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El 

Virreinato del Perú (oficialmente el Reino del Perú) fue una entidad


territorial del Imperio español creada por la Corona española en el año 1542, con capital
en la Ciudad de Lima, durante su dominio en el Nuevo Mundo. Las fronteras del virreinato
del Perú se establecieron por primera vez el 13 de septiembre de 1543. En un principio, su
territorio comprendía casi toda América del Sur, incluyendo Panamá y algunas islas
de Oceanía. Aunque no incluía Venezuela que dependía del virreinato de Nueva España,
ni los territorios al este de la línea del Tratado de Tordesillas que pertenecían al Imperio
portugués.7 Dos siglos después, tras las Reformas Borbónicas, su inmenso territorio sufrió
tres importantes mermas. En 1717, se creó el virreinato de Nueva Granada al norte. En
1776, se creó el virreinato del Río de la Plata al sur. Al mismo tiempo, el virreinato del
Brasil extendía sus fronteras tomando territorios de la Amazonia. En 1798, se separó del
virreinato la Capitanía General de Chile.
Al final del periodo virreinal, el ochenta por ciento del total de los caudales americanos
provenían del virreinato de Nueva España.8 Sin embargo, a pesar de las pérdidas
territoriales, a principios del siglo XIX el virreinato del Perú era todavía la principal posesión
de la Monarquía Hispánica en América del Sur al tratarse de una de sus principales
fuentes de riqueza.9
Las guerras de independencia hispanoamericanas pusieron fin al virreinato del Perú. Al
principio de la contienda el virreinato mantuvo su compromiso con la integridad de
la Monarquía Hispánica mandando expediciones a sofocar las juntas de gobierno
insurgentes que se formaron en los diferentes territorios de sus fronteras. En la primera
parte de la guerra, que comienza en 1810, se produjeron conspiraciones y levantamientos
autónomos peruanos que fueron sofocados por el Ejército Real del Perú. En 1820, la
sublevación de las tropas que conformaban la Grande Expedición que se preparaba en
España, hizo desaparecer las esperanzas realistas de recibir refuerzos significativos desde
Europa.
El apoyo de las ya independizadas Provincias Unidas del Río de la Plata liderado por el
general José de San Martín, permitió sucesivamente independizar la Capitanía General de
Chile, y posteriormente, dirigir una expedición militar que atacaría Perú desde el Sur para
lograr su independencia (declarada el 28 de julio de 1821). Tras el estancamiento de la
guerra, San Martín se retiró, dejando la iniciativa al general venezolano Simón
Bolívar quien, a su vez, dirigía una campaña militar contra el virreinato desde el norte, una
vez consolidada la independencia de Nueva Granada.
La capitulación de Ayacucho del 9 de diciembre de 1824, por la que las autoridades
virreinales reconocían su derrota y la independencia del Perú,101112 señaló el fin del
esfuerzo militar realista, aunque quedaban focos leales a la Corona en los Andes y la costa
del Bajo y Alto Perú. Sin embargo, aislados y sin apoyo, los últimos reductos realistas
(la Fortaleza del Real Felipe en Callao y el archipiélago de Chiloé) caerían en 1826.

Historia[editar]
Artículo principal: Historia del Virreinato del Perú
Detalle de una galería de retratos de los emperadores del Perú donde los reyes españoles (lado
derecho) figuran como sucesores de los soberanos incas (lado izquierdo). Lámina publicada en
1744 en la obra Relación del Viaje a la América Meridional de la que Jorge Juan y Antonio de
Ulloa fueron sus autores.

El marqués13 Francisco Pizarro14 fue adelantado y


primer gobernador de Nueva Castilla,15 que fue la base territorial sobre la cual se asentó
y expandió el virreinato.
Antecedentes[editar]
Artículo principal: Conquista del Perú
Véase también: Guerras civiles entre los conquistadores del Perú

Con la entrada de los conquistadores españoles en la ciudad del Cuzco en 1533, concluyó


la conquista del Perú llevada a cabo por Francisco Pizarro, y dio comienzo el proceso de
mestizaje y la conformación política de la Gobernación de Nueva Castilla, que luego sería
el Virreinato del Perú, en el área dominada hasta ese momento por el Imperio inca.

