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Gema María Vargas Palma.

Mercedes Rubia Vargas. 2º bachillerato B


Emanuela Olimpia Munteanu.

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El cambio climático
en España.

El cambio climático se entiende como un cambio de clima atribuido directa


o indirectamente a la actividad humana que altera la composición de la
atmósfera mundial.
Desde el punto de vista meteorológico, se llama cambio climático a la
alteración de las condiciones predominantes. Los procesos externos tales
como la variación de la radiación solar, variaciones de los parámetros
orbitales de la tierra, los movimientos de la corteza terrestre y la actividad
volcánica son factores que tienen gran importancia en el cambio climático.

Según la página de Nacional Geographic, España es cada vez mas vulnerable


al cambio climático.
Aquí se encuentra un informe sobre las consecuencias del cambio climático
en España, unas de ellas son:

-Aumento del nivel del mar:


Se espera que este siglo se produzca un aumento de entre 10 y 68 cm del
nivel del mar en las costas españolas. Las zonas más vulnerables son los
deltas y las playas, este fenómeno causará pérdidas de un número
importante de playas. El aumento
del nivel del mar también
puede favorecer la intrusión de
agua marina y la salinización de
acuíferos costeros, un problema
que se acrecienta con la
sobreexplotación de recursos
derivados de la urbanización
de zonas cercanas al mar, lo que provoca que se requiera una mayor
cantidad de agua extraída del subsuelo para abastecimiento.

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-Sequía:
La sequía es la reducción de agua por debajo de la cantidad normal para un
período de tiempo determinado, consecuencia directa de la intervención
humana. Un estudio realizado por un equipo internacional con participación
del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado
que los árboles más grandes y de mayor altura serán los más vulnerables a
la sequía. Superar el límite de 1,5
ºC depararía un mayor
incremento del calor extremo,
lluvias torrenciales y
mayor probabilidad de sequías,
algo que tendrá un efecto directo
sobre la producción de alimentos,
sobre todo en zonas sensibles,
como el Mediterráneo.

-Olas de calor:
Las olas de calor son cada vez más frecuentes. Los escenarios futuros
barajados por Greenpeace indican que se repetirán cada verano y superarán
los récords de temperaturas
hasta ahora registrados. De
hecho, este fenómeno ya
se ha duplicado desde que
tenemos datos. Y en la práctica
se está generando un estrés
hídrico que mata bosques
enteros, incluso de árboles tan
recios como las encinas,
muchas de las cuales ya tienen
hojas rojas, síntoma de su agotamiento y futura muerte. Desde 1975, la
duración de las olas de calor ha ido en aumento en España. En 2015 se sufrió
un episodio de 26 días de duración. Si no se reducen las emisiones de gases
de efecto invernadero, en el año 2100 podrían durar hasta tres meses.

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-Pérdida de glaciares:
En nuestro país se han perdido ya
más del 80% de los glaciares
pirenaicos y para 2050 podrían
desaparecer irreversiblemente.
El del Monte Perdido ha
decrecido de medía 5 metros de
grosor en las últimas décadas,
aunque hay puntos en los que
son hasta 14 metros menos. En general retrocede un metro al año. De los 52
glaciares que había en 1850 han desaparecido ya 33, la mayoría de ellos
después de 1980. Las 3.300 hectáreas de lenguas de hielo que existían a
principios del siglo XX en el Pirineo se han reducido a 390.

-Especies invasoras:
A medida que aumente la temperatura del mar, algunas especies nativas no
podrán sobrevivir y algunas otras invasoras se expandirán. Según un trabajo
liderado por el Instituto de Ciencias
del Mar (ICM-CSIC) la combinación
del cambio climático y la sobrepesca
es un cóctel explosivo que podría
provocar una auténtica devastación
de la fauna marina.
Por ejemplo, en Almería, en el año 2018, pudimos observar la llegada masiva
de carabelas portuguesas en las playas.

-Incendios forestales:
2017 fue el peor año de la última década, con un total de 56 grandes
incendios contabilizados. El cambio climático es una de las principales causas
de estos fenómenos, como consecuencia
directa de un descenso progresivo de las
precipitaciones, agostando el suelo.
Además, explica por qué los incendios
están cambiando, empeorando las

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condiciones de inicio y de propagación. Cada vez más convivimos con
incendios de alta intensidad que sobrepasan los esfuerzos de los equipos de
extinción.

Desertificación:
España es un país muy vulnerable a la desertificación. En julio de 2017, los
paleo ecólogos Joel Guiot y Wolfgang Cramer anunciaron en la
revista Science que en 2090 la península Ibérica podría llegar a ser como el
Sáhara si se sigue aumentando la temperatura media del planeta. En ese año
las comunidades más
secas habrán avanzado
desde la esquina
sudoriental de la
península, y la mitad de
la península, dese
Alicante hasta Lisboa,
habrá sido devorada por
el desierto. Basándose
en ese escenario, la temperatura en Madrid aumentará de 3 a 4 ºC,
igualando a la de Casablanca. Guiot y Cramer advierten que en el próximo
siglo surgirán ecosistemas en la cuenca mediterránea que no tienen
precedente en esta zona en los últimos 10.000 años. Según los expertos, el
75 % del suelo de la Península es susceptible de sufrir desertificación.
Además, un 20% del terreno ya se puede considerar desértico.

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