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Los protocolos de

los sabios de Sion


Libro publicado por primera vez en 1902
en la Rusia zarista

Los protocolos de los sabios de Sion (en


ruso: Протоколы сионских мудрецов,
transliterado como Protokoly Sionskij
Mudretsov, usualmente abreviado a
Сионские протоколы, Sionskie Protokoly)
es un alegato antisemita falsificado [1] [2]
[3]
​publicado por primera vez en 1902,
cuyo objetivo era justificar
ideológicamente los pogromos que
sufrían los judíos en la Rusia zarista.[2]
Los protocolos de los sabios de Sion

de Matvei Golovinski

Género Alegato antisemita

Tema(s) Teorías de la
conspiración judía y
international Jewish
conspiracy

Idioma Ruso y francés

Texto original Les Protocoles des


Sages de Sion en
Wikisource
Editorial Znamya
Pavel Krushevan

Ciudad Imperio ruso

País Imperio ruso

Fecha de publicación 1903

El texto, considerado una farsa, sería la


transcripción de unas supuestas
reuniones de los «sabios de Sion», en la
que estos detallan los planes de una
conspiración judeo-masónica, que
consistía en el control de la masonería y
de los movimientos comunistas, en todas
las naciones de la Tierra, y tendría como
fin último hacerse con el poder mundial.
Los Protocolos son la publicación
antisemita más famosa y más
ampliamente difundida de la época
contemporánea. «Hitler los tomaba como
una ilustración de la existencia de los
designios ocultos de los judíos, una
demostración de su permanente mentira.
Todavía hoy, el texto sigue circulando, en
particular dentro de las redes islamistas, y
resurge periódicamente entre los
partidarios de la extrema derecha.
Además, constituye uno de los grandes
temas de la propaganda antisemita en
Internet».[4]
En 1921 el diario británico The Times
indicó que se trataba de un “torpe plagio”
de la obra Diálogo en el infierno entre
Maquiavelo y Montesquieu, o la política de
Maquiavelo en el siglo XIX, de Maurice Joly
(en la que manifiesta un complot de
Napoleón III para dominar el mundo) [5] [6] ​.

Este texto ha sido utilizado por individuos


y grupos que pretenden inculcar el odio a
los judíos.[1] [3] [7] [8] [9] [10]

Orígenes
Véanse también: Teorías de la conspiración judía y El discurso del rabino.

Los Protocolos de los sabios de Sion son


una falsificación de la Ojrana, la policía
secreta zarista, y fueron publicados por
primera vez en San Petersburgo en 1902,
aunque solo alcanzaron una distribución
masiva a partir de 1917 con la finalidad de
culpar a los judíos de los males de la
guerra y de la Revolución rusa.[11] [10] [2] [1]
[12]
​Incluso había una copia entre los
efectos personales de Nicolás II,
encontrada tras su ejecución.[11]

El texto básico en que se basaron los


Protocolos se compuso a mediados de la
década de 1890 por orden de Piotr
Rachkovski,[cita requerida] jefe de la
delegación de la Ojrana en París. El texto
se basa en buena parte en un panfleto
contrario a Napoleón III publicado por
Maurice Joly en 1864 y en la novela
antisemita de 1868 Biarritz, escrita por
Hermann Goedsche. Los rusos blancos
llevaron los Protocolos a Occidente
después de 1917 y, difundidos en
Alemania por la prensa völkisch, dieron
apoyo adicional a la «teoría de la puñalada
por la espalda». Incluso antes de la
llegada de Hitler al poder ya habían
aparecido 33 ediciones alemanas.[13]

En diciembre de 1901 Sergei Nilus afirmó


haber traducido al ruso unos textos que en
conjunto tituló Los protocolos de los
sabios de Sion. Durante los primeros
quince años, los Protocolos tuvieron
escasa influencia, pero a partir de 1917 se
vendieron millones de ejemplares en más
de veinte idiomas.[14]

Los teóricos de la conspiración señalan


generalmente que estas reuniones se
habrían llevado a cabo en el Primer
Congreso Sionista de Basilea (Suiza), del
20 al 31 de agosto de 1897, presidido por
Theodor Herzl.[15] ​Sin embargo, no hay
evidencias que lo demuestren. Por otra
parte, aunque hasta ahora no se ha
demostrado la existencia de una
organización llamada «Los sabios de
Sion» o «Los ancianos de Sion», estos
textos pretenden ser las actas levantadas
por dicha organización.[16]

Publicación de The Times

En 1921 el periódico The Times declaró


ser el primero en presentar pruebas
concluyentes de que Los protocolos eran
un plagio.[5]

«Los protocolos fueron


extensamente discutidos y
traducidos a muchas lenguas
europeas. Su autenticidad ha
sido frecuentemente atacada y
se han alegado muchos
argumentos para defender la
teoría de que son una
falsificación. En los tres
siguientes artículos el
Corresponsal de Constantinopla
de The Times presentará por
primera vez pruebas
concluyentes de que el
documento es en general un
torpe plagio. El Museo Británico
tiene una copia completa del
libro, que se titula “Diálogo en el
Infierno entre Maquiavelo y
Montesquieu, o la Política de
Maquiavelo en el siglo XIX. Por
un contemporáneo” y fue
publicado en Bruselas en 1865.
Poco después de su publicación
el autor, Maurice Joly, un
abogado y publicista parisino,
fue arrestado por la policía de
Napoleón III y sentenciado a 15
meses de prisión.» The Truth
about "The Protocols", Prefacio,
The Times, 1921.