Creación del virreinato[editar]


Al mismo tiempo que se producía la caída del Imperio incaico, se desató un conflicto entre
los conquistadores. Para concluirla, el 20 de noviembre de 1542, el rey Carlos I de
España firmó en Barcelona por Real Cédula las llamadas Leyes Nuevas, un conjunto
legislativo para las Indias entre las cuales dispuso la creación del virreinato del Perú en
reemplazo de las antiguas gobernaciones de Nueva Castilla y Nueva Toledo, al tiempo que
la sede de la Real Audiencia de Panamá fue trasladada a la Ciudad de los Reyes o Lima,
capital del nuevo virreinato.
y te ordenamos y mandamos que en las provincias o reinos del Perú resida un virrey y una
audiencia real de cuatro oidores letrados y el dicho virrey presida en la dicha audiencia la cual
residirá en la ciudad de los reyes por ser en la parte mas convenible porque de aquí adelante no ha
de haber audiencia en panamá.
Leyes Nuevas

El flamante virreinato comprendió en un inicio y durante casi trescientos años gran parte
de Sudamérica y el istmo de Panamá, bajo diversas formas de control o supervigilancia de
sus autoridades. Abarcaba una inmensa superficie que correspondía a los actuales
territorios que forman parte de
las repúblicas de Argentina, Uruguay, Paraguay, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador, Panam
á, Perú y toda la región oeste, sureste y sur del Brasil. Quedaban exceptuadas Venezuela,
bajo jurisdicción del virreinato de Nueva España a través de la Real Audiencia de Santo
Domingo, y Brasil, que integraba el Imperio portugués.
Fue su primer virrey Blasco Núñez Vela, nombrado por real cédula del 1 de marzo de
1543. Sin embargo, no pudo ejercer la autoridad real debido a los enfrentamientos entre
los partidarios de Francisco Pizarro y Diego de Almagro por el dominio del Perú, y pereció
asesinado por Gonzalo Pizarro. El asesinato de la primera autoridad del rey produjo mucha
consternación en España; la Corona dispuso castigar severamente a quien había atentado
contra el virrey, el representante del rey en territorios conquistados. Para ello, Carlos I
envió a Pedro de la Gasca con el título de Pacificador para solucionar esta situación. Ya en
el Perú, La Gasca, seguro de haber infundido la semilla de la traición entre los partidarios
de Gonzalo Pizarro, se enfrentó al conquistador cerca del Cuzco, en 1548. Gonzalo
Pizarro vio a sus capitanes pasarse al bando de la Gasca y la derrota para él resultó
aplastante. Conducido a la ciudad del Cuzco, fue ejecutado por delito de alta traición al
rey. Unos años después, en 1551, fue nombrado virrey Antonio de Mendoza y Pacheco,
luego de haber ejercido el cargo en el virreinato novohispano.

El virrey Álvarez de Toledo[editar]


