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Reconociendo las prácticas solidarias en mi territorio

Martha Cecilia ruiz Ledezma


ID 780164

Universidad Cooperativa de Colombia


Programa de derecho
Ángela Marcela Castillo

Popayán, Colombia
06 de octubre de 2022
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Contenido
Introducción ---------------------------------------------------------------------------------------3
Estrategias contra el narcotráfico en Colombia--------------------------- --------------------5
Acciones de control en el departamento del cauca -------------------------------------------10
Estrategias de desarrollo alternativo en el cauca----------------------------------------------11
Acciones sociales y procesos comunitarios ---------------------------------------------------13

Bibliografía-----------------------------------------------------------------------------------------14

Introducción
En el departamento del Cauca se concentran con agudeza todos los problemas sociales
considerados retos para el posconflicto, pero que recientemente amenazan con estallar y
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poner en vilo la pacificación de la región, en el cauca se vienen presenta desde hace


décadas con mayor intensidad, los conflictos que hacen de la región una zona donde se
concentran problemas por la propiedad de la tierra, cultivos ilícitos, bandas criminales,
amenazas y muerte de líderes sociales. Los caucanos han sufrido con rigor nuevos
combates entre el Ejército y presuntos guerrilleros del ELN, en zonas rurales, cabe resaltar
que en el Cauca casi la mitad de su población está constituida por minorías étnicas como
indígenas y negros.

En el departamento del Cauca es el lugar donde nacieron y se consolidaron grupos


revolucionarios como el Quintín Lame, la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, el
Partido Revolucionario de los Trabajadores, PRT y el mismo M19; recientemente era uno
de los fortines de las Farc y ahora lo es del ELN, es decir, en esta región del país es donde
se pondrán a prueba los retos del posconflicto en la erradicación de media docena de plagas
que lo afectan.

El departamento es uno de los más limitados en ingresos, recursos naturales y


capacidad de gestión. Su más importante desarrollo económico corresponde a la zona sur
del valle geográfico del río Cauca donde hay agroindustria azucarera y papelera, e
importantes instalaciones industriales más vinculadas a Cali que a Popayán, la capital
departamental, las élites tradicionales, formadas desde la Colonia, abandonaron Popayán y
se afincaron en Bogotá, con costo cultural para la comarca, pues quienes las relevaron
tuvieron que descubrir el mundo exterior sin referentes acumulados por experiencias de
generaciones previas. La Universidad del Cauca, destacada entre las pocas instituciones de
educación superior en el país al terminar la Segunda Guerra Mundial, es hoy solo una de
muchas.

La ciudad no tiene actividad industrial de relieve. La topografía es accidentada; le


corresponde buena parte del macizo colombiano, del que surgen los ríos Cauca y Patía, el
primero hacia el norte entre las cordilleras Central y Occidental, y el segundo hacia el
occidente, para desembocar en el Océano Pacífico tras romper la cordillera Occidental. La
extensa zona costera, en los municipios de López de Micay, Timbiquí y Guapi, no es apta
en general para la vida humana.
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La ausencia de Estado efectivo, con seguridad, justicia, educación, salud e


infraestructura adecuadas, es ideal para el narcotráfico. Es quizá el tercer departamento en
área plantada con coca, y tiene corredores apropiados para hacer llegar el producto
procesado a la Costa para exportación. El marco normativo sobre territorios para las
comunidades indígenas y las negritudes no ha sido vehículo efectivo para construir
soluciones de vida con bienestar y consolidar las culturas propias de cada grupo étnico. El
departamento es parte del mayor núcleo de cultivo, procesamiento y exportación de coca
transformada, con presencia de grupos armados de múltiples perfiles, con diversos papeles
en la cadena de valor. La negociación con las Farc no desembocó en la ocupación por el
Estado de los territorios antes ocupados por la contraparte; como consecuencia de esta
grave omisión entraron otros actores más violentos en los 80 municipios cocaleros, con
consecuencias funestas para la población; el abandono de la periferia del país por los
gobiernos, fruto natural del mal diseño de las instituciones públicas, asegura la desigualdad
entre lo rural y lo urbano, y hace insostenible la situación frente al flagelo del narcotráfico.
Así las cosas, los riesgos para el Cauca y en general el Suroccidente son enormes; solo un
cambio drástico de políticas nacionales en Colombia podrá rescatarlo.

