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The division of the Communist Party of Chile

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Aníbal Riquelme Contreras


Universidad de Valparaíso (Chile)
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La división del Partido Comunista de Chile.

The division of the Communist Party of Chile

Aníbal Riquelme Contreras.


Magíster en Estudios Históricos
riquelmeanibal@gmail.com

Resumen
La escisión del Frente Patriótico Manuel Rodríguez del Partido Comunista de Chile en
1987 es en realidad la división del Partido Comunista chileno, y hunde sus raíces en
problemáticas internas que se remontan a la génesis de la Política de Rebelión Popular de
Masas. En este artículo se indaga la problemática interna que originó dicho quiebre y las
diferencias de opiniones de las diversas facciones del partido.

Palabras claves: Partido Comunista de Chile, Frente Patriótico Manuel Rodríguez,


Dictadura

Abstract
The split of the Manuel Rodríguez Patriotic Front of the Communist Party of Chile in 1987
is actually the division of the Chilean Communist Party, and it has its roots in internal
problems that go back to the genesis of the Policy of Mass Popular Rebellion. This article
investigates the internal problems that caused this break and the differences of opinion of
the various factions of the party.

Keywords: Communist Party of Chile, Manuel Rodríguez Patriotic Front, Dictatorship

_________________________________________________________________________

La división ocurrida en 1987 del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, es en realidad la


división del Partido Comunista de Chile, y hunde sus raíces en problemáticas que se
remontan a la génesis de la Política de Rebelión Popular de Masas (PRPM), ya al momento
de nacer el FPMR en 1983, existían al interior del partido a lo menos tres grandes facciones
o mejor dicho corrientes de opinión: Una corriente de derecha, representada por el
segmento del exterior de la dirección del PC, partidaria de la incorporación de la violencia
como medio de la política, pero que rechazaba convertirla en el eje de la línea del PC. Del
mismo modo no compartía que la salida más probable de la dictadura fuera a través de una
insurrección1; Una corriente de centro, representada por el Equipo de Dirección Interior
(EDI), mayoritariamente en el país, que se jugó desde los orígenes de la Política de

1
Verónica Valdivia, Julio Pinto, Rolando Álvarez, Karen Donoso y Sebastián Leiva, Su revolución contra
nuestra revolución. Vol. II. La pugna marxista-gremialista en los ochenta, Ed. Lom, Santiago, 2008, p.42.
Rebelión Popular de Masas (PRPM), por una perspectiva insurreccional y por lo tanto, por
la conformación de un aparato militar que tuviera un papel destacado en el término de la
dictadura. Enfatizando el carácter estratégico de lo militar en la política, pero no como algo
reducido al problema físico de las armas, sino lo que se entendía debía ser “una visión
completa del problema del Poder”. Trataba de evitar también la “desviación militarista”2; y
La corriente de izquierda, reducida solo a algunos oficiales en La Habana, que dudaban del
compromiso político de la Dirección del PC con el desarrollo de la política militar, y le
criticaba lo que veían como sus “vacilaciones” en la implementación de la PRPM. Esta ala,
enfatizaba el papel determinante de la lucha militar3. Según el profesor Álvarez “este
esquema pre-configuró la crisis del PC”4. A este esquema debemos sumar cierta tendencia
al autonomismo del brazo armado del PC, producto de la identidad “Rodriguista” que se
forjó a través del tiempo y la camarería5.

El presente texto tiene por propósito indagar en el quiebre de 1987 en el Partido Comunista
chileno, del cual se escinde una parte de su aparato armado dando lugar al Frente Patriótico
Manuel Rodríguez Autónomo, como tesis planteamos que esta se debió al empecinamiento
del ala izquierda del PC chileno en que las condiciones objetivas para una salida
insurreccional aún era posible.

Durante el periodo 1983-1986, “la cultura política del PC se transformó durante este
periodo producto de la incorporación del factor militar. Sin embargo, existió una línea de
continuidad con sus tradiciones políticas (“el recabarrenismo”), expresado en la inserción e
influencia de masas que el PC obtuvo en esta época, a pesar de que supuestamente el
promover formas violentas de resistencia contra la dictadura lo deberían haber conducido a
abandonar o minusvalorar el trabajo de masas”6.

