó.

− Thor, no puedes estar hablando en serio. ¿Te casaste con este demente? No sé qué idea
tengan aquí de lo que es un castigo y admito que el matrimonio me suena como condena
eterna pero. . . no sé . . . Esperaba ver a este sujeto encarcelado, desterrado, cualquier
castigo convencional.

− Lo que se haya decidido en Asgard no es de tu incumbencia – cortó Thor, impaciente


-. Ahora responde por qué viniste.

− La Tierra fue invadida, Thor – confesó Stark y su mirada de desaliento explicó lo


complicado que pintaba el asunto -. La ciudad de Nueva York para ser precisos. Las
fuerzas de seguridad, la guardia civil, el ejército, todo fue inútil. Nosotros, los
Vengadores, intervinimos pero no pudimos conseguir mucho y tuvimos que retirarnos.
Natascha, Clint y Steven permanecieron peleando. Bruce y yo, con la ayuda de Jane y del
doctor Selvig, regresamos a SHIELD para buscar la manera de llamarte.

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− ¿Qué clase de invasión? – interrogó el príncipe.

Tony pensó antes de responder.

− Digamos que eran una especie de duendes oscuros, parecidos a los orcos del Señor de
los Anillos – miró a todos y sonrió -. Dudo que sepan de lo que hablo. Pero el líder, un
hechicero bastante detestable por cierto, se presentó como viejo conocido tuyo. Allí fue
cuando Nick nos ordenó que te buscáramos. El mago se llamaba. . .

− Malekith, el maldito – contestó Thor y con Loki intercambiaron miradas -. ¿Cuándo


ocurrió todo esto?

− Tomando en cuenta que Banner trabajó sin descanso y rediseñó mi traje en catorce
horas, más el tiempo que me llevó teletransportarme – sumó con los dedos -. Yo diría que
unos tres días.

− Tengo que avisar a padre para que convoque a una reunión – miró a Loki -. Debo viajar
a Midgard.

− No es buena idea – replicó Loki -. Malekith te tendió una trampa, atacó Midgard para
que fueras, es su plan.

− Midgard está bajo mi protección – respondió Thor cortante, lo liberó y abandonó el ala
a las zancadas.

*****
Odin entrecerró el único ojo y golpeó el cetro contra el piso.

− Malekith, el maldito, nos ha puesto en una encrucijada. Si te autorizo a partir a


Midgard, te estaré dirigiendo directo a su trampa, pero si permaneces en Asgard, faltarás
a tu promesa de brindar protección a ese reino – observó a los nueve consejeros, que
permanecían adustos y callados -. La decisión es tuya, hijo mío.

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Thor se mantenía arrodillado en presencia de su padre. Se puso de pie y con el puño


contra el pecho, respondió decidido.

− Partiré a Midgard para defenderla.

El Padre de Todos asintió.

− Tenemos una ventaja, sabemos que te diriges a su trampa por lo tanto estarás atento y
preparado. Aunque – hizo silencio – Malekith sabe que viajas conociendo tu destino.

− Sabré cuidarme, padre – replicó Thor. Carraspeó para dirigirse formalmente a su


soberano -. Odin, Padre de Todos, solicito vuestra permiso para viajar a Midgard y
defenderla.

− Te autorizo el viaje – respondió el rey y sorpresivamente se puso de pie y bajó del


trono. Llegó hasta su hijo, apoyó las manos sobre sus hombros y lo abrazó -. Cuídate y
regresa sano y salvo.

Thor quedó pasmado porque por lo general, su padre no era afectuoso.

− Estaré pronto de regreso contigo, con madre y con Loki.

Odin lo liberó para que se retirara y le entregó discretamente una bolsita cerrada en la
mano.

El joven entendió perfectamente de qué se trataba. Acto seguido, hizo una reverencia a
su soberano, saludó a los nobles con la mirada, y se marchó, presto a prepararse para el
viaje.

*****
Loki no estaba de acuerdo. Reconocía que si Thor daba su palabra, arriesgaría su vida
con tal de cumplirla pero ahora que tenía una familia, pensar que una promesa podría

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resultar más importante que él y el bebé le provocó celos. Por supuesto, que su orgullo le
impidió hacer comentarios directos y solo mostró su displicencia, sentándose
elegantemente en un sillón, mientras su marido se alistaba para partir.

Thor no era tan tonto para no notar que se sentía incómodo y en un momento, dejó de
lado los preparativos y se acercó para abrazarlo por la espalda.

− Sabes que sé cuidarme – le aseguró, mientras le masajeaba el cuello. Por el peso del
vientre, Loki solía sufrir dolores de espalda y esos masajes lo reconfortaban -. Conozco
las intenciones de Malekith y no permitiré que se salga con la suya.

− ¿Qué hay de Jane Foster?

Thor dejó de masajearlo, sorprendido por la pregunta.

− ¿Sientes celos de Jane Foster?

− Estás casado conmigo y te encontrarás con ella – contestó Loki seriamente -. Soy una
persona orgullosa, Thor Odinson. Si me traicionas o humillas en Midgard, no responderé
de mis actos.

− Jane no significa más que una amiga para mí – replicó el príncipe ofendido -. ¿Cuántas
veces te he repetido que te amo? ¡Solo a ti! – se apartó y comenzó a caminar en círculos -
. Me ofendes, Loki. ¿Qué clase de persona crees que soy? ¿Un embustero? ¡No estoy
enamorado de Jane Foster!

− Pero ella sí lo está de ti – rebatió Loki e, imperturbable, se puso de pie -. Viste la cara
de Stark cuando le contaste que estábamos enlazados. ¿Cómo crees que se lo tomará esa
mujer?

Thor sacudió la cabeza. Los celos de su consorte lo superaban pero también hablaban del
amor intenso que le tenía, un amor que Loki no sabía demostrar con palabras y usaba
esta clase de gestos. Si algo había aprendido de los hombres enamorados en Midgard, era
la vena melodramática con la que se entregaban a sus mujeres, y por eso se acercó a su

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esposo, se arrodilló a su lado y mientras que Loki lo miraba con extrañeza, le apoyó los
dedos sobre el vientre, le tomó una mano y se la llevó a la boca.

− No hay Jane Foster, ni mujer, ni criatura en los Nueve Reinos ni más allá de ellos que
puedan hacer que deje de amarte. Sólo te amo a ti, Loki, a ti y a nadie más. Viajaré a
Midgard a vencer a Malekith y voy a cuidarme. ¿Sabes por qué? Porque quiero volver a
acariciarte, a hacerte el amor y a estar contigo para siempre – se puso de pie y lo besó
intensamente -. ¿Confías en mí?

Loki asintió sobrecogido por el gesto.

Thor le acarició el vientre. La criatura se movió cual mariposa aleteando y los dos
sonrieron.

− Adiós – murmuró el príncipe.

Loki lo besó de cuenta nueva y con un asentimiento le dio su venia para que partiera.

− Cuídate Thor – fueron sus palabras de despedida.

*****
Thor decidió que si utilizaban el puente con Tony abrazado a él, llegarían a Midgard en
cuestión de segundos. Tony deseó con todo su corazón que Bruce hubiera estado con
ellos para que le asegurara que el viaje no alteraría ni una sola molécula de su atesorado
cuerpo, pero no le quedó más opción que dejarse transportar.

Con la autorización de Heimdall, ambos vengadores se ubicaron para ser


teletransportados.

− Antes de que nos marchemos – murmuró Tony al oído de su amigo, mientras


observaba con recelo cómo Heimdall se acercaba para introducir la espada en el sitial -.
En el caso de que los átomos de mi organismo sufran alteraciones o algo peor durante el

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viaje y ya no pueda hablarte, quiero que sepas que tu casamiento con nuestro enemigo
número uno me parece una real estupidez, digno de una mente infradotada, pero tengo
que reconocer que se nota que ustedes dos están enamorados.

Thor lo miró interrogante.

− Lo miras como si fueras a devorarlo con los ojos, amigo – continuó explicando el
multimillonario -. Y él, cuando se tranquilizó después de discutir conmigo, se notaba a
las claras que no veía a otra persona en esa habitación más que a ti. Tengo que reconocer
que en la Tierra Loki se comportó como un hijo de su asgardiana madre pero te ama, se
le nota en la atención que te pone y en la forma en que te mira. Espera – le hizo una seña
a Heimdall -. Antes de viajar tengo que colocarme esto – apretó un botón y el casco le
cubrió el rostro -. Ahora sí, amigo dorado – autorizó con el pulgar hacia arriba.

Thor lo abrazó con fuerza y observó al guardián centrar la espada, mientras pensaba que
ni siquiera al egoísta de Tony Stark se le había pasado por alto el amor que Loki le tenía.
Esto le dio más confianza para vencer pronto a Malekith y regresar con su familia.

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Capítulo 10: Destrucción


Thor y Ironman aterrizaron en la plataforma de SHIELD y se dirigieron al centro de
operaciones, donde Bruce Banner los estaba esperando junto con la doctora Foster y el
doctor Selvig. Bruce se quitó los anteojos, aliviado de verlos llegar, mientras que Jane
saltó de la silla junto a la computadora y corrió a arrojarse en los brazos del dios del
trueno.

− Me llevó cuatro años de investigación – suspiró la joven alegremente -. Pero lo


conseguí. ¡Conseguí la forma de traerte de regreso a la Tierra!

Thor la apartó apenas para mirarla a los ojos. Jane Foster era bella, inocente y pura,
además de inteligente, decidida y obstinada. Sin embargo, esa atracción que había sentido
hacia ella ya no existía y aunque por algunos segundos se sintió transportado en el
tiempo, la joven solo le provocaba un amistoso cariño, el mismo que sentía hacia Sif.

En cambio, los ojos de Jane hablaban de emociones más profundas hacia él.

− Es una suerte que Tony te haya traído – intervino Bruce, acercándose. Estaba vestido
con pantalones grises y una camisa descolorida. Pocos al verlo comprenderían que se
trataba de una de las mentes más brillantes de la ciencia -. Ya te habrá puesto al tanto.
Nueva York es un caos. La gente está huyendo auxiliada por la guardia civil. Los
extraterrestres han montado centros de operaciones en distintos puntos de la ciudad y a
través de ellos mantienen el control absoluto. Nada podrá detenerlos para que se
expandan a otros puntos del planeta. Malekith te espera a ti en el centro principal sobre
la terraza de Empire State.

− La energía que utilizan es poderosa y desconocida – comentó Selvig, consternado,


observando una vez más los registros en su pantalla -. Supera por cien la potencia del
Teseracto. Las mejores armas del ejército se pulverizaron en cuestión de segundos.

Thor se alejó de Jane para acercarse a su amigo científico.

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− La fuerza que utilizan es la de Hela, la diosa del Inframundo, doctor. Malekith, el


maldito, y su gente se unieron a ella para desatar Ragnarök.

− ¿El Ocaso de los Dioses? – tradujo Nick Fury, mientras entraba por una puerta lateral,
todo vestido de cuero negro y con las manos cruzadas en la espalda -. Tus conocidos no
se quedan cortos cuando de misiones épicas se trata, Thor Odinson.

− ¿Ragnarök? – repitió Bruce, colocándose los lentes -. Significa el fin del mundo en la
mitología nórdica.

− Y pensar que no hacía mucho se decía que el mundo se acabaría el 21 de diciembre del
año 2012 – bromeó Tony para romper el hielo -. Erraron por poco margen.

− Tengo que acabar con esta locura – decidió Thor y volteó hacia Fury -. En Asgard,
esperábamos esto de un momento a otro pero no imaginamos que se iniciaría aquí, en
Midgard. Me enfrentaré a Malekith, que me está esperando, y lo pondré en su lugar.

− El asunto es más complejo – lo desalentó Fury -. Nadie puede acercarse a ninguno de


los centros en un perímetro de diez kilómetros. Han levantado murallas con chatarra, que
custodian los secuaces de Malekith con sus armas hasta ahora imbatibles. Son una especie
de duendes grises, seguro los conoces.

− Los elfos oscuros de Svartalfheim – explicó Thor -. Por eso traje esto conmigo – de su
bolsillo sacó una gema azul del tamaño de una uña, que refulgía con una luz capaz de
iluminar una ciudad entera -. Este trozo de energía está cortado directamente del
Teseracto. Me lo entregó mi padre antes de venir. Aquel que lo porta se vuelve invencible
ante cualquier enemigo.

− ¿Aun ante Hela? – quiso saber Bruce, un tanto descreído.

Selvig se acercó al príncipe para observar el metal, que mientras hablaban se había
apagado y ahora se veía como un trozo simple de lapislázuli.

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− Es nuestra única esperanza – dijo el príncipe -. Soy el único que puede hacer frente a
Malekith. También sé que me está esperando para tenderme una trampa. Por eso vine
preparado.

− Es cierto – aceptó Fury -. Esta es nuestra única esperanza. No había visto antes una
fuerza capaz de tal destrucción y es invencible. Tomaron el control de la isla en cuestión
de minutos y solo les llevó un par de horas dominar la ciudad entera.

− ¿Qué hay de las pérdidas humanas? – se preocupó Thor.

− No podemos manejar cifras exactas – contestó Bruce -. Pero la guardia civil actuó de
inmediato y con nuestra ayuda, pudimos rescatar a muchas personas. La ciudad está
prácticamente evacuada.

− Pero controlada por los duendes, perdón – se corrigió Tony -, elfos oscuros, los
llamaste.

− Los vengadores pueden ayudarte a penetrar el perímetro – propuso Fury -. Si estás


listo, nos pondremos en marcha cuanto antes – dio media vuelta y se alejó conservando
las manos cruzadas en la espalda.

Jane alzó la mirada hacia Thor. No le gustaba en absoluto el peligro que iba a correr.

