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SEMINARIO DE SALUD III – LA RESILENCIA

La vida diaria está sujeta a acontecimientos duros: la muerte de un ser querido, una enfermedad complicada,
experiencias laborales difíciles, problemas serios de relación de pareja, la soledad, el aislamiento social, la
competitividad, el desempleo, los problemas económicos, entre otros. Ante estas situaciones las personas reaccionan de
distinta manera según la percepción del suceso, su significación o dicho de una manera más actual: según su grado de
resiliencia.

El término resiliencia se refiere a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a tragedias o períodos de dolor
emocional. Cuando un sujeto o grupo humano es capaz de hacerlo, se dice que tiene resiliencia adecuada, y se puede
sobreponer a contratiempos o, incluso, resultar fortalecido por los mismos.

El término está asociado siempre con tensión, estrés, ansiedad, situaciones traumáticas que nos afectan durante el curso
de nuestra vida. Los expertos señalan que es algo consustancial a la naturaleza humana, pero que no necesariamente
siempre se activa, o aún cuando esté activada, genere una solución positiva. Esta situación misteriosa está basada
también en la evidencia de que los elementos constitutivos de la resiliencia están presentes en todo ser humano y
evolucionan a través de las fases del desarrollo o ciclo vital, pasando de ser comportamientos intuitivos durante la
infancia, a agudizarse y ser deliberados en la adolescencia, hasta ser introyectados en la conducta propia de la edad
adulta.

La resiliencia es más que la actitud de resistir a la destrucción preservando la integridad en circunstancias difíciles, es
también la actitud de reaccionar positivamente a pesar de las dificultades y la posibilidad de construir basándose en las
fuerzas propias del ser humano. No es sólo sobrevivir a pesar de todo, sino que es tener la capacidad de usar la
experiencia derivada de las situaciones adversas para proyectar el futuro.

DESARROLLO: El concepto de resiliencia fue introducido en el ámbito psicológico hacia los años 70 por el paido-
psiquiatra Michael Rutter, directamente inspirado en el concepto de la física. En la opinión conductista de Rutter, la
resiliencia se reducía a una suerte de "flexibilidad social" adaptativa. Se profundizó al transcender al conductismo como,
por ejemplo, las investigaciones del etólogo Boris Cyrulnik, quien amplió el concepto observando a los sobrevivientes de
los campos de concentración, los niños de los orfelinatos rumanos y los niños en situación de calle bolivianos.

En el marco de investigaciones de epidemiología social se observó que no todas las personas sometidas a situaciones
de riesgo sufrían enfermedades o padecimientos de algún tipo, sino que, por el contrario, había quienes superaban la
situación y hasta surgían fortalecidos de ella. A este fenómeno se lo denomina en la actualidad resiliencia.

En Psicología se entiende por resiliencia la capacidad de una persona de hacer las cosas bien pese a las condiciones
de vida adversas, a las frustraciones, superarlas y salir de ellas fortalecido o incluso transformado, en otros términos
recuperarse y acceder a una vida significativa y productiva para sí y para la sociedad en la que esta insertado.

La resiliencia es una capacidad que se manifiesta:

• Frente a la destrucción, mostrando una gran facultad de proteger la propia integridad bajo presión.

• Frente a la adversidad, estableciendo una actitud vital positiva pese a circunstancias difíciles.

Puede caracterizarse también como un conjunto de procesos sociales e intrapsíquicos que posibilitan tener una vida
“sana”, viviendo en un medio “insano”.

Rasgos que caracterizan y potencian la resiliencia.

1) "Insigth" o introspección: capacidad o facultad para examinarse internamente, reflexionar, plantearse preguntas
difíciles y darse respuestas honestas.

2) Independencia: capacidad para mantener distancia física y emocional con respecto a los problemas sin caer en el
aislamiento. Ayuda a establecer límites entre uno mismo y los ambientes adversos.

3) Interacción: capacidad para establecer lazos íntimos y satisfactorios con otras personas. Capacita a brindarse a otros
y aceptarlos en la propia vida.
4) Iniciativa: capacidad para hacerse cargo de los problemas y ejercer control sobre ellos.

5) Creatividad: capacidad para crear orden, belleza y objetivos a partir del caos y del desorden.

6) Sentido del humor: predisposición del espíritu a la alegría, permite alejarse del foco de tensión, relativizar y
positivizar. Conduce a encontrar el lado cómico en las situaciones adversas.

7) Conciencia moral: abarca toda la gama de valores internalizados por cada persona a través de su desarrollo vital.
Invita a desear una vida personal satisfactoria, amplia y con riqueza interior.

Entre los factores que favorecen la resiliencia están:

• Apego parental. Los estudios realizados destacan que una relación cálida, nutritiva y de apoyo, aunque no tiene por
qué ser omnipresente, con al menos uno de los padres, protege o mitiga los efectos nocivos de vivir en un medio
adverso. Es decir, se precisa una relación emocional estable con al menos uno de los padres, o bien alguna otra persona
significativa.

• Desarrollo de intereses y vínculos afectivos externos. Las personas significativas fuera de la familia favorecen la
manifestación de comportamientos resilientes cuando, por ejemplo, en la propia familia se viven circunstancias adversas.
Se trata de que haya algún tipo de apoyo social desde fuera del grupo familiar.

• Clima educacional sincero y capaz de establecer límites claros en la conducta.

• Modelos sociales que motiven poder enfrentarse de manera constructiva a las adversidades.

• Vivir experiencias de autoeficacia, autoconfianza y contar con una autoimagen positiva.

• Tener posibilidad de responder de manera activa a situaciones o factores estresantes.

