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EL MAS BREVE DISCURSO DE WINSTON CHURCHIL* Poco antes de la Convencién republicana de 1952, en los Estados Unidos, en una entrevista con los periodistas, el general Eisenhower revelé algunas claves acerca del arte de hablar en piblico, sobre todo en lo tocante a apren- der de memoria los discursos. El general afirmé que Wins- ton Churchill le habfa reprendido por hablar de memori sin seguir un texto preparado. Aun asi, dijo el general, é1 se sentfa mds cémodo sin texto. —Prescindo de los discursos preparados, menos en los casos en que tengo que atenerme a una duracién concreta, como en la radio 0 la televisién. Decfa que deseaba hacer las cosas a su manera, con algunas notas referentes a los puntos que tenfa intencién de subrayar. Eisenhower record6 que en una ocasién, en Londres, tenfa que pronunciar una alocucién de ciento veinticinco palabras, que se aprendié de memoria y repitié sin fallo. Churchill le reprendié mas tarde severamente. —Jamés confie en su memoria en una cosa asi —dijo Churchill—, en que la gente sigue una a una sus palabras, para ver si dice exactamente lo que figuraba en el texto. * Vauenny, Jack, Aprenda a hablar en piiblico, Autoayuda y evalacion, México Barcelona Buenos Aires, Avelar Editores Impresores, $.A., 1992, pp. 74-76, 7 Escaneado con CamScanner 72 José DAVALOS Churchill le aconsejé a Eisenhower que utilizara gafas, “grandes gafas redondas que se pueda quitar y pueda agitar ante si. Y suponiendo que lleve notas, no trate de ocultar- las. Agitelas también ante el ptiblico”. Sir Winston, posiblemente el mejor orador de su gene- racién, siempre escribfa lo que deseaba decir y después trasladaba el texto escrito a unas notas que pergefiaba per- sonalmente 0 que mandaba mecanografiar tras haberlas pulido a su entera satisfaccién. Este era su invariable mé- todo de preparacién, tanto cuando tenfa que pronunciar un discurso en los Comunes como cuando se dirigfa a una multitud o pronunciaba una alocuci6n en una asamblea politica. Con independencia del lugar o la ocasién, Chur- chill componfa laboriosamente sus observaciones y, a par- tir del texto escrito, preparaba las notas que, tal como le habia aconsejado hacer a Eisenhower, blandfa sin rubor ante el ptiblico al que se estuviera dirigiendo, cualquiera que éste fuese. La tinica ocasién en que Churchill no siguié esa cos- tumbre fue posiblemente cuando, siendo primer ministro, hablo ante los alumnos de Harrow, la escuela de su infan- cia. Tras ser presentado, el primer ministro se levanté, se asié con una mano la solapa del abrigo, colocé la otra a su espalda y pronuncié las siguientes palabras: —Nunca os deis por vencidos. Nunca os deis por ven- cidos. Nunca os deis por vencidos, nunca, nunca, nunca. En nada que sea grande o pequeiio, sublime o trivial, nun- ca os deis por vencidos, a no ser que os lo aconsejen la conviccién, el honor y el sentido comin. ‘Tras Jo cual el gran hombre miré solemnemente a sus pasmados y jovenes oyentes y se volvié a sentar sin mas. Lo cierto es que, aunque Churchill regafiara al general Eisenhower por aprenderse de memoria sus discursos de breve duracién, el primer ministro britanico trabajaba du- rante tanto tiempo y tan exhaustivamente en sus impor- tantes discursos que, de hecho, se aprendia de memoria parrafos enteros del texto y rara vez consultaba sus notas. Escaneado con CamScanner ORATORIA 73 Ano ser, naturalmente, que fuera un discurso muy largo, repleto de datos, mas tarde susceptibles de ser analizados por su auditorio, o que contuviera una declaracién de principios cuya claridad no deseaba ver enturbiada por ninguna clase de ambigiiedad. Escaneado con CamScanner DISCURSO DE MARCO ANTONIO ANTE EL CADAVER DE CESAR’ SCENA SECUNDA El foro Entran BRUTO y CASIO y una turba de ciudadanos CIUDADANOS.