*****
Thor aguardaba en una sala común, en ese momento desocupada, a que el equipo
estuviera listo para viajar. Metió nuevamente la mano en el bolsillo para observar el
fragmento de Teseracto y al quitarlo, una piedra verde cayó al piso. Intrigado, la alzó y
vio que era una gema asgardiana con runas talladas. Reconoció en sus líneas el trazo
elegante de Loki y se dio cuenta que se trataba de un hechizo protector. Seguramente su
esposo se lo había colado mientras se despedían.

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Thor sonrió. Estas demostraciones secretas y sinceras de cariño valían para él más que
gritos de amor lanzados a los cuatro vientos. Le gustaba que Loki fuera discreto y le
encantaba que se preocupara afanosamente por su seguridad.

− Recién procesé la noticia de que tu hermano, consorte ahora, está embarazado –


declaró Tony, entrando de sorpresa -. ¿Cómo puede ser eso posible? Sé que ustedes no
son humanos y que por lo tanto su naturaleza no es como la nuestra pero pensé que se
reproducirían como nosotros. Hay mujeres en Asgard y vi sanadoras muy atractivas.

Thor guardó el Teseracto en el bolsillo y la piedra verde junto a su pecho.

− Nos reproducimos igual que ustedes – explicó el príncipe -. Tenemos mujeres


hermosas en Asgard y nos enamoramos de ellas. Lo de Loki, que no es mi hermano de
sangre, fue diferente. Para rescatarlo del castigo cruel al que lo habían condenado porque
sí, nos criamos juntos y lo quiero, me uní a él en una ceremonia conocida como el Enlace
Sagrado de Oro – hizo una pausa para observar a Stark y saber si el hombre se estaba
tomando en serio lo que le decía.

− Continúa – apremió Tony interesado.

− Este enlace sangrado se trata de un ritual mágico reservado para los reyes y herederos
de Asgard. Sirve para salvar a prisioneros que los monarcas consideran que no deberían
ser castigados a pesar de que se les haya dictado una condena. Actuó en Loki dándole la
facultad de poder gestar un hijo, ya que como futuro rey necesito un heredero.

− Interesante – reconoció el multimillonario sin un dejo de ironía -. Y además del poder


de gestar, ¿existe alguna otra facultad que les otorgue? A ti, por ejemplo, ¿qué te provocó?

− Todavía no lo sabemos. El alcance que tiene, según mi madre, es un misterio. Pero lo


iremos descubriendo.

− Tienen toda la eternidad para hacerlo – comentó Tony y fue a servirse una copa de
whisky de una licorera en un rincón que para su fortuna, estaba bien surtida. No se la
ofreció al príncipe porque sabía que le gustaban más el vino y la cerveza -. Digamos que

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verlos casados ya fue un shock, lo de tu consorte embarazado, imagínate lo que me costó
asimilarlo si recién caigo en la cuenta, pero que ustedes dos, ¡se hayan enamorados!
Amigo, eso me supera – alzó la copa -. El amor es más mágico y misterioso que la magia
misma.

Thor sonrió.

− Te sorprende que nos hayamos enamorado pero no fue de buenas a primeras. Fue más
bien un proceso.

Tony bebió un trago.

− ¿Piensas decírselo a Jane ahora o cuando traigas al niño a la Tierra para que lo
conozcamos?

Thor no supo por qué volteó hacia la puerta, quizás lo hizo por un sexto sentido, pero allí
vio de pie a Jane, más pálida que una sábana.

Con toda discreción, Tony se sirvió otro trago y se marchó sin presentar excusas.

− Jane – murmuró Thor y se le acercó para abrazarla amistosamente. La joven temblaba


como una hoja -. Quería encontrar algún momento para decírtelo – hizo una pausa -. Lo
siento.

− Todos los hombres son iguales – sollozó Jane con bronca y sonrió irónicamente entre
lágrimas -. Aquí y en Asgard. Me prometiste que vendrías por mí y yo te esperé y trabajé
para traerte de regreso como una ilusa. Mientras tanto te casaste y ahora, ¿vas a tener un
hijo? ¿Con Loki? ¿Con él? Por favor, no me digas que lo amas.

− Lo amo – se sinceró Thor.

Jane se lo quitó de encima con toda su fuerza. Thor quedó en suspenso y aunque vio el
puño disparado hacia su rostro, no hizo nada para detenerlo. La muchacha le plantó una
bofetada en la mejilla y le descargó puñetazos en el pecho.

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− ¡Te odio! – fue todo lo que brotó de Jane.

Permanecieron un rato en silencio. Jane dejó de golpearle y se secó las lágrimas mientras
hipaba. Sentía que ese patán no merecía que llorara por él, pero era tanta su desilusión
que no podía contenerse. Lo había hecho todo por Thor, absolutamente todo y él la había
traicionado. Además, lo peor, era que lo amaba.

− No quiero engaños – ordenó la joven -. No quiero que trates de endulzar lo que sucedió
para que no me duela tanto. Quiero la verdad, lisa y llana. Thor Odinson, dime, ¿por qué
me mentiste? ¿Necesitabas recuperar Mjolnir y por eso me usaste? Podía haberte
ayudado como amiga, sin que tuvieras que jugar con mis sentimientos.

Thor la miró directo a los ojos y buscó las palabras que iba a decir.

− Yo no te usé cuando te conocí porque realmente sentí algo especial por ti. Creí que
estaba enamorado y por mucho tiempo te pensé, te soñé y lo único que deseaba era poder
llevarte a Asgard y casarme contigo.

Jane sintió que el corazón se le hacía pedazos. Hubiera deseado haber sido engañada
desde el principio.

− Entonces, ¿qué pasó? – reclamó sin saber si quería escuchar la respuesta.

− Me enamoré de Loki.

Confundida, la joven sacudió la cabeza.

− Pero él. . . él es tu enemigo. . . trató de asesinarnos a todos. . .

− Ahora cambió y lo amo.

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Fuego Helado by Midhiel
− Pensaba que solo yo era la tonta que creía en los cuentos de hadas – suspiró Jane con
dolor -. ¿Qué puedo decir? Elegiste al villano que quiso matarte por encima de mí. ¿Esto
en qué posición me deja?

Thor no sabía qué responderle. Las palabras no eran su mejor arma y aunque estaba
diciendo la verdad, sentía culpa por la herida que le había provocado.

Con orgullo, Jane lo miró a los ojos desafiante.

− No queda nada por decir. Fui una estúpida por haberme creído amada. Te creía
demasiado bueno para sospechar que estabas jugando conmigo. Si dices que realmente
sentías algo, creerte o no, no cambiará las cosas. Quédate con tu princesa de Asgard, yo
no tengo nada por decir – se mordió los labios y sollozó -. Todo lo que hice fue en vano –
y quiso marcharse.

Pero Thor la sostuvo del brazo con firmeza.

− Nada de lo que hiciste fue en vano, Jane – respondió con suavidad -. Eres una
magnífica persona y si te demostré que te amaba, es porque creía que lo hacía. Nunca
quise engañarte. Eres maravillosa y jamás has sido una tonta.

Jane le respondió con una bofetada más violenta. El príncipe la soltó y ella abandonó la
habitación, cerrando la puerta estrepitosamente.

Thor se sintió apenado por su dolor pero en el fondo, se había quitado un enorme peso
de encima al confesarle la verdad.

Enseguida la agente Maria Hill entró a comunicarle que el equipo estaba listo para partir.

*****
La isla de Manhattan se había convertido en un depósito de chatarra y destrucción.
Montículos de coches aplastados y basura metálica se apilaban como montañas en

96
Fuego Helado by Midhiel
distintas zonas para delimitar el perímetro hacia los distintos centros. En las cimas de las
murallas, miles de elfos oscuros custodiaban con armas. En el pavimento no se
encontraba más que mugre y tropas de las criaturas patrullando, mientras que el aire
estaba poblado de humo y cenizas.

Fury se puso en contacto con Natascha Romanoff, Clint Barton y Steve Rogers, que se
mantenían alertas en un sector cercano a Empire State. Habían planeado esperar bajo
tierra pero los elfos habían tomado el control de los subterráneos y entraban y salían
escudados por sus poderosas armas.

Bruce, Ironman y Thor aterrizaron junto a ellos. Sin perder el tiempo en saludos, Thor
escuchó el plan de ataque del Capitán. Hawkeye y Black Widow (compañeros
inseparables y "algo más", según el ojo inquisidor de Tony) distraerían a los elfos que
custodiaban la calle, mientras que Hulk y Steve brincarían encima de los de las murallas,
que eran más numerosos. Esta distracción les daría tiempo a Ironman y Thor para
ingresar vía aérea. Una vez dentro del perímetro, Stark se encargaría de atacar a los
duendes, mientras que el dios del Trueno se dirigiría a Empire State.

Era un plan arriesgado y no el mejor, pero el tiempo apremiaba y todos decidieron


seguirlo.

Natascha con su agilidad y pistolas y Clint con sus flechas, se lanzaron juntos sobre los
elfos que merodeaban las calles, que rodeaban el muro. Los de arriba apenas notaron que
algo pasaba cuando ya tenían a un gigante verde y al Capitán poniéndolos fuera de
combate. Con una orden de Stark, cincuenta aviones de combate que había enviado Fury,
sobrevolaron el espacio disparando sobre los duendes, que se encontraban en las calles
dentro de la muralla.

− Cuando quieras, príncipe de toga roja – invitó Ironman.

Thor asintió y ambos entraron juntos en el perímetro, volando por encima del muro.

Apenas aterrizó, Thor comenzó a repartir golpes de Mjolnir entre los duendes para
abrirse paso hacia Empire State, que se alzaba varias cuadras más adelante.

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Fuego Helado by Midhiel

Desde la terraza, Malekith, envuelto en una capa negra, lo vio y se descubrió la capucha,
revelando una sonrisa siniestra.

− Que suba el asgardiano – ordenó a tres elfos.

Las criaturas, oscuras y deformes, desplegaron sus alas y salieron disparadas a cumplir
su orden.

Thor vio los monstruos que bajaban del edificio y entendió que su enemigo los había
enviado para buscarlo. Con tres martillazos más, se abrió paso hacia la siguiente cuadra.
Allí siguió peleando. De a ratos veía a Ironman luchando en el cielo, acompañado de los
aviones. Se notaba que con las armas de Hela, los terrícolas estaban en abierta desventaja.

Sin embargo, las criaturas siguieron la orden de su amo y dejaron de atacar a Thor. Con
el camino allanado, el príncipe saltó hacia la terraza del Empire. Aterrizó de pie y se
encontró cara a cara con Malekith.

Era un monstruo de tres metros de alto, esbelto pero fornido, que estaba vestido con una
túnica y una capa gruesa y negra. Llevaba un peto gris con figuras y runas esculpidas de
un material impenetrable que solo se extraía de las piedras del Inframundo y que Hela le
había entregado para defenderse. Tenía el rostro cerúleo descubierto y en él refulgían un
par de ojos rojos y malignos. Lo observó con una sonrisa descarnada donde se apreciaba
su dentadura completa con dientes afilados como cuchillas.

− Bienvenido, Thor de Asgard – saludó con los brazos abiertos socarronamente.

Thor no se molestó con contestar.

Malekith aplaudió dos veces y el príncipe sintió un calor incinerador en el pecho. Se metió
la mano dentro de la ropa y al retirarla, la vio sucia con un líquido verdusco. Era la piedra
protectora de Loki, que su enemigo había derretido.

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Fuego Helado by Midhiel
− No quiero hechizos de ningún tipo – reclamó Malekith -. Cero intervención de terceros.
Solo tú y yo. Así descubriremos quién de los dos posee el arma más poderosa. ¿Mi magia
o tu martillo?

Thor alzó Mjolnir para cargarla de energía, pero el villano lo arrojó al suelo con un rayo.
El príncipe mordió el pavimento con rabia.

− Lento y predecible, Thor Odinson – se mofó -. ¿Qué más tienes para mí?

Viendo que no podía andar con vueltas, Thor le arrojó el Teseracto. La piedra
resplandeció con la potencia de un sol azul antes de estallar encima del brujo. Eso tenía
que ser todo.

Thor se puso de pie, creyendo haberlo vencido. Pero cuando el resplandor se apagó, vio
a Malekith de pie como si apenas una chispa lo hubiera tocado.

− Supongo que aquí se terminó tu espectáculo, Odinson – y alzó los brazos al cielo.

Una nube negra de tormenta surgió en el firmamento. Los aviones e Ironman perdieron
dirección y mientras los pilotos saltaban eyectados en paracaídas, el hombre de hierro se
precipitó hacia la tierra. Elfos y vengadores dejaron de combatir por un instante para
observar lo que acontecía.

La tormenta creció y creció, y distintos rayos golpearon la tierra. Dos impactaron en Thor,
que soltando un grito de dolor, despareció con ellos.

Malekith bajó los brazos. La tormenta se disipó al instante y el brujo se esfumó con su
prisionero.

*****
Encadenado de pies a cabeza, Thor fue teletransportado hasta una habitación de roca
maciza, negra como la noche misma y asfixiante. Parecía el recovo de alguna caverna

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Fuego Helado by Midhiel
gigantesca. La única iluminación provenía de dos antorchas en pedestales, a los pies de
una escalera serpenteada de piedra. Lanzaban llamaradas de un resplandor verde, que
enceguecía si se fijaba en él la vista. Al final de la escalera, en lo alto, estaba situado un
trono óseo con el respaldo adornado de cráneos alargados, y los apoyabrazos,
compuestos por fémures. Un olor nauseabundo oprimía el espacio y a lo lejos se
escuchaban alaridos del dolor más cruel. Un líquido viscoso se filtraba a través de las
paredes y del suelo brotaba frío y humedad. Mjolnir se corporizó con la mitad de la
cabeza clavada en el suelo.

El príncipe supo inmediatamente dónde estaba.