En diciembre de 1983, el FPMR hace su debut con un apagón nacional, en 1984 sus
acciones fueron muy variadas, incluyendo algunos secuestros. El frente intento que sus
acciones fueran audaces y llamativas. Por ejemplo, al cumplir seis meses de existencia
oficial, se coparon las radios Minería y Festival para emitir un comunicado para explicar
sus posiciones. Respecto al uso de la violencia y las acusaciones de terroristas que caían
sobre ellos, se afirmaba que “no nos gusta la violencia y hubiéramos querido evitarla. Pero
no nos falta el valor para combatir, cuando nos han puesto en la disyuntiva de morir de
hambre o luchar sin claudicar, hasta la victoria, por nosotros y nuestros hijos”7. También se
desligaban del PC señalando “El Frente Patriótico Manuel Rodríguez no integra un partido
político, ni pretendemos convertirnos en alternativa ante ellos. Somos hombres, mujeres,
jóvenes, de los más variados pensamientos ideológicos, a quienes nos une el noble anhelo

2
Ibídem, p. 42.
3
Ibídem, p. 42.
4
Ibídem, p.42.
5
Rolando Álvarez. Los “hermanos Rodriguistas” La división del Frente Patriótico Manuel Rodríguez y el
nacimiento de una nueva cultura política en la izquierda chilena. 1975-1987. Revista Izquierdas, Año 2,
Número 3, año 2009.
6
Su revolución contra nuestra revolución. Vol. II. Op. Cit., p. 21.
7
“Comunicado de la Dirección Nacional del FPMR, al cumplir 6 meses de vida y combate junto al pueblo de
Chile” (transmitido el 07/06/1984. Citado en Su revolución contra nuestra revolución. Vol. II, op. Cit. p. 55.
de alcanzar la libertad para Chile”8. “En los primeros manifiestos públicos del Frente,
destacaba la ausencia de definiciones ideológicas –no se denominaba marxista-leninista-
siendo reemplazadas esas alusiones por fuentes nacionales”9, como el “guerrillero” Manuel
Rodríguez.

En los escritos sobre la historia de esta estructura que ha confeccionado el FPMR


Autónomo se señala que para los años 1985-86 el número de acciones también habrían sido
cercanas al millar: “podemos decir que en 1985 el FP realizó 350 acciones exitosas y
cincuenta fallidas. En 1986 las fallidas fueron 150 y 554 las exitosas, donde 70 de ellas
fueron derribamiento de torres; treinta fueron cortes de vías férreas; 18 fueron ataques a
instalaciones de las fuerzas represivas; hubo ocho acciones de hostigamiento; 337 sabotajes
menores; fueron distribuidos cinco camiones con alimentos y se realizaron ocho acciones
especiales, entre las que están la emboscada a Pinochet y el ataque al cuartel de Carabineros
de calle Polo Banda”10

La estructura del aparato militar del PC tenía tres niveles de participación para la
militancia. “En un primer nivel, estaba la llamada “Fuerza Militar Propia”, (el FPMR)
definida como un cuerpo de élite dirigido por una Dirección Nacional (DN) compuesta por
8 “comandantes”, la mayoría de ellos oficiales formados en Cuba y Bulgaria. Esta DN
estaba bajo el mando de la Comisión Militar del PC.”11 Un segundo nivel era “el llamado
“Trabajo militar del Partido”, existían las “Unidades de Combate”, conformadas por
militantes con formación militar de “combatientes” (curso de seis meses en Cuba) o sin
ninguna preparación en el exterior, que podían realizar acciones menores…las UC eran
dirigidas por los “Comités Regionales” y “Locales” según correspondiese”12. El tercer nivel
“eran las “Milicias Rodriguistas”, organismos que buscaban masificar y organizar las
experiencias de autodefensa de masas, dando posibilidad que se integraran individuos más
allá de la militancia comunista”13.

Por lo general las investigaciones sobre la historia del accionar del FPMR olvidan que éste
formaba parte de una estructura político-militar más compleja, “compuesta por las unidades
militares y paramilitares del PC y las JJ.CC. Esto significa que la mayoría de las acciones
militares y paramilitares de resistencia fueron realizadas por las “Unidades de Combate”
(UC) del Partido y la Juventud”14.

En diciembre de 1984 el PC asume la política de la sublevación nacional para acabar con la


dictadura, pese que el momento más álgido de las movilizaciones había pasado 15, “En

8
“Manifiesto del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, Stgo, diciembre de 1984”, p. 2. Citado en Su
revolución contra nuestra revolución. Vol. II, op. Cit. p. 55.
9
Su revolución contra nuestra revolución. Vol. II. Op. Cit., p. 55.
10
FPMR-Autónomo: “Nacimiento, Desarrollo y Consolidación del FPMR 1983-1986” en http:// www.
fpmr.org./.
11
Ibídem, p. 57.
12
Ibídem, p. 57.
13
Ibídem, p. 57.
14
Ibídem, p. 56.
15
Rolando Álvarez, Arriba los pobres del mundo, Ed. Lom, Santiago, 2014, p.218.
diciembre de 1984 un informe a un Pleno del Comité Central del PC contempló finalmente
la tesis que la salida “más probable” de la dictadura sería una “sublevación nacional””16.