Artículo principal: Francisco de Toledo
Francisco Álvarez de Toledo, virrey del Perú, fue el
gran ordenador y organizador del virreinato.
Tras casi cuarenta años de desorden administrativo, el virreinato peruano encontró a un
eficiente conductor en el virrey Francisco Álvarez de Toledo, quien, entre 1569 y 1581,
logró establecer el marco político-administrativo que rigió por muchos años en
el Perú virreinal.
Apenas llegado a tierras peruanas, Francisco Álvarez de Toledo se informó de todo cuanto
había sucedido en el virreinato y de cuáles habían sido las políticas seguidas hasta ese
momento. Reconoció la inexistencia de un adecuado sistema tributario, pues no había un
registro del total de habitantes del virreinato. Álvarez de Toledo realizó personalmente
varias extensas visitas generales a distintas partes del virreinato y, por primera vez, se
tuvo registro de los recursos humanos y naturales del Perú. Tras saber el número de
posibles tributarios, estableció las reducciones, pueblos indígenas en los que se agrupaba
a un número de alrededor de quinientas familias. Así se sabía con exactitud la cantidad de
tributo que debían entregar.
El virrey Álvarez de Toledo impulsó la distribución del trabajo indígena por medio de
la mita. Mediante el empleo de esta se proveyó de mano de obra a las
ricas minas de Potosí, provincia de Charcas, productoras de inmensas cantidades de
mineral de plata, y a Huancavelica, de la que se extraía mercurio o azogue, necesario para
la purificación argentífera, con lo que se logró convertir al Perú en uno de los centros más
importantes de producción de plata en el mundo.
Francisco Álvarez de Toledo fue el virrey más destacado del Perú, ya que, debido a sus
éxitos alcanzados como funcionario, sentó las bases del virreinato peruano, pues
consiguió la ordenación administrativa del gobierno y la legalidad política de todo su amplio
territorio.

El ciclo de la plata[editar]
Audiencias del virreinato del Perú, hacia 1650:
1) Real Audiencia de Panamá
2) Real Audiencia de Santa Fe de Bogotá
3) Real Audiencia de Quito
4) Real Audiencia de Lima
5) Real Audiencia de La Plata de los Charcas
6) Real Audiencia de Chile.
Entre 1580 y 1650, el sistema económico mercantilista se implantó definitivamente en el
Perú con el surgimiento de la gran minería gracias a la explotación de las vetas
argentíferas de Potosí mediante amalgamación con el azogue de Huancavelica.
En lo militar el virreinato del Perú financió y apoyó militarmente, por medio del real
situado y el envío de soldados y provisiones desde el Perú, las campañas contra
los mapuches en la Guerra de Arauco que se extendió por gran parte del período virreinal.
Solamente en el año 1662 fueron enviados 950 soldados y 300 000 pesos para los gastos
de guerra,16 de igual manera del virreinato peruano partieron las directivas generales para
la conducción de la campaña como fue la que envió el virrey Príncipe de
Esquilache ordenando una guerra defensiva contra los nativos americanos y la prohibición
del servicio personal de estos.17
La fortificación del puerto del Callao y la manutención de una fuerza naval para defender al
vasto territorio de incursiones de corsarios y piratas fue también responsabilidad de los
sucesivos virreyes del Perú.

Las reformas borbónicas[editar]