− Bienvenido al Inframundo – hizo su aparición Malekith y le señaló el trono, allá arriba


-. Saluda a Hela, diosa poderosa y recolectora de las almas perdidas.

Las antorchas se apagaron, sumiendo al lugar en la oscuridad más siniestra. Cuando


volvieron a encenderse, sentada soberbia en el trono, estaba la pálida Hela, con sus
cabellos verdes y sus ojos violáceos. Su cuerpo voluptuoso estaba ceñido en un vestido
negro, que era elegante hasta la cintura pero en las caderas se transformaba en harapos.
Mientras que su rostro, pecho y brazos denostaban una belleza exquisita, sus piernas eran
huesos con jirones de carne putrefacta colgando.

Thor se sintió asqueado.

− Cumpliste tu palabra, Malekith, el maldito – habló la diosa. Su voz era dulce -. Me has
traído al primogénito de Odin.

− Con él como tu prisionero, Ragnarök podrá desatarse, mi señora – reconoció el brujo,


satisfecho.

− ¿Tan importante soy para el mundo? – se burló Thor despectivo.

Hela lo observó con la lástima que provoca un insecto a punto de ser aplastado.

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Fuego Helado by Midhiel
− No te sientas superior, jovencito. Tu hijo será la llave que desatará el esperado
Ragnarök, no tú – vaticinó, poniéndose de pie.

Thor sonrió con odio.

− Y me aprisionaste para que no pudiera defenderlo. Eres una diosa ingenua. Loki, hijo
de Odin y consorte mío, jamás permitirá que toques a nuestro hijo.

Malekith observó a Hela con complicidad. La diosa bajó los oscuros y húmedos escalones
hasta llegar al príncipe. Thor apenas refrenaba las náuseas por el aliento pestilente que se
liberaba de su cuerpo.

− Un pobre ingenuo resultas tú, Thor. ¿Crees que ya no pensé en ello? Loki, hijo de
Laufey, no de Odin, es la siguiente víctima de mi plan. Se siente feliz con el amor que le
prodigas pero en el fondo de su corazón, persiste la inseguridad y el temor a ser
rechazado. No lo niegues porque puedo leer los corazones, y los heridos y sangrantes
como el de tu consorte, son mi debilidad. Verás, contigo, aquí aprisionado, alguien debe
ocupar tu lugar en Asgard y quién mejor para hacerlo que Malekith, rey de Svartalfheim.
Malekith – le extendió la mano -. Acércate, querido, y bebe de la sangre de mi prisionero.

Antes de que Thor alcanzara a reaccionar, la diosa le clavó las uñas filosas en el brazo.
Brotó sangre fresca. Hela sacó su lengua larga y ofídica para lamer y saborear el líquido
sin beberlo. Malekith se le acercó y por un medio de un beso repulsivo, la deidad le pasó
la sangre.

Unas sombras negras envolvieron al brujo. Él se alejó y comenzó a convulsionar y gritar


como una serpiente herida. Finalmente cayó al suelo y las sombras se disiparon.

Thor abrió los ojos como platos cuando en lugar de Malekith, el maldito, se incorporó un
doble del príncipe, exacto a él en rasgos y vestimentas, sosteniendo una réplica de
Mjolnir.

− Hete aquí a Thor, hijo de Odin, príncipe y heredero del reino de Asgard – presentó
Hela al brujo transformado mientras observaba al prisionero -. Una imagen perfecta de

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Fuego Helado by Midhiel
ti. Ni tu propia madre podría distinguirlos. Imagina cuando regrese y tu consorte lo
reciba. ¿Crees que podamos engañar a Loki, hijo de Laufey?

− Nadie puede engañar a Loki, hijo de Odin – espetó Thor furioso -. Ni aun tú.

− No hay apuro – replicó Hela, encogiéndose de hombros -. Si descubre el engaño,


Malekith deberá tomarlo por la fuerza.

− Será un placer – reconoció el brujo, relamiéndose los labios. Con el aspecto de Thor, su
expresión se tornó repulsiva.

− Pero no debes entretenerte demasiado ni dañar al niño que espera – le recordó la diosa
-. Él es la clave de Ragnarök.

Thor luchó infructuosamente por liberarse de las ataduras pero estaban fabricadas con
un material que resistía su fuerza. Estaba frenético y al aumentar su impotencia, sentía
cómo las lágrimas le brotaban. Hela rió al verlo y se le acercó. Con el índice le alzó el
mentón para que la mirara.

− En cuanto a ti, eres mi prisionero por toda la eternidad.

− ¡No puedo ser tu prisionero porque estoy vivo! – le respondió Thor con furia -. Si me
matas pelearé. Así mi muerte será considerará muerte de guerrero y descansaré en
Valhalla, no en tu morada asquerosa.

− Otra vez, ¡pobre ingenuo! – suspiró la diosa burlona -. Serás mi prisionero eterno y
vivo. ¡Llévenselo!

Las sombras negras reaparecieron y entre chillidos escalofriantes, envolvieron al príncipe


y se lo llevaron a rastras hacia los calabozos del Inframundo.

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Fuego Helado by Midhiel

Capítulo 11: Difamación


Loki estaba preocupado. Mientras que Thor se encontraba en la reunión, había tallado la
piedra en secreto y se la había puesto en el bolsillo al despedirse sin que su esposo lo
notara. Era el hechizo protector más poderoso que conocía pero temía que para Hela fuera
un simple juguete.

Por la noche trató de descansar. Sin embargo, presintiendo su nerviosismo, la criatura no


se quedaba quieta. Loki le habló, le hizo caricias y le rogó que se tranquilizara y cuando
al fin el niño parecía escucharlo, un estruendo lo hizo saltar de la cama. Salió al corredor,
custodiado por sus guardias, y se cruzó con gente que también se había levantado por el
ruido. Se dirigió a la terraza y desde el balcón vio Bifrost iluminado. Alguien había
llegado y podía ser Thor.

Fandral, Volstagg, Sif y Hogun salieron galopando hacia el puente. Loki permaneció solo
en el salón de banquete esperando. Su madre entró a acompañarlo y sin mediar palabras,
se sentó a su lado y le apretó la mano cariñosamente. Loki sabía que estaba tan ansiosa
como él y apreció que se hubiera acercado a darle consuelo.

Pero el momento no duró mucho porque enseguida entraron dos de sus doncellas para
comunicarle que su esposo acababa de sumergirse en su sueño particular e impredecible.

Loki miró a su madre. Frigga tenía la desesperación impresa en la cara. No era un buen
augurio que el rey se durmiera en el sueño de Odin cuando Asgard y su heredero corrían
peligro.

− Ve a acompañarlo, madre – dijo Loki con suavidad -. Yo estaré bien.

Frigga despidió a su hijo con un beso en la frente y se marchó.

Frandal y los demás guerreros no demoraron en entrar en el palacio con el príncipe.


Idéntico al verdadero hasta en el porte y la forma de caminar, el falso Thor descendió del

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Fuego Helado by Midhiel
corcel en el patio y tras entrar y saludar a los nobles que se habían congregado a recibirlo,
ordenó que lo llevaran ante su consorte.

Al verlo entrar, Loki no soportó las ansias y se puso inmediatamente de pie para
saludarlo. El brujo despidió a su cortejo, cerró las puertas a sus espaldas, y de solo verlo,
Loki descubrió la trampa. Para un hechicero que sabía cambiar de forma, ni aun el poder
de Hela podía embaucarlo.

Sin decir nada, el joven quiso dibujar con los dedos un círculo protector alrededor de él
para protegerse y defender al niño, pero descubrió que no podía moverse. Malekith notó
sus intenciones y únicamente con la mirada lo paralizó. Se le acercó con el andar
arrogante de Thor y le susurró al oído.

− Eres bueno en esto y muy astuto. La diosa tenía razón. No pude engañarte ni aun con
su magia. Por lo tanto no me dejas otra alternativa, mi apuesto jotun.

− ¿Qué le hiciste al príncipe Thor? – murmuró el joven, lleno de rabia. Apenas le salía la
voz a causa de la parálisis.

Sin responderle y para horror de Loki, el brujo trazó unas runas sobre su vientre abultado.
Eran las mismas que antes habían estado en su recámara y servían para anular su magia
o la que pudiera tener el niño. Malekith se veía espeluznante en la figura apuesta de Thor
y Loki sintió repulsión al ver su falsa mirada azul cargada de lascivia.

− Sin tu magia no puedes defenderte – ronroneó el brujo libidinoso a su oído -. Muero


de ganas de penetrarte, muñequito de Jotunheim, pero me contendré porque el futuro
que con la diosa te hemos reservado, es peor que cualquier dolor que hayas sufrido. No
te impacientes, es a tu hijo a quien estamos buscando y una vez que lo obtengamos por
las buenas o por las malas, vas a hacerme muy feliz con tu cuerpo esbelto recuperado.

Loki lo observó con odio y desprecio, aunque por dentro solo pensaba en la seguridad de
su hijo. ¿Cómo podía ponerlo a salvo cuando el enemigo estaba dentro del palacio?

− ¡Thor! – Frigga abrió las puertas de par en par, sonriendo -. Regresaste, hijo mío.

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Loki no sabía cómo advertirle. Malekith se alejó de él y extendió los brazos hacia la reina
con una sonrisa simulada.

Frigga tuvo el impulso de arrojarse en ellos, mas al igual que su hijo menor, su percepción
maternal le demostró el engaño.

− ¡Tú no eres mi hijo, Malekith, el maldito! – exclamó la reina, furiosa -. ¿Dónde lo tienes?

− Vaya, vaya – se asombró el brujo y con un aplauso suyo las puertas se cerraron
estruendosamente -. Engañé a Heimdall, a los guerreros más destacados de Asgard, a la
Corte entera, pero no esperaba esta reacción, Su Majestad. No en vano los midgardianos
la han venerado como la diosa del hogar y la familia. En ese caso, debo inducirla al mismo
sueño mágico en que se encuentra su esposo. ¿Acaso creían que estaba durmiendo el
sueño de Odin?

Frigga se sintió débil, las piernas se le aflojaron y el cuerpo le pareció demasiado pesado
para que sus pies lo soportaran. Parpadeó y en cuestión de segundos, se desplomó en el
suelo de mármol.

Paralizado de pies a cabeza, Loki no podía hacer nada. Acto seguido, Malekith hizo
aparecer esposas en las muñecas del joven y un bozal en su boca. Loki se sentía impotente.
No podía defenderse por el hechizo anulador en su estómago y porque la magia era
demasiado poderosa ya que provenía de la mismísima diosa del Inframundo.

− ¡Guardias! – llamó el brujo, saliendo al pasillo -. ¡Guardias! ¡Venid ya!

Diez soldados armados con Fandral a la cabeza, acudieron en fila prestos a su llamado.

Malekith señaló el interior del salón.

− La reina, mi madre – anunció con desesperación -. . . mi consorte la hechizó e intentó


atacarme a mí. Afortunadamente lo pude detener a tiempo.

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Fandral vio con espanto a su soberana desmayada y con odio a Loki encadenado. Por su
mirada, el joven entendió que lo culpaba sin sospechas.

− Lleven al prisionero a los calabozos – ordenó el guerrero a los soldados -. Llamen a los
sanadores para que atiendan a la reina.

Mientras cumplían las órdenes, Fandral tomó de los hombros al falso Thor y se lo llevó a
un costado.

− Amigo, lo siento mucho – reconoció, apenado -. Te advertimos pero estabas


enamorado de él. Solo buscaba la ocasión para traicionarte y conseguir el trono. Quizás
pensaba que no ibas a volver más – hizo una pausa -. Lo siento mucho.

− En Midgard conseguí pruebas suficientes para condenarlo – respondió el brujo,


colérico -. Solicitaré a mi padre una reunión urgente.

− Thor – suspiró el guerrero conmovido -. Padre de Todos cayó en el sueño de Odin


mientras estabas llegando.

− ¿El trono de Asgard no tiene rey? – preguntó Malekith, jugando al consternado.

− Tú eres ahora nuestro rey, amigo mío.

Los soldados retiraron a Loki a rastras. La magia recién comenzaba a desvanecerse y


recuperaba su movilidad pero esposado y con bozal, además del hechizo anulador, no
podía oponer resistencia. Pasó junto a Fandral y el brujo y los miró intensamente. Ahora
solo le preocupaba dónde estaba Thor, si seguía con vida, si estaba herido y cómo podía
rescatarlo. También su hijo ya que tal cual lo había temido, su nacimiento era la clave
para que Ragnarök se iniciara.

Apenas salió Loki, los nueve nobles del Alto Consejo entraron e hicieron una reverencia
al falso príncipe.

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Fuego Helado by Midhiel
− Salve Thor, hijo de Odin, nuevo Rey de Asgard – lo saludaron y el más anciano se
adelantó para entregarle el cetro.

Malekith contempló el báculo con orgullo. El plan marchaba como lo había estipulado.

*****
De inmediato se convocó a una reunión en la sala del trono para anunciar al nuevo
soberano y para condenar al traidor. El falso rey dispuso que primero su consorte fuera
juzgado y que más tarde se llevara a cabo la ceremonia de anunciación. Se trataba de una
reunión extraordinaria y para el juicio estaban presentes el Alto Consejo y toda la Corte.

Malekith, en su rol de monarca, se sentó en el trono de Odin, sosteniendo el cetro. Los


nueve consejeros estaban de pie, repartidos junto a los escalones, y Frandal, Sif, Volstagg
y Hogun, a un costado, cerca de ellos.

Por orden del rey, el salón se llenó de runas para que Loki no pudiera usar su magia y
prohibió que el bozal le fuera retirado durante el juicio. Esto les pareció un abuso a los
consejeros porque prisionero o no, el joven tenía el derecho de defenderse, pero Malekith
reclamó imperante que sus órdenes fueran obedecidas sin objeciones.