- iQueremos que se nos dé una expli- cacién! iQue se nos explique! BRUTO.- Pues seguidme y escuchad, amigos. Casio, id a la calle contigua y dividid la multitud. Los que deseen oirme, quédense aqui. Los que deseen acompafiar a Casio, vayan con él, y se expondran publicamente las razones de la muerte de César. CIUDADANO PRIMERO.- Yo quiero ofr hablar a Bruto. CIUDADANO SEGUNDO.- Yo, a Casio, y asi compa- rar sus razones cuando hayamos ofdo separadamente a uno y otro. (Sale CASIO con algunos ciudadanos. CIUDADANO TERCERO.- iEI noble Bruto ocupa la tribuna! iSilencio! BRUTO.- Tened calma hasta el fin. (Romanos, compa- triotas y amigos! Ofdme defender mi causa y guardad si- lencio para que podais ofrme. Creedme por mi honor y respetad mi honra, a fin de que me credis. Juzgadme con vuestra rectitud y avivad vuestros sentidos para poder juz- gar mejor, Si hubiese alguno en esta asamblea que profe- sara entrafiable amistad a César, a él le digo que el afecto de Bruto por César no era menos que el suyo. Y si enton- ces ese amigo preguntasé por qué Bruto se alz6 contra * hupi/les.geocities.com/biblio_e_shakespeare/shakespeare.htmt BRUTO ocupa el rostrum). 715 Escaneado con CamScanner 76 JOSE DAVALOS César, ésta es mi contestacién: “No porque amaba a César no porque amaba més a Roma.” ¢Preferirfais que ésar viviera y morir todos esclavos a que esté muerto Cé- sar y todos vivir libres? Porque César me apreciaba, le loro; porque fue afortunado, le celebro; como valiente, le honro; pero por ambicioso, le maté. Lagrimas hay para su afecto, gozo para su fortuna, honra para su valor y muerte para su ambicién. ¢Quién hay aquf tan abyecto que quisiera ser esclavo? iSi hay alguno, que hable, pues a él he ofendido! éQuién hay aquf tan esttipido que no quisiera ser romano? iSi hay alguno, que hable, pues a él he ofendido! ¢Quién hay aquf tan vil que no ame a su patria? iSi hay alguno, que hable, pues a él he ofendido! Aguardo una respuesta. TODOS.- iNadie, Bruto, nadie! BRUTO.- iEntonces, a nadie he ofendido! INo he he- cho con César sino lo que harfais con Bruto! Los motivos de su muerte estan escritos en el Capitolio. Su gloria no se amengua, en cuanto la merecia, ni se exageran sus ofensas, por las cuales ha sufrido Ja muerte. (Entran ANTONIO y otros con el cuerpo de CESAR.) Aqui llega su cuerpo, que doliente conduce Marco Antonio, que, aunque no tomé Parte en su muerte, percibird los beneficios de ella, o sea un puesto en la repiblica. (Quién de vosotros no obtendra otro tanto? Con esto me despido, que, igual que he muerto 4 mi mejor amigo por la salvacién de Roma, tengo el mis- mo pujial para mf propio cuando plazca a mi patria nece- sitar mi muerte. TODOS.- iViva Bruto! |Viva, vival CIUDADANO PRIMERO,- iConduzcémosle en triunfo hasta su casal CIUDADANO SEGUNDO.- Erijamosle fina estatua, como a sus antepasados, CIUDADANO TERCGERO,- INombrémosle César! CIUDADANO CUARTO.- ILo mejor de César sera co- ronado en Bruto! CIUDADANO PRIMERO.- iLlevémosle a su casa entre vitores y aclamaciones! BRUTO.- iCompatriotas!... Escaneado con CamScanner ORATORIA 7 CIUDADANO SEGUNDO.- iCallad! Silencio! Habla Bruto. CIUDADANO PRIMERO.- iCallad, eh! BRUTO.- Queridos compatriotas, dejadme marchar solo, y en obsequio mio, quedaos aqui con Antonio. Hon- rad el cadaver de César y ofd la Apologia de sus glorias, que, con nuestro beneplacito, pronunciaré Antonio. iOs suplico que nadie, excepto yo, se aleje de aqui hasta que Antonio haya hablado! (Sale.) CIUDADANO PRIMERO.