Estrategias contra el narcotráfico en Colombia


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En el departamento del cauca se identifican problemáticas sociales, económicas y


ambientales debido a que es un territorio extenso y en su mayoría rural el cual se encuentra
sumido en la pobreza y el atraso, es un departamento con todas las problemáticas,
violencia, narcotráfico, pobreza, discriminación, desigualdad de clases, emergencia
climática y la violencia de género, una de las problemáticas sociales grandes son la
corrupción, lo cual se evidencia en el atraso. Sin embargo, desde la conformación de los
comités ciudadanos poblacionales que se vienen fortaleciendo se realizan prácticas que
intentan mitigar los efectos del narcotráfico y su derivación hasta llegar al consumidor.

En este sentido, es importante identificar las estrategias implementadas para mitigar el


flagelo del narcotráfico en el territorio. Desde 1990 se ha consolidado la Política Pública de
Seguridad Nacional la cual ha estado dirigida a la lucha antinarcóticos; en 2004 se creó el
Centro de Coordinación de Acción Integral, conformado por organismos de seguridad y
otras agencias del Estado, y dirigido a desplegar iniciativas focalizadas en zonas
estratégicas. Este mecanismo estuvo enfocado en ocho regiones estratégicas para los grupos
armados al margen de la ley y para los cultivos ilícitos y su finalidad era fortalecer la
presencia del estado en zonas específicas del país, e incentivar el mercado legal y los
derechos de los ciudadanos.

En dicha época se evidencio la desmovilización de las autodefensas y sus disidencias


empezaron a formar algunas estructuras delictivas, lo que llevó a una ofensiva por parte de
la Fuerza Pública en 2006 y 2007 con varias operaciones militares en Valle, Cauca y
Nariño, dentro de la ofensiva militar, se creó el Cuerpo Élite de Búsqueda, por parte del
Ejército Nacional, y cuyo objetivo era desarticular los grupos delictivos con el apoyo de la
Policía Nacional, la Fiscalía e investigadores criminales.

Una vez el problema del narcotráfico ya no radicaba en los grandes carteles, sino en las
Bacrim, en 2007 la Policía Nacional creó el Mecanismo de Verificación y Seguimiento del
Problema (MEVEC), que luego tomó el nombre de Centro Integrado de Inteligencia contra
las Bandas Criminales (CI2-Bacrim). Este organismo operó hasta 2011, como parte de un
comité de coordinación interinstitucional que tenía a su cargo monitorear los principales
aspectos de operación de las Bacrim, realizar acciones de inteligencia para unificar
información y orientar las decisiones estratégicas en contra de estas organizaciones.
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Con el accionar del CI2-Bacrim se logró unificar la información que se tenía de las Bacrim,
lo cual permitió que distintas autoridades conocieran la forma como operaban estas
organizaciones, sus líderes, y sus principales zonas estratégicas. Según el CI2-Bacrim, en
2007 se registraron 23 grupos, en 2008 se presentaron 16, y en 2010, solo ocho grupos,
cuyo poder se ejercía en 102 municipios para 2007; en 94, para 2008, y en 159, en 2010
(Romero & Arias, 2011).

En 2011, las Bacrim constituían las principales organizaciones criminales generadoras de


violencia y la mayor amenaza contra la seguridad nacional lo que condujo a que el
Gobierno nacional, a través del Consejo Nacional de Seguridad, creara la Política Integral
de Lucha contra las Bandas Criminales, este mecanismo buscaba integrar y evaluar las
informaciones referentes al accionar delictivo de las Bacrim, lo que incluía su estructura,
sus actividades ilícitas y las zonas donde hacían presencia, la directiva dispuso los
mecanismos de seguimiento, las funciones y las instancias de coordinación, sin lograr
desmantelar dichas organizaciones ni acabar con el problema del narcotráfico.

En el periodo de gobierno de Santos como parte de la política integral de lucha contra las
bandas criminales, reconoció a las Bacrim como grupos de crimen organizado diferentes de
los grupos armados ilegales y se expidió la Ley de Víctimas, la cual, de manera explícita,
reconoció la existencia del conflicto armado interno en el país, asi mismo, en el 2005 se
desarrollaron mecanismos de sometimiento a la justicia, como la Ley de Justicia y Paz, que
logró desmovilizar aproximadamente a 4200 miembros de las autodefensas y 550
guerrilleros, además, se crearon nuevos tipos penales y se aumentaron las penas en
determinados delitos, política que contribuyó a empeorar el hacinamiento carcelario en el
país.