Sif entrecerró los ojos como ranuras. Llevaba meses esperando la traición de Loki pero el
comportamiento de Thor le resultaba extraño. Era arrogante pero justo y esta orden lo
contradecía. Observó a sus amigos, que parecían tener las mismas dudas, y una mirada
de Fandral le advirtió que no debía abrir la boca en ese momento.

Las puertas se abrieron de par en par y Loki entró amordazado y en el medio de dos filas
de diez custodios. Verlo en un avanzado estado de gestación, debería haber provocado
compasión en la Corte pero consideraban que el crimen de atentar contra la reina y el
flamante rey era una afrenta mayor.

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Fuego Helado by Midhiel
Lo llevaron hasta los escalones del trono y allí lo obligaron a arrodillarse ante el monarca.
Tragándose el orgullo, el joven se inclinó con dificultad por las cadenas y el peso del
vientre.

El rey se levantó del trono y golpeó el piso con su báculo. Un silencio sepulcral invadió
la sala. Fijó los ojos en el prisionero, que lo miraba desafiante, y anunció.

− Llegué a Midgard y vencí a Malekith, rey de Svartalfheim – mintió descaradamente -.


Lo apresé y ordené a los midgardianos que me permitieran interrogarlo a solas. Allí me
confesó la verdad, que no hubiera deseado escuchar jamás. Pensaba que había traidores
en el palacio pero no podía creer que se tratara de la persona que yo amé con todo mi
corazón. Asgardianos, Loki, mi consorte y progenitor de mi hijo y heredero, nos engañó
a todos. Aceptó enlazarse conmigo porque su plan era concebir al futuro rey y eliminar
mi Casa para hacerse con la regencia y el trono. En primer lugar, contrario a lo que
algunos pensaban erróneamente, Hela no está detrás de este ataque a Midgard. Malekith
me confesó que meses atrás Loki se reunió en secreto con él y le propuso una alianza para
destruirme, eliminar a mis padres y coronarse soberano de Asgard. Es muy probable que
usando su magia, el prisionero haya cambiado de forma para escapar del palacio a
encontrarse con nuestro enemigo. Es también muy probable que Odin, Padre de Todos,
haya caído en su sueño al descubrir esta maniobra. Malekith invadió Midgard para que
yo viajara a luchar contra él. Loki le aseguró que me vencería gracias a esto – con un gesto,
autorizó a dos sirvientes a acercarle un cofre, que le dejaron en las manos.

− ¿Qué es eso? – preguntó Volstagg al oído de Hogun.

Pero Hogun estaba tan confundido como él.

Malekith abrió el cofre en presencia de todos, se calzó dos guantes y alzó dos piedras
negras con runas talladas.

Desde la distancia, Loki alcanzó a distinguir el tallado y su furia aumentó. A causa de


ello, el niño comenzó a sacudirse con energía. Al no poder tocarse el vientre ni hablarle,
el joven sintió malestar y empalideció.

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− Estas runas que ven aquí son hechizos destructores – continuó el soberano –. Debilitan
a las víctimas que las portan y las vuelven vulnerables ante cualquier peligro. Las
encontré en mi armadura cuando me dirigía a pelear. Supuse que algún espía me las
había colocado pero nunca sospeché de mi amado consorte – observó a Loki y notó que
no se sentía bien -. Me las quité a tiempo y fue gracias a su falta, que pude vencer a
Malekith.

La Corte, escandalizada, intercambió miradas y murmullos. Malekith volvió a poner las


piedras en el cofre y lo cerró.

− Retiren este cofre y que sea destruido.

Los sirvientes se acercaron a cumplir la orden.

El rey golpeó nuevamente el cetro para restaurar el orden.

− Asgardianos, hay algo más que deben saber, Loki, antiguo Príncipe de Asgard, no es
quien creían que era. Creció y se educó como un hijo de mi padre. Sin embargo, su
verdadero origen no les fue nunca revelado.

El Alto Consejo lo observó confundido.

Malekith se sentó en el trono.

− Loki, educado como mi hermano menor, es en realidad un jotun, hijo bastardo del
fallecido Laufey, rey de Jotunheim, a quien quitó la vida tras conocer su linaje.

Los ojos verdes de Loki echaban chispas de ira. Sin soportarlo más, quiso ponerse de pie,
solo para que dos soldados le empujaran los hombros otra vez hacia el piso.

− El rey y la reina conocían bien su secreto pero no quisieron compartirlo con la Corte –
siguió el brujo -. Sin embargo, yo, que no deseo más trampas ni mentiras, quiero hacer
público que mi heredero será un híbrido con la mitad de la sangre de nuestro pueblo
enemigo.

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Un cuchicheo general llenó el salón. Fandral observó a sus amigos, uno más consternado
que el otro. Los nueve consejeros no podían esconder el impacto de la noticia y en la Corte
se escuchaba "no puede ser", "inaceptable", "no llegará a ser rey".

Loki bajó la cabeza, mordiéndose los labios debajo del bozal. Estaba a punto de llorar de
impotencia. Pensaba que si pudiera remover las runas anuladoras sobre su vientre,
buscaría la manera de defender a su hijo. Malekith ya había llegado demasiado lejos.
¿Qué pretendía? ¿Buscaba que se le quitara a la criatura el título de heredera? Tal vez lo
consideraba necesario para Ragnarök.

Una vez más, el rey puso orden golpeando el piso.

− Por último, como soberano de Asgard, yo, Thor, hijo de Odin, dictaré la sentencia del
acusado. ¡Que se ponga de pie!

Dos guardias levantaron al prisionero. Loki estaba lívido de rabia y el no poder hacer
nada lo ponía peor. La criatura seguía sacudiéndose como si pudiera entender las
calumnias que el brujo lanzaba contra ella y su padre.

Malekith se irguió y con el báculo golpeó dos veces.

− Loki, hijo de Laufey – declaró con autoridad -. Por la ley que me transfiere la Corona
de Asgard, te condeno a sufrir el castigo que se te había reservado antes de nuestro enlace.
Serás arrojado al abismo, en los confines del Universo, y encadenado a dos bloques de
piedra. Una serpiente se enroscará en tu cuello y su veneno goteará en tu rostro
produciéndote una lenta y eterna agonía. Y en este estado permanecerás antes, durante y
después de Raganrök – golpeó el piso y se hizo un silencio -. Sin embargo, como llevas a
mi hijo en tu vientre, serás confinado en los calabozos hasta dar a luz. La criatura
permanecerá en la Corte y será decidido por el rey y el Alto Consejo si por su sangre de
Jotunheim, merece o no ser nombrada mi heredera. ¡Qué así sea!

Loki suspiró con un poco de alivio. Al menos su gestación le impedía ser expulsado
inmediatamente. Tratándose de Malekith, podía haber ordenado en secreto que se le

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provocara un aborto y así obligarlo a cumplir el castigo, pero necesitaba que su hijo
naciera con vida.

− Lleven al prisionero a los calabozos – ordenó finalmente el rey.

*****
Loki fue encerrado en la misma celda donde había estado al regresar de Midgard.
Además de los barrotes cargados de energía anuladora, habían pintado runas en el techo
y en el corredor. Antes de dejarlo solo, le quitaron el bozal y las esposas.

Lo primero que hizo Loki al sentirse liberado, fue palparse el vientre endurecido por los
movimientos frenéticos de la criatura y tranquilizarla. Él mismo estaba nervioso y no
quería perder el control. Le preocupaba el paradero de su esposo y hallar la forma de
proteger a su hijo. Pero no en vano lo llamaban el Príncipe del Engaño y encontraría la
manera de salirse con la suya. Observó las runas inaccesibles en el techo y los barrotes de
cristales multicolores. Recordó el trazo que Malekith había hecho sobre su vientre e
intentó quitárselo con diferentes hechizos. Sin embargo, con tantos elementos anuladores,
su magia no servía y tuvo que darse por vencido, al menos por el momento.

Cuando se acercaba la hora de su comida, Sif llegó con dos sanadores.

− El rey los autorizó para que te examinen – explicó la guerrera fríamente.

Loki apoyó una mano protectora sobre su estómago abultado.

− No me engañes. Sé a lo que han venido. El rey les ordenó examinarme para saber si es
posible inducirme el parto.

Los sanadores no respondieron. En cambio, Sif se adelantó.

− No compliques las cosas, Loki. No estás en condiciones de resistirte. Ellos harán su


trabajo y te dejarán tranquilo. Si no cooperas, tendremos que llamar a los guardias y te
someterán humillantemente.

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Loki la observó con desprecio directo a los ojos. Sif nunca le había caído bien y el
desagrado era mutuo. Finalmente cedió y se sentó en la cama.

Sif abandonó la celda para darles privacidad.

Los sanadores pidieron al joven quese acostara boca arriba, le alzaron la túnica y lo
auscultaron largo y minuciosamente. Sin hacer comentarios, volvieron a vestirlo y se
retiraron.

Sif entró de cuenta nueva para comprobar que todo estuviera en orden y cuando los
sanadores estuvieron lejos, se acercó al prisionero, que permanecía sentado en la cama.

− Nunca hemos simpatizado – declaróla muchacha -. Te considero un embustero y me


consideras una altanera.

− Eso me tiene sin cuidado – contestó el joven con indiferencia.

− Quiero que me respondas la verdad – demandó Sif -. Además de las piedras que nos
enseñó Thor, ¿qué más le hiciste?

Loki sonrió arrogante. O Malekith era un pésimo actor, o Sif no era tan tonta como él
imaginaba y estaba sospechando.

− ¿Por qué lo preguntas? ¿Intuyes que Thor no es el mismo?

− ¡Solo responde! – ordenó Sif enojada -. ¿Le hiciste algo más o no?

Loki se levantó y con una mano sobre el vientre, caminó hacia ella. Se detuvo a
centímetros de su rostro y mirándola despectivo, le replicó.

− Me consideras un embustero, tú misma lo has reconocido. Si te dijera la verdad, no me


creerías.

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Fuego Helado by Midhiel
− Creerte o no lo decidiré yo – respondió la guerrera con firmeza.

− ¿Qué notas de extraño en él? ¿Su comportamiento? ¿Su falta de misericordia? ¿Su falta
de justicia? ¿El odio que me tiene?

− ¿Qué le hiciste, Loki?

− Yo nada.

− ¿Qué le hiciste? – gritó Sif, perdiendo la paciencia.

− El que regresó de Midgard no es Thor Odinson sino Malekith, el maldito, con un


disfraz – confesó Loki, seguro que pensaría que le estaba mintiendo -. Hechizó a Padre
de Todos, que no está durmiendo esta vez el sueño de Odin, y hechizó a la reina cuando
ella descubrió que no era su hijo. Cuando se dio cuenta que yo había reconocido el
engaño, me paralizó y después me amordazó para que no pudiera hablar y exponerlo
públicamente. Por eso me mantuvo con un bozal durante ese juicio de comedia. Necesita
a mi hijo nacido vivo y por eso desea que los sanadores me adelanten el parto. Mientras
yo estoy aquí, contándote una verdad que no creerás, el verdadero Thor está en peligro,
prisionero en alguna parte del Universo, o quizás en una situación peor.

− Tantas veces nos has mentido. . .

− No me sorprende – cortó Loki y regresó a sentarse en el lecho -. Eres la última persona


que espero que me crea.

− Vine a darte una oportunidad – espetó Sif, con los ojos llameantes de ira -. Pensé que
algo de clemencia podía quedar en ti. Entonces, es cierto. Manipulaste a todos y jugaste
con los sentimientos de Thor para conseguir ese hijo. Lo único que te importa es el trono
y fuiste capaz de sacrificar a tu propio consorte, que te salvó de un castigo cruel,
enviándolo a Midgard para lograrlo. Tampoco te importa la suerte de ese reino atacado
por los elfos oscuros. ¿Tanto vale el poder para ti? ¿Vale menos que el amor que te tuvo
Thor? ¿El genocidio de una raza entera vale menos que una corona?

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Fuego Helado by Midhiel
− Las acusaciones que me lanzas ya me las han hecho – respondió Loki insensible -. No
me quitas ni una lágrima.

− No podía esperar otra reacción de ti – terminó Sif, dándose por vencida -. Realmente
vas a tener el castigo que te mereces.

La guerrera dejó la celda y la cerró por fuera con un interruptor, mientras observaba al
prisionero con bronca. Desafiante, Loki no le apartó la mirada ni un momento.

Sif se marchó.

Al quedar solo, el joven sonrió taimado y sacó de un bolsillo la llave, que le había robado
a la joven mientras discutían.

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Fuego Helado by Midhiel

Capítulo 12: La conexión


Malekith despertó en el mismo calabozo donde había estado confinado Thor. No, en
realidad no despertó sino que había llegado al Inframundo por haber fallecido. Lo
primero que percibió al recuperar la conciencia fue un dolor intolerable en todo el cuerpo.
Lógico, la descarga del Teseracto lo había quemado de pies a cabeza. A duras penas
ahogó un grito de dolor e intentó incorporarse pero era tal el padecimiento que apenas
se alzó y ya se desplomó nuevamente en el piso pedregoso.

Hela entró y en medio del sufrimiento agónico, Malekith olfateó su aroma pestilente. La
diosa se le acercó despacio, la amargura por la derrota y el haber sido embaucada por
Loki le quitaban la sonrisa maliciosa.

− Tu ineptitud me impidió triunfar – lo acusó, agria y despiadada -. Te entregué el trono


de Asgard en tus propias manos pero dejaste que se descubriera el engaño y saboteaste
mi plan. Tampoco conseguiste al niño y por tu culpa, Loki detuvo Ragnarök.

Malekith cerró los ojos, castañeando los dientes. No podía seguir soportando tal dolor.
Con sus rayos había quemado a miles de seres y ahora sentía en su carne el padecimiento
cruel que les había provocado con el fuego. Pero aun así, entre tanto tormento, tuvo
fuerzas para espetarle.