- iQuedémonos, eh! IY oiga- mos a Marco Antonio! CIUDADANO TERCERO.- Que suba a la tribuna pé- blica y le escucharemos. iVamos, noble Antonio! ANTONIO.- iPor consideracién a Bruto me veis ante vosotros! (Sube a la tribuna.) CIUDADANO CUARTO.- éQué dice de Bruto? CIUDADANO TERCERO.- Dice que por considera- cién a Bruto le vemos en nuestra presencia. CIUDADANO CUARTO.- iLo mejor serfa que no ha- blase aqui mal de Bruto! CIUDADANO PRIMERO..- iEste César era un tirano! CIUDADANO TERCERO.- Sin duda alguna, y es una bendicién para nosotros que Roma se haya librado de él. CIUDADANO SEGUNDO.- iSilencio! iEscuchemos lo que Antonio diga! ANTONIO.- iAmables romanos}... CIUDADANO..- iEh, silencio! iOigdmosle! ANTONIO.- iAmigos, romanos, compatriotas, prestad- me atencién! iVengo a inhumar a César, no a ensalzarle! JEI mal que hacen los hombres les sobrevive! iEI bien queda frecuentemente sepultado con sus huesos! iSea asf con Cé- sar! El noble Bruto os ha dicho que César era ambicioso. Si lo fue, era la suya una falta, y gravemente lo ha pagado, Con la venia de Bruto y los dem4s —pues Bruto es un hombre honrado, como son todos ellos, hombres todos honrados— vengo a hablar en el funeral de César, Era mi amigo, para mf leal y sincero, pero Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Infinitos cauti- Vos trajo a Roma, cuyos rescates llenaron el tesoro ptiblico. Escaneado con CamScanner 78 José DAVALOS éParecfa esto ambicién en César? Siempre que los pobres dejaran ofr su voz lastimera, César loraba. iLa ambici6n de- berfa ser de una sustancia mas dura! No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y Bruto es un hombre honrado. Todos visteis que en las Lupercales le presenté tres veces una corona real, y la rechaz6 tres veces. ¢Era esto ambi- cién? No obstante, Bruto dice que era ambicioso, y, cierta- mente, es un hombre honrado. iNo hablo para desaprobar lo que Bruto hablo! iPero estoy aqui para decir lo que sé! Todos le amasteis alguna vez, y no sin causa. ¢Qué razén, entonces, os detiene ahora para no llevarle luto? iOh ra- ciocinio! iHas ido a buscar asilo en los irracionales, pues los hombres han perdido la raz6n! iToleradme! iMf cora- z6n esta ahi, en ese féretro, con César, y he de detenerme hasta que torne a mi! CIUDADANO PRIMERO.- Pienso que tiene mucha ra- z6n en lo que dice. CIUDADANO SEGUNDO..- Si lo consideras detenida- mente, se ha cometido con César una gran injusticia. CIUDADANO CUARTO.- ¢Habéis notado sus pala- bras? No quiso aceptar la corona. Luego es cierto que no era ambicioso. CIUDADANO PRIMERO.- iSi resulta, les pesara a al- gunos! CIUDADANO SEGUNDO.- iPobre alma! iTiene enro- jecidos los ojos por el fuego de las lagrimas! CIUDADANO TERCERO.- iEn Roma no existe un hombre mas noble que Antonio! CIUDADANO CUARTO.- Observémosle ahora. Va a hablar de nuevo, ANTONIO.- Ayer todavfa, la palabra de César hubiera podido hacer frente al universo! iAhora yace ahf, y nadie hay tan humilde que le reverencie! {Oh sefiores! Si estu- viera dispuesto a excitar al motfin y a la célera a vuestras mentes y corazones, serfa injusto con Bruto y con Casio, quienes, como todos sabéis, son hombres honrados. INo quiero ser injusto con ellos! iPrefiero serlo com el muerto, conmigo y con vosotros, antes que con esos hom- Escaneado con CamScanner ORATORIA 79 bres tan honrados! pero he aquf un pergamino con el sello de César. Lo hallé en su gabinete y es su testamento. iOiga el pueblo su voluntad —aunque, con vuestro permiso, no me propongo leerlo— e ira a besar las heridas de César muerto y a empapar sus pafiuelos en su sagrada, sangre! iSf! [Reclamaré un cabello suyo como reliquia, y al morir lo transmitiré por testamento como un rico legado a su posteridad! CIUDADANO CUARTO.