Está en la página 1de 1

EL COLIBRÍ Y LA LIEBRE

Érase una hermosa mañana donde el sol


iluminaba con todo su esplendor los
pajarillos no cesaban de trinar entonando
sus hermosas melodías, las liebres
saltaban de alegría de aquí para allá, las
mariposas y flores lucían sus trajes
elegantes donde se podía percibir el aroma
de estas. Se escuchaba el mugido de los
toros, el balar de las ovejas y el zumbido
de los colibríes. De pronto se escuchó el
sonido de llamas de fuego, que quemaba
el rastrojo del trigo y de cebada, generada
por los agricultores que preparan sus
terrenos para la nueva siembra, todos los animales huían despavoridos, en mitad de la
confusión, un pequeño colibrí con su traje verde azulado brillante empezó a volaren
dirección contraria a todos los demás. Todos miraban al colibrí asombrados pensando
qué demonios hacia dirigiéndose hacia el fuego.
- La liebre le pregunto: ¿Dónde vas? ¿Estás loco?, tenemos que huir del fuego.
- El colibrí respondió recojo un poco de agua del riachuelo con mi pico para mitigar el
fuego.
- La liebre asombrada le grito: No va a servir para nada, tú solo no podrás apagarlo
- El colibrí seguro de sí mismo respondió, es posible, pero yo cumplo con mi parte aquí
está mi vida, mi nido y todo lo que construí, me sentiría muy mal sin hacer nada.
- Estás loco, no servirá unas pocas gotas de agua para apagar el tamaño de intensidad
de las llamas. No podrás apagarlo tú solo.
- El colibrí continúo su incansable vuelo hacia el riachuelo.
Todos los demás animales huyeron de la pradera dejando el arduo trabajo que
realizaba el colibrí, fue la última vez que lo vieron.

Moraleja: El trabajo en conjunto nos acerca a un resultado óptimo si cada uno hace lo
que le corresponde en cada momento, podríamos lograr grandes cambios en conjunto

También podría gustarte