− Tú liberaste a Thor y permitiste que regresara a Asgard – hizo una pausa y respiró
profundo mientras su rostro se contraía por la increíble tortura -. No me diste tiempo
para conseguir al niño.

− ¡Loki escapó primero de tus manos! – exclamó Hela, fuera de sí -. No quiero seguir
oyendo tus excusas. Moriste luchando y por ello mereces visitar Valhalla pero también
estás unido a mí por el pacto que hiciste y no te permitiré abandonar jamás mis dominios.
Desde hoy tú, Malekith, el maldito, te convertirás en una más de mis sombras. Tus
emociones, tu odio, tus ambiciones, todo, absolutamente todo, me pertenecerá a mí. Tu
vida será un vacío negro e insufrible por toda la eternidad. Pero como tu decepción

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Fuego Helado by Midhiel
supera a cualquiera que haya tenido, te condenaré a que el dolor corporal irrefrenable
que estás padeciendo te acompañe por siempre. ¡Adelante esclavas mías! Recolectad a
vuestro nuevo compañero.

Las tropas de sombras se colaron a través de los muros y con los brazos extendidos cual
cuchillas negras, se lanzaron entre aullidos sobre el aterrado prisionero.

Hela recuperó su sonrisa feroz mientras observaba, sádica y victoriosa, como Malekith se
consumía entre gemidos escalofriantes.

*****
− ¡No puedo creer que me lo haya perdido! – reclamó Volstagg, mientras masticaba una
pata de carnero en el comedor -. Yo, buscando a ese desquiciado, y ustedes dos
enfrentando gigantes con la ayuda de las walkirias, y tú, Sif, ayudando a Loki, al nuevo
héroe de Asgard, a detener el fin del mundo.

− No te preocupes – le palmeó el hombro Fandral a modo de consuelo y se sentó a su


lado-. No fue la última batalla, aunque el temor por Raganrök ya esté lejos.

− Cuéntanos más, Sif – solicitó Hogun, sentándose junto a sus amigos -. ¿Cómo ayudaste
a Loki?

− No hay mucho que agregar. Loki me sacó de la celda y me llevó al subsuelo, donde
tenía montado su laboratorio de antes de exiliarse. Se sorprendió al notar que Padre de
Todos había ordenado que se conservara intacto, aunque puso una cerradura de oro, que
Loki tuvo que romper con un hechizo. Adentro estaban sus libros, polvos y material para
preparar pócimas. Lo ayudé con los ingredientes y elaboró una fórmula líquida, y la
bebió. Después me pidió que lo acompañara a la Cámara de las Armas y al ver a Malekith
y a Thor discutiendo, me hizo prometerle que le avisaría a Thor que él y el niño estarían
a salvo. Recibió el rayo, yo cumplí mi promesa y acompañé a nuestro amigo al salón del
trono con Loki inconsciente en sus brazos.

− ¿Y ahora qué ocurrirá con Loki? – cuestionó Hogun.

116
Fuego Helado by Midhiel

− Odin le devolverá su título y se le rendirán los honores de un héroe – contestó Volstagg


con el último bocado.

− Bien merecido lo tiene – añadió Hogun y sus tres amigos acordaron con él, asintiendo.

*****
Al día siguiente el salón del trono se vistió de gala. La Corte entera se congregó, aliviada
y ansiosa por rendir tributo al príncipe que con su ingenio había detenido el fin del
mundo. Los reyes estaban ubicados en sus respectivos tronos y sonreían felices por haber
recuperado a su hijo menor. En el momento indicado, Odin golpeó el suelo con su cetro
y las puertas se abrieron de par en par para que Thor, el Príncipe Heredero, ingresara
escoltando a Loki.

Loki estaba radiante. No por los honores y títulos, sino porque al fin había recuperado a
toda su familia. A fin de cuentas, el rencor hacia su padre se había enmendado porque
finalmente Odin lo había reconocido y valorado por lo que él era. Se había ganado el
afecto y admiración del pueblo de Asgard y podía estar seguro que sin importar la raza,
su hijo sería aceptado por la gente. Sin embargo, había dos cuestiones que le provocaban
mayor alegría y alivio. Una, que su padre se enorgulleciera de él y dos, saber que
Ragnarök no se desataría en un futuro próximo y podría dar a luz en paz y criar a su hijo
con su consorte. Su hijo. Loki sentía que lo amaba tanto como a Thor. Por ellos y solo por
ellos, había arriesgado su vida. Por amor a ellos se había enfrentado a la mismísima Hela
y solo por protegerlos se había atrevido a visitar cada reino del universo para detener la
guerra inminente.

Vestido con su traje de guerrero asgardiano, Loki se detuvo junto a la escalinata sin
arrodillarse a causa de su vientre. Con una mirada de profundo orgullo, Odin descendió
sosteniendo la lanza que su hijo menor usara, con ambas manos y se la depositó en los
suyas.

117
Fuego Helado by Midhiel
− Como muestra de reconciliación, el pueblo de Asgard encarnado en mi persona, te
devuelve tu propia arma, Loki Odinson, para que la utilices sabiamente y defiendas este
reino. Que en tus manos no sea un instrumento de guerra sino de paz.

Loki sonrió ligeramente al sentir en sus dedos la lanza que lo había acompañado durante
su exilio. Durante tres años había sido su única compañera fiel y muchas memorias
pasaron por su mente, oscuras algunas, brillantes otras. Mas no era ocasión de mirar el
pasado y alzando los ojos hacia su padre, solo asintió, condescendiente.

Un ujier le acercó al rey una corona de laurel de oro depositada en un cojín, para
nombrarlo nuevamente príncipe.

Pero la cúpula de la sala vibró y se resquebrajó como vidrio quebrado. Thor apenas
alcanzó a cerrar el puño con fuerza sobre Mjolnir, cuando ocho mujeres bajaron sobre
caballos alados y detrás, Brünnhilde en su imponente carro. Eran las walkirias.

Las guerreras aterrizaron junto a Thor y Loki y sólo Brünnhilde bajó. Había dejado atrás
su armadura para lucir un vestido blanco y su cabello áureo lucía suelto sobre los
hombros, con una diadema de plata. La walkiria saludó a Odin con una inclinación y el
rey asintió respetuosamente. Luego se volvió hacia Loki.

− Con valor y astucia detuviste Ragnarök – anunció Brünnhilde solemnemente al joven


-. Por haber salvado al mundo de su destrucción, te hemos traído este obsequio. Una
espada forjada con los metales que crecen en Valhalla, y esculpida por mis hermanas. No
hay arma más poderosa que esta y es solo comparable con Mjolnir. Su filo puede abrir
hasta el metal más sólido y su punta puede atravesar cualquier barrera. No habrá
enemigo que se resista a su hoja. Lucha con valor para protegernos, Loki. Úsala con
sabiduría para seguir manteniendo la paz y construyendo sin destruir.

De su vestido, Brünnhilde sacó una espalda larga con una hoja que brillaba como un
espejo luminoso. Su mango era de oro y tenía esculpidas las iniciales de las nueve
walkirias y una imagen de Walhalla.

Loki contempló la joya con fascinación y asintió a modo de aceptación y agradecimiento.

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Fuego Helado by Midhiel

Brünnhilde volteó hacia Odin.

− Una vez más mis hermanas y yo sellamos la alianza contigo, Padre de Todos,
complacidas con tu gobierno de justicia y rectitud. Mientras Asgard sea regida con
sabiduría, no habrá amenazas en ninguno de los nueve reinos.

La walkiria se subió al carro y tras alzar la mano, las demás jalaron las riendas de sus
corceles. Las nueve hermanas se alejaron volando y después de atravesar la bóveda, la
grieta se cerró por arte de magia.

Apenas pasada la sorpresa por la pomposa visita, los presentes observaron la espada,
admirados. Era la primera vez que las famosas guerreras interrumpían una ceremonia
para realizar un regalo. Muchos recién entendieron la dimensión de la importancia de lo
que Loki había conseguido. Simplemente el joven había salvado al mundo.

Frigga estaba tan emocionada que solo lloraba y Thor sonreía con una mezcla de
conmoción y admiración por su consorte.

El único que parecía no haber perdido la compostura era Odin. Alzó la corona de laureles
y su hijo menor se quitó el casco y bajó la cabeza. Acto seguido, el rey lo coronó, mientras
los presentes exclamaban: "¡Salve, Loki, Príncipe de Asgard!"

*****
Loki se convirtió en príncipe y héroe de Asgard a la vez. Para una persona acostumbrada
a vivir bajo las sombras y la indiferencia, el cambio fue notable. Al principio le costaba
asistir a los banquetes y ceremonias, y ser el centro de los cumplidos y las miradas. Se
sentía incómodo pero el apoyo y la confianza de Thor, así como los consejos de su madre,
le quitaron la timidez y el poco recelo que aún le quedaba. Aprendió a disfrutar de su
merecida fama y terminó sintiéndose a gusto.

119
Fuego Helado by Midhiel
Se podía decir que toda su vida Loki había buscado la aprobación de su padre y ahora
tenía la del reino entero. Odin le dio un lugar preponderante dentro del Alto Consejo y
su voz era escuchada junto con la de los nueve nobles. Desde pequeño había tenido la
virtud de ver las cosas desde ángulos diferentes y sus opiniones ahora eran tomadas en
cuenta con respeto.

Los amigos de Thor lo invitaban a sus reuniones y Loki se volvió asiduo a los encuentros
en el salón de banquetes, donde Volstagg devoraba carneros enteros y los demás hacían
comentarios jocosos. Antes de su exilio, Loki había participado discretamente de estas
reuniones, pero ahora las disfrutaba y terminó formando una amistad profunda con
Hogun, tan reservado y observador como él. Solían juntarse los seis al menos una vez a
la semana y en varias ocasiones, el mismo Loki prestó sus aposentos para los encuentros.

Una noche regresaban a las habitaciones de Thor y Loki, ya de ocho meses, le pidió
detenerse en la terraza que daba al Puente. Era una noche diáfana y las luces de la ciudad,
con sus elevadas torres circulares, se mantenían encendidas. El puente multicolor
fulguraba bajo las estrellas y el portal sobresalía, inmenso y redondo.

El joven no comprendía por qué deseaba tanto contemplar el paisaje y se mantuvo junto
al balcón, mientras que Thor, pacientemente, le apretaba la mano con cariño. Loki se
sentía tranquilo y feliz. El niño pataleó con ganas y se apoyó la mano sobre el vientre. Los
sanadores y la misma Frigga, le habían asegurado que sería un bebé sano y fuerte. Loki
tenía sentimientos encontrados con él, por un lado ansiaba conocerlo, fuera niña o niño,
pero por el otro, después de nueve meses, le producía cierto dolor que abandonara su
seno. Sentía que lo extrañaría y aunque después del parto pudiera sostenerlo en brazos,
ya no sería lo mismo. Por el contrario Thor, que sólo podía sentir a su hijo a través de los
movimientos dentro de su esposo y del crecimiento de su vientre, contaba las horas que
faltaban para que naciera. Los sanadores les habían asegurado que no podía retrasarse
más de dos semanas.

Ahora Loki contaba con una familia y un hogar en Asgard. La gente confiaba por primera
vez en él y el universo entero le debía la paz. ¿Qué más podía desear? Sintió que ahora
sus anhelos de grandeza del pasado le parecían ilusiones pasajeras comparadas con lo
que había conseguido.

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Fuego Helado by Midhiel

− Tu sonrisa es maravillosa, no me canso de observarla – opinó Thor y Loki recién se dio


cuenta de que efectivamente estaba sonriendo.

Thor le presionó afectuoso la mano. Permanecieron algunos minutos más contemplando


el paisaje sin hablar. Una estrella fugaz dibujó su estela en el cielo.

− En Midgard existe la costumbre de pedir tres deseos cuando aparece una – explicó
Thor.

− ¿Qué más puedo pedir que lo que ya tengo? – cuestionó Loki.

Thor sonrió y le regaló un beso suave. Entonces, Loki sintió una molestia ligera y se llevó
la mano a la parte baja del vientre.

− ¿Estás bien? – preguntó su esposo.

Loki cerró los ojos y se presionó el estómago con una contracción dolorosa.

− Ya es hora – avisó con calma.

Thor lo tomó de los hombros para acompañarlo a los aposentos y por el camino ordenó
a unos guardias que llamaran a los guardias y a los sanadores.

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Fuego Helado by Midhiel

Capítulo 13: El Nacimiento


Aun antes de que sus doncellas le avisaran, Frigga percibió que su nieto venía al mundo,
se vistió de prisa y se apresuró a los aposentos de su hijo menor. Los jóvenes acababan
de llegar y aún no se habían presentado los sanadores. Mientras que Thor le pedía a su
esposo que se recostara un rato en la cama para descansar, Loki recorría la habitación,
ansioso.

Se trataba de un parto mágico como lo habían sido la concepción y el embarazo, y por eso
no se regía por las reglas comunes. Para albergar al niño, el cuerpo de Loki había creado
una cápsula mágica adherida a las paredes de su vientre, que debía desprenderse por
medio de las contracciones. Una vez que se hubiera separado por completo, el joven
recién estaría listo para que se la extrajeran junto con la criatura por medio de una cirugía.
Para acelerar el desprendimiento, los sanadores le habían aconsejado que no se
mantuviera quieto durante el trabajo de parto y por eso se esforzaba en caminar por la
recámara con una mano apoyada en la espalda y gestos de dolor, mientras que Thor se
empeñaba en llevarlo al lecho.

− ¡Thor, basta! – estalló el joven, cansado y adolorido -. Si me acuesto, esto puede


demorar un día entero y no estoy dispuesto a soportar el dolor por veinticuatro horas.

Thor respiró profundo para serenarse.