Con la firma del acuerdo final entre el Gobierno nacional y las FARC-EP, el 24 de
noviembre de 2016, formó parte de lo acordado dar solución al problema de las drogas
ilícitas a través de tres ejes específicos. El primer eje se refiere a la implementación de
programas para la sustitución de cultivos ilícitos, para lo cual se creó el PNIS, dirigido a
lograr la reforma rural integral a través de planes de formalización y adecuación de tierras,
proyectos productivos e inserción del mercado regional al nacional. Asimismo, se crearon
los planes integrales comunitarios municipales, dirigidos a la sustitución de cultivos ilícitos
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de forma voluntaria, y formulando y ejecutando proyectos alternativos. Dentro de este eje


también se implementaron medidas ambientales en pro de las zonas afectadas y de los
parques nacionales y naturales.

El segundo eje está dirigido a la prevención del consumo y la salud pública. El Estado se
comprometió a la promoción de la salud, a la prevención, a la atención integral y a la
inclusión social. Para ello, las autoridades locales, en conjunto con el Gobierno nacional,
tienen la responsabilidad de formular planes de acción para hacer frente al consumo, y la
creación de un sistema nacional de atención a las personas consumidoras de drogas ilícitas,
capaz de brindar tratamiento, rehabilitación e inserción social.

El tercer eje se enfoca en la producción y la comercialización de narcóticos. Se trata de una


estrategia dirigida a atacar las economías ilegales que financian las redes del crimen
organizado empleando como medidas el fortalecimiento institucional para la detención, el
control y el reporte de operaciones financieras ilícitas, la extinción de dominio y una
campaña de cultura contra el lavado de activos, entre otros; también, una estrategia dirigida
a controlar los insumos y la corrupción, y a fortalecer el diálogo internacional sobre la
lucha contra las drogas y el negocio del narcotráfico. Para hacer efectivo lo pactado en el
acuerdo final de paz, la Dirección de Política de Drogas y Actividades Relacionadas
expidió en 2017 los lineamientos de la Política Nacional de Drogas. Dichos lineamientos
tienen como metas estratégicas: hacer frente a la problemática del consumo; mejorar la
salud pública; hacer efectivos los derechos humanos y el desarrollo humano; el
mejoramiento de las condiciones sociales, económicas y de seguridad en aquellas zonas
más afectadas por el problema de las drogas ilícitas, y reducir el delito asociado al
narcotráfico combatiendo esta actividad ilícita, que originan violencia y corrupción.

La Política Nacional de Drogas en Colombia se realiza bajo siete principios: 1) evidencia


técnica y científica: dirigido a investigar y recolectar información con respecto a las
dinámicas, las características, las tendencias, las causas y las consecuencias de la
problemática de drogas, así como el impacto de los programas, los planes, los proyectos y
las estrategias implementados; 2) innovación y flexibilidad: todos los programas orientados
a la lucha contra las drogas deben emplear nuevas tecnologías y atender a las dinámicas
poblacionales y los territorios donde exista esa problemática; 3) sostenibilidad: contar con
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personal capacitado, recursos tecnológicos actualizados, recursos financieros y el trabajo


articulado de las diferentes instituciones con las comunidades; 4) lucha integral: abarcar
esta problemática desde todas sus fases, desde el cultivo, pasando por la producción, el
tráfico y la comercialización hasta el consumo, y en todos los niveles territoriales; 5) lucha
inclusiva y diferencial: cualquier programa o cualquier estrategia deben enfocarse en las
necesidades de cada territorio y en la población afectada, teniendo en cuenta su etnia y su
nivel socioeconómico y cultural, a fin de mitigar la desigualdad, la discriminación y la
exclusión social; 6) lucha participativa: su construcción y su implementación deben
efectuarse con base en las experiencias y las percepciones de la población afectada por esta
problemática y los demás actores que hagan parte de la política, y 7) lucha articulada: la
responsabilidad por la implementación de cualquier tipo de acción contra las drogas recae
de forma articulada sobre la nación, las entidades territoriales, la sociedad civil organizada
y la sociedad en general (Ministerio de Justicia, 2017).

En este sentido, las estrategias antidrogas que operan en Colombia hacen parte de la meta
estratégica número tres: “disminuir el delito asociado al narcotráfico orientando los
esfuerzos del Estado para impactar a los eslabones intermedios y superiores de esta
cadena”. La estrategia parte de la realidad de que el narcotráfico es un negocio rentable,
que acarrea problemáticas sociales y económicos, y origina violencia, marginalización y
efectos negativos en la salud pública, la seguridad, la economía y la institucionalidad.