La jornada de septiembre de 1985 puede considerarse un ensayo general de la “Sublevación


Nacional” y la de julio de 1986 como el momento que el PC pensó que se podría haber
producido el levantamiento popular que tumbara a la dictadura. “Acciones espectaculares,
como el ingreso ilegal de armas o el atentado a Pinochet, apuntaban a llevar a efecto este
plan, ya sea armando a las Milicias Rodriguistas y las estructuras paramilitares del partido o
dando un “jaque al rey” (terminar con la vida del dictador) para provocar el ansiado
levantamiento popular”17.

Luego del paro nacional del 2 y 3 de julio de 1986, más precisamente en agosto fueron
descubiertas las armas que el PC había adquirido, con ayuda cubana y otros países
socialistas, para asegurar el éxito de la Sublevación Nacional. El intento de liquidar al
dictador el domingo 7 de septiembre de 1986 fracasó, lo que hizo que la perspectiva
insurreccional se alejara. “Como en toda empresa humana, a la hora del fracaso,
comenzarían los reproches, las discusiones y las fracturas en el otrora monolítico Partido
Comunista chileno. Las diferencias que existían desde principios de la década de los
ochenta, se desencadenarían con toda su fuerza a partir de 1987, iniciándose un proceso de
fuerzas centrifugas que tuvo su máxima expresión en 1990, cuando explotó la peor crisis
interna del PC desde las ocurridas en los años veinte. Lo que estuvo en juego, finalmente,
fue la vigencia o no de seguir siendo comunista en Chile tal como hasta esa fecha se
entendía debía serlo”18.

Después del atentado se realizaron dos reuniones de la CP, una el 15 de septiembre y otra a
mediados de octubre de 1986. La primera estuvo marcada por el dramatismo producto de la
oleada represiva que desató la dictadura luego del atentado, partía reconociendo el
aislamiento del Movimiento Democrático Popular (MDP) y el PC del resto de la oposición.
Sin embargo, el PC insistía en considerar a Pinochet en una situación defensiva: “siempre
debemos tener en cuenta que el fascismo es una dictadura brutal, cruel pero, en definitiva,
precaria. El tirano no puede ni podrá cerrar las grietas que el movimiento popular ha
provocado en el propio edificio de la dictadura”19. Por lo tanto, ante el peligro del
repliegue, el PC sostenía que “lo principal es llevar adelante la movilización social, las
volanteadas relámpago, así como las barricadas, detonaciones y otras acciones por el
estilo”20. En la reunión de octubre de 1986 “se analizó la situación política y se discutió la
compleja situación que vivía el frente militar del partido, responsable de arsenales y el
atentado, lo dos sucesos que habían marcado el año político”21. En esta reunión “simbolizó”
el inicio del conflicto al interior del PC, “pues sus conclusiones dejaron muy disconformes
tanto al ala derechista como izquierdista del Partido”22. “…Sin ignorar los problemas

16
Su revolución contra nuestra revolución. Vol. II. Op. Cit. , p. 48.
17
Ibídem, p. 58.
18
Ibídem, p. 64.
19
“Informe Comisión Política, 15 de septiembre de 1986, p.3. Citado en Su revolución contra nuestra
revolución. Vol. II. Op. Cit. , p.67.
20
Ibídem, p.67.
21
Ibídem, p. 67.
22
Ibídem, p. 67.
surgidos, debemos apreciarlos como fenómenos temporales, circunstanciales, que es
posible remontar si mantenemos firmes el rumbo, sin desviar la dirección del golpe
principal y aplicando con firmeza y flexibilidad nuestra política”23. Así, se relativizaba el
mal momento de la oposición, señalando que a pesar de todo, se abría “un amplio campo
para llevar adelante la política de unidad y lucha, de rebelión popular de masas, de
enfrentamiento a la dictadura que encarnaba el Partido y el MDP”24. Este planteamiento no
fue compartido por el ala derechista, iniciándose a partir de fines de 1986 y públicamente
en 1987, “fuertes descensos ante la tesis que sostenía en el tiempo la perspectiva
insurreccional, sin reconocer que la situación política era otra que en tiempos de la fase
1983-1986”25.