− Lo que te estoy proponiendo es que te acuestes a descansar hasta que lleguen los
sanadores. Ellos te dirán qué hacer. Caminar en círculos sufriendo solo porque así lo
consideras es absurdo. Estás gastando energías inútilmente.

Loki se detuvo para echarse hacia atrás, mientras sus dientes castañeaban por una
poderosa contracción. Respiró hondo varias veces antes de replicarle.

− Thor, hazme el favor de dejarme solo. ¡Vete!

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− ¿Qué locuras estás diciendo? – protestó su esposo.

Frigga golpeó antes de entrar y se dirigió hacia Loki para abrazarlo. El joven gimió.

− Madre, hazle entender que debe recostarse un rato – reclamó Thor, exasperado -. Al
menos hasta que lleguen los sanadores.

Frigga acarició la frente de su hijo menor y le besó la cabeza oscura.

− Vamos a sentarnos juntos en la cama – le susurró cariñosamente -. No es bueno que


malgastes energía porque la necesitarás más tarde.

Sin decir nada, Loki se dejó llevar y permitió que su madre lo ayudase a acostarse sobre
unos mullidos almohadones en la cama.

Thor rodó los ojos, aunque ahora se sentía aliviado sabiendo que Loki se estaba relajando.

Frigga cubrió a su hijo menor con una cobija y le apartó las hebras de pelo del rostro.

− ¿Cómo llegaste tan pronto, madre?

− Percibí que el niño venía en camino, hijo. ¿Deseas un vaso con agua?

Loki asintió y ella le sirvió de una jarra junto a la mesa de luz.

− No temas, Loki – sonrió Frigga, leyéndole el corazón -. Todo saldrá bien y muy pronto
estaremos conociendo a tu pequeño.

Loki quiso replicarle que no tenía miedo pero calló. En verdad sentía un poco y por eso
quería caminar para que la cápsula se desprendiera cuanto antes y el parto acabara
pronto. Otra contracción lo sacudió y esta vez gritó con fuerza.

Thor se acercó, preocupado. Frigga le dio espacio para que se sentara junto a ellos. El
príncipe le acarició con una mano la mejilla y con la otra el abultado vientre.

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− Duele mucho – confesó Loki, mirándolo con lágrimas y enseguida se sintió tonto y
débil. ¿Cómo iba a llorar él por contracciones? -. ¿Qué me está pasando? Actúo como un
estúpido. Resistí cosas peores que esta. Esto no es nada comparado con los golpes de
Hulk en Midgard. ¡Y tú mismo me partiste la espalda cuando me arrojaste de los aires
contra una montaña, Thor!

− Calma. Está bien – le sonrió Thor, apretándole la mano -. Estás ansioso, pero madre
dijo que todo saldrá bien.

− ¿Dónde están los sanadores? – reclamó Loki, arqueándose con una nueva contracción.

Respondiendo a su pedido, los tres sanadores entraron y se inclinaron respetuosamente


ante la reina.

− Atiéndanlo – ordenó Frigga y pidió a Thor que se hiciera a un lado con ella para que
pudieran examinar al joven.

Mientras revisaban a Loki minuciosamente, Frigga llevó a su primogénito hasta la puerta.

− Loki está nervioso – explicó en voz baja -. Es algo natural. Te necesita más que nunca,
por lo tanto, aunque rezongue y te grite que te alejes, no te apartes de él.

− Se comporta demasiado melodramático – observó Thor, mirando a su esposo de


soslayo -. Casi no lo reconozco. Al principio estaba tranquilo pero ahora está fuera de
control. Las contracciones son dolorosas pero él ha pasado por situaciones peores sin
armar tanto escándalo.

− Las contracciones que sufre Loki son el triple de dolorosas que las de cualquier mujer
– explicó Frigga -. Con ellas la cápsula se está desprendiendo de su carne. Sufre más que
una parturienta común. Además está excitado por conocer al niño y preocupado porque
nazca bien. Percibí mucho miedo en él.

− Pero si nos han asegurado que no corre peligro.

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− No lo corre – aseguró su madre -. Pero es la primera vez que Loki se siente
completamente feliz en su vida y teme por una maniobra inesperada del destino, perder
al bebé y que su felicidad y la tuya se empañen para siempre.

Thor se consternó.

− ¿Estás diciendo que a pesar de todo lo que hemos pasado, Loki aún se siente inseguro
y no cree poder ser feliz conmigo?

− Loki ha sufrido mucho, hijo – replicó su madre con tristeza -. Las heridas se cerraron y
ahora se siente feliz, pero el recuerdo doloroso persiste. Es dichoso a tu lado y tiene un
hogar con nosotros pero el temor de perdernos nuevamente no es algo que se evapore
mágicamente de un día al otro.

Los sanadores terminaron de examinar al joven y uno de ellos se les acercó.

− La cápsula comenzó a desprenderse pero el proceso será lento – anunció gravemente


-. Sugiero que el príncipe se levante y se mantenga activo todo el tiempo que pueda para
acelerarlo.

Thor regresó a la cama y se sentó junto a la cabecera para mirar a su consorte directo a
los ojos. Iba a asegurarle que todo saldría bien y que no tendría que temer nada, pero en
lugar de eso prefirió besarlo con pasión. Loki se relajó con el gesto.

− Estamos juntos en esto, Loki – le aseveró, apretándole las manos protectoramente -. Te


ayudaré a levantarte y vamos a caminar y a movernos juntos todo lo que haga falta para
que nazca cuanto antes. No voy a alejarme de ti ni un segundo y quiero que confíes y te
apoyes en mí, ¿de acuerdo, amor mío?

Loki asintió, mordiéndose los labios, y su mirada se notaba más tranquila. Thor y otro
sanador lo ayudaron a incorporarse y abrazado al cuello de su esposo, comenzó a caminar
con él en círculos, mientras las horas pasaban y el dolor aumentaba.

125
Fuego Helado by Midhiel

*****
Transcurrieron ocho horas y aunque el desprendimiento progresaba, las contracciones se
hacían cada vez más frecuentes e intensas, y Loki apenas podía estarse en pie. Thor le
daba aliento y soportaba con estoicismo cuando su adolorido esposo le clavaba las uñas
como garras o escondía el rostro en su hombro y le mordía la carne. Sentía el vientre tenso
contra el suyo y los músculos moviéndose por las contracciones. En esos instantes, lo
acariciaba y empujaba contra sí. Ahora los dolores se sucedían uno detrás del otro y Loki
no tenía respiro.

Frigga se mantenía cerca para ofrecerles lo que necesitaran y consolaba a su hijo menor
con caricias.

Odin solo entró un momento y tras intercambiar palabras con los sanadores, se retiró
discretamente. La reina no expresó reproche alguno porque lo conocía bien. Así se había
comportado cuando ella estuvo de parto porque le costaba horrores ver sufrir a alguien
querido.

De pronto Loki soltó un grito más fuerte que los anteriores y lloró de dolor. La contracción
fue tan intensa, que apenas los brazos de su esposo impidieron que azotara el piso. El
sanador que hacía guardia le pidió a Thor que lo recostara en la cama para examinarlo.
Después de auscultarlo, anunció que la cápsula había terminado de separarse y el joven
estaba listo para la cirugía.

Loki recibió la noticia con alivio porque sentía que el dolor y la angustia lo matarían en
cualquier momento. La ansiedad de Thor aumentó e inmediatamente se convocó a los
mejores cirujanos del palacio para la operación.

− Quiero acompañar a mi consorte – ordenó Thor y Loki suspiró aliviado. Aunque lo


dormirían para abrirlo, se sentía más seguro sabiendo que su esposo estaría a su lado.

Los sanadores consultaron y se mostraron de acuerdo. Gracias a su magia, la herida de


Loki cicatrizaría de inmediato y su recuperación llevaría corto tiempo. Lo durmieron con
la infusión de una poderosa planta de propiedades somníferas y apenas cerró los ojos, el

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joven se olvidó de todo para sumergirse en un sueño profundo. Despertó una hora
después, con su vientre perfectamente curado por acción de su propia magia y se
encontró con Thor que le sonreía llorando.

− ¿Qué es? ¿Cómo está? ¿Cómo nació? ¿Está sano? – interrogó Loki con desesperación.

− Calma – murmuró su esposo, pasándole la mano por la cara -. No te excites. Como nos
lo aseguraron, nació perfectamente bien. Espera.

En un instante que a Loki le pareció una eternidad, Thor se acercó a la cuna junto a la
cama y alzó un bulto envuelto en una manta blanca.

− Aquí tienes a nuestra hija, Loki – declaró depositándola en sus brazos.

El joven sintió que el corazón se le escapaba del pecho, tal fue su emoción. Con un nudo
en la garganta, retiró la manta que cubría a su bebé y la contempló completa y desnuda.
Lo primero que advirtió fueron sus manos con sus cinco dedos, sacudiéndose apenas, y
sus pies quietecitos, con sus cinco dedos también. A grandes rasgos, tenía las mismas
facciones que Thor pero su piel era de color azul por su herencia jotun. Una pelusa clara
coronaba su cabeza. Loki no pudo evitar las lágrimas y mientras la acariciaba, la pequeña
mutó su tez en una pálida como la suya. Había heredado su capacidad para cambiar de
apariencia y, quizás, también su magia.

Secándose inútilmente las lágrimas, Thor se sentó a su lado en el colchón y admiró a la


belleza que habían procreado.

− ¿Cómo la llamaremos?

− Como lo habíamos acordado si era niña – contestó Loki -. Freyja.

− Freyja será entonces - confirmó Thor y extasiados se dedicaron a deleitarse con su hija.

La niña, aparte de dormir serena en los brazos de quien la había dado a luz, no hizo nada
más, pero sus puñitos cerrándose, sus pucheros en sueño y la forma confiada en que se
acomodó junto al pecho de Loki, fueron suficientes para confirmarles que habían traído
al mundo a la persona más perfecta.

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Capítulo 14: Una nueva familia


Loki estaba tan agotado que se quedó dormido. Cariñoso, Thor lo envolvió en sus brazos
y se acomodó en la cama junto a él. Mientras lo contemplaba, recordó el amor fraternal
que se habían tenido de niños. Después vinieron los celos no infundados como ahora
entendía Thor, sino surgidos de las diferencias que Odin, de manera inconsciente, había
creado entre ellos. Por este amor fraternal, Thor luchó por recuperar a Loki. Tuvieron que
enfrentarse cara a cara, pelear cuerpo a cuerpo, por poco destruir Midgard, todo para
aprisionarlo y traerlo de regreso a Asgard.

Fue entonces, cuando paulatinamente y gracias al Sagrado Enlace de Oro, se enamoraron.


Más tarde, por ese amor, burlaron juntos a la mismísima diosa del Inframundo,
desarmaron la conspiración de Malekith para someter Asgard, y Loki detuvo el fin del
mundo. El fruto final fue Freyja.

Sin incomodar a Loki en sus brazos, Thor observó la cuna. A raíz de su corta edad, la niña
también dormía. Con el tiempo, cuando creciera, dejaría el sueño solo para situaciones
especiales como lo hacían sus padres. Su piel se mantenía pálida. Thor estaba orgulloso
de su tono cerúleo porque era un signo de las dos razas conviviendo en ella. A diferencia
de Odin, tenía decidido educarla valorando su ascendencia jotun. No quería que como
Loki, sufriera traumas y despreciara su propia herencia. Había aprendido que ser un
gigante de hielo tenía la misma importancia que ser un asgardiano, o midgardiano
porque lo que valía era el corazón de las personas, y Thor con su esposo se encargarían
de que el de Freyja fuera uno de oro. Además nadie le quitaría su título de Princesa de
Asgard y como Loki era considerado un héroe, varias semanas atrás, el Alto Consejo ya
había determinado que azul o asgardiano, el bebé sería heredero al trono desde su
nacimiento.

− Quiero verla – murmuró Loki, adormilado.

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Thor volteó hacia su consorte, mientras que este se acomodaba melosamente en sus
brazos. Le besó la cabeza y con suavidad, se volvió hacia la cuna para alzarla. Loki se
despabiló lo suficiente para recibirla.

− ¿Madre ya la conoce? – preguntó Loki, contemplando a su hija con fascinación.

− Apenas nació, mientras descansabas, padre y madre vinieron a conocerla – contestó


Thor -. Volverán mañana para verte a ti.

− Tenía miedo – murmuró Loki con la voz entrecortada. No era propio de él confesar sus
emociones y menos que menos, el temor que consideraba una debilidad -. Tenía miedo
de que algo saliera mal en el parto y pudiera perderla.

Thor solo le besó la frente. En sueños, Freyja hizo un puchero y sacudió un puño.

− ¿Crees que haya heredado tu carácter aguerrido? – bromeó Loki -. No podría soportar
sus berrinches. Ya tengo suficientes con los tuyos.

Thor rió.

− Yo espero que no haya heredado tu capacidad para hacer travesuras.

− Me encantaría que tuviera mi magia.

− Heredó tu capacidad para cambiar de apariencia – reconoció Thor -. Más adelante


deberás enseñarle a controlar y desarrollar ese poder.

Loki asintió mientras imaginaba los increíbles momentos que pasaría con su hija
instruyéndola en la magia y enseguida pensó en hechizos sencillos para iniciarla. ¡Qué
bien la pasarían los dos juntos! Él no había tenido ningún tutor de niño pero Freyja lo
tendría a él y él se encargaría de que llegara a superarlo.

− Será la mejor hechicera en los Nueve Reinos vaticinó Loki con orgullo paternal y
bostezó.

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− Tienes que descansar más, amor – decidió Thor y con cuidado, quiso retirarle la niña -
. El parto fue arduo y tu cuerpo te lo está pidiendo.

− Tú no lo hubieras soportado ni una hora – se mofó Loki, adormecido, pero retuvo a la


niña con fuerza -. No me la quites todavía.

