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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014

QUEJOSO: **********

MINISTRO PONENTE: ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA


SECRETARIA: ANA MARÍA IBARRA OLGUÍN

México, Distrito Federal. Acuerdo de la Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación, correspondiente al diecisiete
de junio de dos mil quince.

Vo. Bo.
Sr. Ministro:
V I S T O S; y
R E S U L T A N D O:
Cotejó:

PRIMERO. Demanda de Amparo. **********, a través de su


defensor, presentó demanda de amparo el 8 de mayo de 2014 ante el
Tribunal Unitario del Vigésimo Sexto Circuito, en contra de la
sentencia definitiva dictada por dicho Tribunal el 28 de abril de 2014
dentro del toca de penal 75/2014. En esta resolución se le imputó
responsabilidad penal por haber cometido el delito contra la salud en
la modalidad de posesión de narcótico, previsto y sancionado en el
artículo 195 del Código Penal Federal, así como su ejecución.1

La parte quejosa invocó como derechos fundamentales violados


en su perjuicio, los reconocidos en los artículos 1, 14, 16, 17 y 20 de la
Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 11 y 26 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, 4 y 17 del Pacto

1
Foja 4 del cuaderno de amparo.
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Internacional de Derechos Civiles y Políticos y 4 del Pacto


Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.

En resumen, expresó los siguientes conceptos de violación:2

(I) La autoridad responsable no otorga valor probatorio a las


testimoniales ofrecidas por la defensa en las cuales se
acredita que la detención del quejoso tuvo lugar en una
negociación, sin que existiera orden de cateo ni flagrancia. En
consecuencia, las pruebas obtenidas con motivo de la
diligencia irregular carecen de eficacia probatoria.

(II) La reforma del párrafo tercero del artículo 195 del Código
Penal Federal es inconstitucional, pues releva al agente del
Ministerio Público de probar que la posesión de narcóticos
tenga como finalidad alguna de las conductas descritas en el
artículo 194 del mismo ordenamiento. Dicha presunción
afecta la dignidad humana, el derecho a un debido proceso, a
la adecuada defensa del sentenciado y al principio de
presunción de inocencia. Adicionalmente, viola el principio de
progresividad, al causar un retroceso en los derechos
referidos.

(III) Es inconstitucional el artículo 289 bis del Código Federal de


Procedimientos Penales. Al respecto, el quejoso señaló que
el respeto a las formalidades del procedimiento no debe
quedar sujeto a la discrecionalidad de la contraparte en el
proceso, pues ello lesiona el equilibrio de igualdad de partes
y transgrede los artículos 14, 16 y 20 constitucionales.

2
Fojas 3 a 16 del cuaderno de amparo.

2
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En este rubro, el quejoso alega que el Tribunal responsable


concluyó indebidamente que los indicios no pierden su valor
probatorio, aun cuando no se respeten los lineamientos de la
cadena de custodia.

Asimismo, la parte quejosa aduce que pese a que los


acuerdos A/002/2010 y A/078/12 requieren que el Ministerio
Público se traslade al lugar de los hechos y asegure los
indicios, en la práctica son los aprehensores quienes
aseguran los hechos y se pretende convalidar dicha
irregularidad a través de una llamada telefónica.

(IV) Asimismo, señala que es inconstitucional el artículo 123 bis


tercer párrafo del Código Federal de Procedimientos Penales.
Lo anterior porque dicha disposición permite que el rol que el
agente del Ministerio Público y sus auxiliares deben
desarrollar en la cadena de custodia no se regule en el
Código Federal de Procedimientos Penales, sino en
ordenamientos administrativos. Esta circunstancia genera
confusiones que vulneran la garantía de exacta aplicación de
la ley penal.

SEGUNDO. Sentencia del Tribunal Colegiado. El Presidente


del Tribunal Colegiado del Vigésimo Sexto Circuito admitió la demanda
el 19 de mayo de 2014, y posteriormente ordenó remitir las
constancias al Segundo Tribunal Colegiado de Circuito del Centro
Auxiliar de la Quinta Región para su resolución, con base en el oficio
STCCNO/748/2014 de 26 de junio de 2014.

Por acuerdo de 7 de julio del 2014, el Segundo Tribunal


Colegiado de Circuito del Centro Auxiliar de la Quinta Región se avocó
al conocimiento del asunto y lo registró con el número 583/2014,
turnándolo finalmente a la secretaria ********** – autorizada para

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desempeñar funciones de magistrada –, a fin de que elaborara el


proyecto de resolución.

Finalmente, el órgano colegiado dictó sentencia el 19 de


septiembre de 2014, negando el amparo a la parte quejosa por las
siguientes consideraciones:

(I) Por un lado, el Tribunal Colegiado estima correcto que la


responsable negara valor probatorio a los testigos de
descargo. Lo anterior en tanto existen contradicciones
entre sus testimonios y la versión narrada por el propio
inculpado que recaen sobre el hecho específico que
constituye la defensa del quejoso.

Por otro lado, el órgano colegiado también califica como


correcta la decisión del tribunal de alzada de negar
credibilidad a la versión de que el sentenciado no poseía el
narcótico, ya que ello quedó debidamente acreditado y no
existen constancias en autos que apunten a que los
aprehensores lo conocieran y colocaran la droga con el
objeto de perjudicarlo.

(II) El agravio relativo a que el artículo 195 del Código Penal


Federal es inconstitucional ya que releva al Ministerio
Público de la carga de la prueba es infundado. A juicio del
Tribunal Colegiado, la circunstancia de que el citado
artículo permita que se presuma que quien posea una
cantidad igual o mayor de narcóticos a los señalados por
la ley tiene como objeto cometer alguna de las conductas
ilícitas del artículo 194 del citado código, no vulnera el
principio de presunción de inocencia.

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Al respecto, el órgano colegiado señala que esta regla no


revierte la carga de la prueba sobre el sentenciado, pues el
Ministerio Público seguiría obligado a probar ciertos hechos
constitutivos para que se configure una presunción relativa
iuris tantum, contra la que el sentenciado podrá aún ejercer
su derecho de “desvanecer la imputación que se le ha
formulado.”

Así, considera que no obsta la circunstancia de que el


fiscal federal no haya aportado diversos medios de
convicción para probar el dolo del delito, ya que basta que
la cantidad de narcótico exceda el límite máximo previsto
en la tabla del artículo 195 bis del Código Penal Federal.
Lo anterior de acuerdo a la jurisprudencia 1ª./J.48/2006 de
esta Primera Sala.