El libro mencionado (Diálogo en el Infierno


entre Maquiavelo y Montesquieu) es
accesible hoy en día y, además del propio
artículo del periódico The Times, existen
otros ensayos comparativos entre ambas
obras, como el de Jean-Francois Revel,
que muestran que, en efecto, partes de
Los protocolos parecen haberse escrito
tomando como pauta la mencionada obra
de Maurice Joly. Cabe mencionar, sin
embargo, que ello no implica que se trate
de un "torpe plagio" del libro de Joly, pues
el mensaje y los objetivos de una obra y
otra difieren claramente y las enormes
repercusiones que tuvo el “plagio” en
cuestión, ponen de manifiesto que poco
tenía de torpe. Por otro lado, tampoco se
puede deducir de este artículo que el autor
original de dicho plagio fuese la Ojrana,
aunque sí se vincula con Rusia, tomando
como partida el hecho de que Los
protocolos fueron publicados en Londres
bajo el título de El peligro judío, el cual era
una traducción de un libro publicado en
1905 en Rusia por Sergei Nilus, de quien,
en el mismo artículo de The Times, se dice
que era:

«un funcionario del Gobierno


que declaró haber recibido de un
amigo una copia de una
recopilación del acta de una
reunión secreta, celebrada en
Paris por una organización
judía que estaba tramando
derrocar la civilización para
establecer un Estado Judío
mundial.» The Truth about "The
Protocols", Prefacio, The Times,
1921.

A continuación se añade que «Estos


“Protocolos” atrajeron poca atención hasta
ó después de la Revolución Rusa de 1917,
cuando la aparición de los Bolcheviques,
entre quienes había muchos judíos
profesando y practicando doctrinas
políticas que en algunos puntos se parecían
a las defendidas en los “Protocolos”,
llevaron a muchos a creer que el presunto
descubrimiento de Nilus era genuino."»[5]

La conexión que The Times hace con la


Ojrana se basa en el testimonio de "Mr. X,
quien no quiere que se conozca su
verdadero nombre". Este testigo afirmaba
que unos pocos meses antes (de la
publicación de The Times, agosto de 1921)
compró libros antiguos a un exoficial de la
Ojrana y que entre estos libros se
encontraba el de Maurice Joly.[5]

Este libro, según su prefacio, era original


de 1864 en Ginebra y fue apodado "Los
diálogos de Ginebra".
Aparte de esto, no se añaden más
evidencias, y como consecuencia lo único
que se puede afirmar, aun tomando por
bueno el testimonio de Mr. X, es que el
libro de Joly había llegado a Rusia. Es por
ello que el mismo periódico reconoce, al
encabezar sus conclusiones, que no hay
evidencias de cómo Los diálogos de
Ginebra llegaron a Rusia y que, por tanto, el
resto no es más que una teoría.[5]

La importancia del artículo reside en que


demuestra la vinculación de Los
protocolos con la obra de Joly, pero no se
aporta ninguna prueba de que el autor del
plagio original fuera la Ojrana, siendo solo
una teoría más entre muchas otras, y será
contradicha por autores posteriores, como
el ensayista e historiador francés Henri
Rollin, quien también sugiere que Los
protocolos tendrían un origen antisemita
en su obra El Apocalipsis de nuestro
tiempo (1939), pero, sin embargo,
considera que habrían sido redactados en
París entre los años 1897-98 (por grupos
antisemitas).

Lo cierto es que, a día de hoy, aún se


desconoce a ciencia cierta su verdadero
origen, y las teorías sobre el mismo son
tan numerosas que no se puede
sentenciar que se haya probado nada, tan
solo lo que algunos autores y medios
afirman.

Maurice Joly

La mayor parte de los escritos en los


Protocolos fueron plagiados del libro
Dialogue aux enfers entre Machiavel et
Montesquieu (‘Diálogo en los infiernos
entre Maquiavelo y Montesquieu’),
publicado por el autor satírico francés
Maurice Joly en el año 1864. Joly atacaba
las ambiciones políticas de Napoleón III
utilizando a Maquiavelo como una
sinopsis diabólica en el infierno, como un
doble de sí mismo para poder dar su
opinión acerca de Napoleón. El propio Joly
parece haber copiado material de una
popular novela de Eugène Sue, Los
misterios de las personas, en la que los
conspiradores fueron jesuitas. Los judíos
no aparecen en ninguno de los dos
trabajos. Puesto que era ilegal criticar a la
monarquía, Joly imprimió el folleto en
Bélgica y luego trató de pasarlo de
contrabando a Francia. La policía confiscó
un gran número de ejemplares. Joly fue
juzgado el 25 de abril de 1865 y
condenado a 15 meses de prisión. Joly se
suicidó en 1878.[1] [12]
Los Protocolos utilizan un sospechoso
lenguaje autoinculpatorio –nadie escribe
así de sí mismo y sus intenciones– y el
texto está plagado de generalizaciones,
lugares comunes y simplezas. Pero los
Protocolos calaron hondamente en el
antisemitismo europeo, y millones de
personas los creyeron a pies juntillas –
algunos siguen haciéndolo–, pues
básicamente solo “confirmaban” por boca
de supuestos judíos y masones lo que
millones de crédulos ya pensaban de
ellos.