Thor se la acomodó de cuenta nueva pero sostuvo a su esposo con los brazos para darle
soporte. Frigga ya le había advertido que a Loki le costaría separarse del bebé,
especialmente los primeros meses. Había creado un lazo especial con ella por haberla
tenido en su vientre. Los sanadores, además, le habían hablado de una especie de duelo
provocado por la nostalgia que sufriría por no sentirla más dentro de él. Un proceso
natural y común en las madres.

Con paciencia, Thor esperó a que Loki se durmiera mientras que lo ayudaba a sostener a
Freyja a medida que sus brazos se relajaban. Apenas se durmió, se la retiró y depositó en
la cuna. Acto seguido, besó con suavidad los labios de Loki para no despertarlo y se
acomodó a su lado para seguir disfrutando de la noche.

*****
A primeras horas de la mañana, los reyes se acercaron a saludarlos. Frigga resultó una
abuela adorable. Con caricias y sonrisas, consiguió que la pequeña abriera los ojos y
recién pudieron ver que había heredado los azules de Thor. Para Odin, Freyja resultó la
perfección hecha carne. Ni su esposa ni sus hijos lo habían visto antes contemplar a
alguien con tanto orgullo y cariño. La meció, le sonrió, le habló y bailó, sí, Odin, Padre de
Todos, bailó con la niña por la habitación.

Frigga, además, se cercioró de que Loki estuviera curado por completo. No quedaba
ninguna cicatriz de la cirugía ya que su propia magia había borrado cualquier herida y la
piel en su vientre estaba limpia y tersa.

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Fuego Helado by Midhiel
Cerca del mediodía, sus cuatro amigos los visitaron y Sif y Volstagg llevaron juguetes
para Freyja. No le regalaron ropa porque, con su magia, Loki le había fabricado un ajuar
digno de una princesa.

Más tarde los jóvenes recibieron la visita oficial de los nueve consejeros y en el transcurso
de los días siguientes, la de distintos miembros honorables de la Corte. Freyja era la
primera princesa real nacida en años y las circunstancias maravillosas de su llegada al
mundo la hacían especial.

Una semana después, la niña fue presentada en una ceremonia a toda pompa. Estaba
vestida con un traje blanco, bordado con hilos traídos de Valhalla y adornado con
diminutas joyas diminutas extraídas de túneles de los Nueve Reinos. Era el atuendo de
presentación de los herederos de Asgard, que sus padres habían usado cada uno en su
momento. Por su parte, Loki le había puesto una gargantilla con una pequeña piedra
verde con runas protectoras talladas. Ni Thor ni su madre se atrevieron a argumentarle
que tal precaución era innecesaria en la ceremonia porque sabían que Loki era cauteloso
por naturaleza y esta medida demostraba el amor que le tenía a su bebé.

Los dos príncipes se ubicaron de pie, a la izquierda del trono de su padre. Odin dijo un
discurso que dejó traslucir el orgullo profundo que le producía su nieta y ordenó a los
flamantes padres que se acercaran para enseñarla al pueblo. Loki le pasó la niña a su
esposo y Thor la alzó bien alto para que todos pudieran verla. La piel de Freyja se veía
pálida pero al momento de ser levantada, mutó en azul e impactó a los presentes.

Loki se mordió los labios y se preparó para vestirse de guerrero y corporizar su lanza
para defenderla.

Haciendo caso omiso al tono de su tez, Odin exclamó, grave y regio.

− ¡Salve Freyja, hija de Thor, Princesa de Asgard!

− ¡Salve! – repitieron los consejeros y el público los imitó.

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Fuego Helado by Midhiel
El miedo de Loki se evaporó cuando una efusiva y sincera cadena de aplausos resonó en
la sala. Freyja pasó a ser oficialmente aceptada en Asgard y el pueblo la consideró
heredera legítima.

Cuando Thor la devolvió a su esposo, la niña recuperó la palidez y Loki se preguntó si


además de la habilidad para cambiar de apariencia, su hija no había heredado también
su talento innato para las travesuras.

Durante el banquete, varios cortesanos se acercaron para cargarla pero el celoso Loki, con
mucho protocolo, solo les permitió observarla. Freyja permaneció en sus brazos
durmiendo tranquila.

Por la noche, sus padres la depositaron en su cuna, provisoriamente ubicada junto a la


cama de Loki y, abrazados, permanecieron contemplándola. Era simplemente perfecta.

− Es el orgullo y la admiración de Asgard – reconoció Thor y guardó silencio, escogiendo


las palabras antes de agregar -. Si visitara Midgard, causaría la misma sensación.

− No creo que en Midgard acepten a una hija mía como tampoco me aceptarían a mí –
replicó Loki, frunciendo el ceño.

Thor lo apretó contra sí.

− Salvaste a todos, incluidos a los midgardianos. No te guardan rencor. Tampoco


viajaríamos de un día para el otro, primero enviaríamos a una delegación para preparar
el recibimiento. Mis amigos querrán conocerla.

− ¿Cómo puedes ser tan ingenuo, Thor? – cortó el joven -. ¿Crees que los midgardianos
tienen tu corazón de oro? Quise dominarlos, hice estragos con mi poder, los ataqué con
un ejército, les quité vidas, ¿cómo piensas que van a recibirme? Tú me perdonaste, pero
dudo que tus propios amigos lo hayan hecho. No permitiré que mi hija viaje a Midgard,
sería peligroso para su seguridad.

− Loki – suspiró Thor.

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Fuego Helado by Midhiel

Resentido, Loki se sacudió para zafar de sus brazos y se dirigió a una silla.

− El viaje a Midgard queda descartado – declaró, mientras se sentaba -. Ve tú, si quieres


encontrarte con ellos pero ni Freyja ni yo te acompañaremos.

− ¿Te das cuenta? – espetó Thor, después de observarlo -. Eres tú el que inventa
fantasmas y buscas enemigos. Freyja visitará Midgard como mi hija y princesa de Asgard.
Tú eres ahora un héroe para los Nueve Reinos, te recibirán como tal y honraran a nuestra
niña con los mismos honores que a ti. ¿Qué es lo que temes?

Loki se puso de pie.

− Temo que Freyja haya heredado tu ingenuidad galopante, Thor Odinson – y enfiló
hacia la puerta.

Cansado, el dios del trueno sacudió la cabeza.

− Eres el ser más desconfiado que conozco.

− Y así sobreviví – respondió Loki, enojado, al llegar a la salida -. Aquí, en Asgard,


recuperé mi lugar de príncipe y me dieron las gracias pero los midgardianos, esa gente
violenta e incivilizada que se dedica a matarse entre ella, no va a ser magnánima conmigo.
Viaja tú, ya te lo he dicho. Pero no te dejaré llevarte a Freyja. Visítalos y pregúntales qué
piensan de mí, especialmente a tus amigos. El mismo Stark comentó que habían apostado
los castigos crueles que me merecía. Hasta luego – y se marchó, cerrando la puerta.

Thor bufó y se volvió hacia la cuna. Pensó que con su hermosura e inocencia, Freyja sería
aclamada desde Asgard hasta Midgard, y protestó por Loki y su incurable y obstinada
desconfianza.

*****
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Fuego Helado by Midhiel

− Loki tiene razón, hijo – comentó Frigga a la mañana siguiente -. Aunque muchos
midgardianos lo consideran un héroe, otros deben suponer que aquí no se le dio el castigo
que se merecía.

− Loki es un héroe – exclamó Thor.

− Para ti y para mí como para muchos, pero en Midgard cometió peligrosos crímenes:
destruyó, asesinó, intentó esclavizarlos, sembró pánico y terror. Muchos aún no lo deben
haber olvidado.

− ¿Eso significa que nunca se lo perdonarán? – cuestionó el joven abatido.

− ¿Por qué no invitas a tus amigos a Asgard para que conozcan a Freyja? – intentó su
madre dar otra solución.

Thor se negó. Estaba decidido a visitar la Tierra con su esposo y con su hija. Si en Asgard
habían descubierto la excelente persona que era Loki y por extensión adoraban a su hija,
lo mismo debía ocurrir en aquel planeta hermano.

− Hablaré con Fandral para que me ayude a crear una comisión diplomática para que
Loki visite Midgard sin problemas – siguió empecinado -. De cualquier forma, Freyja
todavía es muy pequeña y pasarán meses para que pueda realizar un viaje a través del
portal.

− No puedes obligar a Loki a ir si no quiere – declaró su madre seriamente -. Y menos


quitarle a Freyja para llevártela. Él se enfurecería con justa razón.

− ¡Entonces, no hay solución! – estalló el joven.

Frigga se le acercó y le apretó una mano, mientras le alzaba la punta del mentón para que
la mirase a los ojos.

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− Los extremos provocan discordia, hijo. Cuando uno es moderado y sabe escuchar,
recién pude entender y unirse a la otra persona. Tú estás en un extremo, estás decidido a
viajar a Midgard con tu familia, Loki se encuentra en el opuesto, negándose
rotundamente. Deben encontrar el punto medio. Extiéndeles una invitación a tus amigos,
que aquellos que quieran conocer a Freyja, tu hija y de Loki, vengan hasta aquí. Serán
atendidos como huéspedes de honor, se sentirán a gusto y Loki no deberá soportar ese
viaje y estará tranquilo, sabiendo que la pequeña permanece con nosotros.

Thor se tomó su tiempo para pensar. Era impulsivo por naturaleza y le gustaba que sus
deseos se vieran cumplidos. A veces los impulsos le servían, como cuando se hincó de
rodillas ante su padre y le rogó que le permitiera enlazarse con Loki, pero ahora su madre
tenía razón: forzar a su esposo parecía más un acto de soberbia que una decisión sabia.

− Medítalo y platica con él – aconsejó Frigga suavemente -. Los dos han sorteado
situaciones más complicadas que esta y han sabido dialogar y entenderse.

El joven aceptó que su madre estaba en lo cierto.

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Capítulo 15: Reconciliación


Thor bajó la escalinata que conducía al jardín real. Allí, sentado en un banco blanco,
rodeado de macetas con plantas autóctonas y de otros mundos, se encontraba Loki,
meciendo a una dormida Freyja. A sus pies estaba una cesta con un biberón caliente, una
toalla y demás accesorios para la niña. Thor se sentó junto a ellos sin hacer ruido.

Con la sincronía de un reloj, Freyja despertó y reclamó su leche. Loki le entregó el biberón,
que la pequeña succionó con gusto. Recién entonces, Thor decidió hablar.

− En varias ocasiones me tildaste de soberbio e impulsivo – Loki no se dignó mirarlo


pero su esposo bien sabía que lo estaba escuchando -. Es cierto, quiero tener la razón y
me cuesta darme cuenta de un error. Para mí la vida se resume en tonos blanco y negro,
nunca grises y por eso, a veces, me tildaste de estúpido.

− Vamos, Thor – cortó el joven, cansado -. Di lo que debas decir.

− Déjame terminar – pidió Thor -. Me manejo en los extremos: bueno, malo, blanco,
negro, simple, complicado.

− Estuviste platicando con madre y ella te sugirió una alternativa para que tus amigos
conozcan a Freyja, que fuera más razonable que tu idea de viajar a Midgard – anticipó
Loki y esta vez lo miró -. ¿Qué te propuso?

− Antes de eso, déjame terminar – ordenó el príncipe con un bufido -. Como me manejo
entre dos extremos, me costó entenderte ayer. Veras, para mí, para todos en Asgard, eres
un héroe y al ver en lo que te has convertido, olvidé lo que antes eras. Olvidé que sientes
culpa.

− ¿Culpa? – repitió Loki, escandalizado.

Thor asintió, seguro de lo que afirmaba.

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− Cambiaste, expresas más lo que sientes, aprendiste a querer a otros, te jugaste por
otros, me amas y amas a Freyja. Ya no niegas tus sentimientos y recordar lo que hiciste
en el pasado te provoca remordimientos. Además, tienes razón. Hay midgardianos que
no deben haberte perdonado y llevarte puede resultar peligroso.

− Ahora sí estás razonando – se mofó Loki y calló. No lo iba a decir pero reconocía que
lo que Thor le decía era completamente cierto.

− Tampoco me llevaría a Freyja sin tu autorización – aseguró Thor, observándolo con


intensidad -. Por eso madre propuso que mis amigos, aquellos que lo deseen, por
supuesto, vengan a conocerla a Asgard.

Loki se volvió hacia la niña, mientras lo pensaba.

− Ironman no se veía muy feliz con el viaje cuando vino.

− Utilizarían Bifrost – respondió Thor, mirando hacia arriba por la obviedad -. Vamos,
Loki. No bromees, la idea me parece buena. Mis amigos conocerán a Freyja y ni ella ni tú
deberán abandonar Asgard.

− ¿Tus amigos incluyen a Hulk? – quiso saber Loki, mientras limpiaba rastros de leche
del mentón de su hija.

− Estoy convencido que Bruce querrá disculparse contigo – aseveró Thor -. Pero si vamos
al caso, fue la única manera de detenerte.

− ¿Qué hay de Jane Foster? – interrogó Loki en tono casual.

− ¿Por qué lo preguntas? – cuestionó su esposo.

Loki dejó de atender a Freyja para mirarlo.

− Porque ella te ama y la consideras su amiga.

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Thor sonrió. Loki y sus celos le provocaban alegría y ternura.

− No se le negará el viaje, aunque la última vez que la vi no terminamos amigablemente.

Interesado, Loki alzó una ceja.

− ¿Qué ocurrió?

Thor bajó la cabeza y se miró las manos enlazadas.

− Intenté explicarle que cuando la conocí sí sentí algo por ella pero que luego me había
enamorado de ti.

− ¿Qué te respondió?

− No me creyó – confesó Thor con pena -. Pensó que yo fingí amarla para que me
ayudara a recuperar Mjolnir.