Por otra parte, en la reunión de octubre de 1986 también se evaluó el trabajo militar del PC.
La principal conclusión “era que en el aparato militar existían concepciones políticas y
estilos de trabajo distintos a los del PC. Por ello, se resolvió la salida de la Comisión Militar
de algunos de sus integrantes e incluso sancionar a los responsables de la detección de los
arsenales en el norte”26: “…hemos podido constatar que ha habido, de parte de valiosos
cuadros militares, algún grado de suficiencia y hasta la idea de que la Dirección del Partido
frena, en cierto modo, su actividad combativa”27. “Por ello, la principal medida para
enmendar este problema sería “reforzar” la formación política e ideológica de los cuadros
militares. A continuación, se enumeran veinte puntos para resolver los problemas y errores
que el frente militar había registrado durante 1986. Las medidas apuntaban a un
crecimiento controlado del FPMR (impedir que ingresara a él cualquier militante o no
militante); confirmar la remoción de “Rodrigo” (Raúl Pellegrín) de la Comisión Militar y
“conversar a fondo” con “Salvador” (Galvarino Apablaza); subordinar el conjunto de la
estructura militar al área política, impidiendo tendencias militaristas; vincular a los
militantes que actuaban en el FPMR de la mística comunista y, dicho sin tapujos, que la
supuesta independencia del Frente ante el PC , pasara por “asegurar un núcleo político-
militar de dirección del FPMR que de el máximo de confianza a la Dirección”28.

Esta intervención al aparato militar del PC, y sobre todo la remoción de Pellegrín de la
Comisión Militar, espacio en la que estaba en función de ser el jefe del “fuerza militar
propia” del PC, o sea, el FPMR fue el factor precipitante de la fractura al interior del PC.
Esta medida fue resistida por meses. “También en 1986 Salió de su cargo el encargado
militar del PC, Guillermo Teillier, lo que era seña inequívoca del deseo de la Dirección de
querer hacer cambios importantes en el frente militar. Luego de largas discusiones y de
intentar llegar a acuerdos, el quiebre se hizo inevitable”29.

El mismo Teillier recuerda “A raíz de esos dos reveses hubo problemas en el interior del
partido. A esa altura habían caído combatientes, había más muertos y ya no era la cuestión

23
“Informe Comisión Política, octubre de 1986”, p. 3. Citado en Su revolución contra nuestra revolución.
Vol. II. Op. Cit. , p. 67.
24
Ibídem, p. 67.
25
Ibídem, p. 68.
26
Ibídem, p.68.
27
Ibídem, p. 68.
28
Ibídem, p. 68.
29
Ibídem, p. 6.
romántica de cuando empiezan estas cosas, sino que era la cruda realidad. Entonces
empezaron a plantearse posiciones, sobre todo de compañeros que estaban afuera, de que se
había apoderado de la dirección un grupo ultra, y que el militarismo campeaba. Desde
luego también empezó a operar el acuerdo de la Concertación con los norteamericanos y
Pinochet. Empezó a operar en el sentido de que había que darle a esto una salida pacífica, y
todo lo que era lucha armada y desestabilización empezó a ser condenado. Eso
indudablemente también incluía al partido, en el sentido de que había gente en el partido
que pensaba que en ese momento había que hacer un acuerdo con la Concertación. Lo
único que no tenían claro es que era imposible hacer un acuerdo con la Concertación,
porque los norteamericanos pusieron como premisa que el partido Comunista quedara
fuera. Y eso nos lo dijeron con mucha franqueza en conversaciones políticas los socialistas,
los radicales, los demócratas cristianos. Nos dijeron: ustedes no tienen cabida porque la
única posibilidad es que ustedes queden fuera. Ustedes podrán estar en diez, veinte años
más en el acuerdo, pero ahora ustedes no tienen cabida. En esos dimes y diretes actuaron
personajes como Guastavino y otros, que empezaron a pelear dentro del partido contra la
política de rebelión popular. Eso provocó en los compañeros del Frente una discusión. Ellos
reclamaban, y decían: a nosotros nos trajeron a pelear. Ellos consideraban que tenían
todavía reservas como para seguir la lucha. Algunos se sintieron traicionados, otros no se
sentían traicionados, pero simplemente pensaban distinto, en el sentido de que había que
seguir con todas las formas de lucha, desarrollando formas de lucha armada. Y claro tenían
combatientes, tenían armas, organización. Ahora, lo evidente es que, si el partido cambiaba
de actitud, el Frente tampoco tenía futuro, porque era en la práctica una parte del partido. Si
se iba del partido, en esas condiciones era muy difícil que pudiera seguir”30.