(III) El Tribunal Colegiado sostuvo que resulta “inatendible” el


agravio del quejoso relativo a la inconstitucionalidad del
artículo 289 bis del Código Federal de Procedimientos
Penales, pues señala que dicho precepto jamás le fue
aplicado en el acto reclamado. Para el órgano colegiado,
al no actualizarse ninguna hipótesis del citado artículo 289
bis,3 no es posible concluir que le fue aplicado al quejoso,
volviendo por ende improcedente el planteamiento de
inconstitucionalidad.

(IV) No resulta inconstitucional el artículo 123 bis tercer párrafo


del Código Federal de Procedimientos Penales por no
estipular que la cadena de custodia se regule en la
legislación procesal penal. Esto es así, ya que el precepto
3
Que en la cadena de custodia no se hubieran preservado correctamente los indicios, huellas o
vestigios del hecho delictuoso, así como los instrumentos, objetos o productos del delito; ni exista
un registro que identifique a las personas que intervinieron en esos procedimientos, y que estas
circunstancias influyeran en el resultado del fallo.

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no es una norma aislada, sino que debe entenderse


integrada en un entramado de normas que describen las
medidas para asegurar, identificar y conservar un
narcótico.

TERCERO. Interposición y Trámite del Recurso de Revisión.


Inconforme con la resolución anterior, la parte quejosa interpuso
recurso de revisión mediante escrito presentado el 15 de octubre de
2014 ante la Oficialía de Partes adscrita al Tribunal Colegiado del
Vigésimo Sexto Circuito, exponiendo los siguientes agravios:

(I) A juicio del recurrente, el Tribunal Colegiado no determinó


si el artículo 195 del Código Penal Federal viola el
derecho a un debido proceso y a una defensa adecuada,
ni estableció si éste transgrede o no el principio de
progresividad, como fue planteado en la demanda de
amparo. En esta línea, el recurrente subraya que la
presunción establecida por el numeral citado – respecto a
que quien posea determinada cantidad de narcóticos
pretende utilizarlos para un fin ilícito – provoca una
afectación a los derechos y al principio referido.

(II) Para el recurrente, el Tribunal Colegiado omitió dar


respuesta a su planteamiento sobre la contradicción entre
los artículos 123 bis y 289 bis del Código Federal de
Procedimientos Penales, que resulta en una violación a
“los principios de legalidad, seguridad jurídica y el
derecho a una defensa adecuada” (foja 10 del cuaderno
del Recurso de Revisión). En este sentido, el recurrente
expone que mientras el citado numeral 123 bis estipula
que la preservación de los objetos del delito se hará
conforme a los acuerdos generales de la PGR (que

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indican que debe estar presente el agente del Ministerio


Público), el artículo 289 bis citado indica que no importa si
se alteran los objetos del hecho delictuoso si la autoridad
competente no verifica que han sufrido una modificación
significativa.

(III) En opinión del recurrente, independientemente de que


esta contradicción produzca un resultado inconstitucional,
cada uno de los artículos citados contribuye a agudizar el
problema de legalidad y seguridad jurídica. Por un lado, el
artículo 123 bis referido no es suficientemente claro y
remite a un ordenamiento administrativo tratándose de
formalidades esenciales del procedimiento. Por otro lado,
el artículo 289 bis contribuye al problema de inseguridad
jurídica al no exigir que el Ministerio Público esté presente
en la conducción de la investigación, y pueda convalidar
un incumplimiento a las formalidades del procedimiento a
posteriori, con una mera llamada telefónica.

El 28 de octubre de 2014 el Presidente del Tribunal Colegiado


del Vigésimo Sexto Circuito, ordenó remitir los autos a este Alto
Tribunal, a efecto de que éste resolviera lo que en derecho
procediera.4

El Presidente de esta Suprema Corte de Justicia de la Nación,


en proveído de 10 de noviembre de 2014, ordenó formar y registrar el
expediente bajo el número ADR 5373/2014, admitió el recurso de
revisión y ordenó turnar el expediente para su estudio al Ministro
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea.5

4
Foja 2 del cuaderno del Recurso de Revisión.
5
Fojas 23 a 26 del cuaderno del Recurso de Revisión.

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Por auto de 11 de diciembre de 2014 el Presidente de esta


Primera Sala tuvo por recibidos los autos, determinó que dicha Sala se
avocaría al conocimiento del asunto y envió los autos a la Ponencia
del Ministro Arturo Zaldívar Lelo de Larrea a efecto de que formulara el
proyecto de resolución respectivo.6

C O N S I D E R A N D O:

PRIMERO. Esta Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación es legalmente competente para conocer del presente
recurso de revisión, en términos de lo dispuesto por los artículos 107,
fracción IX de la Constitución Política de los Estados Unidos
Mexicanos; 83 de la Ley de Amparo; 21, fracción III, inciso a) de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, y en relación con los
puntos segundo y cuarto del Acuerdo General número 5/2013, emitido
por el Tribunal Pleno de este Alto Tribunal, de trece de mayo de dos
mil trece, publicado en el Diario Oficial de la Federación el día
veintiuno del mismo mes y año, en virtud de haberse interpuesto en
contra de una sentencia dictada por un Tribunal Colegiado de Circuito.

SEGUNDO. El recurso de revisión es oportuno de conformidad


con lo dispuesto en el artículo 86 de la Ley de Amparo, ya que la
sentencia recurrida se notificó al quejoso el martes 14 de octubre de
2014 (foja 123 del cuaderno de amparo), la cual surtió efectos el
miércoles 15 siguiente; por tanto el plazo de diez días para la
interposición del recurso transcurrió del jueves 16 de octubre al
miércoles 29 de octubre de 2014; descontándose los días 18, 19, 25 y
26 de octubre por ser sábados y domingos y en consecuencia,
inhábiles de conformidad con los artículos 19 de la Ley de Amparo y
163 de la Ley Orgánica del Poder Judicial de la Federación. Si el

6
Foja 58 del cuaderno del Recurso de Revisión.

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recurso fue interpuesto el 15 de octubre de 2014, es claro que el


mismo resulta oportuno.

TERCERO. Procedencia del recurso. Antes de abordar el


análisis de los argumentos hechos valer por la parte recurrente debe
examinarse si el presente asunto reúne los requisitos de importancia y
trascendencia para estar en aptitud de decidir si el recurso es o no
procedente.