Artículo principal: Reformismo borbónico
Imperios español y portugués en 1790.
En el siglo XVIII, destacaron las figuras de los virreyes que introdujeron las Reformas
Borbónicas, medidas impuestas por la Casa de Borbón, especialmente Manuel de Amat y
Junyent, que gobernó entre 1761 y 1776, Manuel Guirior, entre 1776 y 1780, Agustín de
Jáuregui, entre 1780 y 1784 y Teodoro de Croix, entre 1784 y 1790, destinadas a
revitalizar la administración virreinal con actuaciones como la incorporación del sistema
de intendencias. Con ellos se intentó profesionalizar el gobierno, sustituyendo las
inoperantes figuras de los corregidores y los alcaldes mayores, dedicando especial interés
a todo lo relacionado con la hacienda.
La reorganización territorial llevada a cabo a lo largo de ese siglo implicó desmembrar dos
vastas regiones del virreinato peruano para conformar con ellas otros dos nuevos
virreinatos: el virreinato de Nueva Granada en 1717, restaurado en 1739 tras un periodo
de supresión, y luego el virreinato del Río de la Plata, creado en 1776. Estas pérdidas de
territorio supusieron la pérdida de protagonismo del virreinato del Perú como centro
económico de España en Sudamérica aunque continuó siendo el bien más valioso de la
Corona, debido a su poder político, social y cultural.
La posterior política económica de los Borbones, que permitió el comercio directo entre los
puertos españoles y diversos puertos sudamericanos
(Maracaibo, Guayaquil, Arica, Valparaíso, etc.), redujo el tráfico comercial a través del
puerto del Callao y afectó a las rentas del virreinato, que tras la separación del Río de la
Plata quedó confinado a las rutas comerciales secundarias del océano Pacífico, mientras
que el tráfico comercial más lucrativo (el del océano Atlántico) quedaba bajo dominio de
los puertos de Buenos Aires o Cartagena de Indias, fuera de la influencia del virreinato
peruano.
La ciudad de Lima, antaño principal ciudad de Sudamérica y poseedora de una vida
cortesana y comercial comparable a la de la propia Madrid, perdió gran parte de su antigua
riqueza en la segunda mitad del siglo XVIII, a lo cual se unió la continua merma de los ricos
depósitos de plata de Potosí que habían sustentado la economía virreinal durante dos
siglos, hasta que todo el territorio de Charcas, también conocido como Alto
Perú (actual Bolivia) quedó unido al virreinato rioplatense en 1776. Los últimos años del
mencionado siglo, si bien generaron una administración más eficiente y un mejor manejo
de los recursos del virreinato en beneficio de España, mostraron un serio declive de la
riqueza general del virreinato peruano.
La expulsión de los jesuitas en 1768 ocasionó que el territorio de la Comandancia General
de Maynas, perteneciente al virreinato de Nueva Granada, cayera en un casi total
abandono, dadas las dificultades de acceso, lo cual hizo temer a la Corona su pérdida
debido a la política expansionista de los portugueses en la cuenca amazónica. El rey
encargó al antiguo gobernador de Maynas, Francisco Requena, que realizara un informe
sobre la situación del citado territorio. Requena informó que los funcionarios civiles y
eclesiásticos de Quito y Bogotá estaban en situación de no poder ocuparse de la región,
por lo que sugirió que esta fuera reincorporada al virreinato del Perú junto con el Gobierno
de Quijos, y que se estableciera un obispado de misiones allí.
Teniendo en cuenta el informe de Requena, el rey dispuso el 15 de julio de 1802 crear el
Obispado y la Comandancia General de Maynas. Del contenido de la cédula de 1802 se
deduce claramente que su objetivo principal era detener los avances portugueses en los
territorios de la Corona española.
La Real Cédula de 1802 dice:
He resuelto que tenga por segregado del virreinato de Santa Fe y de la provincia de Quito y
agregado a ese virreinato el Gobierno y Comandancia General de Mainas con los pueblos del
Gobierno de Quijos, excepto el de Papallacta por estar todos ellos a las orillas del río Napo o en sus
inmediaciones, extendiéndose aquella Comandancia General no sólo por el río Marañon abajo,
hasta las fronteras de las colonias portugueses, sino también por todos los demás ríos que entran al
Marañon por sus margines septentrional y meridional como son Morona, Huallaga, Paztaza, Ucayali,
Napo, Yavari, Putumayo, Yapurá y otros menos considerables, hasta el paraje en que estos mismos
por sus altos y raudales dejan de ser navegables: debiendo quedar también a la misma
Comandancia General los pueblos de Lamas y Moyobamba... YO EL REY

El cumplimiento efectivo de la Real Cédula de 1802 ha sido motivo de disputas posteriores


entre los gobiernos del Perú, Colombia y el Ecuador. Sin embargo, el 28 de marzo de 1803
la Junta de Fortificaciones de América lo solicitó, el rey Carlos IV emitió la Real Orden del
7 de julio de 1803, por la cual en lo militar el Gobierno de Guayaquil volvió a depender del
virreinato del Perú, aunque la administración mercantil de la ciudad continuó bajo el
virreinato de Nueva Granada, dependiente de Cartagena de Indias.
… debe depender el gobierno de Guayaquil del virrey de Lima y no del de Santa Fe, pues éste no
puede darle, como aquel en los casos necesarios, los precisos auxilios, siendo el de Lima por la
facilidad y la brevedad con que puede ejecutarlo, quien le ha de enviar los correos de tropas, dinero,
pertrechos, armas y demás efectos de que carece aquel territorio; y por consiguiente, se halla en el
caso de vigilar mejor, y con más motivo que el de Santa Fe, …

