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La radiología y la I Guerra Mundial. La contribución española: Mónico Sánchez

Conference Paper · January 2015

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Jp Rozas
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LA RADIOLOGÍA Y LA I GUERRA MUNDIAL. LA CONTRIBUCIÓN ESPAÑOLA:
MÓNICO SÁNCHEZ

(1)
Juan Pablo Rozas Quintanilla

(1) Escuela Superior de Informática, Ciudad Real, España, juanpablo.rozas@uclm.es

Resumen

La I Guerra Mundial supuso un salto cualitativo y cuantitativo en la radiología. El elevado número de


heridos requirió la formación urgente de un gran número de radiólogos y técnicos radiológicos, así
como dotarlos de nuevos equipos radiológicos. Se mejoró la técnica y la clínica. Los americanos
introdujeron el nuevo tubo Coolidge al final de la contienda. En este entorno, Mónico Sánchez,
inventor, destacó por la fabricación de equipos radiológicos en España.
En este trabajo se aportan nuevas pruebas sobre la promoción y venta de los aparatos de Mónico
Sánchez al ejército francés y a otros ejércitos.

Palabras Clave: Radiología,Mónico Sánchez, Tubo Coolidge, Ambulancia, Bergonié, Lamoureux, I


Guerra Mundial.

RADIOLOGY AND THE FIRST WORD WAR. THE SPANISH


CONTRIBUTION: MÓNICO SÁNCHEZ

Abstract

The First World War implied a qualitative and quantitative leap in radiology. The large number of
wounded required the instruction of many radiologists and technicians, who also had to be supplied
with new radiologic equipment. Clinical technique and practice was also improved, and americans
introduced the new Coolidge tube during the end of the war. In this context Mónico Sánchez, inventor,
standed out for the manufacture of radiological equipment in Spain.
In this paper new evidence of the promotion and sale of Mónico Sánchez equipment to the French
Army, among others, is provided.

Keywords: Radiology, Coolidge Tube, Ambulance, Mónico Sánchez, Bergonié, Lamoureux, First
World War.

1. LOS RAYOS X EN LA MILICIA

Tras el descubrimiento de los rayos X por W. Röntgen en 1895, muy pronto se usaron en las
aplicaciones más dispares. Los físicos investigaron su naturaleza y propiedades. Nació la física de lo
subatómico. Los médicos exploraron el interior de los cuerpos. Se estaba produciendo una
revolución, no sin reticencias: “Un médico no puede convertirse en un fotógrafo” decían algunos. Las

1
2 Ciencia y técnica en la sanidad de guerra

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aplicaciones de los rayos también llegaron al gran público muy pronto. Por ejemplo: En mayo de
1896, Edison instaló una barraca para la exploración mutua de los esqueletos de los asistentes. En
algunos salones de belleza se ofrecieron tratamientos por rayos X. Increíblemente, un aparato para la
prueba del calzado basado en rayos X se usó hasta los años 50 en zapaterías.
Los primeros soldados radiografiados (1896) fueron dos italianos heridos en la guerra de
Abisinia. Los rayos X llegaron al frente de batalla en Tirah Campaigu (1897) en la India, donde un
equipo de 90 Kg era transportado por dos parejas de dhoolies. Más adelante sucedieron las guerras
de Sudán (1896-1898) y de los Bóer (1899). Los norteamericanos usaron los rayos X por primera vez
en la guerra Hispano-Cubano-Americana (1898). Los equipos fueron ubicados en los hospitales base,
fueron desplegados hasta 70 equipos de todo tipo. Se sabe que el barco hospital USS Relief iba
dotado con un equipo Edison. Tras la breve campaña, los norteamericanos describieron dos casos de
1 2
quemaduras por los rayos.
Las primeras instalaciones apenas diferían de la primitiva instalación de Röntgen: un tubo
Crookes era alimentado por la alta tensión producida por una bobina de Ruhmkorff. La principal
dificultad práctica era obtener una fuente estable de electricidad. Se recurría a baterías o dinamos
movidas por bicicletas o motores. La necesidad una fuente estable de electricidad dio lugar a las
ambulancias automóviles, ya que una dinamo movida por el motor garantiza el suministro eléctrico.
Para el visionado de la imagen radiográfica, además de la placa fotográfica de vidrio, se disponía de
fluoroscopios, que constituye un procedimiento sencillo e inmediato.