Con esa intención conviene destacar, en principio, que de la


interpretación armónica de los artículos 107, fracción IX, de la
Constitución General de la República; 81, fracción II y 83 de la Ley de
Amparo, y 10, fracción III, y 21, fracción III, inciso a), de la Ley
Orgánica del Poder Judicial de la Federación, en relación con el
Acuerdo 9/2015 del Pleno de esta Suprema Corte de Justicia de la
Nación, se obtiene que la procedencia del recurso de revisión contra
sentencias que en amparo directo pronuncien los Tribunales
Colegiados de Circuito, se encuentra condicionada a la concurrencia
de los siguientes requisitos:

A. Que en la sentencia recurrida se formule un pronunciamiento


sobre la constitucionalidad de normas generales, o la interpretación
directa de un precepto constitucional; o de los derechos humanos
establecidos en los tratados internacionales de los que el Estado
Mexicano sea parte, u omitan decidir sobre tales cuestiones cuando
hubieren sido planteadas; y

B. Que el problema de constitucionalidad entrañe la fijación de


un criterio jurídico de importancia y trascendencia.

El recurso cumple los requisitos de procedencia antes


mencionados, en tanto el Tribunal Colegiado en cuestión determinó la

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constitucionalidad de los artículos 195 del Código Penal Federal, y 123


bis y 289 bis del Código Federal de Procedimientos Penales.
Conclusiones que además, fueron combatidas por el recurrente.

Se observa también que el órgano colegiado aplicó un criterio ya


superado por esta Primera Sala, dejando de atender a la tesis de
rubro: “AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN. ES PROCEDENTE CUANDO EL
TRIBUNAL COLEGIADO INAPLICA UNA JURISPRUDENCIA EMITIDA POR LA
SUPREMA CORTE DE JUSTICIA DE LA NACIÓN”. En consecuencia es

procedente el recurso en tanto resulta contrario a lo dispuesto en la


mencionada tesis.7

CUARTO. Estudio de fondo. Esta Primera Sala estima fundado


el agravio consistente en que el Tribunal Colegiado realizó una
interpretación del artículo 195 del Código Penal Federal contraria al
derecho a la presunción de inocencia.

Respecto a esta primera cuestión es necesario retomar las


consideraciones sostenidas en la contradicción de tesis 139/2014, en
la que se realizó una interpretación conforme del precepto impugnado.

Para determinar si existió una violación a los derechos del


procesado, relacionada con la interpretación y aplicación del artículo
195 del Código Penal Federal, es necesario explicar el marco legal
que rige el delito que se imputó al recurrente, a saber, delito contra la
salud en la modalidad de posesión de clorhidrato de metanfetamina
con fines de comercio en la hipótesis de venta, previsto y sancionado
en los artículos 195, 193 y 194 fracción I del Código Penal Federal, los
cuales señalan que:

7 Tesis 1ª. CXXXIX/2014 (10ª.) Localizable en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Libro 5, Abril de 2014, Tomo I, página 789.

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“Artículo 195.- Se impondrá de cinco a quince años de


prisión y de cien a trescientos cincuenta días multa, al que
posea alguno de los narcóticos señalados en el artículo
193, sin la autorización correspondiente a que se refiere la
Ley General de Salud, siempre y cuando esa posesión sea
con la finalidad de realizar alguna de las conductas
previstas en el artículo 194, ambos de este código.

La posesión de narcóticos podrá ser investigada,


perseguida y, en su caso sancionada por las autoridades
del fuero común en los términos de la Ley General de
Salud, cuando se colmen los supuestos del artículo 474 de
dicho ordenamiento.

Cuando el inculpado posea alguno de los narcóticos


señalados en la tabla prevista en el artículo 479 de la Ley
General de Salud, en cantidad igual o superior a la que
resulte de multiplicar por mil las ahí referidas, se presume
que la posesión tiene como objeto cometer alguna de las
conductas previstas en el artículo 194 de este código.

Artículo 193.- Se consideran narcóticos a los


estupefacientes, psicotrópicos y demás sustancias o
vegetales que determinen la Ley General de Salud, los
convenios y tratados internacionales de observancia
obligatoria en México y los que señalen las demás
disposiciones legales aplicables en la materia.

Artículo 194.- Se impondrá prisión de diez a veinticinco


años y de cien hasta quinientos días multa al que:

I.- Produzca, transporte, trafique, comercie, suministre aun


gratuitamente o prescriba alguno de los narcóticos
señalados en el artículo anterior, sin la autorización
correspondiente a que se refiere la Ley General de Salud.

Para los efectos de esta fracción, por producir se entiende:


manufacturar, fabricar, elaborar, preparar o acondicionar
algún narcótico, y por comerciar: vender, comprar, adquirir o
enajenar algún narcótico.

Por suministro se entiende la transmisión material de forma


directa o indirecta, por cualquier concepto, de la tenencia de
narcóticos.

El comercio y suministro de narcóticos podrán ser


investigados, perseguidos y, en su caso sancionados por
las autoridades del fuero común en los términos de la Ley

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General de Salud, cuando se colmen los supuestos del


artículo 474 de dicho ordenamiento; […]”
(el énfasis es añadido)

De la anterior transcripción resulta que el tipo penal está


compuesto de los siguientes elementos: Sanciona la posesión (verbo
rector) de alguno de los narcóticos señalados en el artículo 193
(elemento objetivo), sin la autorización a que se refiere la Ley General
de Salud (elemento normativo), con la finalidad de realizar alguna de
las conductas previstas en el artículo 194 (elemento subjetivo
específico).

Ante el acreditamiento de los hechos constitutivos del delito


contra la salud, en la modalidad de posesión de narcóticos, el juzgador
se encuentra frente a un tipo penal básico previsto en el artículo 195
del Código Penal Federal, cuya configuración exige que se actualice el
elemento subjetivo específico del delito, consistente en que la
posesión se realice con alguna de las finalidades establecidas en el
artículo 194 del mismo Código.

La atenuante del delito de posesión, está establecida en el


artículo 195 bis del Código Penal Federal, el cual dispone que “cuando
por las circunstancias del hecho la posesión de alguno de los
narcóticos señalados en el artículo 193, sin la autorización a que se
refiere la Ley General de Salud, no pueda considerarse destinada a
realizar alguna de las conductas a que se refiere el artículo 194, se
aplicará pena de cuatro a siete años seis meses de prisión y de
cincuenta a ciento cincuenta días multa.”