Hoy sabemos que los Protocolos de los


Sabios de Sion son en gran medida un
plagio de la obra de Joly, que fueron
publicados en un diario de San
Petersburgo en 1903 por el editor
ultraderechista, racista y antisemita Pavel
Krushevan. Krushevan había participado
en varios pogromos –persecuciones,
apaleamientos y asesinatos de judíos
rusos– y sentía un odio visceral por la
estirpe de los hebreos, así como por el
progresismo político que caracterizaba a
muchos de sus representantes, y también
a los masones de su tiempo. Los
Protocolos fueron un éxito instantáneo,
pues venían a confirmar –falsamente– los
miedos y sospechas de millones de
personas incapaces de entender la
enormidad de los cambios políticos y
sociales de los siglos XVIII, XIX y XX. La
Ojrana los utilizó ampliamente para tratar
de convencer al pueblo y al Zar de que los
afanes para la democratización de Rusia
eran en realidad una conspiración
judeomasónica. La revolución bolchevique
de 1917 barrió todo ello, pero para
entonces los Protocolos habían llegado a
la Europa Occidental y tuvieron un papel
fundamental en el antisemitismo de
regímenes como el nazi y el fascista que
surgirían a continuación. Ninguno de ellos
quiso observar las similitudes con los
libelos de sangre tan corrientes en Europa
desde la Edad Media.[12]
Hermann Goedsche

La novela de Hermann Goedsche, Biarritz,


escrita en 1868, fue la otra fuente para
inspirar al escritor de los Protocolos. En el
capítulo «El cementerio judío de Praga y el
consejo de representantes de las doce
tribus de Israel», Goedsche escribió acerca
de una reunión nocturna entre los
miembros de una misteriosa cábala
rabínica, que describía cómo, a media
noche, el Diablo aparecía ante los que se
habían reunido en nombre de las Doce
Tribus de Israel para planear una
«conspiración judía». Su representación es
también similar a la escena de El collar de
la reina, de Alexandre Dumas (padre),
donde el Conde de Cagliostro y sus
cómplices tramaron el asunto del collar de
diamantes.

Como Biarritz apareció casi al mismo


tiempo que Diálogo en los infiernos entre
Maquiavelo y Montesquieu, es muy posible
que Goedsche se inspirara en el panfleto
de Joly, especialmente en el que detalla
los resultados de la reunión secreta.[17]

En 1949 el hispanista neerlandés J.A. van


Praag llegó a la conclusión de que
Hermann Goedsche debía conocer la obra
del escritor español del Siglo de Oro
Francisco de Quevedo titulada La Isla de
los Monopantos, un relato de ficción
satírica dirigido contra el Conde-Duque de
Olivares, valido del rey Felipe IV, en el que
se cuenta la historia de la reunión secreta
de los rabinos de Europa con los
cristianos que están dispuestos a
colaborar con ellos -los "monopantos"-
para apoderarse del mundo. Esta relación
es considerada probable por el hispanista
francés Joseph Pérez.[2]

Gonzalo Álvarez Chillida, historiador


español, también cree probable la
hipótesis de van Praag, ya que Goedsche
"era un hombre interesado por los temas
hispanos, como lo demostró en dos de
sus novelas, tituladas Villafranca y Puebla".
Así, lo que Quevedo concibió como una
fantasía satírica, "inspirándose sin duda en
el supuesto complot de los conversos,
revelado por la Carta de los judíos de
Constantinopla" de Juan Martínez Silíceo,
en el siglo xix algunos antisemitas,
siguiendo la estructura y contenido de los
Monopantos, lo convirtieron en auténticas
reuniones judías secretas.[18]

Goedsche, un reaccionario de las


Revoluciones de 1848, perdió su puesto de
trabajo en el servicio postal de Prusia
después de la creación de pruebas para
implicar al líder demócrata Benedict
Waldeck de conspirar contra el rey.
Después de su despido, Goedsche
comenzó una carrera como columnista
conservador, al tiempo que escribía obras
literarias bajo el seudónimo de Sir John
Retcliffe.[19] ​Goedsche fue espía de la
policía secreta de Prusia.[20]

Contenido
Los Protocolos es una obra de ficción,
escrita intencionalmente para culpar a los
judíos de una variedad de males. Los que
la distribuyen afirman que documenta una
conspiración judía para dominar el mundo.
Pero la conspiración y sus presuntos
líderes, referidos como "los sabios de
Sion", nunca existieron.[3] [7] [1]

En la Biblioteca Británica se conservan 43


ediciones distintas. El ejemplar ruso de
1905 se encuentra con el número
3296 d. 17, y lleva el sello de entrada
«British Museum, 10 de agosto de
1906».[21] [22] ​El libro ruso es un ejemplar
en octavo, encuadernado en piel negra y
consta de 417 páginas. Los Protocolos
forman en esta obra sobre el Anticristo de
Serge Nilus el Apéndice XII bajo el título
«El Anticristo como posibilidad política
inmediata». Los protocolos de los sabios
de Sion", 1902-1903 r. r.
El texto está dividido en 24 «protocolos»
que —según el periódico Morning Post del
17 de julio de 1920— comprenden
aproximadamente 20 000 palabras y
corresponden a las páginas 305 a la 417.
Algunos de los temas referidos en el texto
son los siguientes:
Temas Protocolos

Libertad ficticia en la política.[23] 1

Promoción de tendencias subversivas en la ciencia y el arte.[24] 2

Guerras económicas.[25] 2

Guerras mundiales y conflictos internos. 7

Revoluciones mundiales. 15

Derechos ficticios para las masas. 3

Establecimiento del comunismo. 3y9

2, 7, 9, 10, 12, 13,


Control de la prensa
17, 19

Corrupción de la política de los no judíos y de sus leyes[26] 9

El triunfo judío por medio del voto del pueblo, sufragio universal y
10
despotismo de las masas.[27]