• Asignar significados subjetivos y positivos al estrés, describiendo a las crisis como la oportunidad de ofrecer respuesta
a las circunstancias adversas.

Las habilidades y los factores que potencia la resiliencia se muestran de una manera desigual en los distintos tipos de
personalidades, pero se puede trabajar para lograr potenciar los rasgos que conducen a gozar de esta capacidad de
superarse.

La resiliencia en diferentes ámbitos.

Resiliencias relacionales: familiar y grupal: Froma Walsh (1998) propone una concepción sistémica de la resiliencia,
enmarcada en un contexto ecológico y evolutivo, y presenta el concepto de resiliencia familiar atendiendo a los procesos
interactivos que fortalecen con el transcurso del tiempo tanto al individuo como a la familia.

La resiliencia relacional puede seguir muchos caminos, variando a fin de amoldarse a las diversas formas, recursos y
limitaciones de las familias (y los grupos) y a los desafíos psicosociales que se les plantean. En este sentido se pueden
señalar: reconocer los problemas y limitaciones que hay que enfrentar; comunicar abierta y claramente acerca de ellos;
registrar los recursos personales y colectivos existentes y organizar y reorganizar las estrategias y metodologías tantas
veces como sea necesario, revisando y evaluando los logros y las pérdidas.

Para esto es necesario que, en las relaciones entre los componentes del grupo familiar, se produzcan las siguientes
prácticas: actitudes demostrativas de apoyos emocionales (relaciones de confirmación y confianza en la competencia de
los protagonistas); conversaciones en las que se compartan lógicas (por ejemplo, acuerdos sobre premios y castigos) y
conversaciones donde se construyan significados compartidos acerca de la vida, o de acontecimientos perjudiciales, con
coherencia narrativa y con un sentido dignificador para sus protagonistas.

Resiliencia comunitaria: se trata de una concepción latinoamericana desarrollada teóricamente por E. Néstor Suárez
Ojeda (2001), a partir de observar que cada desastre o calamidad que sufre una comunidad, que produce dolor y pérdida
de vidas y recursos, muchas veces genera un efecto movilizador de las capacidades solidarias que permiten reparar los
daños y seguir adelante.
Eso permitió establecer los pilares de la resiliencia comunitaria:

• Autoestima colectiva, que involucra la satisfacción por la pertenencia a la propia comunidad.

• Identidad cultural, constituida por el proceso interactivo que a lo largo del desarrollo implica la incorporación de
costumbres, valores, giros idiomáticos, danzas, canciones, etcétera, proporcionando la sensación de pertenencia.

• Humor social, consistente en la capacidad de encontrar la comedia en la propia tragedia para poder superarla.

• Honestidad estatal, como contrapartida de la corrupción que desgasta los vínculos sociales.

• Solidaridad, fruto de un lazo social sólido que resume los otros pilares.

Resiliencia y educación: la cuestión de la educación se vuelve central en cuanto a la posibilidad de fomentar la resiliencia
de los niños y los adolescentes, para que puedan enfrentar su crecimiento e inserción social del modo más favorable.

La resiliencia como factor de prevención y promoción de salud. 4

Quizás el proyecto mas ambicioso en la investigación sobre la resiliencia, sea su aplicación al desarrollo infantil, a las
dinámicas familiares, a la efectividad escolar, el desarrollo de la comunidad, el conocer características familiares,
escolares y el ambiente de las comunidades que fomentan la resiliencia natural de los niños y las niñas y ver como
implementar el desarrollo de esta aptitud resiliente en personas, familias, instituciones que no la tengan.

El desarrollo y existencia de factores protectores favorecen la capacidad resiliente. Se consideran Factores protectores
las influencias que modifican, mejoran o alteran la respuesta de una persona a algún peligro que predispone a un
resultado no adaptativo, se refieren a las características existentes en los diferentes ambientes que parecen cambiar o
revertir circunstancias potencialmente negativas. Estos le permiten al sujeto transformar esas situaciones adversas al
desarrollar su resiliencia, a pesar de los riesgos a los que se ven expuestos. Entre ellos están:

1) Relaciones afectuosas, es decir modalidades vinculares en donde este presente el amor, la sensibilidad, la
comprensión, el respeto e interés que se incorporan efectivamente es decir a través del ejemplo, en los hechos y no solo
en las palabras y llegan a cimentar un sentido de seguridad y confianza.

2) Las expectativas que se tienen de las personas, sea en el seno de la vida familiar, en el clima laboral que se vive en
una empresa etc. Los mensajes que se proyectan comunican no sólo una orientación sólida, sino también estructuras y
metas a seguir, transmitiendo de esta forma la certeza que se tiene de la resiliencia que existe en cada persona, niño,
adolescente o adulto, en donde en vez de detectar problemas y defectos, se identifican las fortalezas y ventajas con que
cuentan.

3) Las oportunidades de participación y contribución significativa, incluyen el tener responsabilidades importantes, el


tomar decisiones, el ser escuchado, y el aplicar la capacidad personal en beneficio de la comunidad familiar, social,
laboral o educativa.

Se parte del concepto que todas las personas poseen en algún grado, más destacado o no tanto, estas fortalezas,
revisarlas, conocerlas, evaluarlas y ver cómo se pueden desarrollar mejor, nos lleva a plantear el campo de la prevención
primaria no solo para la prevención de patologías.

Para promover salud en la vida cotidiana del sujeto, de la educación, y acerca de lo que "sí funciona", involucra también
como propuesta que no debemos obsesionarnos solamente en identificar riesgos, ya que ésta es una práctica que
estadísticamente debilita, estigmatiza y daña .

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