Así, de no demostrarse el elemento subjetivo del delito, se


actualizará la atenuante del mismo y deberá aplicarse una pena
menor. De acuerdo al artículo 195, se impondrá de cinco a quince
años de prisión y de cien a trescientos días multa; mientras con base

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en el artículo195 bis, se aplicará una pena de cuatro a siete años seis


meses de prisión y de cincuenta a ciento cincuenta días multa.

Tales preceptos se interpretaron y aplicaron en el caso que


ahora se analiza, del cual conviene destacar los siguientes hechos:

De autos se desprende que el Ministerio Público ejerció acción


penal y presentó conclusiones acusatorias por la comisión del delito
contra la salud por posesión de clorhidrato de metanfetamina, previsto
en el artículo 195 del Código Penal Fenal, presumiendo que se
actualizaba la modalidad de posesión con fines de comercio prevista
en la fracción I, del artículo 194 del mismo código.

Al respecto, en sus conclusiones acusatorias el Ministerio


Publicó señaló:

“(…) En relación al TERCERO de tales presupuestos, relativo a


Que la posesión de ese narcótico, sea con la finalidad de
comerciarlo, concretamente venderlos, se encuentra demostrado
de la siguiente manera: Lo que se pone de manifiesto
precisamente:
En principio, es de tomarse en cuenta la presunción legal
señalada en el último párrafo del artículo 195 del Código Penal
Federal, en cuanto que la posesión de alguno de los narcóticos
mencionados en la tabla del artículo 479 de la Ley General de
Salud, en cantidades igual o superior a la que resulte de
multiplicar por mil las ahí referidas, se presume que tiene como
objeto cometer alguna de las conductas previstas en el artículo
194 del Código Penal invocado.
En efecto, en el caso concreto el dictamen químico practicado a
la sustancia afecta, dio positivo a clorhidrato de metanfetamina,
con un peso neto de 45.1 gramos (cuarenta y cinco punto
gramos), de tal suerte, que basta confrontar los parámetros
establecidos por la tabla a la que remite el artículo 479 de la Ley
General de Salud, de las cantidades correspondientes, se tiene
que para el clorhidrato de metanfetamina es de 40 miligramos,
que multiplicados por 1000, arrojan un total de 40000 miligramos;
por lo que estas cantidades son inferiores al peso de la droga
“cristal” afecta. Esto es, si se toma en cuenta que las cantidades
del psicotrópico asegurado, rebasan las cantidades que como

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límite máximo se prevé para los actos posesorios finalísticos (sic)


contemplados por el artículo 476 de la Ley General de Salud,
ese sólo hecho remite al supuesto contemplado por el artículo
195, párrafo primero, del Código Penal Federal (…)”.

En Primera Instancia se dictó sentencia condenatoria por la


misma conducta y modalidad. Dicha sentencia fue confirmada tanto en
Segunda Instancia como en Amparo.

Como se detalló, de autos destaca que la finalidad del delito fue


“presumida” por el Ministerio Público tanto en el ejercicio de la acción
penal como en sus conclusiones acusatorias. En efecto, al
considerarse probada la posesión de la cantidad establecida en el
artículo 195, se tuvo por acreditado el elemento subjetivo específico
del delito, consistente en la finalidad de la posesión. Así, se tuvo por
acreditada la modalidad de posesión con fines de comercio prevista en
la fracción I, del artículo 194. En suplencia de la queja esta Primera
Sala debe determinar si tal interpretación vulneró el derecho a la
presunción de inocencia.

En el amparo en revisión 1293/20008 se determinó que aún


antes de la reforma constitucional en materia penal de 2008,9 la
presunción de inocencia se encontraba contenida de manera implícita
en la Constitución General. Se señaló que tal principio puede
desprenderse de la interpretación armónica y sistemática de los
artículos constitucionales 14, 16, 19, 21 y 102, apartado A. En dicho
precedente se afirmó que los principios constitucionales del debido
proceso legal y el acusatorio resguardan en forma implícita el diverso
principio de presunción de inocencia, dando lugar a que el gobernado
8
Amparo en revisión 1293/2000 resuelto por el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación el 15 de agosto de 2002.
9
Tesis: 1a. I/2012 (10a.), publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta,
Décima Época, libro IV, enero de 2012, tomo 3, p.2917, de rubro: “PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.
EL PRINCIPIO RELATIVO ESTÁ CONSIGNADO EXPRESAMENTE EN LA CONSTITUCIÓN
POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS, A PARTIR DE LA REFORMA PUBLICADA
EN EL DIARIO OFICIAL DE LA FEDERACIÓN EL 18 DE JUNIO DE 2008.”

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

no esté obligado a probar la licitud de su conducta cuando se le imputa


la comisión de un delito, en tanto que el acusado no tiene la carga de
probar su inocencia, puesto que el sistema previsto por la Constitución
Política de los Estados Unidos Mexicanos le reconoce, a priori, tal
estado, al disponer expresamente que es al Ministerio Público a
quien incumbe probar los elementos constitutivos del delito y de
la culpabilidad del imputado. Tales consideraciones se sintetizaron
en la tesis P. XXXV/2002 de rubro: “PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.
EL PRINCIPIO RELATIVO SE CONTIENE DE MANERA IMPLÍCITA
EN LA CONSTITUCIÓN FEDERAL.”10

Respecto al contenido del derecho a la presunción de inocencia,


esta Primera Sala sostuvo en el amparo en revisión 466/201111 que
es un derecho que podría calificarse de “poliédrico”. Así, en la
dimensión procesal de la presunción de inocencia pueden identificarse
al menos tres vertientes del derecho: (1) como regla de trato procesal;
(2) como regla probatoria; y (3) como estándar probatorio o regla de
juicio.

La presunción de inocencia como regla probatoria establece los


requisitos que debe cumplir la actividad probatoria y las características
que debe reunir cada uno de los medios de prueba aportados por el
Ministerio Público para poder considerar que existe prueba de cargo
válida y destruir así el estatus de inocente que tiene todo procesado.12

Desde este punto de vista, la presunción de inocencia contiene


implícita una regla que impone la carga de la prueba, entendida en
este contexto como la norma que determina a qué parte le
corresponde aportar las pruebas de cargo (burden of producing

10
Tesis: P. XXXV/2002, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, tomo XVI, agosto de 2002, p. 14.
11
Amparo en revisión 466/2011, resuelto por la Primera Sala el 9 de noviembre de 2011.
12
Fernández López, Mercedes, Prueba y presunción de inocencia, Madrid, Iustel, 2005, p. 139.