Libertad, igualdad y fraternidad. Véase también: Liberté, égalité, fraternité[28] 1, 9

Inestabilidad de las constituciones. 3

Charlatanería parlamentaria.[29] 3

Entorpecimiento de los jóvenes mediante una educación fundada en teorías


9
y principios falsos.[30]

Promoción de distracciones para evitar la reflexión en los gentiles: juegos,


13
diversiones, pasatiempos, prostitución y actividades deportivas.[31]

Destrucción del cristianismo y las demás religiones, decadencia de la fe


4, 17
religiosa en general y el culto al dinero.[32] [33]

Descrédito de los sacerdotes cristianos, disminución de su influencia.[33] 17

2, 3, 4, 5, 14, 15,
Importancia y acumulación del oro.[34] [35] [36] [37]
20, 22

Importancia del antisemitismo para la causa.[38] 9

Educación superficial y abolición de la libertad de enseñanza, del


5, 15
pensamiento crítico.[39] [40]

Manipulación y falsificación de la Historia.[41] 16, 19


Anarquía entre los obreros y su habituación al alcohol y encarecimiento de
6
productos de primera necesidad.[42]

Control de la economía por vía de la especulación.[43] [44] 4, 6

Crisis económicas, generación de deuda por medio de empréstitos.[45] [46] 20, 21

Monopolios. 5, 6

Gobierno mundial. 5, 6, 9, 10

Destrucción de nacionalidades, fronteras y de la diversidad de monedas.[47] 10

Prohibiciones de las sociedades secretas. 15

Propagación de ideas, como darwinismo, marxismo, nietzscheísmo,


2, 9, 10, 12, 15
liberalismo, socialismo, comunismo, anarquismo, etc.[48] [49] [50]

Propagación del materialismo. 16

Establecimiento final del orden y del verdadero bien, los judíos son los
22
bienhechores de la humanidad, pues está predestinado por Dios.[51]

El documento y la teoría de la
conspiración

Edición española de Los


protocolos de los sabios de
Sion.
La creación de este documento se ha
señalado como un claro ejemplo de la
persistencia de las teorías conspirativas
que, en una coyuntura política de crisis
social, avivan los prejuicios y las fobias al
proporcionar una coartada ideológica para
el antisemitismo. Así, entre otras
acciones, este falso texto inspiró la
masacre de 60 000 judíos (a los que se
responsabilizó de la Revolución de 1917) a
manos de las autoridades bielorrusas.[12]
Los Protocolos en la
propaganda nazi (años 1930-
1940)
Los Protocolos también pasaron a ser
parte de la propaganda nazi para justificar
la persecución de los judíos. Se convirtió
en lectura obligatoria para los estudiantes
alemanes. En El holocausto: la destrucción
del pueblo judío en Europa (1933-1945),
Nora Levin afirma que «Hitler utilizó los
Protocolos como un manual en su guerra
de exterminio de los judíos»:

Nunca hubo pruebas


concluyentes de que los
Protocolos fueran una
burda falsificación,
tenían gran popularidad
y grandes ventas en los
años veinte y treinta. Se
tradujeron a todos los
idiomas de Europa y se
vendían ampliamente en
los países árabes,
Estados Unidos e
Inglaterra. Pero fue en
Alemania, después de la
Primera Guerra
Mundial, donde
tuvieron su mayor éxito.
Allí se utilizaron para
explicar todos los
desastres que
ocurrieron en el país: la
derrota en la guerra, el
hambre, la inflación
destructiva.[52] ​

A partir de agosto de 1921, Hitler comenzó


a incorporarlos en sus discursos, y fueron
tema de estudio en las aulas alemanas
después de que los nazis llegaran al
poder. En el apogeo de la Segunda Guerra
Mundial, Joseph Goebbels (ministro de
propaganda nazi) proclamó: «Los
protocolos de los sionistas son tan
actuales hoy como lo fueron el día en que
fueron publicados por primera vez».[53] ​En
las palabras de Norman Cohn, esto sirvió a
los nazis como «autorización del
genocidio».[12]

Análisis
Una lectura del panfleto permite deducir
que se trata de una fabricación poco
lúcida:

Posee un carácter autoinculpatorio (es


decir, el narrador —un supuesto anciano
de Sion— se culpa a sí mismo de los
males del mundo).

Carece totalmente de raíces lingüísticas


y culturales judías (no parece escrito por
un judío). De hecho, salvo la utilización
reiterada de la palabra "goy", y su plural
"goyim", no hay otra palabra en hebreo
en todo el texto.[54]

Con todo, el mito traspasó las fronteras de


Rusia, y aún hoy en día hay quienes
todavía consideran que la organización
secreta es real debido a que piensan que
algunos de los planes referidos en los
protocolos se han cumplido.[1]

Pruebas de un plagio

En 1921, tiempo en que los Protocolos


eran ampliamente difundidos por el
multimillonario estadounidense Henry
Ford y cobraban más popularidad, un
miembro de la redacción del diario Times
de Londres, Philip Graves, quien se
encontraba entonces en Estambul,
encontró por casualidad a un misterioso
ruso que encubrió su identidad con el
nombre de «Mr. X»[55] ​el cual le entregó
una copia gastada de un libro en francés
titulado Diálogo en los infiernos entre
Maquiavelo y Montesquieu o la política de
Maquiavelo en el siglo XIX escrito por
Maurice Joly.[56]

El 16, 17 y 18 de agosto de 1921, el Times


de Londres publicó una serie de artículos
en donde se informaba que «los
Protocolos [...] son sólo un torpe fraude
escrito por un plagiario inconsciente que
parafraseó un libro publicado en Bruselas
en 1865».