2. MÓNICO SÁNCHEZ, INVENTOR

Mónico Sánchez Moreno (Piedrabuena 1880-1961), era de origen humilde. Su impulso natural y
el apoyo de su maestro, le despertaron la voluntad de estudiar electricidad. Con 14 años marchó
descalzo de su pueblo a trabajar como recadero. Con gran esfuerzo logró tener su propia tienda que
traspasó para cumplir su sueño: estudiar electricidad. Se matriculó en un curso por correspondencia
con sede en Nueva York. Por consejo de su profesor Wetzler viajó a Nueva York en 1904, donde este
le facilitó un trabajo de delineante. Trabajó en varias empresas. Estudió ingeniería eléctrica,
obteniendo el título en 1907, y una especialización en la Universidad de Columbia. Inventó su Aparato
Rayos X y Corrientes de Alta Frecuencia (1909), basado en los principios descubiertos por el gran
inventor Nikola Tesla. Fue contratado por la Collins Wireless Telephone, Co. que comercializó el
aparato con el nombre Collins Sánchez Apparatus. Con esta empresa realizó una notable gira
promocional, incluyendo el Madison Square Garden (1909) y la Universidad de Illinois. Tras
e
independizarse y fundar la Sanchez Electrical Co, visitó España con motivo del V Congrès
International d'Electrologie et de Radiologie Médicales (sept.1910) en Barcelona. Dado el éxito
obtenido, fundó la European Sanchez Electrical con sede en Piedrabuena (``para que tenga los
beneficios de los países más avanzados''). A partir de mediados de 1911 trasladó definitivamente
toda su producción a Piedrabuena, donde a finales de 1913 reinvirtió los beneficios obtenidos en la
construcción de lo que será el Laboratorio Eléctrico Sánchez y Central Eléctrica, una gran fábrica de
2 3
3500 m .

3. PRESENTACIÓN DEL APARATO SÁNCHEZ EN PARÍS

1
Véase AMIS [1969, .pp 565-578]
2
Véase THOMAS [2007, pp 214-219].
3
Véase ROZAS [2011, pp 521-524]
La radiología y la I Guerra Mundial. La contribución española: D. Mónico Sánchez 3

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Casiano Ruiz Ibarra (1871-1961), médico en Barbastro, cuando conoció el aparato Sánchez,
entusiasmado lo compró. Ansioso de aprender la nueva disciplina, se matriculó en un curso de
4
electrología y radiología médica en París. Ya en París y con la colaboración de Sánchez, Ruiz Ibarra
fue presentado en mayo de 1914 por el radiólogo Dr. Lobligeois en una demostración del aparato
Sánchez ante la Sociedad de Electrología y Radiología Médicas. Les mostró las posibilidades del
aparato en la electroterapia: autocondensación, fulguración, inhalación de ozono, electrocauterización
y rayos X. Así mismo, presentó notables radiografías y fotografías de electrocauterización que
5
llamaron “extraordinariamente la atención al presentarlo en la Sociedad.” Interesó que funcionara con
6
corriente continúa o alterna indistintamente, su fácil manejo, así como su facilidad de transporte.
Entonces aún coexistían redes eléctricas de corriente continua y alterna. Ruiz Ibarra también
presentó el aparato a la Sociedad de Medicina de París donde el Dr. Lucien Mathé le introdujo. Mathé
era radiólogo y editor de Le Conseiller Therapeutique. Según Gautir [1914, pp 13-14] Es
“verdaderamente portátil, no pesa más que nueve kilos; puede funcionar con cualquier corriente, y
constituye un verdadero gabinete de electricidad.” Les llamó la atención la facilidad de manejo y la
portabilidad. La publicación en la prensa gala especializada, Gazette des Hôspitaux y Le Conseiller
7 8
Therapeutique, lo recogió de manera elogiosa, así quedó reflejado en la prensa hispana.