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AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

evidence, en la terminología anglosajona).13 En este sentido, el hecho


de que las pruebas de cargo sean suministradas al proceso por la
parte que tiene esa carga procesal también constituye un requisito de
validez de éstas. Así, en el proceso penal la carga de la prueba le
corresponde a la parte acusadora, es decir, al Ministerio Público.

Tales argumentos se dieron lugar a la siguiente tesis


jurisprudencial:

PRESUNCIÓN DE INOCENCIA COMO REGLA


PROBATORIA. La presunción de inocencia es un derecho
que puede calificarse de "poliédrico", en el sentido de que
tiene múltiples manifestaciones o vertientes relacionadas
con garantías encaminadas a regular distintos aspectos del
proceso penal. Una de esas vertientes se manifiesta como
"regla probatoria", en la medida en que este derecho
establece las características que deben reunir los medios
de prueba y quién debe aportarlos para poder considerar
que existe prueba de cargo válida y destruir así el estatus
de inocente que tiene todo procesado.14

Ahora bien, una vez establecido que es el Ministerio Público


quien debe desvirtuar el estatus de inocente que tiene todo procesado,
debe analizarse la interpretación que realizó el Tribunal Colegiado del
artículo 195.

Dicho precepto en su último párrafo establece que: “Cuando el


inculpado posea alguno de los narcóticos señalados en la tabla
prevista en el artículo 479 de la Ley General de Salud, en cantidad
igual o superior a la que resulte de multiplicar por mil las ahí referidas,
se presume que la posesión tiene como objeto cometer alguna de las
conductas previstas en el artículo 194 de este código.”

13
Sobre estos distintos aspectos de la carga de la prueba, véase Ferrer Beltrán, Jordi, “Una
concepción minimalista y garantista de la presunción de inocencia”, en Prueba sin convicción. Una
teoría racional de la prueba, Madrid, Marcial Pons, 2012.
14
Tesis: 1a./J. 25/2014 (10a.), publicada en la Gaceta del Semanario Judicial de la Federación,
Décima Época, libro 5, abril de 2014, tomo I, p. 478.

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La norma anterior establece el concepto de presunción. “Las


presunciones son razonamientos del legislador o juez en los que se
parte de un hecho conocido para determinar la existencia de un hecho
ignorado”.15 De acuerdo a la doctrina especializada dicho término tiene
un carácter ambiguo en tanto puede tener diversas acepciones. En el
caso que ahora se analiza, basta señalar las siguientes: i)
Presunciones absolutas. Bajo este entendimiento, el hecho
desconocido se tiene por demostrado al acreditarse el hecho conocido
o hecho base. ii) Presunciones relativas. Se dispensa a una de las
partes la carga de probar el hecho desconocido, y se transfiere a la
contraparte la carga de acreditar lo contrario. iii) Presunciones simples.
El hecho conocido sirve como indicio para probar el hecho
desconocido. A través de esta última presunción puede inferirse la
existencia de otro hecho.16

Como se observa, la interpretación que realizó el órgano


colegiado se adhiere a la concepción de presunción relativa, así lo
reconoce en la foja 80 de la sentencia de amparo. En efecto, tuvo por
acreditada la posesión de narcóticos con fines de comercio,
basándose únicamente en el hecho de que al procesado se le
encontró con la cantidad de narcóticos que dispone el artículo 195.
Argumentó asimismo, que el ahora recurrente podía probar que su
conducta no tuvo dicha finalidad. Es decir, relevó de la carga de
acusación al Ministerio Público transfiriéndola al procesado.

No se desconoce que esta Primera Sala ya había determinado,


en la Contradicción de Tesis 75/2005, a propósito de una legislación

15
Lorca Martín de Villodres, María Isabel, “Presunciones (teoría general)”, en Diccionario Histórico
Judicial de México. Ideas e Instituciones, Tomo III, México, Suprema Corte de Justicia de la
Nación, 2010, p. 1403.
16
Ibidem.

17
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

penal anterior,17 que “LA CIRCUNSTANCIA DE QUE LA CANTIDAD


DEL NARCÓTICO EXCEDA EL LÍMITE MÁXIMO PREVISTO EN LA
TABLA DEL APÉNDICE 1 DEL ARTÍCULO 195 BIS DEL CÓDIGO
PENAL FEDERAL, ES SUFICIENTE POR SÍ SOLA PARA TENER
POR DEMOSTRADO QUE DICHA POSESIÓN TENÍA COMO
FINALIDAD REALIZAR ALGUNA DE LAS CONDUCTAS
PREVISTAS EN EL ARTÍCULO 194 DEL PROPIO CÓDIGO.”18

No obstante, en una nueva reflexión esta Primera Sala consideró


que el propósito o finalidad con el que se comete el delito no puede
tenerse por acreditado de manera automática, al mostrarse que la
19
posesión superó el límite establecido en el artículo 195. Así se
determinó al resolver la contradicción de tesis 139/2014, de rubro y
texto siguientes:

DELITO CONTRA LA SALUD EN SU MODALIDAD DE POSESIÓN


DE NARCÓTICOS, PREVISTO EN EL ARTÍCULO 195, PÁRRAFO
PRIMERO, DEL CÓDIGO PENAL FEDERAL. LA CANTIDAD DE
NARCÓTICO NO ACREDITA DE FORMA AUTOMÁTICA LA
FINALIDAD QUE COMO ELEMENTO SUBJETIVO ESPECÍFICO
REQUIERE EL TIPO PENAL. Atento al derecho a una defensa
adecuada y al principio de presunción de inocencia como regla
probatoria, la finalidad, que como elemento subjetivo específico exige

17
Cuando se resolvió la contradicción de tesis 75/2005 el artículo 195 del Código Penal Federal
disponía:
Artículo 195.- Se impondrá de cinco a quince años de prisión y de cien a trescientos cincuenta días
multa, al que posea alguno de los narcóticos señalados en el artículo 193, sin la autorización
correspondiente a que se refiere la Ley General de Salud, siempre y cuando esa posesión sea con
la finalidad de realizar alguna de las conductas previstas en el artículo 194.
No se procederá en contra de quien, no siendo farmacodependiente se le encuentre en posesión
de alguno de los narcóticos señalados en el artículo 193, por una sola vez y en cantidad tal que
pueda presumirse que está destinada a su consumo personal.
No se procederá por la simple posesión de medicamentos, previstos entre los narcóticos a los que
se refiere el artículo 193, cuya venta al público se encuentre supeditada a requisitos especiales de
adquisición, cuando por su naturaleza y cantidad dichos medicamentos sean los necesarios para el
tratamiento de la persona que los posea o de otras personas sujetas a la custodia o asistencia de
quien los tiene en su poder.