Comparación de los «Diálogos»

Los «protocolos» 1 a 19 siguen de cerca el


orden de los capítulos 1 a 17 del Diálogo
en los infiernos entre Maquiavelo y
Montesquieu, con algunas excepciones. En
algunos lugares, el plagio es irrefutable:
Un préstamo es un asunto del papel
Montesquieu: ¿Cómo son los
del Gobierno, que conlleva la
préstamos? Por la emisión de
obligación de pagar intereses que
obligaciones, que implica para el
ascienden a un porcentaje de la
Gobierno la obligación de pagar
suma total del dinero prestado. Si
intereses proporcionales al capital
un préstamo está en el 5%, entonces
que ha pagado. Así, si un préstamo
en 20 años, el Gobierno habría
es del 5%, el Estado, después de 20
pagado innecesariamente una suma
años, ha pagado una suma igual al
igual a la del préstamo con el fin de
capital prestado. A los 40 años ha
cubrir el porcentaje. En 40 años se
pagado el doble, y el triple después
ha pagado el doble, y en 60 tres
de 60 años: sin embargo, sigue
veces esa cantidad, pero el préstamo
siendo deudor de todo el capital
continúa como una deuda no
(Diálogos, de Joly, p. 250)
pagada (Protocolos, de Nilus, p. 77)

Otro ejemplo es la referencia al Dios hindú


Vishnú, que aparece exactamente dos
veces en los Diálogos en los infiernos y en
los Protocolos:

Maquiavelo: Al igual que el dios Estos periódicos, al igual que el dios


Vishnú, mi prensa tendrá un de la India Vishnú, serán dotados de
centenar de brazos, y esos brazos se cientos de manos, cada una de las
dan la mano con todos los diferentes cuales se sienten en el pulso
matices de opinión en todo el país diferente de la opinión pública
(Diálogos, de Joly, p. 141) (Protocolos, de Nilus, p. 43)
Montesquieu: Ahora entiendo la
Nuestro gobierno se asemeja al dios
figura del dios Vishnú: tienes un
hindú Vishnú. Cada una de nuestras
centenar de brazos, como el ídolo de
cien manos activará un resorte de la
la India, y cada uno de los dedos
maquinaria social del Estado
toca un resorte (Diálogos, de Joly, p.
(Protocolos, de Nilus, p. 65)
207)

Además de mencionar a Vishnú, cosa muy


improbable en la literatura religiosa judía, y
la falta de citas talmúdicas que serían de
esperar en el mismo, hay referencias
textuales al «Rey de los Judíos», la
semimesiánica idea que conlleva fuertes
connotaciones de Jesús, sugieren que el
autor no estaba muy bien versado en la
cultura judía, ya que este término se ha
evitado en la tradición judía desde el
cisma entre el judaísmo y el cristianismo.
Una vez que Philip Graves reveló la medida
de la similitud entre los dos textos, se hizo
evidente que los Protocolos no son un
documento auténtico.

Graves se dio cuenta inmediatamente del


parecido extraordinario entre los Diálogos
de Joly y los Protocolos de Nilus. Había
párrafos enteros que habían sido copiados
literalmente, mutatis mutandis por el
cambio entre diálogo (entre los dos
franceses) y monólogo (del «sabio de
Sion»).

Graves había hecho un descubrimiento de


la mayor importancia. En tres largos
artículos publicados en el Times de
Londres de los días 16 a 18 de agosto de
1921, reveló la verdad sobre la falsedad de
los Protocolos.

Graves demostró que el autor, quizás el


mismo Nilus, había simplemente plagiado
los Diálogos de Joly, cambiando el original
y agregando material (en parte copiado de
Goedsche, otro autor antisemita de
mediados del s. XIX) para servir a sus
fines.

Los siguientes son otros ejemplos de


estos plagios:
Bien pronto organizaremos
Organizaré, por ejemplo, inmensos
enormes monopolios —colosales
monopolios financieros —reservas
reservas de riquezas— en los que
de la fortuna pública— de los que
las fortunas de los cristianos,
dependerá tan estrechamente la
incluso las grandes, dependerán de
suerte de todas las fortunas
tal forma de ellos, que al día
privadas, que al día siguiente de
siguiente de una catástrofe política
cualquier catástrofe política serán
serán absorbidas con el crédito de
absorbidas con el crédito del Estado.
los Estados. Señores economistas
Usted es economista, Montesquieu:
aquí presentes, consideren la
pese el valor de esta combinación.
importancia de esta combinación
(Diálogos, de Joly, p. 75)
(Protocolos, de Nilus, p. 42)

Es preciso llegar a que en el Estado Es preciso que en los Estados haya


haya solamente proletarios, algunos solamente proletarios, algunos
millonarios y soldados (Diálogos de millonarios... y soldados
Joly, p. 77) (Protocolos, de Nilus, p. 45)

Sila volvió deificado, nadie tocó un Sila estaba deificado (nadie tocó un
cabello de su cabeza (Diálogos, de cabello de la cabeza de Sila)
Joly, p. 159) (Protocolos, de Nilus, p. 93)

En total hay más de 160 pasajes en los


Protocolos (correspondientes a un 40% del
texto total), que están evidentemente
basados en pasajes en Joly. En nueve de
los capítulos, el texto copiado alcanza a
más del 50%.