- iQueremos conocer el testa- mento! iLeedlo, Marco Antonio! TODOS.- iEl testamento! iE] testamento! iQueremos oir el testamento de César! ANTONIO..- Sed pacientes, amables amigos! iNo debo leerlo! iNo es conveniente que sepdis hasta qué extremo os amé6 César! Pues siendo hombres y no lefos ni piedras, isino hombres!, al ofr el testamento de César os enfurece- riais Ilenos de desesperacién. Asi, no es bueno haceros sa- ber que os instituye sus herederos, pues si lo supierais, ioh!, équé no habria de acontecer? CIUDADANO CUARTO.- iLeed el testamento, quere- mos oirlo! iEs preciso que nos ledis el testamento! iE] tes- tamento! ANTONIO.- éTendréis paciencia? ¢Permaneceréis un. momento en calma? He ido demasiado lejos al deciros esto. Temo agraviar a los honrados hombres cuyos pufiales traspasaron a César. ILo temo! CIUDADANO CUARTO.-”iSon unos traidores! iHom- bres honrados! TODOS.- iSu dltima voluntad! IEI testamento! ANTONIO.- ¢Queréis obligarme entonces a leer el tes- tamento? Pues bien: formad circulo en torno del cadaver de César y dejadme ensejfiaros al que hizo el testamento. ¢Descenderé? ¢Me dais vuestro permiso? TODOS.- iBajad! CIUDADANO SEGUNDO.- IDescended! (ANTONIO desciende de la tribuna). CIUDADANO TERCERO.- Estdis autorizado. CIUDADANO CUARTO.- Formad circulo. Colocaos alrededor. Escaneado con CamScanner 80 JOSE DAVALOS CIUDADANO PRIMERO.- iApartaos del féretro, apar- taos del cadaver! CIUDADANO SEGUNDO.- iLugar para Antonio, para el muy noble Antonio! ANTONIO.- iNo, no os agolpéis encima de mf! iQue- daos a distancia! VARIOS CIUDADANOS.- iAtras! iSitio! iEchaos atras! ANTONIO.- iSi tenéis lagrimas, disponeos ahora a ver- terlas! [Todos conocéis este manto! Recuerdo cuando César lo estrend. Era una tarde de estfo, en su tienda, el dia que vencié a los de Nervi. iMirad: por aquf penetré el pufial de Casio! iVed qué brecha abrié ad implacable Casca! iPor esta otra le hirié su muy amado Bruto! iY al retirar su maldeci- do acero, observad cémo la sangre de César parece haber- se lanzado en pos de él, como para asegurarse de si era o no Bruto el que tan inhumanamente abria la puerta! iPor- we Bruto, como sabéis, era el angel de César! IJuzgad, oh ioses, con qué ternura le amaba César! iEse fue el golpe més cruel de todos, pues cuando el noble César vio que él también le herfa, la ingratitud, mas potente que los brazos de los traidores, le anonad6 completamente! iEntonces es- tall6 su poderoso corazén, y, cubriéndose el rostro con el manto, el gran César cayé a los pies de la estatua de Pom- peyo, que se inundé de sangre! iOh, qué cafda, compatrio- tas! IEn aquel momento, yo, y vosotros y todos; cafmos, y la traicion sangrienta triunf6 sobre nosotros! 1Oh, ahora Ilo- rais y percibo sentir en vosotros la impresién de la piedad! iEsas lagrimas son generosas! iAlmas compasivas! ¢Por qué llordis, cuando atin no habéis visto mds que la desgarrada vestidura de César? IMirad aqu{! iAquf est4 él mismo, acri- billado, como veis, por los traidores! CIUDADANO PRIMERO.- iOh lamentable espectaculo! CIUDADANO SEGUNDO.- iOh noble César! CIUDADANO TERCERO.- iOh desgraciado dia! CIUDADANO CUARTO.- |Oh traidores, villanos! CIUDADANO PRIMERO.- Oh cuadro sangriento! CIUDADANO SEGUNDO.- iSeremos vengados! TODOS.- IVenganzal... iPronto!... iBuscad!... (Que- mad.... IIncendiad!.., IMatad... IDegollad!... iQue no quede vivo un traidor!... Escaneado con CamScanner ORATORIA 81 ANTONIO.- iDeteneos, compatriotasl... CIUDADANO PRIMERO.