18
Tesis: 1a./J. 48/2006, publicada en el Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta, Novena
Época, tomo XXIV, octubre de 2006, p. 82.

19
La premisa central de la Contradicción de Tesis 75/2005, consistió en que aunque la finalidad
del delito es un elemento del tipo penal, es un elemento distinto del dolo. Se argumentó que es
válido presumir un elemento subjetivo: la finalidad del delito; con base en un elemento objetivo: que
la posesión exceda más de 1000 veces las cantidades de narcóticos consideradas para consumo
personal de acuerdo a la Ley General de Salud.

18
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

el tipo penal previsto en el precepto y párrafo citados, no puede


tenerse por acreditado de forma automática cuando la cantidad de
narcótico materia de la posesión es igual o superior a la que resulte
de multiplicar por mil el límite establecido en la tabla prevista en el
numeral 479 de la Ley General de Salud; por lo tanto, el Ministerio
Público conserva su obligación de acreditar que la posesión tuvo
como finalidad alguna de las previstas en el artículo 194 del Código
Penal Federal, lo cual es esencial para que el inculpado pueda saber
de qué se le acusa y ejercer y no ver obstaculizado su derecho a la
defensa adecuada. Así, la presunción prevista en el artículo 195,
párrafo tercero, del Código Penal Federal debe entenderse como
simple, en el sentido de que el hecho conocido o base, consistente
en que la posesión sea igual o rebase la cantidad señalada,
constituye sólo un indicio para acreditar el hecho desconocido, esto
es, que la posesión tiene como finalidad una de las conductas
previstas en el artículo 194 referido”.

En dicho precedente se señaló que el artículo 195 del Código


Penal Federal establece una presunción a partir de la cual se infiere
que cuando el inculpado posea alguno de los narcóticos señalados en
la tabla prevista en el artículo 479 de la Ley General de Salud, en
cantidad igual o superior a la que resulte de multiplicar por mil las ahí
referidas, se presumirá que la posesión tiene como objeto cometer
alguna de las conductas previstas en el artículo 194.

Tal artículo establece como hecho conocido o base, un elemento


objetivo consistente en que la posesión rebase la cantidad ahí
establecida y, como hecho desconocido o por probar, que la posesión
tiene como finalidad alguna de las conductas previstas en el artículo
194. Por último, dispone un elemento enlace entre el hecho conocido y
el hecho desconocido, esto es, entre la cantidad de la posesión y su
destino.20 En el precepto que ahora se analiza el elemento consiste en
una presunción que tiene una connotación ambigua y, en principio,
puede dotársele de cualquiera de las acepciones antes detallas.

Sin embargo, no puede interpretarse la presunción que establece


el artículo 195 como absoluta o relativa a la luz de los derechos antes
detallados. El que se tenga por probado el hecho base, consistente en
20
Lorca Martín de Villodres, María Isabel, op. cit, p. 1414.

19
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

que los narcóticos superen o igualen en mil veces la cantidad


permitida para uso personal, no releva de la carga de la prueba al
Ministerio Público del hecho desconocido. En efecto, a dicho órgano le
corresponde acreditar que la posesión tuvo como finalidad alguna de
las previstas en el artículo 194 del Código Penal Federal. Ello es
esencial para que el inculpado pueda saber de qué se le acusa y para
que pueda ejercer y no ver obstaculizado su derecho a la defensa
adecuada.

En efecto, de considerar que la presunción prevista en el artículo


195 es de carácter absoluto, bastaría que se acreditara que la
posesión rebasa la cantidad ahí establecida para tenerse por
demostrada la finalidad con que se cometió el delito. En dicho caso, el
procesado no podría siquiera tratar de desvirtuar el hecho presumido,
vulnerándose su derecho a defenderse.

Por otro lado, si se entiende la presunción antes señalada en su


connotación relativa, se relevaría al Ministerio Público de su deber
constitucional de probar los hechos en los que basa su acusación. Ello
obligaría al inculpado y a derrotar la presunción y a probar un hecho
negativo. Tal dinámica probatoria, es contraria al principio de
presunción de inocencia.

Así, de acuerdo al derecho a la defensa adecuada y al principio


de presunción de inocencia, la presunción prevista en el artículo 195
debe entenderse como una presunción simple, en el sentido de
considerar que el hecho conocido o base, consistente en que la
posesión rebase la cantidad ahí establecida, constituye sólo un indicio
para acreditar el hecho desconocido, este es, que la posesión tiene
como finalidad alguna de las conductas previstas en el artículo 194.

20
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

El Ministerio Público debe acreditar la actualización del hecho


desconocido. Ello, en tanto la finalidad por la que se comete una delito
es un elemento subjetivo específico del tipo penal. De no probarse
dicho elemento, no se configuraría el delito previsto en el artículo 195
del Código Penal Federal. De ahí la importancia de tenerlo por
acreditado fehacientemente, es decir, de tener certeza a través de los
medios probatorios de qué actividad quería el sujeto activo realizar con
el estupefaciente asegurado.

Con base en diversos elementos probatorios que puedan


desprenderse o inferirse de las circunstancias que rodean la comisión
de la conducta, tales como la cantidad de droga, la conformación de
ésta, así como las condiciones y circunstancias de tiempo y lugar en
que se llevó a cabo la posesión, el Ministerio Público estará en aptitud
de acreditar si la droga que se tuvo en posesión estaba o no destinada
a realizar alguna de las conductas señaladas en el artículo 194 del
Código Penal Federal. Por lo que la cantidad de la droga asegurada es
sólo un indicio dentro del material probatorio del que puede allegarse
el órgano acusador.