Como vemos la situación había cambiado, existía un acuerdo entre parte de la oposición,
los norteamericanos, el Vaticano y la dictadura, para un pasó concensuado hacia la
democracia, y si bien el PC estaba excluido de dicho acuerdo a priori, no dejaba de levantar
simpatías entre algunos militantes comunistas. A ello debemos sumar que las
movilizaciones y protestas venían en franca disminución a fines de 1986, lo que denotaba el
éxito relativo de la institucionalización de la dictadura en nuestro país, sumado a la
recuperación económica que se hacía patente

Estas señales no fueron advertidas por el ala izquierda del partido, que seguía empecinada
en una salida insurreccional a la dictadura. Esto los llevo a ver la intervención que el PC
quería hacer en su aparato militar, como un abandono de la perspectiva insurreccional y un
intento de acabar con el FPMR o a lo menos, reducirlo al papel que la Dirección del partido
le parecía pertinente.

“Cuando cambia la correlación de fuerzas a partir de fines del 86 y comienzos del 87, desde
el interior del partido se levantan voces que cuestionan la idea de la sublevación nacional y
la “desviación militarista del partido”, a la cual ponen como causa del aislamiento de otras
fuerzas. Este cuestionamiento llega al Frente, los oficiales piensan que estas presiones van a
provocar un cambio en la política del partido, la desvinculación de la militancia. Tenían el

30
Francisco Herreros. Del Gobierno del pueblo a la rebelión popular. Historia del Partido Comunista 1970-
1990. Ed. Siglo XXI, Santiago, 2003, p. 538-539.
convencimiento de que la idea de la Sublevación Nacional era un camino intransable. Se
creó un clima de desconfianza frente a la actitud de militantes del partido”31.

Ya en 1987, con la campaña de inscripción en los registros electorales de los partidos que
formarían la futura Concertación, “que encontró amplia acogida en la ciudadanía, incluidos
sectores populares”32, y la existencia de concepciones diferentes sobre la preeminencia del
componente armado, son “los factores de línea principal que percutaron la división del
FPMR, la cual se oficializó en una reunión en la que estuvo presente Guillermo Teillier”33 y
que recuerda así:

“Cuando se produjo el rompimiento, me acuerdo que estábamos Corvalán, Gladys y yo, y


por ellos estaba Pellegrín. El leyó un documento en que planteaba que no era enemigo del
partido, que ellos seguían sintiéndose comunistas, pero consideraban que el partido estaba
equivocado y habían decidido armar un Frente autónomo. Hubo todavía varias
conversaciones, algunas dolorosas, y concordamos en que por lo menos no nos haríamos
daño mutuamente y trataríamos de apoyarnos, y así fue como apoyamos la salida del país
de muchos de ellos. Hicimos lo posible por protegerlos, pensando que en algún momento
íbamos a reencontrarnos”34.

Como señala Gladys Marin, “era una concepción: lo militar es lo que determina lo político.
Nosotros sosteníamos lo contrario. El partido es el que conduce, lo militar es un elemento
muy importante, pero es una parte de la política”35. “Yo creo que estaba en el principio,
pero no se evidenció. Los cuadros del Frente venían con una gran actitud de militantes,
donde lo militar siendo muy importante no era lo principal. Después se manifestó como una
concepción por la experiencia que ellos habían vivido. Muchos de esos cuadros habían
estado en Nicaragua, donde el elemento militar era lo decisivo. La dirección política era la
dirección militar. Esa es una diferencia que nos marcó. Ellos venían con esa concepción, y
por lo tanto con una subestimación del partido. La crítica que había sobre lo que había sido
el gobierno de Allende, la Unidad Popular, era muy fuerte afuera. Nosotros no supimos
defender, esa era la crítica de fondo. Ellos venían imbuidos en es crítica contra la vieja
dirección del partido que no fue capaz de defender y ellos si. Era una concepción que
estaba, pero que no se evidenció, yo no la vi en la relación del primer tiempo con los
compañeros del Frente. Yo creo que ellos estaban decididos a hacer una dirección. Creían
que lo militar estaba sobre lo político. Eso es lo que lamentablemente llevó a la división del
Frente”36

El primer documento que se conoce del FPMR-A es de junio de 1987, “en él se plantea una
evaluación de la línea del PC desde las jornadas del 2 y 3 de julio de 1986. La diferencia
fundamental entre los autónomos y sus creadores tenía que ver con las razones que
explicaban por qué 1986 no había sido “el año decisivo””.37 Según ellos “la incapacidad