El primer objetivo planteado fue controlar la producción y el tráfico ilícitos de drogas, a


través del fortalecimiento de mecanismos de control y judicialización. Para ello se
proponen varias estrategias, entre ellas reducir los mercados urbanos de drogas a través de
la identificación de las zonas de microtráfico, focalizar la persecución penal a las
organizaciones criminales de microtráfico y narcotráfico logrando la judicialización
efectiva y ejemplarizante de cabecillas y jefes, y fortalecer la vigilancia pública.

Actualmente, se encuentra operando en Colombia la denominada “Ruta Futuro: política


integral para enfrentar el problema de las drogas 2018-2022”, la cual hace énfasis en la
sustitución de cultivos ilícitos, la producción, el tráfico, el consumo y los delitos
relacionados con esta actividad criminal. La mencionada estrategia integral implementa seis
enfoques que están orientados a reducir el consumo de sustancias psicoactivas y su
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impacto, reducir la disponibilidad de drogas para los mercados internos y externos,


desarticular y afectar las estructuras criminales y afectar las economías y las rentas
criminales, asi mismo, pretende ser una intervención integral a la problemática de las
drogas enfrentando y contrarrestando todas las fuentes de ingreso del crimen organizado,
con especial énfasis en las actividades delictivas relacionadas con el narcotráfico. El
objetivo principal de esta política es afectar las finanzas ilícitas de las organizaciones
criminales, por lo que las estrategias dispuestas han sido adecuadas a las características y
las particularidades de cada territorio. Esta política se enfoca no solo en la erradicación de
cultivos ilícitos, sino que, además, pretende transformar los territorios, fortalecer la
coordinación institucional, incentivar la construcción y la cultura de legalidad y crear
condiciones de equidad que contribuyan a la lucha contra las drogas.
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Acciones de control en el departamento del cauca

La estrategia de reducción de las áreas sembradas con cultivos ilícitos del Estado
colombiano frente a la producción de drogas ilícitas, incluye varios programas:1) aspersión
aérea, erradicación manual forzosa y voluntaria, acompañado de programas de desarrollo
alternativo y del programa de consolidación territorial; 2) el desmantelamiento de la
infraestructura de producción;3) el control de las sustancias químicas y precursores de
drogas de síntesis; y el control de tráfico nacionales internacional de drogas y 4) el
desmantelamiento de las redes de narcotráfico. Las actividades de aspersión aérea en Cauca
históricamente se han concentrado en la Costa Pacífica y en la Bota Caucana,
específicamente en Piamonte; de las 81.193 ha asperjadas entre 1999 y 2014 el 80% se
concentró en los municipios de Guapi, López, Timbiquí y Piamonte. En la serie histórica
2001 -2014, las áreas asperjadas en Cauca no superaban el 10% de representación nacional;
entre 2009– 2012 se da el máximo periodo de aspersión alcanzando un máximo de área
asperjada de 14.450 ha en 2010, que representaron el 14% del total nacional. En 2014 se
asperjaron 2.982 ha que representaron el 5% del total nacional asperjado, concentrándose el
37% en Timbiquí. Espacialmente se aprecia que las actividades se focalizaron en su
mayoría en la Costa Pacífica. Existen restricciones de orden público que reducen la
operatividad de la aspersión en la zona de montaña del departamento. A partir de octubre de
2015 por disposición del Gobierno Nacional, las actividades de aspersión aérea fueron
suspendidas en todo el país.
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Estrategias de desarrollo alternativo en el cauca

Por otro lado, las alternativas de desarrollo El desarrollo alternativo (DA) consiste en la
adopción de medidas de desarrollo rural expresamente concebidas para reducir y eliminar el
cultivo de plantas que contengan sustancias psicoactivas sujetas a fiscalización y de uso
ilegal. Por ello, bajo esa denominación se agrupa un amplio conjunto de acciones que
tienen como objetivo reducir la vulnerabilidad territorial a la presencia de cultivos ilícitos, y
facilitar los procesos de sustitución de la producción ilícita por actividades productivas
lícitas.

A diferencia de las acciones directas de reducción de la oferta, como la erradicación


forzada, los programas de DA no tienen como foco principal los cultivos ilícitos, sino la
modificación de las condiciones del entorno social y económico que facilitan la emergencia
y consolidación de economías ilegales en el territorio. De allí que la valoración de los
programas de DA exige, junto con el examen de la reducción de áreas sembradas en
cultivos ilícitos, la verificación de los cambios en las condiciones sociales y económicas de
la población en dicho territorio.