- iSilencio! iOfd al noble An- tonio! CIUDADANO SEGUNDO.- iLe escucharemos! iLe se- guiremos! iMoriremos con él! ANTONIO.- iBuenos amigos, apreciables amigos, no os excite yo con esa repentina explosién de tumulto! Los que han consumado esta accién son hombres dignos. ¢Qué secretos agravios tenfan para hacerlo? iAy! Lo ignoro. Ellos son sensatos y honorables, y no dudo que os daran razo- nes. IYo no vengo, amigos, a concitar vuestras pasiones! Yo no soy orador como Bruto, sino, como todos sabéis, un hombre franco y sencillo, que amaba a su amigo, y esto lo saben bien los que piblicamente me dieron licencia para hablar de él. iPorque no tengo ni talento, ni elocuencia, ni mérito, ni estilo, ni ademanes, ni el poder de la oratoria, que enardece la sangre de los hombres! Hablo llanamente y no os digo sino lo que todos conocéis. [Os muestro las heridas del bondadoso César, pobres, pobres bocas mudas, y les pido que ellas hablen de mi! iPues si yo fuera Bruto y Bruto fuera Antonio, ese Antonio exasperaria vuestras al- mas y pondria una lengua en cada herida de César, capaz de conmover y levantar en motin las piedras de Roma! TODOS.- iNos amotinaremos! CIUDADANO PRIMERO.- iPrendamos fuego a la casa de Bruto! CIUDADANO TERCERO.- iEn marcha, pues! iVenid! iBusquemos a los conspiradores! ANTONIO.- iOfdme todavia, compatriotas! |Oidme todavia! TODOS.- iSilencio, eh... IEscuchad a Antonio!... Muy noble Antonio! ANTONIO.- lAmigos, no sabéis lo que vais a hacer! ¢Qué ha hecho César para as{ merecer vuestros afectos? IAy! (Ain lo ignordis! [Debo, pues, dectroslo! iHabéis olvi- dado el testamento de que os hablé! TODOS.- iEs verdad! iE| testamento! iQuedémonos y oigamos el testamento! Escaneado con CamScanner 82 JOSE DAVALOS ANTONIO.- Aqui estd, y con el sello de César. A cada ciudadano de Roma, a cada hombre, individualmente, lega setenta y cinco dracmas. CIUDADANO SEGUNDO.- iQué noble César! iVenga- Temos su muerte! CIUDADANO TERCERO.- iOh regio César! ANTONIO.- iOfdme con paciencia! TODOS.- iSilencio, eh! ANTONIO.- Os lega ademas todos sus paseos, sus quin- tas particulares y sus jardines recién plantados a este lado del Tiber. Los deja a perpetuidad a vosotros y a vuestros here- deros como parques publicos para que os paseéis y recreéis. iEste era un César! ¢Cudndo tendréis otro semejante? CIUDADANO PRIMERO.- iNunca, nunca! iVenid! iSalgamos! iSalgamos! iQueremos su cuerpo en el sitio sa- grado e incendiaremos con teas las casas de los traidores! iRecoged el cadaver! CIUDADANO SEGUNDO. iId en busca de fuego! CIUDADANO TERCERO.- iDestrozad los bancos! CIUDADANO CUARTO.- iHaced pedazos los asientos, las ventanas, todo! (Salen los CIUDADANOS con el Cuerpo.) ANTONIO.- iAhora, prosiga la obra! iMaldad, ya estds en pie! iToma el curso que quieras! (Entra un CRIADO). Qué ocurre, mozo? CRIADO.- Octavio ha llegado a Roma. ANTONIO.- ¢Dénde esta? CRIADO.- El y Lépido se hallan en casa de César. ANTONIO.- Voy inmediatamente a verle. Viene a me- dida del deseo, La fortuna esté de buen humor y, en su capricho, nos lo concederd todo. CRIADO.- Le he ofdo decir que Bruto y Casio han escapado como locos por las puertas de Roma. ANTONIO.- Es posible que tuvieran alguna informa- cién sobre los sentimientos dat pueblo y la manera como lo he sublevado. Llévame ante Octavio, (Salen). SCENA TERTIA Una calle Entra CINA el poeta Escaneado con CamScanner ORATORIA 83 GINA.- Esta noche he sofiado que estaba en un festin con César, y siniestros presagios atormentan mi imagina- cién. No tengo deseo de salir de casa, y, sin embargo, un algo desconocido me impulsa. (Entran CIUDADANOS). CIUDADANO PRIMERO.