Hay que señalar que a veces Nilus se


equivoca, pierde el hilo y no entiende quién
está hablando, ya que mezcla los juicios
contradictorios de los dos personajes de
la obra de Joly.[cita requerida]

Comentario a los Protocolos


En enero de 1938 el sacerdote católico
francés Pierre Charlés publicó en la revista
Nouvelle Revue Théologique un artículo
comentando la influencia de los
Protocolos en el sempiterno antisemitismo
europeo:
Si se los toma como un
programa, los
Protocolos [...] son sólo
una serie de
divagaciones sin
importancia, que
delatan a cada
momento la
incoherencia del
redactor y su ignorancia
de las nociones más
elementales. Nadie
podría jamás llevar a
ejecución ese programa,
porque hormiguea de
contradicciones y de
visible insania. Está
comprobado que estos
Protocolos son una
falsificación, plagiada
torpemente a partir de
la obra satírica de
Maurice Jolý y
compuesta con el fin de
hacer odiosos a los
judíos, excitando contra
ellos las pasiones más
irreflexivas y ciegas.

El Congreso Sionista de
Basilea (Suiza) de 1897
no tuvo nada que ver
con la composición del
panfleto ruso. Se puede
discutir sobre el fin
perseguido por el autor
de la falsificación:
parece relacionado con
la situación interna de
Rusia y con el
manifiesto zarista del 30
de octubre del mismo
año.

El odio es como la
legendaria túnica
envenenada de
Deyanira, de la que su
esposo Hércules nunca
logró desprenderse. El
odio es el tesoro que el
hombre más ferozmente
guarda; y el hombre
lapida con rabia a
aquellos que intentan
arrebatárselo.

Opinión y la influencia del


texto en los antisemitas

Adolf Hitler

Su lectura por parte de Adolf Hitler,


evidenciada en Mi lucha, fue determinante
para avivar los prejuicios fanáticos del
futuro dictador.[12]

Con el paso del tiempo se ha convertido


en libro de texto entre los grupos de
ultraderecha, compartiendo estantería en
las librerías dedicadas a este tipo de
literatura con panfletos supremacistas
blancos y obras en las que se niega el
holocausto judío a manos de los nazis. En
el interés nazi por extender el
antisemitismo, se imprimieron cientos de
miles de copias y se repartieron por
muchos hogares (se dice que solo la Biblia
podía competir en número de ejemplares)
y en las Juventudes Hitlerianas se hizo
lectura obligatoria.[10]

El propio Goebbels, en sus diarios,


reflexiona sobre su utilidad como vehículo
de propaganda antisemita y refiere que
Hitler creía en su autenticidad (quedando
claro que él mismo y otros sí tenían
noticia de que se trataba de una
falsificación).[cita requerida]

Henry Ford

El magnate automovilístico
estadounidense Henry Ford financió varias
ediciones del folleto ruso y creó una
revista (The Dearborn Independent)
dedicada a denunciar la supuesta
existencia de un «peligro judío».

Luego reunió sus artículos de


investigación antisemita en un extenso
libro en cuatro volúmenes titulado El judío
internacional, con el que pretendía
demostrar a través de diversos ejemplos
la veracidad de los Protocolos. Este libro
no tuvo mucho éxito en EE. UU. Sin
embargo, se popularizó rápidamente en
Europa, donde fue traducido a 16 idiomas
(entre ellos el alemán, por Theodor
Fritsch) y, en 1922, se habían superado las
22 ediciones.

Acerca de los Protocolos en sí, en una


entrevista publicada el 17 de febrero de
1921 en la revista New York World, Ford
dijo: «La única declaración que voy a hacer
respecto a los Protocolos es que encajan
con lo que está ocurriendo. Tienen 16
años y encajan con la situación mundial
hasta este momento».

Tanto la extensa obra de Henry Ford como


Los protocolos de los sabios de Sion se
volvieron elementos indispensables dentro
de la propaganda antisemita de Hitler. No
se conoce la razón del antisemitismo de
Ford.

En el siglo xxi
Al mismo tiempo que Los protocolos
mantienen su popularidad en algunos
países, desde la derrota de la Alemania
Nazi en la segunda guerra los gobiernos y
líderes políticos de la mayor parte del
mundo han evitado sostener que Los
protocolos representan una evidencia real
de una conspiración judía. Sin embargo,
este mito de una supuesta conspiración
judía internacional, lejos de mitigarse con
el paso del tiempo, continúa proliferando
en lugares donde prima el antisemitismo.
Uno de estos lugares es el Oriente Medio,
donde un gran número de regímenes y
líderes árabes y musulmanes los
consideran auténticos.

En países islámicos

En los países islámicos existe un público


excepcionalmente receptivo a este
mensaje. Innumerables discursos
políticos, editoriales y hasta dibujos
animados se derivan de los Protocolos.[3]
[7]
​Debido a ello, las versiones en árabe de
los Protocolos se han multiplicado y son
difundidas por diversos medios, desde
fotocopias hasta Internet, pasando por
textos académicos o la televisión por
satélite.