4. LA PRIMERA GUERRA MUNDIALY LA RADIOLOGÍA

La carrera armamentística entre las potencias industriales, la Paz Armada, condujo a la guerra.
El detonante fue el asesinato del príncipe Francisco Fernando de Austria el 28 de junio de 1914 en
Sarajevo. Un conjunto de alianzas diplomáticas configuraron los bandos contendientes en la Triple
Entente (Francia, Reino Unido y Rusia) y por otro, las Potencias Centrales (Imperio Alemán y Austria-
Hungría). Un gran número de países tomarán partido por uno u otro bando.
La doctrina militar presuponía una guerra corta y rápida. El 6 de agosto de 1914, Alemania
invadió Bélgica, país neutral, para evitar las fortificaciones francesas en su camino a París. ``Para
Navidad a casa'' se decía. En pocas semanas de dramática carrera llegaron a las puertas de París,
donde los franceses consiguieron pararles en un frente estable. Se parapetaron en trincheras hasta el
armisticio el 11 de noviembre de 1918, en un frente casi inmóvil, donde los asaltos de la infantería
eran frenados por las ametralladoras y la artillería cumplía su mortífera misión. En Ypres se gaseó por
vez primera con armas químicas. El resultado final fue cerca de 10 millones de muertos y 20 millones
de heridos, cifras inimaginables hasta entonces.
La radiología de la I Guerra Mundial, y en particular en el frente occidental, según la reciente
monografía de Tiggelen [2013] logró un gran desarrollo. Los franceses fueron pioneros en la
utilización de ambulancias radiológicas motorizadas. Un equipo radiológico Gaiffé-d’Arsonval sobre
un vehículo a motor ya fue probado en unas maniobras en 1904 pero fue finalmente rechazado. Se
incluía el tubo de rayos X, la bobina de inducción, una mesa de exploración plegable y un generador
de electricidad. La exploración se efectuaba en una tienda anexa a la ambulancia con fluoroscopio o
un equipo para el revelado. Esa será la tónica general de todas las ambulancias posteriores. Se
probaron dos coches, el Lesage y el Radiguet-Massiot, pero antes de tener una decisión estalló la
guerra.

4
Véase ARTETXE [2000, pp 177-178].
5
Véase MUNDO [1914,p 3].
6
Véase COMAS [1914, p 13]
7
Véase GAUTIR [1914, pp 13-14]
8
Véase VIDA [1914, p 3].
4 Ciencia y técnica en la sanidad de guerra