Y con la Real cédula del 10 de febrero de 1806, el rey ratifica que la agregación del
gobierno de Guayaquil al virreinato del Perú era absoluta y no solo en los asuntos
militares:
En vista de lo que consultan Uds. en carta de 25 de marzo del año próximo anterior, sobre la
provincia de Guayaquil, a consecuencia de la agregación al virreinato de Lima, debe depender de la
parte mercantil de ese consulado o del de dicho Lima; se ha servido Su Majestad, declarar que la
agregación es absoluta; y por consiguiente, que la parte mercantil debe depender del mencionado
consulado de Lima y no de ése.

El Virreinato del Perú en 1810. La Capitanía General


de Chile se independiza del virreinato en 1798.18 En 1802 se le agrega Maynas y Quijos.
En 1803 se le agrega Guayaquil y el territorio del Paposo.
Emancipación[editar]
Artículo principal: Guerras de independencia hispanoamericanas

A partir de los inicios del siglo XIX, se produjeron los estallidos revolucionarios en


la América española. El virrey José Fernando de Abascal y Sousa hizo del virreinato
peruano el baluarte, reducto y centro de la contrarrevolución en favor de la monarquía;
desde este virreinato se contuvo el avance de la revolución argentina, se reconquistó
Chile y se sofocaron los levantamientos de Quito. También fueron reprimidos todos los
intentos revolucionarios —en particular, la rebelión del Cuzco— y toda manifestación de
signo independentista en el propio virreinato. Sin embargo, Guayaquil se proclamó Estado
independiente en 1820 y recibió la ayuda gran colombiana del general Simón Bolívar.
Véanse también: Capitulación de Ayacucho,  Gobierno de Chiloé  y  Gobierno de Guayaquil.

Fin del virreinato[editar]

Proclamación de la Independencia del Perú, por parte


del general rioplatense José de San Martín. Óleo de Juan Lepiani.
Después de la victoria del Ejército de los Andes sobre los realistas, Chile declaró
su independencia en 1818 y organizó junto con las Provincias Unidas del Río de la
Plata una expedición militar al mando del Libertador general José de San Martín, la cual
desembarcó en el puerto de Pisco (al sur de Lima) el 8 de septiembre de 1820. A partir de
ese momento, diversas provincias y pueblos del Perú empezaron a declarar su
independencia de España, tales
como Huamanga, Tarma, Lambayeque, Ferreñafe, Trujillo y Cajamarca. Finalmente, en
1821 San Martín ocupó la capital virreinal (Lima) y proclamó la Independencia del Perú el
28 de julio de ese mismo año.
La sede virreinal fue trasladada al Cuzco y el virreinato español del Perú se mantuvo en
los territorios no independizados hasta el año 1824, en que —tras la batalla de Ayacucho
— se firmó la Capitulación de Ayacucho entre el general José de Canterac y Antonio José
de Sucre al mando de las fuerzas militares revolucionarias, dando fin al virreinato del Perú.
La capitulación fue aceptada sin resistencia por Pío Tristán a la cabeza del gobierno del
virreinato a la llegada al Cuzco del Ejército Libertador tres semanas más tarde. El 7 de
abril de 1825 el Alto Perú se independizó como República de Bolívar. En enero de 1826 se
puso fin a toda resistencia militar en Chiloé y en El Callao.
Véanse también: Independencia del Perú,  Campañas del Sur  y  Conquista de Chiloé.

Expediciones de exploración y Campañas militares


en el Perú colonial[editar]
Véanse también: Expediciones españolas,  Expediciones científicas españolas,  Expediciones
Españolas a Oceanía y el Pacífico Sur,  Edad de oro de la piratería y Exploración desde el
Virreinato del Perú.

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