31
Herreros, op. Cit., p. 542.
32
Herreros, op. Cit. p. 543.
33
Herreros, op. Cit. p. 543.
34
Herreros, op. Cit. p. 543.
35
Herreros, op. Cit. p. 544.
36
Herreros, op. Cit. p. 543-544.
37
Rolando Álvares, Arriba los pobres del mundo, op. Cit., p.247.
para alcanzar niveles aún superiores de enfrentamiento”, fue el factor decisivo de 1986.
Acusando a la Dirección del PC de no haberse jugado a fondo por la Sublevación Nacional.
No se aplicó correctamente la línea, no que la línea estuviese errada. De esta visión,
arrancaba su proyección del proceso político chileno. Según los autónomos, a mediados de
1987 “la tendencia profunda es que el espíritu de lucha del pueblo es hoy más fuerte que el
entreguismo de la centro-derecha. Está independientemente de que no se exprese
abiertamente”38. Es decir, según ellos, existían las condiciones objetivas para la
Sublevación Nacional, pero el instrumento político (el partido), no estaba a la altura.
“Había sido ganado al reformismo, de lo que se desprendía la razón de ser de la división:
evitar la disolución del FPMR, objetivo, según los autónomos, de la Dirección del PC desde
fines de 1986.”39

Este empecinamiento en que todavía existían condiciones para el derrocamiento de


Pinochet, basado en un papel protagónico del componente armado, como se desprende del
“Informe FPMR-A de agosto de 1987”40, era la base de la decisión de seguir caminos
separados.

Pellegrín señalaba “Creemos entonces que el problema central serían diferencias acerca de
los pasos dados en los últimos ocho meses, acerca de las concepciones con que se ve hoy el
trabajo militar y la lucha en general, y acerca de como se mantiene la aplicación de la
estrategia trazada en el Pleno del Comité Central de Enero 85. En las estructuras militares
sobre todo, pero en numerosos militantes, existirían opiniones diferentes a la dirección del
Partido. Dijimos que para resolver estas diferencias lo más positivo, junto a la discusión
política franca y sin prejuicios, sería el elevar la lucha, el pasar a niveles muy superiores del
accionar que permita desestabilizar al país, (hoy agregamos que permita recoger la
indignación popular ante la oleada de crímenes) y que cree condiciones para que las masas
irrumpan y se atraviesen en el plan perpetuísta del régimen”41. Agregando “Hay una visión
que desea abandonar (en los hechos) la política de SN. Estamos ante la inminencia de que
el F sea apartado del Ajedrez. No es algo fácil, pero como revolucionarios debemos ver
esto desde el punto de vista de la revolución, no tenemos derecho a renunciar a esto que nos
trasciende y es patrimonio de Chile y su Pueblo”, “El pueblo está ansioso de ver una
alternativa clara y con perspectiva definida para enfrentar a Pinochet, y el F bosqueja de
hechos una actitud de lucha frontal, decidida e inclaudicable...”42, proponiendo “avanzar en
elevar la lucha , en avanzar hacia la crisis nacional en todos los terrenos , hasta
desestabilizar a Pinochet , recogiendo el inmenso potencial combativo del pueblo , su
indignación , y con eso crear las condiciones para que las masas irrumpan y se atraviesen
en el plan de Pinochet”43, en resumen “Hoy existen condiciones , en general , en el pueblo
para transitar un camino de lucha superior . Se trata de consolidar a la vanguardia, capaz de

38
Ibídem, p. 247.
39
Ibídem, p. 247,
40
Citado en Rolando Álvarez. Arriba los pobres del mundo, op. Cit., p. 247.
41
Comunicado F.P.M.R. Cuando la separación del PC 1987 (Elaborado por el Comandante Raúl Pellegrín)
www.fpmr.cl
42
Ibídem.
43
Ibídem.
llevar adelante decididamente las acciones que estimulan a la lucha e indiquen un camino
de victoria, clara, de lucha decidida y frontal contra Pinochet”44 .

El optimismo al leer la realidad chilena para una posible Sublevación Nacional, creemos
tiene su origen en factores propios de la dinámica interna del Frente Patriótico Manuel
Rodríguez, y que hicieron que no se percatarán que el escenario político había variado
considerablemente en 1987.

La formación militar de los principales cuadros dirigentes del Frente y su pasó por la
experiencia de Nicaragua, el efecto “clandestinidad” e incluso un voluntarismo en su
análisis de la realidad y en la práctica, serian los factores que explicarían su
empecinamiento en la Sublevación Nacional como medio de derrocar a Pinochet.