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El ejército alemán empezó a equiparse en 1902 con carros tirados por caballos con un equipo
radiológico. Para 1914 se disponía de una docena de estas ambulancias. Después se incorporaron
ambulancias motorizadas, e instalaciones en trenes y barcos. Fue alemana la tecnología que dotó al
histórico crucero ruso Aurora, de donde partió el cañonazo para el asalto al Palacio de Invierno en la
Revolución Rusa. Como eran pocos los radiólogos, estos fueron empleados como tutores de otros
médicos. Los manipuladores y técnicos fueron formados por los mismos fabricantes de los equipos.
Los británicos, pioneros en la radiología militar, no sólo disponían de pocos radiólogos
movilizados, sino que estos fueron enviados, tal como sucedió con los franceses, a labores ajenas a
su especialidad. Hasta mayo de 1915 no se enviaron al frente ambulancias automóviles con el equipo
alimentado por una dinamo. Debemos destacar los numerosos barcos hospital con instalaciones
radiológicas que servían para la evacuación a las islas.
En 1914 la radiología también era prácticamente inexistente en Francia. El ejército contaba con
21 puestos radiológicos de los cuales 10 eran fijos repartidos en los grandes hospitales militares y 11
transportables con mulas. Algunos hospitales militares no contaban con luz eléctrica.
Según los planes militares franceses, los heridos debían de ser evacuados a la retaguardia
lejos del frente tras un vendaje básico. No obstante, dos días después de la invasión de Bélgica, el
general médico Troussaint y el coronel médico Lamoureux de la Sanidad Militar, encargaron a
Béclère, profesor de radiología en el hospital de Val-de-Grâce (París), Aubourg y Haret, la formación
de personal radiológico y la organización de vehículos con equipos radiológicos desmontables, a
razón de 3 o 4 por ejército. Las dos primeras ambulancias, a cargo de Haret y Aubourg, entraron en
servicio el 27 de agosto. La camioneta era atendida por un jefe médico radiólogo, un técnico
radiológico-electricista y un conductor mecánico. A principios de 1915 ya se contaba con 20 de estas
auto-ambulancias. Después vendrían más ambulancias, así como los <<autochir>>, verdaderos
quirófanos móviles equipados con rayos X. A Béclère se le encargó la formación acelerada de
radiólogos. En grupos de veinte médicos, aprendían la utilización de una instalación radiológica y a
localizar objetos metálicos en los heridos. Por otro lado, Hirtz como <<radiólogo consultor del
ejército>> creó en el hospital de Val-de-Grâce una escuela de manipuladores radiológicos, que quedó
a cargo Marie Curie. El servicio médico militar formó 1010 manipuladores. Se les capacitaba para
realizar radiografías e incluso manejar el compás de localización de proyectiles sin la presencia del
9
radiólogo titular. Para su formación se seguía el manual, Bréviaire du manipulateur radiologiste,
10
escrito por Mathé , el radiólogo que había presentado a Ruiz Ibarra en París. De unos pocos puestos
fijos, se pasó a 850 al final de la guerra que eran atendidos por radiólogos, en su mayor parte
11
formados durante el periodo de guerra.
Según el profesor Pallardy[1989] el número de bajas de radiólogos y manipuladores, tras la
infantería, fue proporcionalmente, él más numeroso debido a las largas exposiciones a la radiación. El
modo de trabajo era operar con el tubo de rayos X bajo la camilla y el cirujano retraía el fluoroscopio
para localizar el cuerpo extraño, o señalarlo con el compás de Hirst. También podía atender varias
camillas a la vez. La protección radiológica era deliberadamente ignorada.
La labor de Curie, con el auxilio de su hija Irène, fue ingente e incansable, especialmente la
docencia a manipuladores militares y, como novedad, desde septiembre de 1916, la formación de
manipuladoras en el hospital-escuela Édith Cavell, donde fueron formadas otras 120 manipuladoras.
Recaudó fondos gracias a su prestigio para el Patronato Nacional de Heridos con que se dotó 200 de
puestos fijos y 18 auto-ambulancias conocidas como las Petites Curies. Visitó los frentes instruyendo
y organizando. Describió sus experiencias en su libro Curie [1921].

9
Véase MATHE, L. BAUDOT, V [1917]
10
Véase TIGGELEN, R.V. [2013, p 146]
11
Véase FERRANDIS, J-J. SEGAL, A [2009, pp 48-49].
La radiología y la I Guerra Mundial. La contribución española: D. Mónico Sánchez 5

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En la organización de la radiología militar durante la guerra en Francia se deben distinguir dos


situaciones. En el frente: en primer lugar, cerca del frente de batalla, con ambulancias automóviles
como las descritas, y una jerarquía de evacuación con triaje y puestos semifijos hasta llegar a los
grandes hospitales de evacuación donde acabaron instalándose los autochir. En el interior, lejos del
frente, cada región militar tenía un Servicio Central de Radiología a cargo de un jefe de centro,
siempre un radiólogo de carrera, como Bergonié en Burdeos, que era responsable también de los
servicios de fisioterapia y rehabilitación. Al comienzo de la guerra “la iniciativa individual de los jefes
de centro estuvo a rienda suelta.” Fue necesario improvisar. Los heridos fueron derivados y no había
en el interior organización radiológica prevista por la Sanidad Militar. Con dificultad, se pudo reunir el
material y ser entrenado el personal. “Fue necesario recurrir a la buena voluntad civil, requisar donde
fuera material radiológico privado, y repartirlo por las diferentes organizaciones y al final, todo hospital
12
de cierta importancia logró tener su servicio de radiología.”
Se mejoraron los procedimientos de localización de cuerpos extraños. Aunque se utilizaba
preferentemente la radioscopia. La placa de vidrio se sustituyó por película en las radiografías. Otra
mejora fue la rejilla de Potter-Bucky. Pero lo más significativo fue que la radiología pasó a ser un
procedimiento estándar en cirugía y a la vez, con la formación intensiva, el personal preparado creció
enormemente. Fue el fin de la época de los pioneros de la radiología y comienzo de la época de oro.