En otras palabras, la “presunción” que refiere el artículo 195


debe ser entendida en el sentido de inferencia probatoria. Es decir,
considerarse a la cantidad de narcóticos como un elemento objetivo
con carácter de indicio con un peso probatorio útil para tenerse por
demostrado el elemento subjetivo del delito. Ello quiere decir que la
cantidad de droga (dependiendo del grado en que rebase la cantidad
permitida) puede invocarse como prueba y producir consecuencias en
la determinación de las finalidades estipuladas por el artículo 194. Sin
embargo, la cantidad constituye sólo un indicio que deberá
relacionarse con otros elementos probatorios y que de ninguna
manera releva al Ministerio Público de la carga de la prueba.

21
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

Así, esta Primera Sala determina que la única interpretación


conforme al derecho a la adecuada defensa y al principio de
presunción de inocencia, es aquella en virtud de la cual se considera
que el cantidad establecida en el artículo 195 del Código Penal
Federal constituye sólo un indicio para tener por demostrado que la
posesión se cometió con alguna de las finalidades previstas en el
artículo 194 del mismo código.

Así, esta Primera Sala determina que la única interpretación


conforme al derecho a la adecuada defensa y al principio de
presunción de inocencia, es aquella en virtud de la cual se considera
que el cantidad establecida en el artículo 195 del Código Penal
Federal constituye sólo un indicio para tener por demostrado que la
posesión se cometió con alguna de las finalidades previstas en el
artículo 194 del mismo código.

Esta interpretación es consistente con la evolución que ha tenido


el derecho a la presunción de inocencia en esta Primera Sala y en la
Corte Interamericana de Derechos Humanos. En efecto, en mayo de
2014 en el caso Norín Catrimán y Otros vs. Chile, la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, determinó que es el órgano
acusador quien debe probar no sólo el elemento objetivo del delito,
sino también su finalidad.21

21 “171. La Corte reitera que la tipificación de delitos implica que la conducta incriminada esté
delimitada de la manera más clara y precisa posible (supra párr. 162). En esa tipificación, la
especial intención o finalidad de producir “temor en la población en general” es un elemento
fundamental para distinguir la conducta de carácter terrorista de la que no lo es y sin el cual la
conducta no sería típica. La Corte considera que la referida presunción de que existe tal intención
cuando se dan determinados elementos objetivos (entre ellos “el hecho de cometerse el delito
mediante artificios explosivos o incendiarios”) es violatoria del principio de legalidad consagrado en
el artículo 9 de la Convención, y asimismo de la presunción de inocencia prevista en el artículo 8.2
de la misma. El principio de presunción de inocencia, que según ha determinado la Corte
constituye un fundamento de las garantías judiciales, implica que los juzgadores no inicien el
proceso con una idea preconcebida de que el acusado ha cometido el delito que se le imputa, por
lo que la carga de la prueba está a cargo de quien acusa, y no del acusado, y cualquier duda debe
ser usada en beneficio del acusado. La demostración fehaciente de la culpabilidad constituye un
requisito indispensable para la sanción penal.”

22
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

Por su parte, esta Primera Sala en el amparo directo en revisión


1374/2014, precisó que:

“el legislador permitió al juzgador que la finalidad o intención


con la que se detenta la posesión del narcótico, se
demuestre con la prueba indiciaria o circunstancial, de tal
manera que si existen elementos demostrativos suficientes
derivados de los indicios que se apoyan entre sí para probar
el elemento subjetivo típico consistente en que la finalidad de
la posesión del narcótico es la de realizar alguna de las
conductas previstas en el artículo 194 del Código Penal
Federal (producir, transportar, traficar, comerciar, suministrar,
introducir, extraer, aportar recursos para financiar o realizar
actos de publicidad o propaganda para que se consuman)”.
(Página 41)

“En estas condiciones no resulta contrario a dicho principio


[presunción de inocencia] lo previsto en el párrafo tercero del
artículo 195 impugnado, pues éste no revierte la carga de la
prueba al inculpado, ya que el representante social, deberá
acreditar necesariamente determinados hechos, que
concatenados entre sí, den como resultado una presunción
iuris tantum que acrediten los elementos del delito contra la
salud y la responsabilidad del procesado.” (Página 51)

Como se observa, dichas afirmaciones coinciden con lo que


ahora se propone, pues en el proyecto se explica que el elemento de
posesión del narcótico tiene el carácter de indicio, del cual puede
inferirse la finalidad de la conducta.

Asimismo, esta interpretación es congruente con el principio de


exacta aplicación de la ley penal, consagrado en el párrafo tercero del
artículo 14 constitucional, ya que si se considerara válida la postura
del Tribunal Colegiado de origen se permitiría emitir una condena con
base en una acusación imprecisa, toda vez que en las relatadas
condiciones (que la cantidad de narcótico rebase cierto límite),
simplemente existiría un indicio sobre el indicado elemento subjetivo
en términos vagos (la intención de realizar alguna de las conductas

23
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

descritas en el artículo 194 del código punitivo en mención), cuando es


necesaria la concreción de la pretensión punitiva (cuál de ellas).

En consecuencia, tal como se desprende de lo antes expuesto la


interpretación que realizó el órgano colegiado del artículo 195 es
contraria a los principios de defensa adecuada y presunción de
inocencia.

Ahora bien, el recurrente también señala en el segundo de sus


agravios que el Tribunal Colegiado omitió dar respuesta a su
planteamiento sobre la contradicción entre los artículos 123 bis y 289
bis del Código Federal de Procedimientos Penales, la cual resulta en
una violación a “los principios de legalidad, seguridad jurídica y el
derecho a una defensa adecuada”. El recurrente considera que no
existe certeza respecto a si debe o no estar presente el agente del
Ministerio Público en el lugar de los hechos y dirigir la diligencia de
aseguramiento de indicios o evidencias.

Esta Primera Sala considera que el órgano colegiado realizó una


adecuada interpretación de los preceptos que regulan la cadena de
custodia, en tanto estos conforman un sistema normativo, por lo que
deben de leerse de manera conjunta.22

En efecto no se advierte oscuridad o contradicción alguna entre


los mismos. De acuerdo al artículo 123 Ter, el Ministerio Público
tiene la conducción y mando de la investigación. Ello significa, de
acuerdo al numeral siguiente –artículo 123 Quarter-, que es el
Ministerio Público quien deberá cerciorarse que se han seguido los
procedimientos para preservar los indicios, huellas o vestigios del
hecho delictuoso, así como los instrumentos, objetos o productos del
delito.