La formación militar de los cuadros dirigentes del Frente, sumado a su exitoso paso por la
experiencia de Nicaragua, “fue creando lealtades y afinidades que escapaban de la lógica
partidaria tradicional”45, esta camareria por llamarlo de alguna forma se convirtió en el
centro de la identidad política de los “rodriguista”, una “forma particular de vivir y
entender la participación política”46, que veía al partido como una entidad “que la
experiencia histórica había demostrado falible y por ende, cuestionable”47. Y el hecho que
la Dirección del partido viera “lo militar como un área más de trabajo partidario”48, nunca
fue compartido por los oficiales comunistas.

El factor “clandestinidad”, dice relación que la mayor parte del aparato militar del PC, vivía
al filo de la navaja, por lo cual debían cuidarse constantemente la espalda, vivían en
clandestinidad dentro del marco de una feroz dictadura, la información que recibían, a parte
de la prensa, provenía de informes de la militancia y/o sus cercanos de confianza, por lo
cual se puede señalar que su olfateo de la realidad no era tan certero o completo.
Explicando de este modo, al menos en parte, su visión de que la Sublevación Nacional aún
era posible ya avanzado 1987.

A estos elementos de distensión, se debe agregar, el voluntarismo propio de militantes


comprometidos con la causa de hacer caer al tirano, compromiso que se refleja en
juramento rodriguista:

“PROMETO, ante el pueblo de Chile, el FPMR y el recuerdo de nuestros hermanos caídos,


entregarme con todas mis fuerzas en esta lucha a muerte que hemos decidido por recobrar
la libertad, no vacilando en dar mi vida, si era necesario.
PROMETO, luchar día a día por superarme, para ser digno hijo de esta tierra y de los
principios que dieron origen al FPMR, pues veo en el Rodriguismo los más altos valores
patrios y humanos, y en nuestra organización, al guía y conductor de la auténtica liberación
nacional.

44
Ibídem.
45
Rolando Álvarez. Los “hermanos Rodriguistas”, op. Cit., p. 4.
46
Ibídem, p. 3.
47
Ibídem, p. 3.
48
Ibídem, p. 5.
CON AUDACIA, DISCIPLINA Y PATRIOTISMO, asumo los deberes correspondientes al
grado de MILITANTE RODRIGUISTA y me declaro dispuesto, desde este momento a
acatar las órdenes y decisiones que emanen de nuestra DIRECCIÓN NACIONAL”.49

Gráfica es también la opinión del rodriguista Héctor Figueroa, al señalar en relación al


quiebre de 1987: “Yo creo que el Frente tenía razones de existir. De hecho yo me quedé en
el Frente y no acepté la invitación que me hicieron [antes de entrar a la cárcel] de pasar al
PC. En ese momento, yo pensé que el Frente tenía razón y no el PC. Pues consideraba que
este último, al igual que en otros momentos históricos, estaba reculando en su política. Soy
un convencido de que a la guerra y a la revolución no se juega. Si se decide de luchar por la
toma del poder, vía las armas, lo hacemos hasta las últimas consecuencias y no la
abandonamos cuando nos conviene.”50

Por el mismo periodo, otro organismo de lucha contra la dictadura, el MIR se encontraba en
una crisis interna iniciada en 1984, como consecuencia del fracaso de la Operación Retorno
y de la muerte o encarcelamiento de cientos de militantes, se cierra a comienzos de 1987
con la división del partido en dos grupos con lineamientos estratégicos diferentes.

“El núcleo principal de la controversia se encontraba en la estrategia de acumulación


político-militar. Mientras el grupo encabezado por Nelson Gutiérrez enfatizaba la necesidad
de ligar cada vez más el Partido con los frentes de masas, incluso acompañando a los
sectores populares en la experiencia de votar NO en el plebiscito de 1988. El grupo
encabezado por el Secretario General del Partido, Andrés Pascal, insistía en las definiciones
adoptadas a fines de la década de 1970; se trataba de construir un Partido, en el seno del
pueblo, que acompañará el despliegue político y militar de las masas”51. Frente a la
fragmentación del partido muchos militantes, molestos y desencantados, congelaron su
militancia y muchos más perdieron la convicción en las tareas que realizaban. La
descomposición del MIR se vio acelerada por el agotamiento programático de la izquierda
chilena, la consolidación de la estrategia de transición negociada y la liquidación del
socialismo real representado en la URSS y los países de Europa del este a comienzo de los
’90.