En 2002, la televisión estatal de Egipto


transmitió una miniserie basada sobre los
Protocolos, un evento condenado por el
Departamento de Estado de los Estados
Unidos.[3] [7] ​En textos oficiales educativos
elaborados por la ANP egipcia, se llegan a
citar como referencia para «explicar» la
política de Israel.[57] ​Los Protocolos llegan
a ser citados para explicar teorías
alrededor de hechos como el 11-S o el
asesinato del primer ministro libanés.[58]
Hamás, la organización palestina, se
apoya en parte sobre los Protocolos para
justificar sus actos de terrorismo contra
civiles israelíes.[3] [7]

Los respaldos pasados al texto de los


presidentes Gamal Abdel Nasser y Anwar
el-Sadat de Egipto, del presidente Arif de
Irak, del rey Fáisal de Arabia Saudita y del
coronel Muamar el Gadafi de Libia reciben
hoy un eco en las más contemporáneas
declaraciones desde el Gran Muftí de
Jerusalén, el jeque Ekrima Sa'id Sabri y
Hamás hasta las realizadas por el ministro
de Educación de Arabia Saudita.[59]

El ayatolá Jomeini era muy aficionado a


las teorías de la conspiración judía y le
gustaba ilustrar sus textos con
fragmentos de Los protocolos. Por
extensión, usaba este alegato antisemita
para criticar a todo Occidente. Así lo hizo
en 1984 en la publicación Imam, en un
artículo en el que acusaba al ejército
británico de cometer atrocidades durante
la Guerra de las Malvinas por consejo de
los Sabios de Sion.[60]
En Venezuela

El 4 de abril de 2011, en un programa de la


Radio Nacional de Venezuela, la periodista
Cristina González[61] [62] ​hizo referencia a
los Protocolos de los Sabios de Sion,
calificándolos de "interesantes", haciendo
hincapié en el control por parte de los
judíos de la economía, basada en el texto
de los Protocolos. La Confederación de
Asociaciones Israelitas de Venezuela[63]
denunció el hecho ante el Ministerio
Público de Venezuela y solicitó una
investigación. La Liga Antidifamación se
ha unido a las acusaciones contra el
gobierno venezolano de “no cumplir con
su palabra” de combatir el antisemitismo
en Venezuela.[64]

Tratamiento del texto en


otras obras
La conspiración,[65] ​obra póstuma del
dibujante y guionista de cómics Will
Eisner, es una novela gráfica acerca de Los
protocolos de los sabios de Sion desde su
creación hasta la actualidad y cómo los
han usado diversas asociaciones
antisemitas. Will Eisner falleció en enero
de 2005, poco después de la publicación
de su novela gráfica que debía suponer,
como escribió su autor en el prólogo, "un
clavo más que hundir en el ataúd de ese
aterrador fraude vampírico".[65]

El escritor italiano Umberto Eco en El


péndulo de Foucault cita a Los protocolos
entre su vertiginosa descripción paródica
de todas las teorías conspirativas acerca
de sociedades ocultas y planes mundiales
secretos. De manera sintética, hace
hincapié en las contradicciones internas
de estos sabios conspiradores. Más
recientemente, El cementerio de Praga de
este autor gira en torno a la composición
de los protocolos de Sion. El protagonista
de esta novela conoce a personas como
Joly y Goedesche y termina siendo el
autor de los protocolos.

El cuento El libro de los reyes y de los


tontos, del escritor serbio Danilo Kiš,
incluido en La enciclopedia de los muertos,
es una parodia a toda la trama implícita en
Los protocolos de los sabios de Sion.

Véase también
Lista de prejuicios cognitivos

Antisemitismo

Teoría de conspiración

El discurso del rabino

Teorías de la conspiración judía


Notas y referencias
1. Camacho Hidalgo, Santiago (2008). «4
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4. Wieviorka, 2018, p. 46.

5. Times, reprinted from The. The Truth


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2017.

6. Wieviorka, 2018, p. 45-47.

7. Los Protocolos de los Sabios de Sion


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8. Álvarez Chillida, Gonzalo (2007). El


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10. La orden negra: El ejército pagano del


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11. Figes, 2000, p. 287.


12. Cohn, Norman (1983). El mito de la
conspiración judía internacional: los
Protocolos de los sabios de Sión (htt
p://books.google.es/books?id=9jA8eZ
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ISBN 9788420619422.

13. Friedländer, 2009, p. 137.

14. «Jewish World Plot» (https://web.archi


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agosto de 1921. Archivado desde el
original (http://emperor.vwh.net/antise
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2013. Consultado el 12 de septiembre
de 2011.

15. M. E. Jouin: Comentario a los


protocolos.

16. Los protocolos de los Sabios de Sion


(http://www.congresojudio.org.ar/not
a.php?np=1315) (enlace roto disponible
en Internet Archive; véase el historial (https://

web.archive.org/web/*/http://www.congresoj

udio.org.ar/nota.php?np=1315) , la primera

versión (https://web.archive.org/web/1/htt

p://www.congresojudio.org.ar/nota.php?np=1

315) y la última (https://web.archive.org/we


b/2/http://www.congresojudio.org.ar/nota.ph

p?np=1315) ).

17. Este material fue expuesto


originalmente por Philip Graves en «El
origen de “Los protocolos de Sion”»,
publicado en el periódico The Times
entre el 16 y el 18 de agosto de 1921 y
desde entonces se ha ampliado en
muchas fuentes.

18. Álvarez Chillida, Gonzalo (2002). El


antisemitismo en España: la imagen
del judío, 1812-2002. Madrid, Marcial
Pons. pp. 50-51.
ISBN 9788495379498.
19. Norman Cohn: Warrant for Genocide:
The Myth of the Jewish World-
Conspiracy and the Protocols of the
Elder of Zion (pág. 32 a 36). Nueva
York: Harper & Row Publishers, 1966.