− Es aceptable en una midgardiana – opinó Loki con desprecio -. Entre ellos la traición
está a la orden del día. Razonó como razonaría cualquiera de su adorada Tierra.

− A ti también te costó creer que te amamos – le hizo ver Thor con suavidad -. Cuatro
años para ser exactos.

Loki se mordió el labio inferior y como Freyja terminó de beber, se ocupó de ella para
fingir que no lo escuchaba.

Thor se preguntó si no había sido duro pero a fin de cuentas tenía razón. Pellizcó la mejilla
regordeta de su hija con cariño y se puso de pie.

− Si estás de acuerdo, propondré a padre comenzar con los preparativos.

− Me parece adecuado – aceptó Loki.

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Fuego Helado by Midhiel
Thor asintió y se alejó por donde había llegado. Por el camino, recordó la mención a Jane
y sonrió mientras sacudía la cabeza, aunque tendría que comunicarse con Bruce y
proponerle maneras de hacer las paces con Loki. Después de todo, le había dado una
inolvidable paliza, merecida en su momento pero paliza al fin.

*****
Los Avengers estaban discutiendo en el salón de usos múltiples de SHIELD, o más bien,
intercambiando puntos de vista (si así podía decirse) acerca de la invitación que una
delegación de Asgard acababa de hacerles para conocer a la hija de Thor. Obviamente
Freyja no era el problema a debatir, sino el encuentro con Loki, su archienemigo y casi
erigido destructor y tirano de la Tierra.

Después de escuchar a sus compañeros, Natascha habló.

− Se supone que los asgardianos son semidioses, deidades ancestrales para nosotros, y
si ellos absolvieron a Loki, pienso que debemos mostrarnos razonables.

− Además, según se comenta, fue él mismo quien detuvo Ragnarök, que hubiera
acabado con el universo entero – apoyó Bruce, con la voz serena y su tranquilidad
espontánea.

− Habla por ti mismo – contestó Clint, rencoroso -. Te vengaste dándole una paliza pero
no todos tuvimos esa posibilidad. Él me lavó el cerebro y me esclavizó como a un títere.

− Perdón – carraspeó Tony con la mano en alto -. Nuestro amigo Thor pidió hablarte en
forma privada, Bruce. Me parece que el problema contigo es más profundo que con los
demás terrícolas.

Tanto Steve como Natascha se mordieron los labios para no reír. Nadie olvidaba la lección
épica que Hulk le había propinado a Loki.

− Pongamos las cartas sobre la mesa – expuso Bruce a modo de conclusión, y no parecía
molesto -. Tenemos que dar una respuesta a Thor. Hay dos opciones, o le decimos que

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Fuego Helado by Midhiel
no, que por resentimiento hacia Loki, ahora devenido en héroe universal, nos negamos a
conocer a su hija, o le respondemos que sí, aceptamos que nuestro antiguo enemigo
cambió y viajamos a Asgard en misión de paz, una paz interplanetaria que pregonamos
todos.

− Puso las cosas en claro, doctor Banner – tomó la palabra Nick Fury, que hasta ese
momento se había mantenido callado y sentado en un rincón alejado de los demás -. Thor
nos invitó a visitar su hogar y su familia. La Tierra viene creando alianzas con Asgard
desde su primera visita. Opino que lo correcto es asistir.

− Eso es lo que yo dije desde un primer momento – dejó en claro Tony y todos rodaron
los ojos -. Es cierto que al principio pensé que era una locura viajar a Asgard después de
mi experiencia personal, pero si lo de Bifrost resulta y los conocimientos asgardianos son
tan avanzados, podría convertirse en una travesía placentera. Ahora bien – miró a Bruce
intensamente -. ¿Vas a decirle antes o después del viaje que estás comprometido con su
ex?

− La doctora Jane Foster no es de tu incumbencia - respondió Banner pacíficamente, con


una sonrisa entre los labios.

*****
Freyja tenía seis meses cuando se fijó el día para que los Avengers la conocieran. Esa
mañana, Loki se levantó puntualmente para alimentarla, mientras que Thor se retiraba
para ultimar los detalles. Era la primera vez que sus amigos visitarían su casa y quería
que el evento fuera memorable por su perfección. Loki no se mostraba ni nervioso, ni
tranquilo, simplemente era él mismo, comportándose de manera natural, como si ningún
acontecimiento importante estuviera por producirse.

− Estás alterado – comentó a Thor cuando el príncipe heredero regresó más tarde a los
aposentos y no dejaba de caminar en círculos.

Thor se detuvo y volteó hacia él. Trató de esgrimir una sonrisa pero no le salió más que
una mueca porque estaba muy nervioso.

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Fuego Helado by Midhiel

Loki se le acercó y tomando las mejillas de su esposo entre las manos, lo observó fijo.

− Todo saldrá bien – le aseguró -. Madre es quien se ha encargado del agasajo y a ella lo
que hace le sale perfecto. Me dijiste que tus amigos no son los quisquillosos que yo creía
y que Banner es un midgardiano pacífico, que sabrá disculparse. Vamos, esposo mío – le
atrapó la mano -. No falta mucho para que lleguen.

− Loki – murmuró Thor -. Sabes que te amo.

Un "y yo a ti" hubiera sido la respuesta adecuada pero Thor conocía lo suficiente a su
cónyuge y se alegró cuando Loki le sonrió brevemente, mientras le empujaba el brazo
para partir a vestirse.

*****
Hasta Tony debió reconocerlo: el viaje a través de Bifrost era tranquilo y podía decirse
que, además, resultaba placentero. Bruce y Jane explicaron que en el proceso, las
moléculas de cada uno sufrirían una leve modificación para teletransportarse pero que la
mutación apenas duraría unas décimas de segundo y se estabilizarían al llegar al puente.
Esto no alivió las dudas de ninguno de los viajeros pero sin otro modo de llegar a Asgard,
y con la curiosidad por conocer el mundo y la hija de su amigo, se dejaron transportar.

Tony, Natascha, Clint, Steve y Nick Fury, vistiendo sus trajes de guerrero, y Bruce y Jane
tomados de la mano y vestidos de gala, se materializaron los siete en un parpadeo frente
a las narices de Heimdall. Este los escudriñó con su mirada inquisidora uno por uno hasta
llegar a Jane.

− No me está vedado ningún secreto de los migdardianos. Jane Foster. Vienes como la
prometida de Bruce Banner y buscas reconciliarte con el príncipe Thor para continuar tu
vida. Todos son bienvenidos a Asgard. Adelante.

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El guardián se hizo a un lado y los acompañó hasta afuera de la bóveda, donde una
delegación con Fandral a la cabeza los esperaba con caballos preparados para
acompañarlos al palacio. La mayoría de los Avengers eran jinetes expertos, especialmente
Natascha, que se jactaba de haber ganado torneos, y también Jane se defendía bien,
explicando que sus abuelos paternos habían tenido una granja. Solo Bruce tuvo
problemas para estabilizarse en su corcel, y una vez que Tony, entre bromas, le enseñó a
sujetar las riendas, pudieron emprender la marcha.

Mientras esperaban a los huéspedes, Thor se fue tranquilizando. Estaba sentado junto a
Loki en altos tronos dorados colocados en el centro de la sala. Ambos esposos estaban
vestidos con sus trajes de gala, Thor sostenía Mjolnir y Loki ceñía la espada regalada por
las walkirias. Thor pensó que después de todo, sus amigos habían aceptado visitarlo y
encontrarse con Loki. Podía estar seguro de la palabra de Bruce, que le había prometido
presentar sus respetos al príncipe a modo de reconciliación.

No había de qué preocuparse, acercaría a Loki a sus amigos y sería beneficioso tanto para
ellos como para Asgard y Midgard.

Sin embargo, al tiempo que Thor recuperaba la confianza, fue Loki quien comenzó a
sentirse ansioso. No porque temiera que los midgardianos le faltaran el respeto sino
porque recordó quién había sido cuando intentó apoderarse de la Tierra y se comparó
con la persona en la que se había convertido ahora. Estaba orgulloso de sí mismo y de la
familia que tenía, y se preguntó fugazmente qué hubiera sido de él si su plan hubiera
tenido éxito y se hubiera convertido en el amo de Midgard. Quizás habría cumplido su
sueño pero dudaba de que hubiera llegado a ser feliz. La felicidad, como actualmente la
conocía, no consistía en acumular poder, conquistar y someter, sino en compartir,
proteger y, lo más importante, amar y sentirse amado.

El anuncio del arribo de los visitantes, lo apartó de sus reflexiones y miró a Thor de
soslayo. Su esposo le sonrió con complicidad y le acarició suavemente la mano en el
instante en que se abrían las puertas.

Los midgardianos desfilaron por una alfombra borgoña, uno detrás del otro, encabezados
por Ironman. Solo Bruce y Jane entraron juntos, tomados siempre de la mano, y al ver

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este gesto Thor se alivió y Loki se quitó los celos que aún sentía por la joven. Nick fue el
último y el primero que inclinó la cabeza respetuosamente ante los príncipes.

− Bienvenidos, amigos míos – los saludó Thor con alegría y se puso de pie para
abrazarlos -. Este es mi hogar, Asgard.

Loki permaneció sentado en su trono, serio y callado.

Bruce le tendió la mano con franqueza. Los demás se detuvieron en seco para observarlos.
Loki estudió la mano tendida y finalmente la estrechó, mientras se ponía de pie.

− Esta es la doctora Foster – anunció Bruce acercando a Jane -. Mi prometida.

− Lo felicito, Banner – contestó Loki con un ligero asentimiento.

− ¡Felicidades! – se alegró Thor y abrazó a la joven.

Ella sonrió tranquila. El abrazo no le produjo incomodidad y comprobó que ya no sentía


el amor profundo por Thor, tampoco resentimiento. Era una mujer libre y preparada para
formalizar sin miedo su relación con Bruce.

Tanto Natascha como Clint hicieron a un lado sus recelos y saludaron a Loki. Lo sintieron
diferente. Una persona centrada y pacífica, alejada del monstruo que tuvieron que
combatir. Steve sintió lo mismo y Tony se atrevió a palmearle la espalda después de
estrecharle la mano. Loki nada dijo pero le lanzó una mirada de advertencia para ese tipo
de confianzas en el futuro.

Thor los invitó a pasar a otra sala donde se había servido un suculento refrigerio, y Tony,
que conocía de banquetes, admitió que los bocados eran exquisitos. Mientras comían,
Loki fue a buscar a su hija. Trajo a Freyja vestida con el mismo traje que había usado en
su presentación oficial y fue la delicia de todos. Le hicieron morisquetas, Natascha la
cargó un instante, y Nick, que temía que se asustara con su traje negro de cuero, solo
recibió sonrisitas de la niña. Al llevar un parche en el ojo, la pequeña lo sintió como a su
cariñoso abuelo y se deshizo en risitas a su lado. Solo Bruce se mantuvo a una distancia

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Fuego Helado by Midhiel
prudente por su timidez y fue Jane quien le acercó a Freyja para que la alzara un
momento.

Los midgardianos quedaron fascinados con la princesita y felicitaron de corazón a Thor.


Con su nobleza y ternura, el príncipe abrazó a Loki y les señaló que sin su esposo, esa
niña no hubiera existido. Por primera vez desde que llegaran, Loki sonrió brevemente y
la sonrisa le dio un brillo especial. No lo sintieron más falso ni alejado, simplemente una
persona orgullosa con lo que era y tenía.

Luego Thor los invitó a hacer un recorrido por el palacio, hubo agasajos por parte de la
Corte y finalmente conocieron a los soberanos esa misma noche en un banquete.

Los invitados permanecieron diez días en Asgard viviendo como reyes, y tuvieron que
partir cuando Heimdall les advirtió que los requerían en la Tierra para una misión. Todos
prometieron regresar pronto y todos cumplieron pronto la promesa.

La visita resultó un éxito tanto para la pareja como para los midgardianos. De a poco, con
el transcurrir de los meses, Loki fue abandonando sus recelos y más tarde no solo le
permitió, sino que instó en una ocasión a su esposo a que partiera a Midgard a ayudar a
sus amigos. Thor le pidió varias veces que lo acompañara pero él se negó a regresar a la
Tierra. Sin embargo, el Universo entero sabía que Loki lo había salvado y aunque nunca
pisó SHIELD, en la sala principal de reuniones, un retrato suyo fue colgado y su historia
pasó a integrar el folklore terrestre, junto con las historias del poderoso Thor, dios del
Trueno, su madre Frigga y Odin.

*****
No lejos de Asgard existía un reino similar a Midgard. Tenía agua, dos soles, tres lunas y
una inmensa playa de arenas blancas. Freyja acababa de cumplir tres años humanos y los
príncipes decidieron tomarse un descanso y viajar hasta allí con su hija. Llegaron al
amanecer y Loki quedó fascinado con el paisaje del mar iluminándose con los dos soles,
mientras en el firmamento aún podían verse estrellas tenues. A sugerencia de Thor, se

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quitó las botas y la sensación suave de la arena en sus pies le resultó deliciosa. Hizo lo
mismo con Freyja, que se sentó espontáneamente a jugar con la arena.

Más tarde Thor lo invitó a recorrer la playa, tomados de la mano. El aire fresco del mar,
la musicalidad de las olas y el sabor a sal los hicieron detenerse junto a la marea que subía
y bajaba. Con la niña en brazos, bordearon la orilla, treparon las rocas y se sentaron a
contemplar el paisaje. Thor ubicó a Freyja en sus rodillas, mientras que Loki juntaba las
suyas y las cubría con los brazos. Su mirada de admiración era la de un niño.

Thor no soportó más la mezcla de deseo y ternura y lo besó. No era el primero ni el último
beso pero fue uno especial, alejados los dos del mundo, solos y juntos. La vida pintaba
para seguir siendo un regalo hermoso.

Fin

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Fuego Helado by Midhiel
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Midhiel
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