22 Artículos 123, 123 Bis, 123 Ter, 123 Quárter 123 Quintus y Acuerdo A/002/10.

24
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

Es el artículo 123 Ter el que regula el debido procedimiento de la


cadena de custodia, permitiendo incluso, que sean las unidades de la
policía quienes preserven el lugar de los hechos: informando de
inmediato al Ministerio Público (fracción I), identificando (fracción II),
recolectando, levantando o embalando (fracción III), y entregando al
Ministerio Publico (fracción IV), los indicios, huellas o vestigios del
hecho delictuoso, así como los instrumentos, objetos o productos del
delito.

La conducción o mando de la investigación a cargo del Ministerio


Público, no significa necesariamente que deba acudir al lugar de los
hechos, sino únicamente que deba cerciorarse que se han seguido las
formalidades que señala el artículo 123 Ter. En caso de que en la
diligencia no se respete el procedimiento previsto en dicho precepto, el
Ministerio Público deberá asentarlo en la averiguación previa y dar
vista a las autoridades que resulten competentes para las
responsabilidades que dieren lugar.

Tales disposiciones son consistentes con el Acuerdo A/002/10, -


en el que se establecen los lineamientos que deben observar todos los
servidores públicos para la debida preservación y procesamiento del
lugar de los hechos o de hallazgo y de los indicios, huellas o vestigios
del hecho delictuoso, así como de los instrumentos, objetos o
productos del delito-, de acuerdo al cual el Ministerio Público acudirá al
lugar de los hechos “cuando esté en posibilidad de presentarse sin
demora”.23 Sin embargo, las unidades de policía facultadas “pueden”
realizar la búsqueda, identificación, fijación, recolección y traslado de
los indicios o evidencias,24 cuyas actividades deberán ser validadas
por el órgano ministerial.

23 Párrafo primero, punto séptimo del Acuerdo A/002/10.

24 Punto octavo del Acuerdo A/002/10.

25
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

Lo anterior es además, acorde al derecho a la adecuada defensa


y presunción de inocencia en tanto el hecho de que la autoridad
ministerial no acuda al lugar de los hechos, no le releva de la carga de
verificar la legalidad de la diligencia. La conducción y mando de la
investigación, significa que éste órgano es el encargado de verificar
que la recolección de la evidencia se ha realizado de acuerdo a los
estándares legales, debiendo asentar en la averiguación previa si tales
parámetros se han violentado.

Finalmente, resulta inoperante el último de los agravios,


debido a que tal y como lo resolvió el Tribunal Colegiado, el artículo
289 bis del Código Federal de Procedimientos Penales25 no fue
aplicado, ya que no se advirtió irregularidad alguna en la preservación
de los instrumentos, productos u objetos del delito, ni ausencia de su
registro o de las personas que intervinieron en la diligencia. Así, en el
presente caso dicho precepto no tuvo eficacia.26

QUINTO. Efectos. Al resultar fundado el primero de los agravios,


debe revocarse la sentencia recurrida para que el Tribunal Colegiado
se ajuste a la interpretación realizada por esta Primera Sala,
considerando que el Ministerio Público debió acreditar que el
quejoso poseyó los narcóticos con la finalidad de realizar alguna
de las conductas previstas en el artículo 194 del Código Penal
Federal para tener por demostrado el delito por el que se le acusó y

25 Artículo 289 Bis.- “Cuando durante el procedimiento a que se refieren los artículos 123 Bis a 123
Quintus de este Código, los indicios, huellas o vestigios del hecho delictuoso, así como los
instrumentos, objetos o productos del delito, se alteren, no perderán su valor probatorio, a menos
que la autoridad competente verifique que han sido modificados de tal forma que hayan perdido su
eficacia para acreditar el hecho o circunstancia de que se trate. Los indicios, huellas o vestigios del
hecho delictuoso, así como los instrumentos, objetos o productos del delito, en los casos a que se
refiere el párrafo anterior, deberán concatenarse con otros medios probatorios para tal fin.”
26 Lo anterior lo sustenta la tesis 1ª. CCCLXIII/2013 (10ª.) de rubro: “REVISIÓN EN AMPARO

DIRECTO. SU PROCEDENCIA DEPENDE NO SÓLO DE LA EXPRESIÓN DE CONCEPTOS DE


INCOSNTITUCIONALIDAD EN LA DEMANDA, SINO ADEMÁS, DE QUE LOS ARTÍCULOS
IMPUGNADOS SE HAYAN APLICADO EN PERJUICIO DEL QUEJOSO E INFLUIDO EN EL
SENTIO DE LA RESOLUCIÓN RECLAMADA.”, localizable en la Gaceta del Semanario Judicial de
la Federación, libro I, tomo I, diciembre de 2013, página 509.

26
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

una vez realizado lo anterior con plenitud de jurisdicción resuelva lo


que en derecho proceda.

Por lo anteriormente expuesto y fundado, esta Primera Sala de la


Suprema Corte de Justicia de la Nación resuelve:

PRIMERO. En la materia de la revisión, competencia de esta


Primera Sala, se revoca la sentencia recurrida.

SEGUNDO. Devuélvanse los autos al Tribunal Colegiado del


Vigésimo Sexto Circuito, para los efectos precisados en el
considerando quinto de la presente ejecutoria.

Notifíquese; con testimonio de la presente resolución, vuelvan


los autos al Tribunal de su origen y, en su oportunidad, archívese el
toca como asunto concluido.

Así lo resolvió la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia


de la Nación, por mayoría de tres votos de los señores Ministros:
Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (Ponente), Olga Sánchez Cordero de
García Villegas y Presidente Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, en contra
de los emitidos por los señores Ministros José Ramón Cossío Díaz y
Jorge Mario Pardo Rebolledo.

Firman el Presidente de la Sala y el Ministro Ponente con el


Secretario de Acuerdos, que autoriza y da fe.

PRESIDENTE DE LA PRIMERA SALA:

MINISTRO ALFREDO GUTIÉRREZ ORTIZ MENA

27
AMPARO DIRECTO EN REVISIÓN 5373/2014.

P O N E N T E:

MINISTRO ARTURO ZALDÍVAR LELO DE LARREA

SECRETARIO DE ACUERDOS DE LA PRIMERA SALA:

LIC. JUAN JOSÉ RUIZ CARREÓN

En términos de lo previsto en los artículos 3, fracción II, 13, 14 y 18 de


la Ley Federal de Transparencia y Acceso a la Información Pública
Gubernamental, en esta versión pública se suprime la información
considerada legalmente como reservada o confidencial que encuadra
en esos supuestos normativos. CONSTE.

AMIO

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