El marco territorial de los programas de DA no se limita exclusivamente a las zonas


productoras de cultivos ilícitos, sino que incluye también al entorno espacial de ocurrencia
de los fenómenos asociados a la producción, como las rutas de tráfico y circulación de
sustancias, y las zonas periféricas a los núcleos de producción ilícita, de los que se tiene
evidencia que constituyen los escenarios privilegiados de expansión de la producción ilegal

A lo largo de los últimos años, la política nacional de acción sobre los cultivos ilícitos
estableció que la localización de los programas de desarrollo alternativo debía definirse
considerando las condiciones de seguridad del territorio como uno de los criterios
determinantes de la intervención. En este sentido, las zonas de máxima concentración de
cultivos ilícitos son, al mismo tiempo, las zonas en las cuales se ha concentrado la acción
más intensa de los grupos armados ilegales, precisamente con el fin de proteger sus activos
estratégicos; ello ha dado como resultado que, en su gran mayoría, los programas de
desarrollo alternativo no hayan sido implementados en los núcleos de producción ilícita.
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En relación con la voluntariedad, se parte de la construcción de acuerdos con las


comunidades potencialmente beneficiarias que permitan establecer una ruta de intervención
concertada. Estos acuerdos se han realizado bajo diferentes modalidades a lo largo de los
últimos 14 años, incluyendo compromisos individuales y comunitarios de diversa índole, en
los que habitualmente la primera expresión de la persona o comunidad ha consistido en la
eliminación de los cultivos ilícitos de su predio o vereda, según el caso; de no darse esta
condición, que es verificada por la unidad de monitoreo, no se da inicio al establecimiento
de los programas de DA. En el caso de territorios colectivos (Resguardos indígenas y
Consejos Comunitarios de comunidades negras), el establecimiento de los acuerdos implica
la obediencia a la ley y a los patrones culturales para la toma de decisiones colectivas que
determinan la sostenibilidad de los compromisos.

En este marco, la localización de los programas de DA en el departamento del Cauca


durante el período 2012 – 2015 presenta cuatro núcleos. El primero en la costa pacífica, en
el municipio de Timbiquí, una de las zonas del departamento con mayor concentración de
cultivos de coca; el segundo núcleo se encuentra en la región central del departamento, en
los municipios de Morales, Cajibío, Totoró y extremo noroccidental de Popayán; el tercer
núcleo, un poco más al sur, en los municipios de El Tambo, Rosas, La Sierra y Sucre.
Finalmente, el último núcleo se encuentra en los municipios de Bolívar, Mercaderes y
Balboa.
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Acciones sociales y procesos comunitarios

A través de la estrategia de lucha contra el flagelo del narcotráfico y sus derivados, se


pretende promover el desarrollo de estrategias de lucha contra el narcotráfico bajo un
enfoque de lucha contra la corrupción, las políticas que realiza el Gobierno Nacional al
respecto se toman en cuenta en las siguientes observaciones: Trabajar de la mano con
entidades de nivel nacional e internacional para ajustar las políticas actuales, y generar
nuevas acciones que permitan enfrentar la corrupción entendida como uno de los pilares
que sostiene el narcotráfico.

Se adelantan acciones que pretenden realizar espacios de discusión que amplíen la


comprensión sobre esta problemática incluyendo a entidades públicas, privadas y a la
sociedad, de este modo, se podrá contar con las bases para trabajar de manera conjunta
entre diferentes sectores en la creación de políticas públicas, regulaciones, y
recomendaciones, para así priorizar y crear de manera oportuna nuevas normas y medidas,
asi mismo, se permite realizar diagnósticos de riesgos de corrupción que consideren la
perspectiva desde el nivel nacional, bajo un enfoque especial en los territorios que
mayoritariamente han sido afectados por el negocio de las drogas.

En el territorio del cauca, el diagnóstico recoge información clara sobre riesgos de


corrupción por métodos como el soborno, así como otros riesgos especiales del nivel local
como la captura de entidades públicas por parte de la criminalidad, es por ello que se la
estrategia apunta a garantizar que los procesos de política pública de lucha contra el
narcotráfico y lucha contra la corrupción respondan a una lógica que incluye las siguientes
etapas de forma sucesiva: análisis de riesgos y vulnerabilidades, formulación de acciones,
desarrollo de marco normativo, implementación, evaluación, y de forma sucesiva reiniciar
el ciclo.

La estrategia realiza un estudio de coherencia entre las metas, capacidades y presupuestos


de las políticas e incluye medidas claras de seguimiento y control a la ejecución
presupuestal de las mismas. Esto con el fin de eliminar las limitaciones o excesos
presupuestales, y prevenir irregularidades en el manejo presupuestal.
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