5. LA NUEVA RADIOLOGÍA AMERICANA

Los norteamericanos entraron en la guerra en abril de 1917. No obstante, en combate fue un


año después. Fue un salto en la técnica. El equipo portátil estándar norteamericano estaba basado
en el tubo Coolidge (patentado en 1913). El nuevo tubo generador de rayos Coolidge permitía mayor
nitidez de la imagen y mejor control de la radiación, los tubos actuales son herederos directos de
aquellos. El aparato portátil americano fue fabricado ex profeso para el ejército por General Electric,
Co., ``demostró ser superior a cualquier otro fabricado en ese momento''. Era alimentado por un
pequeño alternador con un motor de gasolina. Parecidos a este, eran los equipos a pie de cama. Los
americanos desarrollaron su propia ambulancia radiológica transformando su ambulancia estándar a
la que se le había añadido el equipo portátil y en 3 minutos estaba lista. Realizaron un importante
despliegue, en total, 150 equipos en hospitales base, 250 equipos a pie de cama, 264 portables y 55
ambulancias. El Ejército abrió la Escuela de Radiología de Camp Greenleaf con capacidad para
formar a 120 radiólogos y 150 manipuladores al mes. La última etapa de la formación se realizaba en
13
el frente con los heridos. Después de la Guerra, poco a poco fue adoptando el nuevo tubo Coolidge
por todos los radiólogos.

6. EL APARATO SÁNCHEZ EN LA GRAN GUERRA

En esta comunicación vamos a aportar nuevas referencias de que la relación de Sánchez con
la milicia es más amplia que la conocida. La presentación del aparato en París en mayo por Ruiz
Ibarra no había caído en saco roto y era sabido que Mónico Sánchez había vendido sus aparatos al
ejército francés para sus ambulancias. Hemos descubierto que, previamente, en septiembre, al
comienzo de las hostilidades en el frente occidental, Mónico Sánchez recibió un telegrama

12
Véase DUHEM, P. [1922, pp 248-258]
13
Véase JOHNSON [1923, vol I]
6 Ciencia y técnica en la sanidad de guerra

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solicitándole “con urgencia diez equipos portátiles de rayos X para los heridos que son asistidos en
14
Bayona y en algunas localidades de la frontera francesa.”
Se aporta que la relación con la milicia es anterior a esta guerra. En enero de 1912, cuando los
soldados españoles se batían en la Guerra del Rif (1911-27), Mónico Sánchez ofreció gratuitamente
uno de sus equipos y sus servicios personales al Presidente de Gobierno José Canalejas. Para
apoyar su oferta, se justifica “El ejército americano lleva el aparato Sánchez en sus ambulancias
15
sanitarias.” Sin duda se trata uno de los equipos de su etapa americana, fabricados como Collins-
Sanchez o Sánchez. Sabemos que los norteamericanos utilizaron equipos basados en corrientes de
alta frecuencia, tal como lo es el aparato Sánchez. En el manual de los técnicos radiológicos
americanos Surgeon [1918, p 104] se les denomina genéricamente aparatos de Tesla, por el
descubridor de las corrientes de alta frecuencia. Una nueva aportación documental de 1913,
establece que una comisión de la Armada hizo pruebas de las distintas capacidades terapéuticas del
16
aparato Sánchez. La utilización de la radiología por la sanidad militar hasta 1914, como hemos
visto, fue episódica en los ejércitos y sin un compromiso claro, de los utilizados, el aparato Sánchez
fue uno más.