20. Goedsche era espía de la policía


(DDickerson.igc.org (http://ddickerson.
igc.org/The_Protocols_of_the_Learned
_Elders_of_Zion.pdf) Archivado (http
s://web.archive.org/web/2014072910
3854/http://ddickerson.igc.org/The_Pr
otocols_of_the_Learned_Elders_of_Zio
n.pdf) el 29 de julio de 2014 en
Wayback Machine.).
21. M. E. Jouin, Comentario a los
Protocolos.

22. Willie Martin, Compendio de los


Protocolos.

23. Protocolo I, párrafo 6.

24. Protocolo II, párrafos 2 y 3.

25. Protocolo II, párrafo 1.

26. Protocolo IX, párrafo 11.

27. Protocolo X, párrafos 4, 5 y 6

28. Protocolo I, párrafo 25.

29. Protocolo III, párrafo 4.

30. Protocolo IX, párrafos 9 y 10.

31. Protocolo XIII, párrafo 3

32. Protocolo IV, párrafo 3


33. Protocolo XVII, párrafo 2.

34. Protocolo II, párrafo 5.

35. Protocolo III, párrafo 11.

36. Protocolo XX, párrafo 22

37. Protocolo XXII, párrafo 2

38. Protocolo IX, párrafo 3.

39. Protocolo V, párrafo 7: "El objetivo


principal de nuestro gobierno consiste
en debilitar el espíritu crítico del
pueblo; hacerle perder la costumbre
de pensar pues la reflexión da origen
muchas veces a la resistencia".

40. Protocolo XV, párrafos 1, 2, 3, 4, 7 y 8:


"El sistema de represión del
pensamiento ya está en vigor en el
método llamado "enseñanza por
medio de la imagen", que debe
transformar a los gentiles en animales
dóciles, que no piensen, que necesiten
la representación por las imágenes
para comprenderlas..."

41. Protocolo XV, párrafo 4: "Borraremos


de la memoria de los hombres todos
los acontecimientos de los siglos
pasados que no nos son gratos, no
conservando sino los que dan a
conocer las faltas de los gobiernos
gentiles"

42. Protocolo VI, párrafo 7.


43. Protocolo IV, párrafo 4.

44. Protocolo VI, párrafos 6 y 7.

45. Protocolo XX, párrafos 20, 27, 29,30,


31, 32, 36, 37, 41.

46. Protocolo XXI, párrafos 1,2, 4, 5, 8.

47. Protocolo X, párrafo 4.

48. Darwinismo, marxismo y


nietzscheísmo: Protocolo II, párrafo 3

49. Socialismo, comunismo y


anarquismo,: Protocolo III, párrafos 6,
7 y 13.

50. Liberalismo: Protocolo X, párrafo 8, 9 y


10; Protocolo XV, párrafo 9.
51. Protocolo XXII, párrafo 3: "¿Será, pues,
necesario todavía demostrar que
nuestro gobierno está predestinado
por Dios? Lo que no podremos probar
por medio de esta enorme riqueza es
que todo el mal que nos hemos visto
obligados a causar durante tantos
siglos ha servido finalmente al
verdadero bien, a poner todo en
orden... El orden se restablecerá, en
parte, por medio de la violencia, pero
se restablecerá al fin. Sabemos probar
que somos bienhechores de la
humanidad"
52. Nora Levin, The Holocaust: The
Destruction of European Jewry 1933–
1945. Citado en DDickerson.IGC.org (h
ttp://ddickerson.igc.org/hitler-protokoll
en.html) Archivado (https://web.archi
ve.org/web/20021001121141/http://d
dickerson.igc.org/hitler-protokollen.ht
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the Paranoid Style Flourishes and
Where It Comes From (pág. 95). The
Free Press - Simon & Shuster. ISBN 0-
684-83131-7.
54. *Protocolo I, párrafo 1: «Hablemos con
franqueza, debatiendo el sentido de
cada idea y haciendo resaltar por
comparaciones y deducciones su
explicación. De este modo, expondré
el concepto de nuestra política así
como la de los goim».
Protocolo VII, párrafo 7: «Llegará
el momento de demostrar que
todos los gobiernos europeos de
los goyim están esclavizados…»

Protocolo XIII, párrafo 6: «…Es la


manera de lograr que pierdan la
cabeza los cristianos imbéciles
con la palabra progreso. No habrá
un solo discernidor entre los goim
que descubra agazapada bajo
esta palabra la evasión de la
verdad respecto a todo cuanto no
sea del mundo material».

Protocolo XVI, párrafo 3: «El


desconocimiento de los asuntos
políticos es surtidor de utopías y
embrión de malos ciudadanos:
para entender esto, sólo hay que
ver a los cristianos y a los goim».

55. El ruso «Sr. X» (Conoze.com (http://ww


w.conoze.com/doc.php?doc=1656)

56. Proyecto Gutenberg. «Dialogue aux


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antisemitismo explicado a los jóvenes
[L'Antisémitisme expliqué aux jeunes].
Buenos Aires: Libros del Zorzal.
ISBN 978-84-17318-16-1.

Enlaces externos
Hirhome.com - Los Modernos
"Protocolos de Sión" (https://web.archiv
e.org/web/20060514142330/http://ww
w.hirhome.com/israel/sp-mprot1.htm)
Datos: Q26193
Multimedia: Protocols of the Elders of
Zion (https://commons.wikimedia.org/
wiki/Category:Protocols_of_the_Elders_
of_Zion) / Q26193 (https://commons.
wikimedia.org/wiki/Special:MediaSearc
h?type=image&search=%22Q26193%2
2)

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