- ¢CuAl es vuestro numbre? CIUDADANO SEGUNDO.- ¢Adonde vais? CIUDADANO TERCERO.- ¢Dénde vivis? CIUDADANO CUARTO.- ¢Sois casado, 0 soltero? CIUDADANO SEGUNDO.- Responded a cada uno in- mediatamente. CIUDADANO PRIMERO.- Y brevemente. CIUDADANO CUARTO..- Y sensatamente. CIUDADANO TERCERO.- Y francamente, os trae cuenta. CINA.- ¢Cual es mi nombre? ¢Adonde voy? ¢Dénde vivo? ¢Si soy casado 0 soltero? ¢Y luego responder a cada uno inmediatamente y brevemente, sensatamente y franca- mente? Pues, sensatamente, digo que soy soltero. CIUDADANO SEGUNDO.- iso es tanto como decir que los que se casan son imbéciles. Temo que eso os va a costar un golpe. Prosigue, inmediatamente. CINA.- Inmediatamente, voy a los funerales de César. CIUDADANO PRIMERO.- éComo amigo, 0 como ene- migo? CINA.- Como amigo. CIUDADANO SEGUNDO.- Ese punto esta contestado inmediatamente. CIUDADANO CUARTO.- Ahora, vuestra residencia, Brevemente. CINA.- Brevemente, resido cerca del Capitolio. CIUDADANO TERCERO.- Vuestro nombre, sefior, francamente. CINA.- Francamente, mi nombre es Cina. CIUDADANO PRIMERO.- IDesgarradle en pedazos! iEs un conspirador! CINA.- iSoy Cina el poeta! iSoy Cina el poeta! CIUDADANO CUARTO.- iDesgarradle por sus malos versos! iDesgarradle por sus malos versos! CINA.- iNo soy Cina el conspirador! Escaneado con CamScanner 84 JOSE DAVALOS CIUDADANO CUARTO.- iNo importa, se llama Cina! iArrancadle solamente su nombre del corazén y dejadle marchar! CIUDADANO TERCERO.- iDesgarradle! iDesgarra- dle! iVengan teas! iEh! iTeas encendidas! iA casa de Bruto! iA casa de Casio! iArda todo! iVayan algunos a casa de Decio, y otros a la de Casca, y otros a la de Ligario! iEn marcha! iVamos! (Salen.) Escaneado con CamScanner DISCURSO DE CHARLES DE GAULLE MARCHEMOS CON LA MANO EN LA MANO Discurso pronunciado en espafiol por el presidente francés, desde el balcén del palacio nacional de México, dirigido hacia la Plaza de la Constitucién Mena de gente, el 16 de marzo de 1964.* Mexicanos: Traigo a México el saludo de Francia: Francia saluda a México, con amistad. Mi pafs ardiente, soberbio y libre se siente atrafdo por el vuestro, libre, so- berbio y ardiente. No existe ninguna doctrina, ningan pleito, ningin interés, que nos opongan. Al contrario. Mu- chas razones nos convidan a acercarnos. Francia saluda a México con respeto. Sabemos qué grandiosos origenes americanos son los de vuestra nacién. Sabemos con qué valor habéis conquistado y mantenido vuestra independencia. Sabemos qué inmenso esfuerzo de liberacién del hombre y de desarrollo moderno representa vuestra revolucién. Y vosotros, mexicanos, sabéis cuanto los franceses, durante su larga y dura vida de pueblo, han luchado por la libertad y la dignidad de los hombres. Sa- béis cémo, ahora ellos trabajan con sus manos, con su pen- samiento y con su coraz6n para elevar su pafs y para poder ayudar a muchos otros. Francia saluda a México con confianza. El mundo en que vivimos esté en completa transformacién. Pero tam- * Excelsior, 17 de marzo de 1964, 63 Escaneado con CamScanner 64 JOSE DAVALOS bién, esta amenazado de sufrir pruebas espantosas. Desde luego, los problemas que se plantean a todos los Estados se Ilaman el progreso y la paz. Para resolverlos no hay nada mas importante que la cooperacién de dos paises como los nuestros, que ayer escucharon el mismo ideal, que hoy siguen el mismo camino y que, para mafiana se sienten Ilamados aun mismo porvenir. He aqui, pues, lo que el pueblo francés: propone al pueblo mexicano: Marchemos con la mano en la mano y iViva México! Escaneado con CamScanner

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