El Mapu-Lautaro teniendo sus orígenes en los 80, adquirirá relevancia sobre todo por sus
acciones en los 90. Promediando la mitad de los ’80 “Para el Lautaro, había un quiebre
entre el movimiento popular histórico y el que ahora ellos estaban convocando, la dictadura
y la derecha en el poder habían producido ese quiebre, el movimiento popular histórico
había sido derrotado con el golpe, reducido, minimizado, marginado y desde ahí, desde el
margen, el pueblo rebelde se había constituido, en el contexto de las protestas del 83. Ese
sería el que enfrentaría a la dictadura y que ahora, el Lautaro convocaba a seguir

49
“Reglamento interno Frente Patriotico Manuel Rodríguez. 1985”, p.3. Mayúsculas en el original. Citado en
Álvarez, Rolando. Arriba los pobres del mundo, op. Cit., p. 245.
50
Entrevista a Héctor Figueroa, ENTREVISTA: ATENTADO CONTRA PINOCHET, 7 DE SEPTIEMBRE
DE 1986, 01 de septiembre 2006, www.fortinmapocho.com
51
Igor Goicovic Donoso, Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Ediciones Escaparate, Concepción, 2012,
p. 85-86.
combatiendo en las calles”52. Esta nueva forma de hacer política, pretende rechazar el
aparatismo y vincular de lleno al pueblo en la lucha, ya no por la democratización, sino por
la transformación profunda de la sociedad.

En resumen la derrota política de la vía insurreccional para derrocar la dictadura, no fue


aceptada por el ala izquierda del Partido Comunista, empecinada en que existían las
condiciones objetivas para una salida insurgente a la dictadura, provocando la división del
Partido Comunista de Chile, escindiéndose parte de su aparato militar en el Frente
Patriótico Manuel Rodríguez Autónomo, el optimismo por una salida insurreccional a la
dictadura tiene en parte su explicación en factores de dinámica interna del mismo partido
como la formación militar de los principales cuadros dirigentes del Frente y su pasó por la
experiencia de Nicaragua, el efecto “clandestinidad” e incluso un voluntarismo en su
análisis de la realidad.

La derrota militar vendría después, con la Guerra Patriótica Nacional declarada por el
FPMR-A. Donde se demostraría en plenitud su voluntarismo por sobre las condiciones
objetivas, no para una sublevación nacional, sino derechamente para una guerra abierta
contra el régimen.

52
Ivette Lozoya López. Chile: Violencia Política y Transición a la Democracia. El Mapu Lautaro y la derrota
de la vía revolucionaria en los 90., p. 6.
Bibliografía.

• Álvarez, Rolando, 2014. Arriba los pobres del mundo, Santiago, Ed. Lom.
• Álvarez, Rolando. 2009. Los “hermanos Rodriguistas” La división del Frente
Patriótico Manuel Rodríguez y el nacimiento de una nueva cultura política en la
izquierda chilena. 1975-1987. Revista Izquierdas, Año 2, Número 3.
• Comunicado de la Dirección Nacional del FPMR, al cumplir 6 meses de vida y
combate junto al pueblo de Chile” (transmitido el 07/06/1984)
• Comunicado F.P.M.R. Cuando la separación del PC 1987 (Elaborado por el
Comandante Raúl Pellegrín) www.fpmr.cl
• Entrevista a Héctor Figueroa, ENTREVISTA: ATENTADO CONTRA
PINOCHET, 7 DE SEPTIEMBRE DE 1986, 01 de septiembre 2006,
www.fortinmapocho.com
• FPMR-Autónomo: “Nacimiento, Desarrollo y Consolidación del FPMR 1983-1986”
en http:// www. fpmr.org./.
• Goicovic, Igor, 2012. Movimiento de Izquierda Revolucionaria, Concepción,
Ediciones Escaparate.
• Herreros, Francisco. 2003. Del Gobierno del pueblo a la rebelión popular. Historia
del Partido Comunista 1970-1990. Santiago, Ed. Siglo XXI.
• Lozoya López, Ivette. 2012. Chile: Violencia Política y Transición a la Democracia.
El Mapu Lautaro y la derrota de la vía revolucionaria en los 90.
• Manifiesto del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, 1984. Santiago, diciembre.
• Valdivia, Verónica; Pinto, Julio; Álvarez, Rolando; Donoso, Karen; Leiva,
Sebastián. 2008. Su revolución contra nuestra revolución. Vol. II. La pugna
marxista-gremialista en los ochenta, Santiago, Ed. Lom.

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