17
Figura 1 .Burdeos: M. Sánchez con los Drs. Lamoureux, Bergonié y Ruiz Ibarra. (NUEVO(1914))

En Burdeos, lejos del frente, el profesor Bergonié, jefe del Servicio Radiográfico de la XVIII
Región Militar (Burdeos), llamó a Mónico Sánchez para evaluar su aparato a finales de octubre. A la
demostración asistieron el Dr. Lamoureux, coronel de la Sanidad Militar, él mismo que encargó en
agosto el despliegue de los vehículos radiológicos y la formación de personal, y el Dr. Ruiz Ibarra
[Figura 1]. En las pruebas se hicieron radiografías “de los casos más difíciles” de soldados heridos en
septiembre. Tras las pruebas, Bergonié “dio un informe tan favorable, ensalzó tanto el aparato, que el

14
Véase SIGLO [1914, p 2].
15
Véase MATEO [1912, p 1]
16
Véase CIRCUNTANCIAS [1913, p 2].
17
Véase NUEVO [1914, p 27].
La radiología y la I Guerra Mundial. La contribución española: D. Mónico Sánchez 7

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18
gobierno se apresuró a adquirir un gran número de ellos para el ejército”. Sabemos que se editó un
manual en francés del aparato.
Resulta significativo aportar que Mathé, en la traducción del texto con que se formaron los
19
manipuladores, Manual del manipulador radiologista, le dedica un capítulo al aparato Sánchez así
como un significativo párrafo:
Aparato portátil.- Al principio de la guerra utilizó el Servicio Sanitario el aparato portátil
Sánchez, que funciona con toda clase de corrientes y permite, además de la radiografía, la
electrocauterización, la aplicación de todos los tratamientos de alta frecuencia y la producción
de ozono, que con la ayuda de un dispositivo especial se puede utilizar para la desinfección
20
de heridas profundas.
Los aparatos entraron en servicio en diciembre, se concluye de este otro nuevo documento
aportado: “[El aparato Sánchez] … ha sido ensayado por el hospital de Carabanchel, y muy bien
informado por el Cuerpo de Sanidad Militar, que seguramente adquirirá varios para el Ejército. En el
21
francés, está en uso desde hace más de un año”. Ya se sabía que en la voz “Mónico Sánchez” de la
enciclopedia ESPASA.[1933, T IX, Apéndice, p 970] se puede leer que se han vendido ``60 equipos
portátiles de radiografía para sus ambulancias militares'', que corresponderían con los de Burdeos y
los de Bayona. No es preciso que una ambulancia sea un automóvil como hoy en día. ¿Por qué los
vendió sólo al principio? Sabemos que como consecuencia del conflicto, le resulto imposible el
suministro de los tubos de rayos X alemanes, y esto le decidió, acabada la guerra, a fabricar los
suyos en Piedrabuena con sopladores de vidrio alemanes.
La relación con la milicia no acabó aquí. Sus equipos fueron usados en la Guerra Civil por el
bando republicano en los hospitales. Poco antes, en 1933, había recibido la medalla de la Exposición
Internacional de la Sanidad Militar y de la Cruz Roja. Sánchez había donado un aparato a la Cruz
Roja para sus “ambulancias sanitarias”. Además del uso militar, y este es un hecho significativo, los
aparatos tuvieron una gran difusión entre los médicos para aplicaciones de radiología y electroterapia
y permitió llevar estos avances a “los pueblo más pequeños”, que de otra manera no se hubieran
beneficiado de la radiología. Posteriormente el aparato fue empleado en la didáctica de la física.
[ROZAS, J.P., MUÑOZ, E. (2011)]

7. CONCLUSIONES

Como consecuencia del elevado número de víctimas en I Guerra Mundial, se hizo precisa la
reorganización asistencial. La radiología se convirtió en imprescindible para la cirugía. Se precisó de
la formación acelerada de radiólogos y manipuladores. El número de profesionales e instalaciones se
multiplicó. Se produjeron importantes avances técnicos. El tubo Coolidge empezó a sustituir al
Crookes. Acabó la época de los pioneros de la radiología.
Los nuevos documentos aportados permiten dar luz a la labor de Mónico Sánchez. Al comienzo
de la guerra, Mónico Sánchez vendió 60 aparatos portátiles de rayos X Sánchez al ejército francés en
Bayona y la región militar de Burdeos, como parte del éxito en la milicia y en la actividad civil.

18
Véase COCA, A. [1915, p 5]
19
Véase MATHÉ, L. BAUDOT, V [1918,pp 128-142].
20
Véase MATHÉ, L. BAUDOT, V [1918, p 96].
21
Véase ESPAÑA [1915, p 15]
8 Ciencia y técnica en la sanidad de guerra

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8. BIBLIOGRAFÍA.

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